Taichi salió de su habitación completamente adormilado, bostezando una y otra vez. Si, era tarde ¡Bastante tarde! Era muy irresponsable de su padre estar despertando a esas horas, pero no tuvo opción, el día anterior tuvo examen y por lo últimos acontecimientos tuvo que en una noche aprender todo. Así que, ahora estaba recuperando todo el sueño que perdió.

Justo en ese minuto la puerta de la habitación de al frente se abrió y frente a él apareció cierto chico rubio de ojos azules, con el cabello totalmente desastrado, unas ojeras horribles, literalmente parecía que hubiesen abierto el cementerio.

—Buenos días.— Musitó Taichi.

—¿Qué tiene de buenos?— Preguntó el Ishida molesto.

—¡Wow! ¡Amaneciste alegre hoy!— Musitó con ironía el Yagami.

Yamato simplemente gruñó, anoche apenas logró cerrar ojo, pensó, pensó y recontra pensó en lo vivido el día anterior, en todo lo que supo, en todo lo que Mimi y su hija tuvieron que pasar, todo lo que él hizo. Sentía una culpa y cargo de consciencia ¡Horrible!

—Bueno, ya que no estás de humor no me quedaré soportándote.— Musitó Taichi antes de tomar una chaqueta— Iré a desayunar.

Fue así como el castaño caminó en dirección hacia la salida, no obstante, antes que abriese la puerta el rubio se dio cuenta que necesitaba hablar con él.

—Hey, espera.— Yamato lo llamó—Quiero hablar contigo.

—¿Hablar conmigo?— Cuestionó el castaño— ¿De qué?

De muchas cosas, no sabía por donde empezar.

—No me digas que al igual que todos en este Internado me vas a dar otra charla de fidelidad en la relación.

—Hey, no.— Contestó el rubio— No es de eso.

—Menos mal.— Musitó el Yagami, verdaderamente odiaba que le recordaran eso a cada minuto de su vida— Entonces ¿de qué quieres hablar?

—D-de...—Por alguna razón trabó al momento de decir aquel nombre.

Bajó la cabeza apenado.

—De Mimi.— Respondió el rubio y la tensión se sintió en el ambiente.

Taichi alzó una ceja sorprendido ante esto.

—¿Tú sabías todo verdad?— Fue la pregunta de Yamato.

¿Todo? ¿A qué se refería con todo?

Pensó el hermano de Hikari para sí mismo.

—Acerca de su embarazo.— Contestó el Ishida como si le hubiese leído los pensamientos.

—¿E?—Balbuceo el Yagami— ¿A qué aspecto de su embarazo?

—A lo que ocurrió con su padre.— Respondió el rubio— Mejor dicho, a lo que verdaderamente ocurrió tras su ida a Estados Unidos y su intención de abortar por obligación de Keisuke.

Esto respondió todo.

—¿Ya sabes?— Preguntó Taichi.

Yamato asintió— Ayer Takuya me lo dijo todo y Sora me lo confirmó.— Contestó.

¡Vaya! No lo esperaba.

—Me comporté como un patán.— Musitó el rubio tomando asiento en un sofá— Como un verdadero idiota.

—Eso es decir poco.— Respondió el Yagami antes de acercarse a él y tomar asiento enfrente—Pero no soy quién para decirte eso, ya que soy igual.

El hermano de Takeru llevó sus manos a su cabello totalmente angustiado.

—¿Lo ves?— Preguntó el chico— Intenté decirte que había algo más.

—Tarde vine a saberlo.— Contestó el rubio— Debí haberte escuchado, pero preferí creer que eras un traidor y no escuchar.

Y debido a eso, ahora sufría las consecuencias.

—Me comporté como un...

—¿Imbecil?— Cuestionó el chico— Sí, así te comportaste.

—Todo este tiempo le eché la culpa a Mimi por todos los años que llevo separado de Natsumi. Pero ella no era la culpable.

—Pues no, no lo era.— Musitó el Yagami— Todo fue culpa de su padre.

—Keisuke.—Yamato apretó su puño totalmente molesto, ese hombre le quitó el derecho de ser padre y acompañar a Mimi en su embarazo—Él fue el autor de todo esto y...me alejó de mi hija.

Todos esos años sin estar junto a Natsumi jamás volverian a él, jamás podría recuperarlos ¡Eso era lo que más odiaba!

—Y de alguna forma, por culpa de él ahora no puedo acercarme a mi hija.

Por su culpa, Mimi le dio a su hija a Alice y ahora ella los tenía demandados con orden de alejamiento.

—¡Odio a Keisuke! Él es el culpable de todo.—Musitó el Ishida.

—Bueno, no toda la culpa la tiene él.— Comentó Taichi—De algún modo trataste a Mimi y la lastimaste tanto como él lo hizo.

Sí, lo sabía ¡Y eso le dolería toda la vida!

—No puedo creer que me comporté de esta manera.— Llevó sus manos a su rostro—Tienes razón, la hice sentir tan mal como él, no me interesó lo que ella pensara solo pensé en mi.

Taichi asintió.

Mimi lloró por su culpa.

Mimi fue objetivo de muchas críticas.

Mimi casi fue expulsada del internado por su culpa.

Nunca se lo dijo, pero estaba seguro de que Mimi lo odiaba...Y eso jamás cambiaría.

—Esto jamás podré solucionarlo.

—Hey, no digas eso.— Respondió Taichi.

—¡Claro que no!— Exclamó Yamato— No merezco el perdón de Mimi, no merezco que me trate como el padre de su hija, no soy merecedor de cuidar de Natsumi si no fui capaz de cuidar a su madre.

—Cometiste un error, eso no lo vamos a negar.— Habló el hermano de Hikari— Pero de algún modo lo solucionarás.

—No, no lo haré.— Contestó el oji-azul— Ella me odia.

—No te odia, pero con justa razón está enojada...—Habló el castaño—Y herida, muy herida.

Sí, lo sabía.

—Pero tranquilo, aunque sea difícil, debes luchar por ella.— Declaró Taichi— Y por tu hija.— Habló— Ya muchos sufrieron por Keisuke. No puedes dejar que eso vuelva a ocurrir, sobre todo ahora, ya que es seguro que el padre Mimi no debe estar agradado de saber que sus hijos le mintieron.

Pues no, era seguro que no lo estaba.

—Ayer me encontré con él ¿sabes?

—¿Qué? ¿Keisuke estuvo aquí?— Preguntó el Yagami.

El Ishida asintió— No obstante, en vez de proteger a Mimi, como no sabía la verdad, le dije cosas sin sentido a Keisuke, insultando a su hija.

—¡Vaya! Eso no me lo esperaba.— Comentó Taichi— Primer encuentro y no fue bueno.

El rubio asintió.

—¡Como sea! Te equivocaste, pero de igual forma debes luchar.—Animó el Yagami— Ahora con más razón. No me digas que ¿permitirás que ese sujeto nuevamente los vuelva a separar? ¿Y haga correr a tu hija peligro?

Esas palabras resonaron en la cabeza de Yamato.

¿Enserio dejaría que ese hombre los separara de nuevo? Mimi podría odiarlo, pero él no podía continuar actuando como un patán, necesitaba cuidarla como debió hacerlo antes.

—No, eso no lo permitiré..—Declaró— Antes tendrá que vérselas conmigo. No dejaré que vuelva a afectar a mi familia.—Amenazó— Ya mucho hizo sufrir a Mimi obligándola a abortar y llevándosela lejos para esconder su embarazo.

—¡Muy bien!— Exclamó el Yagami— Así se habla.

El rubio apretó su puño.

Keisuke hizo mucho daño, él también lastimó a Mimi, pero eso no volvería ocurrir ¡Nunca más ocurriría!

Suspiró.

Era increíble estar viviendo esa situación, siempre que imaginó tener una familia en el futuro pensó en hacerla feliz, no pasar tristezas como él las pasó, no obstante, ahora su felicidad dependía de que Keisuke no volviese a tomar decisiones por sobre Mimi.

—¿Sabes? Aunque siempre supe que Keisuke era pésimo padre, nunca pensé que le haría algo así a su propia hija.— Comentó Yamato.

—Yo tampoco.— Musitó el Yagami—¡Vaya! Padre ¿e?

Era difícil creer que existían padres así. Prácticamente sin corazon.

—Espero que mis padres y los padres de Sora no sean así cuando les contemos en breve que está embarazada.— Comentó el Yagami para sí mismo, no obstante, el rubio escuchó esto y volteo rápidamente hacia él sorprendido.

—¿Qué dijiste Yagami?— Preguntó Yamato.

Taichi observó a su amigo.

—¿Dijiste que Sora que está embarazada?— Cuestionó el oji-azul.

Y recién en ese minuto el hermano de Hikari fue consciente de lo que dijo.

¡Rayos!

—¿E?— Balbuceo Taichi— N-no, creo que escuchaste mal.

—No, no escuche mal.— Contestó el rubio— Dijiste que Sora está embarazada.

El Yagami se mordió el labio inferior, maldiciéndose así mismo por ser tan bocón.

¡Rayos!

—¿E? Pu-pues...—Tartamudeo el castaño— ¿E?

Intentó pensar en una excusa, no obstante, luego de pensarlo unos segundos se dio por vencido. Yamato era de fiar a pesar de los problemas que tenían, él siempre guardó sus secretos.

Suspiró.

—Sí.—Respondió Taichi— Sora está embarazada.— Admitió— Tiene dos meses de embarazo.

¿Qué?

Literalmente, esto cayó como una noticia muy inesperada para el rubio.

—Pero, Yagami...—Intentó hablar el Ishida— ¿Por qué?

—No lo sé, simplemente pasó.

—Yo pensé que eras mas inteligente.

—Bueno, esas cosas no siempre se pueden prevenir ¡Tan solo mirate a ti! Tienes una hija de tres años.

—¿E?— Balbuceo el rubio— N-no estamos hablando de mi.— Contestó— Además, Sora y tú tuvieron muchos sustos antes, muchas veces te vi muerto del miedo esperando la respuesta de ese famoso test. Luego de tres vivencias traumáticas debiste ser más cuidadoso.

—Y lo fuimos, pero ¿qué más da? Esas cosas algunas veces pasan.— Habló Taichi—Suceden sin más ¿y qué? Ahora ya no puedo arrepentirme, porque no permitiré que Sora aborte a ese hijo.

Esto no le sorprendió al rubio, Taichi podía ser muchas cosas, pero siempre era leal a su familia.

—¡Vaya! Serás padre...—Musitó Yamato—¿Sabes lo que eso conlleva? —Preguntó— No es que yo sepa mucho, pero sé que es difícil. Sobre todo, para ti, porque ya no están juntos, Sora no confía en ti y tendrás que empezar desde cero.

—Sí, lo sé.— Respondió el Yagami— Y créeme, me duele mucho saber que Sora no confía en mi, pero ella debe ser consciente que nuestra relación debe ser un tema aparte.— Musitó— Yo cuidaré a mi hijo desde ahora en adelante, independiente de que esté con ella o no. Y sí, tal vez no trabajo, aun no termino mis estudios, pero me voy a esforzar por rendir bien.

Esas palabras por alguna razón le causaron cierto remordimiento, porque él nunca pudo darle todo a su hija, porque nunca supo de su existencia y ahora que lo sabía Alice se la quitaba, y él actuaba como un patán con su madre, Mimi, quién era la única persona que podría ayudarle a estar con Natsumi, como dijo Satomi.

Suspiró.

—Bueno Taichi, espero que todo te salga bien.—Declaró Yamato antes de acercarse a él y extender su mano derecha— Felicidades.

Sí, lo felicitó. Quizás, no era el mejor momento para tener un hijo, pero estaba seguro de que ese niño cambiaría la vida de su amigo, dándole otro sentido, así como Natsumi lo hizo para él.

—Gracias.— El castaño correspondió al gesto.


Mientras tanto en el departamento de Rika, Hikari y Damar.

—Verdaderamente no tenemos suerte, es como si estuviéramos con una nube negra sobre nosotros.— Habló Mimi mientras maquillaba a Hikari con una brocha de fuminador— Una nube negra con mala suerte. Y resalto esto último ¡Muy mala suerte!

Takuya simplemente bajó la mirada. La venida de su padre al internado no fue de mucho agrado para ninguno de ellos, literalmente solo vino a molestar y fastidiar. Debía admitir que no se sintió bien luego de hablar así frente a él, ya que a pesar de todo era su padre y siempre le guardó cierto "respeto" No obstante, quería proteger a sus hermanas.

—Era de esperar que nuestro padre apareciese en algún momento ¿no?

—Para nuestra mala suerte.— Murmuró Mimi molesta— Sin embargo, eso no quita que no me guste.

Tenía muchos problemas como para sumar más a su vida.

La castaña pasó su mirada por la hermana de Taichi—Disculpa que tengas que presenciar esto, Hikari.

—No importa.— Musitó la Yagami.

Mimi levantó dos labiales—Dime ¿quieres labial suave o fuerte?

—Suave.

—Buena elección.— Comentó la Tachikawa antes de elevar el labial escogido para pintar a la joven.

Estaba en eso cuando de repente la puerta principal del departamento se abrió y en el lugar apareció su hermana menor, quién venía con mala cara (Como siempre, el último tiempo estaba muy malhumorada, sino fuera por Kouji, jamás la vería sonreír)

—¡Esta no es mi semana!— Exclamó la menor ingresando al departamento.

—¡Hey! ¿Qué te sucedió?— Preguntó la mayor.

—El entrenador dijo que tenía las uñas muy largas, mi cabello no era lo suficientemente sobrio para darle seriedad al equipo, que no está bien que tenga un piercing.— Regañó Damar— Y me regañó porque según él no estaba apta para el equipo, así que, me cansé y renuncie.

—No me sorprende ¿por qué crees que Sora mantenía su cabello corto? Uñas cortas, no usaba aretes y usaba ese uniforme super grande.— Comentó Mimi.

—No lo sabía.—Comentó Damar enojada— De haber sabido, me hubiese ido a clases de yoga.

—¿No ves? Hacer deporte es pésima idea.

—Tú bien sabes que no lo hago por gusto, necesito mantener mis ansias.— Sobre todo ahora, luego de ese reencuentro con su padre quería consumir, consumir y consumir drogas, su cuerpo temblaba sin parar, quería llorar.

Pero debía controlarse, no podía hacer estupideces.

Takuya y Mimi intercambiaron miradas, era triste para ellos ver a su hermana luchar contra una adicción, sobre todo para el moreno, quién jamás fue un ejemplo a seguir. Él fue quien primero consumió sustancias. Fue un pésimo ejemplo a seguir y siempre se culparía por eso.

—¡Wow! El maquillaje de Hikari está bonito.— Musitó la menor.

—Gracias.— Mimi sonrió y continuo maquillando a la chica.

—¿Y de qué estaban hablando?

—De nuestro padre.— Comentó Takuya.

Damar hizo una mueca, no quería hablar más de ese tema, verdaderamente le afectaba.

—Y cómo vamos a afrontar todo.— Musitó Mimi.

—No sé ustedes, pero yo preferiré actuar como si él nunca hubiese venido al internado.— Comentó la oji-ambar antes de tomar una lima del cosmetiquero de su hermana y comenzar a limar sus uñas.

—Es buena opción, sin embargo, no creo que nuestro padre se resigne a eso.— Musitó el moreno.

La casi-novia de Kouji suspiró— Ahora no solo tendremos que preocuparnos por los idiotas de los Ishida, sino que también por él ¡Esto es demasiado!

No sabía si soportaría por mucho tiempo más.

—Tranquila, Keisuke puede ser muchas cosas, pero hará lo posible para cuidar su "honra" ante todo, nos protegerá de los Ishida.— Comentó Takuya.

—Créeme, prefiero enfrentarme mil veces con Yamato, Izumi o Takeru antes de recibir ayuda de él.—Musitó la menor de los Tachikawa.

—Yo también.—Comentó Mimi.

Y eso era mucho decir, ya que en verdad odiaba tener que soportar a esos tres rubios.

—Ahora que saben la verdad todo debería mejorar ¿no?

—¿Mejorar?— Mimi río con ironía— Creo que será difícil superar todo lo que pasó. Y aunque sepan la verdad, no espero mucho de ellos.

Izumi, Yamato, incluso Takeru los decepcionaron, mostraron su verdaddera cara, algo que jamás esperó de ellos con actitudes nefastas.

—Bueno, independiente de eso, en estos momentos no estamos en los mejores términos para volver a discutir con esos tres, así que intentemos mantener la calma.— Habló el moreno.

—Su hermano tiene razón, lamentablemente Takeru y sus hermanos están con la cabeza muy caliente.— Habló Hikari— Intenten mantenerse lejos.

—Me gustaría, pero es inevitable querida, Yamato se ha esmerado en molestarme.— Musitó Mimi— Estoy harta de él.

Sí, harta, cansada, dolida, verdaderamente sentía todo, menos amor.

—Como sea, hermana, intentemos llevar la fiesta en paz.— Musitó el moreno.

Un suspiro a coro se escuchó por parte de ambas hermanas Tachikawa.

Decirlo era fácil, pero hacerlo era difícil, ya que los Ishida no hacian la tarea fácil.

—¡Listo! He terminado.— Declaró la mayor de los Tachikawa—Disculpa Hikari por tener que escuchar toda nuestra conversación mientras te maquillo.

—No me pidas disculpas, al contrario, te agradezco por aceptar maquillarme.— Respondió la Yagami.

Mimi alzó un espejo de mano y reflejó el rostro de Hikari.

—Wow.—Musitó la hermana de Taichi.

—Sí ¡wow!— Exclamó la mayor— Te ves hermosa.

—¿Tú crees?— Preguntó Kari.

—¡Pues claro! ¿Por qué no?

Hikari hizo una mueca—Es que...verás...aunque use el maquillaje, no me siento segura.— Sus mejillas continuaban viendose rellenas como un cerdo.

—¿Cómo no? ¡Deberías hacerlo! Te ves hermosa.— Exclamó Damar.

—¿Crees que a Takeru le guste?

—No solo a Tk, al internado entero.— Respondió la oji-miel—Takuya.— Mimi llamó a su hermano— Tú eres hombre, danos tu opinión ¿Qué opinas de Hikari?

—¿E? Mi-Mimi no creo que sea necesario.— Musitó Hikari avergonzada.

—Si lo es.— Respondió la Tachikawa con determinación y volteo hacia su hermano— Takuya, por favor, dime ¿qué opinas de Hikari?

—¿Qué opino?— Preguntó Takuya— ¿En qué sentido?

—Físicamente.— Contestó Mimi— Es linda ¿no?

—¿E? Mimi, enserio no es necesario.— Musitó Hikari avergonzada.

—Claro que sí.— Interrumpió la oji-miel y volvió su mirada a su hermano— Respóndeme Takuya. Físicamente ¿cómo es?

—Pues...—Takuya la observó de pies a cabeza—Es linda.

—¿Cuánto?

—Bastante.— Respondió Takuya.

—¿Atractiva ante la mirada de un hombre?— Preguntó Damar.

—Si.

—¿Qué tanto?— Cuestionó la menor de los Tachikawa.

—¿Me limito?— Preguntó el chico.

—No, pero responde con respeto.— Respondió la castaña.

—Eres bellísima Hikari, tu rostro es dulce, tu mirada es inocente, tu sonrisa es como una luz.— Musitó el moreno.

—Esas características son de una niña.

—¿De niña?— Río Takuya— Simplemente me estoy limitando, porque ¡Rayos!...—Sonrió— Con respeto, si no fueras novia de Takeru hace mucho de hubiera invitado a una cita y te hubiera hecho mía.

Hikari se sonrojó a más no poder ante esto.

—¡Takuya!— Regañó Damar.

—¿Qué?— Preguntó el moreno— Me pidieron que opinara.

—Sí, pero con respeto.

—Bueno, lo siento, pero es difícil balancear las característica de "Te ves bien como niña" a "te ves bien como la chica atractiva adolescente, casi mujer"

Por alguna razón este comentario le resultó gracia Hikari y carcajeo levemente, curiosamente liberándola de todo el nerviosismo que sentía (Al menos por unos segundos)

—Típico de hombres.— Comentó Mimi antes de guardar sus brochetas en su estuche de maquillaje— Bien, creo que hasta aquí llegó mi trabajo, ahora debo bajar, porque Michael me está esperando.

—¿Esperando?— Cuestionó Takuya.

La mayor asintió— Dijo que me llevaría a tomar un helado y luego iré a verlo a su entrenamiento.

—Últimamente has pasado mucho tiempo con él.— Musitó el moreno.

—Sí.

Takuya hizo una mueca, por alguna razón esto no le causaba buena espina y no lo decía por Michael, él era buen chico, pero conocía como era Yamato y podía sacar de contexto la situación.

—Extrañaba a mi mejor amigo ¿sabes?— Observó Mimi— Quién, por cierto, no creo que merezca esperar tanto tiempo por mí.— Fue así como caminó en dirección hacia la salida— ¿Nos vemos luego?

Takuya y Damar asintieron.

—Que te vaya bien.— Musitó Hikari— Y gracias, nuevamente.

La oji-miel sonrió— De nada.— Fue así como abrió la puerta y salió del lugar.

Fue así como los tres quedaron solos.

Hikari dirigió su mirada hacia el reloj de la pared—¡Oh rayos! Ya es tarde y aun no terminó de arreglarme.— Comentó antes de caminar a su habitación— Permiso, iré a cambiarme.

Los hermanos Tachikawa asintieron.

Fue así como la Yagami cerró su habitación dejando a Damar y Takuya.

El moreno dirigió su mirada a su pequeña hermana—Y bien, ahora que estás libre ¿Te parece si vamos a tomar un helado?

—¿Me estás invitando a un helado?—Preguntó Damar sorprendida— ¿A mí?

Takuya asintió— Eres mi hermanita ¿no puedo consentirte?

La menor de los Tachikawa observó con desconfianza al moreno— Sí, pero generalmente no lo haces...

—Bueno, llegó el tiempo de hacerlo.— Y así de paso podría hablar con su hermana de su "relación" con Kouji.

¡Debía imponer reglas para evitar que su hermana tomase una mala decisión!

—Está bien.— Musitó Damar— Dejame cambiarme de ropa, ya que se nubló un poco y esta ropa no me ayudará.

—Te espero.— Contestó Takuya.

Fue así como la menor ingresó a su habitación y cerró la puerta. El moreno se quedó por unos segundos solo en aquella sala, no obstante, a los dos minutos la Yagami volvió a salir de su habitación, al parecer lista para su cita, ya que en vez de usar esos pantalones que hace unos minutos vestía, ahora utilizaba una elegante falda plisada rosa, además llevaba una blusa negra y un bolso de mano rosa.

Se veía bien...Bastante bien.

Nunca lo notó, pero Hikari era muy elegante, sabía combinar sus colores, algo similar a Izumi, sin embargo, esto era sin mucho esmero, no utilizaba muchos adornos, ni escotes, todo en la Yagami era sobrio, pero fino.

Un minuto...¿por qué la observaba con tanta detención?

Movió levemente su cabeza intentando alejar esos pensamientos.

—¿Por qué estás solo?—Preguntó la chica.

—Porque, Damar se está cambiando de ropa.— Respondió Takuya—Y la estoy esperando para salir.

—¿Salir?— Cuestionó Hikari mientras se observaba nuevamente en el gran espejo de la habitación— ¿Irán a tomar un helado o algo así?

—Sí, eso.— Contestó el moreno.

La Yagami se observó detenidamente en el espejo e hizo una mueca, no le gustaba mucho como se veía.

—Oye, Takuya, disculpa que preguntas. Pero ¿Estás seguro que este maquillaje y esta ropa se me ven bien?— Preguntó Hikari.

—¿Por qué preguntas tanto?— Cuestionó Takuya— Ya te dije que te ves hermosa.

—S-sí, pero...—La chica bajó la mirada— Verás, tú eres mi amigo, es normal que digas que me veo bien, pero tal vez para el resto no me veo tan bien y...

—No digas esas cosas, no te digo esto solo por ser tu amigo.— Musitó el chico antes de acercarse a ella, posar su mano derecha en su mentón y alzar su mirada—¿Sabes? No deberías centrarte solo en tu físico Hikari.— Habló el moreno— A Takeru no le gustas solo por ser atractiva físicamente, sino porque eres una chica noble con buenos sentimientos, dulce que se preocupa por los demás antes que por ti misma. Tienes defectos, como toda persona, Takeru es consciente de eso, pero se enamoró de ti incluyéndolos.— Depositó sus manos en sus hombros— Eres linda tanto por fuera como por dentro y por eso podrías enamorar a cualquier chico, incluso a mí.

—¿Tú crees?

—Claro.

Por alguna razón, la mirada, palabras y contacto de Takuya le inspiró calma, mucha calma.

¡Toc, toc!

—Ese debe ser Takeru que viene por mí.— Exclamó Hikari— Iré a abrir.

Takuya asintió.

Fue así como la castaña se dirigió hacia la puerta y abrió.

Efectivamente, era su novio quién la venía a buscar.

—Hikari.

—Takeru.

Cada uno sonrió al ver al otro y como si estuviesen conectados, juntos exclamaron—¡Feliz aniversario!

Ambos rieron ante esto.

—Ya son dos meses.— Musitó la Yagami.

Takeru asintió y de su espalda sacó un gran ramo con flores— Ten, traje esto para ti.

—¡Wow!—Exclamó la chica al ver el ramo gigante— Gracias.

—Espero que te guste.— Habló el rubio— Las escogí especialmente para ti.

Hikari observó el ramo admirada ¡Eran sus flores favoritas!

Takuya observó a la castaña, se veía bien cuando sonreía. Takeru sin duda alguna tenía suerte de estar con alguien como ella. Hikari era un ángel, una hermosa, verdaderamente le gustaría tener una novia a...

¡Un minuto!

Movió levemente su cabeza.

¿Qué estaba pensando?

—Gracias Takeru.—Contestó la chica— ¿Son naturales?

El rubio asintió— Te recomiendo colocarlas en agua.

—Okey, será lo primero que haga.—Musitó la castaña antes de voltear hacia la sala principal— Esperame unos segundos.— Fue así como la chica dio unos pasos para acercarse al baño y llenar un jarron que tenía en la mesa central.

No obstante, al hacer esto Takeru fue consciente que no estaban solos, si no que en aquella sala principal del departamento de Hikari se encontraba el hermano mellizo de Mimi, Takuya.

Bastó con una mirada entre ambos y tensión se sintió en el ambiente.

Esto no era bueno...

—Takuya.—Pronunció su nombre.

—Takeru.—El moreno también pronunció su nombre.

¡Rayos!

En ese minuto el rubio verdaderamente se quedó congelado sin saber que hacer o decir, mejor dicho, sí, sabía, no obstante, tenía mucha vergüenza luego de saber toda la verdad. Se sentía arrepentido de su comportamiento.

—¿E? Takuya, y-yo quería hablar con Mimi y con...

—Olvídalo Tk.— Declaró el moreno— No tenemos de qué hablar, ya está todo claro...

—S-sí, pero Yamato habló con Izumi y conmigo y nos dijo la verdad.

¡Vaya! Ya lo sabía. Debió suponerlo.

—Takeru, no creo que sea el momento.— Declaró el Tachikawa— Este problema es entre nuestros hermanos...

—Sí, pero Izumi y yo fuimos injustos, fuimos directo contra ustedes, los hermanos de Mimi y...

—Ya fue Tk.— Respondió Takuya— Ya no importa.

No quería recordar esos momentos, ahora solo quería pensar en el bien de Mimi.

—Tk.—Hikari salió del baño con el florero en agua— Ya estoy lista.

El rubio hizo una mueca, quería ir a su cita con la Yagami, pero también quería arreglar esto con los Tachikawa.

—Takuya, creo que es necesario hablar.

—Lo es.— Respondió el moreno— Sin duda...—Suspiró— Pero, ahora no es el momento, ve a tu cita con Hikari.

El rubio hizo una mueca, en verdad tenía mucho que decir y hacer, pero, no sabía por dónde comenzar o cómo hacerlo, era evidente que el moreno estaba enojado y eso era con justa razón. Lo mejor sería darle tiempo al tiempo, para ver si podía curar algo.

Suspiró y volteo hacia su novia.

—¿Vamos Hikari?—Extendió el brazo.

La castaña asintió—Vamos.—Y sin decir más, tomó su brazo, salió del lugar y cerró la puerta.

Takuya respiró profundo, por el momento prefería ignorar todo lo que ocurriera con los Ishida, todo estaba muy reciente, al único que le respondería sería a Yamato, para defender a Mimi, no obstante, ya no quería problemas, así que, ignoraría lo demás.

A los segundos Damar salió de su habitación.

—Hikari ¿ya se fue?

Takuya asintió— ¿Nosotros vamos?

—Sí.


Mimi caminó por las escaleras en dirección al primer piso, Michael la estaba esperando a las afueras del Internado, saldrían a caminar, conversar y comer, para distraerse un poco.

Necesitaba olvidar por un momento todo el lío con el padre de su hija y sus hermanos.

Lamentablemente no pudo dormir pensando en eso, pero no dejaria que su día se colocara negro por ellos.

Cuando llegó al final se dio cuenta que cierto chico rubio (Con pésimo aspecto) se encontraba ahí.

¡Rayos!

Pensó al reconocer al Ishida.

El chico notó al instante su presencia—Mimi.— Pronunció su nombre.

La castaña hizo una mueca, no quería estar a frente con él, no quería respirar su mismo aire, no quería saber de su existencia, prácticamente quería borrarlo de su vida.

Fue así como básicamente le hizo la ley del hielo, no respondió, simplemente continuo su caminata en dirección a la salida.

—Hey, Mimi.— El rubio se acercó a ella— Por favor, no me ignores escuchame.

La castaña continúo caminando.

—Hey.— Yamato nuevamente la llamó.

Ella simplemente lo ignoró y abrió la puerta.

—¡Hey! No te vayas.— El chico la tomó por la muñeca.

La oji-miel rápidamente volteo— ¡Sueltame!

—No te soltaré hasta que me escuches.— Respondió el Ishida—Necesito hablar contigo Mimi.

¡Oh no! Por favor, no otra vez.

La castaña se soltó del agarre rápidamente— Lo siento, no puedo hablar, no tengo tiempo.

—Solo será unos segundos.

—No tengo tiempo, ya te dije.— Contestó la chica antes de continuar su camino, pero Yamato la tomo delicadamente de la muñeca impidiendo que avanzara. Rápidamente volteo hacia él— ¡Hey! Te dije que no voy a hablar contigo.

—¿Por qué no tienes tiempo o por qué no quieres?

Mimi rodó los ojos—¿Enserio preguntas?— Cuestionó molesta antes de soltarse bruscamente de su agarra—Creo que está claro que no quiero.

El rubio se mordió el labio inferior.

Estaba claro que ella estaba enfadada por su comportamiento y con justa razón.

—Mimi...—Habló el chico— Sé que estás desilucionada de mi portodo lo que ocurrió.

¿Desilusionada? ¿Sólo esos iba a decir? Ella sentía mil cosas mas y todas negativas.

—No merezco que me escuches.— Continuo el oji-azul— Pero necesito que lo hagas.

¡Pero ella no quería hacerlo!

—No me interesa saber lo que me tengas que decir. — Musitó la hermana de Takuya—Decir que estoy desilucionada es decir poco, Ishida.

El rubio hizo una mueca y bajó la mirada— Lo sé. — Contestó—Sé cómo debes estarte sintiendo. Y sé que no merezco ser escuchado, pero ahora que sé la verdad, todo cambia…

—¿Ahora? — Mimi río con ironía— Esto pudo haber cambiado hace mucho tiempo, si me hubieses dado la oportunidad de explicar todo.

—Estaba enojado y muy airado, me cegué lamentablemente por mi furia. — Habló el rubio—No quise hacerlo y estuve mal.

—Muy mal.

—Lo sé, pero es por eso que estoy aquí. — Respondió el Ishida— Para arreglar las cosas.

—¿Arreglar las cosas? —Preguntó Mimi— No creo que podamos arreglar las cosas a estas alturas.

Sí, lamentablemente.

Pero, no quería perder las esperanzas.

—A estas alturas todo ya colapso y lo sé, pero no quiero darme por vencido…—Habló Yamato—Sé que será difícil alcanzar tu perdón.

—¿Difícil? — Repitió la joven— Querrás decir casi imposible.

—¿Imposible? — Cuestionó el Ishida.

La castaña asintió— Entiendo que hayas estado enojado porque te oculté algo importante, no te culpo por eso. —Musitó— Sin embargo, nada quitará o borrará aquellas palabras hirientes que me dijiste, todas las humillaciones que me hiciste pasar.

Yamato apretó su puño.

—Te enojaste conmigo, pero no te bastó con eso, tus hermanos y tú involucraron a mis hermanos, también los trataron super mal, sobre todo Izumi, quién decía ser mi amiga. —Habló la oji-miel— ¿Crees que para mí será muy fácil perdonar eso? Sabiendo que mis hermanos son muy importantes para mí, preferiste también hacerlos sentir tu odio.

El rubio cerró sus ojos, la mirada de odio que la castaña le dirigía no la podía soportar. Pero, lamentablemente tenía razones válidas para hacerlo. Él fue injusto…¡Muy injusto! Con ella y sus queridos. Sus hermanos también.

Izumi, su supuesta mejor amiga la decepcionó. También él, su novio y primer amor la decepcionó. Sin mencionar a Takeru, quién a pesar de siempre ser una persona "buena" no fue lo suficientemente "bueno" para perdonarle esto a la castaña. Eran despreciables, sin duda.

Sin mencionar, que Natsuko también los insultó una vez y eso fue peor, ya que casi los expulsa de este lugar.

—No quiero hablar contigo, aunque ahora sepas la verdad, yo estoy cansada y muy aburrida de ti. — Habló Mimi.

—Mimi, y-yo…—Intentó hablar— Todavía te quiero y en verdad estoy arrepentido.

—No digas que me quieres, porque no es verdad. — Musitó la oji-miel— Ya que, si me hubieses querido lo suficiente, a pesar de tu enojo, no hubieras sido tan cruel conmigo o con aquellos que amo.

—Mimi, por favor, no digas eso. — Rogó Yamato— Yo sé que actúe mal, pero, dame una oportunidad.

—Esa misma oportunidad te pedí yo. — Musitó la oji-miel.

Eso cayó como un golpe en el estómago del rubio ¿Por qué fue tan estúpido?

—Y no me la concediste, así que, olvida que esto se solucionará fácilmente.— Declaró Mimi antes de voltear en dirección a su objetivo. Sin embargo, antes de caminar a su mente vino un recuerdo, algo que Yamato debía saber—Por cierto, mi padre regresó, pero déjame decirte que él no vino a ayudarnos a mis hermanos o a mí, como tú creías. — Habló la castaña— Él es mi mayor problema junto a Alice en estos momentos, así que, no interfirieras porque no quiero tener más estorbos en mi vida.

Sí, sonó cruel, pero era real. No quería más problemas en su vida y Yamato lo era.


—Disculpa la tardanza.—Musitó la chica.

—No te preocupes, no llegaste tarde.— Contestó el rubio.

—Que bien.— Mimi intentó sonreír, no obstante, la risa fue demasiado fingida.

Michael observó atentamente a la castaña quién tenía los ojos enrojecidos, pareció como si hubiese llorado— ¿Estás bien?

Esto llamó la atención de la oji-miel.

—¿Por-por qué preguntas?— Cuestionó la chica.

—Porque tienes los ojos llorosos.— Musitó el oji-azul.

¿Qué?

¡Oh rayos! No secó bien sus lágrimas, debió esperar más tiempo.

—Cr-creo que te equivocas.— Mimi volteo en dirección contraria y movió su mano intentando darle un poco de aire a sus ojos.

—No me equivoco.— Respondió Michael—¿Lloraste?

—¿E?— Balbuceo la chica— Si-simplemente me cayó una basura en los ojos.

Por alguna razón no creyó esto.

El estadounidense se acercó a ella y la volteo suavemente hacia él— Entonces ¿por qué tu semblante está triste?

—¿Triste?

Michael asintió. Esa chica era tan pura, transparente y expresiva, lo que permitía distinguir fácilmente sus emociones.

—¿e? N-no..—Mimi respondió, no obstante su cuerpo no hizo caso a esta respuesta, ya que dicho esto automáticamente lágrimas comenzaron a salir de sus ojos como si tratara de un grifo—¡Rayos!— Exclamó antes de bajar su mirada y comenzar a limpiar sus ojos rápidamente.

El rubio hizo una mueca— No es necesario que me mientas.—Musitó—Puedes confiar en mi.— Declaró— Dime ¿qué te ocurrió? ¿por qué estás así?

La castaña se mordió el labio inferior.

¿Por qué era tan predecible?

Odiaba ese aspecto de ella, porque cuando quería ser fuerte no podía serlo.

—Dime...—Michael la ánimo a hablar—¿Qué ocurre?

Mimi suspiró, lo mejor sería decirle, ya que era evidente que estaba preocupado.

—Me enfrenté a Yamato cuando estaba saliendo del Internado.

—¿Qué?— Preguntó el rubio.

—Lo que escuchaste, me enfreté con él. Verás, venía hacia acá, él apareció, quería hablar conmigo, yo lo ignoré y él insistió.—Mimi suspiró— Terminé hablando con él.

—¿Y?— Cuestionó Michael— ¿Te trató mal? ¿te insultó? ¿te lastimo?

—No.— Respondió Mimi— Sorprendentemente no.—Musitó— Él simplemente quería hablar conmigo sobre la verdad que supo.— Bajó su mirada— A diferencia de otras veces no estaba a la defensiva, sus palabras no eran prepotentes. Él parecía...—Pensó bien la palabra— Arrepentido.

—¿Arrepentido?

La castaña asintió— O eso me intentó decir.

El rubio hizo una mueca—Pues es evidente que no se siente arrepentido.

—¿No?— Preguntó Mimi.

—No.—Contestó Michael— Yo creo que el sentimiento que está dominando en él o que dominará desde ahora adelante sabiendo toda la verdad es la culpa.

¿Culpa?

—¿No es lo mismo?

—No.

—¿Y por qué dices o crees eso?

—Pues claro.— Respondió el rubio— Si fuera un verdadero arrepentimiento te hubiese pedido disculpas antes, sin necesidad de saber esto. Lo que ahora lo mata es el cargo de consciencia y te buscará netamente para acabar con eso.

—¿Eso no generará arrepentimiento?

—Tal vez, pero no porque te haya tratado mal, sino porque le dolerá saber que actúo mal por una mentira.— Musitó el oji-azul— Tú misma me comentaste lo orgulloso que es ¿no?

Sí, eso le dijo. Y si analizaba esas palabras...Michael tenía razón.

—Bueno, de todas formas, tampoco me interesa lo que sienta o tenga que decir, aunque sea arrepentimiento. — Musitó Mimi— Yamato me decepcionó enormemente y no lo perdonaré de manera tan fácil.

¡Pues claro que no! No lo merecía.

—Ese sujeto no merece tu perdón Mimi.— Declaro el rubio— Actuó como un patán, sería injusto para ti perdonarlo luego de todo lo que sufriste.

La Tachikawa bajó la mirada— Por un lado, me gustaría hacerlo ¿sabes? Con la esperanza de que todo regrese a ser lo que era.— Suspiró— Pero por otro lado solo siento ira.— Declaró— Por más que quiera las cosas nunca volverán a ser como eran antes, mucho menos nuestra relación.

—Tu historia con él ya terminó Mimi, olvídate de eso.— Declaró el rubio antes de acercarse a ella, tomar su mentón y alzar su rostro— Pero puedes comenzar unan historia nueva ahora.

Fue así como el rubio acercó su rostro al de la chica, besó su mejilla derecha, luego su mejilla izquierda, a continuación, su mentón, sus pómulos, la punta de su nariz, nuevamente su mentón y besó el borde de sus labios.

—¿E?—Balbuceo la chica—Michael.— Pronunció su nombre— ¿Qué haces?

El rubio sonrió—Acercarme a ti.

La chica hizo una mueca— ¿e?—Balbuceo— N-no...

—Mimi.—El rubio la interrumpió— Sé que estás traumada con el amor.— Musitó— Pero quiero que sepas que yo no soy como Yamato.—Habló— Yo lo único que quiero es que seas feliz y vuelvas a creer en que alguien puede lograr que lo seas.

Estas palabras sorprendieron a la castaña y quedó mas sorprendida cuando el chico tomó su rostro para besar sus labios dejando a la Tachikawa marcando ocupado, como un teléfono celular.

La joven castaña al principio se sintió sorprendida y con el pasar del tiempo continuó. Incluso, terminó el beso y ella continuaba en shock.

Michael se separó de ella y se dio cuenta de su expresión.

—Sé que esto es sorpresivo, pero me gustaría que pienses en darme una oportuidad.— Comentó— Quizás no en este mismo minuto, pero quiero que lo medites y en algún momento me la des.

La castaña simplemente quedó sin palabras, sin saber que hacer o decir.

¿Una oportunidad?

¿Michael quería ser algo mas que su amigo?


Mientras tanto en el Internado.

La hermana de Yamato se encontraba a frente de cierta mujer que últimamente venía a visitarla seguido, como nunca antes, para traerle problemas.

Sí, se refería a nadie más y nadie menos que a Natsuko. Su madre biológica.

—¿Qué haces aquí?— La oji-verde le preguntó a la mujer.

—¡Vaya! Tus modales son horribles niñita, no te haría mal saludar.— Contestó la oji-azul con ironía— Hola hija.

La rubia rodó los ojos— No hables tonterías y dime ¿qué haces aquí?

Era quinta vez en el mes que venía a verla, eso no ocurría todo el tiempo.

—Vine a ver cómo estás.

—¿Cómo estoy o como va tu plan?

Natsuko se cruzó de brazos y río— Hey, intento ser amigable contigo, no te haría mal fingir que te importa ¿e?

Zoe rodó los ojos molesta— Estoy bien mamá.— Contestó.

—Así me gusta.

—Ya dime ¿qué quieres?

—Tú misma diste la respuesta antes, vine a ver como va nuestro plan.

¿Nuestro?

¡Era solo de ella! Y la chantajeaba a ella para que participara.

—Cómo van las cosas con Jp?— Natsuko el preguntó a su hija.

Izumi hizo una mueca al recordar ese otro aspecto de su nueva vida.

"Su relación con ese chico"

Se abrazó a sí misma, se sentía sucia, inmunda, asquerosa, peor que esa vez que se involucró con Ryo. Literalmente, Natsuko la hizo dar su cuerpo para obtener dinero.

—¡Hey! Respondeme.— Exigió la oji-azul—¿Cómo va?

—¿Cómo crees?— Preguntó la chica— Como tú lo planeaste.

La mayor sonrió— Me alegra escuchar eso.

No le sorprendió este comentario de su madre, después de esto, Natsuko era así, solo pensaba en sí misma...Al igual que ella ¡Sí, como ella! Después de todo, solo pensaba en ella cuando le recriminó todo a Mimi, cuando insultó a Takuya o cuando hizo todo lo que hizo.

Apretó su mandíbula.

¿Por qué era así?

—¡Hey! Pero no coloques esa cara de sufrida.— Natsuko se acercó a su hija y jaló levemente su cabello—Como siempre buscas hacerte la víctima.

En otro momento se hubiese sentido mal por ese comentario de su madre, no obstante, tenía razón. Siempre ella buscaba hacerse la víctima sin pensar en los demás.

—Deberías estar feliz, finalmente estás haciendo algo productivo por tu familia.

—¿Producto?— Preguntó la rubia— ¿Vendiendo mi cuerpo para obtener dinero?

—¡Niña! No lo estás vendiendo, simplemente te estás sacando partido.— Declaró la oji-azul.

—No me saco partido madre, simplemente estoy sufriendo.— Respondió Izumi— Ese chico simplemente está conmigo por lo popular que soy, busca sacar beneficios de eso, nada más, no quiere algo formal conmigo.

—¿Quién dijo?— Cuestionó Natsuko— Él si quiere algo formal, se nota a lo lejos que lo tienes hipnotizado.

—Pero yo no lo quiero, no es justo que piense que sí cuando es evidente que no.

—Sentimiento.—Repitió la mujer y río— Eso es una idiotez. Para tener una vida lujosa no necesitas actuar por los sentimientos, eso solo te hace vulnerable y débil.— Contestó— Y la prueba eres tú ¡Tan solo mírate! Lloras por tu amiga, su hermano y demás, cuando podrías fácilmente ser feliz aprovechando de tus lujos y comodidades.

Zoe negó, verdaderamente odiaba esa forma tan cruel de actuar que tenía su madre, parecía una persona sin corazón.

—Bueno, no puedo disfrutar de ellas, porque estamos a un paso de la quiebra.—Respondió la oji-verde— ¿O se te olvidó ese detalle?

—Eso tiene solución.— Respondió la oji-azul antes de sacar de su bolso una carpeta—La próxima vez que salgas con Junpei has que firme esto.

Izumi observó la carpeta y la abrió— ¿Qué es esto?

—Un contrato donde su empresa acepta invertir en la nuestra. Dándonos gran autoría en sus inversiones a nosotros.

En otras palabras, una forma de robarle dinero.

—La próxima vez que salgan intenta que lo firme sin que se dé cuenta.

—¿Qué? ¿Estás loca? ¡No puedo hacer esto!

—Claro que sí, es solo sacarle una firma.

—Madre esto nos traerá problemas, si se da cuenta nos podría meter a la cárcel.

—Dudo que lo haga.— Contestó Natsuko— Junpei está interesado en ti ¿no? Si le ocultas algo tan pequeño como esto no afectará en nada su relación.

—Claro que sí.— Respondió Izumi— No haré que se vea involucrado en tus negocios sucios.

—Bueno, entonces utiliza tus encantos para que firme por su cuenta.— Contestó Natsuko— No es difícil.

La oji-verde mordió su labio inferior— Por favor, madre, basta de esto ¡Estoy cansada!

—¡No me importa si estás cansada es tu deber ayudar a tu familia!— Exigió la oji-azul.

—¿Ahora somos familia?— Preguntó la Ishida— Hace tiempo ya no lo somos ¡Mi padre y tú no nos tratan como sus hijos! Nos ignoran, entre ustedes no existe un matrimonio normal ¡Todo es una mentira!

—¡No seas sentimental Izumi!— Exclamó la mujer— Tal vez, no somos una familia normal, pero legalmente sí y ante la sociedad somos un ejemplo a seguir ¡Y eso debe seguir así!—Declaró— Así que, harás firmar a Junpei te guste o no.

De verdad no quería.

—Osino tu padre sufrirá las consecuencias.— Musitó Natsuko— Algo que no creo que sea justo, considerando que te cuidó como si en verdad fuera tu padre aunque no llevas su sangre.

¡Eso era lo más doloroso!

No era hija de aquel hombre que tanto quería, quién a pesar de no ser biológicamente su familia, actúo de mejor forma que Natsuko, quién si lo era.

—¡Te odio!

La oji-azul rodó los ojos— Ódiame todo lo que quieras. Pero cuando tengas mi edad me lo agradecerás.

—Lo dudo.

—¡Como sea!— Musitó Natsuko antes de levantarse de su lugar— Me tengo que ir, llamame cuando mi encargo esté listo.—Fue lo último que dijo antes de caminar a la salida e irse.

Al quedar sola Izumi no pudo aguantar las lágrimas de sus ojos que rápidamente cayeron por sus mejillas.

¡Ya no daba más!

Quería acabar con todo.


Takuya y Damar tomaron asiento en una banca frente a la cafetería, cada uno con un cono con helado, el moreno de chocolate y la chica de vainilla.

—Mimi está agotada ¿sabes?— Musitó el moreno.

La chica asintió— No lo dice, pero es evidente.

—Y no es para menos.

—Claro que no, su mejor amiga y su novio la hicieron sentir miserable.— Comentó Damar— Eso no es justo.

—Y más encima, ahora debe soportar el regreso de nuestro padre.— Habló Takuya.

La oji-ambar se mordió el labio inferior.

—No creo que él traiga algo bueno. Solo problemas.

—Yo también creo que solo traerá problemas.— Musitó la chica—Pero, estoy cansada de pensar en él ¿Podríamos hablar de otra cosa?— Preguntó la castaña— Estoy cansada de hablar, hablar y hablar de los problemas con nuestro padre, los Ishida y demás.

—Tienes razón.—Mejor era olvidar aquello, al menos por un segundo— Y bien ¿cómo te va en la preparatoria?

Una pregunta común. Sí, común y tal vez, aburrida, porque su hermana siempre fue una chica de excelentes calificaciones (junto a Izumi y Miyako siempre fueron unas buenas exponentes en los declatones académicos), pero últimamente habían ocurrido muchas cosas, no le sorprendería que hubiese bajado un poco su rendimiento.

—Mmm...¿Bien?— Musitó la chica.

En realidad, más o menos, no porque fuera mala alumna, sino porque llevaba mucho tiempo faltando y con ella perdió dos evaluaciones, una la pudo justificar con su estancia en la clínica, la otra fue una pérdida directa y tendría que dar un examen adicional.

El moreno alzó una ceja— No te ves muy convencida con esa respuesta.

Damar sonrió y observó hacia arriba— Mira ¡Está lindo el cielo!

¿El cielo?

—¡Damar!— Takuya llamó a su hermana.

La chica observó a su hermano— ¿Alguna vez te he dicho todo lo que te quiero?

El castaño río ante esto— Eso nunca ha sucedido.— Comentó—Así que, no intentes desviar mi atención de mi pregunta con eso. Dime ¿cómo vas en la preparatoria?

La oji-ambar simplemente miró a cualquier lugar, menos a su hermano, no quería tener que responder...Aunque, si lo pensaba bien Takuya no le podía reclamar, él siempre se iba a exámenes especiales para pasar sus materias.

Su mirada se detuvo a unos metros de ellos donde venía caminando un chico de cabello negro y ojos azules.

¡Bingo!

—Mira, Koichi está ahí.

—¡No me cambies el tema y respóndeme!— Contestó el moreno molesto.

—No te estoy cambiando el tema, mira, ahí viene.

Fue así como el castaño dirigió su mirada donde índico su hermana y efectivamente ahí venía el gemelo de Kouji.

—Hola Koichi.— Saludó la castaña al gemelo de su casi-novio.

—Hola Damar.— Saludó el Kimura al llegar frente a los Tachikawa— Y Takuya.

—Hola.—Contestó el moreno—¿Qué haces aquí?

—¿Vienes a tomar helado?— Preguntó Damar.

Koichi negó— No, vine a hablar contigo.— Contestó—Le pregunté a Rika donde estabas y me dijo que te encontraría aquí.

La castaña alzó una ceja— ¿Hablar conmigo?

—Bu-bueno, no es hablar, sino que vengo a darte esto.— Musitó el oji-azul antes de alzar una bolsa plateada con un moño blanco la cual le extendió a la chica.

Damar la recibió sorprendida— ¿Por qué me das esto?

—Para agradecerte.— Declaró el Kimura.

—¿Agradecerme?— Preguntó la castaña— ¿Por qué?

—Por el libro que me diste el otro día.— Contestó Koichi.

La castaña alzó las cejas sorprendida, abrió la bolsa y sacó de adentro un libro.

Takuya se impresionó por esto.

¿Libro? ¿Koichi le regaló un libro?

Su hermana hace milenios no leía un libro. Literalmente, desde que le llegó la edad de rebeldía se volvió una niña cero lecturas, irresponsable, pasó de ser la mejor de su clase a faltar casi todos los días ¿Cómo era posible que tuviera tiempo de leer un libro si ahora solo se dedicaba a pensar en maquillaje, ropa y en su "casi-novio"?

—Oye, no es necesario.—Comentó la Tachikawa— Simplemente te lo di, no es necesario que me agradezcas dandome otra cosa.

—Bueno, quería hacerlo, me sentí en deuda contigo.— Habló el Kimura.

¿En deuda?

—No es necesario que te sientas en deuda Koichi, todo está bien.— Respondió la castaña.

—Puede que no, pero quise hacerte de igual forma este presente.— Contestó Koichi.

Damar observó el libro, parecía otro dorama, probablemente histórico.

Hizo una mueca.

Hace años ya no leía ese tipo de cosas. Sin embargo, esto le hacia recordar a la persona que alguna vez fue, aquella persona de cual Koichi se enamoró tiempo atrás, pero que ahora era totalmente diferente y que decepcionaría al Kimura, así como decepcionó a Kouji cuando quiso actuar de manera "rebelde" frente a él.

—Bueno, muchas gracias.— Musitó la castaña.

Koichi sonrió.

—¿E?— Takuya balbuceo— Siento interrumpir, pero Damar y yo vamos por un helado ¿Vienes Koichi?

—Me gustaría.— Contestó el pelinegro— Pero no puedo, tengo que estudiar, tengo examen de anatomía la próxima semana y quiero estar al cien. No obstante, quise darme un tiempo para darte esto.

Damar sonrió de lado— Bueno, gracias.

La sonrisa del Kimura aumentó más—Permiso, me tengo que retirar.— Hizo una leve reverencia estilo japonesa— Que tengan bonita tarde.

—Igualmente.—Musitaron ambos hermanos Tachikawa.

Fue así como el gemelo de Kouji volteo en dirección al internado y comenzó a caminar.

La castaña dirigió su mirada hacia su regalo, el libro decía: Black Moonlight Holds the BE Script (NA: Este libro tiene un dorama chino que hace poco tiempo me vi y ¡es 100% recomendable! se llama Till the end of the moon ¡Vayan a verlo!)

—Damar.— Takuya llamó a su hermana.

—¿Sí?— Preguntó la chica mientras guardaba su regalo en su bolsa respectiva.

—¿Es verdad que el otro día le regalaste un libro a Koichi?

La castaña asintió— Sí, lo es.

—¿Por qué?— Cuestionó el moreno.

—Porque estaba triste y quería subirle el ánimo.— Respondió Damar— Quería que se distrajera unos momentos, que dejara de pensar en su madre y le di un libro que hace tiempo él quería leer.

—¿Y por eso te dio otro libro en señal de agradecimiento?

La menor asintió.

Takuya hizo una mueca— Que mal.

Esto sorprendió a la oji-ambar.

—¿Mal?— Preguntó Damar— ¿Por qué estaría mal?

—¿Acaso no te das cuenta?

—¿Darme cuenta?—Cuestionó la chica— ¿De qué?

¡Rayos! ¿Cómo lo sabía?

—Entiendo que quieras ser buena persona, porque te da tristeza lo que ocurrió con la madre de Kouji y Koichi, pero ¿no crees que tal vez esta actitud confunda a Koichi?

—¿Confundir a Koichi?— Preguntó Damar.

Takuya asintió.

—¡Ay no! Por favor, no comiences con tus celos.

—No son mis celos, Damar, es verdaderamente, últimamente te has acercado a Koichi y considerando que él está interesado en ti puede malinterpretar las cosas.

—Koichi no está interesado en mí.

—Sí, lo está.

—Claro que no.

—Te estoy diciendo que sí.

—Claro que no, él está interesado en su nueva amiga, esa chica que...— Damar llevó una mano a su frente intentando recordar su nombre— ¿Cómo se llama esa chica que es amiga de Miyako?

—Juri.

—¡Sí! Ella.

—No lo está.—Respondió Takuya—Está más que claro que Koichi todavía está interesado por ti ¿sabes?— Habló— Y creo que, en tu fase de buena amiga, él se está confundiendo.

—No seas exagerado.—Musitó Damar.

—No es exagerada, está diciendo la verdad.— Declaró el moreno— Koichi todavía está interesado en ti y da pena, porque Juri, su amiga evidentemente siente algo por él, pero él está cegado en ti.


—Yamato.

El chico alzó una ceja— ¿Mamá?— Se sorprendió al ver a la mujer en ese lugar— ¿Qué haces aquí?

—Vine a verte.— Contestó la oji-azul.

Mal momento.

La mujer se acercó a él y besó su mejilla.

—¿Ocurrió algo?

—¿Por qué preguntas? ¿Acaso no te alegra verme?

Yamato se cruzó de brazos— Tú bien sabes que es inusual que vengas a verme por intención propia.

—¡Hey! No seas mal educado.— Exclamó Natsuko.

—Simplemente estoy siendo realista.

—Deja tus estupideces de lado.— Contestó la oji-azul— Y estoy hablando en serio, vine a ver cómo estás.— Admitió—Me preocupa saber cómo van las cosas contigo luego de todo lo que te hizo esa mojigata que decía ser tu novia.

¿Mojigata?

—No la llames así.

—¿Por qué?— Preguntó Natsuko— Es lo menos que se merece.

—No se lo merecere.

—Claro que sí.—Musitó la chica sin darse de algo en particular— ¡Un minuto! ¿La estás defendiendo?

—¿Defendiendo?

—Sí.— Respondió la oji-azul.

—Bueno, es lo mínimo ¿no?— Comentó Yamato— Es la madre de mi hija.

Luego de todo lo que hizo ahora debía estar más decidido a cuidarla.

—¡No me digas que volviste a caer en sus garras!— Exclamó Natsuko.

—¿Qué?— Preguntó el Ishida— ¿Caer en sus garras?

—¿Se reconciliaron?

—No.— Respondió Yamato.

—Entonces ¿por qué hablas así?

—Porque Mimi no lo merece.

Natsuko alzó una ceja— ¿No? ¿Acaso no te parece suficiente todo lo que te hizo?

—To-todo fue un error madre.— Yamato bajó su mirada— Yo me equivoqué con Mimi al insultarla. Ella no me ocultó a mi hija.

¿Qué?


Kouji llegó hasta la cafetería cerca del Internado, estaba agotado a más no poder, fue a una clase de Kendo, ya que necesitaba votar energía negativa y alinear sus emociones, funcionó, no obstante ¡Venía muerto!

Pasó su mirada por el lugar.

Su casi-novia y su amigo (De seguro obligado por su hermana) Lo invitaron a tomar un helado.

Lo cual aceptó, ya que necesitaba hablar con la oji-ambar.

A los metros divisó a los Tachikawa y no dudó en caminar hacia ellos, quienes hablaban eufóricamente entre ellos y no prestaron atención a su llegada.

—¡Te estoy diciendo que sí!

—Y yo te estoy diciendo que no.— Contestó Damar.

—¿Por qué no quieres creerme?— Preguntó el moreno cruzándose de brazos.

—Porque no tiene sentido lo que dices.— Respondió la chica molesta.

—¡Claro que sí!

—¡Eres insoportable Taku...—La hermana de Mimi no continuo hablando al sentir que unas manos rodeaban su cintura.

—¿Por qué estás tan enojada?— Preguntó el Minamoto.

Damar ante esto volteo rápidamente— Kouji, llegaste.— Musitó antes de depositar un beso en sus labios.

Takuya hizo una mueca ante esto.

El Minamoto asintió— Sí, aquí estoy.— Depositó otro beso en sus labios y luego dirigió su mirada hacia el moreno— Hola Takuya.

—Hola Kouji.

Damar sonrió— Me alegra que hayas llegado.— Abrazó al chico— Estaba cansada de escuchar las estúpideces de Takuya.

—Al parecer estaban discutiendo.— Musitó el Minamoto.

—Raro sería que no.— Comentó Takuya.

¡Buen punto!

—Bueno, debe haber una razón por la cual están discutiendo esta vez.—Comentó Kouji.

Damar asintió—La hay.

—Tu hermano.— Musitó Takuya.

El Minamoto alzo una ceja—¿Koichi?

La castaña asintió.

—Verás, Koichi me regaló un libro, porque yo el otro día lo ayude cuando estaba triste por el tema de su madre.— Declaró Damar— Y Takuya, quién vio esto, me está insinuando que tu hermano aun continua enamorado de mí.

Kouji dirigió su mirada al moreno.

—No lo insinuó.— Respondió el moreno— Es la verdad.

—¡Que no lo es!— Exclamó la chica.

Takuya rodó los ojos— ¿Cómo no te das cuenta?

Era demasiado obvio.

—Damar, lamento decirte que Takuya está en lo correcto, Koichi aún está enamorado de ti. — Musitó Kouji.

—No lo creo.

—¿Acaso no es obvio? — Preguntó el moreno— Te dio ese libro, el otro día una flor ¿o lo olvidaste?

—Sí ¿y?

—¿Cómo qué y? — Cuestionó Takuya— Está claro.

—Claro que no. — Musitó Damar— No hables cosas sin sentido hermano.

—Damar, por primera vez en toda su vida, Takuya está diciendo algo coherente. —Musitó el Minamoto.

Y eso era mucho decir.

—¡Oye! —Exclamó el moreno ofendido.

La castaña observó al Minamoto sorprendida.

—¿Cómo estás tan seguro de eso?

—Koichi me lo confirmó hace unos días.

—¿Qué? — Cuestionó Damar— No puede ser.

—Lo es.

—Claro que no, él está con esa amiga suya ¿no? — Musitó la castaña.

—Solo son amigos, lamentablemente.

—Pe-pero, si así fuera yo me daría cuenta.

—Bueno, yo estuve bastante tiempo enamorado de ti en el pasado y tampoco te diste cuenta.

—No me culpes por eso, no eras tan obvio.

—Puede que no, pero Koichi sí, tan solo mira tú obsequio. — Musitó el Minamoto señalando la rosa.

Damar observó esto.

No, no puede ser. Por favor no, no quería volverse a sentir culpable, porque bastante culpable se sintió cuando no le pudo corresponder a sus sentimientos o cuando besó a Kouji a sus espaldas o cuando terminaron y continuaban ocurriendo cosas con su hermano gemelo.

—¡Oh no! — Musitó la chica— ¿Y ahora que vamos a hacer?

—Yo creo que lo mejor que puedes hacer es quedarte sola, soltera, sin ningún hombre en tu vida. — Comentó Takuya.

Damar se cruzó de brazos y fulminó con su mirada a su hermano— No digas estupideces, esto es serio.

—No es una estupidez, es la verdad. — Habló el moreno— Estar en una relación solamente te traerá problemas hermana, lo mejor será que estés sola.

—No hay manera que esté sola.—Musitó Kouji— Mejor ve acostumbrándote Takuya a la idea que soy tu cuñado.

Estas palabras casi mataron al moreno, quién no quería hacerse la idea que ahora tendría que llamar cuñado a su ¿amigo? A estas alturas ya ni sabía si lo eran o tal vez sí ¿qué era peor? ¿Qué tu mejor amigo se involucre con tu hermana menor? ¿o que tu amigo se involucre con tu novia? Básicamente ambos se habían decepcionado mutuamente y ahora hablaban como si nada.

(Nota de la autora: No sé lo que opinan ustedes, pero generalmente los hombres se pelean y luego se vuelven amigos, y en este caso es extraño, porque Takuya le hizo algo malo a Kouji, Kouji también le hizo algo malo a Takuya y...negativo por negativo es positivo, así que, es lógico que continuen siendo amigos ¿o no? Diganlo en los comentarios)

—Está bien, está bien. — Musitó el Tachikawa— Miren, siendo sincero, creo que la mejor solución será que sean sinceros con él y le digan que están en una relación.

Kouji y Damar observaron a Takuya, Rika les dijo algo similar hace un tiempo.

—Ya hemos evidenciado muchas veces que ocultar este tipo de cosas trae consecuencias malas. — Habló el moreno— Lo mejor es decir la verdad. Solo así se evitarán un enredo mayor más adelante e impedirán que el dolor de Koichi sea menor.

Sí, tenía razón.

Extrañamente, el imbécil de Takuya, el torpe de siempre, el hermano celoso insoportable. Tenía razón.

—¿Tú que dices, Kouji? — La castaña le preguntó a su casi-novio.

—Creo que tendremos que decirle.

—¿Seguro que quieres hacerlo? Esto podría causar un problema entre ustedes.

—Sí.—Existía una gran posibilidad—Pero creo que no tenemos opción. — Respondió el Minamoto— Decirle la verdad es lo mejor.

Damar asintió— Bueno, si tú quieres decirle, entonces, por mi está bien.

Mientras él estuviera seguro, ella estaría segura, después de todo, el hermano de Koichi era él.

—Por cierto ¿a esta altura que son?—Preguntó Takuya—¿Novios?

Ambos se sorprendieron ante esta pregunta e intercambiaron miradas.

¿Qué eran?...Ni ellos tenían claro exactamente en qué punto estaban en estos minutos.

—No lo tenemos claro.— Musitó Kouji.

—Mal ahí.—Comentó el moreno— Si no es formal, entonces, no tiene sentido para mí y no eres mi cuñado.

—Deja de hablar estupideces Takuya y mejor continúa comiendo tu helado.


Rika caminó por el pasillo con el móvil sobre su oreja derecha mientras hablaba con su novio.

Discúlpame Rika, sé que prometimos salir hoy en la tarde, pero surgió un imprevisto.

—¿Imprevisto?— Preguntó la pelirroja— ¿Ocurrió algo grave?

Mmm..No sé exactamente, mis padres me llamaron y dijeron que fuera a casa.— Habló Takato— Lamento mucho cambiar nuestros panorama.

—No te preocupes.

—Claro que me preocupo, justo hoy Takeru e Hikari iban a salir, tu amiga está ocupada con sus hermanos y...

—¡Hey! Tranquilo.— Respondió Rika mientras comenzaba a bajar por la escalera— No me molesta estar sola por unos minutos, me servirá para estudiar y hacer algunas cosas que he dejado de lado.

Prometo compasártelo.—Musitó el castaño— Te llevaré un rico pan dulce hecho por mis padres.

—Mmm...eso suena bien.—Exclamó la chica— Te cobraré la palabra.

—Bueno.— Contestó Takato— Disculpa ahora debo colgar. Nos vemos en la tarde.

—Nos vemos.

—Te quiero.

Rika sonrió ante esas palabras y a la vez se ruborizó— Y-yo también te quiero.

Fue así como la llamada finalizó.

La pelirroja observó la escalera dispuesta a continuar su camino, no obstante, antes de hacer esto su móvil sonó.

¡Bip, bip!

Rika colgó la llamada y continúo caminando por la escalera, no obstante, a su mente vino el recerdo de sus amigos. Fue así como sacó su móvil y buscó el chat de su amigo, Takeru, quién estaba en línea.

(De: Rika)

¡Hey! Estás conectado en el chat,
eso me hace pensar que no les está yendo bien en la cita.

El chico no demoró en responder.

(De: Takeru)

¡Nada que ver! Nuestra cita va de lo mejor.
Simplemente decidí ver mi móvil mientras Hikari retocaba su maquillaje.

(De: Rika)
¡Que bien! Me alegra saber que les está yendo bien.
Por favor, no hagan estupideces. No quiero tener que toparme con otra escena.

(De: Takeru)

Jaja muy graciosa -_-

La pelirroja rio, era divertido molestar a su mejor amigo con ese tipo de cosas. Rápidamente tecleo otro mensaje, el cual el rubio respondió. Otro mensaje de ella y él contestó. Estuvieron así varios minutos, en el cual la chica no despegó su mirada de su móvil mientras caminaba. No obstante, esto le trajo problemas, ya que no se percató que la agujeta de su zapatilla derecha se soltó y sin querer al pisarla con su pie izquierdo perdió el equilibrio, rápidamente cayó al suelo.

—¡Rayos!— Exclamó la Nonaka llevando sus manos a su tobillo izquierdo totalmente adolorida—¡Rayos!

¡Que mala suerte!

Y en ese minuto, prácticamente de la nada apareció cierto chico de cabello castaño, moreno de ojos azules—Rika ¿estás bien?

—Ryo ¿qué haces aquí?— Preguntó la chica— ¿Me estás siguiendo?

—No, simplemente iba pasando.—Respondió el Akiyama— Y te vi caer.

¡Qué vergüenza!

Pensó la Nonaka.

—S-sí...—Intentó responder, no obstante, apenas intentó levantarse sintió y dolor intenso en su pie izquierdo—¡Auch!— Exclamó antes de caer nuevamente al suelo, pero esta vez de rodilla.

Ryo observó a la chica totalmente preocupado, evidentemente sentía dolor, su rostro lo decía.

—Ven, te llevaré a la enfermería.

—No es necesario, puedo hacerlo sola.— Contestó la pelirroja.

—Evidentemente no puedes.—Musitó el oji-azul antes de acercarse a la chica y tomarla en sus brazos.

Rika ante esto se sostuvo de su cuello para no caerse— ¡Hey! Bájame. Puedo ir sola a la enfermería.

—Sh.—La hizo callar—No reclames, ya estás en mis brazos.


—Y eso fue lo que ocurrió.— Yamato le terminó de relatar a su madre.

¡Wow!

Pensó Natsuko, jamás espero que hubiese algo así detrás de toda esa mentira. Aunque si lo pensaba bien tenía sentido Keisuke no era tan tonto como para arruinar su honra.

Bien planeado

Ojalá nunca hubiesen regresado sus hijos, ya que, sin eso, todo hubiese salido bien.

Mal ahí Keisuke

—Yo me equivoqué.— Musitó el rubio— Actúe erróneamente.

—¿Por qué dices eso?— Preguntó Natsuko—Claro que no estaba mal, estabas en lo correcto.— Declaró— Esa chica luego de todo lo que hizo no merece que le prestes atención.— Declaró— Ya que si te hubiera amado tanto como decía hubiese buscado una solución a su embarazo no deseado, abortando a esa bastarda.

¿Qué?

—Madre, no llames así a mi hija.

—¿Por qué no? Eso es lo que es.

—No es una bastarda.— Contesto Yamato— Es mi hija, no te permitiré que la llames así.

—¡No me alces la voz jovencito!— Regañó Natsuko—Yo llamo a esa niña como quiero.

—Es tu nieta.

—¡No!— Respondió la mujer cortante— No es mi nieta y nunca lo será.

—Es igual a ti ¿sabes?— Comentó el rubio.

Natsuko rodó los ojos—Eso no me importa.

—Tiene un nombre similar al tuyo, Natsumi.

—Ya te dije que ¡No me importa!—Alzó la voz— No reconoceré un descuido tuyo y de esa mojigata como parte de nuestra familia.

¿Error?

¡No era un error!

—¡No vale la pena hablar contigo!— Yamato declaró enfadado—Siempre serás la misma mujer egoísta de siempre.

—Y tú, el chico insensible y débil de siempre.—Musitó la mujer molesta.

El chico rodó los ojos y volteo en dirección a las escaleras— Cállate, no te quiero escuchar.— Fue lo último que dijo antes de irse.

—Mal educado niñito.— Gritó Natsuko molesta.

Verdaderamente no entendía a su hijo. ¿Cómo rayos perdía su tiempo con esa mojigata? Cuando podría fácilmente estar con una chica más interesante e independiente como Nanami.


Izumi se sujetó de la pared, se sentía inestable. Al parecer consumir sustancias le estaba pasando la cuenta. Sentía resacas horribles, su cabeza le dolía al cien, sentía como si la hubiesen golpeado contra el suelo.

¡Odiaba esta sensación!

Continúo bajando la escalera sujetada de la pared hasta llegar al final.

Cerró los ojos y suspiró aliviada, por unos momentos en verdad sintió que iba a caer, pero gracias al cielo no ocurrió. Fue así como nuevamente respiró profundo y se dispuso a caminar en dirección hacia la salida, no obstante, apenas llegó a la puerta se encontró frente a frente con cierta chica castaña de ojos miel.

¡Rayos!

Pensó aquella chica al encontrarse con la rubia frente a frente. No quería toparse tan pronto con la hermana de Yamato, no quería tener problemas con ella.

—Mimi.— Ella pronunció su nombre.

La Tachikawa hizo una mueca y no dijo palabra, simplemente continúo caminando. Sí, la iba a llamar mal educada, pero cero le interesaba su opinión.

—¡Hey! Espera.— Izumi le habló— Necesito hablar contigo.

¡Oh no! Su segundo round, primero Yamato y luego ella, ahora solo le faltaba Takeru y completaría a los hermanos Ishida.

—No tengo ganas de hablar, Zoe.

—Mimi, por favor, dame unos minutos.

Mimi rodó los ojos— ¿Para qué? ¿Para discutir nuevamente y me insultes?

La rubia se mordió el labio inferior. Evidentemente la Tachikawa estaba enojada y era razonable, ella la trató súper mal.

—Sé que estás molesta y yo sé cual es la razón.— Contestó la rubia— Yamato me dijo todo.

Como lo imaginó.

Yamato le dijo todo a sus hermanos.

—Vaya, finalmente sabes la verdad.—Musitó la castaña—Supongo que quieres arreglar las cosas ¿no?

—¿Arreglar?—Izumi bajó la mirada—Me encantaría arreglarlo con una simple charla, pero estoy consciente que no lo lograré de una manera fácil. Takeru, Yamato, nuestra madre y yo los tratamos muy mal.

—¿Recién te das cuenta de eso?

La oji-verde cerró los ojos.

—Nos trataron peor que mal.—Habló la oji-miel— Luego de decir que éramos parte de su "familia" nos hicieron la desconocida, como si jamás hubiésemos sido amigos.— Declaró— Era de esperarse que no reaccionaran bien, ya que tienen razón, me equivoqué al no decirles la verdad. Pero, tú ni siquiera me diste el beneficio de la duda, no me dejaste ni siquiera explicarte algo mínimo en honor a nuestra amistad.

En honor a su amistad...

—Lo sé Mimi y lo siento mucho.— Respondió Izumi— Como amiga actúe horrible y estoy muy arrepentida por eso.

Ojalá el arrepentimiento matara, ya que estaría muerta y no viviendo esta horrible situación. Era lo peor de este mundo.

—Nada quitará lo mal que me comporté.— Declaró la rubia.

—Lamentablemente, el pasado no se puede borrar ¿sabes?— Habló Mimi— Pero si sirve para aprender. Y yo aprendí mucho.— Declaró— Aprendí que nunca tuve una familia, nunca tuve un novio que me amará, nunca tuve una cuñada y peor ¡Nunca tuve una verdadera amiga!

Eso fue como un golpe para Zoe.

Las palabras eran crueles y duras, difíciles de asimilar, pero eran ciertas muy ciertas.

—Tú siempre me apoyaste en todo y yo no lo hice...—Las lágrimas brotaron en los ojos de la Ishida—Te pido perdón.

—Me gustaría perdonarte, pero...

—No lo merezco.— Izumi completó su frase.

Mimi asintió— Pues no, no lo mereces.—Respondió— Y dudo mucho que algún día lo merezcas, porque tú no me diste la oportunidad cuando más lo necesité.

La rubia apretó su mandíbula y llevó una mano a su pecho, le dolía el corazón, porque definitivamente ya nada en su vida tenía sentido. Jamás tuvo una madre, pero siempre tuvo a su padre, a sus hermanos, sus amigos en especial su mejor amiga y el chico que amaba, todo eso la hacía feliz, sin embargo, con el paso del tiempo lo perdió a su padre, por sus errores luego a Takuya, ahora perdía a Mimi y...solo tenía a sus hermanos, quienes para variar eran sus medios hermanos.

¡Ya nada valía!

—Lo siento Mimi, lo siento.— Exclamó la Ishida lanzándose a los pies de su amiga— Por favor, perdóname.

La castaña negó— No es necesario que me pidas perdón de rodillas, ya que no puedo perdonarte...—Declaró—No puedo y no quiero.—Contestó— Lo siento.

Fue lo único que dijo la chica antes de voltear en dirección a Michael y caminó hacia él a paso rápido, no quería estar frente a frente de Izumi.


—¡Ryo suéltame!— Exclamó Rika mientras el chico la depositaba en la camilla

—¡Ya te solté!

—¡Ahora vete!— Gritó la pelirroja.

—¡Déjate de reclamar!— Exclamó el chico— Y deja que te ayude.—Musitó antes de retiró la zapatilla de su pie.

La pelirroja se mordió el labio inferior ante el dolor que sintió cuando el castaño le quitó la zapatilla, en verdad dolía.

—Rayos, está muy enrojecido tu tobillo.—Musitó el oji-azul.

Rika dirigió su mirada hacia él y efectivamente, estaba enrojecido a mil, su color iba acorde al dolor que sentía.

—Te echaré crema.—El Akiyama alzó en sus manos la pomada que sacó del estante, quitó la tapa y depositó un poco en el tobillo de la chica.

—¡Hey! No es necesario que lo hagas, puedo hacerlo sola.

—¡Claro que no!— Respondió el oji-azul— Déjame a mi.

—En verdad quieres hacerme enojar ¿e?—Rika se cruzó de brazos.

—Lamentablemente, esa es mi especialidad, aunque no quiera.—Comentó Ryo— No me tienes mucha paciencia.

—¿No?— La chica lanzó una carcajada— Tú bien sabes que sí te le he tenido durante mucho tiempo.

—Bueno, entonces, continúala teniendo mientras aplico esta crema en tu tobillo.— Fue así como con sus dedos la esparció y comenzó a masajear la zona enrojecida.

Rika hizo una mueca. No sabía porque rayos se dejaba ayudar por él.

El chico por su lado se dedicaba a masajear con cuidado, untando de crema aquella zona enrojecida.

—Y dime...—Ryo decidió hablar— ¿Por qué estabas sola?

—¿Sola?

—Sí, sola.— Contestó el oji-azul—Generalmente te veo con tu novio, hermanos o tus amigos, es extraño verte sola. No te deja ni a Sol ni sombra.

La pelirroja se cruzó de brazos.

—Hey, no te enojes, no lo dije con intenciones de ofenderte.—Musitó el oji-azul.

—Es difícil creer eso.—Musitó la chica.

—Sí, lo sé.— Admitió Ryo— Pero solo era una pregunta ¿Cómo una chica tan linda como tú anda sola a estas alturas del día?

La Nonaka rodó los ojos, la pose de conquistador del oji-azul era insoportable y a la vez chistosa, ya que no se le daba para nada.

Suspiró.

—Estaba sola, porque quería ir a comer y no tenía quién me acompañase.

—¿Tus amigos?

—Salieron.

—¿Y tu novio?

—Fue a casa de sus padres.

"A casa de sus padres"

Eso le llamó la atención.

—Pobre chico, tendrá problemas si se trata de su familia.

—¿Cómo crees?— Preguntó Rika—La familia de Takato no es como la de los demás.— Comentó— Sus padres lo aman y él a ellos.

—¡Wow! Finalmente un niño con dinero de este lugar no tiene problema con sus padres.

Eso era extraño

—Él no tiene dinero.— Respondió la pelirroja— Él está becado en este Internado.

—¿De verdad?

La pelirroja asintió.

—¡Vaya! No me lo hubiese imaginado.— Comentó el oji-azul— Pensé que era otro chico millonario con buen carisma y que con sus lujos te había conquistado.

—¡No digas tonterías!— Exclamó Rika—Tú sabes que el dinero nunca me ha interesado.— Comentó —Y por eso creo que Takato es buen novio, ya que sin tener grandes lujos me hace feliz.

—Sí, lo sé.— Musitó Ryo— Tu sonrisa al estar junto a él lo demuestra.— Sí, sonó cursi, pero debía decirlo.

La pelirroja asintió.

—Eso es bueno.—Comentó el Akiyama—Me alegra verte así.

¿Qué?

Este comentario sorprendió a la pelirroja.

—¿Perdón?— Preguntó Rika— ¿Qué dijiste?

—Lo que escuchaste.— Respondió el oji-azul antes de voltear hacia ella—Es bueno ver que estás feliz con ese chico.

¿Era una broma? ¿O un truco?

El Ryo que ella conocía jamás diría algo así, al contrario, le diría mil razones para dejar a ese chico.

—¿Qué te ocurre Akiyama?— Llevó una mano a su frente— Mmmm...no tienes fiebre.— Comentó— No me digas que te tomaste una de esas estúpidas sustancias que te hacen alusionar.

—Hey, no.— Exclamó el chico— Estoy completamente sobrio.

—Me es difícil creerlo.

—¿Por qué?

—Porque estás hablando cosas que no son propias de ti.— Respondió la chica— Además, es común en ti que consumas esas estupideces.

Sí, lamentablemente esa era la imagen que todos tenían de él.

No obstante, eso jamás volvería a ser así.

—Bueno, sorpréndete, porque estoy completamente despierto, sin sustancias o alcohol.—Comentó Ryo—Y aunque no lo creas que estoy deseando un muy feliz noviazgo con ese chico.

Con todo el dolor de su corazón, pero con el más sincero cariño que le tenía a esa chica.

Quizás, ella nunca le tendría confianza, nunca aceptaría tener algo con él, nunca podría llamarla "suya" No obstante, quería verla feliz y al menos lograr tener una amistad con ella, ya que le bastaba con tenerla cerca.


Mientras tanto en del departamento de Nene.

La castaña se encontraba solitaria en el salón principal, totalmente adolorida, era su segundo día con su período y aun dolía.

¡Bip, bip!

Su móvil sonó.

Fue así como estiró su mano a su móvil, prendió la pantalla y lo acercó a su rostro. Tenía un mensaje.

(De: Kiriha)

Espero que no te estés muriendo, ya llegué a Shibuya para hablar con tu primo.
Sí mi presentación sale bien tendremos un inversionista.

Nene sonrió ante esto.

(De: Nene)

¡Muy bien! Espero que te vaya bien y...(que te mantengas sobrio)
Si no, te usaré como muñeco a Taekwondo cuando regreses.

A los pocos segundos recibió un mensaje de Taekwondo.

(De: Kiriha)

Ja ja muy graciosa -_-
Por amor a mi rostro, no consumiré tonterías.

(De: Nene)
Muy bien ¡Así me gusta!

Fue así como guardó su móvil y su concentración regresó a su dolor. Por más que pensara en otra cosa era inevitable sentir aquellos cólicos. Además, sentía frío.

Dirigió su mirada hacia una manta color gris cerca de ella, no era suya pero no quería levantarse. Fue así como estiró su mano, la tomó y acomodó sobre su vientre.

Justo en ese momento en el lugar ingreso cierta chica rubia de ojos lila-rosa.

¡Oh no!

—Buenas tardes.

Nene no le contestó, ya que no tenía ánimos.

—¿Por qué no respondes?— Preguntó Nanami—¿Acaso no tienes modales?

Esto molestó a la castaña.

—Mejores que los tuyos es seguro.— Respondió la chica Amano molesta.

—Evidentemente no.— Musitó la rubia—Esa manta es mía.— Exclamó antes de quitarsela.

—¡Hey!— Nene se levantó del sofá molesta— ¿Qué te pasa?

—¿No escuchaste? Esta manta es mía.— Respondió Nanami— La estás usando sin permiso, eso no es de buena educación.

—Estaba aquí en la sala y yo tenía frío, simplemente la tomé.

—Bueno, tomar cosas que no son tuyas es de mala educación. — Contestó la rubia—Algo que no me sorprende ¿sabes?

—¡Ya te dije! Simplemente tenía frío, no pensé porque me sentía mal del vientre.—Insitió— Si hubiese sabido que era tuya no la hubiera tomado.— Comentó la chica— Ya que no tengo interés de involucrarme en un problema contigo.

—¿Así como el problema del otro día que me culpaste de algo que no hice?— Preguntó Nanami.

Nene alzó una ceja sorprendida ante esto— ¡Perdón!— Exclamó—¿Algo que no hiciste?— Cuestionó— Por favor, no me hagas reír.— Se cruzó de brazos— Ahora estamos solas, sin tu amiga, puedes quitarte esa máscara absurda que tienes en tu rostro.

—¿Máscara?

La castaña asintió— De mosquita muerta e inocente que todos te creen.— Comentó— Todos, menos yo.

Nanami también se cruzó de brazos.

—Dime ¿Por qué me culpaste?— Preguntó la castaña.

—No te culpe.— Respondió la rubia— Simplemente dije la verdad.

—¡Tu bien sabes que no me culpa!— Gritó la Amano—¡Tu fuiste quién escribió ese mensaje! También me culpaste quién ha sembrado cizaña en este lugar, porque estás obsesionada con Yamato Ishida, el ex de tu supuesta mejor amiga Mimi y te arde la sangre al ver que está enamorado de ella.

La sobrina de Rumiko frunció el ceño—Eso no es verdad.

—No es necesario que mientas, conozco a tipas como tú.— Nene se cruzó de brazos.

Lamentablemente ella también fue así en un tiempo— Te he visto cómo te arrastras, vi cómo le andas rogando a Yamato, he visto como andas hablando mal de Mimi a sus espaldas para fastidiarla.

¿Qué? ¿Cómo?

Ella siempre fue sigilosa en ese sentido, aunque compartieran departamento.

—Así que ¡No me mientas y admite que has buscado fastidiar! Solo por tu obsesión con él es de Mimi.

—¿Quién rayos te crees que eres para hablarme así?— Nanami alzó la voz—¿No estabas tú también obsesionada por Takuya e hiciste muchas cosas por estar a su lado?

Nene apretó su puño— Cosas de las cuales me arrepiento.

—Aunque te arrepientas igual las hiciste.

—Sí, no lo voy a negar.— Admitió la castaña con pesar— Cometí muchos errores, pero me di cuenta de mis errores.— Habló— Sin embargo, a diferencia de ti mis intenciones siempre fueron claras.— Declaró— Aunque hacia cosas malas, siempre dejé en claro que todo lo que hacía era para estar con mi ex. A diferencia de ti que muestras una cara que no es y le ocultas a tu supuesta "mejor amiga" que te revolcaste con su novio, sin importar que tengas que lastimarla.

Esto enojó a la rubia quién se acercó a la castaña y la agarró bruscamente del brazo—¡Ese tema no te incumbe así que no te metas!

—¡Hey! ¿Qué te pasa?— La castaña reclamó ante esto— ¡Suéltame!

—¡No te soltaré hasta que me escuches bien niña!— La rubia clavó sus uñas con fuerza— ¡No te metas en mis asuntos! Lo que yo hago o deje de hacer no te interesa.

—Desde que me comenzaste a culpar comenzó a ser tema mío.

—Bueno, eso ya fue.— Contestó Nanami— No obstante, no te dejaré que me hables así.—Con su otra mano agarró a la chica del mentón y alzó su mirada—¡No te metas conmigo porque si lo haces la pasarás muy mal aquí!

¿La estaba amenazando?

¡Eso no lo iba a permitir!

—¡Suéltame!— Nene rápidamente se soltó del agarre y abofeteo el rosto de Nanami haciendo que esta volteara el rostro ante el dolor— ¡Nunca más vuelvas a hablarme así! ¡Mucho menos a intentar agredirme! ¡Mucho menos vuelvas a culparme! Puedo estar arrepentida de muchas cosas que hice en el pasado, pero jamás me arrepentiré de golpear a alguien en defensa propia.

La rubia llevó una mano a su rostro adolorida— ¡Maldita!

—¡Maldita eres tú! Perra arrastrada, hipócrita y venenosa.— Respondió la castaña antes de voltear en dirección hacia la puerta, salir por ella y cerrar con un estruendoso portazo.


Mientras tanto a bastantes metros, mejor dicho, kilómetros del internado se encontraban Takeru e Hikari montados en un autobús, sí, en autobús público que para variar iba llenísimo y estropeaba las elegantes ropas de los jóvenes.

El rubio hizo una mueca y dirigió su mirada hacia su novia, quién luchaba por sujetarse en la baranda alta del autobús y a su vez tener un lugar entre la multitud.

Esto no estaba dentro de sus planes.

—Hika...—Llamó a la chica y esta volteo—Siento que hayamos tenido que tomar el autobús, pero mi chofer tuvo un problema con el automóvil y...

La castaña sonrió de lado— No te disculpes.

A pesar de ir apretada entre toda esa gente era feliz estando acompañada de él.

—No obstante, hubiese sido mejor ir en un lugar más privado.

—¡Hey! Tranquilo, mientras estemos juntos todo bien ¿no?— La Yagami tomó su mano.

El rubio sonrió ante esto.

Fue así como ambos continuaron su recorrido. No pasaron más de cinco minutos cuando el autobús se detuvo de manera imprevista y la Yagami perdió estabilidad.

Sin embargo, antes que cayera el rubio la sujeto por la cintura quedando a milímetros de ella.

La castaña tragó saliva nerviosa ante esto. Algo totalmente raro, ya que esos acercamientos entre Takeru y ella era algo normal. No obstante, este produjo muchas mariposas en su estómago y la dejó sin aliento.

Lo mismo ocurrió con el rubio.

Takeru observó sus labios. Sus delicados y dulces labios, los cuales amaba besar.


Sora se observó en el espejo bastante horrorizada por su aspecto, tenía unas ojeras horribles, sus labios pálidos, su cabello estaba imposible de ordenar y se sentía gorda. Sí, gorda.

A pesar de no tener mucho tiempo de embarazo se sentía muy incómoda con su ropa.

Se veía ¡horrible!

¡Tenía una espinilla!

Y no podía maquillarla ¡Eso era lo peor!

Apretó su puño.

Jamás le interesó mucho su aspecto, no obstante, ahora sí. Las hormonas la tenían ¡Aburrida! se sentía mal con ella misma.

Y más encima...

Llevó una mano a su estómago. Sentía ¡Mucha hambre! ¡Mucha hambre! Hace menos de media hora fue a la cocina a buscar unas galletas que prácticamente devoro y ahora nuevamente estaba hambrienta.

¡Perdería la línea por esto!

Ahora no había forma de quemar calorías porque ya no podía hacer deporte.

Tomó entre sus manos el envoltorio de galletas y...No quedaban más.

¡Rayos, rayos, rayos! ¡Todo estaba mal!

¡Tendría que ir por más!

Fue así como arrugó el paquete y lo lanzó al basurero, luego salió de su habitación y caminó en dirección a la puerta principal, al llegar a ella la abrió y...

Rayos, rayos, rayos y ¡Más rayos!

—Taichi ¿qué estás haciendo aquí?—Preguntó al ver a cierto chico de cabello castaño y piel bronceada frente a ella.

—Vine a verte...—Respondió el moreno— Mejor dicho, a verlos.—Corrigió.

Sora hizo una mueca.

¿Cuántas veces tendría que decirle que NO quería verlo?

—Taichi.—La chica llevó una mano a su frente— No quiero enojarme.

—Pues no lo hagas.

—Tú sabes que se me hace difícil.— Respondió la pelirroja— Tú provocas eso.

Taichi hizo una mueca— Sí, lo sé.— Contestó— Sin embargo, no me daré por vencido en insistir por estar en el crecimiento de mi hijo.

—Yagami, apenas tengo meses, aunque vengas donde mí no verás mucho.— Musitó Sora cruzándose de brazos.

—Bueno, pero quiero ser participe de todos sus momentos.— Musitó Taichi— O al menos colaborar un poco.— Declaró antes de sacar un sobre de su pantalón y extendérselo a la pelirroja.

—¿Qué es esto?

—Dinero.

—¿Dinero?— Preguntó Sora— ¿Para qué?

—Para que comiences a realizarte tus chequeos médicos.— Respondió el moreno.

—Taichi, no necesito tu limosna.— Contestó la Takenouchi.

—No es limosna. Simplemente es una ayuda que te daré para cuidar de nuestro hijo.

La chica negó con la cabeza— No lo necesito. Tengo dinero.

—Sí, lo sé.—Musitó— Sé que tienes dinero.— Declaró el castaño— Pero esto lo hago por mi hijo. Es mi deber ser responsable desde ahora, así que te ayudaré con los gastos.

La pelirroja se mordió el labio inferior, jamás pensó que Taichi quisiera estar al pendiente de su embarazo luego de todo lo que hizo.

Aun recordaba cuando por primera vez se hizo un test de embarazo y a pesar de que eran muy jóvenes...Taichi desde el primer minuto estuvo con ella. A pesar de tener cierto temor por ser madre a cortar edad, el Yagami siempre le inspiró confianza para serlo si es que llegaba ese momento. Siempre fue un buen compañero, amigable, amable y atento con ella...

Bajó la mirada.

Jamás entendería por qué la engañó.

—Y además...—Taichi nuevamente habló llamando su atención.

La Takenouchi dirigió su mirada hacia el castaño.

—No quiero colocar presión, pero tenemos que prepararnos.

—¿Prepararnos?— Preguntó Sora— ¿Para qué?

—Para hablar con nuestros padres.— Respondió Taichi—Ojalá lo antes posible, lo antes posible.

La pelirroja negó con las manos— No ¡olvídalo! Yo no estoy preparada para hablar con ellos.

Conocía a su familia y a pesar de que ella era muy amada por su abuela, estaba segura de que le harían la cruz. Después de todo, eran muy conservadores y preocupados por su imagen.

—Sora, entiendo que no lo estés.— Musitó el Yagami— Pero no podremos ocultar esto por mucho tiempo. Pronto te comenzará a crecer el vientre, necesitarás cuidados especiales, entre otras cosas. Dudo que puedas continuar viviendo aquí.

—Eso es tema mío.

—No es solo tuyo, es tema de los dos.— Habló el castaño— Recuerda que en tu vientre llevas a mi hijo y desde el minuto en que me enteré de su existencia me prometí a mí mismo ser parte de su crecimiento. Y aunque haya cometido errores, ni tú, ni nadie me va a impedir eso.

A unos metros de los futuros jóvenes padres se encontraba cierta chica rubia observando enojadísima a "su chico" hablar con la pelirroja.

Apretó su puño.

Verdaderamente odiaba saber que ella sería la madre de su hijo. Con eso lo tendría para siempre atado y no lo dejaría libre para estar con ella ¡Esto no era justo!

Lo peor era ver como Taichi insistía por estar con Sora ¿Por qué insistía tanto por estar con una persona tan poca clase como ella?

¡La odiaba! Con toda su vida. Necesitaba verla caer, pero ¿cómo?

¡Un minuto!

¿Y si hacía algo para fastidiar a la pelirroja?


—¡Sorpresa!— Exclamó Takeru, el novio a Kari, al levantar una tapa plateada y dejar ver que su gran sorpresa luego de la comida especial que habían comido era una tarta redonda con crema blanca y rodajas de limón.

Hikari sonrió ante esto— No puedo creerlo.— Declaró—¡Es una tarta de limón!

El rubio asintió— Tu postre favorito ¿no?

—Sí.—Contestó la chica— Acertaste.

Como siempre, Takeru sabía muy bien que le gustaba.

—¿La mandaste a pedir?

—¿E?—Balbuceo el chico—La verdad es que...—Takeru suspiró— La hice yo.

—¿Qué?— Preguntó la chica—¿Tú?

El rubio asintió— Sí, suena extraño, porque yo no soy bueno en la cocina, pero quise demostrarte mi cariño con un presente hecho solo por mí.

—¿Solo por ti?—Cuestionó la chica intrigada— ¿No recibiste ayuda?

El oji-azul negó— No, no recibí ayuda.

—¿Seguro?

—Bu-bueno...—Llevó una mano a su nuca— Quizás, un poco de ayuda por parte de unos videos de internet y de Daisuke.

Sí, el Motomiya, quién luego de mucho escuchar las súplicas del rubio aceptó en ayudarlo.

Hikari rio ante esto.

—Ven, toma asiento.

El rubio alejó la silla de la mesa como un caballero para que la chica tomase asiento, fue así como la castaña se acomodó sobre ella.

—Gracias joven.

Takeru se acercó a la mesa, tomó un cuchillo, cortó un pedazo de la tarta, lo dejó sobre un plato y se lo extendió a la castaña. Luego realizó esta misma acción para tener su propia porción.

La castaña tomó un tenedor, cortó un trozo pequeño y lo llevó a sus labios.

Literalmente, visitó la gloria con aquel postre.

—Mmmm...—Exclamó Hikari— ¡Está exquisito!

—No mientas.—Musitó el rubio— No cocino muy bien.

—Lo digo en verdad.—La castaña sacó otro trozo con su tenedor— Prueba.— Se lo extendió al chico y este comió.

Y...

Sí, estaba bueno.

—Tienes razón, está bueno.

Se notaba la mano de Daisuke más que la de él, pero la intención era lo más importante ¿no?

Fue así como cada quién degusto su pedazo de pie de limón. Y comenzaron a hablar de diferentes temas.

Los segundos y minutos transcurrieron como nada mientras hablaban de diferentes temas.


—¿Cuándo hablaremos con Koichi?— Damar le preguntó a Kouji mientras caminaban en dirección al Intenrado.

—Creo que lo mejor será hablar con él lo antes posible.— Comentó Kouji— Antes que alguien le llegue con la noticia.

Damar asintió— Cuando tú quieras vamos.

Sería difícil, sin duda, pero tendría que hacerlo.

El Minamoto no quería cometer los mismos errores del pasado, quería ser sincero con su gemelo, no quería hacerlo tonto como hace años, quería poder mirarlo al rostro y estar libremente con la chica que él quería.

La joven pareja ingresó al Internado y al hacer esto rápidamente se soltaron de las manos, lo mejor sería ser precavidos en su "relación" hasta que Koichi supiera la verdad.

Ambos caminaron en dirección a las escaleras, sin embargo, antes de llegar hasta ahí la madre de Rumiko salió de su oficina.

—Señorita Tachikawa.— Llamó a la joven.

La castaña volteo en dirección a la directora del Internado.

—Venga a oficina, necesito hablar con usted.

—¿Por qué?

—No pregunte porque y obedezca.—Respondió la mujer firmemente.

¡Oh no! ¿Ahora qué?

Damar hizo una mueca, no tenía ganas de ver a esa mujer, hablar con ella y mucho menos tener que obedecerle. No obstante, no quería tener más problemas de los que ya tenían, así que, lo mejor sería ir.

—¿Irás?— Preguntó el Minamoto.

—No tengo opción.—Contestó la chica sin ánimos.

Kouji depositó sus manos sus hombros— Está bien, ve, pero no olvides mantener...

—La calma.— Completó la oji-ambar— Lo sé.— Rodó los ojos.

—¿Prometes hacerlo?

—Intentaré.— Respondió Damar— Aunque no prometo que esto salga bien, no soporto a esa mujer.

Él tampoco, luego de todo lo que hizo quería netamente acabar con su cara de mosca muerta. No obstante, no podía dar un paso en falso y dejar que sus impullsos lo dominaran, mucho menos a la castaña, ella debía mantenerse en calma.

Fue así como la chica caminó en dirección a la oficina sin ánimos, al llegar ahí se encontró con Rumiko sentada detrás de su escritorio con los brazos cruzados.

—Entre señorita, cierre la puerta y tome asiento.— Ordenó la mujer.

Damar obedeció, cerró la puerta, caminó a la silla y tomó asiento.

Ambas se observaron fijamente, evidentemente se querían matar.

—¿Por qué quiere hablar conmigo Señora Rumiko?— Preguntó Damar intentando sonar "formal"

Aunque en su interior tenía serias ganas de golpearla por todo lo que había hecho.

—Quiero hablar de tu padre.— Respondió la rubia— Y de lo sabes acerca de nosotros.

—¿Sobre ustedes?

Rumiko asintió— Sobre nuestra relación.

¿Qué?

¡Genial! Keisuke no demoró en irle a contar sobre esto a Rumiko.

—¿Relación?— Damar río— Querrá decir infidelidad absurda.

—Piensa como quieras, dale cualquier título, a mí no me interesa.

—Entonces ¿por qué me trajo a hablar de eso?

—Porque quiero saber ¿Cómo supiste eso?— Musitó Rumiko molesta.

—A usted no le importa.— Respondió la Tachikawa.

—Claro que si me importa, es algo que me relaciona.

—Sí, pero que no quiero hablar con usted de eso.—Habló Damar.

—¿Por qué?— Preguntó Rumiko— ¿Te da tristeza ver que el matrimonio de tus padres no era tan perfecto como lo pintaban?

La burla en su voz fue algo que irritó a la castaña, quién de por sí ¡No permitiría esto!

—No fue por eso, señora.—Contestó cruzándose de piernas y de brazos— No quería hablar de ese tema, porque me da asco saber que mi padre se acostó con una cualquiera como usted.—Musitó con desprecio.

—No soy una cualquiera.

—Claro que sí.— Musitó la castaña— Dígame, ya van dos relaciones clandestinas de ustedes descubiertas, dígame ¿cuántas más saldrán a la luz?

—Ninguna, porque no hay más.

Damar río— Eso ni usted se lo cree, señora Nonaka.— Comentó— ¿O prefiere que la llamen prostituta barata?

—¡No me hables así jovencita!—Rumiko se levantó de su asiento y golpeo con sus puños la mesa.

—Usted quiso hablar de esto ¿no?

Si de ella dependiera le gritaría todas sus verdades, no obstante, debía mantener silencio. Algo que no quería hacer, pero que debía por dos razones, la primera era lo peligrosa que era esa mujer y luego su hermana, Mimi. Muchas cosas estaban ocurriendo en su vida, tenía muchos problemas, no quería causarle el mismo dolor que ella sentía al saber esta verdad acerca el asesinato de su madre. Además, irse a juicio no era opción mientras estuvieran contra Alice.

—Sí, quise hablar como personas maduras.— Habló Rumiko— No obstante, sigues actuando de manera inmadura al atacarme.

—Usted empezó con eso.— Damar se levantó de su lugar molesta— Se entrometió en la vida de un hombre casado con hijos y esposa, sin importarle nada.

—Eso es tema mío.

—Empezó a ser mío cuando trató de mi padre.— Contestó la castaña— No puedo creer que haya caído tan bajo al estar con usted.— Musitó— Y me da pena por Rika, mi amiga no merece tener a una suelta como usted de madre.

¡Eso no se lo iba a permitir!

—¡Niña deja de ser tan rebelde y entrometida!— Rumiko la jaló del brazo.

—¡Hey!— Damar observó esto y rápidamente se deshizo de esto— ¡No me venga a tratar así! Sino la demandaré por maltrato.

—¡Oh no! No lo harás.— Respondió la rubia— Aunque lo hicieras ¿crees que alguien confiaría en una drogadicta como tú?

La castaña río— Créame, me creerán mucho más que a usted, señora Nonaka...—Llevó una mano a su mentón— ¿O debería llamarla señora Minamoto? Ya que usted quería ser esposa de Kousei ¿no?— Comentó— A no, verdad que usted también quería ser Tachikawa. Pero ¡Qué triste! mi padre jamás la dejaría que una mujer como usted reemplace a mi madre.

—Tu padre estaba aburrido de tu madre ¿sabes? Por eso me vino a buscar.— Rumiko intentó herirla con ese comentario.

—¿Y de usted no se aburrió también?— Preguntó Damar— ¿Acaso no se acuerda que mi padre luego de la muerte de mi madre tuvo dos parejas más?

Parejas que no le agradaban, pero que al menos tenían clase, no como Rumiko.

—Nunca la tomó enserio, señora.

Rumiko apretó su puño.

—Bueno, de igual forma, engañó a tu madre conmigo ¿e?— Musitó— Mientras ella se quedaba en casa cuidando de ustedes, conmigo vivía noches de pasión.

Damar rodó los ojos—Puede ser que ella se quedara en casa, pero a lo menos era elegante y bien vista ante todos.— Comentó— Cuando esto salga a la luz nadie más la respetara a usted.— Llevó una mano a su mentón— ¡Uh! Pero ahora eso también está ocurriendo ¿no? Ya que todos saben que fue amante de Kousei Minamoto.

¡Que insoportable esta niña!

—No intentes hacerme sentir miserable, después de todo, tú no eres diferente a mi o a tu padre.— Comentó la madre de Rika— ¿No engañaste a Koichi con Kouji?

¿Qué?

Esto sorprendió a la Tachikawa, literalmente no esperaba que le dijera eso.

—¿Cómo sabe eso?

Rumiko rio— No eres la única que tiene sus fuentes.— Respondió— Yo también tengo las mías.

Damar apretó su puño.

—No eres tan diferente a tu padre ¿e?— Comentó la rubia— Desde pequeña ya heredaste el pecado de la infidelidad en tus genes.

Nunca lo pensó así.

—No tiene sentido que me hable de eso.—Habló la castaña— Lo mío era un noviazgo sin sentido, a diferencia de usted que destruyó un matrimonio al involucrarse con mi padre.— Musitó— Y una familia, al involucrarse con Kousei Minamoto.

Sí, quería resaltar muy bien ese tema, porque estaba segura que ella fue la culpable de todo lo que le ocurrió a la mujer Kimura desde que le quitaron a su hijo hasta el día en que murió.

Rumiko frunció el ceño— ¡No me hables de eso! No es de tu incumbencia.

—No, así como tampoco es de su incumbencia lo que yo hago.— Respondió la castaña—Si yo le recriminé a mi padre por lo de ustedes, fue porque estoy en mi derecho de hija y lamento mucho que le haya dicho a usted, porque me deja en claro que no puedo confiar en él.

—Bueno, yo te recomendaría niñita que mejor te quedes callada.— Musitó Rumiko— Porque yo no permitiré que me difames o que me sigas faltando el respeto.— Habló— Mucho menos que te des atribuciones de enfrentarme como lo estás haciendo ahora.

—Yo puedo hacer lo que quiero, usted no me manda.

—No, pero sí puedo hacerte la vida imposible si me sigues fastidiando.— Declaró la rubia— Y peor, puedo hacer que te arrepientas de todo esto.

¿Qué? ¿Acaso la estaba amenazando?

—Usted también tenga cuidado de sus palabras, porque yo también puedo ser su peor pesadilla.— Musitó la chica antes de voltear hacia la puerta, caminar hacia ella y salir.


—Me siento bastante culpable por esta situación.— Takeru le comentó a Hikari— No dejé que Mimi nos diera su parte de la historia, no dejé que Damar o Takuya hablasen conmigo. Y tú también intentaste decirme las cosas, pero prefería enojarme antes de que tuvieras tiempo a aclararme las cosas.

La castaña hizo una mueca.

Todo estaba bien en su cita hasta que el chico mencionó esa situación, literalmente la tensión se sintió al instante en ese lugar.

—Lamentablemente estabas enojado.—Musitó Hikari— Muy enojado. —Ella decidió dejar de insistir porque no quería discutir más con él— No obstante, esto te puede servir de lección.

—Sin duda.— Musitó el oji-azul— No me dejaré llevar fácilmente por mis enojos desde ahora en adelante.

Esa sería la moraleja de esta historia.

—Solo espero que ahora podamos arreglar todo esto.— Murmuró el rubio— Si queremos que mi sobrina esté bien, nosotros debemos estar bien entre nosotros.— Suspiró— Aunque, creo que será difícil porque ellos están enojados.

—Con justa razón lo están.— Habló Hikari— Pero debes estar tranquilo y como tú dices mantener la esperanza de que todo estará bien.—Tomó su mano.

—Eso espero.— Murmuró Takeru— Principalmente espero que Yamato y Mimi puedan arreglar las cosas.

—Sobre todo ahora, porque Alice está siendo un verdadero problema.

—Lo sé.—El rubio suspiró— ¿Sabes? Nunca pensé que a tan corta edad ser padre sería tan difícil para mi hermano o para nosotros ser sus tíos, me gustaría conocer más a Natsumi, estar con ella, pero lamentablemente eso no será posible, porque Alice no quiere que nos acerquemos.

Hikari hizo una mueca— Te entiendo.— Comentó— Mi sobrino aun ni siquiera nace y ya tengo ganas de conocerlo, y tan solo imaginarme en no poder verlo crecer, ni estar en sus etapas me hace sentir triste.

Esto llamó la atención del rubio.

—¿Qué?— Preguntó Takeru— ¿Tu sobrino?

Hikari abrió los ojos sorprendida ante esto y recién fue consciente de lo que dijo.

—¿Te refieres a cuando Taichi tenga hijos en el futuro?

—¿E?— Balbuceo la castaña.

El último tiempo ocurrieron tantas cosas y no le había dicho a su novio que sería tía.

—Pu-pues...—Tartamudeo levemente— Sí, me refiero a los sobrinos que tendré en un futuro...—Hizo una mueca— No tan lejano.

¿No tan lejano?

Tk alzó una ceja desconcertado.

—Sora está embarazada.

—¿Qué?— Esto sorprendió al rubio.

Hikari asintió— Lo que escuchaste.— Respondió— Sora está embarazada...—Suspiró la hermana De Taichi.

¡Wow! Simplemente ¡Wow! ¿Acaso Kari lo estaba bromeando? ¿Cómo era esto posible?

Sí, él sabía cómo ocurría, no necesitaba lujos y detalles, pero ellos eran grandes y responsables ¿no? Se cuidaban.

—Dentro de unos meses seré tía.— Musitó la castaña— Igual que tú.


Adrit126: Holi...Lamentablemente los Ishida no actuaron bien, pero creo que son errores de adolescentes, lamentablemente no tienen buenos ejemplos, ya veremos como tomará todo esto Mimi, merece darse su lugar. Con respecto a su actitud con Keisuke es diferente a enfrentar a Yamato, porque no querían tener más problemas, sabían que si daban un paso en falso se armaría troya, no obstante, con Keisuke es un conjunto de muchas cosas y por eso lo enfrentan de esa manera, ya que están cansados de él. Ya veremos que ocurre. Ojalá te haya gustado este capítulo, ojalá sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.