A pesar de sus formalidades, Pablo-Jill podía ver perfectamente a traves del mocoso. De hecho, cualquiera podía hacerlo, incluso los clones que no conocían mucho a otros seres de la galaxia. Su aire envalentonado y sus pelo bien cuidado daba a entender que se trataba de un pomposo hasta la médula, uno que le gustaba mantener una gran sonrisa dibujada en su rostro, y una actitud bastante orgullosa. Algo que ciertamente no compaginaba con las tradiciones Jedi más tradicionales. Y Pablo-Jill, era un tradicionalista hasta la médula. Pero esos eran problemas que tenía que tratar en otro momento. Por ahora tenía otra prioridad en mente. La ciudad capital de Gala estaba junto frente a sus narices y tenían que tomarla antes que los separatistas enviaran refuerzos. Generalmente, un maestro Jedi probaría las habilidades de su nuevo padawan en una larga rutina de entrenamientos y ejercicios en el interior de la seguridad del templo Jedi. Pero esto era la guerra, y esas formalidades quedaba en un segundo plano. Así que, para determinar que tan capaz era su nuevo padawan, Pablo-Jill tuvo una idea. En una rápida reunion con su comandante clon y Roy, planificaron una forma de acceder a la ciudad limitando el número de bajas. Pablo: - Muy bien. Aquí está la puerta principal. - Dijo mientras veían un mapa de la zona de combate en una holo-poryección. - La fuerza principal atacará de frente y acabará con las defensas enemigas que la custodian. Sin embargo, hay una posición fortificada al este. Información rebela que de allí están llegando los suministros y refuerzos enemigos. De destruir la posición, nuestros hombres podrán avanzar con mayor facilidad. -
Por supuesto, si bien esto no era de todo cierto, tampoco era mentira. Si lograban capturar la posición, podrían disminuir la resistencia enemiga, pero no era algo vital para asegurar la victoria. De hecho, la victoria era casi segura, pero solo era una cuartada de Pablo para probar a Roy, pero por supuesto, no lo enviaría solo. Pablo: - Comandante, Roy. Tomar a cien de los hombres y capturad la posición. Esperamos por ustedes para avanzar. Roy, estarás a cargo. -
Roy: - ¿Qué? -
Pablo: - Como escuchaste. -
Comandante clon: - Señor, no creo que sea una buena idea. Aún es muy joven, y no tiene experiencia en el combate. -
Pablo: - Y por eso debe comenzar de inmediato. Nos vemos en la ciudadela caballeros. -
El Jedi se dio la vuelta y organizó a sus tropas para dirigirse a la primera línea de combate, dejando tanto al padawan como al clon completamente en shock. Ambos de miraron con duda, pues ahora tenían que cumplir una misión conjuntos, y ni siquiera sabían sus nombres. Aún así, fue el clon quien tomó la iniciativa. El soldado, fiel a su código, se cuadró en pose militar y exclamo.
Comandante clon: - A la espera de órdenes, comandante. - El soldado clon podía ser muy relajado y risueño con sus semejantes, aún así, frente a sus superiores era inamovible, como si de otra ser se tratase. Su carácter se volvía rígido como la dura roca, y no vacilaba ante ningún estímulo externo, por muy minúsculo que fuese. Roy: - Wow, wow, wow. Relájese comandante. No tiene que ser tan recto. -
Comandante clon: - Con el debido respeto, señor, esas fueron las órdenes del general. Además, con usted como comandante, yo no soy más que un mero capitán. -
El joven estaba realmente preocupado. De un momento a otro pasó de ser un mero padawan a comandante de una fuerza de cien hombres. La vida de cien hombres ahora pendía de sus manos, y eso lo aterraba hasta la médula. Aun así, órdenes son órdenes. El grupo se acercó al campo de batalla, rodeando las posiciones aliadas hasta ubicarse justo al frente del lugar que debía tomar. Una pequeña fortaleza sobre la enorme muralla que rodeaba la ciudad capital, de la cual cientos de droides disparaban continuamente sobre el campo de batalla. La unidad se posicionó tras una pequeña meseta, el lugar ideal para observar desde la distancia las posibles formas de infiltrarse.
Comandante Clon: - ¿Alguna idea, comandante? - Le preguntó a joven.
Roy: - ¿Qué crees de un asalto frontal? - La pregunta sorprendió un poco al clon, y a aquellos que lo escucharon. Comandante Clon: - Si logramos avanzar lo suficientemente rápido, podremos llegar a la base del muro. Luego podríamos escalar usando los ganchos hasta la parte superior. -
Roy analizó un poco la situación, el camino recto sería el más rápido, pero estarían completamente al descubierto. Miró a los hombres a su alrededor, y aunque no podía ver sus caras por sus cascos, podía asegurar que estaban preocupados, pues salir de tal forma los dejarían al descubierto, y sería un blanco fácil para las baterías separatistas. Respiró profundamente, y preguntó.
Roy: - ¿Qué usted cree, comandante? -
Comandante clon: - ¿Señor? - Preguntó atónito. Roy: - ¿Tienes alguna mejor idea? - La pregunta tomó a muchos por sorpresa. Comandante clon: - Si me lo permite, señor. - Respondió con dudas. ¿Acaso estaba bien sugerirle algo a su superior? - Podíamos tomar el camino a traves de las mesetas, al este de esta posición. -
Roy: - ¿Cuanto tiempo nos demoraríamos? -
Comandante clon: - Unos dies minutos. Pero una vez lleguemos a la base del mure estaremos más seguros. - El joven lo miró por unos segundos, asintió con la cabeza, y le dijo.
Roy: - Muy bien. Usted está a cargo comandante. -
Comandante clon: - Pero señor, las órdenes del general fueron... -
Roy: - Es preferible cargar un castigo que sus vidas sobre mis hombros. - La palabras dejaron en shock a los clones, a todos los que lo escucharon. Desde que había sido entrenados en Kamino, los habían adoctrinados para ser herramientas de guerra, máquinas de matar. No muy diferentes a los droides. Y de hecho, así lo creían. Solo habían pasado unos meces desde que comenzó la guerra, y nunca antes se había detenido a pensar que significaba ser un clon exactamente. ¿Había algo más allá que ser solo un soldado? Pero justo delante de ellos había un mocoso que les hizo entender algo muy importante. Ellos no eran solo clones, ellos eran seres humanos. Aunque Roy no era realmente consciente de lo que había hecho. Él simplemente no quería estar a cargo, pues sabía que no estaba listo para tal cosa.
El comandante clon, de cierta forma agradecido por la actitud del extraño joven, se puso a cargo de sus tropas y ejecutó el plan a la perfección. Con su experiencia al mando, logró alcanzar el objetivo en la mitad del tiempo esperado, pues conocía a sus hermanos a la perfección y de qué estos eran capaces. Y una vez ubicado bajo las defensas de la fortaleza procedieron a lanzar los ganchos. Una vez aseguradas las sogas de ascenso, el grupo estaba listo para iniciar el asalto.
Roy: - Muy bien comandante. Lo espera arriba. - Se lanzó a escalar el muro sin siquiera pensarlo. Comandante clon: - ¡Comandante, espere! - El clon poco pudo hacer para detenerlo, mientras escuchaba los vítores del joven emocionado por la batalla. Los clones tomaron los cables de ascenso lo más rápido que pudieron, y procedieron a escalar los muros mientras oían el ruido provocado por el sable de luz del padawan y a los droide B1 chillando mientras eran cortados. Los primero en llegar a la cima fueron el comandante junto a otros dos clones, sólo para encontrarse la zona despejada de droides, y al joven con la cabeza de un B1 observándola en su mano.
Roy: - Estas cosas... No son muy eficaces que digamos. -
Comandante clon: - La fuerza de los droides están en sus números. Aunque esos eran meros B1, hay otros muchos más complicados de derrotar. -
Roy: - Nada que mi sable láser no pueda arreglar. -
Comandante Clon: - Bueno. Creo que no existe nada que pueda detener un sable de luz. - El joven rió. Roy: - Creo que tienes razón. -
Una vez tomado la azotea de la fortaleza, fue solo cuestión despejar su interior y aliviar la presión que el ejército principal, el cual se encontraba a poco minutos de alcanzar la entrada de la ciudad capital. Pero Roy quería más de la batalla. Roy: - Bueno... ¿Y ahora que hacemos? - Preguntó ocioso. Comandante clon: - Nuestras órdenes eran capturar esta fortaleza. Nada más. -
Roy: - ¿Y eso es todo? Aún quedan muchos droides allá afuera. -
Comandante clon: - Debemos mantener la posición para que los refuerzos de ala este de la ciudad no alcanzan la entrada principal. Debemos mantener esta posición a toda costa. - Roy miró alrededor, y vio que cada ventada o abertura de la fortaleza estaba siendo ocupado con un clon, que no dejaba de disparar con sus rifles DC-15S, aún así, más de la mitad de los clones del grupo estaba simplemente de pie, a la espera de órdenes sin hacer nada. Roy: - No creo que haga falta tanto de nosotros para mantener este lugar... Podríamos avanzar hasta la entrada de la ciudad y apoyar al grupo de general. Quiero decir... Es mejor que quedarse esperando... Después de todo más de la mitad no tiene mucho que hacer... - El joven se encogía de hombros mientras preguntaba, y el comandante sabía que tenía razón. Dado que no se esperaban un ataque en este sector, el grueso de las fuerzas enemigas estaban concentradas en detener a Pablo-Jill y al grueso del ejército, así que no fue sorpresa encontrar tan poca resistencia. Comandante clon: - Muy bien. Toma a un pelotón de los muchachos y ve. No hagas nada alocado. -
Roy: - Okie Dokie. - [Una abreviación de OK, común entre los jóvenes de habla inglesa.]
Y el joven se marchó, seguido por treinta y seis de los clones de armadura blanca, cuatro sargentos con sus patrones verdes pintados, y un teniente con patrones azules. Clon: - Señor. ¿No cree que fue demasiado informal con el comandante? -
Comandante clon: - Tampoco se por qué lo hice. Parece que... me dejé llevar. -
Image Sin perder un segundo, Roy se lanzó a las murallas seguido de cerca por el peloton de clones que hacían todo lo posible por seguirles el paso. Al avanzar en línea recta, al joven padawan no le costó mucho trabajo abatir a los droides que se encontraba en su camino, pues muchos de ellos ni siquiera podían prever su llegada. A los pocos que fueron capaces de darse vuelta para disparar, solo vieron como sus blaster rebotaban al entrar en contacto con la hoja de su sable de luz. Los clones que lo seguían no tenían que preocuparse por los enemigos al frente, pues Roy no dejaba ninguno, sólo tenían que asegurarse de los pocos droides que disparaban desde el interior de la ciudad, pero al tener la ventaja de la altura, fue una tarea sencilla. Desde la distancia del campo de batalla, era notoria la participación del joven padawan sobre la posición este de las murallas. No solo porque los blaster dejaron de disparar en esa zona, pues se podía ver los destellos del sable de luz azul a la distancia. Y Pablo-Jill los podía ver muy bien. Capitán clon: - Es bueno. - Le dijo al Jedi tras percatarse de lo que sucedía. Pablo: - Demasiado impulsivo. Eso no es propio de un Jedi. - El clon no supo que decir, pues el propio Pablo iba al frente de batalla luchado contra los droides, lo que desde el punto de vista del clon era igual de impulsivo pero... Que sabría él de códigos y tradiciones Jedi. Pablo: - Pero si. Es bueno. Prepare las tropas capitán. Vamos a tomar la ciudad. -
Por supuesto, si bien esto no era de todo cierto, tampoco era mentira. Si lograban capturar la posición, podrían disminuir la resistencia enemiga, pero no era algo vital para asegurar la victoria. De hecho, la victoria era casi segura, pero solo era una cuartada de Pablo para probar a Roy, pero por supuesto, no lo enviaría solo. Pablo: - Comandante, Roy. Tomar a cien de los hombres y capturad la posición. Esperamos por ustedes para avanzar. Roy, estarás a cargo. -
Roy: - ¿Qué? -
Pablo: - Como escuchaste. -
Comandante clon: - Señor, no creo que sea una buena idea. Aún es muy joven, y no tiene experiencia en el combate. -
Pablo: - Y por eso debe comenzar de inmediato. Nos vemos en la ciudadela caballeros. -
El Jedi se dio la vuelta y organizó a sus tropas para dirigirse a la primera línea de combate, dejando tanto al padawan como al clon completamente en shock. Ambos de miraron con duda, pues ahora tenían que cumplir una misión conjuntos, y ni siquiera sabían sus nombres. Aún así, fue el clon quien tomó la iniciativa. El soldado, fiel a su código, se cuadró en pose militar y exclamo.
Comandante clon: - A la espera de órdenes, comandante. - El soldado clon podía ser muy relajado y risueño con sus semejantes, aún así, frente a sus superiores era inamovible, como si de otra ser se tratase. Su carácter se volvía rígido como la dura roca, y no vacilaba ante ningún estímulo externo, por muy minúsculo que fuese. Roy: - Wow, wow, wow. Relájese comandante. No tiene que ser tan recto. -
Comandante clon: - Con el debido respeto, señor, esas fueron las órdenes del general. Además, con usted como comandante, yo no soy más que un mero capitán. -
El joven estaba realmente preocupado. De un momento a otro pasó de ser un mero padawan a comandante de una fuerza de cien hombres. La vida de cien hombres ahora pendía de sus manos, y eso lo aterraba hasta la médula. Aun así, órdenes son órdenes. El grupo se acercó al campo de batalla, rodeando las posiciones aliadas hasta ubicarse justo al frente del lugar que debía tomar. Una pequeña fortaleza sobre la enorme muralla que rodeaba la ciudad capital, de la cual cientos de droides disparaban continuamente sobre el campo de batalla. La unidad se posicionó tras una pequeña meseta, el lugar ideal para observar desde la distancia las posibles formas de infiltrarse.
Comandante Clon: - ¿Alguna idea, comandante? - Le preguntó a joven.
Roy: - ¿Qué crees de un asalto frontal? - La pregunta sorprendió un poco al clon, y a aquellos que lo escucharon. Comandante Clon: - Si logramos avanzar lo suficientemente rápido, podremos llegar a la base del muro. Luego podríamos escalar usando los ganchos hasta la parte superior. -
Roy analizó un poco la situación, el camino recto sería el más rápido, pero estarían completamente al descubierto. Miró a los hombres a su alrededor, y aunque no podía ver sus caras por sus cascos, podía asegurar que estaban preocupados, pues salir de tal forma los dejarían al descubierto, y sería un blanco fácil para las baterías separatistas. Respiró profundamente, y preguntó.
Roy: - ¿Qué usted cree, comandante? -
Comandante clon: - ¿Señor? - Preguntó atónito. Roy: - ¿Tienes alguna mejor idea? - La pregunta tomó a muchos por sorpresa. Comandante clon: - Si me lo permite, señor. - Respondió con dudas. ¿Acaso estaba bien sugerirle algo a su superior? - Podíamos tomar el camino a traves de las mesetas, al este de esta posición. -
Roy: - ¿Cuanto tiempo nos demoraríamos? -
Comandante clon: - Unos dies minutos. Pero una vez lleguemos a la base del mure estaremos más seguros. - El joven lo miró por unos segundos, asintió con la cabeza, y le dijo.
Roy: - Muy bien. Usted está a cargo comandante. -
Comandante clon: - Pero señor, las órdenes del general fueron... -
Roy: - Es preferible cargar un castigo que sus vidas sobre mis hombros. - La palabras dejaron en shock a los clones, a todos los que lo escucharon. Desde que había sido entrenados en Kamino, los habían adoctrinados para ser herramientas de guerra, máquinas de matar. No muy diferentes a los droides. Y de hecho, así lo creían. Solo habían pasado unos meces desde que comenzó la guerra, y nunca antes se había detenido a pensar que significaba ser un clon exactamente. ¿Había algo más allá que ser solo un soldado? Pero justo delante de ellos había un mocoso que les hizo entender algo muy importante. Ellos no eran solo clones, ellos eran seres humanos. Aunque Roy no era realmente consciente de lo que había hecho. Él simplemente no quería estar a cargo, pues sabía que no estaba listo para tal cosa.
El comandante clon, de cierta forma agradecido por la actitud del extraño joven, se puso a cargo de sus tropas y ejecutó el plan a la perfección. Con su experiencia al mando, logró alcanzar el objetivo en la mitad del tiempo esperado, pues conocía a sus hermanos a la perfección y de qué estos eran capaces. Y una vez ubicado bajo las defensas de la fortaleza procedieron a lanzar los ganchos. Una vez aseguradas las sogas de ascenso, el grupo estaba listo para iniciar el asalto.
Roy: - Muy bien comandante. Lo espera arriba. - Se lanzó a escalar el muro sin siquiera pensarlo. Comandante clon: - ¡Comandante, espere! - El clon poco pudo hacer para detenerlo, mientras escuchaba los vítores del joven emocionado por la batalla. Los clones tomaron los cables de ascenso lo más rápido que pudieron, y procedieron a escalar los muros mientras oían el ruido provocado por el sable de luz del padawan y a los droide B1 chillando mientras eran cortados. Los primero en llegar a la cima fueron el comandante junto a otros dos clones, sólo para encontrarse la zona despejada de droides, y al joven con la cabeza de un B1 observándola en su mano.
Roy: - Estas cosas... No son muy eficaces que digamos. -
Comandante clon: - La fuerza de los droides están en sus números. Aunque esos eran meros B1, hay otros muchos más complicados de derrotar. -
Roy: - Nada que mi sable láser no pueda arreglar. -
Comandante Clon: - Bueno. Creo que no existe nada que pueda detener un sable de luz. - El joven rió. Roy: - Creo que tienes razón. -
Una vez tomado la azotea de la fortaleza, fue solo cuestión despejar su interior y aliviar la presión que el ejército principal, el cual se encontraba a poco minutos de alcanzar la entrada de la ciudad capital. Pero Roy quería más de la batalla. Roy: - Bueno... ¿Y ahora que hacemos? - Preguntó ocioso. Comandante clon: - Nuestras órdenes eran capturar esta fortaleza. Nada más. -
Roy: - ¿Y eso es todo? Aún quedan muchos droides allá afuera. -
Comandante clon: - Debemos mantener la posición para que los refuerzos de ala este de la ciudad no alcanzan la entrada principal. Debemos mantener esta posición a toda costa. - Roy miró alrededor, y vio que cada ventada o abertura de la fortaleza estaba siendo ocupado con un clon, que no dejaba de disparar con sus rifles DC-15S, aún así, más de la mitad de los clones del grupo estaba simplemente de pie, a la espera de órdenes sin hacer nada. Roy: - No creo que haga falta tanto de nosotros para mantener este lugar... Podríamos avanzar hasta la entrada de la ciudad y apoyar al grupo de general. Quiero decir... Es mejor que quedarse esperando... Después de todo más de la mitad no tiene mucho que hacer... - El joven se encogía de hombros mientras preguntaba, y el comandante sabía que tenía razón. Dado que no se esperaban un ataque en este sector, el grueso de las fuerzas enemigas estaban concentradas en detener a Pablo-Jill y al grueso del ejército, así que no fue sorpresa encontrar tan poca resistencia. Comandante clon: - Muy bien. Toma a un pelotón de los muchachos y ve. No hagas nada alocado. -
Roy: - Okie Dokie. - [Una abreviación de OK, común entre los jóvenes de habla inglesa.]
Y el joven se marchó, seguido por treinta y seis de los clones de armadura blanca, cuatro sargentos con sus patrones verdes pintados, y un teniente con patrones azules. Clon: - Señor. ¿No cree que fue demasiado informal con el comandante? -
Comandante clon: - Tampoco se por qué lo hice. Parece que... me dejé llevar. -
Image Sin perder un segundo, Roy se lanzó a las murallas seguido de cerca por el peloton de clones que hacían todo lo posible por seguirles el paso. Al avanzar en línea recta, al joven padawan no le costó mucho trabajo abatir a los droides que se encontraba en su camino, pues muchos de ellos ni siquiera podían prever su llegada. A los pocos que fueron capaces de darse vuelta para disparar, solo vieron como sus blaster rebotaban al entrar en contacto con la hoja de su sable de luz. Los clones que lo seguían no tenían que preocuparse por los enemigos al frente, pues Roy no dejaba ninguno, sólo tenían que asegurarse de los pocos droides que disparaban desde el interior de la ciudad, pero al tener la ventaja de la altura, fue una tarea sencilla. Desde la distancia del campo de batalla, era notoria la participación del joven padawan sobre la posición este de las murallas. No solo porque los blaster dejaron de disparar en esa zona, pues se podía ver los destellos del sable de luz azul a la distancia. Y Pablo-Jill los podía ver muy bien. Capitán clon: - Es bueno. - Le dijo al Jedi tras percatarse de lo que sucedía. Pablo: - Demasiado impulsivo. Eso no es propio de un Jedi. - El clon no supo que decir, pues el propio Pablo iba al frente de batalla luchado contra los droides, lo que desde el punto de vista del clon era igual de impulsivo pero... Que sabría él de códigos y tradiciones Jedi. Pablo: - Pero si. Es bueno. Prepare las tropas capitán. Vamos a tomar la ciudad. -
NOTA:
Se que resulta difícil todo el tema de "comandante clon" y "capitán clon," pero estamos hablando de una etapa donde los clones aún no usaban nombres y apenas se clasificaban a si mismo como un código. Pronto usaré nombres y ya verán que emocionante historias compartirán los jedi y sus hermanos en armas de armadura blanca.
