Harry despertó con un sobre salto solo para ver azul, azul... y algunos peses.
Agua, él estaba debajo del agua.
Activando el encantamiento cabeza burbuja sin entonar Harry tomo varios respiros para terminar de espabilar antes de empezar a nadar a la superficie.
En vez de manos y brazos vio pezuñas y patas.
(Ignora las pesuñas, llega a la superficie, encuentra tierra firme luego puedes entrar en pánico). - Harry pensó mientras pataleaba con más vigor.
Gracias al hechizo burbuja pudo nadar con calma y no le tomo mucho romper la tranquila superficie del agua.
Mas azul, esta vez el azul del cielo lo saludo junto con algunas nubes.
Harry miro a su alrededor buscando tierra y la vio a lo lejos junto al verde vibrante del bosque.
Luego miro a sus... pezuñas y frunciendo el ceño intento juntar magia en ellas.
La magia le respondió rápidamente así que con esperanza en que por primera vez algo le salga bien sin que algo salga horriblemente mal intento apoyar sus extremidades e impulsarse como alguien quien intenta salir por el borde de una piscina.
Funciono decentemente con Harry logrando sacar su cuerpo hasta que estaba sentado sobre sus rodillas luego se levantó con éxito sobre sus piernas y con cuidado intento caminar... solo para caer de bruces al agua.
Cuando volvió a la superficie y volvió a sentarse en ella Harry, se permitió examinar su cuerpo.
Pelaje es lo que vio, húmedo pelaje de un color negro como la media noche seguido de cascos en vez de dedos.
Miro su reflejo y pudo ver que en vez de la cara de adulto joven que alguna vez tuvo la que vio era la de alguna especie de caballo con crin negra y secciones blancas; por fortuna sus ojos aún eran de su color esmeralda... aunque que se veían afilados, como los de un gato o reptil.
Oh, también tenía colmillos.
Un algo largo cuerno en espiral que terminaba en una punta afilada se posaba cerca del centro de su cabeza.
Harry se sintió irritado lo que llevo que sus alas se abrieran ligeramente.
(¿Espera que?). - Harry miro sobre su hombro para ver que efectivamente en su espalda había un par de alas plegadas extrañamente familiares, tenían una textura similar a la de un murciélago por lo que parece.
(Ok, ok, primero llega a la orilla luego puedes derrumbarte.). - Con esa directiva Harry empezó el embarazoso proceso de aprender a caminar a cuatro patas... sobre el agua... en alta mar.
Maldita sea su suerte marca Potter.
Tomo un tiempo con el atardecer a solo un par de horas, pero Harry logro llegar a la orilla sin más complicaciones.
Un hechizo de Secado Instantáneo, Una sesión de crisis mental y de maldecir a su suerte, a Voldemort y a cualquier deidad que manejara su suerte el mago se movió más tierra a dentro con el objetivo de encontrar un refugio.
Realmente tendría que agradecer a Moody por hacerle a prender de memoria un montón de guías de supervivencia Mágica y Mugle.
Si es que alguna vez lo volvía a ver.
Genial, ahora su cola se movía con mal humor.
Suspirando con pesar el exhúmano se siguió moviendo mientras hubiera luz solar tropezando con algunas raíces y piedras debido a lo poco acostumbrado que estaba en su nueva forma.
No paso mucho antes de que se topara con un rio y recordando una de las lecciones del "ojo loco" Harry decidió seguirlo después de todo como el hombre decía: "Donde hay agua, hay gente y donde hay gente hay civilización".
(O tribales). - Esa también era una posibilidad.
Siguiendo la tradición grifindor, Harry decidió simplemente empezar a.… trotar.
Ehug... le tomara un tiempo acostumbrarse.
Harry paso un tiempo vagando por el bosque, siguiendo el rio.
Se alimento de algunas bayas silvestres, algún que otro hongo que pudo reconocer como comestible y algunos peces como Salmon o truchas.
Un encantamiento de "Accio edulis piscis" y algún que otro ejemplar volaba a sus pies.
Fue gracias a esto que Harry descubrió que no es que pudiera hacer magia sin varita para su decepción, sino que su cuerno ERA su varita.
Algo más para revisar más tarde.
Un descubrimiento más interesante fue que sus extremidades delanteras, pese a ser equinas, eran extrañamente flexibles casi tenían la misma amplitud de movimiento que su antiguo brazo humano.
Su Buscador interior le exigió que aprendiera a usar sus nuevas alas y Harry estaba en acuerdo por lo que imitando a las aves (Y que alegría le dio saber que aún conservaba su agilidad) Harry se arrojó desde la copa de un árbol...
No pudo volar.
Pero al menos aprendió a planear así que "muerte por caída" era algo que podría tachar como una preocupación.
Además de ver que su nuevo cuerpo era realmente resistente, demostrado cuando en uno de sus primeros intentos el callo de cabeza a una roca y lo que se rompió fue la roca.
Harry entonces recordó algo y extendió una pata cerro los ojos y deseo con todas sus fuerzas que esos objetos respondieran a su llamada, solo para sentarse, extremadamente cansado un par de segundos después.
Después de reponerse un poco (Y sorprenderse de lo rápido que eso fue) los volvió abrir y no pudo evitar la sonrisa de satisfacción y alivio que se formó en su rostro... hocico.
En el suelo justo en frente de él estaban las únicas dos cosas que a pesar de todo jamás lo traicionaron o fallaron.
La reliquia de la muerte y la insignia del fundador o como el prefirió llamarse a ellos su capa y espada.
La capucha de invisibilidad heredada por los Potter por quien sabe cuántas generaciones y la espada Griffindor, arma eternamente vinculada a él gracias a la Azaña de matar a un basilisco, Rey de las serpientes y posiblemente la peor pesadilla para cualquier mago, cuando tenía trece años, recibir una mordida de la bestia y vivir para contarlo.
Harry se puso la capucha primero más por nostalgia que otra cosa y se sorprendió cuando el antigua artefacto mágico... fallo aparentemente.
Ya que en vez de desparecer para el ojo desnudo la capucha actuó como una capucha corriente. Una muy bonita capucha de color plateado pero una capucha ordinaria, a fin de cuentas.
Antes de que su pesimismo se apoderara de él Harry sintió algo extraño.
Luego envió un pequeño pulso de magia hacia la capucha y vio con alivio que esta se activaba, envió otro pulso y esta se desactivó.
(Bueno esto no es lo peor). Agradeció el mago a la Luna que salía por el horizonte.
Luego se centró en su espada perdiéndose el brillo casi confundido del cuerpo celeste.
La espada se veía sin cambios por lo que Harry transfiguro una roca cercana en una sencilla vaina, lanzo un hechizo anti-filo a su espada, la envaino y lucho un poco el dónde colocarla en su cuerpo.
Al final decidió que el mejor lugar seria en su costado aprovechando que su ahora visible capucha podría ocultarla a simple vista.
Terminado de acomodar la correa de la vaina Harry lanzo un par de hechizos contra insectos/animales/bandidos prendió una fogata con las llamas "Blubell".
El mago miro a las moradas flamas con añoranza y melancolía, su suave calor recordándole días mejores.
Esos días solo fueron hace unos 8 años pero que eterno se siente recordarlos.
Jugar ajedrez con Ron, estudiar nuevos hechizos con Hermione, ayudar a Hagrid con sus "Mascotas", hacer algunas bromas con los gemelos e incluso a la severa pero bien intencionada Maestra Mcgonagall.
Y así, soñando con días mejores Harrison James Potter "El niño que vivió" se durmió cumpliendo su primera semana en este mundo.
En un reino realmente no muy lejano, una hermosa yegua de color media noche miro a su seudónimo con sorpresa y no poca intriga con sus deslumbrantes ojos esmeralda.
Parece ser que su hermana tenía razón, aun mil años de ausencia después, alguien aun la recordaba.
No como la princesa que es, no como la tirana que fue, sino como la guía y protectora que se supone que es.
Ella cerro los ojos y dejo escapar un suspiro mientras juntaba magia en su cuerno.
(Oh exhausto viajero, qué bajo mi luz tu descasas tus trabajados músculos, que tus pesadillas sean escasas y tu descanso pleno.). - Ella concedió por primera vez en varios milenios.
Y sonrió cuando sintió que su voluntad fuera cumplida.
Parece ser que alguien aun la necesita en este reino.
