—Supe que discutiste con mi madre.— Musitó Rika.
Damar alzó una ceja— ¿Cómo lo supiste?
—Las noticias vuelan rápido en este lugar.— Contestó la pelirroja.
¡Genial!
—Además, minutos después de tu discusión con ella fui a su oficina y ahí la encontré completamente airada, furiosa, enojada y me dijo que discutió contigo.—Relató Rika.
—¿A-a sí?— Preguntó la castaña— ¿Q-qué más te dijo?
—No mucho la verdad.— Musitó la pelirroja— Solo me dijo que discutiste con ella, que estaba cansada de ti y que no quería que continuara juntándome contigo porque se me van a pegar las malas costumbres.
¡Ja! ¡Qué risa!
Rumiko tenía peores actitudes que ella.
¡Verdaderamente no quería callar más!
—Amiga...—Rika depositó su mano derecha sobre su hombro— Tú sabes que puedes contar conmigo para todo ¿no?
Damar alzó su mirada hacia la pelirroja.
—No importa lo que ocurra, siempre estaré contigo.
En otro momento esas palabras sonarían cursis y probablemente provocarían un impacto positivo en Damar, ya que valoraba con todo su corazón a su amiga. No obstante, ahora fue como si le colocaran una soga al cuello...Lo único que quería hacer era decir la verdad...¡Pero! Rika...
Observó a su amiga y literalmente un nudo se formó en su garganta.
Rumiko era madre de la pelirroja, aunque no tuviesen buena relación sabía que esto le afectaría.
—Damar ¿Estás bien?— Rika le preguntó.
—¿e? Dis-disculpa es que estoy un tanto desorientada, pero no te preocupes, estoy bien.— Musitó la chica antes de caminar en dirección a la puerta— Disculpa, iré a tomar un café.
¿Café?
Esto llamó la atención de la pelirroja.
—¿A esta hora?— Preguntó Rika— No podrás dormir.
—¿e?— Balbuceo la castaña— Di-digo, leche.— Damar contestó—Iré a buscar leche.
Fue así como salió del departamento.
Kiriha observó sorprendido a la chica frente a él.
Nene, se encontraba enojada ¿por qué? ¡Ni idea! Desde que regresó pensó que se pondría feliz, ya que el negocio que estaban emprendiendo estaba yendo bien, no obstante, la Amano estaba echando chispas.
—¡Hey! ¿Por qué estás tan malhumorada?— Preguntó— ¿Son las hormonas o qué?
Nene suspiró frustrada— Ojalá fueran solo las hormonas.
Ese comentario sorprendió al rubio, ya que no esperaba un comentario así luego de ver casi muerta a la castaña por todas las emociones que sentía al tener su período y dolores de ovario.
—Esta tarde discutí con esa chica rubia, estúpida que comparte departamento conmigo.— Musitó la castaña.
—¿Cuál de las dos?
—La insoportable esa.
—Las dos son insoportables.—Musitó Kiriha.
Él conocía hace tiempo a Catherine y Nanami, y ambas eran insoportables para él. No le gustaban las chicas que fingían ser buenas cuando no lo eran, le gustaban las chicas que eran frontales, quizás "malas" en el sentido de hacer sentir mal a los demás, coquetas y directas, que no diesen muchas vueltas para hacer algo.
—Me refiero a esa que anda tras Yamato.
El oji-azul alzó una ceja— ¿Nanami?
Nene asintió— Sí, esa.
—¿Qué ocurrió? ¿Por qué discutieron?
—Porque sin querer tomé su manta, ella se enojó por tenerla, una cosa llevo a la otra y terminé encarándola por todas las mentiras que ha dicho y hecho.— Habló la castaña— Culpandome a mi de todo.
Kiriha hizo una mueca ante esto.
—No soporto su cara de mosquita muerta.— Declaró Nene— Yo sé que yo hice mal, pero nunca fue hipócrita como ella, siempre fui de frente con las personas que no me agradan, pero ella ¡No! Con esa cara de mosca muerta engaña fácilmente a todos.
Kiriha suspiró, intentando comprender la situación. —Entiendo, Nene. A veces, la gente puede ser muy complicada y las apariencias pueden ser engañosas. Pero, ¿realmente valió la pena discutir por una manta?
Nene bufó, frustrada. —No fue solo por la manta, fue por todo. No puedo soportar más sus actitudes hipócritas. Y que Mimi crea en sus mentiras, culpándome a mi de todo.
Kiriha asintió lentamente. —Comprendo que puede ser frustrante. Pero a veces, discutir no va a ayudar en nada. Mejor olvídate de ella.
Nene cruzó los brazos—Me gustaría, pero esa tipa me involucró en sus problemas sin ninguna razón ¡Debo hacer algo al respecto!
El rubio suspiró— ¿Cuando irás a hablar con Thomas?
—Luego de esto, creo que mañana mismo.— Respondió Nene.
—¿Y crees que funcionará?— Preguntó Kiriha— Recuerda que Mimi y sus amigas odian a Thomas luego de lo que le hizo a Nanami. Básicamente creen ciegamente en ella.
La castaña apretó los dientes.
Sí, lo sabía, pero no quería que continuara siendo así.
—Sé que creen en ella, pero yo me encargaré de desenmascararla.
Kiriha suspiró.
Esta chica evidentemente no daría su brazo a torcer.
—¿Vamos a cenar?
El rubio hizo una mueca— No gracias.— Contestó—No me siento muy bien, la verdad. — Musitó mientras presionaba su abdomen.
Nene lo observó sorprendido— No me digas que también tienes dolores menstruales. — Bromeo.
—Ja, ja, ja muy graciosa. — Ironizó el rubio molesto— Claro que no es eso.
—Entonces ¿qué es?
—No sé.
La castaña observó esto— Un minuto ¿eso no es el lugar del apéndice?
¿Qué?
—Ignóralo, no es eso, debe ser simplemente un problema por comer tus estúpidas hamburguesas ayer. — Musitó Kiriha.
—¡Hey! No culpes a esa deliciosa comida.
—¿Comida? Eso chatarra, no comida.
—¡Como sea! Debo llevarte al doctor.
—No, gracias. — Respondió el rubio— Con una pastilla estoy seguro de que se me pasará.
Nene rodó los ojos—Está bien te traeré un paracetamol.
El rubio asintió.
~Al día siguiente~
—Michael se me declaró.—Musitó Mimi.
—¿Qué?— Preguntó Sora sorprendida.
—Lo que escuchaste.— Respondió la castaña— Michael, mi amigo estadounidense de hace años se me declaró.
La pelirroja alzó las cejas sorprendida ante aquella declaración que no esperaba— No puede ser.— Musitó— Pensé que esos acercamientos eran un juego para molestar a Yamato.
—Eso mismo pensé yo.—Comentó la oji-miel—Pero me confesó que está interesado en mi.
Para sorpresa suya y posiblemente de muchos, ella siempre dijo que ese rubio era solo su amigo y nada más. Cuando iba a Estados Unidos muchas personas creían que ellos tenían una "relación" debido a lo buen amigos que eran, pero ella siempre dejó las cosas claras.
—Incluso me besó.
—¿Qué?— Preguntó Sora—¿Te besó?
Mimi asintió.
—¿Cómo?
—Luego de la declaración se acercó a mí y me besó.— Respondió la castaña—Sin más.
—¿Y qué hiciste?
—Nada.
—¿Nada?
—Sí, nada.— Respondió la oji-miel— Estaba muy sorprendida, no supe que hacer, literalmente me quedé congelada.
Sora hizo una mueca— Era de esperar ¿no? Después de todo no creo que esperases esto.
—Pues no.— Contestó Mimi—No estoy en un momento donde quiera empezar algo con alguien, mucho menos con alguien que me ha apoyado incondicionalmente.
—Bueno, amiga, luego de todo lo que ocurrió con Yamato no estaría mal que te dieses una oportunidad.— Habló la pelirroja— Para ser feliz, aunque sea por un momento.
—Para mí es difícil pensar en ser feliz mientras no tenga a mi hija.— Musitó Mimi triste.
Sora hizo una mueca ante esto. Tal vez, ella aun no tenía a su hijo, no obstante, pensar en la idea de perder a su pequeño le hacía sentir un vacío y gran dolor en el corazón. No quería imaginarse lo que sentía su amiga, quién tuvo a su hija entre sus brazos, a quién escuchó hablar y era una persona en todos los derechos de la ley.
—Sí, eso será difícil mientras no la tengas.— Habló— No obstante, si tú no estás bien o si no intentas estar bien, nunca podrás ser buena madre para ella.
Sí, lo sabía.
Siempre fue consciente de eso, sin embargo, no sabía exactamente como alcanzar esa felicidad.
—Sé que debo ser feliz, pero no sé si Michael sea la respuesta a eso.— Musitó la castaña—Me ocurre que Michael siempre fue un amigo y nada más.
Verlo como un pretendiente de manera seria y no como algo serio era extraño.
Sobre todo, conociendo lo jote que era ese chico. Sí, jote.
¡Toc, toc!
La puerta del departamento sonó llamando la atención de las dos.
—¿Quién abre?
—Yo.— Contestó la castaña.
Fue así como Mimi se levantó de su lugar, caminó a la puerta, la abrió. Grande fue sorpresa al no encontrar a una persona, sino un ramo gigante.
—¿Flores?
—¿Quién las trajo?
—No sé.
Mimi observó atentamente el ramo y en un borde venía una tarjeta, la cual traía un escrito.
(De: Yamato)
Sé que te fallé, pero me gustaría que me perdonaras.
Apretó su puño furiosa.
—¿Y?— Preguntó Sora— ¿Quién te las envió?
—El idiota de Yamato.—Respondió Mimi molesta.
Rápidamente se acercó al basurero, sin piedad lanzó el ramo, arrugó la tarjeta y también la lanzó a la basura.
—¡Este idiota cree que me va a comprar con un ramo de flores!— Gritó Mimi— ¡Es un imbécil ese Ishida!
Pasó su mirada por el basurero ¿acaso el Ishida creía que con flores todo se iba a arreglar?
¡Esto no lo dejaría así!
Sin dudarlo tomó el ramo entre sus manos y salió del lugar.
Damar observó su reflejo en el café.
Estaba completamente perdida, quería decir la verdad, llevaba mucho tiempo callando por muchas razones, pero luego del enfrentamiento de ayer sentía que en cualquier minuto explotaría.
Pero no podía hacerlo, Rika no merecía esto, Mimi no merecía sufrir más de lo que ya sufría y...No podía confiar en su padre, Keisuke, quién evidentemente iba a favorecer a su amante.
Suspiró.
¿Por qué su vida era tan complicada?
—¿En qué piensas?— Preguntó Rika.
—En nada.— Respondió la castaña.
—Claro que piensas en algo, estás muy distraída.
—Bu-bueno, si pensaba en algo.— Damar aclaró su garganta— Estaba pensando en que hoy con Kouji le diremos a Koichi sobre lo nuestro.
—¿Qué?— Rika preguntó sorprendida— ¿Le dirán a Koichi sobre su relación?
Damar asintió.
—Vaya, no lo esperaba.—Exclamó la pelirroja— ¿Por qué de repente piensan en hacerlo?
La castaña hzo una mueca.
—¡Hey! No pregunto porque no quiera que suceda, porque sí, quiero que le digan la verdad.
(De: Kouji)
No quiero dejar pasar más tiempo.
(De: Damar)
Yo tampoco.
(De: Kouji)
Me voy a duchar, probablemente media hora iré a buscarte a tu departamento.
(De: Damar)
Bueno. Nos vemos.
Damar dejó su móvil a un lado y nuevamente dirigió su mirada hacia su té sin saber exactamente como sentirse. Tenía miles de problemas relacionados con su familia y ahora debía lidiar con esta situación con el Kimura que verdaderamente la hacía sentir mal.
Aun recordaba cuando lamentablemente le falló a Koichi.
Ella pocas veces pedía perdón, porque sentirse culpable de algo no era algo que le gustase. No obstante, en esta situación si se sentía muy culpable, porque trataba de un chico que siempre la quiso y que nunca pudo corresponderle como le hubiese gustado. Además, trataba del hermano gemelo del chico que siempre estuvo enamorada.
La castaña estaba sumergida en sus pensamientos que no se dio cuenta que cierta chica rubia de ojos verdes ingresó al comedor y cuando la divisó su presencia no dudo en caminar hacia ella.
La hermana de Takuya se mordió el labio inferior y le dio un último sorbo a su té para acabar, estaba a punto de levantarse de su lugar cuando finalmente Izumi llegó frente a ella.
—Damar.
La nombrada alzó la mirada y al encontrarse con la rubia solo pudo pensar una cosa...
¡Genial! ¡Más problemas!
—Izumi.—Pronunció su nombre.
La tensión en el ambiente fue palpable. La Ishida no sabía exactamente por donde comenzar.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó la oji-ambar.
—Vine a hablar contigo.
—¡Ay no! Zoe, dejame decirte que no tengo ánimos ni tiempo para discutir.—Declaró la castaña.
—¿E? ¿Dis-discutir?— Balbuceo la oji-verde— No, no vine para eso.— Respondió— Quiero hablar de nuestros hermanos.
¿De sus hermanos?
—Zoe, disculpa, pero no estoy con ánimos para hablar de eso.— Contestó la castaña.
Fuera bueno o malo lo que ella le quisiera decir, acordó con Takuya evadir los problemas y eso era lo que haría, luego de todos los problemas no quería saber más de los Ishida, ya que no los perdonaría tan fácil después de todo lo que hicieron.
—Pe-pero, Damar.
—Izumi, no.—Habló la castaña cortante y se levantó de su lugar.
—¿De verdad no te interesa lo que te tengo que decir?
—Me interesaba antes, cuando Mimi necesitaba de ustedes, ahora la verdad es que no tengo ganas.— Contestó Damar.
La rubia se mordió el labio inferior.
—Por favor, no insistas en hablar ¿sí?
—Damar, verás, yo...—La chica quiso hablar, no obstante, antes que pudiese decir palabra todo el mundo le comenzó a dar vueltas.
—¡Izumi ya!—La Tachikawa alzó la voz— Por favor, las cosas debes arreglarlas con Mimi y Takuya, no conmigo.— Declaró Damar— Yo estoy enojada, pero no importa, lo importante es que ustedes se arreglen por Natsumi, nada más.— Respondió antes de voltear para irse— Ahora, por favor, déjame, porque tengo que irme.
—No, por favor, yo...—La rubia quiso continuar hablando con la Tachikawa dispuesta a insistir en hablar, no obstante, apenas se quiso levantar todo el mundo le dio vueltas. Sintió un sabor agrio en su boca y ante que se diera cuenta todo lo que comió el día anterior salió de su boca en dirección a la mesa y parte de la ropa de la chica castaña junto a ella.
La hermana de Takuya retrocedió ante la impresión, no obstante, no se libró del vomito de la Ishida.
Esto no pasó desapercibido para todos los presentes, literalmente todo el mundo dejó de conversar en ese minuto y todas las miradas se posaron en las dos chicas.
Todo el mundo comenzó a reír.
Izumi observó a todos, el color rojo tiñó su pálido rostro, literalmente la vergüenza que sintió en ese momento fue máxima. Las lágrimas no tardaron en brotar por sus ojos. Rápidamente llevó sus manos a su rostro.
Takuya observó esta escena. A diferencia de los otros que reían, a él no le causaba gracia la situación, al contrario, aunque la rubia fue desagradable, jamás le desearía el mal.
La rubia giró sobre sí y caminó en dirección a la salida, mejor dicho, corrió en dirección a la puerta ¡No quería estar ahí! Siendo el hazme reír de todos.
No había duda de que ya no era esa chica popular, sino una chica totalmente ridícula.
Takuya, decidido a abordar la situación con Izumi y asegurarse de que esté bien, se levantó de su asiento en el comedor y comenzó a dirigirse hacia la puerta por la que la rubia había salido. Sin embargo, antes de que pudiera llegar muy lejos, Junpei, apareció en el camino del moreno.
—Oye, ¿a dónde crees que vas? —dijo Junpei, poniéndose en el camino del Tachikawa y cruzándose de brazos.
Takuya frunció el ceño, sorprendido por la actitud repentina de Junpei. —Necesito hablar con Izumi, ¿puedes apartarte?
Junpei no cedía terreno, manteniendo su posición con una expresión desafiante. —¿Por qué? ¿Qué te importa tanto lo que le pase a Izumi?
Las palabras de Junpei dejaron a Takuya perplejo. No esperaba encontrarse con una reacción tan intensa por parte de su amigo. Intentó explicar, pero Junpei seguía bloqueando su camino.
—Oye, chico que no conozco su nombre, esto no tiene que ver con Mimi. Solo quiero asegurarme de que Izumi esté bien. —dijo Takuya, tratando de apaciguar la situación.
—¿Bien? No creo que necesite tu ayuda. —respondió Junpei, mirando a Takuya con desconfianza.
Takuya, frustrado por la situación, intentó una última vez. —Junpei, esto no tiene que ser así. Solo quiero hablar con Izumi y asegurarme de que esté bien.
Sin embargo, Junpei no se movió, manteniendo su posición y mirando a Takuya con un desdén evidente. La tensión en el aire era palpable, y Takuya se encontraba en medio de un conflicto que no esperaba.
—Izumi es mi chica, así que, no te acerques.— Junpei advirtió al moreno.
Takuya se cruzó de brazos— Hey tranquilo, no busco invadir tu territorio, simplemente quería ver si estaba bien.
—Ya no son novios, enamorados, mucho menos amigos.— Declaró el Shibayama.
—¿Y?
Eso no significaba que sería mal educado al ver que alguien estaba sufriendo sin hacer algo al respecto.
—¿Acaso no te cabe en la cabeza?
En ese momento, Takuya se dio cuenta de que insistir en hablar con Izumi podría empeorar las cosas y alimentar más el conflicto. Decidió dar un paso atrás, resignándose a la situación.
Takuya rodó los ojos— No discutiré contigo.— Musitó antes de voltear en dirección al comedor y caminar hacia él, no valía la pena discutir con él, mejor sería respetar su "espacio" y "relación"
Junpei lo observó con desconfianza, pero finalmente, al ver que el moreno no iba a continuar insistiendo, permitió que se fuera. Takuya, por su parte, se alejó de la situación, sabiendo que, por ahora, era mejor no presionar más.
Mientras caminaba por el pasillo, reflexionó sobre la complicada dinámica que se estaba desarrollando y sobre la importancia de elegir sus batallas. Aunque su preocupación por Izumi seguía presente, comprendió que, en este momento, era mejor esperar y encontrar una manera más adecuada de abordar la situación en el futuro.
La directora Rumiko estaba sentada en su amplia y ordenada oficina, revisando algunos documentos cuando, de repente, la puerta se abrió de golpe, revelando a Haruhiko, padre de Sora. Quien ingresó con expresión de preocupación y determinación en su rostro.
—¿Haruhiko Takenouchi?— Rumiko se sorprendió al ver a gran empresario árabe en ese lugar.
Detrás de él ingresó al lugar una mujer castaña.
—Permiso.
La rubia alzó una ceja al reconocer a la ex-esposa— ¿Toshiko?— Musitó su nombre—¿Qué hacen aquí?
—Necesitamos hablar con usted de inmediato. Es urgente. —dijo Haruhiko, cruzando los brazos.
La directora Rumiko, aunque sorprendida por la entrada abrupta, levantó la mirada y a pesar que no le agradó la forma en que ingresó aquel matirmonio a aquel lugar, les ofreció una sonrisa "profesional"
—Buenas tardes, Haruhiko, Toshiko. Claro, siéntense. ¿En qué puedo ayudarles? —preguntó la directora, invitándolos a tomar asiento en las cómodas sillas frente a su escritorio.
Toshiko no perdió tiempo y comenzó a hablar con firmeza. —Queremos saber qué está sucediendo con nuestra hija, Sora.
—¿Con su hija?
Haruhiko asintió con seriedad. —Algo está ocurriendo, y necesitamos saberlo.
—¿E? Disculpen, pero no sé de qué hablan.
—Quizás usted no.—Comentó Toshiko— Pero mi hija sí.
—Necesitamos hablar con nuestra hija Sora, lo antes posible.—Exigió el hombre.
Rumiko observó al ex matrimonio completamente desconcertada, no entendía que rayos ocurría.
Hikari ingresó al comedor del Internado, era hora de desayunar, ella tenía planes de ir al centro comercial a comprar, así que estaba lista para salir, con su bolso de mano y una ropa bastante comoda, pero antes quería comer.
Grande fue su sorpresa al entrar a aquel lugar y ver como su amiga, Damar, salía rápidamente del lugar, sin dirigirle la mirada. Pasó su mirada por el lugar, no entendía porque todo el mundo reía y observaban un lugar donde un conserje se encontraba limpiando.
Hizo una mueca al notar que había una sustancia extraña en aquel lugar.
Se dirigió a la barra y tomó una bandeja con su desayuno, luego volteo para buscar una mesa, estaba en eso cuando vio que Takuya ingresó al lugar, este no tenía buen rostro, al contrario, parecía un tanto enojado. Él caminó hacia la barra para tomar una bandeja.
—Buenos días Takuya.— Hikari lo saludó.
—Buenos días, Hikari.— Respondió el moreno.
La Yagami se acercó a él— ¿Cómo estás?
Takuya hizo una mueca, no sabía si responder "bien"
No fue necesario responder, ya que un chico rubio de ojos grises los interrumpió.
—¡Vaya, vaya! Takuya...—Alzó la voz— ¡Que escena protagonizaron tu hermana y tu ex!
¿Escena?
La chica observó al moreno sorprendida y sin entender.
—Verdaderamente fue todo un espectáculo.— Musitó otro chico de cabello gris, miembro de la banda de Yamato.
—¡Cállense idiotas!— Exclamó el moreno antes de voltear hacia la Yagami— Vamos Hikari a sentarnos.— Con su mano izquierda sostuvo su bandeja y con su mano derecha tomó la mano de la hermana de Taichi para jarlarla suavemente en dirección a una mesa.
Hikari ante esto simplemente caminó.
—Disculpa Takuya.— Habló— Pero ¿qué sucedió? ¿por qué se estaban burlando?
El moreno hizo una mueca— Por algo estúpido que ocurrió.
Ambos se detuvieron frente a una mesa y apoyaron las bandejas.
—Mencionaron a tu hermana y a tu ex.— Musitó Hikari mientras tomaba asiento— ¿Se refiere a Mimi e Izumi?
Takuya negó—Damar e Izumi.
¿Damar e Izumi?
—Lamentablemente, Damar e Izumi vivieron una situación un tanto incómoda hace unos momentos, por eso todos están murmurando y riendo.— Comentó bastante molesto.
—¿Situación incómoda?— Preguntó la Yagami.
—Sí, pero no vale la pena recordarla.— Respondió Takuya antes de darle un sorbo a su té— Dime ¿cómo estás? ¿cómo te fue ayer en tu cita con Tk?
Hikari sonrió— ¡Me fue excelente!
Fue así como la castaña comenzó a comentarle un poco de su cita, la verdad es que el moreno no quería saber mucho lujo de detalle, pero quería de algún modo olvidar la situación que hace unos minutos vivieron Izumi y Damar.
—Y, antes de irse, me dio un regalo.— Habló la castaña— Una pulsera y...— Bajó su mirada a su pequeña cartera de mano para sacar una pequeña caja con papel aluminio— Un paquete con bombones.
—¿Bombones?
Hikari asintió— Según él, son bombones traidores directamente de Paris.— Musitó antes de abrir la caja— ¿Quieres uno?
—Bueno.— Contestó el castaño.
Fue así como la Yagami depositó un bombón a su lado y luego tomó uno para ella.
—Hikari ¿qué te ocurre?— Preguntó el moreno.
—¿E? N-no me siento bien.— Musitó la chica intentando respirar.
Takuya observó el rostro de la Yagami, estaba completamente roja, su piel estaba erizada y sus ojos estaban colorados.
¡Un minuto!
Rápidamente tomó los bombones que estaba comiendo y observó la zona que decía "ingredientes"
Chocolate blanco, Nata de montar, esencia de vanilla y...¡Leche de soya!
¡Oh no!
Hikari era alérgica a la soya.
¡Rayos!
Esto no era bueno.
—Kari, estos bombones tienen leche de soya.— Declaró Takuya.
¿Qué?
Pensó la chica.
Ahora todo tenía sentido.
El moreno rápidamente se levanto de su lugar y rodeo la mesa para acercarse a Hikari.
La Yagami intentó colocarse en pie, pero perdió el equilibrio.
Takuya rápidamente la atrapó.
—¡Ven te llevo a la enfermería!— Exclamó el chico antes de alzar a la chica entre sus brazos.
Damar caminó en dirección a su departamento, mientras observaba asqueada su chaqueta, rápidamente la quitó, literalmente ahora ella tenía ganas de vomitar.
¿Qué le ocurría a Izumi?
Ojalá esto no lo hubiera hecho a propósito.
Ambas quedaron en ridículo frente a todos. Y la idea de que alguien deliberadamente hubiera causado esa situación la incomodaba aún más.
Cuando llegó a su departamento se encontró con Kouji, quién estaba afuera.
—Damar.— La llamó.
—Hola.
—Al fin llegas.— Musitó el chico.
—Siento la demora.— Declaró la castaña.
—¿Estás lista para ir a hablar con Koichi?
—No.
Kouji alzó una ceja sorprendido:—¿No?
—O digo, sí.— Corrigió Damar— Pero antes debo arreglar esto.— Alzó su chaqueta.
—¿Esto qué?
—¡Mi ropa!— Exclamó—¡Izumi me vomitó!— Habló la castaña.
—¿Qué?— Preguntó Kouji sorprendido.
—Lo que escuchaste ¡Tu ex me vomitó!— Respondió Damar señalando su ropa.
Kouji observó sorprendido a la castaña, no esperaba esto.
—¿Discutieron o algo así?
—Sí, pero no...—Damar movió la cabeza— ¡Ni yo sé que ocurrió! Lo único que sé es que necesito ducharme, cambiarme y luego vamos.
—Oye, si no quieres ir, no hay problema.— Declaró Kouji— Entendería que luego de discutir con Izumi, no quieras tener que lidiar con otra situación.
—Tranquilo, puedo manejarlo.— Contestó Damar— Necesitamos hablar con Koichi cuanto antes, esto no me detendrá.
Takuya dirigió su mirada, totalmente preocupado, a Hikari quien se encontraba sobre la camilla de la enfermería.
—¿Te sientes mejor Kari?
La Yagami asintió mientras terminaba de tomar el líquido del vaso.
El susto que pasó al ver su rostro enrojecido fue máximo. Gracias al cielo la enfermera tenía los medicamentos que usualmente Hikari tomaba cuando tenía una reacción alérgica. Rápidamente la chica los tomó y luego de media hora comenzó a hacer efecto.
—Justo a tiempo llegaste niñita.— Habló la enfermera— Esperas otro poco más y tal vez, las consecuencias hubiesen sido peores.
Hikari hizo una mueca, lamentaba sufrir de esta alergia tan extraña, pocas veces se veía afectada, porque pocas veces encontraba alimentos hechos de soya, no obstante, cuando eso ocurría siempre tenía horribles consecuencias.
—¿Esto traerá alguna consecuencia o efecto secundario?—Cuestionó el moreno preocupado.
—No, como dije llegaron justo a tiempo.— Comentó la enfermera— La inyección y la medicina le ayudarán a sentirse bien, sin embargo, necesitará luego de unas horas consumir otra dosis, tomar mucha agua y descansar.
—¿Descansar?— Preguntó Hikari.
—Sí, en lo posible intenta estar en cama.— Declaró la enfermera.
—Pe-pero ¿por qué?— Musitó la chica— Me siento mejor.
—Sí, te sientes mejor, no obstante, tú conoces este medicamento que te inyecté, necesitas estar en reposo para que haga efecto.— Contestó la mujer— Además, tu cuerpo necesita reposo luego de consumir una sustancia tóxica para él.
—No se preocupe por eso, yo me encargaré de que así sea.— Respondió Takuya.
—Pe-pero...
—Nada de peros, ya escuchaste.— Interrumpió el chico.
¡Genial! Día Domingo e iba a estar todo el día acostada. Eso no le gustaba.
—Yamato Ishida.— Una voz femenina se escuchó en el lugar.
El rubio reconoció al instante aquella voz que para su sorpresa sonó más seca que de costumbre, sin dudarlo volteo y al hacer esto se encontró con la persona que esperaba ver. No obstante, no la vio de la manera en que quería verla. La castaña tenía su ceño fruncido y una mirada de pocos amigos.
Entre sus manos traía el ramo de flores que él le mandó, pero en vez de verse grande y esplendido estaba totalmente aplastado y desastroso.
La oji-miel no dudó en acercarse al Ishida para quedar frente a frente.
—Mimi, yo...—El oji-azul intentó hablar.
—¡Cállate!— Exclamó la chica y sin piedad lanzó el ramo contra el rubio.
El hermano de Takeru observó esto sorprendido.
—¿Qué estabas pensando al enviarme ese ramo de flores?— Preguntó Mimi.
—Y-yo solo quería hacerte saber que me importas y que lamento mucho lo que sucedió ayer en la fiesta. No quería herirte, Mimi, de verdad.
Ella lo interrumpió levantando una mano en señal de alto.
—¡Nunca me comprarás con tus gestos!
—Mimi, no buscó comprarte, simplemente quiero que me perdones.
—Eso no ocurrirá.
Yamato bajó la mirada, sintiéndose derrotado.
—Mira, entiendo que estés enojada. Pero todo fue un malentendido. Todo lo que dije fue un eror.
Mimi frunció aún más el ceño y cruzó los brazos.
—Un error, ¿verdad? ¿Eso es todo lo que tienes que decir? Después de todo lo que compartimos, ¿así piensas que puedes solucionarlo?
Yamato se rascó la cabeza nervioso.
—No es tan sencillo, Mimi. Pero te juro que no fue lo que realmente quería expresar. Estaba molesto y frustrado, y mis palabras salieron mal. Te pido disculpas de verdad.
Ella lo miró con escepticismo.
—Las disculpas no cambian lo que dijiste. Dijiste que detestabas a mi familia, que estabas arrepentido de haber estado conmigo y que lamentaras que yo sea madre de tu hija ¿Cómo puedo simplemente pasar por alto eso?
Yamato suspiró, buscando las palabras adecuadas.
—Mimi, yo... Dije cosas sin pensar, pero fue una tontería, simplemente me dejé llevar por mi enojo.
Mimi lo observó durante un momento, evaluando sus palabras. La tensión en el aire era palpable.
—Necesito tiempo, Yamato. No puedo simplemente olvidar lo que dijiste. Todo lo que ocurrió me dolió y mucho.
—Lo sé, pero quiero que me perdones.
—¡De esta forma no lo lograrás!— Contestó la Tachikawa— ¡No me gustaron tus flores! Al contrario ¡Eran horribles!— Exclamó— Y no creas que te perdonaré tan fácilmente, el daño que me causaste jamás te lo perdonaré.— Se acercó a él— ¿Me oíste? ¡Jamás!
Yamato se mordió el labio inferior.
La ira que emanaba de la chica le demostraba su odio y resentimiento, eso no le gustaba.
—Como bien escuchaste Hikari Yagami, luego de esto que ocurrió necesitas descansar.— Musitó el hermano de Mimi mientras acomodaba las sábanas y colchas sobre la novia de Tk.
La chica hizo una mueca— Pe-pero ¡Es Domingo! No quiero estar todo el día aquí, sin hacer algo divertido.
—Lo hubieses pensado antes de comer ese chocolate con leche de soya.— El moreno se cruzó de brazos.
—Eso fue sin querer.
—Debes ser más precavida con lo que comes.
—Lo sé, pero esta vez se me pasó.— Musitó la chica— A cualquiera le puede pasar.
Sí, a cualquiera le podía pasar, no obstante, debía mantenerse en su postura.
—Como sea, estás débil luego de eso y debes descansar.—Musitó el Tachikawa depositando una mano en su cabello.
La Yagami no supo si continuar reprochando, resignarse o simplemente sonreír.
Sí, sonreír, Takuya era un tierno, se preocupó de ella en todo momento, desde que tuvo esa reacción alérgica no la dejó sola, incluso la trajo a su habitación cargada desde abajo (Y si era mucho, subió las escaleras) Le brindó una atención única, como un verdadero amigo. Sin duda alguna, Mimi y Damar tenían suerte de tenerlo en sus vidas.
—Está bien, descansaré.— Contestó Hikari— Pero en verdad, no quiero aburrirme estando todo el día aquí.
—Llama a tu novio para que te haga compañía.
—No puedo.— Respondió la castaña— Él tiene un compromiso importante hoy fuera del internado, así que no estará aquí.
—¿Y tus amigas?
—Rika estará con Takato, tienen una especie de "cita"— Comentó Hikari— Y tu hermana Damar está ocupada con Kouji.
¡Como siempre! ¿Es que acaso no podía despegarse del Minamoto?
Pensó Takuya.
—Tranquila, yo llamaré a mi hermanita para que te cuide.— Rápidamente sacó su móvil.
—¡Hey! No hagas eso.—Rogó Hikari depositando una mano sobre el iphone del chico— Lo que menos quiero es molestar.
—Ella es tu amiga ¿no? Debe ayudarte.— Musitó el moreno.
—Sí, pero lo digo en verdad, no quiero molestar.— Musitó la Yagami.
Takuya hizo una mueca, por un segundo tuvo intenciones de seguir insistiendo, no obstante, no quería que Hikari se enojase con él por hacer algo contra su voluntad.
Suspiró resignado.
Entonces ¿quién cuidaría a la chica?
No iba a preguntar por Taichi, ya que conocía la situación de ellos dos.
—Bueno, entonces yo me quedaré contigo.— Musitó el moreno antes de sentarse junto a ella y apoyarse en el respaldar de la cama.
—¿Qué?— Preguntó la castaña sorprendida.
—Lo que escuchaste.— Contestó Takuya— Me quedaré contigo.
—Pero es Domingo ¿no aprovecharás este día libre?
El moreno negó— La verdad es que no tengo algún panorama planificado para hoy.
—¿Y tus amigos?
—¿Qué amigos?
Últimamente todo estaba mal con sus "amigos"
Su grupo siempre se compuso de Yamato, Taichi, Ryo y los gemelos. Pero este grupo se disolvió, literalmente cada uno estaba en su vida.
Con el Akiyama hace años ya no tenía una relación de "amistad" desde que sucedió lo de Izumi solo se encargó de "soportarlo" para no destruir el grupo. No obstante, el chico logró distanciarse de todos y ahora ninguno lo toleraba.
Con Yamato literalmente ya no existía vínculo más que Natsumi, no eran amigos, ni cuñados ¡Ni nada! Él se comportó como un patán con sus hermanas y con él, haciendo sufrir mucho a Mimi y eso jamás se lo perdonaría.
Con Taichi, ya no valía la pena seguir siendo amigos, luego de que lo traicionó, él siempre fue su amigo, incondicional, no merecía que el Yagami le hiciese semejante jugarreta.
Con Koichi su relación de amistad era normal, aunque un poco nula, el Kimura pasaba las veinticuatro horas del día estudiando, no tenía tiempo para nada y la verdad es que siempre fue muy diferentes a todos, jamás fue a fiestas, siempre fue ordenado, obediente y seguía siendo así.
Y con Kouji...La verdad es que ni él sabía que ocurría, no sabía si era su amigo o no, literalmente se pelearon a muerte, pero luego de todo lo ocurrido con Damar todo cambió. Ahora su relación volvió a ser la que era y tal vez sí eran amigos ¡Pero! El hecho que fuera su "cuñado" provocaba que quisiera estar lo más lejos posible.
—Ya no tengo amigos, más que algunos compañeros del equipo de fútbol con quienes no salgo mucho la verdad.—Respondió el moreno.
Hikari hizo una mueca ante esto, sin duda alguna era triste todo lo que ocurrió con Taichi, Takuya y el resto de sus amigos, de vez en cuando extrañaba ese tiempo donde todo estaba bien. Aquel tiempo cuando todo era nuevo y reciente, el grupo de Taichi (Takuya, Yamato, Ryo y los gemelos) eran amigos, de vez en cuando fueron a su casa, reían, bromeaban, discutían, pero luego se arreglaban. Eran muy populares y reconocidos en el internado por ser muy guapos, todas las chicas estaban enamoradas de ellos, pero ellos ya tenían a sus respectivas enamoradas.
Taichi jamás tuvo ojos para nadie más que para Sora.
Takuya e Izumi discutían sin parar todo el tiempo, pero las miradas de amor que ambos se dedicaban literalmente a todos los dejaban con ganas de estar en sus zapatos (incluso ella)
En el caso de Yamato, siempre tuvo ese carácter de chico frío, sin sentimiento, no obstante, Takeru siempre le comentó que tenía cierto interés por Mimi, quién secretamente estaba enamorada de él, pero le costaba mucho decir lo que decía y literalmente hablaba con todos, menos con él. Pocos lo notaban, pero Yamato parecía mantener cierto recelo por esa actitud, ya que parecía ser la única chica en no prestarle atención. Damar e Izumi siempre hacian lo imposible por unirlos, pero ningún plan resultaba bien, para su mala suerte.
Ryo siempre estuvo interesado en Rika, lamentablemente ella nunca le prestó atención. Quizás, si lo hubiese hecho el oji-azul nunca se hubiese convertido en lo que era. No obstante, no la criticaba, ella nunca fue muy abierta al amor.
Todo lo contrario, a su mejor amiga, Damar, quién desde los siete años moría de amor por Kouji, literalmente aun recordaba cuantas veces luchó por mantener la cordura frente al Minamoto evitando sus sonrojos o suspiros de enamorada. Y aunque pocos lo notasen el sentimiento evidentemente era mutuo, ya que el Minamoto tenía un trato especial con ella, literalmente él solo a dos chicas les prestaba atención, Rika (quién en ese entonces era su prima) y luego a la hermana Takuya.
No obstante, este trato especial no solo lo tenía Kouji con Damar, Koichi también era muy generoso y amable con ella, siempre demostró gustar de ella.
Literalmente, aquel tiempo era como una novela infanto-juvenil, ya que todo era nuevo inocente, sin dobles intenciones.
Takeru y ella eran los espectadores, literalmente, disfrutaban de la fama de sus hermanos, ya que participaban en sus eventos, compartían con sus amigos y demás.
No obstante, eso no duró mucho.
Aquello que ellos vieron como algo bueno y ejemplo a seguir cambió de la noche a la mañana.
Ese pasado nunca volvería.
Suspiró.
—Además...—La voz de Takuya la sacó de sus pensamientos—Si me quedo junto a ti podré verificar que en verdad descansarás.— Fue en ese minuto donde regresó a la realidad.
Movió levemente alejando toda esa reflexión de su mente.
Takuya acomodó una almohada tras su espalda— Me quedaré aquí contigo y no intentes convencerme de que no.
La chica se cruzó de brazo—Eres intenso ¿e?— Musitó divertida.
—Pues claro que lo soy.— Declaró el moreno— Debía encontrar una forma de fastidiar a mis hermanas, sobre todo a la menor.
Hikari rio ante esto.
Takuya sonrió al ver esto, la Yagami se veía bastante bien cuando reía y estaba feliz. No le gustaba verla triste.
—Está bien, está bien, quédate.— Respondió la Yagami.
—¿Vemos una película?
—Bueno.
Fue así como la chica tomó su laptop y la abrió.
Sora observó nerviosa a sus padres frente a ella. La directora le dijo que sus padres estaban aquí, esto le pareció raro porque sus padres jamás hacian algo juntos, ellos llevaban mucho tiempo separados, cuando debían hablar con ella era por separado, no en conjunto.
¿Por qué estaban aquí?
No tenían buen rostro.
—Padre...—Llamó a Haruhiko— Madre.— Luego a Toshiko— ¿Qué hacen aquí?
Toshiko intentó decir algo, pero Haruhiko se adelantó.
—Dinos la verdad.— Exigió el padre de la pelirroja— ¿Estás embarazada?
¿Qué?
Sora se sorprendió ante aquella sorpresiva pregunta.
—Pe-pero ¿qué?
—Dinos.— Declaró Haruhiko— ¿Es verdad?
¡Rayos! ¿Cómo supo?
Sora tragó saliva totalmente asustada, su antecesor se veía bastante temible.
Como siempre
Ella en verdad le temía a su padre.
Haruhiko siempre impuso una figura autoritaria, lo que provocaba miedo y respeto.
No era capaz de mirarlo a la cara.
—¡Sora mírame y respóndeme!—Exigió el hombro acercándose a ella, tomando su mentón y alzando bruscamente su rostro— Dime ¿es verdad?
La pelirroja sintió sus manos sudar, no estaba preparada para decirle esto a sus padres, ellos no la entenderían, no la apoyarían, serían como el padre de Mimi.
—¡Sora!— Exigió Haruhiko—Si no me respondes, me encargaré yo mismo en llevarte al doctor y verificar si es cierto.
¡Rayos! ¡Rayos! ¡Rayos!
—Pe-pero...
—¡Respondeme!— Gritó Haruhiko prácticamente en su rostro.
Sora cerró los ojos y bajó la mirada.
Aunque quisiera no valía la pena mentir, de cualquier forma, de aquí a nueve meses ellos sabrían la verdad.
Suspiró.
—¡Sora!— Haruhiko la llamó por última vez.
—Sí.— Respondió la chica— Estoy...es-estoy em-em...Estoy embarazada.
¿Qué?
La sorpresa en el rostro de la madre de Sora fue máxima.
—N-no, eso no puede ser.— Musitó Toshiko.
—Lo siento madre.— La pelirroja bajó la mirada— Sí lo es.
La castaña llevó una mano a su boca totalmente impresionada ante esta noticia, mientras tanto Haruhiko frunció el ceño ante esto, se acercó a su hija, alzó su mano y sin piedad...
¡Plap!
Abofeteo a su hija de una manera abrupta y fuerte, tanto así que Sora llegó a voltear el rostro.
—¡Todo es tu culpa Toshiko!— Haruhiko volteo hacia la mujer.
—¿Mía?
Sora llevó sus manos a su mejilla abofeteada. Hizo una mueca al sentir un ardor en esa zona, no tenía un espejo, no obstante, sabía que su rostro de seguro estaba enrojecido.
—¡Pues sí! Tuya.— Contestó el señor Takenouchi— Siempre consentiste en todo a Sora, le diste chip libre para que hiciera estupideces y por eso está embarazada.
La castaña frunció el ceño— ¡Hey! No me recrimines lo que hago mal, tú también has cometido errores, tampoco eres un ejemplo a seguir.—Se cruzó de brazos— ¿O crees que Sora y yo no sabes de tus múltiples aventuras con tus miles de mujeres?
Haruhiko apretó su puño totalmente enfadado.
—Por favor, no discutan entre ustedes.—Musitó la pelirroja llamando la atención de ambos— La culpa es mía, no de mi madre.
Sora miró a sus padres con tristeza, deseando que pudieran comprenderla en lugar de culparse entre ellos. La tensión en la habitación era palpable, y la noticia del embarazo había desencadenado una serie de emociones complicadas.
Izumi llevó sus manos a su rostro mientras lágrimas y lágrimas caían por sus mejillas.
¡Era de lo peor! ¡De lo peor!
Con los años se volvió una copia de su madre, Natsuko, cometió los mismos errores, dañó a sus seres queridos, se volvió prejuiciosa, una víbora mejor dicho serpiente sin sentimientos y veneno.
¡No valía la pena!
Esta vida no lo valía.
¡No!
Ya nada tenía sentido para ella.
Sin darse cuenta se convirtió en una copia de Natsuko, su madre.
Crítico, insultó y trató super mal a personas que ella decía querer.
¡No quería continuar en esta vida! ¡Ya no! ¡Ya nada valía!
Rápidamente sacó los ansiolíticos del cajón, polvos y alcohol dispuesta a consumir todo.
Sin embargo, cuando ya tuvo todo en frente y gran parte de sustancias en su mano se detuvo.
Lamentablemente era cobarde…¡Muy cobarde!
Fue así como simplemente dejó un polvo en el mueble y suavemente snifó.
El viento soplaba frío esa tarde en el internado cuando Yamato salió al estacionamiento. Sus pasos resonaban en el silencio del lugar, y su mente estaba llena de pensamientos sobre los recientes eventos que habían alterado su vida. Mimi, la estudiante que había llegado recientemente al internado, era la razón de todo.
Mientras caminaba entre los autos estacionados, vio a un hombre de espaldas, ajustando algo en el maletero de su coche. Era Keisuke, el padre de Mimi. Yamato apretó los puños instintivamente al reconocerlo, recordando las tensiones y desacuerdos que habían surgido entre él y Keisuke en el pasado.
—Keisuke Tachikawa.—exclamó Yamato con un tono de voz firme, llamando la atención del hombre.
Keisuke se volteó lentamente, mostrando una expresión serena. Yamato, por otro lado, estaba lejos de la calma. Sus ojos destilaban resentimiento y frustración.
—¡Vaya, vaya! Nos encontramos de nuevo.
La tensión se sintió en el ambiente, evidentemente el rubio estaba enojado, el padre de Mimi mantenía la calma.
—¿Qué hace aquí?
—No te interesa saber, niño.— Respondió Keisuke.
—No sé porque pregunto, si es obvio que viene a molestar a sus hijos ¿no?
El pelinegro rodó los ojos— Mira quien habla.— Declaró— ¿Acaso tú no has hecho eso también?
—Eso fue antes, señor Tachikawa, yo no quiero enfrentarme a sus hijos.—Habló Yamato— Al contrario, yo lo único que quiero es recuperar el tiempo perdido con mi hija.— Declaró— Tiempo que usted me quitó con ella.
—¡No me levantes el tono jovencito!— Exigió Keisuke— Ya me dijiste todo lo que me querías decir antes y yo te escuché, no obstante, es la única vez que te dejaré que me hables así ¿me escuchaste? Yo ahora estoy aquí con el único propósito de recuperar a mis hijos.
¿Recuperar a sus hijos?
—¿Recuperar a sus hijos?— Cuestionó Yamato sorprendido— ¿Acaso quiere arreglar todo el daño que causó?
—Eso no es tema tuyo.— Respondió el Tachikawa.
—¿Y cree que será fácil?— Preguntó Yamato— Usted nos hizo perder mucho tiempo con Natsumi ¡Eso no merece perdón!
—¡Tú no eres quién para hablarme así!— Gritó Keisuke.
—Alguien debe decirle la verdad.— Declaró el rubio— Usted nos causó a todos un gran daño.
—No más que el daño que le estás causando tú a Mimi.— El adulto se cruzó de brazos— ¿O crees que no sé todo lo que ha ocurrido?
Yamato hizo una mueca y apretó su puño— Mis problemas con ellos han sido un malentendido.
—¿Malentendido?— Preguntó Keisuke— No creo que sea tan simple como eso.— Comentó— Entiendo que estés enojado, pero fuiste cruel con Mimi. En cierta forma fui sabio al alejarla de un tipo como tú que solo le ha causado daño.
El rubio apretó el puño— ¿Quién rayos se cree que es usted para hablarme así?
La ira era evidente en los ojos de cada uno.
Keisuke quiso responder, no obstante, un fuerte ardor en su interior se lo impidió.
¡Rayos!
El doctor le dijo que no debía tener emociones fuertes y realizar movimientos bruscos, pero esto fue lo primero que hizo y...
¡Oh no! Otro ardor.
¡Era insoportable!
Yamato observó al hombre sorprendido, su cara cambió de enojo a una expresión de dolor, poco a poco comenzó a arrodillarse en el suelo.
—Señor Tachikawa ¿qué le ocurre?
Keisuke intentó hablar, pero el ardor en su interior era tan intenso que apenas podía articular palabras. El doctor le había advertido sobre las consecuencias de emociones fuertes y movimientos bruscos, y ahora estaba experimentando las consecuencias.
El rubio se acercó a él.
—¿Está bien?
El pelinegro negó— ¡Me duele!
Era insoportable, necesitaba ir a la clínica urgente.
Mientras tanto en el Internado.
Damar pasó su mirada por Kouji, quién evidentemente estaba nervioso, quería disimularlo, pero para ella era notable.
—¿Estás seguro de esto?
El Minamoto asintió.
—¿Y tú?
—Sí tú estás listo, yo estoy lista.— Contestó la castaña con firmeza antes de tomar su mano.
Kouji intentó sonreír ante esto, no obstante, los nervios lo estaban consumiendo.
No habrá transcurrido mucho tiempo cuando la puerta de su departamento se abrió y en el lugar apareció su gemelo, Koichi.
—Kouji.—Pronunció el nombre de su hermano y luego dirigió su mirada hacia la castaña— ¿Damar?
—Hola Koichi.— Saludó la chica.
—Hola.— Contestó el mayor de los gemelos, sorprendido de verla ahí.
El Kimura pasó su mirada por ellos.
—¿Qué haces aquí Damar?— Preguntó— ¿Vienes a ver a tu hermano?
—¿E?— Balbuceo la castaña sin saber que responder, dirigió su mirada a Kouji, no sabía que responder.
—No, Damar no vino a ver a Takuya.—Contestó Kouji— Viene a hablar contigo...—Declaró— Y conmigo.
El gemelo mayor alzó una ceja sorprendido.
—¿Hablar con nosotros?
Damar asintió.
—En realidad, ambos necesitamos hablar contigo.— Declaró el Minamoto.
Koichi alzó una ceja sorprendido ante esto.
—La chica que estoy conociendo es...
—¿es?
Kouji respiró profundo y cerró sus ojos— Damar.
El silencio se hizo presente ante el impacto de la declaración.
—Kouji y yo estamos saliendo.—Declaró finalmente la castaña.
No, por favor no.
Esto no era posible.
—¿Esto es una broma, verdad?— Preguntó Koichi.
Kouji negó— No.
—No lo es.— Respondió Damar.
La habitación parecía haberse vuelto repentinamente más fría. Koichi, incapaz de procesar completamente la noticia, miró entre Damar y Kouji con una expresión de incredulidad en su rostro.
—¿Salen? Pero... tú y yo... —balbuceó Koichi, buscando palabras que pudieran desmentir lo que acababa de escuchar.
Kouji evitó la mirada de Koichi, sintiéndose incómodo con la situación. Damar, por otro lado, parecía mantener la compostura, aunque podía notarse una sombra de pesar en sus ojos.
—Por favor, no jueguen con algo así.
—No estamos jugando.—dijo Damar con voz suave—Kouji y yo, estamos saliendo.—Tomó la mano del Minamoto.
Koichi se levantó de su asiento, sintiendo una mezcla de emociones: sorpresa, dolor y una profunda confusión. Miró a Kouji, buscando alguna señal de que esto era solo una confusión, pero la expresión del pelinegro confirmaba la verdad.
—Pero ¡Qué estupidez!— Exclamó— ¿Qué clase de hermano eres, Kouji?— Preguntó—¿Cómo puedes hacerme esto?
Se acercó hacia Kouji furioso.
—Sabías muy bien que, a mí, Damar, todavía me gusta.— Declaró Koichi— ¿Cómo fuiste capaz de tracionarme de esta forma?
—Koichi, jamás quise lastimarte.— Admitió Kouji— Pero lo de nosotros comenzó a pasar y no pude evitarlo.
—¡Pues debiste haberlo evitado!— Exclamó el mayor de los gemelos—¡Es mi ex! Y aunque, haya transcurrido tiempo, tú bien sabes lo que siento.
Kouji y Damar intercambiaron miradas ante esto, a ninguno le gustaba ver al Kimura reaccionar así.
—¡Jamás esperé esta traición por parte de ustedes dos!— Gritó Koichi antes de caminar en dirección a la salida.
—¿Dónde vas?
—Lejos de aquí.—Respondió el Kimura— No quiero verlos.
Mejor dicho, ver a Kouji. Porque él fue quién más lo traicionó.
Mientras tanto con Kiriha y Nene.
El rubio presionaba fuertemente su abdomen bajo, evidentemente sentía un horrible dolor.
Nene observó a su amigo, desde ayer sentía dolor en su estómago, este cada vez parecía aumentar.
—Oye ¿en verdad no quieres ir a la clínica?
Kiriha negó— Estoy bien.
Nene hizo una mueca— Lo dudo ¿sabes? Llevas mucho con dolor.— Declaró.
—Es pasajero, nada más.
Kiriha tenía pésimo aspecto, estaba pálido, sus labios no tenían color, sudaba, tenía ojeras, porque no durmió por el dolor, literal parecía un zombie, pero no quería ir a la clínica.
—Eso mismo dijiste ayer.— Comentó la castaña— ¿Sabes? Por la zona donde te duele yo pensaría que es apéndice.
—Con una pastilla se me pasara.— Declaró el rubio.
Nene negó— Ya has tomado muchas y nada ayuda.
Kiriha suspiró.
—Llamaré a un taxi.
—¿Qué? ¿A un taxi?— Preguntó el rubio.
Nene asintió.
—Te llevaré a la clínica.
—Pe-pero, ya te dije que estoy bien.
—¡Nada de eso!— Exclamó Nene— Iremos a la clínica te guste o no.
Nanami y Mimi tomaron asiento alrededor de una mesa en la cafetería a unos metros del Internado, ambas hablaban de sus vidas, intentando colocarse al día. No transcurrió mucho tiempo cuando al lugar llegó un mesero.
—¿Qué van a ordenar señoritas?
—Quiero un tequila.— Respondió la castaña— Ojalá con bastante alcohol.
Nanami observó sorprendida a su amiga.
—Necesito algo fuerte para olvidar un poco al idiota de Yamato.— Contestó Mimi— Y todo lo que ha pasado.
—¿Por qué?— Preguntó la rubia.
—Porque Yamato simplemente ha buscado fastidiarme.— Declaró— Primero sacandome en cara que le oculté a Nanami y ahora con su "arrepentimiento"
Nanami negó.
—Lamentablemente es hombre, ellos siempre generan problemas.
Mimi suspiró.
—Nanami, estoy harta de todo esto. De las mentiras, de las peleas, de sentirme constantemente en un drama. Necesito liberarme de todo, aunque sea por un momento.
Nanami asintió comprensivamente, sabiendo que su amiga estaba pasando por un momento difícil.
—Lo entiendo, no es para menos, Yamato simplemente se ha comportado como un patán contigo.
Mimi levantó la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y frustración.
—Sí.—Declaró— Siento que las cosas ya están demasiado complicadas ¿sabes?
Nanami observó sorprendida a su amiga.
—Necesito algo fuerte para olvidar un poco al idiota de Yamato.— Contestó Mimi— Y todo lo que ha pasado.
—¿Por qué?— Preguntó la rubia.
—Porque Yamato simplemente ha buscado fastidiarme.— Declaró— Primero sacandome en cara que le oculté a Nanami y ahora con su "arrepentimiento"
Nanami negó.
—Lamentablemente es hombre, ellos siempre generan problemas.
Mimi suspiró.
—Nanami, estoy harta de todo esto. De las mentiras, de las peleas, de sentirme constantemente en un drama. Necesito liberarme de todo, aunque sea por un momento.
Nanami asintió comprensivamente, sabiendo que su amiga estaba pasando por un momento difícil.
—Lo entiendo, no es para menos, Yamato simplemente se ha comportado como un patán contigo.
Mimi levantó la mirada, sus ojos reflejaban una mezcla de tristeza y frustración.
—Sí.—Declaró— Siento que las cosas ya están demasiado complicadas, no creo poder lidiar con todo.
—¡Claro que podrás lidiar con todo esto, amiga!— Declaró Nanami— Eres una mujer fuerte.
—Lo estoy dudando ¿sabes?— Comentó— No soy lo suficientemente fuerte.
—¡Claro que lo eres!— Exclamó—Es solo que estás un tanto desorientada en algunas cosas, en estos momentos, no obstante, eso no quiere decir que no puedas superar todo.
Justo en ese minuto llegó el mesero.
—Aquí les traigo sus bebidas.
—Gracias.— Respondieron ambas chicas, cada quién tomó su copa.
—Salud.— Musitó la castaña.
—¿Por qué?
—Por nosotras y lo estúpidas que hemos sido al estar con idiotas como Thomas y Yamato.— Contestó Mimi.
Nanami alzó su copa y la chocó con la de su amiga— Salud.
—Salud.
Fue así como cada quién le dio un sorbo.
—¿Sabes? La mejor solución a tus problemas sería olvidarte de una buena vez de Yamato.
—¿Tú crees?— Preguntó la castaña.
Nanami asintió—Por el cariño que le tienes, Yamato simplemente buscará arreglar todo para no quedar como idiota frente a todos, él creerá que por ese cariño tú lo perdonarás, pero tú no puedes dejarte engatusar.
—No te preocupes.— Musitó la Tachikawa— No tengo interés de estar con él.
—¿De verdad?— Preguntó la rubia ilusionada de que esto fuera verdad.
Mimi asintió.
—¿Has eliminado tus sentimientos?
—Bu-bueno, no sé si del todo.— Comentó la castaña— Pero estoy intentando.
¡Ojalá lo hiciera pronto!
Así ella podía colocar su plan en acción.
—¿Sabes? Michael, tu amigo, es guapo, no te haría mal pasar un tiempo con él y darte una oportunidad.— Comentó Nanami.
Mimi hizo una mueca— Es solo mi amigo, no lo veo como algo más.
—No es necesario que lo veas como algo más, entre amigos también se pueden divertir.— Habló la rubia.
No sonaba mal, no obstante, del hecho a la practica era muy difícil.
Pasó la mirada por la copa y le dio un sorbo a todo el líquido.
—Ya veremos qué ocurre Nanami.— Musitó la castaña pensativa— Ya veremos...
Mientras tanto en la clínica.
Kiriha se encontraba en una situación, que no esperaba estar en su día libre. Se encontraba vestido con una bata, encima de una camilla siendo trasladado a pabellón, donde sería operado de apéndice.
Nene estaba a su lado.
—No puedo creer que me vayan a operar.— Comentó el rubio.
—Debes estar tranquilo, todo estará bien.
Kiriha hizo una mueca.
—Eso espero.
Jamás pensó que su dolor de estómago terminaría en esto.
Jamás en su vida se operó, esta sería la primera vez y estaba nervioso ¡Muy nervioso! Pero no quería demostrarlo.
Nene pasó su mirada por el chico y suavemente tomó su mano derecha.
—Sé que esto fue inesperado, pero debes estar tranquilo, los médicos son buenos y será corta la operación.
Kiriha dirigió su mirada hacia el agarre de sus manos.
—Te estaré esperando cuando salgas.
¿Qué?
—N-no es necesario.
—¡Claro que sí!— Exclamó Nene— No te dejaré solo.
No te dejaré solo
Esas palabras resonaron en su mente, porque desde la muerte de sus padres, él estaba solo, nunca nadie lo acompañó.
¿Por qué ella quería estar a su lado?
El internado estab tranquilo mientras Kouji perseguía a su hermano gemelo, Koichi, quien caminaba rápidamente con expresión de molestia en el rostro.
—Koichi. —Kouji llamó, esta vez con un tono más calmado pero preocupado—¡Koichi!— Nuevamente lo llamó
—¡Déjame solo, Kouji! —respondió Koichi, sin detenerse y sin voltear a mirar a su hermano.
Kouji aceleró el paso para alcanzar a Koichi, colocándose a su lado y haciendo un esfuerzo por hablar con calma.
—Hermano, entiendo que estés molesto. Pero necesitamos hablar de esto.
Koichi suspiró, deteniéndose finalmente y mirando a Kouji con frustración en sus ojos.
—No puedo creer que estés saliendo con Damar. ¡Es como si no te importara en absoluto cómo me siento al respecto!
—Claro que me importa.
—Entonces ¿por qué sales con ella?
—Porque, inevitablemente siento muchas cosas por ella, que me hizo querer acercarme.
—¿Sentir?— Preguntó Koichi— ¿Sentir? ¿Enserio crees que sientes algo por Damar?
—¿Por qué no lo haría?
—Porque hace poco estabas con Izumi, dudo que tan rápido cambiaras tus sentimientos.—Musitó Koichi— Salvo que hubieses sentido algo por ella desde antes como ocurrió entre Takuya y Zoe.
¡Rayos! Pensó Kouji.
La idea no era hablar del pasado, porque no quería lastimar más a su hermano.
—Lo de Izumi fue algo sin sentido, momentáneo, pero lo de ahora si es real.
Koichi rio con sarcasmo—No te creo.—Declaró—De seguro jugarás con Damar así como has jugado con todas tus conquistas de una noche.
No, jamás haría eso, mucho menos con ella.
—Jamás te perdonaré esto.
—Koichi...
—¡No me hables!— Gritó el Kimura.
Kouji apretó sus dientes totalmente...Ni siquiera él sabía describir esa sensación. Se sentía culpable ¡Muy! No estuvo bien esto, pero ¿qué podía hacer? Simplemente pasó y aunque quiso, no lo pudo evitar. Y aunque doliera, si se esperaba esta reacción de su hermano, después de todo, él también la quería y mucho, desde pequeños Koichi también estaba enamorado de Damar.
—Hermano...
—¡No me llames hermano!— Gritó el mayor.
El Minamoto bajó la mirada y suspiró— No te pido que me entiendas, porque estás en tu derecho de enojarte, no obstante, quiero decirte que a Damar si la quiero y no quiero lastimarte por esto.
—Pero lo hiciste.
—Lo sé, pero no era mi intención.— Contestó Kouji.
Koichi rodó los ojos.
Su hermano era hipócrita. Hace unos días él le dijo todo lo que sentía por Damar, porque confiaba en él y quería que le ayudase a reconquistarla...¡Pero hacia lo contrario! La enamoraba a sus espaldas y ahora era su chica.
¡No eso no lo permitiría!
—Nunca te perdonaré esto.— Declaró el Kimura— Y desde ahora debes saber que no respetaré tu relación con ella.—Habló— Si tú no respetaste mis sentimientos, mucho menos respetaré yo los tuyos.
La habitación resonaba con la tensión mientras Sora y su padre, Haruhiko, se enfrentaban en medio de una discusión intensa sobre el embarazo de Sora.
—¡Es tu obligación abortar, Sora! —insistió Haruhiko, elevando la voz.
—¡Te dije que no lo haré, padre! —respondió Sora con determinación, sosteniendo la mirada de su progenitor.
Haruhiko frunció el ceño, incapaz de comprender la firmeza de la decisión de su hija.
—¡Claro que lo harás! —exclamó, frustrado—. Apenas eres una niña, no puedes tener un hijo.
Sora negó con la cabeza, manteniendo su postura desafiante.
—No soy una niña —declaró con voz firme—. Puedo hacerme cargo.
Haruhiko soltó un suspiro exasperado y se pasó la mano por el cabello, buscando las palabras adecuadas para persuadir a su hija.
—Sora, no es solo cuestión de edad. Tener un hijo a tu edad te cambiará la vida por completo. ¿Cómo planeas cuidar de él? ¿Cómo seguirás con tus estudios?
Sora apretó los dientes, consciente de las dificultades que enfrentaría, pero sin mostrar signos de rendirse.
—Encontraré una manera, padre. No estoy sola en esto.
Haruhiko frunció el ceño, sintiendo que la situación se le escapaba de las manos.
—Esto no solo afecta tu vida, Sora. También afecta a la familia, a tu futuro.
Sora respiró profundamente antes de responder, buscando transmitir su convicción.
—Sé que no es fácil, pero quiero ser madre. Y asumiré las consecuencias de mis decisiones.
—¿Y cómo las asumirás si no estás casada?— Preguntó Toshiko— ¡Para variar! ¿Quién es el padre de tu hijo?
Justo en ese minuto la puerta se abrió y en el lugar apareció Taichi.
—Soy yo.— Declaró.
Los ojos de todos se posaron en él, y la sorpresa se reflejó en los rostros de los presentes. Haruhiko, el padre de Sora, musitó con cierto escepticismo:
—Debí imaginármelo.
—Yo soy el padre del hijo de Sora, y me haré responsable. —Taichi habló con firmeza, buscando transmitir su compromiso.
—¿Responsable? —Haruhiko rió con incredulidad— Eres un niño, no sabes de la vida, mucho menos de criar a un ser humano.
Taichi mantuvo la calma, aunque podía sentir la desconfianza en la habitación.
—Sé que soy joven, pero no por eso voy a evadir mis responsabilidades. Sora y yo decidimos enfrentar esto juntos.
Toshiko, aún escéptica, cruzó los brazos y lo miró con ceño fruncido.
—¿Y qué planeas hacer? ¿Cómo piensan criar a este bebé?
Taichi se mantuvo firme ante las preguntas desafiantes.
—Buscaremos apoyo, aprenderemos lo que sea necesario y nos responsabilizaremos de nuestro hijo. No tengo todas las respuestas ahora, pero estoy dispuesto a aprender y a hacer lo que sea necesario.
Haruhiko observó a Taichi por un momento, evaluando sus palabras. Aunque seguía preocupado, empezó a notar una chispa de determinación en los ojos del joven.
—Esto es serio, Taichi. La paternidad no es fácil.
—Lo sé, señor. Pero quiero estar ahí para Sora y nuestro hijo. Juntos, encontraremos la manera.
Haruhiko rió— Ojalá fuera tan fácil.
—¡No seremos el hazme reír de la sociedad! Así que no tiene opción más que renunciar a ese niño.
—¡No! Ustedes tendrán que aceptar nuestra decisión, porque no optaremos por abortar.— Respondió Sora firmemente.
—¡Olvída que dejaré que deshonres nuestra familia!— Gritó el señor Takenouchi.
—¿Familia?— La pelirroja rio— Hace tiempo ya no somos una familia.—Declaró— Así que ¡No insistan! ¡Tendré a mi hijo, les guste o no!
—Koichi se tomó muy mal las cosas.— Damar le comentó a Rika preocupada.
—No es para menos.— Musitó la pelirroja— Ya sospechaba que él continuaba enamorado de ti.
La castaña suspiró.
¿Cómo fue tan tonta? ¿Cómo no se dio cuenta de esto? ¡No quería vivir esa situación otra vez! ¡Claro que no!
Ambas llegaron a su departamento, Rika ingresó la llave y abrió la puerta.
—Lo que menos quiero es generar problemas entre ellos ¿sabes?— Damar ingresó al departamento.
—Lo sé amiga.— Declaró la pelirroja— Pero lamentablemente es inevitable, Koichi está interesado en ti y fuiste su ex novia, por donde lo mires, esto se puede tomar como "traición"
Rika ingresó al lugar, cerró la puerta.
—¿Crees que estuvo bien decirle la verdad?
—¡Pues claro!— Declaró— No iban a quedarse callados para siempre, Koichi debía saber la verdad para que no continuara ilusionadose y...— Rika no pudo continuar hablando, ya que pasó su mirada por la habitación de Hikari que tenía puerta abierta y en su interior observó una escena que no esperaba— Pero ¿qué rayos?
Damar dirigió su mirada hacia la habitación de Hikari y...literalmente, ambas quedaron en shock al encontrar a Hikari durmiendo plácidamente ¿Con Takuya?
+Meta de este año ¡Terminar esta trilogía de una buena vez!
mimato bombon kou: Holi, que bueno que hayas disfrutado el capítulo. La escena de Nene dando una cachetada a Nanami fue sin duda un momento intenso y emocionante. Es genial saber que esa parte específica resonó contigo y que Nene se ganó tu respeto. ¡Tus comentarios siempre son bienvenidos! Entiendo que puedas tener muchas dudas en este punto de la historia, pero estoy emocionado de revelar más detalles y respuestas a medida que avancemos. ¡Gracias por seguir el fic y por compartir tus pensamientos! ¡Saludos y hasta la próxima!
Adrit126: Gracias por tu comentario y por seguir la historia. Entiendo completamente tu perspectiva, el perdón puede ser un proceso complicado, especialmente cuando el daño es significativo. Las situaciones en las que se encuentran los personajes pueden generar muchas emociones encontradas. Keisuke está pasando por un momento difícil, ¡así que es genial que te preocupes por él! Y sí, Natsuko definitivamente ha demostrado ser un personaje complicado. ¡Agradezco tu apoyo y espero que sigas disfrutando de la trama! Si tienes más preguntas o comentarios, ¡estaré encantado de leerte! ¡Saludos y hasta la próxima!
