Alrededor de media hora después, Duo abrió sus ojos y se encontró en aquella cama junto a Milliardo, con quien tuvo su primera vez, aunque para él no fue satisfactorio, no tuvo más remedio que resignarse, y no es que él no le gustara, le gustaba mucho, pero estar con él no resultó como pensaba

Recordó las palabras de Quatre y se arrepintió de haber colgado la llamada, su amigo solo se preocupó por él y con justa razón

Duo se levantó de la cama, todo adolorido y fue al baño, ahí se metió bajo el chorro de agua tibia y trató de acomodar todas sus ideas

Entonces los pensamientos sobre Heero que tuvo mientras estuvo con Milliardo acudieron a él y se sintió avergonzado porque por primera vez admitió que sentía algo por él, algo contra lo que luchó por tanto tiempo y que finalmente cayó el peso sobre sus hombros

—Aún si sé lo que siento, lo nuestro no puede ser —murmuró mientras se limpiaba algo más que el cuerpo, también sus culpas.

Dentro de la habitación, una llamada a su teléfono móvil despertó a Milliardo, se trataba de su esposa Lucrezia, a la que contestó enseguida y rápidamente, pero con voz bajita

—¿Qué pasa? ¿Dónde estás? —preguntó ella confundida por esa voz

—Perdón, estoy dentro de un establecimiento y no permiten teléfonos, tengo que colgarte

—Está bien amor, no olvides traer la cena, Relena no está, estaremos solos —dijo con voz tierna, ya que no pasaban mucho tiempo solos

—Sí, yo llego, te amo —lo último lo habló más bajito aún

—También yo —respondió ella y cuando su esposo colgó miró confundida el teléfono, pero después le quitó importancia.

Duo salió del balo envuelto en una toalla, cuando lo vio Milliardo sonrió

—No me esperaste —comentó decepcionado, luego golpeó suavemente la cama con la palma de su mano— Ven aquí

—Debo volver a casa —expresó con timidez

—¿Qué sucede? ¿Estás bien?

—Sí, solo estoy cansado —dijo avergonzado, todo sonrojado

—Entiendo, fue tu primera vez —contestó comprensivo, después se levantó de la cama— Entonces vámonos

—¿No vas a bañarte?

—No, en casa lo hago —dijo como fingiendo demencia, la verdad es que no podía llegar a casa con su esposa y el cabello mojado, más aún teniéndolo tan largo, no se le alcanzaría a secar

—De acuerdo

Duo fue por su ropa y se vistió, Milliardo también hizo lo mismo

—Te llevo

El trenzado asintió y luego avanzaron a la puerta de la habitación, Milliardo lo detuvo y le dio un beso en la boca, pero Duo apenas si lo correspondió

—Estás algo distraído

—Solo asimilo lo que pasó —sonrió un poco, avergonzado

—Está bien —el más grande le sonrió de vuelta con amabilidad y besó su mejilla

Los dos salieron ya de ahí y subieron al auto de Milliardo, durante todo el camino no hablaron nada de lo que pasó entre ellos, ni de como eso afectaría su relación, ni de los sentimientos de Duo, simplemente no dijeron nada más, hasta que llegaron a casa de los Yuy

—Te llamo

—Sí —el castaño volvió a sonreír, intentando fingir estar animado, pero no le salía muy bien que digamos, el rubio ya no comentó nada

Se despidieron con un beso y Duo salió del auto, Milliardo arrancó enseguida, mientras sonreía ampliamente, porque él si disfrutó mucho estar con Duo, y aunque se podría pensar que mágicamente iba a desaparecer después de eso la verdad es que no lo haría, quería más de Duo, el chico sí que le gustaba bastante

Duo entró en su casa y subió directo a su habitación, se puso otra ropa y subió en la cama, sintiéndose muy mal, de nuevo cientos de pensamientos se arremolinaban en su mente y no lo dejaban en paz, estaba muy confundido y también triste.

En la fiesta las cosas estaban más que bien, todos estaban contentos con haber sido invitados porque Wufei era un excelente anfitrión, la bebida y comida no faltaban, había muy buena música y él se llevaba muy bien con todos, pese a que su cara era como de pocos amigos, la verdad es que él era más que popular entre todos

Relena por su parte trataba de desaparecer de vez en cuando y buscar una excusa para ir detrás de Heero, pero él se daba cuenta y se le escondía también, mientras que Wufei quería abordarla y sacarle más información, también quería invitarla a salir, pero la chica no se dejaba, era muy escurridiza

Aquello parecía como que Heero era un ratón escurridizo, Relena una gatita y Wufei un perro travieso, los tres jugando a esconderse y perseguirse, pero finalmente la chica pudo abordar a Heero y sacarle un poco de plática, en el patio de la casa

—Me hubiera encantado que Duo viniera —dijo ella emocionada, aunque no lo decía por ella, sino por su amiga Hilde que gustaba de él

—Seguro no quiso venir, él tiene novio, debe andar por ahí con él —admitió con un dolor en el pecho, ella se sorprendió

—No sabía que Duo era gay —comentó asombrada— Lo había visto con chicas

—No sé si es gay o bisexual, pero ahora tiene novio —dijo secamente

—Ya veo —dijo con decepción

—¿Te gusta? —preguntó un poco molesto

—¿Qué? No, no es eso —respondió apenada y pensando que a lo mejor estaba celoso por ella— A una amiga… La verdad es que a mí me gusta...

—Hey Heero ¿quieres una cerveza? —interrumpió Wufei corriendo hacia su amigo con una lata del líquido ofrecido

—Sí —recibió la lata

—¿Saben? Yo me iré a casa —dijo al par de amigos

—¿Tan temprano preciosa? —cuestionó Wufei

—No me llames así —le puso un alto— Y sí, mi hermano seguro no quiere que me quede muy tarde, su esposa tampoco, me ve como hermana

Las palabras de la chica hicieron que Heero y Wufei se voltearan a ver, ahí estaba la prueba que querían, efectivamente Milliardo era un hombre casado

—No te preocupes por eso, te llevaré a casa —dijo Heero con determinación

—¿De verdad? —emocionada

—Sí, no tengo auto, iremos en taxi

—No importa —dijo animada

—Me pondré celoso —bromeó Wufei

—Fue una linda fiesta, gracias —comentó para atenuar la situación e ignorar el comentario

Relena se despidió de Wufei y ella con Heero se marcharon hacia la casa de los hermanos.

En su casa, Quatre y Trowa estaban cenando, sentados en el piso porque no tenían aún comedor

—¿Sigues pensando en Duo? —cuestionó Trowa, el rubio asintió

—Quiero llamarlo, pero ¿si me cuelga?

—Si quieres podemos ir a su casa a verlo

—No es necesario —negó con la cabeza— Pero le enviaré un mensaje

Rápido agarró su teléfono y le mandó un mensaje a su amigo.

En su casa, Duo recibió aquello y sonrió

—Te traté mal y aún así me escribes —sintió un poco de culpa

El trenzado devolvió el mensaje, pidiéndole perdón y diciéndole que estaba bien y no se preocupara, pero no hablaron de que Duo hizo el amor con Milliardo ni de cómo se sentía realmente, arrepentido y avergonzado.

—Él está bien, sí me respondió —informó Quatre a su novio

—Me alegra —sonrió un poco

La pareja continuó cenando sus alimentos.

Heero y Relena llegaron a la casa de ella, el taxi se fue porque Heero así se lo indicó, los dos se quedaron afuera de la casa unos momentos

—Muchas gracias por traerme

—Es noche y peligroso, no quería que vinieras sola —respondió, mirando discretamente a los alrededores, el auto que conocía de Milliardo no estaba

—Que caballero —dijo toda avergonzada, con el rostro rojo, creyendo que a lo mejor le gustaba

—¿Quieres pasar?

—No, debo volver a la fiesta, después de todo, también la organicé

—Ya veo —decepcionada, bajó un poco la mirada

—Así que vives con tu hermano

Relena asintió

—Nuestros padres murieron y él se hace cargo de mí, cuando se casó me trajo a vivir con ellos, pero cuando entre a la Universidad me iré a los dormitorios

Explicó ella, Heero entendió que iría a una Universidad privada de prestigio, eran las únicas que tenían dormitorios, aunque el tema no le importaba mucho

—¿Tienen mucho de casados?

—No, apenas dos años —respondió— Ni siquiera tienen hijos aún

Heero pensó en lo descarado que era Milliardo, prácticamente acababa de casarse y ya le era infiel a su esposa, además con alguien menor de edad, aunque Duo no tardaría en cumplir 18 años, seguía siendo menor de edad, eso enfurecía a Heero

—Bien entonces, entraré, gracias de nuevo

Sin darle tiempo a reaccionar, la chica le dio un beso en la mejilla a Heero para despedirse, pero él se sorprendió casi como si lo hubiera hecho en la boca, sin embargo, no dijo nada, solo asintió

Antes que se marchara, una luz de auto iluminó la noche alrededor, era Milliardo que acababa de llegar, Relena sonrió

—Te presentaré a mi hermano

Heero asintió de nuevo. Desde el auto, Milliardo distinguió enseguida a Heero, la sangre le bajó a los pies, se quedó dentro unos momentos, algo nervioso, luego bajó aparentando estar todo normal y tranquilo

—Buenas noches

—Hermano —saludó Relena entusiasmada— Quiero presentarte a un amigo, Heero Yuy —señaló al susodicho y ambos hombres compartieron una mirada fija

—Mucho gusto —respondió Heero

Los dos seguían viéndose como un par de enemigos naturales

—¿Sabes? Podría aceptar un café —mencionó Heero a Relena

Ella sonrió más entusiasmada que antes y asintió, les dio la espalda y entró primero en la casa. Los dos que se quedaron se observaron fijamente, Milliardo quería romperle la cara a Heero y él también sentía lo mismo.


Otro capítulo de este fanfic, que lo disfruten.