Mimi frunció el ceño y apretó su puño completamente enfadada al ver a aquellos rubios tras la gran planta que adornaba el lugar.
¿Por qué rayos estaban aquí? ¿Por qué rayos Yamato le lanzó esa bandeja en la cabeza a Michael? Quería arruinar su cita ¿verdad? ¡No se lo iba a permitir!
—¡Regresé!— Musitó Michael tomando asiento en su puesto—Lamento la demora.
—No te preocupes.— Respondió Mimi— ¿Estás bien?
—Sí, gracias al cielo no era algo caliente.— Comentó el rubio— Se ensucio un poco mi ropa, es lo de menos.
—Me alegra escuchar eso.
—Y bien ¿continuamos con nuestra cita?
—Pues claro, no dejemos que unos tediosos incidentes la arruine.— La Tachikawa depositó su mano sobre la mano del rubio.
Michael sonrió.
—Su cita continua ¿e?— Musitó Takeru.
Yamato frunció el ceño.
¿Qué debía hacer para que su cita terminara?
¡Esto era un suplicio!
—Creo que el destino en verdad no está de mi lado.— Comentó Michael— ¡Finalmente tengo una cita contigo! Y ocurre esto.
No era el destino, era el idiota de Yamato. Sin embargo, no se lo diría, quería continuar junto con él.
—No importa lo que quiera el destino, yo quiero tener esta contigo.— Musitó Mimi.
Era bueno escuchar eso. Aprovecharía al máximo esta oportunidad.
—¿Te acuerdas cuando nos conocimos?— Preguntó el rubio.
Mimi sonrió y asintió— Aun recuerdo como todas las chicas de la secundaria casi me matan por ser tu amiga.
—Tenían celos.— Comentó Michael— Lástima que jamás hubo razones.
—¿Lástima?
El rubio asintió—Me hubiera gustado que aceptaras ser algo más que mi amiga. Creo que era obvio que estaba interesado en ti.
—Lamento no haberme dado cuenta.— Musitó Mimi— Y de verdad lo digo.—Se acercó a él— Eres super guapo ¿sabes?.— Acarició su mejilla— Y caballeroso.
Michael sonrió— Ojalá todo eso hubiese válido para conquistarte.
—En ese minuto tal vez no, pero ahora tú bien sabes que mis gustos han cambiado...—Lo observó de frente— Tu siempre me apoyas, estás conmigo y eso lo valoro mucho.
—¿Cuánto?
—Bastante.
—¿Del uno al diez?
—No te daré número, mejor te lo demuestro.— Musitó antes de tomar al chico por la camisa y depositar un beso en la comisura de sus labios.
Y en ese minuto literalmente Yamato explotó.
—¡Se están besando!— Exclamó Takeru.
¡Rayos! ¡Debía interrumpir!
Mientras en el Internado.
Izumi se encontraba junto a su nuevo "interés amoroso" comiendo un bocadillo.
—La fiesta de anoche estuvo increíble.— Musitó Jp.
—Sí.— Musitó la rubia fingiendo una sonrisa.
—¿Cuál tu parte favorita?— Preguntó el castaño.
—No tengo una en particular.—Respondió la oji-verde.
—Yo sí.— Comentó Junpei antes de abrazarla por la cintura y acercarse— Amé pasar esta noche contigo.
Izumi intentó disimular su disgusto, sin embargo, fue difícil. Jamás pensó que haría esto.
Su madre le dijo que debía ser "cariñosa con el Shibayama" Literalmente haciendo mención a ese tipo de seducción, dejando de lado su discurso de "niña con buena moral" para que prácticamente se prostituyera con Jp.
Lo hizo y...No se sentía orgullosa. No fue agradable estar entre sus brazos. No porque fuera inexperto, sino porque se sentía triste por jugar con alguien como él.
El castaño acercó su rostro al de ella—Podríamos repetirlo.
—¿E?— Izumi dirigió su mirada hacia su plato— Mmm...está deliciosa la comida, dime ¿te gustó la cena?
Junpei llevó su mirada hacia la comida— Está delocioso el curri.— Alzó su plato— ¡Lástima que ya lo acabé!
Este chico comía bastante rápido, aunque no podía criticar esto último, ella era igual.
—Me dio un antojo dulce.— Comentó Jp—Iré a buscar mis chocolates.
—¿Chocolates?— Preguntó la rubia.
El castaño asintió— Una barra que guardo sigilosamente en el refrigerador.— Respondió— Te traeré un poco.— Musitó antes de levantarse de su asiento y caminar en dirección a la cocina.
Probablemente en otro momento lo recibiría con agrado, ya que el chocolate siempre lograba endulzar su vida, mas, esta vez necesitaba otra cosa.
Introdujó sus manos en sus bolsillos y sacó una pequeña bolsita que lamentablemente estaba vacía.
¡Rayos! Necesitaba más.
Hizo una mueca, alzó la mirada, a lo lejos divisó a cierto chico de cabello gris. Fue así que se levantó de su puesto y se encaminó hacia él.
—Ryouma.— Lo llamó.
Este alzó la mirada sorprendido— ¿Me hablas a mí?
—¿A quién más?
—¡Wow!— Exclamó con fingida sorpresa el peligris—¿Qué quiere la reina rubia del internado?
Izumi rodó los ojos—Quiero más sustancias.
Ryouma alzó las cejas sorprendido ante esta respuesta— ¿Sustancias? ¡Wow! No me digas que te gustó.
La rubia se cruzó de brazos— Por algo te estoy pidiendo ¿no?
El peligris sonrió, era bueno tener una clienta más en su negocio. Fue así como tomó su mochila, por debajo de la mesa abrió el cierre y sigilosamente sacó una bolsita.
—¿Cuánto es?
—Este negocio funciona con dólares.— Respondió Ryouma— Dos dólares los 15 gramos.
—¿Dos dólares por tan poco?— Cuestionó la rubia.
—¡Claro!— Contestó el peligris— Este negocio tiene muchos proveedores que merecen una parte de esos dos dólares.
Izumi rodó los ojos y suspiró. Comprar estas cosas le saldría caro, tenía pocos dólares, así que tendría que cambiar rápidamente dinero, aunque, la situación de su familia no le permitiría comprar mucho.
Rápidamente sacó unos billetes de su billetera y se los entregó al chico para luego recibir la bolsita.
—¡Disfrútalo!— Exclamó el chico.
—Se puede saber ¿qué rayos está ocurriendo aquí?— Una voz interrumpió el beso cuneteado de Mimi y Michael.
Ambos se alejaron y al voltear se encontraron cierto chico rubio de ojos azules que no los observaba con buen rostro.
—Yamato.— La castaña pronunció su nombre sin interés.
—Mimi.— Yamato dirigió su mirada seria hacia la chica y luego una fulminante hacia el rubio junto a ella.
—¿Qué rayos haces aquí?— Preguntó Mimi.
—¡Eso debería preguntarte yo a ti!— Respondió Yamato— ¿Qué haces besándote con este idiota?
—¿Idiota?— Repitió Michael— ¿Quién rayos te crees que eres para llamarme así?
—No debo ser alguien importante para hacerlo.— Musitó el Ishida y dirigió su mirada hacia Mimi.
—¡Claro que no! ¡No lo conoces!— Respondió la Tachikawa.
Yamato simplemente rodó los ojos y dirigió su mirada hacia Michael— ¡Vete! Quiero hablar con ella.
—¡No me iré a ningún lado!— Contestó el estadounidense.
—¡Pues tendrás que hacerlo!— El Ishida apretó su puño—Por las buenas o por las malas.
Michael se levantó de su asiento—¡Olvídalo!
¡Rayos! Pensó Mimi. Rápidamente tomó la mano de su acompañante, no quería involucrar a Michael en problemas, conocía al Ishida y lamentablemente era muy agresivo cuando se enojaba.
—Mike, yo soluciono esto.
—Pero, Mimi, este idiota...
—Tranquilo, no me hará daño.— Respondió la castaña— Sé defenderme.
Michael observó con desconfianza a la castaña y luego al Ishida.
—¡Ya la oiste! ¡Vete!— Exigió Yamato.
Michael apretó su puño, mas, Mimi posó su mano sobre él tranquilizandolo.
—Mike, no te preocupes, yo me encargo de esto.
El rubio dirigió su mirada hacia y ella luego de una mirada intesa, suspiró resignado.
No quería darle problemas.
—Cualquier cosa me llamas.
Mimi asintió.
Fue así como el rubio le dirigió una última mirada airada al Ishida y luego se alejó del lugar dejando a solas a los padres de Natsumi.
—Ahora estamos solos.— Musitó Mimi.
¡Menos mal! Pensó Yamato, no soportaba ver el rostro de ese patán.
—Respondeme ¿qué haces aquí con él?
—¿Con que derecho me preguntas?
Yamato frunció el ceño— ¿Están en una cita?
—No creo que te interese saber.— Comentó la Tachikawa— Sobre todo luego de lo que hiciste, simplemente has arruinado mi salida con él.
—¿Enserio creíste que te dejaría con él como si nada?
El Ishida apretó el puño ante esto.
—Pues deberías.
—¡Olvídalo!
Mimi frunció el ceño molesta.
¿Por qué actuaba así? ¿Por qué le recriminaba por estar con Michael? No era primera vez ¿Qué tenía en contra de su amigo?
¡Un minuto!
Una idea loca vino a su mente, mas, no quiso, mejor dicho se negó a creerla.
Esto no era posible ¿o si?
¿Yamato estaba celoso de Michael?
No, no era posible ¿o si?
—¿Es mi idea Yamato o estás celoso?— Preguntó Mimi.
—¿Ce-celoso?— Cuestionó el rubio— ¡No, claro que no!
—Entonces ¿por qué te enoja que esté con él?
—P-por...porque...—Intentó buscar una excusa rápida.
La Tachikawa lo observó expectante.
—¿Qué no es obvio? me preocupa que salgas con desconocidos.— Respondió el oji-azul— Eres la madre de mi hija ¿no?
—Pensé que no te importaba ese detalle.— Comentó la Tachikawa.
—Bu-bueno, debe importarme algo ¿no?— Musitó Yamato.
—No necesito que te preocupes por mí.— Respondió Mimi— Michael no me hará daño, lo conozco bien.
—Yo no.— Contestó el rubio— Apenas lo conozco, no sé como es, ni que intenciones tiene contigo.
—Las mejores.— Musitó la Tachikawa— Michael es un excelente chico, no debes desconfiar de él.— Se cruzó de brazos— Incluso, podría decir que es mejor persona que tú. Ya que simplemente te encargas de recriminarme mis erróres.
Yamato hizo una mueca, tenía razones para hacerlo, mas, no respondería de esa forma.
—Mimi, que tengamos problemas entre nosotros no te da la libertad para involucrarte con el primero que se te cruce.
—¡Perdón!— La Tachikawa alzó la voz— ¡No me vengas a tratar como una zorra! ¡Porque no lo soy!— Reclamó— Y no me vengas a pedir que no lo haga, tú no eres quién para pedirme o reclarme esto, porque te involucraste con todas las chicas del internado luego que me fui a Estados Unidos.
—E-esa es otra historia, fue diferente.
—¿Diferente?— Cuestionó Mimi— Tú bien sabes que no ¡Y ya deja de reclamarme y de arruinar mi cita!
—Pues no, no te dejaré en paz hasta que alejes de ese chico.— Yamato se cruzó de brazos.
La castaña frunció el ceño— Bueno, si no quieres irte por las buenas...—Tomó un plato de comida que se encontraba en la mesa de al lado— Te irás por las malas.— Fue así como lanzó el currí y el arroz contra el Ishida.
—Pero ¿qué rayos haces?— Preguntó Yamato.
—¡Para que me dejes en paz!
Rumiko observó atentamente su móvil sin mucho interés. Estaba agotadísima, jamás pensó que luego de muerte de Tomoko tendría que lidiar con tantas cosas, no solo tuvo que cubrir su escena del crimen, sino que también tuvo que tomar las riendas completas del internado.
Necesitaba un descanso, sin duda.
La puerta se abrió de golpe sacando a Rumiko se sus pensamientos. En el lugar ingresó un chico de cabello negro azabache.
—Directora Rumiko.
La rubia se levantó de su asiento— Koichi.— Pronunció su nombre— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué entras sin pedir permiso?
—Necesito hablar con usted.
—Esa no es forma de entrar ¿sabes?— Habló la rubia.
—Lo siento, pero es importante.— Respondió el Kimura.
—¿Qué puede ser tan importante para que te comportes así?— Era inusual por parte de Koichi ser agresivo o alzar la voz, siempre fue calmado.
El Kimura asintió— ¿Ustedes fueron amantes?
—¿Amantes?— Cuestionó Rumiko— N-no, no es posible. Él y yo solo somos amigos.
—Ahora, pero tuvieron una hija.— Respondió el oji-azul.
—No sé que rayos hablas.— Musitó la rubia— Debes estar equivocado.
—No estoy equivocado, yo sé que mi padre tuvo una amante y por eso se divorció de mi madre.— Comentó Koichi recordando el secreto que su abuela le contó tiempo antes de morir y que por años guardó.
La rubia alzó una ceja— Pero ¡Qué tontería!— Exclamó— Kousei jamás haría algo como eso.
—Yo sé muy que sí.— Respondió el Kimura.
—Bueno, aunque así fuera ¿por qué crees que yo fui su amante?— Cuestionó Rumiko— Satomi es su nueva esposa ¿no? Deberías desconfiar de ella.
—Tengo muchas razones de desconfiar de usted.— Respondió Koichi.
—¿A sí?— Preguntó Rumiko— ¿Cuál?
—Esto.— Koichi depositó un sobre en la mesa.
La Nonaka alzó una ceja—¿Qué es eso?
—Un exámen.
—¿Exámen?— Preguntó Rumiko— ¿De qué?
—De ADN.— Respondió Koichi.
¿Qué?
—De Rika y mío.
Pero ¿qué rayos?
—¿Por qué tienes un exámen de ADN de ustedes dos?
—¿No se imagina la razón?— Cuestionó el Kimura.
La rubia alzó una ceja— ¿Debería?
Koichi apretó sus dientes y guardó silencio por unos segundos.
Respiró profundo intentando controlar su ira, no quería ser falta de respeto, ni tampoco agravar la situación por su carácter.
—Usted más que nadie debería saber.— Finalmente habló.
—¿Saber qué?— Cuestionó Rumiko.
—Que Rika y yo somos hermanos.
¿Qué?
Pensó la rubia sorprendida.
No, él no debía saber ¡Claro que no!
—Pe-pero ¡Que tontería dices Koichi! ¿Hermanos?— Rumiko lanzó una carcajada irónica— ¿Qué fantasía es esa?
—No es una fantasía.— Respondió el Kimura— Es la verdad, este exámen lo dice.
—N-no, no puede ser.— Contestó la rubia— Es una farsa ¿Cómo rayos Rika podría ser tu hermana?
—Por su aventura con mi padre.— Comentó Koichi— Estoy seguro que usted fue su amante. Por algo mi madre y usted se odiaban ¿no?
Rumiko frunció el ceño— Sí, pero eso no dice mucho.— Musitó— ¡Ese exámen debe estar erróneo!
—¿Erróneo?— Cuestionó Koichi— Entonces ¿usted me asegura que si voy a la universidad y en laboritario hago una prueba con un mechon del cabello de Rika y mío será negativo?
—No puedes hacer eso.
—Soy estudiante de medicina, tengo acceso al laboratorio químico.
¡Rayos!
Pensó Rumiko ante esto.
—¡Dígame!— Koichi alzó la voz.
Rumiko se sorprendió al ver lo furioso que estaba el Kimura. A diferencia de Kouji, Koichi siempre fue el más calmado.
—Rika es mi hermana ¿Si o no?— Preguntó el oji-azul.
Jou estacionó su automóvil a las afueras del internado, bajó de este y caminó hasta la puerta de su acompañante para abrir.
—Llegamos Sora.— Musitó— Sana y salva a las afueras de tu hogar.
La pelirroja sonrió— Muchas gracias por traerme.— Bajó del auto— Y gracias por la tarde.
—No me agradezcas.— Jou cerró la puerta— Fue agradable pasar esta tarde contigo.
Sora sonrió— Lo mismo digo.
—Espero haberte ayudado a despejar la mente.
—Lo hiciste a la perfección.— Comentó Sora.
Jou sonrió— Me alegra escuchar eso.
Para sorpresa de la pelirroja el chico de anteojos se acercó a ella y acarició su mejilla.
Alzó una ceja.
¿Desde cuando este chico tenía esas muestra de afecto? Ella simplemente recordaba al chico vergonzoso y tímido. Bueno, ese recuerdo era cuando tenía diecisiete años, antes que se fuera del internado.
—¡Hey! ¿Te parece si repetimos esta salida el fin de semana?— Preguntó el Kido— Escuché que estrenaran una nueva película en el cine que tal vez te guste ver.
—Gracias.— Respondió Sora— Pero no puedo. El Sábado estaré ocupada en...—Llevó su mano a su vientre— Ya sabes.
Jou hizo una mueca y bajó su mirada a su estómago— Exámenes por tu bebé.
La pelirroja asintió.
—¿Sabes? Podría pedirle a mi padre que cambie la hora, ya sabes que él es el director del hospital.— Comentó el chico de anteojos.
—Gracias.— Musitó la pelirroja— Pero no quiero molestar.
—No es molestia.— Respondió Jou— Somos amigos ¿no?
Sí, lo eran.
—Ahora más que nunca quiero que sepas que puedes contar conmigo para cualquier consulta, duda o ayuda que necesites en tu embarazo.
No esperaba menos de él.
—Gracias Jou.— Contestó Sora— Pero de verdad lo digo, no quiero ser un problema.
—No lo serías.— Respondió el Kido— Ya te dije que somos amigos, me gustaría ayudarte, sobre todo en tu embarazo, ahora más que nunca. Tú me llamas y yo corró.
La pelirroja rió— Gracias amigo, me alegra saber que tengo tu apoyo.
—Siempre lo tendrás, no lo olvides.
Sora se acercó a él y lo abrazó. Jou se sonrojó levemente ante esto, pero no dudó en corresponder.
Sin embargo, esto no le gustó a cierto chico, quién vio cuando ambos adolescentes llegaron al internado y hablaban. A lo lejos observó como Jou se despedía de Sora, subía a su auto y la chica caminaba en dirección al internado.
No lo dudó y se acercó hacia la pelirroja.
—Hey, Sora.— La llamó.
¡Ay no! ¿Ahora qué?
—¿Dónde estabas?— Preguntó el castaño— Estaba preocupado por tí.
—¿Preocupado?— Rió Sora— ¿Tú de mi?
Poco preocupado se vió de ella cuando la engañó con Catherine.
—Pues claro, ayer apenas te podías mover.— Musitó Taichi.
—Ahora estoy bien.— Respondió Sora— ¿No me ves?
Sí, la veía bastante bien.
—¿Saliste con Joe?
La pelirroja volteo hacia él— ¿Por qué preguntas?
—Yo pregunté primero.— Respondió Taichi—Dime ¿saliste con él?
—No te importa saber.
¡Claro que sí!
Él sabía que Jou desde niños estaba interesado en Sora, no le extrañaría que ahora que estaba soltera aprovechara la oportunidad de conquistarla.
—¿Salieron juntos?
—Sí.— Respondió Sora.
—¿En forma de cita?
—¿Cita?— Cuestionó la pelirroja— ¡Claro que no! Solo somos amigos y...—Se detuvo— ¿Por qué rayos te debo dar explicaciones? Si hubiese sido una cita o no, no es tema tuyo.
—¡Claro que sí?— Contestó Taichi.
—No lo es, no somos ni novios, ni amigos, ni nada.— Recordó la Takenouchi— Mejor preocupate de tu nueva novia ¡Y dejame en paz!
—¿Nueva novia?— Preguntó el Yagami— No tengo novia.
—Eso no fue lo que me dijo Catherine.— Respondió Sora— Ella me dijo que ya eran novios.
¿Chatine le dijo eso? Pensó Taichi—No lo somos.
—Eso ella.
—Te mintió.— Contestó Taichi— No lo somos.
¿Qué?
Sora se sorprendió ante esto, sin embargo, ahora todo le calzó, finalmente entendía porqué estaba tan celosa.
—Claramente es igualita que tú.— Musitó la pelirroja— Una total mentirosa.
Taichi hizo una mueca.
Tendría que hablar con ella.
La pelirroja volteo hacia el internado y se dispuso a continuar caminando, sin embargo, Taichi la tomó del brazo.
—Hey, Sora, por favor, no te vayas.— Rogó Taichi— Tenemos que...
—¿Hablar?— Preguntó la pelirroja— Olvídalo. No quiero hablar contigo.
—Pe-pero...
—¡Deja de insistir!— Sora alzó la voz molesta— Y trabaja el cerebro un poquito ¡No quiero que te acerques a mí!— Resaltó esto último antes de retomar su camino.
Nene arrojó a Kiriha sobre la cama con toda la fuerza adquirida en sus clases de Taekwondo.
—¡Hey! Ten cuidado.— Musitó el rubio.
—¿Qué?— Preguntó el castaño— ¿El principito es delicado para recibir un simple golpe en vez de ser delicado para consumir esas estupideces?
Kiriha hizo una mueca— Eres odiosa.— Musitó— ¿Por qué me trajiste aquí?
—¿Qué no es obvio?— Cuestionó Nene— No iba a llegar contigo en este estado al internado.
—Bueno, fácilmente pudiste ir sola y dejarme aquí.
—¿En este estado? ¿Con un paquete gigante de sustancias en la mochila? ¿Cerca de policias?— Recaituló la castaña— ¿Estás loco?
—¡Eres muy exagerada!— Comentó el rubio.
La castaña hizo una mueca y observó la mochila del chico. Rodó los ojos— Kiriha.— Tomó asiento a su lado—¿Cómo no puedes darte cuenta que consumir esa cosa no está bien?
—Sé que no lo está, pero no me interesa.— Respondió el Aonuma.
La chica de ojos morados observó al rubio sin saber exactamente que hacer o decir, este chico insistía en su postura y esto le sorprendía, a veces parecía un chico centrado, mientras que otras veces parecía una persona pérdida, sin saber donde ir. Tenía dos caras ¿Por qué?
—No sé porqué te molestas en hacer esto.
—Porque no quiero que tengas problemas en el internado.— Contestó Nene.
—No tengo ánimos de regresar a él.— Comentó el rubio— Odio ese infierno.
No era el único, al parecer todos los habitantes de ese lugar odiaban aquel lugar.
—Pues tendrás que hacerlo. Vives ahí.
—¡Por obligación!— Respondió el oji-azul e hizo una mueca— Porque no tengo donde más ir.—Bajó familia— Ni casa, ni familia, ni nada. Todo lo perdí.
Nene hizo una mueca ante esto— No digas eso.
—Debo hacerlo, es la realidad de mi vida.— Contestó Kiriha— Tú me criticas por las drogas, pero es lo único que me permite olvidar que nada tengo.
—¿Por qué lo dices?— Musitó la castaña.
El rubio suspiró, generalmente por el efecto de las drogas comenzaba a hablar sin pensar, pero no sabía si debía hacerlo ahora.
—No creo que valga la pena decirlo.— Comentó el rubio.
—Si explica tu adicción a las drogas, entonces, sí vale la pena.
Kiriha movió la cabeza— ¿Para qué? ¿Para dar pena?
Nene negó— No.— Respondió— Pero, dime ¿enserio quieres destruir tu vida con esas sustancias?
—Pues...—El rubio repasó esas palabras en su cabeza— Es lo único que puedo hacer con mi vida.
Dolía admitirlo, pero era verdad.
—No debería.— Contestó la castaña— ¿Por qué lo permites?
Buena pregunta.
La respuesta era su triste vida.
—Mis padres murieron, Nene.—Musitó el rubio nostálgico— Estoy solo en esta vida, no tengo a nadie, las drogas me acercan a la muerte ¿sabes? Desde que mis padres murieron eso es lo único que me interesa.
Un nudo se formó en la garganta de la castaña ante las palabras del chico, la tristeza era palpable, sus ojos reflejaban la desesperanza.
—Yo sé que muchas veces la vida pierde sentido.— Comentó la castaña— ¿Sabes? La muerte de mi hermana fue el detonante de muchas otras cosas malas que ocurrieron en mi vida. Y sí, hubo un tiempo donde yo pensé que la muerte era la mejor solución, pero no es así.— Tomó su mano— Tal vez, tus padres no están aquí, pero si lo estuvieran estoy segura que no les gustaría ver que destruyes tu vida.
—Es lo único que sé hacer Nene.— Respondió el oji-azul— Siempre intento actuar o fingir que soy fuerte, pero en realidad soy un desastre.
—No eres un desastre.
—Claro que sí ¡Mirame ahora!— Exclamó el rubio— Me drogo para olvidar que luego de la muerte de mis padres sus amigos me traicionaron, dejándome solo, mi propio tío acabó con el patrimonio que tanto trabajo le costó a mi padre crear, por sus adicciones, por sus ambición en el juego donde apostó todo.— Unas lágrimas aparecieron en sus ojos— Y para variar, no contento con eso, me vino a dejar a este internado, solo.— Tragó saliva— No le interesó que fuera su familia, se deshizo lo más rápido de mi llevándose a ese internado.
¿Qué? No sabía eso.
Eso explicaba muchas cosas de la vida del rubio.
Nene hizo una mueca y se acercó a él—Kiriha, lo perdiste todo, pero te estás esforzando para recuperar aquello que perteneció a tus padres ¿no? Intentas levantar su empresa.
—Dudo conseguir algo.— Comentó el rubio— Nadie quiso ayudarme, más que tú, porque todos saben que voy a fracasar.
—¡Claro que no vas a fracasar!— Exclamó Nene— ¡Tan solo mírate! Mejor dicho, mira nuestro negocio. Llevamos apenas una semana y ganamos bastante.
—Un uno porciento.— Musitó el oji-azul— ¿Quién nos asegura que mañana no perderemos todo lo que ganamos? ¿O más?
—Nadie te lo asegura, pero así son los negocios, así como ganamos podemos perder, pero no por eso te dejarás vencer.— Respondió la castaña— Así como podemos perder, luego podemos ganar, incluso más. Debes seguir ¡Yo te apoyo!
—¿Por qué me apoyas? ¡Deberías desconfiar!— Contestó Kiriha— ¡Está tu dinero ahí!
—El dinero es lo de menos.— Musitó Nene— Yo conocía bien los riesgos cuando decidí ayudarte, no tengo miedo de perder, porque confio en que no será así.— Respondió— Y aunque perdamos, confió que luego ganaremos más, sé optimista, en este sentido.— Tomó su mano— Como así también en tu vida en general. Las drogas solo traerán problemas, no vale la pena consumirlas, quizás te lleve a otro mundo, pero ¿qué más da? Mejor es caer en la realidad, aunque duela.— Ella más que nadie lo sabía—Tu tío te dejó, duele porque es tu familia.— Ella conocía muy bien como se sentía al ser traicionada y abandonada por sus seres queridos: Su padre al huir con su amante y su madre al hacer su vida imposible— Mas, no vale la pena sufrir por él si tuvo el coraje para hacerlo. Tú no estás solo.
—Sí lo estoy.
—Solo porque diste lugar a que eso ocurriera.— Respondió Nene— Alejándote de todos, lamentablemente, creando esta muralla fría al creer que todos te decepcionarian, pero eso no es así. Siempre va a haber alguien que confie en ti.
Era difícil creerlo.
—Eres joven, tienes una vida por delante, deberías darte la oportunidad de ser feliz.— Comentó la castaña— Dejando atrás el pasado y pensando en el futuro.— De manera inconsciente ese consejo también era para ella, debía dejar el pasado y continuar hacia adelante, como se lo dijo su hermano Yuu— Dejandote querer, dejando que tus sentimientos fluya ¿Y quién sabe? Algún día podrías armar tu familia y no estarás solo.
—¿Formar mi familia?— Cuestionó el rubio.
—Sí.— Respondió Nene— Pero no me refiero a solo aquella familia sanguínea, sino a esa que forma uno al generar amistades ¿No dicen por ahí que los amigos es la familia que uno escoge?
—Me cuesta confiar en las personas Nene.
—Bueno, pero debes empezar a hacerlo.— Comentó la castaña.
—Aunque quisiera, nadie confía en mí.
—En eso te equivocas.— Contestó la chica Amano— Yo confio en ti.
—Apenas nos conocemos.
—Sí, nos conocemos hace poco.— No lo iba a negar, pero alguien debía darle ese voto confianza, no temía ser ella, luego de escuchar su historia se sentía identificada. Tal vez, sus padres no murieron, mas, si sentía como era estar sola.
Entrelazó sus dedos con los dedos del rubio.
—Pero quiero confiar en tí y eso es lo que haré.— Finalizó la castaña.
Kiriha observó sorprendido a esa chica sin saber exactamente que decir o que hacer, literalmente no entendía ¿Cómo detrás de esa chica loca y vanidosa existía una persona con tan nobles sentimientos?
Nene percibió la confusión en la mirada del rubio, evidentemente nadie jamás confió en él, por eso le sorprendía. Evidentemente este chico no tuvo una buena vida, era notorio por su mirada fría, mas, ella quería ayudarlo. Tal vez, nadie la ayudó a ella, pero ella si lo ayudaría a él.
Fue así como extendió sus brazos y se acercó a él para abrazarlo.
La impresión aumentó en el rubio ante esto. Grande fue la sorpresa de Nene cuando Kiriha le correspondió.
Kouji se detuvo en la puerta de su departamento. Era bastante tarde y estaba agotado, este día estuvo lleno de emociones por el informe de forense, la discusión con su padre, entre otras cosas. Sin embargo, pasar la tarde con su madrastra fue bastante agradable y le trajo tranquilidad.
Ingresó la llave en la cerradura de la puerta y la giró para luego ingresar. Grande fue su sorpresa al encontrarse con su gemelo, quién se encontraba sentado en el sofá con la pérdida en una hoja que sostenía en sus manos.
De seguro estaba estudiando.
—Buenas Koichi.— Musitó al ingresar.
—Kouji.— El Kimura pronunció su nombre— Que bueno que llegas, necesito hablar contigo.
Por alguna razón ese "necesito hablar contigo" no le dió buena espina al Minamoto.
Su instinto de gemelos (Que sí existía entre ellos) Le hizo sentir que no era algo bueno.
La expresión del rostro de Koichi era sombría, extraña.
—¿Qué ocurre Koichi?— Preguntó el Minamoto— ¿Por qué estás así?
El Kimura simplemente observó el papel que tenía en manos sin saber exactamente como reaccionar.
Esto era demasiado.
—Hey, Koichi.— Kouji llamó a su hermano.
Era la hora.
El Kimura suspiró.
—¿Recuerdas que hace a tiempo ayudaste a Rika a buscar información sobre su padre?
Kouji alzó una ceja sorprendida ante esa pregunta— ¿Por qué me preguntas eso?
—Solo responde.
—Pues sí.— Contestó el Minamoto— Lo hice, pero ¿por qué preguntas?
Koichi se mordió el labio inferior, se levantó del sofá y volteo hacia su hermano.
No tenía buen rostro, esto preocupó a su gemelo.
—Koichi ¿Qué sucede?— Preguntó Kouji.
El Kimura extendió aquella hoja que tenía en su mano derecha y se lo entregó—El padre de Rika estaba más cerca de lo que te puedes imaginar.
—¿Qué?— Cuestionó el Minamoto— ¿Qué quieres decir con eso?
Koichi respiró profundo armándose de valor.
Debía decirle.
—Rika es hija de Kousei Minamoto.
¿Qué?
—Es nuestra hermana.
+Les comento un poco de la vida de Nene, ella lamentablemente no tuvo una buena vida, lamentablemente su obsesión hacia Takuya se debió a la falta de cariño y compresión de su madre, así como también a la presión de esta misma.
+El beso de Mimi y Michael fue "cuneteado" como le llamamos aquí en Chile el beso que no es en la boca, sino en la comisura de los labios o en la mejilla con intenciones de coquetear.
+Es curioso sin darme cuenta y casi sin planearlo, encuentro tiempo o lugares en la historia para darle sus momentos bonitos a Kiriha y Nene.
marii02: Hola, si Sora podría estar frente a un nuevo amor, ojalá pueda volver a creer en él aunque Taichi la engañó. Y todavía falta que continue estallando, faltan muchas cosas, aun queda que Rika crea que es verdad y que Kouji reaccione (Se viene con todo el próximo capítulo) Jjsjsjsjsj Sí, Yamato hizo hasta lo imposible por arruinar esa cita jsjsjs Está MUY celoso jsjsjsj Y se vienen más cosas. Nene tiene la información, pero aun necesitará otro empujón para soltar las verdades de esa rubia. Sí, Nene está salvando a Kiriha, siempre dije que ella tenía un pasado (Que explicaba su obsesión por Takuya) Y se involucra con drogas. No va a querer que el rubio continue en ellas, pero en su caso enserio, tiene muchos antecedentes de su madre que la dejaron "shockeada" y por primera vez quiere hacer una buena acción. Ojalá te haya gustado este capítulo, ojalá sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.
DespinaMoon2210: Jiji si algún día llegas por aquí (Meta difícil, porque son muchos capítulos y puede aburrir en algún momento la historia) espero tener tu comentario jsjsjs Con tu impresiones de qué te pareció. Ojalá te guste "La noche de 3 de Abril" y "Superando el pasado" Tranqui, pronto se vendrá la sultana del imperio jiji
