¡Actualización de la semana! (que por poco se me pasa por culpa del internet)

Jill regresa a su trabajo como shinigami, su sitio de recolección, la mansión Phantomhive durante los eventos del arco de book of murder, ¿cómo se mezclará entre todos los invitados a la fiesta de esa noche sin causar un desastre?

Además, se topa por primera vez con Charles Grey, mayordomo de la Reina, el cual parece no agradarle del todo

No se olviden de dejar su voto para seguir apoyando esta historia… ¡death!


Capítulo 20 - Reunión

Los días pasaron sin mayores problemas, las heridas de Jill sanaban rápidamente con el debido descanso, las lesiones de los cuchillos prácticamente habían cerrado en su totalidad, sin embargo, su tobillo era el que más tiempo le estaba llevando en sanar.

Sebastian se hacía cargo de revisar sus heridas diligentemente, y sobre todo de mover suavemente el tobillo de la shinigami para evitar que este perdiera movilidad, por más que Jill protestara, Sebastian continuaba haciendo eso diariamente, y ella apostaba a que la razón principal era para fastidiarle.

Muchas veces intento escapar de las garras del demonio dando saltitos por la mansión, no tenía otra forma de escapar realmente, pero no importaba a donde fuera, el mayordomo siempre la encontraba y la regresaba cargando como un bulto de patatas a su habitación.

Al cabo de un par de semanas se había recobrado por completo, y el clima exterior comenzaba a ser más cálido y agradable, y la nieve estaba comenzando a derretirse. Jill aprovechaba las tardes para salir a montar, o a pasear por el bosque, a veces incluso Ciel la acompañaba.

Llego el día en el que una paloma descendió del cielo cuando había ido a montar acompañada por Ciel, Jill la observó, aquella paloma tenía una nota atada en una de sus patas, la shinigami extendió su mano, dejando que la paloma se posara sobre ella, cuando tomo la nota, la paloma emprendió el vuelo nuevamente.

— ¿que fue eso? — pregunto Ciel extrañado, aproximándose a ella en su caballo.

La shinigami no respondió, desenrollo el papel, leyendo las breves palabras escritas. Lo guardo en su bolsillo y tomo las riendas de su caballo, guiándolo de regreso a la mansión.

Ciel no tuvo problemas para seguirle el paso, el caballo que montaba Jill era un frisón, un caballo grande y pesado, de brillante pelaje obscuro, pero no era particularmente veloz, era un caballo para carruajes y paseo solamente.

— ¿Jill que sucede? ¿Por qué estas regresando a la mansión? — le insistió

— Lo siento mocoso — le disculpó mirándolo de reojo — es solo que se me ha asignado un nuevo trabajo

— ¿Acaso eso era esa paloma? — pregunto extrañado

— No era una paloma común y corriente — respondió

— Al menos "Gafitas" tuvo la decencia de dejar que te recuperaras por completo, antes de asignarte más trabajo

Jill se rio por el comentario de Ciel, ambos siguieron su camino de regreso a la mansión, Sebastian los estaba esperando en los establos.

— Bienvenidos de regreso — los recibió con una reverencia — regresaron temprano hoy — agrego sosteniendo las riendas del caballo de Ciel.

— Tal parece que a Jill se le presentó algo — respondió Ciel bajando del caballo

La shinigami bajo de un salto de su montura, acaricio la cabeza del animal mientras le quitaba las riendas, agradeciéndole por el paseo, y lamentando que hubiera sido tan corto.

— Lady Sutcliff y ese caballo se llevan bastante bien — dijo Sebastian retirando las riendas del caballo de Ciel — me encargaré de instalarlos en la caballeriza, ¿quieren ir adelantándose a la mansión?

— Cuando termines, prepara el té de la tarde — le dijo Ciel, dirigiéndose a la mansión

— Como ordené — respondió

Jill subió directamente a su habitación, ahí, sobre su cama estaba su katana y había algo más, una libreta de tapas de cuero negro. La tomo inmediatamente, aquello era una nueva lista de la muerte, la cual tenía una nota entre sus páginas, podía distinguir la letra de Will.

"Vuelve en cuanto termines tu trabajo, no te será difícil resolverlo, aun con el demonio cerca, asegúrate de no revelar información de más que pueda comprometer el buen nombre de un shinigami y esta misión. - William T. Spears"

Jill no entendía del todo que quería decir con aquella nota, reviso su lista de la muerte, eran solo 3 almas, la recolección estaba programada para principios de la primavera, el lugar, la mansión Phantomhive. Ahora entendía, tenía que investigar más del caso, y valorar si era prudente revelárselo a Ciel, o a Sebastian.

Algo la saco de su trance, un ruido extraño, proveniente de algún punto de la mansión, se escuchaban como disparos. Tomo su katana e inmediatamente fue a ver, los ruidos venían de la cocina, se escuchaban platos rotos, y nuevamente más balas. Jill se apresuró a la cocina, cuando llego pudo ver a Meirin y a Bard, además de ellos había otros dos sujetos vestidos elegantemente de blanco, uno de ellos combatía con ambos sirvientes, llevándoles una muy clara ventaja. La espada del sujeto se dirigía al cuello del cocinero, Jill no lo dudo más tiempo, desenfundo la katana para detener aquel ataque con el dorso de la hoja de la katana, al tiempo que se escuchaba como aquella espada chocaba con algo metálico.

El sujeto dio un salto atrás, mientras Sebastian se colocaba al lado de la shinigami, con una bandeja de postres en la mano.

— ¿Así que ese sonido metálico fue causa tuya? — le pregunto al ver la bandeja

— Parece que Lady Sutcliff se me adelantó en desviar el ataque — le respondió con una sonrisa burlona, su mirada se dirigió al sujeto que antes los había atacado — es un custard choux de crema, hecho con los huevos de la avícola ubicada dentro de los territorios de los Phantomhive — murmuro

Jill lo miro extrañada, de que rayos estaba hablando ese demonio en esos momentos. Pero enseguida pudo notar como aquel sujeto observaba un panecillo relleno de crema, que tenía clavado en la espada, el cual inmediatamente devoró.

— ¡Oye, Sebastian! ¿Quiénes son estos sujetos? — pregunto Bard, ayudando a Meirin a ponerse de pie

— Ellos son…— comenzó a decir el mayordomo

— ¡Oh! ¡Es cierto, no nos habíamos visto antes! — interrumpió el sujeto del panecillo — mi nombre es Charles Grey

— Y yo soy Charles Phipps — respondió el otro

— Nos conocen con el código de Double Charles, y somos oficiales privados y mayordomos personales de la Reina… y hoy somos mensajeros que vienen a entregarle una carta de su majestad al Conde Phantomhive. — finalizó Grey sacando un sobre con el sello Real, observo momentáneamente a Jill y le guiño un ojo.

La shinigami no se inmutó, solamente permaneció atenta, si eran simples mensajeros, ¿por qué atacar a los sirvientes de la mansión?

— Por favor síganme — les respondió Sebastian con amabilidad — los llevare a donde está el Joven amo — agrego, observo a Jill de reojo — Lady Sutcliff, acompáñenos por favor, la habitación de descanso de los sirvientes no es el lugar adecuado para la invitada de mi amo — le dijo, Jill levantó una ceja, el demonio le estaba pidiendo que fuera con ellos al despacho de Ciel, podía verlo en su mirada, no estaba simplemente pidiéndole que saliera de la zona de la servidumbre.

— Lo siento — se disculpó tratando de sonar consternada — cuando escuché el tumulto, actué por instinto y vine inmediatamente, no me percaté de que estaba en la habitación de descanso de los sirvientes

Sebastian le sonrió con complicidad, y salió del lugar, guiándolos hasta la sala de descanso de la mansión, Ciel se reunió con ellos momentos después. Jill permaneció sentada al lado del pequeño conde en todo momento, vigilando discretamente las reacciones y expresiones de ese tal Charles Grey, percatándose de que él tampoco dejaba de vigilarla.

La carta era una extraña petición de la Reina, quería que Ciel ofreciera una fiesta para entretener a un invitado que llegaría de Alemania dentro de 2 semanas, y esperaba que el conde Phantomhive pudiera entretener a esa persona. Ciel no parecía del todo convencido, pero Grey simplemente le dijo que era una prueba de la Reina para comprobar su lealtad, después de lo sucedido con los niños, no estaba realmente en una posición de rechazar aquella petición. Ciel termino por aceptar, Grey dijo que, si no le importaba, él también participaría en la reunión.

Ambos sujetos se marcharon de la mansión después de eso, Ciel releyó la carta varias veces, finalmente le ordenó a Sebastian preparar todo para dentro de dos semanas, y conseguir invitados para tal evento. Además, le pidió que contactara a Lau, y a Undertaker. Jill lo miro extrañada, para que necesitaba un sepulturero, a lo que Ciel respondió que simplemente tenía que asegurarse de algo antes de la reunión.

— Por cierto, también deberás tomar algunas lecciones de etiqueta básica — le señalo a Jill — hasta el momento te has podido adaptar a el entorno que te rodea, aunque también has mantenido el contacto con las personas ajenas a la mansión en lo mínimo indispensable, esta vez estarás rodeada de personas en esta misma casa, tendrás que convivir con ellas directamente.

— Lo hare entonces — bufo con resignación

— Sinceramente esperaba más resistencia de tu parte — sonrió con burla

— Dices que será en dos semanas ¿no? — pregunto alzando una ceja — mi única objeción es por Sebastian, ya que, dada las circunstancias, lo más seguro es que sea él mismo el que se encargue de las lecciones de etiqueta — suspiro — pero en esta ocasión tendré que contenerme, debido a mi trabajo

— Es verdad, aquella paloma te trajo un mensaje de tu mundo ¿no es así? ¿De qué se trataba?

— Me regresaron a mis actividades de recolectora — respondió — tengo un nuevo trabajo en dos semanas — confesó, Ciel la observó con sorpresa, entendió el mensaje de la shinigami — mi recolección es aquí, en la mansión Phantomhive, pero no puedo revelar más información por ahora.

— Bien, este sería el mejor momento para usar el vestido que Nina confeccionó especialmente para ti, ¿no crees? — le pregunto — a menos que quieras que la llámenos para confeccionar otro

— Ese vestido está bien, gracias — respondió sintiendo escalofríos.

Las dos semanas pasaron rápidamente, el día destinado a aquella reunión, comenzó a llover, pero, aun así, la reunión no se cancelaría. Sebastian les dio instrucciones a los 3 sirvientes, mientras él se hacía cargo del resto.

— Preparare su baño enseguida, lady Sutcliff — le dijo sonriente

— Y a dónde se fue el señor estricto de hace un rato? — pregunto con burla

— Mi Lady, no se ha ido a ningún lado — respondió sin dejar de sonreír con algo de malicia — acompáñeme por favor — le indico subiendo la escalera a la segunda planta

Dejo a la shinigami en su habitación, mientras él se retiraba a preparar el cuarto de baño para ella, la shinigami se sentó en el borde de su cama, saco la libreta de su siguiente misión de uno de los cajones, repasando su lista, tenía que ser cuidadosa de que no la descubrieran, Ciel no le había pedido más detalles de su trabajo, pero él tampoco había revelado que más tramaban con aquella reunión.

Sebastian regreso a la habitación, indicándole que el cuarto de baño estaba listo, y había dejado una bata para ella en la habitación. Jill se dirigió a tomar un baño. Cuando regresó a su habitación, Sebastian seguía ahí, el vestido estaba extendido sobre su cama, junto con el resto de la ropa.

— Espera un momento afuera, en lo que me pongo la ropa interior — le indicó con resignación

Sebastian asintió y la dejó sola mientras se vestía. Llamo nuevamente a Sebastian, indicándole que podía pasar, el demonio llevaba los ojos vendados cuando volvió a entrar.

— No veo el caso a que sigas haciendo eso — murmuró la shinigami

— Recuerdo haberle dicho que, como mayordomo, sería una falta de respeto ver la tersa piel de una dama

— ¿Sin importar si es una shinigami? — se burlo

— Shinigami o no, es la invitada de mi joven amo — respondió sin inmutarse — si me permite, ajustare el corsee

Jill asintió dándole la espalda y sujetándose del poste del dosel de la cama.

— Estas demasiado serio — murmuró la shinigami, mientras Sebastian ajustaba las cintas — ¿temes que arruine esta reunión?

— Solo debo recordarle que es una fiesta importante para la imagen de él joven amo

— Estas dos semanas te has divertido torturándome con tus lecciones de etiqueta, puedo guardar las apariencias — suspiro — solo… solo quiero volver a casa cuando esto termine, si hago mal las cosas, no solo Ciel estará en problemas

— No se escucha muy convencida de sus palabras

— Es solo que me he acostumbrado a estar aquí — confesó apenada — hare lo posible por apoyarlos en esta fiesta, ya que no sé de qué otro modo pueda agradecerle a Ciel que me haya brindado un refugio

— ¿Aunque en este refugio haya habido un demonio? — pregunto burlesco — parece que Lady Sutcliff ya no siente desagrado ante mi presencia

— No te confundas, solo me acostumbré a ti — respondió apenada — aun me temo que me ataques por la espalda cuando menos lo espero…

No bien había terminado de decir esto. Sebastian tiro de los cordeles con fuerza, cerrando el corsee, la joven shinigami no pudo evitar soltar un gemido.

— Hice bien en sospechar de ti — gimoteo — ¿intentarás asfixiarme en lugar de clavarme cuchillos por todo el cuerpo?

— Solo ajusto el corsee para la ocasión — respondió con una sonrisa fingida — no lo tome como agresión

Sebastian terminó de ajustar el corsé, y le ayudo a ponerse la faldilla y el vestido.

— Miss Hopkins hizo ese vestido de manera especial como el de Meirin, no es así

— Así es, debajo de la falda tiene un cintillo que puedo usar para levantar la faldilla y liberar mis piernas para tener más movilidad — respondió Jill

— Le pediré entonces que lleve la katana oculta en todo momento, aunque haya recobrado su capacidad de invocar su Death Scythe, sería extraño hacerlo delante de los invitados, espero que no se requiera más que para hacer su trabajo, pero le pediré su entera cooperación en caso se ser necesario, Lady Sutcliff — dijo el mayordomo inclinando la cabeza

— Entiendo — respondió la shinigami — confía en que haré todo lo posible para que esto salga bien

Un brillante relámpago inundó su habitación, afuera, el tiempo no había hecho sino empeorar, Sebastian y Jill se dirigieron al despacho de Ciel después de que terminaron de arreglarla, los carruajes fueron llegando de uno en uno a la mansión

— Deberías bajar y mezclarte con los invitados — le indicó Ciel — recuerda que estas en representación de los Phantomhive

Jill asintió y salió del despacho, suspiro con fastidio mientras avanzaba por el pasillo.

Bajo sola las imponentes escaleras, por lo menos no había tanta gente como esperaba, tres hombres vestidos con elegantes trajes, una mujer bastante atractiva con un vestido blanco, y su cabellera ambarina elegantemente peinada, además estaba Lau, vestido con una túnica oriental bastante elegante, acompañado de Ran Mao, la cual estaba vestida con un provocativo vestido oriental. En ese momento llego un invitado más, un joven vestido con traje mucho más sencillo que el de los otros invitados, estaba bastante nervioso.

Jill terminó de bajar los escalones, los demás invitados estaban charlando entre ellos de negocios y cosas de nobles, lo mejor sería permanecer con el señor Lau y Ran Mao, pero al terminar de bajar la escalera, choco sin querer con el joven y nervioso invitado.

— Lo…lo siento mucho, señorita — se disculpó apenado

— No se preocupe ¿usted está bien? — pregunto la shinigami amablemente

— S…s…si… estoy bien — tartamudeo retrocediendo un poco más, esta vez chocando con los voluptuosos pechos de Ran Mao, la cual acababa de aproximarse junto con el señor Lau, provocando que aquel joven se pusiera completamente rojo.

— No es bueno estar distraído por aquí, y no disfrutar de esta agradable reunión — le dijo amablemente

— ¿Ustedes son actores? — pregunto el Joven aún apenado

— ¿Yo? Solo soy el humilde administrador de una empresa comercial — respondió — mi nombre es Lau, y esta es mi hermanita pequeña Ran Mao — la presento, la chica solo asintió sin decir palabra alguna — Y esta agradable señorita, es invitada personal del conde Phantomhive, ha vivido con él desde hace unos meses

— Mucho gusto, mi nombre es Jill Sutcliff — se presentó amablemente

El joven la miro sorprendido, seguramente preguntándose cuántas clases de etiqueta harían falta para comportarse así… la respuesta era 2 semanas y un demonio estricto

— ¿Y tú eres? — le pregunto el señor Lau

— ¿Yo? No es importante — respondió apenado — solo soy un especialista de la vista, y… a veces hago de escritor

— ¡Vaya! ¡Un conocedor de las letras! — exclamó Lau

— N…No soy tal cosa — manoteo sonrojado — yo, no conozco al conde, así que no se realmente porque me ha invitado

— Quien sabe realmente en lo que ese sujeto mal humorado pueda estar pensando — murmuro Lau pensativo — pero es seguro que algo interesante va a suceder, el conde odia firmemente la vida social, es conocido por ser un personaje que difícilmente se muestra en público, y creo que es la primera vez que ha invitado gente a su propia casa para una fiesta.

— ¿Qué tipo de persona es el conde? — pregunto el Joven

— ¿Qué tipo de persona es? Veamos, tiene una mirada tanto agria como enojada, con un orgullo extremadamente alto — respondió Lau, Jill se llevó la mano derecha a los labios para ocultar la risa que estaba a punto de darle si seguían describiendo así al pequeño Conde — Además es como un pirata, con un parche en el ojo.

— Porque no dejas hasta aquí las burlas a los invitados — lo interrumpió Ciel, bajando las escaleras acompañado de Sebastian

— Un… niño — murmuro el señor conocedor de las palabras

— Ese diminuto y pequeño niño, es el Conde Phantomhive — señalo Lau

— ¡El "diminuto y pequeño" fue innecesario! — le reclamó Ciel

Terminó de bajar las escaleras, presentándose como Ciel Phantomhive, cabeza de familia y conde Phantomhive y dueño de las empresas Phantom.

Los saludos y las presentaciones se harían después de la cena, aunque se percató de que el invitado de honor, aun no llegaba. Pero sería grosero tener esperando a los demás invitados.

En ese momento Meirin anuncio la llegada de otro invitado acompañado por el mayordomo de la reina, Charles Grey, se trataba de un hombre mayor, de barba cerrada y mirada severa, se disculpó por el retraso, presentándose a sí mismo como George Von Siemens.

— Bienvenido a la mansión Phantomhive — lo saludo Ciel — intercambiaremos saludos formales después del buffet, por aquí por favor.

Sebastian fue llamando uno a uno a los invitados para que pasaran al salón comedor. Por último, llamo a Jill y al joven nervioso, el cual tenía por nombre Arthur.

Nota del Autor: en algunos casos, mientras Jill lleve su katana con ella, notaran como siempre usa el dorso de la hoja de la katana o el cuerpo para combatir, o parar ataques, como lo hizo con Sebastian o con Grey en este capitulo, esto lo hace por el hecho de que las Death Scythe cortan todo lo que su filo toca.