Por fin traigo el nuevo capítulo que ni siquiera en mi versión inglés hice. Perdonad por tardar tanto ya que necesitaba tiempo para escribir el curso de la lectura, diálogos y esas cosas, además de corregir y reescribir algunas cosas. Con todo esto, espero que lo disfrutéis.
Capítulo 30: Amor familiar
13/05/2024
Con la respiración acelerada mientras corrían sin descanso, el grupo formado ahora por Uryū, Orihime y Kisuke corrieron como sus piernas pudieron por una de las calles de Shinto en dirección al bar indicado por Saber dónde según ella, estaba el escondite secreto del Master de Caster y donde este último tenía a los niños secuestrados allí, por no hablar de que, en estos momentos, Ichigo también estaba allí luchando contra él por lo que se apresuraron en llegar allí lo antes posible.
Habían pasado ya 6 minutos desde que Caster se había retirado en el preciso momento en que Saber irrumpió para intentar acabar con él, solo para que este último desapareciera en su forma espiritual en el último segundo. No mucho después, el caballero rojo explicó a los perplejos amigos de su Master desde su encuentro con el Master del lunático francés y los niños que este último tenía secuestrado bajo un hechizo hipnótico hasta la estúpida propuesta del asesino de desafiarlo a un duelo o algo para liberar a los niños cautivados. Los adolescentes quedaron muy atónitos al oír que Ichigo aceptó la oferta de tener un enfrentamiento, aunque fuera forzosamente debido a que el lunático mantuvo a los niños como rehenes.
A pesar de la imprudencia y estupidez que conllevaba esta idea, en el fondo Uryū no pudo culpar a que Kurosaki decidiera coger ese riesgo aun sabiendo que podría ser una trampa. La escena de uno de los niños que Caster secuestró previamente en el parque explotar en un horrible espectáculo sangriento y el macabro matadero humano que ellos junto a Waver y Rider descubrieron en las entrañas de las alcantarillas que sirvieron como escondite anterior de la pareja renegada permanecerían frescas en la mente del Quincy como una de sus peores pesadillas jamás vista hasta ahora y que incluso ahora le costaba lidiar. Hubo a veces que se preguntaba como el ex Sustituto también lidiaba con estas escenas tan macabras casi salidas de una de esa famosa series de horror gore de los años 80, Guinea Pig.
De todos modos, fue tras aquella horrible experiencia que Kurosaki se había mentalizado para impedir que escenas como estas vuelvan a repetirse. Todavía recordaba como el Shinigami Sustituto le contó hace bastante tiempo como se mentalizó para convertirse en lo que era ahora tras la muerte de su madre a manos de un hollow. Fue tras aquella experiencia que el joven Sustituto se determinó en proteger a tantas personas como pudiera e impedir que tantas tragedias se repitieran y les sucedieran a otros por lo que había aceptado los poderes Shinigami de Rukia obtenidos por accidente.
Lo mismo se podría decir de Uryū.
Desde que era niño podía ver las almas de los fallecidos, pero no interactuar con ellos, pero al mismo tiempo también pudo presenciar a los hollows que desde la perspectiva de su niñez eran como una horrible pesadilla. Afortunadamente, su inmaduro reiatsu no fue lo suficientemente cautivadora como para llamar la atención y convertirse en su presa, aunque también contaba con la protección de su familia. Sin embargo, tuvo que presenciar como esos horribles monstruos devoraban a las indefensas almas, lo cual fue grotesco y horripilante de ver, y viendo que los Shinigamis apenas hacían algo para evitar esta horrible carnicería, se determinó en hacer algo para proteger a las pobres almas a toda costa y era convertirse en un Quincy de hecho y derecho como su amado abuelo Sōken Ishida quien fue su sensei y lo adiestró muy bien en el arte de la arquería hasta su trágica muerte luchando solo contra unos hollows, y el pequeño Uryū viéndose obligado a presenciarlo impotentemente.
Incluso después de su trágica muerte, el joven Ishida todavía se determinó en seguir entrenando y perfeccionando sus habilidades de combate independientemente de las objeciones de su padre para convertirse en un poderoso guerrero Quincy no sólo para conservar la memoria de su clan extinto como el "último Quincy", mantener vivo el legado de su difunto abuelo o demostrar que él es mejor que los Shinigamis protegiendo a las almas de los difuntos del ataque de los hollows y que la humanidad ya no necesitaba a los Shinigamis que los ampare (fruto de su resentimiento hacia ellos por no haber salvado a su abuelo), sino para salvar y proteger a todos aquellos que se vean perjudicados por los hollows, al igual que Kurosaki.
Fue gracias a aquel punto en común con el Shinigami Sustituto que su despectiva hacia los Shinigamis se atenuó ligeramente. A lo largo del tiempo ya sea antes o después de la Guerra de Invierno (a pesar del gran contratiempo que tuvo que soportar sin sus poderes debido al nefasto encuentro con Mayuri) Uryū había entrenado duramente para perfeccionar sus habilidades que les serían de gran utilidad en Hueco Mundo hasta el final de la guerra. Incluso después del fatídico día, el joven Ishida continuó entrenando duramente durante estos 17 meses de paz sin participar en ningún tipo conflicto sobrenatural, salvo las constantes cacerías de hollows por Karakura, pero nada relevante, hasta el día en que de nuevo se involucrara en un nuevo conflicto como en este caso y estar más o menos preparado para afrontarlo.
Una lástima que no se podía decir lo mismo de Kurosaki.
Al igual que él, trabajó muy duro para hacerse fuerte y hacer lo que cualquier Shinigami hubiera tardado 10 o 100 años en conseguir; el Shikai y el Bankai, además de haber logrado dominar la hollowficación. Como siempre, Kurosaki superaba las expectativas de los demás ya sea por las batallas que había librado y los obstáculos que había superado en el poco tiempo que había sido un Shinigami.
Había hecho cosas que sabía que no deberían ser posibles, desde lo rápido que podía crecer en fuerza hasta derrotar a un capitán después de solo un mes de entrenamiento. Fue gracias a eso que Ichigo Kurosaki se había convertido en todo un fenómeno y por tanto el más fuerte de ellos, y al final tuvo que sacrificar todos esos poderes para derrotar a su enemigo natural y salvar a todos tal como era su deber.
Al principio aceptó el hecho de que ya no solo tenía poderes, también ya no podía ver espíritus, con aparente resignación e Uryū pensó que aquello era lo mejor para él y lo dejó estar durante estos 17 meses. Realmente había aprendido a vivir como un humano completamente normal y corriente sin involucrarse en ninguna actividad sobrenatural, pero hubo a veces que notó algún tipo de 'vacío' dentro de su ser por alguna razón, pero decidió no darle demasiada importancia y no decir nada al respecto mientras la vida seguía su curso con relativa normalidad.
Eso, hasta que terminó involucrado inexplicablemente en esta Guerra del Santo Grial y las cosas se jodieron de verdad para él, puesto que ya no tenía ningún poder especial para participar activamente y pelear contra sus competidores. Peor aún, tanto tiempo teniendo sus poderes de Shinigamis y acostumbrado a hacer cualquier cosa como pelear contra tipos fuertes como los Shinigamis y Arrancars, (especialmente los de tipo capitán y Espada respectivamente) le había dado un sentimiento de superioridad que le permitía luchar en igual de condiciones contra cualquier enemigo que se cruzase, incluso después de estos 2 años y medios sin ellos aquel sentimiento aún persistía, pero ahora las cosas fueron diferentes.
La situación en la que se encontraba ahora puso a prueba dicho sentimiento al no poder hacer absolutamente nada para participar activamente en la guerra y respaldar a su Servant, salvo en el suministro de maná/reiryoku, pero nada más. Eso, y el hecho de no haber podido haber salvado esos pobres niños de las garras de Caster y hacer este último pagar, afectó duramente su moral y darse cuenta de que ya no era la misma persona que solía ser hace 2 años. El sentimiento era muy amargo y él lo sabía muy bien el de no poder hacer nada para marcar la diferencia. Fue por eso que dedicó los últimos días en activar sus nuevos poderes que lo permitiría entrar en un nuevo mundo sobrenatural, y perfeccionarlos para esta ocasión, y aunque lograra dominar en tan poco tiempo (como es costumbre) uno de sus hechizos mágicos, no será suficiente.
Puede que Kurosaki sea un tipo muy duro ya sea con o sin sus poderes de Shinigami, pero todavía seguía siendo un humano, y por tanto vulnerable ante otras entidades sobrenaturales como los magos y los Espíritus Heroicos. Puede que el oponente actual de Kurosaki no fuera un mago, lo cual es de agradecer, pero no dejaba el hecho de que sea un maníaco homicida y psicótico, quizás del mismo grado que el famoso asesino de los años 80, Tsutomu Miyazaki o quizás superior, y eso le preocupaba bastante. Además de que no sabía que trucos tenía bajo la manga para traer al temerario pelinaranja hacia una trampa, por no hablar de que tenía el respaldo de su Servant, lo cual era lo que más le preocupa.
Fue por eso que tenían que apresurarse en llegar a ese bar lo antes posible para ayudar al idiota de Ichigo.
Durante el trayecto, de repente Saber había desaparecido en un deslumbrante destello escarlata sin dejar rastro de ella como si hubiera desaparecido de la faz de la Tierra. Entre la sorpresa y confusión por este extraño fenómeno, Urahara les explicó que esto se debía a que Kurosaki haya utilizado sus Sellos de Comando para llamarla, y por eso Saber se teletransportó hacia donde estaba Kurosaki en estos momentos.
Una ronda de alivio y seguridad se había apoderado de tanto Uryū como Orihime cuando la comprensión de sus palabras penetraron en ellos de inmediato. Habían olvidado que una de las funciones principales de los Sellos de Comando era que a parte de que el Master pudiera dar órdenes a sus Servants, estos también podían hacer teletransportar al Servant a la ubicación exacta de su Master en caso de urgencia. Si lo que dijo fuera cierto, entonces es probable que Ichigo hubiera usado sus Sellos para llamar a Saber hacia donde estaba él y luchar contra Caster.
Aquella noticia alegró enormemente al Quincy y a la sanadora, pero eso no los persuadió en seguir corriendo y llegar al lugar de los hechos para asegurarse de que todo estaba bien. La experiencia pasada ya sea en la Sociedad de Almas y Hueco Mundo les enseñó que cualquier cosa podría suceder una vez que alguien se separe del grupo y fuera solo por su propia cuenta al encuentro con un poderoso enemigo y quien sabe cual sería el resultado como el caso de Chad y Rukia quienes cayeron ante poderosos enemigos durante su infiltración en Las Noches.
Por eso continuaron su marcha sin descanso hacia su destino.
Incluso sin Saber, la única que podía guiarlos hacia allí no estaba con ellos ahora, aún así se las arreglaron para seguir el camino rastreando el reiatsu de Ichigo, el maná de Saber y la de Caster. Con tal, no fue nada difícil extraviarse e iban en buen camino. Ya estaban muy cerca.
Una vez que doblaron una esquina tuvieron a la vista el lugar de donde provenía la fuente de reiatsu de Ichigo en forma de un pequeño edificio con aspecto de bar a tan sólo pocos metros de distancia al otro lado de la calle. El lugar parecía ser inaccesible sin ninguna puerta a simple vista, pero Uryū pudo divisar unos escalones que conducían hacia abajo, supuestamente a la entrada del establecimiento abandonado.
"¡Debe de ser ese lugar!" Indicó Uryū mientras él y sus compañeros se acercaban más hacia el edificio.
Uryū recordó la descripción que le dio Saber más o menos el aspecto del bar abandonado. Si eso fuera así, entonces el lugar que tenían delante y donde se acercaban era el lugar donde seguramente estarán Ichigo peleando con el Master de Caster. Una vez que cruzaron la calle y llegaran a la cera donde se alzaba el edificio abandonado, lo último que tenían que hacer fue llegar a las escaleras subterráneas que conducían a la entrada y prepararse para intervenir.
No sabían cómo estaba la cosa ahí adentro y en qué estado se encontraban tanto Ichigo como Saber, o si Caster y su Master aún siguen ahí seguramente esperándolos para tenderles una emboscada, pero sea lo que sea que les estuviese esperando, estarán preparados para afrontarlo y ayudar a Ichigo.
Justo cuando Uryū iba a ser el primero en alcanzar las escaleras, no tuvo tiempo para desacelerar su marcha cuando vio a alguien terminar de subir por dichas escaleras con algo en sus brazos, y parecía que ese "alguien" no se había percatado de su presencia por lo que Uryū fue el primero en chocar inevitablemente con la persona. Ambas víctimas gruñeron de dolor por el impacto y cada uno se desplomaron en el suelo aturdidos.
Kisuke e Orihime se detuvieron detrás del Quincy para observar el accidente, y cuando este último se recuperó de la conmoción y miró quien fue con quien chocó, sus ojos se abrieron de par en par al descubrir de quien se trataba.
"Mierda. Como duele." Gruñó Ichigo mientras se frotaba la frente con una mano por donde había sido golpeado.
"Kurosaki." Ichigo abrió un ojo al oír como alguien acababa de pronunciar su apellido y vio que se trataba de su amigo.
"Ishida."
Orihime y Kisuke también se sorprendieron al encontrarse con Ichigo (con un niño inconsciente en sus brazos) y la primera se alegró de verlo sin apenas un rasguño aparente. No mucho después Saber (con su ropa informal) fue la siguiente en terminar de subir el último escalón para encontrarse con los amigos de su Master.
"Bueno, veo que los dos estáis de una sola pieza." Comentó Kisuke con una sonrisa al ver que los 2 están bien.
Ichigo gimió mientras se levantaba y se incorporó del todo sobre sus 2 piernas asegurandose de tener al niño en sus manos. Uryū hizo lo mismo al mismo tiempo.
"¿Estás bien?" Preguntó Uryū primero para saber el estado de su amigo.
"Sí. A parte del golpe que me diste, todo bien." Respondió Ichigo mientras se frotaba un poco la frente.
Viendo que todo parecía ir bien con el ex Sustituto, a parte del pequeño incidente, Uryū decidió cambiar de tema para saber que pasó antes ahí adentro.
"Saber nos contó antes de que te encontraste con el Master de Caster y peleaste con él mientras que ella aprovechó para sacar a los niños secuestrados, ¿no es así?" Hizo esa pregunta mientras se fijaba en Saber para pedir confirmación. Ella solo hizo un pequeño gesto, pero nada más. "¿Qué ocurrió?"
Ichigo frunció un poco el ceño mientras recordaba los acontecimientos ocurridos en ese bar y empezó a relatar su encuentro con aquel bastardo, su forzosa pelea con él y como logró dominarlo hasta destruir aquel brazalete mágico que mantenía a los niños hechizados. Continuó con la inesperada llegada de Caster, su inevitable enfrentamiento con él, pero logró patearlo con Refuerzo, y luego utilizó su primer Hechizo de Comando para llamar a Saber y terminó con la retirada de ambos. Por supuesto, tuvo que omitir algunos detalles como la casi intervención de su hollow interno para no preocupar a sus amigos, aunque se hizo una nota mental para atender ese asunto más tarde.
Los 3 escucharon atentamente lo que Ichigo les contó sobre su confrontación con ambos y se alegraron de que sobreviviera a tal encuentro. Sobre todo, Uryū.
Sin embargo, ahora sería el momento en que Ishida reprendiera a Ichigo por la loca imprudencia que hizo, pero debido a las circunstancias y sabiendo que no valía la pena discutirlo, se abstuvo de decirlo, y en su lugar dijo unas palabras que no esperaba pronunciarlas delante de él.
"Me alegro de que estés bien." Dijo Uryū con toda la sinceridad que tuvo, aunque con un tinte de vergüenza en su tono.
La aparente e inesperada respuesta del Quincy provocó una reacción estupefacta en los oyentes, sobre todo Ichigo quien miraba a su amigo con los ojos bien abiertos como si al Quincy le hubiera crecido una segunda cabeza. No podía creer lo que acababa de escuchar de él. Solo fue después de unos incomodos segundos de silencio que parecían eternos, que Ichigo finalmente habló.
"¿De verdad eres Ishida Uryū?"
El Quincy casi se tambalea la cabeza a un lado atónito por la respuesta que casi sintió como la sección izquierda de las gafas se les resbalaba hacia abajo.
"¿Se puede saber que estas diciendo?" Preguntó con un tono indignado mientras se reajustaba la parte izquierda de las gafas en su lugar.
"No te ofendas hombre, pero el Ishida que conozco no diría algo como que estaría preocupado por mí." Contestó Ichigo un poco tímido.
Mientras Uryū gruñía casi infantilmente con un leve rubor en las mejillas al lamentarse por haber expresado abiertamente su preocupación a su ex rival, Orihime soltó una pequeña risa nerviosa mientras Kisuke trató de reprimir su propia risa y Saber simplemente observó la escena con aparente indiferencia como si fuera la única que no viera el humor en esto.
Antes de que esta situación se descontrolase, rápidamente Kisuke cambió de tema
"Bueno, veo que te ha servido bastante bien Refuerzo, ¿no es así?" Comentó Kisuke con una sonrisa.
Ichigo tuvo que admitir que tenía razón en eso. Realmente ese truco de reforzar su fuerza física le resultó bastante útil para dar una buena paliza a ese bastardo trastornado y de paso una patada. Fue muy refrescante patearlo y si podía patear a un ser sobrenatural como un Servant (siempre que estuviese desarmado), sintió que podía hacer cualquier cosa. Aunque se sentiría más cómodo si portara un arma a mano como su fiel Zanpakutō y así rebanar por la mitad a Caster.
Aún así, casi podía sentir la euforia de poder volver a luchar contra oponentes sobrehumanos como en los viejos tiempos y no mantenerse al margen indefinidamente. Ahora podía entrar en acción.
"Si. Ese truco me fue muy útil." Dijo Ichigo con algo de satisfacción mientras se miraba la palma de su mano antes de cerrarla en un puño con determinación.
"Me alegro."
"No te pongas tan engreído solo porque pudiste patear a esa escoria." Espetó Saber de repente. Ahora los ojos estaban puestos en la Saber roja quien lucía con una mirada severa y con los brazos cruzados. "Te recuerdo que esa alimaña no es más que un enclenque que no puede utilizar una espada y no sabe otra cosa que convocar ese enjambre de bicharracos repugnantes. Cualquiera de nuestros enemigos que vimos antes podrían haberlo aniquilado en menos de lo que dura un suspiro."
Aunque tomado como un golpe bajo, sabían que lo que dijo el caballero rojo tenía razón y que aquel demente francés no era nada comparado con el resto de Servants que vieron anteriormente. Recordando el potencial de cada uno de ellos e imaginando un posible escenario en la que cualquiera de ellos se enfrentara a Caster, no había ninguna duda de que podrían haberle ganado a este último junto a sus familiares en un instante. Eso, a no ser que se le diera la oportunidad de escapar como en los casos anteriores.
Hasta ahora, hubo 2 ocasiones en los que podrían haber acabado con el Servant de la Hechicería de una vez de no ser que siempre escapaba en el último segundo de una muerte segura.
Para Ichigo también debería ser pan comido matar a ese bastardo de no ser por ese maldito enjambre de monstruos y por no portar armas. Ciertamente tener una fuerza sobrehumana comparable a la de Chad le fue muy útil para patear a tipos duros sobrehumanos, pero parecía que de poco le iba a servir para acabar con ellos. Necesitaba algo más que unos simples puños reforzados.
"Bueno, de todas formas, viendo que ahora te ha servido bastante bien Refuerzo en combate verdadero, supongo que ya no hará falta que sigas practicando y ahora pongámonos con el siguiente ejercicio de aprender Proyección." Sugirió Kisuke de pronto para aliviar el ambiente. Aquello parecía tener el efecto deseado cuando todos consideraron ese hecho, sobre todo Ichigo.
En cierto sentido es cierto que ya había aprendido como utilizar sus Circuitos mágicos para emplear uno de los hechizos básicos como Refuerzo y los utilizó hoy mismo para patear a Caster lo cual fue muy satisfactorio por lo que estuvo de acuerdo de que ya no había necesidad de seguir practicando más. Con saber lo básico es suficiente.
Ahora era el turno de aprender el otro truco conocido como Proyección, que si mal no recordaba consistía en crear de la nada un arma usando una combinación de energía mágica generada y la imaginación del usuario para poder manifestar el arma deseada. Teniendo en cuenta lo que dijo Urahara antes sobre que el arma más característica de Ichigo es siempre su fiel Zanpakutō Zangetsu, en teoría sería capaz de hacerla aparecer y utilizarla como su poder.
El problema era que, si incluso Ichigo lograra manifestar su Zanpakutō, no sabía que tipo de diferencia habrá entre la que creará y la original. Según lo que le contó Urahara, el objeto creado era solo una ilusión proyectada y solidificada pareciendo tan realista como el objeto original, aunque no sabía hasta que punto. Todavía necesitaba saber si podía utilizar dicha imitación de la misma forma que la original.
"En fin, ¿qué tal si vamos a ver cómo están los niños que al menos habéis salvado?" Dijo Urahara cambiando nuevamente de tema para centrarse en otro asunto más importante.
La carretera, al lado de un antro cerrado, hace algún tiempo se había llenado de numerosos sollozos y gemidos lastimosos procedentes de los niños apiñados recién despiertos del hechizo de hipnosis que les impulso el secuestrador horas antes. Ninguno de ellos recordaba que estaba pasando y que hacían exactamente en algún lugar irreconocible en medio de la calle cuando deberían estar durmiendo en sus respectivas casas. La confusión era tan grande y sin saber que hacer en una situación como esta, solo podían hacer una cosa en una situación así; llorar consternadamente de manera incesante.
En medio de este caos infantil, la pequeña Rin era la única que no lloraba, aunque no sabía que hacer ahora mientras aún tendía de la mano a su amiga Kotone quien tenía una expresión un poco pasiva, pero obviamente confusa por la situación. Al igual que el resto de los niños, no recordaba exactamente como llegó hasta aquí y por qué despertó fuera en medio de la ciudad y con Rin y el resto de sus compañeros de clase a su lado.
Al mismo tiempo, Kon se sintió un poco agobiado por el lloriqueo incesante de los numerosos mocosos aquí presente. Por una parte, se alegró de que Ichigo lograra patear a ese bastardo trastornado (si el hecho de que los niños estuviesen libres de la hipnosis fuera una indicación), pero definitivamente esto no parecía un final feliz con todo este alboroto. Bueno, al menos todo se ha arreglado hasta cierto punto. Ahora lo único que queda por hacer es ¿qué demonios hacer con todos esos mocosos lloriqueando? Eso sin duda iba a ser una tarea bastante ardua.
"Espero que Ichigo vuelva pronto lo antes posible antes de que me vuelva loco."
Como si sus oraciones fueran escuchadas, Kon escuchó un par de pisadas acercándose hacia su ubicación y echando la mirada hacia la izquierda pudo ver a Ichigo con un niño en sus brazos (supuestamente el que fue tomado como rehén para obligar a Ichigo a luchar contra él), Uryū, Saber y sorprendentemente Kisuke y Orihime iban con ellos.
"Ya están aquí."
Cuando los 4 adolescentes y el adulto llegaron al rincón de la calle (indicado por Saber) se encontraron con una escena un tanto escandalosa con una gran cantidad de niños apiñados sollozando ruidosamente pidiendo lastimosamente donde estaban sus padres.
A pesar del alboroto, Ichigo estaba contento de que todos ellos estuvieran fuera del control mental que les impulso el bastardo con su brazalete. Solo había un problema que atender…
"¿Qué hacemos ahora?" Fue Uryū el primero en preguntar respecto a la situación de los niños estando muy lejos de sus respectivas casas y no sabían y como llevarlos de vuelta.
Su respuesta no tardó mucho en esperar, cuando Kisuke la soltó. "Bueno, supongo que habrá que hacer algunas llamadas."
Dichas "llamadas" consistía en avisar al cuerpo de policía que estaba desperdigado por los alrededores de la ciudad en estado de toque de queda y que resultaba no ser muy difícil contactar con algunos de ellos. Uryū se encargó de hacer la llamada ya que tenía el numero de la comisaria de Fuyuki y solo les contó que había un gran numero de niños apiñados al lado de un local cerrado en la calle Fuwaka (el lugar donde estaban ahora).
El resultado fue satisfactorio y solo sería cuestión de minutos de que al lugar acudiesen numerosos coches patrulla para atender y llevarse a los niños a un lugar seguro. Por supuesto, una vez que llegasen, tendrían que retirarse lo antes posible antes de que los viesen y luego los tachasen como principales sospechosos. No podían simplemente decirles que fueron ellos quienes encontraron el escondite del secuestrador y le patearan el culo antes de escapar con su cómplice sobrenatural. ¿Quién se tragaría esa historia? Fue por eso que decidieron retirarse cuando vinieran los agentes de policía al lugar y se hicieran cargo de los niños aquí para llevarlos a un lugar seguro.
Mientras esperaban pacientemente, Ichigo escuchó una voz acercándose hacia él.
"Oi, Ichigo." Ichigo se encogió ligeramente al escuchar aquella voz familiar y bajó su mirada al suelo para ver llegando bajo sus pies a Kon. "¿Qué? ¿Lograste darle una buena paliza a ese bastardo y te lo cargaste?"
"Logré darle una paliza, sí. Pero se escapó junto con Caster." Dijo la última frase con algo de frustración en su tono.
Al oír eso, la expresión del león de peluche se llenó de asombro al escuchar que a pesar de que Ichigo logró poner a ese bastardo desquiciado en su lugar, al final escapó impunemente junto a ese demonio. Y eso no era nada bueno. "¿¡Qué!? ¿Lo dices en serio?"
La expresión seria del chico pelinaranja y el silencio que emitía era una clara indicación de que no mentía. Ante eso, el hocico de Kon se contrajo formando un ceño fruncido obviamente también frustrado por la huida de aquel bastardo desquiciado.
"Esos malditos desgraciados no mueren nunca. Si al menos tuviera un cuerpo más grande y apropiado para mí, hubiera convertido a esos dos en una pulpa irreconocible." Refunfuñó mientras hacia gestos un poco exagerados con los brazos.
Por su parte, Ichigo ignoró esos gestos mientras él reflexionaba un poco de querer dar otra paliza a esos bastardos. De repente, su línea de pensamientos quedó interrumpida al darse cuenta de una cosa importante respecto a donde estuvo Kon antes de encontrarlo dentro de aquel bar.
"Por cierto, ¿qué te ha pasado mientras estabas perdido? Mientras aún estábamos buscando a Caster y su Master, decidí usar el Reiryaku para tratar de localizarlos y en su lugar te encontré solo a ti acompañado por alguien, supuestamente por un mago y temí que podrías haber sido capturado por aquel bastardo demente y quien sabe. De todas formas, fue gracias a eso que pudimos encontraros a vosotros en su escondite."
"Oh verás, para tu información no fui secuestrado ni nada, pero sí que estuve perdido en medio de la calle debido a un mamón que no tuvo cuidado en pararse y asegurarse de que yo siguiera en tu hombro." Contestó Kon diciendo la última frase con un ligero tono molesto por el incidente que lo puso en aquel aprieto antes.
Ichigo apenas mostró algo cuando le recordó el incidente que hizo que se separara de él mientras seguía escuchando.
"Mientras paseaba por ahí tratando de buscarte, me encontré con aquella niña de allí." Señaló el Alma Modificada a la niña con largas coletas atendiendo a otra niña. Ichigo y los demás la observaron con curiosidad antes de volver a atender a Kon. "Aquella niña no había sido secuestrada por aquel maníaco y simplemente se fugó de su casa a expensas de sus padres para venirse ella sola aquí para buscar a su amiga secuestrada."
Los adolescentes quedaron atónitos al oír eso.
"Espera, ¿lo dices en serio?" Preguntó Ichigo sorprendido ante el hecho de que una niña tan pequeña se haya fugado de la casa de sus padres sin que estos últimos la notaran para viajar sola a las entrañas de la ciudad en mitad de la penumbra noche con un peligro asesino en serie y un demonio suelto.
"Sí, yo también me sorprendí bastante cuando ella habló con dos agentes de la policía que la pillaron desprevenida por distraerse mirándome." Continuó Kon. "Yo estaba en mi fachada inerte mientras ella me agarraba y me di cuenta que ella portaba aquel chisme que Urahara-san te dio para buscar a esos bastardos."
Esto sorprendió nuevamente a la audiencia.
"¿Te refieres a la brújula detectora de maná?" Fue Kisuke el siguiente en preguntar al pensar que se refería al objeto que le regaló a Ichigo.
"Sí, por lo visto era un regalo de su padre y según ella lo estaba utilizando para localizar al secuestrador. Ella trató de convencer a esos dos agentes que la ayudaran a salvar a su amiga, pero en lugar de ayudarla, ellos decidieron llevársela a un lugar seguro por su seguridad a pesar de que ella no quería. Por mi parte, aproveché la confusión para escapar de aquella escena, pero luego me di cuenta de que aún estaba perdido y no tenía ni idea de cómo orientarme o encontrarte en este jodido laberinto. Fue entonces que me fijé de nuevo en la niña aún resistiéndose obstinadamente en ir con los polis para ir a buscar a su amiga, y recordé que poseía aquella brújula mágica y la necesitaba para poder encontrarte, y para ello necesitaba a esa niña libre para que me ayudara por lo que después de unos instantes de reflexionarlo, decidí ayudar aquella niña para librarse de esos tarados y unirme a ella."
Ichigo y los demás adoptaron unas expresiones estupefactas por la última parte que dijo el Alma modificada.
"¿Qué hiciste?" Preguntó Ichigo en un tono preocupado casi temiendo que el Alma modificada hiciera una estupidez.
"Verás, para empezar le lancé una piedra a uno de esos hombres para llamar su atención. Yo me escondí en una esquina a la espera de que viniera al que golpeé para tenderle una trampa. Aquello funcionó cuando el muy idiota llegó hasta donde yo quería y arremetí con mi cuerpo tan fuerte como pude y golpeé su entrepierna." Dijo las últimas frases como si fuera una hazaña mientras hacía gestos para enfatizar un poco la escena. Por supuesto, ni Ichigo y sus amigos estaban contentos por lo que hizo Kon.
"Bueno, poco después la niña le dio una fuerte patada en la espinilla del agente que la mantenía agarrada y aprovechó para salir pitando a toda leche y yo la seguí hasta escondernos en algún rincón dónde esos dos mamones no pudo encontrarnos. Una vez a salvo, me presenté como un familiar o como se llamen esas cosas que usan los magos para tareas de todo tipo y pude confirmar que ella era una maga que se había fugado de la casa de sus padres para buscar a su amiga secuestrada. Yo le pedí que me ayudara a buscarte con su brújula, pero ella se negó diciendo que estaba muy ocupada buscando a su amiga, y desesperado, le dije que tú también estabas buscando al secuestrador para salvar a esos niños. Fue así que ella decidió acompañarme para buscarte e ir los cinco juntos a buscar el escondite de esos bastardos."
"¿¡Eres idiota!?" Espetó Ichigo en voz alta mirando a Kon alocadamente por lo que hizo este último. "¿Cómo pudiste involucrar a esa pobre niña en esto? Debiste haber dejado que esos agentes se la hubieran llevado a un lugar seguro."
Pronto Orihime se le unió. "Es verdad. Lo que hiciste no creo que fuera lo correcto."
"¡Callaos ya! ¿Crees que no pensé que lo que hice fuera mala idea?" Replicó Kon molesto por como los 2 adolescentes lo juzgaron por lo que hizo. "Yo también lo estuve pensando por un momento antes de actuar, pero no más remedio que hacerlo si tenía que encontrarte. Cómo ya expliqué, solo necesitaba ayuda de su brújula mágica para encontrarte primero, pero las cosas se torcieron durante el camino."
Así Kon continuó relatando su aventura con la niña después de que ambos decidieran ir juntos, y durante la travesía, casi se encontraron con el secuestrador llevando a unos niños más hacia su escondite y ella y Kon lo siguieron hasta llegar aquel bar abandonado siendo su escondite.
Kon había tratado de persuadir a la niña de que fueran a buscar a Ichigo primero e indicarle la ubicación, pero ella se negó rotundamente a esperar y decidió actuar ella primero y se metió en el bar y Kon la siguió.
Por último, Kon relató su experiencia en ese tenebroso lugar, los cuerpos apilados de los niños, el secuestrador atrapándolos, su intento de escape hasta la irrupción de Ichigo y Saber.
La audiencia se quedó en silencio mientras digerían la última parte de la historia. Si bien, se alegraron de que todo hubiera salido bien ya sea para la niña y el Alma modificada, pero aún seguían un poco descontentos por la estúpida decisión de traerla hacia aquel lugar.
Para aliviar un poco el ambiente, como siempre, Kisuke decidió cambiar de tema.
"Dices que aquella niña es una maga, ¿verdad?" Preguntó mientras se fijaba en la niña con coletas atendiendo a su amiga.
"Uh, si. Eso dijo ella."
Kisuke emitió un extraño tarareo que le ganó algunas miradas confusas de los adolescentes.
"¿Sabes como se llama?"
"Uh, creo que se llamaba Rin, pero no me acuerdo del apellido."
Tras escuchar eso, el tendero se quedó pensativo por unos instantes antes de comenzar a caminar hacia la niña sin decir nada más. Ichigo y los demás le siguieron por la espalda.
Rin notó la llegada del hombre y se volvió hacia él con la guardia en alta para evaluar de quién se trataba. Cuando el hombre se detuvo frente a ella y la última observó bien sus rasgos, hizo nota de que se veía un poco raro. Lo primero que vio fue que era un hombre de unos treinta y tantos años con el pelo rubio, pero cubierto por un extraño sombrero en forma de cubo que le daba un aspecto un tanto divertido y que cuya sombra proyectada cubrían sus ojos hasta el punto de no verlos a simple vista. Pero aún así, podía sentir que este la observaba, escudriñándola en silencio.
Su vestimenta consistía en un samue verde oscuro y encima de este un haori. Por último portaba un par de zapatillas de madera tradiciones. Con solo mirarlo a primera vista, a Rin le dio la impresión de que este hombre parecía venir de un circo a pesar de no parecer un payaso, pero no por ello bajó la guardia pensando que podría ser un tipo sospechoso.
Kisuke vio la desconfianza en los ojos de la niña aflojó su expresión para parecer amigable.
"Tranquila, no tienes nada que temer, jovencita." Habló el tendero. "Solo soy un amigo, nada más. Me gustaría preguntarte algo si no te importa."
Rin solo parpadeó confusa bajando ligeramente la guardia. ¿Qué quería exactamente este extraño hombre de ella? Una parte de ella también se preguntaba si tenía algo que ver con el extraño familiar parlante y con aquel chico que los salvó del secuestrador. Si fuera así eso, ¿significaba que él también es un mago y tal vez conociera a su padre?
Justo cuando el hombre iba a hacer su pregunta, de repente escuchó el audio de una sirena apenas audible en el aire que desde un principio era silenciado por el sollozo y gimoteo de los niños, pero conforme pasaban los segundos, el sonido se volvió más y más audible como si se acercaba llenando todo el ambiente con su estridente audio llenando el ambiente silenciando la mayoría de los sollozos de los niños y estos últimos miraron a su alrededor inquietos preguntándose que era.
Ichigo y los demás reconocieron ese sonido de inmediato y lo tomaron como una inequívoca señal de que ellos habían llegado. Los policías.
Pronto todos pudieron ver una serie de vehículos venir desde la izquierda y cuyas capotas emitían un par de fuertes destellos rojos intermitentes que iluminaban a su alrededor acompañados por el estridente sonido de sus características sirenas de emergencia.
"Ya están aquí." Dijo Kisuke a nadie en particular mientras observaba un poco absorto la llegada de tantos coches de la policía de Fuyuki.
Mientras los coches se acercaban, de repente notaron como la niña con coletas se hecho a correr sin avisar cruzando la carretera a la izquierda dirigiéndose hacia un callejón como si hubiera visto un fantasma.
"¿A dónde va?" Preguntó Ichigo desconcertado por la huida de la niña.
"No estoy seguro, pero creo que deberíamos hacer lo mismo antes de que nos vean." Sugirió Kisuke a continuación antes de echarse a correr a la misma dirección de la niña. En un momento de vacilación, los adolescentes y el Alma modificada fueron los siguientes en salir corriendo antes de que los focos de luz de los coches los iluminaran. Poco antes de que Ichigo los acompañase, dejó el niño inconsciente en el suelo junto al resto, y luego ya procedió a retirarse lejos del alcance de los policías.
Una vez fuera de la vista, los coches patrulla se detuvieron como un rebaño parándose para comer cerca de donde están los niños. Al salir de sus respectivos vehículos, los agentes de policía se encontraron con una escena bastante inusual para ellos al ver tantos niños aquí reunidos y no tenían ni idea de que había pasado.
Unos minutos más tarde, los agentes empezaron a meter a los niños en sus coches para llevarlos a la comisaria y reportar a sus padres sobre su estado y llevárselos de vuelta. Entre ellos estaba Kotone quien aún no entendía su situación aquí al igual que la mayoría.
Se suponía que debería estar dormida en su casa y de repente despierta en medio de la carretera con Rin y los demás niños de su escuela sin tener idea de como llegó hasta aquí en primer lugar. Luego vinieron unas personas muy extrañas y uno de ellos trató de hablar con ella, pero antes de hacerlo vinieron numerosos coches de la policía hacia su ubicación, y mientras se acercaba no notó que Rin se había ido debido a que estaba demasiado absorta para darse cuenta.
Luego los agentes salieron de sus coches y empezaron a darles instrucciones para que se metieran en sus coches para llevarlos a un lugar seguro y llamar a sus padres para que fueran a buscarlos. Muchos niños estaban ansiosos por ello por lo que no dudaron en obedecer las instrucciones de los agentes y subirse a los coches, aunque con algo de inquietud. Todavía no sabían que estaba pasando y eso aún seguía asustándolos.
Por otra parte, mientras Kotone fue la siguiente en subirse a uno de los coches, todavía estaba preocupada por su mejor amiga ya que aún no la veía por ninguna parte y rezó para que estuviese bien.
Mientras la evacuación transcurría con normalidad, Rin pudo observar cómo Kotone fue la siguiente en entrar en el coche dándole una sensación de alivio y alegría al ver que ella estuviese en buenas manos ahora. De hecho, debería estar feliz en este momento ya que por fin después de tantas dificultades, un pequeño contratiempo y la amarga sensación de fracasar en su intento de salvar a su amiga, había conseguido no solo salvarla a ella, sino a todos sus compañeros de clase de ese secuestrador maniaco. Bueno, en realidad no fue ella quien los salvó.
"Oi…" Aquella voz masculina provocó que ella levantara la cabeza para mirar al chico pelinaranja que se enfrentó al secuestrador estando justo detrás de ella mirándolo con una mirada extrañada. Había olvidado de que ella no era la única que se había refugiado en este escondite. "¿Por qué no vas con ellos? Ellos solo van a llevarte a un lugar seguro para que puedan llamar a tus padres y buscarte. No son malas personas, ¿sabes?"
Rin miró algo dudosa al chico antes de responderle. "Lo sé, pero no quiero que llamen a mi madre y le diga que estoy aquí."
Esto hizo que Ichigo recordara algo que le contó Kon antes sobre esta niña en particular sobre sus circunstancias por la que estaba aquí en primer lugar.
"Kon me contó que tu te escapaste de tu casa sin que tus padres se enteraran para ir a buscar a tu amiga, ¿no es así?"
"Sí, así es." Respondió Rin con un asentimiento un poco tímido. "Mi madre no sabe que estoy aquí y por eso no quiero que se entere de esto mientras regreso."
Los adolescentes se quedaron mirando un poco absortos a la niña mientras registraban lo último que dijo confirmando todo lo que Kon dijo de ella era cierto, y por ello, Ichigo no tardó mucho en reaccionar.
"¿¡Como pudiste hacer algo así!?" Ichigo casi gritó al darse cuenta de la imprudencia que hizo la niña. Esta última casi se estremeció por el vozarrón del adolescente. Uryū y Orihime se quedaron tensos por el tono que utilizó Ichigo. "¿No sabes que lo que hiciste a sido muy peligroso y podría haberte pasado algo muy malo?"
Recuperándose apenas de su conmoción, Rin decidió contraatacar ya que no quería que alguien la replicaran de esta forma tan descarada. Su orgullo como Tohsaka no se lo permitiría.
"¡C-cállate! Se cuidarme de mi misma." Replicó ella con una expresión afilada casi enojada para no dejarse llevar. "Además, esos tipos de la policía no saben absolutamente nada de aquel monstruo. No son magos por lo que es prácticamente imposible que unos humanos puedan con él, ¿entiendes?"
"Lo sé, pero eso no significa que tu si puedas hacer algo." Continuó Ichigo.
"Claro que sí. Yo también soy una maga." Dijo esa ultima frase con vehemencia en su tono incluso después de ver su impotencia por no haber echo algo para ayudar antes a su amiga o enfrentarse ella misma al secuestrador, pero su ego y su orgullo de Tohsaka la impedía mostrar cualquier debilidad emocional. "No tienes derecho a replicarme de esa manera solo porque solo sea una niña."
"No te estoy regañando solo porque solo seas una niña." Contestó Ichigo bajando ligeramente su tono aunque igualmente duro. "Dijiste que tu madre no sabe que estas aquí, ¿verdad?" Aquella pregunta casi hizo que Rin bajara ligeramente la guardia. "¿No te das cuenta de que al final ella pueda darse cuenta de tu ausencia y estaría tremendamente preocupada de lo que pudiera pasarte? ¿De verdad quieres tener a tu madre tan preocupada por ti?"
Ante eso, Rin casi se tambalea emocionalmente al oír la frase. Su orgullo trató de resistir.
"C-claro que no, yo solo-
"¡No puedes ir por tu cuenta y dejando que tus padres se preocupen por tu ausencia por mucho más tiempo ya que si continuas así quien sabe como estarán en estos momentos!" Continuó Ichigo amonestando a la niña sin parar.
Para este punto, Rin perdió toda iniciativa y determinación para argumentar como si esa frase hubiera arrojado agua sobre el fuego de su determinación al reflexionar un poco sobre lo que dijo. Era cierto que tenía una madre que la quería mucho y se preocupaba y viceversa al igual que a su padre. Nunca fue su intención de hacerla preocupar por su ausencia, pero tampoco quiso decirle lo que iba a hacer con tal de salvar a su amiga ya que era probable que se la prohibiera salir de su casa.
"Esa… esa no era mi intención." Trató de retomar la iniciativa, pero las palabras del chico mayor golpearon tan duro como un martillo en su orgullo dejando casi expuesta su condición de niña mimada. "Yo solo…"
Es cierto que en el pasado había desobedecido varias veces a su madre, pero no fue con tan mala intención, pero que aun así la regañaba por preocuparla un poco. Sin embargo, lo que había hecho ahora fue demasiado grande para considerarlo como "preocuparla un poco." Inicialmente, en el momento en que la pequeña Tohsaka iba a comenzar esta peligrosa misión sabía perfectamente lo que la esperaba una vez que regresara a la casa de sus abuelos con la imagen enfurecida de su madre regañándola por lo que hizo y luego castigándola por quien sabe cuanto tiempo. No la habría importado esa posibilidad siempre que lograra salvar a su amiga.
Pero ¿qué pasa ahora?
Ahora que por fin había logrado salvar a su amiga y a sus compañeros de clase de las garras de aquel maniático ya nada podía preocuparla, salvo regresar a casa sin saber si su madre la estaría esperando o no, y por primera vez desde que salió temía que podría haberla disgustado por lo que hizo. Sin embargo, nada de eso podría compararse si su padre tuviera una reacción muy similar a la de su madre, cosa que para ella seria totalmente inimaginable, pero que aún así temía más que cualquier otra cosa.
"Yo…" Gimió de nuevo como notó como las lagrimas empezaba a salirse de las cuencas de sus ojos. Su orgullo hecho trizas.
Viendo la expresión angustiosa de la niña, Ichigo enseguida se arrepintió de haber sido tan duro con ella a pesar de que tenía razón, pero nunca tuvo la intención de hacerla daño emocionalmente. Por ello, decidió corregir un poco su argumento y suavizó su expresión inclinándose hasta quedarse de cuclillas frente a ella.
"Tu solo querías salvar a tu amiga, ¿verdad?" Habló con un tono suave. Rin se fijó de nuevo en el chico ahora luciendo con una expresión suave. "Mira, entiendo que estabas preocupada por ella y querías salvarla, pero tampoco tienes que preocupar a tus padres por esto ya que, si te hubiera pasado algo, ellos jamás se lo hubieran perdonado. Tú quieres mucho a tus padres, ¿verdad?"
Rin parpadeó un poco desconcertada por la pregunta. ¿Qué clase de pregunta es esa? "Pues claro que quiero mucho a mis padres."
"Entonces no vuelvas a hacer que se preocupen tanto, ¿de acuerdo?"
La niña no sabía que decir al respecto. Esta era la primera vez que alguien la sermoneaba de esa forma, sobre todo un desconocido a quien acababa de conocer.
Al mismo tiempo, Uryū y Orihime miraron en silencio la escena sin habla. Desde un principio ambos se preocuparon de que Ichigo pudiera haber ido demasiado lejos regañando a la pobre niña, pero enseguida se retractó de lo que dijo y se disculpó formalmente antes de continuar hablando con un tono casi fraternal.
En el fondo Orihime se sintió conmovida por esta actitud ya que es una de las tantas cosas que admiraba de Ichigo.
Mientras tanto, Saber observó la nueva escena con una expresión indiferente como si no le interesaba en lo más mínimo, y más aún cuando hablaron un poco sobre la paternidad o el amor entre un padre y un hijo, cosa que la asqueó y por tanto dejó de mirarlos a ambos esperando que esta mierda acabara de una vez.
"Bueno, lo importante es que estas bien y creo que ya va siendo hora de que te subas a uno de esos coches de inmediato." Dijo Ichigo mientras se incorporaba del todo e indicaba con la cabeza a uno de los coches patrulla aún evacuando a los niños, y de improvisto, siguieron viniendo más.
La expresión de Rin se tensó ante la idea de subirse a uno de esos coches y luego reportarla a su madre para que vaya a buscarla. La idea aún seguía sonándola estremecedora.
"P-pero yo…"
"No puedes seguir aquí afuera por más tiempo. Esta es la única forma de que regreses a tu casa." Instó Ichigo a la niña a que dejara de discutir y se subiera a ese coche.
"Es verdad. Tienes que regresar a tu casa ahora que puedes." Uryū se unió a la conversación para tratar de convencer a la niña. No mucho después, Orihime también se unió.
"No puedes seguir preocupando a tu mamá de esa manera, Rin-chan."
Casi quería hacer caso omiso a las exigencias de los adolescentes, pero sabía que tenían razón. La casa de sus abuelos se encontraba en algún punto muy lejano de Fuyuki y solo fue capaz de llegar hasta aquí en tranvía. Ahora en estos momentos, el tranvía debía de estar cerrado y no tenía otra forma de regresar a casa salvo que los agentes de policía pudieran contactar con su madre y pedirla que fueran a buscarla. No sabía si en este momento su madre ya se había percatado de su ausencia, pero ya no quiso esperar para averiguarlo.
Tenía que ser valiente y afrontar las consecuencias de su desobediencia y por haber preocupado a su madre con dignidad tal como se esperaba de la heredera de su padre. Como tal, después de un arduo debate, tomó su decisión.
"De acuerdo, lo haré." Dijo con resolución.
Ichigo y los demás miraron contentos al ver que la niña finalmente se haya decidido por lo correcto de unirse a los demás niños de quedarse en manos de la policía.
"Entonces deberías darte prisa antes de que se vayan sin ti." Instó Ichigo a continuación con una sonrisa.
"Oye, no me digas lo que tengo que hacer." Replicó Rin con su expresión volviéndose afilada. "Tampoco soy una niña mimada, ¿sabes?"
El chico pelinaranja simplemente puso los ojos en blanco ante ese énfasis de la niña de parecer madura, pero decidió no discutirlo.
"De todas formas…" Habló Rin de nuevo haciendo que Ichigo volviera a fijarse en ella. Ella trató de decirle algo, pero una parte de ella le daba un poco de vergüenza pronunciarlo en voz alta.
"¿Qué pasa? Si tienes algo que decir dilo ya." Instó Ichigo para que se diera un poco de prisa.
"¡C-cállate! Ahora mismo voy." Farfulló Rin casi histéricamente antes de recomponerse y respirar hondo para finalmente soltarlo. "Gracias."
Ichigo simplemente parpadeó un poco confundido.
"Tu familiar me contó varias cosas de ti antes. Dijo que tu también estabas buscando al secuestrador para salvar a los niños y a Kotone, ¿verdad? La verdad es que no podía haberlo logrado yo sola. Así que gracias por haberla salvado."
Ante este sincero agradecimiento, una sonrisa adornó la comisura de los labios del adolescente antes de contestar. "No tienes porqué agradecerlo. Venga, vete con ellos ya."
"¡Ya te dije que no me digas lo que tengo que hacer!" Espetó Rin haciendo pucheros haciendo de su postura un poco linda e infantil. Hinchando sus mejillas, dio media vuelta y salió de su escondite para dirigirse hacia donde estaban estacionados los coches patrullas.
Unos agentes que todavía estaban haciendo recuento de los otros niños que quedaban por evacuar notaron su presencia emergiendo del otro lado de la calle.
Ella se acercó a ellos y solo se dirigió hacia el coche donde entró Kotone para reunirse con ella.
Ichigo y los demás observaron desde la distancia en su escondite como Rin se acercaba a uno de los coches y enseguida es atendida por 2 agentes que pronto la escoltaron a subirse adentro. No pudieron evitar estar demasiado felices al ver que todo había salido bien y que los niños regresarían sanos y salvo a sus respectivas casas. Todo gracias a los esfuerzos de Ichigo y su pandilla.
"Bueno, sin duda esto es un final feliz." Comentó Kon mientras seguía observando la escena.
Ichigo tuvo que estar de acuerdo con ello. De hecho, tenía motivos suficientes para estar muy feliz después de toda la mierda que tuvo que pasar con el Master de Caster ya que por fin pudo hacer una diferencia respecto a la última vez que se enfrentó a aquel bastardo y logró impedir que varios de los nuevos niños secuestrados muriesen y se repitiera aquel horrible matadero humano.
De nuevo agradeció a sus nuevos poderes que pese a que no son nada comparados con sus poderes de Shinigami, les fue muy útil para patear el culo a aquel bastardo. Pero todavía no le fue suficiente. Todavía le quedaba aprender el otro truco que podría serle muy útil y por no decir ser más cómodo de acorde a su estilo de lucha ya que implicaba utilizar una espada.
Se dijo así mismo con convicción que si lograba dominar ambos hechizos podía sentir que podría hacer cualquier cosa y vencer definitivamente a Caster.
"Bueno, creo que es hora de que regresemos, ¿no?" Dijo Kisuke viendo que ya no había más motivos para permanecer aquí ahora que habían cumplido su misión.
Los adolescentes estuvieron de acuerdo y enseguida dieron media vuelta para adentrarse en el callejón para salir al otro lado ya que no podían salir por donde habían entrado antes ya que la policía aún seguía evacuando a los niños y no querían que los vieran. Con eso, salieron por el otro lado sin encontrarse con nadie y continuaron caminando por la otra calle en dirección al motel para descansar. Mañana iba a ser otro día ajetreado.
Al cabo de unos cuantos minutos, la pandilla de Karakura aún estaba deambulando por las calles de Shinto e iba ser un largo trayecto de regreso a pie por donde vinieron casi olvidando la fatídica ida que tuvieron que hacer antes. Si bien, esto era extremadamente agotador y aun más teniendo en cuenta lo que tuvieron que pasar Ichigo y Uryū en sus respectivos combates, pero aguantaron lo mejor que pudieron hasta llegar al motel y descansar de una buena vez. Se lo merecían.
Durante el trayecto, algo rondó en la mente de Saber y eso la estaba molestando un poco. Normalmente el Caballero de la Rebelión solo tenia varias cosas en la cabeza como centrarse en entrenar duramente en condiciones pésimas y hacerse más fuerte, no mostrar debilidad ante nadie y matar a sus enemigos y a todo aquel que se interpusiera en su camino, y por último y más importante, convertirse en el caballero perfecto, uno en lo que su padre estuviera muy orgulloso de ella, pero ese sueño fue desechado cuando ella la rechazó fríamente debido a sus conexiones con su desquiciada madre por lo que fue reemplazado con el ardiente deseo de matar a su padre en batalla y mostrarle que fue un error rechazarla, lo que al final le costó la vida a ambos.
Esas fueron las cosas que siempre tenía en la cabeza todo el tiempo en su primera vida incluyendo el de ganar esta Guerra del Santo Grial y conseguir el Grial para que se cumpliera su deseo de ser rey. El resto carecía de poca importancia para ella, a veces una molestia, y los deshacía con tanta facilidad. Sin embargo, este en concreto, que consideraba como irrelevante, penetró en ella de forma persistente y por mucho que quería quitárselo, no pudo. No sabía por qué razón, pero esto seguramente se debía a que era un pensamiento que la ponía de mal humor y la trajo amargos recuerdos y una experiencia que desconocía por completo y despreciaba al mismo tiempo. Dicho pensamiento surgió al recordar como su Master interactuaba con aquella niña y le hablaba de la paternidad, sobre que los padres se preocupaban mucho por sus hijos y viceversa, y de alguna manera esto la asqueaba.
Lógico considerando como fue toda su infancia hasta el día de su muerte a manos de su padre. La hicieron venir al mundo sin conocer nunca el significado del amor entre un padre y un hijo. Su desquiciada madre la crio con el objetivo de convertirla en el arma principal que destruiría al Rey Arthur, y este último nunca la reconoció como su heredera y mucho menos su hija. Fue por ello que ella había abandonado todo sentido del amor familiar como algo totalmente inexistente para ella y su alma se endureciera como el hierro de su armadura, y que ganara un sentimiento de desprecio y envidia hacia los niños afortunados que si tienen padres que se preocupan por ella y desean solo lo mejor para ellos. Entre aquellos niños que tanto despreciaba estaba su propio Master debido a las primeras visiones de sus recuerdos en su niñez cuando su madre estaba viva y en verdad era el "centro de su universo". Por supuesto, ella no quiso mostrar dicho resentimiento personal hacia Ichigo, dependiendo de las circunstancias.
De todas formas, cada vez que viera una escena similar a la de antes casi le entraba ganas de vomitar y apartar la mirada para otra parte, pero el persistente recuerdo de la conversación entre su Master y esa extraña niña maga aún seguían frescos y la perseguían obstinadamente como si no quisiera dejarlo, empeorando aún más su temperamento.
Ichigo y los demás notaron como Saber empezó a acelerar un poco su marcha dejándolos atrás como si tuviera prisa en llegar a un sitio por alguna razón.
"¿Qué pasa, Saber?" Preguntó Ichigo confundido por la forma que actuaba su Servant. "¿Por qué caminas tan rápido?"
Los segundos pasaron volando pareciendo casi minutos, pero ella no contestó como si para ella estuviera sola. Esta extraña actitud desconcertó y preocupó un poco a los demás.
"Oi, Saber. ¿Me estás escuchando? ¿Qué te pasa ahora?" Insistió Ichigo en seguir llamándola con algo de impaciencia en su voz. Saber se detuvo momentáneamente tratando de ahogar los constantes gritos de su Master, pero no pudo aguantar más y finalmente lo soltó.
"¡Nada!" Gritó ella bruscamente sacudiendo el aire y haciendo que su Master y sus amigos se sobresaltaran por el vozarrón que dio. Entonces volteó la cabeza hacia atrás para mirarlos con una expresión enojada y ojos afilados como dagas. "¡A mi no me pasa absolutamente nada, ¿entendido? Lo único que quiero es regresar a ese maldito motel y prepararme para los próximos combates. Así que déjate ya de molestarme y sigamos andando."
Tan conmocionados por su repentino cambio de animo, la rubia salvaje no se molestó en seguir discutiendo mientras reanudaba su marcha dejando a los demás aún parados atrás.
Solo fue un instante de silencio que parecía una eternidad que Kon fue el primero en hablar.
"¿P-pero que le pasa a esta ahora?" Preguntó desconcertado por la actitud de la rubia. Ninguno pudo formular una respuesta.
Todos sabían que la infame Caballero de la Rebelión tenía una personalidad volátil que iba desde impulsiva y testaruda hasta arrogante y fanfarrona. No hacia falta decir que era una cabeza dura que se ofendía a la mínima por cualquier cosa negativa de ella e incluso llegando a unos extremos homicida si se trataba de su genero como lo demostró algunas veces. Tratar de socializar con ella o llevarse bien a veces era una hazaña un tanto peliaguda y a veces ella era un tanto compleja e impredecible como su relación de amor y odio hacia su padre. Cualquiera diría que también tenía una actitud un poco egocéntrica por extraño que pareciera.
Lo único que sabían de ella, al menos, era que estaba impulsada por un fuerte odio hacia su padre por problemas de su pasado en su primera vida y no descansaría hasta verlo muerto (por segunda vez) y conseguir su tan ansiado deseo por el Grial. Como tal para no buscarse problemas con ella, harían bien en no mencionar cualquier cosa desagradable de su vida anterior, cosa que no hicieron ahora. Se preguntaron que fue lo que la hizo cabrear hoy. No entendían absolutamente nada.
A pesar de que Ichigo estaba comprometido con ella en este conflicto, él nunca se esforzó por entenderla, al igual que ella con él. Lo único que los mantenían unidos en esto como equipo fue su objetivo principal de conseguir ese maldito Grial, y por tanto tenían que tolerarse y trabajar en equipo incluso a pesar de sus respectivos puntos de vista y que a veces discutían por cosas frívolas.
Fue así que una vez que terminaran con esta maldita guerra, ambos se separarían y no volverían a verse nunca jamás, y en algún momento Ichigo ya había aceptado ese hecho, incluyendo la propia Servant. Por tanto, ninguno de los 2 se echarían de menos al uno al otro y continuarían con sus respectivos caminos separados.
Sin nada más que objetar, la pandilla reanudó su marcha ignorando el violento estallido de la rubia en dirección silenciosa hacia el motel.
Eso fue todo por hoy. Otro capítulo complicado que me llevó tiempo hacer. La parte más difícil era el dialogo entre Ichigo y la pequeña Rin, y por supuesto, el nombre del capítulo. Me pregunto cuantos de esto tendré que hacer más adelante. De momento no voy a preocuparme demasiado de eso ya que me voy a tomar una semana libre antes de volver a escribir. Además, los siguientes capítulos van a ser entretenidos de escribir aunque puede que me lleve tiempo hacerlos igualmente, pero lo haré lo más rápido posible.
Ahora vemos que Ichigo ya no hace falta que siga practicando con Refuerzo y ya es hora que aprenda Proyección, pero eso se verá en los siguientes capítulos.
Oh, y si alguno se pregunta que le pasó al niño que Ichigo llevó en brazos, no os preocupéis que solo está inconsciente, no muerto.
Bueno, eso fue todo por hoy.
¡Ja ne!
