Hikari tomó su bandeja con su desayuno y la observó. Hizo una mueca, en verdad no tenía ganas de comer, su autoestima no le permitía comer más, mucho menos su estado anímico. Sin embargo, debía disimular que estaba bien, ya que, Rika y Damar últimamente notaban su comportamiento extraño y eso no era bueno.

Alzó su mirada y observó el comedor.

Ninguna de sus amigas aún bajaba a desayunar, Takeru tampoco estaba y su hermano...

Sí estaba, pero no quería hablar con él.

Su mirada se fijo en cierto chico moreno que se encontraba desayunando solo.

No lo dudó y se acercó a él para desayunar junto a él.

—Buenos días Takuya.

El chico alzó la mirada—Hikari.— Pronunció su nombre— Buenos días.

—¿Este lugar está ocupado?— Preguntó la castaña señalando la silla frente a él.

—No.

—¿Puedo sentarme?

—Claro ¿Por qué no?— Musitó Takuya.

La Yagami sonrió y tomó asiente frento a él—¿Cómo estás?

—Bien.— Contestó Takuya, el día anterior tuvo mucho tiempo para pensar y meditar—¿Y tú, cómo estás? ¿Cómo te sientes?

—También me siento mejor.— Respondió la Yagami y sonrió— Ayer intenté mantenerme lejos de Takeru, anoche cuando estaba sola pensé en todo lo que me dijiste y sí, tenías razón. No puedo darle la razón a Catherine.

—Claro que no.—Musitó el moreno. Generalmente se mantenía lejos de los líos de las chicas, pero era demasiado evidente que la rubia se acercaba a Takeru para molestar a la castaña, cosa que lograba debido a su inseguridad— Debes demostrar que puedes con esto, pero principalmente debes confiar en Tk y en lo que siente por ti.

Le sería difícil por la situación, sin embargo, Takuya tenía razón, Takeru siempre dió todo por ella, siempre estuvo a su lado, siempre le profesaba su más sincero amor, no podía ser tan estúpida e ignorar todo eso.

—Es lo que haré.— Comentó la Yagami.

—Por cierto, cualquier cosa puedes contar conmigo.— Habló Takuya.

La castaña sonrió— Lo sé y te agradezco.— Comentó— No debe ser agradable escuchar mis penas, considerando que tú tienes tus propios problemas.— Suspiró— Para variar con la familia de mi novio.

—Bueno hoy por tí mañana por mi ¿no?— Musitó el moreno— Además, somos amigos y pues, sobre los problemas con Takeru...—Suspiró— Prefiero no hablar mucho de eso, la verdad es que quiero dejar de romper la cabeza por esa situación.

—Comprendo.— Musitó Hikari— Lo mejor será estar lejos.

—Sí, no es algo agradable, por los años de amistad, pero me estresa y aburre estar todo el día mal.— Comentó Takuya— Sobre todo ahora que debo apoyar a Mimi, no quiero ser otro triste y atrolondrado en esta situación.

—¿Cómo está ella?

—Igual que yo, un tanto cansada por toda esta situación, se cansó de que Yamato y sus hermanos le recriminen.

—Escuché que el Sábado tuvo un problema con Izumi.

Takuya asintió— Lo tuvo, lamentablemente, pero a estas alturas ya es algo normal. Izumi prefiere estar ciega y sorda ante esta situación, no quiere escuchar a Mimi y tampoco a mí.

—Lo lamento mucho.— Habló Hikari.

—Yo también, pero más por mi hermana que no merece que le hagan esto.

—Claro que no.— Comentó la Yagami— Simplemente quiso cuidar a su hija.

Si, pero al parecer nadie quería entender esto.

—Estoy segura que todo se aclarará pronto.

—Eso espero.— Musitó el chico antes de darle un sorbo a su café.

—Oye ¿me puedes ayudar en algo?— Preguntó Hikari.

Takuya alzó una ceja— ¿En qué?

—Quiero darle algo a Takeru, pero no se me ocurre que darle. — Respondió la chica— Pero no se me ocurre nada, mi mente está en blanco. Dime ¿qué podría regalarle?

—Pues...—Takuya llevó una mano a su mentón— ¿Qué le gusta?— Cuestionó— Bueno, aparte de tí.

Hikari rió— Le gusta todo lo que generalmente viene de mí.— Comentó— Todo menos mis celos, claro.

—Considerando eso, entonces, lo que les des le gustará.


—Me siento terrible.— Musitó Sora recostándose sobre el sofá con una mano sobre su boca— Estos mareos son insoportables.

—Te entiendo.— Comentó Mimi— En mis primeros meses yo devolvía todo lo que comía, apenas podía ver la comida y ya me daban nauseas. A veces ni siquiera era ver, era levantarme de mi cama y tener vómitos.

—¿Es normal que tenga mucho sueño?— Preguntó la pelirroja y bostezó levemente.

—Bastante normal.— Musitó la Tachikawa— Pero aprovecha ahora de dormir, porque cuando te crezca el vientre se sentirás tan incómoda que no podrás hacerlo. Tu bebé se moverá tanto que no te dejará dormir. En mi caso en particular en los últimos meses Natsumi pateaba una y otra vez en la noche.

—¿Más o menos en que mes se comienzan a sentir las patadas?

—No estoy segura.— Respondió Mimi— Es relativo, la primera vez que sentí una patada de Natsumi fue cuando tenía cuatro meses y medio, pero fue algo leve, en comparación a todas las patadas que me dió luego.

—¿Era muy revoltosa?

—Bastante.— Contestó la castaña— Takuya juraba que sería futbolista de tantas patadas que me daba.

Sora rió— ¿Y fue así?

—No sé si le gusta jugar fútbol, pero ya viste que le gusta correr de un lado a otro sin parar.

La pelirroja asintió— Cero parecida a la madre en ese sentido.

—Sin duda.— Comentó Mimi. Lamentablemente los genes de sus tíos fueron más fuerte. Un conjunto de Takeru, Takuya y Damar que amaban los deportes. Combinado con un egocentrismo de Yamato, Izumi y ella.

—Hablando de Natsumi, dime ¿has hablado con Alice sobre Yamato?

La castaña hizo una mueca y suspiró—Intenté, la llamé, más de diez veces pero me ignoró completamente.

—Que mal.

Cada vez se decepcionaba más de su "amiga"

—¿Y no pensaste en ir?

—Lo pensé, pero luego me acordé de las palabras de Tomoko y me arrepentí.— Respondió la castaña— Mientras no llegue el momento del juicio lo mejor será mantenerme lejos, si no pueden usar cualquier cosa en mi contra y Satomi también me lo dijo.

—Entiendo.— Comentó Sora— Buen consejo.

Mimi asintió— Sin embargo, eso no quita que quiera saber si más sobre la orden de alejamiento, porque estoy segura que fue ella. No quiere que Yamato, ni yo nos acerquemos a Natsumi.

—Eso no es justo, ustedes son los padres.

—Si, pero ella no lo ve así.— Habló la castaña— Y ya me cansé de insistir, ella misma nos llevó a juicio, así que esperaréa ese entonces.— Haría todo lo posible por ganar la demanda.

—¡Por cierto! ¿Hoy me puedes acompañar a mi entrenamiento de fútbol?— Preguntó la pelirroja.

—¿A tu entrenamiento?— Cuestionó Mimi.

Sora asintió— Hoy anunciaré mi retiro, ya sabes...—Llevó sus manos a su vientre— No quiero poner en riesgo la vida de mi bebé.

La castaña sonrió de lado— Será extraño ¿no? Llevas años en ese equipo siendo capitana.

—Lo será, sin duda.— Musitó la Takenouchi— Pero no tengo opción. No quiero correr riesgos.

—Será un placer para mí acompañarte.

Su amiga necesitaría apoyo en ese momento, después de todo, el club de Fútbol siempre fue una parte importante en la vida de la pelirroja. Hubo un momento en su vida que fue lo más importante para ella y Mimi era testigo de eso.

—Además, hoy mi amigo Michael se probará para el equipo de Fútbol masculino.— Musitó la castaña.

—¿Tu amigo? ¿El rubio?

Mimi asintió.

—Veo que estás feliz por su llegada ¿e?

Desde que ese chico llegó hace unos días, la castaña se veía un poco más contenta. Tanto el Sábado como ayer, Domingo, ambos pasaron tiempo juntos y literalmente ese chico logró rejuvenecer a la castaña.

—Pues sí.— Respondió la castaña— Es mi amigo y lo quiero mucho.

Sí, lo sabía, ya que, siempre le habló de su gran amigo de EEUU.

—Es bastante guapo ¿e?— Le guiñó el ojo.

—¿A qué se debe ese guiño?— Preguntó Mimi— ¿No me digas que tú?

—No, yo no.— Contestó Sora— Lo digo por ti. Después de todo, te coloca bastante atención y estás soltera.

—No tengo tiempo para comenzar una nueva historia amorosa.— Comentó Mimi.

—¿No tienes tiempo o lo dices por qué no puedes olvidar a Yamato?

La Tachikawa bajó la mirada y suspiró— Él no se ha comportado muy bien conmigo últimamente ¿sabes? Me siento muy desencantada, ya no sé de quién rayos me enamoré.

—Entiendo como te sientes.— Musitó la pelirroja, en su caso cada vez se desilucionaba más de Taichi— Creo que es normal desilucionarse de los hombres ¿e?

—Sin duda.— Respondió la castaña— Aunque hay algunas excepciones.

—¿Cómo tu amigo Michael? Por ejemplo.

Mimi rodó los ojos divertida— Y por otros más.

—¡Vamos! Dime ¿no te aparece aunque sea un poco atractivo?— Preguntó la pelirroja.

—Nunca dije que no.— Comentó la Tachikawa— Pero, no estoy abierta aún para comenzar otra relación amorosa. Ahora lo principal es mi hija.


Tomoko se dejó caer sobre la silla de cuero negra completamente agotada. Ayer, Domingo, se suponía que era su día de descanso ¡Sin embargo! Hizo todo menos descansar.

Se despertó super temprano para despedir a su hijo Koichi, quién se fue a su viaje de estudio.

Luego tuvo acudir a su encuentro con Keisuke Tachikawa. Sí, Keisuke Tachikawa en persona.

~Día anterior~

Tomoko pasó su mirada por el lugar donde días atrás Keisuke Tachikawa. Sí, Keisuke Tachikawa (Imposible de creer) la citó para hablar.

¿De qué?

Ni idea.

Dijo que era importante. La verdad era que tenía muchas cosas en mente.

A los lejos divisó al esposo de su difunta amiga, Satoe. Fue así como se acercó a él.

—Keisuke.— Lo llamó.

El hombre volteo hacia ella y literalmente no pudo creer quién era. Observó de pies a cabeza a la mujer Kimura. Estaba irreconocible, no la recordaba de esta manera tan arreglada, la última vez que se vieron ella utilizaba jeans anchos y su rostro parecía agotado a más no poder, sin embargo, ahora se parecía mucho a como era en su adolescencia, vestida con una ropa ajustada, elegante y su rostro bien maquillado.

—Tomoko.— Pronunció su nombre y se levantó de su lugar para quitar sus gafas de sol— Que bueno que llegas.

La mujer exactamente no supo que decir, tenía muchas preguntas en su mente, ya que no tenía ni las más mínima idea de la razón por la cual la llamó.

—Vaya, cuanto tiempo sin vernos ¿e?— Comentó el Tachikawa intentando sonar "amigable"

—Bastante.— Respondió Tomoko— No nos vemos desde el funeral de...

Se detuvo al decir eso.

Si, efectivamente la última vez que se vieron fue en funeral de Satoe Tachikawa.

A pesar de estar distanciadas, Tomoko no pudo evitar ir hasta al funeral, después de todo fueron muy buenas amigas desde la infancia y aunque se alejaron por situaciones de la vida -Rumiko específicamente- Aún así, siempre le tendría cariño.

—Me sorprendió tu llamada.— Comentó la mujer Kimura cambiando de tema— Sobre todo luego de tantos años sin vernos.

—Eres la nueva sub-directora del internado.— Habló Keisuke— En algún minuto nos volveríamos a ver.

—¿E? S-sí.— Respondió Tomoko— Pero no pensé que me llamarías para hablar específicamente.— Se acercó a una silla para depositar su bolso y en otra silla tomo asiento frente a Keisuke—¿Por qué me citaste con tanta urgencia?

—Especifícamente por eso.— Contestó el Tachikawa— Supe que estabas trabajando en el Internado.

Ya era hora que se preocupara por ellos, pensó Tomoko.

—Supongo que me quieres hablar de tus hijos y todo el problema con los Ishida.

—¿Problema con los Ishida?— Preguntó Keisuke sorprendido.

—Sí, el problema de Mimi con Yamato Ishida, hijo de Natsuko e Hiroaki.— Comentó la oji-azul.

—¿De qué problema me hablas?— Cuestionó el hombre— ¿En qué lío se involucraron mis hijos con ellos?

Tomoko alzó las cejas sorprendida—¿Acaso no leíste las noticias? Salió inclusive en el periódico.

Keisuke hizo una mueca, últimamente vivía de doctor en doctor, de clínica en clínica, de examen en examen, literalmente recorrió toda Europa buscando diferentes opiniones con respecto a su enfermedad. No puso atención en las noticias de su empresa, mucho menos las de un periódico de Japón.

—¿Qué ocurrió?

Tomoko suspiró— ¿Enserio no sabes?

—¿Saber qué?— Preguntó Keisuke— ¿Qué problema tiene con los Ishida? ¿Qué tienen que ver ellos con Mimi?

La oji-azul lo miró confundida y a la vez sorprendida— Keisuke ¿no es una broma? ¿en verdad no tienes idea de todo lo que están viviendo tus hijos?

—¿Viviendo?— Cuestionó el Tachikawa— ¿Qué ocurre con ellos?

¡Rayos! Pensó la mujer Kimura. Al parecer el Tachikawa no tenía idea de que ocurría con Mimi, Takuya y Damar.

—¿Por qué nombras a los Ishida? ¿Ocurrió algo malo?— Preguntó Keisuke.

¿Qué clase de padre era este al estar tan desconectado de sus hijos?

—¿Rumiko no te ha dicho nada?

—No he hablado con Rumiko hace bastante.— Habló el Tachikawa.

¡Qué milagro! Juraría que esa mujer hablaba siempre con uno de sus tantos amantes.

—Dime ¿qué ocurrió con los hijos de Hiroaki y mis hijos?— Cuestionó el hombre.

Tomoko suspiró— Es un tema largo.— Respondió— Pero no soy quién para hablarte de aquello.

Lo más prudente sería que Mimi, Takuya y Damar hablaran con Keisuke.

—Tendrás que hablar con ellos de ese tema.

—¿Tema?— Preguntó Keisuke— ¿Qué tema?

Tomoko movió levemente la cabeza— ¿En qué mundo vives Keisuke?— Preguntó decepcionada— ¿Cómo no sabes que ocurre con tus hijos? ¿Acaso te mudaste de planeta?

—No, pero no tuve tiempo para preocuparme por los demás, más que de mi salud.— Respondió el Tachikawa—Tuve que aislarme de todos por necesidad.

—¿Necesidad? ¿Alejarte de tus hijos es una necesidad?

—No me quedó de otra Tomoko, no me sentía bien.— Habló la mujer Kimura—Estoy enfermo.

—¿Enfermo?— Preguntó la mujer.

—Tengo cáncer.

¿Qué?

"Tengo cáncer"

Esas palabras resonaron en la mente de Tomoko, sin poder creerlo.

"Estoy enfermo"

"Cáncer"

—¿Dijiste?...—Intentó preguntar, pero fue casi imposible— ¿Qué ti-tienes?...

—Si, lo dije.— Keisuke la interrumpió— Tengo cáncer.

No, eso no era posible. Pero ¿qué cosa decía? Si era posible, nadie tenía la vida comprada. Además el Tachikawa no bromearía con algo así, debía ser verdad. Sin embargo, era muy sorpresivo.

—N-no, esto no puede ser.

—Me gustaría que no lo fuera.— Respondió el Tachikawa— Pero es así.— Suspiró— Tengo cáncer a la prostata y está bastante avanzado, lamentablemente.

—¿Avanzado?— Cuestionó Tomoko— ¿Dices que se ramificó?

—En parte.— Contestó Keisuke— Estoy en proceso de contrarestarlo, me dieron esperanzas de vida, pero...—Suspiró— No sé si será efectivo.

La mujer hizo una mueca— Un minuto ¿es por eso que estabas desaparecido?

Keisuke asintió— Luego de terminar un negocio importe, acudí a todos los médicos de Europa para esto.

—¿Y?

—Todos me dijeron lo mismo, tengo un cáncer bastante avanzado.

¿Avanzado? Eso no era bueno.

—No le has dicho a tus hijos.

—Porque es muy reciente.— Respondió el Tachikawa— De un momento a otro, sin previo aviso caí enfermo, me hice chequeos y pues, recién tuve una respuesta clara hace algunas semanas. No quise creerlo, así que me realicé diferentes exámenes en lugares distintos y no fue hasta hace unos días que me dijeron que solo podré optar a quimioterapia. Y me derivaron aquí para someterme a inmunoterapia.

—Tus hijos no tomarán esto bien.— Habló Tomoko. A pesar del monstruo que era, Keisuke era el único antecesor que les quedaba con vida. Satoe estaba muerta.

—No quiero que ellos se enteren de esto todavía.

—¿Qué?— Preguntó la Kimura— ¿Por qué?

—Porque no creo que sea necesario.

—Claro que sí.— Respondió Tomoko— Eres su padre, merecen saber que estás mal.

Keisuke suspiró— Aunque no lo creas, no creo que sea lo mejor.

—Claro que sí.— Cuestionó Tomoko— Estas enfermo. Si dices que está avanzado significa que no te queda mucho tiempo de vida ¿Acaso se te olvidó que en esta vida solo te tienen a ti?

Keisuke suspiró— Lo sé.— Llevó una mano a su frente.

Eso le dolía, sin duda. Pero aún debía resolver otra cuenta pendiente.

—¿Entonces? ¿Por qué no les dices?

—Quiero hacerlo.— Respondió el hombre— Pero aún no. Debo resolver unos asuntos antes de presentarme frente a ellos.

—¿Asuntos?— Cuestionó la Kimura— ¿Qué asunto puede ser más importante que tus hijos?

Uno muy importante.

Saber que si los tres eran o no sus hijos.

El Tachikawa suspiró— De ese asunto que me impide ir a hablar con ellos es la razón por la cual te cité aquí.— Respondió— Tú eres la única persona que puede resolverme esta duda. Como ex mejor amiga de mi esposa.

Tomoko alzó las cejas sorprendida ante esto.

—Necesito saber si ella tuvo un amante cuando me fui a Nueva York luego del nacimiento de Takuya y Mimi.

¿Qué? Pensó la Kimura sorprendida.

—Debe ser una broma.

—No, no lo es.— Respondió Keisuke— Necesito saber ¿tuvo un amante?

—¿Un amante?— Cuestionó Tomoko sin poder creer aquella pregunta, Satoe jamás hubiera sido infiel— ¿A qué se debe esta pregunta tan repentina? ¿Y ahora? Tanto tiempo después de su muerte y a dieciocho años después de tu viaje a Nueva York.

—Se debe a que tú sabes la respuesta, después de todo, eras su amiga en ese entonces y debes saberlo.

—Sí, lo éramos, pero no habría razón para que me hagas esta pregunta en este tiempo.

—Pues necesito saberlo.

—¿Para qué?

—Para resolver una duda.

—¿Qué duda?— Preguntó Tomoko.

—Acerca de mi paternidad.— Respondió el Tachikawa— Con respecto a Damar, necesito saber si es mi hija.

¿Qué?

—¿Por qué preguntas eso? Tú bien sabes que Damar es tu hija.

—Pues no, no lo sé.— Contestó Keisuke— Ya que si tuvo un amante Damar podría no ser mi hija.

—Pero ¡Qué tonterías dices!— Exclamó Tomoko—¿De donde sacaste esa idea tan absurda? ¿Acaso no ves a tu hija? Es la copia viva de tu madre, sobretodo ahora.

—¿Ahora?— Cuestionó Keisuke— ¿Por qué?

—Debes verla.— Respondió la pelinegra. Con el cabello rubio era la viva imagen de Demiyah Tachikawa, si Keisuke la viese no tendría estas dudas de su paternidad.

—Lo que necesito es un exámen de ADN que tú me puedes ayudar a conseguir.

—¿Un exámen de ADN?— Repitió Tomoko— ¿Enserio crees que no es tu hija?

Keisuke asintió.

—Estás loco, Damar sí es tu hija.— Respondió la Kimura— Satoe jamás tuvo un amante.

—¿Estás segura de eso?

—¿Por qué no lo estaría? Yo era su amiga, me contaba todo.— Contestó Tomoko— ¿De dónde sacaste una idea tan retorcida como esa?

Keisuke se mordió el labio inferior sin saber si responder.

—¡Un minuto!— Musitó la Kimura, no debía ser adivina para saber quién pudo decirle aquello— ¿Fue Rumiko, cierto?

El Tachikawa alzó las cejas sorprendido— ¿Rumiko?

—¿Fue ella? ¿no?— Preguntó Tomoko.

La única persona que quería que Keisuke y Satoe se divorciaran era ella.

Keisuke tuvo intenciones de negar, sin embargo, no tenía sentido hacerlo, después de todo, debía ser sincero con Tomoko para que lo ayudara— Sí.— Respondió— Fue ella.

—Lo sabía.— Musitó la Kimura enfadada—¿Por qué le crees a Rumiko? ¿Acaso tu amor con Satoe no era suficiente?

—Siempre pensé que sí, pero...

—¿Pero?

Keisuke suspiró— Tuve dudas, porque luego de Takuya y Mimi no nos proyectamos a tener más hijos en un tiempo tan corto de tiempo, nos cuidamos con los métodos de aquellos tiempos, fuimos cuidadosos, al menos yo.

—¿Y eso qué? Los anticonceptivos pueden fallar.

—Lo sé, pero en ese tiempo me fui de viaje por un mes, Satoe pudo haber hecho muchas cosas.

—Con dos bebés en pequeños dudo que haya tenido tiempo para tener un amante.— Comentó Tomoko.

—Damar se adelantó a nacer.

—Dos semanas apenas, eso no es nada.— Respondió Tomoko— Mis gemelos nacieron a las treinta y seis semanas, y no por eso Kousei creyó que fuesen de otro.— Al menos, algo hizo bien.

Keisuke hizo una mueca y bajó la mirada— Damar no se parece mucho a nosotros.

—Se parece a tu madre físicamente.— Contestó la oji-azul— Y en carácter es igual de frívola como tú. Es demasiado obvio que es tu hija, desde el momento en que nació se parece más a ti que a Satoe.

—Bueno, aún así tengo mis dudas.

—Porque Rumiko te lo dijo.— Musitó Tomoko—Pero tú sabes lo mentirosa que es esa mujer. Nunca quiso aceptar que escogieras a Satoe antes que a ella.

—Sí, lo sé, sin embargo, era imposible dejar de pensar en esa posibilidad.— Habló Keisuke— No podría jugar con algo tan grave ¿o sí?

—No lo sé, de ella puedo esperar cualquier cosa.— Comentó la Kimura con seriamente.

El Tachikawa hizo una mueca y bajó la mirada.

—No puedo creer que esa mujer los haya cegado de tal forma.— Exclamó Tomoko molesta— Primero Kousei, luego Hiroaki y finalmente tú ¡Son unos idiotas!

Tal vez, no fue buena idea convocar a Tomoko para que le ayudase.

El silencio se hizo presente en el lugar, uno bastante tenso que la oji-azul decidió romper.

—Dime ¿Por qué hasta ahora?

—¿Hasta ahora qué?— Preguntó Keisuke.

—¿Por qué recién ahora planeas hacerle un examen de ADN?— Cuestionó Tomoko— Si tuviste toda una vida para resolver esa duda.

—Pues...— El Tachikawa quiso responder, sin embargo, fue difícil. Suspiró—Por cobarde quizás. Me dolía pensar en que pudiera no ser mi hija.

—¿Y por eso te alejaste tanto de ella como de sus hermanos?— Preguntó Tomoko— Preferiste estar lejos de tus hijos cuando más te necesitaban y ahora quieres acercarte cuando estás a un paso de la muerte ¿Eres consciente que no podrás recuperar el tiempo que perdiste?

Keisuke simplemente mantuvo silencio, el remodimiendo apenas lo dejaba hablar.

Otro silencio se hizo presente.

Tomoko rodó los ojos.

En verdad le molestaba saber que tanto Keisuke como Hiroaki y Kousei se dejaron manipular por esa teibolera barata.

—Tengo una pregunta ¿por qué me pides a mi hacerle la prueba si hace mucho tiempo no nos hemos visto?

—Porque cuando nació Damar, tú eras la mejor amiga de Satoe.— Habló Keisuke— Supuse que tu sabrías si en verdad tuvo un amante o no...—Bajó la mirada.

—Bueno, ya me escuchaste, no tuvo un amante.

—Puede que no.— Respondió el Tachikawa— Pero si es así, sé que nadie más que a ti te gustaría desenmascarar a Rumiko si verdaderamente es una mentira lo que me dijo de mi esposa e hija.— Suspiró— Además, ahora eres sub-directora, fácilmente puedes tomar una muestra de ADN a Damar sin levantar sospechas, ya que no confió ni en Onodera o en el resto que trabaja con Rumiko.— Sacó de su chaqueta su chequera— Te pagaré bien.

—No necesito tu dinero Keisuke.— Contestó Tomoko— Con desenmascarar a odiosa de Rumiko me basta, porque yo estoy segura que Damar es tu hija y Satoe nunca te fue infiel.

—Bueno, quiero pruebas.— Respondió Keisuke— Pero necesito estar seguro.

En verdad era odioso saber que ver a su hija no era prueba suficiente. Pero bueno, lo haría.

—Está bien

~Actualidad~

Luego de esa conversación no pudo regresar al Internado, necesitaba relajarse, sin embargo, en vez de ir a un SPA o algo así, terminó toda su tarde en una oficina encerrada. El agente Anderson la llamó para fuera a la oficina de la DEA a dejar sus últimos reportes y literalmente se le fue la tarde en eso.

No pudo descansar, llegó super tarde al Internado, la noche literalmente fue como un segundo para ella. El despertador sonó y tenía mucho sueño acumulado, sentía que la cabeza le estallaría en cualquier minuto.

Suspiró.

Ahora debía poner manos a la obra con respecto a los exámenes.


¡Toc, toc!

Takato escuchó que golpeaban la puerta de su departamento. Fue así que se acercó a ella para abrir.

Grande fue sorpresa al ver a cierta pelirroja.

—¿Rika?

—Hola.— Respondió la pelirroja.

El silencio se hizo presente.

—Me alegra verte.— Comentó Rika.

—¿Enserio?— Preguntó el castaño.

La Nonaka asintió— ¿Te parece si vamos juntos a la preparatoria?

—Pensé que irías con tus amigas.

—Ellas ya se fueron, yo me quedé atrás para ir contigo.— Respondió la pelirroja.

—¿Me esperaste?

Rika asintió— ¿Vamos juntos?

—¿Estás segura que quieres estar conmigo?

La pelirroja hizo una mueca ante esta pregunta al entender a que se debía— Sí, estoy segura.— Respondió, sin embargo, el castaño no dijo palabra, evidentemente no estaba agradado por su comportamiento de estos últimos días—Disculpa Takato, soy consciente que he actuado un tanto extraña estos días.

Takato asintió, por alguna razón la chica lo evitaba y sí, fue algo evidente. Al principio quiso creer que eran ideas suyas, pero, fue demasiado notorio.

—Y sé que quieres una explicación, porque, de repente comencé a actuar así.

El castaño asintió— No te negaré que me pareció bastante extraño.— Comentó— ¿Ocurrió algo?

—No.— Respondió la pelirroja— O digo, sí...—Corrigió— Mejor dicho, no, pero sí.

—¿Cómo?— Preguntó Takato confundido— ¿Si o no?

Rika suspiró— Bueno, sí.— Respondió—Mira, yo...—Respiró profundo armandose de valor— No quería evitarte es simplemente que no me sentía bien, luego de...— Se detuvo y un rubor se hizo presente en sus mejillas— De nuestra cita del otro día.

El castaño alzó una ceja— ¿Por qué?— Preguntó— ¿No te gustó?— La preocupación fue evidente— Fue muy cursi ¿no? No te gustan los picnic y te hostigué.

—¿E? N-no, no es eso.— Respondió la pelirroja— Sí encontraba cursi los picnic, pero, no fue eso lo que me hizo sentir mal.

—¿A no?— Cuestionó Takato— Entonces ¿qué fue?

—Pu-pues...—

Era inevitable sentirse nerviosa ante esto, después de todo, no era algo común de ella.

La pelirroja aclaró su garganta— Mira yo, jamás tuve una relación amorosa anteriormente.— Comentó— Incluso un tiempo me consideré asexual, porque no me sentía atraída a nadie.— Musitó— Jamás sentí algo por alguien de una manera romántica, jamás fui muy cariñosa, ni siquiera con mis amigos. Jamás dí un beso, jamás fuí a una cita, jamás sentí cosquillas en mi estómago al estar cerca de alguien, así como l-lo siento con-contigo.— Aclaró su garganta— Y me siento bien ¿sabes? Nunca pensé que llegaría a sentir algo así y espero que tú sientas lo mismo que yo.

—Pu-pues, claro que lo siento.— Musitó el castaño— He querido demostrartelo.

—Sí y lo he visto.— Habló Rika— Y estoy agradecida, pero...

—¿Pero?

¡Rayos! Esta situación era difícil.

Esto era karma ¿verdad? Por haberse burlado de Takeru e Hikari cunado tuvo oportunidad.

Movió la cabeza, no era momento para pensar en eso.

—El otro día nos besamos y pues, nos dejamos llevar.— Recordó la Nonaka— Y cuando me di cuenta estábamos en una posición que yo...Bu-bueno yo...Jamás es-estuve con...

Apenas pudo hablar la pelirroja por los nervios.

Sin embargo, no fue necesario decir más, ya que, Takato lo entendió todo.

—¡Rayos! Rika, disculpa, yo no quería hacerte sentir incómoda al estar de esa forma.— Musitó arrepentido.

La pelirroja bajó la mirada apenada.

—No pensé, mejor dicho, no fui consciente de lo que ocurría.— Comentó el castaño— Debí haberme dado cuenta que aquello significaba ir muy rápido.

Rika simplemente mantuvo silencio sin saber exactamente que responder.

—Lo lamento.— Takato tomó sus manos y la chica alzó la mirada—Me siento idiota por haber sido tan patán...

—Hey, no lo eres.— Respondió la pelirroja— Y-yo debí haber sido más clara desde un principio.

—Lo has sido desde siempre, el inepto fui yo.— Musitó el castaño— Prometo desde hoy en adelante ir más lento.

—Te lo agradecería en verdad.— Musitó Rika con suma sinceridad— Quiero que esto salga bien y por eso quiero que sepas que yo...—Aclaró su garganta— Pues yo quiero ir lento. Y pues, si algún día llegara a ocurrir.— Cosa que dudaba— No sea algo de lo que me pueda arrepentir.

—Te entiendo.— Comentó Takato— Y lo acepto, yo también quiero que todo en esta relación salga bien. Sin presiones y sin apresurarnos.

La pelirroja sonrió. Era agradable saber que aquel chico la entendía y apoyaba.

—Gracias por entenderme.— Musitó antes de depositar un rápido beso en sus labios.

—Gracias a ti por confiar en mi.


Tomoko se levantó de su escritorio y tomó su bolso, cuanto antes terminara sus labores, antes podría descansar.

Un bosezo salió de sus labios.

En verdad estaba cansada.

Fue así como salió del escritorio y se encaminó a la puerta, justo en ese momento un golpe se escuchó.

¡Toc, toc!

Alzó una ceja sorprendida y abrió la puerta, ante sus ojos apareció el hijo de Keisuke, Takuya Tachikawa.

—Buenos días señora Kimura.

—Buenos días, Takuya.— Respondió sorprendida de ver al chico— ¿Qué haces aquí? ¿Ocurrió algo?

¿Algo? Sí, algo grande.

—Necesito hablar con usted.— Contestó el moreno— Desde el Sábado he querido, pero últimamente siempre que vengo usted no está.

—Lo siento Takuya.— Respondió Tomoko— Pero estuve muy ocupada ayer.

La DEA le pidió unos informes, estuvo casi toda la tarde en la oficina y además, tuvo una visita inesperada en la mañana que la dejó terrible.

—No he atendido a muchas personas la verdad.— Habló la oji-azul— Pero, dime ¿qué necesitas?

—Es algo importante y tomará tiempo.— Musitó Takuya—¿Tiene unos momentos ahora?

—Lo siento, justo iba saliendo.— Contestó la Kimura.

¿Saliendo?

—¿Volverá luego?— Preguntó el castaño.

No podía asegurarlo.

—No lo sé.— Musitó Tomoko y dirigió su mirada a su reloj de pulsera— Tal vez, esté aquí a las seis más o menos.

¿Siete? ¿Siete de la tarde?

—¿No puede antes?

La oji-azul negó.

¡Rayos! Al parecer tendría que esperar más tiempo.

Bueno, ya esperó mucho, podría esperar algunas horas.

—Está bien.— Respondió el moreno— A esa hora vendré a hablar con usted.

Tomoko asintió— Nos vemos.

El moreno asintió antes de salir de la oficina— Que tenga buen día.

—Gracias, igualmente.— Contestó mujer.

Apenas el castaño salió, Tomoko volvió su mirada a su móvil, tenía un mensaje.

(De: Desconocido)
La ave está fuera del nido.

Suspiró.

Tendría que ser rápidamente y sigilosa para sacar la muestra.

Fue así como salió de la oficina en dirección a las escaleras.


Tomoko llegó al estacionamiento donde se encontraba su auto estacionado. Por unos minuntos pensó en pedir un taxi, sin embargo, sería más rápido ir por sus propios medios.

Debía ir a la clínica a dejar la muestra de cabello de Damar y luego tendría que ir a la DEA. Según Anderson, había novedades acerca del caso "3 de Abril"

Justo cuando llegó al estacionamiento un auto verde se detuvo frente a ella y justo de él salió cierta mujer.

¡Oh no!— Pensó la Kimura. Justo la persona que menos quería ver estaba frente a sus ojos— ¡Vaya! Hasta que al fin Rumiko Nonaka se digna a aparecer en este internado.

—Buenos días para tí también, Tomoko Kimura.— Respondió Rumiko molesta—¿Qué haces aquí?— Preguntó— ¿Piensas salir?

—No creo que te interese.— Respondió Tomoko.

—Claro que sí, soy la directora.— Contestó la rubia cruzándose de brazos.

—Ja ¿directora?— Musitó la oji-azul— Vives saliendo, apenas estás en este lugar, no te encargas de los problemas que hay. Dime ¿a eso se le puede llamar directora?

La rubia frunció el ceño— Al menos puedo obtener el título legalmente y no lo perdí por drogadicta.

—¡No soy drogadicta! Esa fue una mentira que Kousei y tú inventaron.— Respondió la madre de Kouji y Koichi— Teibolera barata.

Rumiko apretó el puño molesta— ¿Quién rayos te crees para hablarme así?

—Yo misma.— Respondió Tomoko— Después de todo, a las gatas como tú hay que hablarle así.

En verdad estaba enfadada con ella. Luego de hablar Keisuke en verdad quería golpear a esa mujer.

—Deja de faltarme el respeto.

—Tú me lo faltaste a mi involucrandote con mi esposo.— Contestó la Kimura.

—Él se involucró conmigo.— Musitó Rumiko— Porque no eras suficiente para él. Se aburría contigo en todos los aspectos de su vida.

Tomoko frunció molesta— ¿Y qué? Contigo se divertía, pero de momentos, no se casó contigo, no reconoció a su hija.

—Pero, me permitió tener buen estatus.— Respondió la rubia— ¡Mírame! Estoy al frente de todo esto que un día fue tuyo.

—Por el momento, ya llegará el día en que volverá a ser mío.

—Deja de soñar.— Contestó la rubia— Hoy más que nunca estás lejos de ese sueño ¿y sabes por qué?

Tomoko alzó una ceja— No.

Rumiko sonrió— Porque tu amiguita Natsuko convocó al comité de padres para expulsarte de la dirección.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste.— Contestó la Nonaka— Mañana tendremos una reunión para hablar de tu situación y probablemente serás expulsada de este lugar. Así como lo fuiste hace años cuando Kousei te quitó tu herencia.

No, eso no era posible. Natsuko se lo advirtió, pero no pensó que fuera real.

—Si eso ocurre, tú te hundirás conmigo.

—Claro que no.

—Claro que sí.— Respondió Tomoko— Tengo mucha información en mi poder.

—Que Natsuko puede anular.— Musitó Rumiko.

—Ella no haría eso, después de todo, te odia como yo.

La rubia rió— Sí, pero me necesita.

—¿Para qué?— Preguntó la Kimura.

—No te interesa saber.— Contestó la Nonaka— Lo más importante ahora es quitarte aquí del camino y eso haremos. Así que, prepara tus maletas, porque mañana te irás de este lugar.


Yamato ingresó al restaurante en donde acordó encontrarse con la madrastra de Kouji.

Se mordió el labio inferior, estaba un poco nervioso, mejor dicho ansioso por esto. A continuación, daría su primer paso para recuperar a su hija, Natsumi, a quién tanto tiempo le negaron conocer.

Respiró profundo y se armó de valor para buscar con su mirada a la abogada.

Observó a su al rededor y en una mesa se encontró a una mujer castaña de ojos cafés, anteojos y un elegante traje femenino negro.

La reconoció al instante y sin dudar más se acercó a ella.

—Señora Minamoto.— La llamó cuando estuvo cerca de la mujer, quién al escuchar su voz alzó la mirada.

—Joven Ishida.— Respondió Satomi.

—Gracias por recibirme a primera hora.

—No me agradezcas. — Contestó la castaña— Dijiste que era urgente ¿no?

El rubio asintió.

—Dime ¿qué ocurre?— Preguntó la castaña intrigada.

El Ishida respiró profundo— Usted sabe que hace poco en la fiesta de mis padres supe que tengo una hija con Mimi, la hija de Keisuke Tachikawa.

—Sí, lo sé.— Respondió Satomi— Estuve ahí y es la noticia tendencia, todos hablan de eso.

Yamato hizo una mueca, eso no era bueno.

—Lamentablemente para mí.

—Sí, es una pena.— Comentó la castaña. Apenas eran adolescentes y ya eran señalados por la prensa— Pero, dime ¿por qué me hablas de esto?

—Porque necesito su ayuda.— Respondió el rubio— Verá usted que recién sé de la existencia de mi hija y he estado lejos de ella prácticamente toda su vida desde que nació.

Satomi asintió.

—Desde que supe la verdad he querido acercarme, pero no es posible.

La mujer Minamoto no pregunto, ya se imaginaba la razón: Alice Amano.

—A pesar de ser el padre me han impedido estar cerca de ella y no me gusta esta situación.— Comentó el rubio— Y jamás pensé en llegar a algo legal, pero las situación lo ameritó. Necesito de su ayuda, señora Minamoto, como abogada para poder estar junto a mi hija.

Esta petición no le sorprendió a Satomi, después de todo, era lo mismo que le pidió Mimi. Sin embargo, le impresionó el comentario que vino a continuación.

—Ya que por culpa de Mimi estoy lejos de ella.

—Por culpa de Mimi.— Repitió la castaña— ¿Te refieres a estos años que te ocultó?

—En parte sí, pero principalmente se debe a que ahora mas que nunca estoy atado de manos.— Respondió el rubio— Porque ahora me alejó de ella legalmente.

—¿Legalmente?

Yamato asintió—Y Mimi junto a Alice pusieron una orden de alejamiento.

Satomi alzó una ceja— ¿Qué? — Preguntó sorprendida.

—Lo que escuchó, la madre adoptiva de mi hija en conjunto de Mimi es prácticamente demandarme para alejarme de mi hija. — Respondió el rubio.

La castaña lo observó desconcertada— Disculpa Yamato, pero creo que te estás equivocando.

—¿Equivocado?— Preguntó el Ishida.

Satomi asintió— Es imposible que Mimi haya pedido una orden de alejamiento contra tí, porque ella no es tutora legal de Natsumi, no está bajo su custodia y ante la ley su madre es Natsumi.

—Claro que sí.— Yamato sacó su carpeta y se la entregó— Aquí está.

Satomi alzó una ceja y tomó la carpeta. Efectivamente había una orden de alejamiento— Dice que es de Alice hacia ti, no de Mimi.

—No me sorprendería que Mimi se lo haya pedido.

—Pues a mi me parece extraño que ella se lo pidiera.— Respondió Satomi.

—Son amigas no es extraño.

—Eran.— Corrigió Satomi—¿Acaso no sabes que Alice demandó a Mimi por la custodia de Natsumi?

—¿Qué?— Preguntó el rubio sorprendido.

—Lo que escuchaste, Alice no está en buenos términos con Mimi, al contrario, están en una gran discusión.— Habló la castaña— Alice la demandó y en dos semanas se irán a juicio.

¿A juicio?

—Por la cuestodia de tu hija.


Kiriha observó atentamente su laptop, sin interés de estudiar.

Suspiró.

No estaba de ánimos para esto, tenía sueño, estaba cansado, anoche llegó super tarde y con una borrachera horrible.

Bostezó.

Sin duda, fue pésima idea salir de fiesta un día Domingo.

Movió la cabeza levemente y luego centró su mirada en su laptop. Debía terminar este trabajo.

Fue así como comenzó a teclear.

Sin embargo, no duró mucho así, ya que, su concentración se vió afectada cuando algo, mejor dicho alguien, cerró la pantalla de su laptop.

—Hey ¿qué haces?— Preguntó el rubio molesto y alzó la mirada.

—Buenos días para ti también.— Musitó cierta chica castaña que Kiriha reconoció al instante.

—Nene.— Pronunció su nombre.

—Kiriha.— La chica tomó asiento frente a él.

—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases?

—Se supone.— Respondió la castaña— Pero, mi clase terminó unos minutos antes y quise venir a verte.

—¿Por qué?— Preguntó el rubio.

Nene alzó una ceja— ¿Acaso no te alegra verme?

—Pues...—Kiriha pensó muy bien sus palabras— ¿Debería?— Intentó sonar serio, pero a la vez agradable.

—¡Qué frío!—Exclamó Nene.

El rubio alzó una ceja— Hablando enserio ¿qué haces aquí?

Últimamente eran cercanos, pero no para estar tanto tiempo juntos.

—¿Tanto te cuesta creer que solo quiero charlar?

—Me has rechazado y a la vez ignorado varias veces con tu discurso de "dignidad" que ya no sé que pensar.

—Bueno, de vez en cuando me baja la admiración por tí.— Comentó la castaña— Cosa que deberías aprovechar, ya que pronto acabaré cuando los Teenages Wolves anuncien su separación.

—Aunque no siga en la banda, sigo siendo importante.— Respondió Kiriha.

—Si claro.

—Estás aquí, esa es la prueba.

Nene rió— Ya te gustaría.— Comentó antes de sacar una carpeta de su bolso— La razón por la cual estoy aquí es porque vengo a hacerte un favor.

—¿Un favor?

La castaña asintió y le extendió la carpeta— Vine para darte esto.

El rubio alzó una ceja— ¿Qué es eso?

—Algo que te interesa.— Respondió Nene.

El chico la observó pensativo y un tanto desconfiado tomó la carpeta para leerla.

—¿Qué es esto? — Preguntó Kiriha.

—Es una inversión.

—¿Inversión?— Cuestionó el rubio.

—Para el proyecto que estás intentando sacar adelante.— Contestó la castaña.

¿Qué?

El Aonuma revisó los papeles, era una boleta bancaria con una suma de dinero firmada por el padre de Nene.

—Esa es la cifra que necesitas para completar el capital de tu proyecto ¿no?— Musitó la castaña.

—¿E?— Balbuceo el rubio— S-sí, este es. Pero ¿por qué me la muestras?

—Porque ahora es tuya.

¿Qué?

La sorpresa fue evidente en Kiriha— Es broma ¿verdad?

—¿Broma?— Preguntó Nene— No, no, no lo es.— Dirigió su mirada a la carpeta—El otro hablamos de tu proyecto, me dió curiosidad y le pregunté a Yuu de que trataba. — Respondió— Me explicó que es un proyecto que tienes para levantar la empresa de tus difuntos padres y que él estaba intentando conseguir la ayuda de nuestro padre, pero que este se negaba, así que hablé con él y le pedí que te concediera esta ayuda económica.

—¿Y aceptó?

La castaña asintió.

—¿Cómo? Yo muchas veces intenté hablar con él para eso y fue imposible.— Ni él, ni ningún conocido antiguo inversionista de la empresa de su padre aceptó ayudarlo.

Nene sonrió— Soy la hija preferida de mi padre. — Musitó— Él siempre me consentirá en todo. — Por todos los años de ausencia al dejarla en Estados Unidos soportando a su madre.

—Dudo que lo haya hecho solo por eso.— Comentó el rubio.

—Lo digo enserio.— Comentó la castaña.

El oji-azul alzó una ceja, conocía lo serio que era el padre de Nene, así que esa respuesta no era muy convincente.

—Bueno, bueno, no es eso.— Se rindió la chica Amano—Mi padre quiere que me convierta en una persona "responsable" así que, cuando cumplí dieciocho me dijo que hiciera una inversión en algún proyecto para demostrarle que "soy una mujer de negocios" y puedo llevar su empresa, para no darle la gerencia general a Yuu simplemente por ser hombre. Ya sabes que mi padre no es machista en ese sentido.— Si, el magnate Amano se hizo famoso en Japón por esa característica— Y pues, no quise en ese momento, no estaba interesada en los negocios, pero ahora aproveché esta oportunidad para ayudarte.

El rubio observó atentamente la carpeta y no pudo evitar sorprenderse.

—Quizás, no es mucha cantidad, pero creo que sirve.

—¿Servir?— Cuestionó Kiriha— Esta cantidad abarca el resto que me faltaba.

Con esto tenía el capital necesario, tal vez no para potenciar todo el proyecto, pero si el inicio.

—Bueno, ya lo tienes, puedes hacerlo.

—¿Qué quieres a cambio de esto?

—Nada. — Respondió la castaña, al menos por el momento— Simplemente quise ayudarte, luego de escuchar tu historia no pude evitar querer ayudarte.

—¿Te di pena? — Preguntó Kiriha, odiaba que las personas lo ayudaran por pena.

—No. — Contestó Nene— Solamente quise ser buena persona. — Si, era sorprendente decirlo, pero era verdad. Luego de la conversación que tuvo con Takuya, en la cual este le decía que si seguía por ese mal camino se convertiría en su madre, se dio cuenta que no quería aquello. Al contrario, tal vez hizo malas cosas y quizás era tarde, pero al menos quería intentar cambiar. Probablemente las personas a las cuales lastimó nunca la perdonarían, pero podía comenzar de cero con nuevas personas haciéndoles bien.

Al menos así, limpiaría un poco su mal aura, su mala energía y el karma no sería tan potente con ella. Según las palabras de su profesora de yoga.

—Lo digo enserio ¿qué quieres a cambio?

—¿Por qué tanto te cuesta aceptarlo?

—Porque siempre cuando las personas hacen algo bueno quieren algo a cambio.

—Pues no siempre es así.— Comentó Nene— Al menos no esta vez. Aunque...—Llevó una mano a su mentón— Tal vez una cena, una canción, no sé, algo bonito y especial sería interesante. Así tengo más razones para que las chicas de este lugar me envidien por salir contigo.

—Muy graciosa.— Respondió Kiriha— ¿Con ese caracter quieres volverte empresaria?

—¿Acaso no puedo?— Preguntó la castaña— Si este negocio funciona sería un gran inicio tanto para tí como para mí en los negocios.

—Será un paso pequeño.

—Vale la pena.

—Tenemos probabilidades de fallar.

—¿Por qué tan negativo?— Cuestionó Nene— ¿Sabes? Deberías ir a terapia o a yoga, no te haría mal.

Sí, tal vez, debía considerar la idea.

—¿Y bien?— La chica extendió la mano— ¿Aceptas?

Kiriha observó su mano y sin dudar correspondió al gesto— Acepto.


Admitiré que Estoy muy emocionada por llegar a la Parte III de este capítulo. Por Instagram dije que habría una gran sorpresa que comenzará el último arco de la historia antes de su final.

¡No se lo pierdan!

Respuesta a comentarios:

Mar: Sin duda, Izumi se va a arrepentir, al igual que sus hermanos, pero eso ocurre cuando uno se cierra a sus ideas. Ya veremos si Tomoko alcanza a decirle la verdad, antes de que Izumi cometa alguna locura o Natsuko se salga con la suya. Si, le dolió, pero él es consciente de que ya no puede sufrir por ella, sus sentimientos los dejó ir. Ya veremos si llega alguien a mover el suelo de Takuya y generar celos en Izumi Jajaja empiece de a poco a tomar forma esta situación con Yamato, por idiota sufrirá y morirá de celos jajaja Ojalá recapacite, aunque, aún hay algo. Esperemos que no caiga y vea lo bruja que es esa tipa Jajaja todos esperan ese enfrentamiento de Keisuke y Natsuko jajaja ojalá ocurra. Espero que te haya gustado el capítulo, ojalá que sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.

Adrit126: Jajaja comienza el sufrimiento de Yamato con los celos a más no poder Jajaja todos quieren que Yamato no caiga en la tentación de Nanami. Es como si se colocaran de acuerdo. Sí, lamentablemente nadie sospecha de Nanami, se debe a la amistad que tienen con ella hace años. La única que podría desenmascarla es Nene luego de las palabras que le dijo Thomas y con ayuda de Ryo, pero ya veremos si ocurre Jiji ya veremos si Takuya encuentra a una mujer nueva, sí, Hikari sería buena opción, pero, tienes razón Tk sufriría mucho jajaja Ya veremos que ocurre jajaja Todos también anhelan ese encuentro jajaja estará interesante si ocurre, porque puede que no o tal vez sí, no sé. Espero que te haya gustado el capítulo, ojalá que sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.