Mientras Emma y Ray hablaban con nuestros hermanos, yo me puse a recolectar las cosas que me pidieron, que prácticamente era comida.

Después de poner todo en nuestras mochilas, me dirigí al cuarto de Elías. Sorprendentemente, no estaba dentro. No tenía tiempo de buscarlo, así que tomé una de sus hojas y le dejé una nota.

"Saldré por un rato,

vuelvo pronto. No te

preocupes por mi 3"

~Yuri

Luego de dejar la nota sobre su cama, me dirigí donde estaban los demás. Los chicos se sorprendieron al verme, pero me recibieron con los brazos abiertos.

Busqué a Phil con la mirada, pero no lo encontré. Le pregunté a Emma por él y ella me explicó que lo habían dejado con Casa. Casi me da un paro al corazón, pero ella explicó rápidamente que él esta bien y que volveremos a por él.

Don y Gilda nos dieron su apoyo junto a los demás y muchos niños más que no conocía.

Mientras íbamos yendo hacia fuera del escondite, Emma me habló:

-Cierto- empezó a buscar entre sus pertenencias. -Norman me había dejado esto para ti- me extendió una nota.

Al verla más de cerca, vi que era lo foto que Ray nos había tomado a Norman y a mi en Casa. Nunca la había visto, ni sabía que Norman la llegó a tener.

-Norman nos dejó esta foto junto a otras cosas. En la nota que estaba entre las cosas, él pidió que te la diera, pero como te fuiste con él, nunca te la pude dar-

Le di vuelta a la foto y leí una pequeña nota.

"A pesar de todo,

siempre te amaré"

Norman

Esas palabras me llegaron directo al corazón. Últimamente estábamos muy separados, pero igualmente nos queríamos. Seguía amando a Norman de cualquier manera. Aprecio mucho todos los momentos que pasamos, y me alegra mucho que tenga uno de ellos plasmado en un papel.

-Muchas gracias, Emma. Necesitaba mucho esto- me volví hacia ella y le sonreí.

No quería llevar la foto conmigo, ya que tenía miedo de perderla, así que le pedí el favor a Gilda de que la cuidara y se la diera a Elías.

Ya estando fuera, Ray me explicó como funcionaba el ritual para llegar hacia la entrada de los Siete muros: ellos trajeron un tarro con un agua especial, el cual debían poner bajo la luna llena. Seguido de eso, hacernos un corte en la mano para poder derramar un poco de nuestra sangre en el agua. Justo después de eso, poner las flores Vida dentro del tarro y esperar.

Las flores se fueron abriendo poco a poco, y cuando se abrieron, aparecimos en otro lugar. Estábamos frente a una puerta gigante.

-De acuerdo, debemos empujarla para poder entrar a los Siete muros- dijo Emma.

-De acuerdo, adelante- los animé.

Al pasar por la puerta nos dimos cuenta de algo extraño. Nosotros habíamos pasado la puerta para ir a los Siete muros, pero teníamos la Casa al frente de nosotros.

Confundidos, entramos a nuestro hogar. Todo se veía igual, solo que con un pequeño detalle, no había sonido. Cuando íbamos a revisar los alrededores, escuchamos algo rebotando por las gradas. El objeto se detuvo y habló:

-Vengan a jugar-

De pronto, ya no sentía un suelo firme bajo mis pies y empecé a caer mientras escuchaba a Ray gritando el nombre de Emma y el mío.

Choqué contra algo duro. Me di cuenta que había caído un piso abajo y había pegado contra al suelo.

Cuando trataba de incorporarme, escuché un gruñido casi cara a cara. Era un perro. Estaba a la misma altura, hasta que parpadeé y quedé mucho más abajo que él.

Sentía que no era yo misma. Vi mis manos y me asusté al ver que ahora eran patitas pequeñas y tiernas. Volví a ver hacia un lado para poder ver mi cuerpo, ¡ahora era un gato!.

Un ladrido del perro me sacó de mis pensamientos. Su acción hizo que más y más perros aparecieran y empezaran a gruñírme.

Me quedé aterrada. Yo era un blanco fácil y blandito que ellos podían destrozar con una sola mordida.

No podía hacer nada contra ellos, así que salí corriendo lo más rápido que mis patitas podían. Escuchaba sus fuertes pisadas siguiéndome el paso. Tepré por un estante y con mi impulso logré tirarlo y le cayó encima a algunos perros, pero no a todos. Me quedé encima de una repisa y observé a mi alrededor mientras los caninos trataban a atraparme.

Vi a lo lejos una puertilla para mascotas, era lo suficientemente grande para que yo entrara pero no tanto como para que los perros pasaran. Respiré ondo y salté de la repisa. Caí de pie y salí corriendo hacia la puertilla. Sentí que uno de los perros me tiró con su hocico contra la puerta. Al volver a ver al frente, vi a los perros acercarse rápidamente. Me incorporé lo más rápido que pude y salí por la puertilla.

Al pasar por ella, empecé caer. Cuando llegué al suelo, vi muchos peluches a mi alrededor.

-¡¿Ahora dónde estoy?!- me pregunté en voz alta.

Volví a ver a mi alrededor y pude ver a Emma y a Ray.

-¡Chicos!- intenté ir con ellos, pero me costaba mucho ya que prácticamente era del mismo tamaño que los peluches.

-¡¿Qué te pasó?!. Eres tan adorableeeee- Emma se acercó a mi y me tomó en brazos.

-¡No lo sé!. Todo aquí es tan extraño-

Los peluches se empezaron a mover y a repetir la misma frase: "Vengan a jugar".

Emma reconoció al Elegido y le preguntó dónde estaba.

-Yo estoy siempre en el mismo lugar. Más allá de los Siete muros. Intenta y ven a mirar. Encuéntrame. Los Siete muros están aquí... dentro de este lugar- los peluches hablaron al unísono.

Emma se volvió y pudimos ver un hueco en el suelo. Ella me puso en el piso y los 3 nos acercamos a ver. Había una escalera para que pudiéramos bajar.

Ellos 2 bajaron primero y luego salté para que Emma me atrapara. Yo no reconocí el lugar, pero Ray y Emma si lo hicieron. Al parecer era un refugio en el que habían estado durante mucho tiempo.

Emma recordó algo sobre unas instrucciones. Debíamos ir 16km al Norte, luego al Este, Sur, Oeste, dirigirse al cielo 16km y después al suelo otros 16km. También decía que cuando la flecha se detenga entre los granos de arena, y el Sol se ponga en el Este, entonces a los llantos de la tierra, encontrarán lo que buscan: Los Siete muros.

Ray sacó una brújula y empezamos a seguir las instrucciones. Emma me tomó en brazos y entramos a la primera habitación.

Terminamos andando por muchas habitaciones y al final volvimos donde empezamos. Decidimos quedarnos un momento para descansar y comer. Ray abrió una lata de atún y la puso en el suelo para que pudiera comer. No se por qué, pero el atún sabía mucho más rico de lo normal.

Mientras comía, quedamos con la conclusión que los Siete muros era el Espacio Tiempo, las direcciones eran los 6 lados de un cubo, que formaban un espacio y la flecha deteniéndose entre los granos de arena simbolizaba el tiempo.

Después de comer, seguimos caminando hasta que nos topamos con un desierto.

Mientras hablábamos, Emma se empezó a hacerse pequeña y ahora era una bebé. Ray y yo corrimos hacia ella y vimos como desaparecía.

No podía creer que Emma había desaparecido. ¿Ella volverá? ¡¿Verdad?!.

Ahora era Ray quién estaba cambiando, estaba envejeciendo. Él cayó al suelo y corrí a ayudarlo.

En mi estado no podía ayudarlo. «¡Si tan solo pudiera volver a la normalidad!», deseé con todas mis fuerzas.

En un parpadeo, mi cuerpo volvió a cambiar, ¡ya era la misma de siempre!. Me puse a pensar qué fue lo que pasó para que esto sucediera, ¡pasó porque lo deseé en mi mente!.

-Ray, resiste. Piensa en que eres joven, eso te ayudará- le dije mientras intentaba sentarlo sin hacerle daño.

-¡Chicos!, ¡Creo que ya lo entiendo!- Emma salió de la nada, ahora era una niña pequeña.

Ray, al ser un señor mayor, no escuchó a Emma, así que ella le pegó y por arte de magia Ray volvió a la normalidad.

Emma explicó brevemente que el lugar estaba conectado a nuestros pensamientos, haciendo que el lugar cambiara dependiendo de lo que queríamos.

Ella no tenía prueba alguna, pero si estaba segura que pudo alterarlo un poco, ya que deseó revertir el tiempo y volvió a ser una niña, solo que no supo pararlo.

Yo les expliqué que sabía a lo que se refería ya que deseé en mi mente volver a mi forma normal y lo logré.

Emma nos dijo que pensáramos en detener el tiempo. Ray y yo nos volvimos niños y nos tomamos de las manos junto a Emma. Cerré mis ojos y deseé que el tiempo se detuviera.

Al abrir los ojos, nos encontramos en un lugar distinto. Al ver a nuestro alrededor, nos dimos cuenta que estábamos dentro del cubo de 16km. Al volver a ver detrás de nosotros, vimos una esfera totalmente negra dentro de 2 cubos. No sabíamos qué era exactamente y Ray se lo pensó mucho antes de decidir qué podría ser.

Emma nos alentó a tocarla ya que estaba segura de que nos llevaría con el Elegido. Entrelazámos nuestros brazos y tocamos la esfera negra.

De pronto, estábamos en un lugar diferente. Había un hermoso cielo sobre nosotros y un oscuro mar debajo de nuestros pies. ¡Habíamos llegado a nuestro destino!.

Un gran dragón pasó por encima de nosotras, viéndonos fijamente. Al seguirlo con la vista, nos topamos con el Elegido.

-Entonces por fin nos conocemos, Emma; y veo que trajiste a Yuri contigo- habló la criatura.

Me di cuenta que Ray no estaba con nosotras, así que le pregunté al ser dónde estaba. Él contestó que estaba a salvo con los demás, porque por desgracia no estaba listo para entrar a este lugar.

-¿Y bien?, ¿por qué vinieron hasta acá?- nos preguntó el Elegido.

-Vinimos a hacer una nueva promesa- habló Emma, determinada.

-Claro. Entonces, ¿qué es lo que quieres?-

Sus palabras nos sorprendieron, ¿cómo podía ser tan sencillo?, él debería querer algo a cambio.

-Sin embargo, yo también quiero una recompensa- dijo lo que me temía. -para la recompensa, me gustan las cosas importantes. Cuando obtienes algo, tiene que ser algo preciado para el dador-

Volví a ver a Emma. ¿Qué será lo que él le pediría?.

-¿Todavía quieres seguir?. ¿Cuál es tu deseo?- le preguntó la criatura a Emma.

-Que todos los niños ganado sean enviados al mundo humano. Y, después de que eso pase, ese movimiento entre mundos sea totalmente cerrado- Emma le compartió su deseo, determinada.

-Te consederé tu deseo- el Elegido creó una bola de luz en su mano. -A cambio de ello, quiero a tu familia. Pero no puedo matarlos ni matarte a ti, así que tendrás que separarte de tu familia. Todo lo que pasaste y pasarás con ellos lo olvidarás. Ese es el precio. Obtendrás tu deseo y a cambio no podrás reunirte con tu familia-

Sentí como si un balde de agua fría me hubiera empapado. Si Emma aceptaba el trato, ¡nos olvidaría a todos!.

-¡Espera, Emma!- llamé su atención. Me volví hacia el Elegido. -Si yo quiero cambiar la promesa y pido lo mismo que Emma, ¿qué me pedirás a cambio?- le pregunté.

-En tu caso, pediría...-

Lo que me pidió me dió un tiro al corazón, pero era mejor a que Emma se olvidara de todos nosotros.

-¡No puedes aceptar eso!- Emma se volvió hacia mi. -¡Prefiero aceptar la recompensa que él me pidió!-

-No seas tonta, Emma. Prefiero mil veces dar mi recompensa a que tu nos olvides- me dirigí hacia Emma y la tomé de las manos. -Yo haré la nueva promesa y tu vivirás junto con nosotros. Sin ti, nuestra familia no estaría completa. Por favor, quiero ser útil al menos una vez en nuestra misión-

Emma vió que no iba a dar marcha atrás y no tuvo más remedio que aceptar.

-¿Entonces, quién aceptará mi recompensa?- nos cuestionó la criatura.

Le asentí a Emma, para que viera que estaba dispuesta a dar aquello por el mundo. Me acerqué a al Elegido y tomé la decisión de cumplir con lo que me pidió.

Después de eso, volví a estar en casa. No sabía dónde me había dejado exactamente, hasta que vi a Elías muy asustado. Él estaba en su silla, se veía totalmente confundido y sin saber exactamente cómo había llegado hasta su cama.

-¡¿Pero qué carajos?!-

Les debía un episodio jaja. Este no reemplaza el del viernes, entonces esperen con ansias el siguiente ;3.