Hola a todos. Bienvenidos al siguiente episodio.
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Episodio 10. Conversación con la espíritu
Tal como recordaba de la novela, eran las 5 y 20 de la tarde. Shido se hallaba en el puente de mando del Fraxinus, donde había sido transportado junto con Rinne, Reine y Kotori, estas dos últimas ya vestidas con sus uniformes militares.
–Una vez más es la espíritu Princess –observó Kotori.
Tras la evacuación se había producido un terremoto espacial de gran intensidad que dejó todo el edificio devastado. La vista era desoladora. Era como si en aquel lugar hubiera estallado la guerra.
–Shido. Tienes que ponerte en camino de inmediato. Prepárate –ordenó Kotori.
–Te enfrentarás a una espíritu. Fracasar equivale a la muerte –indicó Kannazuki.
Shido suspiró. Miró el mapa de la pantalla principal, donde se mostraba el instituto, dentro del cual había un punto rojo, que era el que representaba a la espíritu. Fuera del edificio había diez puntos amarillos, que sin duda representaban a las AST.
–Esta vez tendrás suerte –dijo la comandante–. La espíritu está dentro del instituto. Como ves, las AST no se mueven del exterior, ya que sus unidades CR no pueden operar correctamente dentro de un edificio. Hay demasiados obstáculos y los pasillos son estrechos.
–Eso nos da una ventaja –observó Shido–. Si ellas no pueden entrar, solo pueden obligarla a salir. Antes que eso pase, es cuando debo intervenir, así no tendré interferencias del AST.
–Aplaudo tu proactividad, Shido, pero antes hay algo más que debes tener en cuenta –dijo Kotori con gesto serio–. Si vuelven a aparecer esas criaturas, sincorazón las llamabas, deja a la espíritu, date prisa y acaba con ellas. Aunque veo raro que hayan pasado tantos días sin que tengamos avistamientos.
–Probablemente necesiten tiempo para que aparezca un número significativo –explicó Shido–. Y si salgo yo, quizá aparezcan antes, ya que también se ven atraídos hacia la llave espada. Bien, si aparecen, me ocuparé de ellos primero.
–Nn, entonces vamos a salir rápidamente… –dijo Reine–. Shin, no te has quitado el intercomunicador, ¿verdad?
El aludido se tocó la oreja.
–No, sigue aquí.
–Nuestra cámara te seguirá –prosiguió la oficial de análisis–. Si te sientes en peligro, haz una señal y golpea dos veces el comunicador.
Shido asintió.
–Y no te preocupes, tenemos mucha gente confiable en la tripulación del Fraxinus –dijo Kotori.
Shido la miró con una sonrisa forzada. Sabía muy bien quienes eran esa "gente confiable". Kotori procedió a presentarlos.
Empezó señalando a un hombre de mediana edad con el pelo negro, salvo una franja de pelo blanco en medio.
–¡Con cinco matrimonios a sus espaldas, el Maestro del Romance, "Mal Matrimonio" Kawagoe!
–¡Eso significa que se ha divorciado cuatro veces! –protestó Shido.
Después señaló a otro hombre, mayor que Kawagoe, de pelo grisáceo, que tenía una inmensa calva en la parte frontal de su cabeza, de la que salían varios pelos que se juntaban en un mechón que le caía hacia delante. En su mano tenía un vaso con lo que parecía una bebida alcohólica.
–¡Muy popular a la luz de la luna, "El Jefe" Mikimoto!
–Popular gracias al dinero, ¿verdad?
Seguidamente señaló a una mujer joven de pelo negro, el cual le tapaba los ojos, y que tenía en sus manos una muñeca de paja.
–¡Trayendo sufrimiento a sus rivales amorosas, la chica que vive a las 2 A.M. "Golpea clavos" Shiizaki!
–Esto me da mala espina –Shido se estremeció.
El siguiente fue un hombre de alrededor de treinta años, con el pelo alborotado castaño oscuro, cuyos ojos estaban ocultos tras unas gafas rectangulares.
–¡El Hombre con Cien Novias (virtuales), "El Rompe Dimensiones" Nakatsugawa!
–¿¡Ese no podría ser mejor Aijou Rentaro!?
A continuación señaló a una mujer de menos de treinta años, que tenía el pelo castaño alborotado y unos preciosos ojos marrones, y que miraba con cariño una fotografía.
–¡La mujer cuya sincera y ferviente devoción ha sido temida por la ley, que no le permite acercarse a menos de 500 metros de su amado, "En Libertad Condicional" Minowa!
–¿¡Una acosadora también!?
No recordaba de antes quienes eran los otros tripulantes del Fraxinus, pero oír estas descripciones no le puso más tranquilo. Eran todos gente… peculiar. Aunque gracias a la serie, no tenía dudas de que sus habilidades eran las adecuadas.
–Dicho todo esto, date prisa y sal ya –ordenó Kotori–. Si tardamos demasiado y la espíritu sale, el AST llegará como un enjambre.
Shido asintió. Se dio la vuelta para ponerse en camino.
–Por favor, ten cuidado –le dijo Rinne con un claro gesto de preocupación.
–Buena suerte –le deseó Kotori.
Había llegado el momento de volver a hablar con aquella espíritu.
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Las AST se hallaban ocultas tras unos matorrales en una colina que había cerca del edificio del instituto. Habían recibido la orden de esperar hasta que la espíritu saliera al exterior.
–¿Por qué tenemos que esperar? –gruñó Tomonara–. Simplemente debemos echar abajo el edificio para que salga.
–Esas no son las órdenes, Tomonara –la rependió la capitana Ryouko, que era quien dirigía la operación–. Sé que ese sería el curso de acción más apropiado, pero nos han ordenado reducir los daños al mínimo. No tenemos otra opción que esperar.
Origami no respondió. No era de la clase de gente que cuestionaría las órdenes de una superior. Además, sabía perfectamente por qué Tomonara estaba tan impaciente. Ya estaba recuperada, pero sin duda seguía furiosa con el chico que la derrotó.
La chica peliplateada estaba preocupada. Le había dicho a Shido que no apareciera por allí, pero estaba totalmente segura de que terminaría viniendo para comunicarse con la espíritu. Solo esperaba que si era así, no fuera visto por el resto de integrantes del AST.
Si Shido era detectado, era probable que recibieran la orden de atacarlo, y por primera vez en su vida, Origami no se sintió capaz de creer poder seguir los mandatos de una superior.
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El transportador le dejó justo en la parte de atrás del instituto. Usar este sistema le producía ligeros mareos, casi recordándole a aquel sistema para viajar de una chimenea a otra en su saga literaria favorita.
Quedó perplejo ante lo que tenía delante. Una parte del edificio había desaparecido, como si hubiera sido cortada limpiamente. La verdad es que aquellos terremotos espaciales eran realmente escalofriantes. Y eso que no debía ser nada comparado con el que devastó aquel mundo treinta años atrás. No se quería imaginar lo que podría haber ocurrido con una persona que estuviese en el mismo epicentro.
–Es el momento, accede al edificio –ordenó la voz de Kotori por el comunicador.
–Enseguida.
Con decisión, empezó a caminar hacia el edificio, esquivando los escombros que había por el suelo.
–La espíritu está en el tercer piso, en la clase 4 –dijo Kotori.
Esa información ya la sabía por la serie. Por alguna razón, la espíritu se encontraba precisamente en su clase. Al menos contaba con la ventaja de campo en esa interacción.
Subió corriendo las escaleras, alegrándose de no haber sido detectado por las AST. Tardó menos de un minuto en llegar al tercer piso. El tiempo era esencial.
Se plantó ante la entrada al aula. La puerta estaba cerrada.
Estaba nervioso. A pesar de aquel entrenamiento, no se sentía muy seguro de ser capaz de enamorar a esa espíritu. Ni siquiera en su mundo había sido capaz de enamorar a una chica de su clase. Pero también sabía que no tenía otra opción.
–Vamos, Shido-san, yo sé que puedes –dijo la voz de Rinne.
Esa voz le dio esperanzas. Sabía que si las cosas se ponían feas, habría gente que le ayudaría. No estaba solo. Eso hizo que su respiración se normalizara un poco.
Llegó el momento. Sin más dudas, abrió la puerta del aula.
La habitación estaba patas arriba. Los pupitres y sillas estaban desperdigados. Y al aula le faltaba una pared, lo cual hizo que la luz rojiza del atardecer bañara el aula. Y sentada en el pupitre de Shido (probablemente conveniencias del guion), estaba la espíritu de espaldas, mirando hacia el exterior.
Aquella imagen era digna de ser retratada. Si no la consideraran una amenaza para la humanidad, cualquiera habría opinado que era una gran belleza.
Pero ese instante de perfección no duró demasiado. La espíritu se percató de su presencia.
–¿…Nn?
Ella fue a mover su mano para atacarlo.
–¡E… Espera un momento! –gritó Shido mostrando las palmas de sus manos–. ¡No he venido a luchar contigo!
Ella pareció haber generado esferas oscuras en sus dedos. Pero no las lanzó. Solo se quedó mirando al chico con una expresión vigilante. Shido tenía que mostrar que no venía con intenciones hostiles.
–¿P… Puedo acercarme? –preguntó.
Ella no movió el gesto. Parecía dispuesta a atacarle ante la menor provocación.
–Háblale más. El silencio en este momento no te ayudará a conectar con ella –le dijo Kotori por el comunicador.
Shido trató de avanzar en dirección a ella.
–…Alto –ordenó la chica con frialdad en su voz.
Para enfatizar sus palabras, ella disparó un rayo de luz al suelo, que hizo que Shido se parara en seco.
Por la novela recordaba que sus rayos podían destrozarlo todo. Aunque tuviera esa curación acelerada y pudiera defenderse con la llave espada, algo le decía que era preferible no recibir directamente ese ataque.
Ella procedió a mirarle de pies a cabeza antes de hablar.
–¿Quién eres?
–Un momento, Shido –dijo la voz de Kotori.
Él ya sabía lo que venía a continuación.
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En la pantalla del puente de mando del Fraxinus apareció la imagen de la espíritu, junto con una serie de parámetros de nivel de afecto.
Los tripulantes lo veían todo como si de un simulador de citas se tratara. Pero ellos tenían expresiones de absoluta seriedad.
Tras la pregunta de la espíritu, aparecieron unas opciones en la pantalla, generadas por Inteligencia Artificial.
① "Soy Itsuka Shido. ¡Vine a salvarte!"
② "Sólo soy alguien indefenso que pasaba, por favor no me mates."
③ "Antes de preguntar el nombre de alguien, di el tuyo primero."
–Una elección…
Kotori no tardó en ordenar a Shido que esperara. Acto seguido impartió órdenes.
–¡Elegid la opción que creáis que es correcta! ¡En cinco segundos!
Los miembros de la tripulación procedieron de inmediato. Los resultados aparecieron en la pantalla. La opción más popular era la tercera.
–…Parece que todos tenemos la misma opinión –dijo.
Los miembros de la tripulación procedieron a justificar sus elecciones.
–La primera opción sería la más obvia, pero si la espíritu cree que somos el enemigo, le parecería sospechoso –dijo Mikimoto–. Y probablemente hasta desagradable.
–…La segunda opción está fuera de cuestión –dedujo Kannazuki–. Podría servir para escapar de esta situación, pero eso significaría el final del juego.
–La tercera tiene sentido lógicamente, y si todo va bien, incluso podríamos controlar la dirección de la conversación –terció Reine.
Kotori asintió, dirigiéndose al micrófono.
Mientras, vieron en la pantalla a la espíritu, que seguía mirando fríamente a Shido.
–…No lo preguntaré más. ¿Quién eres?
–Shido, tienes que repetir esto que voy a decir –dijo Kotori.
Rinne miraba todo con preocupación. No podía intervenir, y le habían aconsejado no usar sus poderes, salvo que la otra espíritu se pusiera hostil y atacara a Shido sin posibilidad de dejarle escapar. Pese a que no pensaba que se llegara a dar el caso, no dejó de temer por la integridad de aquel héroe.
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Shido había escuchado la orden de Kotori, pero recordaba por la serie que si le decía eso, ella solo se molestaría más, así que decidió darle un pequeño cambio a la frase.
–Me llamo Itsuka Shido, y estudio aquí. No tengo intenciones hostiles. Y cuando le preguntas el nombre a alguien, también deberías decir el tuyo.
–Shido, ¿pero qué estás diciendo? –le dijo una irritada Kotori por el auricular–. Eso no es lo que te he ordenado.
–Si hubiera dicho literalmente eso, la espíritu se habría enfurecido y me habría atacado –le dijo por un susurro–. Tranquila, confía en mí.
En efecto, aunque la espíritu había parecido un poco alterada, esta vez no le disparó ataque ninguno, cosa que debió desconcertar a la tripulación del Fraxinus.
Ella se bajó del pupitre en que se había sentado, y se acercó a él. A continuación le habló.
–…No te muevas de donde estás. Es en mi rango de ataque.
Estas palabras no le produjeron mucho optimismo, ya que esto significaba que podía atacarle en cualquier momento.
Se le pasó por la cabeza sacar la llave espada para defenderse, pero si veía un arma, era posible que se enfureciera y le atacara, ya que ella ahora mismo no llevaba su espada consigo.
Lentamente, ella se le acercó, fijándose bien en él.
–…¿Nn? ¿Nos hemos visto antes? –preguntó dubitativa.
–El día diez, en la ciudad –dijo Shido con firmeza.
Ella relajó el gesto por un momento, como si acabara de percatarse.
–Ya recuerdo. Eres el que dijo todas aquellas cosas raras.
En ese momento, una notificación apareció. Shido era el único que podía verla, pero ya sabía de qué se trataba.
Espíritu: Princess
Afinidad: 50 puntos.
Desde este momento, podía seguir incrementando su favorabilidad desde el punto en que se quedó.
–Recuerdo que dijiste que no pretendías matarme. ¿Por qué buscas ayudarme, entonces? ¿Acaso planeas atacarme por la espalda con esa espada tan rara una vez baje la guardia?
Esto se lo esperaba. Si una persona era atacada constantemente, era normal que sospechase de alguien que viniera de repente y le dijera que no venía para hacerle daño.
–Entiendo que desconfíes. Yo también lo haría en tu lugar –dijo tratando de mostrarse comprensivo–. Pero no todos los humanos quieren matarte.
La chica abrió los ojos sorprendida. Tras un momento, miró al chico de forma inquisitiva, hasta que abrió la boca:
–…¿Lo dices en serio?
–Totalmente.
–Pero todos los que he conocido hasta ahora me han dicho que debía morir –dijo con dureza.
Shido apretó los puños ante esa revelación.
–Lo siento mucho –dijo lamentándose–. Como te dije entonces, no somos tan distintos. A mí también hay gente que me quiere exterminar.
No era mentira, ya que en su mente flotaba la imagen de aquella AST a la que derrotó, y que Origami le confirmó que estaba muy molesta.
–Pero no todos los humanos son así –prosiguió Shido–. Algunos te querrán por como eres.
La espíritu entrecerró los ojos y apretó los labios. Estaba claro que aun no confiaba en él.
–No me respondiste a esto. ¿Por qué ese interés en ayudarme? –le preguntó.
–Shido, espera de nuevo –le dijo Kotori por el auricular–. Otra elección.
En esta ocasión, tal vez sí necesitara ayuda, ya que no recordaba esta pregunta del anime.
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Nuevamente, en la pantalla del Fraxinus aparecieron varias opciones.
① "Porque sé como te sientes."
② "Solo estoy haciendo mi buena acción del día."
③ "Porque quiero enamorarte."
Tras haber votado, la más popular fue la primera opción.
–Estaba clarísimo –razonó Kotori–. La tercera opción sería demasiado directa, y probablemente se molestaría. Y en cuanto a la segunda, es igual que antes, sería viable, pero significaría que ella perdiera el interés.
Kotori procedió a darle instrucciones a Shido, preguntándose si nuevamente añadiría algo por su cuenta.
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Shido recibió las instrucciones.
–Porque sé como te sientes –le dijo–. Has pasado sola mucho tiempo, y quieres un lugar al que pertenecer. Sentirte apreciada. Puedo comprenderte, una vez me sentí así.
Las palabras de Shido parecieron obrar algo de efecto, ya que la espíritu pareció abrir los ojos con gesto de sorpresa. Además de eso, apareció una notificación.
Afinidad: 55 puntos.
No fue un incremento demasiado alto comparado con las interacciones anteriores. Es posible que lograr más afinidad se volviese más complicado desde que esta alcanzaba los 50 puntos.
La espíritu pareció meditar, como si no estuviera segura de qué decir. Shido decidió alentarla.
–Puedo hablar contigo, tanto como desees, incluso si solo quieres escuchar.
Estaba claro que con tanta hostilidad de las AST, ella se sintiera incapaz de confiar en nadie. No era la primera vez que había visto una situación así, e incluso lo había vivido en carne propia. Pero él quería tenderle una mano, no solo por la misión de Ratatoskr, sino porque era lo correcto.
Así que era hora de decir lo mismo que dijo el protagonista original.
–Yo… no voy a negar tu existencia.
Funcionó. La chica levantó sus cejas y le apartó la mirada.
Durante unos segundos todo fue silencio. Hasta que por fin:
–…¿Dijiste que te llamabas Shido?
–Sí.
–¿De verdad no vas a negar mi existencia?
–De verdad.
–¿En serio, en serio?
–En serio, en serio.
–¿En serio, en serio, en serio?
–En serio, en serio, en serio.
Estaba empezando a sonar algo infantil con esas preguntas, pero a Shido no le importó, ya que conocía muy bien su verdadera personalidad, y eso era algo que le gustaba de ella. Parecía que incluso intentando actuar en serio, en ocasiones se le escapaban algunas frases así.
Sin embargo, ella pareció dedicarle una sonrisa despectiva.
–¿¡A quién intentas engañar con esas palabras idiotas, baka!?
No reaccionó ante esto, ya que también sabía que iba a desconfiar.
–Pero, sabes… no sé si esos son tus verdaderos motivos, pero eres el primer humano con el que puedo conversar sin problemas… Puedes serme de utilidad para obtener más información sobre este mundo. La información se súper importante.
Ella parecía algo más relajada al decir eso.
–Bien hecho, Shido. Sigue así –le dijo por el auricular Kotori.
Sin embargo, la espíritu avanzó hacia él con una expresión muy seria.
–Pero si veo que haces algo sospechoso, no dudaré en abrir un agujero en tu cuerpo.
–Me parece justo –respondió él sin temor.
No temía ya que, aunque ella cumpliera su palabra, gracias a su curación, podría regenerarse aunque le abriesen un agujero en el cuerpo. Pero siempre era preferible evitarlo, ya que no quería imaginarse el dolor que sentiría.
La chica caminó por el aula.
–Shido. ¿Qué es este lugar? –le preguntó–. Es la primera vez que estoy en un sitio como este.
–Estás en un instituto. Los chicos y chicas de mi edad vienen aquí a estudiar y aprender. Nos sentamos en estos escritorios.
–¡¿Qué?!
La espíritu estaba sorprendida.
–¿Esto se llena de humanos? –preguntó perpleja–. ¿En serio?
–Sí, es la verdad.
Por lo que recordaba del anime, ella seguramente no habría visto a demasiada gente junta. Las AST normalmente venían en un número reducido.
Bien, ahora venía la parte que él estaba esperando desde hacía tiempo. Tenía que insinuarlo claramente.
–Escucha, eh…
Se paró a propósito, ya que esperaba decir su nombre, pero ella no lo tenía todavía.
Afortunadamente, ella lo notó, y se puso a meditar.
–…Ya veo, para tener una conversación, es necesario… –dijo.
Ella le miró.
–Shido… ¿Cómo quieres llamarme?
El chico sonrió. Este era uno de los momentos que más le gustó de los primeros capítulos.
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Hola a todos. Esta será una trama que durará al menos dos episodios más.
Espero que os esté gustando la historia hasta ahora. Pronto se vendrán nuevos combates.
No olvidéis seguir esta historia y comentar.
