En la escuela donde estudiaban Heero y Duo, el primero de ellos se encontraba en vías de continuar investigando sobre el tal Milliardo, mientras que Wufei por su cuenta, intentaba a la vez hacer su lucha con Relena para invitarla a salir, pero la chica solo ponía pretextos, eso comenzaba a incomodar a Chang

—Y lo peor de todo, cada vez que hablamos ella pregunta por ti —expresó un día el chino— Comienzo a sospechar que le gustas

—Que perspicaz —respondió en burla, pero con su actitud seria de siempre

—Vaya ¿Quién diría que Heero Yuy sabe bromear? —cruzó los brazos, indignado

—Le guste o no, necesitamos información de ella

—Entonces —pensó en silencio unos momentos— Haré una fiesta, la invitaré junto a sus amigas y diré que irás tú, para que se anime

—Tuviste una buena idea al fin —comentó casi con asombro

—Confía en mí —dijo orgulloso— ¿Y tú cómo vas?

—No mucho en realidad, nuestra mejor carta es Relena

—Te dije que seguirlo sería eficiente

—No me arriesgaré a una denuncia por acoso si se da cuenta —refutó enseguida

—Aburrido —encogió los hombros— Bien, hora de planear la fiesta —contento de verdad por aquello, Wufei se levantó de su asiento y comenzó con los preparativos

Aquel día era Jueves, la fiesta la organizaría para llevarse a cabo ese mismo Sábado. Mandaría a su abuela a dormir a casa de su hija, o sea la tía de Wufei y así tendría dónde hacerla. Desde su punto de vista, nada podría salir mal

Saliendo de clases el viernes, Duo estuvo un rato con sus amigos, con quienes comió en una de las cafeterías del campus, luego de eso, recibió un mensaje de su supuesto novio para reunirse más tarde. Maxwell no les contó sobre la conversación extraña sobre la hermana de Milliardo, seguro de que si lo hacía, los dos sacarían sus teorías conspirativas para decirle que el hombre algo malo tramaba

—Nos vemos mañana chicos —se despidió de la pareja, alejándose de ellos

—Cuídate —respondió Quatre

Mientras que Trowa solo se despidió agitando la mano en el aire, luego desaparecieron de la vista del trenzado, quien caminó hacia fuera de la escuela. Mientras avanzaba, se topó con Relena y sus amigas, a quien quiso esquivar, pero la chica al ver a Duo, rápidamente se acercó a él, lo cual era muy extraño porque ni siquiera se saludaban en clase

—Hola —saludó de forma alegre

Duo miró a sus lados varias veces, confundido en sí de verdad le hablaba a él

—Supe de la fiesta ¿también irás?

—¿Fiesta? —preguntó confundido

—Sí, tu hermano y Wufei organizan —respondió con lógica

Duo se quedó todo pensativo, sin saber qué responder, lo único que le vino a la mente fue la advertencia de Milliardo de no contarle nada sobre su relación a la chica

—No creo ir —contestó secamente

—¿Por qué?

—No es como si Heero y yo nos llevemos bien, además no soporto a Wufei —explicó brevemente, dejando sorprendido a las oyentes

—Es una lástima, esperábamos verte ahí ¿verdad chicas? —preguntó a sus amigas, pero mirando específicamente a una de ellas

El grupo de mujeres rio discretamente mientras afirmaban moviendo sus cabezas, Duo se sintió un poco cohibido

—Bien, nos vemos —cortó rápidamente la charla, sonriendo y amable

—Adiós —se despidió Relena, extrañada por esa actitud

—Que raro es —dijo una de ellas

—Lo siento amiga, hice el intento —comentó Relena hacia su mejor amiga

—No te preocupes, hiciste lo que pudiste —respondió apenada

—Habrá más oportunidades Hilde, anímate —habló otra de las chicas

—Gracias chicas —agradeció, sintiéndose más animada, luego miró hacia Duo, que terminaba de alejarse, saliendo de su visión

Llegó el sábado por la mañana, mientras Duo estaba encerrado en su habitación como siempre, recibió una llamada de Quatre, su amigo parecía algo confundido

—Dime que también irás —dijo de pronto, sin saludar

—¿De qué me estás hablando?

—Me llegó una invitación directa para asistir a la fiesta de Heero y Wufei —respondió, sintiéndose aún algo liado

—Algo oí de eso —expresó con aparente desinterés

—Supongo no sabías

—Me enteré por Relena, mi compañera de clase —suspiró profundo— Pero obvio no iré

—¿Por qué?

—¿No es obvio? Heero algo trama, seguro quiere que vaya con mi novio y me exponga, seguro lo quiere avergonzar —dijo convencido

—No digas eso, suena absurdo

—¿Absurdo? Suena a algo que él haría, después de todo, está en contra de mi relación

—Aunque no dudo que la invitación para Trowa y para mí, parece una treta para asegurar que vayas tú —analizó el rubio— Pero no prueba que Heero quiera agraviarte, quizás solo quiere reconciliarse contigo ¿no crees?

—No quiero averiguarlo, mejor no ir. Saldré con Milliardo —comentó decidido— Quizás tengamos nuestra primera vez

—Duo ¿estás seguro? —cuestionó preocupado

—¿Por qué preguntas en ese tono?

—No suenas deseoso de acostarte con él

—¿Qué sabes tú? —preguntó sintiéndose un poco atacado y ofendido

—Perdón, no quiero meterme en tus cosas, es solo que me preocupo por ti

—Preocúpate de tus asuntos —dijo molesto, colgando el teléfono

Quatre quedó sorprendido, nunca antes se había peleado con Duo, pero ahora él parecía realmente molesto con él, eso lo hizo sentirse mal

—¿Qué pasa amor? —cuestionó Trowa al ver la cara de consternación de su novio

—Me colgó —confesó con tristeza— Siento que cometerá un terrible error, pero él no lo ve así

—A veces tienes que dejar que las personas cometan equivocaciones y aprendan de sus errores, él debe madurar de alguna forma —aconsejó seriamente el de ojos verdes

—No hablas mucho, pero siempre sabes qué decir —sonrió ampliamente, acercándose al más alto le dio un beso en la mejilla

—Duo es mi amigo y también me preocupo por él, pero no es un niño al que hay que cuidar

—Tienes razón —admitió resignado

El rubio lanzó un largo suspiro, coincidía con su pareja, pero no dejaba de pensar en su mejor amigo.

Llegó el sábado y la fiesta comenzó apenas empezaba la noche, al inicio no llegó mucha gente, pero en menos de una hora la casa estaba a rebosar de personas, invitados y otros agregados. Heero y Wufei estaban en el recibidor, viendo a quienes llegaban

Las amigas de Relena y ella misma llegaron juntas, Wufei las recibió como si fueran las invitadas especiales, mientras coqueteaba con ellas pero intentaba ligar a la hermana del novio de Duo, aunque con su mala suerte, la chica solo intentaba llamar la atención de Heero

—Vamos chicas, tienen que admitir que soy el maestro de las fiestas —alardeó sonriente, mientras las hacía reír con tonterías

—¿Y tú hermano vendrá? —preguntó Relena, apartándose de la charla de Wufei con las otras

—No sé —respondió secamente, mirando hacia la puerta

—Él comentó que no se llevan bien ¿es verdad? —insistió en sacar charla

—Es verdad —contestó en el mismo tono— Si me disculpas —apenas la miró de reojo y se apartó

—No lo tomes en serio, él es así, no es personal —justificó Chang apenas vio a su amigo alejarse de esa manera

—Es difícil ¿eh? —suspiró agobiada

—Te hablaré sobre él, ven —ofreció su brazo a Relena, con intenciones de que se alejaran a hablar a un sitio con menos ruido

—Tal vez luego

—Vamos, no te haré nada malo, vamos allá —tras reír señaló el jardín de la casa— ¿Ves? No es mi habitación o un sitio oscuro

—Está bien —dijo tras dudarlo un poco, aceptando el brazo que le ofrecían

Se alejaron los dos del grupo de chicas

—Amiga, tal vez Duo venga, no estés triste —comentó una de las muchachas hacia Hilde

—Es verdad —sonrió un poco, aunque dudaba que el chico se aparecería por ese lugar

Después de la conversación incómoda con su amigo Quatre, Duo llamó a su novio Milliardo y le dijo que si esa noche podían salir. Ya que su esposa fue de visita a casa de su madre y él no se llevaba del todo bien con su suegra, decidió aceptar, así que fueron a cenar

Tras terminarse la cena, caminaron un poco por el parque, ya eran más de las diez de la noche, había buen alumbrado público y varias parejas pasaban por ahí, así que caminaban tomados de la mano sin preocuparse de alrededor

Luego de un rato de silencio, Duo detuvo su andar y miró de frente al otro

—¿Qué pasa?

—Estuve pensando en nosotros —habló el trenzado con un poco de timidez

—¿Ajá?

—Hemos salido por semanas

—Sí

—Y creo que tienes razón, esta relación se siente con futuro y creo que… que…

—Dime —incitó a que terminara, aunque se sentía confundido

—Nosotros no hemos pasado de besos y abrazos, y tocarnos un poco y pues —volvió a pausar sintiéndose un poco nervioso

Milliardo entendió hacia donde iba la conversación y sonrió un poco, aunque para sus adentros se sentía en realidad emocionado, hace tiempo que tenía ganas de tener a Duo en la cama y estaba próximo a lograrlo

—Es momento de pasar a lo siguiente —apenas pudo verlo a los ojos

—Significa mucho para mí —dijo de forma galante el mayor

Agarró la mano derecha de Duo y le besó el dorso

—Aunque sabes que sigo tu ritmo

—Y te lo agradezco —expresó conmovido porque realmente le creía— ¿Vamos a tu casa?

—Mi hermana vive ahí y no lo creo prudente

—Ella seguro está en la fiesta que organizó mi hermano

—Aun así, es riesgoso, me entiendes ¿cierto? —insistió en lo mismo

Relena vivía con el matrimonio, lo haría hasta que tuviera que mudarse al acabar la Universidad, ya que los hermanos eran huérfanos y no tenían parientes cercanos

—¿Qué hay de la tuya?

—Si Heero se entera me mata —comentó serio, aunque sabía que la fiesta era en casa de Wufei, si la pareja se quedaba dormida después del acto y su hermano los llegase a ver, eso no terminaría nada bien— Sabes que no aprueba nuestra relación

—No queda más que pagar Motel, supongo

—Sí —dijo avergonzado— Entonces vamos

—¿Hoy?

—Hoy —reafirmó, sintiéndose sonrojar

—De acuerdo —sonrió amplio Milliardo, luego agarró la mano de Duo

Caminaron hacia el auto del rubio y subieron en él, rumbo al Motel más cercano. Aunque el trenzado estaba inseguro y ansioso, dentro de él, una voz le decía que no lo hiciera, pero también se sentía curioso y además era su primera relación sexual con un hombre, le intrigaba

Llegaron al lugar indicado, Milliardo pagó y pidió que les llevaran una botella de vino, se sirvieron en dos copas y brindaron un poco, cerca de la cama, después se sentaron ahí, ya habían dejado sus bebidas

El mayor se acercó al trenzado y le comenzó a besar detrás de la oreja, mientras su mano le agarraba la cintura, atrayendo su cuerpo, pero Duo no se estaba sintiendo excitado, sino nervioso

—Espera

—¿Qué sucede? —preguntó intrigado, mirándolo a los ojos

—Quiero decir algo

—Te escucho —dijo bajando la mano y colocándola sobre la pierna del menor

—Bueno es que, soy virgen —confesó apenado

—¿En serio? —preguntó sin mucho asombro— No juzgaré si no tienes experiencia

—No lo digo por eso —se sonrojó aún más— Lo he hecho, con mujeres, pero no con un hombre

—¿Ajá?

—Supongo no eres Pasivo —llegó finalmente al punto que quería tratar

—Ah ya te entiendo —dijo tras una risa discreta

—Sé amable —pidió apenado, apartando la mirada

—Confía en mí —le acarició el rostro— ¿Confías en mí?

Duo dudó un poco, pero finalmente afirmó, solo moviendo la cabeza, para Milliardo eso fue suficiente, así que continuó con lo que estaba haciendo, se acercó de nuevo y le besó tras la oreja, pasándose al cuello, mientras su mano en la pierna, subió de nuevo a la cintura

El trenzado jadeó, cerrando los ojos, quería concentrarse, pero no sentía nada, los besos eran casi fríos y la cercanía del cuerpo contrario se sentía extraña, como si su sistema le indicara que debía detener aquello. Sutilmente Duo lo apartó de él, Milliardo lo observó sin decir nada

Levantándose de la cama, se colocó enfrente de su novio y se quitó la camisa, acercándose de nuevo, intentando de cierta forma tomar el mando, como si así se forzara a estar más interesado. La rodilla derecha de Duo se apoyó en el colchón, entre las piernas de Milliardo y se abrazó a él, besándolo en la boca

Mientras se besaban, el rubio comenzó a desanudar la trenza de Duo, cuando terminó, lo abrazó por la espalda y luego bajó las manos a las nalgas, aprisionándolo contra su propio cuerpo. Por instinto, el castaño movió las rodillas hacia ambos lados de las piernas de Milliardo, pero antes que se sentara sobre él, este le agarró ambas extremidades y de un movimiento rápido con poco esfuerzo, se levantó de la cama, con Duo, que le rodeó la cintura con ambas piernas

También se abrazó a su espalda, ahora Milliardo tenía el control, se giró de nuevo a la cama y acostó a Duo sobre esta, él encima, besándole sobre la piel. El menor abrió los ojos y miró el techo, sintiendo el cuerpo sobre él, pero aún no se excitaba completamente

—Relájate —susurró tras darle un beso

Se levantó de la cama, dejando a Duo mirándolo desde abajo, sacó su cartera del pantalón y sustrajo de esta un condón, lo colocó entre sus labios y se desnudó ante el castaño

—Eres muy atractivo —halagó para aligerar la tensión

Continuando con lo suyo, Milliardo aventó el condón al otro lado de la cama y se volvió a agachar, esta vez desabrochando el pantalón de Duo, el que comenzó a bajar junto con la ropa interior, pero notó que estaba todo dormido allá abajo, sintiéndose decepcionado

—Solo disfrútalo —animó, intentando hacer algo, pero sus besos fueron inútiles, así que desistió

—Perdón, solo estoy nervioso —dijo avergonzado

—Está bien —sin darle más importancia, se acomodó el cabello hacia atrás

Duo se acomodó mejor en la cama, moviéndose al centro de esta, a diferencia de él, Milliardo estaba más que listo para continuar, al notar que miraba, le agarró la mano y se la colocó en el miembro, aunque Duo lo sujetó por un momento y acarició, lo dejó pronto, estaba cohibido

El mayor ignoró todo aquello, era obvio que Duo no estaba listo, aunque quisiera fingirlo, pero a él no le importaba, con hacerlo suyo era más que suficiente, así que no retardó más aquello, abrió el preservativo y se lo puso, sujetó las piernas de Maxwell y se acomodó entre ellas

Comenzó a entrar en él, sin lubricante, pero intentando ser cauteloso, lento, amable, tal como lo pidió Duo antes de empezar

—Duele —pensó mientras sentía la penetración, apretando los labios con fuerza, cerrando los ojos, el cuerpo temblando, una experiencia nada parecida a estar con una mujer, ni siquiera una experiencia agradable

—Déjate llevar —pidió Milliardo al notar la rigidez del contrario

No esperó a que se acostumbrara demasiado, comenzó con los movimientos, penetraciones lentas, pero dolorosas, muy dolorosas. Aunque gemía un poco, eran más los quejidos de Duo, mientras se aferraba a la espalda del rubio

Lo que estaba sintiendo en esos momentos era confuso, no solo se trataba de dolor e inseguridad, había un rastro de culpa en todo. Recordó las palabras de Quatre y Trowa, sus advertencias, pensó en sus padres adoptivos, por algún motivo, sentía que les estaba fallando

Pero en quien más pensaba era en Heero, su mirada acusadora y su rostro lleno de decepción lo estaban dejando todo atormentado, pero también sus palabras y la promesa de que desenmascaría a Milliardo porque según él era un mentiroso

—Heero —murmuró agobiado, aunque su novio no lo escuchó decir ese nombre, pero era en todo lo que Duo podía pensar

Sin embargo, no era solo la acusación lo que recordaba, sino su rostro, su cuerpo, su tosca personalidad, todo lo que le gustaba de él, la forma en que lo miraba, cuando dijo que le gustaba, cuando se acercaba a él, el intenso olor de su perfume. No podía seguirse negando todo lo que sentía, estaba enamorado de su hermanastro, pero se estaba entregando a otro hombre, podía reconocer su gran error

Derramó lágrimas de culpa.

El acto terminó sin que Duo se diera cuenta, no notó cuando Milliardo culminó, se apartó tanto del momento y no se excitó ni un poco, que solo sintió el momento en que su pareja abandonaba su cuerpo y se levantaba, liberándolo del peso que tuvo encima

Se quedó mirando el techo en silencio, ni cuenta se dio cuando el mayor se paró de la cama y fue al baño a deshacerse del condón usado. Una vez que regresó, se acostó a su lado y lo besó

—¿Estás bien? —preguntó algo intrigado. Al último pudo sentir casi como si se hubiese acostado con una tabla de madera

—Sí —mintió intentando sonreír

—No te lastimé ¿verdad?

—No —volteó hacia él y luego se acurrucó en su pecho— Estoy bien

Sin que Milliardo pudiera ver, Duo derramó algunas lágrimas más, en silencio, sintiendo el abrazo del rubio, quien era el único satisfecho, mientras a él, la dolorosa falta no lo dejaría dormir tranquilamente, pero él tomó sus decisiones y no podía negarlo, solo asumir las consecuencias.


Gracias por seguir leyendo, dejen sus comentarios por favor, si se loguean siempre contesto, igual gracias si dejan anónimos