Sentí el frío de la mesa metálica en mi espalda. Abrí poco a poco mis ojos y, cuando se adaptaron a la luz, pude ver que estaba en el laboratorio de Anya. Traté de incorporarme a duras penas y me senté en la mesa. Un dolor en el hombro derecho me hizo poner mi mano izquierda sobre la herida, al intensificarse el dolor retiré mi mano y vi que la había manchado de sangre.
-No toques la herida, ¡puede volver a abrirse!- Anya se me acerco y puso más gasas en el hombro.
Me sentía muy cansada. No se cuánto tiempo llevo aquí con Anya y la bestia. Mi cuerpo se fue llenando poco a poco de cicatrices, más que todo en mi espalda, mis colmillos han crecido un poco y mis sentidos se han intensificado un poco.Y Norman, no lo he visto desde el día que nos separamos, lo extraño tanto...
-¡Yuri!- Anya pasó su mano cerca de mi cara para llamar mi atención.
-L...lo siento, me perdí en mis pensamientos-
-No te preocupes. ¿Puedes ir allá?, necesito medirte-
Me puse de pie y me dirigí a donde estaba ella y me puse de espaldas a la pared, me puse recta y me quedé quieta.
-Haz crecido bastante en un año, ahora mides 1.65cm- apuntó mi altura en una hoja. -cuando llegaste medias 1.46cm-
-No creo que eso sea normal...-
-Lo más seguro es por las inyecciones, pero no ha tenido otro efecto secundario, vas a estar bien-
Fui a sentarme en la silla que Anya tenía para mi. Suspiré. Volví a ver a la puerta, escuché unos cuantos gritos de una voz masculina.
-Elías- dije
-¿Viene para acá? No lo he escuchado-
Pasos furiosos se escuchaban mientras se acercaba aquél hombre malhumorado. La puerta se abrió y Elías entró, al pasar cerró la puerta con brusquedad.
-¿Qué ha sucedido?- Anya se acercó a él.
-¡Agh!, mi experimento no dio frutos y los del otro pabellón me han estado restregándo mi fracaso en la cara- él no se dió cuenta que estaba aquí. -¡¿Por qué carajos los niños ganado somos débiles?!- gritó.
«¿Niños ganado? ¿Débiles? ¿Mi experimento no dio frutos?» me quedé pensando por un momento. Él se encarga del mismo experimento que Anya, solo que con Helen, significa que...
Me levanté bruscamente de la silla. Sentí que me mareaba, pero el enojo no dejó que eso me detuviera.
-¡¿Haz matado a Helen!?-
Elías volvió a verme. Era aterrador. Acabo de hacerle frente a una bestia que estaba sumamente enojada.
-¡Ella era débil! ¡Por su culpa puede que no me confíen otro trabajo tan importante como este!-
-¡Si la hubieras cuidado como se debía, no hubiera muerto por tus asquerosas manos!-
Elías se me acercó y me pegó una cachetada. Caí al suelo y él se agachó y me agarró del cuello de mi camisa. Anya trató de alejarlo de mi, pero fue en vano.
-¡No me hables así, niña! ¡Tu solo eres una estúpida niña ganado! ¡Recuerda tu posición ante mi!-
-¡Ya basta, Elías!- Anya le puso su mano en el hombro.
El hombre se levantó, se disculpo con Anya y salió de la sala.
Me puse de pié y me quedé viendo la puerta, enojada. ¡Él había asesinado a Helen!.
-Elías fue un niño ganado- dijo Anya de repente. -Fue traído aquí e hicieron algunos experimentos con él. Fueron duros y groseros, lo trataban muy mal. Al crecer, poco a poco se ganó su puesto como científico y este fue su primer proyecto como jefe. Los demás los subestiman por su procedencia, por eso las burlas por su fracaso- suspiró. -Su vida es dura, por eso siempre anda malhumorado. Trata de entenderlo un poco-
Su historia me entristeció un poco, pero aún estaba molesta por la muerte de Helen. Los niños extraños que vi cuando llegué, Helen, Elías y quién sabe cuantos niños más; han vivido cosas tan feas... espero que esto termine pronto y que puedan dejar de sufrir.
Los meses pasaron. Elías siguió viniendo seguido al laboratorio de Anya y se quedaba con ella un buen rato. Su actitud fue siendo más tranquila con el paso del tiempo, pero siguió siendo un malhumorado.
Un día mientras comía con Anya en su laboratorio, me dijo algo que no pensé escuchar nunca.
-Me voy-
Volví a verla estupefacta.
-¿Q...que dices? ¿Cuándo? ¿Por qué?-
Se quedó callada un momento antes de responder.
-Al parecer se dieron cuenta de algunos aliados de Minerva, y yo soy una de ellas. La verdad, no estoy segura cuándo vengan a por mi, pero no creo que tarden en llamarme-
-Anya...-
-Solo pido que escapes de aquí, encuentres a 22194 y vayan al mundo humano. Se que ustedes lo lograrán-
No pude evitar que mis lágrimas salieran. Ella estuvo conmigo en todos estos meses y me cuidó para que sobreviviera aquí dentro. Anya se acercó a mi y me abrazó.
-Desearía que te fueras conmigo, no quiero que mueras...-
-Es un riesgo que corrí por ayudarlos a ustedes. Ya sabía que en algún momento pasaría- se separó de mi y empezó a limpiar mis lágrimas.
La puerta se abrió y dejó ver la figura de Elías.
-Que tu... ¿Qué?- él se veía mal, se notaba que lo que dijo Anya le dolía.
-Elías, yo...- Anya fue interrumpida.
-Te seré sincero, yo ya sabía que estabas traicionando a Ratri, pero no fui yo quien los delató. No puedo hacer nada para cambiar lo que pasará, pero intentaré hacerme cargo de 94194. No quiero que tu trabajo y esfuerzo se vayan a la basura-
Por primera vez, escuché una voz un poco quebrada de parte de ese hombre. Debe de sentirse muy mal por la partida de Anya.
-¿De verdad quieres hacer esto?- preguntó Anya.
-Lo hago por ti. Eres la única que siempre me trató bien a pesar de todo. Es mi forma de agradecerte- tomó aire. -Yo... te quiero mucho, Anya. Lamento todo lo malo que hice-
-No te culpo, sé todo lo malo que haz pasado. Yo también te quiero bastante, ojalá hubiéramos vivido en tiempo y lugar diferentes a estos-
Anya se acercó a él y lo abrazó. Elías empezó a llorar. No pude evitar pensar en Norman y el día en que nos separaron. Ellos deben de sentir lo mismo que nosotros sentimos aquella vez.
Alguien tocó la puerta. Los 3 nos asustamos al escucharlo.
-Anya, necesito que vengas con nosotros- una voz masculina se oyó del otro lado.
-Ratri- dijo Elías.
-Será mejor que vaya- dijo Anya.
-Gracias por todo, Anya- le sonreí, aunque me dolía el corazón.
Ella me devolvió la sonrisa y volvió a ver a Elías.
-Se fuerte, Elías, escala puestos hasta estar en uno seguro y vive una vida feliz. No olvides mis palabras de aliento. Eres mucho más de lo que los demás creen-
Antes de que Elías pudiera responder, se oyeron los gritos de Ratri llamando a Anya.
-Adiós- nos dió un último vistazo y salió por la puerta.
Elías y yo nos quedamos callados. Nos sentíamos muy mal y no sabíamos qué decir. Después de un rato, él rompió el silencio.
-Andaré por allí a ver si alguien me avisa de lo de Anya, así podré ir a pedir el puesto. Entra a la sala de abajo mientras tanto. Intentaré volver lo antes posible-
Pulsó el botón para abrir la puerta y salió de la sala. Esperó a que yo entrara y se fue. Se marchó cabizbajo, ya no había brillo en sus ojos.
Me acosté de lado en el suelo. «¿Por qué este mundo hace que nosotros no podamos ser felices con las personas que amamos?». No me di cuenta cuando me quedé dormida.
El sonido de la puertilla abriéndose me despertó. Asustada, volví a ver arriba, no había nadie al otro lado.
Una cola plateada de asomó por el otro lado. La bestia se asomó y se me quedó viendo. Sin nadie vigilando... ¡la bestia me podía matar!. Me puse en la esquina más alejada, al lado de la puerta de vidrio, y no hice ningún movimiento que lo alentara a atacarme.
Se me quedó viendo un buen rato hasta que decidió acercarse. Estaba temblando y tenía mucho miedo. Se acercó a mi brazo izquierdo y lo lamió. Mordió mi carne clavando sus afilados colmillos. Apreté los dientes para no gritar.
Una fuerte explosión sonó y el vidrio se quebró en incontables pedacitos. La fuerza de la explosión me llevó hasta el otro lado de la sala. Quedé boca abajo, desorientada sin saber que acaba de pasar. Sentía como la sangre salía de mi brazo. Habían pequeños cortes en mi cuerpo, por los pequeños cristales. «Moriré aquí...»
Cerré mis ojos y dejé de luchar por mi vida. Aquí acabaría todo.
-Yuri-
-Yuri-
-Yuri-
Abrí mis ojos a duras penas. Tenía el cuerpo adolorido. Unos ojos azules me veían con preocupación. No sabía quién era, pero su mirada me parecía familiar.
-Yuri, no te rindas. Yo estoy aquí. Resiste, no mueras-
Bajé la mirada hasta su cuello, dónde pude leer "22194". Abrí mis ojos sorprendida.
-¡Norman!-
Esta vez si me tardé bastante, lo lamento pero de ahora en adelante iré actualizando más seguido. Espero les haya gustado bastante y que la espera haya valido la pena. Se les quiere uwu.
