NA: Si, sé que hace rato no actualizaba, pero empecé otro semestre de Universidad y a pesar de llevar pocas semanas se vino muy intenso. He estado ¡Muy! (Resalto esta palabra) Ocupada. No he tenido tiempo para escribir, además, estamos en un serie de capítulos aburridos y un tanto de relleno, entonces me cuesta más. Pero ya se viene lo bueno, queda poco para que todo detone.


Takuya se observó en el reflejo del espejo de su baño.

Hizo una mueca, su cabello estaba desordenado, parecía un puercoespín.

Bostezó.

A pesar de dormir mucho se sentía agotado.

Rápidamente lavó su cara para despertar y luego se dispuso a salir del lugar encontrándose con su antiguo mejor amigo, actualmente ¿cuñado?

Movió el cabeza, era un horror pensar que su inocente hermana cayera en las garras de ese chico. Al igual que Mimi ¡Rayos! En verdad era pésimo hermano al no evitar que se fijaran en Kouji y Yamato. Sobre todo en ese rubio que ahora simplemente estaba haciendo sufrir a su melliza, algo que le mortificaba la cabeza, tal vez si hubiera sido más cuidadoso con Mimi nunca se hubiera involucrado con él y todo esto no estaría ocurriendo.

Nuevamente movió la cabeza intentando disipar aquellos pensamientos de su cabeza.

—Buenos días.— Musitó el moreno.

—Buenos días.— Respondió el Minamoto antes de acomodar su chaqueta sobre sus hombros y una bufanda.

—¿Se te perdió el invierno?— Preguntó Takuya.

Kouji frunció el ceño— ¿Por qué preguntas? Idiota.

—Por tu atuendo imbecil.— Contestó el castaño— Hace bastante calor y tú te colocas eso.

El Minamoto hizo una mueca, por su resfrío no sentía verdaderamente la temperatura.

—No me siento bien.— Respondió sin más antes de dirigirse a la puerta.

—¿Y esta maleta?— Preguntó Takuya señalando una que se encontraba en mitad de la sala con materiales médicos.

—Son algunos materiales que debe llevar Koichi a su viaje mañana.

—¿Algunos?— Cuestionó el moreno.

Kouji asintió.

—¿Y él donde está?— Preguntó Takuya.

—Salió a comprar, ni idea de cuando llegará.

—¡Rayos! No podré mover nada, si no se va a estresar.— Comentó el castaño.

—Bueno, tocar nada no te hará mal.— Musitó Kouji antes de salir del departamento cerrando la puerta tras él.

Takuya volvió su mirada hacia la maleta y una pregunta pasó por su mente.

¿Podría ser que aquellos exámenes que estaba buscando estuviesen ahí?

No, imposible, Koichi lo hubiese notado ¿no?

Sin decir palabra e ignorando las palabras del Minamoto se sumergió en la maleta buscando aquel sobre que tan estresado lo tenía últimamente.

Buscó, rebuscó y recontrabuscó en el bolso de Koichi, sin embargo, no encontró nada.

Suspiró.

Esto no era bueno.

¡Toc, toc!

La puerta principal sonó.

Hizo una mueca, por unos minutos no quiso ir a abrir, pero luego recordó que estaba solo, así que debería ir. Fue así que se encaminó hacia la puerta, cuando llegó a ella tomó la manilla y la abrió. Frente a sus ojos aparecio una chica de cabello lila y anteojos, a quién el moreno reconoció al instante.

Era una amiga de Koichi.

—Hola Takuya.

—Hola Miyako.— Respondió el moreno.

—¿Está Koichi?

—¿Koichi?— Repitió su nombre—No, él no está.

—¿Sabes donde fue?— Preguntó Miyako.

—Salió.— Respondió el moreno— Pero no sé adonde, Kouji no me dijo donde iba...—Takuya dejó de refregar sus ojos y bajó la mirada hacia las manos, ella llevaba en ellas un...

¿Sobre?

Takuya observó lo que la chica de anteojos sostenía en sus manos. Ese sobre le parecía conocido…

¡Un minuto!

En un borde estaba el sello de una clínica.

¡La clínica de análisis!

Rápidamente se acercó a la chica y observó el sobre, efectivamente ese selo era de la clínica donde mandó a hacer los exámenes de ADN.

De una manera un tanto grosera y brusca tomó, mejor dicho, le arrebató el sobre de las manos a la chica— ¿Qué haces con esto?


Nanami, Mimi y Sora llegaron al primer piso del Internado dispuestas a desayunar.

—Muero de hambre.—Musitó la pelirroja.

—Yo también.— Comentó Nanami.

La castaña hizo una mueca, generalmente ella tendía a comer mucho, vivir con hambre o antojos, en conclusión le gustaba comer. Sin embargo, últimamente por los nervios su cuerpo ya no sentía apetito.

—Por cierto ¿irán a la fiesta que realizará Ryouma en unas semanas?— Preguntó la rubia.

Mimi y Sora intercambiaron miradas.

—Todos hablan de ella, porque Ryouma la está promocionando como la "fiesta del año"

—Si, algo así había escuchado.— Musitó la pelirroja.

Mimi hizo una mueca— Lo siento, pero en estos minutos en lo que menos puedo pensar en participar de una fiesta, no estoy de ánimos.

—Pero, amiga, una fiesta no te hará mal.— Comentó la rubia.

La castaña simplemente negó con la cabeza, últimamente todos le recrimminaban por todo lo que hacia o dejaba de hacer. Si Alice sabía que fue a una fiesta en estos momentos de máxima tensión probablemente lo usaría en su contra para quitarle a Natsumi y no quería eso.

—¿Y tú Sora?

La pelirroja hizo una mueca— No gracias, no estoy ánimos para eso.

No era necesario preguntar la razón.

¡Bip, bip!

El móvil de Nanami sonó, rápidamente lo sacó de su chaqueta y lo observó.

(De: Catherine)

En proceso de la catástrofe.

Nanami sonrió— ¿E? Chicas.— Guardó su móvil—Me tengo que ir.— Habló la rubia— Tengo que resolver un asunto, rápido.

—¿Asunto?

—¿E? Si, pero no es grave. Regreso pronto.

—Está bien.— Respondió la castaña.

Fue así como Nanami se dispuso a subir nuevamente la escalera.

—Te digo que extraño mucho aquel tiempo en el cuál no teníamos preocupaciones.— Comentó Sora— Cuando nuestro único plan era lucir bien para llamar la atención de los chicos.

—Yo también.— Suspiró la castaña.

Era difícil pensar que estaban viviendo situaciones de adultos, cuando estaban en una edad que supuestamente debían disfrutar de su juventud.

Suspiró.

Siempre en su mente pasaba la idea de que si su madre no hubiera muerto no estaría viviendo esto. Después de todo hubiera tenido el consejo de alguien para evitar tomar malas decisiones. Sin embargo, últimamente estaba cuestionando esto. Finalmente, ella misma tomaba sus decisiones, tal vez Satoe si hubiese estado viva la hubiera aconsejado, pero eso mismo ocurrió con Sora y ella también quedó embarazada, además de estar viviendo un pésimo momento con su pareja tendría que afrentar ser vista por los demás y tendría que enfrentar a su padre. En pocas palabras, ya no tenía excusa para decir que esto se debía a la muerte de su madre. Todo lo vivido fue responsabilidad de ella misma.

—Bueno, vamos a desayunar.— Comentó Sora.

Mimi asintió y así ambas se encaminaron a la cafetería— Por cierto ¿La matrona te recomendó algunas vitaminas?

Sora asintió— Si, pienso en ir hoy a comprarlas.

—Que bien, eso es...— Mimi no pudo continuar hablando, ya que no se dió cuenta que frente a ella habían unas maletas y sin querer tropezó con ellas provocando que tambaleara, sin embargo antes de caer alguien la sostuvo del brazos— Rayos.— Musitó.

Grande fue su sorpresa al levantar su mirada y encontrarse con un chico rubio de ojos azules, piel pálida, sin rasgos asiáticos, a quién Mimi reconoció al instante.

—¿Michael?— Pronunció su nombre.

El chico le dedicó una ilumisa y calida sonrisa—Hola Mimi.

La castaña alzó una ceja sorprendida— ¿Qué haces aquí?

—Sorpresa. — Musitó el rubio— Te dije antes de venirte que nos veríamos luego.

—¿E? S-si. — Mimi hizo memoria— Pero no pensé que sería tan pronto, mejor dicho de esta forma.

Pensó que la palabra "pronto" significaba en las próximas vacaciones de verano (Para ella) O probablemente cuando su padre viniera a los premios actorales del año que se realizarian en Japón este año.

—¿No te alegra verme?— Preguntó el rubio.

—¿Por qué preguntas eso? Claro que me alegra verte.

—Entonces ¿por qué no un abrazo de bienvenida?—El oji-azul extendió sus brazos.

Mimi sonrió ante esto y literalmente se tiró hacia los brazos de su gran amigo— Me alegra verte amigo.

—A mi también me alegra verte.— Musitó Michael— ¿Cómo has estado?

—Bien.— Respondió la oji-miel— ¿Y tú?

—Bien.— Comentó el rubio— Pero ahora excelente porque te veo.

Mimi sonrió.

—Señorita Tachikawa.— Una voz llamó su atención y la castaña al alzar la mirada se encontró con la directora del Internado— Que bueno verla, justo necesitaba que usted o unos de sus hermanos viniera a mi oficina.

—¿A sí?— Preguntó la castaña— ¿Por qué?

—Porque este joven dice conocerlos.— Comentó Rumiko— Y necesito de alguien que le dé la Bienvenida a este chico, que le muestre el lugar y demás ¿usted podría hacerlo?

—Si, claro.— Respondió Mimi.

—Espero que no sea una molestia darle un tour a un viejo amigo ¿e? — Comentó el estadounidense.

—Claro que no es molestia.—Contestó la Tachikawa.

—Muy bien. — Musitó Rumiko— Lo importante es que conozca el lugar y se acomode en su habitación, esto último lo puede hacer solo, lógicamente. Pero es necesario mostrarle las funcionalidades del Internado, instalaciones, usted conoce todo señorita Tachikawa.

La castaña asintió.

Sería agradable estar unos minutos con su amigo y olvidar todo lo que ocurrió últimamente.


—¿Disculpa?— Preguntó Miyako— ¿Por qué me lo arrebatas de una manera tan abrupta y grosera?

Takuya hizo una mueca ante este comentario— ¿E? Disculpa.— Musitó— Pero me sorprendió verte con estos exámenes.

—Así que sabes lo que son...—Musitó la Inoue.

—Claro.— Respondió el moreno.

—¿Por qué?— Cuestionó la Inoue.

—Yo pregunté primero.— Respondió el castaño.

Buen punto.

—¿Qué haces con esto?

Miyako hizo una mueca, ella no tenía nada que esconder.

—Lo encontré entre los apuntes de Koichi el otro día.— Respondió la chica de anteojos— Por unos minutos pensé que era algo de la Universidad, pero luego vi que decía exámenes de ADN, no supe que hacer. — Lamentablemente era ansiosa y muchas veces los nervios le jugaban en contra— Tenía planeado preguntarle a él.

—¿Preguntarle a él?— Cuestionó Takuya— ¿Estás loca?

—¿Loca?— Preguntó la chica de anteojos— ¿Por qué lo estaría? Este examen es de él.

—Si, pero él no sabe de esto.

—¿Por qué no? Estaban en sus apuntes.

—Porque...—El moreno tragó saliva— Porque no es suyo.

—¿Cómo? Dice su nombre.

—Si, pero no lo es.

—¿Cómo lo sabes?— Preguntó Miyako.

—Porque yo los mandé a hacer. — Respondió el castaño.

—¿Qué? — Miyako alzó las cejas sorprendida— ¿Tú los mandaste a hacer?

—¿E?— Takuya observó a su alrededor y recién fue consciente del lugar en donde estaban— Ven, entra, esto tiene una explicación larga.

La chica de anteojos alzó una ceja, sin embargo entró sin decir palabra.

Takuya cerró la puerta tras ellos.

—Me dijiste que tú los mandaste hacer ¿es verdad?

El moreno asintió.

—¿Y por qué?

—Porque supe la verdad y no tuvimos opción.

—¿Tuvimos?— Miyako preguntó— ¿Tú y quién más?

—Con Izumi. — Completó el moreno.

—¿Ella también lo sabe?

Takuya asintió.

—¿Por qué?

—Porque Izumi y yo supimos de la verdad juntos, escuchamos a la madre de Rika decirlo, pero lamentablemente no sabíamos cómo decirles a Kouji, Koichi y Rika, así que mandamos a hacer estos exámenes. — Narró Takuya— El otro día se los iba a entregar, pero lamentablemente se me perdieron, pensé que uno de los gemelos pudo haberlo tomado, sin embargo, ninguno presentó síntomas de saberlo y ahora entiendo porque.

—Entonces, como sospeché desde un principio, Koichi no sabe.

Takuya asintió— Si, no sabe.— Respondió— No se lo he dicho, lamentablemente.

—Deberías decirles, porque ellos tres creen que Rumiko fue abusada, eso no es bueno.

—He querido hacer, porque no quiero que sigan creyendo eso, pero a pesar de amigos.— Comentó Takuya— No creo que yo sea la persona indicada para hacerlo, porque deberían decirle su padre o a Rika debería decirle Rumiko.

—No lo han hecho hasta fecha, además esa mujer le dijo aquello a Rika ¿enserio crees que lo hará?

—No, por eso necesitaba estos exámenes, de una vez quiero que sepan toda la verdad.— Musitó el moreno. Ya estaba cansado de los secretos.

—¿Y qué vas a hacer?— Preguntó Miyako.

—Bueno, no sé si hacerlo directamente.— Tampoco quería tener problemas con Kousei y Rumiko, todos sabían que eran personas peligrosas en cierto punto.

—Quizás sea lo mejor.

—O tal vez no.

Takuya hizo una mueca y llevó una mano a su mentón pensativo. Parecía que esta bola de nieve cada vez crecía más, algo que no era bueno, porque se estaban involucrando miles de personas (como él) que no tenían relación alguna con esta verdad.

Quería olvidarse de todo y terminar con los secretos, pero ¿cómo hacerlo sin involucrarse en problemas y ser prudente?

¡Un minuto!

—Tengo una idea.— Comentó el moreno.


¡Toc, toc!

La puerta del departamento de Damar, Hikari y Rika sonó.

—Yo voy.— Musitó Damar antes de salir de su habitación en dirección a la puerta.

De seguro era Kouji, quién le envió un mensaje diciendole que vendría.

—¿Y ese milagro que quieras ir a abrir?— Preguntó la pelirroja, generalmente discutían por esto.

Damar rodó los ojos— Mira quién lo dice.— Musitó antes de abrir la puerta.

Rika dirigió su mirada hacia la entrada y al ver a cierto chico de cabello azabache y ojos azules. Ahí entendió todo.

—Kouji.— La castaña pronunció su nombre.

—Hola Damar.— Respondió el chico.

—Hola.— Contestó la castaña antes de depositar un beso en sus labios.

El Minamoto le correspondió rápidamente.

—¡Pero si ya parecen pareja!— Exclamó Rika con "ternura" fingida.

Ambos dirigieron su mirada hacia ella.

—Yo conozco a alguien que está siguiendo nuestros pasos en muchos sentidos.— Comentó Damar— Y habló de algo más que dar un simple beso.

Instaneamente Rika se ruborizó a más no poder ante este comentario y le dirigió una mirada asesina a su supuesta mejor amiga.

Damar simplemente rió y dirigió su mirada hacia Kouji—¿Bajamos a desayunar? ¿O ya bajaste?

—Luego.— Respondió el oji-azul— Necesito hablar contigo acerca de...

—Detente.—Damar lo interrumpió—¿Qué le ocurrió a tu voz?

—¿Mi voz?— Preguntó el Minamoto— ¿Qué ocurre con mi voz?

—No suena normal.— Respondió la castaña— Y tus mejillas.

—¿Qué ocurre con mis mejillas?

—Están sonrojadas.— Comentó Damar— Y evidentemente no es por mí.

El Minamoto alzó una ceja ante la ocurrencia, quiso reír, pero su cuerpo no se lo permitía, estaba débil.

—Tiene razón, tus mejillas están rojizas y tu voz suena extraña.— Comentó Rika antes de acercarse a su primo— ¿Estás resfriado?

Kouji hizo una mueca—La verdad es que no me siento muy bien.

—¿No?— Preguntó la castaña.

—Me duele un poco la cabeza.

Rika llevó una mano a su frente— Rayos, estás ardiendo.

—De seguro te contagiaste con Natsumi.— Comentó la Tachikawa.

—¿Natsumi? ¿tu sobrina?— Preguntó la pelirroja.

Damar asintió— El otro día que fuimos estaba enferma.— Y lamentablemente le estornudó varias veces a Kouji, pero omitiría ese detalle— Seguramente ahí se contagió.

—Eso no es bueno.— Musitó Rika.

El Minamoto hizo una mueca, sentía el cuerpo cortado y frío— No se preocupen, no es tan grave.

—Claro que sí.— Respondió la castaña.

—Estás ardiendo, tus mejillas están sonrojadas, tus ojos están colorados, necesitas descansar.— Comentó la Nonaka.

Ni cuenta se dió Kouji cuando Damar y Rika lo jalaron de ambos brazos para recostarlo en el sofá, la pelirroja depositó una manta sobre él y la castaña acomodó una almohada tras su cabeza.

—No te moverás de aquí.— Ordenó la pelirroja.

Kouji rodó los ojos.

La Nonaka podía ser demasiado exagerada a veces, como Koichi. Ambos se parecían mucho en eso.

—Rika, no exageres.

—No está exagerando, simplemente está siendo cuidadosa.— Respondió la castaña.

—¿Qué?— Preguntó el Minamoto— Damar, Rika no es necesa...

—¡Si lo es!— Ambas lo interrumpieron a la vez.

Kouji hizo una mueca, luchar contra Rika y Damar por separado era difícil, juntas era imposible.

Rika abrió un mueble de la sala principal y sacó un botiquín— ¿Qué remedio es efectivo para la fiebre?— Le extendió un termómetro a Damar.

—El paracetamol e ibuprofeno.— Respondió la castaña recibiendo el termómetro— Creo...— No sabía mucho de medicina, pero esos eran los remedios más comúnes.

—Oigan, no...

—Silencio.— Contestaron ambas chicas a coro.

Kouji se mordió el labio inferior.

—Abre la boca.— Ordenó la oji-ámbar.

—Damar no es nece...

—¡Hazme caso!— Exigió la Tachikawa.

Kouji rodó los ojos y abrió la boca.

Damar acomodó el termómetro en su boca y el oji-azul junto sus labios— Buen muchacho.— Musitó antes de depositar un beso en la comisura de sus labios.

—¡Hey!— Rika dirigió su mirada hacia la castaña— Damar tienes prohibido besar a Kouji, no quiero que te contagies.

Era curioso que lo dijera, últimamente compartieron muchos besos. Era extraño que ella no estuviera con síntomas de resfrío.

—Y tú, tienes prohibido moverte de aquí o hacer algún esfuerzo innecesario.— Rika le habló al Minamoto.

—¿Qué?— Preguntó Kouji— Rika, por favor, no exageres.

—No exageró, estás ardiendo en fiebre.— Habló Rika— Necesitas descansar y eso es lo que harás.— Por una vez en su vida quería cuidar a su primo, como él la había cuidado todas las veces que cayó en la clínica por el consumo de drogas. Tal vez era algo pequeño comparado con algo grande, pero lo haría.

—Aún no bajo a desayunar.— Habló el Minamoto.

Tampoco tenía ganas de comer, apenas tenía fuerzas, pero si con eso lograba librarse de estas dos exageradas.

—Bueno, te traeremos el desayuno hasta aquí.— Musitó la pelirroja.

—Por favor, Rika, regrésame a mi prima fría, rebelde, que no le interesaba nadie.— Rogó Kouji.

La pelirroja rodó los ojos y se cruzó de brazos— Ja, ja, muy gracioso.— Suspiró— Iré a buscar algo para ti.

Fue así como Rika caminó en dirección a la puerta y salió del lugar.

—Por cierto, dijiste que venías a hablar conmigo.— Comentó Damar— ¿De qué trataba?

El Minamoto sacó el termómetro de su lengua y aclaró su garganta—De Koichi.

—¿Koichi?— Damar repitió ese nombre.

Kouji asintió— Intenté hablar con él.

—¿Y?— Preguntó la castaña— ¿Qué dijo?

—Nada, porque no pude decirle.— Respondió Kouji— Él está ocupado en arreglar las cosas para su viaje, no tiene tiempo para escucharme. Quise insistir, pero debía a comprar unas cosas.

—¿Viaje?— Cuestionó Damar— ¿Qué viaje?

—Uno que hará por su carrera, es como una salida a terreno a un hospital de no sé donde.—Comentó Kouji— Y se va mañana temprano, así que está ordenando sus cosas rápidamente, ahora tuvo que ir a comprar dijo que al regresar podríamos hablar, pero dudo que regrese luego, está demasiado concentrado en que le vaya bien en su viaje.

—Comprendo.— Musitó la castaña— Bueno, se supone que es importante decirle la verdad, pero la idea tampoco es interferir en su vida, mucho menos en algo tan importante como sus estudios.

Ambos eran conscientes de que Koichi no iba a reaccionar bien ante esta noticia, fuera como fuera, de igual forma se iba a sentir triste.

—Ya tendremos tiempo de hablar con él cuando regrese.

El Minamoto asintió— Enserio quiero decirle cuanto antes pero...

—Lo sé, pero ahora no se puede.— Comentó la castaña— Ese momento llegará, ahora lo importante es que le vaya bien en su viaje.

Kouji asintió.

—Y que tú te recuperes ¿si?— Musitó Damar y acomodó la manta sobre él.

—Odio estar enfermo ¿sabes?

—Todos odiamos estarlo.— Comentó la castaña antes de acariciar su mejilla.

Eso era verdad.

Sin embargo, no lo diría en voz alta, porque sentía que sonaría muy cursi, pero en estos minutos le agradaba estar convalenciente, después de todo, Damar lo estaba cuidando.


¡Toc, toc!

La puerta del departamento de Takeru sonó.

El rubio hizo una mueca, estaba solo.

¡Toc, toc!

Nuevamente sonó.

—Ya voy.— Musitó antes de levantarse del sofá.

¡Toc, toc!

—Ya voy.

¡Toc, toc!

Frunció el ceño.

—Dije que ya voy.— Gritó antes de abrir la puerta enfadado y encontrarse con su hermano— ¿Yamato?— Se sorprendió— ¿Qué haces aquí?

—Esto pasó.— El mayor alzó una sobre.

—¿Esto?— Preguntó Takeru— ¿Qué es eso?

Yamato ingresó al departamento— Una declaración de guerra, los Tachikawa traspasaron todos los límites.

—¿Qué?— Preguntó el menor y recibió el sobre entre sus manos para revisarlo.

—Es una orden de alejamiento.— Respondió el Yamato— No podremos ver a Natsumi, ya que con ella viene una demanda.

¿Qué?

Takeru abrió los ojos sorprendido— Esto no es posible.

—Claro que lo es.— Contestó el mayor— ¿Acaso no les lo que dice ahí?

—Claro que lo leo, pero no es posible que los Tachikawa hayan hecho algo como esto.— Habló Tk.

—¿Imposible?— Preguntó Yamato— ¡Nos ocultaron la existencia de mi hija! Últimamente nos han alejado sin más, además de divulgar mentiras de nosotros en Internet ¿enserio crees que no harían esto?

Takeru repasó todas las palabras de su hermano en su mente, básicamente una recapitulación de lo vivido esta semana. Y si, tenía razón, no eran sucesos bonitos, pero ¿enserio los Tachikawa eran capaces de llegar a este extremo?

—Es oficial, ya todo se acabó entre nosotros.— Comentó el mayor— Si es que quedaba algo.

Por la forma en que se dieron las cosas algunos pensarian que no, pero en sí era difícil olvidar todo lo vivido años atrás. Se suponía que eran amigos y ahora tenían un lazo que los uniría toda la vida, Natsumi.

—Pero ¿estás seguro que es una orden de los Tachikawa y si es solamente de Alice?

—Lo dudo.— Respondió Yamato— Estoy seguro que es de ambos.

—¿Y qué planeas hacer?— Preguntó Takeru.

—Ir a la justicia lo antes posible.— Respondió Yamato.


Rika llegó al primer piso del Internado, observando a todos lados y rogando al cielo no encontrarse de frente con Takato, quién hace unos minutos le envió un mensaje para que bajaran a desayunar juntos. Mensaje que ignoró, si, pero no tuvo opción, se sentía muy incognita y avergonzada por la situación vivida ayer. Jamás estuvo de esa forma con un chico, ni en pesadilla imaginó estar de esa forma, luego de aquel episodio que vivió con un chico de secundaria, al cuál Henry golpeo por depravado.

Hizo una mueca ante este recuerdo.

¿Por qué siempre debía recordar a Henry? ¿Acaso era su subconsciente que le recriminaba por su mente?

Movió levemente su cabeza intentado alejar esos pensamientos de su mente y continuo su caminata hacia la cafetería, sin embargo se detuvo instantaneamente al ver a Takato salir de la cafetería.

¡Rayos!

—Rika.— El castaño pronunció su nombre.

¡Oh no! ¡Oh no!

Sus mejillas le comenzaron a arder, seguramente se estaba ruborizando, sus manos comenzaron a temblar, en su garganta se formó un nudo y su corazón se aceleró a mil.

—Que bueno que llegas, justo te iba llamar, ya que no contestaste mis llamadas.— Musitó el castaño cuando estuvo frente a ella.

—¿E?— La chica bajó la mirada.

—¿Cómo estás?

—¿E?— Balbuceo la pelirroja intentando evadir su mirada— Estoy bien.— Hizo una mueca— ¿Y-y tú?

—Bien, te estaba esperando para desayunar, incluso pensaba en ir a buscarte.— Respondió el castaño— Pero aquí estás.

—¿E?— Nuevamente titubeo Rika.

—Buenos días.— Un chico quiso saludarla como comúnmente lo hacian en este tiempo y se acercó a ella para depositar un beso en sus labios, sin embargo la pelirroja se alejó levemente. Takato alzó una ceja sorprendido ante esto— ¿Qué ocurre Rika?— Preguntó— ¿Por qué te corres?

—¿E? Na-nada.

—¿Segura?— Preguntó el castaño.

—E-es que y-yo...—Balbuceo Rika y recorrió el lugar con su mirada ¡Necesitaba una salida!

¡Un minuto!

Tomoko apareció frente a sus ojos.

—Disculpa Takato, pero estoy un tanto ocupada, necesito hacer algo importante, mi primo no se siente bien. Luego hablamos ¿si?

—¿E? Está bien.—Respondió el Matsuki desconcertado ante el comportamiento esquivo de Rika.

Fue así como la pelirroja se encaminó hacia la sub-directora— Buenos días sub-directora Tomoko.

—Hola Rika.— La mujer saludó a la pelirroja.

—¿Está ocupada?

Tomoko negó— No ¿por qué?

—Porque necesito su ayuda, Kouji está a punto de ver la luz.


—En verdad me sorprende verte aquí.— Musitó Mimi— No pensé que ese pronto sería este pronto, jamás me hubiese esperado que vinieses a estudiar acá.

—Era un plan que tenía hace mucho tiempo, pero jamás quise decirte, quería que fuera sorpresa.— Comentó el rubio— ¿Lo fue?

—Sin duda.— Musitó la Tachikawa.

—Me alegra escuchar eso. — Michael sonrió.

Una sonrisa también se formó en el rostro de la castaña.

—¿Cómo están Takuya y Damar?— Preguntó Michael.

—Bien.— Respondió Mimi.

—Me enteré que tu hermana estuvo hospitalizada hace unos días.— Comentó el rubio.

La castaña se detuvo y alzó una ceja— ¿Cómo sabes eso?

—Tengo mis fuentes.— Musitó el oji-azul— Y también supe que tú estuviste en la clínica.

Mimi hizo una mueca.

—¿Ocurrió algo?

—¿E?— Balbuceo la castaña— Nos hizo mal la brisa marina japonesa.

Michael alzó una ceja— No creo que por eso hayan caído en la clínica simplemente.

La castaña se mordió el labio inferior, recordar las últimas vivencias no era agradable, al contrario, si existiera una forma de borrar las últimas semanas de su vida, lo haría— Lamentablemente regresar ha sido difícil. En muchos sentidos.

—Lo que ocurrió con mi hermana es algo…—Mimi suspiró— Difícil, pero no creo que yo sea la persona adecuada para hablar de eso, ya que es un tema de ella. Tu sabes que siempre he respetado su privacidad.

—Entiendo. — Comentó Michael.

—Y sobre mi…— La castaña bajó la mirada y suspiró— Nuevamente sufrí de crisis de pánico.

—¿Qué? — Preguntó el rubio— ¿Volviste a tener crisis?

Mimi asintió— Y por eso caí en la clínica, me dio una taquicardia.

—¿Taquicardia? — Cuestionó el oji-azul.

—Si antes mis crisis de pánico eran feas, imagínate como fue con eso.

¡Rayo! Pensó Michael.

Eso no era bueno, la primera vez que a Mimi le dio una crisis literalmente no pudo respirar, él estaba presente y creyó que por unos minutos se moriría. No quería imaginar la idea de que se mezclara con algo tan intenso como una taquicardia.

La castaña asintió— Por eso estuve internada en la clínica.

—Pe-pero ¿ahora te sientes bien verdad? — Preguntó Michael preocupado.

Mimi asintió— He asistido a terapias y al psicólogo.

—No debe ser agradable para ti, siempre has odiado las clínicas y hospitales.

—Ojalá eso fuera mi mayor problema. — Comentó la Tachikawa—Pero ocurrieron cosas peores.

—¿A sí? — Preguntó Michael— ¿Qué más ocurrió?

—Yamato, mi novio...—Se detuvo— Mejor dicho, mi ex novio.— Corrigió— Se enteró que tenemos una hija.

—¿Qué?— Preguntó Michael— ¿Cómo?

—Es una historia un tanto larga y engorrosa.— Respondió Mimi— Que concluyó en una guerra mejor dicho comenzó una guerra con su familia, y para variar aumentó con Alice.

—¿Guerra con Alice?— Cuestionó el rubio.

Mimi asintió.

—Pero ella y tú son amigas ¿no?

La castaña hizo una mueca— Esa es otra larga historia, necesitaremos de tiempo.

—Tengo todo el tiempo del mundo para escucharte.


Mientras tanto en un lujoso avión privado con el gran logo familiar de una distinguida familia. Cierto hombre de cabello oscuro, ojos miel y anteojos, observaba con detención los últimos exámenes que recibió acerca de su condición.

Llevó una mano a su frente completamente devastado y aproblemado, aun no lograba creer su estado de salud.

~Días atrás~

—Lo siento señor Tachikawa, pero el resultados de los exámenes muestra que el cáncer está demasiado avanzado.— Declaró el doctor.

—¿Avanzado?— Preguntó Keisuke.

El hombre de delantal blanco asintió— Lamentablemente se ramificó con velocidad. A pesar de que vino rápido, esto se expandió.

—¿Se ramificó?— Cuestionó el Tachikawa— ¿Quiere decir que no tiene solución?

El doctor hizo una mueca, depositó los exámenes en el escritorio y suspiró— No quiero decir que no haya solución, porque los tratamientos han evolucionado mucho a lo largo de los años, sobretodo para este caso. Sin embargo será una lucha difícil, porque está en mal estado. No en su totalidad, pero en su gran mayoría, debe comenzar la quimioterapia cuanto antes.

—¿Qué?— Preguntó Keisuke— ¿Quimioterapia?

El Dr Williams asintió.

—¿No hay otra solución?

—No.— Negó el doctor—Solo la quimioterapia puede contrarestar el cáncer.

Si, eso lo sabía, pero pensar en ese tratamiento era como pensar en una debilidad para él. Ante todos siempre quiso parecer fuerte, sin enfermedades o sentimientos, inspirando respeto, sin mostrar sensibilidad. Sin embargo, ahora tendría que someterse a un tratamiento para continuar viviendo.

—Otra opción es la inmunoterapia.

—¿Inmunoterapia?— Preguntó el hombre.

El doctor asintió— Es similar a la quimioterapia, pero mejorará su sistema inmunitario y eso es lo que necesita en este momento.— Comentó— Para eso le recomiendo regresar a Japón, ya que en su país la inmunoterapia ha ayudado a contratacar el cáncer y está mejor desarrollada.

Si, algo así había escuchado.

Sin embargo, no podía asimilar esto.

~Actualidad~

Keisuke tiró los papeles contra la pared, no quería verlos, recordar aquella enfermedad era un dolor para él, porque su vida peligraba y si no lograba contrarestar el cáncer tendría el mismo fin de su esposa.

Satoe

Hizo una mueca ante esto y desvió su mirada hacia su escritorio en donde se encontraba un portaretratos con una fotografía de su familia: Sus hijos, su esposa y él.

Tomó el portarretratos.

Pasó su mirada por Takuya, Mimi y Damar.

Se mordió el labio inferior, iba a ser extraño presentarse frente a ellos sin aviso previo luego de haber estado ausente tanto tiempo, sobre todo luego de todo el daño que le provocó a Mimi cuando quedó embarazada. Desde entonces, su hija no disimulaba su desprecio hacia él.

Si, su desprecio.

Algo que jamás pensó recibir de su hija consentida, pero que no podía contraatacar al comportarse tan mal con él.

Bueno, no solo Mimi lo despreciaba, Takuya también mostraba rechazo hacia él luego de lo vivido con su melliza, por siempre colocar presión sobre él, obligarlo a estudiar algo que no le gustaba, entre otras cosas.

Y finalmente era Damar, quién evidentemente lo odiaba, al tener una relación diferente y difícil con ella.

Frunció el ceño al recordar a su "hija" menor.

~Años atrás~

Keisuke se encontraba concentrado frente a su laptop presionando tus teclas una y otra vez para finalizar el informe que presentaría el día siguiente en su reunión de trabajo.

Unos brazos se depositaron sobre sus hombros y lo abrazaron por el cuello.

—Mi amor.— Musitó una voz femenina que reconoció al instante y que desvío su atención de su laptop.

—Rumiko.— Pronunció el nombre de la mujer rubia junto a él y rápidamente se levantó de su asiento quitando apresuradamente sus brazos de su cuello— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

—La empleada me dejó entrar.— Respondió la Nonaka— Y pues, te vine a ver, amor.— Se acercó a él.

¡Ay no!

Rodó los ojos.

—Rumiko ¿cuantas veces tendré que decirte o pedirte que me dejes en paz?— Preguntó el hombre de anteojos—Mejor dicho, que te alejes de mi y mi familia.

La rubia hizo una mueca— ¿Por qué me pides eso?

—¿Qué no es obvio?— Cuestionó el Tachikawa— Me insistes a diestra y siniestra, me envias cartas, me llamas, no me dejas vivir en paz.

—Simplemente quiero estar atenta a ti.

—¿Atenta?— Keisuke rodó los ojos— Simplemente me traes problemas con Satoe, quién desconfía de mi porque no sé como reaccionar ante tu insistencia.

—¿Qué?— Preguntó Rumiko— ¿Satoe sabe de lo nuestro?

—Primero, no hay un nosotros.— Respondió el hombre de anteojos— Pero si sospecha el otro día cuando me llamaste sospechó que hablaba con una mujer y me trajo problemas.

Eso no sonaba tan mal para la rubia.

—Bueno, de a poco debe despedirse de ti, finalmente pronto estaremos juntos.

—Deja de soñar Rumiko, jamás estaré contigo.

—¿Por qué no?

—Porque tengo estoy con Satoe, tengo una familia con ella, estamos casados, tenemos una vida juntos.— Respondió el Tachikawa— Y tú también tienes una vida hecha ajena a mi, tienes una hija, vive tu vida con ella y dejame en paz.

Rumiko se cruzó de brazos— Una hija que fácilmente pudo ser tuya.

—Pero que no es.— Comentó Keisuke—Agradezco al cielo porque no fui tan idiota como Kousei para dejarte embarazada.

Rumiko frunció el ceño y bajó la mirada— Kousei no me hubiera dejado embarazada, si tú no me hubieras dejado por Satoe.

—No me culpes por tus malas decisiones.— Respondió el Tachikawa— Simplemente hice lo que mi corazón decía.

—¿Lo que tú corazón decía?— Preguntó la Nonaka— ¿O lo que tus padres quisieron?

Keisuke hizo una mueca— No te negaré que si fue algo que mis padres quisieron.— Respondió— Pero también fue algo que mi corazon quiso, tú bien sabes que yo amo a Satoe desde el primer momento en que la vi.

—Mentira.— Contestó la rubia— Fue tu dinero lo que te sedujo.

—No fue eso.

—Claro que sí.— Respondió Rumiko— Si no fuera por eso continuarías enamorado de mí.

—No, Rumiko, jamás te ame.— Musitó Keisuke— Tu lo sabes.

—Claro que si amabas, yo lo sabía, lo sentía.

—Pues te equivocaste, yo jamás llegué a sentir eso por ti.—Habló el Tachikawa— Y tú sabes muy bien por qué.

—Mi pobreza ¿no?

—No.— Respondió Keisuke— Tú bien sabes que era por tu comportamiento, andabas de cama en cama para ganar dinero ¿crees que me fijaría en alguien así? Claro que no, yo buscó a alguien decente.

—No tuve opción, necesitaba dinero.

—Bueno, tenías otras opciones mejores.— Contestó el hombre— ¿Cómo iba a creer yo que me amabas si andabas de cama en cama? Con Kousei, Hiroaki y otros más.

—Ellos eran solamente un momento, lo nuestro era para siempre. Yo te puedo dar más amor que Satoe, incluso, porque lo que siento por ti es...

—Una obsesión, nada más.— Respondió el Tachikawa— Simplemente quieres mi dinero, es obvio.

—Satoe ve tu dinero, por eso te escogió.— Contestó Rumiko— Si no fuera por eso, jamás hubieran estado juntos.

—Satoe no es así.— Contestó Keisuke— Nunca vió mi dinero, ni mi posición, si me quiso de verdad. En cambio, tú miraste primero mi dinero y luego te "enamoraste"

—Claro que no.— Respondió la rubia— Yo no miré eso, no soy como Satoe.

—Claro que no eres similar a Satoe.— Musitó el Tachikawa— Ella es mucho mejor que tú.

—¿Mejor?— Preguntó Rumiko— Dices eso solo porque tiene dinero, ella no tiene ninguna cualidad ni fisíca, ni psicológicamente mejor que yo.

—Claro que sí, es bellísima.— Comentó Keisuke— Su humor y su sonrisa iluminan lo buena persona que es, jamás ha hecho sentir alguien menos, ni ha humillado a alguien como tú. Loca, que es capaz de entregar su cuerpo por dinero.

La rubia simplemente se mantuvo en silencio.

—Además, a diferencia de ti, Satoe jamás mentiría.— Habló el Tachikawa— Ella es una mujer trasparente, que dice la verdad. Que no necesita ganar dinero de una mala manera y aunque fuera pobre, su alma no es oscura como la tuya. Que no tiene piedad ni de su hija, ya que la engañas siempre. Ni amor por tu familia tienes y es muy obvio, todo lo contrario a Satoe, quién no solo me ama, si no que ama la familia que hemos construido juntos. Y es por eso que la amo.

Rumiko apretó su puño.

—Así que dejame ser feliz junto a Satoe y mis hijos.— Declaró Keisuke— Porque a diferencia de ti, si vale la pena.

¡No, claro que no! Pensó la rubia totalmente furiosa ¿Por qué Keisuke creía a ojos cerrados en su mujer? ¿Por qué la amaba? Satoe no lo merecía ¡Ella sí!

—Dices que Satoe es una mujer trasparente, sincera y prácticamente perfecta frente a ti.— Habló Rumiko— Amas con tu corazón la familia que ambos tienen, pero dejame decirte que todo eso es una mentira. Porque Satoe te ha mentido toda tu vida.

—No digas tonteras, Satoe jamás me mentiría.

—Claro que lo hizo.— Respondió Rumiko— Y lo ha hecho este tiempo, pero tú sabes, sin embargo te lo diré.— Sonrió— Damar no es tu hija.

¿Qué?

—Damar es hija de un amante que Satoe tuvo cuando te fuiste a Nueva York ¿lo recuerdas? Y por eso nació unas semanas antes.

~Actualidad~

Por mucho tiempo quiso olvidar e ignorar esa realidad, pero era difícil, tan solo verla recordaba aquel detalle.


¡Toc, toc!

Takuya golpeo la puerta del departamento de su hermana menor.

Fue así como a los pocos segundos la puerta se abrió y frente a sus apareció su hermana menor.

—¿Qué le ocurrió a tu cabello?— Preguntó Takuya sorprendida.

Damar se cruzó de brazos— ¿Así das los buenos días?

El moreno hizo una mueca— Lo siento.— Se disculpó— Buenos días.

—Buenos días.— Respondió la castaña— ¿Qué haces aquí?

—Damar necesito hablar con...—Takuya se detuvo al ver que cierto chico se encontraba recostado en el sofá— ¿Tú que haces aquí Minamoto?

Kouji hizo una mueca.

¡Lo que faltaba!

—No tengo porque responderte esa pregunta.— Respondió el Minamoto.

El moreno se cruzó de brazos—¿Damar qué hace él aquí?

—Yo tampoco tengo que responder esa pregunta.

—Claro que sí.— Contestó Takuya— ¿No crees que últimamente están mucho tiempo juntos?

—Tal vez.

—¿Acaso no ves lo grave?

—¿Debería?— Preguntó Damar antes de acercarse al sofá y tomar asiento junto al Minamoto para acariciar su cabello.

Takuya frunció el ceño completamente enfadado. Jamás le gustó ser celoso, pero era imposible dejar de serlo. Sobretodo ahora, Kouji era una copia de Yamato, la historia de Mimi se podía repetir con Damar ¡No lo podía permitir!

—Hablo enserio.— El castaño ingresó al departamento— ¿Qué hace él aquí?

Damar rodó los ojos, en verdad odiaba esta faceta de hermano de celoso que Takuya tenía.

—¿Por qué tienes que ser tan celoso?— Preguntó el Minamoto enojado.

—Celoso debo ser para cuidar a mis hermanas de chicos como tú.— Respondió el castaño.

—¿De chicos como yo?— Cuestionó el oji-azul— ¡Tú tampoco eres un gran ejemplo a seguir!

—Más que tú seguro.

—¡Alto!— Damar alzó la voz— No discutan.

—Tu hermano es el idiota.— Respondió Kouji.

—¿Idiota?— Preguntó Takuya— Claro que no imbécil.

—¡Ya!— Damar alzó la voz nuevamente— Por favor, no discutan, tú necesitas descansar.— Le habló al Minamoto y luego se acercó a Takuya— Y tú, no vengas a hacer problemas a mi departamento ¿si? Kouji está con fiebre y por eso está aquí, Rika y yo quisimos que se quedase.

—¿Por qué? Tu departamento no es clínica.— Musitó Takuya.

—¿Puedes callarte? Y dime de una vez ¿qué vienes a hacer aquí?

—Pues yo...

Takuya no pudo hablar ya que la puerta se abrió y en el lugar apareció Rika junto a Tomoko.

—Por aquí sub-directora, está su hijo. — La pelirroja le habló a Tomoko y luego su mirada al Minamoto—Kouji traje a tu madre.

¿Qué?

¡Oh no! ¡Lo que faltaba! Que Preocuparan a su madre por nada. Pensó el Minamoto ¡Rayos! Rika enserio era exagerada.

—Buenos días señora Tomoko. — Saludó Damar.

Tomoko abrió sus ojos a más no poder al ver a la hermana menor de Takuya y Mimi con aquel cabello tan claro.

Parpadeo un par de veces intentando aclarar su vista, porque creyó que estar viendo mal. Literalmente sintió una gran impresión al ver que Damar literalmente era copia en vida de Demiyah Tachikawa, madre de Keisuke.

Movió levemente su cabeza alejando aquellos pensamientos que no venían al caso.

—Buenos días Damar. — Saludó a la Tachikawa y luego dirigió su mirada a su hermano—Takuya.

—Buenos días. — Respondió el castaño.

Luego la mujer dirigió su mirada hacia el menor de sus gemelos.

—¿Cómo estás mi bebé?— Preguntó Tomoko antes de acercarse a él.

¿Qué?

El moreno alzó una ceja y una sonrisa burlona se formó en sus labios—¿Mi bebé?

—Sh.— Damar lo hizo callar.

—Estoy bien mamá.— Respondió el Minamoto.

La mujer tocó su frente e hizo una mueca— Tienes mucha fiebre.

—Menos que antes.— Comentó Kouji— Gracias a Rika y Damar no estoy ardiendo como hace unos minutos.

Tomoko alzó sus cejas sorprendida y dirigió su mirada hacia las chicas— ¿Enserio? ¿Qué hicieron?

—Le dimos un paracetamol, ayudará por unos minutos, pero creo que lo mejor es llamar a un doctor.— Musitó la pelirroja.

—No es necesario.

—Silencio. — Exclamaron Damar y Rika a coro.

Kouji rodó los ojos.

—Hijo. — Tomoko tomó su mano derecha—Deberías ir a tu habitación y quedarte en cama mientras Thomas llega.

—¿Qué?— Preguntó Damar— No, claro que no. Kouji se queda aquí.

—¿Aquí?— Cuestionó Takuya sorprendido y alarmado.

—Si.— Contestó Damar antes de darle una mirada fulminante— Aquí.

Takuya tragó saliva ante la mirada nada agradable de su hermana.

—Kouji no se siente bien.— Habló Rika— Tal vez una simple fiebre, pero si está aquí nosotras podemos cuidarlo, al menos mientras el doctor llega.

—Gracias chicas, pero Kouji debe descansar.— Musitó Tomoko.

—No descansará de mejor forma en ningún otro lugar más que aquí, ya que estamos nosotras para atenderlo para cualquier cosa que necesite, ya sea ropa, agua, comida, medicinas.— Habló Rika.

—Pueden hacer eso, pero allá en su departamento.— Respondió la oji-azul.

Si, podían hacerlo, pero ahí estaban Takuya, quién no dejaría de molestar al ver a Damar con el Minamoto, y Koichi, quién le resultaría extraño ver a su ex tan pendiente de su hermano.

—El departamento de los chicos es demasiado frío.— Habló Damar— Aquí la calefacción llega en todo su esplendor.

—Además, no será lo mismo allá.— Habló Rika—Koichi se está preparando para su viaje, no queremos ser un estorbo.

Tomoko hizo una mueca y dirigió su mirada hacia su hijo— ¿Estás de acuerdo con esto?

No, pero si respondía que no, Damar y Rika lo matarían.

Kouji asintió.

Tomoko dirigió su mirada hacia las chicas— ¿Están seguras que quieren cuidar de mi hijo? Como si fueran sus enfermeras.

Ambas asintieron.

—Me servirá como práctica.— Comentó la Nonaka.

—¿Práctica?— Preguntó Tomoko sorprendida.

Rika asintió, cuando era pequeña y aún no caía en el vicio absurdo de las drogas, soñaba con ser enfermera y ahora más que nunca estaba cerca de escoger ese camino (Si lograba subir sus notas, claro)

—Si todo sale bien y salgo de la preparatoria estudiaré para ser enfermera.

El Minamoto alzó las cejas sorprendido ¿Desde cuando su prima sonaba tan centrada en la vida?

Tomoko sonrió—Al parecer estás en buenas manos.

Kouji asintió. Aunque esto no fuera grave le resultaba agradable tener a aquellas dos chicas atentas a él.

—En las mejores.— Respondió Rika antes de acercarse a Kouji.

Tomoko observó a su hijo menor junto a la pelirroja.

No pudo evitar sentirse un tanto nostálgica y triste, Kouji y Rika siempre fueron unidos, de manera sorprendente, ya que ambos tenían un carácter difícil de sobrellevar, pero entre ellos se entendían, algo que no todos compredían, pero ella sí. Después de todo, el llamado de la sangre muchas veces era más fuerte que la personalidad de una persona.

Ambos eran hermanos.


Takeru y Yamato llegaron al final de las escaleras.

—¿Yamato enserio quieres involucrarte en un problema judicial? — Preguntó el menor.

—Ya me involucraron en uno Takeru. — Alzó el papel.

—Sí, lo sé, pero me refiero a que tú quieras poner una demanda contra ellas sería hacer crecer esta bola de nieve. — Respondió el menor.

—¿De qué lado estás Tk? — Preguntó Yamato.

—¿Por qué preguntas?

—Porque insistes mucho en no hacer justicia.

—No es eso, es simplemente que pienso que deberíamos pensar muy bien nuestros movimientos. — Las palabras de Hikari resonaban una y otra vez en su cabeza. Aunque no quisiera darle la razón a los Tachikawa, no podía dejar de pensar en los pro y contras de esta situación.

¡Bip, bip!

El móvil de Yamato sonó.

Fue así como el mayor lo sacó de su chaqueta y observó la pantalla.

—Debo contestar.

—¿Quién es?

—Nuestro refuerzo. — Respondió Yamato.

Takeru alzó una ceja. Su hermano ya utilizaba lenguaje de guerra.

—Permiso. — Musitó antes de contestar y alejarse de su hermano.

El menor suspiró y dirigió su mirada hacia el comedor, aún no desayunaba y moría de hambre.

—Tk. — Una voz se escuchó en el lugar y al voltear se encontró con cierta chica rubia de ascendencia francesa.

¡Oh no!

Pensó el Ishida.

—Buenos días.

Takeru hizo una mueca— Buenos días Catherine.— Dijo antes de voltear hacia el comedor y disponerse a caminar.

—Hey.— La rubia lo tomó del brazo— ¿Por qué te alejas?

—Lo siento Catherine, pero no tengo tiempo para hablar contigo.

La chica hizo una mueca— ¿No tienes? — Cuestionó— ¿O tu novia no te deja?

Takeru tuvo intenciones de decir que era solo por él, sin embargo, últimamente Hikari le hacía saber una y otra vez que odiaba verlo con esa rubia, prácticamente prohibiéndole estar con ella. Más, no lo diría en voz alta.

—No involucres a Hikari en esta conversación ¿si?

—¿Es por ella? ¿no?

—Catherine. —Takeru suspiró— No estoy de humor.

—¿Sabes? Me molesta esta situación. — Declaró Catherine— Yo quiero apoyarte, darte una mano, levantarte el ánimo porque te veo mal, pero no puedo hacerlo por la egoísta de tu novia. Eso no es justo para nuestra amistad, mucho más para ti ¿acaso nuestra amistad de hace años no vale nada para ti?

Takeru hizo una mueca— Catherine no es eso. — Respondió— Claro que nuestra amistad si vale, siempre he sentido por ti cariño. Sin embargo, esto se vio afectado cuando comenzaste a fastidiar a Hikari.

—Eso es lo que no entiendo. — Musitó la rubia— ¿Por qué mi problema con esa chica debe afectar nuestra amistad?

—Porque es mi novia.

—Sí, pero que estés con ella, no te hace morir para los demás.

—Pues no. — Contestó Tk— Sin embargo, has provocado problemas entre nosotros y no es bueno.

—¿Cómo cuál?

—Besarme. — Respondió el Ishida— Eso no debiste hacerlo. Si me quieres con un amigo ¿por qué hiciste eso?

—Lo siento si te molesto. — Comentó el oji-azul— Pero en ningún momento quise fastidiarlos con eso.

—Entonces ¿por qué lo hiciste?

—Porque no me pude resistir, eres un chico súper guapo y ver que solo estás con ella es difícil para mí. Tú sabes que algún momento de mi vida me atrajiste más que un amigo. — Musitó la francesa.

—Pues eso es un problema para mí y no lo digo solo por mi relación, sino porque yo siempre te he visto como una amiga, nada más. — Respondió Takeru.

—Lo sé y por eso mismo quiero pedirte disculpas. — Contestó Catherine— Sé que no hice las cosas bien y lamentablemente perdí tu amistad por eso, pero quiero que la recuperemos. Más ahora, que quiero apoyarte en esta situación que estás viviendo.

—Podríamos recuperar nuestra amistad, si tuviera la certeza que no nos fastidiarás más a Hikari y a mí.

—Claro que no lo haré más, no tendría por qué hacerlo, ahora estoy con Taichi. — Respondió la rubia.

Ese era otro problema, que estuviera con el hermano de Hikari hacia la situación más incómoda. Aunque, por otro lado, le traía seguridad al saber que Catherine ya no estaba enamorada de él.

—Por favor, Takeru, volvamos a ser los amigos que éramos antes. — La rubia tomó su mano— Quiero apoyarte en este momento difícil, no quiero traerte problemas, simplemente quiero que retomemos nuestra antigua amistad.

—Es difícil Catherine. — Ya tenía muchos problemas y sabía que intentar arreglar su amistad con ella le traería más.

—Pero no imposible.

La charla entre ambos continuó, sin embargo, Takeru ni cuenta se dio que a los pocos metros se encontraba su novia.


Hikari observó atentamente a su novio estar con aquella rubia y bajó la mirada. Por más que intentaba luchar con sus celos era difícil.

Tragó saliva.

Tranquila Kari, simplemente están conversando nada más. — Intentó tranquilizarse a sí misma.

—Hola, Hika. — Una voz llamó su atención y al voltear se encontró con la prima de Rika.

—Hola Nanami.— Saludó sin interés.

—Hey ¿Por qué estás aquí sola? — Preguntó Nanami.

—¿E? — Hikari balbuceo sin saber que responder.

—¿Dónde están tus amigas y tu novio? — La rubia pasó su mirada por el lugar donde estaba Takeru con Catherine— ¿Qué hace Tk con esa francesa?

Hikari hizo una mueca— N-no…—Tartamudeo— No sé. De seguro están hablando como…

—¿Cómo?

La castaña bajó la mirada—Amigos.

—¿Amigos? — Preguntó Nanami— ¿Tú crees que ella está intentado hablar con él solo como amigos?

La verdad era que no, pero no le quedaba de otra.

—Debe ser triste para ti.— Musitó la rubia— Ver como tu peor enemiga para destruirte se involucró con tu hermano.

Si, era triste, horrible, mejor dicho, odioso.

—Y preocupante también.—Comentó Nanami— Después de todo, con esto Catherine demostró que es capaz de todo por hacerte la vida imposible, tu relación con Takeru corre peligro.

—¿Mi relación con Takeru?— Preguntó Hikari— ¿Enserio lo crees?

La rubia asintió— Imagínate, todos sabemos que ella siempre ha estado enamorada de él y por eso intenta sabotearte, ahora ¿que más puedes esperar?

La preocupación y alarma fue evidentemente en el rostro de la castaña.

Nanami hizo una mueca, no se sentía a gusto haciendo estos comentarios, después de todo Hikari le agradaba. Pero Catherine era una buena aliada, para nada débil y entendió su plan a la perfección. Valía la pena ayudarla, ese era el trato, ayuda mutua.

Luego podría arreglar las cosas con Takeru e Hikari, cuando ella estuviese bien con Yamato.

—¿Y-y tú...— Hikari tragó el nudo de su garganta— ¿Tú crees que Tk sea capaz de caer en sus garras?

—En otro momento no lo hubiera creído.— Comentó la rubia— Pero luego de Taichi puedo pensar cualquier cosa.

¡Lo sabía!

Fue el pensamiento instantáneo de Hikari.


—¿Unir a Izumi con el heredero de los Shibayama?— Preguntó Hiroaki sorprendido ante lo que su esposa le contó— ¿Ese es tu fabuloso plan para sacar la empresa adelante?

Natsuko asintió— Perfecto ¿no?

—Claro que no.— Respondió el castaño— Lo encuentro absurdo.

Pensar en que un chico como él estuviera con su hija, Izumi, no era agradable. Al contrario, le causaba ciertea lastima, porque Natsuko evidentemente escogió a ese chico que no amaba simplemente para fastidiarla.

—¿Absurdo?— Cuestionó la oji-azul— Absurdo es todo lo que tú has hecho y que nos provocó esta crisis económica.

Hiroaki frunció el ceño— No me culpes a mi, tú también tienes culpa de todo lo que está ocurriendo. Que no se te olvide que tu me hiciste firmar ese contrato con ese farsante.

Natsuko hizo una mueca— No negaré que construibí en eso.— Se cruzó de brazos— Sin embargo, no tengo la culpa absoluta y aunque así fuera, yo estoy haciendo algo para salvar la empresa.

—Obligando a nuestra hija, menor de edad, que aún no termina la universidad y que no tiene edad para involucrarse en nuestros negocios a estar con ese chico a la fuerza.— Recapituló Hiroaki.

—Que no tenga edad suficiente no es sinónimo de que no nos pueda ayudar a hacer algo por nuestro bien económico.— Respondió la mujer de ascendencia francesa cruzándose de brazos.

—Si, pero no creo que tu idea de unir a Izumi con ese chico sea la mejor.— Comentó el castaño.

—Deberías alegrarte, después de todo, no es tu hija.— Comentó Natsuko— Ni siquiera sé por qué te preocupas si eres tan distante con ella.— Musitó— Bueno, también los eres con Takeru y Yamato, pero ese es otro tema.

Hiroaki negó con la cabeza.

Sí, tal vez Izumi no era su hija biológicamente y por esto mismo se distanció de ella cuando supo la verdad, ya que era un dolor profundo e intenso saber que su princesa, a quién crió con tanto amor y cariño no llevaba su sangre. Sin embargo, no le deseaba mal, al contrario, Izumi a lo largo de los años le demostró más amor y cariño que la propia Natsuko y hermanos.

—Ella no tiene la culpa de no ser mi hija.— Respondió el castaño— Y pues, si no querías que yo influyera en su vida, no debiste haberme hecho creer que era de mi sangre.

Cuando supo la verdad ya estaba demasiado encariñado con Izumi como para negar su paternidad, quitarle su apellido y dejarla en la calle.

Sí, tomó distancia, pero no actúo como fue saber que Ryo era supuestamente "su hijo"

Aunque intentó hacerlo.

—Además, si hablamos de un plan absurdo, el tuyo es peor.— Comentó Natsuko— Quieres sacarle dinero a los Tachikawa a través de una supuesta nieta, que para variar ni conocemos y que para variar te hará discutir con unos de tus amigos, Keisuke.

Hiroaki hizo una mueca— Necesitamos el dinero y pues, los Tachikawa deben responder económicamente por ella, deberá heredar parte de su fortuna en algún momento.

—Keisuke se deshizo de ella, es lo seguro.— Musitó la oji-azul— Por algo su hija fue a una clínica para abortar. Si no la ha reconocido hasta ahora está más que claro que no la quiere y dudó que le dé algo económicamente.

—Hasta el momento no lo ha hecho, pero lo hará.

—Lo dudo.— Comentó la rubia— Tu plan tiene muchas falencias, incluso más que el mío.

—Pero es más razonable.— Insistió Hiroaki— Mimi tendrá que responder por su hija, en cambio Jp no tiene porque relacionarse con Izumi.

—Mientras de mi depende si lo hará.— Respondió Natsuko— Izumi lo enamorará y lo convencerá de invertir en la empresa.

—Dudo que Izumi soporte mucho tu plan.

—Hasta el momento lo ha hecho.

—Se aburrirá, la conozco.— Comentó el castaño.

—Lamentablemente es débil como tú, en ese sentido.— Se lamentó Natsuko.

—Pero intensa como tú.— Respondió Hiroaki— Va a dejar esto pronto.

—Yo lo impediré.— Contestó la oji-azul— Ya verás que pronto recuperaremos todo lo que perdimos en esa estafa.

—Es curioso, básicamente igual terminarás realizando el parte mi plan, le dijiste que si continuaba con él, ayudarías a Yamato con Natsumi.

Natsuko rió— ¿Y crees que enserio lo haré?

—¿Cómo?— Preguntó Hiroaki.

—¿Enserio crees que aceptaré a esa niñita como parte de mi familia?— Cuestionó la oji-azul— Claro que no.

—¿Le mentiste a Izumi?

—¿Que más?

Hiroaki rodó los ojos— No me sorprende. Sigues siendo tan hipócrita como siempre.

—Al igual que tú ¿no?— Comentó Natsuko— Después de todo, me engañaste con la madre de Ryo.

—No me puedes recriminar por eso, fue antes de nuestro matrimonio.— Respondió el castaño— Tú y yo apenas nos conociamos. Luego de que nos casamos no me involucré más con ella.

A pesar de estar juntos por conveniencia le fue fiel a su esposa. Sin embargo, cuando esta supo de su antigua relación con la mujer Akiyama no se lo perdonó y se involucró con el padre de Izumi en señal de "venganza"

Ahí fue cuando su matrimonio se destruyó por completo y cada quién tomó el rumbo de su vida.

Lamentablemente él era malo, pero Natsuko era una víbora, prácticamente una víbora.


Izumi observó el Internado sin ninguna emoción en el rostro. Lamentablemente ese lugar significaba un infierno para ella. Después de todo, ahí estaban sus ex novios, su ex mejor amiga, sus antiguas amistad y ahora ese chico con el que debía coquetear por interés.

Suspiró.

Antes de comenzar a caminar en su dirección.

El sonido de su móvil llamó su atención, así que, lo sacó del bosillo de su chaqueta y lo revisó.

Tenía un mensaje anónimo.

Alzó una ceja y lo abrió por curiosidad.

"Tu supuesta mejor amiga,
habla mal de ti a tus espaldas. Y hace participe a tu amiga Sora de esto."

La rubia alzó una ceja.

"Por cierto, ella
también sabía sobre esta mentira"

¿Qué? Pensó Izumi sorprendida.


—Tu novio...—Habló Michael, pero se detuvo— Mejor dicho, tu ex novio.— Corrigió— Es un patán. Recriminarte y acusarte de cosas sin darte el derecho a explicar, sin querer escucharte a pesar de decir tantas veces que te amaba significa ser inepto, idiota ¿cómo te enamoraste de él?

Mimi suspiró— Él actúa así porque le mentí.

—Si, pero aunque le hayas mentido en verdad se está comportando como un idiota.— Musitó el rubio— Muy enojado puede estar, pero no puede tratarte así o dejar que su madre te hable mal, o sus hermanos ¿Izumi no era tu amiga?

—Se suponía.

—Pero prefiere criticarte en vez de valor esos años de amistad.— Habló el estadounidense— Omitiendo que Takuya también está incluido.

La castaña suspiró— Ya no sé que pensar.

Michael hizo una mueca ante su rostro— Hey, no te coloques triste.— Tomó su cara entre sus manos— Sé que esto es triste, pero por lo que me contaste no vale la pena que te coloques así. Mejor dicho, él no vale la pena, no merece que derrames lágrimas por él.

—He intentado pensar en eso, pero eso no quita que me duela.

—Puede doler, sí, pero por favor no te coloques triste, es horrible ver cuando chicas tan hermosas como tú sufren por hombres que no valen la pena.— Habló Michael antes de rodearla con sus brazos— Mucho menos cuando tienen a tantas personas a su lado.

Si, algunas veces olvidaba ese detalle. Tenía muchas personas que la apoyaban a pesar de no haber tomaddos las mejores decisiones se mantenían a su lado.

—Mimi, tú sabes que puedes contar conmigo en todo momento, sobre todo ahora que estoy aquí, si necesitas algún consejo, apoyo o simplemente un abrazo no dudes en venir hacia a mi ¿si?

—Gracias Michael, pero no quisiera molestarte con mis problemas.

—No es molestia, somos amigos ¿no?— Comentó el rubio— Puedes contar conmigo siempre.

La castaña sonrió ante esto— No sabes la falta que me hiciste amigo.— Fue así como correspondió a su abrazo.

Ignorando ambos que a unos metros otro rubio venía caminando hacia ellos.

Yamato se detuvo y observó a Mimi que estaba abrazada a ese chico rubio, totalmente desconocido.

¿Quién era él?

Eso no importaba en esos minutos.

Fue así como caminó en dirección hacia la castaña.


Mientras tanto con Michael y Mimi.

Ambos se separaron del abrazo.

—Es momento de ir a acomodar mis cosas.— Musitó el rubio.

—Ve.— Respondió la Tachikawa. Ella aprovecharía de ir a desayunar, moría de hambre.

—Luego hablamos ¿si?

La castaña asintió— Claro.

Fue así como el chico tomó su maleta y se encaminó hacia las escaleras.

La oji-miel sonrió, era agradable tener a un amigo como él en este lugar.

Sin embargo, su felicidad no duró mucho, ya que, frente a ella apareció otro chico rubio, al cual no tenía ganas de ver.

—Mimi, tenemos que hablar.— Declaró el Ishida.

¡Oh no! Otro problemas más.

Pensó la castaña.

—Yamato si vienes a exigirme, regañarme y tratarme mal, te digo que no tengo tiempo para eso.— Musitó Mimi.

—Claro que tienes tiempo y tendrás que escucharme.—Habló Yamato— No solo te bastó con esconderme a mi hija, alejarme de ella y hablar de mi, si no que ahora quieres pasar por la orden legal dandome una orden de alejamiento.

¿Qué?

La castaña alzó una ceja sorprendida— ¿Orden de alejamiento?

—Si, me demandaste para estar lejos de Natsumi.

—Yo no he hecho eso.— Respondió Mimi. Aunque se lo mereciera por actuar de esta manera tan insolente con ella, jamás sería capaz de hacer esto ¿Por qué? Por dos razones, Yamato era el padre de Natsumi y tenía todo el derecho de estar con ella, independientemente de lo que ocurriera entre ellos como pareja. Y segundo, la madre legal, tutora legal y todo legal era Alice. Ella no podía hacer esa demanda si ante la ley Nat no era pariente suyo.

—Claro que sí.— Contestó el rubio— Y tengo la evidencia.

—¿Evidencia? ¿Qué evidencia?

—Está.— Respondió Yamato antes de alzar en su mano el sobre.

Mimi alzó una ceja— ¿Qué es eso?

—No finjas que no sabes. Es la orden de alejamiento.— Contestó el rubio.

¿Qué?

La castaña pasó su mirada por el sobre.

—No demoraste en demandarme.

—Yo no hice eso. Esa orden no es mía.

—Claro que sí ¿quién más lo haría?

—Alice.

—Ella y tú son amigas.

—Lo éramos ¿acaso no te das cuenta que ella también me odia?— Alice le había exigido alejarse de su hija, incluso la demandó en unos días tendría que ir a juicio.

—No te creo, además, aunque así fuera, la única razón por la cual ella tendría razones de alejarme de Natsumi es porque tú le hablaste mal de mí.

—Eres un terco Ishida.— Mimi llevó una mano a su frente totalmente decepcionada. En esos minutos se estaba preguntando así misma si esa característica de príncipe encantador que tenía ese rubio y que la enamoró fue un simple espejismo y ahora estaba demostrando su verdadera cara.

—No más que tú.

La castaña suspiró.

¡Esto era el colmo!

Apenas el día comenzaba y ya estaban discutiendo.

—Yamato ¿sabes qué? No estoy de ánimos para que me continues alegando.— Declaró— Ya te lo dije, no te permitiré que me trates de esta forma. Ya caerás tú en la verdad de las cosas, pero me cansé, así que por favor dejame en paz.— Habló Mimi molesta antes de voltear e irse.

Ya le dejó claro que no iba a soportar sus humillaciones y reclamos.


—¡Te ví!— Exclamó Hikari— Hablando con Catherine y no es primera vez, últimamente se ha acercado mucho a ti.

—¿Últimamente? Apenas un par de veces.

—Mentira.— Respondió la castaña— ¿Qué te dijo esta vez?

Takeru frunció el ceño ¿acaso le estaba exigiendo decirle la razón de su conversación?—¿Por qué te interesa saber?

—Porque me interesa.

—Claro que no, solo buscas una razón para terminar discutiendo conmigo o culparme al estar cerca de ella, aunque soy inocente.

¿Qué?

—No es eso Takeru, simplemente quiero saber que mentira te dijo esta vez.

—¿Mentira?— Cuestionó el rubio— Simplemente vino a darme su apoyo.

—¿Apoyo? ¿Qué apoyo?

—Sobre esta situación que estoy viviendo.

—¿Y a ella por qué le interesa tu situación?

El rubio rodó los ojos— No le interesa, simplemente quiso darme su apoyo como amiga.

—¿Amiga?— Preguntó la castaña— ¿O como dama de compañía?

—¿Dama de compañía?— Cuestionó Takeru— ¿Por qué dices eso?

—Por la doble intención que tiene esa chica.— Respondió la Yagami.

—¿Sabes? Hikari, esto no da para más.— Habló Takeru— Yo no doy para más con esto.

—¿Con qué?

—Con tus inseguridades, con tus regaños, pero sobre todo con tu desconfianza hacia mi.

—¿Mi desconfianza hacia ti?— Repitió Hikari sorprendida— Takeru, yo sí confio en ti, en la persona que no confío es en Ca...

—¡No!— Takeru la interrumpió— En la persona que no confías es en mí. Porque si lo hicieras no importaría todo lo que hiciera Catherine, porque estarías segura en mis sentimientos y en mi amor.

Hikari quedó un atónita ante esta declaración.

—He intentado por todos los medios demostrarte que eres lo más importante para mi.— Habló el rubio— Cada día intento hacerte saber que mis sentimientos son verdaderos, busco formas de mostrarte que eres la chica que quiero, he rechazado a Catherine miles de veces, te he dicho que ella no me importa e intento actuar conforme a lo que digo, pero tú simplemente dudas de todo eso ¿Y sabes? Puedo soportarle hasta un punto, pero eso no quita que duela.

¿Qué?

—Takeru, yo no quise...

—No quisiste.— Nuevamente la interrumpió— Pero eso ocurrió y sí, me duele y mucho, porque más hoy que nunca necesito tu apoyo, amor, consejo, porque no estoy pasando un buen momento con mi familia. Pero aún viendo eso prefieres hacerme estas escenas de celos que ya no soporto y que simplemente me hacen sentir lejos de tí.

¿Lejos?

—Tk, por favor, no dejes que esto nos separe.

—¿Yo?— Preguntó el rubio— La permitió aquello fuiste tú.

¿Ella?

—No, Tk, claro que no.

—Claro que sí, con tus inseguridades, reclamos y desconfianza.— Respondió Takeru— Ya somos la pareja feliz de antes, porque estás ciega en tu idea de que Catherine nos quiere alejar.

—Bu-bueno, tal vez estoy pendiente de aquello...—Comentó Hikari— Pero ¡Es verdad! Ella quiere alejarnos.

—¿Lo ves?— Preguntó el oji-azul— Ni en un momento como este puedes dejar eso de lado.

Hikari se mordió el labio inferior ante esto y bajó la mirada. Jamás quiso que esto ocurriera, nunca pensó que por querer proteger su relación terminaría ella misma destruyendola. Esto era justamente lo que le dijo Takuya.

—Ya no eres la misma Hikari de la cual me enamoré, al contrario, siento que el último tiempo no te reconozco y evidentemente tú no me reconoces a mí.— Habló Takeru con la mirada baja— O tal vez nunca me conociste.

—Takeru, no digas eso, por favor.

—No puedo evitarlo.— Comentó el rubio—Perdón, pero tal vez Taichi tenía razón y nunca debimos haber dejado la zona de amistad.— Desilucionarse de una amiga era algo que generalmente ocurría, pero de una novia era triplemente más doloroso.

Aquellas palabras fueron como un puñetazo en el corazón de Hikari.


Mimi llegó al final de las escaleras y suspiró. En verdad estaba cansada, pero ya ni siquiera era algo de tristeza, ahora todo se estaba transformando en enojo. Tenía ganas de golpear a alguien, algo impropio de ella, pero que tenía ganas de hacer, tal vez, consideraría la idea de su hermana para prácticar algún deporte, boxeo.

"Tranquila Mimi, tranquila"

Pensó para sí misma.

Mejor sería prácticar yoga.

Sin duda, porque los guantes de boxeo podrían arruinar sus uñas y eso era algo mucho peor. Sí, últimamente no tenía tiempo para preocuparse de su apariencia física, pero eso no quitaba que le gustaba lucir bien.

—Hey tú.— Una voz llamó su atención y al voltear se encontró con Izumi.

¡Oh no! Otra más, pensó molesta.

—Izumi.— Pronunció su nombre.

La rubia se acercó a ella— Necesito hablar contigo.

—¿Ahora que ocurrió?— Preguntó sin dar vueltas.

—¿Dónde está tu traidora amiga?— Preguntó la rubia molesta.

Mimi alzó una ceja— ¿Mi traidora amiga? ¿A quién te refieres?

—¿A quién más?— Cuestionó la oji-verde— A Sora. Dime ¿dónde está?

—No sé.— Respondió la castaña— Pero ¿qué quieres con ella?

—De su mentira.

—¿Qué?

Izumi pasó su mirada por la castaña, luego por la puerta del comedor justo de ahí salía Sora.

—Chicas ¿por qué están gritando?

—Sora que bueno que apareces.— Musitó Izumi— Necesito hablar con ustedes. Bueno, especialmente contigo.— Se dirigió a la pelirroja— Supuesta amiga que también me ocultó la verdad.

¡Rayos!

—Izumi, yo puedo explicar.— Habló rápidamente Sora.

—¿Explicar?— Preguntó la rubia— ¿Explicar qué? Que eres una mentirosa y traidora igual que Mimi. Que preferiste tu amistad con ella antes que la mía.

—No Izumi, no es eso.— Respondió Sora a ambas las consideraba sus amigas.

—Estuvimos más tiempo juntas, ella se fue, nosotras continuamos siendo amigas, pero parece que no valió de nada, me mentiste, ocultaste a mi sobrina.— Musitó Izumi— ¿Cómo fuiste capaz?

—Amiga, no lo hice con esa intención.

—Ya no me digas "amiga" ya no somos nada.— Habló la rubia— Y jamás lo volveremos a ser luego de haberme fallado y preferido la amistad de Mimi.

Sora tuvo intenciones de responder, sin embargo, un pequeño mareo provocó que tambaleara levemente. Rápidamente se sujeto de la castaña.

Mimi hizo una mueca, la Takenouchi no debía tener emociones fuertes, estaba embarazada—Izumi, no te desquites con Sora ¿si?— Habló firmemente— La única culpable de todo lo que está ocurriendo soy yo.

—En eso estamos de acuerdo.— Respondió Izumi— Pero eso no quita que sea tan mentirosa y arpía como tú.

—¡No la insultes!— Habló la castaña— Te insisto, la única culpable soy yo, ella no tiene nada que ver.

—Fue parte de tu engaño.

—Porque no tuvo opción, yo le pedí que no dijera la verdad.

—Siempre hay opción, dudo que le hayas puesto una pistola en la cabeza y la obligaras a ocultar la verdad ¿no?

—Pues no.— Respondió Sora— No hizo eso, pero tuve que ayudarla, es mi amiga.

—¿Y yo no lo era?

—Claro que sí, pero Izumi, debes escuchar.— Rogó la pelirroja.

—No quiero escuchar nada, está más que claro que prefirieron traicionar mi confianza, arruinar nuestra amistad.— Habló la oji-verde— Y todo por su egoísmo.

—¿Egoísmo?— Preguntó Mimi sorprendida.

—Si.— Respondió Izumi— Las cosas nunca estuvieron tan mal como ahora ¿y sabes por qué? Porque recién nos revelan su verdadera cara.

La Tachikawa apretó el puño.

—¿Sabes? Tienes toda la razón, las cosas entre nosotros no pueden ir más mal. Si quieres formar esta división tanto en amistades como en relaciones puedes hacerlo, pero encuentro muy descabellado que involucres a los demás.

—La que involucró a los demás fuiste tú.

—No fue a propósito.— Habló Mimi— Jamás quise lastimarte, ni a ti, ni a Yamato, ni a nadie. Esto no lo planee.

—Deja de mentir, está más que claro que nunca te importó mi amistad o el amor de mi hermano. Al igual que tu hermano, nada les importó y prefirieron engañarnos.

—No involucres a Takuya.— Exigió la castaña molesta— Él simplemente quiso protegerme y ayudarme, nunca quiso herirlos. Él no es así.

—¡Eso mismo creí de ti! Pero terminaste siendo una arpía.

La castaña frunció el ceño totalmente molesta, en verdad odiaba que le tratasen de esa manera, estaba cansada de ser el centro de ofensas. Tanto Yamato como Izumi tenían derecho para enojarse, pero no permitiría que continuaran humillandola— ¡No me insultes!

—No es un insulto, es un cumplido, eres una arpía, mentirosa.

—¡Es un insulto! Y lo sabes— Gritó Mimi.

—No me levantes la voz.

—Entonces, primero baje tú, tu tono de voz.— Respondió la castaña.

—No lo haré. Es lo que te mereces.

Su paciencia en verdad se estaba colmando ¿Quién se creía Izumi para hablarle así? No quería caer en su juego, como le dijo a Nanami, pero no podía más.

—Bueno, si hablamos de merecer, tu mereces peores cosas que yo.— Dijo de manera casi inconsciente.

Este comentario fue como la gota de derramó el vaso.

—¡Cállate!— La rubia alzó la mano para darle una cachetada. Sin embargo, los reflejos de la castaña fueron más rápidos.

Mimi tomó rápidamente su muñeca—No me vas a tocar.— Declaró firmemente.

—¿Qué está ocurriendo aquí?— Una voz autoritaria se escuchó en el lugar y las chicas al voltear se encontraron con la sub-directora que descendía de las escaleras.

¡Genial! Más problemas.


Rika observó atentamente a su primo que descansaba en el sofá.

Evidentemente estaba enfermo, su rostro estaba demasiado rojizo, demasiado notorio, ya que su primo era pálido naturalmente.

—¿Cómo te sientes primo?— Rika se acercó bien.

—Un poco mejor que hace rato.— Comentó el Minamoto— Pero eso quita que me sienta mal.

—Ya lo supuse.— Comentó la pelirroja antes de tomar asiento junto a él. Depositó un paño con agua sobre su frente.

—¿Es verdad eso que dijiste que quieres estudiar enfermería?

—Si, lo es.— Respondió Rika— ¿Por qué preguntas?

—Porque es bastante...

—¿Sorpresivo?

El Minamoto asintió— Hasta hace un mes decías que querías narcotraficante.

—Nunca dije eso.

—No, pero ibas en ese camino ¿no?

—No diré que si, pero tampoco lo negaré.— Comentó Rika.

El Minamoto lanzó una leve carcajada— Hablando enserio, me sorprende que te hayas aclarado, cuando dijiste eso te escuchaste bastante decidida y eso es novedoso.

—Bueno, en algún minuto de mi vida tenía que poner los pies sobre la tierra.

—¿Qué brujería te hizo ese chico para que eso ocurriera? Y que debí aprender.

—Ni yo sé que brujería utilizó.— Comentó Rika.

—Siendo realista me alegra por tí que te haga bien esta relación con ese chico.— Habló Kouji.

"Esa relación con ese chico"

—Ahora te ves mejor y eso es bueno.

—¿E? Kouji, necesito que me ayudes, mejor dicho que me aconsejes, pues yo...—Suspiró— Necesito hablar con alguien.

El Minamoto abrió los ojos y alzó una ceja— ¿Así? ¿De qué?

—De...—Era una situación incómoda— De la vida.— Comentó antes de recostarse junto a él.

—¿De la vida?— Preguntó el Minamoto— Una respuesta muy inusual.

Rika suspiró— Disculpa es que no sé como decirlo.— Comentó observando el techo— Me siento extraña.

—¿Extraña?— Preguntó Kouji sin dejar de mirar el techo— ¿Por qué?

—Por...—Rika volteo su mirada y posó su mano en la almohada, un pequeño rubor apareció en sus mejillas— Por un chico.

El Minamoto alzó una ceja sorprendido ante esta respuesta y volteo a observar a la pelirroja— ¿Ese chico de...

—Si, ese.— Lo interrumpió rápidamente— Por favor, no lo nombres.

Kouji ladeo la cabeza— ¿Por qué? Pensé que las cosas estaban bien entre ustedes o al menos eso parecía.

—¿E? S-si, es-estamos bien.—Comentó Rika.

—¿Entonces?

La pelirroja tragó saliva, en verdad se sentía fuera de sí hablando de este tema. Sin embargo, siempre tuvo confianza con Kouji para hablar de todo, más que un primo siempre lo consideró su confidente, su aliado, su consejero. Algo así como un hermano mayor, algo totalmente extraño para la gente, ya que, el Minamoto siempre era frío con los demás, incluso con sus amigos. Pero a ella siempre le demostró un buen lado.

—Es exactamente eso.— Habló la pelirroja— Estar tan bien, sentirme bien, me hace sentir a la vez extraña, ya sabes, es algo nuevo y pues, con ello vienen nuevas...—Se sonrojó a más no poder ante esto— Nuevas experiencias que jamás viví.

—Eso es super bueno Rika.— Comentó Kouji— Entiendo que te sientas extraña, porque jamás fuiste de expresar sentimientos, pero si te hace sentir es bueno.

—Si, todos me dicen que está bien, pero, dime ¿crees que estoy haciendo lo correcto al abrir mi corazón?— Musitó la pelirroja— Digo, tú siempre tuviste miedo de ser herido por la soledad que viviste luego de que tus padres se separaron, pero con el tiempo lograste superar eso. Sin embargo, yo siento que todavía estoy muy metida en todo mi pasado, muy involucrada con eso y me da miedo que por vivir con miedos del pasado ahora yo vuelva a sufrir.

—Entiendo absolutamente como te sientes Rika.— Musitó el Minamoto, él por mucho tiempo fue bastante distante con las personas, frío, serio, literalmente formó una pared contra todos por miedo a la decepción, sin embargo, con el tiempo pudo superar eso gracias a sus amigos, su hermano, Damar y la misma Rika, aunque ella desconocía esto— Pero no debes tener miedo a abrir tus sentimientos. No digo que no vas a sufrir, porque cuando trata de relaciones siempre ocurren situaciones en la cuál uno sufre, pero eso no quita que hayas cometido un error en abrir tus sentimientos. Sobre todo tú que a lo largo de los años has puesto una barrera entre ti y los demás.

—Eso mismo pienso.— Comentó la pelirroja— Sin embargo, ocurre que algunas veces quiero abrir mis sentimientos, abrir mi corazón, darme esta oportunidad, pero algunas veces siento que tal vez y solo tal vez...—Bajó la mirada— Voy muy rápido en algunos sentidos.— Omitiría hablar explícitamente de ese momento, porque sabía que a Kouji no le resultaría muy agradable— Lo que provoca que me sienta más extraña, incluso incómoda.

—Bueno ir muy rápido muchas veces juega en contra, sobre todo en este caso que ese chico y tú se conocen hace un tiempo no muy largo.— Comentó el Minamoto— ¿Sabes? Lo primordial, en este tipo de situaciones, es que te sientas cómoda y no presionada. Dejate llevar, pero nunca dejes de pensar o escucharte a ti misma. Siempre escucha lo que te diga tu cabeza, puedes querer mucho a ese chico, pero siempre recuerda que no puedes esforzar cosas que no sientas, situaciones o acciones, ya que después te puedes arrepentir.— Comentó Kouji— Si no te sientes bien o si sientes que van muy rápido deberías hacerselo saber. Es necesario que todo salga fluido, natural, no forzado y conforme a lo que tú quieras o puedas ¿me entiendes? La prudencia es lo más importante en este tipo de situaciones.—El Minamoto a sus dieciocho años de edad ya vivió bastante, así que, todas estas palabras se las decía con fundamentos.

Rika asintió.

Era un buen consejo.

Kouji sin saberlo le estaba dando la respuesta a su problemática en estos minutos.

Si, quería mucho a Takato y quería dejarse llevar. Sin embargo, debías ser prudente y escucharse a sí misma. Quería abrir sus sentimientos, pero debía escucharse así misma y saber exactamente que decisión o acción tomar para no fastidiar su relación que apenas estaba naciendo.

—Entiendo.— Comentó Rika— Aunque no lo creas este es el consejo que necesitaba escuchar en estos momentos.

El Minamoto no pudo evitar sentirse curioso ante esto, sin embargo, le sonrió.

—Muchas gracias pri...—Se detuvo— Kouji.

—De nada.— Respondió el oji-azul antes de cerrar sus ojos, en verdad se sentía mal, parecía que la fiebre volvía a subir.


—No puedo creer lo que hice.— Comentó Mimi.

Justo lo que prometió no hacer, hizo.

Dijo que no le sacaría algo en cara y lo hizo, tal vez no de una manera directa, pero le dijo que ella por sus acciones era peor ¡Algo horrible! Porque se propuso como idea no hacerlo, a Nanami se lo dijo que jamás la juzgaría por eso. Pero sintió tanta ira y quiso defender a Sora que no midió sus palabras.

¡Debía ser prudente!

¿Cómo era posible que en un minuto dijera algo y en otro minuto hiciera otra cosa!

—Tranquila Mimi.— La pelirroja tomó tu mano— No fue tu culpa, tú no pudiste evitarlo.

—Claro que fue mi culpa y sí pude evitarlo, debí haber medido mis palabras como le dije a Nanami que lo haría.

—Bueno, eso dijiste y te mediste en gran medida. No la insultaste y te mantuviste firme.— Habló la Takenouchi— Y aunque no lo hubieses hecho, no me hubiera sorprendido que reaccionaras así. A Izumi y Yamato se les está pasando la mano, lamentablemente.

—Si, pero yo no soy de juzgar por el pasado.— Musitó la castaña, hacerlo significaría caer en un juego peor y posiblemente en herir su amistad con la rubia para siempre.

La pelirroja hizo una mueca— Rayos, Mimi, no quería que esto ocurriera y en parte es mi culpa.

—¿Tu culpa?— Cuestionó la castaña— No, no lo es. Es mi culpa, Izumi se enojó contigo por algo que yo hice y que no debiste verte involucrada. Incluso, yo debería pedirte disculpas, después de todo no estás en condiciones de vivir estas emociones, pero has resistido todo a pesar de que es algo mío.

—Te dije que estaríamos juntas en esto, no te dejaré.

—Te lo agradezco, amiga.— Agradeció Mimi— Pero no estás en condiciones, debes cuidar a tu bebé y estas emociones fuertes pueden dañarlo.

Eso era un buen punto. De alguna manera aquella discusión provocó que se sintiera mal, un mareo se hizo presente y la angustia lleno su ser, era como un vacío con muchas explicaciones, después de todo, Izumi siempre fue su amiga, jamás pensó que se enojaría de esa forma con ella. Mejor dicho con ellas, después de todo Mimi e Izumi también eran amigas.


¡Esto era el colmo! Pensó Izumi ¿cómo era posible que en menos de un mes la oficina de la directora del Internado se volviera un lguar recurrente para ella?

—No puedo creer que nuevamente tengas problemas Izumi.— Comentó la sub-directora tomando asiento— Rumiko ya no comentó que otras veces habías estado aquí. Fuiste castigada varias veces y ahora por esto que ocurrió si ella te hubiese encontrado sería peor.

La rubia frunció el ceño, la verdad es que ni ella era consciente de su actitud tan salvaje, cada vez se desconocía más— Esto no es justo, Mimi debería estar aquí junto a Sora.

—Luego hablaré con ellas.— Respondió Tomoko— Pero primero necesito hablar contigo, después de todo a tí fue a quién encontré apunto de golpear a su amiga.

—Ex amiga.

—Lo que sea, estabas apunto de golpearla.

—Ella lo evitó, así que debería estar libre de mi castigo.

—Simplemente se defendió.

—Bueno, entonces ¿por qué estoy aquí?

La oji-azul tuvo intenciones de responder bastante molesta, sin embargo, antes de enfadarse más llevó sus manos a su rostro y suspiró.

"Tranquila Tomoko"

Tratar con todos adolescentes parecía fácil, pero debía admitir que en algunos minutos sentía que le pasaba la cuenta. Sobre todo al no tener un equipo competente en ese lugar que hiciera bien su trabajo. Si no hubiera sido por ella, Izumi y Mimi hubieran pasado a mayores.

¿Dónde estaba Rumiko?

Disfrutando del dinero ajeno seguramente.

Movió la cabeza. No era momento para estresarse por eso, debía solucionar esta situación.

—Izumi.— Tomoko pronunció el nombre de la joven y suspiró— ¿Qué ocurre contigo? ¿Por qué estás actuando así?

—Creo que es obvio señora Kimura.— Respondió la rubia— Descubrí que mis dos mejores amigas me mintieron y rieron en mi cara.

—Si, pero tu misma lo has dicho "tus amigas" a quienes conoces hace años ¿Por qué reaccionar de esta manera tan abrupta desechando todos esos años de amistad?

—Pues...—Izumi suspiró— Ellas comenzaron al escondernos a mi sobrina.

Tomoko hizo una mueca— Entiendo, es doloroso, pero ¿no te duele alejarte de ellas cuando es ahora el tiempo en que más las necesitas?

Pues...

La rubia se mordió el labio inferior. Estaba pérdida— Ni yo sé exactamente que necesito o que debo hacer.

Ni ella sabía que pasaba por su mente, por su corazón, ni en su vida. Se sentía pérdida, triste, sin fuerzas. Ya ni siquiera se reconocía. Mejor dicho, hace años no sabía quién era, después de todo, todas sus decisiones eran cuestionables.

Tomoko hizo una mueca al ver la controversia en el rostro de la rubia. Era unuaa mezcla de tristeza, enojo, confusión y esto no era la primera vez ocurría.

—¿Sabes Izumi? Últimamente te he observado y siempre que hago esto te veo triste, confundida, enojada, entre otras cosas— Comentó Tomoko— Tu madre ha venido de vez en cuando, pero cuando sales de tus conversaciones con ella es como si pusieran una mochila pesada en tu espalda. Tu ceño es triste, tu aura es demasiado oscura, yo lo siento y lo veo en tu rostro.

Izumi se mordió el labio inferior.

—Dime ¿estás así por la mentira de Mimi? ¿o hay más?— Preguntó la oji-azul.

¿Más? Pues sí, había más. Anoche tuvo que besar ciento de veces a un chico que no quería, solo por dinero y presión de su madre. Y ahora con esta propuesta de su madre se sentía contra la espada y la pared. No tenía salida.

—Esa expresión en tu rostro me dice que hay más.— Comentó la mujer Kimura, mejor dicho, afirmó.

Era curioso. A pesar de no tener sus ojos, cabello, ni siquiera ser cercana a su madre. Izumi era muy parecida en sus expresiones o reacciones a su madre, Natsuko, a quién conocía hace años.

—No vale la pena que se lo diga.

—Y eso confirma mi teoría. Hay más.— Comentó Tomoko— Dime ¿qué ocurre Izumi?

—Ya le dije, no vale la pena que se lo diga.— Habló la rubia.

—Claro que sí.

—Claro que no, simplemente son pendejadas de adolescente, sin sentido y que usted no necesita escuchar. Sobre todo usted.

—Claro que sí puedo escuchar y no porque te quiera recriminar o presionar ¿sabes?— Comentó Tomoko— Te veo mal, triste, eso me preocupa. Quiero ayudarte.

—No merezco tener ayuda de usted.

—¿Por qué dices eso?

—Porque he hecho cosas horribles, todo el mundo me lo ha hecho saber, entre ellas engañar a su hijo con su mejor amigo, le mentí, le fui infiel.— Relató la oji-verde— Y esa es una de las tantas cosas erróneas que he hecho ¿Por qué me ayudaría?

La mujer hizo una mueca— Izumi, sé que engañaste a mi hijo.— Respondió— Pero no te juzgaré por eso.— En la Ishida veía muchas cosas, cero atención de sus padres, compromiso económico, pero no afectivo. Al igual que muchos adolescentes de ese lugar y a pesar que no aprobaba sus desiciones, entendía que todo se debía a no tener un buen ejemplo a quién seguir y al no tener una persona que le indicara el buen camino— Pero no soy quién para criticarte. Y sí, soy consciente de que no fue lo correcto que engañaras a mi hijo.— Sin embargo, él no era un "Santo" Kouji también cometió errores, siempre le dijo que un clavo no sacaba otro clavo, además, tampoco fue correcto que él se involucrara con la novia de su hermano, tal vez esto era "karma" o quizás no, no podía dar por hecho esto, sin embargo, no quería darse derecho de juzgar situaciones ajenas a las suyas. Natsuko criticaba mucho a su hija, cuando ella no era mejor, al contrario, tuvo un hijo con otro hombre. Así como otras mentiras se arraigaban en ese lugar— Si yo vine hasta este lugar a ser sub-directora, no es porque quiera dinero, al contrario, quiero darle una mano a todos los adolescentes de este lugar que tienen problemas, incluyendote.— Extendió su mano— No soy quién para criticar tus decisiones o tu actuar y espero que lo tengas claro, puedes confiar en mi cuando necesites hablar con alguien para desahogarte de tus penas no duces en venir a mí.

Izumi sonrió ante esto, hace mucho no sentía tener a alguien de su lado, últimamente solo tenía exigencias y exigencias.

Alzó su mano derecha y correspondió a su gesto.

—Muchas gracias sub-directora Tomoko, no sabe lo bien que me hace escuchar esto.— Musitó la rubia antes de que lágrimas comenzaran a salir de sus ojos— Últimamente mi vida se volvió un infierno.

—¿Por este secreto que supiste?

—En parte.— Izumi bajó la mirada— He querido no discutir, mantenerme en paz, pero siento que nada me sale bien. Siempre viene algo nuevo que me hace explotar y...— Suspiró— A esto se le suma que mi madre me quiere unir a un chico que no quiero y que no merece ser dañado por su ambición.

—¿Ambición?— Preguntó la Kimura— ¿Qué quiere Natsuko que hagas?

La rubia suspiró— Esto tomará tiempo.


—¿Hablaste con Damar?— Preguntó Miyako.

—No.— Respondió Takuya molesto— Mi hermanita tiene tiempo para todos, menos para mí.

Por unos minutos pensó en decirle a Damar la verdad, ella era cercana a Kouji y Rika, creyó que tal vez ella podría ayudarles y dar paso a hablar con los Minamoto. Sin embargo, Damar ni siquiera le dio unos minutos, estuvo más pendiente de él y eso no le agradaba.

Sí, le debía mucho al ayudarla, sin embargo, sentía que lo estaba priorizando más que a él ¡Algo similar a lo que ocurrió hace años con Yamato y Mimi!

Esto era el colmo.

Movió levemente la cabeza.

¡No era momento de tener celos!

Debía centrarse en lo importante, ahora que estaba cuidando a Kouji sería más difícil incluirla en su plan.

—Entonces ¿qué haremos?

—Lo que Izumi y yo debimos haber hecho desde el principio.— Comentó Takuya.

Miyako alzó una ceja— ¿Qué cosa?

—Ir a hablar con Tomoko.


—¿Qué haces aquí?— Preguntó Nanami sorprendida y a la vez molesta.

—Sorpresa.— Musitó Thomas sin expresión— Vine a verte futura esposa.

La chica frunció el ceño— ¿De verdad?

—Claro que no.— Respondió el oji-azul.

La chica frunció el ceño— No me sorprende.— Musitó seriamente.

Thomas sonrió— Ya te gustaría.

—Claro que no.— Contestó Nanami. Cuando sentía por él sí le emocionaba, pero ahora ya no—Dime ¿qué estás haciendo aquí?

—¿Te interesa?— Preguntó el chico.

—Buena pregunta.— Comentó la chica de ojos lila-rosa— No me interesa.

—Claro el único que te interesa es tu conquista imposible, Yamato Ishida.— Habló Thomas.

—¿Conquista imposible?— Cuestionó Nanami— Es más posible de lo que te imaginas.

—Claro que no.— Respondió el oji-azul— Yamato te usa simplemente para quitar a Mimi de la cabeza, o bueno, eso hacía antes, porque estoy seguro que él no ha cedido a ti todavía ¿no?

—¿Cómo puedes asegurarlo?

—Porque te conozco y es simple.

Nanami frunció el ceño molesta— No sabes cuanto te odio.— Comentó antes de voltear—Adiós.

—Adiós.— Contestó el Norstein sin interés.

Fue así como la sobrina de Rumiko se alejó y Thomas se dispuso a caminar en dirección a la oficina de la directora, sin embargo, una chica castaña apareció frente a él.

—¿Thomas?

El rubio observó a la chica de pies a cabeza— ¿Nene?— Pronunció su nombre sorprendido.

—¡Vaya! Tanto tiempo.— Musitó la chica.

—Bastante.— Comentó Thomas— ¿Qué haces aquí?

—Estudio aquí.— Respondió Nene.

—¿Estudiar? ¿Dejaste Estados Unidos?

La castaña asintió— Si, hace tiempo estoy aquí. Pero jamás pensé que me encontraría contigo.

—¿No? ¿Acaso Yuu nunca te comentó que este era el Internado de mi abuelo materno y la sub-directora es mi tía?— Preguntó Thomas.

¡Rayos! Que cabeza la suya. Su hermano si le habló de eso.

—Claro, Yuu me comentó sobre eso y se me había olvidado.— Comentó Nene llevando una mano a su frente— Entonces ¿viniste a visitar a tu tía?

—Algo así, me llamó para revisar un caso, ni idea a que se refiere.— Comentó Thomas—Estaba esperando cuando se me apareció Nanami y aproveché de fastidiarla.

—¿Nanami?— Preguntó la castaña sorprendida— ¿Esa chica y tú se conocen?

—Ella es mi prometida.— Respondió el rubio.

¿Qué?

—¿Tu prometida?— Cuestionó Nene— ¿La chica que engañaste con esa Italiana?

Thomas asintió.

—Wow, que chico es el mundo.— Comentó la castaña—Ella es mi compañera de cuarto.

—¿A sí?— Musitó el rubio.

La castaña asintió.

—Supongo que se llevan bien, son del mismo estilo.

¡Qué ofensa!

Pensó Nene.

—Te equivocas.

Thomas alzó una ceja sorprendido.

—Nos llevamos horrible.— Comentó Nene.

—¿De verdad?

La castaña asintió— Apenas hemos cruzado palabras, pero es amiga de un grupito que no tiene buena relación conmigo. De seguro las conoces, Izumi Ishida, Sora Takenouchi y Mimi Tachikawa.

—Las conozco.— Habló el rubio— También estudie aquí. Supongo que no te llevas con ellas por el tema de Takuya ¿no?

—¿Soy tan predecible?— Musitó la castaña.

—No, pero es fácil suponerlo, porque te conozco y también sé de tu historia con Takuya.

Nene suspiró ¿Por qué siempre fue tan pública su vida?

—Bueno, esa historia se acabó.— Comentó la castaña— Aún así, eso no quita que Nanami y sus amigas me continuan odiando ¿Sabes? Me han acusado de cosas que no he hecho, no conozco mucho a tu novia, pero evidentemente le desagrado.

—No me sorprende, sobre todo si llega a saber que me conoces.— Repitió Thomas pensativo— Nanami es demasiado...—Buscó la palabra— Intensa.— Comentó— Aún no entiendo como siguen siendo amigas.— Musitó— O bueno, su hipocresía es bastante efectiva o bien, Mimi es bastante torpe al no ver a quién tiene como "amiga"

Este comentario llamó la atención de Nene, quién alzó las cejas sorprendida—¿A qué te refieres con ese comentario?

—¿Qué no es obvio? A la falsa amistad de Nanami hacia ellas.

—¿Falsa amistad?— Preguntó la castaña— ¿Por qué dices eso? Las cuatro se ven...—Se detuvo— Mejor dicho, se veían bien antes de que ocurriera todo este problema de la hija de Yamato y Mimi.

—¿Acaso no te has dado cuenta?— Cuestionó el oji-azul— Pensé que entre arpías se entendian bien.

—¡Oye!— Exclamó la oji-morada ofendida, sin embargo, Thomas no cambió su actitud de chico serio, acto que no le sorprendió, después de todo, él siempre fue así— No me ofendas.

—Solo dije la verdad.

—Si ¿cómo no?— Comentó la castaña rodando los ojos— Ya dime de verdad ¿por qué haces ese comentario?

—¿En verdad no te has dado cuenta?— Preguntó el oji-azul.

Nene negó— ¿Debería?

—Pensé que eras más despierta.— Comentó el rubio— Pone más atención en Nanami y te darás cuenta que puedes simpatizarle incluso a Izumi.

La castaña tuvo intenciones de preguntar la razón, sin embargo, la sub-directora apareció en el lugar interrumpiendo su conversación.

—Thomas que bueno que llegaste.


Takuya llegó al final de las escaleras del Internado dispuesto a acabar con este secreto ¡De una vez por todas!

En verdad no le gustaba estar entrometido en algo que no era suyo.

Fue así como se encaminó hacia la oficina, sin embargo, antes de llegar a ella una sollozo llamó su atención. Pasó su mirada por el lugar y detrás de la escalera, bastante escondida, distinguió a una chica castaña quién se encontraba con las manos en el rostro llorando a más no poder.

Takuya reconoció al instante a la hermana menor de Taichi. No lo dudó y se acercó a ella.

—Hikari.— El moreno llamó a la chica y esta alzó levemente la mirada.

—Ta-takuya.— Pronunció su nombre y totalmente avergonazada volvió a cubrir su rostro.

—¿Qué te ocurrió?— Preguntó Takuya— ¿Por qué estás aquí sola y llorando?

La castaña intentó responder, pero fue imposible, los sollozos se lo impidieron. Nuevamente cubrió su rostro entre sus manos.

—Hey, Kari...—El moreno se preocupó ante esto y la tomó de las manos— Dime ¿qué te ocurrió? ¿Por qué estás así?

La chica simplemente continuó llorando.

—Hika, por favor, hablame, me estás preocupando.

La castaña intentó secar sus lágrimas con una de las mangas de su chaqueta y respiró profundo para articular palabras.

—So-soy un-un desastre Takuya.

—¿Un desastre?— Preguntó el moreno— ¿Por qué un desastre?

—Por-porque yo...—Hikari tragó el nudo que tenía en la garganta— A-arruiné.

—¿Arruinaste?— Cuestionó el Tachikawa— ¿Qué arruinaste?

—M-mi...— En verdad era doloroso para la Yagami recordarlo—M-mi noviazgo. Arruiné mi relación con Takeru.— Respondió la castaña llorando a más no poder.

¿Qué?

—Él ya no me ama.


Ryo observó atentamente todas las sustancias que tenía en sus manos.

Suspiró.

Generalmente las consumía para apariguar su dolor, tristeza e ira, pero últimamente era inevitable cuesationar si eran tan efectivas como el creía que eran, después de todo, le traían alegría y paz por un momento, sin embargo, luego le traían problemas.

Por un tiempo le trajeron bien económico y creyó ser poderoso al moverse con ellas en un entorno tan difícil como en él que estaba, pero ahora ya no valía.

Lo peor de todo era recordar que también le arruinó la vida a otras personas, Rika estaba entre ellas y siempre sería un dolor.

Dirigió su mirada hacia el basurero y sin dudarlo tiró las bolsas con polvo blanco, luego sus cigarros junto a unas jeringas, ya no quería más esas tonteras.

Era el momento de comenzar a vivir con una persona normal, no centrado en el dolor como su madre, quién se encargó de destruir su vida desde pequeño escudado en su "amor no correspondido"

¡Bip, bip!

El sonido de su móvil llamó su atención.

Sin muchos ánimos lo tomó entre sus manos y observó la pantalla, era un número desconocido. No tuvo que ser adivino para saber de quién quería hacerle una llamada ilegal.

Su primo. Sí, el narcotraficante más buscado de la ciudad era su primo, lamentablemente.

Ya era momento de cortar relaciones con él.

Fue así como contestó.

—¿Hola?

Ryo, que bueno que contestas.— Reconoció su voz— Necesito hablar contigo es urgente, es sobre nuestro negocio.

—¿Nuestro negocio?— Repitió el oji-azul— Lo siento, pero no pierdas tu tiempo conmigo.

—¿Por qué? ¿Qué te ocurre?

—No venderé más drogas.— Fue lo única que dijo el Akiyama.

—¿Qué?— Preguntó del otro lado sorprendido— Debe ser una broma.

—No es una broma, es verdad, no quiero involcurarme más con este nefasto negocio.

—¿Qué? No, no puedes dejarlo.

—Claro que sí.— Respondió Ryo— Solo me ha traído problemas ¿y de que sirvo yo? Tienes a ciento de personas involucrado en él.

—Ahora más que nunca no puedes dejar nuestro negocio, sabes las consecuencias.

—Me da lo mismo, si quieres manda a tus matones a golpearme.— Nada era importante ahora para él.

—¿Enserio te da lo mismo? ¿Qué ocurre contigo?

—Nada, simplemente quiero alejarme de este mundo.

Unos segundos de silencio se hicieron presente.

—En verdad no entiendo esta actitud tuya.— Habló su primo— No me digas que tienes miedo por la amenaza de la DEA.

—¿La DEA?— Cuestionó Ryo— ¿Qué hizo la DEA?

—¿Acaso no sabes?

—No.

—¡Vaya! Pense que tu cambio de actitud era para cuidarte las espaldas.

—¿Las espaldas? ¿Por qué? ¿Ocurrió algo con tus negocios?

—No.— Respondió su primo—Pero la DEA está muy cerca tuyo.

—¿Mío? ¿Por qué?

—Porque la DEA les está pisando los talones a los ricos de ese lugar donde vives.

—¿Cómo?

—Lo que escuchaste.— Contestó el joven del otro lado— Ni cuenta se han dado que se entrometieron personas de la DEA en el Internado.


Hikari le dió un sorbo a su té. Luego de haber llorado sin parar ambos fueron a la cocina y el chico amablemente le hizo un té para pasar las penas.

—¿Te sientes mejor?— Preguntó Takuya.

La chica asintió— S-si...— Respondió y depositó el tazón sobre la mesa— Me siento un poco mejor.

El moreno intentó sonreír de lado, pero fue imposible, el rostro de la castaña aún demostraba tristeza y no era para menos, no estaba bien con su novio.

—No puedo creer lo que está ocurriendo Takuya.— Musitó Hikari— Takeru y yo jamás estuvimos en sintonías tan diferentes como ahora.— Llevó sus manos a su rostro— Siento que estamos muy lejos por culpa mía, mejor dicho de mis inseguridades.

—¿Sabes? La inseguridad es el enemigo interno de una relación. — Comentó Takuya— Generalmente por eso las parejas tienden a terminar.

¿Qué?

Hikari abrió los ojos sorprendida y dirigió su mirada al moreno— ¿Terminar? — Cuestionó—¿Crees que nosotros terminaremos?

Takuya hizo una mueca ante la mirada alarmada de la castaña— No, no refiero a que usted le vaya a suceder. — Respondió— Es simplemente lo que ocurre generalmente con las parejas, es lo que me ocurrió con una novia hace un tiempo y que le ha ocurrido a muchos, pero no digo que su situación sea así, aunque puede ser si no confías en él.

—Confiar en él.— Repitió Hikari— Jamás quise hacerle sentir que desconfiaba de él, pero con mis escenas de celos fue lo único que logré.

—En cierta parte es entendible.— Comentó Takuya— A nadie le gusta que desconfien de uno, aunque en tu caso es muy especial, ya que tienes antecedentes contra Catherine. Aunque tampoco lo justifica.

—Lo sé.— Suspiró la Yagami— Lamentablemente arruiné mi relación.

—Hey, no la arruinaste.— Habló el moreno— Simplemente están pasando un momento difícil, pero eso no significa que se arruinó o acabó, mucho menos que Takeru te dejó de querer.

—Yo lo siento así.

—Es normal que te sientas así, pero no es así.— Respondió Takuya.

—¿Qué debo hacer para dejar de sentirme? Mejor dicho para reparar mi relación.

—Eliminar tus celos.

—Ojalá pudiera, pero me parece imposible.

—No es imposible, solo debes confiar.— Contestó el moreno— Confiar en los sentimientos de tu novio, en aquello que los unió y así lograrás contraatacar todo esto que sientes.

Hikari suspiró— Tal vez, tengas razón.— Comentó—Sin embargo, aunque logre de ser celosa Takeru no volverá a confiar en mí, está dolido conmigo por desconfiar de él.

—Bueno, intenta contraatacar eso entonces, has que cambie de opinión. — Contestó Takuya— Vete a la reconquista, ya sabes, como esas novelas que ve mi hermana Mimi. Demuestrale que puedes lidiar con los celos, que lo quieres y todo eso. No te des por vencida tan fácilmente, mucho menos por algo como esto. Dime ¿quieres demostrarle a Catherine que tiene razón?

—No.

—¿Entonces?

Buen punto.

¿Enserio se dearía vencer por algo como esto?


Tomoko tomó asiento detrás del escritorio y suspiró.

En verdad era agotador estar en ese lugar. Tantos años afuera olvidó como era moverse en ese ambiente. Sin embargo, parecía que las generaciones cada vez venían más difíciles.

Aún así, nada le quitaba las ganas de estar ahí, después de todo, esa fue la dedicación de su padre y abuelo, invirtieron mucho en crear un lugar agradable para estudiar.

¡Bip, bip!

El sonido de su móvil llamó su atención.

Fue así como lo sacó de su chaqueta y observó la pantalla.

Alzó una ceja sorprendida "Número desconocido"

Tuvo intenciones de no responder, sin embargo, se retractó de esto cuando recordó que podría ser algún agente de...

La DEA.

Fue así como se dispuso a contestar.

—Hola.

Hola.— Una voz masculina y familiar se escuchó del otro lado— ¿Habló con Tomoko Kimura?

—Si, este es mi número.— Respondió la oji-azul— ¿Con quién hablo?

¿No reconoces mi voz?

Tomoko alzó una ceja— ¿Debería?

Hubieron unos segundos de silencio.

—Soy Keisuke Tachikawa.

¿Qué?

—Necesito hablar contigo.


—Esto es el colmo Mimi.— Habló Tomoko— Te dije que por favor te mentuvieras lejos de Yamato y su familia, incluida Izumi, las cosas están muy tensas.

—Lo siento Tomoko, pero esta vez no fue mi culpa.— Respondió la castaña con la mirada baja.

—Fue culpa mía.— Habló esta vez Sora— Izumi se enteró que yo sé de la verdad y reaccionó mal.

La Kimura observó sorprendida a la pelirroja.

—No, no fue su culpa.— Contestó Mimi— El secreto era mío y por eso se enojó al saberlo.

—No lo sabía ¿e?— Comentó la oji-azul y se cruzó de brazos— ¿Cómo lo supo?

Sora y Mimi intercambiaron miradas.

—No lo sabemos.— Respondió la castaña— Simplemente nos dijo que lo supo y vino a encararnos, lamentablemente.

—No queríamos que esto ocurriera.— Musitó la pelirroja.

—Claro que no.— Habló Mimi— Intentamos seguir tus consejos, pero parece que cada vez las cosas están peor.

—Es de esperarse si continuan teniendo secretos chicas.— Comentó la pelinegra.

Mimi llevó sus manos a su rostro y suspiró, esta situación no le agradaba— Lo siento señora Tomoko, no quise esto.

La oji-azul observó a la aproblemada chica y suspiró— Mimi no es tu culpa.— Declaró— Ni la de Sora.— Observó a la pelirroja— Sin embargo, ahora más que nunca necesito que no dejen ni ún cabo suelto, mejor dicho, que no dejen nada al azar. Deben estar atentas a todo, no le oculten nada a nadie ¿Si? La verdad ya salió a la luz, sale mejor decir siempre la verdad, porque las mentiras simplemente traen más problemas, lo acabaron de ver. Ahora más que nunca deben ir con la verdad por delante.

—Lo sé sub-directora, pero es difícil estar al pendiente de todo lo que sucede con todos los problemas que hay.—Comentó Mimi—Por intentar no dañar a una persona termino dañando a otra.

Sí, lamentablemente eso ocurría.

La Kimura cerró los ojos y respiró profundo— Lo sé Mimi y en verdad lamento que ocurra esto.— Habló—Pero creo que está más que claro que la única solución en estos momentos para que las cosas se mejoren es mantenerse lejos de los Ishida. A diestra y siniestra.

—Es difícil, aquí nos encontramos donde sea y con Izumi comparto departamento.

Sí, lamentablemente estaban muy relacionados y no solamente por un tema de amistad, ahora era por una tema de infraestructuca.

—Izumi le pidió a Rumiko que la cambiara de departamento.

—¿Qué?— Preguntó Mimi sorprendida.

—¿Pidió no estar con nosotras?— Cuestionó Sora.

—Con Mimi.— Respondió Tomoko— Ya que aún no ocurría esto. Sin embargo, ahora creo que con más razones querrá alejarse.

—¿Y lo harán?— Cuestionó la Tachikawa.

—No nos queda otra opción, porque Natsuko no quiere que sus hijos se relacionen con los Ishida y exigió cambiar a su hija de departamento.— Contestó la Kimura— Lamentablemente no podremos hacer mucho.

Mimi suspiró.

En otro minuto se hubiera sentido triste, sin embargo, parecía ser la única solución a sus problemas. No quería tener otro enfrentamiento como recién.

—Sé que por infraestructura es imposible que te encuentres con Yamato y sus hermanos.— Habló Tomoko— Pero en lo posible intenta evitar esto. Hoy es fin de semana, así que aprovecha de salir de este Internado, ve a otro lugar, diestraete ¿si? Intenta estar lo más lejos posible de los Ishida.

La castaña suspiró, lo que más quería era descansar, sin embargo, estar en su departamento también sería un problema, después de todo, Izumi también vivía ahí— Está bien.

Tomoko hizo una mueca y observó detenidamente a Mimi, en verdad era una pena que se encontrara en esta situación, sobre todo en su situación, sin tener una madre y teniendo un padre ausente.

Hablando de él.

Fue inevitable que por su mente viniera el recuerdo de la llamada que recibió hace un tiempo.

Keisuke la había llamado hace unas horas. Sí, Keisuke la llamó. Imposible de creer ¿no? Después de todo, ambos no quedaron en buenos términos la última vez que se vieron. Al principio fue sorpresiva su llamada. Sin embargo, creía que le preguntaría como estaban sus hijos o sobre esta situación. Pero no. Keisuke dijo muchas cosas, menos preguntar por sus hijos.

¿En qué mundo vivía?

Ni idea. Pero era una pena ver como Mimi sufría por toda esta situación y no podía contar con la ayuda de su antecesor.

Si Satoe estuviera viva y viera actitud de su esposo, probablemente se volvería a morir. Después de todo, ella fue una madre intachable, siempre estuvo al lado de sus hijos, ella era testigo, porque ambas fueron muy buenas amigas un tiempo -se alejaron por culpa de Rumiko- y vió en vida como trataba con amor y cariño a sus tres hijos.

Cariño y amor que Keisuke evidentemente no tenía.


Yamato observó atentamente la fotografía que tenía en sus manos, en ella estaban Mimi y él en su tiempo de novios. La castaña sonreía, como siempre, y él intentaba esconder su rostro. Aún recordaba ese momento, la Tachikawa de repente sacó su móvil y exclamó ¡Foto! Sin dejar tiempo, a una buena reacción.

Suspiró.

A pesar de los sorpresiva que fue esa foto, ambos se veían felices, así en sus demás fotografías, siempre que trataba de ellos eran felices. Cuando existía confianza en ellos.

Sí, confianza.

Frunció el ceño.

¿Por qué Mimi le hizo esto? ¿acaso no confiaba en él?

¡Toc, toc!

El rubio abrió la puerta.

—¿Nanami?

—Hola.— Saludó la rubia con una sonrisa.

—¿Qué haces aquí?— Preguntó el Ishida sin mucho interés.

—Vine a verte.— Respondió la chica de ojos lila-rosa.

Yamato hizo una mueca— Nanami, no tengo tiempo para hablar.

—¿Por qué no?— Preguntó la rubia.

El oji-azul suspiró— Por esto.— Extendió el sobre.

Nanami lo recibió, grande fue su sorpresa al revisar de que trataba— ¿Una orden de alejamiento?

El chico asintió.

De seguro era de Alice. Mimi jamás haría esto.

—Fue Mimi de seguro.— Comentó la chica.

—No es necesario que me lo digas, ya lo sé.— Respondió el Ishida.

Nanami hizo una mueca— ¿Lo ves? Dije que tomaría acciones legales.

Yamato suspiró— En verdad quiere alejarme de mi hija.

—Lamentablemente.— Musitó la chica de ojos lila-rosa— Debe ser difícil para ti ¿e? ¿Quieres salir o hacer algo diferente para distraerte un poco?

—Nanami, no estoy de ánimos.

—Pe-pero, no te hará mal salir ¿sabes? Así puedes pensar en otra cosa. —Podriamos divertirnos como antes ¿lo recuerdas?— Comentó Nanami antes de acercarse el oji-azul y acariciar sus labios.

Yamato se alejó de la chica— No quiero, como te dije, no estoy de ánimos.

—No lo estás, pero conmigo podrías subirlos.

—Nanami no.— Respondió el rubio.

El tipo de diversión que la chica ofrecía no era el que necesitaba en esos momentos.

—Bueno, al menos deberías considerar hacer otra cosa ¿si?— Habló la rubia— Hoy es Sábado, Satomi no te responderá, porque no trabaja lo fines de semana, tampoco puedes ir a ver a tu hija con esa orden de alejamiento y dudo que quieras estar aquí encerrado todo el fin de semana.

—No tengo razones para salir.

—Claro que sí, la diversión es una buena razón.— Respondió Nanami— Así te sentirías mejor ¿sabes?

—No lo creo.

—Claro que sí, tomar algo, un poco de alcohol no te hará mal.

El rubio suspiró— No creo que sea buena idea.

—Si lo es.— Respondió Nanami— O al menos salir simplemente a caminar. Si estás aquí te encontrarás tanto con Mimi, Takuya y Damar.— Habló— Dime ¿quieres tener más problemas?

El Ishida suspiró— No.

—¿Entonces?— Habló la chica— ¡Vamos!

Yamato suspiró, en verdad no tenía ánimos de nada. Sin embargo, Nanami tocó un buen punto, no quería estar cerca de los Tachikawa, durante la semana tuvieron demasiados problemas.

—Está bien.— Respondió resignado.

—¡Genial!— Exclamó Nanami.


—Hola Izumi.

—Hola Jp.— Respondió la chica sin ánimos.

—¿Cómo estás?

Mal, pero, lógicamente no podía decir aquello.

—Bien ¿y tú?— Habló sin interés.

—Bien.— Contestó el castaño—Que bueno que te encuentro, justo necesitaba hablar contigo.

—¿Hablar conmigo?— Preguntó la rubia.

—Mejor dicho, pedirte algo.— Habló el castaño— Quiero que me ayudes.

—¿Ayudarte?— Preguntó la rubia— ¿A qué?

—A organizar una fiesta.— Respondió Jp.

—¿Una fiesta?— Cuestionó Izumi— Pero recién ayer hiciste una ¿no?

—Si.— Respondió el Shibayama— Pero si te diste cuenta estuvo muy aburrida, fueron unas cuantas personas, casi todos invitados de mi madre.

Si, lamentablemente fue bastante aburrida.

...

—¿Por qué quieres una fiesta?

—Porque los populares hacen generalmente fiestas ¿no?—Habló el castaño— Si yo hago una, tal vez, pueda subir mi popularidad en este Internado.

—¿Subir qué?

—Mi popularidad.— Respondió Jp— Estoy cansado que todos se burlen de mí por mi físico, quiero que me vean como algo más. No como un chico común y corriente.— Habló— Básicamente quiero que me ayudes a ser tan popular como tú. Ayúdame a tener estilo.

Izumi alzó una ceja ¿acaso ese chico quería aprovecharse de su influencia?

—Disculpa, pero eso no es tan fácil.—Habló la rubia.

—¿Por qué? ¿Por mi físico?

En parte sí, su físico no jugaba a favor del Shibayama. Pero gran parte se debía a que no sabía exactamente como hacer a alguien popular, porque tanto ella como Mimi, Sora, Yamato, Takeru y demás jamás fueron conscientes de la "popularidad" que tenían, simplemente la adquierieron, prácticamente se dió sin algún esfuerzo.

—No.— Respondió Izumi— Es simplemente que dudo que relacionarte conmigo te dé popularidad.

—Claro que sí, todos te admiran en este internado.— Habló Jp— A pesar de todo, siempre te siguen a todos lados.

"A pesar de todo" Esas palabras resonaban en su mente. Lamentablemente personas de cursos menores la consideraban un "ejemplo a seguir" al haberse involucrado con tantos chicos en su pasado, chicos populares codiciados por muchas, algunas chicas de secundaria decían querer ser como ella. Hecho que detestaba, ya que no se sentía orgullosa por eso.

—Puede ser, pero es difícil "obtener popularidad"— Porque ni ella supo como la adquirió.

—No creo que lo sea.— Respondió el Shibayama— Si una chica como tú me ayuda y es mi amiga, de seguro todos me admirarán.

—Jp, la popularidad no funciona así.

—Bueno, tendremos que probarlo.— Habló el castaño— Por favor, ayúdame.

Izumi suspiró, este chico parecía no dar su brazo a torser. Probablemente en otra situación hubiera cortado la conversación siendo grosera o dominante. Sin embargo, en esta ocasión no podía. Debía tener buena relación con ese chico. Sí, las palabras de su madre vinieron a su mente, la única forma de salvar tanto a su padre y ayudar a su hermano era estar junto a ese chico, lamentablemente. Y sí, a pesar de que no lo amaba, tenía que hacer el intento. Tal vez, si se centraba en eso podría olvidar en parte a Takuya.

Aunque se veía difícil. Pero debía hacerlo, recordar al moreno significaba sentir odio y dolor.

—Está bien te ayudaré.— Respondió la rubia— Pero no es necesario ser popular.

—Claro que sí.— Respondió el Shibayama— Para llamar la atención de chicas como tú.

Izumi hizo una mueca, lamentablemente sí, solo así se llamaba la atención de chicas de su círculo. Sin embargo, ella siempre buscó algo más que eso: Amor, cariño y comprensión.

Pero, ya no valía la pena pedir eso.

Debía acercarse a ese chico como fuera, por el bien de su familia.

—¿Sabes? No es necesario ser popular para atraerme.— Se acercó a él y posó su mano en su mentón— Porque yo ya estoy interesada en tí.— Comentó antes de unir sus labios en un beso ignorando completamente que cierto chico moreno venía caminando a unos metros.


Takuya e Hikari se detuvieron en seco al ver el beso de Izumi con ese.

Todo se detuvo al rededor del moreno y la castaña tuvo intenciones de pellizcar su muñeca para quitar duda que estaba despierta.

Literalmente ninguno creía lo que veía.

Izumi estaba besando a ese chico.

Sí, besando. Imposible de creer.

Sin embargo, más que celos o dolor, Takuya sentía impresión por ver a la rubia besandose con un chico de esa contextura. No quería discriminar al castaño por su físico, pero no parecía ser del estilo de la rubia, aunque...

Tal vez, no era un tema de estilo, si no de lealtad después de todo ese chico últimamente fastidiaba bastante al querer "apoyar" a los Ishida en el conflicto que tenían.

—Takuya.— Hikari llamó al chico— ¿Estás bien?—Preguntó preocupa.

—¿E?— Balbuceo movió levemente la cabeza ante esto, giró sobre su eje dispuesto a volver sobre sus pasos y fingir como si no hubiera visto aquella escena— S-si, vamos.


Mientras tanto Nene caminaba muy pensativa en dirección hacia el comedor, literalmente sin prestar atención a los demás, ya que en su mente solo pensaba en las palabras de Thomas.

¿Qué habrá querido insinuar con ellas? ¿Por qué hablaba de Nanami y Mimi a la vez? ¿Acaso había algo más?

Tan pendiente y pérdida iba en su pensamientos que no se dió cuenta que cierto rubio iba saliendo del comedor con un vaso con jugo de uva en la mano derecha y ¡Pluch! Nene se tropezó con el chico provocando que todo el líquido se vertiera en su blusa ¡Blanca!

—¡Rayos!— Excamó la castaña— ¡Kiriha! ¡Eres un idiota! ¡Arruinaste mi blusa!— Gritó— ¡Y es nueva!

—¿Idiota?— Preguntó el rubio— Te atravesaste sin previo aviso.

—Mentira.— Respondió la castaña— Tú te atravesaste sin previo aviso.

—Claro que no.

—Claro que sí.— Contestó la castaña y bajó su mirada a su ropa. Hizo una mueca ante la mancha color morado que había— Mi blusa es nueva.

—Si no te hubieses atravesado estaría intacta en este momento.— Contestó el Aonuma.

—¡Eres un idiota!— Nene alzó la voz molesta.

Tomoko salió de su oficina—Hey, chicos.— Se cruzó de brazos— ¿Qué ocurre aquí? Desde mi oficina se escuchan sus gritos.

—Arruinó mi blusa.— Acusó Nene.

—Mentira, no la arruiné.— Respondió el rubio.

—Claro que sí, vertió este jugo de uvas sobre mi.— Recriminó la castaña.

¡Genial! Otro problema más, pensó Tomoko.

—No la arruiné a propósito, tú te cruzaste en mi camino sin previo aviso.—Insistió el rubio.

—¡Claro que sí!— Gritó Nene.

—¡Ya!—Tomoko alzó la voz— ¡Dejen de discutir! Parecen niños de prescolar discutiendo.

Kiriha y Nene intercambiaron miradas molestos.

—Necesito una solución sub-directora.— Exigió la castaña.

—Y la tendrás.— Respondió la pelinegra—Kiriha, tendrás que ir a la lavandería y buscar una forma de arreglar su blusa.

—¿Qué?— Preguntó el rubio— No puedo, hoy la señora que atiende la lavandería no trabaja.

—Bueno, tendrás que lavarla tú.— Respondió Tomoko— Supongo que sabes fregar a mano.

—¿A mano?— Cuestionó Kiriha— ¿Acaso no sirve la lavadora?

—¡Claro que no!— Exclamó Nene— Esta tela se arruina con la lavadora.

El rubio frunció el ceño.

—Tendrás que hacerlo.— Habló la mujer Kimura— Y sin replicar.


—Gracias por aceptar mi invitación a salir.— Mimi le agradeció a su amigo, Michael.

Luego de hablar con Tomoko decidió seguir su consejo y alejarse de internado para evitar problemas. Le preguntó a Sora si quería salir, sin embargo, no se sentía muy bien y debía terminar algunos trabajos para la Universidad.

Fue así como se acordó de su amigo y lo invitó a salir.

—No me agradezcas, al contrario, yo debería agradecerte a ti, ya que me darás un tour por Tokio.— Comentó el rubio.

Mimi sonrió— ¿Cuántas veces has venido aquí?

—Un par de veces.— Respondió Michael— Pero no lo conozco en su totalidad.

—Bueno, conmigo lo conocerás.— Comentó la castaña.

—¿Te parece si antes tomamos algo?— Musitó el rubio— Muero de sed.

El Sol estaba en todo su esplendor, hacia un calor insoportable.

Mimi asintió— Claro— Recorrió el lugar con su mirada—¡Mira un carro de helado!

—¿Helado?— Preguntó el rubio— ¿Enserio quieres helado?

Mimi alzó una ceja— Si.

—¿No quieres algo más fuerte?

—Me gustaría.— Contestó la oji-miel— Pero la últimav ez que tomé quedé con un dolor insoportable de cabeza que no desapareció en un buen tiempo.

—Una copa no te hará mal.— Comentó Michael— ¡Vamos! ¿Aún te gusta el vino tinto?

Mimi asintió.


Sora tomó asiento en una banca frente al Internado.

Observó su croquera de dibujo e hizo una mueca. Se suponía que para el Lunes debía entregar unos diseños para una clase de moda, sin embargo, ninguna inspiración venía a su cabeza, así que, decidi salir al aire libre para pensar en algo. Pero, lamentablemente aún estaba en cero su mente. Mejor dicho, sin inspiración, porque su mente si estaba llena ¿De qué? De pensamientos con respecto a su bebé.

Su hijo.

Llevó una mano a su vientre, en verdad se sentía extraña con una vida dentro de ella.

Y hablando de esa vida.

A los metros divisó a cierto chico de cabello alborotado, padre de su criatura, salir del Internado junto a una chica rubia.

¡Esa francesa!

Sora frunció el ceño.

El Yagami pasó su mirada por la pelirroja, sin embargo, esta rápidamente volvió su mirada a su croquera e ignoró la presencia de ambos en aquel lugar.

—¡Vamos Taichi! Será divertido.— La odiosa voz de Catherine llegó a sus oídos.

—Catherine, disculpa, pero quiero hacer deporte.

—Todos los días haces deporte.— Respondió la oji-azul— Hoy es Sábado, divirtamonos.

El castaño hizo una mueca— Catherine no quiero salir.

—¡Vamos! Será divertido.— Comentó la rubia antes de depositar un beso rápido en sus labios.

Sora frunció el ceño ante esto, rápidamente se levantó del lugar y se dispuso a salir del lugar. Necesitaba inspiración para terminar sus diseños y evidentemente esa pareja no se la daba.


—¡Salud por...—Mimi buscó una palabra, no tenía razones de celebrar.

—Mi llegada.— Completó Michael— Y porque me encargaré que recuperes esa sonrisa en el rostro que ahora no tienes.

La castaña hizo una mueca— Desde que mi padre me separó de Natsumi, yo...—Suspiró— No tengo razones para hacerlo.

—Lo sé.— Respondió el rubio— Y lo entiendo, pero no puedes continuar así.— Acarició su mejilla— Eres una chica muy hermosa para andar triste en la vida.

La oji-miel intentó sonreir de lado—Por cierto ¿Cómo está tu novia?

Michael hizo una mueca ante esto— Ya no estamos juntos.

—¿Qué?— Preguntó Mimi sorprendida— Debe ser una broma.

—No lo es.

—Pero, ustedes eran la pareja perfecta.— Comentó la castaña.

El rubio suspiró— Ante los demás, pero hace bastante teníamos problemas.

—¿A sí?— Cuestionó Mimi.

Michael asintió— Ella era muy celosa.— Respondió— Y yo no toleraba que fuera tan exigente, la verdad, eso me desencantó de ella y por ende, terminamos.

La Tachikawa hizo una mueca— Lo lamento, no debió ser agradable.

—No te preocues.— Respondió el oji-azul— Son cosas que pasan.

Sí, lamentablemente, ella hace poco tuvo una relación fallida.

—No te negaré que de vez en cuando igual extraño de su compañía.— Comentó Michael.

—No es para menos.— Ella comprendía esa situación—Estoy segura que pronto encontrarás a alguien que te haga sentir tan feliz como ella.

—Eso espero.— Contestó el rubio— No me gusta estar solo.

Mimi rió— ¿Solo?— Preguntó— Tú puedes estar soltero, pero jamás estás solo.

Michael alzó las cejas— ¿Yo? ¡Me ofendes con eso!— Exclamó con diversión.

—Si ¿cómo no?— Comentó la castaña divertida.


Yamato y Nanami ingresaron al bar.

—Me alegra que hayas accedido tomar una copa.— Habló la chica.

El oji-azul simplemente guardó silencio, aún no estaba de acuerdo con esta decisión, tal vez, debió quedarse en su departamento.

—¿Te parece si vamos a la barra?— Preguntó Nanami.

El chico asintió, fue así como ambos comenzaron a caminar. Sin embargo, algo, mejor dicho una escena entre dos personas, cierta castaña y un chico rubio provocó que se detuviera.

—Nanami.— Llamó a su acompañante.

—¿Si?

—¿Esa es Mimi?— Cuestionó el Ishida incrédulo y la chica posó su mirada al lugar que señalaba el Ishida.

¡Vaya! Al parecer su amiga no perdía el tiempo.

Nanami sonrió— ¡Wow! No pensé que Mimi vendría aquí ¡Qué coincidencia! Y con ese chico tan guapo.

Yamato frunció el ceño—¿Quién es él?

—No lo sé.— Respondió la chica— Pero veo que Mimi se está divirtiendo.

Ambos reír de quién sabe que cosa.

Yamato simplemente sintió enojo ante esto— No puedo creer que sea capaz de alejarme de mi hija y luego estar disfrutando como si nada sucediera en un bar con otro.

Nanami hizo una mueca al sentir los celos del chico.

—¡Permiso!— Musitó el chico antes de alejarse.

—¿Dónde vas?

—¿Qué no es obvio? Voy a habar con Mimi.— Respondió el Ishida sin voltear.

Nanami tuvo intenciones de ir tras él e impedirlo, pero se detuvo al percatar que si Mimi los veía juntos podría sospechar.

Yamato simplemente se acercó totalmente enojado y sin importar que rayos hablaban interrumpió su conversación— ¿Qué rayos estás haciendo aquí Mimi?


—Aún no puedo creer que tendré que lavar tu blusa.— Comentó Kiriha molesto mientras llenaba una fuente con agua y detergente.

—Si no hubieras mojado mi blusa, no estaríamos en esta situación.

—Fue un accidente.— Respondió el rubio— Tú debiste estar más atenta, apareciste de la nada, sin mirar por donde ibas.

—Claro que no.— Nene se cruzó de brazos y rodó los ojos— Dejar de alegar y lava.

El rubio hizo una ceja y observó a la chica— Quítate la blusa.

¿Qué?

—¡Olvídalo!— Exigió la castaña.

—Entonces ¿cómo rayos planeas que la lave si no me la entregas?— Preguntó el rubio.

—Bu-bueno, no tengo que más ponerme.

—No te hagas la avergonzada.— Comentó Kiriha— ¿Qué tienes tú que no haya visto?

Nene se sonrojó a más no poder por ese comentario— Maldito la noche que me acosté contigo.

—En el momento no parecía que estuvieras sufriendo.— Musitó el rubio.

¡Desgraciado! Pensó la castaña molesta, sin embargo, no dijo más, quería lavar su blusa lo más rápdo posible.

Fue así como Nene retiró su blusa quedando simplemente en su bracier.

Kiriha la observó levemente y se mordió el labio inferior, en verdad era atractiva aquella chica ¡Sin embargo!

Movió su cabeza alejando esos pensamientos, después de todo, lo sensual de esa chica se opacaba por su mal caracter.

La castaña le extendió la blusa y el chico la depositó en la fuente con agua para comenzar a lavar.

—No sé porque reclamas por una blusa como esta.

—Esa blusa vale bastante.— Respondió Nene.

—¿Sabes? Pudimos haber comprado otra.

—¡Olvídalo! Es de un diseñador exclusivo, no la encontraríamos fácilmente en el centro comercial.— Comentó la castaña.

—No sé porque me sorprendo.— Comentó Kiriha— Eres igual a todas las chicas de este lugar, superficial, vanidosa y loca por la moda.

—A mucha honra lo soy.— Exclamó la castaña.

El rubio alzó las cejas, generalmente las chicas se ofendian por ese tipo de comentarios. Era curioso que ella no lo hiciera. Cada vez le sorprendía más su forma de ser.

—Así como a ti te honra y enorgullece ser mujeriego, creído, frío.— Habló Nene.

Directa.

Esa chica era muy directa. Siempre le decía todo de frente.

—¿Sabes? Eres fastidiosa.— Musitó el rubio antes de alzar su mano derecha y lanzar un poco de agua contra la castaña.

—¡Hey!— Exclamó la castaña— No hagas eso.

—¿Qué? ¿Tienes miedo de que arruine tu maquillaje?

—¿Algún problema con eso?— Musitó la chica— Me preocupa mi físico.

Kiriha rodó los ojos y sin decir más, nuevamente alzó su mano derecha tirando agua contra ella.

—Hey, no.

Sin embargo, el rubio ignoró esto y continuó lanzando agua contra la chica.

—Hey, hey.— Exclamó la castaña— Basta.— Musitó— Basta.

Pero, el rubio no se detuvo. Fue así como rápidamente introdujo su mano en la fuente y comenzó a lanzar agua contra el chico.

—Oye, no.— Musitó Kiriha, pero Nene continuó.

Y así fue como ambos comenzaron una pelea de agua. Sí, como niños de preescolar. Pero ninguno dió su brazo a torser.

Fue así que la fuente se quedó sin agua y la chica no encontró mejor forma de ganar esa batalla que tomar el detergente y lo lanzó contra el chico.

—Hey, hey.— Habló el rubio— Detente.

—¿Qué me detenga?— Preguntó la castaña— Tu fuiste el que comenzó con esto ¿no?

Fue así como nuevamente lanzó detergente contra el chico.

—Ya detente.— El chico se acercó a ella y literalmente la acorraló contra la pared tomando su puñeca impidiendo que vertiera más detergente, provocando que sus cuerpos quedaran muy cerca.

—¿Por qué te acercas?— Preguntó la castaña coqueta— ¿Acaso quieres besarme?

El rubio rió— Ya te gustaría.

—Pues no.— Respondió Nene— No me gustaría.— Musitó rosando sus narices— Tú eres quién quiere probar mis labios.

—¿Quién te asegura eso?

—Nadie.— Contestó la chica Amano— Pero es obvio ¿no?

—Ya te gustaría.— Repitió esta frase nuevamente.

Ambos se observaron directamente, rosando sus narices, intercambiando aliento, pero sin ceder a probar los labios del otro, aunque, ganas no les faltaba, ya que, la cercanía provocaba que el calor aumentara.

—Pero ¿qué rayos sucedió aquí?— La inspectora Onodera interrumpió el momento.

Nene y Kiriha rápidamente se alejaron.

—¿Inspectora?— Habló el chico— ¿Qué hace aquí?

—La sub-directora me envió aquí a ver si resolvieron su problema.— Respondió la mujer— Pero creo que ahora tendrán uno más por este desastre.

¡Rayos! ¡Esto no era bueno!


—¡Vaya, vaya! Si es Sora Takenouchi.— Una voz llamó la atención de Sora provocando que alzara su mirada croquera, al hacer esto se encontró con cierto chico de cabello azul, ojos negros y anteojos.

—¿Joe?— Preguntó la pelirroja.

—Hola.— Saludó el chico.

—Tanto tiempo ¿e?

—Bastante.— Respondió la Takenouchi antes de acercarse a él y darle un abrazo— ¿Qué haces aquí?

—Vine a resolver unos asuntos.— Contestó el Kido— No esperaba verte.

—Ya somos dos.— Comentó la chica antes de tomar asiento— Pensé que luego de dejar este infierno no volverías.

—No quería hacerlo, pero la situación lo amérito.— El chico tomó asiento a ella—Me alegra verte.

—¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo tu intercambio?

—Bastante bien.— Respondió el chico de anteojos— Conocí muchos lugares y mejoré en mis estudios.

—Que bien.— Musitó la pelirroja.

—¿Y tú? ¿Cómo has estado?

—Y-yo he tenido algunos problemas de salud leves. Pero nada que preocuparse.— Comentó la Takenouchi.

—¿Y Taichi?— Preguntó Joe— ¿Cómo está él?

Sora hizo una mueca ante esto— No me preguntes por Taichi, por favor.— Rogó.

—¿No?— Cuestionó el chico de anteojos— ¿Por qué?

—Porque...—La pelirroja suspiró—Ya no estamos juntos.

—¿Qué?— Cuestionó el chico de anteojos— ¿No son novios?

Sora negó.

—¿Y eso?

—¿Sorprendente? ¿no?— Comentó la pelirroja.

—Bastante.— Respondió Joe— Yo pensé que ustedes aun eran pareja, digo, jamás hubiera imaginado que llegarían a terminar.— Aclaró la garganta— Mejor dicho, nadie hubiera esperado eso, ustedes eran novios hace unos años, pero estaban enamorados desde primero de primaria.

Sora hizo una mueca— Estábamos.— Recalcó esa palabra— Estábamos enamorados.— Bajó la mirada triste y posó una mano en su vientre— Las cosas han cambiado mucho estos últimos meses.

—Evidentemente.— Comentó el Kido— ¿Por qué terminaron?

La pelirroja se mordió el labio— Es una historia larga.— Suspiró.

No le gustaba recordarlo, pero Joe era un buen amigo, sabía que podía contarle algo así.

—Él...—Tragó saliva— Me engañó.

—¿Qué?— Preguntó el chico de anteojos— ¿Te fue infiel?

Sora asintió— Sí.— Suspiró— No le importó mi amor, prefirió estar con otra.


Mimi se cruzó de brazos enfadada al ver a su ex en aquel lugar— Yamato ¿qué haces aquí?

—Yo pregunte primero.— Respondió el Ishida— ¿Qué haces tú aquí y con este tipo?

—Disculpa, pero este tipo tiene nombre y apellido.— Respondió Mimi— Se llama Michael.

—Como sea.— Musitó Yamato—Veo que no demoraste mucho en encontrar otro.

—¿Perdón?— Preguntó Mimi— ¿Por qué dices eso?

—Porque es lo que es ¿no?

—Él es simplemente un amigo.— Habló la castaña.

¿Un amigo?

Yamato alzó una ceja y observó al chico.

—No soy como tú, que cambia tan fácilmente a las personas.— Comentó la Tachikawa haciendo una clara mención a lo ocurrido con Jun y las otras mujeres que estuvo el Ishida.

—Eso no lo sé.— Respondió el Ishida— Me has ocultado tantas cosas que ya ni sé quién eres.

Mimi frunció el ceño— Créeme, no soy como tú en ese sentido.— Se cruzó— Te oculté a Natsumi, pero fue por un propósito en particular, no por un impulso.

—¿Propósito? ¿Hacerme sentir mal?— Preguntó el rubio.

—No.— Respondió la castaña— Pero no tiene sentido que te responda, después de todo, tu egoísmo y tu orgullo no te permiten escuchar.— Fue así como volteo hacia su amigo— Vamonos Michael.

El chico simplemente asintió y fue así como ambos dejaron solo al Ishida.


Hikari observó al moreno, quién se veía bastante confundido y un tanto afectado por la escena vista recién.

—Takuya.— Lo llamó— ¿Estás bien?

—¿E?— Balbuceo el chico— S-si, cre-creo que estoy...—Intentó hablar— ¿Bien?

La chica alzó una ceja sorprendida— Eso suena a pregunta.— Comentó preocupada.

Takuya suspiró— Es simplemente que estoy un tanto impresionado por lo que vimos.

—No es para menos, Izumi y tú hace poco tuvieron algo.— Musitó la castaña— Es comprensible que luego de ver esto te sientas mal.

El moreno suspiró— No pensé que buscaría novio tan luego.

—Debe ser difícil para ti ¿no?

—Quizás, en otro momento lo hubiera sido, ahora no.

—¿No?

—Yo me propuse dejar ir mis sentimientos por ella.

—¿Por qué?— Preguntó Hikari—¿Por qué hiciste eso?

—Porque...—Takuya bajó la mirada y suspiró— Me gustaría decir que si amas algo dejalo ir, pero la verdad es que no doy más, teníamos muchos presiones, no hicimos las cosas bien y creo que Izumi en verdad no tiene ganas de seguir luchando, y yo solo no puedo hacerlo.

Sí, ese era un buen punto. Sin embargo, a Hikari le resultaba bastante sorpresivo. Todos conocían los sentimientos de Izumi hacia él y viceversa.

—Estoy segura que Izumi está haciendo esto por impulso, no sería la primera vez.— Lamentablemente— Pero ya verás como todo se solucionará entre ustedes.

—Luego de esto lo dudo.— Habló Takuya- Izumi ya tiene un nuevo novio.

—Bueno, puede ser que ahora esté con él, pero uno nunca sabe las vueltas de la vida, tal vez las cosas algún día se arreglen entre ustedes o tal vez...—Hikari hizo una mueca— Pronto llegue una nueva chica a tu vida que te entienda, que esté a tu lado y que te haga feliz.

El moreno suspiró— No tengo tiempo para novias, pero no te negaré que si me gustaría tener a alguien conmigo, sobre todo en estos momentos.

Hikari sonrió— Con lo buen y guapo chico que eres de seguro atraes a más de una.

—Gracias por el cumplido.— Musitó Takuya y una sonrisa se formó en su rostro.


Mientras tanto en la oficina de la directora, se encontraba Tomoko Kimura, nuevamente haciendo de directora, esta vez enfrentando nuevamente a Natsuko.

—No puedo creer que obligues a tu hija a estar con alguien que no quiere solo por dinero.— Habló Tomoko— Incluso es molesto, porque más allá de pensar en tu hija, tampoco piensas en ese chico que se puede ilusionar con ella.

La mujer Ishida se cruzó de brazos— Eso no es de tu incumbencia Tomoko. No se relaciona contigo.

—No, pero es bastante triste ver que estás cayendo en los mismos errores que mis padres.— Habló la Kimura— Tú misma no lograbas entender como rayos me obligaron a estar con Kousei y ahora quieres hacer lo mismo con tu hija.

—Es mi hija ¿no? Puedo tomar las decisiones que yo quiera.

Tomoko suspiró— No puedo creer que hagas esto.— Musitó, jamás pensó que Natsuko fuera capaz de prácticamente vender a su hija—Dime ¿al menos vas a cumplir con eso de ayudarla a recuperar a su sobrina al menos?

—¿Tú que crees?— Preguntó Natsuko.

Tomoko frunció el ceño— Me gustaría decir que sí, pero si la respuesta es no, verdaderamente te desconocería. Sería demasiado cruel que juegues con los sentimientos de tu hija.

—No es jugar con los sentimientos de mi hija.— Respondió la oji-azul— Es simplemente hacer lo que debo hacer.

Con eso le decía todo.

Evidentemente Natsuko simplemente quería dominar a su hija, sin cumplir lo que prometió a cambio.

Eso le preocupaba. Natsuko literalmente se volvió una copia de su madre. Sí, su madre Nya Takaishi era una bruja, pero ahora su hija la estaba superando.

—Claro que no reconoceré a esa niña como parte de mi familia, salió de una aventura sin importancia de mi hijo, no merece llevar nuestro nombre. Además, Yamato y Mimi ni siquiera están casados, sería una vergüenza.— Habló Natsuko.

—¿Vergüenza?— Preguntó Tomoko— Es tu sangre.

—¿Y?— Cuestionó Natsuko.

—¿Desde cuando te volviste una persona tan fría?— Musitó la mujer Kimura totalmente decepcionada— ¿Dónde está esa amiga de buenos sentimientos que yo conocí?

—Lo que hice por ti es totalmente independiente a tu situación.— Respondió la Ishida— Te ayudé en honor a todos nuestros años de amistad y a la lealtad que le tenía a tu madre, mi madrina.

—Si le fuiste leal a mi madre ¿por qué no puedes ser así con tu familia?

—Porque esa niña no es de mi familia.— Habló Natsuko— Simplemente trae vergüenza recordar que mi hijo fue padre adolescente.

Tomoko suspiró— Ella no tiene la culpa del error de tu hijo.

—No.— Respondió la francesa— Pero su madre sí.— Ahora refiriendose a Mimi— Y es por eso que estoy aquí. Vine nuevamente a exigir que expulses a esa mojigata y sus hermanos de este internado.— Exigió— Quiero que se mantenga lo más lejos de mis hijos y para eso debes expulsarla. Ya quedó claro que es conflictiva, Izumi tuvo problemas por su culpa.

—No es primera que Izumi tiene problemas.

—Lo sé, pero hace poco su hermano Takuya tuvo un problema con mi hijo Yamato ¿no?

—Tampoco es primera vez que tu hijo tiene problemas.— Respondió Tomoko— No puedes pedirme así como así que expulse a los Tachikawa.

No quería abanderarse con una situación ajena, pero no podía ser injusta, mucho menos luego de haber dicho que los ayudaría.

—No me gusta que me contradigan.— Declaró Natsuko—Si no expulsas a los Tachikawa, me declararás la guerra.

—No es guerra que quiero, simplemente sigo el protocolo.— Contestó la mujer Kimura— No puedo hacer mucho sin la opinión de Keisuke, recuerda que él es uno de los principales sostenedores de este internado.

Sí, lamentablemente eso era.

—Él nunca está aquí, así que no lo sabría.

—No está presente, pero en muchas cuentas está su nombre. Además, el contrato dice que por un año sus hijos deben estar aquí.

—Entonces cítalo junto a mí, así arreglamos las cosas.

—¿Tú crees que enserio va a estar de acuerdo contigo? Claro que no, intentará dar vuelta las cosas, así como tú y tus hijos terminarán siendo los culpables de todo.

Natsuko se cruzó de brazos—¿Por qué quieres llevarme la contraria?

—No es eso Natsuko ¿acaso no ve lo que es correcto?— Habló Tomoko— Esa chica necesita apoyo, cometió un error, pero está arrepentida.

—No está arrepentida, simplemente quiere arruinar la imagen de mi hijo.— Respondió la oji-azul— Y yo no quiero que eso ocurra.

Tomoko suspiró— Claro que no quiere eso.— Al contrario, Mimi guardó ese secreto para evitar aquello.

—¿Sabes? Ya me cansé Tomoko de tu comportamiento.— Natsuko frunció el ceño— Odio a Rumiko, pero al menos ella hacia lo que yo le ordenaba cuando tú no estabas aquí.

—Duele escuchar eso de tu boca, pero tienes razón, ahora tú no puedes hacer lo que quieres porque yo no lo dejaré.

—Y por eso mismo yo no permitiré que sigas tomando decisiones en este lugar.— Declaró la oji-azul.

—¿A qué te refieres con eso?

—¿Qué no es obvio?— Preguntó Natsuko— Hablaré con el comité de padres y te haremos renunciar.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste.— Respondió la mujer Ishida— Te pediremos la renuncia.

—No puedes hacer eso.

—Claro que puedo.— Contestó la madre de Yamato— Tengo poder y haré que mi decisión prevalezca.

Tomoko frunció el ceño— Cada vez te pareces más a la bruja de tu madre.

—Y tú cada vez te vuelves tan débil como la tuya.


*Algunas veces las amistades se acaban, amistades forjadas a través de los años.
Y lamentablemente no tienen vuelta*


+Vamos a paso tortuga, sí, pero desde el capítulo 16 empiezan a estallar las bombas. Se viene un suceso importante, pero necesito cerrar esta idea.

+Ya vimos como Thomas plantó la semilla de duda en Nene.

milrose: Jajaja sí, me alegra regresar, lamentablemente he estado muy ocupada y con cero cabeza para pensar. Bueno, luego de Mimi terminar con su advertencia, giró y entró en su departamento cortando todo jajaja No ocurrió más. Ya veremos si ocurre algo similar jajaja Todos odian a Nanami y me lo han dicho. Lamentablemente Sora corre peligro. Ya llegará el momento en el cual Yamato sabrá la verdad de las cosas, pero todavía no es el tiempo. Tristemente a Izumi no le queda otra más que obecedecer a su madre y pues, Natsuko siempre hará todo por manipular a su hija jajaja Si, llegó Michael como muchos lo pedían jajaj logrará producir celos en muchos jsjsjsj Espero que te haya gustado el capítulo, ojalá sigas leyendo y comentando. Te mando un abrazo a la distancia.