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Dios los últimos dos, el desenlace final... la batalla entre diamante y Serena se termina. Llegaremos a tener la justicia...
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Capítulo 32
"Quiero arrancar de raíz los recuerdos, y que solo sean parte de una pesadilla, de un mal sueño. De lo engañado y de lo sufrido no quiero nada, que de lo vivido solo quiero tu mirada"
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Mientras que Diamante iba despertando de su aturdimiento, también podía ver como trataba de entender donde estaba o que había sucedido.
Juntos con kevin, y sus chicos lo llevamos a un cuarto alejado, en lo profundo del lugar, y lo atamos a una silla, con las dos manos a su espalda.
Para esperar pacientemente que abra sus ojos.
Me encontraba sentada justo enfrente de él, en una silla con mi nuevo juguete atado a mi pierna.
-¿Donde... donde... perra,
No podía inhalar palabras, menos una oración. Cualquiera diría que darle un sedante a una persona mayor era atroz. Pero él no era ni siquiera una persona, menos tenia derecho a respirar en este mundo.
-Dime, ¿mis muchachos te trataron bien?- me miro confundido, pero empezó a entender cuando su cuerpo despertaba, y sentía ciertas molestias- les pedí que te dieran mucho amor, ¿fueron buenos, verdad?
- Perra, me lo pagarás.
Sonreí, eso, solo fue el comienzo.
-¿No sabes otro apodo? les pedí que te trataran con el mismo amor que le dabas a tus chicas.- me hice la desentendida- se ve que se emocionaron un poco con su nuevo juguete.
Trato de incorporarse, jalaba las sogas que lo mantenían en su lugar. Parecía un verdadero desquiciado. Me levante.
- Te contaré un secreto- me miro, mientras acercaba una pequeña mesa a su lado- verás, mi viaje al exterior, fue de lo más enriquecedor. Aprendí muchas cosas - me incliné hacia mi pierna, y desate una pequeña bolsa casi indetectable.
La abrí sobre la mesa, revelando un paño de más de 50 agujas de plata.
-Veras... conocí a un hombre, ¿creo que lo conociste hoy, no?
Diamante solo me miraba con odio, pero sabia a quien me refería.
-Bueno, se ve que no estás muy hablador.
Agarre una pequeña aguja, y me senté justo enfrente. Me incliné hacia él.
-Hay técnicas que son indetectables,
Sonreí y con eso, y con ira clave la primera de muchas en su pierna.
Grito tanto, que mis odios estaban muy aturdidos.
Estaba siendo increíblemente cruel, lo sé. Pero quería la última respuesta que este hombre ocultaba, y sabia que con los años, la cantidad de horror que hizo no iba a ser fácil doblegarlo.
Levanto su cabeza - Perra, ¿que quieres?
Su odio era evidente.
- Lo sabes- me miro- Dilo... dime como asesinaste a mi padre.
Sonrió, como disfrutando de su tortura.
Y si tanto lo disfrutaba, tenia muchas agujas más.
Las inserte en cada uno de los puntos mas doloroso del cuerpo, a los segundo pude ver como a través de ellas comenzaban a salir pequeñas gotas de sangre. Diavolo, o Hades como era conocido en el bajo mundo me enseño muchos truco. Y la tortura de la acupuntura era uno de los principales métodos. Por ser simple, y no dejaba rastro.
-¿Todo esto es por como murió?- rió- Púdrete.
Agarre una de las agujas intermedias, y se la clave en una articulación de la rodilla.
Gritó
-Dilo,- grité mas fuerte
Sus ojos empezaron a inyectarse de sangre.
-¿Quieres saberlo? él muy cobarde se metió una pistola en la boca, y BAM!.- se río a carcajadas.
Me paré, y me puse de espaldas. Tenia que contener la rabia, la ira, sino todo estaría perdido.
-Esa noche fui a buscarlo, quería hacerlo mi socio, no tenia otra opción- me giré al escucharlo - Le dije que su querido yerno estaba bajo mi poder, y que se vendía por unos simples dólares. Y mi querida sobrina seria subastada en dos años al mejor postor para quitarle su precisada pureza.- a pesar de su condición no se rendía- ¿No querías la verdad?, aquí la tienes.
No lo resistí, y le pegue en el rostro, su ojo en breve se puso morados. Solo se reía.
- ¿No lo soportas? tu pequeño padre siempre supo donde estaba tu querido amorcito.
Mire a las demás agujas. Al agarrar una sentí un pequeño mareo, sacudí mi cabeza apartado el primer llamado.
Me gire, y con ella se la clave en su hombro.
Sonreí- Lo sabia.
Me enderece. Vi sus ojos que estaban llenos de furia. Estaba a punto de rendirse a su dolor. Miro en mi mano las dos ultimas que tenía.
-Lo sabes ¿no?- dije- Estas dos son las peores.
Dudo, entonces me acerque lo suficientemente cerca para ver como el sudor mezclado con sangre salia de su cuerpo.
-Bien, lo maté... SI LO MATÉ, porque no quería rendirse e iba a llevar las cosas hasta el final.
-¿que tenia mi padre contra ti?
Dudo una vez más, acerque una de las agujas al primer punto casi mortal.
-TODO. Sabia como mate a mi hermano, a mi padre y como logre entrar a este mundo. Quería el dinero que me pertenecía, y ellos no me lo querían dar por las buenas, así que tuvieron que morir todos ellos. Todos tenían que morir.
Asco, todo lo que hizo fue por dinero.
-¿Donde están las pruebas?- me acerque, aunque sabia, y tenia las mayoría. No mostré emoción cuando dijo que también mató al abuelo de Darien.
-En mi caja fuerte,
-¿escuchaste eso?- dije, a lo que una voz en el cuarto declaró.
-En camino.
Mire a mi juguete atado en su silla -Vamos a continuar...-me miro por primera vez con mucho miedo.
En menos de diez minutos contó casi todo, nombres, formas, contactos. Todo lo que habíamos averiguando, y teníamos varias prueba o evidencias.
Fue un espectáculo ver como su boca no paraba de decir nombre de funcionarios, políticos y algunos de los peces más gordos que habitaban el país.
-Es todo lo que querías perra, termina con esto y mátame. No quieres eso... Entonces MÁTAME - me miro desesperado, por que lo sabia. Acaba de traicionar a casi todos sus socios, y ellos harías su vida miserable. Comparado con lo que le hice, seria mil veces peor.
-¿por que? ¿y perderme la diversión?
-MÁTAME...-volvió a gritar- Fui yo quien puso la pistola en la boca de tu padre...- quise seguir escuchando pero un zumbido en mis oídos me lo impedía, sacudí nuevamente la cabeza tratando de apartarlo, aunque fue mas intenso y largo que las veces anteriores.
Sonreí cuando por fin el zumbido desapareció - Así que fuiste tú aquella noche, verás... Yo también estaba en esa habitación.
Sus ojos se abrieron de asombro, y lo comprendió. Siempre supe que había sido asesinado, sino hubiera estado allí aquel día, todo su plan hubiese funcionado.
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Sin decirle fui sacando una a una las agujas de su cuerpo, las desinfecte, y las volví a poner en la bolsa.
-Pequeña perra,- parecía que su fuerza se estaba recuperando, - porque no me das un servicio, me tienes a tu merced, y aún así, me la pones dura rubita.
Me miro lascivamente, y yo casi vomitó. Habrá pensando que su tortura terminó.
-Ah sí, ¿quieres un servicio completo?
-Quieres recordar como te hice gozar, como gritabas y gemías, mucho mas que con el ridículo de mi sobrino.
Era lo mas bizarro, estaba atado en una silla con un ojo morado, y sangre caía de su boca. Sin embargo seguía escupiendo su veneno, pensando que así me iba a lastimar.
Se escucho un golpeé en la puerta- Entra.
La puerta se abrió, y un hombre robusto, con cara deforme, y con su aspecto de lo mas desagradable ingresó.
Señale a Diamante- Diviértete, quiere un servicio completo.
-P-E-R-R-A -gritó al borde de la desesperación, mientras que el hombre agarraba a Diamante para ponerlo de rodilla.- Me la pagaras maldit...
Pero no pudo terminar cuando se vio frente al hombre, a punto de hacerle lo que él le hacia a aquellas mujeres que torturaba.
Me puse a su lado.
-¿No querías el servicio?- mire a Diamante- Él te tiene muchas ganas, igual que tú a las mujeres, a las niñas o lo que le hiciste a tu ex-esposa- me miro con asombro- o sí, también lo descubrí. ¿O porque crees que tu hija te odia?, no solo porque eras un mal padre.
Me reí, golpeé la espalda del hombre músculo, y asentí. Después de unos minutos y completado su tarea se giro, y se fue.
Me incliné, y con un dedo como si me diera asco levanté su barbilla.
-Te pudrirás en la cárcel, soló, sin poder decir una sola palabra. Tu cuerpo será el muñeco de muchos otros que ansían probarte, y no podrás decir que no.
Le señale su hombro, y saque la pequeña aguja que no había retirado de las cincuenta que coloque inicialmente.
-Verás, esta tenía un pequeño regalo. Empezaras a sentir un hormigueo en tus dedos, manos y en menos de cinco minutos no podrás mover un solo músculo.
Sus ojos se agrandado e iba a decir algo, pero lo interrumpí cuando agregue:
-No te preocupes, vivas, respiraras, pero serás...
Hice como la que no encontraba palabra para describir la situación, y lo solté cayendo al piso..
-Bueno, lo irás descubriendo...
En este punto el dolor de cabeza ya era un infierno, aunque por fuera no mostraba ningún dolor, y me había mantenido lo mas aislada de todos los aviso que mi cuerpo me dio.
Mientras giraba para irme, lo supe. Sabia que esta última exigencia para mi cuerpo había sido demasiada. Hubiera querido tener uno o dos días más, ver en las noticias como lo llevaban a la prisión de máxima seguridad, ver como se retractaban de los años que enjuiciaron a mi padre, ver como los medios emitían una comunicado con una disculpa por haberse dejado engañar, ver a mi hija por ultima vez, besar al amor de mi vida, y hacer el amor con él por última vez. Me hubiese gustado ver tan solo una vez más...
Pero el destino siempre fue cruel conmigo, nunca me había dado tiempo, nunca me había permitido ser yo misma. Me vi cambiando mis papeles, adaptándome a cada piedra puesta en mi camino, transformándome en una persona diferente, ser una de día y otra de noche. Tener una mirada de camaleón para poder enfrentarme a las adversidades de mi destino cruel, pero no me arrepiento porque a partir de mañana, ella seria libre, mi hija, no tendrá mi estigma.
Suspiré, camine hacia la puerta mientras que sentía que la parca caminaba a mi espalda, a unos pasos de estar a mi lado.
La puerta se abrió, llenando de luz la pequeña habitación oscura, estaba a solo unos pasos y pude ver como me sonreía. Darien estaba esperándome con los brazos abiertos, y sus ojos lleno de esperanza. Mis ojos se empezaron a nublarse, al tiempo que su sonrisa se transformó en un gritó de desesperación.
-SERENA - corrió con todas sus fuerzas.
Vino hacia mí, mi piernas habían dejado de moverse.
Me envolvió en sus brazos, mientras que ambos caímos al piso, escuche un disparo. Mi mundo se oscureció.
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Sentí el piso frió, la oscuridad era completa, escuche ruidos y gritos. La muerte me estaba acechando. Pronto me envolvería por completo.
Con todos mis fuerzas abrí los ojos, al tiempo que sentí como varias manos me ponían en una camilla fría, estiré mi brazo buscando al único que quería cerca, a mi amor.
-Quédate conmigo, por favor. Resiste pequeña.
Mis ojos se volvieron a cerrar.
Podía sentir que mi cuerpo se debilitaba, a cada minuto, con cada segundo que pasaba. Y esa sensación de paz era cada vez mucho más agradable que lo que había sentido a lo largo de mi vida.
A pesar de seguir escuchando suplicar y llantos, sabia que era solo cuestión de minutos. Por fin vería a mi hija, a mi padre, a mi madre, a Luna, a Kurapika, a cada una de las personas que se sacrificaron por mí. Lo había logrado, Cielo era libre.
-Pelea... pelea, no me dejes... pelea.
Escuche a lo lejos la voz de mi amor, Darien aún me suplicaba. Pero ya no tenía fuerzas.
-Sino peleas mulita, te juro y te iré a buscar. Te trae, y me vas a escuchar lo que es un verdadero regaño- Artemis, el padre que la vida me regalo- Lucha, eres una guerrera.
Pero estaba cansada de lucha, ya no quería pelear más.
-Mamá...
Esa voz...
Fue en ese momento, que la oscuridad me llegó por fin, y me abrace a ella. Porque no eramos enemigas, nos recibimos como buenas amigas.
Abrí los ojos por ultima vez para despedirme del mundo terrenal, las luces me cegaron, y volví a cerrarlos, pero esta vez era para siempre.
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FIN... FIN?
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Y diamante recibió lo que se merecía y mas...
Mi pobre Serena, dios tanto dolor, sus ultimas palabras, sus ultimas... ultimas?
Nos queda solo un capitulo, el epilogo.
Solo puede decir que ella no sera quien lo cuenta, bueno porque ella... ya saben ¿no?
jaja, ya esta locura se termina. Espero que le haya gustado y si quieren comentar, consulta o lo que quieran todo sera bien recibido.
Nos vemos en el epilogo!
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