N/A talvez piensen que sobrecompensación 2 es lo que sigue… y están en lo correcto pero se me ocurrió que algo así debería pasar antes de. mi cabeza no es muy estable y soy nueva en esto así que solo espero que entiendan al ver la historia en retrospectiva y en su enteridad:)
Al escuchar la entrada principal cerrándose, Helga se dejó caer en su cama, sintiéndose agotada. Después de casi quedarse dormida, hizo planes para que Phoebe viniera. Pensó que necesitaba distraerse antes de actuar sobre la tormenta emocional que comenzaba a surgir. Lo que acababa de suceder era una indicación de ello. No había necesidad de marchar hacia Sunset Arms y desatarse violentamente contra Arnold. O intentar seducir a Stinky (por segunda vez) en un intento de deshacerse de la culpa por no haber superado completamente a Arnold.
Así que, mientras esperaba la llegada de Phoebe, escribió. Un poema, la punta del iceberg sobre sus sentimientos. Ella notó, justo antes de concluir, que estos sentimientos y pensamientos la conducían por un camino demasiado peligroso. Con un creciente temor de confrontarlos, dejó que la indecisión postergara en la página. Rápidamente, colocó la hoja de papel con el escrito del que se quería esconder, en el cajón superior del escritorio. Alejándolo de su vista, y con suerte, también de su mente.
Quizás pronto pueda volverlo a ver, cuando ya no sea un caso perdido. Cuando pueda compartirlos consigo misma.
Helga, incluso antes de tener a Phoebe como amiga, se guardaba la mayoría de los aspectos sentimentales de su vida sin comprarlos con alguien. Claro que no tenía ningún problema en desahogarse ante cualquiera que estuviera cerca sobre las desgracias de su vida. Quejándose hasta el cansancio, pero estará dos metros bajo tierra antes de hacer lo mismo y compartir cómo la hacía sentir todo eso. A menos que fuera indignación o rabia o alguna variación de ello, nadie se enteraría jamás. Preferiría convertirse en alimento para gusanos antes que exponerse así. La ira, la hacía parecer violenta, dura, demasiado fuerte como para meterse en sus asuntos, eso le encantaba. Muy similar a un lecho de clavos, aunque no lo supiera. Una pequeña y sutil petición de tratarla con delicadeza.
Algo que a Helga le encantaba de su amistad con Phoebe es lo bien que respetaba los límites. Tanto Phoebe como Helga sabían cuando algo andaba mal con la otra, pero nunca habría preguntas incesantes, ya que a menudo eso significaba que querían sentir las cosas en lugar de una crítica objetiva
El día de hoy no fue diferente. Phoebe sintió la perturbación que irradiaba la rubia y no dijo nada al respecto, le brindó compañía y pasó el día juntas hablando sobre lo mundano sin preocupación alguna. Discutieron planes de verano para hacer una excursión de un día justo después de obtener su licencia. Empezando por 'convencer' a Miriam para que les preste su coche. Todo mientras se peinan la una a la otra. Principalmente, cepillarse y trenzarse, o peinarse como una actividad relajante tomando regocijo en la compañía. En lugar de quemarse el cabello, como aprendieron por las malas hace años al comprobar por sí mismas que las planchas de pelo no era para ellas.
Ahora que se acercaba la hora de ir a dormir en lo que se había convertido en una pijamada, Helga se debatió en sí debería contarle a Phoebe sobre la situación. Rara vez hablaban de su vida amorosa. Sus relaciones y circunstancias siempre habían sido muy diferentes y, a menudo, simplemente compartían con el otro los hitos logrados o simples novedades.
La relación de Gerald y Phoebe había sido extrañamente lenta y rápida al mismo tiempo. No hubo confesiones de amor eterno, ni etapas donde fueran inseparables; pero siempre fueron cercanos y afectuosos desde la primaria. Siempre constantes, a veces despertaba celos en ella, añorando tener una relación más fácil. O 'idilio', eran exclusivos, pero no tenían título de 'novios' o al menos lo negaban, pero cualquiera que los viera sabía que no debía intentar iniciar un romance con ninguno de los dos. Todos los veían juntos en público, siendo testigos de sus abrazos y tomados de las manos demasiado para ser solo amistoso. Incluso los profesores bromeaban de que eran una pareja casada o si no los conocían, decían qué estaban enamorados uno del otro sin saberlo. El consenso fue que a Phoebe no se le permitía tener novio, lo que resultó en tener un 'mejor amigo'. Una relación tranquila basada en dar y recibir.
Concluyendo en que Phoebe eventualmente verá a Arnold en algún momento ahora que él regresó, optó por comenzar con ello. Helga abrazó sus rodillas en un intento de consolarse y simplemente lo dijo.
-Hoy... Arnold vino a verme
Phoebe estaba preparando su saco de dormir cuando escuchó sus palabras. Deteniéndose, concentrándose en repetir las palabras que acababa de escuchar, para que Helga no las repitiera, especialmente teniendo en cuenta lo que realmente significaban. -Él está de regreso entonces- Una declaración, no una pregunta. No sabía si era para asimilar el hecho o para no asustar a Helga y hacerla sentirse interrogada, pero de cualquier manera Phoebe estaba empezando a entender. La energía que rodeó a Helga durante todo el día se debió a los pensamientos que habían estado ocupando su mente como resultado de eso.
-Ajá- murmuró distraídamente como respuesta y girándose para mirarla continuó -Pheebs, digamos que yo… bueno, amo una… montaña rusa y desde siempre me encantó, pero notas que puede hacerte sentir tan miserable como feliz. Ya sabes vomitar y esas cosas-. Diciéndolo con un gesto de desinterés con la mano y se puso de pie paseando por la habitación. -Y luego está este carrusel que es agradable y tal vez no sea tan emocionante, pero no hay ni vómitos, ni mareos y tal vez un poco menos apreciado, pero aun así es genial, tal vez... tal vez mejor que genial-.
Phoebe pudo ver que su amiga se acercaba a una tangente interminable y decidió interrumpirla antes de que empeorara. -Bueno, Helga, supongo que debes tener en cuenta que tal vez hubo algo además de eso, que te había hecho más susceptible a... esos malestares y los sentimientos intensificados que acompañaban a la montaña rusa solo las hacían prominentes. Además, ¿necesito recordarte esa vez que regurgitaste sobre Harold hace dos años y aun así montaste la montaña rusa dos veces más?- Phoebe sabía el motivo de la pregunta, ya que no era literal, pero esperaba aligerar el ambiente recordándole ese evento.
-¡Ja! El niño rosa no debería haber comprado más comida de la que podía comer durante la fila para el paseo, de lo contrario no habría tenido que ayudarlo. Y mira qué bien hizo, mi buena acción de la semana. ¡Ja!-
-¡Helga! Estábamos todos celebrando su cumpleaños y él fue el que terminó cubierto de tu contenido estomacal, oh y el olor uf- Phoebe se dio la vuelta arrugando la nariz con disgusto ante el recuerdo.
Pero ahora Helga se reía de buena gana ante ese mismo recuerdo. -Oh, no me lo recuerdes, Pheebs, me reí tanto que Arnold seguía dándome sus sermones, ¡uf y sus molestas miradas!-
Al mencionar el nombre de uno de los integrantes en la situación, Phoebe retomó el tema del dilema de su mejor amiga. Pero esta vez con una reprimenda silenciosa, por aún después de todo este tiempo, no ser directa con ella. -Y de cualquier forma Helga, recuerda que aún puedes montar ambos y ver cuál es el que te gusta más, no es que no puedas subir a ambos-. La sonrisa en el rostro de Phoebe era inocente y soberbia, acompañada de una inclinación de su cabeza aún más burlona.
-Uh, sí-, respondió Helga, ahora completamente quieta, y absorbiendo el comentario, esperó que el flujo de sangre a su rostro fuera atribuido a la risa en lugar del comentario de Phoebe. -Claro, no hay necesidad de elegir. Puedo disfrutar de ambos… si no me siento contenta con uno, pues... ya sabes... estará el otro... disponible…- Tragando saliva, trató de no pensar demasiado en lo que acababa de decir. Ahora realmente está batallando por contener el sonrojo. -Así que uh sí, gracias Pheebs. ¡Buenas noches, Pheebs!
"Buenas noches, Helga" mientras ambas reanudaron su rutina para prepararse a dormir.
Incluso a pesar de lo oscura que estaba la habitación, Helga todavía podía ver el contorno de la muñeca Raggedy Ann sentada en la esquina del otro lado de la habitación. Algo que hacía para obtener algo de consuelo, ya que ya no sentía que pudiera dormir con ella. Solo podía alejarlo más de su cama y aumentando la distancia a medida que pasaban los años. Sin embargo, no podía desprenderse de ello, ni siquiera guardarlo en el armario, ya que alguna vez le había brindado consuelo durante años, incluso antes de aprender a escribir su nombre. En lugar de eso, optó por sacar una sudadera verde debajo de la almohada y disfrutó de su olor y sensación. Suave, acolchonada y cálida, siempre había sido cálida en todo el sentido de la palabra.
N/A De aquí en adelante los siguientes capítulos vendrán más lento:( y la verdad si me ven activa por favor regrésenme a hacer mis deberes que seguramente estoy procrastinando ya que tengo pendientes a entregar en un par de semanas entonces… Nos vemos en dos semanas:)
sus comentarios y críticas son bienvenidas
XOXO
-kat
