Estaban en la casa de Yahiko, ella sentada esperando al chico que le traía una bolsa con hielo para que se ponga en la mejilla que ya comenzaba a amoratarse.
Se sentó al frente de ella y lentamente se acercó para ver cómo iba esa zona, hizo una mueca de desconformidad y comenzó a preparar la bolsa para ponérsela. Por su lago Tsubame estaba sonrojada, no se había dado cuenta de lo "atrevida" que había sido en el momento que se vio aliviada y salvada por el chico… nunca imaginó que se atrevería a besarlo y menos acordando que iban a ser amigos cercanos, pero yendo lento por ella. Luego se percató de ello y enmudeció todo el tiempo siguiente, en parte esto alivió a Yahiko el cual también se dio cuenta de lo sucedido tiempo después y se contuvo para no besarla de nuevo.
La miró y vio su incómoda expresión, fue en ese momento que decidió cortar esa atmósfera.
- "Te dije que nada de besos y vas y desobedeces ¿dónde quedó la chica que Tae no la reta por nada?" –su chica lo miró con asombro, y rio por la expresión, puesto que a pesar de que quiso hacerse el ofendido ella sabía que lo hacía para que no esté incómoda-
- "Eso es porque generas problemas cada dos por tres en el Akebeko" –refutó graciosa la chica mientras colocaba la bolsa en su mejilla-
- "Pero tú tiras las bolsas pesadas todo el tiempo y me retan a mi" –siguió con el juego-
- "Pero porque tú te echas la culpa para que Tae no se moleste conmigo"
Esto lo venció, su chica tenía razón y ahora no podía seguir refutando, aunque si se enojó por la expresión de "triunfo" de ella, pero luego sonrió logró desaparecer su incomodidad.
Cuando la hinchazón de su mejilla bajó se fueron lentamente hasta el Akebeko, con la promesa de que no contarían nada de lo sucedido e inventando alguna excusa del golpe. Esto fue por pedido de la chica que no quería afligir a Tae, pero algo le decía a Yahiko que no era buena idea callar lo sucedido, igualmente aceptó.
Volvía al Dojo luego de un largo sermón de Tae, a pesar de que la excusa no era convincente su jefa la aceptó y, con un casto beso en la mejilla se despidió de su chica con la promesa de verse mañana en el trabajo.
Se notaba que Tae no estaba conforme, pero Yahiko supo que no quiso interrumpirlos e incomodarlos más por eso lo dejó ir.
Se anunció en el Dojo, siendo recibido por Kaoru y Kenji, el cual este último pidió rápidamente que lo alce para tirar sus mechones por haberlo dejado sin él en todo el día.
- "Auch Kenji. Eso duelo" –el niño hizo un puchero haciéndolo sonreír- "no se le tira el pelo a la gente, ahora vamos a jugar" –el niño volvió a sonreír-
Saludó a Kaoru, la cual le dio un tierno beso en la frente y entraron encontrándose con Kenshin cocinando. A priori Yahiko no iba a cenar, pero el olor a la comida lo llamó a degustarlo sin importar lo lleno que estuviera.
La noche calló y Kaoru y Kenji se fueron a acostar temprano. Yahiko por su parte decidió tomar un baño nocturno el cual Kenshin amablemente le comenzó a preparar, en eso que esperaba el fuego comenzaron una charla el cual el chico no imaginaba que tendrían.
- "Veo que te divertiste hoy" –comenzó con una sonrisa-
- "Si, aparte pudimos arreglarnos, quedamos como amigos cercanos, pero sin nada de contacto indebido. Igualmente me quedó más claro lo que ella siente, no me quiero hacer ilusiones pero estoy feliz con lo que obtuve en este paseo." –Kenshin rio ante la confesión, pero luego lo miró seriamente-
- "¿Y qué piensas de los tipos que los atacaron? Creo que eran las personas que estaban con Tsubame-chan cuando la conocimos" –dijo pensativo sorprendiendo al chico, el cual se alteró-
- "¿Có-cómo sabes eso?" –y ya enojado continuó- "¿nos estuviste siguiendo?"
- "Claro que no, solamente hemos tenido la misma idea de visitar esa plaza, yo lo vi en una oportunidad pero intentaba estar en los lugares más alejados para no molestarlos y para que Kenji no se te tire encima, pero justo cuando intententé volver porque estaba atardeciendo y tenía que comprar algunas cosas para la cena vi a los hombre y los seguí porque los había reconocido, viendo la escena con Tsubame. Cuando quise intervenir apareciste tú"
Yahiko estaba atónito, si él intervenía seguro intervenía la policía, y eso era lo que Tsubame no quería.
- "Estuviste asombroso. Te dije que eras mucho más fuerte que ante" –y revolvió sus pelos-
- "No digas nada por favor, me lo pidió Tsubame" –respondió seriamente-
- "¿Estás seguro? Porque creo que crees que volverán ¿verdad?" –estaba tranquilo, o por lo menos eso quería aparentar-
- "Sé que volverán, pero aun así Tsubame no quiere preocupar a nadie"
- "Está bien, no diré nada, pero si pasa nuevamente voy a interferir ¿sí?" –Yahiko suspiró para luego asentir- "Si le explicas a Tsubame entenderá, lo sé. Sino le explico yo"
- "Lo haré yo, pero si se enoja te mataré" –y salió mientras escuchaba cómo Kenshin reía-
Estaban preparando los tres añitos de Kenji y aunque intentaban estar normalmente, Kenshin Yahiko y Tsubame estaban preocupados porque unos días antes les llegó una amenaza de esos tipos a Yahiko, haciendo que Kenshin actúe rápidamente aunque Tsubame no quiera. Kenshin la convenció a regañadientes, pero prometiendo que ni Kaoru, ni Tae se enterarían.
La nota decía específicamente que secuestrarían a Tsubame el día del cumpleaños de Kenji, entonces el plan ideado por Kenshin y Yahiko era seguir con la fiesta normalmente y cuando lleguen que Kenshin sea la carnada para darle su merecido y llevarlos ante la justicia la cual ya estaba enterada de esto. Lo que Kenshin no sabía es que Yahiko por su parte modificó un poquito el plan a espalda del peli rojo.
El tiempo pasaba, y se veía a todos disfrutando principalmente al agasajado, cuando la puerta del Dojo fue abierta sorpresivamente por unos desagradables hombres. Kaoru miró reconociendo a los hombres y con miedo agarró rápidamente a su hijo, mientras Kenshin, Yahiko, Aoshi y Misao (los cuales estaban al tanto de lo sucedido), atacaron rápidamente para alejarlos de la fiesta.
Kaoru miró incrédula, y cuando vio a su esposo que se volteaba para verla asintió y se encerró con los demás invitados.
- "YAHI-NII, PAPA" –gritó el infante, haciendo que ambos se volteen para verlo y sonreírle con confianza, el niño simplemente se dejó agarrar por su madre y se perdió en el Dojo. A su corta edad entendió que algo distinto tenían sus dos familiares-
- "YUTARO CUIDA A TSUBAME" –gritó Yahiko mirando a sus dos amigos-
En eso Kaoru escuchó a Tsubame gritando que la dejen salir, ella sabía del plan de Kenshin y aun peor se enteró del plan de Yahiko sin quererlo, el cual le resultaba mucho peor. Yutaro la agarraba con fuerza para que se calme y en eso Kaoru también se acercó tomándola para que su otro discípulo pueda ir a pelear que sabía que también lo quería. Salió y Yahiko lo miró con molestia.
- "Te dije que te quedes cuidando a Tsubame"
- "Y yo nunca dije que lo haría. Es más factible que tenga que cuidarte a ti" –y tomó su shinai para ponerse en guardia con todos-
- "Veo que te preparaste bien Yahiko-chan, ¿o mejor Yahi-nii?" –dijo con un pensativo sarcasmo- "Si creo que Yahi-nii te queda mejor"
Esto enrabió al chico, el cual fue detenido por su ídolo para que se calme.
- "A ti te sigue quedando bien "viejo de mierda" como apodo" –respondió y la pelea inició-
Cuando hubo despertado, Yahiko se vio atado en una habitación nada pintoresca y sonrió, su idea había funcionado y ahora con él como rehén Kenshin podría encargarse del resto, solamente debía salir lo antes posible para irse.
En ese lugar no sabía si era de día o de noche, de hecho no sabía hacía cuánto tiempo había estado ahí, pero estaba tardando en encontrar una salida, en algunos momento volvían unos de esos bastardos para tirarle algo de comer, no por placer claramente, sino porque era un valioso rehén de hecho lo ofrecieron a cambio de que le entregue a Tsubame trato que fue rechazado por los demás. Esto lo había escuchado hacía no mucho por eso intentaba apurar su salida de ese mugroso lugar.
A pesar de que su idea inicial fue un éxito, había que ser francos y solamente generó más problemas para los demás, aunque esto nunca lo reconocería, pero lo único que si vio sumamente positivo era que iban a encontrar la cuerva donde esos idiotas se ocultaban. En esos meses de investigación desde el ataque a él y su chica, encontraron con ayuda de las redes de investigación de Aoshi y compañía que estos bastardos habían entrado en un mercado negro de trata de esclavos, y no vieron cosa más "linda" que "ofrecer" a Tsubame como una "muestra de gratitud" por hacerlo entrar.
Tsubame, cuando descubrieron esto, confesó que el día del cumpleaños de Yahiko realmente no iba a aceptar la propuesta del paseo con él porque, independientemente que si estaba molesta por su actitud, días antes se había encontrado con sus antiguo dueños y la amenazaron con matar a su querido Yahiko y todos aquellos que la rodeaban si no se encontraba con ellos ese Sábado, ella optó por seguir su vida normal e incluso aceptar la salida con su amigo para no levantar sospechas, aparte porque no se les había aparecido desde ese momento, pero cometió ese error y así fue que los siguieron a ambos.
Las luces se prendían nuevamente, y Yahiko apenas con fuerza levantó la cabeza para ver quién entraba ahora, estaba débil casi no lo alimentaban, lo golpeaban constantemente e incluso otras cosas que no serían debidas de contar. Pero escuchar la voz a continuación simplemente lo hizo sonreír, sabía perfectamente que vendría era el ex hitokiri de la leyenda una manga de idiotas como los que lo atraparon no iban a poder nunca contra él. Se permitió desmayarse con la imagen de Kenji tomando un pequeño shinai mientras le daba un último golpe a la cabeza de unos de los tipos que Kenshin noqueó.
Cuando se levantó, estaba en una cama su cuerpo estaba pesado, con lógica que le dolía cada rincón de él, sentía hambre y sorpresivamente no tanta sed, seguramente lo habían estado hidratando mientras dormía. No pudo seguir con sus pensamientos al verse envuelto por los brazos de dos personas: una era Kaoru la cual lloraba mientras le repetía lo idiota que había sido por no contarle nada ni él ni Kenshin aparte de arriesgarse tan imprudentemente, mientras que la otra persona era Tsubame que lloraba silenciosa susurrando solamente un "lo siento" en su oído.
Continuará...
