¡Atención! Este especial se cita unos meses más adelante del tiempo actual de la historia, traer algunos spoiler y si no entienden algunos detalles es por el contexto previo que no tienen, pero que tendrán en un tiempo más. Sin decir más ¡Feliz navidad!

Género: Romance.

Parejas: Mimato, Taiora, Takari, Takumi, Koumar y Rika.

Personajes: Yamato Ishida y Mimi Tachikawa.


~Una Navidad Improvisada~

Generalmente las celebraciones navideñas entre familia o amigos se planean con anticipación, sin embargo, cuando esta nace del corazón y cariño, incluso un plato de galletas puede ser la mejor navidad del mundo.


Mimi en estos minutos se sentía completamente destrozada.

Era 24 de Diciembre, vispera de navidad.

La noche feliz en la cual las personas celebraban junto a sus familiares la paz, el amor y felicidad de aquella fecha, frente a un árbol gigante de pino con muchos adornos, comiendo algo delicioso, recibiendo o dando obsequios, esperando media noche para abrirlos.

Sin embargo, para ella esa fecha otra triste al no estar con su hija, Natsumi. Y era el doble de triste, porque ahora verdaderamente sus hermanos y ella estaban solos.

Su padre, Keisuke Tachikawa, por su problemas de salud se encontraba hospitalizado en la clínica, el día anterior tuvo una quimioterapia quedando muy débil, tanto así que se descompesó y ahora se encontraba allá, solo, sin visitas, lejos de ellos. Bueno, no había novedad en esto, después de todo, su padre siempre fue distante incluso en celebraciones de este tipo luego que Satoe muriera.

Mimi observó el lugar, como nunca, el internado se encontraba desolado, pocas personas estaban en él, apenas había ruido, tan intenso era el silencio y vacío de aquel lugar que cada movimiento que hacian resonaba en todo el lugar.

Posó su mirada en la mesa donde estaba "cenando" con algunos amigos, entre ellos Sora, sí, la Takenouchi.

Como todos los años, Sora no celebraba esta fiesta, porque su familia paterna era de ascendencia árabe y no realizaba ninguna celebración especial, su madre Toshiko no le hablaba desde que supo la noticia de su embarazo, así que, no tenía un lugar donde ir esa noche.

Hikari y Taichi también se encontraban ahí. Luego de los últimos acontecimientos por el embarazo de la pelirroja, los Yagami no querían ver a su hijo mayor, e Hikari no quería dejar a su hermano y a Sora solos ante esta situación.

Y por último, estaban sus hermanos.

Hizo una mueca al ver la tristeza en sus rostros. Ni Takuya, ni Damar querían admitirlo, pero sabía que ambos estaban sufriendo por la situación de su padre y no era para menos. Si Keisuke moría, los tres quedarían huérfanos, solos frente al mundo de manera definitiva.

Suspiró.

Lo mejor sería intentar subir los ánimos, después de todo, era navidad ¿no?

—¡Vaya! A pesar de no ser una cena navideña la comida tiene buen sabor.— Comentó la Tachikawa.

Las miradas se centraron en ella.

—Sí, la cocinera fue buena onda al hacernos galletas con sabor a jengibre.— Respondió Takuya intentando levantar el humor.

—Hubiera sido genial si hubieran tenido forma de árbol.— Musitó Hikari.

Sí, eso le hubiera dado el toque interesante.

El silencio nuevamente se hizo presente, ninguno estaba de ánimos para hablar de la vida o hacer algo.

—¿Es idea mía o esta noche está más fría que las anteriores?— Preguntó Damar.

Sora asintió— Pensé que solo yo no noté ese detalle.

No era para menos que sintieran frío, estaban en invierno. Mimi hizo una mueca y dirigió su mirada hacia la ventana afuera nevaba sin parar, todo el patio estaba teñido de blanco, apenas se distinguían los árboles.

Suspiró.

Sin duda alguna seria agradable estar frente a una chimenea, sin frío, celebrando esta fiesta con un gran árbol de navidad comiendo un gran banquete, pero lamentablemente no era así.

Esto era lo más alejado a una fiesta navideña.

—Buenas noches.— Una voz familiar llamó la atención de todos los presentes.

Mimi alzó una ceja sorprendida y volteo su mirada hacia la entrada. Abrió los ojos sorprendida al ver al rubio frente a ella, junto a sus hermanos—¿Yamato? ¿Izumi?

—¿Takeru?— Hikari pronunció el nombre del chico.

¿Qué hacian ellos ahí?

La cara de impresión en todos los presentes fue notoria, bueno la sorpresa de casi todos, porque una persona sabía de su llegada.

Los tres rubios se acercaron hacia ellos.

—Buenas noches.— Musitó Izumi.

—Buenas noches.— Respondió Mimi sin entender nada.

¿Por qué estaban ellos aquí? Se suponía que pasarían esta noche junto a Hiroaki Ishida.

—Al parecer su cena no es tan abundante.— Comentó Takeru y dirigió su mirada hacia el plato con galletas que estaban compartiendo.

—No tenemos muchas razones porque celebrar.— Musitó Takuya.

Sí, lamentablemente todo en sus vidas estaba mal.

—¿Qué hacen aquí?— Preguntó Sora sorprendida— Se suponía que pasarían la noche buena con sus padre, como todos los años.

Yamato asintió— Se suponía, pero...

—Yo los llamé.— Interrumpió Damar antes de levantarse— Gracias por venir, sé que tenían su propia celebración con su padre.

—No podíamos decir que no.— Contestó Izumi— Dijiste que era importante la razón por la cual debiamos estar aquí.

Mimi alzó una ceja sorprendida.

¿Por qué su hermana les pidió que viniesen?

—¿Damar? ¿Qué pasó?— Cuestionó— ¿Por qué los citaste?

—Porque, necesito hablar con ellos.— La menor volteo hacia su hermana— Y con ustedes tambié favor, tomen asiento.

Los Ishida obedecieron.

—¿Ocurrió algo?— Preguntó Takeru.

—Tranquilos, no es grave.— Respondió la menor.

Todos la observaron expectantes y a la vez alarmados ante la frase "No es grave"

—¿Estás segura?— Cuestionó Takuya.

—¿Por qué preguntas?

—Porque no siento seguridad en tus palabras.— Contestó el moreno.

Damar rodó los ojos—Lo digo en verdad. No es grave.

—Disculpa sis, pero luego de los últimos acontecimientos todas tus noticias o novedades han sido negativas.— Comentó Mimi.

—En realidad, ninguna noticia o novedad transcurrida en el último tiempo ha sido positiva para ninguno de nosotros.— Musitó la oji-verde.

Lamentablemente era verdad, pero no solo sus noticias eran negativas, también los demás informaban cosas negativas. Era como una maldición que tenían todos en ese lugar.

—Sí, pero esta vez lo digo en verdad, no es grave.— Respondió la menor Tachikawa.

Mimi cruzó los dedos para que fuera real.

—Miren, yo sé que este año ha sido difícil para nosotros.— Habló Damar— Hemos tenido muchos problemas, por un tiempo nos amamos, por otro nos odiamos, discutimos, incluso llegamos a atentar contra los otros.— Hizo una mueca— Y sí, tal vez, aún quedan cosas.— Pasó su mirada por Takeru, Hikari y Takuya— Pero también hemos mejorado otras.— Pasó su mirada por Izumi— Sin embargo, hoy quiero ir más allá, hay una razón por la cual debemos estar bien, al menos hoy y no lo digo simplemente porque "sea navidad" como dicen en las películas cursis. Sino, porque siempre fuimos amigos, estuvimos en la vida del otro por mucho tiempo, siempre hemos sido una familia.—Pasó su mirada por Sora y Taichi— Tal vez, perdimos la confianza por malas decisiones y por mentiras nos separamos.— Mimi sintió que su hermana la observaba junto a Yamato— Pero, al menos por esta noche olvidemos todo ¿si?— Sacó su móvil y tecleo— Porque les tengo una sorpresa.

¿Sorpresa?

—¿Qué sorpresa?— Preguntó Mimi.

—Una inesperada, pero buena.— Damar llevó su móvil a su oreja—Puedes entrar.

Todos observaron a la castaña con curiosidad, sin embargo, esto cambió a sorpresa cuando frente a los ojos de todos apareció una niña rubia de ojos azules.

—¡Tía Mimi! ¡Tío Matt!— Gritó la pequeña antes de correr en dirección a los nombrados.

Todos observaron sorprendidos a la pequeña en aquel lugar, quién ignoró todas las miradas y se lanzó a los brazos de la oji-miel.

—¿Na-natsumi?— Preguntó Mimi sorprendida recibiendo a la chica en sus brazos.

—¡Hola!— Exclamó la pequeña.

Literalmente la impresión fue incluso mayor a la que tuvieron los presentes al ver llegar a los Ishida, ninguno esperaba ver a la pequeña Natsumi en ese lugar luego de todos los problemas que tuvieron con Alice.

—¿Qué hace ella aquí?— Cuestionó Yamato.

—Vine a verlos.— Respondió Natsumi a su pregunta.

—¿E? S-si, pero ¿cómo?— Musitó la oji-miel sorprendida.

—¡Ellos me trajeron!— Exclamó la niña.

—¿Ellos?— Preguntó Takeru— ¿Ellos quienes?

Natsumi señaló la puerta principal donde aparecieron los hermanos Minamoto.

Mimi alzó una ceja—¿Kouji? ¿Rika?— Pronunció sus nombres.

—Buenas noches, feliz navidad.— Musitó la pelirroja.

—¿Qué hacen aquí?— Preguntó Hikari sorprendida.

—¿Y con Natsumi?—Tk completó la pregunta de la Yagami.

—¡Sorpresa!— Musitó Rika— Es un regalo de navidad.

—En realidad es una sorpresa de Satomi.—Comentó Kouji.

—¿Satomi?— Preguntó Mimi.

Rika asintió.

—Mi madre, Satomi, habló con el juez sobre la situación de Natsumi.— Habló Kouji— Le comentó que tú jamás pasaste una fiesta con tu hija, que esta ocasión sería otra más y que lógicamente no sería justo, después de todo, el juez tenía que ser equitativo con ambas partes tanto con Alice, así con ustedes, así que permitió que ustedes pudieran estar con su hija.

—Hasta la media noche.— Comentó Rika.

—¿Enserio?— Preguntó Yamato.

Los Minamoto asintieron.

—Pe-pero ¿cómo?— Habló Mimi incrédula— Y-yo no pensé que fuera posible.

—Mi suegra...—Fue extraño decirlo, pero sí, era su suegra— Es una genia de la vida.— Musitó Damar—Luego le agradeces.

Sin duda alguna le agradecería a su abogada por este regalo.

La Tachikawa bajó su mirada a su hija—Mi pequeña.—Abrazó a Natsumi.

—Princesa.— Izumi se acercó a la pequeña y la abrazó.

—Nos alegra verte.— Takeru también abrazó a la niña.

—¡Hey! No me gustan los abrazos.— Regañó la rubia ante la presión que hacian sus tíos contra ella.

—¡Qué gruñona!— Musitó Takuya.

—Sin duda es hija de Yamato.— Murmuró Taichi.

—Disculpa, estamos emocionados por verte.— Respondió Izumi.

—Sí, muy emocionados.— Respondió Yamato antes de tomar su pequeña mano derecha y besarla rápidamente.

Mimi sonrió ante esto, el rubio pocas veces demostraba cariño, sin embargo, con su hija era diferente. Así como lo era con ella cuando eran novios.

—Feliz navidad princesa.

—Gracias tío Matt.— Contestó Natsumi.

"Tío" Sonaba extraño, pero la pequeña todavía no era consciente que él era su padre.

—Tengo hambre ¡Quiero galletas!— Exclamó la oji-azul.

Todos observaron el plato con galletas que recién comieron, apenas quedaban dos.

—Toma, aquí hay galletas.— Mimi tomó el plato y se lo extendió.

La niña observó las galletas he hizo una mueca— ¡Quiedo con chispas de chocolate!

Yamato hizo una mueca, las galletas eran de maicena.

—¡Y con forma de arbolito!— Exclamó la pequeña— ¡No tiene forma! ¡No es de navidad!

—Exigente la niña ¿e?— Comentó Taichi.

No había dudado que era hija de Mimi.

—Nat, no tenemos más galletas.— Habló Damar.

—¡Pero yo quiero!— Exclamó la pequeña.

—Podríamos ir a comprar.—Habló Takeru.

—¿A esta hora Tk?— Preguntó Hikari— Es veinticuatro de Diciembre está todo cerrado.

El menor de los Ishida hizo una mueca— Mmm...tienes razón.— Bajó la mirada— No tenemos nada que ofrecerle.

Todos intercambiaron miradas ante esto.

—¡Tengo una idea!— Exclamó Izumi— ¿Y si hacemos nosotros galletas?

—¿Qué?— Preguntó Takuya.

—¿Nosotros hacer galletas?— Cuestionó Takeru.

La oji-verde asintió— Tenemos todos los ingredientes en la cocina, harina, huevos, chips de chocolate.— Que Jp guardaba, pero lógicamente omitiría esa información, porque quería olvidar ese momento de su vida— Además, sabemos cocinar.

—Suena bien.— Comentó Hikari, hacer algo fuera de lo común ayudaría a pasar la noche de mejor manera— Yo te ayudo Izumi a preparar las galletas.

—Bueno, vamos.— Respondió Izumi.

Hikari asintió.

—Yo quiero ayudar.— Musitó Takeru.

—Yo también.— Comentó Takuya.

Inevitable fue para los presentes sentirse extrañados porque los cuatro se unieran para cocinar galletas luego de los últimos acontecimientos entre Takuya, Hikari y Takeru.

—No, por favor, Takuya, queremos comer algo delicioso.— Rogó Damar— Y tú cocinas pésimo.

—Hey, no subestimes a tu hermano.— Comentó Hikari— Últimamente ha mejorado en la cocina.

Izumi asintió—Sorprendentemente sí.— Musitó— Takuya cocina mejor ahora, gracias a Kari.

—Ver para creer.— Musitaron Yamato, Taichi y Kouji a la vez.

El moreno rodó los ojos— ¡Ya lo verán!— Comentó antes de dirigirse hacia la cocina seguido de Izumi, Hikari y Takeru— Haré las mejores galletas del mundo.

Mimi simplemente rió y dirigió su mirada a su hija— Mi pequeña ¿tienes frío?

—No.— Respondió la rubia— Esta a la ropa que me dio tío Yama me abriga, junto a estos guantes y este gorro.

La Tachikawa observó atentamente el conjunto de la pequeña, una bufanda con franjas azules y detalles de flores, unos guantes rosa y un gorro verde, cero combinables, pero ¿qué le podía pedir a Yamato? Era hombre y no sabía como vestir a su hija.

Inevitable fue para Yamato recordar aquel día que le tocó estar con su hija y como buen padre quiso abrigarla. Sí, le compró una bufanda, un gorrito y unos guantes para que no le diera frío.

—Está bonito tu atuendo Nat.— Comentó Sora— Aunque, creo que Yamato necesitará unas clases de moda para vestir a su hija.— Le susurró esto último a Mimi.

La Tachikawa asintió.

Natsumi observó el lugar— Este lugar es gigante ¡No tiene adornos de navidad!

Mimi hizo una mueca, no sabía que su hija vendría, sí así hubiera sido hubiera decorado todo el lugar.

—¿No tienen árbol?— Preguntó la pequeña.

—Claro que tenemos.— Respondió Damar.

En la entrada siempre colocaban un árbol de navidad en estas fechas, sin embargo, pocas personas le colocaban atención.

—¡Quiero tenerlo aquí! Porque Santa Claus viene.—Habló Natsumi— ¡Quiero un árbol!

—Está bien, iremos a buscarlo.— Musitó Damar y posó una mano en el brazo de su novio— ¿Me ayudas?

El Minamoto asintió.

—Yo también.— Comentó Rika antes de levantarse y salir junto a la pareja.

—¡Vaya! ¿Es mi idea o todos conscienten a Natsumi?— Comentó Taichi.

Sora asintió, de estar aburridos y sin ánimos ahora estaban todos en acción para brindarle una agradable navidad a la pequeña.

—Vete acostumbrando.— Musitó Yamato.

—Pronto tendrás a tu hijo y tendrás que consentirlo en todo.— Esta vez habló Mimi.

El Yagami dirigió su mirada hacia el vientre de Sora. Sonrió de lado, a pesar de todos los problemas que tenía con su familia estaba feliz por la llegada de su hijo. Por mucho tiempo se sintió pérdido en la vida, cometió muchos errores, hizo promesas falsas, estudiaba sin saber porque lo hacia, no tenía claro su futuro. Mas, ahora todo estaba claro en su vida, daría todo por su hijo.

—Pues claro.— Respondió el castaño— Le daré todo a mi campeón.

—¿Campeón?— Preguntó Sora— Taichi ¡Puede ser niña! No le digas campeón.

—No.—Contestó Taichi— Será niño, estoy seguro.

—¿Cómo puedes estarlo?

—Soy el padre.— Musitó el Yagami— Puedo sentirlo en mi sexto sentido paterno.

¿Sexto sentido paterno?

—Ya comenzaste a hablar tonterias.— Sora golpeo su frente.

—¡Auch! Sora.— Reclamó Taichi.

Mimi y Yamato simplemente rieron.

—Deja de llamarlo campeón ¿si? Y mejor espera a la ecografía definitiva.— Setenció la pelirroja.

—Está bien, está bien.— Respondió Taichi— Esperare a saber que es nuestro bebé.— Acarició su vientre.

—¿Bebé?— Preguntó la pequeña rubia—¿Tienen un bebé?

Mimi asintió— Si.

Los ojos de la pequeña brillaron—¿Dónde? Quiedo vedlo.

—No puedes verlo querida.— Respondió Sora— Está aquí.— Señaló su vientre.

—¿Ahí?— Natsumi se sorprendió— ¿Te lo comiste?

—¿Qué? — Cuestionó Sora sorprendida ante la ocurrencia— No, no me lo comí.

—Entonces ¿por qué está ahí? — Musitó la rubia.

Yamato y Mimi rieron ante la ocurrencia de su hija.

—Nat, los bebés antes de nacer deben formarse y por eso están en el vientre de madre. — Explicó el Ishida.

—¿Yo también estuve en el vientre de mi mami?

Yamato hizo una mueca e intercambio miradas con la Tachikawa.

Natsumi creía que su madre era Alice ¿Cómo explicar en pocas palabras que era Mimi?

—Pues Alice es tu mami, pero no, tú en realidad estuviste aquí.— Musitó Mimi señalando su vientre.

Natsumi observó a la oji-miel— ¿Ahí?

La oji-miel asintió.

—¡Wow!— Exclamó la rubia— No lo recuerdo.

Todos rieron ante la ocurrencia de la niña.

—Eras muy pequeña.— Musitó Yamato— Es lógico que no lo recuerdes. Generalmente nadie lo recuerda.

—¿Y él?— Preguntó Natsumi señalando el vientre de Sora.

—Tampoco lo hará.— Contestó Sora.

—Mmm...—Musitó la pequeña observando el vientre curiosa— Bebé, hola.

Como si el bebé la hubiera escuchado, el pequeño dió una fuerte patada contra el vientre de la Takenouchi.

—¡Ouch!—Exclamó la pelirroja y rápidamente posó una mano en su barriga.

Todos dirigieron su mirada hacia ella.

—¿Qué ocurre Sora?— Preguntó Taichi.

—¿Te duele algo?— Esta vez preguntó Mimi.

—No.— Respondió la Takenouchi— Es solo que pateo levemente.

—¿Pateo?— Musitó la pequeña curiosa observando su vientre.

Sora asintió—Al parecer escuchó tu saludo Natsumi.

—¡Wow!— Exclamó la rubia— De seguro seremos amigos.

—Eso espero.— Comentó la pelirroja.


Takeru observó atentamente los ingredientes frente a él, donde Izumi comenzó a hacer la masa.

—¿Desde cuándo las galletas navideñas tienen chispas de chocolate? — Preguntó Tk señalando el recipiente con chocolate.

—Generalmente no llevan, pero si nuestra sobrina lo pide así será. — Comentó Izumi mientras estiraba la masa de galletas.

Takeru observó atentamente la masa y sin decir más, se dispuso a moldear galletas.

—Hey, Hikari.— Takuya llamó a la chica y lanzó un puñado de harina contra la castaña.

—¡Hey!— Exclamó la castaña— No me lances harina.

—Es mi revancha.— Comentó Takuya— Por la guerra de pintura.

—Eso fue hace tiempo.— Musitó Hikari.

—Sí, pero eso no quita que quiero mi revancha.

—¿Revancha? ¿Estás admitiendo que te gané?— Preguntó la Yagami.

—Tal vez.— Musitó el moreno antes de lanzar otro puñado contra la chica.

Hikari rió y lanzó un puñado de harina contra el moreno. Takuya repitió esta acción, la Yagami también, embarcándose en una guerra entre ambos ignorando a los Ishida.

Izumi hizo una mueca, no quería demostrarlo, pero ver a Takuya tratar tan bien a Hikari la hacia sentir triste, distante y mal consigo misma, ya que, ella pudo estar en su luga, sin embargo, desperdició la oportunidad.

Mientras tanto Takeru intentaba mantener bajo control sus celos.

Sí, era muy extraño estar en esta posición, porque Hikari jamás demostró, mejor dicho, nunca estuvo interesada en otro chico, mas, su atracción por el Tachikawa era palpable, en cierto grado le gustaban sus coqueteos. Después de todo, Takuya no hacia méritos para ocultar su interés por la Yagami.

Respiró profundo.

Tranquilo Takeru. — Pensó para sí mismo, después de todo, él dijo que no la presionaría, le daría su espacio para que aclarara sus sentimientos y escogiera al chico indicado. Aunque, cruzaba los dedos por ser el elegido.

—¿E? Takuya, Hikari.— Izumi llamó a los combatientes— Siento interrumpir, pero tenemos que hacer las galletas.

Ambos voltearon hacia la chica.

—Ups, lo siento.— Se adelantó a responder la Yagami y rápidamente limpió su rostro cubierto de harina— Dinos Izumi ¿qué debemos hacer?

—Tk ya moldeo las galletas, ay que agregarle las chipas.— Repsondió la oji-verde.

Takuya e Hikari se acercaron y se dispusieron a agregar aquellos detalles.

—Mira Kari.— Musitó Tk antes de sacar del estante un fracos— Podríamos agregarle blue berries, tú los amas.

—Son deliciosas las galletas con arándanos, pero creo que le vienen mejor a la ocasión el coco ¿no?— Takuya comentó.

Hikari observó los arándanos y luego el ingrediente que mencionó el moreno— Mmm...pues sí, creo que mejor será un toque de coco en la mezcla.

¿Qué? Pensó el rubio ¿Cómo era posible que incluso en eso le diera la razón a Takuya?

Frunció el ceño.

Tranquilo Tk, tranquilo.— Se repitió así mismo en la mente, sin embargo, era imposible, cada día se sentía en más desventaja con respecto al Tachikawa, eso jamás le ocurrió ¿Por qué ahora le ocurría? ¿Qué tenía Takuya que él no tuviera? ¡Un minuto!

¡Él no era torpe en la cama! ¡No!

Muchas chicas, incluida su propia hermana, estuvieron en sus brazos en cambio él cuando intentó encender las pasiones con Hikari terminó lastimando su oreja y quedando expuesto frente a Rika ¡Rayos! De seguro era eso ¡No!

—¡Pero que rayos estás pensando Takeru!—Movió la cabeza, parecía idiota pensando en eso. Los celos en verdad estaban arrasando con él.

—Mmm...al parecer tenías razón Takuya, la masa huele mejor con el coco.— Comentó Hikari— Incluso la textura se siente diferente.

Tenías razón Takuya.— Murmuró Takeru para sí mismo burlón imitando a Hikari.

¡Debía hacer algo para separarlos aunque sea un segundo!

—Chicos, estaba pensando ¿qué tal si no solos hacemos galletas, sino que también hagamos chocolate caliente?— Preguntó Takuya.

—Suena bien.— Comentó Izumi.

—Sí.— Respondió Hikari— La combinación de galletas y chocolate suena delicio...

—¡Auch!— Exclamó el Tk llamando la atención.

Los presentes voltearon hacia él.

—Hermano.— Izumi lo llamó— ¿Qué sucedió?

—Me corté.— Respondió el rubio y alzó su mano derecha que tenía un líquido rojo.

—¿Te cortaste?— Preguntó Hikari— ¿Cómo?

—Sin querer me raspé con el borde del mueble.— Comentó Takeru y rápidamente posó una servilleta en su mano.

—¡Rayos!— La Yagami se acercó a él— No te coloques eso, se te puede infectar. Ven, vamos a la enfermería. Te haré curaciones.

—Hika, no es necesario.

—Claro que sí.— Respondió la castaña— Vamos.

El rubio asintió y fue así como ambos salieron del lugar.

—Y bien. — Takuya dirigió su mirada a la rubia— ¿Hacemos chocolate?

Izumi asintió.


Mientras en la sala principal.

Damar, Kouji y Rika admiraban el árbol navideño del Internado que se encontraba a medio armar, con polvo, ladeado, sin brillo.

—Este árbol está bastante viejo y tiene cero adornos.— Comentó la castaña mientras tomaba algunas ramas.

Rika asintió— Evidentemente este año nadie tuvo interés de limpiarlo antes de colocarlo.— Movió levemente la estrella y polvo salió de ella.

Kouji asintió— No es para menos, nadie está de ánimos para celebrar luego de todo lo que ocurrió.

Damar y Rika asintieron.

—No creo que a tu sobrina le guste lo pobre que está este árbol.— Comentó la pelirroja— A simple vista se ve que es exigente.

—Como la madre y la tía.— Musitó Kouji.

—Ja, ja, ja muy gracioso.— Exclamó Damar.

Sin embargo, todos sabían que era verdad, Natsumi salió tan exigente como lo eran Mimi y Damar.

—Iré al armario veré si hay algunos adornos que podamos usar, dudo que a Natsumi le guste este árbol tan aburrido.— Comentó Rika.

La castaña asintió— Bueno.

Fue así como la pelirroja se dirigió a las escaleras dejando solos a la pareja del momento.

—Al parecer tanto a Yamato como a Mimi les gustó la sorpresa de Natsumi.— Comentó Kouji.

La castaña sonrió de lado— Sí, creo que sí.— Musitó— Muchas gracias por traerla.

—No me agradezcas.— Respondió Kouji con tal de hacer feliz a su novia haría todo.

Aunque, debía admitir que no se veía muy feliz, al contrario, su mirada estaba apagada.

—Damar.— La llamó.

—¿Sí?

—¿Te sucede algo?

—¿A mí?— Preguntó la castaña.

El Minamoto asintió— Veo que no estás feliz, al contrario, te ves triste.

Damar hizo una mueca— ¿Soy muy evidente?

—No, pero te conozco.— Respondió Kouji—¿Es por tu padre? ¿cierto?

—Me gustaría decir que no.— Contestó la chica— Pero sí, estoy triste por él.

El Minamoto hizo una mueca, ya se imaginaba que lo ocurrido el día anterior le afectó más de habitual, después de todo, Keisuke cada vez se veía más débil, en cualquier momento podía perder la batalla contra el cáncer y morir.

—Sé que no debería estarlo, por todo lo que nos hizo, pero me es imposible no sentirme triste.— Habló Damar.

Kouji asintió— No te culpo. Es lo único que tienes, es entendible que no quieras perderlo.

—Pero, no debería sufrir por eso ¿no? Después de todo, él no siempre estuvo presente, tuvimos problemas, jamás fue un padre amoroso, debería odiarlo, pero...

—Es tu padre después de todo.— Comentó el Minamoto.

La castaña asintió.

—Aunque no estuvo siempre presente, siempre pudiste contar en que en algún minuto llegaría ¿cierto?— Musitó Kouji.

—Sí, pero ahora se puede ir, sin regresar.— Habló Damar— No sé si seré capaz de soportarlo, mucho menos ahora que parecía ir todo un poco "mejor"

El Minamoto se acercó a la chica y la abrazó por la cintura— Sí serás capaz, eres fuerte.

—No me considero fuerte.

—Claro que lo eres, has soportado muchas cosas hasta ahora.— Respondió el oji-azul— Cosas que nadie hubiera logrado sobrellevar en tu lugar.

—Sí, pero esta vez lo siento diferente, creo que si Keisuke muere...—Damar suspiró— No sé si podré soportarlo.

—Tranquila, Damar.— Kouji acarició su mejilla— No pienses en las cosas negativas, piensa en que siempre hay una salida y siempre hemos encontrado la solución a nuestros problemas, esta vez no será la excepción.

—¿Cómo puedes estar seguro?

—Bueno, hasta hace un tiempo llorabas por la injusticia de Rumiko contra tu madre y ahora, mira donde estamos.

Eso era un buen punto.

—Ya verás que todo se solucionará. Tal vez, ahora todo se ve mal, pero todo estará bien al final.— Musitó el Minamoto— ¿O alguna vez me he equivocado?

Curiosamente no.

Damar negó.

—¿Entonces?

La castaña respiró profundo— Tienes razón. Debo confiar en que todo saldrá bien.

Kouji asintió— Exacto.— Rápidamente depositó un beso en sus labios— Y no lo olvides que pase lo que pase estaré contigo.

Damar sonrió, en verdad amaba tenerlo en su vida.

—Bien ¿vamos?— Comentó el chico antes de disponerse a tomar el árbol.

—Hey, espera.— La castaña lo tomó del brazo.

Kouji volteo hacia Damar— ¿Ocurre algo más?

—No, es solo que quiero decirte que me alegra haber regresado a Japón.— Habló Damar— Porque puedo estar contigo y eso me hace feliz.

—¿Qué tanto?— Preguntó el Minamoto.

—Muy feliz.— Respondió la castaña y sonrió— Eres mi mejor regalo, este año.

—Que cursi eres.— Comentó Kouji.

Damar alzó las cejas sorprendida— ¿Enserio?— Se alejó de él y se cruzó de brazos— Bueno, si no te gustan se las iré a dedicar a otra persona.— Comentó antes de alejarse.

—Hey, no.— El Minamoto la tomó por la cintura y la acercó hacia él— Era broma.

Depositó un beso en sus labios que la chica no dudó en corresponder.

—Tú igual eres lo mejor que me pasó este año.— Musitó Kouji cuando se separó unos milimetros.

—¿Junto conmigo hermanito?— Rika llamó su atención y ambos al voltear se encontraron con la pelirroja cruzada de brazos.

Kouji sonrió y volteo hacia ella— Pues claro, hermanita.

Damar también sonrió.

Sin duda alguna para todos fue inesperada la noticia de que Rika era hermana de los gemelos, sin embargo, no significó una decepción, al menos para Kouji, él consideraba pelirroja su hermana desde mucho antes de saber que lo eran.

—Supongo que también fui tu regalo al ser cuñadas.— Musitó la castaña divertida.

—No.—Rika sacó su lengua— Me quitas a mi hermano, eso no me gusta.

—Te odio.— Musitó Damar.

—Yo también a ti.— Comentó la pelirroja.

Y sin decir más, ambas amigas se unieron en un abrazo.

—Por cierto ¿no huelen a quemado?— Musitó Rika.


—¡Takuya las galletas!— Gritó Izumi.

—¡Yo las saco!

—Pero, Takuya...

—No quiero que te quemes, el horno está hirviendo.—Takuya rápidamente acomodó los guantes de sus manos, abrió el horno y sacó la bandeja caliente del horno.

—¡Oh no! Las galletas.— Exclamó la oji-verde—Debí estar más pendiente del reloj y menos de las malteadas.

—No es tu culpa, yo también estaba aquí.

—Sí, pero la encargada de esto era yo.— Comentó Izumi decepcionada ¿Por qué nada le salía bien?

—Hey, no te culpes, ambos estábamos aquí.— Musitó Takuya— Además, debo admitir que están presentables. Se ven comestibles.

—¿Tú crees?— Cuestionó la rubia.

El moreno asintió—Las quemaduras pasan desapercibidas con el toque de chocolate.

—Espero que no opaquen el sabor.

Takuya dejó la bandeja sobre la cocina, retiró un guante y tomó un chip para ingresarlo en su boca— Ahora debemos esperar que se enfrien.

La rubia asintió.

—¿Te parece si avanzamos con el chocolate caliente?— Preguntó el moreno.

—Sí.— Respondió la rubia— Pero antes...—Se acercó a la silla donde estaba su chaqueta y sacó un paquete envuelto con un listón rojo— Quiero darte esto.

Takuya alzó una ceja— ¿Qué es?

—Un regalo para tí.

—¿Me compraste un regalo?

Izumi asintió— Pensaba dartelo mañana cuando regresara.— Bajó la mirada— Pero, aprovecho ahora de entregartelo.

—Pe-pero ¿por qué?

—Por muchas cosas.— Respondió la rubia.

El castaño recibió el regalo en su mano derecha.

—Principalmente yo quiero disculparme.— Izumi suspiró— Bueno, ya me he disculpado, pero a la vez quiero agradecerte, porque a pesar de la forma nefasta en la cual me comporté este año, tú has estado conmigo en las buenas y en las malas. Mientras que yo arruiné todo, tu mejoraste todo para mí en este tiempo, ya sabes, todo el lío con mi madre, todas las tonterías que hice a lo largo de estos años, las drogas...

—No tienes que agradecerme, simplemente hice lo que cualquier conocido y amigo hubiera hecho.— Respondió Takuya.

—Sí, pero tú tenías razones para no hacerlo.— Contestó la rubia— Porque yo simplemente me he encargado de obtener razones para que me odies.

—Esas razones quedaron en el pasado Izumi y lo sabes.— Habló Takuya— Ahora somos amigos.

Izumi bajó la mirada— No sabes lo agradecida y feliz que estoy por serlo. Lo digo de verdad.— Sonrió—Te quiero mucho.

Incluso, ahora podía decir que lo amaba, mucho más que antes de ser novios. Sin embargo, era consciente que esto no era recíproco.

—Y pues...—Continuó hablando— Tal vez, nunca vuelvas a sentir amor por mí.

Porque él mismo lo dijo, dejaría ir sus sentimientos por ella y lo había conseguido.

—Pero, espero que seas feliz con la chica afortunada que sea digna de tener tu corazón.

Okey, dolía decirlo, ahora más que nunca conocía que chico era Takuya. Uno bondadoso, cariñoso, amable, leal y preocupado por todos, incluso por sus enemigos. A nadie le daba la espalda y ella era la prueba de eso. Sino, aún continuaría sumergida en su depresión por las drogas y en esa farsa con Jp.

Suspiró.

—Ojalá Hikari, te haga feliz.— Finalizó. Sin duda era extraño mencionar a la Yagami, la situación era incómoda, después de todo, Takeru era su hermano y también estaba involucrado en su problema amoroso, pero quería que todo saliera bien para el moreno.

Takuya sonrió de lado, nunca escuchó a Izumi hablar con tanta sinceridad— Gracias Izumi.

La rubia extendió sus brazos— ¿Podemos sellar esto con un abrazo de amigos?

El moreno asintió.

Fue así como ambos se abrazaron.


—Creo que aquí hay unas vendas.— Musitó Hikari abriendo el botiquín de la enfermería.

Takeru hizo una mueca y observó su "herida" rogando al cielo que la castaña no se enojara cuando supiera la verdad.

—Sí, aquí hay.— Exclamó la castaña antes de voltear hacia el rubio— Dame tu mano.

—¿E? Hika, no es necesario.— Respondió el oji-azul— Yo puedo vendarme solo.

—No te preocupes, yo puedo hacerlo.

—Pero, es sangre y no es agradable.— Contestó el rubio.

—Tu sabes que no le temo a la sangre.— Hikari se acercó a él— Dame tu mano.

Takeru rió nervioso escondiendo todo su brazo— ¿E? E-en verdad no es necesario.

La castaña alzó una ceja sorprendida ante la negación— ¿Por qué no me das tu mano? Simplemente te quiero vendar.

—E-es que yo...

El rubio no terminó de hablar, ya que la castaña en un rápido movimiento tomó su mano y la "herida" quedo frente a sus ojos.

—¡Un minuto!— Hikari observó su mano, olfateo levemente el líquido— Esto no es sangre Ishida.

—¿Q-qué?— Preguntó el rubio— N-no, claro que es.— Intentó alejar su mano, sin embargo, la castaña rápidamente la sostuvo y pasó su dedo indice derecho por la herida llevando líquido a su boca.

—¿Desde cuando la sangre tiene sabor a fresa?— Cuestionó la castaña.

Takeru hizo una mueca— ¿E?— Balbuceo— Pu-pues...

Hikari se cruzó de brazos y lo observó seriamente.

—¿E?— El rubio rió nervioso— ¿Sabes? Esto tiene una explicación.

—¿Explicación?— Preguntó la castaña— Nunca te cortaste ¿verdad?

—¿E?— Balbuceo Takeru buscando una explicación— Tal vez un poco, pero no cayó sangre.

La Yagami alzó una ceja en señal de interrogación y el rubio se rindió.

—Bien, si, nunca me corté.— Admitió el rubio— Fue simplemente un invento mío para sacarte de la cocina.

—Pero, Tk...

—Lo siento Kari, no soportaba verte con Takuya y pues, no encontré mejor forma que hacer esto para llamar tu atención.

—Takeru no debías hacerlo, en verdad me preocupé por ti.— Comentó antes de comenzar a guardar las vendas en el botiquín.

—Sí, lo sé, pero por favor, entiendeme, ver que juegas y bromeas con Takuya me saca de mis casillas, me hace actuar sin pensar correctamente en las cosas.— Habló Tk.

Era increíble cómo se intercambiaron los papeles, hace un tiempo ella era la celosa, porque Takeru tenía muchas pretendientes, entre ellas a la odiosa de Catherine. Pero, ahora Tk la celaba a ella por tener de pretendiente a Takuya.

—Tk, comprendo absolutamente como te sientes, pero no puedes pedirme que entienda tus celos cuando tú no entendiste como me sentía con respecto a esa francesa.

—Lo sé y lamento mucho que eso haya ocurrido.— Takeru bajó la mirada— Por culpa de mi insensatez.— E ingenuidad— Me alejé de tí y ahora estamos en esta posición.

—No es solo tu culpa, es culpa de los dos.— Respondió la castaña. Lamentablemente ambos eran muy inmaduros para enfrentar una relación, no tenían la experiencia. El amor que sentían era grande, sin embargo, su inseguridad les jugaba una mala pasada por eso necesitaban estar separados, para meditar acerca de sus sentimientos.

—Hikari, y-yo sé que estás confundida.— Habló Takeru— Pero quiero que sepas que yo siempre te amaré y que para mí nunca, jamás, habrá una mujer como tú.— Suspiró— Y sí, ahora estamos separados, dije que te daría un tiempo, pero no puedo dejar de decir que te amo, porque jamás, jamás, jamás dejaré de hacerlo y lo sabes.

La castaña sonrió ante esto, amaba escuchar esas palabras de su amado Tk.

—Tk, no creo que sea lo mejor hablar de esto hoy.

—Es navidad, lo sé, debería controlarme, pero me es imposible. — Comentó el rubio— Pero, entiendeme por favor, siempre me gustó verte sonreír o sonrojar, porque siempre yo era el culpable de aquello, sin embargo ahora no soy el responsable absoluto y pues, ni siquiera fechas importantes como esta me hace sentir feliz si no estoy a tu lado.

La sinceridad en sus palabras fue palpable para la castaña y en cierto modo eran dolorosas para ella.

—Tk, no te negaré que con Takuya me ocurre algo fuerte.— Contestó Hikari.

Dolía escuchar eso.

—Pero siempre te lo he dicho, puede ser que ahora estemos distante, pero yo siempre te tendré un cariño enorme.

—Solo cariño.— Musitó el rubio— Me gustaría escuchar amor, pero creo que es razonable que ya no lo sea.

—No digas eso, digo la palabra cariño, pero tú sabes que engloba mucho más.— Respondió La castaña— Tú eres mi primer amor y siempre serás el amor más grande en mi vida. Yo te amo y siempre lo haré.

Tal vez, por Takuya se sentía atraída, pero con Takeru se sentía completa.


Mimi sonrió al ver a su pequeña armando felizmente el viejo áarbol de navidad del internado junto a Rika, Damar y Kouji. Natsumi se veía feliz, eso era agradable.

A la vez era agradable ver a la pelirroja, Nonaka feliz. A pesar de los últimos acontecimientos, su humor se mantenía alto, evidentemente saber la verdad de sus hermanos ayudó en gran medida a sobrellevar la triste situación que estaba viviendo frente a su madre.

—Mimi.— Una voz que reconoció al instante llamó su atención.

Al voltear se encontró con el padre de su hija.

—¿Podemos hablar unos minutos?— Yamato le preguntó a Mimi.

—¿Hablar?— Cuestionó.

El rubio asintió— A solas, por favor.

¡Oh no! ¿Ahora qué?

—¿Ocurrió algo?— Preguntó la castaña.

—No.— Respondió el rubio— Es simplemente una pequeña conversación que quiero tener contigo.

Mimi se mordió el labio inferior nerviosa, no quería ser desconfiada, pero últimamente las cosas estaban muy cambiantes entre ellos, prácticamente del rubio podía esperar cualquier cosa, tanto buena como mala.

Respiró profundo y sin decir más, se levantó de su lugar para salir del comedor junto al Ishida, quién se veía bastante calmado, como siempre.

—Bien.—Musitó la castaña cuando estuvieron solos— ¿De qué quieres hablar?

El rubio respiró profundo, tal vez no lo demostraba, pero en verdad estaba nervioso. Quería aprovechar esta fecha especial para arreglar sus problemas con la Tachikawa.

—Mira, yo sé que tuvimos un año difícil, como dijo Damar, nos amamos por un momento, nos odiamos por otro, básicamente tuvimos una montaña rusa de emociones.— Musitó el rubio— Sin embargo, más allá de todo lo que ocurrió quiero que sepas lo importante que eres para mí, como persona, como amiga, como exnovia y sobretodo como madre de mi hija.

Fue así como sacó de su chaqueta una caja pequeña color azul con un moño verde.

—Toma.

Mimi alzó una ceja— ¿Qué es esto?

—Un regalo.— Respondió el rubio— Feliz navidad.

La castaña observó sorprendida el regalo, no esperaba que el rubio le diera uno en estas fechas luego del mal año que tuvieron, incluso en sus planes no estaba estar esa noche con él, después de todo, cada quién tenía su vida separada del otro.

—Espero que te guste.— La voz de Yamato la sacó de sus pensamientos.

Fue así como Mimi recibió el pequeño obsequio y abrió la caja dejando ver una cadena color plata con una letra "N" con bordes dorados.

Mimi alzó una ceja sorprendida— ¿Una cadena?

—Anteriormente te dí una cadena con mi inicial que ahora está en poder de Natsumi.

La Tachikawa asintió.

—Y yo...—Yamato sacó su llavero— Tengo tu inicial.

La castaña alzó las cejas sorprendida, por un momento pensó que Yamato se deshizo de ese obsequio.

—Cuando nos dimos estas letras fue en representación de los dos, la M significabas tú y la Y significó yo.— Habló el oji-azul— Y pues, no quería dejar fuera a nuestra hija de esta representación.

Mimi sonrió conmovida.

—Espero que te guste.— Musitó Yamato.

¡Pues claro! ¿Cómo no le iba a gustar? Era la inicial de su hija y además, era un obsequio de aquel chico que tanto quería.

—Sé que este año las cosas no estuvieron bien entre nosotros.— Habló el rubio— No reaccioné bien cuando supe la verdad, te culpé, fui muy insolente contigo no te quise escuchar y...

—Eso es pasado.— Mimi lo interrumpió— Ya no importa.

—Sí, pero eso no quita que me sienta culpable, ya que debí escucharte.— Musitó Yamato— Y no prejuiciarte como lo hice.— Bajó la mirada— En verdad lo lamento.— Suspiró— Sé que esa cadena no hará que me perdones por lo imbécil que soy, pero espero que lo tomes con agrado.

La Tachikawa jamás espero escuchar esas palabras del rubio, todos lo conocían por su orgullo y cero arrepentimiento ante la cosas.

—No negaré que eres imbécil.— Declaró sin más— Me hiciste sufrir bastante.

El rubio se mordió el labio inferior ante esta declaración, siempre se arrepentiría por haber actuado así.

—Pero, ya es pasado.— Mimi tomó su mano y Yamato alzó la mirada sorprendido— Y esta cadena significa mucho más de lo que crees.

—¿Enserio?

La castaña asintió— Lo tomaré como un nuevo inicio.

Yamato sonrió ante esto, era bueno escuchar esas palabras por parte de la castaña.

—Lamento no tener un regalo para darte de regreso.— Musitó la Tachikawa.

—No te preocupes.— Respondió Yamato— El regalo ya me lo diste.— Sonrió— Y es el mejor regalo que recibí en mi vida.— Su princesa— Natsumi.

Inevitable fue para Mimi emocionarse ante esa declaración, unas lágrimas aparecieron en sus ojos y no demoraron en caer por su rostro.

—Gracias a ti también, después de todo, Nat es de los dos ¿no?

Yamato asintió.

Francamente, el mejor regalo que ambos tenían en esos minutos era su hija.


Y así fue como en menos de lo esperado todos estaban comiendo galletas y bebiendo un delicioso chocolate caliente.

—¡Mmmm! Estas galletas están deliciosas.— Comentó la pequeña rubia.

—¿Te gustaron?— Izumi le preguntó a su sobrina?

Natsumi asintió— Cocinas delicioso tía Zoe.

La oji-verde sonrió— Me alegra que te hayan gustado.

—Generalmente no doy cumplidos, rubia, pero debo admitirlo, están muy ricas tus galletas.— Rika le le habló a Izumi.

—¡Hey! Yo también ayudé.— Exclamó Takeru— ¡Agradéceme a mi también cabeza de pitahaya!

—Sigue soñando.— Musitó Rika.

Todos rieron.

—Hablando enserio, las galletas están deliciosas.— Comentó Damar.

Kouji asintió y volteo hacia su novia—Hey, te quedó un poco galleta ahí.

—¿A sí?— Preguntó la chica.

Era un poco, casi nada, fue así como pasó su dedo pulgar derecho sobre sus labios y luego depositó un rápido beso.

—¡Hey, hey!— Takuya regañó— Distancia.

Damar rodó los ojos— ¿Celos? ¿Otra vez?

Ni siquiera en un día como ese su hermano evitaba actuar así.

—No me culpes, que haya aceptado su relación no significa que soportaré ver esas muestras de cariño entre ustedes, aún es doloroso para mí saber que mi mejor amigo se involucró con mi inocente hermana menor.— Dramatizó Takuya.

—¿Inocente?— Rika rió.

Damar ante esto se sonrojó a más no poder.

—Esta chica es todo, menos inocente.— Comentó la pelirroja— En algún minuto le dará un primo a Natsumi y a mi un sobrino.

—Rika.— Kouji regañó a su hermana totalmente avergonzado por este comentario.

—No me regañes, hermanito, tú bien sabes que digo la verdad.— Musitó la pelirroja.

—¡Cállate!— La menor de los Tachikawa le dió un golpe con el codo a su amiga.

—¡Auch!— Regañó Rika— Simplemente digo la verdad.

La mayor de los Tachikawa rió ante esto—No estaría mal.— Comentó— ¿Sabes? Quiero ser tía.

—¿Tú también me vas a molestar?— Damar le preguntó a su hermana.

—Obvio, Natsumi necesita alguien con quién jugar.—Bromeo la oji-miel.

—¡Sobre mi cadáver!— Exclamó Takuya.

—¡Ay vamos! ¿No te gustaría tener más sobrinos?—Musitó Mimi.

—No.— Respondió el moreno.

No quería que sus amigos se aprovecharan más de sus pobres hermanas. Si algún día Mimi volvía a quedar embarazada de Yamato, lo golpearía por las dos veces que le faltó el respeto a su melliza.

—¿Y por qué mejor no le dan un hermanito?— Damar preguntó.

Yamato y Mimi se sonrojaron a más no poder ante este comentario.

—¿Q-qué?— Balbuceo el rubio.

—¡Si! Yo quiero otra sobrina.— Comentó Izumi.

—O sobrino.— Musitó Takeru.

—No digan tonterías.— Exclamó Yamato.

—¿Por qué no?— Preguntó la oji-verde— Natsumi sería feliz con hermanitos.

—¿Hemanito?—Cuestionó la rubia.

—Sí, un hermanito, ya sabes, otro pequeño como tú para jugar.— Zoe le habló a su sobrina.

—¿Para jugar?— Los ojos de Natsumi se iluminaron ante esto—¡Sí! Quiero alguien para jugad.

Yamato y Mimi intercambiaron miradas, justamente hace un tiempo entre copas, bailes y risas terminaron más juntos de lo que deberían, sin embargo, no tenían intenciones ni en ese tiempo, ni ahora en dar a luz a un bebé.

—Ya escucharon.— Comentó Tk burlón.

—No, no, no y no.— Musitó la oji-miel— No estamos en tiempo de tener más hijos.

Su figura demoró en volver a su lugar, su peso, su busto, todo en general, necesitaba tiempo. Además, era joven y quería darle a Natsumi todo el tiempo que anteriormente no le pudo dar.

—Concuerdo, tiempo al tiempo.— Respondió Yamato. Como si hubieese leído su mente dijo lo siguiente—Ahora lo importante es Natsumi.

—Además, primero debe tener un primo y luego un hermano.— Sentenció Mimi.

—¡No es justo!— Musitaron Damar, Izumi y Takeru a la vez.

—De preferencia tú.— Rika le comentó a su mejor amiga— También quiero ser tía.

La castaña rodó los ojos— Te odio.

—Hermano, no te hagas del rogar ¿si?— Comentó Tk— Un sobrino, solo debes hacer la tarea una vez, piensa que no estuvimos en su nacimiento, no vimos sus primeros pasos, ni nada de eso.

—Bu-bueno, el nacimiento de otro bebé no ocupará el lugar de aquello que no.— Musitó el rubio— Y hablando de nacimiento.— Volteo hacia su amigo—Taichi está bien callado, al parecer le gustaron las galletas.— Musitó intentando desviar la atención de las bromas.

Todas las miradas se centraron en el castaño, quién en todo el momento se dedicó a solo comer galletas.

—Como siempre, comiendo.— Musitó Yamato— Cada vez que te veo Yagami tienes algo en la boca.

—No me molestes Ishida.— Exclamó Taichi— No es mi culpa comer mucho, desde que Sora está embarazada tengo antojos.

—¿Antojos?— Comentó el rubio— No confundas tu glotonería con antojos del embarazo.

—Al paso que va, en breve Taichi parecerá quién lleva al bebé y no Sora.— Musitó el rubio burlón.

—Sin duda.— Musitó Sora y todos rieron.

—¡Hey no te rías de mi, Ishida!— Exclamó el castaño antes de acercarse a la pelirroja y acariciar su vientre.

—Por cierto ¿para cuando tienes fecha Sora?

—Me dieron fecha para Abril.— Respondió la pelirroja— Falta tiempo.

—Ojalá pasen rápido esos meses.— Comentó Hikari— Ya quiero tener a mi sobrino en mis brazos.— Replicó la acción de su hermano y acarició su vientre.

Solo rogaba que de aquí a esa fecha los problemas con sus padres se solucionaran.

—¡Hey! ¡Ya terminé las galletas!— Natsumi llamó la atención de todos.

—¿Tan rápido?— Preguntó Yamato sorprendido.

—Tenía hambre.— Contestó la pequeña— Como rápido.

—Eso me recuerda a alguien.— Takuya dirigió su mirada a Izumi.

Mimi limpió con una servilleta el labio de su hija— ¿Quieres más galletas?

—Después.— Respondió Natsumi— ¡Ahora quiero cantar!

—¿Cantar?— Preguntó Izumi.

La rubia asintió— Amo cantad como tía Mimi y tío Matt, quiedo cantad.

Yamato se dirigió a su hija— Está bien, yo feliz canto contigo, pero ¿qué quieres cantar?

—Solo quiedo amate.— Respondió la rubia.

—¿Solo quiero amarte?— Preguntó Mimi— Pero, esa no es una canción navideña.

—No, pero me gusta.— Contestó Natsumi— Tío Takeru me la enseñó ¡Cantemola todos!

—¿Todos?— Cuestionó Izumi sorprendida.

—¡Si! ¡Todos!— Exigió la pequeña.

Todos intercambiaron miradas, en verdad se parecía a Mimi.

—Okey, okey, okey cantemos.— Habló Damar.

—Lo siento, pero a mi no me gusta cantar.— Musitó Taichi.

—Bueno, si quieres ser el padrino tendrás que obedecer a la petición de tu ahijada.— Comentó Yamato.

—¡E! ¿Así que oficialmente lo soy?— Preguntó el Yagami, quién hace semanas junto a Sora se internaron en una lucha a muerte con sus demás amigos y hermanos para ser los padrinos de Natsumi.

—¡No es justo!— Recriminó Takeru— Yo vengo luchando hace más tiempo por serlo.

—Yo también.— Respondió Takuya.

—¡Hey!— Izumi alzó la voz— ¿No van a discutir por eso ahora, o si?

—Zoe tiene razón, no es momento para ese tipo de debate.— Musitó Hikari.

—Ahora lo importante es consentir a Natsumi.— Comentó Damar— Así que, cantaremos todos.

—¡Si!— Exclamó la niña antes de subirse a la silla— Cantemos.— Movió sus manos— Uno, dos, tres...

Si tú lo deseas puedes volar

Solo tienes que confiar mucho en ti

Y seguir puedes contar conmigo te doy todo mi apoyo

Si tú lo deseas puedes volar

Si tú quieres el cielo alcanzar y las estrellas tocar oye

Si tú lo deseas puedes volar

Solo tienes que confiar mucho en ti

Y seguir puedes contar conmigo te doy todo mi apoyo

Si tú lo deseas puedes volar si tú quieres

El cielo alcanzar y las estrellas tocar

Oh mi amor

Mimi sonrió.

Tal vez, no estaban comiendo un gran banquete, no había un árbol gigante con mil adornos como a ella le gustaba, ni siquiera habían regalos, después de todo, era una cena navideña improvisada. Mas, era la mejor que tuvo en su vida, porque estaba con las personas que más amaba en el mundo, sus amigos, sus hermanos y su hija, basícamente...

Su familia.


+Finalmente, saldé mi deuda del año pasado, dije que haría un especial y en ese entonces no tenía mucha inspiración, sin embargo, ahora tuve la inspiración, porque la historia está más avanzada. A pesar que estuve con mucha presión de la U no me rendí con este especial, literalmente lo comencé a escribir con un mes de anticipación.

+Estuve muy tentada a colocar a Nene y Kiriha en esta mini-historia, como ya saben, estoy obsesionada con esa pareja, sin embargo, corría el riesgo de dar muchos spoiler (Porque ambos son una pieza fundamental en esta historia) Así que, decidí dejarlo entre nuestras parejas principales: Mimato, Taiora, Takari, Takumi y Koumar, lógicamente no iba a dejar a Rika fuera. No sé si lo han notado, pero es mi personaje favorito.

+Espero que les haya gustado este especial (Sí no les gustó, también lo entendería, es primera vez que escribo un especial de este tipo), trae leves spoiler, pero no tantos.

+Sin más que agregar quiero desearles una ¡Feliz navidad a todos mis lectores!