~Tres años atrás~
Mimi alzó su mirada para observar atentamente la montaña frente a ella. Se mordió el labio inferior, estaba demasiado alta, parecía no tener fin.
Pasó sus manos por la delicada cuerda y cinturon de arnés que la sostenían.
Suspiró.
Aún no sabía como rayos había aceptado a hacer esa actividad. En realidad sí.
Últimamente las cosas estaban tensas en el internado y había buscado alguna actividad (lejos de aquel lugar) que distrajera a su novio de toda la situación que estaban viviendo.
Sora le había propuesto una actividad interesante que Yamato amaba.
Subir la montaña.
Actividad que ella había aceptado al creer que trataba de una caminata, pero grande había sido su miedo al darse cuenta que trataba de escalar y no de una caminara.
Suspiró.
—Hey.— La voz de su novio la llamó y cuando volteo se encontró con él— ¿Qué te sucede? ¿Estás cansada?
Mimi hizo una mueca— Un poco.— Respondió—Siempre dije que era mala para los deportes.— Comentó Mimi.
Yamato simplemente dio un paso al lado y rodeo a la castaña entre sus brazos— Tranquila, no te caerás mientras esté yo aquí.
La Tachikawa hizo una mueca y observó todo lo que habían escalado hasta el momento.
—¡Hey!— El rubio la llamó— No mires para abajo, sentirás más fatiga.
—Fatiga es lo que siento desde que comenzamos a escalar.— Respondió la castaña.
El Ishida simplemente rodó los ojos— Eres exagerada Tachikawa.
—¿Exagerada?— Preguntó la castaña— Claro que no.
—Si lo eres.— Contestó Yamato y lle hizo una seña a la chica para que continuaran escalando.
Mimi hizo una mueca mientras continuaba— No soy exagerada, simplemente expreso lo que siento através de mis palabras.— Comentó mientras daba un gran pasó en alto.
—Mira que curioso, antes no expresabas lo que sentías en palabras conmigo, porque ni me hablabas.— Comentó el rubio.
La Tachikawa rió— Eso eran otros tiempos.— Respondió la castaña— En los cuales no podía hacerlo porque era tímida.
—¿Tímida?— Preguntó Yamato— Solo conmigo lo eras, con los demás hablabas normal.
—Bueno, eso se debía a que...— Mimi volteo hacia él— Antes me colocaba nerviosa tu presencia.
Yamato se detuvo y se posó a su lado acercando su rostro— ¿A sí?— Entrelazó sus respiraciones— ¿Ahora no?
Mimi simplemente sonrió— Ahora creo que es al revés.— Dijo antes de rosar sus narices.
Yamato rió— Ya te gustaría.
La castaña simplemente negó y continuo subiendo— Ya que estamos hablando, dime ¿por qué si también te gustaba tú nunca me hablaste?
El rubio se mordió el labio inferior mientras continuaba subiendo— ¿No?— Preguntó— Claro que sí, es simplemente que tú escapabas.
—No es cierto.
—Si lo es.— Respondió el oji-azul.
Mimi hizo una mueca— Bu-bueno, co-como dije me colocaba nerviosa.
Yamato sonrió ante esto, aún no podía creer que su novia le hubiera propuesto esta actividad. Sabía que últimamente no andaba muy atento a su relación, pero agradecía que ella estuviera dispuesta a hacer todo lo posible por hacerlo sentir bien.
—Eras la única chica que no parecía estar interesada en mi.— Comentó el rubio— Tal vez eso te hacia especial.
Mimi sonrió ante esto, le gustaba saber esto.
—Bueno no negaré a que quizás si tenía miedo.
—¿Miedo?— Preguntó Mimi— ¿A qué?
—Mira ya vamos a llegar.— Respondió el rubio señalando un lugar en lo alto.
—Espera...—Respondió la castaña— Miedo ¿a qué?
Yamato se detuvo y volteo a ella—¿Qué no es obvio?— Preguntó.
Mimi negó— No sé, dime ¿a qué le tenías miedo?
—Cuando lleguemos arriba te respondo.— Contestó el rubio.
—¡Hey! No es justo.— Exclamó la castaña antes de comenzar a subir con toda rapidez.
Luego de unos segundos, Yamato llegó al final seguido de la castaña, el rubio apenas se colocó de pie extendió su mano para ayudar a la chica a llegar.
—¡Hey! No es justo.— Exclamó Mimi tomando su mano— No me has respondido ¿a qué le tenías miedo?
—¿Aún no logras decifrarlo?— Preguntó el oji-azul.
Mimi negó.
Yamato suspiró— Bueno considerando que eras la única chica que me ignoraba y que se alejaba de mi, tuve miedo de que también fueras la única en rechazarme.
—¿Qué yo te rechazara?
El rubio asintió.
—¿Y por qué pensaste eso?
—Bueno, ya lo dije, eras la única que se alejaba de mi.
—Pero yo nunca hubiera hecho eso.— Respondió la castaña— Ni loca lo hubiese hecho.
—¿A sí?— Preguntó el rubio y la tomó de su cintura para acercarla hacia él— ¿Por qué?
—Porque para mi siempre has sido tú.— Respondió Mimi envolviendo sus brazos en su cuello— Solamente tú.— Contestó antes de unir sus labios en dulce beso.
~Actualidad~
Mimi abrió su ojos al escuchar su alarma resonar en toda su habitación.
¡Bip, bip!
¡Bip, bip!
¡Bip, bip!
Alzó su mano y la apagó.
Suspiró.
Estaba super agotada.
Llevó sus manos a su rostro, no sabía en que minuto se había quedado dormida, observó a su alrededor su hermana no estaba, tampoco Takuya. No le sorprendía, cada quién debía estar en su departamento descansando.
Se mordió el labio inferior.
¿Por qué rayos tuvo que despertar?
Aquel sueño-recuerdo había sido super agradable, no quería tener que enfrentarse de nuevo a su cruel realidad, pero era consciente de que debía hacerlo y no por ella, si no que por...
Natsumi.
—Por Taichi nunca volveré a sentir algo.— Declaró la Takenouchi mientras recostaba su cabeza en las rodillas de Hikari, quién masajeaba su cabello en señal de consuelo— Luego de todo lo que hizo en verdad es un desconocido para mi y no lo digo solo porque me haya engañado.
La Yagami hizo una mueca ante esto, ya que aunque le costara trabajo debía admitir que ella también desconocía a su hermano, todo lo que había hecho estaba mal, mejor dicho pésimo. No sólo se había involucrado con Catherine, si no que había ayudado a Nene a jugarle una mala pasada a Izumi y Takuya, quién se suponía que era unos de sus mejores amigos de la vida, y ni siquiera se había dignado a dar la cara, a pesar de que sabía que él estaba sufriendo, prefirió quedarse callado para ocultar su error lo cual estaba mal, ya que, con todo lo que había hecho perdería a Sora de una u otra forma luego de haberla engañado ¡Y más encima no se quedó solo en una vez! La pelirroja los había visto en pleno acto.
—Mi hermano ha tomado malas decisiones en su vida.— Hikari suspiró— Y sin duda esta es una.— Dirigió su mirada hacia la Takenouchi— Lamento mucho lo que ocurrió, en verdad, tú no lo mereces.
—No te lamentes.— Habló Sora— Tú no tienes la culpa, al contrario el culpable fue él y tal vez...
—¿Y tal vez?
La pelirroja suspiró— También culpa mía, en parte.
Hikari alzó una ceja— ¿Por qué dices eso?
—Porque me abanderé mucho con lo que ocurrió con ustedes, lo dejé sin más y quizás, por eso fue a los brazos de otra chica.
—No, Sora.— Respondió la castaña— Lo que ocurrió esa vez fue algo que debía ocurrir, finalmente Taichi terminó de molestar a Takeru y "mejoró" en parte su comportamiento, sin embargo, esto que ocurrió es simplemente algo que él solo se lo buscó.
Sora se mordió el labio inferior, la castaña tal vez tenía razón, sin embargo, enserio sentía que de alguna forma era su culpa.
—Lo peor de todo es que fue con Catherine.— Apretó el puño— ¡Catherine!— Recalcó ese nombre— Mientras yo temía por lo que podía ocurrir con Takeru, esa chica terminó haciendo caer a mi hermano en sus garras.
La pelirroja suspiró, la verdad de las cosas es que ese dato era el que más la molestaba, porque a diferencia de sus amigas, ella siempre vio el lado positiva de la francesa, le agradaba, se llevaban bien y creía que ella la estimaba, porque siempre intentaba incluirla en diferentes actividades como organizaciones de fiestas, antes de irse Catherine pertenecía al comité y ambas se llevaban bien, muchos la consideraban una chica creida, sin embargo, ignoraba esto e intentaba ser amable con ella, así como lo era con los demás.
—Estoy segura que esto lo hizo fastidiarme.
Sora suspiró, no sabía si eso era verdad o no, lo único que sabía era que ya no volvería a confiar a Taichi.
—Aunque lo haya hecho para molestarte nada quita que Taichi haya caído y que yo...—Tragó saliva— Nunca más...—Habló— Nunca más volveré a confiar él.
Este dolor era insoportable.
Su corazón estaba herido y dudaba que eso se resolviera pronto.
¡Esto era el colmo!
Tomoko se mordió el labio inferior y se cruzó de brazos.
¿Cómo rayos Rumiko podía ser la directora del internado si vivía saliendo?
Ya se esperaba que fuera irresponsable, pero nunca imaginó que tanto, al primer problema salía corriendo. Pero si era sincera, tampoco le sorprendía, Rumiko era cobarde, siempre prefería escapar o esconderse tras otros para momentos difíciles.
¡Toc, toc!
La puerta sonó, sacando a la oji-azul de sus pensamientos.
—Adelante. — Exclamó la Kimura.
A los pocos segundos la puerta se abrió y ante sus ojos apareció aquella chica tan parecida a su antigua mejor amiga, Satoe Tachikawa.
—Permiso.— Musitó Mimi al ingresar—Sub-directora Tomoko, mi hermana dijo que quería hablar conmigo hoy.
Se suponía que ambas directoras iban a hablar con ella, sin embargo Rumiko no estaba, algo que en sí era bueno, después de todo sabía que no esa mujer no sabría gestionar bien esta situación, sobre todo cuando se trataba de la hija del hombre que quería y que la había rechazado— Si Mimi, te estaba esperando.
La Tachikawa cerró la puerta tras ella y se acercó al escritorio.
—Toma asiento. — Tomoko señaló una silla.
Mimi simplemente asintió y se sentó.
Estaba nerviosa, sin duda. Su hermana le había dicho que fuera a hablar con Tomoko, porque ella podría ayudarla, así como lo había hecho con ella y su situación de la semana pasada. Sin embargo, esto no quitaba que tuviese un poco de temor, porque ella era muy amiga de Natsuko Ishida, madre de Yamato.
Tomoko analizó a la chica, era evidente por las expresiones de su rostro que estaba un tanto incómoda— ¡Hey! No tienes por qué sentirte nerviosa. — Le musitó— Todo estará bien.
—¿E? — Balbuceo Mimi, no esperaba que fuera muy notorio su nerviosismo— Dis-disculpe señora Tomoko, pero usted me entenderá esta situación no es muy…—Bajó la mirada hacia sus rodillas y con sus uñas arrugó su falda— No es muy simple de sobre llevar cuando todos te critican.
Sí, eso lo sabía más que nadie Tomoko Kimura, ella muchas veces había vivido esa situación, desde que su esposo se había encargado de hacerle creer a todos que era una drogadicta.
—Muchos dicen cosas.— Habló la mujer— Muchos opinan, muchos dan argumentos en pro y contra, pero la verdad es que a mí me importa lo que dices tú.— Tomoko entrelazó los dedos de su mano— Quiero saber la raíz de todo ¿qué ocurrió contigo? ¿cómo es posible que todo esto haya ocurrido?
Sabía que ella no era quién para preguntar, pero quería ayudarla, darle su apoyo, sin embargo, para hacer eso debía saber todo y lo mejor era ir de frente, no quería que otra chica tuviera que pasar algo similar a lo de ella.
Mimi suspiró y bajó la cabeza, era primera vez que alguien le preguntaba o se disponía a escuchar toda su versión de los hechos luego de saber aquella verdad— Es un tema complicado, pero...—Se Apretó su puño— Todo se relaciona con mi padre.
—¿Tu padre? — Repitió Tomoko y en ese minuto no fue necesaria la explicación, todo tuvo sentido.
Keisuke Tachikawa era igual o peor que Kousei Minamoto.
Mimi asintió.
—Mi padre quiso que abortara y me llevó a una clínica.
—¿De ahí salió la cita médica que Ryo envió?
Mimi asintió— Pero fue contra mi voluntad.— Respondió—Gracias al cielo que no estaba en el tiempo apto para hacerlo, tenía más de tres meses, así que no podía hacer nada, aunque eso no quitó que tuviera todo en secreto, literalmente me aisló de todo y planeó quitarme a mi bebé cuando naciera.
—¿Y lo hizo?
—No.— Respondió la castaña— Mis hermanos y yo logramos crear un plan con ayuda de una amiga para cuidar a mi bebé.— Suspiró— La di en adopción a una conocida y le pagamos a la matrona para que le dijera a mi padre que había muerto.
—¿Y se lo creyó?
Mimi asintió— Si. — Contestó— Fuimos precavidos para evitar que se diera cuenta del engañó y funcionó, muy pocos supieron de mi embarazo, pude mantener a salvo a mi hija y pues…—Respiró profundo— Siempre tuve en mis planes decirle a Yamato sobre nuestra hija, para poder hacer algo juntos, para que me ayudara.
—¿Y por qué no lo hiciste?
—Lo intenté. — Respondió la castaña— Desde que volví intenté explicarle todo lo que había ocurrido, decirle la verdad, pero siempre se presentaba una situación que lo impedía. — Habló— Y sé que no es excusa, pero debo admitir que fui cobarde, muy cobarde tuve mucho miedo de lo que podía pensar él, pero sobre todo su familia, tuve mucho miedo de sus padres, no quería pasar otra vez por todo lo que pasé con mi padre en todo embarazo, no quería tener que temer por la vida de mi hija otra vez, no quise ponerla en riesgo o que la alejaran de mi otra vez.
—¿Sabes? Natsuko bastante enojada a hablarnos de esta situación, a decir cosas contra ti.
—Ya me lo esperaba. — Musitó Mimi, Izumi muchas veces le había hablado de lo cruel que podía llegar a ser Natsuko, de lo mala madre que era y que no le importaba ver más que por ella—No debe estar agradada de saber que tiene una nieta y no lo digo por el engaño, de seguro es porque ahora su hijo quedó en vergüenza frente a toda la sociedad.
No era necesario dar muchas explicaciones, tanto Tomoko como Mimi se habían criado en ese círculo social de mentiras y apariencias, donde tristemente ocurrían este tipo de cosas, ya que muchas veces los adolescentes quedaban solos a la deriva, sin la atención de sus padres, libres para cometer un error y luego ser criticados por ellos mismos.
—Aunque queda más que claro que la vergüenza soy yo. — Habló la castaña— La mentirosa, la mala madre y la chica renegada de sociedad.
Tomoko se mordió el labio inferior al escuchar esto, toda esa escena le estaba trayendo un deja vú.
~Años atrás~
—Tomoko no puedes renunciar a todo lo que poses. — La adulta madre de Tomoko habló preocupada.
—Me gustaría no hacerlo, pero no tengo opción. — Habló la Kimura— Por más que quiera no puedo continuar luchando, Kousei ya tiene todo lo mío y aunque siguiera con esta idea del juicio, es imposible que obtenga algo. Ante todos soy la drogadicta, la mujer renegada de sociedad, la mala esposa y sobre todo la mala madre.
—No eres eso que dices. — Habló su madre— Quizás eso es lo que todos creen de ti, pero tú sabes que eso no es verdad y que jamás lo va a ser. No puedes rendirte, menos ahora, no dejes que Kousei gane.
—Madre, aunque me duela admitirlo él ya no ganó hace bastante. — Musitó la oji-azul— Cuando me quitó a mis hijos, cuando logró internarme en esa clínica, cuando me dejó en la calle, cuando…—Bajó la cabeza— Se divorció de mí.
Hitomiko observó a su hija, en verdad se sentía culpable, su esposo y él habían organizado ese matrimonio creyendo que era la mejor opción para su hija ¡Qué gran error!
—Además no puedo seguir con esta lucha. — Habló Tomoko— Por mis hijos, no puedo.
—Ya tienes a Koichi, si llegaras a ganar la demanda podrías tener a Kouji.
—Pero si la pierdo, también podría perder a Koichi y no quiero que eso ocurra, no puedo correr el riesgo. — Respondió la mujer Kimura— Ya me duele estar lejos de Kouji, no soportaría pasar ese dolor otra vez, no quiero que sean avergonzados por mi culpa en un futuro, no quiero ponerlos en riesgo o que me prohíban siquiera hablar con ellos. — Suspiró— Tristemente esto es lo que me tocó vivir y tendré que aprender a sobrellevar todo. — Tragó saliva— Aunque no me guste.
~Actualidad~
—Sé que nada justifica lo que yo hice y entendería que quisiera hacer lo que dice Natsuko, después de todo dudo que este establecimiento quiera lidiar con una chica que en contra sus estatutos. — Habló Mimi.
Según las normas debían realizar aquello.
Sin embargo, su abuelo y su padre los habían escrito, ella podía modificarlo, porque era la legítima heredera y así lo haría.
¡Al diablo con Kousei, Rumiko, Natsuko y todos los otros padres de sociedad!
—Bueno Mimi, Natsuko es una mujer influyente y más que nada es mi amiga, pero…—Tomoko extendió su mano— No te dejaré sola en estos momentos. — Era evidente a esa chica la habían criticado sin piedad, no había tenido el apoyo de quién debía tenerlo (su padre)
Sin embargo, ella estaba en ese lugar para ayudar a todo aquel que necesitara su ayuda, ya que esos niños y adolescentes no eran culpables si no víctimas de las malas decisiones de sus padres, así como ella lo había sido de los suyos, no dejaría que su historia se repitiera.
Mimi observó atentamente la mano de la mujer y no pudo evitar sentir un cosquilleo en su estómago, ese apoyo era el que esperó de su padre y que le hubiera gustado tener de su difunta madre.
Le alegraba que aquella Tomoko se lo diera.
Así que sin esperar más extendió su mano y correspondió a su gesto.
Damar se recostó sobre un sofá de la sala principal de su departamento, posicionó una mano en su frente y otra en su pecho.
No se sentía muy bien.
Rika al salir de su habitación pasó su mirada por su amiga—Buenos días.
—Buenos días.— Respondió la castaña sin abrir los ojos.
—¿Cómo te sientes?— Preguntó la pelirroja— ¿Sigues sintiendo el mismo dolor de cabeza de ayer?
—Si.— Contestó Damar— Me sigue doliendo la cabeza. Incluso, ahora siento ganas de vomitar.
Rika alzó una ceja sorprendida— ¡Oh! No me digas que incluso en eso serás igual que tu hermana.
La castaña abrió los ojos y alzó una ceja— ¿Igual a mi hermana?
—Si.
—¿Por qué dices eso?
—¿Qué no es obvio?— Preguntó Rika— Nauseas, dolor de cabeza ¿podrían ser indicios de un embarazo adolescente?
—¡Oh no!— Exclamó Damar y llevó sus manos a su rostro— ¡Lo que me faltaba!— Algunas veces olvidaba que su amiga en verdad podía ser hiper-mega-duper paranoica— ¿Cómo puedes creer que estoy embarazada?
—Bueno, uno nunca sabe.— Respondió la pelirroja— Los métodos anticonceptivos pueden fallar, tu hermana es la prueba ¿no?
No era ser paranoica, ni exagerada, era simplemente ver la realidad.
—Pues este caso es diferente.— Contestó la castaña.
—¿Estás segura?
—Segura.
—¿A si?— Preguntó Rika— Entonces ¿te cambiaste ese implante que está en tu brazo?
—Ese implante que está en mi...— Damar se detuvo antes de esto e hizo una mueca. Se suponía que duraba tres años ¿no? ¿En qué fechas esa cosa debía dejar de funcionar? ¿Cuando se lo había colocado? ¿Junio? Eso significaba que aún tenía tiempo.
—El silencio otorga.— Respondió la pelirroja.
—¡No digas tonteras!— Exclamó Damar antes de tomar un cojin del sofá y lanzarlo contra su amiga— Claro que no estoy embarazada.— Aunque esa cosa le hubiera fallado las cuentas no calzaban, dudaba que los síntomas comenzaran tan prontamente, después de todo en las últimas semanas con el único que había estado era Kouji, así que no habían posibilidades.
Rika rió— Bueno, solo quería molestarte amiga.— Musitó— Supongo que estás así por estar tanto tiempo sobria ¿no?
Damar asintió.
—¿Cuánto llevas sobria?
—Una semana.— Respondió la castaña— Y créeme, no sé cómo no he muerto.
—Al principio me ocurrió lo mismo.— Comentó Rika— En realidad me sigue ocurriendo, sigo despertando a media noche vomitando y temblando.— Musitó— Pero Takato me ha enseñado a hacer yoga y me ha abierto el mundo del deporte ¿sabes? nunca pensé que hacer ejercicio fuera un método tan bueno para evitar las drogas.
Damar sonrió— ¿Tú? ¿Haciendo ejercicio?— Lanzó una carcajada— Me resulta imposible de creer.
—Que mala.— Musitó la pelirroja.
Damar rió.
Rika sonrió— Me alegra verte bien.
—A mí también me alegra verte bien a ti. — Comentó la castaña— Sé que desde que llegué tú también has pasado algunas cosas y no he estado pendiente al cien de ti.
—No te preocupes. — Respondió Rika, lo suyo había sido algo intenso, pero Takato lo había ayudado mucho, junto a Takeru, Hikari, Kouji, entre otras personas. Damar no había podido ayudarla en ese momento, pero era justificable, ella también estaba mal. Y pues, tampoco le recriminaba, ya que Damar había estado para ella muchas otras veces que necesitaba a alguien, aún recordaba todos los discursos que le había dado cuando recién se había involucrado en ese mundo de drogas, cuando recién comenzó a salir a fiestas la esperaba toda de la noche a que llegase, parecía su mamá por tantos discursos que le daba, tantas cosas que hacía para que ella estuviese bien.
Suspiró.
Lamentaba no haberla apreciado en ese momento.
(Aunque también debía admitir que había algo de lo cual jamás se arrepentiría y eso era haberla encerrado esa fiesta del 2 de Abril en aquella habitación con Kouji)
Y hablando de Kouji.
—Mejor cuéntame ¿cómo te fue en la cabaña con mi primo…—Se detuvo ante esto— Con Kouji. — Corrigió.
Debido a todo lo que había ocurrido no habían podido hablar mucho.
Damar se mordió el labio inferior, ya se esperaba que Rika le hiciese esa pregunta, después de todo Rika era toda un fangirl cuando se trataba de Kouji—Estuvo bastante agradable nuestra estadía en la cabaña.
—¿A sí? ¿Kouji te trató bien?
Damar asintió— Como siempre. — Musitó— Kouji es increíble.
Rika alzó una ceja— Es increíble escuchar eso de tu boca, entonces ¿ya no estás en la parada de no querer nada con él?
—Se podría decir que no.
Rika sonrió— ¿Enserio? ¿Me estás diciendo entonces que quizás hay una posibilidad de que, al fin, estén juntos?
—Hey, tranquila, tiempo al tiempo. — Respondió Damar— Recién regrese luego de estar tres años fuera, Kouji viene saliendo de una relación, no puedo decir que nos vamos a embarcar en otra, pero si nos tenemos confianza y eso es lo único que me importa. — Saber que él estaba con ella era más que suficiente— Además, tengo muchos asuntos que resolver, tengo que organizar mis pensamientos.
Rika hizo una mueca— ¿Lo dices por lo que reveló Ryo de tu hermana, cierto?
Damar asintió— Tenemos muchos asuntos que ver, Mimi nos necesita a Takuya y a mi, debemos estar para ella.
—¿Sabes? Por más que lo pienso me cuesta mucho creer en aquello, digo ¿cómo el idiota de Ryo pudo haber revelado algo como esto?
—Es un chico que no tiene sentimientos, que no le importa nada, que ama hacer sufrir a los demás. — Respondió Damar—Lo que no sabe es que no dejaré que pase desapercibido lo que hizo.— Habló— Ni mucho menos lo que hizo Nene.— Ella había sido la que reveló el secreto de Mimi y ella no se quedaría tranquila hasta hacer justicia.
—¿A si?— Preguntó Rika— ¿Qué harás?
—Algo que debí hacer hace mucho.— Respondió la castaña.
Rika alzó una ceja.
¿A qué se refería con eso?
Tuvo intención de preguntar, pero antes de que eso ocurriera la puerta sonó.
¡Toc, toc!
Ambas amigas intercambiaron miradas ante esto y guardaron silencio.
Era evidente que ambas esperaban que la otra se levantara a abrir.
—Declaro en este mismo minuto que no me moveré de este lugar.— Musitó Damar.
—Es una pena, porque yo tampoco.— Respondió Rika recostandose en el sofá del enfrente.
¡Toc, toc!
Nuevamente sonó la puerta.
—Ve a abrir.— Habló Damar.
—Ve tú.— Respondió la pelirroja.
—Olvídalo.— Contestó la castaña—Yo estoy convaleciente.
—Bueno yo no estoy convaleciente, pero tengo flojera.
¡Toc, toc!
Otra vez sonó la puerta.
—Ve tú.
—No, tú.
Okey, esta discusión no tendría solución.
Ambas amigas intercambiaron miradas desafiantes y en un rápido movimiento, prácticamente de manera sincronizada y telepáticamente, ambas chicas realizaron un rápido piedra, papel y tijera, siendo la castaña victoriosa.
Damar sonrió— Ve.
Rika rodó los ojos— Te odio.
—Me amas.
La pelirroja se levantó— Eres de lo peor.
—Tú igual.— Respondió Damar— Por eso somos amigas ¿no?
Rika rió, en verdad extrañaba a esa chica, sus interacciones eran tan naturales y expontaneas, una relación de amistad que habían construido a través de los años la cual jamás cambiaría.
Así como tampoco cambiaría su relación de amistad con Takeru.
¡Rayos! Pensó ante la imagen del rubio en su cabeza. En verdad no le gustaba pensar en que su mejor amiga se enfrentara con su mejor amigo.
Cruzaba los dedos porque la situación hoy mejorara, ayer había sido un día de mucha tensión, ojalá hoy día estuvieran dispuestos a tener un diálogo.
Al llegar a la puerta tomó la manilla y la giró para abrir.
Rápidamente sus mejillas se tiñeron de un color rosa al ver quién se encontraba fuera de la puerta.
Aquel chico castaño de ojos cafés y mirada inocente.
Takato.
Tragó saliva, de un minuto a otro su corazon había comenzado a latir como loco.
—Hola Rika.
—Ho-hola Takato.— Respondió.
Hubo un segundo de silencio en que cual ambos sabían que venía a continuación, pero evidentemente estaba nerviosos como siempre. Fue Takato esta vez quién tomó la iniciativa y besó rápidamente sus labios.
Damar ante esto no pudo evitar sonreír, al parecer Takeru e Hikari habían hecho muy buen trabajo uniendo a esos dos.
—Me alegra verte.— Musitó el chico acariciando la mejilla de la pelirroja—Por un minuto pensé en que habías bajado a desayunar.
—¿E?— Balbuceo— No-no todavía no bajo.
—Que bien.— Contestó y extendió su mano— ¿Te parece bien si vamos juntos?
—¿E?— No pudo evitar titubear y pasó levemente su mirada por su amiga.
Damar simplemente le guiñó el ojo, la verdad era que no iba a bajar a desayunar, porque apesar de que estaba con dolor de cabeza y nauseas debía resolver otro problema con urgencia.
Rika sonrió ante la acción de su amiga y volteo hacia Takato— Claro, vamos juntos.
—Genial.— Musitó el chico.
Fue así como la pelirroja tomó su mochila y volteo levemente a su amiga— ¿Nos vemos en clases?
Damar asintió.
—Adiós.
—Adiós.
Fue así como Rika cerró la puerta tras ella y fue Takato quién tomó su mano.
La pelirroja alzó una ceja sorprendida, acto que no pasó desapercibido para el castaño.
—¿No te molesta si tomo tu mano, cierto?
—¿E?— La verdad era que jamás había hecho eso, suponía que andar de esa forma en el internado (y no a solas) era de alguna forma formalizar su relación ante el resto y pues, jamás lo había pensado, pero no le molestaba hacer aquello con Takato— N-no, no me molesta.
Takato sonrió y fue así como la pelirroja entrelazó sus dedos, rápidamente depositó un beso en sus labios y sin decir más ambos se dispusieron a caminar.
Ryo a los lejos observó la escena y tragó saliva, en verdad quemaba ver a la chica de sus sueños en los brazos de otros.
Lamentaba absolutamente haber sido tan idiota y haber preferido seguir por su mal camino en vez de convertirse en aquella persona que estuviera con ella, que la ayudara a sobrellevar sus problemas y que la apoyara en todo.
"Creo que ahora en verdad no te debería quedar dudas de porque prefiero a Takato antes que a ti"
"Porque, él a diferencia de ti no disfruta del sufrimiento de los demás. Takato es un chico de buenos sentimientos y no es vengativo, todo lo contrario a ti que mirate ahora estás disfrutando de hacerle el mal a otros"
Ryo se mordió el labio inferior.
¿Enserio era feliz haciendole la vida imposible a otros?
"¿y qué? Luego de esto no serás ni más respetado, ni más querido, al contrario cada vez más eres rechazado"
Le dolía admitirlo, pero Rika tenía razón, jamás había ganado algo por eso, al contrario había perdido a todas aquellas personas que algunas vez fueron parte importante de su vida, sus amigos.
Yamato, Takuya, Kouji, Taichi...Y muchos otros más que no simplemente lo habían bloqueado de su vida.
"Mucha, pero mucha pena, porque en verdad tus adicciones, tus ambiciones y tu maldad te están convirtiendo en una escoria que nunca tendrá ni amor, ni cariño, porque, en vez de luchar por obtenerlo, le jodio la vida a todos los que quisieron brindarte su apoyo, pero sobretodo arruinaste tu propia vida y lo peor de todo es que eres consciente de eso"
En su totalidad, Rika tenía razón.
Era un miserable, ya no tenía vuelta, él era un chico que ya había cabado su propia tumba.
Yamato salió de su habitación y Taichi quién se encontraba sentado en un sofá alzó su vista.
Ambos intercambiaron miradas, pero el rubio rápidamente la desvió para comenzr a caminar en dirección a la salida.
¿Esto era enserio?
Taichi rodó los ojos.
—¿Me seguirás ignorando?— Preguntó el castaño.
—Es lo que te mereces.— Respondió Yamato.
¡Lo que le faltaba!
Que el rubio también le hiciera la ley del hielo por algo que en verdad no era su culpa.
Lo de Catherine si era su responsabilidad, por eso Hikari y Sora le habían hecho la cruz, sin embargo este secreto de Mimi no lo era, así que el rubio no tenía porque estar enojado con él.
—No, no me lo merezco.— Habló el castaño—La única razón por la que callé fue porque Mimi me lo pidió.
—Aunque Mimi te lo hubiera pedido debiste habermelo dicho, era tu mejor amigo.
—Eso quise hacer, pero no pude, no solo fue Mimi si no Takuya y Sora también, ellos no querían que te lo dijera. Y pues, yo venía saliendo de una situación con Sora, quería demostrarle que no era el mismo por eso callé.
Yamato lanzó una carcajada irónica— ¿Y de qué te sirvió?— Preguntó— Si de igual forma demostrarte ser él mismo o peor que antes.— Volteo hacia él— Al acostarte con Catherine.
Taichi alzó las cejas sorprendido— ¿Cómo?
—¿Acaso creíste que no me iba a enterar?— Cuestionó el Ishida— Las noticias vuelan en este lugar, todos ya saben que tuviste algo con esa chica.
El castaño se mordió el labio inferior, no esperaba que eso fuera así.
—Al parecer no soy el único que has engañado.— Musitó Yamato— Primero le haces esa jugarreta a Izumi con Takuya, engañas a tu novia, te acuestas con la peor enemiga de tu hermana y ahora me escondes algo a mi, dime ¿tengo algo más que añadirle a tu expediente?
Taichi frunció el ceño— Perdón ¿y tú quién rayos te crees que eres para sacarme en cara lo que hago o dejo de hacer?— Preguntó— Tú igual has hecho cosas malas.
—Si, he hecho varias cosas que no me enorgullecen.— Respondió el rubio— Pero a diferencia de ti no busco andar escondiendome en la excusa de que todo es por mi novia o mi hermana.
Taichi apretó su puño— No busco utiliar eso como excusa, simplemente es la verdad.
—Eso es lo que dices, pero bien sabes que tengo razón.— Contestó Yamato— Te acostaste con Catherine, porque Sora te dejó, ocultaste lo de Catherine porque volviste con Sora y no querías decepcionar a Hikari, aceptaste sus chantajes para no decepcionarlas y a eso se le suma que decidiste esconderme un secreto tan importante a mi porque tu novia te lo pidió. Dime ¿qué clase de chico eres?
—Bueno, lo que se relaciona con Catherine tiene sentido, pero lo tuyo es otro tema, Yamato las cosas no son como parecen.— Habló Taichi— Aunque te enfades con Mimi ella no tiene la culpa.
—No la defiendas.— Respondió Yamato— Después de todo ella es tan mentirosa como tú. Ahora que lo pienso personas como ustedes se cubren las espaldas ¿no?
—No compares lo mío con lo de ella...— Habló el Yagami— Yo hice todo mal por idiota, pero ella...
—Lo hizo para reírse de mi.
—No, Yamato, escúchame no...
—¡No quiero escucharte!— Yamato lo interrumpió— Inclusive ni sé que rayos hago hablando con un traidor como tú.— Habló el oji-azul antes de levantarse del sofá y tomar sus cosas.
Estaba tan enfadadado con él, así como estaba con Mimi, Takuya, Sora, Damar y muchas otras más personas que sabían aquel secreto.
—¿Terminaste con Izumi?— Preguntó Kouji sorprendido.
El moreno asintió.
El oji-azul alzó una ceja, no esperaba aquella declaración, al contrario, luego de saber de aquel engaño (incluso desde antes) supuso que esos dos durarían mucho, o al menos lo creía a base de los sentimientos que ambos decían tener.
Aunque luego de todo lo que había ocurrido era de esperarse.
—Duraron la nada misma.
—No te burles.— Respondió el moreno.
—No me estoy burlando.— Contestó Kouji serio y sin interés— Solo digo la verdad, duraron ¿cuánto? ¿Unos días? ¿Una semana?
Takuya hizo una mueca— Bueno, duramos más que la última vez que lo intentamos.— Suspiró— Pero no sirvió de nada, ahora terminamos...— Llevó sus manos a su cabello— Y esta vez es para siempre.
—Eso mismo dijiste la última vez.— Respondió el Minamoto.
—Bueno, esta vez es para siempre.
Kouji rodó los ojos, eso mismo había dicho él sobre su relación, mejor dicho acercamiento con Damar y aquí estaban.
Juntos otra vez.
—Izumi no me va a perdonar por haberle mentido.— Habló Takuya y aunque lo perdonase, ya estaba cansado de arrastrarse por esta situación.
—No es para menos, luego de como Ryo rebeló las cosas quedaron como los malos de la película.
—Pero no lo somos.
—Lo sé, sin embargo, los demás tienen la versión corta y debido al enojo que sienten dudo que quieran escuchar su versión de la historia.
Si, lo sabía y era lo peor, porque habían enojos que duraban para siempre.
Takuya suspiró—No sé cómo solucionaremos esto.
Kouji hizo una mueca, a Damar le podía dar palabras de aliento, pero a Takuya jamás le había dado una, al contrario, él tendía más a criticar al moreno que ayudarlo.
—Bueno, como le dijo mi madre a Damar tendrán que ser precavidos para remediar esta situación y hacerle ver a los demás o al menos a Yamato que no lo hicieron por un mal.
Takuya hizo una mueca y alzó su mirada hacia su amigo— Claro que no, lo hicimos por un bien.
—Lo sé, Damar ya me comentó de la situación.— Respondió Kouji serio— De alguna forma tenían que cuidar a Natsumi ¿no?
—Yamato no entiende eso.
—No es para menos, también comprendo que no se sienta bien ante un engaño a nadie le gusta que le mientan.
Si, eso estaba más que claro.
Takuya se mordió el labio inferior y observó a su amigo, él podía hablar de su experiencia, finalmente él también había engañado.
Hizo una mueca.
Junto a Izumi lo habían engañado y producto de aquello habían discutido, quizás no era situación similar a esta, pero de igual forma implicaba un engaño y pues, tenía razón a nadie le gusta ser engañado.
—Otro más que no estará feliz al saber de un engaño es Koichi.— Musitó Takuya.
Kouji hizo una mueca, a Koichi le habían omitido información (lo mismo que engañar)
—¿Cuándo le dirás que te fuiste con Damar a la cabaña?— Preguntó el castaño.
—No estoy seguro en decirle.— Respondió Kouji.
—Bueno en algún momento te lo preguntará.
—¿Ya lo hizo?
—¿Y no le dijiste?
Kouji negó.
—¿Y se lo dirás?— Preguntó Takuya.
—No estoy seguro.— Respondió el Minamoto.
—Creo que luego de lo que nos pasó está más que claro que ocultar las cosas por mucho tiempo no es algo bueno, finalmente cuando la verdad se sabe, sobre todo por terceros, es peor.
El Minamoto se mordió el labio inferior al recordar que este no era el único engaño hacia su hermano, al contrario, lo que sucedía con Damar era hace mucho tiempo y se remontaba al tiempo que todavía era novia de Koichi y que no sabía en algún momento se lo diría.
Suspiró.
—Supongo que en algún momento tendré que decírselo. — Musitó Kouji.
"Suponer"
Eso era lo que había dicho hace tres años.
Aún no sabía cómo afrentaría esta situación con Koichi y no quería huir por cobardía, si no que por prudencia, quería de una forma sensata decirle las cosas a su hermano, de una forma que él lograra entender y no enfadarse.
—¿Sabes? Yo debería matarte por haberte llevado a mi hermana contigo.— Musitó el castaño— Sin decirme nada.
Kouji rodó los ojos— No me digas que volverás a actuar como hermano celoso.
—Pues debería.— Habló Takuya— No me gustaría saber que le pusiste un dedo encima a mi hermana.
Bueno, no le había puesto un dedo, básicamente ambos se habían devorado a besos la última noche, pero eso ¡Jamás! lo sabría Takuya.
—Aunque así hubiera sido jamás te lo diría.— Respondió Kouji— Y no deberías estar al pendiente de eso, finalmente ya fue, ahora lo que importa es que veas por esta situación con tu otra hermana.
Takuya suspiró y desordenó su cabello— Esa situación.— Comentó— ¿Sabes? Me gustaría hablar con Yamato, pero no creo que sea lo más prudente.
—Claro que no, está enojado, es obvio que si intentas hablar con él no tendrás buenos resultados.— Habló Kouji.
—Ojalá no le dure mucho.
—Conociendo como es, Yamato, le durará bastante.— Musitó Kouji— Pero eso no debe ser tema, ahora ustedes deben centrarse en Natsumi.
Si, eso lo sabía.
Sin embargo era difícil para él estar al pendiente de tantas cosas.
Observó a su amigo y la imagen de cierta chica pelirroja vino a su mente.
Hizo una mueca al recordar que los gemelos y esa chica también estaban siendo víctimas de un engaño (Uno mucho peor)
Engaño que él conocía y que...
Pronto saldría a la luz.
Izumi observó atentamente su desayuno intentando mantener la cabeza baja. En aquellos minutos se encontraba completamente sola comiendo, estaba sin sus amigas, sin sus hermanos, sin novio, pero no era un hecho que le desagradara, necesitaba estarlo. Sin embargo aquel hecho que no pasaba desapercibido para las demás personas en ese comedor, ya que muchas miradas estaban posadas sobre ella y murmullos se escuchaban de vez en cuando.
Suspiró.
Esta situación la tenía bastante mal. En poco tiempo había perdido a su mejor amiga y al chico que quería.
Tragó saliva.
Takuya
El nombre del moreno vino a su mente.
¿Por qué otra vez el destino los separaba?
Se mordió el labio inferior.
Izumi literalmente se perdió en sus pensamientos, que ni cuenta se dio de que un chico castaño y robusto se acercó a ella—Hola.
La rubia alzó la mirada ante esto y alzó una ceja sorprendida— ¿Hola?
El chico sonrió.
La rubia lo observó de pies a cabeza, le parecía familiar aquel chico, pero no recordaba exactamente en donde lo había visto.
—Me alegra verte.— Musitó el castaño.
Izumi alzó una ceja— Disculpa, pero ¿te conozco?
—¿Acaso no me recuerdas?— Respondió el chico—Soy Jp.
—¿Jp?— Preguntó la rubia— ¿Jp cuanto?
—Jp Shibayama.
La oji-verde simplemente mantuvo la ceja alzada, en verdad no recordaba mucho de su nombre, su rostro le parecía familiar...
—Cuando ayer hablaste conmigo pensé que era porque te acordabas de mi.
¿Él había sido el chico de ayer?
—¿E? Disculpa.— Habló Izumi— Pero ayer nuestra conversación fue simplemente casual, no porque te buscara.
—¿E? S-si, lo sé, pero me imaginé que luego de lo que ocurrió la otra vez.
—¿La otra vez?— Cuestionó la rubia.
—¿En verdad no me recuerdas?— Preguntó el castaño.
La rubia negó.
—¿Estás segura?
—Disculpa, pero estoy segura, no recuerdo haberte visto antes.
El chico hizo una mueca— Espera. — Dijo antes de depositar su bandeja con comida en la mesa y buscar entre sus bolsillos su móvil, el cual sacó y luego de deslizar sus dedos encontró algo—Yo antes era...—Jp mostró la pantalla y en ella apareció la imagen de un chico de quince años bastante gordo.
—¿Este eras tú?
—Si.
Zoe leyó atentamente los comentarios— Das asco, pareces ballena, te donaría ropa, pero no te cabe...— Hizo una mueca y le devolvió el móvil— Ya me imagino lo que sigue.
—Espera.— Jp pasó su dedo por la pantalla y luego le devolvió el móvil a Izumi— Ahí tú comentaste.— Señaló un comentario de la imagen.
La rubia alzó una ceja— Los que dan ascos son ustedes, cuando odiamos mucho a alguien es porque representa algo que odiamos de nosotros mismos, dejen de molestar y dejen que él viva su vida.— Comentó— ¡Vaya! No me recordaba tan intensa.
Jp sonrió— Bueno, luego de eso algunas cosas cambiaron, pero nunca me atreví a hablarte en persona.— Habló— Hasta ayer, aunque...—Hizo una mueca— No me gustó verte llorar.
Izumi hizo una mueca ante esto y le extendió el móvil— El día de ayer no fue un día muy buen y por eso estaba así.
—Ya me imagino, terminar una relación no debe ser fácil.— Habló el chico— Mucho menos por un engaño como ese de tu sobrina y...
La rubia se mordió el labio inferior, no quería hablar con eso, mucho menos con un extraño— Si, no es fácil, pero...—Se levantó del lugar y suspiró— No quiero hablar de eso.— Fue lo único que dijo antes de tomar su carpeta y voltear— Tengo clase.
—Te acompaño.— Jp se levantó.
—No gracias.— Respondió la oji-verde— Que tengas buen día.— Fue lo único que dijo antes de alejarse.
Catherine y Nene salieron de su departamento en dirección a las escaleras.
—Otro día más.— Musitó la rubia.
La castaña simplemente hizo una mueca.
—Espero no recibir golpes, ya sería el colmo, tres días consecutivos.— Comentó Catherine quién intentaba con su ¿bufanda ocultar los rasguños que le había dejado Hikari.
Nene simplemente pasó una mirada por su amiga, pero no digo palabra, guardó silencio, así como lo había estado guardando desde que Takuya habló con ella.
"Puede que Izumi ya no vuelva a estar conmigo, pero eso no significa que cambiaré mi opinión acerca de ti, ni mucho menos mejora las cosas entre nosotros, al contrario las empeora"
Tragó saliva.
"Porque con más razones me alejaré de ti y no sentiré nada más que odio ¿y sabes por qué?"
Se mordió el labio inferior.
"Porque cada día te pareces más a la odiosa de tu madre y al paso que vas te quedarás como ella, sola, sin orgullo, arrastrandose por cariño y dinero"
¿Eso era lo que quería ser?
¿Una copia de su madre?
—Nene.— Catherine llamó a su amiga— Nene.— Nuevamente la llamó al no obtener respuesta. Hizo una mueca y tomó su brazo— ¡Nene!
—¿E?— La castaña salió de su trance— ¿Q-qué sucede?
—¿Cómo que sucede?— Preguntó Catherine— ¿Qué sucede contigo? Te he hablado hace rato y no me contestas, ayer cuando regresaste llegaste callada y pensativa ¿Qué te sucede?
—Nada. — Respondió Nene— Es solo que ayer tuve una conversación con Takuya y me…—Suspiró— Dejó pensando.
—¿Pensando?— Cuestionó Catherine— ¿En qué?
Nene se mordió el labio inferior— Pues...—Suspiró— Me dijo lo mismo que me dijo Taichi el otro día, eso de que era una arrastrada, rogando por amor y que...—Bajó la mirada— Me parezco a mi madre.
La rubia hizo una mueca— No me digas que le estás dando la razón así como casi lo hiciste con Taichi.
La castaña suspiró— Me gustaría no darsela.— Pero la verdad era que por más que repasaba esas palabras en su cabeza cada vez eran más ciertas— Le he insistido tanto a Takuya, le he rogado, he hecho hasta lo imposible, pero...—Se detuvo unos segundos— No he logrado nada.
—No lo has logrado porque Izumi se ha encargado de meterse en su cabeza, pero ahora ellos están peleados y es probable que ella ni la hora le dé.
Nene suspiró— Bueno, el otro día pensaba lo mismo, pero ya viste que Takuya hizo todo lo posible para que se reconciliaran y así fue, insistió hasta que lo logró y eso es algo que nunca hizo o ha hecho conmigo.
—Hasta ahora, Nene, no te rindas.
—Lo siento amiga, pero se me hace difícil.— Esas palabras que le habían dicho estaban clavadas en su mente— Creo que luego de esto definitivamente lo perdí, porque no solo lo fastidie a él, si no que a su hermana también y eso es algo imperdonable para él.
Catherine hizo una mueca ante esto, no quería admitirlo, pero quizás su amiga tuviese razón. Había tocado lo más preciado para él y no solo eso, por más cosas que hacia Nene parecía cada vez ser más rechazada (A diferencia de ella que por el momento estaba saliendo invicta con Taichi, porque él seguía sediendo sin mucha presión)
—Bueno, amiga, pero no tienes que sentirte triste.
—Me es imposible, definitivamente lo perdí.
—Bu-bueno quizás pierdas a Takuya, pero no deberías estar mal, después de todo él se lo pierde.
Nene simplemente se mordió el labio inferior, no se sentía bien.
—Se pierde a una chica hermosa, amigable e interesante, no mereces sufrir por él.
—Yo lo quiero.
—Bueno, pero tú tienes a muchos chicos que babean por ti, podrías facilmente rearmar tu vida enamorandote de otro.
—¿A si?— Preguntó Nene— ¿Y de quién?
—ues tienes muchas opciones. — Habló la rubia— Un ejemplo claro es Kiriha.
Ese chico.
Pensó Nene.
—Dime ¿cómo vas con la venganza de Ryo contra Kiriha?
La castaña hizo una mueca— No estoy segura, supongo que bien.
—¿Supones?
—Bueno, no puedo asegurar nada. — Habló Nene— Ryo me dijo que lo enamorara, pero no sé si lo logre, después de todo ese chico no es tan fácil, para divertirse accede, pero es evidente que es un mujeriego que no se queda con solo una.
—Bueno, ahí tienes entretención ¿e? — Musitó Catherine— Ya que Takuya no quiere nada contigo podrías cambiar tu objetivo, divirtiendote con él.
No lo había pensado.
—Y tal vez, si lo haces, hasta podrías darle celos.
Nene hizo una mueca, no estaba segura de querer hacer eso, estaba más que claro que Takuya no la quería y por más planes hiciera él no volvería. Sin embargo tal vez no estaba mal buscar otra diversión.
Damar se cruzó de brazos, las estúpidas de Catherine y Nene no se habían dado cuenta de su presencia en aquel lugar, había escuchado gran parte de su conversación y a pesar de que nada estaba relacionado con ella, si podía sacar provecho, si pensaba bien las cosas, Nene pagaría las consecuencias de lo que había provocado.
—¿Taichi le fue infiel a Sora con Catherine?— Preguntó Takeru sorprendido.
Hikari hizo una mueca y asintió— Si.— Respondió— Eso hizo.
¡Wow!
Pensó el rubio.
Jamás se hubiera imaginado que eso ocurriera, ni en sus más locas ideas.
—Y pensar que me celabas a mi por Catherine.— Comentó el oji-azul— Creo que está más que claro que ella no está interesada en tener algo conmigo.
La castaña se mordió el labio inferior—Yo no diría eso.
—¿A no?— Preguntó Takeru.
—No.— Respondió Hikari— Que haya tenido algo con mi hermano no significa que no quiero alejarte de mi lado.
—¿Por qué dices eso?
—¿Qué no es obvio?— Preguntó la castaña.
Luego de esto no podía evitar sentirse mucho más insegura de lo que ya estaba.
—Estoy segura que Catherine hizo esto para fastidiarme, no porque siente algo por mi hermano.
Takeru alzó una ceja— ¿No será muy rebuscado lo que estás diciendo?
—¿Rebuscado?— Preguntó Hikari— ¿Enserio lo crees?
—Bu-bueno, sé ambas no tienen buena relación, pero no solo te fastidió a ti con esta situación, si no que también a Sora y tú sabes que ellas tenían buena relación.— Respondió el rubio.
—Cuando uno quiere dañar a un enemigo no importan los terceros.— Habló la castaña.
Takeru alzó una ceja ¿qué comentario era ese?
—¿Crees que Catherine te considera una enemiga?
—Ahora que sucedió esto si.
—Pero, tal vez no lo hizo por eso.— Musitó Takeru— ¿No recuerdas que una vez mi hermana comentó que sentía que Catherine le daba miradas extrañas a Taichi?
Sí, si lo recordaba, pero jamás le tomó importancia, porque conocía lo venenosa que era esa chica.
—Eran solo miradas, yo estoy segura que esta vez lo hizo por mi.— Habló Hikari— Y aunque así fuera, Sora está sufriendo por este engaño y yo estoy sumamente decepcionada de mi hermano.
Takeru hizo una mueca— Bueno, un engaño jamás será algo bueno.— Él más que nadie lo sabía— Mucho más cuando se esconde algo importante que podría cambiar todo lo que das por hecho.
Hikari se mordió el labio inferior, no necesitaba mucho contexto, pero ya se imaginaba porque lo decía.
—¿Has hablado con tu hermano?
—Si, pero no mucho.— Respondió el rubio— Él está muy afectado y a pesar de que tengo muchas preguntas no he querido agobiarlo.— Suspiré— Aunque no te negaré que muero de ganas por conocer a Natsumi.
—¿Natsumi?
—Así se llama, Yamato me lo dijo.— Contestó Takeru.
Hikari sonrió— Es un lindo nombre.
El rubio asintió— Sí y Yamato me dijo que se parecía un poco a mí.
—¿A si?
—Si.
—¿Y no tiene alguna foto o algo así?
Takeru negó— Al parecer no.— Respondió— Aunque me gustaría que la tuviese, quiero conocerla.
No era para menos, a pesar de lo difícil de la situación aquella niña era parte de su familia, una nueva integrante.
Si ella había estado emocionada por las veces que Sora se hizo los test de embarazo por ser tía, ya podía imaginarse la emoción de Takeru al saber que tenía una sobrina.
—Si quieres podría hablar con Damar, quizás ella pueda hacer algo para que veas a Natsumi...
—No, gracias.— Takeru la interrumpió— Damar fue otra complice en esta historia, otra más que ocultó la verdad, dudo que quiera ayudar si se lo pido, después de todo no tuvo miedo al ocultar la verdad.
—Lo hizo por su hermana.
—Eso no quita que nos haya mentido.— Respondió el rubio.
Hikari hizo una mueca, Takeru en verdad parecía enojado y a la vez decepcionado, pocas veces lo había visto de esa forma y cuando eso ocurría literalmente se convertía en otra persona, no escuchaba, no pensaba, literalmente se dejaba llevar por la ira.
Lo mejor era dejarlo solo.
No por completo, pero esperar a que su ira bajase.
—Por cierto...— Takeru habló nuevamente— Ya que estamos hablando de ocultar cosas.— Había otro tema que debían solucionar, algo que no está relacionado con esto, pero que si trataba de ocultar algo— ¿Cuando le preguntaremos a Rika sobre esa información que Takato tenía guardada?
—No lo sé.— Respondió Hikari— Con todo lo que ha ocurrido no se me ha presentado la oportunidad de preguntarle o hablar con ella, sin embargo conociendo como es creo que es obvio que no sabe de la existencia de esos papeles, después de todo Rika es la más reaccia a hablar de esa noche, mucho más que con extraños.
El rubio hizo una mueca, no quería involcurarse en más problemas o introducirse en terreno ajeno, pero por alguna razón sentía que si lo seguía ocultando podría significar algo malo (y no era una simple corazonada) siempre que se trataba de información de esa noche las cosas salían mal, además ¿por qué rayos Takato tendría eso?
Yamato rodó los ojos al revisar su móvil, tenía miles de llamadas y mensajes de sus padres que no estaba de ánimos para lidiar con sus padres, todo lo que ocurría con Mimi y su hija era tema de él, y de nadie más.
¡Bip, bip!
Nuevamente sonó.
Rápidamente corto la llamada y se dispuso a continuar con su camino, sin embargo, no habrá dado más de dos pasos cuando su hombro chocó con el de otra persona.
—¡Ten más cuidado por donde caminas idiota! — Gritó molesto y al voltear se encontró con el mellizo de Mimi.
Apretó los dientes enfadado.
Takuya hizo una mueca— Disculpa.— Respondió de una manera seria, poco usual de él (que inclusive lo sorprendió a él mismo)—Fue sin querer.
—¿Sin querer?—Cuestionó Yamato, de la familia de Mimi podía esperar cualquier cosa— ¿Así como fue haberme ocultado a mi hija todo este tiempo?
Takuya se mordió el labio inferior, ya se imaginaba que llegaría el momento en el cual Yamato también le haría frente a él.
—¡Hey! Esto si fue sin querer, no tienes porque relacionarlo con eso.— Respondió el moreno.
—Si, puede ser que no, pero eso no quita que me hayas mentido como tu hermana.— Habló el rubio— ¿O me vas a negar que tuviste algo que ver en eso?
Takuya hizo una mueca, no buscaba tener problemas con él— Yamato, todo tiene una explicación.
—Si ¿cómo no?— Habló el rubio— Evade el tema, después de todo nada quita que hayas disfrutado verme la cara de idiota.
—Nunca quisimos eso, Yamato, simplemente queríamos proteger a Natsumi.
—¿De qué?— Preguntó el oji-azul— ¿De mí? ¿Por qué soy un peligro para ella?
—No, tú no.— Respondió el moreno— Es simplemente que tuvimos miedo de lo que otros pudieran hacer.
—Eso no justifica que me hayan ocultado la verdad.
—Lo sabemos, pero no tuvimos opción.— Habló Takuya— Y enserio deberías considerar en la idea de escuchar a mi hermana al menos, porque estás actuando de manera ignorante al no saber la verdad de las cosas.
—¿Ignorante?— Preguntó Yamato— Ignorante me convertí por culpa de ustedes, que decidieron por mi hija, alejandola de mi y decidiendo que yo ignorara su existencia.
—Eso no es lo que quise decir.— Respondió el moreno.
—¡Pues así fue!— Respondió el rubio con un grito— Decidieron traicionar mi confianza, como amigo, como novio, como cuñado. Y no solo la mía también la de mi hermana, porque tampoco fuiste capaz de decirselo a ella, a pesar de que decías quererla.
Takuya frunció el ceño— No metas a Izumi en esto.— Contestó— Ella no tiene que ver.
—¡Claro que si!— Gritó Yamato— Ella fue otra que quedó como idiota al igual que yo, por culpa de ustedes.— Y en un rápido moviento empujó al castaño.
—¡Hey!— Exclamó el moreno enojado— Yo nunca busqué que eso ocurriera.
—Pues eso fue lo que lograste.— Respondió el rubio agarrandolo de la camisa.
—¡Sueltame!— Exigió el castaño antes de empujar al oji-azul para alejarlo, si embargo recibió otro empujón de vuelta.
—¡Hey!— Kouji se acercó a ambos— Detenganse.
Sin embargo, Yamato nuevamente empujo al castaño, quién buscó defenderse agarrando al rubio de la camisa, ignorando completamente que personas lo observaban a su alrededor.
Kouji rápidamente tomó el hombro de cada uno— ¡Ya dentengase! Si siguen así se involucrarán en problemas.
—¿Qué está ocurriendo aquí? — La voz de Tomoko resonó en el lugar.
¡Rayos!
Pensó Kouji.
Tomoko se encontraba frente a ellos con los brazos cruzados, evidentemente molesta.
—Yamato y Takuya están discutiendo. — Respondió una chica x que se encontraba observando la escena.
—Sí, me di cuenta de eso.— Comentó Tomoko.
Yamato en un rápido movimiento soltó a Takuya de su agarre alejandolo de él.
—No puedo creer que estén teniendo este comportamiento.— Musitó la mujer— Más encima dando un espectáculo frente a sus compañeros, diganme ¿por qué estaban discutiendo?
Ninguno de los involucrados habló, al contario, decidieron mantener silencio mientras intercambiaban miradas asesinas.
—¿No me van a responder?— Preguntó Tomoko, sin embargo fue inutil, ni Yamato, ni Takuya emitieron palabras. La mujer suspiró— Ya que no me responden, tendré que llevarlos a mi oficina. A ver si así hablan.
¡Oh no!
Pensó Yamato, otra vez volver a ese lugar no era algo que quisiera.
Takuya hizo una mueca, en verdad no quería tener más problemas de lo que ya tenía.
—No es necesario que vayan ambos a la oficina.— Kouji tomó la palabra—Takuya comenzó, así que él debe ir a la oficina.
¿Qué?
El moreno alzó una ceja y volteo hacia su amigo.
—¿Qué cosas dices? Yo no comencé.
Kouji rodó los ojos— Madre, fue él.
Takuya alzó sus cejas ¿qué era esto? ¿una traición? ¿Se estaba cambiando de bando?
—Takuya comenzó a molestar a Yamato, él empezó el problema. — El Minamoto le guiñó un ojo a la mujer.
Tomoko se cruzó de brazos y observó al moreno— A mi oficina.
—Pe-pero…
—Sin peros jovencito.— Respondió Tomoko.
Y fue en ese minuto que Takuya aniquiló con la mirada a Kouji, por unos minutos pensó que las cosas estaban bien entre ellos, pero lo traicionaba.
¿Acaso era venganza?
Nanami alzó una ceja sorprendida al escuchar la reciente propuesta que le había realizado su amiga Mimi, en verdad no lo esperaba— ¿Quieres que te acompañe a ver a tu hija?
La Tachikawa asintió— Sí, quiero que me acompañes.— Respondió.
Alice la había citado para hablar aquella tarde y no pudo negarse, porque trataba de su hija, debía estar ahí, pero debido a que no era día de salidas tendría que escaparse, cosa que no quería hacer sola, por esto mismo le había ofrecido a Nanami acompañarla, ya que no quería darle más problemas ni a Takuya, ni Damar, ya les había dado demasiado con tener que soportar aquel momento y tampoco udo proponerselo a Sora, porque también tenía sus propios problemas, Izumi la ignoraba, así que instanteamente pensó en su leal amiga para esto.
—Claro si no es molestía, ya sabes, no me gusta andar sola.— Musitó Mimi.
Nanami alzó una ceja, en verdad no esperaba esta propuesta, sabía que Mimi la consideraba parte de su círculo cercano, pero algo como esto no era poco, finalmente le presentaría a la hija que tenía con...
Yamato.
La rubia se mordió el labio inferior al recordar al oji-azul.
¿El sabía de esto?
—¿Nadie más sabe de esto?
—No, nadie sabe.— Respondió Mimi— Preferí mantenerlo en secreto con mis hermanos, ya que no quiero darle más problemas.
—¿Y Yamato?— Preguntó Nanami.
La castaña se mordió el labio inferior— Él se ha empeñado en ignorarme desde ayer y pues, no quise decirle, ya que con lo enojado que está puede pensar cualquier cosa.— Quería prevenir más problemas con él, esperaría a que él le pidiese ir donde ella, ya que no quería presionar las cosas.
Nanami llevó una mano a su mentón pensativa, eso sonaba interesante ¿Y si Yamato se enteraba?
—¿Y?— Cuestionó Mimi— ¿Vienes?
La rubia sonrió— Claro.— Respondió— Con gusto voy.
—Gracias amiga.— Agradeció la Tachikawa con una sonrisa.
—¿Por qué me culpaste Minamoto?— Preguntó Takuya con un grito molesto al ingresar a la oficina de la directora.
Tomoko le dirigió su mirada a Kouji, quién se cruzó de brazos y rodó los ojos.
—¿Cómo es posible que no te des cuenta imbecil?— Preguntó el Minamoto— Te estoy intentando ayudar.
—¿Ayudar?— Cuestionó Takuya— No creo que me hayas culpado sea de ayuda.
—Te culpe para que no te metieras en más problemas, idiota. — Respondió Kouji— Está más que claro que Yamato es el que está enfadado y pasará por sobre quién sea por delante, tú eres el que no debe caer en sus provocaciones, ya que no estás en la posición más adecuada.
Mente estratégica ¿e?
Él siempre era de actuar sin pensar, su amigo generalmente era lo contrario.
Lo que había dicho Kouji era muy cierto, no estaba en la posición más adecuada para reclamar, al contrario, ante todos ellos eran los "villanos" debía ubicarse para no traerle más problemas a Mimi.
—Mi hijo tiene razón Takuya. — Respondió Tomoko— En estos momentos lo que menos puedes hacer es tener problemas con él. Debes encontrar una manera de llevar la fiesta en paz.
—¿Cómo rayos quiere que lo haga? — Preguntó Takuya— Si el enfadado es él, la persona que no quiere escuchar explicaciones es él, el chico que está rechazando y haciendo a sufrir a mi hermana es él, no soporto ver a Mimi así.
—Lo sé, Takuya, no es fácil ver a tu hermana mal. — La mujer se cruzó de brazos— Pero discutiendo con Yamato tampoco la ayudarás a sentirse mejor, al contrario, siempre que haya problemas las consecuencias desembocarán en ella…—Posó sus manos en su escritorio— Y también en tu sobrina, recuerda que ahora Matt sabe la verdad y podría utilizar cualquier circunstancia en su contra.
¡Rayos! No lo había pensado de esa forma. Tomoko tenía razón, cualquier movimiento, cualquier situación, cualquier paso en falso podría hacerlos tener problemas relacionados con su sobrina.
Eso no lo podía permitir.
—¿Y qué hago?
—Intenta en su totalidad no encontrarte con Yamato, intenta estar lejos, ni siquiera intercambies palabras, corta toda relación con él, incluso con sus hermanos, hasta que la marea baje y esté más tranquila.
"Incluso con sus hermanos"
Eso no era necesario, Izumi ya se había alejado de él.
—Bueno, haré lo que ustedes me dicen, intentaré mantener lejos de ellos.— Declaró Takuya sin más.
¡Bip, bip!
Su móvil sonó, al igual que el móvil de Kouji como el de Tomoko.
El moreno ignoró lo de los demás y obsevó su móvil, era un notificación de un mensaje de un número desconocido, lo abrió por curiosidad y grande fue sorpresa al ver lo que llevaba dentro.
Koichi no pudo evitar sentirse sorprendido (al igual que el resto) al ver entrar a su amiga-prima, Rika Nonaka ingresar al comedor de la mano de Takato, literalmente tuvo que pellizcarse para darse cuenta que no estaba soñando. Jamás, ni en sus más locas imaginaciones se hubiera imaginado que su prima algún día caminaría de la mano con un chico. Podía ser algo muy pequeños para algunos, pero para aquellos que conocían a la pelirroja en verdad era algo sorprendente.
Sin embargo eso no quitó que se sintiera feliz, después de todo, ya era hora que la chica se diera una oportunidad con algún chico.
—Buenos días Koichi.— Dos voces llamaron su atención y al voltear se encontrócon sus amigas, Miyako y Juri.
—Buenos días chicas.— Respondió el Kimura— ¿Cómo amanecieron?
—Un poco mal.— Contestó Miyako antes de bostezar— Me faltaron varios minutos de sueño.
—A ti siempre te falta tiempo, eso te ocurre por dormir tarde al estar tan pegada al computador.— Musitó Juri.
La peli-lila hizo una mueca— Lo sé, pero no puedo evitarlo, es casi imposible no obsesionarme con una y otra aplicación.
—¿Obesionada con aplicaciones o con ver imágenes de Ken?— Preguntó Koichi.
—¿Q-qué?— Miyako al escuchar esa pregunta instantaneamente se sonrojó a más no poder— Cla-claro que no, yo jamás haría eso.
—Si ¿cómo no?— Juri rodó los ojos.
—No es necesario que lo ocultes, nosotros ya sabemos que te gusta.— Musitó el Kimura— Pero no te criticamos, después de todo cuando uno está enamorado puede ser bastante obsesivo.
"Bastante obsesivo"
¿Eso lo decía por él?
Juri dirigió su mirada hacia el oji-azul.
—¿Y tú?— Preguntó Miyako— ¿Cómo estás? ¿Cómo despertaste?
—Estoy bastante bien.— Respondió Koichi— Bueno, en lo que se puede definir bien.— Rodó los ojos, seguía con los temas de su hermano inconcluso, parecía como si lo estuviese ignorando, sin embargo no lo diría en voz alta.
—¿A si?— Cuestionó la chica de anteojos— ¿Eso significa que pudiste hablar con tu herma...— No pudo terminar su pregunta, ya que sintió un codazo de Juri.
—¡Miyako!— La regañó.
Y fue entonces cuando se dio cuenta de su error.
—¡Ups!— Exclamó la peli-lila— Lo siento Koichi.
Koichi hizo una mueca— No te preocupes.— Después de todo parecía que para nadie era un secreto de la forma tan anormal que sentía por esta situación.
Juri se mordió el labio inferior, quizás no debía ser tan abierta al hablar de esos temas con Miyako, ya que esta tenía esa cualidad de hablar sin pensar.
Koichi suspiró, la verdad de las cosas era que cada vez se sentía más inquieto, porque sentía que su gemelo le estaba ocultando algo que se relacionaba con Damar, ya que no había querido explicarle sobre aquel beso, su pelea con Kiriha y esa escapa luego de que ella cayera en la clínica.
Se suponía que Kouji era su hermano gemelo, si algo estuviera ocurriendo el debería decirle ¿no? Sobre todo si trataba de algo con su ex novia, ya que él sabía todo lo que había sufrido por su separación, todo lo que había sentido por ella y que todavía sentía al verla.
—Supongo que esto debe ser extraño.— Comentó Miyako.
—Lo es.— Respondió Koichi, pero antes de que pudiera agregar una palabra más, su móvil y literalmente todos los móviles de ahí sonaron a la vez.
¡Bip, bip!
Mientras tanto.
Nanami centró su mirada en el mayor de los Ishida que pasaba delante de ella y no demoró en comenzar a caminar tras él.
—Yamato.— Lo llamó.
El rubio al escuchar su voz detuvo su paso, pero luego de voltear rápidamente lo retomó.
—¡Hey! Yamato.
—Nanami no estoy de ánimos para hablar.— Musitó el oji-azul.
—Yamato tengo algo que decirte.— Habló Nanami— Algo que me enteré es sobre Mimi.
—Nanami.— El rubio suspiró— No quiero saber nada de ella.
—¡Hey! Tranquilo, es algo que necesitas saber porque se relaciona con tu hija.— Respondió la chica— Hoy irá a verla.
—¿Qué?— Preguntó Yamato— ¿Cómo supiste eso?
—Porque ella me invitó, ya sabes, somos amigas.— Respondió Nanami.
¿Amigas?
El rubio alzó una ceja ¿Cómo podían seguir siendo amigas si ellos habían tenido algo?
Rodó los ojos, de seguro la castaña no sabía lo que había ocurrido, o tal vez si, pero no le había importado, cossa que no le sorprendería después de todo estaba claro que él no le importaba, lo que sentía o su relación.
—¿Acaso te lo había dicho?— Cuestionó Nanami "inocentemente"
El rubio negó con la cabeza.
—Debí imaginarmelo.— Comentó la chica de ojos lila-rosa— Ella no te dice nada cuando trata de tu hija.
Tristemente eso era cierto, siempre que trataba de su hija le escondía cosas.
Yamato apretó su puño.
—¿Cuando?
—Hoy.
—¿Dónde?
—No sé, de seguro es donde viven.— Respondió Nanami.
El hotel.
De seguro que se juntarían ahí.
—¿Y por qué me lo vienes a decir si supuestamente son amigas?— Preguntó Yamato, aunque ya sabía la respuesta, esta chica en verdad podía ser hipócrita cuando se lo proponía.
—¿Qué no es obvio?— Cuestionó Nanami antes de acariciar su mejilla— Para demostrarte que te soy leal.
—Si ¿cómo no?— Yamato se apartó.
—Lo digo de verdad.— Respondió la chica antes de acercare al oji-azul y depositar su mano en su pecho— Yo te soy leal, muchos más que a Mimi, porque después de todo lo que hemos vivido creo que deberíamos darnos la oportunidad de ser amigos al menos.— Sonrió— Además, yo puedo ser muy buena aliada en esta situación.
—¿Así? ¿Traicionarías a tu amiga por ayudarme?
—Tú igual lo eres.— Contestó la rubia y acarició su rostro— Y no encuentro que Mimi sea justa contigo, luego de todo lo que hizo no creo que tenga el derecho de alejarte más de tu hija.
Yamato se mordió el labio inferior, la verdad era que hablar de ese tema en verdad le ardía la sangre.
—Si puedo decirte exactamente donde y a que hora se juntaran.— Respondió Nanami.
—¿Enserio?— Preguntó el oji-azul.
La rubia asintió, pero antes de que alguien pudiera decir algo losmóviles de ambos sonaron.
Ante esto cada quién revisó la pantalla, ambos tenían una notificación de una publicación de Instagram.
Nanami no dudó en presionar la notificación para revisar.
Grande fue su sorpresa al ver que trataba de...
—Ryo Akiyama no tiene dinero, es un pobre chico nacido de una ama de llaves que limpia mansiones de Domingo a Domingo, de Sol a Sol, ganando un mísero de sueldo.— Leyó Hikari sorprendida.
Takeru observó atentamente su móvil sin poder creer lo que veía, luego dirigió su mirada al rededor, de un momento a otro los móviles de todos habían sonado y al parecer todos habían recibido la misma notificación.
—Esto debe ser una broma.— Comentó el rubio.
—Al parecer no lo es, mira...—Hikari señaló todas las imágenes, videos, fotos de la madre de Ryo, la ficha de trabajo, mucha información que no se hubieran imaginado.
Rika observó atentamente la publicación, cuando la había abierto no se esperó encontrarse con aquello, al contrario, siempre creyó que la gente moriría creyendo que Ryo era un chico de sociedad, porque se había encargado toda su vida en ocultar aquello ante todos.
Takato pasó su mirada por todas las imágenes y videos, luego por el encabezado, la verdad de las cosas era que solo veía a una mujer trabajando de manera decente para ganar dinero.
—Todas estas imágenes...—Musitó Takeru— Todos estos videos.— Hizo una mueca— ¿No pueden ser verdad? ¿o si?
—No lo sé, digo ¿Ryo no era hijo de una dueña de Hoteles?— Preguntó Hikari.
—Se suponía.— Respondió el rubio— Pero estas fotos, los videos, el expediente, los antecedentes de Ryo ¿cómo es posible que él esté becado en este lugar si es tan pésimo alumno?
—Eso mismo me estaba preguntado.— Comentó la Yagami— En ese contexto podrías decir que esto está equivocado ¿no?
Takeru asintió—De seguro sí, no es posible que...
—Es verdad.— Respondió la pelirroja.
—¿Cómo?— Los tres adolescentes voltearon hacia ella sorprendidos.
Rika hizo una mueca— Todo lo que está en esta publicación es verdad.
—Trabajo terminado.— Koushiro le musitó a Damar.
La castaña se mordió el labio inferior y observó atentamente su móvil, en verdad se sentía extraña ante esto, pero sabía que debía hacerlo.
¿Enserio creían Nene y Ryo se iban a salir con la suya tan fácilmente?
Claro que no.
Ella se encargaría de hacerlos caer.
Porque sabía que sus hermanos eran demasiado bondosos como para hacer algo contra ese par. Mimi era demasiado inocente y misericordiosa, Takuya tenía demasiado buen corazón, jamás tomarían venganza contra alguien
Sin embargo ella no era así, era todo lo contrario a ellos, quizás un tanto parecido a su padre en ese sentido, pero no lo negaría, no iba a dejar pasar esta situación, no se iba a quedara sin hacer algo, sobretodo cuando se trataba de aquel chico que había arruinado la vida de su mejor amiga, Rika, que también había constribuido en la muerte de su mejor amigo, Henry, y que había sido tan sin vergüenza al revelar ese secreto tan importante de su hermana provocando que las cosas con los Ishida estuvieran tensas.
—A Ryo no le gustará esto.
—¿Y a mi qué?— Preguntó Damar seria, lo único que quería era que al menos sufriera por todo el daño que había causado durante esos años.
Ryo sintió su mano temblar ante aquello que estaba viendo.
Esto no era posible.
¡No, claro que no!
Todos sus datos, toda su vida privada, la verdad de su madre, en resumen todo lo que había intentado ocultar estos años estaba ahí frente a sus ojos, información de su madre, su trabajo, sus antecedentes.
¿Cómo rayos estaba toda esa información en esa publicación?
¡Un minuto! Todos esos datos, o en su mayoría, estaban ahí en la base de datos de alumnos en los registros del Internado, pero otras cosas eran de su móvil.
¿Cómo se había filtrado?
¡Rayos!
—¡Vaya, vaya! Así que esa es tu madre, Ryo ¿e?— Musitó Ryouma Mogami desde un extremo del lugar.
El Akiyama alzó la mirada y frunció el ceño— Claro que no idiota.
—¿A no?— Preguntó Daisuke, un chico del club de fútbol— Esta publicación dice claramente la verdad de tu madre y tus antecedentes.— Alzó su móvil.
Ryo hizo una mueca, al parecer muchos tenían esa publicación ya que todos en ese lugar lo miraban, no era para menos, juraba que habían hecho lo mismo que él cuando había rebelado aquella verdad de los Tachikawa.
—Así que eres un pobretón.— Comentó Kiriha.
Ryo se mordió el labio inferior.
—Ahora tiene sentido porque tanto traficaba.— Esta vez gritó Tagirú, otro chico de club de fútbol.
—¡Quería enriquecerse através de nuestro dinero porque él no tenía!—Gritó Daisuke.
El castaño frunció el ceño— ¡No deben creerle a todo lo que publican en internet!
—¿A no?— La voz de Rika llamó la atención del Akiyama— ¿Entonces no deberíamos creer en lo que nos enviaste el otro día de Mimi?
Ryo se mordió el labio inferior ante esto— Eso era verdad.
—¿Y esto no?— Preguntó la pelirroja seria, en verdad estaba molesta con las actitudes de ese chico ¿acaso seguiría negando sus orígenes? ¿seguiría viviendo una mentira? ¿Qué rayos tenía en la cabeza aquel chico?— Dime ¿seguirás negando del lugar de donde vienes?
—Esto no es tema tuyo, Rika.— Habló Ryo, si una vez le había confiado ese secreto había para demostrarle que le tenía confianza, pero al parecer el odio de la Nonaka era realmente grande como para presionarlo a decir la verdad.
—¿Tu verdad?— Cuestionó Ryouma— ¿Así que en verdad eres un pobretón?
Ryo apretó su puño.
—Era de esperarse.— Gritó Hirokazu, un chico del club de tennis.
—Eres un pobretón resentido, ahora todo tiene sentido.— Esta vez Kenta, otro chico del club de tennis elevó la voz.
El Akiyama frunció el ceño— No...
—Te querías dar de popular y millonario, pero no te funcionó...— Airú, un chica rubia novia de Yuu Amano, gritó.
—Becaducho.— Gritó una chica pelirroja, que Ryo también reconoció.
—No...
—Narcotranficante.— Otro chico gritó.
—Mentiroso.
Ni cuenta se dió Ryo cuando se llenó de insultos y burlas de parte de todos los presentes, personas con las cuales más de una vez se había relacionado y a las cuales le había arruinado la vida, por envidia, celos, haciendole burlas, introduciendolos en el mundo de las drogas y cosas peores.
"En verdad lamento lo que ocurrió, intenté hablar con Yamato, pero no quiso escuchar. Quise explicarle todo, sin embargo se enfadó al saber que yo también conocía la verdad. Intentaré seguir insistiendo. Ojalá se resuelva todo este lío"
Taichi tecleo en su móvil un mensaje para Mimi. Quizás tenía sus propios problemas, pero no podía evitar quedar al margen de esta situación, porque conocía la verdad de los hechos, Mimi (a diferencia de él) le había mentido a Yamato para cuidar a su hija, no porque quisiese hacerle un mal. Era entendible que el rubio se enojara, pero sentía que se estaba equivocando, y como amigo, él no quería que cometiere sus mismo errores al actuar por impulso y furia, en vez de actuar con la cabeza.
¡Toc, toc!
La puerta del departamento sonó.
El castaño al escucharla se levantó de su lugar y se dirigió hacia la puerta para abrirla.
¡Oh no!
Pensó al ver a cierta chica rubia de ojos azules.
—¿Catherine que haces aquí?— Preguntó Taichi.
La rubia sonrió de lado— Vine a hablar contigo y ver como estabas.
"Como estaba"
El Yagami hizo una mueca, estaba terriblemente mal por toda esa situación con Sora, le dolía haberla perdido y no solo a ella sino que también a su hermana, y para más remate ahora estaba peleado con su mejor amigo.
—Catherine no creo que sea bueno que hablemos, mucho menos después de lo que pasó.
—¿Por qué no?— Preguntó Catherine—Taichi, ya no puedes negar lo que paso, porque ya ocurrió, Sora ya nos encontró.— Habló la rubia— No tienes porque seguir ocultandolo o huyendo.
—Catherine ¿es que acaso no entiendes? Esto jamás podría ser yo quiero a...
—Si la engañaste significa que no la quieres como antes, quizás si estuviste enamorado cuando comenzaron a ser novios, pero está demostrado que ahora ya no, tal vez tienes un cariño de amigos y años, pero no estás enamorado de ella y lo sabes, si no no hubieras accedido a estar conmigo la otra noche.
Taichi se mordió el labio inferior, no quería admitirlo, pero tristemente en cierto modo aquella chica tenía razón.
—Por favor, dame tan solo una oportunidad.— Rogó la rubia— Si me la dieras yo podría demostrarte que soy la chica que necesitas.
"Una oportunidad"
Eso era lo que le estaba pidiendo aquella chica, sin embargo no podía darsela. No iba a negar que esa chica había avanzado bastante ese último tiempo, más de lo que se hubiera imaginado y por eso toda esa situación con Sora había terminado colapsando, pero eso no significaba que todos sus sentimientos por la pelirroja hayan desaparecido.
—Lo siento Catherine, pero no puedo.
—¿Por qué no?— Preguntó la rubia.
—Porque no.— Respondió Taichi.
—Esa no es una respuesta coherente.— Contestó Catherine.
—Puede que no lo sea, pero si hay razones para no darte esa oportunidad.
—¿Qué razones?— Preguntó la francesa— ¿Acaso no soy la chica para ti? ¿Por mi físico? ¿Tengo mal aspecto?
—¿Qué?— Cuestionó el Yagami— No, no es eso.— Aquella chica era bastante atractiva, no lo negaría— Eres bastante linda, a cualquier chico podrías atraer.
—¿Y por qué a ti no?— Catherine hizo una mueca— ¿Es por qué soy más pequeña? Si tu respuesta es sí, dejame decirte que la edad es un detalle.
—No, no es la edad.— Respondió Taichi, hace bastante eso había dejado de ser tema.
—Entonces ¿Por qué no me das una oportunidad?— Preguntó la rubia— Al menos dame una razón.
—No creo que te guste escucharlas.
—Puede que no, pero necesito saber porque me rechazas.— Contestó la oji-azul con cierta angustia en su voz.
Taichi hizo una mueca, nunca le había gustado hacer sentir a la gente mal, pero era difícil esta situación. Si tenía razones para no estar con ella, sin embargo no sabía si decirselas, porque no sabía si su reacción sería buena.
—Catherine no...
—¡Por favor!— Exigió la chica.
—Pero...
—Dime.— Nuevamente elevó la voz.
Evidentemente la francesa no aceptaría un simple no como respuesta. Suspiró, quizás lo mejor sería decirle una de esas razones, bueno al menos la más importa, sabía que no le gustaría, pero debía saberlo.
—Bueno la principal razón y las más importante de todas es...—Se detuvo unos segundos— Tu mala actitud con mi hermana.
—¿Cómo?— Preguntó Catherine— ¿Mi mala actitud con Hikari? ¿Ese es una de las razones?
Taichi asintió— No una, si no que la principal.— Respondió— Jamás podría estar contigo sabiendo que ambas se llevan pésimo, aún más considerando todo lo que ha ocurrido entre ustedes, no soportaría incomodarla con algo de nosotros.
—Pe-pero, eso no debería importar...
—Claro que si importa. Hikari es lo más importante para mi, ella es la mujer de mi vida, a quién más amo en esta vida y tristemente ella jamás te aceptaría para mi.
—Quizás ella no, pero basta con que tú me aceptes, que tú me quieras.
—No basta con solo eso, Hikari es demasiado importante para mi.
—¿Por qué? Si apenas se presenta una situación difícil te da la espalda, tan sólo mira lo que ocurrió ayer o lo de antes con Tk.
—Puede que eso ocurra, pero en esas dos situaciones fue mi error y es entendible que se haya enojado, porque la decepcioné, sin embargo eso no quita que ella siga siendo lo más importante para mi, siempre ha sido y siempre será así.— Contestó Taichi— Deberías saberlo y analizarlo antes de pensar en tener algo conmigo.
—No necesito analizar nada, Taichi, yo te quiero.— Habló Catherine y se acercó a él— Y yo sé que tú también me podrías querer a mi, si es que eso no ha ocurrido ya, porque supongo que por algo has cedido estas veces a estar conmigo.
—Catherine, querer es diferente a desear.
—Bueno, entonces ¿por qué no cedes simplemente por el deseo?— Preguntó la rubia— ¿Sabes? Yo puedo hacerte sentir muchas cosas como mujer y lo sabes.— Acarició su hombro— Podemos divertirnos y tener muchos momentos apasionantes si tan sólo me dieras la oportunidad.
—Catherine no.
—Taichi, por favor, aceptame, aunque sea una vez.
—Lo siento, pero no puedo.
—¿Sólo por tu hermana?
—Bueno no es solo ella, también son mis sentimientos yo no siento algo por ti.— Respondió el chico.
—Podrías hacerlo.
—No.— Contestó Taichi— Yo sé que no.
—Pues yo sé que si.— Respondió la rubia y tomó su rostro entre sus manos— Dime ¿no has sentido nada con mis besos? ¿o con mis caricias?
—Catherine los sentimientos no van solo por eso.
—Lo sé.— Catherine suspiró— Pero dime ¿ni siquiera has sentido algo pequeño?
Pues...
La verdad era que no lo sabía.
—Catherine no...— No pudo terminar de hablar, ya que la chica unió sus labios en un dulce y delicado beso que sorprendió al chico.
Al igual que el día anterior, la chica profundizó en su beso con Taichi, acariciando su lengua con la suya. Sin embargo, Taichi no pudo evitar estar pensativo, no le correspondió, ya que no sabía que estaba ocurriendo, la chica le había preguntado si sentía algo y la verdad era que ni él sabía la respuesta.
¿Estaba sintiendo algo?
Taichi depositó sus manos en la cintura de la rubia, sin saber todavía la respuesta. Cerró sus ojos e intentó profundizar en el beso. Aún recordaba su primer beso con Sora, en aquel minuto había sentido miles de mariposas en su interior y la verdad era que siempre que la besaba volvía a sentir lo mismo. Ahora su pregunta era:
¿Estaba sintiendo lo mismo por la rubia?
La verdad era que ni él sabía.
Cuando el aire se acabó Catherine se alejó sigilosamente del castaño y lo observó a los ojos— ¿Sabes? Si tan solo me dieras esa oportunidad a mi, yo podría hacerte feliz, mucho más que Sora.— Acarició su mejilla.
Taichi hizo una mueca ante esto— Catherine, no...
—Sh, no digas nada, solo piensalo.— Le susurró muy cerca de sus labios— Solo piensalo.— Fue lo único que dijo antes de voltear y comenzar a alejarse.
¿Sólo pensarlo?
Eso sí era difícil ¡Rayos! Ya que ni él sabía que le pasaba por la cabeza.
—Hasta que al fin llegas.— Musitó Tomoko observando de brazos cruzados a Rumiko quién recién ingresaba a la oficina.
La mujer rubia hizo una mueca, había tenido una pésima noche, apenas había amanecido salió a comprar sus ansiolíticos, porque se le habían acabado.
—¿En donde estabas?— Preguntó la mujer de ojos azules.
Rumiko alzó una ceja— No tengo porque responderte esa pregunta a ti, no eres quién para pedirme explicaciones.
—Considerando que deberías estar aquí las veinticuatro horas del día por ser la directora, claro que merezco pedirte explicaciones.
—Que seas sub-directora no te la da.
—Soy apoderada, mis dos hijos están aquí, tengo derecho a reclamar.— Respondió Tomoko.
¡Rayos!
Pensó Rumiko, tuvo intención de responder, pero tenía razón, los apoderados o representantes legales si podían hacer reclamos.
—Aunque tus hijos estén aquí, yo no tengo porque darte explicaciones.— Contestó Rumiko antes de encaminarse al escritorio— Dime ¿ocurrió algo en mi ausencia?
Tomoko rodó los ojos, habían ocurrido un montón de cosas— Claro que sí, luego de que salió a la luz, los problemas y discusiones son cosas que ocurrirán con naturaleza.
—¿Discutieron?
—Si, pero considerando que no estuviste, no creo que te importe.— Musitó la pelinegra.
Rumiko frunció el ceño.
En verdad era fastidiosa.
—Tienes razón, no me importa.— Musitó la rubia— Después de todo, si tanto quieres regresar a la dirección de este lugar vete acostumbrando a los problemas, porque son de todas las semanas.
Tomoko rodó los ojos.
—Supongo que te ocupaste de esa discusión.
—Obvio.— Respondió la oji-azul— Alguien debía hacerlo.
Rumiko rodó los ojos— ¿Algo más ocurrió en mi ausencia?
Bastante cosas, pensó Tomoko, sin embargo no iba hablar de su charla con Takuya, con Mimi, pero si de otra cosa.
—Natsuko llamó.— Respondió la mujer Kimura.
—¿A sí?— Preguntó Rumiko— ¿Y qué dijo?
—Preguntó si habías tomado las medidas necesarias contra Ryo.
Las medidas contra Ryo, pensó Natsuko y no pudo evitar hacer una mueca, no porque no quisiera hacer aquello, al contrario, moría de ganas por castigar al Akiyama por ser tan molesto, pero sabía que a él no le iba a gustar y conociendol como era probablemente haría algo con ella.
—No, no he hecho lo que ella me pidió.— Musitó Rumiko— Pero ya lo haré.— No quería tener problemas con esa mujer, ya los había tenido en el pasado y se había dado cuenta que en verdad no debía tenerlos, porque era bastante brava— Incluso, lo haré ahora mismo, ya que tanto me criticas, ya verás que puedo ser buena directora.
—Dime que es mentira lo que acabé de escuchar.— Mimi le habló a su hermano.
—¿Qué escuchaste?— Preguntó Takuya rogando al cielo que no fuera algún rumor de su discusión con el rubio.
—Que peleaste con Yamato.— Respondió la castaña.
¡Rayos!
Pensó el moreno.
—¿E? ¿Qui-quién te dijo eso?
—Eso no importa.— Contestó Mimi— Dime ¿es verdad?
El chico simplemente se mordió el labio inferior y guardó silencio, no quería responder aquello.
—Takuya.— La oji-miel lo llamó, pero no obtuvo respuesta— ¡Takuya respondeme!— Alzó levemente la voz— Dime ¿es verdad?
El castaño suspiró, no había forma de mentir, finalmente en ese lugar todo se sabía— Lo lamento Mimi, pero sí.— Admitió— Tuve un roce fuerte con Yamato.
¡Oh no!
—Rayos, Takuya...—La castaña llevó una mano a su frente— ¿Por qué? ¿Cómo?
—Lo siento Mimi, sé que no debí hacerlo, pero fue por un tema demasiado pequeño y sin sentido.— Habló el moreno— Sin querer chocamos los hombros y pues, Yamato está super enfurecido, por algo tan pequeño como eso terminó explotando conmigo.
La Tachikawa hizo una mueca— Pero pensé que intentaríamos llevar la fiesta en paz.
—Si, pero ya sabes, Yamato está super enojado y pues, era de esperarse que en algún minuto también se desquitaría conmigo, pero no pensé que iba a ser por algo tan pequeño como chocar los hombros y sin querer.— Habló Takuya.
Mimi suspiró, era de esperarse que Yamato fuera a desquitarse con su hermano por mentirle, pero eso no significaba que le agradace, al contrario, esto provocaba que sintiera peor.
—Aunque quise evitar responderle no pude mantenerme callado, fue un roce tan pequeño, pero terminó sacandome en cara todo lo de Natsumi, que le mentimos a él, sus padres, Takeru, Izumi y pues, aunque no quise no pude evitar responderle, todo lo que me dijo me hizo enfadar super mal.— Habló Takuya— Lamento si te traigo más problemas con esto.
—No, no me pidas perdón.— Musitó Mimi, todo eso que estaba ocurriendo era algo que ella se merecía por ser tan mentirosa— Ya me imaginaba que esto ocurriría en algún momento.— Suspiró— Yamato está super enfadado, su familia también y por más explicaciones que les demos no van a entender.
—Lamentablemente.— Musitó Takuya.
La Tachikawa asintió— ¿Sabes? Natsuko ayer vino a pedir que me expulsaran del Internado.
—¿Qué?— Preguntó Takuya.
—Lo que escuchaste.— Contestó la chica— La madre de Yamato vino a pedir que me expulsaran.
—¿Cómo lo supiste?— Cuestionó el moreno.
—Tomoko me lo dijo, ya que hoy fui a hablar con ella.
—¿A si?— Takuya alzó una ceja— ¿Y-y lo van a hacer?
—No.— Respondió Mimi— Bueno, todavía no, al menos, por el momento Rumiko y ella no han aceptado la solicitud de Natsuko.
—Que bien.— Musitó Takuya.
—Si, pero no me quedo tranquila, conociendo como es y lo enojada que está estoy segura que seguirá insistiendo.— Habló la chica— Después de todo es lo mínimo que me merezco por mentirosa.
—¡Hey! No digas eso.— Exclamó el moreno y tomó su rostro del mentón— Lo que hiciste fue por el bien de tu hija.
—Si, pero eso no quita que le haya mentido a muchas personas.— Respondió Mimi— Takuya, lo que hice estuvo mal, debí haber dicho la verdad.
—Si, sé que debiste haberlo hecho, pero tampoco puedes mortificarte, en lo único que pensabas era en Natsumi y funcionó, ella está bien.
—Por ahora.— Musitó la Tachikawa— Estoy segura que después de esto en verdad corre peligro.
Takuya suspiró— Princesa, no pienses en lo peor.
—Lo siento, pero no puedo evitarlo, me siento terrible luego de esto.— Musitó la castaña— Le mentí a muchas personas que me importaban, que nos querían y que confiaban en nosotros.
—Bueno no fuiste solo tú, Damar y yo también mentimos.— Respondió Takuya.
—Por mi culpa, ustedes mintieron por mi culpa.
—Deja de culparte princesa, por favor y entiende de una vez, no es solo culpa tuya, no todo es tu culpa.— Habló el moreno.
—Me es difícil, en estos momentos me siento terrible.— Contestó Mimi— Me siento lo peor de este mundo, todos me lo han hecho sentir de ese modo.
—¿Y qué importa?— Cuestionó Takuya— Tú ya cometiste el error, pero estás arrepentida y sé que te levantarás de esto.
—Eso espero.— Mimi bajó la mirada, en esos minutos se sentía demasiado desvalida como para levantarse de esa gran caida— Así como espero que todo se solucione también contigo, odio haberte involucrado en esto con Yamato y principalmente con Izumi.
"Izumi"
Takuya se mordió el labio inferior. En verdad necesitaba olvidarse de esa situación, de una vez por todas, ya que ahora debía centrarse en el bien estar de su hermana y nada más— No te culpes por mis problemas con Izumi, eso es tema mío.
—Es tema tuyo, pero que se vió afectado por mi.
—No, Mimi.— Respondió el moreno— Mi relación con Izumi ya no daba para más.
—¿Ya no daba para más?— Preguntó Mimi— ¿Eso quiere decir que ustedes dos terminaron?
—Si.— Contestó Takuya— Terminamos definitivamente.
—¿Cuando?
—Ayer.— Respondió el moreno— Logré hablar con ella y terminó conmigo.
—¿Por qué no me habías dicho?— Preguntó Mimi.
—No se me presentó la oportunidad.— Contestó el chico.
—Pe-pero, eso no...
—Eso sí.— Takuya la interrumpió— Luego de todo lo que hemos pasado creo que era lo mejor que podíamos hacer.
—¿Lo mejor?— Preguntó Mimi— Tú la quieres.
—Si, pero ya no podemos estirar más el chicle, nuestra relación siempre ha sido problema, tras problema, tras problema, jamás hemos logrado estar bien. Que hayamos terminado no es culpa de esto que ocurrió con la verdad de Natsumi, sino que es un conjunto de cosas y nada más.
—Pero, Takuya, eso no quita que se quieran, yo sé que Izumi está enojada por esto, sin embargo ella algún día te perdonará, porque siente algo por ti y...
—Si, pero yo no estoy dispuesto a seguir esperando que nuestra relación funcione.— Respondió el moreno.
Él también era humano, no era de fierro, ni de cartón, podía sentir muchas cosas, entre ellas cansancio.
—Además luego de lo que ocurrió con Ryo hace años, ahora con Nene, Taichi y ahora con esto ¿Sabes de lo que me di cuenta?
Mimi observó a su hermano, quién se encontraba pensativo— ¿De qué te diste cuenta?
—Que tal vez...—Takuya guardó silencio por unos segundos mientras analizaba las palabras que diría a continuación— Izumi y yo no estamos hechos el uno para el otro.
—No, hermano, no digas eso, ella y tú si son.
—No, Mimi, no lo somos, tan solo analiza todo.— Respondió el moreno—Cuando nos fuimos a Estados Unidos siempre me recriminé por no haber sido capaz de dar vuelta de la página y darme una oportunidad con ella, ahora que volví me propuse remediar aquello y fui capaz de engañar a mi mejor amigo, pero...
—¿Pero?
Takuya suspiró— Ocurrió lo mismo que hace tres años, problema tras otro se presentó como si algo nos dijera que el destino no quería vernos juntos y pues, aún así insistimos, pero creo que ahora está más que claro que tal vez.—Guardó silencio— No debemos estar juntos.
—Pe-pero, Takuya ¿qué harás con lo que sientes por ella?
—No sé.— Respondió el moreno— Y créeme, me duele, pero no puedo hacer más.
Ya no había vuelta atrás y tendría que resignarse.
Sora abrió sus ojos y literalmente sintió como si tuviera piedras sobre ellos, la pesadez por haber llorado era insoportable, los sentía irritados, no quería mirarse al espejo, ya que no quería ver su lamentable aspecto, de seguro parecía un zombie.
Suspiró.
Era difícil saber que el mundo que creía perfecto se había derrumbado de un momento para otro. Pasó de ser la chica envidiada por su relación con el capitán del club de fútbol a la cornuda.
Se levantó del lugar en donde estaba y se encaminó hacia su armario, necesitaba cambiarse ropa.
Sin embargo cuando abrió la puerta frente a sus ojos aparecieron todos aquellos recuerdos, en las repisas habían recuerdos de su relación, imágenes, regalos, cosas obtenidas de su relación con el Yagami, incluso una chaqueta de él.
Frunció el ceño y tomó entre sus manos un cuadro donde había un collage de imágenes de ellos dos.
—¿Por qué me hiciste esto?— Preguntó la pelirroja como si la imagen pudiera hablar— ¿Por qué me lastimaste si yo solo te di mi amor?— Apretó el marco con sus uñas— ¿Por qué?— Nuevamente se cuestionó— ¡Te odio!— Gritó antes de lanzarlo contra la pared— ¡Te odio Taichi Yagami!
Fue así como comenzó a sacar todo lo que se relacionara con ese chico de su armario, fotografías, regalos, su chaqueta, literalmente todo. Literalmente arañó un peluche y debido a la fuerza le quitó la cabeza, lo pisoteo, al igual que las demás cosas que tenía.
Debía deshacerse de todo eso.
Abrió uno de sus cajones y sacó una bolsa de basura.
Hikari ingresó rápidamente al baño, no se sentía bien, al contrario, apenas había tocado su desayuno, apenas había comido la fruta, no había tocado ni el arroz, ni el pescado. Entre todo el lío con Ryo sus amigos y su novio no se habían dado cuenta, algo bueno, pero apesar de que estaba aliviada en ese sentido, no podía evitar sentirse mal anímicamente.
Llevó sus manos a su estómago, le dolía bastante, todo su ser le insistía comer más, cosa que no podía hacer, no quería consumir otro alimento más que frutas, no se podía permitir subir más de peso.
Se observó al espejo, se sentía sumamente rellena, sentía que iba a explotar, esa blusa le quedaba super ajustada en el busto y la falda le quedaba demasiado ajustada, además lucía sus piernas anchas.
¡Rayos!
¿En qué minuto sus muslos habían crecido tanto?
Suspiró.
Necesitaba cambiarse.
En lo posible colocarse algo que disimulara su gordura y la hiciera ver mejor, al menos hasta que el ejercicio que estaba haciendo por las tardes se hiciera más notorio en su cuerpo.
Abrió su closet, sacó unos jeans anchos, rápidamente quitó su falda, se colocó los jeans y acomodó un cinturón grueso sobre su cintura.
¡Rayos!
Pensó al sentir como sus tripas sonaban, en verdad tenía hambre, esas tres fresas no habían sido suficiente (Debía imaginarlo, su cuerpo todavía no se acostumbraba a comer tan poco y con tantas horas de distancia, ayer ni siquiera había cenado) Hizo una mueca, necesitaba de alguna forma quitar aquel hambre que le molestaba noche y día desde que había comenzado su regimen para bajar de peso.
Suspiró.
Rápidamente tomó su móvil e ingresó a internet.
"Medicamentos para disminuir el apetito"
—¿Cómo se filtró esto en la página del internado?— Ryo lanzó su móvil sobre el escritorio de Rumiko.
La rubia alzó una ceja sorprendida, sin saber exactamente que era aquella publicación, así que volteo el móvil y lo alzó para observar la pantalla. Observó atentamente la publicación eran muchas cosas, deslizó la pantalla, había mucha información de Ryo.
—¡Vaya!— Exclamó la mujer luego de varios segundos, o mejor dicho, un minuto de silencio— No me había dado cuenta que se había filtrado esto.
—¿No?— Preguntó el Akiyama— ¿Acaso no te llegó la notificación como a los demás?
—Tuve un problema con mi móvil y lo cambié esta mañana.— Respondió Rumiko— Todavía no lo configuro con mis datos, ni nada.
—Bueno, sea como sea debiste haberte dado cuenta, está en la página principal ¡Ante los ojos de todos! Todos se burlan de mi ahora.
Ya se lo esperaba, finalmente estaba la prueba clara de que Ryo no era uno de ellos, al contrario, era un pobretón, sin educación y sin lujos.
—¿Cómo se filtró esto?
—No me preguntes, yo no tengo idea de como ocurrió.— Respondió Rumiko.
—De seguro alguien se introdujo por el wifi.— Ryo apretó el puño.
—Puede ser.— Contestó la rubia.
—Pero ¿quién?
—No sé.— Respondió la rubia— Tienes tantos enemigos que no me extraña que esto haya ocurrido.
Ryo frunció el ceño.
—Al contrario, me sorprende que recién ocurra, con todo lo que has hecho no me hubiera extrañado que esto ocurriera hace mucho.— Rumiko le extendió el móvil.
—Debes hacer algo y buscar al responsable de todo esto.— Exigió el Akiyama.
—Olvidalo, no tengo tiempo para esto.— Respondió la Nonaka— Hay muchos otros temas que debo tratar debido al escándalo que armaste el Domigno en la fiesta de los Ishida.— Musitó— ¿Sabes? Natsuko me pidió que expulsara a Mimi de este internado.
—¿A si?
Rumiko asintió— Si, pero no solo eso.— Se cruzó— También me pidió que te expulsara a ti.
—¿Qué?— Preguntó el Akiyama.
—¿Enserio creíste que saldrías inmune?— Cuestionó Rumiko.
—Supongo que no lo harás.
—Me gustaría hacerlo, pero no lo haré.— Respondió Natsuko— Sin embargo tendrás que cumplir con un castigo.
—¿Castigo?— Preguntó Ryo— ¿Qué castigo?
Rumiko tomó la carpeta que estaba en su escritorio y se la extendió a Ryo— Toma.
—¿Qué es esto?— Cuestionó el Akiyama.
—El dinero que tendrás que pagar.
—¿Dinero?— Preguntó Ryo— ¿Qué dinero?
—De tu mensualidad.— Respondió Rumiko.
—¿Mensualidad?
Rumiko asintió— Natsuko por acuerdo de Hiroaki decidió anular tu matrícula y tendrás que pagar todos los años que has estado aquí.
—¿Qué?— Cuestionó el Akiyama— Debe ser broma.
—No, no lo es.— Respondió la mujer rubia— Te dije que involucrarte con esa gente te iba a traer problemas.
—Pe-pero, eso es demasiado...—Habló Ryo, eso le iba a salir millonadas, porque en ese internado no se pagaba con dinero común japones, sino que se utilizaban dólares, cada año valía casi dos sueldos mínimos Estadounidenses ¡Y para variar! Él había repetido varios años, osea tendría que pagar extra.
—Si, pero estoy segura que puedes pagarlo.— Rumiko se cruzó de brazos— No con el sueldo de tu madre, pero sí con todo lo que has ganado vendiendo tus drogas, porque supongo que al menos has ahorrado un poco de tus ganancias con tus negocios clandestinos de sustancias.
Ryo se mordió el labio inferior, sus negocios eran buenos y grandes, sin embargo siempre había sido malo para ahorrar, había gastado gran parte dandose gustos caros, dandole dinero a su madre, viajando, disfrutando la buena vida e invirtiendo en más drogas, apenas tenía unos cuantos dólares en su cuenta de ahorro, si los utilizaba en pagar aquellas mensualidades se quedaría en la banca rota.
—Rumiko, no puedo pagar todo eso.
—Pues vas a tener que hacerlo.— Respondió Rumiko— Y no porque yo lo diga, si no porque ellos lo están pidiendo y tú sabes que puedo hacer muchas cosas, pero Natsuko cuando está enfadada es capaz de llegar a las últimas consecuencias.
—Bueno, entonces habla con Hiroaki.
—¿Crees que no lo hice?— Preguntó la rubia— Lo hice, pero como te dije está de acuerdo con su esposa ¿y que más voy a hacer? Ya sabes como son y no se detendrán hasta acabar contigo.
Ryo se mordió el labio inferior y apretó el puño, este día recién comenzaba y ya estaba yendo mal.
—Yo que tú, me iría lo más lejos posible de este lugar, después de todo creo que no tiene sentido que sigas viviendo una realidad que no te pertenece.
Sora bajó a toda velocidad las escaleras y se dirigió hacia la puerta a pasos presurosos con una gran bolsa de basura.
Necesitaba deshacerse de todos esos recuerdos de Taichi ¡De una vez por todas! No quería saber más de él.
Cuando salió de la puerta divisó a unos metros el conenedor de basura, sin embargo antes de llegar a él, la bolsa se rompió y algunos recuerdos cayeron al suelo.
—¡Rayos!— Gritó Sora ¡Las cosas no podían ir peor!
Lanzó el basura sobre el contenedor para luego diponerse a recoger los recuerdos que habían caído, tomó entre sus manos una caja que aplasto con sus manos y luego lanzó al contenedor, levantó el marco con las fotografías y lágrimas no pudieron evitar caer, en verdad le dolía ver aquellas imágenes.
Ella había intentado darle todo su ser, toda su vida y amor a Taichi, pero él la había dejado por otra ¿cómo era posible? nunca pensó que eso ocurriría, jamás se le hubiera pasado por la mente, pensaba que había confianza entre ellos, cariño, respeto, pero al parecer se había equivocado.
Rápidamente lanzó el portaretratos contra el contenedor y el sonido del vidrio romperse de hizo presente, cosa que Sora simplemente ignoró.
Mientras tanto Tomoko se encontraba muy cerca de aquel lugar caminando y al divisar a la pelirroja no pudo evitar detenerse sorprendida al ver como la chica lanzaba sobre el basurero una gran variedad de objetos mientras lágrimas caían por su rostro.
Sora lanzó la chaqueta al contenedor y luego llevó su mano derecha a su cuello en donde estaba aquel collar que Taichi le había regalado para su último cumpleaños. Apretó su puño sosteniendo el colgante— ¡Te odio Taichi! ¡Te odio!— Gritó antes de jalar aquel collar con toda la intención de romperlo, pero antes de que esto ocurriera algo extraño ocurrió en ella.
De repente todo le comenzó a dar vueltas.
Su corazón latía con rapidez, el aire le comenzó a faltar, sus mejillas le comenzaron a arder y comenzó a temblar. Llevó una mano a su pecho e intentó respirar, pero fue dificil.
—Sora.— Escuchó que una voz la llamaba, sin embargo no tuvo fuerzas para voltear, apenas podía respirar, sentía unas arcadas, ganas de vomitar, su cabeza la sentía pesada.
Sentía que no podría hablar, todo le daba vueltas, su corazón latía muy rápido, le falta mucho aire.
—Sora.— Nuevamente escuchó esa voz.
Sin embargo no pudo responder, ya que cuando intentó voltear su cuerpo perdió el equilibrio y...
Ni idea que ocurrió después porque todo se volvió oscuro.
+Debo mencionar que la escena Mimato está inspirada en la nueva serie de Netflix "Pálpito" así que, ojalá les haya gustado.
milrose: Si pues, llegó el momento de Hikari, aunque ahora se vienen momentos más cruciales para ella, porque Catherine si sabe fastidiar jsjsjsj fue mi idea que Tai quedara de esa forma, pero en verdad no es así, simplemente no sabe como arreglar lo que hizo jsjsjsj si, nuestra Hikari va a cambiar mucho. Y se vienen cosas peores, Nanami será un verdadera traidora, ya veremos si Yamato cae en la tentación, y pues Nanami si tiene la buena estima de todos jajaj se viene pronto la conversación entre las dos madres de Nat. Si, llegó el momento de Nene, dejará a Takuya en libertad (aunque provocó daño) ya veremos si logra enamorarse de alguien más o algo así. Si, existe demasiada tensión entre ellos, porque todo terminó mal entre ellos. Ya veremos si Natsuko se convence de esa idea o busca otra solución jsjsj Ojalá te haya gustado este capítulo. Ojalá sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.
