Capítulo 47: Los Pequeños Slytherin Cumplen su Primer Año.

Era increíble, ya era 23 de junio, el día antes terminó el curso escolar, pero este año no se quedaron en Hogwarts para la reunión anual de la Orden del Fénix, ese año, se celebraría, extraordinariamente, en la casa de Severus y Nimue, querían celebrar su primer cumpleaños en casa, además irían a visitarlos los padres de Nimue y sus cuñados, además de los tíos Malcolm y Suzanne. Estaban todos deseando ir a celebrar el primer cumpleaños de los pequeños a los que no veían desde las vacaciones de primavera cuando fueron a Tintagel. Severus y Nimue celebraron su aniversario de bodas a solas en la sala de los menesteres porque cayó entresemana, dejaron a sus hijos con Minerva y Charity que se ofrecieron a cuidarlos, los niños se portaron muy bien y ambas estaban encantadas de quedarse con ellos.

Esos meses transcurrieron con bastantes novedades, Malcolm y Suzanne estaban emocionadísimos con el compromiso de su hija y Regulus, el cual se había encariñado mucho con sus suegros, que lo trataban con un cariño con el que nunca lo trataron sus padres, y con sus cuñados, hizo buenas migas con Michael y Albert, con los que hablaba mucho sobre quidditch y prometió al chico ayudarlo a practicar durante sus vacaciones de verano. También estaba muy contento por Sirius, en abril se fue a Australia con Isolde, ambos muy enamorados y entusiasmados por iniciar una nueva vida juntos, eso sí, seguirían asistiendo a terapia en Sydney, pero los dos estaban muy recuperados, en su última carta le contó que conoció a la familia de Isolde, más bien a su hermana, tenía mala relación con sus padres, su hermana era buena persona, aún desconfiaba de Sirius, pero se la estaba ganando. Antes de marcharse, Sirius insistió en ver de nuevo a Severus y Nimue, quería conocer a sus hijos antes de irse y que Isolde estuviera con él. Pasaron una tarde de sábado bastante agradable, Regulus y Hellen los acompañaron a casa de Severus y Nimue, Sirius no se sorprendió cuando los niños lo miraban con el ceño fruncido y sonreían al resto de visitantes, teniendo en cuenta la relación que tuvo con Severus era lo normal… pero Severus decidió perdonar por fin a Sirius, le advirtió que no serían amigos, pero por lo menos podría pasar una cantidad prolongada de tiempo junto a él sin planear cómo deshacerse de su cadáver. Sirius se fue bastante contento a Australia, no sólo estaba feliz con Isolde, estaba deseando trabajar con ella en el zoológico mágico de Sydney, que era una maravilla, pudo ganarse el perdón de Severus y se comportó con él de tal manera que creía que nunca sería posible. También se disculpó con Minerva y Charity, había sido bastante grosero con ellas y con Albus por haberlo hecho en Hogwarts. Aunque le escribía muy a menudo y prometió volver a visitar a su hermano en Navidad con Isolde, aprovechando que la hermana de Isolde estaría en casa de sus suegros.

Aunque la principal novedad fue el nacimiento del pequeño Daniel Alastor Longbottom, el 29 de mayo, un bebé un poco inquieto de piel clara y ojos oscuros con largas pestañas y mofletes sonrosados que tenía encantados a sus padrinos Alastor y Nimue, le preguntaron a Severus si quería ser el padrino y les sugirió que le dieran ese honor a Alastor, ya que le pusieron su nombre. El hombre mayor casi se emocionó, les tenía mucho cariño a Alice y Frank desde que los conoció cuando entrenaban para ser aurores y desde que lo nombraron padrino empezó a ejercer como "Abuelo honorario" de los tres hermanos Longbottom. Nimue estaba encantada también de tener un ahijado, le regaló a Alice un vial de su nueva poción para los cólicos del lactante. La probaron en San Mungo y era muy eficaz, Wendy le dijo que las madres de sus pacientes estaban encantadas con ella, la patente le estaba dando mucho dinero y en septiembre buscaría local para su tienda de pociones.

También había novedades para Minerva y Charity, en septiembre no sólo Minerva estrenaría su cargo como directora de Hogwarts tras la jubilación de Albus, también se aprobaría la ley de matrimonio gay, ella y Charity podrían casarse cuando quisieran, decidieron esperar a la próxima primavera, pero lo harían público a principios de su segundo curso como directora, para que Minerva estuviese segura en su nuevo cargo y que los miembros de la junta de gobernadores no le pongan muchas pegas a que la directora de Hogwarts tuviera una esposa y una hija o dos…Decidieron que realizarían el ritual de concepción durante la próxima luna llena de octubre, la cual este año sería el 4 de octubre, justo el día del cumpleaños de Minerva. Zelda hizo una revisión a Minerva y Charity y, aunque a ambas las encontró perfectamente, les aconsejó no postergarlo, si Minerva quedaba embarazada, no convenía que se pospusiera. También decidieron mantener en secreto sus embarazos, sería posible porque usaban túnicas amplias para dar clases y porque Albus conocía a mucha gente en el ministerio y San Mungo y no quedaría registrado el nacimiento o nacimientos hasta que ellas hicieran público su matrimonio, además, si lo hacían en esa fecha según sus cálculos el bebé o bebés nacerían en julio, ya estarían en casa, cuando volvieran a Hogwarts tras el primer mes del siguiente curso harían pública su relación, no estaban seguras de si no se encontrarían con la misma dificultad de Halia e Irena, el origen de su descendencia no sería hecho público, sólo su existencia.

Severus también estaba bastante ocupado, se publicó su cura para la licantropía adquirida, muchas universidades mágicas querían que resolviera sus dudas y diera conferencias, como Francesca le ayudó en algunos aspectos, la primera conferencia fue en la Universidad mágica de Edimburgo, fue un fin de semana en mayo, ese verano irían a Florencia y a Paris, la semana siguiente irían a la de París y a mediados de julio a Florencia, la familia de Francesca los invitó a volver a Nápoles después de la conferencia y se reunirían con ellos allí Remus, Francesca, Frank, Alice y sus hijos, para entonces el pequeño Danny podría viajar, además Augusta iría con ellos y estaba deseando ir allí después de saber lo bien que lo pasaron sus hijos y nietos. Nimue estaba preparándolo todo para abrir su propia tienda y en septiembre empezaría a buscar un local adecuado en Hogsmeade, Severus, Minerva, Charity y el resto de personal cercano a ellos quedaron en organizar sus horarios para cuidar de los pequeños, que con un añito recién cumplido eran bastante traviesos, ya estaban empezando a dar sus primeros y torpes pasos y a querer tocarlo y cogerlo todo, Selene se pasaba el día detrás de ellos para evitar que se hicieran daño.

Estaban en casa esperando a los invitados que llegarían tras el almuerzo. Albert volvió con sus padres en el expreso de Hogwarts, fueron a Tintagel y llegarían por el flu los tres con Michael, Vera, Regulus y Hellen, también llegarían a pasar unos días con ellos antes de ir a Francia, Charlie y Amélie, Brigitte y Pierre sólo irían esa tarde y volverían a la mañana siguiente, pero les ofrecieron alojamiento en París para la conferencia, se habían mudado a un piso enorme, sus tiendas de ropa tenían mucho éxito. Estaban terminando de decorar el jardín cuando llegaron Minerva, Charity, Albus, Maurice, Hagrid, Olympe, Poppy, Alastor y Pomona. Estaban saludándolos y viendo a los pequeños, a los que vistieron para la ocasión, Jareth llevaba un adorable trajecito con camisa de manga corta y cuello mao en verde pastel, parecida a la camisa blanca que llevaba Severus, y pantalón corto negro con unas zapatillas de tela a juego. Isobel llevaba un vestido del mismo color verde pastel, de lino y sencillo con unos bordados florales pequeños y de tirantes con un lazo blanco ciñéndole la cintura, llevaba unas pequeñas sandalias blancas, tenía el pelo ondulado como Nimue a su edad y ya bastante espeso, así que Nimue le hizo dos coletitas y las adornó con unas diminutas flores a tono con su vestidito. Ambos estaban adorables, como mucha de su ropa era regalo de su Tía Brigitte. Después de los invitados de Hogwarts llegaron Frank, Alice y los niños con Augusta, a la que habían invitado y estaba encantada de verlos. Cuando llegaron los que no conocían al pequeño Danny estuvieron viéndolo y felicitando a sus orgullosos padres y sus hermanos mayores que estaban encantados con su hermanito. Poco después llegaron Malcolm, Suzanne, Charlie, Amélie, Brigitte, Pierre y los primos de Nimue al completo, parejas incluidas. También invitaron a los Weasley, llegaron allí con los gemelos y sus dos hijos menores, los mayores habían hecho planes, Molly se hizo muy amiga de Nimue y estaba muy contenta de que los gemelos se hubieran hecho tan amigos de Albert, Minerva no le había informado de que se metieran en líos graves, creía que era por su influencia, además estaba deseando conocer al famoso Albert del que no dejaban de hablar sus hijos y a sus padres, además estaban deseando ver a los pequeños Snape y conocer al pequeño Danny, al que aún no habían conocido.

Estuvieron charlando con sus amigos y familiares, Charlie y Amélie estaban encantados viendo a sus nietos dando un par de torpes pasos por el jardín de la mano de Leah y Ginny mientras jugaban a perseguir a Selene y los gemelos y Albert les contaban a Neville, Ron, Regulus y Michael la final de la copa de quidditch en Hogwarts y que el próximo curso se presentarían a las pruebas para el equipo de quidditch. El personal de Hogwarts estaba bastante contento saludando a los padres de Nimue y sus tíos. Remus y Francesca estaban felices de contarles a todos que el hermano de Francesca les escribió y esa mañana recibieron una carta, la mujer de Marco se había quedado embarazada, tenían miedo a que el bebé heredara la antigua condición de su padre, pero los sanadores hicieron muchas pruebas y la poción fue más efectiva de lo que creían y el bebé sería completamente normal, estaban eufóricos y deseando comenzar su viaje en moto a Italia al día siguiente, era muy importante para ellos, estaban planteándose adoptar un niño, algún nacido de muggles huérfano, pero saber que un hijo suyo no heredaría la licantropía era un alivio…aunque decidieron adoptar de todos modos, aunque por el momento esperarían un par de años, antes querían organizarse mejor, Francesca estaba ocupada en la universidad y a la espera de un importante ascenso, que le permitiría un horario más flexible, y Remus iba a asumir la Jefatura de Gryffindor cuando Minerva fuera ascendida a directora, les ofreció a Remus y a Severus la subdirección de Hogwarts, Severus le dijo que era mejor que la asumiera Remus, que los dos seguro que se entendían mejor y, además de estar ocupado con el tema de la poción Matalobos definitiva, quería ayudar a Nimue con el nuevo negocio y los niños, pero que si necesitan ayuda con algo, no lo dudaran y se lo pidieran. Además le dijo a Minerva que no se veía haciendo la ceremonia de selección, algunos niños de primer año lo miraban temerosos al entrar al gran salón… si tenía que recibirlos igual alguno se orinaba encima.

Minerva lo estaba pasando muy bien charlando con Molly y su cuñada Suzanne, pero, en cuanto pudo, se escabulló para hablar a solas con sus hermanos, les contó que habló con Nimue sobre Robert, para que lo supieran y que quizás era momento de dejar de ocultar su existencia a su familia, que quizás era bueno hablar de él y pensar en lo bueno que fue tenerlo…más que en lo mal que lo pasaron al perderlo. Malcolm y Charlie le dieron la razón y quedaron en ir hablando con sus mujeres e hijos sobre la traumática pérdida de su hermano menor…pero ese no era el día adecuado, lo harían en otro momento, hoy era el cumpleaños de los chiquitines y no lo estropearían con tristezas.

La fiesta estaba siendo menos insoportable de lo que creía Severus, los niños, a pesar de ser tan pequeños, se estaban portando bastante bien, jugando con los otros niños y sus abuelos y su tía Brigitte y su tío Pierre, los cuales estaban muy contentos de haber podido ir a verlos aunque se marcharan al día siguiente. Nimue estaba hablando con ella, diciéndole que no era necesario que le mandara tanta ropa a los niños.

-Pero, ¿Por qué no? Déjame consentirlos…

-Te lo agradezco, Bri, pero no es por eso... es que se les queda pequeña antes de ponérsela, ni cambiándolos 3 o 4 veces al día me da tiempo a ponérsela… algunas se pueden agrandar, pero otra…y es una lástima, no sabes la cantidad de ropa sin estrenar que le he regalado a Alice y Frank para Dan… además hemos tenido agrandar los armarios aquí y en Hogwarts…

-Está bien, hermanita…Lo intentaré, aunque no te prometo nada… es que cuando veo o hago ropa monísima, no puedo resistir la tentación de mandársela a mis adorables sobrinitos… por cierto, ¿Dónde están?

-Míralos. – Dijo Nimue señalando a donde en ese momento estaba Severus con Isobel en brazos charlando con Albus, Maurice, Pierre, Poppy y Alastor, el cual tenía en brazos a Jareth que sonreía por algo que le decía Pierre. – Vamos a ver qué tal están.

Se acercaron a ellos y Nimue y Brigitte besaron a sus maridos, Isobel miró a sus padres un poco mosqueada.

-¿Qué te pasa, señorita Snape? – Dijo Albus acariciando la mejilla de Isobel.

-No le pasa nada, Albus. – Dijo Severus. – Es que a veces se pone celosa cuando Nimue y yo nos besamos, parece sentirse excluida. – Entonces levantó un poco a la niña. – Tranquila, cariño. Que papi y mami te quieren mucho, a ti y a Jareth. – Besó la mejilla regordeta de su niña, mientras Nimue la besaba a la vez en la otra mejilla. La niña empezó a reír y Jareth se quejaba.

-Creo que éste tambien quiere mimos de sus padres. – Dijo Alastor. – Son celosillos…

-No es eso, Alastor. – Dijo Nimue. – Es que con lo arisco que es Severus, los niños me han salido besucones… como vean besos, ellos también quieren.

Nimue cogió a Jareth y Severus y ella lo besaron como a su hermana y se quedó tranquilo.

-Pues yo creo que la pequeña es más celosa de lo que creéis. – Dijo Pierre. Nimue lo miró extrañada. - Sí, no me mires así, cuñada, Alice ha ido a cambiar al bebé, pero antes estaba aquí con nosotros, Poppy tenía en brazos a Isobel y cuando vio que su padre cogió a Danny, empezó a protestar hasta que le devolvió el bebé a su madre y la cogió a ella.

-¿En serio? – Dijo Nimue. – No lo había hecho antes.

-Cariño. – Dijo Poppy. – Tu chiquitina, no es sólo una niña de papá, es de las posesivas… aún es pequeña, ya se le pasará.

-Eso espero. – Dijo Severus. – No quiero besar a mi mujer a escondidas de mi hija para que no haga berrinches…

-Tendréis una regresión a la adolescencia como cuando nos escondíamos de mamá, ¿Te acuerdas, Nim? – Dijo Brigitte. Nimue se sonrojó.

-Ya me contarás eso… - Dijo Severus a su cuñada.

-¡Brigitte! – Contestó Nimue. – Ni se te ocurra contarle nada, porque yo también podría hablar con Pierre…

-¡Ja! Llegas tarde, no tenemos secretos el uno para el otro.

-¿Seguro? ¿Le contaste cuando con 15 años mamá casi te pilló en la bodega a punto de pasar a mayores con tu novio de entonces? Con ese idiota de Bernard.

-Sí…pero no fue con Bernard, fue con Luca…

-¿Luca? – Dijo Amélie, que se acercó a ellas y no se dieron cuenta y lo escuchó todo. – Brigitte, ¿Qué hiciste con ese imbécil?

-Pierre, coge a Jareth y vamos a llevarlos a que jueguen con los niños, no sé tú, pero prefiero no saber lo que va a hablarse aquí…

-Estoy de acuerdo contigo, cuñado.

Pierre cogió en brazos al bebé y llevaron a los niños a una pequeña zona de juegos donde Charlie y Malcolm estaban enseñando a los niños a jugar a un juego de mesa y se unieron a ellos. Albus, Maurice, Poppy y Alastor también se retiraron y fueron a tomar un refresco con Minerva, Charity, Arthur, Molly, Regulus, Hellen y Suzanne. Cuando llegaron con los niños, Charlie y Malcolm le preguntaron por qué Amélie estaba regañando a Nimue y Brigitte. Pierre contestó entre risas mientras los niños recibían a los homenajeados.

-Nada grave, Charlie, es que se acaba de enterar casualmente de las travesuras de adolescente de sus hijas.

-Pues ya ha tardado… - Dijo Malcolm. Todos rieron. Suzanne se acercó y les preguntó por el chiste. Se lo contaron.

-A veces no sé si Amélie es demasiado ingenua o se lo hace… ¿Quién con 15 años no ha buscado un sitio para pasar un buen rato? Y esa bodega es un buen sitio para ello…

-Desde ya te digo, Charlie, que cuando estos dos tengan 15 años los voy a vigilar muy de cerca… a mí no me van a hacer abuelo antes de los 50… - Dijo Severus. Todos se rieron.

-Y yo te ayudaré a vigilarlos… Jareth no hará ninguna tontería si puedo evitarlo… y ningún baboso se acercará a mi Isobel.

-Gracias por la colaboración. – Dijo Severus y brindaron con zumo.

-Pobre niña… me la veo sin poder presentaros un novio hasta los 30 años… - Dijo Suzanne.

-Eso sería ideal… - Dijo Severus. – Pero sé que será imposible… si sigue así de preciosa, creo que será tan bonita como Nimue.

-Es igualita a Nimue a su edad. – Dijo Minerva que se acercó a ellos y escuchó su conversación. - ¿A que tengo razón? – Preguntó a sus hermanos y su cuñada.

-Como siempre, hermanita. – Dijo Charlie abrazando la cintura y besando la mejilla de su hermana. – Por cierto, ¿cuándo vais a hacer el ritual mi futura cuñada y tú? – Se lo contaron a su familia cercana y les pidieron que no lo contaran a nadie más, pusieron un hechizo silenciador mientras Charity se llevó a los niños a jugar a otro lado.

-Después de mucho calcular y hacer cuentas, lo haremos el 4 de octubre.

-Justo en nuestro cumpleaños… Maravilloso… puede que os traiga suerte la fecha…

-¿Y eso? – Dijo Minerva.

-¿Qué te crees que estábamos celebrando cuando concebimos a Brigitte? celebrando mi cumpleaños… justo en la bodega, escondiéndonos de su padre.

Todos se echaron a reír y Minerva quitó el muffliato. Entonces se reunieron con ellos Amélie con Brigitte y Nimue, que finalmente convencieron a su madre de que fueron unos besos sin importancia con un par de chicos y poco más… aún así Amélie se sintió decepcionada por las tonterías que hubieran podido hacer, como quedarse embarazadas demasiado jóvenes o pillar alguna enfermedad venérea. Cuando llegaron les preguntaron por qué se reían tanto, especialmente Charlie y Malcolm.

-Nada, cariño, que me he puesto nostálgico recordando un cumpleaños que celebramos a solas en la bodega… ya sabes… unos meses antes de casarnos. - Amélie se sonrojó y dijo:

-¡Charlie, por favor! ¿No les habrás contado que tú y yo…?

-No hay nada de qué avergonzarse… además todo salió muy bien después…

-Sí, pero no es la anécdota más adecuada para la fiesta del primer cumpleaños de tus nietos.

-Tranquila, ningún niño lo ha escuchado y me he asegurado de que lo oigan pocos adultos.

-Ya hablaremos esta noche… - Dijo Amélie.

-Vaya, me van a castigar sin muffliato esta noche… - Dijo Charlie, todos se echaron a reír y Amélie se sonrojó de nuevo.

-Seguid riéndole las gracias y nunca se comportará como un adulto.

-¿Y para qué voy a madurar si a ti te gusto así? – Sorprendió a su mujer con un apasionado beso, que a ella la dejo sin palabras y que hizo que el resto de adultos los vitorearan y los niños los miraran con curiosidad. Tras el beso de sus padres, Nimue dijo que había llegado la hora del pastel.

Llevaron a los niños a una mesa grande que instalaron en el jardín y se sentaron todos a su alrededor, los niños estaban en la cabecera sentados en sus tronas mirando a todos, Nimue sacó el pastel de chocolate, los pequeños habían empezado a comer comida solida, aún blandita, tenían dientes y Nimue dejó de darles el pecho unos meses atrás, ya le hacían daño con sus dientes y Wendy les recomendó darles leche maternizada, pronto podrían empezar a tomar leche de vaca. Los niños se sentaron cerca de los cumpleañeros, Nimue y Severus estaban tras ellos, que miraban a todos con curiosidad…y cuando llegó el pastel, con una velita encendida para cada uno miraban la llama pasmados. Entonces empezaron a cantarles el "Cumpleaños Feliz" los niños apartaron la vista de la tarta de chocolate y daban palmitas y chillaban contentos. Cuando terminaron, Leah les dijo:

-¡Vamos, Jareth! ¡Vamos, Issy! – Solía llamar así a Isobel. - ¡Apagad las velas! Así. – Los niños miraban a Leah, a la que adoraban, y empezaron a imitarla, más que soplar parecía que hacían pedorretas, afortunadamente, Severus puso un hechizo para que el pastel no se llenara de babas y se pudiera comer. Leah se acercó a ellos. – No, chicos, así, más suave.

La miraron y esta vez apagaron las velas y todos los aplaudieron y vitorearon, ellos también daban palmadas y gritaban Nimue y Severus los cogieron en brazos y los besaron y levantaron provocando las risas de sus pequeños.

Todos los felicitaron, Amélie y Charlie sirvieron el pastel y todos lo disfrutaron, Alice dejó a Daniel junto a ella en un moisés que le prestaban Severus y Nimue para cuando iba a visitarlos con el pequeño porque Isobel y Jareth ya no cabían, estaba terminándose el pastel cuando el pequeño se despertó.

-¿Qué quieres, Danny? Has comido hace poco rato… - Dijo Alice.

-Déjame un rato a mi ahijado… yo ya he terminado de comer. - Dijo Alastor. Le dejó al bebé que se quedó callado con su padrino. – Mira, ha escuchado jaleo y sólo quería un poco de atención, ¿Verdad, Daniel? – El niño agarró con fuerza el dedo de su padrino.

-Le gustas mucho, Alastor. – Dijo Frank.

-Sabes, es recíproco. Voy a querer mucho a este chiquitín, es mi primer y único ahijado.

-¿En serio? Creí que eras el padrino de alguno de tus sobrinos. – Dijo Alice.

-Mucha gente lo cree, cuando nació mi primer sobrino y fui a conocerlo, mi hermana, mi cuñado y yo tuvimos una terrible pelea…no hemos hablado desde entonces.

-¿Qué pasó? – Dijo Frank. - Disculpa, no quería ser indiscreto…

-Fue por dinero. Durante mi servicio como autor, sabéis bien, tenía derecho a una generosa indemnización si resultaba muerto, mis padres murieron y ellos querían ser los beneficiarios en su lugar, si me pasaba algo, Poppy y yo estábamos juntos y la puse a ella, intentaron chantajearme con no ver jamás a mi sobrino o a los que nacieran después. Les dije que no quería saber nada de su descendencia si se parecían a ellos y hasta hoy no los he conocido, lo último que supe fue por casualidad a través de un primo, están viviendo en Hungría.

-Vaya, Alastor, no lo sabía.

-Poca gente lo sabe, pero creo que mi familia elegida es mejor que la de sangre, os tengo a vosotros, Frank, Alice, sabéis que siempre os he tenido mucho cariño. Tengo a mis compañeros de Hogwarts, que me tratan como a alguien de la familia, incluso Severus y Nimue, de ella no me sorprende porque es encantadora, pero él, ha cambiado, ella lo ha cambiado a mejor…y sus hijos, son los primeros niños que no se asustan de mí…y vuestros hijos también son maravillosos, y este chiquitín…espero sea un niño tan maravilloso como sus hermanos. – Alice y Frank estaban cada vez más contentos por elegirlo como padrino de Daniel.

Cuando todos terminaron de comer tarta decidieron que era el momento adecuado para abrir los regalos. Los pusieron en una mesa cercana, decorada con los mismos globos y cintas verdes y plateados que el resto del jardín, y con un cartel con un "Happy Birthday" obra de Nimue. Recogieron todo a golpe de varita y después trasladaron los regalos a la mesa grande. En ella sentaron a los pequeños y les ayudaron a abrir regalos, les regalaron sobretodo peluches, juguetes de bebé, un juego de construcción en madera, Severus se lo agradeció mucho a Poppy y Alastor, tuvo uno muy parecido de pequeño, uno de sus pocos juguetes. También les regalaron ropita, Brigitte les regaló un adelanto de su próxima colección de ropa infantil, sabía que les regalaba demasiada ropa a sus sobrinos, pero no podía evitarlo, eran sus muñecos y quería que estuvieran siempre adorables. También les regalaron varios libros de cuentos, entre ellos un ejemplar de Los Cuentos de Beedle el Bardo, Nimue se emocionó era uno de sus libros de cuentos favoritos. Los Weasley les trajeron un camión con volquete para Jareth y un carrito de bebé para Isobel, los hizo el propio Arthur, era muy habilidoso y solía fabricar algunos juguetes para sus hijos o arreglar viejos juguetes muggles para ellos dejándolos como nuevos, Molly les hizo unos suéteres, bastante grandes aún para su tamaño, de lana esponjosa, uno de color verde hierba con una "J" grande en el pecho en color crudo y otro de color crudo con una "I" grande en el pecho en color verde hierba. Cuando los vieron se lo agradecieron mucho porque nunca estaba de más tener jerséis de lana para los niños teniendo en cuenta lo largos y crudos que son los inviernos en Hogwarts y con dos bebés hay que tener muchos porque los niños se ensucian y hay que lavarlos…y aunque los elfos son rápidos haciendo la colada, los niños eran más rápidos poniéndose perdidos… Cuando Fred vio los jerséis soltó.

-Mamá, sé que a nosotros nos pones esas letras para no confundirnos a George y a mí… pero creo que Nimue no confundirá a un bebé con otro.

-¡Fred! ¡Pero serás descarado! – Todos reían, Severus se aguantaba la risa porque no quería que pensaran que se había ablandado más de la cuenta. – Yo no os confundo tanto.

-Yo no soy Fred, soy George. – Molly lo miró atentamente.

-George, me da igual.

-¿Ves que nos confundes? Era cierto, soy Fred.

-Lo que sea, no volveréis a vestiros los dos iguales. Estoy harta de que me toméis el pelo en público. – Ambos niños la miraron con ojos suplicantes.

-Si prometemos ser buenos y no hacerlo más ¿nos dejarás vestirnos igual? – Molly miró hacia arriba.

-¿Qué voy a hacer con vosotros? Está bien, pero a la próxima empezaré a cambiar los colores de vuestra ropa.

-Sí, mami. – Dijeron al unísono. Al contrario de lo que pasaba con muchos gemelos a esa edad, el peor castigo que conocían era dejar de ser idénticos en todo.

Entonces abrieron el regalo de Severus y Nimue, un par de correpasillos, los compraron porque aún eran pequeños para un triciclo.

-¡Eh, chicos! – Dijo uno de los gemelos. - ¿Qué tal si los subimos ahí a ver cuál corre más?

-¡Weasley! Ni se te ocurra usar a mis hijos para hacer tonterías. – El niño palideció.

-Tranquilo, Severus, yo vigilo la carrera. – Dijo Charlie que era casi peor que los niños.

-¡Charles! – Dijo Amélie. – Eres casi peor que los niños, de verdad…

-Tranquila, cariño, seguro que los pequeños se divierten mucho y no te preocupes que no permitiré que se hagan daño. – Charlie, Remus y Malcolm estaban a punto de llevarse a los niños para probar los correpasillos.

-Esperad. – Dijo Nimue. – Queda aquí un regalo que no había visto.

Entonces cogió una caja no muy grande y Regulus les dijo:

-Ese regalo lo ha mandado Sirius.

-¿En serio? – Preguntó Severus. – Espero que no haya hecho ninguna estupidez.

-Lo he comprobado, Severus. – Dijo Regulus. – Si tuviera algún hechizo no lo hubiera traído, pero es normal que desconfíes son muchos años de tratarte fatal… abridlo vosotros, lo envolví yo mismo con ayuda de Hellen.

Lo abrieron y vieron dos koalas de peluche grises y blanditos, Severus los comprobó, nadie lo juzgaba, Sirius fue tan cruel que no les extrañó, y se los enseñó a los niños, a los que le gustaron mucho, además, había dos gorras del zoológico lo suficientemente pequeñas para los niños, también venía una carta en el fondo de la caja, en ella les deseaba lo mejor a ellos y a sus hijos, les contaba que estaba trabajando en el zoológico mágico de Sydney con criaturas acuáticas y que él e Isolde eran muy felices y que quería tener un pequeño detalle con sus hijos, para el próximo año seguro que les conseguiría algo mejor, no tenía mucho tiempo para ir de compras. También les adjuntó entradas para los 4 para que entraran gratis al zoo cuando quisieran si algún día viajaban a Australia. Nimue dijo:

-Vaya, Regulus, cuando vuelvas a escribirle dale las gracias a Sirius.

-Sí. – Dijo Severus. – No me lo esperaba. Dile que no se preocupe si cree que es poca cosa, que el detalle es suficiente, además, no todos los niños pueden decir que les han mandado unos auténticos koalas de peluche australianos.

-Gracias, Severus. – Dijo Regulus. – Sirius temía que no aceptaras sus regalos.

-De nada… hace tiempo que decidí dejar atrás el pasado, el rencor me hacía estar siempre amargado, ahora no tengo motivos. – Abrazó a Nimue, ambos tenían a uno de sus hijos en brazos. - Sobretodo cuando quien me hizo daño ha hecho propósito de enmienda.

-Bueno, chicos. – Dijo Remus. – ¿Me dejas a mis ahijados? Quiero ver si funcionan bien esos correpasillos tan chulos…

-¿Qué hacemos? – Dijo Severus mirando a Nimue. - ¿Los dejamos?

-Sí, pero nada de locuras ni de carreras locas… - Dijo Nimue. – Como se hagan un chichón te haré pagar por ello…

-Está bien, Nimue… - Cogió a Jareth y Charlie a Isobel. – Cada vez te pareces más a Severus…

-Y que no se te olvide. - Dijo Severus.

Charlie, Malcolm y Remus estuvieron jugando con los niños bajo la atenta mirada de sus padres y el resto de invitados. Pomona les dio un par de consejos para su invernadero y Neville le dijo que después quería enseñarle sus plantas, que su tío abuelo Algie le regaló una planta nueva y quería saber si la estaba cuidando bien.

La fiesta transcurrió bastante divertida y cuando comenzó a anochecer la dieron por terminada y sus invitados empezaron a despedirse. Malcolm y Suzanne tenían que volver a casa, Albert aún no había terminado de deshacer sus maletas y ellos tenían que recibir a unos huéspedes en el hotel. Michael y Vera tenían planes para esa noche tras la cena. Hellen y Regulus habían quedado para cenar en Londres con unos amigos de Hellen de Ilvermorny. Remus y Francesca también tenían que irse, al día siguiente saldrían rumbo a Nápoles temprano, ellos irían en moto y aprovecharían para hacer un poco de turismo a solas.

Los profesores de Hogwarts también tenían planes para el día siguiente, Albus y Maurice planeaban viajar a España, iban a pasar allí unos días, decidieron quedarse con la casa de Maurice en Mallorca, para pasar allí temporadas ahora que Albus se había jubilado, aunque durante el próximo curso escolar se quedarían en la cabaña que tenía Albus en Hogsmeade, por si la Junta de Gobernadores de Hogwarts le ponía las cosas difíciles a Minerva, él sabía cosas sobre ellos y convenía recordárselo de vez en cuando.

Poppy y Alastor también tenían planes al día siguiente, iban a pasar unos días en el hotel de los tíos de Nimue en Tintagel, pero antes debían ir a buscar a la madre y la tía de Poppy, que estaban deseando ir allí desde que vieron las fotos de la boda de Severus y Nimue. Alastor se despidió de su ahijado y quedó con Alice y Frank en volver a verse en Italia a finales de julio, les gustó mucho el hotel donde se alojaron para la boda de Remus y Francesca, como la madre de Poppy estaba mucho mejor, pensaron que les gustaría ir allí. Pomona iba a un congreso sobre Herbología en Tailandia, estaba muy emocionada y prometió traerle a Neville algunas semillas exóticas, el niño estaba encantado.

Hagrid iba a ir a Francia con Olympe y tenía que hacer los últimos preparativos antes de irse, se despidió de los pequeños cogiéndolos y levantándolos muy alto, los niños reían a carcajadas y su abuela se asustó al verlo y la tuvo que tranquilizar su hija, a los pequeños les divertían mucho esos juegos y les encantaba que Hagrid los aupara por motivos obvios. También se fueron los Weasley, Molly y Arthur se despidieron de ellos encantados, fue la primera vez que en una fiesta sus gemelos no se la liaron demasiado, además les encantó conocer a Albert y sus padres, ese crío estaba siendo una buena influencia para sus hijos y a Molly le caía muy bien Nimue y estaba encantada de conocer a sus padres y su familia. Antes de irse los gemelos se despidieron de su amigo Albert, los tres prometieron escribirse durante las vacaciones, incluso Ron y Ginny se divirtieron muchísimo, les encantó ver a los 3 bebés y se divirtieron mucho con Neville y Leah, aunque echaban de menos a Harry y Violet desde que se trasladaron a Irlanda con sus padres, Ron sabía que tras el próximo curso empezaría su educación en Hogwarts y volverían a ir juntos al colegio, además, en unos días irían de vacaciones a ver a su tía abuela a Dublín y se verían de nuevo, los Potter vivían muy cerca.

Los Longbottom también se fueron a casa con Augusta y sus hijos, habían pasado una tarde muy entretenida, pero el pequeño Daniel tenía que comer y Alice estaba deseando darles un baño y la cena a sus hijos y acostarlos.

En la casa sólo se quedaron Charlie y Amélie con Brigitte y Pierre. Minerva y Charity se quedaron a cenar con ellos, después Brigitte y Pierre se irían con ellas, la biblioteca no pudieron adaptarla esta vez, Nimue tenía allí todas sus cosas y apuntes para nuevas pociones, desde que los niños habían comenzado a deambular por la casa prefería tener esas cosas fuera de su alcance y la biblioteca era la habitación ideal para ello.

Severus preparó la cena, mientras sus suegros se instalaban para pasar allí una semana con ellos y Charity ayudaba a Nimue con la cena y el baño de los pequeños, Minerva llevaba a su sobrina y su marido a su casa para que dejaran sus cosas para esa noche, ya que al día siguiente debían volver a casa.

Cuando volvieron, la cena estaba servida y todos los esperaban, los niños ya habían cenado y estaban en sus tronas disfrutando de un delicioso bollo de pan, Severus y Nimue solían darles un poco de pan a modo de postre para que les dejaran cenar tranquilos, porque en caso contrario querían probar la comida de sus padres aunque ya hubieran cenado. Comían de todo y tenían muy buen apetito, aunque estaban rollizos no estaban exageradamente gordos, Wendy les decía que tenían un peso y estatura estupendos para ser mellizos, los cuales, en ocasiones podían ser un poco más bajitos, pero no era el caso, tanto en la familia de Severus como en la de Nimue eran bastante altos y los bebés eran altos para su edad.

-Vaya, Severus, qué buena pinta tiene todo esto. – Dijo Pierre. – Yo soy un cocinero terrible…una vez intenté preparar la cena para Brigitte y casi quemo la cocina.

-No te preocupes, cherie. – Dijo Brigitte. – Tienes otras muchas virtudes…a mí no me importa encargarme de cocinar, mientras nos repartamos el resto de tareas como hasta ahora…y seas tan complaciente horizontalmente. – Todos se echaron a reír, menos Amélie y Charlie…y él porque si se reía de eso sabía que Amélie lo regañaría como si fuera un niño pequeño…y lo tendría a dos velas un mes.

Pasaron la cena muy contentos, charlando animadamente, en cuanto terminaron Isobel y Jareth estaban dando cabezadas en sus tronas, Amélie les hizo un hechizo limpiador porque tenían migas de pan hasta en el pelo, Charlie y ella insistieron en ponerles el pijama, Severus y Nimue recogieron los platos, se despidieron de Minerva, Charity, Brigitte y Pierre hasta el día siguiente. Cuando subieron, Charlie y Amélie estaban acunando cada uno a un bebé sin conseguir dormirlos, al ver a sus padres los niños decían "Mamá" y "Papá", para sorpresa de sus abuelos.

-¿Ya hablan? – Preguntó Charlie.

-Un poco, son precoces. – Dijo Severus, cogiendo a Isobel de los brazos de su suegra. – sólo dicen, Papá, Mamá, "Ky", a Binky, el elfo doméstico que nos atiende en Hogwarts, "Lé" y "Vil" a los niños de los Longbottom y "Né" a Selene…y, por supuesto, "papa" cuando quieren pan o algo de comer.

-Pues es bastante…aunque Nimue y Brigitte también empezaron a intentar hablar también muy pronto. – Dijo Amélie.

-Sí, con su edad ya decían papá y mamá y algunas pequeñas palabras. – Dijo Charlie. – Casi lo había olvidado. – Dijo mientras su hija cogía a Jareth de sus brazos.

-Bueno, papá, mamá, si queréis podéis iros a cambiaros para dormir, ya los acostamos nosotros. – Dijo Nimue acunando a Jareth.

-Si no os importa, nos gustaría ver cómo los acostáis. – Dijo Charlie.

-Claro, como queráis. – Dijo Severus.

Como cada noche, los acunaron durante unos minutos y poco después ambos estaban dormidos, esta vez no fue necesario leerles el cuento de Leah que era su libro favorito para dormir, después de la tarde tan agitada y de saltarse la siesta, estaban agotados. Antes de acostarlos les dieron un beso de buenas noches, y dejaron a los abuelos darles un último beso por ese día. Selene se tumbó en la cuna junto a los pies de los niños y en pocos segundos estaba dormida y ronroneando feliz. En cuanto salieron de la habitación, Amélie preguntó:

-¿Dejáis que el gato duerma con ellos?

-Es que si no lo hacemos no duerme ninguno de los tres. – Dijo Severus.

-¿En serio? – Dijo Charlie.

-En la cuna más pequeña, Selene se conformaba con dormir en su cesta junto a la cuna, pero desde que los pusimos en la cuna grande los niños tienen que notarla a sus pies o se despiertan…y, una noche intentamos que Selene se acostara en la cesta junto a la puerta y la tuvimos que dejar entrar porque maullaba con pena y los niños lloraban…

-Vaya…¿Y qué haréis cuando estéis de viaje? ¿Os llevaréis al gato con vosotros?

-Sí, porque iremos en tren…pero cuando estemos en vuestra casa se tendrán que acostumbrar a no dormir juntos porque no tendrán una cuna tan grande… lo malo será en Italia que tendremos que dejaros a Selene. – Dijo Nimue.

-No creo que sea un problema…les pondremos un peluche pegado a los pies y puede que no se den cuenta. – Dijo Severus.

-¿Tú crees que los niños son tontos? – Dijo Nimue.

-Para nada, cariño, pero podemos encantar un peluche para que tenga el tacto de Selene… no creo que quieras darle un somnífero a unos bebés.

-No seas idiota, Severus… - Dijo Nimue. – Pero puede funcionar por lo menos una noche…

-También podemos no dejarlos dormir la siesta y agotarlos tanto que les dé igual si está Selene o no.

-Es otra opción.

-Bueno, chicos, será mejor que nosotros también nos vayamos a dormir, entre el viaje esta mañana y la fiesta de esta tarde estoy agotado… - Dijo Charlie. – ya estoy mayor…

-Para nada, papá, estás estupendo.

-Gracias, mi niña. – Charlie abrazó a su hija. – Por cosas así te quiero tanto.

-Y porque te encanta que te regalen los oídos… - Dijo su mujer.

-Ya que tú no me piropeas…

-Serás mentiroso…como si nunca te dijera lo mucho que te quiero.

-Sí, pero nunca me lo dices en público…y sólo lo haces cuando te pones juguetona.

-¡Charlie! – Todos rieron y se dieron las buenas noches, Severus puso el hechizo habitual en la habitación de sus hijos y dejó la puerta entreabierta, cuando sus suegros cerraron la puerta de la habitación de invitados, Severus puso un hechizo silenciador en la habitación, puede que Amélie estuviera molesta con su marido, pero no se fiaba de ellos.

Cuando entraron en su habitación, se desvistieron y se dieron un baño juntos, una de las cosas que más les gustó de la casa era la bañera, era enorme y cuando lo necesitaban podían darse un agradable baño juntos. Estaban allí tumbados, Severus con Nimue desnuda encima de él, cuando sus manos empezaron a vagar por las tentadoras curvas de su esposa.

-Severus…

-¿Estás demasiado cansada?

-No es eso… ¿Has puesto el aviso en la habitación de los niños y el muffliato aquí?

-Sí… como siempre… - Empezó a mordisquear el lóbulo de la oreja de Nimue y luego besó su cuello mientras empezó a acariciar uno de sus pechos y la parte interna de sus muslos.

-Ummm – Dijo Nimue abriendo ligeramente sus piernas invitándolo a que subiera su mano. – Sabes, antes creía que estaba cansada para esto…pero creo que puedo hacer un esfuerzo… - Entonces Nimue se dio la vuelta y se sentó a horcajadas en el regazo de su marido y lo besó apasionadamente.

Severus agarró sus caderas y la acercó a su enorme erección, luego pasó una de sus manos por su espalda y llegó a su costado y le agarró un pecho, pellizcó ligeramente su pezón endurecido.

-Creo que estás casi lista para mí. – La acercó a él y besó sus pechos y succionó sus pezones. – Si es un indicio lo duros que están tus deliciosos pezones…

-Puedes comprobarlo mejor tocándome más abajo… - Severus la miró pícaramente y deslizó la mano que no la agarraba por su cadera a lo largo de su vientre, y acarició ligeramente la entrada de su vagina bajo el agua.

-Parece que estás mojadita…pero puede ser mi impresión por el agua de la bañera...a ver si un poco más adentro… - Entonces metió un dedo dentro de ella y después otro. Nimue empezó a gemir mientras él, además, empezó a acariciar su clítoris con el pulgar sin dejar de acariciar la pared interna de su vagina. – Creo que estás lo suficientemente mojada…para mí.

-Sí, cherie, es para ti, siempre es por ti, soy tuya para siempre y siempre estaré mojada para ti mi amor… - Severus sacó sus dedos y restregó su polla contra ella.

-Y que no se te olvide porque yo siempre estoy empalmado para ti, porque tú eres mía y yo soy tuyo. Te amo, Nimue. – Entonces la hizo subir un poco, la alineó sobre su polla y la penetró lentamente hasta el fondo. Nimue gimió de placer.

-Te amo. – Dijo Nimue casi sin aliento y empezó a moverse sobre él. Severus la besó mientras la acariciaba por todas partes. – Más fuerte, te necesito tanto dentro de mi…

-Eres tan maravillosa. – La besó apasionadamente y agarró sus pechos, después bajó una de sus manos por su vientre y acarició su pubis y llegó a su clítoris. – Te deseo tanto…ya no puedo aguantar más. – Aumentó la presión de sus dedos sobre su clítoris y le susurró al oído: - Ahora voy a hacer que te corras…no aguanto más sin correrme en tu bonito y estrecho coñito… - Nimue se movía casi salvajemente mientras Severus aumentó la intensidad de sus caricias hasta que ambos se corrieron, Nimue gritando el nombre de su marido mientras éste hacía lo mismo sólo que mordiendo el punto en su clavícula que sabía que le volvía loca.

Se quedaron por un momento, abrazados en la bañera, Nimue se volvió a tumbar sobre Severus en su posición inicial y disfrutando del agua templada, desnudos y abrazados cuando Nimue dijo:

-Sabes, me acabo de acordar, fue así como concebimos a nuestros peques.

-Lo sé, y en ese momento no nos podíamos imaginar que sólo unos meses después Lily volvería a hacer una estupidez que te cabrearía tanto como para ponerte de parto…

-Sí, ¿Quién lo diría?

-Y quien podría imaginarse que Severus Snape estaría cada minuto que pasa más enamorado de su mujer y pensando en que está cada vez más feliz por tener dos hijos maravillosos e inteligentes.

-Sabes, cuando Tía Minnie y yo te contamos nuestra idea de hacer aquí la reunión de la orden y celebrar a la vez el cumpleaños de los niños, temía que no quisieras hacerlo. Sé que no eres muy sociable y que te incomodan esos eventos…

-Ya, me lo imagino, pero sólo cuando los invitados me incomodan. – Ambos rieron. – En serio, lo cierto es que con los invitados que teníamos no me resultó incómodo.

-Realmente fue una fiesta estupenda.

-Sí, sabes, nunca pensé que sería padre y desde que supimos que estabas embarazada decidí darles a nuestros hijos la infancia feliz que yo no tuve y eso incluye regalos y fiestas de cumpleaños con familia y amigos. Pero no te inquietes, aunque les daré todo el cariño y las cosas que no tuve, no los convertiré en unos consentidos.

-Eso es tan bonito… y a la vez tan triste.

-Ya, pero sabes, haber vivido todo aquello en mi infancia me hace apreciar aún más lo que tengo, me moriría sin ti y sin los niños.

-Por suerte para ti, ni los niños ni yo podemos estar sin ti y te queremos con locura…

-Soy un cabrón afortunado…

Nimue se dio la vuelta y se besaron apasionadamente, el agua ya se había enfriado y decidieron salir de la bañera, se secaron y se pusieron ropa para dormir, en circunstancias normales, se hubieran quedado sólo en ropa interior, pero estando en casa los padres de Nimue decidieron ponerse algo más, un pantalón de pijama de seda negra Severus y Nimue se puso la camisa que hacía juego y le quedaba lo suficientemente ancha y larga para parecer un camisón corto, solían vestirse así para dormir cuando tenían invitados, Nimue decía que se parecían a Rock Hudson y Doris Day en Pijama Para Dos. Se acostaron y de durmieron rápido, los niños ya dormían casi la noche completa y al día siguiente se levantarían temprano para acompañar a Brigitte y Pierre a la estación.