Sinopsis del capítulo: Sobre como nadie entiende por qué a Keigo le gusta Toya.
CUESTIÓN DE PERSPECTIVA
A Keigo se le pregunta algo que jamás espera oír a sus dieciséis años.
Ocurre cuando se encuentra realizando su tarea y es dicha por Kaoru, uno de los encargados de cuidarle en horario escolar y por consiguiente, explicarle cualquier duda en caso de no poder resolver un problema o estancarse en algún ensayo o investigación.
—¿Te gusta Todoroki, no?
—¿Eso es relevante porque…? —responde rápido y sin perder la compostura, aún concentrado en terminar sus deberes académicos del día.
—Tenía curiosidad —Kaoru se encoge de hombros y deja en la mesa su celular—. Estás en la etapa de los enamoramientos, y creo que sería bueno que conocieras más personas de tu edad, fuera de las misiones o entrenamiento enfocado en mejorar tu manera de desenvolverte con los civiles.
Como el hombre a mitad de sus veinte se nota preocupado, elige ser amable y tomar en cuenta dicha inquietud, deja de teclear en su laptop para centrarse totalmente en éste. También piensa en como ve a Kaoru dos veces por semana, y como eso finalizará cuando se cumpla el semestre, puesto que la presidenta de la Comisión considera que el apego emocional es contraproducente para sus profesores (y demás personas que trabajan para convertirlo en un héroe), porque podrían fallar en educarlo por un sesgo.
—¿Toya te cae mal? —ataca directo y el adulto tiene la decencia de mostrarse avergonzado. "Bueno, quien te manda a juzgar a un chico de diecisiete años", piensa con burla mientras su expresión solo muestra consideración.
Un detalle que siempre le desconcierta, es que no importa cuántos años transcurran y cuántos empleados distintos—cuya misión es instruirlo en diversidad de temas—haya:
A ninguno le agrada Toya.
Incluso los que únicamente cuidan sus hábitos alimenticios y ejercicios diarios para que crezca saludable, miran al Todoroki con recelo.
En ocasiones son directos y charlan con Hawks sobre su cuestionable elección en cuanto a amistades (aquí hace todo lo posible por mantener su expresión seria y abierta a consejos, porque no pueden ser tan ajenos para creer que considera a Toya solo como un amigo). Otras son más prudentes y por su buen oído, es que de casualidad les oye describir a Toya como un omega aterrador, egoísta, posesivo y demasiado dependiente; ellos juzgan al primogénito de la familia Todoroki por sacar provecho de la amabilidad y disposición de Hawks. Cada comentario ignorante provoca que Keigo quiera echarse a reír.
Así que a pesar de las buenas intenciones de Kaoru, aún Takami lo tacha de entrometido. Un indiscreto al que le dará una expresión accesible, porque Keigo no es grosero (tal vez también porque es entretenido ver cómo la gente se retuerce tratando de dar su opinión sin obtener repercusiones).
—No es eso, es más que él es muy… intenso. Así que no me pasa por la cabeza cómo te gusta tenerlo alrededor…. ¡Sin ofender!
Hawks le resta importancia con un gesto de mano, él evita cuidadosamente que los demás crean que está enojado con ellos.
—Es bonito —concluye la conversación con entonación jovial y gran sonrisa, antes de que salga al aire que también posee un carácter temible.
Ignorando la incredulidad de Kaoru, regresa a su computadora para proseguir con su tarea, nada más cuenta con una hora, si no cumple con el tiempo establecido, adiós a conversar con Toya por chat después de cenar.
Por supuesto, Kaoru malinterpreta a Hawks.
Él no se refiere únicamente a la belleza física.
Para Keigo, Toya es bonito cuando da todo de sí mismo y muestra una gran determinación al realizar cualquier actividad (sea la cocina, la actuación, la escritura, estudiar, etc.); cada que se cae y vuelve a ponerse de pie hasta alcanzar su objetivo; al prestar atención a sus seres queridos para darles un regalo hecho por sí mismo y que les sea útil a largo plazo, para cuidar que estén cómodos y que nadie se meta con ellos; cuando es cariñoso, tomando de la mano a Keigo y abrazándolo cada que hay oportunidad, dejando que Hawks se acueste en su nido omega a pesar de ser un alfa, y así mezclar sus aromas; al reírse de modo escandaloso, a veces por malos juegos de palabras y otras tantas por humor retorcido; al hablar con emoción de una historia que le conmueve o bien, cuando suelta comentarios ácidos si el desarrollo y caracterización no cumple con sus expectativas.
Y así, hay un montón de cosas sobre Toya que clasifica como lindas.
Tal vez sea por la edad que ahora es más consciente, que hay momentos específicos donde llamar bonito dentro de su mente al Todoroki, se sienten muy íntimos y poderosos. Aquello suele suceder cuando Toya está sobre él, exigiendo atención con sus expresivos ojos que le miran con tal intensidad, que casi podría llorar por lo conmovido que está al haber encontrado a alguien capaz de llenar su codicioso corazón, ese que solo a Toya le enseña porque él entiende, siempre lo hace.
Entonces sí, no le extraña que Kaoru no comprenda, la mayoría de la gente le teme a la pasión de Toya. No les pasa por la cabeza que está de acuerdo con la manera de amar de Toya.
Lamentablemente, los malentendidos al Todoroki generan que cada ciertos meses el grupo formado por sus profesores y demás encargados, convenzan a la presidenta de la Comisión de mandar a Hawks a una misión para relacionarse con otros adolescentes. Si bien ella parece ser la única que acepta a Toya (probablemente influenciada por el hecho de que él es hijo del héroe número dos de Japón), todavía acepta sugerencias de sus trabajadores, para tenerles contentos y que no abran la boca de más con los civiles, algún canal de noticias o periódico; a su vez saca ventaja de tales situaciones, puesto que Keigo experimenta de primera mano lo que significa navegar en la sociedad. La mujer es así de astuta y temible.
Así es como Hawks termina en una especie de fiesta repleta de alumnos de distintas escuelas de héroes, realizada con el objetivo de brindar una celebración a su dedicación por sus estudios, al mismo tiempo que les hacen relacionarse, de modo que fomentan futuros trabajos en equipo.
Atrapado y con una gran impaciencia perfectamente oculta—aventada al fondo de su cabeza—, Hawks se mueve de grupo en grupo, aprendiendo nombres y charlando, usando su imagen de chico despreocupado y bromista. En su mayor parte genera aceptación, a tal nivel que hay más alumnos que desean intercambiar números con él con cada minuto que pasa, incluso hay algunos que sutilmente lo invitan a una cita. A lo lejos distingue a Hikaru—quien tiene la obligación de transportarlo a donde requiera ir y ser un guardaespaldas (niñera, vigilante) discreto durante sus salidas a sitios públicos—, enseñarle un pulgar levantado como aprobación o apoyo; Takami pone mentalmente los ojos en blanco.
Él es capaz de sobrellevar la situación por muy caótica y desgastante que es, dado que ha recibido entrenamiento desde los seis años. Sabe cómo ponerse del lado favorable de los demás, cómo lograr que confíen y revelen todos sus secretos, cómo adaptar su propia personalidad a la de otros para coincidir con ellos, aumentando la compatibilidad, y así, formar la imagen de un lazo estrecho y cumplir con su misión.
¿Falso?, un poco sí, y a su vez todo depende de cómo sea el objetivo al que debe acercarse, hay algunos que son personas decentes o al menos entretenidas. Por ejemplo, al menos esta noche se ha topado con uno que otro estudiante agradable, ojalá pueda trabajar con ellos en el futuro.
Cuando está a punto de rechazar discretamente los avances de una chica un año menor que él, una voz lo distrae por completo.
—¡Hawks!
Toya, vestido como un completo punk—una apariencia fuera de lugar, considerando que los demás andan con un estilo más formal—se acerca a grandes pasos, no le importa empujar gente y pisar pies ajenos. Takami casi se ríe por la cara llena de horror de Hikaru, y por como los estudiantes a su alrededor dan un paso atrás cuando el único omega de la familia Todoroki se aferra al brazo de Keigo. El de cabello blanco no se contiene y los que les rodean tapan su nariz ante el olor a omega irritado. Por su parte, él se modera y no deja caer su sonrisa, por mucho que quiera enterrar la cara en el cuello de Toya para apreciar mejor su fragancia.
—Vámonos, este sitio apesta —le exige, provocando varios jadeos de incredulidad y un montón de murmullos.
Hawks no puede responderle, porque un beta de U. A. interviene.
—Oye, aquí el único que está arruinado el ambiente eres tú —ante la gran sonrisa de inocencia fingida de Toya, el chico se pone rojo—. También, es de mala educación perfumar a los demás —acusa.
Esto ya se veía venir, la gente—especialmente las nuevas generaciones—considera de mal gusto como otros marcan como suyos a sus parejas a través de los aromas. Así que obviamente alguien intervendría para proteger a Keigo del mal (anticuado) comportamiento de Toya.
—A Hawks no le importa. Y lo que ustedes quieran me da lo mismo.
"Tan directo", él se divierte y mira con adoración al Todoroki. No obstante, sintiendo una batalla a punto de iniciar, actúa rápido, se despide de todos y toma de la mano a Toya para al fin salir de la fiesta.
Mientras se dirigen al automóvil, entre risitas Toya le cuenta cómo supo dónde se encontraba Hawks y cómo entró a un lugar donde no fue invitado. Aparentemente, ser hijo de Endeavor, más poseer un carácter temible—especialmente esto último—, puede conseguir que algunas personas lloren y se rindan, y finalmente se conviertan en soplones. Aunque Takami sospecha que la presidenta de la Comisión autorizó revelarle su ubicación al Todoroki, nuevamente, esa mujer es temible y las personas así se entretienen con el sufrimiento ajeno.
Y según toda la gente que ha conocido, no hay nada peor que ser el objetivo de un Toya impaciente, enojado y terco. Él no opina sobre el tema porque ignorarían su opinión si le preguntaran, dado lo enamorado y cegado que está Keigo.
Él no tiene un sesgo, más bien, se trata de que la mayoría carece de buen ojo.
Uno de esos tantos con mal juicio es Hikaru, quien maneja con una gran expresión de resignación; la imagen de Toya prácticamente sentado sobre el regazo de Keigo y abrazándolo, mientras borra obsesivamente los olores ajenos del cuerpo de Hawks y les reemplaza con el propio, fue demasiado para el hombre en sus casi treinta.
"Tan bonito", ignorando la existencia de la tercera rueda, Keigo pone toda su atención en la charla que Toya inicia, mientras le rodea también con sus brazos.
N/A. Esta parte fue escrita porque quería mostrar el lado pasivo-agresivo de Keigo, y como él también puede tener un carácter horrible, solo que Hawks es más discreto que Toya.
En cosas menores:
1. Sí, Toya es el único omega de la familia Todoroki, los demás son alfas.
2. La presidenta de la Comisión no solo aprueba a Toya por ser hijo de Endeavor, sino también porque considera que Toya es muy fácil de manipular.
