-¿Sabes? Me he estado preguntando últimamente... ¿Cuándo aceptaras una cita conmigo, lindura?
- Vete al diablo..
Él hizo una mueca, pero no dejó de mirarla caminar, agitando las caderas, hacia la tienda. Sonrió, ella siempre se hacía la dura, pero sabía que estaba colada por él, aunque quisiera ocultarlo.
El sonido de su teléfono sonando lo sacó de sus cavilaciones y se estiró para tomarlo de la guantera.
- La bomba ha explotado-, dijo su jefe con voz profunda-. Ella no tardará mucho en salir. Estén atentos.
- Si, señor..
- No quiero errores. Ella no tiene vigilancia y estoy seguro que no hay seguridad. Sólo atraparla y llevarla a la dirección que te daré por mensaje.
- Si.
- No la lastimen, más te vale que no tenga ni un rasguño cuando la vea.
Hizo una mueca cuando su jefe cortó sin esperar respuesta. Levantó la mirada, notando que su compañera lo miraba por el cristal de la tienda. Le hizo una seña con la mano, agitando la mano y ella asintió, dejando lo que había agarrado y saliendo del lugar.
Recibió el mensaje y lo memorizo, para luego borrarlo y guardar el aparato. Una vez que tuviera a Hinata Hyuga, podría deshacerse del teléfono.
-¿Ha llamado?- preguntó Konan mientras subía al asiento de copiloto.
Yahiko sonrió, mostrando su carismático rostro de adonis. Se había cansado de la peluca y hace tiempo la tintura negra dejo su cabello, mostrando su característico pelo casi anaranjado. Esa pequeña cicatriz que marcó su rostro, sólo se hizo para resaltar su belleza.
- Así es, lindura. Después de todo, si habrá acción hoy-, dijo mientras encendía el motor y le guiñaba un ojo, logrando que ella le frunciera el ceño y le mostrará el dedo medio.
Yahiko soltó una carcajada.
Naruto mantuvo la mitad de su cara pegada a la fría madera mientras miraba fijamente la caja negra de terciopelo sobre la mesa del comedor.
Echó a cada persona que quiso hablar con él, simplemente quería estar sólo. Necesitaba un poco de paz para ordenar sus pensamientos.
No sabía cuánto tiempo estuvo mirando fijamente esa pequeña caja. Pensando en cada cosa que pasó, en todas las acciones que lo llevaron hasta ese preciso instante.
Si bien el dolor seguía latiendo en su interior, sin la presencia de Hinata, pudo sentir como él poco a poco retrocedía para dejarlo pensar más fríamente. Con los ojos vacíos, se imaginó estar en la posición de Hinata. Si era cierto que ella se había olvidado de ese "pequeño" detalle, ahora tenía sentido que ella hubiera huido. Pero, luego eso le hizo apretar los dientes, porque si ella huia por su reacción, eso quería decir que no lo conocía en lo más mínimo.
Él jamás la hubiera lastimado.. ¿Qué esperaba? Si, él gritó un poco, perdió su mierda, pero jamás la habría lastimado físicamente. Ni tampoco la insultó, diciendo palabras hirientes. ¿Esperaba que él tomará esa noticia con los brazos abiertos y con una sonrisa? ¿Ahora él era el malo, por gritar un poco?
Naruto de verdad entendía, su miedo a decirle la verdad, pero a él le habría gustado más enterarse de eso de forma privada, sin que toda su familia supiera sobre algo tan privado que sólo convenía a ambos.
Él sentía que tenía derecho a sentirse engañado, aunque no hubiera sido la intención principal de Hinata. Sabía que no había sido su intención, porque si hubiera sido así, ella habría actuado de otra forma y no como lo hizo.
Todo comenzó a caer en su lugar, mientras más pensaba en eso. También, se sentía amargado al pensarlo, pero Hinata era un poco hipócrita. Ella si podía enojarse con él por algo que había dicho otra persona, pero al parecer ¿él no tenía derecho a enojarse por algo que ella le había ocultado? Pero, pasaba algo peculiar con eso...
Su madre le dijo que no debería enojarse con Hinata.. pero, Naruto no estaba enojado con Hinata. Se sentía dolido, por el hecho de que ella ocultara una información tan importante. Por el hecho de dejarlo caminar por el camino incierto y totalmente a oscuras, sin arrojar luz al asunto.
Él estaba enojado con Shion, porque su supuesta amiga, tenía información que había soltado en su cara. Como un escupitajo, ella se lo lanzó a la cara en medio del comedor con las personas que más quería. No sólo eso, había arruinado un momento.. un momento importante, que él se había sentido bien, feliz. Puede que no hubiera estado listo para casarse, pero quería a Hinata de nuevo. La quería con él, y esa nueva información lo hizo dudar otra vez.
Sintió que su oportunidad de ser feliz, se escapaba de sus manos...
Pero él tenía que tomarse un momento, pensar con la mente fría, sin tener los ojos grises tristes de Hinata sobre él. Ni los violetas enojados de su madre, exigiendo que subiera a disculparse.
¿Por qué nadie se ponía en su lugar?
-¿Hijo?
Naruto parpadeó, pero no alejó sus ojos celestes de la caja negra frente a su rostro.
- No quiero hablar, papá-, murmuró con la voz ronca.
- Que bien-, dijo él, haciendo que Naruto frunciera el ceño -. Porque sólo debes escuchar.
Naruto suspiró, pero no lo miró cuando su padre se sentó a su lado. Él lo notó de reojo, pero no apartó su atención en la caja de terciopelo.
Su madre no lo había obligado a tomar el paso de comprometerse, él le había pedido el anillo de la bisabuela para pedirle compromiso a Hinata. Él, puede que explotara como globo, pero su explosión no duraba mucho. Siempre intentaba pensar las diferentes opciones, no era ciego ni injusto, siempre intentaba ser justo con todo. Por eso, tal vez le dolía tanto el accionar de Hinata.
Después de todo lo que él hizo por ella, Hinata seguía esperando lo peor de él. Comparándolo con los hombres que rompieron su confianza, sin dejarle demostrar que era diferente. Si ella hubiera ido con él, diciéndole todo de una vez, en vez de huir... Si, habría gritado un poco, pero después de unas horas habría corrido a ir con ella al médico. La habría acompañado a recibir la noticia del embarazo juntos.. ella le sacó eso. Le sacó la oportunidad de escuchar los primeros latidos de su hijo.
Pero, para Naruto no había un villano. Hinata no lo era, ella desconfiaba de él y podía entender... Pero todo tenía un límite. ¿Ese era su límite? ¿Siempre que ella tuviera una noticia que sabía que a él no le iba a gustar, huiría? Naruto sabía que no podría aguantar eso.
-¿Sabes?- empezó su padre en voz baja-. Entiendo por lo que estás pasando. Tu madre, no era muy comunicativa conmigo antes de que nacieras.
Naruto escuchó, pero no lo miró. Sólo tomando lo que sabía sería un buen consejo. Su padre era demasiado inteligente.
- Ya sabes cómo nos conocimos con ella. Yo no sabía que ella era una Uzumaki y ella no sabía que era un policía. Aunque, fue un amor de verano, fue tan intenso. Y me sentí bastante confundido cuando ella se fue sin decir una palabra.
Naruto hizo una mueca. Al parecer, los hombres de su familia tenía una maldición sobre interesarse en mujeres que huían.
- Y aunque fue corto, fue amor a primera vista. Yo la amaba, y me destrozó que ella se fuera sin despedirse aunque sea. Obviamente -, él soltó una risita -, quise disfrazar el amor con preocupación por su paradero. Así que, empecé a investigar para encontrarla.
Naruto por fin miró a su padre cuando esté agarró la caja negra y empezó a jugar con ella entre sus largos dedos. Minato no lo observaba, parecía perdido en sus recuerdos.
- Me sentí traicionado cuando me enteré que la monarca de los Uzumaki, era Kushina. Imagínate, un policía honorífico, cerca de ser un jefe, enamorado de una criminal -, él sonrió mientras negaba con la cabeza -. Yo no podía aceptarlo. Entonces, me dije que esto no tenía que salir de mí. Lo guardé en mi pecho, haciendo de él amor un prisionero en mi corazón, sin dejarlo libre.
Minato abrió la caja, tomando el anillo y leyendo las antiguas palabras que habían inscrito en el. Suspiró mientras volvía a guardarlo.
- Pero, no duró mucho tiempo. Necesitaba saber de tu madre, así que comencé a seguirla. O por lo menos, intentar. Ella era escurridiza, y simplemente se perdió casi un año de mi radar.
Minato finalmente lo miró y sonrió, con un poco de dolor al final de sus ojos.
- Cuando ella volvió, tú ya estabas en la foto. Y no necesitaba pensar mucho, eres idéntico a mí desde muy pequeño. Así que.. ya no estaba sólo enamorado de una criminal, sino que también tenía un hijo con ella. Un hijo que ella no me dejó ver en sus primeros años.
Naruto se sentó derecho, mirando a su padre. Sabía que sus padres habían tenido un inicio muy complicado. Pero, no había sabido que su madre le había negado a su padre estar con él.
- En ese tiempo, yo ya era jefe. Pero mi corazón estaba con ustedes. Sabía que no podía vivir dos vidas, y dejé el trabajo que amaba para demostrar a tu madre que la amaba más a ella y a tí.
Minato le extendió la caja de terciopelo negro y Naruto extendió la palma, tomando la preciada antigüedad de la familia de su madre.
- Me costó mostrarle a Kushina que la amaba, tuve que hacer algunos sacrificios. Pero ella terminó dándose cuenta que yo no la abandonaría.
Su padre lo miró fijamente antes de preguntar:
-¿Qué estás dispuesto a sacrificar tú, para que Hinata confíe en ti?— Naruto tragó saliva, sintiendo que esa era la pregunta central de todo su drama—. ¿Ella vale la pena?
Continuará...
