Las días pasaron desde que llegué al refugio. Tenía muchas ganas de salir al exterior y no me daba miedo si encontraba algún demonio. Gracias a Vincent pude aprender a como usar armas de fuego, así que podía salir con una y matar a cualquier demonio que amenazara mi vida.
El único problema era Norman, él no me dejaba salir. "Es muy peligroso y no quiero que te pase nada". Ahora podía defenderme sola, pero no dió el brazo a torcer en ningún momento.
Esperé a que ni Norman ni uno de sus subordinados estuviera para poder salir. También me aseguré de que Elías estuviera ocupado, así el tampoco me podría detener.
Cuando salí al exterior, vi un gran bosque con árboles gigantes. Era una auténtica maravilla.
Decidí caminar un rato en línea recta, para no perderme al volver. No esperaba encontrar gran cosa, hasta que vi una casa en medio de un claro.
La curiosidad me mataba, así que me acerqué poco a poco hasta esconderme cerca de unos arbustos.
Al poco tiempo, vi salir de la casa a una niña. Tiene el cabello rubio y ojos azules, además tiene la piel morena. Me sorprendió bastante ver a una humana salir de allí, no lo esperaba para nada.
-¿Papá?- dijo a niña.
Me senté y tapé mi boca. De repente, escuché unos gruñidos cerca de mi. Al volver la cara, casi estaba cara a cara con una bestia. Me levanté rápido y salí corriendo.
-¡Espera, regresa!-
La niña chifló y la bestia se detuvo. Volvió a verme y después se fue con ella.
-¿Quién eres?- preguntó la niña.
No la veía como una amenaza. Talvez podría conocerla y llevarla al refugio conmigo.
-Soy Yuri- contesté. -¿Y tú?-
-Soy Ayshe- se acercó a mi. -Wow, nunca había visto a otro humano antes-
-¿Hace cuánto vives aquí?-
-Desde siempre- seguía analizándome.
-¿Y solo vives con tu papá?-
-Así es. Hablando de él, en cualquier momento volverá con la comida, ¿no quieres quedarte a comer con nosotros?-
-Claro. Aprovecharé para hablar con él sobre una propuesta-
Estuve hablando con Ayshe un rato. Ella es muy habladora y cariñosa. Aunque la que más hablaba era ella, nuestra interpretación fue muy buena.
Me invitó a su casa, nos sentamos a la mesa y seguimos hablando. Me dijo que la bestia que me había perseguido era uno de sus perros. Su padre tuvo 2 perros y ellos habían tenido crías, así que él se las quedó y se convirtieron en sus grandes amigos.
La vida que tiene es muy bonita. Vivía con su padre, en medio de la nada, y no había ninguna amenaza. Me hubiera gustado haber vivido de esa forma.
Los perros alzaron sus orejas, empezaron a ladrar y a correr fuera de casa.
-¡Papá llegó!- Ayshe se levantó y fue a recibir a su padre.
Me puse de pie. Cuando volví a ver al frente, me puse palida. Pude ver una criatura alta y delgada. Nunca había visto uno, pero estaba segura de que era... «Un demonio».
El demonio se sorprendió al verme. ¿Era mi fin?, ¿iba a comerme?. Andaba una pistola en el bolsillo, entonces la usaría sin dudarlo.
-Yuri, él es mi papá- dijo Ayshe con una sonrisa.
No podía creer lo que me estaba diciendo. ¿Cómo su padre podía ser un demonio?.
-Es una gran sorpresa ver a otra humana aquí, nunca me lo hubiera imaginado. Me llamo Eduard, un gusto- dijo el demonio.
-S...soy Y...yuri- estaba asustada, apenas podía pronunciar mi nombre.
-Creo que dejé unas cosas fuera, ya vuelvo- Ayshe se fue junto a sus perros.
Me había dejado sola con el demonio. ¿Ya era mi momento de morir?.
-Tranquila, no te voy a comer- dijo la criatura. -Al parecer Ayshe ve una amiga en ti, sería un mal padre si te comiera-
El demonio sacó unas verduras de su canasta.
-Vivo a base de vegetales, frutas y carne de animales salvajes-
-¿Por qué...?-
La criatura suspiró.
-Porque ella es como yo- empezó a lavar las verduras. -Antes trabajaba en una granja Premiun, un poco parecida a la que veo que vienes. Me encargaba de desechar a los bebés con problemas físicos. En una de esas jornadas, vi a Ayshe- empezó a cortar las verduras. -Me llamó la atención la marca de nacimiento en el lado derecho de su cara. Yo tengo una protuberancia extraña en mi cara, también del lado derecho y me vi reflejado en ella. Aproveché un descuido de mis compañeros y me la traje a casa- llenó una olla con agua y echó las verduras, le agregó especias y tapó el recipiente. -con el tiempo me encariñé con ella y la crié como mi hija, le enseñé mi idioma y el de ustedes, juego con ella y la alimento como es debido. Ella es mi pequeña-
Su historia me conmovió. Nunca había pensado que un demonio podía llegar a querer tanto a un humano como para criarlo como su hijo.
-Mis amigos me contaron cosas malas de ustedes, que eran desalmados y violentos. Pero veo que no todos son así-
-Es normal que nos idealízen de esa manera, comemos humanos- destapó la olla y la empezó a mover con un cucharón. -Así que no te preocupes. Agradezco que no me hayas disparado apenas me viste, me alegra que te hayas dado el beneficio de la duda-
-La verdad, pensé que me iba a matar apenas de fue Ayshe-
-No podría hacer eso- se rió. -Debes saber deliciosa, ya que vienes de Grace Field, pero amo más a mi hija que a mi deseo de comer carne humana-
-¿Sigues comiendo carne humana?- pregunté.
-No quería decírtelo porque no quería que te sintieras incómoda, pero si, sigo comiendo carne humana. Créeme, desearía dejar de hacerlo, pero me moriría si lo dejo de hacer-
-¿A qué te refieres?-
Eduard se sentó en una de las sillas.
-Nosotros necesitamos comer carne humana para sobrevivir, si lo dejamos de hacer, nos volvemos salvajes. A veces voy a un pueblo cercano y como una que otra cosa, pero nada más, intento que la mayoría de mi dieta sea libre de carne humana-
-Ya veo, comen por necesidad, no por malicia-
-Por favor, no le digas a Ayshe que como humanos, no sé como se lo tomaría-
-No se preocupe, señor Eduard, su secreto está a salvo conmigo-
No podía ver su expresión, ya que estaba tapada por su mascara, pero estoy segura de que él me estaba sonriendo.
Ayshe entró por la puerta y se sentó en una silla.
-¿Ya casi está la comida?, tengo tanta hambreeee- dijo la niña.
-Si, cariño. Solo tienes que esperar un poco más-
-¿Yuri se puede quedar a comer?-
-¡Claro!, toda amiga tuya es bienvenida- el señor Eduard volvió a verme.
También me senté en una silla y empecé a hablar con ellos. El miedo que sentí al principio se esfumó, ahora me sentía como en casa.
La sopa que Eduard hizo estaba deliciosa, aunque sentía que le faltaba algo. La próxima vez que viniera, les traería cosas de la cocina y le ayudaría a cocinar.
Antes que el sol se empezara a poner, decidí irme.
-¡Vuelve cuando desees, eres totalmente bienvenida!- gritó a lo lejos Eduard mientras se despedía con la mano.
Le devolví el gesto y me despedí. «Si tan solo todos los demonios fueran como él...»
Estoy que me muero de sueño, pero cumplí :D. Tenía tantas ganas de escribir este capítulo desde que tomé la decisión de escribir este Fanfic, espero les haya gustado uwu.
