Los hombres del 194th comenzaban a caer uno por uno antes el fuego enemigo. Aquellos que estaban más alejados del muro de chatarra tenían el mayor riego de ser alcanzados. Los droides cada vez presionaban más y más, y ya a Roy, Hammer y al comandante junto a los hombres apostados abajo se les hacia más difícil mantener la posición. Si el 212th no habría algo drástico, pronto el 194th estaba condenado.
Clon: - ¡Comandante! ¡Estamos perdiendon a muchos hombres! ¡Debemos retirarnos! -
Hammer: -Negativo soldado. Si abandonamos esta posición seremos un perfecto tiro al blanco. -
Comandante: - ¡Resistan soldados! ¡La ayuda esta en camino! ¡Denlo por hecho!
Los clones tuvieron un segundo impulso a su moral. Estaban dispuestos a luchar con todas sus fuerzas, pero solo aquellos que estaban más cerca pudieron ver la preocupación del comandante. La situación era precaria y dependía del apoyo que pudiese no llegar a tiempo. De pronto.
Clon: - ¡Fuego de artillería! -
El grito del soldado puso a todos en alerta. ¿Fuego de artillería? La situación no podía empeorar. Estaban contra la espada y la pared, un blanco fácil para el fuego a distancia. Afortunadamente, el objetivo de las salvas no eran los clones.
¡BOM! ¡BOM! ¡BAM!
Las explosiones sacudían la tierra y removia los escombros. Los droides tras el cúmulo de chatarra volaban por los aires mientras sus posiciones eran abrazadas por el letal fuego de artillería. El 194th estaba salvado, mantener la posición y reagruparse cerca de su comandante.
Clon: - ¡Son de los nuestros! ¡Es el general y el 212th! -
Los clones celebraron el arriba de sus colegas. Justo a tiempo para evitar su trágico destino. Los clones alzaban la mirada al cielo alabando a las lanzaderas LAAT/i que dejaban a cientos de clones del 212th en el campo de batalla. Solo dos de los clones del 194th estaban mirando otra cosa.
Hammer y el comandante miraban la extraña actitud del padawan. Más que celebrar por su victoria, Roy estaba más enfocado en guardar bajo sus túnica su sable de luz. Podrían jurar que era aquel que tenía la hoja morada, lo cual resultó un poco extraño para los clones. Si hubiese guardado ambos sables sables no sería nada raro, o bien pudo dejarlo colgado en su cinturón, pero no. Se empeñana mucho en guardarlo. ¿Qué estaba escondiendo el joven padawan? Supusieron qué podrían preguntarle más tarde. Ahora tenían que tratar con otro ser. Pues uan de las lanzaderas había dejado al general Pablo-Jill a unos pocos metros de su posición.
Pablo: - Comandante. Que bueno verlos con vida. -
Comandnate: - El placer es mío general. -
Pablo: - Capitán, Teniente.-
Roy / Hammer: - General. -
Pablo: - Una estrategia muy arriesgada sin duda. Tan al frente de las líneas enemigas. Pero usar sus cuerpos destruidos como barrera fue muy ingenioso. -
Comandnate: - En realidad... -
Roy: - ¡Tuvo que haberlo visto! - Interrumpió apresuradamente. - Se lanzó al frente de la unidad y todos lo seguimos. No sabíamos que estaba pensando, pero cuando logramos contener a los hojalatas todo fue claro. -
Pablo: - Teniente. Le recuerdo que es de mala educación interrumpir a un superior. -
Roy: - Oh... Lo... Lo siento. -
Pablo: - No es a mi al que debe pedirle perdón. -
Roy: - Oh. Lo siento comandante, estaba tan emocionado que no me di cuenta. Espero me disculpe. -
Comandante: - Oh... Eh... Si. No te procupes... Supongo que nos pasa a todo. -
El comandante estaba más confuso por el hecho que él padawan halla cambiado la historia y le diera todo el crédito a que lo hubiese interrumpido. ¿Qué estaba tratando de lograr? Puede que halla seres humildes que no les importe la gloria o la fama, pero eso era muy diferente a negarla por completo. Eran muchas dudas, y lo único que podía ver era a su general retirándose junto al padawan hablando de cosas triviales. Roy estaba ocultando sus habilidades... pero por qué.
Comandante: - Hammer. Tu has estado más tiempo con el padawan. Me puedes explicar que esta pasando. -
Hammer: - Eso me gustaría saber. No es normal actuar de esa manera. Es un genio. Pero se niega a ser reconocido. -
Comandante: - No creo que sea eso. Parece que Roy está ocultando algo. -
Hammer: - ¿Lo dice por cambiar la historia? No es la primera vez que lo hace. -
Comandnate: - No es solo eso. Tu mismo viste como guardaba el otro sable. Casi como si no quisiera que... El general lo viese... -
Hammer: - ¿Algún tipo de resentimiento hacia el general? -
Comandante: - No lo creo. Es como... Es como si le tuviese miedo a algo... Como si no confiara en el general. -
Hammer: - No confiar en tu superior es... dificil... -
Comandante: - Lo se. Lo se muy bien. Se lo peligroso que puede ser también. Tendremos que hablar con el joven. Al menos a nosotros nos ve más como sus semejantes. -
Hammer: - Supongo que todos tenemos problemas. Muy bien. Trataré de hablar con el en los cuarteles. -
Camandante: - Iré contigo. -
Para fortuna de todos, la acción al norte de la ciudad capital fue el último escenario de guerra del planeta. Ahora definitivamente el 194th y el 212th había tomado control total de Christophsis. El planeta y el sistema solar de mismo nombre ahora estaban bajo el control de la República.
Los altos mandos se reunieron una última vez para despedirse y desearle buena suerte. A Pablo le resulto algo extraño los elogios que el chico recibia del comandante Cody, cosa que hasta al propio Obi-Wan le resultaba extraño, pues Cody no era de los que alababa mucho a la gente. Aun así, la falta de contexto y de palabras claras no le pudo dar a Pablo una idea clara de lo que hablaban, y simplemente pensaba que el padawan había tenido un buen desempeño bajo las órdenes de su comandante.
Pero la guerra no espera a nadie. Y Pablo ya había recibido la siguiente orden y tenía que partir junto al resto del 194th batallón. En una larga despedida por parte de los hombres del 212th. Quienes recordarían con orgullo la bravura del joven padawan junto al cual lucharon.
Kenobi: - Es raro verte tan entusiasmado, mi amigo. Incluso elogiando a alguien tan joven. ¿Paso algo mientras el general Pablo y yo no estábamos? -
Cody: - Le sorprendería escucharlo. -
Kenobi: - ¿En serio? Ahora si tengo curiosidad. -
Mientras tanto, ya el 194th se había replegado al interior de la flota y surcaba el hiprespacio rumbo a un destino desconocido. Ni siquiera él comandante clon sabía a donde iba, así que se podía asumir que sería un viaje largo. Al menos podrían descansar, pues la batalla de Christophsis los había golpeado más fuerte de lo que pensaban.
Ahora en los borracones al menos un cuarto de las literas estaban vacías. Todos lamentaban la pérdida de sus hermanos caídos, y algunos no tan fuerte de corazón zollosaban a escondidas por las esquinas de la nave. Aquellos que estaban al mando debían ser fuertes. Aunque quisieran llorar por la pérdida de sus hermanos por podían permitirse ese lujo. Ellos eran la fuente principal de inspiración para el resto de sus hermanos, su principal pilar de valor y confianza.
Dos clones caminaban por los pasillos del Venator. Parecían estar haciendo una simple rutina para inspeccionar y subir la moral de las tropas, pero tenían un segundo objetivo. Estaban buscando a alguien. El comandante y Hammer estaban buscando a Roy, pues no podían encontrarlo por ningún lado. No estaba en las barracas, ni junto a su maestro en el puente de mando. Nadie lo había visto desde que que entraron a hiperespacio y temían que estuviese por algún lugar haciendo una travesura.
Hammer: - ¿Se puede saber donde diablos se ha metido? -
Comandante: - Me preocupa su acritud. ¿Estará en algún rincón sufriendo por los fantasmas de la batalla? -
Hammer: - No lo creo. Roy no parece ser de aquellos que se lamentan del pasado. Seguro que esta haciendo alguna diablura por ahí como cualquier muchacho. -
Entonces escucharon uno sonidos extraños que provenían de la sala de entrenamiento. Curioso, no pensaban que alguien tuviese energía suficiente para entrenar tras la batalla, así que decidieron echar un vistazo. Cuando abrieron la puerta quedaron atónitos, al ver a un pobre sacó de boxeo recibiendo el embiste contante de los golpes de Roy.
El padawan era joven, pero los clones podían deducir que sus fuerza era incluso superior a la suya, y eso podían comprobarlo de la violenta forma en la que el saco de boxeo se sacudía. A pesar de estar cubierto por sus clásicas túnica Jedi, no era difícil imaginarse un cuerpo musculoso bajo el cuello del padawan. Que extraño. Esa no era la imagen que tenían de como debía ser un Jedi.
¿Pero por qué deberían de juzgarlo? Cómo clones, ellos mismo se esforzaban al maximo para alcanzar su individualidad dentro de los millones de semejantes que tenían. Ellos sabían muy bien lo que significaba querer ser diferente, y no había nadie mejor que ellos para intentar entender al muchacho.
De pronto, un estruendo los saco de sus pensamiento. El saco de boxeo no pudo contener los golpes que Roy le propiciaba, hasta el punto de partirse a la mitad ante la poderosa patada de joven. Ambis clones miraron atónitos la escena, pues esos sacos podían recibir varios disparos de baster sin siquiera romperse, y un simple mocoso lo había hecho rendirse. Lo más curiosos, era que no parecía haber usado nada de lo que los Jedi llamaban Fuerza.
Los clones no podían verlo ya que Roy estaba de espaldas, pero el rostro del joven podría infundir el miedo en cualquier. Una cruenta lucha en su interior lo desequilibrada un poco, pero el resistía con todas sus fuerzas para no dejarse llevar por sus emociones. Una de las muchas desventajas de hacer uso del Vaapad.
El rostro de Roy estaba plagado de venas que sobresalían de su piel, y su respiración era bastante errática, producto a los contantes achaques que recibía su cuerpo. Era la segunda vez que le pasaba desde que se unió al 194th, la primera fue cuando tuvo que blandir su sable malva para defender la vida de los clones a sus espaldas. Por suerte nadie lo había visto. Tantos secretos que esconder en un cuerpo tan joven. Pobre criatura temerosa a las consecuencia de sus actos. La única esperanza que podía aportar al resto del grupo era una falsa sonrisa y la mentira de hablar con palabras llenas de emoción y alegría cuando el mismo se consumía por dentro. Pobre muchacho. ¿Cuantos secretos habrá escondido en su pasado?
Hammer: - Tranquilo Tigre. Ese saco ya se rindió. - Su repentina voz sacó al joven de sus pensamientos.
Roy: - Eh Hammer... Oh. Comandante, mis disculpas. No sabían que estaba allí. -
Comandante: - No se preocupe, Teniente. -
Hammer: - Mmm. Yo pensaba que ustedes los Jedi podían sentir cuando otros se acercaba. Incluso escuché que podían sentir las emociones de las personas con solo mirarlas. -
Roy: - Mmm. La Fuerza en sí es un misterio incluso para nosotros. Y no todos podemos alcanzar el mismo potencial por mucho que queramos. - Dijo con una falsa sonrisa dibujada en su rostro. - Además... yo solo soy un padawan. Ni siquiera soy capaz de imaginar todo lo que la Fuera es capaz de hacer. -
Comandante: - Parece que eso de la Fuerza es tan confuso para ti como para nosotros. -
Roy: - Eso parecer. -
Una leve pausa y un extraño silencio se apoderaron del lugar. Una tranquilidad puso tenso a los clones, como dudando o seleccionando seriamente sus próximas palabras. Gracias a la Fuerza que Hammer no tenía pelos en la legua.
Hammer: - Roy... queríamos preguntarte algo. -
Roy: - Por supuesto. -
Hammer: - ¿Por qué le escondes tu potencial al general? -
La pregunta se sintió como un balde de agua fría sobre el joven. No esperaba que lo descubriese tan pronto. De hecho, ni siquiera pensaba que lo descubrieran. Supuso que había cometido algunos errores, o simplemente los clones eran más inteligentes y perspectivos de lo que el pensaba. No podían culparlo, pues la mayor parte del tiempo los jóvenes piensas que los adultos no notan algunas cosas cuando la verdad es todo lo opuesto.
Los ojos de Roy se oscureciendo con una mirada triste y vacía, aunque su boca mantenía esa sonrisa que cada vez se sentía más falsa. No tenía sentido mantener su fachada de falsa fortaleza. Ya lo habían descubierto. ¿Qué sentido tenía? Pero... Seria capaz de dar una respuesta que satisfaciera la curiosidad de sus superiores sin alguna consecuencia a largo plazo. Sea cual sea la respuesta, Roy tenía que pensar bien sus palabras y sobre todo, dejar de mentirle a los demás y a si mismo.
-o-
Hola hola. Que misterios las aventuras de este joven. Me pregunto cuál es la razón de tanto secreto. Ya lon escubriremos, y puede que la verdad sea más impactante que cualquier mentira.
En realidad quiero disculparme con ustedes por hacer estos capítulos tan vacíos. Pues ahora no dispongo de mi computador y escribir con el celular me reduce mucho mi opciones para escribir. De allí que no hallan fotos u otras cosas para enriquecer la historia. Pero tan pronto como la recupere todo volverá a tener la calidad que yo mismo me exijo. Espero que le gusten mis historia y no olviden votar. Hasta la próxima.
