Desperté cansada. No sabía donde estaba y sentí que había dormido mucho, pero no me sentía descansada.

No podía ver nada, todo estaba oscuro y sentía que me estaba moviendo.

-¿N...norman?- dije, con la esperanza de que él me contestara.

-Lo siento, aquí no hay ningún Norman- una voz femenina me contestó.

-¿Quién eres?-

-Soy Helen, ¿y tú?-

-Soy Yuri- seguía sin poder ver nada en la oscuridad. -¿Sólo estamos nosotras 2 aquí?-

-No, hay otros 3 aquí, solo que están dormidos-

-¿Sabes por qué estamos aquí?-

-No, no lo se...- hizo una pausa. -Espera, recuerdo algo que dijeron "Proyecto Hewan"-

Por un momento me quedé en blanco. Una imagen apareció de repente en mi cabeza, ese demonio gigante llevándome a un tal "camión", dicho por uno de los hombres. Se me heló la sangre al recordarlo. Y ese tal Peter Ratri... al parecer tiene el control de aquellas criaturas. Me pregunto para qué nos quieren.

-Espero poder ver a mis hermanos- Helen me sacó de mis pensamientos. -Hace mucho se fueron, pero no hemos podido comunicarnos con ellos-

-Helen, ¿No sabes la verdad de este lugar?- no sabía si debería decirlo o no... aunque dentro de poco descubriría la verdad por si sola.

-¿Verdad?-

Antes de que pudiera seguir, el "camión" hizo un movimiento brusco, haciendo que saltáramos de nuestros lugares. Los 3 niños que estaban con nosotras se despertaron después de eso. Un momento después, nos detuvimos y escuchamos voces fuera. Los niños fueron junto a Helen, y yo m puse frente ella. Corrieron la cortina e hizo que la luz entrara, dejándonos ciegos por un momento. Ya cuando me acostumbré a la luz, pude ver a 2 hombres y una mujer.

-Aquí los tienen, son todos suyos- dijo uno de los hombres.

-No saben lo que les espera, mocosos-

-Basta, Elías- la mujer le dirigió una mirada enojada y suavizó la mirada al volvernos a ver. -Soy Anya, y él es mi compañero Elías. Nosotros y otros 3 compañeros estaremos a cargo de ustedes-

-¿Qué harán con nosotros?- dijo uno de los niños.

-La sabrán en seguida. Nosotros no les haremos daño, pero si no cooperan...- Elías hizo en gesto con la mano y apareció un demonio grande.

Los demás gritaron de miedo, mientras yo me quedé callada del susto.

-¿Q...qué es eso?- dijo Helen.

-Bajen, si no quieren que él los baje-

Volví a ver a los demás, estaban arrinconados en la esquina, viendo al demonio. Tragué con dificultad y me empecé a acercar hasta la salida. Cuando bajé, volví a ver a Elías, estaba bastante malhumorado.

-Su amiga ya bajó, es seguro, ¿ven?- Anya tenía una mejor actitud que Elías.

-Vamos, Helen, no hay de otra...-

Ella me volvió a ver y volteó a ver a los chicos que estaban con ella. Helen empezó a acercarse seguida de los chicos y pronto ya estábamos todos afuera.

-Vamos, hay que entrar a los laboratorios, ¡síganmen!- Anya empezó a entrar al edificio.

Habían varias camionetas aquí. Debe ser algún "almacén" o algo.

Mientras fuimos avanzando, llegamos a una zona donde se veían niños un tanto extraños... eran grandes y musculados, no parecían estar... bien.

Llegamos a una sala donde habían 3 personas más, una mujer y 2 barones. Uno de ellos tenía una caja entre unas manos, con una pequeña abertura en la parte superior.

-Como pudieron haber notado, nosotros somos científicos, y hacemos experimentos y esa clase de cosas- Anya trataba de que los más chicos no se sintieran con miedo. Les hablaba con voz suave e intentaba que entendieran un poco el tema. -Ustedes están aquí porque necesitamos de su ayuda en unos cuantas investigaciones-

-¿Por qué nos eligieron a nosotros?- quiso saber Helen-

-Ustedes son los que más habilidad física tienen entre sus... "hermanos". Y necesitamos eso para nuestras investigaciones- dijo Elías que, por primera vez, no se mostró grosero con nosotros.

Sus palabras me pusieron a pensar. Si necesitan nuestras habilidades físicas, significa que nos pondrán a hacer trabajos fuertes, pero aquí parece haber buena tecnología y no he visto a ningún niño en "buen estado" desde que llegamos... ¿será que en lugar de trabajar con nosotros... trabajarán EN nosotros?

De solo pensarlo, me dio un escalofrío.

-Mi compañero aquí presente tiene unos papelitos dentro de esta caja, ustedes sacarán uno y dependiendo de lo que salga, se irán con alguno de nosotros- Anya se le quedó viendo a Helen.- Ven tu primero, agarra un papelito-

Helen me volvió a ver nerviosa y después avanzó. Metió la mano en la caja y sacó uno de los papeles, volvió a su lugar antes de leer lo que decía.

-Ahora tu- me señaló.

Hice lo mismo que Helen, ir a recoger el papel. Al abrirlo, había una palabra en grande "Lynx". No sabía lo que significaba, pero sentía que lo había leído en alguna parte.

Cuando los demás habían tenido su respectivo papel. Ellos fueron a ver cuál niño les tocaba cuidar. Por suerte, me tocó con Anya, y por desgracia, a Helen le tocó con Elías.

-Es hora de irnos, nos vemos después. Vamos mocosa- dijo Elías.

Helen se despidió con su mano y se fue tras el hombre.

-Vamos a mi laboratorio- dijo Anya.

Durante todo el camino, miré hacia el suelo, tratando de recordar qué palabra era aquella. Cuando llegamos al lugar, tuvimos que subir unos 5 escalones antes de entrar. Habían 2 computadoras y varias mesas con cosas medicas. Ella me pidió que me sentara en la camilla de metal. Mientras Anya se podía a sacar algunas cosas, vi que había una ventana de mi lado derecho (teniendo la puerta de frente, sería entrando a mano izquierda) y no se veía el suelo desde donde estaba.

-¿Te dan miedo las inyecciones?- preguntó.

-No, pero me ponen incómoda-

-De acuerdo, mira hacia otro lado mientras de la pongo-

Miré hacia mi derecha mientras me inyectába del otro lado. Solo sentí el pinchazo y después me puso el algodón.

-Listo, ya está- fue a su escritorio y se puso a anotar unas cosas en su libreta.

-¿Qué me pusiste?-

-Nada extraño, pero puedes sentir la presión desnivelada o nauseas, aunque no siempre pasa-

Me quedé callada durante un momento, pensando si debía preguntarlo, pero aún así quería saber-

-¿Cuándo veré a Norman?-

-Norman, mmm, Norman...- dejó de escribir y puso cara de tratar de recordar quién es. -Oh, te refieres a 22194, no lo sé, disculpa-

Ella se me acercó, y para mi gusto, se puso muy cerca.

-Tengo algunas preguntas antes de comenzar. Tu ya sabías la verdad, ¿no es cierto?-

Me puse tensa. ¿Qué me haría si decía que si?.

-Y...yo-

-Cuando apareció el demonio no te asustaste como los demás, eso significa que ya sabías de ellos-

Me empecé a asustar más. De reojo pude ver unos utensilios médicos, y rápidamente agarré el primero que pude y amenazé a Anya con el.

-N...no me hagas nada, o... ¡o te mataré con esto!-

Ella se alejó un poco, se veía un poco asutada, pero no tanto como para entrar en pánico o llamar a alguien más. Volvió a ver hacía una esquina en el techo y se volvió a acercar.

-¡Aléj...!-

-¿Sabes sobre Minerva?-

«Minerva, Norman me habló de él. Al parecer nos había dejado pistas en Código Morse para saber la verdad sobre Grace Field». ¿Qué le respondo?, Si le digo que si, ¿qué me hará?, o si digo que no...

No sabía que decir, no quería que me hiciera algo. Pero mientras pensaba, Anya sacó una risilla.

-No te preocupes. Yo estoy trabajando para Minerva-

-¿Trabajando...?-

-Así es. Mi deber es ayudar a los niños, como tu, a salir de este mundo lleno de demonios-

-¿De verdad?, ¿Norman y yo podremos salir de...?- me interrumpe.

-Pero estoy infiltrada aquí, así que también trabajo para ellos. Pero te ayudaré a que sobrevivas y puedas salir de aquí con 22194-

Antes de que pudiera responderle, la puerta se abrió y Elías entró.

-¿Aún tienes a esa cosa aquí?. Ya la mía está en la celda-

-Tranquilo, acabo de ponerle la inyección. Ya casi va para allá-

-Agh, tú y tu tonta paciencia con estos mocosos, ¡No se como haces para soportarlos!- se acercó a un controlador y presionó un botón. Pude ver como se abría una parte del vidrio de la parte de abajo.

Elías se me acercó y me tomó muy fuerte del brazo.

-Entra allá de una vez-

Bajamos los escalones y fuimos a mano derecha. Había una pared de cristal con una puerta del mismo material. Al pasar por allí pude notar que es como de 2cm de grosor, era un vidrio templado.

Cuando estuve dentro, Elías cerró la puerta y rápidamente fue a reunirse con Anya. Podía verlos desde el cristar que vi antes, y en la parte inferior de la sala había una puertilla de metal. Elías sacó un comunicador y me empezó a hablar.

-Es hora de que conozcas a tu compañero-

«¿Compañero?»

La puertilla se abrió y sonaron gruñidos del interior. De pronto, salió una bestia. Un demonio con garras y dientes afilados, una larga cola con pelaje plateado y mechones de pelaje por todo el cuerpo del mismo color, orejas redondas y con pelaje más largo de color negro en la punta, el resto se veía como un demonio cualquiera, no era muy grande como los demás, pero fácilmente me podía matar.

Me quedé paralizada. «Norman... ¡Ayuda!»

Ahhh, lamento mucho el retraso _ pero de verdad he estado ocupada. Intentaré actualizar un poco más pronto. ¡Espero les haya gustado y que haya valido la pena!.