¡Actualización de la semana!

Todo parecía aclarado, ¿o no? Sebastian aun no había dicho palabra alguna sobre el asesinato de Phelps, ya que era el único que no esperaban que terminara muerto aquella noche.

La respuesta siempre estuvo frente a sus ojos, aquel chico y sus serpientes lo siguieron hasta su mansión, buscando respuestas. Ciel intenta explicarle la situación a su modo.

Jill intenta no interferir, pero al ser ella una shinigami, sabe que hay mentiras que duelen tanto, que se quedan grabadas en el alma.


Capítulo 28: Falsas mentiras

— Muy bien, ahora que el señor conocedor de las palabras se ha marchado, comenzare con los preparativos del almuerzo — dijo Sebastian llevando su mano hacia su pecho para hacer una reverencia

— Espera — lo retuvo Ciel, mirándolo con seriedad — Asumí que no mencionaste nada de esto a apropósito, y por eso no dije nada, pero aun no me explicas realmente el asesinato de Phelps

— ¿no estaba dentro de sus planes o sí? — preguntó Jill — aunque ciertamente estaba en mi lista

— Habías dicho que tenías 3 recolecciones ¿no es así? Pero solo hubo 2 cuerpos, y el de Sebastian

— Pero Sebastian no estaba ni remotamente en mi lista — la shinigami se encogió de hombros — mi tercera recolección será más tarde, a unos kilómetros de aquí

— Menos mal, ya fue suficiente caos en mi mansión — gruño Ciel — ¿y bien? ¿Qué hay del asesinato de Phelps?

— La situación con el señor Phelps fue que había otro huésped no invitado — respondió Sebastian, tranquilamente — y ya que su visita fue un poco repentina, tuve que prepararle esta lujosa suite — agrego mientras sacaba una enorme caja de madera cerrada con cadenas de debajo de la mesa

— ¿El asesino de Phelps está ahí? — Preguntó Ciel levantándose de la mesa, pasando saliva — Muéstrame lo que hay adentro — le ordeno

— ¿Está seguro de eso, Joven amo?

— No actúes tan altanero, ábrela — le repitió más firmemente

— Bien, si usted lo ordena — dijo Sebastian retirando las cadenas, Jill permaneció a la expectativa, apoyándose en la mesa mientras Sebastian retiraba la tapa

De aquella caja saltaron dos serpientes, abalanzándose directamente en contra del conde el cual cayó al suelo por la impresión, Sebastian las atrapo en vuelo antes de que pudieran alcanzar su objetivo, la shinigami no pudo evitar reír por la cara de sorpresa de Ciel.

— ¡QU...QUE...! — balbuceo Ciel paralizado por la sorpresa

— Es por eso que pregunte si estaba seguro de ver lo que había en la caja — Sebastian soltó un suspiro — como puede ver estas serpientes se muestran especialmente resentidas hacia el joven amo.

— ¡Deja de reírte! — le reclamo el conde a la shinigami — ¿y de donde salieron esas cosas?

— Lo siento, deberías de haber visto tu cara — se defendió la shinigami, dejando de reír poco a poco — pero, regresando a esas serpientes, ¿que no habías dicho que no eran nativas de Inglaterra?

— Es como dice Lady Sutcliff, estas serpientes, aunque son diferentes a la de la mansión, tampoco son originarias de esta tierra, y tal parece que tienen un resentimiento especial en contra del joven amo

— Pero entonces, ¿cómo llegaron hasta aquí? — pregunto Ciel

— ¿Por qué no se lo preguntan a él? — Sebastian señalo a un chico que se encontraba en el interior de la caja, rodeado de más serpientes, estaba atado de pies y manos, y traía una mordaza para evitar que hablara, Su cabello era de un tono blancuzco, pero lo más resaltante era que tanto su piel como sus ojos dorados, tenían una apariencia reptiliana, era obvio que él no era alguien que pasara desapercibido en ninguna parte, y no de una buena manera

— ¡SNAKE! — exclamó Ciel sorprendido

— Espera, ¿no es el encantador de serpientes del circo? — pregunto la shinigami — Él es el asesino de Phelps?! — murmuró acercándose a él para inspeccionarlo, justo en ese momento una de las serpientes que lo rodeaba le tiro un rápido mordisco para evitar que se acercara más, sus rápidos reflejos le permitieron sujetarla por la cabeza y evitar la mordida — ¿Creí que estaban resentidas solo con el mocoso? — gimoteo, observando fijamente al chico, el cual me devolvió la mirada con algo de preocupación en sus dorados ojos — Tranquilo, no le hare ningún daño, pero preferiría que no intentara atacarme de nuevo, ni a mí ni a Ciel, ¿está bien? — le dijo soltando a la serpiente y depositándola en el piso, el animal se arrastró nuevamente al lado del chico, enroscándose a su alrededor, observándola fijamente.

— El señor Snake, es el 14avo huésped que no debía de existir — dijo Sebastian quitándole la mordaza — Lo encontré escondido en este lugar cuando el amo Phelps fue atacado, me guie por el sonido de arrastre de la serpiente y la seguí hasta aquí. Aunque intentaron atacarme... Así sea el animal más letal sobre la tierra, como mayordomo de la casa Phantomhive, que sería de mí si no pudiera soportar algo tan sencillo como este veneno — explico encogiéndose de hombros

— ¿pero, por que estas aquí? — le pregunto Ciel

— Después de que Smile y Black se colaran en las tiendas del elenco principal, Joker y los otros desaparecieron al poco tiempo — respondió con una voz fingida — Dice Wilde — murmuro en voz baja con un tono distinto al primero — Es por eso que seguimos a Smile por el olor de sus ropas… — agrego con otro tono de voz — dice Oscar… — repitió en el mismo tono de voz que la última vez — llegamos a una casa en la ciudad y un joven de olor a incienso nos recibió y nos dijo que estabas aquí, y nos dio un carruaje para llegar… — esta vez hablaba con una voz aguda — dice Emily

Jill se sorprendió por esto, este chico interpretaba a las serpientes, y tenía una voz distinta para cada una de ellas.

— Ese idiota — gruño Ciel en un susurro — Como se atreve a guiar a un asesino a mi propio refugio

— Ni siquiera yo podría haber previsto esto — le dijo Sebastian al oído

Jill no pudo evitar reír de nuevo, definitivamente el príncipe Soma era tan inocente como despistado, además el rostro de molestia de Ciel era la cosa más graciosa que había visto. Ciel la fulminó con la mirada.

— ¿Has dicho que la desaparición del elenco principal fue por mi culpa? — le pregunto mirándolo de frente

— ¡ASI ES, DESPUES DE USTEDES SE MOSTRARON JUNTO CON SUIT, JOKER Y LOS DEMAS COMENZARON A ACTUAR EXTRAÑO! — exclamo al tiempo que una serpiente siseaba — dice Wordsworth — De algún modo yo sabía que ellos nos ocultaban algo, pero a pesar de eso, y a pesar de nuestro aspecto, ellos nos llamaron su Amigo … ellos me llamaron su familia — agrego agachando la mirada — ¡TU... TU TOMASTE ESA PARTE DE MI.! ¡Y YO DEFINITIVAMENTE … NO VOY A PERDONARTE! — vocifero con una gran rabia en su voz — dice Wilde

Ciel no respondió de inmediato, suspiro tratando de calmarse.

— El grupo del circo secuestraba niños en cada uno de los lugares que visitaban — respondió finalmente — nosotros nos unimos a ellos solo con el fin de encontrar evidencia de esto.

— Eran... secuestradores… — murmuro Snake sorprendido por las palabras de Ciel — ¡Eso... eso es mentira! ¡Es una basura! … — dice Oscar.

— Mi verdadera identidad fue descubierta antes de que pudiéramos obtener evidencia de esto, después ellos hicieron su paradero desconocido — respondió sin inmutarse — solo en ese sentido pude haber tomado esa paz de ti, pero, de cualquier manera, yo quería salvar a esos niños a como diera lugar… Y por supuesto que yo quiero salvarte también — le dijo acercándose a él y desatando las cuerdas que aprisionaban a Snake

— ¡¿Que rayos es esto?!... dice Wilde — exclamo con sorpresa al verse desatado

— ¿Joven amo? — Sebastian lo miraba con sorpresa al igual que Jill, Ciel lo silencio con solo levantar su brazo

— Snake...ven conmigo a mi mansión — le dijo tendiéndole la mano

— ¿Que estás diciendo? — le recamo Snake retrocediendo un poco, se veía la desconfianza en su mirada — dice Keats

— Como lo dije, quiero salvarte, estamos buscando a Joker, para aclarar el incidente — dijo sin retirar la mano — ¿no crees que sería más fácil verlos de nuevo si te quedas aquí...? yo sé que no hay personas malvadas viviendo en el circo, me gustaría que lograran la verdadera felicidad, todos, incluyéndote.

Snake entrecerró los ojos con algo de melancolía, parecía estar teniendo recuerdos que en este momento le dolían, se puso de rodillas y tomo la mano de Ciel con algo de inseguridad, Sebastian observo la escena al igual que la shinigami, ambos se miraron de reojo, no sabían que podía estar pasando por la cabeza de Ciel en ese momento, pero Ciel debería de estar tan consciente como ellos que, la compañía entera estaba muerta, Joker había muerto aquella noche con Doll, y el resto había muerto en esta mansión a manos de los sirvientes.

Ciel regreso al interior de la mansión, seguido por Sebastián y por Jill, ninguno sabía que decir, finalmente la shinigami fue la que habló.

— ¿Porque le dijiste esas cosas? — pregunto — sabes que eso no es posible…

— Si tú te aferras a una mentira, eventualmente esta se convertirá en verdad — respondió seriamente — Y mientras ustedes dos contengan sus leguas no tendremos problemas y todo irá bien — les advirtió

— En realidad eso a mí no me importa demasiado... a fin de cuentas son tus problemas, mocoso — le dijo, adelantándose un poco a su paso — Pronto tendré que marcharme de este lugar, tan solo me falta un juicio más — agrego observando la mansión — solo… no me parece justo que le mientras de esa manera, hay mentiras que dañan más que una daga, y ese dolor queda tan grabado en un alma… que hasta sus propios recolectores se ven afectados por ese dolor — suspiro agachando la mirada unos instantes — por cierto, ¿me gustaría saber qué es lo que les dirán a los sirvientes para justificar que Sebastian haya sobrevivido? — les preguntó con una sonrisa burlona, Ciel y Sebastian se quedaron en blanco, Jill suspiró — ¿se les había olvidado verdad?

Planearon todo rápidamente para hacer la ceremonia de inmediato.

Una vez en el cementerio, el ataúd con el cuerpo de Sebastian fue llevado por Agni, Bard, Finny y Tanaka hasta la tumba, la cual tenía una peculiar lapida con una campana. Había tristeza en el rostro de todos, Lizzy y Soma lloraban desconsolados.

— ¡Sebastian es un mentiroso! — sollozó Lizzy abrazándose de Ciel — ¡el prometió que nunca dejaría solo a Ciel, y ahora ya no está!

Una vez depositado el ataúd, se dispusieron a retirarse del cementerio, fue entonces que aquella campana en la lápida comenzó a sonar.

— Qué raro, está sonando, aunque no está soplando el viento — murmuró Finny

— Hee, hee … si la campana suena… significa que el ocupante aún está vivo — respondió Undertaker con su típico tono burlón

— ¿Dijiste vivo? — le pregunto la shinigami fingiendo sorpresa

Inmediatamente Bard, Agni y Finny se pusieron a cavar hasta llegar a el ataúd, sacándolo de la fosa, retiraron la tapa lo más rápido que pudieron, Sebastian se levantó de inmediato, suspirando de alivio.

— Por fin logro salir de ahí — murmuro

Todos los presentes estaban consternados, por impulso se lanzaron sobre el mayordomo, llenándolo de lágrimas y mocos, estaban felices de que estuviera de regreso.

— Hee, hee, menos mal que lo colocamos en un ataúd de seguridad — dijo Undertaker comiendo una galleta con forma de huesito — aunque nunca había visto que la campana funcionara con otros casos.

Una vez que le dieron espacio, Tanaka se aproximó al recién resucitado mayordomo, colocándole el broche que días atrás Ciel le había quitado, reconociéndolo como el mayordomo principal de los Phantomhive.

— Este broche solo debería estar en tu pecho, con nadie más — le dijo el anciano de manera amable — a un mayordomo no se le está permitido emitir su último aliento antes que a su amo.

— Ya lo escuchaste — dijo Ciel seriamente — nuevamente eres mi mayordomo, Sebastian

— ¡Yes my Lord! — respondió Sebastian haciendo una reverencia llevando su rodilla hasta el piso.

— regresemos a la mansión entonces

— Lady Elizabeth, me gustaría rectificar algo que usted dijo — murmuro Sebastian muy seriamente

— ¿Que yo dije? — pregunto Lizzy

— Yo... no digo mentiras — le respondió guiñándole un ojo y llevando su dedo índice a los labios.