Harry Potter pertenece a JK Rowling.

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Bruja Llameante

Inspirado en el Fic "A Fair Life" de Rntwriter.

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07: Resolviendo el Huevo.

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Beatrice y Hermione (acompañadas por Ron, quien todavía fruncía el ceño cerca de ellas dos) fueron aquella noche a buscar a Pigwidgeon a la lechucería para que Beatrice le pudiera enviar una carta a Sirius diciéndole que había logrado burlar al dragón sin recibir ningún daño.

Por el camino, Hermione puso a Ron al corriente de todo lo que ella había leído en una carta que Sirius le había enviado a Beatrice sobre Karkarov. Aunque al principio Ron se mostró impresionado al oír que Karkarov había sido un mortífago, para cuando entraban en la lechucería se extrañaba de que no lo hubieran sospechado desde el principio. —Todo encaja, ¿no? —dijo—. ¿No se acuerdan de lo que dijo Malfoy en el tren de que su padre y Karkarov eran amigos? Ahora ya sabemos dónde se conocieron. Seguramente en los Mundiales iban los dos juntitos y bien enmascarados... Pero te diré una cosa, Harry: —Beatrice gruñó, pensándolo en retrospectiva, Ron jamás fue su amigo, ni tan siquiera intentó serlo y solo se colgó de su fama, los abandonó a Hermione y a Harry, cuando fueron tras los Horrocruxes y tras la derrota de Voldemort, se vanagloriaba, como si lo hubiera hecho él mismo —si fue Karkarov el que puso tu nombre en el cáliz, ahora mismo debe de sentirse como un idiota, ¿a que sí? No le ha funcionado, ¿verdad? ¡Sólo recibiste un rasguño!

—Hola Hedwig —Beatrice vio a su lechuza olerlo y mirarlo extrañada, pero pronto, estaba tan animada como siempre, mientras que ella le ataba la nota a la pata y luego le apuntaba con la varita —Colovaria —Hedwig le miró indignada, al verse ahora de color marrón, lanzó un chillido furioso y ofendida, mientras despegada, para entregarle la carta a Sirius.

—No es posible que el resto de las pruebas sean tan peligrosas como ésta... ¿Cómo podrían serlo? —siguió Ron, acercando a Pigwidgeon a la ventana —¿Sabes qué? Creo que podrías ganar el Torneo, Harry, te lo digo en serio.

Beatrice sabía que Ron sólo se lo decía para compensar de alguna manera su comportamiento de las últimas semanas, pero se lo agradecía de todas formas, incluso si ya no fueran el Trio de Oro, sino el Dúo de Oro. Y con lo… corto de neuronas que era Ron, ni tan siquiera notaría que ellas lo ignoraban.

Hermione, sin embargo, se apoyó contra el muro de la lechucería, cruzó los brazos y miró a Ron con el entrecejo fruncido. —A Beatrice le queda mucho por andar antes de que termine el Torneo. —declaró muy seria, mientras que Ron fruncía el ceño, ante el verdadero nombre de la usuaria de fuego —Si esto ha sido la primera prueba, no me atrevo a pensar qué puede venir después.

—Eres la esperanza personificada, Hermione —le reprochó Ron—. Parece que te hayas puesto de acuerdo con la profesora Trelawney. ―Contemplaron cómo desaparecía Hedwig en la oscuridad, y luego Ron dijo: —Bueno, será mejor que bajemos para tu fiesta sorpresa, Harry.

—Sabes bien, que no tengo deseos de seguir siendo el centro de Atención —gruñó la pelinegra, mientras los tres marchaban hacia la Sala Común de Gryffindor. La pelinegra aprovechó, que Ron caminaba frente a ellas, porque no quería estar cerca, dándoles algo de privacidad a ellas ― "Sé lo que viene y sé exactamente, qué hacer con el huevo"

A estas alturas, Fred y George ya habrán robado suficiente comida de las cocinas del castillo.

Por supuesto, cuando entraron en la sala común de Gryffindor todos prorrumpieron una vez más en gritos y vítores. Había montones de pasteles y de botellas grandes de zumo de calabaza y cerveza de mantequilla en cada mesa.

Lee Jordan había algunas bengalas fabulosas encendidas del doctor Filibuster, que no necesitaban fuego porque prendían con la humedad, así que el aire estaba cargado de chispas y estrellitas.

Dean Thomas, que era muy bueno en dibujo, había colgado unos estandartes nuevos impresionantes, la mayoría de los cuales representaban a Beatrice volando en torno a la cabeza del colacuerno con su Saeta de Fuego, aunque un par de ellos mostraron a Cedric con la cabeza en llamas.

Beatrice se sirvió comida (casi había olvidado lo que era sentirse de verdad hambriento) y se sentó con Fay Dunbar y Hermione, al lado, estaban Neville y Lavender y luego estaba Ron. Había pasado la primera prueba y no tendría que afrontar la segunda hasta tres meses después y mientras tanto, podría planificar qué hacer para ingresar allí y resolver el problema que se encontraría en la siguiente prueba.

— ¡Jo, cómo pesa! —dijo Lee Jordan cogiendo el huevo de oro, que Harry había dejado en una mesa, y sopesándolo en una mano— ¡Vamos, Beatrice, ábrelo! ¡A ver lo que hay dentro! —todos ignoraron a Ron diciendo: «Su nombre es Harry»

—Se supone que tiene que resolver la pista por sí misma. —objetó Hermione —Son las reglas del Torneo y estas dicen...

—Que los profesores no pueden ayudarme —dijo Beatrice preparada, causando un sonrojo culpable de Hermione, a quien besó en los labios y en segundos, se le pasó a la Granger, su bochorno, ahora teniendo una sonrisa tonta en la cara.

— ¡Sí, vamos, Beatrice, ábrelo! —repitieron varios. Lee le pasó el huevo a la pelinegra, que hundió las uñas en la ranura y apalancó para abrirlo. Estaba hueco y completamente vacío. Pero, en cuanto Beatrice lo abrió, el más horrible de los ruidos, una especie de lamento chirriante y estrepitoso, llenó la sala. Lo más parecido a aquello que Beatrice había oído había sido la orquesta fantasma en la fiesta de cumpleaños de muerte de Nick Casi Decapitado, cuyos componentes tocaban sierras musicales.

— ¡Ciérralo! —gritó Fred, tapándose las orejas con las manos.

— ¿Qué era eso? —preguntó Seamus Finnigan, observando el huevo cuando Beatrice volvió a cerrarlo—. Sonaba como una banshee. ¡A lo mejor te hacen burlar a una de ellas, Beatrice!

— ¡Era como alguien a quien estuvieran torturando! —opinó Neville, que se había puesto muy blanco. Beatrice dio tres pasos y evitó que dejara caer los hojaldres rellenos de salchicha—. ¡Vas a tener que luchar contra la maldición Cruciatus!

—Es una Maldición Imperdonable, Neville. —dijo Beatrice suavemente a su amigo, sonrojándolo por la cercanía con una chica, mientras la pelinegra tragaba saliva, al ver de reojo a Sally-Anne Perks y a Lavender Brown, quienes parecían querer desollarla viva, por su cercanía con Neville —Donde hagan eso, los tiran a todos ellos a Azkaban, sin esperar a que expliquen las razones para torturarnos. ―Neville parecía asustado, hasta que negó con la cabeza, ante su propia tontería.

Hermione se sirvió un trozo de tarta de mermelada y preguntó: — ¿Has cogido todo esto de las cocinas, Fred?

—Sí… —pero él dejó de hablar, cuando le pincharon las costillas con un dedo y entendió la mirada de Beatrice… ¿A qué hora la pelinegra de ojos verdes, se movió a su lado?

Ella negó con la cabeza y se acercó al huevo y lo examinó, sin abrirlo de nuevo. —La primera prueba… fue de fuego y… la voz humana, sale gracias a las vibraciones provocadas en el aire. Así es como yo les hablo a ustedes y viceversa. ―y comenzó a caminar por la sala, pensándolo o al menos, fingiendo estar pensando ―Los dragones podrían (en teoría hablar Parsel), pero el Parsel es para humanos, no para serpientes a pesar de que puedo entenderlas y viceversa. Estoy convencida de que es una voz. ―miró a los Gryffindor ― ¿Qué más podría ser, si se trata de una pista?

―Dragones… vuelo: Aire y fuego…

Las neuronas Gryffindorianas trabajaron al unísono. ― ¡Agua!

Uno de los Prefectos de séptimo, se arrancó la placa, la hizo crecer en tamaño y luego la transformó en una piscina de plástico, tres alumnos la llenaron de agua, Beatrice, se quitó la túnica y la camisa de botones, corrió la corbata roja y dorada hacia su hombro y sumergió su cabeza, antes de abrir el huevo bajo el agua y escuchar el mensaje: «Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos, que sobre la tierra no se oyen nuestros cantos. Y estas palabras medita mientras tanto, pues son importantes, ¡no sabes cuánto!: Nos hemos llevado lo que más valoras, y para encontrarlo tienes una hora. Pasado este tiempo ¡negras perspectivas! demasiado tarde, ya no habrá salida.» Le pasaron una toalla, hicieron desaparecer el agua y volvieron a transformar la piscina en la placa, secaron el huevo y Beatrice lo cantó de nuevo, para todos.

―Si son criaturas de agua, entonces podría ser el Lago Negro, el cual está habitado por la Gente del Agua. ―dijo Hermione.

Una chica de sexto año, de cabello castaño y ojos negros, quien quería ser una Magizoóloga, se acercó con un libro. ―Las Merrows son un pueblo de gente del agua irlandesa. Al igual que las selkies de Escocia son consideradas menos agraciadas físicamente que las bellas sirenas de aguas más calientes. Las Merrows, en lugar de tener forma humanoide como otras especies, adoptan una forma más parecida a la de los peces. ―narró ella ―También se sabe que domestican criaturas tales como grindylows e hipocampos. Al igual que los centauros, la gente del agua ha rechazado el estatus de seres en favor de la clasificación de bestias, ya que estaban en contra de compartir el estatus con arpías y vampiros. Y las Merrows no hablan el idioma humano.

― ¿Por qué ayudan a su compañera? ―Preguntó la profesora McGonagall, mirándolos a todos, enfadada y con las manos en la cintura.

Pero los gemelos Weasley saltaron en defensa de todo Gryffindor. ―Fue Beatrice quien averiguo que necesitaba agua para el huevo y quien averiguó que no suena en la superficie, mediante el aire, profesora ―dijo George Weasley, mientras que Fred la hizo sufrir por el abrir el huevo.

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Los gemelos se ganaron una detención con ella esa noche y las tres próximas noches. Pero fue solo hacer planas de «Los Gryffindor se ayudan unos a otros» y, estando en confianza, ellos le contaron a la profesora, sobre su deseo de abrir una tienda de dulces.

Ella les dijo que necesitaban mucho más que solo clases de Flitwick y los colocó en clases de Aritmancia, mientras explicaba lo necesaria que era esa clase, para crear hechizos nuevos.

Beatrice estaba preparada para la próxima prueba.

Y los gemelos en camino a tener cosas útiles para su tienda de bromas.