Tomoko bostezó al ingresar al departamento, en verdad estaba exhausta, anoche apenas durmió debido a todo lo que había pensado y todos los informes que tuvo que enviar hacia la DEA.
Si, la DEA.
La principal razón por la cuál estaba en este lugar era porque quería recuperar todo lo que era suyo, incluida la custodia del hijo que Kousei le quitó, aunque ya fuese grande. Pero para lograr todo aquello debía estar al día con la DEA.
Suspiró.
Caminó en dirección a la sala principal del Internado, donde actualmente habían unos grandes sofás y una televisión, pero antes era el comedor del Internado años atrás.
Grande fue su sorpresa al llegar al salón, porque en uno de los sofás se encontraba una chica rubia de ojos verdes durmiendo plácidamente.
Tomoko alzó una ceja.
¿Qué hacia la hija de Natsuko ahí? ¿Acaso pasó la noche ahí?
Se acercó a ella y la observó.
¿Por qué estaba ahí?
Posó sus manos sobre ella y la movió levemente— Hey, Izumi.— La llamó— Izumi.
La chica se removió entre sueños.
—Izumi.
—¿Q-qué?— Los ojos verdes de la rubia de abrieron levemente— ¿Qué pasó?
—¿Qué pasó?— Tomoko repitió sorprendida su pregunta— Eso es lo que yo te pregunto a ti ¿Qué ocurrió contigo? ¿Por qué estás durmiendo en el salón principal?
¿Qué?
Izumi observó al rededor y recordó lo que ocurrió la noche anterior. Luego de regresar de su cena con Jp, decidió dormir en el salón principal ¿por qué? porque no quería encontrarse con Mimi, Nanami le ofreció su departamento, pero no quería encontrarse con Nene o Catherine.
Suspiró.
Se incorporó sobre el sofá e hizo una mueca al sentir un horrible dolor en su espalda— Auch.—Llevó una mano a su hombro e hizo un leve movimiento.
—No tienes buen rostro.— Musitó Tomoko—¿Dormiste aquí?
La rubia asintió— Si.
—¿Por qué?— Preguntó Tomoko sorprendida— Tú tienes tu departamento ¿no?
Izumi hizo una mueca— Si, lo tengo.
—Entonces ¿por qué no dormiste ahí?— Cuestionó la mujer de ojos azules.
—Porque...—La oji-verde bajó la mirada— No quería regresar a mi departamento.
—¿Y por qué no?
—Es...—Izumi suspiró— Un tema difícil, no me quería encontrar con...— Apretó los dientes— Mi ex mejor amiga, Mimi.
Con eso le dijo todo.
Tomoko hizo una mueca.
—Mira, yo sé que es difícil esta situación, pero si Mimi y tú han sido amigas toda la vida deberías al menos darle la oportunidad de hablar, que te cuente su versión de la historia.
—Me gustaría hacerlo, pero siento que si lo hago tracionaré a Yamato.— Habló Izumi— Mi hermano no quiere que Takeru y yo nos acerquemos a los Tachikawa, cosa que entiendo, después de todo esta mentira lo afectó mucho.
Eso era buen punto y en cierto modo, Tomoko entendía a la joven. Tal vez, ella podía acercarse, pero la lealtad a la familia siempre era mayor.
Hizo una mueca.
—Además, mi madre tampoco quiere reconocer a mi sobrina.— Habló Izumi— Si me acerco a Mimi o si mis hermanos se acercan a los Tachikawa, mi madre no reaccionaría bien y nos daría más problemas, ya que no acepta a Natsumi.
Tomoko no pudo evitar sentirse mal ante ese comentario, Natsuko con el paso de los años se convirtió en una persona fría, sin sentimientos, eso no le agradaba, por la infidelidad de Hiroaki cuando estaban de novios terminó convirtiendose en una copia femenina de él.
—Comprendo.— Musitó la oji-azul— Pero Izumi, no puedes vivir de esta manera, escapando de los problemas que tienes con Mimi o con sus hermanos, ustedes tienen una vida juntos ¿no? Llevan años en este internado, en honor a aquello deberías considerar arreglar las cosas.
—Quise hacerlo.— Habló Zoe— Sin embargo, salieron unos rumores horribles que Takuya, Damar y Mimi divulgaron de nosotros que...— Suspiró— Ya no sé en realidad quiénes son.
—¿Rumores?— Preguntó Tomoko— ¿Qué rumores?
—Unos horribles.— Respondió la rubia— Pero no quiero recordarlos, porque eso me hace recordar que ya no tengo a mi mejor amiga, ni el apoyo de mi cuñada, ni...—Suspiró— Al chico que quiero.
—Mi vida se acabó, todo se terminó, ya no tengo esperanza.— Se lamentó Sora.
Mimi hizo una mueca y acarició el cabello de su amiga, quién se encontraba recostada sobre su cama.
—Sora no digas eso, tu vida no finalizó.— Respondió la castaña— Al contrario solo empieza.— Y no era una simple expresión, era la verdad, ella lo sabía. Luego de tener a Natsumi en sus brazos todo para ella cobró un nuevo sentido.
—¿Empezar?— Cuestionó la pelirroja—Tendré un hijo del chico que me engañó, que me fue infiel y que no le importó lastimar a otros por ocultar sus errores.
Dicho de esa forma sonaba bastante ¿despreciable? ¿fuerte?
—Sora, tal vez Taichi cometió errores, pero ese bebé que estás esperando no tiene la culpa de tenerlo como progenitor.— Respondió Mimi— Estas cosas suceden.
—A personas me cuidaba para evitarlo.— Respondió la Takenouchi.
—Tu bien sabías que siempre hay un margen de error para los anticonceptivos.
—Si, pero ¿por qué precisamente me tuvo que ocurrir a mi? No es justo.
—Entiendo que te lo preguntes, yo también me hice esa pregunta miles de veces cuando supe que estaba embarazada de Natsumi.— Musitó la Tachikawa— Pero a cualquiera le puede suceder, no somos Diosas, ni ángeles o personas priviligiadas que nos hagan estar exentas de esto, sobretodo cuando uno toma la decisión de tener relaciones.
Sora no pudo evitar sentirse impresionada ante las palabras de su amiga, sonaba bastante madura. Evidentemente ya vivió esto antes.
—¿Cómo lo hiciste cuando supiste de tu embarazo?
—Yo...—Mimi suspiró— La verdad es que me sentí igual que tú, perdida, sin rumbo, sin esperanzas porque era demasiado joven, ya sabes, apenas tenía quince años. Pero eso no me detuvo, a pesar de todo acepté el embarazo.
—Yo no creo que pueda aceptarlo.— Habló la pelirroja—Tenía muchos planes en mi vida.— Musitó Sora— Este embarazo lo cambia todo, de seguro mi abuela me va a desheredar, también mi padre y ni hablar de lo que dirá el resto.
—Los comentarios del entorno no son importantes ¿si? Y pues, tu familia...—Mimi se detuvo— Será difícil, pero debes luchar, por ese bebé, él no merece que lo dejes solo.
—Este bebé simplemente va arruinar mi vida, yo nunca quise ser mamá.— Habló Sora— Nunca lo planee y no quiero serlo, es mucha responsabilidad.
—Sora no pensaras en...—Una horrible sensación en el estómago de Mimi se hizo presente— En abortar.—Tan solo decir la palabra le costaba, porque ella jamás consideró hacerlo, pero su padre prácticamente la obligó a ir a una clínica para matar a su bebé.
La pelirroja bajó la mirada y llevó una mano a su vientre, jamás pensó en esa posibilidad, ni siquiera las veces que se hizo un test de embarazo cuando era más pequeña y estaba de novia con Taichi.
Sin embargo, ahora que Mimi lo mencionaba.
Abortar.
Hizo una mueca. Esa palabra no sonaba bien. En ella se estaba gestando una vida¿ y no por una irresponsabilidad de su parte, al contrario, ella se había cuidado, pero el método anticonceptivo falló. En pocas palabras el destino quiso que quedase embarazada ¿por qué? No tenía idea, pero si había ocurrido ¿enserio irrumpiría en él?
¡Rayos! Tan solo pensar en la idea, sentía un dolor en el corazón.
¡No! No podía abortar, claro que no. Debía ser responsable y cuidar de esa vida que venía al mundo.
Kouji intentó aclarar su garganta, tenía una sensación extraña, le ardía, como si estuviera a las puertas de un resfriado.
Hizo una mueca.
Lo mejor sería bajar y tomar una limonada para quitar esas sensaciones o pedir alguna pastilla.
Fue así que tomó su mochila para luego abrir la puerta de su habitación, pero al hacer esto se encontró con su hermano gemelo.
¡Rayos!
Pensó.
—Buenos días.— Musitó Koichi.
—Buenos días.— Respondió el Minamoto sin mucho ánimo, ese dolor de garganta era insoportable.
—Que sorpresa verte en el departamento.— Comentó el Kimura.
—¿Sorpresa?— Cuestionó Kouji sorprendido.
—Si.— Contestó el Kimura— Últimamente no estás aquí, ni en el día, ni en la noche parece porque ayer llegaste bastante tarde anoche. No te escuché llegar.
Kouji asintió antes de dirigir su mirada a su móvil.
—¿A qué llegaste más o menos?
—A las doce más o menos.— Respondió Kouji.
—¿Y por qué?
—Estaba ocupado.— Contestó el Minamoto— Con algunos temas.
—¿Dónde fuiste?— Preguntó Koichi— ¿Y con quién?
Kouji alzó una ceja— ¿A qué se debe este interrogatorio?
—¿Qué no es obvio?— Preguntó Koichi— A lo misterioso que andas últimamente.
¿Misterioso?
—Y evasivo.
¡Rayos!
—Simplemente he estado ocupado.— Respondió el Minamoto intentado sonar normal— Intentando ponerme al día con mis estudios, es época de exámenes y falté una semana.
—Si, sé que faltaste una semana.— Comentó el Kimura— Una misteriosa semana en la cuál también me evadiste.
—No te evadí, simplemente mi móvil no tenía carga y tú sabes que cuando estoy estresado me gusta ir a la cabaña sin sociales, ni nada de eso.— Musitó el Minamoto, en parte era cierto, su móvil se descargó y cuando se sentía muy agobiado por sus estudios o entorno se aislaba del mundo, sin redes sociales, personas, entre otras cosas.
—¿Seguro?— Preguntó el Kimura pensativo.
Kouji se mordió inferior un tanto nervioso, sabía que su hermano sospechaba y ahora más que nunca estaba cerca de la verdad.
Unos segundos de silencio se hicieron presente hasta que Koichi habló finalmente.
—¿Sabes? Si no fuera porque Damar está con mil cosas en la cabeza con Mimi, pensaría que sale contigo.— Comentó el mayor— Sobre todo luego de la pregunta que no me has contestado.
Kouji se mordió el labio inferior, se suponía que Damar y él acordaron en ser sinceros, pero luego de todo lo que estaba no sabía si la castaña estuviera lista para afrentar otra situación estresante. Con el tema de su sobrina, su hermana y los Ishida tenía de sobra.
—Koichi yo...
—No es necesario que me des explicaciones.— Se adelantó a hablar el Kimura— ¿Sabes? Por un momento en verdad pensé que entre ustedes dos había algo, pero luego de analizar la situación y pensar las cosas me di cuenta que simplemente son cuentos que he armado en mi cabeza.
¿Qué?
—Después de todo, si algo ocurriera entre ustedes tú me dirías.— Habló Koichi— Somos hermanos, dudo que me esconderías algo como eso ¿no?
Por mucho tiempo quiso creer en lo que dijeron Taichi y Kiriha, pero luego de últimos acontecimientos, ellos no eran personas muy creibles.
—Además, tú no sientes algo por Damar y dudo que lo harías.— Musitó el Kimura— No eres un traidor y respetas códigos, jamás te enamorarías de mi ex.
Eso fue como un golpe en el estómago para Kouji, en verdad se sintió mal, porque en base a esa descripción de su hermano, si era un traidor y no respetaba los códigos, porque estaba completamente enamorado de Damar.
Tragó saliva.
No podía dejar que su hermano quedara como idiota, él no podía ser tan cruel para engañarlo otra vez.
—Koichi yo...— Intentó hablar, pero la puerta de la habitación de Takuya se abrió interrumpiendo.
—Buenos días.— Musitó el moreno, completamente adormilado y con el cabello desordenado.
Ambos gemelos voltearon hacia él.
—Buenos días Takuya.— Respondió Koichi.
—Buenos.— Contestó Kouji esta vez.
—¡Que sueño tengo!— Exclamó el castaño— Odio despertarme temprano.
—Eso no es nuevo.— Musitó el Kimura.
Takuya bostezó— ¿Qué están dando de desayuno?
—No sabemos, ninguno de los dos todavía baja.— Respondió Koichi antes de dirigir su mirada hacia su reloj— Pero creo que iré bajando, así llego temprano a mi próxima clase.— Dirigió su mirada hacia su hermano— Kouji ¿vienes?
—No.— Respondió el Minamoto— Debo ordernar unas cosas.
Koichi dirigió su mirada hacia Takuya— No te preguntaré a ti, es obvio que no estás en condiciones.
El moreno asintió, tenía que bañarse, vestirse, ordenar su mochila, entre otras cosas.
—Nos vemos.— Musitó el Kimura antes de tomar su maletín y dirigirse a la puerta principal.
—Adiós.— Respondieron Takuya y Kouji a la vez.
Fue así como Koichi salió del lugar cerrando la puerta tras él.
—Vaya, así que Koichi no tiene idea de lo que ocurre entre mi hermana y tú.— Musitó Takuya.
—¿Escuchaste nuestra conversación?
—Si.— Respondió el moreno— Me sorprende que no le hayas dicho a tu propio hermano que andas a los besitos con mi hermana.
El Minamoto rodó los ojos— No molestes Tachikawa.
—No estoy molestando, simplemente es un comentario.— Respondió el moreno.
—Entonces, ahorrate tus comentarios.— Contestó Kouji, no estaba de ánimos para lidiar con su hermano y nuevo cuñado a la vez.
¡Un minuto! ¿Nuevo cuñado?
Alzó una ceja, no había pensado en eso.
—Bueno, deberías considerar en decirle la verdad a tu hermano.— Musitó Takuya— Y no lo digo porque sea la persona más indicada, si no porque veo que Koichi sigue sintiendo algo por Damar y sería doloroso saber por otras personas que entre ustedes ocurre algo.
Kouji hizo una mueca— ¿Tú crees que siga sintiendo algo?
El moreno asintió— ¿Acaso tu instinto de gemelo no te lo dice?— Preguntó— Es demasiado obvio.
Tal vez sí lo era, pero él no quería verlo o se prohibió verlo, porque eso implicaría caer en lo mismo que hace tres años y al menos solo esta vez ¡Una única vez! Quería darse una oportunidad con Damar y viceversa.
—Y no lo digo porque quiera molestarte, pero creo que deberías considerar eso, después de todo Koichi es tu hermano.— Respondió Takuya.
Si, lo era y jamás quiso lastimarlo, por eso jamás tuvo el valor de decirle lo que sucedía entre Damar y él.
—Además, te lo digo por experiencia, yo que...—Esto sonaría extraño— Te fui infiel con tu novia, no fue una agradable situación ¿no?
No, claro que no, se sintió traicionado. No sentimentalmente si no que en lado de la lealtad, ya que confiaba en ambos.
—Dime ¿quieres cometer mi mismo error y que Koichi sufra?
No era necesario que le hiciera la pregunta, el tenía la respuesta. Pero ¡Rayos! lo peor de todo era que no solo ahora estaba engañando a su hermano, si no que hace tres años lo hizo y de la peor manera.
—¡Rika!— Damar golpeo con todas sus fuerzas y como si de eso dependiera su vida la puerta del baño— ¡Llevas media hora en la ducha! ¡Sal de una vez!
Si, como todas las mañanas, el mismo problemas con Rika, quién se demoraba una eternidad en la ducha.
—¡No! Todavía me falta mucho.— Respondió la pelirroja— Además, debiste despertarte antes.
—Más temprano que tú imposible.— Contestó Damar, Rika literalmente se levantaba con gallina, además, anoche llegó tan tarde que le resultó casi imposible despertar cuando tocó la alarma, dijo "cinco minutos más" que en realidad fueron veinte— ¿Sabes? Si no sales pronto, iré a pedir que te cortén el califon a ver si con agua fría sales de una buena.
—¡Ni se te ocurra Tachikawa!— Respondió Rika— Pronto saldré.
Damar rodó los ojos, ese "pronto" podía ser sinónimo de veinte, treinte, incluso cuarenta minutos más.
La castaña suspiró y sin decir más, lanzó sus cosas sobre el sofá observó a su alrededor y se cruzó de brazos. Odiaba esperar.
Pasó su mirada por el lugar y se detuvo al ver su reflejo en aquel gran espejo que Hikari y Rika mantenían en la sala principal del departamento, era grande, en él podía ver su cuerpo completo.
Hizo una mueca.
Estaba solo en pijama, pero aún así lucía mal.
Su cabello estaba desordenado provocando que los mechones morados se viesen enredados, además en su rostro se encontraba parte de su maquillaje que ayer, por el agotamiento, no retiró.
Se veía muy mal.
El sonido de la una puerta llamó su atención.
La puerta de la Yagami se abrió e Hikari apareció frente a los ojos de Damar, sin embargo antes que la Tachikawa pudiera decir algo no pudo evitar alarmarse ante su apariencia, tenía ojeras, sus labios no tenían color, su cabello estaba totalmente desaliñado, su mirada completamente apagada y su piel estaba extremadamente blanca.—Hikari.— Damar la llamó sorprendida al verla todavía en pijama y en no muy buen estado.
—Buenos días.— Respondió la Yagami.
—Parece que no son tan buenos.— Comentó la Tachikawa y se acercó a ella— No tienes buen rostro, estás palida, tienes ojeras.— Tomó su mano— Dime ¿te sientes bien?
—¿E?— Balbuceo Hikari, la verdad de las cosas era que se sentía terrible, su boca la sentía seca, moría de hambre, su cuerpo le dolía debido a todo el ejercicio que había hecho y lamentablemente apenas logró dormido, ni siquiera el farmaco que tomó la noche anterior para dormir le había servido. Sus manos temblaban, sentía frío y su ánimo estaba por el suelo. Sin embargo no quería preocupar a su amiga— S-si, estoy bien.
—No me mientas.— Respondió Damar— Estás terrible.
Hikari suspiró, en verdad no tenía fuerzas luego de haber devuelto todo ayer, pero no quería procupar a su amiga— Simplemente no dormí bien.— Respondió— Rika ¿aún no sale del baño?— Preguntó intentado cambiar de tema— Quiero ducharme.
—Pues no.— Respondió Damar— ¡Esa cabeza de tomate aún no sale!
—¡Hey! No me insultes por mi cabello.— Contestó Rika del interior del baño— Cabeza de rabano.
Damar frunció el ceño e Hikari no pudo evitar reír ante esto, esa forma en que sus amigas se trataban era muy agradable.
—No nos queda de otra más que esperar.
—Lamentablemente.— Musitó la Tachikawa.
Hikari tomó asiento sobre el sofá y Damar volvió su mirada el espejo.
Hizo una mueca.
Jamás fue muy pretenciosa, generalmente le gustaba utilizar ropa cómoda, que la hiciera sentir bien, pero ahora dudaba que fuera lo mejor. Esta forma dark molestaba a su padre, sin embargo causaba desconfianza y a pesar de que Kouji no le respondió que sí, necesitaba saber la verdad.
Volteo hacia su amiga.
—Hikari.
—¿Si?
—Disculpa que te moleste, pero necesito que me des tu opinión.
—¿Mi opinión?— Preguntó la Yagami sorprendida— ¿Acerca de qué?
—Acerca mi aspecto.— Respondió Damar— Tú me conociste antes cuando vestía de una forma "normal" y no con este maquillaje, ropa oscura, ni mechones morados.
—Si, te conocí de esa manera.
—Y ahora me ves de esta forma, necesito que me digas o me respondas si...—Hizo una mueca— ¿Me veo muy temible?
—¿Temible?— Preguntó Hikari— ¿De dónde sacaste eso? Claro que no te ves temible, al contrario te ves muy bien.
—¿Segura?— Cuestionó la Tachikawa— No me siento así con este cabello, el maquillaje que uso y mi ropa.— Hizo una mueca, jamás tuvo problemas con su cuerpo, siempre se aceptó como fuera, sin embargo, luego de las palabras de Alice tenía problemas con su ropa y todo lo que había hecho con su cuerpo. Llevó una mano a su vientre en donde se encontraba su piercing.
Hikari observó a su amiga de pies a cabeza ¿Por qué decía todas esas cosas? Ella era alguien privilegiada su cabello estaba largo y sano, desde pequeñas lo peinaba de multiples formas provocando que se viera muy elegante y bonita. Sus ojos ámbar eran llamativos, sobresalían con ese maquillaje que utilizaba y su físico era privilegiado, atraía la mirada de todos los hombres porque tenía buena altura, curvas y su ropa sobresaltaba aquello.
No tenía porque hacer estos cuestionamientos acerca de su apariencia física, tal vez era rebelde, pero se veía excelente. Todo lo contrario a ella que daba pena al estar junto a su amiga.
—Segura, eres bella, naturalmente todo lo que uses se te ve bien, tienes buen físico, delgada y te vistes bien.— Habló Hikari— Yo debería lamentarme por mi apariencia física en comparación a ti, yo doy pena.
Damar alzó una ceja sorprendida ante el comentario de su amiga, ella estaba hablando de algo vanal, su ropa, algo material y maquillaje. Sin embargo, el comentario de su amiga sonó más profundo—¿Por qué dices eso?— Cuestionó— Claro que no das pena, eres mucho más linda que yo.
—No lo soy.— Respondió Hikari.
—Claro que sí.— Contestó Damar— Mírate.— Señaló el espejo— Eres hermosa.
La Yagami se observó— Tengo apariencia de niña.
—¿Y?— Preguntó la mayor— Eso no te hace ver mal, al contrario, tu sensualidad está en tu inocencia.
Hikari llevó una mano a su mejilla de derecha— Con estas mejillas tan grandes dudo ser sensual.— Bajó su mirada— O con estas piernas gruesas.
—¿Mejillas grandes y piernas gruesas?— Preguntó Damar— Creo que tendrás que ir al oftámologo, ya que no lo están.— Se cruzó de brazos— Tus mejillas están normales y tus piernas no están gruesas, simplemente están en proporción a tu cuerpo de adulta Hika, aunque digas que eres una niña, no lo eres, ya tienes el cuerpo de mujer.
Hikari hizo una mueca—Aunque así sea, estoy más gorda que antes.
—Porque te desarrollaste.— Musitó Damar— A mi también ocurrió, todo en mí aumentó, pero eso no significó que subiera de peso.
—Bueno, pero ¿qué dices de mi pelo?— Subió sus manos a su cabeza—Es horrible, he esperado siglos para tener mi cabello tan largo como lo tienen Mimi y tú, pero apenas crece un centímetro cada seis meses y mis puntas con facilidad se cruzan, así que nuevamente me lo tengo que cortar.
—Tenerlo largo no es sinónimo de que sea lindo.— Comentó la oji-ámbar— Tu cabello es bellísimo, así corto se ve bastante bien.
—Lo dices porque eres mi amiga.— Contestó la Yagami.
—¿Por qué dices eso?— Preguntó Damar— ¿Por qué te encuentras todos esos defectos?
Encontrarse defectos era algo común, pero lo que decía Hikari sonaba extremo.
—Porque es verdad lo que digo.
—Claro que no.
—Si.
—¿Por qué dices esto?— Cuestionó la hermana de Mimi— ¿Por qué te encuentras fea?
—Porque eso es lo que soy.
—Claro que no.— Respondió Damar— ¿Quién te dijo eso?
—Todos lo creen.
—No.— Contestó la Tachikawa— ¡Un minuto!— Esto comentarios le traían recuerdo— No me digas, Catherine te volvió a molestar ¿no?
¿Acaso era tan predecible?
—¿Catherine?
—Si, recuerda que ella siempre te hacia esos comentarios.— Habló la oji-ámbar— Dime, fue ella ¿no?
—¿E? N-no, yo...—Hikari no pudo responder, ya que la puerta del baño se abrió y de él salió Rika con una bata a su alrededor.
—¡Ya salí!— Exclamó molesta— Deja de reclamar Damar Tachikawa.
—¡Al fin!— Musitó Damar.
Hikari suspiró aliviada por interrupción de su amiga, sin embargo, Damar le dirigió una mirada.
—Esta conversación queda pendiente.— Le susurró antes de tomar sus toallas y dirigirse al baño.
¡Toc, toc!
La puerta de la oficina de Tomoko sonó.
—Adelante.— Musitó la oji-azul y a los escasos segunos en el lugar ingresaron dos adolesscentes.
—Permiso señora Kimura.
Tomoko observó sorprendida a ambas jovenes— Mimi, Sora.— Pronunció sus nombres.
—Buenos días.
—Buenos días.— Respondió la mujer— Me sorprende verlas ¿qué hacen aquí? ¿ocurrió?
—¿E? No.— Contestó Mimi— O digo, si...Tomoko necesitamos hablar con usted.
—¿Conmigo?— Preguntó la oji-azul— ¿Es sobre el tema de tu hija?
Mimi negó— No, no es sobre ese tema.
—Entonces ¿de qué?
Sora y Mimi intercambiaron miradas, el silencio se hizo presente. La Takenouchi llevó una mano a sus ojos y retiró sus gafas oscuras, Tomoko se percató de que la pelirroja estaba con los ojos hichazados, rojizos y tenía ojeras.
—¿Sora?— Pronunció su nombre— ¿Qué te sucede? No luces bien.
La Takenouchi suspiró y bajó la mirada— Es por lo que me sucede que venimos a hablar con usted.
Tomoko alzó una ceja sorprendida— Tomen asiento.— Señaló las sillas frente a ella.
Ambas adolescentes obedecieron.
—Bien, diganme ¿qué ocurre?— Preguntó la mujer Kimura.
Por segunda vez las dos adolescentes intercambiaron miradas sin saber quién de las dos debía hablar primero guardando silencio.
—¿E? Chicas.— Tomoko las llamó— Si ninguna me dice lo que ocurre no podré ayudarlas.
Mimi hizo una mueca y volteo hacia la mujer— Disculpe sub-directora, pero la razón por la cuál vinimos hacia usted es un tanto compleja...
—¿Compleja?— Preguntó la Kimura sorprendida.
Sora simplemente mantuvo la mirada baja— Usted dijo que si tenía algún problema viniera hacia usted.
—Si, eso dije.— Respondió Tomoko.
—Es por eso que acudimos hacia usted.— Contestó Mimi— Porque estamos confiadas en que usted mantendrá esto en secreto y nos dirá que hacer a continuación.
—¿En secreto?— Cuestionó la madre de los gemelos— ¿Por qué en secreto?
—Porque es muy...— Mimi buscó la palabra— Privado.
Tomoko alzó una ceja— Comprendo, pero ¿qué es? ¿Ocurrió algún accidente? ¿Tuvieron algún problema?
Mimi negó.
—Entonces ¿qué es?
Otro silencio se hizo presente y Tomoko se sintió un tanto alarmada.
—Chicas me están preocupando.— Musitó un tanto alarmada— Díganme ¿qué ocurre?
La Takenouchi cerró sus ojos y tragó saliva, decir esto no era fácil, pero debía hacerlo.
Llevó una mano a su vientre.
—Estoy embarazada.— Declaró sin más y las lágrimas brotaron al instante de sus ojos.
¿Qué?
Pensó la oji-azul sorprendida.
—Espero un hijo de mi ex novio.— Musitó Sora— Taichi.
Takuya literalmente sacó todas las hojas y libros del estante ¿Cómo era posible que encontrara esos exámenes? ¿Dónde rayos los había dejado?
¿Y si le decía a Izumi?
¡No! Mejor no, las cosas ya estaban demasiado mal entre ellos como para hablar con ella ¡Pero! Esto también era importante ¿no?
Llevó sus manos a su cabello y lo desordenó.
¿En qué minuto se entrometió en este lío?
Tenía mil problemas con el tema de Alice y su sobrina, más esto, en realidad no sabía porque su cabeza no estalló todavía.
Suspiró.
Tal vez...
Y solo tal vez...
Debía decirle a Izumi que perdió los exámenes. Si, no estaban en los mejores terminos, pero mientras más rápido saliera de ese tema de los Minamoto, mejor sería para él, ya tenía muchos problemas en su vida personal como para centrarse en otra.
Además, Izumi aún no le pagaba su parte de los exámenes que salieron carísimos.
Miyako observó atentamente los exámenes que tenía en sus manos.
Se mordió el labio inferior.
Tenía miles de preguntas en su cabeza ¿Por qué Koichi tenía esto? ¿Él los mandó a hacer? No, eso no era posible era muy obvio que el Kimura no tenía idea de estos exámenes, o sino Juri le hubiera comentado ¿cierto? ¿Y si lo hizo en secreto? ¡Rayos!
Por un momento tuvo la intención de decirle a Juri, pero no era lo mejor, ante mucha presión la castaña parecía no actuar bien, además estaba sufriendo por el Kimura, no quería agragarle más carga.
Sin embargo, tenía mnucha curiosidad ¿Y si ella iba de frente a hablar con Koichi? ¿Sería buena opción?
Tomoko alzó las cejas sorprendida— ¿Estás embarazada?
"Estoy embarazada"
"Espero un hijo de mi ex novio"
"Taichi"
Esas palabras resonaron en su cabeza.
Sora simplemente asintió mientras lágrimas caían sin cesar de sus ojos.
—Pe-pero ¿cómo?— Preguntó Tomoko. Que pregunta más tonta, ella sabía como quedar embarazada. Sin embargo, no podía evitar sentirse impresionada, la abuela de Sora era una mujer bastante conservadora— ¿Cómo puedes asegurar que estás embarazada?
—Porque tenía síntomas.— Respondió Mimi— Y además...—Alzó en su mano una bolsa trasparente— Porque se realizó dos test y ambos dieron positivo.
Tomoko observó esto, habían dos test de diferente marca y forma, pero ambos marcaban positivo.
¡Rayos!
Esto no era bueno.
—Los síntomas.— Musitó la mujer Kimura— ¿Aparte de los desmayos estabas con atrasos?
—No.— Negó Sora— Ni siquiera sé cuanto tiempo podré tener.
—¿No?— Cuestionó Tomoko sorprendida— Pero ¿no has sacado el tiempo con tus períodos?
—Es que p-por el mé-método an-anticonceptivo he perdi...—Sora estaba demasiao mal para hablar, fue así que Mimi posó una mano en su brazo.
—Yo le explico Tomoko.—La Tachikawa tomó la palabra— Sora no tiene forma de saber cuanto tiempo tiene de embarazo, porque ella usaba el implanon para no quedar embarazada, entonces no tenía períodos regulares.
—¡Un minuto!— Preguntó la oji-azul— ¿Dices que quedó embarazada aún habiendose cuidado?
Sora asintió.
¡Rayos! Esto si era mala suerte.
—¿Hace cuanto lo tenías?
—Hace dos años.— Respondió la pelirroja.
Se suponía que duraba tres.
—¿Y te hacias chequeos médicos?
Sora negó— El primer año los hice, pero luego no creí que fuera necesario, ya que resultó efectivo.
Quizás ahí estuvo el error.
Tomoko hizo una mueca— Tendrás que ir a hacerte una ecogafría, es la única forma de saber cuanto tienes.
—Eso mismo le dije yo.— Respondió Mimi— Pero considerando que tendremos que salir, somos menores de edad y no queremos problemas vinimos hacia ti.
—Buena decisión.— Contestó la mujer, acudir a un adulto siempre era lo mejor.
Sora intentó hablar—No quería molestarla señora Kimura, porque no...
—No te disculpes querida.— Musitó Tomoko, ella le había ofrecido su ayuda, porque su labor era esa, ayudar a todos los adolescentes que estaban ahí— Es bueno que acudas hacia mi. Ahora mismo iremos al médico.— Comentó antes de levantarse de su escritorio y tomar su cartera.
—¿Voy contigo?— Mimi le preguntó a Sora.
—No es necesario.— Respondió la pelirroja, ya le había dado muchos problemas y ella tenía los propios suyos.
¡Bip, bip!
El móvil de Mimi sonó.
La oji-miel alzó una ceja y lo sacó de su chaqueta.
"Abogada"
—Permiso, debo contestar, es importante.— Musitó la Tachikawa antes de contestar—¿Hola?
Tomoko y Sora intercambiaron miradas sorprendidas.
—Hola.— Escuchó una voz femenina del otro lado— Hablas con Satomi Minamoto.
¿Qué?
—Mi secretaria me dijo que me necesitabas hablar conmigo.
—¿E?— Balbuceo la oji-miel— S-si, estaba intentando contactarme con usted señora Minamoto, mi nombre es Mimi Tachikawa.
Damar salió de su departamento, sola, si sola, Rika bajó a desayunar con Takato e Hikari se encontraba duchando, quiso esperarla, pero la castaña insistió que bajara a desayunar, utilizando la excusa que le dolía el estómago, así que no bajaría a desayunar, era tarde así que decidió no insistir, sin embargo aún tenía una conversación pendiente con ella. Así que no tuvo más opción que salir sola, ya que moría de hambre, su cuerpo últimamente solo funcionaba con azúcar, debido a la ausencia de sustancias.
Llevó una mano a su frente, sentía como si la hubieran golpeado.
Hizo una mueca.
En estos minutos sentía la ausencia de sustancias, los ansiolíticos la ayudaban a relajarse, pero ahora no podía consumirlos, sus noches no eran tan placidas como antes y la ausencia de aquellas drogas en su vida provocaban que su cuerpo reaccionara peor, este dolor de cabeza era la muestra de eso.
¡Pero!
No debía ceder, debía luchar contra las sustancias. No por ella, si no por su hermana y sobrina, no quería que su actuar las afectasen en el juicio contra Alice.
Mencionando aquello recordó un detalle.
Buscó en su chaqueta su móvil y marcó un número que su hermana le dió hace un tiempo.
—Hola.
—Hola ¿Peluquería Natura?— Habló la castaña— habla con Damar Tachikawa, quiero reservar una hora.— Guardó silencio— Si, para hoy ¿qué horario tienen disponible?— Preguntó y luego le dieron la respuesta— Perfecto, tomó esa hora.
Iba tan concentrada en su llamada que no fue consciente que al final de las escaleras se encontraba un chico pelinegro de ojos azules.
—Estaré ahí, muy bien, nos vemos.— Respondió Damar, sin embargo, antes de alzar la mirada chocó contra ese personaje provocando que tanto el maletín de este como su mochila cayeran al suelo.
¡Rayos!
—Ten más cuida...—Tuvo intenciones de reclamar, perocuando se percató de quién trataba calló—Ups, disculpa Koichi.— Musitó la castaña.
—Disculpame tú a mi.— El Kimura se adelantó a ordenar a levantar su maletin y luego la mochila de la chica— Estaba pérdido en mis pensamientos y no me di cuenta que venías.
—Al parecer ambos estábamos distraídos.— Comentó Damar.
No era para menos, cada quién tenía sus propios problemas.
—En todo caso, que bueno que te encuentro.— Respondió Koichi— Justo necesitaba hablar contigo.
¡Rayos!
—¿Hablar conmigo?
El gemelo de Kouji asintió.
—Disculpa Koichi, pero voy tarde.
—Hey, tranquila, no te tomará mucho tiempo.— Respondió el Kimura.
Damar hizo una mueca, no tenía un buen presentimiento.
—Quiero disculparme contigo por la pregunta del otro día.— Musitó Koichi.
—¿Disculparte?— Preguntó Damar.
—Si.— Respondió el Kimura— Te hice una pregunta un tanto loca creyendo que mi hermano y tú tenían algo.
¡Rayos! Pensó la castaña.
—De seguro te hice sentir incómoda ante aquella posibilidad.— Comentó Koichi— Con aquella idea tan loca, mejor dicho absurda idea. Es imposible que Kouji y tú se hayan besado, mucho menos que se hayan ido a una cabaña juntos.
—¿Imposible?
—Si.— Respondió el Kimura— Kouji es mi hermano, tú eres mi ex, existen códigos que lo impide.— Musitó— Además, ustedes siempre han sido amigos ¿no? Si algo más ocurriera entre ustedes me lo dirían ¿no?
Damar se mordió el labio inferior de una manera bastante abrupta ante este comentario sin saber exactamente que responder.
—Algo entre ustedes.— Repitió Koichi— Suena poco creible.— Rió— Disculpame de verdad por insinuar cosas que no son, tienes muchos problemas como para tolerar mis ideas sin sentido.
Tenía miles de problemas, si, pero esto era algo que debía solucionar cuanto antes.
—Espero que puedas perdonar mis ideas tan locas tan locas ¿si?— Fue así como el Kimura se acercó a la Tachikawa y depositó un beso en su frente.
—¿E?— Damar balbuceo— N-no te preocupes.
Juri se detuvo en seco al ver como Koichi depositaba un beso en la frente de la castaña.
¿Qué? ¿Otra vez estaban juntos? ¿Por qué?
Miyako no se dió cuenta de esto y chocó contra su amiga— ¡Auch! Juri ¿por qué te detienes tan abrupta...— No fue necesario hasta que vió al Kimura junto a la Tachikawa.
¡Genial, otra vez Koichi siendo idiota!
—Lo digo de verdad, apuesto a que no te hice pasar un buen momento al sospechar aquello.— Habló Koichi.
—Algo, pero, lo digo de verdad, no te preocupes.
—Algún día te invitaré a salir para compensar que desconfie de ti.— Musitó el Kimura.
—N-no es necesario.— Respondió la oji-ámbar.
—Bueno, pero de alguna forma debo compesarte por la estupidez que pensé.
—Lo digo de verdad Koichi, no te preocupes.— Repitió la castaña otra vez y luego llevó una mirada a su reloj de pulsera.
—Bueno, pero de igual forma deberías juntarnos a recordar viejos tiempos.
—¿E? Koichi, yo cre-creo que...
—¡Damar!— Una voz interrumpió a la castaña y al voltear la mirada se encontró con su hermana mayor.
—¿Mimi?— Preguntó la oji-ámbar.
—Que bueno que te encuentro.— Respondió Mimi antes de interponerse entre ambos adolescentes— Disculpa Koichi que te la robe, pero necesito hablar con mi hermana, es algo muy urgente.
—¿E? S-si, claro.— Contestó el Kimura— Nos vemos luego Damar ¿si?
—¿E?— Damar no supo exactamente que responder— Adiós.
—Adiós.— Fue así que Koichi se alejó del lugar.
Damar dirigió su mirada hacia su hermana— Mimi ¿qué ocurrió?
—Satomi.— Respondió Mimi— Me llamó.
¿Qué?
Izumi caminó en dirección a las escaleras a su departamento, estaba completamente agotada, dormir en la sala principal del Internado no fue la mejor idea. Pero ¿qué más iba a hacer? Luego de la discusión con los Tachikawa el día de ayer no quería toparse con Mimi.
Bostezó.
En verdad estaba cansada.
Se detuvo en seco al ver que fuera de su departamento se encontraba Takuya.
¡Rayos!
—Izumi.
—Takuya.
Un silencio incómodo y tenso se hizo presente.
—¿Qué haces aquí?
—Vine a hablar contigo.
—¿Conmigo?— Cuestionó la rubia.
El moreno asintió.
Izumi alzó una ceja, cada vez más y más cerca ¿e?
—¡Vaya! Pensé que habías dejado en claro que dejarías ir tus sentimientos por mi, pero vives tan cerca que pareciera que no.
Takuya rodó los ojos—No te quiero hablar de mis sentimientos.— Era un hecho que no quería tener algo más con ella luego de la forma en que se comportó con ellos el día anterior.
—Viniste a hablar de nuestros hermanos ¿no?— Preguntó la oji-verde— Si es así no pierdas tu tiempo, ya todo está bien claro.
No estaba todo claro, sin embargo no quería continuar discutiendo con alguien tan reacia como ella.
—No es de eso que te quiero hablar.— Musitó Takuya— Es de otro tema nada relacionado con nuestros hermanos o nuestra sobrina.
—¿Otro tema?— Preguntó la rubia— ¿Qué tema es ese?
¡Al fin! Izumi parecía presentarle atención.
—Es acerca de...— Takuya tuvo intenciones de responder, sin embargo antes de completar sus respuesta fue interrumpido.
—¡Hey! Zoe.— Un grito se escuchó en el lugar y entre medio de ellos apareció aquel chico de peso excesivo literalmente empujando a Takuya a un lado.
El moreno por poco perdió equilibrio ante esto.
—¿Jp?— Musitó la oji-verde.
—Que bueno que te encuentro Izumi.— Respondió el Shibayama—Te estaba buscando.
—¿A mi?— Preguntó la chica— ¿Por qué?
—Porque quería invitarte a una fiesta que realizaré esta noche.— Contestó Jp.
—¿Fiesta?
Takuya rodó los ojos— Hey, amigo ¿acaso no te das cuenta que yo estoy hablando con ella?
El Shibayama hizo una mueca y volteo hacia el moreno— Si, pero interfiero antes de que la hagas sufrir nuevamente.
El moreno alzó una ceja ¿Quién se creía que era para decir eso?— Eso no es tema tuyo, lo que hable o no con ella.
Jp simplemente rodó los ojos y volteo la Ishida, lo mejor era ignorar al Tachikawa— Disculpa si soy entrometido, pero no podía esperar a invitarte a mi fiesta, ya que quiero que seas la invitada principal en señal de agradecimiento por la cena de ayer a la cuál me invitaste.
¿Cena?
Takuya alzó una ceja.
—No tienes que agradecerme, simplemente quería pasar tiempo contigo.— Respondió Izumi, mejor dicho mintió, formando una sonrisa falsa en su rostro.
¿Pasar tiempo con él?
—Bueno, esta ocasión será para pasar timpo más juntos— Preguntó Jp— Dime ¿irás?
Ojalá no, pero sabía que su madre la obligaría.
—Claro.— Respondió la oji-verde.
—Genial.— Exclamó Jp— Irán muchos del Internado.— Musito— Claro, muchos amigos no otros.— Dirigió su mirada hacia Takuya—Disculpa "amigo" te invitaría, pero dudo que sea agradable para ti estar ahí.— No quería estuviera cerca de Izumi después de todo lo que hizo.
No hacia falta que lo dijera, aunque lo invitase no iría, ese chico apenas lo estaba conociendo y ya le desagradaba.
—Tranquilo, no tengo interés en andar de fiesta.— En su vida estaban ocurriendo muchas cosas malas y necesitaba centrarse. Además, era obvio que ese chico invitaba a la rubia con segundas intenciones y él no estaba dispuesto a ver aquello.
Fue así como se alejó del lugar.
—¿Seguirás molesto conmigo?— Preguntó Taichi, en verdad estaba odiando esta situación, porque salía perjudicado cuando por única vez en ese tiempo intentó hacer lo bueno, apoyar a Mimi. Si, engañar a Yamato estuvo mal, pero fue porque esa verdad no le correspondía a él contarsela.
—¿Por qué no debería?— Cuestionó Yamato— Fuiste otro complice en la mentira de mi ex.
Taichi rodó los ojos— No fuí complice, simplemente lo que debía hacer, callar.— En otras palabras— Lo correcto.
—¿Lo correcto?— Rió con sarcasmo el Ishida— ¿Hablas de hacer lo correcto de todo lo que has hecho?
Taichi frunció el ceño, no le gustaba recordar sus fallas.
—Ahora que lo pienso, no sé quién será más mentiroso, los Tachikawa o tú.— Habló Yamato— Participaste en su mentira, aunque también les mentiste a ellos.
—¿Enserio vas a resaltar mis errores cuando tú estás actuando peor?— Preguntó Taichi.
—No estoy actuando peor, simplemente estoy intentado evitar que me alejen más de mi hija, como lo han hecho hasta ahora.
—¿Alejarte?— Cuestionó el Yagami— Nadie quiere alejarte de tu hija.
—Claro que sí ¿acaso no sabes la última?— Preguntó el rubio— Mimi y sus hermanos están divulgando mentiras acerca de mi ¿por qué? Porque quieren demandarme, si me dejan como un drogadicto, alcoholico y mujeriego ante todos jamás podré tener la tuición de mi hija.
—¿De dónde sacaste eso?— Musitó Taichi.
—¡Vaya! Poco te actualizas ¿e?— Respondió Yamato— Eso es lo que ha ocurrido.
—Dudo que sea así, Mimi jamás haría algo como eso.
—Pues créelo.— Contestó el Ishida— Ella es tan mentirosa como tú.
—¡Hey! Sé que no he hecho las cosas bien, pero no tienes que desquitarte conmigo o compararnos, al menos ella lo hizo por una razón.
—¿Es buena razón querer alejarme de mi hija?
—¡No!— Respondió Taichi— Me refiero a que salvó a su hija de su padre.
—Y de mi.
—¿Cómo no quieres ver la realidad de las cosas Ishida?— Preguntó el rubio.
Yamato simplemente frunció el ceño— Ya vi todo, no necesito ver más.— Antes de salir del departamento.
Hikari se detuvo al llegar a su salón de clases y divisar a su novio rubio, quién se encontraba bastante pensativo y a la vez triste.
Hizo una mueca.
Ayer no quedaron en buenos términos y eso no le gustó, ya que luego de hablar con su amiga Damar, quién les contó a Rika y ella la discusión con los Ishida, comprendió que Takeru tenía problemas mucho más graves que estar pendiente de sus celos.
Era inevitable recriminarse, en vez de estar enfadada con él, debía estar a su lado y lamentablemente no lo estaba haciendo.
Respiró profundo armandose de valor antes de comenzar a caminar hacia él.
Hikari se detuvo frente a él y respiró profundo— Takeru.
El rubio al escuchar su nombre salió de sus pensamientos y alzó la mirada— Hikari.
—Hola. — Respondió la castaña.
—Hola.
Un silencio tenso se hizo presente entre ellos.
—Me alegra verte. — Habló Hikari finalmente.
—¿Así? — Preguntó el rubio y bajó la mirada— Pensé que luego de ayer no querrías verme.
Hikari se mordió el labio inferior, lamentablemente ayer no fue un buen día, ni para su novio, ni para ella, ni para muchos.
—Es justo de eso que te quiero hablar, yo…—Se detuvo unos segundos— Ayer estaba muy enojada, me enfadé contigo cuando te vi hablar con esas dos chicas y en vez de preguntar que ocurría simplemente ignoré lo que...
—Kari.— Habló Tk la interrumpió— El día de ayer fue un día muy intenso para mí, necesitaba apoyo y en vez de obtenerlo, tú simplemente me criticaste.
—Lo siento, pero no pude evitarlo, tú sabes que...
—Si, lo sé, Catherine y tú jamás se han llevado bien, pero ayer lo que me ocurrió no se resumió en ella, ni siquiera era algo que me relacionaba a mi, si no que a mi familia y tú en vez de preocuparte preferiste enfadarte conmigo, sin siquiera preguntarme cual era la verdadera razón que estaba así.— El rubio suspiró— Ahora tampoco estoy de ánimos para continuar hablando de nosotros.— Necesitaba analizar toda esa situación con los Tachikawa, porque se sentía perdido— Permiso, pero no quiero hablar.
Fue así como el rubio se alejó dejando a la castaña sola y literalmente sin saber que hacer o decir, en realidad reprochandose así misma ¿tan ciega estaba con sus celos?
¡Ding, dong!
Ryo hizo sonar el timbre de la gran reja de la enorme casa millonaria en la cuál trabajaba su madre.
Se mordió el labio inferior, en verdad estaba nervioso y ansioso por hablar con su madre. Lamentablemente no contestó a sus llamadas, así que se vió obligado a ir hasta la casa en la cuál trabajaba.
¡Ding, dong!
Nuevamente tocó el timbre.
¡Ding, dong!
Por tercera vez.
A los pocos segundos una voz se escuchó— ¿Quién toca tanto?— Y la reja se abrió, aparenciendo frente a él una mujer pelinegra de piel morena y ojos azules, quién se sorprendió al ver a su hijo en ese lugar— Ryo.— Pronunció su nombre— Hijo ¿qué haces aquí?
Ryo observó a su madre sin decir palabra, no estaba seguro de enfrentarla por esto que le dijo Rumiko, ella generalmente le gustaba lastimar a otros, pero este tema era grave.
—¿Cómo has estado? Hace mucho no nos hemos vis...
—Vine a hablar contigo.— Ryo la interrumpió— ¿Tienes unos minutos?
—¿Conmigo?— Preguntó la mujer sorprendida— Ryo, estoy comenzando mi día laboral, no tengo tiem...
—¡Soy tu hijo! Merezco al menos unos minutos de tu día.— Respondió el chico.
La mujer Akiyama hizo una mueca ante esto— ¿Por qué me hablas así? Es como si estuvieras enojado.
¿Cómo no estarlo?
—Es porque estoy enojado.
—¿Por qué?— Preguntó su madre sorprendida.
—Por...—Ryo tragó saliva— Algo que supe, sobre ti.
—¿Sobre mi?— Cuestionó la pelinegra.
—Que se relaciona conmigo y...—El chico suspiró— Mi padre.
¿Qué?
La mujer Akiyama no pudo evitar sentirse impresionada ante esto— ¿So-sobre tu padre?
Ryo asintió—Por favor, dime la verdad.
—¿Qué verdad?
—Sobre él.— Respondió el Akiyama.
—¿Qué verdad de él?— Cuestionó la mujer.
—Necesito saber quién es.
—Tu sabes quién es.— Contestó la señora Akiyama— Hiroaki Ishi...
—¡No!— Ryo la interrumpió— Ya sé que él no es mi verdadero padre.
—¿Qué?— Preguntó su madre— Es mentira.
—¿Mentira?— Cuestionó el Akiyama— No digas que es mentira, porque ya sé que es verdad.
No, eso no era posible, ella misma se encargó de que no lo supiera.
—¿Verdad?— Cuestionó la pelinegra— No lo es.
—Por una razón en particular nunca permitiste que Hiroaki me hiciera un examen de ADN ¿no?
La mujer bajó la mirada— Ryo ¿quién te dijo eso?
—¡Da lo mismo quién me lo haya dicho! ¡Dime! ¿Es verdad o no?— Respondió Ryo— Si tanto dices que me quieres me dirás la verdad ¿soy o no?
Su madre mantuvo silencio ante esta afrenta, su peor pesadilla se hizo realidad, su hijo sabía la verdad y ahora la estaba enfrentando.
—Por favor, dime ¿soy o no soy hijo de Hiroaki?— Nuevamente preguntó el Akiyama— Y por favor, respondeme con la verdad, soy tu hijo, no merezco que me mientas con respecto a eso luego de haber sido humillado tantas veces por ese hombre que decías ser mi padre.
Un nudo se hizo presente en la garganta de Runo Akiyama, este momento que estaba viviendo jamás lo imagino, porque era como una pesadilla para ella. La mentira que ella había creado para vengarse de Natsuko por quitarle al hombre que amaba. Sin embargo, que le trajo el desprecio de este, ya que Hiroaki jamás lo quiso reconocer hasta tener pruebas de que fuera su hijo, las cuales no tenía.
—Madre.— Ryo alzó la voz— Dime ¿es verdad?
¡Rayos! Su hijo jamás le levantó la voz así, al contrario, el siempre la apoyo y fue respetuoso con ella porque era lo único que tenía.
Suspiró.
—Mamá ¿me seguirás mintien...
—Si.— Lo interrumpió— Es verdad, Hiroaki Ishida no es tu padre.
¿Qué?
—Yo mentí.— Se lamentó su madre—Jamás fuiste hijo de...—Se detuvo, no podía decir esto— Nunca fuiste un Ishida.
Damar observó su móvil, su clase estaba comenzando y ella no podía salir del Internado, porque Takuya aún no llegaba.
—¿Dónde está Takuya?— Musitó molesta.
—No sé.— Respondió Mimi.
Hace bastante le enviaron un mensaje a su hermano y todavía no llegaba.
¡Toc, toc!
La puerta sonó y Damar fue a abrir, fue así cuando se encontró con su hermano.
—¡Hasta que al fin llegas!— Musitó Damar.
—Disculpen la tardanza, pero estaba ocupado.— El moreno ingresó en el lugar— Pero ya llegué, díganme ¿qué ocurrió? ¿de qué quieren hablar?— Preguntó— ¡Un minuto! Damar tu deberías estar en la preparato...
—Si, lo sé, pero te tardaste bastante.— Interrumpió la menor— No sólo yo estoy faltando a clases, Mimi también.
Takuya hizo una mueca, estaba como loco buscando esos exámenes de ADN de los Minamoto.
—Bueno, lo importante es que llegué.— Dirigió su mirada a su melliza— Mimi ¿qué ocurrió?
—Satomi me llamó.
—¿Qué?— Preguntó Takuya sorprendido—¿La madrastra de Kouji?
—¿Quién más?— Cuestionó Damar.
El moreno rodó los ojos—¿Y qué te dijo?
—No mucho.— Respondió Mimi— Simplemente le dije que necesitaba hablar con ella sobre mi hija, mucha explicación no pude darle, ya que necesito estar frente a frente con ella, pero Satomi sabía que yo tenía una hija porque ella estuvo en la fiesta de los padres de Yamato.
Damar alzó las cejas— ¡Vaya! Al fin, esto es bueno.
—Si ¿Te dijo donde podemos encontrarla?
—Si.— Respondió Mimi— En su oficina, me citó esta tarde.
—Perfecto, vamos los tres.
—En realidad.— Habló la oji-miel— Los cité para darles a conocer una decisión que tomé.
—¿Decisión?— Preguntó Takuya— ¿Qué decisión?
—Que...—Mimi respiró profundo, esto no le gustaría a sus hermanos—Iré sola.
—¿Sola?— Preguntaron Damar y Takuya a la vez.
—No puedes ir sola.
—Claro que no.— Respondió la menor.
—Claro que sí.— Contestó Mimi— Necesito hacer esto por mi cuenta.
—Olvídalo.— Habló Takuya— Desde el principio dijimos que estaríamos juntos, los tres, frente a todo lo que tenga que ver con este tema ¿no?
—Si, lo dijimos.
—Entonces ¿por qué cambias de opinión?— Preguntó el moreno.
—Porque es necesario para mí hacer esto, sin ustedes. Alice dice que soy inmadura.— Habló Mimi— No lo soy, esta es la oportunidad para demostrarme a mi misma que puedo con esto y demostrarle a Alice que no necesito depender de otros, ya que en el juzgado será su abogado y ella, contra mi abogada y yo.
—Pero, Mimi...—Intentó hablar Takuya.
—Por favor.— La oji-miel lo interrumpió— Se los ruego, quiero ir sola.
—¿Y no has pensado en tus crisis de pánico?— Preguntó Damar.
—Si.— Respondió la mayor— Pero dudo que me dé, esta situación no será de estrés porque tendré que hablar con Satomi y si llegara a darme una crisis, tengo que aprender a frentarlas sola a ellas también.
Damar y Takuya intercambiaron miradas.
—Mimi, por favor, no lo hagas.— Rogó su mellizo.
—Lo siento, pueden rogarme, pero no cambiaré de opinión.— Contestó Mimi.
—Pero, Mimi, nosotros nos estamos preocupando por ti ¿enserio te crees capaz de ir sin nuestra ayuda?
—Agradezco que se preocupen, pero desde ya debo comenzar a hacerme responsable de mis problemas ¿si? Además, solo es una conversación, nada malo puede pasar.— Habló la oji-miel— Ni Yamato, ni sus hermanos estarán ahí.
Damar y Takuya nuevamente intercambiaron miradas.
—Por favor.— Rogó Mimi— Confien en mi. Si ustedes no lo hacen, nadie más lo hará.
Damar hizo una mueca— Sis, no es que no confiemos en ti, es simplemente que nos preocupamos por tu bien estar.
—Y se los agradezco por eso.— Respondió la Tachikawa— Pero necesito hacer esto, es demasiado importante para mi, necesito tomar el control, debo actuar como adulta.
—No es necesario que nos dejes a un lado para sentirte adulta.— Habló Takuya.
—No digo eso, es simplemente que de nosotros tres, yo me siento la más débil.— Musitó Mimi— Siempre dependo de ustedes para hacer todo y eso no está bien, ya que simplemente los he involucrado en problemas que no deberían tener, porque se supone que yo soy la madre de Natsumi.
—No son problemas, simplemente queremos estar a tu lado.—Contestó Damar.
—Si, sin embargo no puedo exhibirlos más, debo ser responsables y hacer las cosas por mi cuenta, con su apoyo, pero yo tomando la iniciativa.— Habló la oji-miel— Por favor, se los ruego, permitanme ir sola.— Rogó— Por favor.
Ambos negaron.
—Por todo el cariño y confianza que me tienen, dejen que vaya sola.
—Mimi, confiamos, esto no demuestra lo contrario.
—Y es porque te queremos que no te dejamos ir sola.— Habló Damar.
—Lo sé, pero por favor.— Rogó Mimi— Por toda esa confianza, cariño que me tienen y principalmente por el amor que también le tienen a Natsumi, permitanme.
Damar y Takuya intercambiaron miradas, finalmente ambos se convencieron.
—Está bien.— Respondió el moreno— Pero promete que si sucede algo nos llamarás.
Mimi asintió— Lo prometo, hermanito.
—¿En qué irás?— Preguntó Damar— ¿Y a qué hora?
—Satomi me dijo que a las dos.
—Le pediré Kouji que nos preste su auto.
—No es necesario, pediré un taxi.
—Bueno, entonces lo pagamos entre las dos.— Respondió la oji-ámbar—Ya que, tengo planeado ir a la peluquería.— Habló Damar, no era momento para centrarse en algo vanal, pero si le servía de excusa para estar cerca de Mimi, entonces iría.
—¿A la peluquería?— Cuestionó Mimi— ¿Por qué?
Damar volteo hacia su amiga— Me iré a cortar el cabello, me cansé de las puntas moradas y las quitaré.
—Debe ser una broma.
La verdad era que no.
Pero luego de las palabras de Alice no tenía ganas de seguir siendo una persona rebelde que buscaba molestar a su padre, porque sí, su cabello morado, sus ojos pintados de aquel color negro y su estilo hacían enfadar bastante a la persona que decía ser su padre.
—Olvída que te cortarás el cabello.
—¿Qué?— Preguntó Damar— Claro que sí.
—Claro que no.— Respondió Mimi— No tienes permiso, porque si tienes el cabello corto no tendré en quién probar peinados nuevos cuando quiera.
Damar hizo una mueca, jamás le gustó que la utilizaran como maniquí para probar nuevos peinados, pero su madre lo vivía haciendo y Mimi posterior a su muerte continuó con esto.
Por eso lo tenía tan largo.
Damar suspiró, en momentos como estos deseaba que Natsumi estuviera con Mimi, así la utilizaría a su hija como modelo para sus peinados y ella no tendría que prestar su cabeza.
—Mimi, ya tendrás a Natsumi para peinarla y será mejor con ese cabello rubio parecerá rizos de oro.
—Mientras no la tenga conmigo te necesitaré a ti.— Respondió Mimi—Además, dime ¿cuantos aguacates, aceites y miel has utilizado para que tu cabello crezca sano? Y lo cortarás como si nada.
—Esas mascarillas de cabello me las practicabas tú.
—Porque necesito una modelo en quién probar mis peinados.
—Tienes prohibido cortarte el cabello.— Musitó Mimi.
—Pero no...— Preguntó Damar.
—Entiende niña, te ves bien así.— Habló la mayor— Además ¿por qué de repente te da esta la locura de cortar tu cabello? Siempre te gustó tener las puntas moradas.
La menor hizo una mueca— Bueno, me gustaban porque así molestaba a nuestro padre, pero él no está aquí.— Respondió— Y si lo volvieramos a ver no buscaría tener más problemas con él de los que podríamos tener.
—Hablando de nuestro padre.— Takuya tomó la palabra— ¿Alguna de ustedes ha hablado con él?
Damar rió sarcásticamente— ¿Desde cuando él contesta mis llamadas?
Mimi hizo una mueca, por alguna razón su padre jamás tuvo buena relación con su hermana, generalmente la despreciaba, sin razón.
—¿Y tú, Mimi?— Takuya llamó a su melliza— ¿Te ha llamado o lo has llamado?
—No, no he intentado llamarlo, no nos conviene que aparezca por aquí.— Habló la oji-miel.
—Bueno, yo tampoco he recibido llamadas, ni mucho menos lo he llamado, pero deberíamos estar apercibidos.— Habló el moreno— No vaya a ser que uno de estos días él se aparezca por aquí.
—No llames a la desgracia, por favor.— Musitó Damar antes de tomar su mochila— Y mejor vamos a nuestras respectivas clases.
Sora mordía su dedo dedo pulgar derecho completamente nerviosa, su cuerpo temblaba y su mirada se fijaba simplemente en la puerta, no quería mirar la pantalla del monitor.
Tomoko y ella habían llegado al rededor de una hora a ese lugar, hablaron con la secretaria y luego de unos minutos de espera la matrona pudo atenderlas, le explicaron la situación, ella les explicó que pocas veces fallaba su método anticonceptivo, pero que ocurría. Si, lamentablemente ella era parte de 1% a la cuál le fallaba el método.
Fue así como luego de hablar, la señora Tanaka decidió hacerle una ecografía.
Exactamente ahora estaban en eso.
Respiró profundo intentando mantener la calma, pero era difícil, jamás pensó estar en esa situación, rogaba al cielo que los test estuvieran equivocados.
—¿Cómo ve al bebé doctora?— Preguntó Tomoko.
—Bastante bien.— Comentó la mujer—Está bien posicionado en el útero.— Pasó la sonda sobre el vientre de la pelirroja.
Tomoko observó la pantalla y luego a la Takenouchi, quién se reusaba a mirar. No le sorprendía, para ella debía ser difícil esta situación porque era joven y aquel bebé que esperaba no venía en buen momento para ella. Hace poco supo que su novio, padre de su hijo la engañaba. Una traición era difícil de asimilar, ella lo sabía.
—Me comentaron que no sabían exactamente cuantos meses tenía ¿no?— Musitó la matrona.
Tomoko dirigió su mirada a la mujer— Si ¿usted por la ecografía puede saberlo?
—Si.— Respondió la funcionaria de salud— Debo hacer algunas medidas para saber con certeza, pero por mis años de experiencia y por lo que puedo ver debe tener entre siete a ocho semanas.
¿Qué? ¿Tanto?
—Le daré volumen para escuchar su corazon.— Fue así como la señora Tanaka apretó un botón de la maquina.
Fue en ese momento que Sora sintió un nudo gigante en su garganta al escuchar aquellos latidos.
Eran fuertes y firmes.
—¡Vaya! Su corazon late con fuerza, está lleno de vida.— Musitó la matrona.
Tomoko sonrió, volteo hacia la pelirroja y tomó su mano— Sé que es difícil esta situación Sora, pero ¿enserio no quieres ver a tu hijo?
La Takenouchi ante esto no pudo sentir nerviosismo, pero Tomoko lograba trasmitirle fortaleza, ayuda y confianza.
Respiró profundo armandose de valor y volteo.
Ahí estaba.
Unas lágrimas rodaron por sus ojos.
Ese era su pequeño.
Taichi observó atentamente la pequeña bolsa trasparente que tenía en sus manos.
¿Qué era?
Cocaína que Ryo dejó tirado por el departamento.
Si, jamás tuvo buenas experiencias con estas cosas, pero ¿qué más podía hacer?
Quizás, esto lo ayudaría a olvidar todos sus problemas.
Ya nada valía en su vida, su novia lo dejó, su hermana estaba decepcionada de él, sus amigos se alejaron de él, literalmente perdió todo lo que tenía sentido en su vida por idiota.
Ya no tenía sentido vivir.
Nada arreglaría todo lo que hizo.
Fue así como bajó su mirada y esnifó la cocaína.
Rika observó atentamente la tarjeta frente a ella que tenía una gran título "Futuras carreras" Hizo una mueca, jamás le gustó pensar en su futuro, pero ya estaba en último año de preparatoria, todos en ese lugar colocaban presión para que sus compañeros y ella tomaran una decisión.
Llevó una mano a su frente, jamás tuvo eso tan claro como siempre lo tuvieron sus demás amigos, Takeru e Hikari, quienes a pesar de ser menores siempre han tenido un objetivo claro ser escritor y parvularia. También Damar, quién siempre tuvo en sus planes ser una respetable empresaria. Así como sus primos que...
¡Un minuto!
Alzó su mirada hacia el escritorio de amiga.
Ella no estaba.
—Damar nuevamente va a faltar ¿e?— Comentó la pelirroja observando su escritorio vacío— Mi amiga en verdad se está ganando una repetición de curso.— Monologó para sí misma—Su sueño de ser empresaria no va a funcionar si sigue actuando de esa manera.— Dirigió su mirada hacia la hoja e hizo una mueca— Al menos ella tiene claro que quiere ser cuando grande.— Dirigió su mirada hacia Takato— ¿Tú has rellenado la ficha?
El chico alzó la mirada—Si.— Respondió el castaño— Algo he escrito.
—¿Algo?— Preguntó Rika—Tienes más de cinco opciones. Eso es comparación a lo mío.
Takato observó su tarjeta— No tienes nada.
—Si, no la he llenado.— Contestó Rika.
—¿Por qué?
—Porque no sé que quiero.
—¿No sabes que quieres? ¿Jamás has pensado en estudiar luego de salir?
Rika hizo una mueca— Con las notas que llevo veo poco posible que me reciban en una universidad.
—Actualmente no tienes malas calificaciones.— Respondió Takato— Al menos los últimos exámenes aprobaste bien, si continuas así no terminarás con mal promedio.
—Sería un milagro.— Comentó la pelirroja.
—¿Enserio? ¿No te causa emoción salir y estudiar algo?— Preguntó el castaño— Dime ¿cuál era tu sueño de niña?
—¿Sueño de niña?— Cuestionó Rika.
—Si, tu sueño de niña.— Respondió Takato— ¿Jamás tuviste uno?
—¿E?— Balbuceo la Nonaka— Cuando era niña vivía soñando, pero ¿a qué viene esa pregunta?
—A que tal vez ahí encuentres algo.
—Bueno, no creo que sirva de mucho.— Comentó la pelirroja.
—¿Jamás soñaste cuando eras niña?
—Pues...—Rika hizo una mueca— Si, soñaba mucho, tenía muchos planes para mi futuro, pero ninguno de esos sueños es posible, soñar, desear e imaginar solamente son cosas sin sentido.
—¿Por qué lo dices?— Preguntó Takato— Claro que tienen sentido.
—Bueno, para mí no, jamás se ha cumplido algo que yo anhele. Mi sueño de niña era conocer a mi padre y...—Una sonrisa triste se formó en sus labios— Tener hermanos.
¿Hermanos?
Takato alzó una ceja.
—Si, suena loco, pero me aburría sola, quería tener alguien con quién jugar.— Habló la pelirroja— En pocas palabras, quería tener una familia normal, quería tener mucho dinero y comprarle cosas a mi abuela, ya que ella fue la persona que me crió.
"Familia normal"
Takato hizo una mueca, tal vez él no tuvo hermanos, pero siempre tuvo el cariño de sus padres y era consciente de la ausencia de este en la vida de la Nonaka. Seguramente no era fácil, él sin el apoyo de sus padres no sería lo que es hoy.
—¿Sabes? Ahora que lo pienso, cuando era niña y mi abuela se sentía mal, jugábamos a la enfermera. Yo la atendía, le entregaba sus medicinas y le colocaba paños fríos en la frente.— Comentó Rika— Y le decía que en un futuro yo sería su enfer...—Bajó la mirada y sintió un nudo en la garganta— Lamentablemente ya no será posible, ella está muerta y jamás regresará.
¡Rayos!
El castaño rápidamente tomó tu mano— ¡Hey! No te sientas triste, tal vez, ella no está para tí, pero en donde quiera que esté debe estar orgullosa de ti.
—¿Orgullosa?— Preguntó Rika— Me convertí en una drogadicta, alcoholica, que simplemente buscaba problemas.
—Eso fue antes, yo me refiero a lo que eres ahora.— Respondió el chico— Has cambiado, dejaste las drogas, has ido a terapias, incluso has mejora tu condición física.— Rió ante esto último y Rika también— Ella debe estar orgullosa, desde el cielo seguramente te está mirando y debe estar feliz. Esperando que te conviertas en esa enfermera.
—Dudo que me convierta en aquello.— Comentó la pelirroja— Como soy yo, terminaría enfermando a los convalecientes en vez de ayudarlos.
—Si hubieras continuado en las drogas sí, pero ahora no.— Contestó Takato— Deberías ser optimista y pensar en que puedes hacerlo, si tu lo deseas puedes lograr lo que te propongas así como fue dejar las drogas.
Rika sonrió de lado, este chico sin duda era un ángel caído del cielo, demasiado bueno y puro para esta tierra pecadora. Desde que llegó al Internado permanecía a su lado, dandole ánimos y siendo su luz entre tanta oscuridad.
Por eso estaba enamorada de él.
—Me hubiera encantado que hubieras conocido a mi abuela.— Musitó Rika— A ella le hubiese encantado que yo esté con alguien tan amable como tú.— Observó a ambos lados percatándose de que la profesora no la viera y rápidamente depositó un beso en los labios del castaño.
Takato ante esto no pudo evitar sonrojarse y a la vez sentirse un tanto culpable. Si, culpable. Por más que intentaba, no podía alejarse de esa chica, su vida, su historia era demasiado para él, la sentía sola y él era el único que logró ver más allá.
Suspiró.
Sabía que debía cumplir con una labor, pero necesitaba relajarse, si era muy insistente u obvio, sería descubierto y no quería eso.
Además, sentía que su relación con Rika no merecía ser afectada, al menos por el momento, ya que nada señalaba que ella estuviera involucrada directamente en aquello que ocurrió con su tía.
Y cada vez que la pelirroja lo besaba sentía...
Algo inexplicable.
—¿Mamá que haces aquí?— Preguntó Izumi sorprendida de ver nuevamente a su madre en aquel lugar. Esto era inusual, no recordaba cuando fue la última vez que vió tantas veces seguidas a su madre.
—Vine a hablar contigo.— Respondió Natsuko— Y con tu hermano mayor.
Yamato llevaba muchos días evadiendola y necesitaba hablar con él sobre ese tema que tanto los avergonzaba desde que salió a la luz.
—Lo siento, él no está aquí y dudo que quiera hablar contigo.— Contestó Izumi, ayer le dejó bien claro que no quería hablar con su madre, algo totalmente razonable, Natsuko Ishida simplemente traía problemas.
—No le va a quedar de otra más que escucharme.— Contestó la oji-azul— Él no dejó en vergüenza con su descuido.
—¿Descuido?— Preguntó la oji-verde— ¿Así te refieeres a tu nieta?
—No es mi nieta.— Respondió Natsuko— Es una niña que nunca debió nacer.
—Hablas como un monstruo.— Comentó Izumi— Pero ¿qué digo? Eres un monstruo.
Natsuko frunció el ceño, su hija verdaderamente era insoportable, aunque no fuera hija de Hiroaki sanguíneamente, en caracter era igual, demasiado nefasta. Algunas veces se pregunta ¿por qué decidió tenerla? Sólo era un problema para ella, siempre la avergonzaba.
—No me faltes el respeto, soy tu madre.
—Cuando te conviene eres mi madre.— Respondió la adolescente.
Tuvo intenciones de responder que no, pero la verdad de las cosas era que sí, cuando le convenía se consideraba su madre.
—Aún así debes respetarme.— Contestó Natsuko.
Izumi rodó los ojos— Ya, deja de molestarme y dime ¿qué quieres hablar conmigo?
—De tu cena de ayer.— Respondió la adulta— ¿Cómo te fue en tu cita con Junpei?
Era increíble. Si, increíble. Su madre jamás fue atenta con ella y últimamente estaba bastante cerca de ella por dinero.
Izumi rodó los ojos— Bien.— Respondió— Pero no fue agradable. Al menos no para mi.
—¿Por qué?— Cuestionó la oji-azul— ¿Acaso lo aburriste con tus conversaciones?
La oji-verde rió para sus adentros— ¿Yo? En realidad él, es demasiado aburrido, inmaduro y baboso. Hablamos de todo, menos de negocios.
—Eso es bueno.— Contestó Natsuko— Al menos no dejaste ver tus intereses.
—¿Mis intereses?— Preguntó Izumi— ¿Querrás decir los tuyos?
—Como sea.— Musitó la oji-azul.
—Esto es estupido.— Murmuró la adolescente— ¿Sabes que va a estudiar?— Preguntó Izumi— Fotografía.
Natsuko alzó una ceja.
—Porque no le gustan los negocios.— Continuo la oji-verde— Encuentra que son aburridos, come como si no hubiera un mañana, no sabe usar los cubiertos ¿sabes que pidió? Coca-cola, porque no toma alcohol. Es prácticamente un niño.— Esta con él sería como criar a un niño.
—¿Y?
Izumi no pudo evitar sentirse sorprendida ante esa pregunta ¿acaso no era obvio?
—Ese chico no nos ayudará en nada.
—Eso es lo que piensas, pero sea lo que estudie, él es el único heredero a la empresa de su madre y ahora más que nunca necesito que invierta.— Respondió Natsuko.
La oji-verde frunció el ceño.
—Y mejor si es como un niño, será más manipulable.— Comentó la oji-azul.
Como siempre, su madre viendo a las personas como objeto.
—Madre, me aburrí de estar conversación.— Izumi rodó los ojos— Dejame en paz ¿si?
—Hey, detente.— Natsuko respondió molesta antes de tomarla fuertemente del brazo y obligarla a voltear— A mi no me dejarás con la palabra en la boca, aún no terminamos de hablar. Dime ¿qué más ocurrió?
—Sueltame, me estás lastimando.— Respondió la oji-verde.
—No, hasta que me respondas.— Contestó Natsuko— Dime ¿hubo más? Escuché que está organizando una fiesta ¿te invitió?
—Ayer no.— Habló Izumi— Pero hoy sí, me invitó a una fiesta.— Musitó Izumi— De seguro será con globos y piñata, típica de niños de kinder.
—Bueno, sea como sea supongo que asistirás.
—No tengo ganas.— Respondió la oji-verde.
—¿No?— Cuestionó Natsuko— Esto no trata de ganas, trata del futuro de nuestra empresa, así que debes ir.
—No quiero.
—No te queda opción, debes lograr que ese chico caiga a tus pies para que podamos tener el dinero de su empresa.— Habló Natsuko— ¿O quieres que tu padre caiga a prisión?
Otra vez esa amenaza.
Su madre le daba en su punto más débil.
—No quiero que mi padre caiga en prisión.
—Entonces, tendrás que obedecer.— Respondió Natsuko—Así que escoge un lindo vestido, elegante que te haga ver lo suficientemente atractiva para enamorar a ese chico. Yo también iré a la fiesta.
—¿Qué? Debe ser una broma.— Musitó Izumi.
—No, no lo es.— Contestó la oji-azul— Será como una aprobación a la futura relación que tendrán.
Tomoko y Sora ingresaron al taxi que las llevaría al Internado.
La pelirroja llevaba en sus manos una carpeta, la matrona le dijo que en aquella carpeta llevaría todos los registros de sus controles médicos.
—¿Y bien?— Tomoko llamó su atención— ¿Qué opinas? ¿Cómo estás? ¿Te sientes un poco más tranquila?
Buena pregunta.
—La verdad es que al principio no.— Respondió la pelirroja— Pero luego de ver a mi bebé...—Suspiró— Todo cambio, aunque...
El silencio se hizo presente.
Tenía muchos sentimientos encontrados, luego de ver a su bebé quería tenerlo luego en sus brazos, pero cuando caía en la triste realidad de que todavía era menor de edad, que no terminaba sus estudios y que debía decirle a su familia, en verdad se sentía mal.
—Todo esto es difícil para mí, jamás pensé en quedar embarazada a tan joven edad.— Declaró finalmente— Sobretodo con la familia que tengo jamás pensé en quedar embarazada soltera, usted sabe señora Kimura como es mi familia.— Nuevamente suspiró— Imaginar su reacción me aterra.
Tomoko hizo una mueca, la situación de todos esos jóvenes era difícil por el estatus social, pero más para ella, después de todo tenía una familia de ascendencia Islam, por esto, en sus tierras podría ser apedreada o sentenciada a morir. Sabía que la señora Hurrem, su abuela no lo haría, pero si serían capaz de casarla con Taichi y eso no era agradable, ya que este la engañó y una infidelidad no es fácil de perdonar, ella lo sabía más que nadie.
—Tranquila Sora.— Respondió la mujer— Entiendo tu preocupación, pero desde ahora en adelante lo más importante para tí debe ser tu bebé, después de todo, él no tiene la culpa de venir al mundo.
—Lo sé.— Contestó la pelirroja antes de llevar sus manos a su vientre. Al principio quiso culparlo, pero fue imposible esa vida que venía en camino era inocente— La única responsable de esto soy yo con mis decisiones y Ta...—Se detuvo— Y Taichi.
Recién era consciente de eso.
Tragó saliva.
Él también era responsable de esto, finalmente él tamién debía cuidarse ¿no?
—Demás queda decir que él debe saber que tendrás de él.— Musitó Tomoko— Pero, lógicamente no te diré cuando, después de todo tú debes tomar esa decisión, porque debes asegurarte que independiente de su reacción, tú estarás bien.
—¿Su reacción?— Cuestionó Sora— ¿Quieres decir que reaccionará mal?
—No.— Se apresuró a responder Tomoko y tomó su mano— No me refiero a eso, pero cuando le digas la verdad debes ser consciente de que él también es joven, su relación terminó hace poco y puede reaccionar de multiples formas, tanto para bien, como para mal.
Si, habían múltiples reacciones, pero luego de la forma en que se comportó no tenía ganas de hablar con él, ni decirle lo de su embarazo, después de todo él la engañó, no quería que hijo o hija tuviera a un infiel como padre.
¡Pero!
También era consciente de que no podía ocultar la verdad, no quería que le ocurriera lo mismo que ahora estaba viviendo con Yamato.
La sinceridad debía ir por delante.
—Por el momento lo mejor será que descanses ¿Si?— Habló Tomoko— Ahora más que nunca debes evitar toda situación de estrés y respetar la licencia que te dió la matrona.
Sora asintió— Eso haré.
—Cualquier cosa que necesites, puedes contar conmigo.— Habló Tomoko— Aunque estoy segura que podrás salir adelante, eres joven, pero fuerte y lograrás sobrellevar esto.
~Horas después~
Kiriha observó atentamente su laptop y llevó una mano decepcionado a su frente.
"Préstamo denegado"
¡Rayos! Una vez más le negaban la posibilidad de tener dinero para recuperar la empresa de sus padres. Lo peor de todo era que esta era la única salvación que le quedaba, ya que ningún empresario "amigo" de su padre quiso invertir en su empresa.
Apretó su puño.
Esto era estresante.
Bajó su mirada a la carpeta que teníe en sus manos y observó las últimas cuentas que su contador le mandó.
Hizo una mueca.
¿Por qué la vida debía ser tan difícil?
Alzó su mriada en dirección a su laptop, necesitaba cuadrar algunas cosas.
—Hello.— Una voz femenina se hizo presente y una mano se posó en su hombro.
Kiriha alzó la mirada encontrándose con cierta chica castaña—¿Nene?— Pronunció su nombre— ¿Qué haces aquí?
—Vine a tomar una malteada.— Respondió Nene antes de tomar asiento— Y te vi solo, así que quise hacerte compañía.
—No es necesario.— Respondió Kiriha mientras observaba su laptop.
—¿Estás muy ocupado?
—Algo así.— Contestó el rubio.
—Supongo que estás estudiando.— Comentó Nene y tomó una de las hojas— Dime ¿qué carrera cursas?
—Negocios Internacionales.— Respondió Kiriha.
—Negocios Internacionales ¿e?— Comentó Nene— Supongo que es para tomar la gran empresa que tus millonarios padres te heredaron y extenderla por el mundo ¿no?
El rubio hizo una mueca—Ex gran empresa.— Corrigió— Ahora ya no es importante.
—¿No?— Preguntó Nene— ¿Por qué?
El rubio hizo una mueca— No creo que te interese.— A nadie en ese lugar le importaba escuchar la historia triste de personas que perdían su dinero, salvo que quisieran burlarse.
—Tal vez, pero no tengo más que hacer.— Respondió la castaña.
—No soy plato de segunda mesa.— Comentó el rubio.
—No es agradable sentir eso ¿e?
Kiriha rodó los ojos y volvió su mirada a su laptop.
—Ya, dime ¿de qué trata?
—No creo que entiendas.— Respondió el oji-azul.
—Ni creas.— Contestó Nene— Mi sueño era ser cantante y por culpa de mi madre estoy estudiando Administración de Empresas.— Comentó— Mención Marketing, claro, me encargaré de todo lo que seducir al cliente.— Pasó una mano de manera sensual sobre su brazo— Algo entiendo de negocios y esas cosas.
Kiriha alzó una ceja sorprendido, no tenía idea de que estuviera estudiando algo así, tenía un aspecto bastante superficial como para estudiar algo tan serio como Administración de Empresas.
—Ya, dime ¿De qué tratan todos tus gráficos y cuentas?
—Estoy buscando inversionista, pero dudo que los encuentre.— Contestó Kiriha.
—¿Inversionistas?— Preguntó Nene— ¿Tus padres no tenían antes de morir? ¿O no tienen amigos millonarios en su círculo social que te ayuden?
Era común que en círculo social se crearan amistades por inversiones en empresa y dinero.
—Si tenían, pero no puedo confiar en ellos.— Habló el rubio— A los supuestos amigos de mi padre y a nuestra familia jamás le importó que la empresa cayera.— Musitó— Y a dejarme...— Susurró esto último, sin embargo Nene lo escuchó.
—¿Dejarte?— Cuestionó la castaña.
—¿E?— Balbuceo el rubio ante esto y alzó la mirada.
—¿A qué te refieres con eso?— Preguntó Nene.
—A nada.— Respondió Kiriha— Olvídalo.
Nene alzó una ceja— Por algo debiste decirle.— Comentó— Mejor dicho, susurrado.— Se cruzó de brazos—Dime ¿por qué dices eso?
—Por nada.
—¿Enserio?
—Bueno, si lo digo por algo.— Comentó el oji-azul— Por mi empresa.— Intentó desvíar el tema— Nadie quiere invertir en mi empresa, frente a todos soy un niño intentando sacar una empresa caída adelante, todos lo ven como un juego y no enserio, sobretodo luego de saber que mi tió perdió todo.
¡Vaya! Al parecer ese chico era más que una cara bonita o un simple guitarrista de banda, habían muchos datos de su pasado que desconocía.
—Pero vendiendo drogas no creo que logres mucho ¿no?— Comentó la castaña.
—Algo he logrado.— Respondió Kiriha— Pero no es lo suficiente.— Era muy difícil camuflar el dinero en billetes frente al banco, era demasiado obvio que venía de un negocio ilegal.
Nene dirigió su mirada hacia la carpeta— Dime ¿De qué trata tu empresa?
—Vinos.
—¿Vinos?— Preguntó la castaña— ¿Acaso tienen viñedos?
Kiriha asintió— Teníamos.— Respondió— Antes en Italia, pero mi tío los perdió, desde entonces la empresa se encarga de expotarlos, pero al paso que vamos perderemos incluso eso.
—¿Tan mal administrador es tu tío?
El oji-azul asintió— Es un borracho, alcohólico, que no sabe de la vida. Perdió muchas cosas, lo único que tengo es la casa de mis padres, pero porque lo demandé, si no lo hubiese hecho ni eso tendríamos.
—Que mal.— Musitó la castaña.
El rubio asintió— Si, pero así es la vida.
Lamentablemente.
Para algunos era muy injusta.
Quizás él no era perfecto, pero desde que sus padres no estaban con él, su vida simplemente cayó en desgracia y seguía cayendo, nada volvería a revivir la empresa de sus padres. Así como nadie le dió una luz de esperanza luego de quedar solo en la vida.
Nene observó atentamente el papel que tenía el logo de la empresa. Debía hacerle algunas preguntas a Yuu sobre esto.
Mimi ingresó al restaurante en donde acordó encontrarse con la madrastra de Kouji.
Aclaró su garganta, se encontraba un tanto nerviosa, sentía sus manos frías y temblaba, como si tuviera la presión baja, pero sabía que era por la situación. Esto que haría a continuación sería actuar como adulta, el primer paso para callar a Alice y recuperar a su hija.
Respiró profundo y se armó de valor para buscar con su mirada a la abogada.
Observó a su al rededor y en una mesa se encontró a una mujer castaña de ojos cafés, anteojos y un elegante traje femenino negro.
La reconoció al instante y sin dudar más se acercó a ella.
—Señora Minamoto.— La llamó cuando estuvo cerca de la mujer, quién al escuchar su voz alzó la mirada.
—Señorita Tachikawa.— Respondió Satomi.
—Me alegra verla.
—Lo mismo digo.— Contestó la mujer y señaló una silla frente a ella— Toma asiento.
Mimi asintió y obedeció la orden.
—Me sorprendió mucho que acudieras a mi.— Habló la señora Minamoto— Me comentaste que es sobre tu hija.
—Pues si, es sobre mi hija.— Respondió la oji-miel— Lamentablemente he tenido unos problemas con respecto a ella.
—Me imagino, luego de como todos supimos de ella en la fiesta de Natsuko e Hiroaki.— Habló Satomi— Debes tener problemas con ellos ¿no?
Mimi hizo una mueca— He tenido algunos leves, pero mis problemas principales y por la cuál necesito su ayuda no es por ellos.
—¿No?
Mimi negó— Necesito de sus servicios para recuperar a mi hija.
—¿Recuperarla?— Preguntó la castaña.
La oji-miel asintió— Porque su madre adoptiva me demandó por su custodia y necesito alguien para contraatacar.
Hikari caminó tras su novio, quién la ignoró todo el día e insistía en no escucharla.
—Takeru.— Lo llamó— Takeru.— Apresuró sus pasos— Takeru.— Lo tomó del brazo.
El rubio se detuvo y volteo hacia su novia— Hikari, por favor, dejame en paz ¿si? Mañana podemos hablar, hoy no estoy de humor.
—Pero necesito aclarar lo que ocurrió.
—Entiendo, pero luego ¿si? Ahora debo solucionar otros temas.
—¿Qué temas?— Preguntó Hikari— ¿Con Catherine?
—¿Ves?— El rubio alzó la voz— ¿Otra vez tus celos?
¡Rayos!
—Takeru, discúlpame, por favor.
—Disculpame Hikari ¿si?— Habló el rubio— Pero en verdad, necesito estar solo.— Últimamente sentía que la castaña simplemente desconfiaba de él y eso no le agradaba. Él la amaba, pero que no creyese en él le hacia doler el corazón.
Hikari bajó la mirada triste ignorando completamente que a los pocos metros se encontraba un chico moreno quién iba caminando hacia el Internado para cambiarse de ropa e ir al entrenamiento, sin embargo, no pasó desapercibido para él la discusión entre ambos adolescentes, algo completamente extraño, porque ella se caracterizaba por estar acompañada de su mejor amigo, Takeru. Todos los recuerdos que él tenía de esa chica eran junto a el hermano menor de Yamato.
No tenía buen rostro, estaba triste.
Hizo una mueca y se acercó a ella, no quería ser entrometido, pero el rostro de la castaña no era bueno, al contrario, unas lágrimas caían por sus mejillas.
—Hikari.— La llamó.
—¿Ta-takuya?— La castaña se sorprendió al verlo y rápidamente secó sus lágrimas— ¿Qué haces aquí?
—Iba en camino al Internado y te vi.— Respondió el moreno— Triste.— Continuo— Disculpa, pero ¿es mi idea o estabas discutiendo con Takeru?
—¿E?— Balbuceo la chica y asintió— ¿Nos escuchaste?
—Algo.— Respondió el moreno— Pero era evidente que no estaban agrados y ahora que te veo así, es obvio que algo malo ocurrió.
Hikari suspiró, no valía la pena fingir, él los vió discutir—Pues si. Discutimos.
—¿Por qué?— Cuestionó— Por favor, no me digas que otra vez es por el problema entre los Ishida y nosotros.— Hace poco habían discutido por aquello e Hikari se lo comentó. Se sintió agradecido por parte de la Yagami al darles su apoyo, pero también se sintió culpable, no quería que este secreto arruinara su relación como lo hizo con Mimi-Yamato y Izumi-él.
—No.— Contestó la Yagami— No discutimos por aquello esta vez.
—Menos mal.— Musitó el moreno aliviado, sin embargo el rostro triste de la castaña no pasó desapercibido para él— Entonces ¿qué ocurrió? ¿Por qué discutieron?
Hikari hizo una mueca y Takuya se dió cuenta.
—Ups, disculpa si soy entrometido.— Respondió el moreno— Tal vez, no quieras decirme.
—Hey, no te disculpes.— Contestó Hikari— Es simplemente que no sé como reaccionar ante esta situación.
Recientemente se sentía pérdida en muchos sentidos, en su vida personal de manera anímica, en la relación con su hermano y ahora en su relación con Takeru, esto último era preocupante, ya que no lograba sobrellevarlo sola porque él era su pilar, polo a tierra, su luz en medio de la oscuridad y sin él, perdía rumbo. Generalmente recurría a su hermano a pedir consejo, pero ahora más que nunca se sentía sola.
—¿Por qué?— Preguntó el moreno.
—Porque, creo que estoy haciendo todo mal.— Respondió la Yagami— Y no sé como arreglar esto.
—¿Arreglar qué?—Cuestionó Takuya sin entender.
—Lo que siento.— Contestó Hikari— Y como estoy actuando.
—¿Qué sientes Hikari?
Sentía muchas cosas: Inseguridades, desconfianza, enojo, entre otras cosas. Pero la forma más rápido de resumirlo era en una palabra.
—Celos.
—¿Celos?— Preguntó el moreno— ¿Estás celosa?
Hikari asintió.
—Pero ¿por qué?— Cuestionó Takuya— ¿Y de quién?
—De Catherine.— Respondió la Yagami— Esa francesa que por tanto tiempo se ha encargado de hacerme la vida imposible. Lo peor es que sé que no debería sentir esto, porque Takeru es buen chico, pero me es imposible.
—¿Sabes? Los celos, es algo común que se dan en las parejas, lamentablemente y aunque queramos luchar contra ellos es difícil.— Respondió Takuya— Sin embargo, no es imposible vencerlos, sobretodo estando en tu lugar, Takeru te adora, siempre ha sido así, ha rechazado a muchas chicas por estar contigo y lo sabes, no tienes que temer.
—Si, pero luego de lo que pasó con Sora y mi hermano tengo miedo, ellos también eran como nosotros, tenían una relación hace años, Taichi decía amar y querer a su novia, pero la engañó de igual forme con Catherine.— Contestó Hikari— Justo con esa chica que siempre se ha encargado de molestarme.
—Entiendo lo que sientes.— Evidentemente esa rubia lograba florecer aquellas inseguridades en la Yagami— Pero no compares a Takeru con tu hermano, Taichi tomó sus decisiones con su relación, pero eso no significa que tu relación con Takeru será lo mismo.— Musitó— Al contrario, Tk te adora y lo sabes, siempre ha sido así, no tienes que dudar de él, porque no lo merece.
Era increíble como hablaba Takuya de Takeru, apesar de todos los problemas entre sus hermanos, aún tenía buenas expectativas de él por la amistad que un día tuvieron. Eso hablaba muy bien del hermano de Mimi.
Hikari suspiró— Si, tienes razón, no los merece, pero es como si algo se apoderara de mí.
—No me sorprende, a todos nos ha ocurrido.— Comentó Takuya— Pero cuando sientas eso, ve nuevamente al gimnasio y ya sabes, golpea el saco.
Si, al parecer eso haría a continuación para liberar toda esa tensión.
¡Bip, bip!
Su móvil sonó.
—Permiso.— Musitó la chica antes de sacar su móvil de su chaqueta.
Alzó una ceja.
Tenía un mensaje de su ex cuñada.
(De: Sora)
Necesito hablar contigo, es un tema urgente.
Ven a mi departamento, por favor.
—Takuya.— Alzó su mirada hacia el moreno— Muchas gracias por subirme el ánimo y darme consejos.
—No me agradezcas.— Respondió Takuya— Para eso están los amigos ¿no?
Hikari sonrió y asintió— Claro.— Comentó antes de depositar un beso en su mejilla— Permiso, debo retirarme.
—No te preocupes, yo también debo ir a cambiarme para ir a mi entrenamiento.
—Cuando quedé embarazada...—Habló Mimi— Apenas tenía quince años. Apenas era una adolescente, no una niña, porque para quedar embarazada no debía ser una.— Suspiró— Sin embargo, era muy pequeña, por eso mismo mi padre quiso que abortara y me llevó a una clínica.
—¿De ahí salió la cita médica que Ryo envió?
Mimi asintió— Pero fue contra mi voluntad.— Respondió—Gracias al cielo que no estaba en el tiempo apto para hacerlo, tenía más de tres meses, en parte supe cuidarme, ya que no le dije antes a mi padre de mi embarazo para cuidar de mi bebé. Así que no pudo hacer nada, aunque eso no quitó que tuviera todo en secreto, literalmente me aisló de todo y planeó quitarme a mi bebé cuando naciera.
—Para cuidar tu honra ¿no?
Mimi asintió—Si, pero lo impedí, ya que acudí a una amiga de mis hermanos y mía que siempre estuvo a nuestro lado, quién podía darle un buen pasar a mi hija, que la cuidaría y que prometió reconocer siempre mi maternidad.— Respondió la castaña— Mis hermanos y yo logramos crear un plan y nos arreglamos todos los meses le depositamos dinero.— Suspiró— Literalmente fui una madre presente aunque no pude reconocerla en el registro civil a Natsumi.
Satomi alzó una ceja— Comprendo.
—Esa mujer se llama Alice Amano y ella tiene a mi hija, Natsumi a su cuidado. Y como dije, cuando le entregué a mi hija acordamos que siempre reconocería mi maternidad, ya que yo esperaría la mayoría de edad para cuidarla. Sin embargo...—Suspiró— El último tiempo las cosas entre nosotras no han ido muy bien, ella conoció a un hombre, está embarazada de él y ambos tienen planes de matrimonio, porque quieren formar familia. Cosa que está bien, pero que provocó que me pidiera que tomara una decisión.
—¿Qué decisión?
—Si me iba a quedar con mi hija de manera definitiva o si le iba a dar a mi hija de manera absoluta.— Respondió Mimi— Yo no quería tomar esa decisión, ya que me arriesgaba alejarla de ella, porque lógicamente yo no iba a renunciar a mi hija, así fue como tomé la decisión de tomar su custodia.
—¿A esta edad?
—Si.— Contestó la castaña— A esta edad, frente a la ley Japonesa soy menor de edad, pero Natsumi está nacionalizada estadounidense y a pesar de todo, siempre estuvo en mis planes tomar su custodia, usted sabe que mi familia tiene dinero y podía correr con los gastos. Incluso me iba a salir del Internado si era necesario, porque hoy en día se apoya a la madre soltera para que continue estudiando. Sin embargo...—Hizo una mueca— A la madre adoptiva de mi hija no le gustó mi decisión y por esto mismo me demandó.— De su bolso sacó su carpeta— Aquí tiene la demanda.
Satomi recibió la carpeta y la abrió, efectivamente ahí estaba la demanda.
—Por eso, acudí a usted.— Habló Mimi— Porque necesito ganar en esta demanda y quedarme con mi hija.
—Quiero felicitarte, Catherine.— Musitó Nanami— En verdad lograste molestar a Takeru con tus comentarios y con las publicaciones de Instagram los Ishida echaban chispas por los ojos.
—Bueno, escogiste una buena aliada.— Comentó la rubia— Fácil fue convencer a mis amigos para molestar, después de todo, les gustan los chismes.
La sobrina de Rumiko sonrió— ¿Y bien? ¿Qué quieres a cambio?
—Que Taichi se mantenga alejado de Sora.— Respondió Catherine— ¿Es mucho pedir?
—No.— Contestó la chica de ojos lila-rosa— Sora ya lo odia, no debes preocuparte por ella. Por lo que te debes preocupar es de seducir a Taichi ¿sabes? Y si es posible hacer que más decepcionado se sientan su hermana y su ex de él.
—¿Así?— Preguntó Catherine— ¿Y cómo hago eso?
—Simple.— Nanami sacó de su bolsillo una bolsita trasparente con un polvo— El Yagami ama las drogas, dandole un poco, hará que más decepcionadas se sientan esas dos chicas de él.
La rubia hizo una mueca— Disculpa, pero yo no consumo drogas.
—Tú no tonta.— Respondió la oji-rosa— Él.
—Disculpa, pero no puedo.— Contestó la francesa, podía hacer muchas cosas, menos hacer que consumiera aquellas sustancias, después de todo, esas cosas eran lo peor de la vida.
Nanami rió— No seas débil, con esto lograrías mucho.
—Si, pero eso le afectaría la salud y yo no quiero hacer eso.— Respondió Catherine— Yo lo quiero de verdad.
—¿Lo quieres?
¡Vaya! Al parecer esta chica era débil, aunque no culpaba, todos tenían un amor platónico que luego las desilucionaba. Por eso ella no buscaba amor ahora, si no que pasión.
—Si y por eso, no le daré esas sustancias.
Nanami hizo una mueca— Bueno, ahora no, pero si las necesitas solo pidemelas, sería divertido ver como se alejan más Sora e Hikari de él.
—Disculpa Mimi, pero hay un problema, tú eres menor de edad, puedo ayudarte, pero eso siempre será un problema, considerando que no trabajas, ni has sacado tu carrera.— Respondió la madrastra de Kouji— Además, ella puede ganar si esa hija jamás estuvo reconocida por ti.
—Pues si, tiene muchas de ganar.— Contestó Mimi— Pero tengo algo que me respalda, ambas firmamos una declaración jurada notarial, en la cuál ella cuidaría a mi hija hasta que cumpliera la edad según la ley japonesa y luego me devolvería a Natsumi sin objeción.
Satomi alzó las cejas sorprendida— ¿Una declaración jurada notarial?
—Si, aquí está.— Respondió Mimi antes de entregarle una carpeta— Ella incumplió esa declaración, ya que antes que se cumpliera el tiempo me pidió la custodia de mi hija, sin que yo tuviera la mayoría de edad, ni finalizado mis estudios. Además, a lo largo del tiempo le he dado el dinero correspondientes y tengo pruebas del pago ¿Con ella podría tener razones para pedir la custodia de mi hija?
—Claro, esto cambia todo.— Contestó la señora Minamoto— Y puede darte puntos a favor y es razón suficiente para que yo te ayude en este juicio.
Mimi sonrió ante esto.
Un abatido, atormentado y triste Ryo caminaba de un lado a otro en su habitación sin poder creer que la persona que más amaba en el mundo, su madre, le mintió por tanto tiempo.
~Horas atrás~
—¿Permitiste que creciera creyendo en una mentira?— Preguntó el oji-azul— ¿Qué le reclamara a un hombre los derechos que no le correspondían?— Tragó saliva— ¿Preferiste que creciera con rencor a personas que un día fueron mis amigos y que le hiciera con ello la vida imposible?
—Hijo, no es así.
—Claro que si es así.— Contestó el castaño— Siempre me dijiste que los Ishida nos arruinaron la vida al no reconocerme como parte de su familia, que ellos se encargaron de dejarte pobre y hacerte la vida imposible. Cuando en realidad no fue así.
—Claro que sí me hicieron la vida imposible.— Respondió la mujer— Natsuko me quitó al hombre que quería. Hiroaki prefirió a esa zorra adinerada antes que a mí, incluso reconoció a una hija que no era suya.
—Pero quisiste que a mi me reconociera ¿no?— Habló Ryo— A pesar de que no era, querías que hiciera aquello.
—Porque yo lo amaba, a diferencia de Natsuko.
—Mentira, simplemente quisiste ganar dinero en base a mí.— Contestó el castaño— No porque lo amarás, ya que si lo hubieras hecho no te hubieras acostado con otro para quedar embarazada de mi.
—Ryo, tú sabes que yo...— Runo cerró los ojos y suspiró— Yo no tenía buena vida, trabaja vendiendo mi cuerpo y pensé que Hiroaki me iba a sacar de ese agujero, pero no lo hizo.
—Yo quería hacerlo.— Habló Ryo— Pero ¿sabes? Tú me sumergiste en un agujero a mi, al criarme con todo ese odio y rencor en mi vida, cuando ellos no lo merecían. Provocaste que me sintiera solo, triste, abandonado y peor...—Apretó su puño— Desde que tú me dijiste esa mentira arruiné mi relación de amistad con muchas personas a las cuales tu culpaste. Le di drogas a Takeru, me involucré con Izumi para avergonzarla. Le hice la vida miserable a Yamato, dandole drogas, alcohol y peor, revelé ese secreto tan delicado para él.
—No estuvo mal lo que hiciste, después de todo demostraste que no era tan perfectos como decían ser.
—¿Estás loca?— Preguntó el chico— ¡Claro que estuvo mal! Y yo lo sabía, pero no importó simplemente para llevar a cabo la venganza por el rencor que tu plantaste en mí. Rencor ¡Qué nunca debió existir!
—Ellos me lastimaron.— Habló la mujer— Hiroaki, Natsuko, sus hijos no merecían ser felices a causa de eso.
—Te equivocas, ellos no son culpables de los errores de sus padres ¡Así como yo no era culpable de lo que Hiroaki te hizo! Nunca debí odiarlo, porque jamás tuve una razón más que tú.— Respondió Ryo— Él no es mi padre.
—Hijo, yo...—Runo bajó la mirada y posó sus manos en su vientre— En verdad quería que fueras su hijo y...
—¿Para qué? Para vengarte, eso está mal.— Respondió Ryo— Bien sabías que no lo era, no tenías que utilizarme en su contra.
—Ryo, jamás quise que me odiaras por eso, simplemente quería darte una buena vida.
—No me la diste, supuesta madre.— Habló el chico— Al contrario, creyendo que Hiroaki era mi padre y me que rechazaba arruinaste toda mi vida, jamás fui feliz.
Runo se mordió el labio inferior, en verdad le dolía escuchar esas palabras.
—Dime ¿quién es mi verdadero padre?
La mujer alzó la mirada—Hijo, no creo que sea lo mejor.
—Claro que sí, merezco saberlo.— Respondió Ryo.
—Hijo, yo no puedo decirte...
—¡Claro que sí! Pero no me sorprende que no, después de todo, no te importó engañarme toda mi vida.— Habló el chico— ¿Sabes qué? Olvídate de que tienes un hijo ¿si? Nunca más volveré a considerarte mi madre.
—Hijo, no me hagas esto.— Rogó la mujer— Por favor, yo te quiero.
—Si me quisieras, jamás me hubieras permitido convertirme en el monstruo que soy.— Respondió Ryo totalmente furioso.
~Actualidad~
Lágrimas cayeron de su rostro, aún no podía creer en aquella verdad.
Llevó sus manos a su cabeza.
¿Por qué?
Era la pregunta que más se repetía en su mente.
¿Por qué le mintió? ¿Por qué permitió que tuviera un mal pasar en su vida por culpa de alguien que jamás tuvo la responsabilidad de reconocerlo? ¿Por qué su madre fue tan cruel?
Lo peor de todo era que por esa verdad hizo mucho daño, por defender a su madre, por lastima a la vida que le negaron. Pero en realidad nunca fue.
Tragó saliva.
¿Por qué su madre lo había decepcionado de esta forma?
Él siempre intentó ser buen hijo, obedecerle en todo, darle lo mejor. Incluso se involucró en los negocios ilegales de su primo ¡Únicamente para darle una mejor vida a su madre! No era lo mejor, pero siempre lo hizo para ayudar a su madre, porque no quería que continuara trabajando de esa forma tan humillante.
Pero a ella no le importó verlo sufrir por un padre que en realidad no era su padre y lo rechazaba a diario.
Lo peor de todo era que a raíz de eso hizo cosas malas que...¡Rayos! Quizás, esto se lo merecía, por todo el daño que provocó en personas que no merecían su odio, por todas aquellas víctimas a las cuáles les ofreció drogas, por aquella cocinera que cayó en prisión por su culpa al drogar a todos en...
Esa noche.
~Tres años atrás~
—¿Estás seguro de esto?— Henry le preguntó a Ryo.
—Claro.— Contestó el castaño sonriendo mientras observaba un gran frasco en sus manos que contenía GHB (éxtasis líquido) combinado con MDMA— Las hormonas y el deseo sexual aumentarán esta noche.
El chico Wrong hizo una mueca y sonrió— En verdad estás loco.
—No es locura, solo quiero que esta noche sea divertida, no como ayer.— Respondió antes de vertir el líquido sobre la olla con arroz— Ahora todos probarán las drogas.
~Actualidad~
—Tenemos que hablar.
—No quiero hablar contigo.— Respondió Yamato.
Kouji rodó los ojos— ¿Enserio serás tan inmaduro y dejarás que esta situación nos haga discutir?
Ellos jamás tuvieron problemas, siempre fueron buenos amigos ¿Por qué ahora debían cambiar las cosas?
—Tú escogiste estar del bando de Mi...—Se detuvo a decir su nombre— Esa chica que se hace llamar madre de mi hija.
—¿Cómo es posible que hables tan mal de la madre de tu hija?— Preguntó Kouji.
Yamato rodó los ojos— Entiendo que para tí no es lógico, después de todo decidiste apoyar a los Tachikawa, porque estás cegado por Damar y no ves la realidad.
—¿Cegado por Damar?— Cuestionó el Minamoto— ¿Qué tonterías dices? No estoy cegado. El único que está cegado por su odio e ira eres tú, Yamato.
El rubio frunció el ceño— Lo dices, porque no sabes que se siente que te mientan de esta forma.
—Puede que no.— Respondió Kouji— Pero supongo que eres inteligente, tienes la capacidad de pensar y razonar ¿Cómo es posible que te dejes llevar por la ira y no por la cabeza?
—Simplemente estoy haciendo lo que debo hacer.— Contestó Yamato.
—Claro que no.
—No me sorprende que no me entiendas.— Musitó el rubio.
—Te entiendo, pero también alguien debe hacerte ver que estás actuando mal.
—No me intentes convencer de eso.— Comentó el Ishida—Debo imaginar que tu nueva novia te pidió que vinieras a hablar conmigo y me convencieras de aquello para defender a su hermana ¿no?
—Damar no me pidió nada de eso.
—Entonces ¿por qué estás del lado de los Tachikawa?
—No trata de lados, trata de pensar.
Yamato rodó los ojos— ¿Sabes? Tal vez si trata de lados.— Habló— Porque aquellos que están con ellos, están contra mí.
—¿Qué?— Preguntó Kouji— En verdad estás actuando como un imbécil, Ishida ¡Piensa!
—¡No necesito pensar nada!— Respondió el rubio— Estoy bien en mi postura ¡Y ya deja de intentar convencerme!
Justo en ese momento en el lugar ingresaron Kiriha y Ryouma.
—Hey ¿Qué son esos gritos?— Preguntó el peligris.
—¡No te interesa!— Respondió Yamato antes de dejar su instrumento en el suelo y caminar en dirección a la salida.
—¿Dónde vas?
—Me largo de aquí.
—Tenemos que ensayar.— Habló Kiriha.
—No voy a ensayar.
—¿Qué?— Preguntaron Kiriha y Ryouma a la vez.
—Lo que escucharon.— Respondió Yamato.
—¡Genial! Otra vez no vamos a ensayar.— Comentó Ryouma con ironía.
—Esto ya parece chiste Ishida.— Declaró Kiriha molesto provocando que Yamato detuviera su marcha y volteara hacia él— Si vas a continuar siendo tan inmaduro, entonces ¿Por qué seguimos con esta banda? Se suponía que nuestros problemas personales quedarían fuera y tú eres el que menos ha respetado esa regla.
—No estoy de humor Aonuma.— Respondió Yamato.
—¿Y tú crees que nosotros sí?— Preguntó Kiriha— ¿Qué tenemos tiempo de sobra para perder en una banda que no avanza por tus estúpidos problemas?
El Ishida frunció el ceño— Tú no sabes que significa tener problemas de verdad.
—Claro que lo sé, mejor dicho, aquí todos lo sabemos.— Respondió Kiriha— Tal vez ninguno aquí tenga una hija o ha pasado lo que tú estás pasando, pero cada quién tiene sus propios problemas, que no sean los mismo no significan que sean menos importante.
Kouji analizó las palabras del Aonuma y por primera vez le encontró razón, él no sabía a que problemas se refería Kiriha con los suyos propios, pero Yamato se las estaba dando de protagonista atormentado y no sólo aquí, también cuando hablaba con Mimi.
—Kiriha tiene razón.— Musitó Ryouma— Y aunque no te guste reconocerlo, debes recordar que dijimos que los problemas personales no iban a interferir en nuestro desempeño.
Yamato se mordió el labio inferior— Eso fue antes de saber que estoy rodeado de ineptos.
Kouji rodó los ojos— Culpando a los demás y viendo a todos como villanos por la situación que estás viviendo no te servirá de nada.— Declaró molesto, porque sabía que en cierto modo lo decía por él, al estar en el "bando Tachikawa"
—Genial, incluso aquí te pondrás en mi contra, amigo.— Habló Yamato son ironía.
—No es eso, Yamato.— Respondió el Minamoto— Te lo repetiré una última vez, estás actuando demasiado infantil, en todos lados buscando enemigo, siempre a la defensiva, reacciona una buena vez.
—¿Lo dices por la banda o por qué tu nueva novia te lo pidió?— Preguntó el Ishida.
Kouji rodó los ojos— Damar no me dijo nada.— Contestó— Y pues sí, no hablo solo de la banda si no de los demás, ya que tú estás involucrando tus problemas personales con los ensayos.
—Antes tú nos reclamabas que no poniamos atención y la dedicación necesaria a la banda, según tú, éramos inmaduros, pero ¿qué? Mira como actúas.— Habló Kiriha.
—Al paso que vas, terminaremos haciendo lo mismo que hicimos con Ryo al sacarlo de la banda.— Musitó Ryouma.
¿Qué?
—¿Acaso eso quieren?— Preguntó Yamato.
—No, pero no nos estás dejando otra opción.— Respondió el peligris.
—Apenas quedarían tres, no podrían hacer mucho.— Comentó el Ishida— Sería una banda incompetente.
—Ya es incompetente desde que comenzaste a relacionar los problemas personales con ella.— Respondió Kiriha.
—Entonces ¿por qué sigues participando en ella?— Preguntó Yamato.
—Esa pregunta también te la podría hacer a ti.— Respondió Kiriha.
—Es obvio que no quieres seguir.— Habló Ryouma.
—¿Y sabes? Luego de todo esto que está ocurriendo yo tampoco quiero continuar.— Declaró el Aonuma.
—Ni yo.— Esta vez declaró Kouji sorprendiendo a todos.
—¿Qué?— Preguntó Yamato.
—Lo que escuchaste.— Respondió el Minamoto, él último tiempo simplemente estaban con problemas entre ellos, por problemas personales o externos, valía la pena continuar— Tú mismo dijiste que tienes problemas y como dice Kiriha, cada quién los tiene por afuera, si no vamos a ser capaces de lidiar con ellos para continuar con la banda, entonces ¿qué hacemos aquí?
Ya se lo había dicho días atrás a Yamato, cuando Kiriha y Ryouma por primera vez enfrentaron a Yamato, incluso le advirtió al Ishida que en el último tiempo la banda estaba yéndose al suelo, si no le daban la importancia que merecía, la banda se terminaría separando.
—No logramos ponernos de acuerdo, solo discutimos, perdimos un integrante, no hemos cumplido con los conciertos que nos ofrecieron.— Enumeró Kouji— Ni siquiera musicalmente estamos bien.
—Esta banda ya no tiene sentido.— Murmuró Kiriha cruzándose de brazos.
Yamato hizo una mueca— ¿Y qué solución proponen?— Preguntó— ¿Separarnos?
—Pues sí.— Respondió el Aonuma.
—Al parecer es la única opción.— Contestó Ryouma.
—Todos estamos cansados y hartos de lidiar con los otros ¿para qué vamos a seguir soportandonos?— Musitó Kiriha.
—Entonces ¿esa es su solución?— Cuestionó el Ishida.
—Si.— Respondió el Aonuma— Lo mejor será disolver la banda.
Mimi abrió sus ojos a más no poder completamente impresionada al ver a su hermana castaña antiguamente de puntas moradas y ahora...¿Rubias?
Damar tenía un cabello californiano perfecto, pero le sorprendía, ya que juraba que su hermana quería volver a su cabello natural y era evidente que no estaba agradada, estaba completamente enojada.
—Damar ¿Qué te sucedió?— Preguntó Mimi— Tu cabello está...— Alzó una ceja— ¿Rubio? ¿Decolorado?
Era extraño ver a su hermana así, su cabello era castaño claro, cuando eran pequeñas unos mechones colorines resaltaban en su cabello (atributo leve que heredó de su madre), sin embargo, nunca llegó a tener el cabello tan claro como ahora.
Damar frunció el ceño, en verdad estaba enfadada.
—¿No seguiste mi consejo de pedirle que te regresara a tu cabello normal?
—Fue lo que hice.— Respondió la menor— Para quitar mis puntas moradas le dije a la señora que me tiñera castaño, le pregunté ¿lo compro yo o usted lo tiene? Ella me respondió que lo tenía, así que confíe en ella, fue así como me dispuse en sus manos. Estábamos comenzando cuando llegó otra chica que le pidió que le decolorara su cabello. ¡Y se equivocó!— Alzó la voz— Confundió los tintes, a la chica que estaba al lado le aplicó el tinte castaño y a mí me aplicó la decoloración, cuando me di cuenta ya era tarde.
Mimi hizo una mueca y pasó una mano para su cabello— ¿Y por qué no le pediste que te aplicara el tinte castaño sobre el decolorado?
—Le pedí, pero no pudo, porque si lo hacia terminaría quemando mi cabello.— Respondió Damar—Lo peor de todo es que no solo me tendré que acostumbrar a ver la mitad de mi cabello rubio frente al espejo, si no que no podré alisar mi cabello.— Reclamó la castaña— Ya que no es recomendable aplicarle calor al cabello decolorado, tendré que lucir mis ondas naturales.
—Tu cabello no se ve muy maltratado.
Damar negó— La señora dijo que se debió al cabello sano que tenía.
—Hey, de algo te sirvieron mis mascarillas ¿no?
Damar suspiró— Debí haber hecho lo que pensé desde el principio, cortar mi cabello.
—Olvídalo.— Respondió la mayor.
—Bueno, princess tampoco te ves mal, al contrario, el color rubio resalta el color de tu piel.— Musitó Mimi— Y ahora que lo pienso, se te verán lindos los múltiples peinados que probaré en ti.
—¡Olvídalo!— Exclamó Damar— Lo que necesitaré ahora es mucha paciencia para cuidar mi cabello como si fuera un tesoro.
Mimi simplemente rió— Y tendrás que mantener tus vucles.
—Esos que tú también odias.— Contestó la castaña— También llevas el cabello liso ¿no?
—No estamos hablando de mi, si no que de ti.— Respondió la mayor.
—Pues me cansé de hablar de mi.— Damar rodó los ojos y se cruzó de brazos— Hablemos algo más serio, no sé, como tu junta con Satomi. Parece que estás feliz, supongo que te fue bien ¿no?
Mimi asintió— La verdad es que sí.— Respondió— Al principio no mucho, ya que es una situación difícil, ella me explicó que lamentablemente yo tengo muchas cosas en contra. Lo único a favor era la sangre, pero las cosas se ven mal.— Suspiró— Mas, tenías razón, esa declaración notarial era lo que necesitábamos. Cuando se la mostré se dió cuenta que habían más cosas a nuestro favor.
—¿Y aceptó a ayudarnos?
—Si.— Contestó la oji-ámbar— Sin embargo, me señaló que Alice buscará anular esa declaración.
—Lo sé.— Respondió la oji-miel— Pero que lo haya firmado significa un acuerdo.
Mimi asintió— Exacto y hará todo lo posible por ayudarnos.
Miyako pasó su mirada por cierto chico de cabello azabache y ojos azules que se encontraba a la distancia leyendo un libro. Hizo una mueca, debía hablar con él, pero exactamente no sabía si era lo correcto o una estupidez.
Esos examenes que leyó, sabía que no era algo de incumbencia, pero exactamente no sabía porque el Kimura los tenía en su poder. Quizás, él los mandó a hacer y fue error quedarse con ellos, o tal vez, no tenía idea de que estaban ahí, si no le hubiera preguntado por ellos ¿no?
Fuera como fuera, en realidad fue un error mantenerlos en su poder ¿Por qué era tan entrometida?
Suspiró.
Quería salir de esto.
Bajó su mirada hacia el sobre que tenía en sus manos, respiró profundo, debía hablar con él sobre los exámenes, al menos antes de que Juri llegara, ya que luego se dedicaría a arreglar ese otro tema. Sin decir más, se armó de valor para caminar en dirección al Kimura.
—¡Hey!— Alzó la voz— Hola Koichi.
El oji-azul levantó la mirada— Miyako.— Se sorprendió al verla— Hola.
—Que bueno que te encuentro, necesito hablar contigo.— Musitó la peli-lila.
—¿Estás muy ocupado?— Preguntó la chica.
—Un poco, pero ¿por qué me buscabas?— Cuestionó Koichi— ¿Ocurrió algo?
—Necesito hablar contigo.
—Que bueno, porque yo también necesito hablar contigo.
La chica tomó asiento a su lado— ¿A sí? ¿De qué?
—Comienza tú.— Respondió Koichi— Las mujeres primero. Dime ¿De qué querías hablar?
—Bueno, en realidad quería hacerte una pregunta.— Habló la Inoue— Es que el otro día cuando te saqué las copias me dió mucha curiosidad todo lo que leí ¿sabes?
—¿Los apuntes de anatomía?
La chica asintió—Habían algunos apuntes que hablaban de ADN y me sorprendió, yo pensé que Anatomía se relacionaba con estructuras y no con los genes. Bueno, yo no soy buena biología, pero en mi ignorancia pensaba aquello.
—La verdad es que en el ramo de Anatomía no se analiza los ADN, sin querer se me cayeron los papeles y terminé mezclando Anatomía con Biología Molecular y otros papeles sin sentido.— Comentó Koichi— Ya te lo había explicado.
—¿A si? ¿Y esos apuntes de ADN son de Biología Molecular?
Koichi asintió.
—Y exactamente que están analizando con ello ¿El cuerpo o exánemes específicos?
Koichi alzó una ceja sorprendido de su pregunta— Simplemente en las células, pero nada en particular, recién comenzamos a ver aquello.— Respondió— No hemos revisado exámenes, ya que apenas estamos viendo lo básico y aquello se ve en el Internado casi al final de la carrera.
—Comprendo.— Bajó su mirada al sobre.
—¿Por qué me haces estas preguntas?— Preguntó Koichi. Lo que tenía entendido era que esa chica amaba las computadoras, no biología, medicina, ni nada que ver con Ciencias.
—Porque...— La Inoue no pudo seguir hablando, ya que frente a sus ojos apareció su amiga.
—Mira, Juri está ahí.— Comentó Koichi al verla.
La castaña observó a su alrededor.
—Juri, aquí estoy.— La Inoue gritó llamando su atención.
Juri volteo y se sorprendió al ver a su amiga junto al Kimura. Con duda se acercó a ella—Miyako, pensé que estabas sola...
—¿E?— La chica balbuceo.
—Si quieres las dejo.— Habló rápidamente Koichi.
—¿E? N-no, no te preocupes.— Respondió la castaña antes de irse— Yo me voy.— Y antes que alguien pudiera decirle algo se alejó del lugar a toda velocidad.
El Kimura hizo una mueca— ¿Qué le ocurre a Juri?— Le preguntó a Miyako— Últimamente ha estado muy extraña, siento como si me esquivara y no sé porque.
La chica de anteojos hizo una mueca— ¿Enserio preguntas?
—¿No debería?— Preguntó Koichi sin entender.
Miyako rodó los ojos, era increíble que no se diera cuenta— ¿Enserio no te imaginas la razón?
El Kimura negó— Pues no.
—Típico de los hombres.— Musitó la chica Inoue.
—¿Típico?— Preguntó Koichi— ¿Qué haces?
—¿Cómo es posible que siendo tan inteligente no te des cuenta de algo tan simple como esto?— Preguntó la chica de anteojos.
Más desconcierto para el oji-azul, en verdad no entendía a lo que se refería Miyako.
—¿Darme cuenta de qué?
—De que Juri está ce...— Miyako no pudo finalizar ya que al lugar llegó una cuarta persona, esta vez era una chica rubia de ojos rosa.
—Koichi.
—Ai.
—Hola.— Saludó la adolescente—Disculpa que te moleste, pero ¿recuerdas que me prometiste ayudarme con Biología antes de tu viaje?
¡Rayos! Se le había olvidado. Entre tantas cosas, no recordó que debía cumplir con su alumna. Si, alumna, ya que para ganar dinero hacia clases particulares a aquellos que se les dificultaba. Así podía financiar algunos gastos suyos y no ser una carga para su madre.
—Disculpa, no me di cuenta, pero altiro te atiendo.— Respondió Koichi antes de voltear hacia su amiga de anteojos— Lo siento Miyako, pero debo hacer esta clase. Tú sabes...— El dinero no siempre sobraba (Al menos no en su caso, ya que estaba bajo la custodia de su madre y Kousei le daba dinero, pero no el suficiente, estudiar medicina salía caro)
—No te preocupes, luego hablamos.— Contestó Miyako.
Koichi asintió— Si, claro.— Fue así como se puso de pie y tanto Ai como él abandonaron el lugar dejando sola a la Inoue.
Miyako ante esto suspiró, fue a hablar con el Kimura por dos razones en particular, esos exámenes y su amiga, pero ningún problema pudo resolver, lamentablemente. Sacó el sobre detrás de su espalda y lo observó evidentemente Koichi no tenía idea que los tuvo en su poder.
El silencio se hizo presente ante la proposición hecha por Kiriha hace unos minutos.
"Disolver la banda"
Esa idea en otro momento hubiera sido completamente descartada por los integrantes de aquella banda, pero actualmente las cosas iban de mal en peor. Tenían muchos problemas tanto externos como internos, apenas se soportaban y era evidente que su amor por la música no era mayor que sus falencias.
—¿Disolver?— Preguntó Yamato— ¿Quieren disolver la banda?
Jamás pensó en esa posibilidad, siempre vio a la banda como una prioridad en su vida, quizás no estaba demostrando esto el último tiempo, pero eso no significaba que no quisiera continuar en ella.
—Si, disolver.— Respondió Kiriha— Está más que claro que cada quién está lidiando en sus problemas, no tenemos cabeza para pensar en una banda que posiblemente se destruya de aquí a un tiempo más.
Aunque no hablaran de aquello, todos eran conscientes de que soñar con ser músicos quedaba en un Hobbie de Adolescentes. Cada quién tenía responsabilidades y planes para el futuro que solo financiarian con un buen trabajo.
—La banda dejó de ser nuestra prioridad.— Comentó esta vez Kouji— Desde el minuto en que permitimos que problemas personales se relacionaran con nosotros. Así que, no tiene sentido que continuemos cantando juntos.
—Además, tenemos muchas diferencias musicales, nos cuesta llegar a un consenso y luego de ese escándalo de Ryo hemos pérdido popularidad.— Habló Ryouma.
Yamato se mordió el labio inferior, esto no podía ser verdad. Él tenía problemas, pero jamás pensó que llegaría a ese extremo.
—Pero, hemos logrado mucho.
—Si, pero tú mismo lo dijiste, somos una banda inepta.— Musitó Kiriha— No tenemos futuro. Y si soy sincero no tengo tiempo para continuar en una banda que no tiene futuro y con ello soportando tu odioso comportamiento a raíz de tus problemas.— Entendía que no la pasara bien, pero se estaba desquitando con todos por algo que solo lo relacionaba a él— Así que renuncio.— Fue lo último que dijo antes de caminar en dirección a salida.
¿Qué?
Yamato no pudo creer esto, Kiriha estaba dejando la banda.
—Bueno, quedamos solo tres de cinco.— Respondió Ryouma— Y como dijiste Yamato, tres ineptos no hacen mucho, así que también renuncio.
—Debe ser broma.— Musitó el Ishida.
—No, no lo es.— Respondió Ryouma antes de dirigirse a la salida.
Yamato dirigió su mirada hacia Kouji— Esto no puede ser.— Musitó— No podemos quedarnos sin banda.
—¿Y qué esperabas?— Preguntó el Minamoto— Yo te dije que si continuabas así, involucrando tus problemas personales, la banda se terminaría dividiendo.— Se cruzó de brazos— Y si te soy sincero, yo tampoco tengo ganas de seguir en esto.
—¿También vas a renunciar a la banda?
—Ya no hay banda, Ishida.— Respondió Kouji antes de dirigirse a la salida.
Yamato se quedó solo en el lugar procesando toda la información totalmente incredúlo.
¿Qué ocurrió hace unos segundos?
Todos habían renunciado a la banda ¿a causa de su comportamiento? No, esto no era posible.
¿O si?
Ya ocurrió así que si era posible.
—¡Demonios!— Apretó su puño y lo estrelló contra la pared.
Nanami observó a su alrededor, hace bastante tiempo no veía a Mimi, acto que la estaba alarmando, ya que en un pequeño descuido podía toparse con Yamato y arreglar las cosas ¡Arruinando su plan!
No quería admitirlo, pero los Ishida eran débiles, los Tachikawa con pequeñas palabras conmovedoras hacian cambiar de opinión a los rubios.
¡Bingo!
Pensó al divisar a su amiga a los lejos.
Fue así como caminó hacia ella.
—Mimi.— Nanami llamó a su amiga.
—Hola Nanami.— Respondió la castaña.
—Me alegra verte.—Musitó la rubia— Te estaba buscando, pero no te encontré, ni en tu departamento, ni en la Universidad ¿Dónde estabas?
—Fui a hablar con Satomi Minamoto.— Respondió la Tachikawa— La madrastra de Kouji.
—¿Y por qué fuiste a hablar con ella?— Contestó Nanami.
—Por el tema de la demanda que Alice me puso.— Contestó la castaña— Necesito una abogada y como ya sabes, esa es su profesión.
—La demanda de Alice.— Repitió la rubia— En la cuál quiere quitarte a tu hija ¿no?
Mimi asintió.
—Supongo que no será fácil vencer aquella demanda.
—No.— Contestó la castaña— Pero Satomi hará todo lo posible por ayudarme.
—¿A si?— Preguntó Nanami— ¿Cómo?
—Buscando información, yendo a hablar con el abogado de Alice, entre otras cosas.— Habló Mimi— Ya sabes, cosas de abogados.
—Comprendo.— Musitó la rubia— Pero ¿no te presentó problemas al ser menor de edad ante la ley japonesa?
—Si, al principio.— Respondió Mimi— Pero ella es tan amorosa, amable y accedió a ayudarme.
—Que bien.— Habló Nanami— Me alegro por ti.
La castaña sonrió.
En esos minutos Mimi no lo sabía, pero la rubia en verdad celebraba.
Yamato también iba a contratar a Satomi.
Sonrió, ya veía venir dos problemas, uno por la demanda y el próximo cuando se enterara que Mimi también la contrató a la misma abogada que él escogió. La lucha por ella sería interesante. Pero un paso a la vez, primero le diría que supo de una abogada sin decirle quién era, para no levantar sospecha.
Sora llevó sus manos a vientre aún sin poder creer en aquella noticia que tan inesperadamente recibió. Aún no podía creer que dentro suyo se formaba una vida.
Tenía muchas preguntas, la insertidumbre llenaba su ser.
En verdad era difícil creer que le hubiese ocurrido esto, ella se cuidaba, jamás pensó que este método le fallase, sin embargo había sucedió ¿Por qué? Ni idea. El destino quería que trajera una vida a este mundo y por eso quedó embarazada aunque la posibilidad era casi nula.
Una vida
Era extraño pensar que en su ser se estuviera formando un pequeño o una pequeña...
¡Vaya! Hasta eso era incierto ¿Sería niño o niña? Siempre quiso tener un hombre, pero era muy pronto ¿Cuando lo sabría? ¿Se parecería a su padre o a ella?
¡Rayos!
Se mordió el labio inferior.
El padre de su criatura era Taichi, el chico que le fue infiel, si se parecía a él no sabía si podría soportarlo ¿O tal vez sí? Después de todo sería sangre de su sangre, jamás podría rechazarlo por simplemente ser hijo de ese sin vergüenza.
¡Toc, toc!
El sonido de la puerta llamó su atención.
Fue así que se levantó del sofá y caminó en dirección a la puerta, la cuál abrió encontrándose con la castaña hermana de Taichi.
—Hola Sora.
—Hikari, que bueno que llegaste.— Musitó la pelirroja.
—Apenas me enviaste mensaje vine directo hacia aquí.— Respondió Hikari— Dime ¿por qué me enviaste ese mensaje? ¿Ocurrió algo?
—¿E?— Balbuceo la pelirroja— Ven, entra, es un tanto extenso.
La castaña alzó una ceja sorprendida, pero obedeció e ingresó al departamento.
—Muchas gracias por atender a mi llamado rápidamente.
—Me dijiste que era urgente.— Respondió Hikari.
—¿E? S-si.— Balbuceo Sora.
—¿Ocurrió algo?— Preguntó Hikari preocupada— ¿Cómo te has sentido últimamente? ¿Cómo está tu salud?
La pelirroja hizo una mueca—Un poco débil, pero mejor que ayer.— Respondió Sora— Pero mejor ¿Y tú? ¿Cómo estás?
—Aquí.— Comentó la castaña— Con algunos problemas, pero sobreviviendo.
—¿Problemas?— Preguntó Sora— ¿Qué problemas?
Hikari hizo una mueca, tuvo intenciones de responder, pero se contuvo, la pelirroja ya tenía mucho con sus propios problemas amorosos provocados por la estúpida de Catherine y su hermano.
—Unos que ya resolveré...—Comentó Hikari— Pero, dime ¿por qué me citaste con tanta urgencia? ¿Ocurrió algo?
—¿E? Si, algo ocurrió.
—¿Qué cosa?
—Algo que necesito hablar contigo.— Respondió la pelirroja— Porque necesito de tu ayuda.
—¿De mi ayuda?— Preguntó la castaña sorprendida.
La Takenouchi asintió.
—¿Qué ocurrió?
Sora se quedó en silencio sin saber exactamente como responder.
—¿Ocurrió algo con mi hermano?
—¿E?— Sora nuevamente balbuceo antes de tomar asiento en un sofá—N-no.— Respondió— En realidad si.— Musitó indecisa— No, pero sí.
—¿Cómo es eso?— Cuestionó la Yagami antes de tomar asiento en un sofá frente a Sora.
—Bueno, es que se relaciona con Taichi, pero en parte es un problema y por otro no.— Contestó la pelirroja.
Para Hikari no pasó desaprecibido el nerviosismo que sentía su ex cuñada— Sora, estás temblando.
¿Qué?
La Takenouchi recién fue consciente de esto— ¡Rayos!— Murmuró.
Fue en ese entonces que la Yagami en verdad se preocupó— Sora no me digas que algo grave ocurrió.
—E-es algo importante Hikari.— Musitó la pelirroja.
—¿Importante?
Sora asintió— Te lo diré porque confió en ti y sé que si te lo digo no lo divulgarás, porque es un secreto.
—¿Secreto?— Preguntó la castaña— ¿Qué secreto?
—Sobre lo que me ocurre.— Respondió la Takenouchi— Es algo inesperado, te parecerá absurdo, pero es verdad.— Respondió sin atreverse mirar al rostro a la chica— Y que necesito decirte, porque mereces saberlo, porque confío en ti.
Sora llevó sus manos a su vientre y aunque intentó hablar las palabras se vieron interrumpidas por un nudo en su garganta.
Hizo una mueca.
No era para menos, esto no fácil.
—Sora...— Hikari la llamó— ¿Qué ocurre?
La pelirroja suspiró, lo mejor era decirle, ella merecía saberlo— Estoy embarazada de Taichi.
¿Qué?
La impresión fue algo instantaneo en el rostro de la castaña.
—Vas a tener un sobrino.
Rika se observó atentamente en el gran espejo de su departamento. Estaba vestida con una blusa blanca, un pantalón mostaza de tela y unas zapatillas blancas. Además, llevaba su cabello suelto, levemente pintó sus labios con un brillo (Literalmente luchó contra viento y marea para que no echarse en exceso)
Sonrió.
Se veía bien, se sentía bien ¡Pero!
Tomó un short de mezclilla, no sabía si cambiarse los pantalones por ese short. Ambos eran de su estilo, pero no sabía cuál era mejor.
Necesitaba una segunda opinión.
Justo en esos momentos la puerta se abrió y divisó por el espejo a su mejor amiga.
—Damar llegaste justo a tiempo.— Rika volteo hacia ella— Necesito una segunda opinión.
—¿Opinión?— La chica preguntó con sus manos en los bolsillo de su chaqueta— ¿De qué?
—De mi ropa.— Respondió la pelirroja, alzó una ceja— ¿Por qué llevas el gorro de tu chaqueta sobre tu cabeza? ¿Estaba lloviendo?
Damar hizo una mueca— No, no estaba lloviendo.
—Entonces ¿por qué vienes así?— Preguntó Rika— ¿Acaso no me quieres mostrar como quedó tu cabello luego de la tinturación?
—Algo así.— Respondió la Tachikawa.
—¿Puedo ver?
—No.— Contestó Damar.
—¿Por qué?
—Porque no.
Damar suspiró ¿Para qué se lo iba a ocultar?— Por esto.— Fue así que quitó su gorro y dejó ver su cabello.
Rika alzó una ceja al percatarse que su común cabello castaño tenía unas puntas rubias—¿Qué te ocurrió?— Preguntó la pelirroja— Pensé que volverías a tu cabello natural.
—Eso quería.— Musitó Damar tomando asiento en un sofá— Pero, la señora se equivocó de tinte y me decoloró las puntas.
—¿Se equivocó? Debe ser una broma.
—Ojalá lo hubiera sido.— Respondió la castaña— Tú sabes que no soy violenta, a lo más gritona, pero en esos minutos tuve ganas de darle un buen puñetazo, sin embargo me contuve y luego de hablar "civilizadamente" logré que no me cobraran.
—Algo bueno, te salió gratis esta decoloración.— Comentó Rika.
Damar suspiró, en verdad odiaba verse así, siempre amó su cabello castaño con mechones claros o con colores fantasía, pero no así.
—Mejor hablemos de ti, veo que estás arreglada ¿Vas a salir?
Rika asintió— Con Takato.
—Que sorpresa.— Musitó Damar sarcásticamente, ya se estaba haciendo costumbre.
—Dime ¿Qué se vería mejor?— Preguntó Rika— Este pantalón que tengo puesto o este short.— Señaló la prenda.
—Un vestido se te vería mejor.— Comentó Damar burlona.
La pelirroja rió— Olvídalo.
—¿Qué? Pensé que ya te habías acostumbrado.— Musitó la castaña irónicamente.
—Nunca.— Respondió la Nonaka.
Esa cosa era del diablo.
—Respondeme ¿qué combina mejor con mi blusa blanca?
—El short de mezclilla.— Contestó Damar.
—Bien, entonces pantalón de tela.
—¿Qué?— Preguntó la castaña— Debe ser una broma ¿por qué me preguntas si escogerás lo contrario?
—Porque no quiero lucir como me vestirían Hikari o tú.— Respondió Rika—Quiero lucir natural.
Damar rodó los ojos— ¿Sabes qué? Tanto hablar de ropa, me iré a cambiar.— Musitó antes de levantarse del sofá y caminar a su habitación. Llevaba todo el día con la ropa de preparatoria.
—¿Te pondrás tu pijama de Stitch?— Preguntó Rika burlona— Así nunca seducirás a Kouji, mucho menos con ese cabello que...
Lamentablemente su pijama estaba en la lavandería.
Sin embargo, no dejaría que se burlara.
—¡No te metas con mi pijama! Ya mucho tengo con mi cabello.— Respondió la castaña molesta.
Rika simplemente rió burlona.
Fue así como Damar ingresó a su habitación y cerró la puerta tras ella.
Rika volvió su mirada al espejo y luego bajó su mirada a su móvil.
¡Rayos! Era tarde.
Rápidamente tomó su cartera.
Hizo una mueca ante esto, en verdad no le gustaba esa cosa. Bueno, no era tiempo para criticar, iba tarde.
Fue así que se dirigió a la puerta y la abrió, grande fue su sorpresa al encontrarse de frente con un chico de cabello negro azabache y ojos azules.
—¿Kouji?
—Hola Rika.— Respondió el Minamoto.
—Hola.— Contestó la pelirroja— ¿Cómo estás?
—Bien ¿y tú?— Preguntó Kouji.
—Bien.
—¿Ibas de salida?
—¿Cómo sabes?— Cuestionó Rika sorprendida.
—Porque abriste antes de que tocara y...—La observó de pies a cabeza, ver a su prima tan arreglada era extraño, pero últimamente se estaba haciendo costumbre— Vas bastante arreglada a...—Se detuvo— No sé donde.
La pelirroja rió— Bueno, si, iba saliendo.— Respondió— ¿Y tú? ¿Por qué estás aquí? ¡Espera! Dejame adivinar, viniste a ver a Damar ¿no?
Kouji asintió.
—¡Damar, Kouji te vino a ver!— Gritó Rika antes de volver su mirada al oji-azul—¿Sabes? Últimamente estás mucho con ella, parece que yo pasé a segundo plano.— Dramatizó— Me siento ¡Abandonada!— Exclamó.
Kouji rodó los ojos divertido, la pelirroja era una reina del Drama, bastante graciosa cuando se lo proponía—Lo mismo podría decir yo ¿e? Antes yo era el chico de tu vida y ahora lo tienes a él. Me siento celoso.
Rika rió— Cómo cambian las cosas ¿e?— Comentó— Tú sabes que amo que estés con Damar.
—Y yo me alegro porque estés con ese chico.— Habló el Minamoto— ¿Cómo se llama?
—Takato.
—Si, él.— Respondió Kouji, no lo diría en voz alta, pero la pelirroja se veía feliz con él.
Rika simplemente sonrió— Y hablando de él.— Dirigió su mirada a su reloj— Ya es hora de irme. Si quieres te puedes quedar aquí en la sala esperando a Damar.
Kouji asintió e ingresó en el lugar.
Fue así como la pelirroja se encaminó a la puerta.
—Adiós pri...—Se detuvo— Disculpa, amigo.
—Dime primo.— Contestó el Minamoto— No tengo problema que me llames así.
Rika sonrió, era agradable tener a ese chico en su vida, a pesar de que ambos eran fríos como iceberg desde pequeños lograron pasar esa barrera.
—Bueno, me voy.— Musitó antes de salir del departamento.
El Minamoto se quedó en el lugar y a los poco segundos la puerta de la habitación de Damar se abrió, frente a él apareció la chica—Kouji.
Alzó una ceja al percatarse de su cabello.
—Hola Damar.— Saludó extrañado.
—No me mires así.— Musitó la castaña.
—¿Así como?
—Sorprendido.— Respondió Damar.
—Disculpa, pero no sabía que cambiaste el color de tu cabello.
—No te lo comenté, porque ni yo lo tenía planeado.— Musitó la castaña— Quería volver a mi cabello normal, pero la señora de la peluquería se equivocó en vez de teñirme, me decoloró el cabello.— Respondió Damar— Y me dejó así.
Kouji la observó atento, se veía diferente, no mal, al contrario, se veía bastante bien, aunque amaba su cabello castaño.
—Me veo terrible.— Habló la Tachikawa.
—Claro que no.— Respondió el chico— Te ves hermosa.
En otro momento hubiera dicho "¡Wow! Kouji Minamoto ¿dando un cumplido? eso no ocurre todos los días" Como solía hacerlo, pero en estos minutos estaba demasiado enojada y acomplejada.
—Luzco terrible.— Musitó la castaña cruzandose de brazos.
—Hey, no.— El oji-azul la abrazó por la cintura y la acercó hacia él— Lo digo en verdad, no te ves mal.
Damar simplemente se cruzó de brazos— Lo dices para que me sienta bien.
—Lo digo de verdad.
—No te creo.
—Pues hazlo.— Comentó el Minamoto.
—Estoy enojada ¿sabes? Apunto de demandar a la señora que me hizo esto.— Damar se acercó a un sofá y tomó asiento.
—No exageres, olvida lo que ocurrió.—Kouji se acomodó a su lado.
—Será imposible, cada vez que me mire al espejo me acordaré.
—Bueno, pero no te ves mal.
—Claro que sí.
Kouji rodó los ojos, jamás entendería a las mujeres ¿Por qué eran tan exageradas?
—¿Sabes? Solo hay una cosa que me haría olvidar ese horrible momento.— Comentó Damar antes de tomar asiento en sus piernas y depositar sus brazos en sus hombros.
El oji-azul la abrazó por la cintura y ambos se unieron en un beso que poco a poco comenzó a ser más apasionado. Ambos disfrutaban del contacto de sus labios y lenguas que bailaban entre sí.
Ambos se recostaron sobre el sofá sin dejar de besarse.
Era evidente que el deseo entre ellos estaba presente como una llama que a cada segundo crecía más convirtiendose en un incendio.
Kouji pasó su mano derecha por una de las piernas de la chica, subió por su cintura hasta llegar a sus pechos y su calor subió cuando al percatarse de que evidentemente no llevaba brasier bajó aquel top negro.
La castaña mordió el labio inferior del chico y luego lamió la comisura de sus labios, luego mentón, su cuello para luego volver a besar sus labios.
Estaban apunto de ceder a su deseo. Kouji estaba pérdido en su cuello, pero...
¡Recordó la razón por la cuál venía a hablar con ella!
Rápidamente alzó la mirada.
—Da-Damar, no podemos continuar...
La castaña alzó una ceja— ¿Qué?
—Disculpa, pero antes necesito hablar contigo.
Damar hizo una mueca— ¿Es necesario hablar antes?— Su cuerpo ya estaba muy revolucionado por sus caricias, no podía parar con esto.
—Si.— Respondió el Minamoto. Sin duda alguna quería continuar con ese momento, pero antes que sus deseos estaba solucionar el problema con su hermano. Ya luego podría hacer lo que quisiera con la Tachikawa.
—¿Por qué?— Preguntó la castaña y rosó sus labios— ¿Acaso no me deseas tanto yo a ti?
Kouji rió—Claro que si.— Esa castaña era la mujer que más deseaba en el mundo y lo decía enserio, a lo largo de su vida estuvo con bastantes chicas, ni siquiera recordaba con quién rayos perdió la virginidad. Pero era difícil— Te deseo más que a otra persona en este mundo.— Besó sus labios.
—¿Entonces?— Preguntó Damar— ¿Por qué te detienes?— Mordió el labio inferior del chico para luego pasar besar su cuello.
Kouji respiró profundo, su calentura estaba llegando a mil, su entrepierna ardía a más no poder— L-lo digo de verdad.
—Dime ¿qué ocurre?
—Koichi.— Respondió Kouji.
Damar al escuchar su nombre recordó lo vivido esta mañana, su día fue bastante intenso y olvidó hablar con Kouji sobre ese tema.
—Rayos, entre tantas cosas se me olvidó decirte que él habló conmigo.
—¿Cómo?— Preguntó el Minamoto— ¿Contigo también?
Damar asintió— Disculpa no decirtelo, pero se me había olvidado.
—¿Y qué te dijo?
—Muchas cosas.— Respondió la castaña— Lo que más me sorprendió fue que me pidió disculpas.
—¿Disculpas? ¿Por qué?
—Por haber desconfiado de nosotros.— Contestó Damar— Al parecer se convenció de que entre nosotros no ocurría algo, porque daba por seguro que si algo ocurriera entre nosotros, le diríamos. Me sorprendió bastante, ya que de verdad creí que ya sabía lo que ocurre entre nosotros.
—No eres la única sorprendida, a mi también me causó impresión, ya que esta mañaba también hablamos, pensé que me iba a encarar y de un momento a otro me dijo lo mismo que a ti.— Respondió Kouji— Me pidió disculpas por desconfiar, porque de alguna forma se convenció de que entre nosotros no ocurre algo.
—Con todo lo que me ha acontecido piensa que no he tenido tiempo para estar contigo. No quise responder porque supuse que tú no has hablado con él sobre lo que ocurre entre nosotros como acordamos.
—No he tenido tiempo.
—Me lo imaginé.— Comentó Damar— Por eso no quise decir mucho. A pesar su arrepentimiento, porque lo mejor es que tú hables con él.
—¿Qué más te dijo?
—Nada más, solo me pidió disculpas y me invitó a salir, no como novios, pero como una pequeña salida para disculparse por haber desconfiado.
Kouji alzó una ceja sorprendido— Espero que haya sido en una forma de amigos.
—Pues, supongo que sí.— Respondió Damar— Me gusta creer que él me ve como amiga, pero...
—¿Pero?
—Ayer me dió una flor.— Comentó la castaña— Supongo que no debería preocuparme por eso ¿o si?
Kouji hizo una mueca, Koichi era caballeroso, pero esas regalías solamente se las daba a su madre y antes se las daba a Damar, cuando quiso conquistarla y luego cuando se hicieron novios.
¡Rayos! Esto podría significar que en verdad seguía enamorado de ella.
—Tu hermano cree que Koichi sigue enamorado de ti.
—¿Y tú?— Preguntó Damar— ¿Crees que siga siendo así?
—No lo sé.— Respondió Kouji— Me gustaría decir que no, pero no sé...
Damar hizo una mueca, esto no era bueno, un deja vú se presentó en su mente—¿Y si Koichi sigue sintiendo algo por mi? ¿Nos alejaremos como hace años?
Buena pregunta.
—No.— Respondió el Minamoto, era demasiado obvio que por más que lucharan jamás se separarían, mucho menos ahora, sentía que más que nunca ambos se pertenecian.
—Eso espero, pero dime ¿enserio serías capaz de continuar conmigo como si nada luego de decirle a Koichi? Aunque él esté enamorado de mi.
—Tanto así, como si nada...—Kouji hizo una mueca— Será difícil, pero supongo que sí.
—¿Supones?— Preguntó la castaña sorprendida.
—Digo, si continuaré contigo, pero me resulta difícil pensar que no me sentiré culpable, porque Koichi es mi hermano.— Admitió el Minamoto.
Quería estar con la hermana de Takuya, pero su gemelo también era importante en su vida.
Esa respuesta evidentemente no agradó a la chica. Damar se levantó del sofá y se acercó a la ventana— Comprendo tu respuesta, pero...—Suspiró— Si no lo recuerdas, así comenzamos hace tres años ¿Lo recuerdas? Y finalmente nos terminamos alejando.
Si, lo recordaba.
Kouji se acercó a Damar y la abrazó por detrás— Esta vez no será así.— Comentó antes de depositar un beso en su cuello.
—¿Quién me asegura eso?— Preguntó la castaña.
Su hermano podía reaccionar de múltiples formas, entre ellas negativas y si Kouji decidía alejarse de ella por eso. Ahora no podría soportarlo, antes sí, pero luego de todo lo que ocurrió, sentía que Kouji era su pilar de luz.
—Hace años quisiste alejarte de mi, no lo comprendí hasta que sentí la culpa y luego ambos acordamos en alejarnos.— Habló Damar— En ese tiempo lo soporté, a medias, porque tampoco quise herir a Koichi.— Ella fue su primer amor— Pero si tú te alejas de mí ahora, luego de todo lo que he pasado, yo no podría soportarlo.
Ahora no se iba sentir culpable, después de todo no estaban relacionados, mas, Kouji era su hermano.
—Yo no te dejaré.
—¿Quién me lo asegura?
—Yo.— Contestó Kouji escondiendo su rostro en su cuello.
—Ojalá.— Habló Damar— Pero Koichi es tu hermano, y que quieras ponerlo antes que a mi es lógico.— Bajó su mirada— Aunque eso me duela.— Y le lastimase el corazón que luego de tanto dolor recién se estaba curando.
Aunque, tal vez lo merecía, al haberle sido infiel. Y por todos los errores que cometió en su vida.
—Mira, yo...—Kouji suspiró— Antes cometimos el error de alejarnos, pero yo prometo no hacerlo esta vez. Porque quiero darme una oportunidad contigo.
Aquella que nunca tuvieron.
Damar volteo hacia él—¿Lo prometes?
El Minamoto asintió— Lo prometo.
Eso le agradaba.
—¿Y tú?— Preguntó el Minamoto— Independiente de lo que ocurra ¿seguirás conmigo?
—No es necesario que me lo preguntes.— Respondió Damar acariciando su mejilla con el rostro del chico— Ya sabes la respuesta.
—Tal vez, pero me gustaría escucharlo de tus labios.
La castaña sonrió— Pues claro que seguiré contigo.— Contestó— Porque te quiero y mucho.
—Hasta que al fin admistes lo que sientes por mí.— Musitó el Minamoto antes de besar su cuello.
Damar rió— No te burles y disfruta que será la única vez que lo escucharás.
—¿La única?— Preguntó el oji-azul— Yo quiero escucharte más.
—No, no lo haré.— Respondió la castaña.
—Quiero escucharlo.
—No es necesario que lo repita.— Habló Damar— Mejor es que te lo demuestre ¿no?— Musitó antes de unir sus labios en un apasionado beso.
Kouji no dudó en corresponderle a esto y acorrarla contra la pared mientras disfrutaban de aquel beso lleno de pasión, amor y mucho deseo.
Las manos del Minamoto recorrieron las caderas de la chica, quien había cambiado bastante, los años habían jugado a su favor, tenía una pronunciadas curvas que amaba tocar. Se separaron unos escasos milímetros por falta de aire, pero, sin dejar de rosar sus frentes y observarse a los ojos— Dime, por favor, que no tienes otra cosa mejor que hacer que estar conmigo.
—¿Por qué?— Preguntó Kouji— ¿Quieres que me quedé?
Damar asintió— Si.— Por simple travesura mordió el labio inferior del chico provocando que nuevamente se unieran en un beso tan apasionado y desesperado como el anterior.
—Ahora que lo dices, sí, tengo cosas que hacer.
Damar rodó los ojos— Si ¿cómo no?
Kouji simplemente rió y volvió a unir sus labios en otro beso apasionado. Sin embargo esto no duró mucho, ya que sus labios bajaron por su cuello mientras su mano derecha del Minamoto recorrió la pierna derecha de la chica, su piel era suave y adictiva, muy adictiva.
—Alto, no podemos continuar.
—¿Otra vez?
—No vaya a ser que llegue el imbecil de tu hermano a molestarnos.
No quería hacer notar su descontento, pero ayer en verdad se sintió enojado ante su actitud ¿Por qué tenía que desconfiar así de él? ¿Qué más tendría que hacer para demostrarle que en verdad amaba a su hermana?
Damar rodó los ojos— ¿Por qué siempre debes invocarlo?
—Porque anoche me dejó bien claro que no quiere que me acerque a su pequeña, tierna e inocente hermana.— La palabra inocente era algo gracioso por la posición en la que estaban, por la deliciosa caricia que Kouji le hacia en la pierna.
Damar simplemente rió— ¿Parezco tierna e inocente?
—Al menos para él si.
—¿Y para ti?— Preguntó la castaña.
—Tal vez tierna.
—Pero ¿inocente?— La chica rosó sus labios.
—No es necesario responder con palabras.— Kouji mordió el labio inferior de la castaña uniendose en otro apasionado beso.
Los labios del chico se aventuraron en el cuello de la castaña.
Poco a poco ambos nuevamente entraron en calor.
¡Ya no daban más!
Fue así como ambos se dirigieron a la habitación de la chica, ingresaron en ella y luego cerraron la puerta tras ellos.
Nuevamente se unieron en un beso y ambos se recostaron sobre la cama.
La chica llevó sus manos a la camisa de Kouji, desabrochó sus botones hasta que estuvo completamente abierta, sus labios se aventuraron en el marcado abdomen del chico.
Fue así como la camisa del Minamoto salió y Damar se abrazó a su fornido torso.
Kouji besaba su cuello. Sus manos se dirigieron al top de la chica para quitarlo, sus labios se aventuraron en sus pechos y sus manos masajearon su espalda.
—Ah~
Un gemido salió de los labios de la chica.
¿Embarazada? ¿Sora estaba embarazada? ¿De Taichi? ¿Un sobrino? ¿Tendría un sobrino?
Por unos minutos creyó haber escuchado mal, pero sus manos en el vientre demostraban que sí.
—¿Estás embarazada?— Preguntó Hikari incrédula.
Sora asintió— S-si.— Respondió— Estoy esperando un hijo de tu hermano.
—Pe-pero...—Tartamudeo— ¿Có-cómo? Pensé que te cuidabas.
—Si, pero todos los métodos anticonceptivos tienen una posibilidad de fallar.— Habló la pelirroja— Y esta vez falló.
—¿Y hace cuanto los sabes?— Preguntó la Yagami intrigada.
—Ayer en la noche.— Respondió Sora— ¿Recuerdas no me sentía bien últimamente?
Hikari asintió.
—Tuve sospechas de estar embarada, compré dos test, me hice las pruebas y ambas dieron positivo.— Relató a manera breve su historia— Y hoy fui a la matrona.
—¿Y lo confirmó?
—Si.— Respondió Sora— Tengo dos meses de embarazo.
Hikari alzó las cejas sorprendida y su boca también se abrió.
En verdad no lo podía creer.
—En-entonces ¿es verdad?— Cuestionó la castaña—¿Tendré u-un sobrino?
—O sobrina.— Comentó la pelirroja— Exactamente no lo sé.
Hikari guardó silencio unos momentos intentando procesar la información. La controversía fue evidente en su rostro, no sabía si alegrarse por ser tía o preocuparse, si Sora era joven, pero ella era de la teoría que todos los bebés eran una bendición, independiente del momento en que llegasen a este mundo.
—Wow.— Musitó la castaña— No esperaba esto.
—Créeme, yo tampoco lo esperaba.— Sora bajó la mirada.
—Serás madre.
La pelirroja asintió.
—En momentos como estos, siempre felicitaría a la madre, pero tú...—Hikari se detuvo— ¿Cómo estás con esto?
—No lo sé...—Sora suspiró— Todo esto es muy reciente, inesperado y difícil para mi.— Hizo una mueca— Todavía soy muy joven para ser madre, no tengo una vida resuelta y en gran parte me siento extraña. Y no lo digo porque tu hermano y yo no estemos juntos por su infidelidad. Esa es una de las cosas que me preocupa.
En verdad era un pésimo para quedar embarazada. Taichi y ella estaban más lejos que nunca, por su estupida calentura. Pero habían más detalles.
—Dudo que a mi familia le cause gracia.— Habló la pelirroja— Ya sabes como es de machista y discriminadora, al menos por parte de mi padre.
Si, ese era un gran detalle.
—Mi abuela me va a deshederar.
—Hey, no lo creo, ella adora a mi hermano.
—Si, pero porque cree que tenemos un noviazgo a mano sudada.— Respondió Sora— Cuando sepa que me dejó embarazada lo va a querer matar y cuando se entere que me fue infiel, lo matará de verdad. Ustedes solo conocen su lado bueno, yo conozco el negativo.
Hikari hizo una mueca ante esto— Bu-bueno, tal vez no tengas su apoyo, pero estoy segura que tu madre no te dejará sola.
—Eso espero, pero...—Sora suspiró— No sé, ella me dió todos los consejos para cuidarme y evitar embarazos, hasta me llevó al ginecólogo contra la voluntad de mi padre, creo que luego de esto se desilucionará.
—No lo creo, si el método falló no fue por tu culpa ¿no?
—Ojalá lo entienda así, pero de igual forma, tú sabes que mi madre es bastante clasista.— Respondió la Takenouchi— Dudo que acepté que su hija será madre soltera.
No solo ella era clasista, pensó Hikari, ya que también sus padres, Yuuko y Susumo Yagami lo eran. No quería imaginarse como reaccionarían ante esto.
—Bueno Sora, puede ser que te critiquen y rechacen, pero eso no debe importar, la prioridad es tu bebé esté bien ¿si?— Se acercó a ella.
Si, ahora su pequeño sería su prioridad.
—Y quiero que sepas que...—Se acercó a ella y tomó su mano— Siempre contarás con mi apoyo, en todo momento. Quizás, no sé mucho de la vida, soy muy pequeña, no trabajo, pero siempre estaré para acompañarte a controles médicos, atenderte si te sientes mal y estar a tu lado en toda esta etapa de tu embarazo.
Sora sonrió. No esperaba menos de ella. Fue así que la abrazó— Muchas gracias Hikari.— La emoción se presentó en su vida y sus ojos autómaticamente llenaron sus ojos— No sabes lo que significa para mí saber que me apoyas.— Se alejó de ella y secó sus lágrimas— Sobretodo ahora que no soy novia de tu hermano.
—Puede ser que no seamos cuñadas, pero siempre te he considerado mi hermana mayor, tú lo sabes.— Habló Hikari.
Lo que ocurriese entre Taichi y ella no debía afectar la relación entre ellas.
—Me alegra escuchar eso.— Respondió Sora— Temía que nos alejaramos por lo que ocurrió.
—Eso nunca, menos ahora que esperas un sobrino mío.— Contestó la Yagami y llevó una mano a su vientre— O sobrina.
La Takenouchi sonrió— Tendrá a la mejor tía del mundo.
Sin duda, a esa criatura la consentiría en todos los sentidos. Si era niña le compraría miles de moños y vestidos. Y si era niño, le compraría muchos juguetes, lo llenaría de besos, abrazos. Así como Taichi la llenaba cuando eran pequeños...
Hizo una mueca al darse cuenta de algo.
Su hermano.
—Sora, disculpa si es muy pronto esta pregunta, pero...— Hikari dudó en preguntar lo siguiente, sin embargo debía hacerlo— ¿Le dirás a mi hermano?
La Takenouchi hizo una mueca ante esto y acarició su vientre— No lo sé.— Respondió.
En estos momentos era difícil pensar en decirle.
—Lo que menos quiero hacer en estos momentos es hablar con él.— Habló Sora— Mucho menos luego de lo que ocurrió.
Era de esperarse, la última vez no quedaron en buenos términos.
—Sé que estás molesta con él, con toda razón, pero mientras antes lo hagas será mejor.— Contestó Hikari— Y no lo digo por presionar, si no porque necesitarás apoyo en todos los sentidos.— Las mujeres embarazadas necesitaban muchas cosas, vitaminas, cuidados, atención, Taichi podría ayudarla a decirle la verdad a sus padres.
—Lo sé, pero...—Sora suspiró— Todavía no, por favor. Necesito paz y acercarme a él en estos momentos no me dará la tranquilidad que necesito, al contrario, me estresará más de lo que estoy y según la matrona lo que más necesita en estos momentos mi bebé es estar tranquilo.
—Comprendo.— Respondió Hikari.
Por el momento no insistiría, después de todo, esto estaba muy reciente. Solo rogaba que no ocurriera como Mimi y luego terminaran sufriendo todos.
Kouji depositó un beso en los labios de la castaña que se encontraba bajo suyo. Los sentimientos, la pasión y el deseo estaban presentes en caricias que se daban ambos adolescentes.
Ambos estaban con las respiraciones agitadas.
—Adoro que estemos así ¿sabes?— Comentó Damar sobre los labios del Minamoto.
El oji-azul simplemente sonrió y le dió otro beso— Yo también.
Estar juntos, sin ninguna barrera que uniera sus cuerpos, sin ningún límite que evitara sus caricias era algo que amaba sin duda. Hacerla suya siempre era un deleite.
Kouji acarició su rostro, amaba ver su sonrisa y su mirada brillaba, evidentemente estaba feliz, le agradaba saber que él era el responsable de aquello.
—Dime que me quieres.
—Ya lo sabes.— Respondió Damar— Dímelo tú.
—También lo sabes.— Contestó Kouji—¡Qué orgullosa! Y después el orgulloso soy yo.
Damar rodó los ojos— Es que nadie te supera.— Contestó antes de depositar un beso en sus labios.
—¿Y Yamato?— Preguntó el Minamoto.
Damar hizo una mueca— Bueno, yo me refiero a ti en el buen sentido de la palabra, porque si hablamos de orgullo en cosas sin sentido ese sobrepasa a todos con su estupidez.
Sin duda.
Kouji junto su frente con la frente de la castaña— Hoy intenté hablar con Yamato.
—¿A si?
—Por última vez quise hacerlo entrar en razón.— Contestó el Minamoto. Luego de esto no volvería a intentarlo, Yamato evidentemente no pensaba.
—Supongo que no te quiso escuchar, porque cree que estás de nuestro lado ¿no?
—Si.— Respondió Kouji.
—Me lo imagino, está super enojado.
—Lo está, pero eso ya le está pasando la cuenta.— Habló el oji-azul— Y no me refiero a solo los problemas que tiene con ustedes, si no que con todos, ya que pareciera que está enojado con todo el mundo, a todos los trata mal, tanto así que ya nadie lo soporta.— Suspiró— Y por eso mismo, decidimos disolver la banda.
—¿Qué?— Preguntó Damar sorprendida, eso no lo esperaba— ¿Decidieron finalizar con la banda?
Kouji asintió.
—¿Por qué?
—Porque la banda tenía un acuerdo, dijimos que nuestros problemas personales jamás nos afectarían como grupo, pero Yamato no ha respetado eso.— Respondió el Minamoto— Lamentablemente anda a la defensiva, enojado, no quiere ensayar, a los otros dos les molestó. Ya sabes, con Kiriha y Ryouma siempre hemos tenido nuestras diferencias, pero ahora se están haciendo más notorias.
—Si, pero disolver la banda es una decisión mayor ¿no?
—Lo es, sin embargo creo que es lo mejor. La actitud de Yamato fue la gota de rebalsó el vaso, porque también hemos tenido problemas musicales, no nos logramos poner de acuerdo, se supone que teníamos un contrato con una discográfica que no hemos logrado cumplir en su totalidad, perdimos a un integrante, a eso también se le suma que Kiriha y yo discutimos, entre otras cosas.
—¿Y por eso crees que es lo mejor?
Kouji asintió— Al menos por el momento, todo está reciente, aún queda la posibilidad de que se retracten de la decisión, pero dudo que lo hagan.— Respondió— Y si te soy sincero yo tampoco tengo ganas de continuar. Aunque, igual es un tanto extraño pensar en no seguir con ella.
—Me imagino, yo sé que siempre te ha gustado participar en la banda.— Habló Damar.
—Si.— El Minamoto suspiró— Pero soy consciente de que esto era de esperarse que esto ocurriera cada quién está tomando su propio camino, esta separación en unos años sería inevitable.
—Pero eso no quita que pienses en lo que pudo ser y ya no será.
Exacto.
Kouji observó sorprendido a la chica.
—¿Cómo sabes eso?
—Porque hace un tiempo sentí lo mismo.— Respondió Damar— Y pues, es algo razonable, formó parte de tu vida, todos fuimos testigo del empeño que le pusieron al inicio cuando la formaron y que ahora se desarmé debe ser difícil.
Kouji asintió. Él no lo pudo decir mejor, la chica había dicho exactamente lo que sentía.
—Será nuevo para ti no tener admiradoras locas y enamoradas de ti ¿e?— Musitó la castaña.
—Eso suena a celos.— Comentó el Minamoto— ¿O es mi idea?
Damar rió— Tal vez.— Musitó antes de besar sus labios.
Yamato observó su bajo sin creer lo que ocurrió hace unos momentos.
Los Teenages Wolves, su banda se...
¿Disolvió?
¿Cómo era posible? Esto no podía ser verdad.
Primero su novia y ahora esto.
Llevó sus manos a su cabeza.
~Años atrás~
Yamato se encontraba tocando su bajo atentamente, repasando una y otra vez la última canción que habían compuesto. No quería alardear, pero estaba seguro que sería un éxito.
Sin embargo su concentración ante unas manos delicadas que bloquearon su visión.
—¿Quién soy?— Preguntó una dulce voz.
—¿Mimi?
Las manos salieron de sus ojos y frente a sus ojos apareció la castaña— Adivinaste.— Comentó antes de tomar asiento a su lado— ¿Qué haces?
—Estoy haciendo algunos arreglos a una canción que vamos a cantar en un tiempo.— Respondió el rubio.
—Como siempre ¿e? Siempre que te veo estás componiendo una canción o haciendole arreglos a una.— Comentó Mimi.
—Tú también compones.
—Si, pero nunca tan apasionada como tú.— Respondió la castaña— Es muy evidente que la banda es importante para ti.
El rubio asintió— Bastante, me gusta cantar y tocar el bajo.
—Es curioso que lo digas, recuerdo que Izumi me comentó al principio que no estabas muy interesado en participar de ella.— Comentó Mimi.
—Pues no, al principio no quise.— Contestó Yamato— Pero no era por mí.
—Era por tus padres ¿no?
El rubio asintió— Ya sabes, para ellos jamás fue agradable tener un hijo músico. Según ellos la música no es un negocio rentable.— Respondió Yamato— Siempre me dijeron que jamás lograría sobrevivir con ella y lo siguen diciendo.
—La gente tiene prejuicio, no tienes que hacerles caso.
—Lo he intentado, pero ya sabes como son de insistentes.— Habló el rubio.
—No es para menos, son tus padres, se preocupan por ti, pero puede ser que no te dé una vida de lujo, pero si te gusta eso significa estar bien.— Comentó Mimi— ¿No? Además, con el enorme talento que tienes dudo que quedes en la bancarrota.
—Me gustaría creerlo, pero incluso personas con talento jamás han fallado en la música.— Habló Yamato.
—Nadie asegura que ese sea tu caso.— Respondió la castaña— Al contrario, tú siempre le has puesto empeño y te ves feliz cada vez que tienen presentaciones.
—A mis padres no les basta con eso, lamentablemente.
—¿Y eso qué? Vive, sé feliz con lo que gusta.— Habló Mimi— Si la música significa eso, bien, sobretodo si es con la banda. Es verdad que llega el momento en el cuál se separa, pero mientras sea importante para tí no ocurrirá. Has puesto mucho empeño en ella ¿no?
Yamato asintió.
—¿Entonces?
El rubio sonrió, era agradable saber que ella creía en él— Ojalá mis padres me apoyaran como tú lo haces.— Depositó un beso en su frente— Me alegra saber que tú confias en mi.
—¿Y cómo no hacerlo?— Preguntó la castaña.
Siempre quiso estar a su lado y jamás se atrevió por su tímidez. Ahora estaban juntos y quería que supiera que jamás se separaría de su lado.
—¿Sabes? Aunque ahora que lo pienso, tal vez no debería darte alas para que continues con la banda.
Yamato alzó una ceja sorprendido y pérdido ante el cambio abrupto del discurso de su novia— ¿Por qué dices eso?
—Porque tu talento atrae la atención de muchas chicas.— Comentó Mimi— Eso es demasiado invasivo y molesto.
—¿Es idea mía o estás celosa de eso?
—¿Celosa yo?
Yamato asintió.
—Claro que no.— Respondió la castaña cruzandose de brazos— ¿Por qué tendría que estar celosa de esas fans locas? ¿Solo por qué algunas de ellas son altas? ¿Rubias? ¿Atractivas? ¿Seductoras? De tu gusto ¿no?
Efectivamente estaba celosa.
—Tú eres mucho mejor que ellas.— Tomó su mentón y besó sus labios.
—¿Cómo puedo estar segura de eso?— Preguntó Mimi.
—Simple.— Respondió el chico y se acercó a ella para abrazarla provocando que su cabeza quedara justo en su pecho— Escucha la canción que mi corazon emite cada vez que estás cerca.
—¿Canción?— Cuestionó la castaña antes de escuchar los látidos de su corazón— ¿Qué canción?
—Esta.— Yamato aclaró su garganta— ¿Cómo explicar que quiero hablar? Que ya no aguanto más. Mil momentos que han pasado y han desafiado nuestro amor. Yo sé que tú quieres lo mismo que yo. Aunque no lo entiendan,que tú conmigo estás mejor. Cuéntales, te enamoraste por primera vez. Sin darnos cuenta, nuestro mundo cambié. Sabes todo de mí, no puedo estar sin ti. Pero cuéntales. Que no pienso rendirme esta vez y esa promesa que no te iba a perder. No la voy a romper, no la voy a romper.
"Te enamoraste por primera vez"
Esa palabra resonó en su cabeza.
Mimi alzó su mirada— ¿La melodía de tu corazón dice que estás enamorado?
Yamato asintió— Exacto.— Acarició su mejilla— Y es por eso que jamás miraría a alguien más.
—Eso espero.— Habló la castaña— Porque si lo hicieras, jamás te lo perdonaría.
~Actualidad~
En ese momento pudo expresar sus sentimientos con respecto a la banda con Mimi, su sueño de ser músico, sus miedos y una vez más expresarle sus sentimientos.
Sin embargo, todo había acabado.
—Mira, estas son las publicaciones que están provocando un gran revuelo en el Internado.— Nanami le extendió su móvil a Mimi.
La castaña pasó su mirada por las publicaciones del día anterior a las cuales hizo referencia Yamato junto a sus hermanos.
En verdad decía que todo venía de la cuenta de Takuya, Damar, incluso de la suya, pero era imposible. Su hermano le aseguró que su cuenta fue hackeada, porque ni siquiera él podía iniciar sesión. Luego estaba, Damar quién hace siglos no utilizaba Instagram, prácticamente eliminó su cuenta, porque jamás le gustó revelar su vida privada, ni siquiera tenía la aplicación descargada en su móvil. Y por último estaba ella, quién ¡No tenía tiempo apra ver redes sociales! Mucho menos para divulgar rumores, estaba mal con Yamato, pero jamás haría algo como esto. Además, estaba más centrada en su hija y la famosa demanda que según el rubio "era para él"
Suspiró.
Odiaba las redes sociales.
—Esos son los rumores.— Comentó Nanami— Jamás lo creí, pero Yamato y sus hermanos creen que son ciertos.
Mimi suspiró— Yamato por cualquier cosa se va a enojar, sobretodo cuando se relaciona conmigo.
Lo que había entre ellos se estaba desmoronando y al parecer no lo podría salvar. Apenas llevaban cinco días desde que supieron esa verdad, no quería imaginarse que ocurriría dentro de un mes.
—Lo que más me extraña es que esta publicación acierta que es de ustedes.— Comentó Nanami.
—Hay muchas formas de hackear.
—¿Y sabes quién pudo haberlo hecho?— Preguntó la rubia.
Mimi negó.
—Yo tengo una leve sospecha.— Comentó la sobrina de Rumiko— No quise decirtela, pero creo que es necesario.
—¿Sospecha?— Preguntó la castaña— ¿De quién?
—De Nene.— Respondió Nanami— Esa chica que comparte departamento conmigo, ya sabes, la ex de Takuya.
—¿Por qué desconfías de ella?
—¿Qué no es obvio?— Cuestionó la rubia— Tú misma me dijiste que Takuya te dijo que descubrió que ella lo hizo.
¡Un minuto! Si, no pensó en eso.
—Con lo obsesionada que está con tu hermano es probable que haya hecho esto para alejarlo más de Izumi, quién ahora lo odia más.— Habló la chica de ojos rosa— Además, últimamente la he notado extraña en el departamento.
Kiriha caminó en dirección a las escaleras del Internado completamente enfadado.
Su día fue de mal en peor, primero tuvo malas noticias de su empresa, luego recibió una pésima calificación y finalmente la banda en la cuál participaba se separó.
Lo único que quería era que ese día terminase lo antes posible.
Tan rápido iba caminando ignorando todo a su alrededor que ni cuenta se dió que una persona apareció en su camino y chocó contra ella.
—Ten más cuidado por donde vas.— Exclamó Kiriha.
—¡Hey! ¿Qué te hice para que me grites así?— Una voz familiar se escuchó y cuando el rubio volteo se percató de que trataba de Nene.
¡Rayos!
—Un día nos llevamos bien, me dices que pasamos un buena tarde y al otro me tratas insolentemente.— La castaña se cruzó de brazos— ¿Quién te entiende?
El rubio hizo una mueca— Nene, yo...—Tuvo intenciones de disculparse, pero se detuvo al pecatarse que ¿desde cuando pedía disculpas?— Tú te atravesaste en mi camino.
—Fuiste tú.— Respondió la castaña.
—No tú.— Contestó el rubio.
—Te dije que tú.
—Eres insoportable Amano.
Nene rodó los ojos—No estás de buenas ¿e?
Kiriha hizo una mueca.
—Dime ¿qué te ocurre ahora?— Preguntó la castaña.
—¿Enserio te interesa saber?
—Te estás desquitando conmigo ¿no?— Comentó Nene— Necesito una explicación ¿nO'
Kiriha suspiró ¿De qué le servía omitir información? Prontamente todos sabrían que él dejó la banda, porque no estaba dispuesto a regresar, a pesar de que le gustaba cantar y tocar guitarra, sus responsabilidades de adulto era más importantes.
—Acabé de dejar la banda.
—¿Qué?— Preguntó Nene sorprendida.
—Lo que escuchaste, dejé la banda.— Respondió el rubio.
Eso no lo esperaba. Sabía que últimamente tuvieron problemas por Yamato y la salida de Ryo, pero jamás pensó en esto.
—¿Estás bromeando?
—¿Tengo cara de estar bromeando?
—No, pero generalmente no andas con buen rostro.— Comentó Nene, ese chico siempre observaba a todos con enojo.
Kiriha rodó los ojos— No estoy de ánimos para broma.
—Lo siento.— Se apresuró a decir la castaña— Pero pensé que te agradaba participar en la banda.
—Si, me gustaba.— Respondió el rubio— Sin embargo ya no da para más.— Comentó— Todo tiene un final y hoy llegó el de la banda.— Estaba tan acostumbrado a despedirse de las cosas, básicamente esperaba que ese día llegase.
—Pero, dijiste que tú solo habías renunciado ¿acaso los demás también?
—Pues claro.— Contestó el Aonuma— Tres integrantes no hacen mucho en una banda. Sobretodo cuando trata de estar con el imbecil de Yamato que por su problema personal actúa como patán con todos. Aunque era de esperarse, nunca me agradó del todo.— Suspiró— Pero bien, si quiere preocuparse por su hija que lo haga, pero que no venga a tratarnos como idiotas a nosotros que no tenemos nada que ver.
Nene hizo una mueca, al escuchar esto. Nunca pensó que revelar aquella verdad provocaría tantos problemas, Ryo le comentó que los Teenages Wolves no estaban bien, pero jamás pensó que llegarían a este punto.
Luego de que el Ishida supo sobre su hija las cosas parecían solamente empeorar para los Tachikawa.
Y ella era responsable de eso.
—Lamento mucho en verdad que haya ocurrido aquello.— Comentó Nene.
Kiriha suspiró— No importa, ya no hay que más hacer.
La banda se destruyó y punto.
No sufriría por ella.
—¿Sabes? Necesito desestresarme un poco.— Habló el rubio— Te parece si vamos a tomar algo.
—¿Para luego desestresarte conmigo en tu cama?— Preguntó la castaña.
Pues...
Si.
—Conozco tus tácticas Kiriha.— Musitó la castaña y en otro momento hubiera caído, pero estaba dispuesta a cambiar su forma, no quería ser la misma de antes que se entregaba fácilmente a alguien. Quería por primera (y tal vez única) vez hacerse respetar.
—¿No quieres?— Preguntó el rubio serio.
Nene negó.
—Eres aburrida.— Comentó el oji-azul.
¡Vaya! Ese chico en verdad era exigente y malhumorado cuando se lo proponía.
—Deberías comenzar a acostumbrarte, ya que no continuarás en la banda, comenzarás a ser menos conocido e interesante, las chicas ya no cederán fácilmente a tus encantos.
Eso era imposible.
Kiriha la tomó de la cintura y la acercó hacia él— ¿Enserio crees que no?
La cercanía de sus rostros no fue mucha, pero Nene se mantuvo tranquila, no iba a ceder (Aunque, tenía ganas) Debía comenzar a hacer respetar sus propias decisiones.
—Pues sí, creo que ya no lo lograrás ser interesante para tus fans.
—¿Y para ti?— Preguntó el rubio.
Nene hizo una mueca, al principio creyó que ese chico era igual a todos, sin embargo cada vez que lo conocía más le daba cierta intriga por su vida, ya que no parecía ser igual a la vida de niño de sociedad que todos aparentaban tener. Aún así, que fuera tan orgulloso y creído era molestoso, porque ella también era así, provocando que ambos tuvieran una guerra de ego.
—No responderé eso.— Respondió cerca de su rostro rosando sus respiraciones, provocando que en un lapso de cinco segundos una alta tensión sexual se hiciera presente. Sin embargo rápidamente se alejó.
—¿Por qué no quieres responder?
—¿Sabías que el silencio es un derecho?— Preguntó la castaña.
¿Un derecho?
—Es una broma ¿verdad?
—Nunca hablé más enserio.— Respondió Nene.
Sin embargo, su conversación no pudo continuar, ya que una tercera persona se hizo presente en el lugar.
—Nene.
La chica Amano al voltear se encontró con la melliza de Takuya— ¿Mimi?
—¿Fuiste tú, verdad? —Preguntó Mimi molesta.
—¿Yo? — Cuestionó Nene sin saber a que se refería— ¿Yo qué?
—No te hagas la que no sabe. — Respondió la oji-miel— Tú sabes muy bien a que me refiero.
La chica Amano alzó una ceja— Mimi, de verdad no sé a qué te refieres.
—A los rumores. — Contestó la oji-miel— Que supuestamente divulgamos mis hermanos y yo. — Se cruzó de brazos— Y esas publicaciones en Instagram. Es obra tuya todo lo que está ocurriendo ¿no?
—¿Mía? — Preguntó Nene sorprendida— ¿Por qué lo sería?
—Tú sabes muy bien por qué. — Respondió Mimi— Por la misma que le dijiste mi secreto a Ryo para que lo publicara en la fiesta de los padres de Yamato.
—Mimi, enserio lo digo, no fui yo.— Contestó la chica Amano.
—No te creo.— Musitó Mimi— Nadie más tendría razones en este lugar para hacerlo.
La castaña hizo una mueca, quizás en otro momento las hubiera tenido, pero últimamente dudaba de toda esas cosas malas que hizo. No se sentía bien, al contrario, sentía una culpa que recarcomía su consciencia.
—Mimi, lo digo en verdad, no fui yo.— Insistió Nene— Tienes razones para creer que sí, pero te lo aseguro esta vez no fui yo. No tenía razón ¿Por qué lo haría esta vez?
—Porque eres una persona rencorosa, sin corazón, no le importa lastimar a los demás.
Nene tuvo intenciones de responder, pero las siguientes palabras de Mimi se lo impidieron.
—Igual que tu madre.
Eso fue un golpe en el estómago, no quería que la comparasen con ella, pero era inevitable. Las palabras de Takuya vinieron a su mente, todo el daño que causó la convirtió en esa bruja que era ahora.
—Ya lograste tu objetivo de alejar a Takuya de Izumi.— Musitó Mimi— Así que, dejanos en paz.— Fue así como luego de decir esas últimas palabras Mimi volteo en dirección a las escaleras.
Nene bajó la mirada ante esto, saber que era una copia de esa bruja que se hacia llamar su madre en realidad era un horror, jamás quiso eso, pero finalmente lo consiguió.
Kiriha observó a la castaña, no se veía bien— ¿Enserio fuiste tú quién publicó eso?
—No.— Respondió la chica Amano— No fui yo.
—Eso es lo que cree.
—Yo no la culpo.— Suspiró Nene— Que todos desconfien de mi es algo que me merezco, porque hice mal.— Apretó su puño— Pero lo digo en verdad, esta vez no fui yo.
—Si no fuiste tú ¿quién crees que fue?
—No lo sé.— Contestó la chica de ojos morados, pero lo iba a averiguar.
Tal vez, así lograría limpiar su imagen. Quizás, Mimi no la perdonaría, tampoco Takuya, pero lo haría.
Una agotada Damar recostó su cabeza en el pecho de Kouji. Sus respiraciones estaban agitadas para ambos.
Era interesante su relación, una combinación de compresión, amor y pasión a la vez.
Hablaban y se aventuraban en el cuerpo del otro a la vez.
Era novedoso.
Kouji simplemente masajeo su cabello— ¿Estás cansada?
—Si.— Declaró Damar y cerró sus ojos.
—No te duermas.— El Minamoto recordó una de las otras veces que estuvieron así.
La castaña abrió los ojos y volteo hacia él— ¡No te me copies mi frases!— Regañó antes de depositar un beso en sus labios— Además ¿cómo no estar cansada? He tenido una semana agotadora y hoy no fue la excepción.
—¿No pensaste en recortar tu cabello?
—¿No lo has pensado tú?
Kouji frunció el ceño— ¿A qué va eso?
—No sé, solo digo.— Comentó la castaña.
El Minamoto no tenía el cabello corto como los demás, lo llevaba un poco más largo y a pesar de que ya no llevaba su pañoleta, todos tenían curiosidad de verlo con el cabello corto.
—Tú sabes que no me gusta la idea, no quiero ser exactamente a Koichi.
—Que te lo cortes no significa que serás exactamente igual.— Comentó Damar— Existen muchos peinados.
—¿A sí?— Preguntó Kouji— ¿Cómo cuál?
—Muchos.— Habló Damar— No puedo nombrarlos todos, pero si los probaras no te parecerías exactamente a tu hermano.
—Bueno, tú sabes que siempre lo llevé así en honor a mi abuelo.— Musitó el peli-azul— El padre de mi madre.
Si, todos los sabían, Kenji Kimura era la copia de Kouji, un hombre de linaje samurai que siempre llevó su cabello de esa forma.
—Si, lo sé y me agrada que quieras hacerle honor.— Musitó la castaña— Pero eso no quita que me dé curiosidad. No digo que no me gustes así, pero es interesante.
No iba a presionarlo, después de todo, ella se enamoró de él de esa forma. Sin embargo era inevitable hacer mención de esta insertidumbre.
—¡Por cierto! No te había contado...—Damar tomó la palabra—Hoy mi hermana fue a hablar con tu madre.
Kouji abrió sus ojos zafiros oscuros—¿Tomoko?
—No.— Respondió la castaña— Satomi.
El Minamoto alzó una ceja sorprendido— ¿A si? ¿Y cómo le fue?
—Bien.— Respondió Damar— Bueno, al principio no se veía muy convencida por lo que me dijo, pero de igual forma accedió a ayudarla.
—No me sorprende.— Contestó el Minamoto— Satomi puede ser muy buena, pero cuando trata de algo judicial lo toma muy enserio, sobretodo en una situación tan compleja como esta.
—Sin duda...—Suspiró la castaña— Mimi todavía es muy joven y Alice es una adulta, será difícil ganar en este juicio. Pero, como dije, finalmente aceptó a ayudarnos porque le mostramos esa declaración notarial que hicieron ambas ¿te acuerdas que te hablé de ella?
—Si.— Respondió Kouji— Lo recuerdo.
—Gracias accedió a darnos su ayuda.— Habló Damar— Acto que agradezco, porque no se ve muy agradable el panorama, al menos por el momento.
—¿Y tú?— Preguntó Kouji— ¿No le hablaste sobre el tema de Rumiko y tu madre?
Damar suspiró— Quise hacerlo, pero me arrepentí, no creo que sea el tiempo...—Hizo una mueca— O tal vez sí, pero han ocurrido muchas cosas, siento que no tengo fuerzas para hacerlo, creo que primero debería hablar con mi padre, pero...
—No has hablado con él.
La castaña suspiró y asintió— Literalmente se desapareció de la faz de la tierra.— Rodó los ojos— Al menos para mí, porque no me contesta.— Hizo una mueca— En cambio a su amante o ex amante sí.
—Debes estar tranquila, en algún minuto se presentará la oportunidad y podrás hacer algo contra Rumiko, pero debes tener paciencia, ya has visto que por actuar apresuradamente las cosas salen mal.— Comentó Kouji.
Damar asintió— Si lo sé.— Bajó su mirada y suspiró— ¿Sabes? Desde que regresé tú eres lo único bueno que me ha ocurrido hasta el momento.
No quería ser egoísta, pero le gustaba saber que le estaba haciendo un bien al expresar todo lo que sentía por ella.
Fue así como ambos se unieron en un apasionado beso. Uniendo sus pechos desnudos y la chica enrrolló sus piernas en su cintura.
El beso fue bastante largo y de a poco ambos nuevamente comenzaron a entrar en calor.
Sin embargo, Kouji se detuvo.
—Ya es tarde, me tengo que ir.
—¿Qué?— Preguntó Damar— No, no te vayas.
—Mira eso, ahora quién ruega que el otro no se vaya.— Comentó Kouji.
Damar rodó los ojos— Lo digo de verdad.— Pasó sus manos por el cubre cama que los cubría a ambos— No te vayas ¿si? Al menos unos minutos más.
El Minamoto rodó los ojos divertido— No tienes forma de convencerme.
—¿A si?— Preguntó Damar antes de acariciar su entrepierna, masajeando con la yema de sus dedos su miembro. La chica alzó su mirada y besó sus labios— ¿En verdad quieres irte?
¡Rayos!
Esa caricia...Esa voz tan sensual...Esos labios.
Suspiró.
Depositó un beso en sus labios— Eres odiosa.
Damar rió.
Mientras tanto muy lejos del edificio central.
Takato y Rika se encontraban a gusto el uno con el otro, sentados sobre una manta que resposaba sobre el suelo en una especie de pícnic, improvisado por parte del castaño.
—¡Que cursi eres Matsuki!— Musitó la pelirroja antes de darle un sorbo a su bebida— Un pícnic.
—Lo mismo dijiste cuando llegamos y saliste arrancando, al contrario, te veo a gusto.
—Bueno, la comida está deliciosa.— Comentó Rika comiendo un pastelillo— Además, si me escapaba me hubieras ido a buscar.
—Yo no haría eso.— Musitó el castaño "indignado"
La pelirroja rió— Si ¿cómo no?
Takato lanzó una carcajada y luego le dió un sorbo a su malteada de fresa.
No iba a negar que dentro de su cabeza existía un debate infernal entre lo que debía hacer y lo que quería hacer. Su deber era cumplir con su compromiso con la DEA y su familia, a causa de su tía. Pero su corazón le decía que merecía darle una oportunidad a su relación con Rika.
—Bueno, puede ser cursi esta idea, pero admitiré que me agradó.— Comentó la pelirroja— Siempre he odiado esas citas formales en restaurante como imaginan todas las chicas.
Ya sabía que Rika no era igual a las demás.
—Me alegra que te haya gustado.
La pelirroja sonrió y alzó su mirada hacia el cielo. Ya estaba oscureciendo, en unos treinta minuto la noche estaría en todo su esplendor.
—Te propongo un juego.— Habló Takato y alzó una venda verde— Se llama adivina el sabor.
—¿Adivina el sabor?— Preguntó Rika—¿En qué consiste?
—Uno venda los ojos del otro y le da de comer cualquier tipo de alimento para que adivine que es según el sabor.— Respondió Takato.
—No será difícil para mi.— Comentó la pelirroja— Tengo una paladar tan exigente que sé distinguir fácilmente los sabores, así que te ganaré.
—Ya lo veremos.— Rió el castaño—Te advierto, yo también soy exigente con los sabores.
—Hijo de panaderos, no sorprendería.— Musitó Rika— Puedes comer una gran variedad de deliciosos dulces y panes. Te envidio, yo tengo que comprar para comer.
—No creas que todo es color de rosa, ya que me utilizan como conejillo de indias, me hacen probar sus nuevas recetas y algunas en verdad no son muy buenas.— Hizo una mueca— Pero igual debo comerlas, lamentablemente.
—Bueno, pero en su mayoría deben ser buenas sus recetas ¿no?
—Pues no me quejo.— Respondió el castaño y alzó su venda— Bien ¿jugamos?
—Claro.— Contestó Rika— Pero comienza tú.— Musitó antes de tomar la venda.
—Está bien.— Musitó el castaño y la pelirroja vendo sus ojos.
Fue así como tomó un alimento para depositarlo en su boca.
—Uva.— Adivinó el castaño.
—Correcto.— Musitó Rika antes de depositar otra fruta en sus labios— ¿Ahora qué es?
Takato lo saboreó—Fresa.
—Bien.— Comentó la pelirroja— ¿Y ahora?— Depositó un queso.
El castaño nuevamente saboreo— ¿Queso?
—¿Que tipo?
—No es necesario decir el tipo.— Respondió Takato.
—Claro que sí, si no pierdes.
—Eso no es justo.— Musitó el castaño antes de quitar la venda de sus ojos— Queso es queso, no es necesario decir el tipo.
—Yo diría que sí.— Comentó Rika— Pero bien, si quieres perder, no me digas que tipo es.
Takato rodó los ojos—Bien, ahora te toca a ti.— Comentó antes de colocarse tras la chica y posar la venda en sus ojos.
Luego de unos segundos la pelirroja ya estaba lista para adivinar.
—Bien Rika, dime ¿qué es esto?— Takato depositó un alimento en su boca.
—Jamón.
—¿Qué tipo de jamón?
—Pensé que no era interesante el tipo.— Respondió Rika.
—Tú dijiste que si ¿no?— Comentó Takato— Chica de paladar fino.
La pelirroja hizo una mueca— No te burles de mí ¿si?
—Ya, dime ¿qué tipo es?
—Jamón escocés.
—Exacto.— Respondió el castaño y a continuación se repitió el mismo de patrón de depositar alimento en su boca, preguntar que era, reírse un poco con la Nonaka, depositar alimento, preguntar, reír, depositar, preguntar, reír...
Fue así como poco a poco los alimentos se fueron acabando hasta que en un minuto dado por un alimento los labios de la chica se ensuciaron levemente.
—Mermelada.
—Exacto.— Respondió Takato y observó en el lugar— ¿Dónde están las servilletas?
—¿Por qué preguntas?
—Porque te ensuciaste un poco debajo de los labios.— Comentó el castaño y divisó las servilletas debajo del plato— Aquí está.
—Bien, limpiame.— Musitó la pelirroja.
—No hay problemas.— Fue así que el castaño se dispuso a limpiar su rostro, Takato rosando de vez en cuando sus labios, fue inevitable quedar hipnotizado ante ellos, últimamente estaba tan pérdido en sus quehaceres que no ya no se detenía a apreciar los irresistibles labios de esa chica.
Se mordió el labio inferior.
En verdad eran atrayentes.
La lengua de la pelirroja lo sacó de sus pensamientos, ya que pasó por sus labios—Mmm en verdad esta deliciosa la mermelada.— Comentó Rika.
—¿A sí?
—Si.— Respondió la pelirroja— Pruebala, está deliciosa.
Bueno, aún quedaba en el pequeño recipiente, sin embargo la mirada del castaño se dirigía al resto que quedaba en el borde de sus labios.
Se mordió el labio inferior, no quería aprovecharse, pero solo deseaba hacer lo siguiente.
—La probaré.— Contestó el castaño— Pero apuesto a que de tus labios tiene mejor sabor.— Fue así como lamío levemente el borde de sus labios.
Rika no pudo evitar colocarse nerviosa ante esto, su respiración se pausó al sentir el alimento del castaño sobre ella.
Takato pasó su lengua por la comisura, el labio superior, luego el inferior.
¡Rayos!
Pensó el castaño, los labios de la pelirroja eran suaves, tenían una textura perfecta, esponjosa daban ganas de...
En verdad no fue consciente de sus acciones hasta que lo hizo.
Abrió su boca y mordió el labio inferior de la chica, fue una sensación extraña, pero deliciosa, volvió a morder su labio inferior e ingresó su lengua.
Los nervios y la extrañes fue algo inevitable para Rika, nunca alguien la besó así, pero simplemente cedió a las caricias, primero fue una caricia suave sobre lengua, delicada, pero, con el paso de los segundos comenzó a ser un baile mucho más profundo y rápido. Y poco a poco el beso comenzó a ser más apasionado.
Las manos de Takato recorrieron su cintura, Rika se abrazó a su cuello, el beso de ser dulce y suave al principio pasó a ser uno muy apasionado y casi desesperado, cada uno intentaba succionar la lengua del otro y sus labios se movían a un compás muy sincronizado.
Ambos se separaron unos milímetros al perder el aire, sin embargo apenas recuperaron el aliento nuevamente unieron sus labios en otro beso apasionado. Takato mordió su labio inferior y a continuación Rika succionó su lengua.
La pasión incrementaba segundo a segundo, el calor se hizo presente en ambos, las hormonas se alobortaban cada vez más, en un minuto ambos cayeron de espalda sobre la manta y sin darse cuenta el castaño con su mano derecha acarició el abdomen de la chica.
Ambos nuevamente se separaron por falta de aire con la respiración agitada, sin dejar de rosar sus narices. Rika sintió el aliento del castaño sobre ella y este quieró la venda de sus ojos, fue en ese minuto que se se percató de la posición en la que estaban. El nítido contacto de sus cuerpos. Se sonrojó a más no poder por esto.
—¿E?— Balbuceo antes de alejarse del castaño e incoporarse sobre la manta— Dis-disculpa, yo...
¡Rayos!
En verdad estaba nerviosa, llevó sus manos hacia sus mejillas, estaban ardiendo.
Takato alzó una ceja sorprendido y observó a la chica, a pesar de escasa luz que tenían por el Sol que se ocultaba pudo ver que sus mejillas estaban rojas como tomate, haciendo un contraste claro con su piel pálida.
—Ta-Takato, es-estar así es algo que...— Declaró la pelirroja entre balbuceo— Yo no...
El castaño fue consciente de la situación.
—¡Rayos! Rika, disculpame.— Habló Takato— No quería hacerte sentir incómoda.
—N-no, no te preocupes.— Respondió Rika y observó a su alrededor— ¿E? Cre-creo que se está haciendo tarde, lo mejor será volver al Internado.
¿Qué?
Pensó Takato e hizo una mueca, sin embargo comprendió la situación, todo estaba muy reciente, al menos para ellos como pareja y Rika jamás le comentó de haber tenido novio o algo así, anteriormente.
—Está bien.
Natsuko e Izumi ingresaron al gran lugar donde el heredero de los Shibayama realizaba su fiesta, habían muchas personas elegantes, jovenes, adultos.
Natsuko vestía de una forma bastante elegante con un vestido largo blanco y una chaqueta negra.
Izumi llevaba un elegante vestido rosa con tirantes, ajustado. También llevaba unos tacones altos y un pequeño bolso.
—Al fin llegamos.— Comentó Natsuko— Ojalá te comportes como debes.
Izumi rodó los ojos, en verdad no quería estar ahí.
—No hagas esa expresión y mejor sonríe.— Exigió la mujer de ojos azules— Necesito que te comportes.
—Si, lo sé, lo sé.— Musitó la rubia.
Su amdre quería que fuera lo más buena posible para atraer a ese chico y su dinero.
—¿Por qué escogiste ese vestido?— Señaló su ropa— ¿No pudiste usar algo más seductor?— Preguntó Natsuko.
Izumi frunció el ceño— ¿Perdón?— Cuestionó— ¿Dónde quedó tu norma de "elegante y fina" antes que sensual?
—Bueno, eso era antes de que necesitara de tus encantos para hacer caer a ese chico.— Respondió la oji-azul.
—Mamá, no puedo hacer eso ¿no?
—¿No?—Cuestionó la mujer Ishida— Pero si tuviste las agallas suficientes para acostarte con el idiota de Ryo, para acostarte con el mejor amigo de tu novio y quién sabe que más.
Izumi bajó la mirada, jamás pensó que sus errores pasados le trajeran tantos problemas. Actuar de esa forma, sin duda, fue lo peor que pudo hacer. Pero parecía que nada mejoraría, porque ahora tendría que hacer todo lo posible para tener a ese chico que su madre quería para ella.
—Ahora más que nunca necesito que saques a relucir esas agallas que tuviste para hacer esas cosas ¿si?
La rubia apretó los dientes, en verdad odiaba a su madre. Si, cometió errores, pero ella tampoco era un ejemplo a seguir ¿Por qué debía sacarle en cara todo lo que hizo?
—Señora Ishida, Izumi.— Una voz masculina llamó su atención y ambas al voltear se encontraron con el anfitrión de la fiesta.
—Junpei.— Natsuko pronunció su nombre— Que bueno es verte.
—Lo mismo digo señora Ishida, aunque me sorprende verla aquí.
—¿Te molesta?
—No, claro que no, pero me sorprende que haya venido, pensé que era una mujer ocupada.
—Si, ocupada, pero no para las cosas importantes.— Sonrió la mujer de ojos azules— Cuando mi hija dijo que harías esta fiesta supuse que tenía que venir.
La oji-verde bajó la mirada, no quería mirar de frente a ese pobre chico que su madre quería utilizar en su propia conveniencia.
—Izumi me insistió a venir ¿sabes?— Habló Natsuko— Luego de la cita de ayer está encantada contigo.
¿Encantada?
Izumi bajó la mirada avergonzada y molesta.
—Ups, disculpa no quería ser tan expresiva.— Musitó la mujer— ¿Sabes? Un día de esto deberías venir a casa, así Izumi te compensa la cena de ayer. Mi esposo y yo estamos agradados de recibir visitas.
¿Qué?
Jp sonrió— Muchas gracias por la invitación. Creo que la tomaré en cuenta.
Mimi caminó en dirección a su departamento, en verdad estaba agotada. Ese día fue un tanto intenso, tuvo que consolar a su amiga que descubrió estar embarazada, luego fue a hablar con la abogada para convencerla de apoyarla en el juicio para recuperar a su hija. Ahora discutió con Nene y aunque deseaba descansar sabía que no podría dormir, tenía que finalizar un proyecto para una de sus clases. Apenas tenía cabeza para pensar, pero debía hacerlo.
Simplemente quería llegar a su habitación, recostarse en su cama y domir.
Sin embargo...
Al parecer no sería posible.
Mimi se detuvo al ver a las afueras de su departamento al padre de su hija, Yamato, quién se encontraba apoyado en la pared con los brazos cruzados.
—¿Yamato?— Pronunció su nombre sorprendida— ¿Qué haces aquí?
El rubio volteo hacia ella—Que bueno que llegas.— Respondió, era demasiado evidente que no estaba de buenas, su rostro no era agradable—¿Es verdad que fuiste a hablar con abogada?
¿Qué?
—¿Cómo supiste que fui a hablar con una abogada?— Preguntó Mimi sorprendida ante esto.
¡Oh no! Otro problema, lo que menos quería era discutir, mucho menos luego del día anterior.
—Los rumores vuelan en este lugar, Tachikawa.
Si, siempre fue consciente de aquello, pero nunca pensó que tan rápido, no era muchas personas que supieran que fue a hablar con Satomi y dudaba que una de esas personas, sus amigas, hermanos y Tomoko divulgaran ese rumor.
—No pensé que actuarías tan rápido.— Habló Yamato—Supongo que lo hiciste para alejar a mi hija de mi ¿no?
—¿Alejarla de ti?— Cuestionó la Tachikawa— ¿Otra vez con eso? Yamato yo no quiero hacer eso.
—Claro que si.— Respondió Yamato— Si no ¿por qué llamarías a una abogada?
—Para cuidar a nuestra hija.
—¿De quién? ¿De mí?
—No.— Contestó Mimi— De Ali...
—No me des explicaciones, yo sé que sí.
Mimi suspiró— No me das ni un segundo para poder explicarte ¿cómo puedes ser tan molesto?
—¿Molesto yo?— Preguntó el rubio— Simplemente estoy evitando escuchar más mentiras de tu parte.
Otra vez con esa historia.
Si, una vez le mintió, pero ahora no ¿De qué le servía?
—¿Por qué mentiría a estas alturas? Ya sabes la verdad.
—¿Sabes? Yo también buscaré una abogada ¿y sabes por qué? Porque no permitiré que mi hija tenga una madre como tú.— Respondió el oji-azul.
—¿Qué dices?
—¿Qué no es obvio?— Preguntó Yamato— Te quitaré a mi hija.
¿Qué?
—N-no puedes hacer eso
—Claro que sí.— Respondió el rubio— Mi deber es protegerla y tú no estás apta para ser su madre.
—Pe-pero soy su madre.
—Si, pero no estás apta para cuidarla.
—Tú tampoco.— Contestó Mimi.
—Claro que sí, antes que tú cumpliré la mayoría de edad y podré tenerla.— Respondió Yamato.
—Sigue soñando.— Habló la Tachikawa— Tú bien sabes que los derechos ahora corren a favor de las madres.
—Puede ser así, pero tú dejaste de serlo cuando la abandonaste.— Contestó el rubio— En cambio yo, nunca lo hubiera hecho.
—No tuve opción Yamato.
—No la querías, así que era obvio.
—Si la quiero.— Respondió la Tachikawa.
—¡Si la quisieras no la hubieras abandonado!— Gritó Yamato.
—¿Por qué haces esto?— Preguntó la oji-miel— ¿Por despecho? ¿Enojo? ¿Odio? Porque si la respuesta es sí, dejame decirte que eres un inamaduro.
—No lo hago por eso.— Contestó el rubio— Lo hago porque no quiero que mi hija tenga un monstruo como tú de madre.
¿Un monstruo?
¿Así la calificaba? Luego de decir que la amaba ¿Enserio era tan desagradable para él? Esto era el colmo.
Yamato podía hacer muchas cosas, decir miles idioteces, incluso actuar mal por el dolor que sentía por su mentira. Pero nunca...
¡Jamás!
Le permitiría hacer algo como esto.
Nadie tenía derecho o autoridad para quitarle ¡A su hija!
Ella fue quién la tuvo nueve meses en su vientre, quién la dió a luz, quién la amaba desde el primer minuto y nunca nadie la amaría más que ella, porque era su mundo, su vida ¡Y nadie se la quitaría!
—Escúchame Yamato.— Mimi lo agarró de la camisa y se acercó peligrosamente a él— Y escúchame muy bien, porque no lo voy a volver a repetir...
La cercanía al rubio no pudo evitar colocarlo nervioso, sus narices se rosaron sus frentes estaban a escasos milímetros, al igual que sus labios, como si fueran a besarse. Pero no. Esta vez, a pesar de tener sus labios tan cerca no podría unirlos con los suyos, porque el enojo e ira que emanaba la mirada de Mimi eliminaba todo sentimiento de amor o pasión.
—Puede que me consideres la peor persona del mundo.— Murmuró la castaña entre dientes— Puede ser que me odies, que no volvamos a estar juntos, incluso que me desprecies.— Frunció el ceño— Pero te lo dejaré bien claro, por única vez, hagas lo que hagas, no me separarás de mi hija.
—Tú comenzaste con eso ¿no?— Susurró Yamato.
—No.— Respondió Mimi.
—Claro que sí.— Contestó el oji-azul— Me separaste de mi hija de la manera más repudiable que jamás pude haber pensado.— Ocultarle que quedó embarazada era algo entendible, pero que su hija vivía, claro que no, mucho menos luego de haberla conocido.
—Tú me consideras un monstruo por ocultarte la verdad y no lo soy.— El monstruo fue su padre, no ella— Pero, si tengo que convertirme en uno para estar con mi hija ¡Créeme! Lo voy a hacer, porque desde hoy la Mimi dulce y amable que conocías, muere para tí.
—Me tengo que ir.— Musitó Kouji caminando hacia la puerta.
—No, por favor.— Rogó Damar jalando de su mano— Quedate conmigo.
—No puedo.— Respondió el Minamoto— Te imaginas si Rumiko hace una de sus inspecciones sorpresa ¿y nos encuentra? Tendríamos problemas.
La castaña rodó los ojos.
¡Rumiko siempre molestando!
—¿Y si no?— Preguntó la Tachikawa— Perderíamos la oportunidad de estar juntos.
—Damar, me encantaría, pero lo digo de verdad.— Habló Kouji antes de besar sus labios— No quiero que tengamos problemas.
—Tienes a tu madre.
—Si, pero no quiero darle problemas.— Comentó el Minamoto.
Tomoko también estaba al mando de ese Internado, pero su relación con Rumiko no era la mejor.
—Está bien.— Musitó Damar.
—Pero un día de estos podríamos ir a la cabaña.— Habló Kouji.
—Me gusta esa idea.— La castaña sonrió— Y te cobraré la palabra.
El Minamoto besó sus labios— Bien, ahora si me tengo que ir.
Damar depositó un beso en sus labios—Descansa.
—Descansa.— Respondió Kouji antes de salir del lugar cerrando la puerta tras él, luego se encaminó hacia la salida del departamento, sin embargo antes de llegar la puerta se abrió y la chica Nonaka apareció frente a él.
—Rika.— Pronunció su nombre.
—¿e?— La chica se sorprendió al verlo— ¿Kou-kouji?— Balbuceo— Si-sigues aquí.
El oji-azul asintió— Si, pero ya me iba.
—¿E?— Balbuceo nuevamente la pelirroja y totalmente despistada— Bi-bien...
Kouji alzó una ceja al percatarse del color rojizo que pintaba las mejillas de la Nonaka— ¿Te ocurre algo?
—¿Por-por qué preguntas?— Cuestionó Rika.
—Porque estás colorada.— Comentó el Minamoto.
—¿A-a si?— Preguntó la chica nerviosa— E-es qu-que tengo calor, yo ¿e? ¡Si! Creo que tengo calor.— Comentó antes de abanicarse con su mano derecha.
—¿Segura? ¿Por qué estás tan inquieta?
—Por-por na-nada.— Respondió la pelirroja— ¿E? Y-yo me voy a...—Tragó saliva intentando controlar sus nervios— Me voy a dormir.— Comentó antes de caminar hacia su habitación, ingresar en ella y cerrar la puerta tras ella dejando completamente desconcertado al Minamoto.
Izumi pasó su mirada por su madre, quién se alejó de Jp y ella para darles "privacidad"
Sin embargo, con sus expresiones le decía que se acercará.
Suspiró.
No quería hacerlo, pero era su deber.
Fue así como tomó asiento a su lado.
—Que buena fiesta.— Comentó la rubia.
—¿Tú crees?
Izumi asintió— Pero es una lastima que no hayan venido muchos del Internado.
—Pues...—El castaño suspiró— A muchos les agrado por mi físico, ya sabes. Y tampoco tengo amigos tan influyentes como tú para promocionar mis eventos.
—¿Sabes? Ahora que somos amigos yo podría ayudarte en eso.— Comentó la oji-verde.
—¿A sí?— Preguntó Jp— ¿Por qué?
—Porque somos amigos ¿no?— Comentó Izumi antes de tomar su mano.
El chico ante esto no pudo evitar sentir emoción, sin embargo, no veía una expresión de alegría en su rostro como la veía cuando estaba con sus amigas o el último tiempo por Takuya.
Suspiró.
Hace un tiempo se estaba dando cuenta de algo y necesitaba sacarlo de su mente.
—¿Sabes? Lo único bueno de ser pobre es saber que nadie se acerca a ti por tu dinero.— Habló Jp.
Izumi hizo una mueca ante esto.
—¿Crees que no me he dado cuenta que tu madre te quiere acercar a mi?— Comentó el castaño— Supongo que debe ser porque necesita inversiones para su empresa que está cayendo.
—¿Cómo sabes eso?
—No importa como lo sé.— Comentó Junpei— Pero supongo que tu madre por eso quiere que seamos amigos ¿no?
Izumi pasó su mirada por su madre quién los observaba— Puede ser.— Comentó— Pero ¿sabes? Yo no lo hago por eso.
—¿A sí? Entonces ¿por qué estás aquí?
—Porque me agradas.— Respondió la rubia— Luego de los últimos acontecimientos tú ahs sido uno de los pocos que ha continuado a mi lado. A pesar de llevarse las críticas de muchos.
—Solo hago lo correcto.
—Y por eso quiero agradecerte.— Habló Izumi y posó una mano en su brazo— Puede ser que mi madre quiera que me acerque por eso, pero la verdad es que yo contigo me siento acompañada.— En parte no era mentira— Todos me han dejado y a pesar de que no me conocías te has mantenido a mi lado. Y eso...— Acercó su rostro al suyo— Me gusta de ti.— Finalizó su discurso para luego unir sus labios en un sensual beso.
¡Chan, chan, chan!
+Lo que hablaron Mimi y Satomi quedará para el siguiente capítulo jijiji
+El próximo capítulo se viene más interesante y emocionante, pero este no quise hacerlo más largo.
mariacredenza02: Sin duda alguna, Yamato está actuando muy precipitadamente, influenciado por Nanami, dudo que escuche a Takeru. De alguna forma Satomi verá todo de un punto crítico como abogada, pero de igual forma tendrá que algo que ver entre ellos, porque sí, separados no lograrán nada. Lamentablemente la paz no la alcanzará muy pronto, aún vamos en la quinta plaga de diez, hablando metaforicamente. Keisuke todavía no llegará. Hay un momento muy crucial que todavía no llega, pero pasando ese momento ¡Chan, chan! Aparecerá Keisuke. El mundo se le vendrá a Sora con este embarazo, porque su estatus social no le permitirá disfrutar de él. Taichi literalmente está disfrutando de lo único bueno que tiene Catherine, ya pronto le llegará el karma a esa rubia Jajajaja no, Kouji no lo golpeará, pero intentará hacerlo entrar en razón, lamentalbemente por falta de comunicación Yamato cree que Mimi lo quiere demandar, cuando ella es a quién demandaron, esperemos que cuando se dé cuenta de esto no sea demasiado tarde Jiji ya veremos si Michael es o no el nuevo, si sería divertido ver una guerra de celos jiji Ojalá sigas leyendo y comentando te mando un abrazo a la distancia.
milrose: Si jiji Sora está embarazada, ojalá sus decisiones desde ahora en adelante sean responsables. Ya veremos si Taichi se enterará, pero luego de lo que vivió Mimi dudo que Sora quiera repetir sus errores. Si, los problemas están a mil, la amistad Tachikawa e Ishida está pasando su peor momento. Si, Nanami quiere hacerlo caer y lamentablemente por ira Yamato podría caer. No daré spoiler del nuevo jiji Pero sería interesante ver una guerra de celos Jajaja con respecto a Damar tengo una travesía lista para ella y su color de cabello. Ya veremos que ocurrirá con Tomoko (Ojo con ella) y el estado de salud de Mimi. Ojalá sigas leyendo y comentando te mando un abrazo a la distancia.
