Era un jueves a las nueve y media cuando el Primer Ministro de Lohr am Main salía de su residencia oficial hacia el Palacio White para su visita oficial de todas las semanas con la reina. Al abrir la puerta y salir hacia el coche oficial, vio las protestas y pancartas de los ciudadanos que cada día había enfrente, cada mañana sentía que había más personas ahí, cuestionando su liderazgo en el cargo. El Primer Ministro suspiró cuando entró al interior del coche y se quedó pensativo mientras se alejaba del tumulto de personas protestando contra él. Recordó las encuestas recientes, demostrando un clarísimo descenso en su popularidad y en el apoyo al partido conservador. El 29% de los votantes aprobaba su forma de desempeñar su labor, mientras el 60% lo desaprobaba. No habían gustado sus políticas neoliberales y hacía unos meses tenía que librar en el país la crisis mundial que había afectado a casi todos los reinos. Comenzaba a tener desacuerdos dentro del partido como la insatisfacción con su liderazgo y sus políticas, escuchaba más abiertamente el descontento entre los altos cargos. Sentía aproximarse su caída y le asustaba tanto aquello, le gustaba demasiado el poder y autoridad que tenía en la actualidad.
Tenía que hacer pequeños cambios, distraer la atención de los ciudadanos en el Gobierno a otro lado y escuchando, cuando sabía que tenía que hacerlo, a los miembros de su gabinete, descubrió que le ayudaría a calmar la ira de los ciudadanos: la amada princesa de Lohr am Main. Era el miembro más popular desde luego de la monarquía actual, todos amaban e idolatraban a aquella princesita rubia que apenas la egocéntrica de la reina dejaba que se la viera mucho en los actos públicos. Eso estaba siendo un grave error. No podía con casi dieciocho años que iba a jurar la bandera el mes próximo de mayo, apenas tener un papel secundario en los actos oficiales de la Casa White cuando ella iba a ser la futura reina. No iba a ser más así, ella brillaba muchísimo más que la actual y mayor reina e interesaba más, su belleza juvenil e inocente y su preciosa historia de cuento de hadas con su príncipe. Una pareja real que podría hechizar a los ciudadanos y con una boda real pronto sería maravilloso. Definitivamente, tenía que sacarla de la sombra a la luz y ella salvaría bastante la popularidad de este gobierno o al menos haría que no estuvieran tan pendientes de él. Sonrió tranquilo, con la princesa Apple White, su cargo estaría a salvo. Sin embargo, a la reina Blancanieves sabía que no le gustaría que su hija le robara protagonismo ni mucho menos conocer que este año su amado baile real tendría muchísimo menos presupuesto.
Porque faltaban escasas dos semanas para uno de los eventos más elegantes e importantes de la Casa White, que celebraban desde el año 1952: El Baile de la Rosa Nevada. Un evento de caridad anual, organizado por la familia real White, una cita de gala en la que reunía a miembros de la realeza, figuras importantes, políticas y celebridades de todos lados para recaudar fondos para diversas causas benéficas. Una noche sinónimo de elegancia y solidaridad, cada año con un tema diferente que inspira la decoración, la moda y el entretenimiento de la velada. La temática elegida de este año fue la época victoriana.
Era un acontecimiento muy importante para Blancanieves, que cuando en su reunión semanal se entrometió el Primer Ministro en su noche especial no entendió para nada, comenzando a tensarse y enfadarse mucho.
"Solo opinamos el Gobierno y yo, reducir un poco este año el presupuesto del baile. El mundo está pasando por una crisis económica mundial y hemos pedido reducir gastos a los ciudadanos, y su majestad debería dar ejemplo de ello. Mostrarles una velada decorada modesta y económica en las fotografías de esa noche, subirá la popularidad del gobierno actual y la familia real que con esta crisis está comenzando a descender" Esto era más que una sugerencia, si no la salvación de ambos, el partido conservador y la casa real ante las estadísticas y encuestas desfavorables.
"Este baile lo creó mi abuela materna, siendo desde su creación un símbolo de glamour en el calendario de este país. Es intolerable recortar gastos porque todos son necesarios para que mi noche sea perfecta, no es mi culpa que su gobierno comience a ser cuestionado y detestado con sus políticas nuevas" No iba a pagar ella por las incompetencias de otros.
El Primer Ministro miró atento a la reina después de su negativa, había supuesto esta misma escena mientras iba camino al palacio. Era demasiado tozuda para ceder y eso la haría caer porque aunque había nacido en la cuna, eso no estaba segura para siempre en el trono. Creía que solamente podía caer él como primer ministro y no ella, ese orgullo y egoísmo la perjudicaba como estratega que era. No comprendía que el partido conservador y la familia real iban en pack. Si caía él, caería ella también, pues no solo los ciudadanos comenzaban a cuestionar su gobierno, si no a la monarquía también entraba en ese desagrado colectivo. "Blancanieves, si quieres que el baile de tu abuela continúe existiendo junto a este gobierno y la Casa Real vamos a hacer esa reducción de gastos innecesarios inmediatamente"
Aquellas palabras la irritaron más, pues llamarla por su nombre era una falta de respeto, ella era la reina y esto una visita oficial. No un momento privado e íntimo en su dormitorio real.
"¡Estás hablando con la mismísima reina! Estás intentando mandarme a mi" Le alzó la voz, pues ella era quien mandaba, no la mandaba a ella.
"Esa actitud tuya fría y calculadora, sin importarte nadie más que tú, perjudica muchísimo a la familia White. ¿Sabes que los ciudadanos prefieren al rey fallecido antes que a ti? Y han hecho 11 años de su fallecimiento. La princesa es tan idéntica a él, por eso en la actualidad es sin diferencia el miembro real vivo más querido por todos, de no ser por ella ya tu familia sería historia como Luis XIX o Nicolás II, pero no tan sangriento" El Primer Ministro sabía cómo odiaba no ser el miembro real más querido y lo uso para hacerla entender por qué tenía que ceder.
Blancanieves frunció tantísimo los labios, pues el recordamiento de ese hombre, le irritaba tantísimo. Pues solamente se había casado con ella y ya, nada más importante había hecho para que le alabaran y quisieran tanto, más que a ella.
"Este año de crisis el Baile de la Rosa Nevada costará un millón y medio menos de los casi tres millones que suele costar para que se vea que la familia real apoya en tiempos de crisis, mostrando su solidaridad y ajustes económicos como el resto" Dictaminó finalmente, puesto que él tenía la última palabra en temas monetarios, ya que desde hacía unos años el Gobierno pagaba bastante de esa noche real porque la fundación benéfica, los patrocinadores privados, la venta de entradas y donaciones no solía dar tanto dinero, ni a los ciudadanos ni a las altas esferas aristocráticas y famosas les caía bien la reina Blancanieves fuera de las apariencias.
La reina muy enfadada e iracunda solo pudo aceptarlo, puesto que dependía del dinero del Gobierno, sin embargo, apenas toleraba mirarle. Creía que tenían una relación fuera del formalismo reina y primer ministro y era una total mentira por el daño que la estaba haciendo.
"Y el segundo asunto de hoy, sé que la princesa vuelve la próxima semana al país, quiero que tenga muchísima más presencia en estas vacaciones. Tiene casi 18 años y apenas tiene actos representativos siendo la futura reina, no puede ser más. Va a inaugurar ella la nueva temporada del Royal Ballet y más eventos sociales tendrá en su agenda porque quiero que la presten mucha atención a ella, la adoran y en cuanto aparece, las cámaras y todos se giran a mirarla. Además, en la noche del baile quiero que haya fotos preciosas románticas con el príncipe este rubio con el que sale, quiero que sean la fantasía de cuento de hadas de este país" Habló no como sugerencia sino como una obligación.
Blancanieves en ese momento no pudo evitar reírse antes de mirarle y contestarle esta vez a su absurda sugerencia. "El Royal Ballet es mío, el primer baile de la Rosa Nevada es de mis noches favoritas, ella no está preparada para nada de esa atención que es para mí. Ni mucho menos para tener más actos institucionales y representar más a la familia real, es una torpe que no sabe hacer nada bien ni mucho menos perfecto como yo"
El Primer Ministro vio por completo la envidia que emanaba de las palabras y la soberbia que tenía Blancanieves por su hija y tener que ser ella siempre la protagonista. Por favor, pensó, desde luego todos preferían a la preciosa princesa, a la fría y mayor reina actual. Había que remodelar definitivamente la Casa White con modernidad y juventud con la princesa Apple, era incluso más necesario de lo que creyó en el recorrido viniendo a la audiencia.
"Estoy seguro de que aprenderá rápido la flor alemana favorita de Lohr am Main" Comentó antes de levantarse y marcharse sin que ella hubiera dado por terminada la reunión semanal.
Blancanieves se quedó rígida y pensativa en su butaca, mirando altivamente todavía la butaca vacía ahora de enfrente, rememorando las órdenes que le había dado a ella, ¡a ella! Su ira burbujeaba por todo su cuerpo, sabiendo perfectamente la estrategia de él, pues con su torpe e ilusa hija distraería la atención de los ciudadanos a ella. Sin embargo, la reina sabía qué había más allá de aquello, sabía que quería quitarla de en medio y coronar a la princesa, pero no lo iba a conseguir porque el trono era de ella para siempre. Así que ideo sus próximos pasos: dejaría que el Primer Ministro jugara con la atención pública utilizando a Apple, mientras ella comenzaría a encontrar un nuevo prominente miembro en el partido conservador que pudiera manejar y desafiara oficialmente al primer ministro por el liderazgo del partido y consiguiera hacer que renunciara.
Habiendo analizado y planeado el inicio de su plan contra el ya primer ministro inútil para ella, se levantó, alisó el vestido y se marchó a su despacho para mirar los futuros candidatos a ese cargo. Llamaría más tarde a su hija para comunicarle su nueva reestructuración de su agenda oficial. Sin embargo, Apple no le respondió ninguna de sus llamadas por la tarde ni la que acababa de marcar esta noche.
La princesa rubia había dejado su teléfono abandonado en la mesa de la sala común, mientras se levantaba del sofá, al lado de Milo, para su turno en Gestos.
Milton la miraba cuando se colocó en el centro y empezó a hacer mímica para que todos intentaran adivinar la palabra, él la descubrió en seguida. Apple lo hacía muy bien para saber qué era. Sin embargo, no quiso decir qué era porque así podía mirarla como el resto, sin que vieran lo enamorado que se encontraba de ella. Podía observarla tan atentamente sin que tuviera miedo a ser pillado in fraganti, analizarla de arriba abajo lo preciosa que era y sus pequeños detalles impregnados en su piel o sus gestos. Lo concentrada que estaba haciendo la mímica para que ellos lo adivinaran, la desesperación brotando en ella ante los errores de qué era, su sonrisa ilusionada y aliviada, cuando él dijo que era: metamorfosis. Todos entonces cayeron en la cuenta y alabaron la mímica de ella, sin embargo, a Apple le dio igual, puesto que siguió con sus ojos azules puestos en él mientras regresaba feliz a su asiento con Milo.
Él no jugaba, solo adivinaba, puesto que era malo haciendo mímica, no obstante, fue una noche que no olvidaría en sus recuerdos. La primera vez que estaba en una reunión de buenos amigos, jugando todos juntos mientras se reían a veces o decían algunos las tonterías más tontas que dicen los adolescentes. Y junto a la chica más especial que había podido conocer en su vida. El solo mirarla hacía que su corazón latiera tanto, su mano quería tocar la de ella, la buscó queriendo entrelazarse como hicieron en la mesa del comedor antes, pero no podía hacerlo delante de todos, no se atrevió. No obstante, Apple sí, antes de que se marchará al rozarla la piel, puso su mano encima y entrelazo sus dedos, mirándole por unos segundos segura de lo que hacían y no se soltaron hasta que fue la hora de despedirse e irse a dormir.
Raven, Maddie y el resto notaron aquel gesto afectuoso entre ellos perfectamente, sus manos juntas enlazadas, sin embargo, no les pareció nada raro al contrario tan natural y espontáneo que de pronto su mano estuviera en la otra, era el siguiente paso después de que se miraran a los ojos como dos tontos siempre.
Cuando Apple estaba con Milo, todo a su alrededor era mejor, era simple y maravilloso poder darle la mano mientras le miraba e ignorar todo lo que tuviera relación con su vida futura planeada. Aquella ignoración a Blancanieves enfado muchísimo después de horas y dos llamadas y que ella no respondiera su importantísima llamada. Odiaba cuando hacía eso, era la reina quien le llamaba no cualquier persona sin importancia.
"¿Por qué haces lo que siempre me molesta tanto? Sabes qué me irrita demasiado, que no respondas a mis llamadas al segundo" Comenzó así la llamada Blancanieves.
La princesa rubia deseaba poder tener llamadas normales con su progenitora como tenían Briar o Ashlynn, poderla contar su día y sentir que a ella le interesaba saberlo. Pero no a su madre, no le importaba ni lo quería oír lo que llamaría excusas tontas para no haberla cogido su llamada. Así que tomó aire y se disculpó como le gustaba a ella. "Lo siento, no volverá a suceder mamá"
Blancanieves bufó un poco, dudándolo. "Eso espero Apple. En fin, otra cosa, sobre tu regreso a Lohr am Main la próxima semana, ¿has leído ya tu nueva agenda social prevista? Hemos hecho cambios respecto a la anterior"
"¿Cambios?" Apple preguntó acordándose que tenía un correo sin leer y con esa pregunta irritó a la reina que supo que no lo había ni abierto el correo electrónico.
Se sentó más seria ya en su escritorio y encendió su ordenador portátil para abrir aquel correo que todavía no había abierto el documento que tenía adjuntado. Sus pupilas se dilataron un poco al ver cómo de la anterior agenda prevista de eventos sociales había dos o tres y en esta nueva, apenas encontraba el hueco libre para descansar o ir al baño. Estaba todo de inauguración, visita, acto de entrega, reunión, gala… Pero si solamente las vacaciones duraban semana y media. Nunca le había exigido su madre representar tanto a la Casa Real y en eso sí estaba agradecía con ella, puesto que le gustaba ser perfil bajo todo lo que se pudiera ser.
"¿Te gusta? Vas a tener casi todo el protagonismo y las cámaras" Blancanieves comentó y Apple no supo por qué parecía que sonaba con tono de envidia hacia ella.
La royal siguió mirando por encima todos esos días con eventos por la mañana, por la tarde y algunos días también por la noche. No le hacía mucha ilusión volver al Palacio White, pero ahora mucho menos con todos esos acontecimientos a los que tenía que asistir junto a su madre o sola. No entendía las razones por las que había decidido su progenitora darla tanto el papel principal si conocía que ella amaba y ansiaba ser la protagonista.
Al terminar de leerlo, el penúltimo día era su último evento social, el Baile de la Rosa Nevada, Apple no entendió el porqué ahí ponía primer baile con Daring, obligatorio.
"Mamá, esto está mal" Le dijo, pues ya ni siquiera estaba saliendo con él.
Blancanieves molesta replicó. "¿Qué dices qué está mal, Apple?"
"Mi baile con Daring, mamá ya no estamos-"Fue cortada antes de que pudiera terminar la frase con que ya no estaban juntos.
"Shhhhh, no está admitido que no estés con él, es tu príncipe prometido y os casaréis algún día, así que ve haciéndote a la idea. Vais a bailar románticamente como pareja de enamorados el primer baile de la noche, no hay discusión" Este espectáculo entusiasmaría al Primer Ministro y le bajaría la guardia para cuando fuera el momento idóneo de comenzar el plan de sustituirle.
"¡No quiero hacerlo! No estamos enamorados ya, ni siquiera nos hablamos ahora" Apple alzo un poco la voz, queriendo que la entendiera por una vez.
Al escucharla hablarla así, Blancanieves no se pudo creer ese tono con ella después de tantos años, no podía con la desobediencia está como si otra vez fuera una niña pequeña y tuviera que apretarla fuertemente las mejillas para que aprendiera a respetar y acatar a los mayores. Porque ella siempre tenía razón y punto.
"¡Solo haz lo que te ordeno y no estés en desacuerdo!" La gritó impertinentemente y Apple instantáneamente le salió colgar a su madre con la palabra en la boca. Aquello sabía que la habría molestado tanto, pero no quería hablar más con ella esta noche.
Una vez sin escuchar la voz agobiante y autoritaria siempre de su madre en su oído, la princesa rubia pudo relajar su cuerpo y mente de la siempre horrible llamada con ella. Faltaban escasos días para las vacaciones de Semana Santa y parecían las peores de su vida, si ya estar en el palacio con la reina era agotador mentalmente, teniendo que interpretar delante de ella otra chica completamente distinta para agradarla, ahora tener casi todo el protagonismo en los eventos sociales y a su lado sería aún peor. A Apple le comenzó a doler la cabeza de solo pensar en su madre, en su nueva agenda social, en baile con Daring… Se marchó a la cama sintiéndose con la cabeza a punto de explotar con tanto sobre pensar.
A la mañana siguiente la royal se seguía encontrando mal con dolor de cabeza, y decidió no ir a clase ese día. Raven supo al segundo que eso solamente lo podría haber causado una llamada telefónica con su madre, la abrazó rápido y le ofreció una aspirina antes de bajar a desayunar. Mientas Milton, esperando siempre ver a la princesa rubia puntual llegando a la cafetería, se comenzaba a impacientar y preocupar, como siempre que parecía que ella se retrasaba. Así que no fue extraño ya para nadie cuando Raven al entrar con Maddie, fue preguntada inmediatamente por la ubicación de su compañera de habitación.
La chica Queen sonrió al escuchar su preocupación siempre latente por su amiga y antes de saludar a su novio, le respondió por supuesto para calmarle. "No va a venir a clase hoy, le duele la cabeza, tuvo una llamada ayer con su madre y yo creo que Apple se enferma siempre que la llama"
Milton entendió perfectamente por qué se encontraría mal entonces, había visto de primera mano como se comportaba Blancanieves con ella. De una forma controladora, fría, egocéntrica de solo importaba lo que ella hacía o dijera… Recordaba a su madre y era tan diferente en todos los sentidos a esa reina. La princesa rubia merecía besos amorosos, atención y preocupación maternal, consolación cuando algo fallaba y no salía como quería, una madre real. En cuanto terminara el día, iría a verla cómo se encontraba lo más bonito de EAH, mientras estaría como últimamente estas semanas, pensando en ella, en su mente hasta verla.
Llegó la clase de entrenamiento y cuidado de criaturas mágicas y mientras el profesor Hubert les explicaba una clase teórica sobre el ave fénix, Milton apenas podía escuchar con Daring Charming hablando de su cumpleaños junto a todos sus amigos después de haberlo celebrado en su reino oficialmente. Había saludado a todos sus ciudadanos desde el balcón del Palacio Charming junto al rey, sus padres y sus dos hermanos, y después su abuelo había planeado una gran cena de gala donde invitó a mucha representación de organizaciones juveniles del país, así como jóvenes que habían destacado en el deporte, el arte o la cultura. También otras 200 personas de la misma generación del príncipe procedentes de todos los municipios del reino. Junto a amigos royals príncipes y princesas de EAH que hicieron su aparición ahí también.
A Milton, la princesa rubia que fue invitada junto a su madre, le contó lo aburrido que fue el cumpleaños institucional, pomposo y regio el día 5 de abril pasado. Muy formal y protocolario. Pues los verdaderos cumpleaños de Daring, los celebraba en privado, alquilaba un local en la Villa Final del Libro después de volver de su reino y era una fiesta más divertida y juvenil que la que organizaba la Familia Real Charming. Mañana, celebraba esa noche de descontrol y diversión en su honor, y por supuesto solamente había invitado a royals de alta cuna siendo el clasista que era. Además, se regodeaba de ello cuando al terminar la clase mientras regresaban a la escuela, se cruzó con Milton, una persona que ya de por sí le irritaba porque Apple le prefería sobre él.
"¿Te gustaría qué te invitará, sabelotodo? Va a ser la mejor fiesta del año, una pena que solo puedan ir miembros de la realeza y nobleza, Apple tendrá que venir solita, es un poco tonta, pero pronto se dará cuenta de que ya tiene un príncipe queriéndola" Comentó sonriendo burlonamente cortándole el paso.
Daring Charming quería molestar a Milton y aunque él no quería picar su anzuelo no pudo evitarlo, pues acababa de menospreciar de nuevo a la royal. "Tú no quieres a Apple, por lo que es, por su fuerza, resistencia y vida humilde que quiere vivir. Tú quieres a Apple por lo que no es solamente, una princesa bonita con un precioso vestido"
Aquellas palabras siendo valiente a contestarle y dirigirse a él, le divirtieron y enojaron a la vez a Daring, un royal de bajo status se atrevía a tanto y en público.
"¡Tú eres una aventura!¡Una cosa pasajera! ¿No lo sabes? ¿Debo dejarlo claro? Ya tiene un príncipe encantador por qué querría algo de ti de verdad" Le gritó en la cara para que supiera cuál era su sitio.
A Milton le gustaba pasar desapercibido, pero no podía callarse ya con este príncipe arrogante, aunque incluso se estuvieran acercando algunas personas a ver qué discutían y comenzarán a mirarles, no podía evitar callarse ya ante él. "Piensas que es una tonta, que puedes moldearla como quieras, pues de tonta no tiene nada, es muchísimo más inteligente que tú"
"¡Estás completamente loco! Qué delirio y confusión tienes, es muy triste. Y ahora que estamos aquí, ¿aclaramos las cosas? Apple solamente ha leído demasiadas novelas románticas y cree que esto es la trama de un libro de cuentos, el curso terminará en menos de dos meses y te volverás a Oz, y a ella le importará una mierda realmente tu marcha"
Muchos estudiantes estaban mirándolos, tan interesados encontrando por fin algo contra el aburrimiento ante el espectáculo que estaban haciendo. Algunos solo observaban, otros comentaban sobre quién ganaría en esta pareja de tres y otros grababan como Blondie Lockes en directo desde ig el triángulo amoroso que sorprendentemente se había formado, nadie sabía cómo. Entre Daring Charming el capitán de libroball, Apple White la presidenta del Consejo Estudiantil y Milo de Oz, el nuevo estudiante de intercambio.
"¡Podrías vivir 100 vidas y nunca merecerla! ¡En ninguna de ellas!" Milton le aseguró haciendo que le hirviera tanto la sangre al príncipe rubio.
Daring apretó los puños y comenzaba a descontrolarse y querer usar fuerza física en este asunto de qué mierda sabría un pobre y sabelotodo ratón de bibliotecas sobre él o ellos, sin embargo, antes de que pasara algo, vinieron a interponerse entre ellos.
"¡Detén esto Daring! Ya te has divertido bastante, nos vamos" Se alzó la voz de Dexter Charming mientras se abría paso entre el tumulto de estudiantes.
Milton observó al príncipe castaño tirar del brazo de su hermano y los vio alejarse hacia el interior de la escuela, mientras Daring se soltaba del agarre de Dexter y caminaba solito.
Los videos tardaron escasos minutos en ser la noticia viral entre los estudiantes, que lo comentaban en cada clase, en la cafetería… Milton estaba avergonzado un poco cuando Madeline se lo enseño desde la cuenta del Espejo Blog, Blondie Lockes hasta había escrito: "Damas y caballeros, que comience el espectáculo" e incluso había comenzado a hacer encuestas. Algo le aliviaron sus amigos diciendo que le apoyaban a él, los votos en instagram de la opinión estudiantil no estaban a su favor. A él le daba igual puesto que las redes hacia unos meses no le importaba y ahora tampoco mucho, pero no sabía que opinaría la royal sobre la discusión en público que había ocurrido esta mañana al salir de clase.
Sorprendentemente, Apple no había visto nada, seguía con dolor de cabeza, no pudiendo evitar seguir sobre pensando con todo lo que estuviera relacionado con su madre y estas horribles vacaciones planeadas hasta su último segundo antes de dormir. Milton quería contarle su encontronazo con Daring y lo del Espejo Blog, pero a ella no le importaba lo más mínimo aquel asunto ahora mismo. Y entonces supo que estaba muy mal emocionalmente, y cualquier cosa que le pasara buena o mala sentía la necesidad de tener que saberlo.
Ante su pregunta, Apple quería mentirle, pero no podía hacerlo, sentía que no podía mentirle a él mientras la miraba con una mirada tan sincera de que le importaba todo lo que la ocurría. Milton comprendió al segundo, que la princesa rubia se lo contaría, pero que no quería a alguien que le dijera qué podía hacer o debería ante su situación, solamente quería ser escuchada, lo que nunca tenía por parte de su entorno. Así que escuchaba atento en silencio todas las emociones y pensamientos que habían estado surgiendo en ella durante toda su noche.
"Mi madre ha reorganizado mi agenda social real por completo y no sé por qué quiere ahora darme su protagonismo y fama que ella adora, pero tengo como dos o tres eventos al día en esta semana y media de vacaciones. Actos institucionales, estando de pie, siendo todavía más solamente la bonita y bien vestida princesa… Además, quiere que baile con Daring. Es horrible, piensa que sabe, todos piensan que saben, pero nadie sabe cómo se siente ser yo, como soy realmente por dentro, cómo es tener el destino pensado ya hasta mi muerte, no es nada divertido, quiero ser libre y poder ser yo"
Entendía por completo sus pensamientos, pues él también estuvo encerrado en el puño de hierro de tener que ser abogado como su padre hasta que salió de eso e hizo lo que quiso. Él también pasó su vida siempre queriendo algo más, sabía qué quería decir, con querer más en la vida, porque a lo largo de los años había deseado también ser libre, tener la oportunidad de ser él durante su imposición a estudiar derecho.
"Toda mi vida, quienes me rodean esperan una reina, algo que no quiero ser, no soporto ya la idea de ser una reina y esposa solamente" Confesó por primera vez a alguien su pensamiento tan fuerte, mientras comenzaba a llorar la princesa heredera al trono de Lohr am Main.
Milton entonces la abrazó cálidamente entre sus brazos, sin importarle sus lágrimas en su camiseta, y la besó el cabello con todo su amor para ella mientras lloraba un poco.
"He estado encerrada toda mi vida, pero conocerte a ti de repente algo ha cambiado, un sentimiento que no puedo explicar, siento que eres todo lo que necesito. Soy una egoísta, Milo, pero no quiero que vuelvas a Oz cuando nos graduemos, podrías quedarte aquí, pero sé que no tienes una razón y te irás"
Aunque ella no lo sabía, Milton sí tenía una razón para quedarse, Apple White. Nunca se había sentido así antes, y debió alejarse en cuanto sabía que esto podía ocurrir, pero ella vio a través de él y sintió los latidos de su corazón. Ahora se encontraba parado aquí, abrazándola, preguntándose cómo esto pudo suceder tan rápido, no quería recuperar su edad para nada, no cuando había encontrado un amor por el que merecía la pena ser tonto e irresponsable y hacer lo imposible posible. No podía dejarla sola otra vez, tan rodeada de lobos feroces que querían comerla como su madre, Blancanieves o Daring Charming entre otros.
Después de meses, lo siento, subo el capítulo nuevo, el número 20, que coincide también con el aniversario de un año con esta historia. Lamento tanto haber tardado, espero que no hubierais pensado que lo dejé como a veces hacen escritores y es triste con el potencial de muchas historias.
Muchass graciass por vuestros ánimos a que continuará y vuestros comentarios apoyando la historia, espero que os haya gustado el capítulo algo más largo para compensar estos meses de ausencia.
