Na: No me había acordado que tenía este capítulo casi finalizado. Le di unos retoques y decidí subirlo. Las personas que me siguen en mis redes sociales y en mis otras historias saben la razón por la cual no he actualizado, esta historia ha estado en pausa porque ya no me nace mucha inspiración, mejor dicho, energía son muchas cosas y tengo poco tiempo. He pensado seriamente en acabar con esta trilogía y contarles lo que tenía planeado para el final. Pero no sé si sea lo más adecuado. Valoro y agradezco a todos los que me han seguido. Amo cuando me comentan y me dan ánimos o ideas. Agradezco a todos los que han entendido la situación. Todavía no tomó una decisión formalmente, porque quiero estar segura de la decisión que tomaré. Sin embargo, agradezco a aquellos que han llegado hasta este punto siguiendo cada temporada, personaje, situación y relato.


Yamato observó atentamente la cortina de la sala donde Keisuke Tachikawa se estaba siendo atendido. Sí, atendido. El magnate Tachikawa cayó al suelo revolcándose del dolor y él no tuvo más remedio que llevarlo a la clínica, ya que él se lo pidió.

Por unos momentos quiso llamar a una ambulancia, no obstante, Keisuke no quería llamar la atención. Fue así como Yamato lo llevó hasta la clínica Norstein, y ahora estaba esperando el resultado de su examinación.

Tuvo intención de llamar a los Tachikawa, sin embargo, Keisuke le pidió que no llamase a sus hijos, porque no quería preocuparlos. Él intentó insistir, no obstante, luego pensó en la relación que el hombre tenía con sus hijos y se dio cuenta que aunque los llamase, no vendrían.

Ni siquiera sabía que rayos estaba haciendo él ahí.

—¡Muy bien! Hemos terminado.—Una doctora bastante joven de cabello negro y ojos verdes abrió la cortina.

Keisuke se encontraba en la camilla semisentado.

La doctora tomó asiento en su escritorio.

—¿Y?— Preguntó Yamato por "cortesía"— ¿Cómo está?

—Bastante mal.— Declaró la mujer—El doctor Norstein, le dijo, señor Tachikawa...—Dirigió su mirada al hombre—...que mientras esté con quimioterapia ¡No puede tener emociones fuertes!

¿Quimioterapia?

Yamato se sorprendió al escuchar esto.

Keisuke bajó la mirada ante esto.

—El cáncer que usted tiene avanza rápido y las quimioterapias son fuertes, necesita estar bien en todos los sentidos de su vida, tanto emocional como de salud para esto.— Declaró la mujer.

¿Cáncer?

Yamato literalmente estaba en shock al escuchar que su ex-suegro estaba en esta condición. Yamato apenas podía procesar la información que acababa de recibir. El término "quimioterapia" resonaba en su mente, un eco angustioso que no esperaba escuchar en relación con Keisuke. La noticia le golpeó con fuerza, y su mirada reflejaba una mezcla de sorpresa y preocupación.

Keisuke, por otro lado, bajó la mirada, como si llevara consigo el peso de la noticia sobre sus hombros. La gravedad de la situación se manifestaba en el silencio abrumador que llenaba la habitación.

La mujer continuó explicando la situación, tratando de arrojar luz sobre el impacto del diagnóstico.

—El cáncer que usted tiene avanza rápido y las quimioterapias son fuertes. Necesita estar bien en todos los sentidos de su vida, tanto emocional como de salud para esto.

La palabra "cáncer" resonó en la mente de Yamato, quien literalmente estaba en shock. No podía evitar pensar en el impacto que esto tendría en la vida de Keisuke, así como en sus propias emociones al respecto.

—¿Cáncer? —murmuró Yamato, incapaz de ocultar su sorpresa.

Keisuke levantó la mirada, encontrando la expresión atónita de Yamato. A pesar de cualquier resentimiento o distancia entre ellos, la noticia del diagnóstico de cáncer parecía haber roto cualquier barrera emocional existente.

La habitación estaba llena de una atmósfera cargada de emociones. La mujer continuó explicando detalles sobre el tratamiento y las precauciones necesarias, pero el impacto del diagnóstico eclipsaba cualquier otra información.

—Si, muchacho.— Declaró— Tengo cáncer.

—¿Mimi no sabe de esto? ¿Verdad?

—Ni Mimi, ni Takuya, ni Damar.— Contestó Keisuke— Esto es un secreto. Que, si fuera por mí, tú tampoco hubieras sabido.

Pero ¡Esto era grave!

Keisuke era el padre de ellos, además, lo único que les quedaba.

¡Merecían saberlo!

—Lamentablemente tendrá que quedarse hospitalizado, señor Tachikawa.

—Pe-pero no puedo.

—Deberá hacerlo.— Respondió la doctora— El doctor Norstein me dejó a cargo de sus chequeos antes de la próxima quimioterapia y lamentablemente no está en el estado adecuado, necesitará estar aquí hasta ese día.


—¿Fuiste tú, verdad?— Taichi le preguntó a Catherine.

—¿Yo?— Preguntó la rubia—¿Yo qué?

—La que les envió a los padres de Sora un mensaje anónimo diciéndoles que está embarazada.— Respondió el Yagami.

Catherine se quedó en silencio por un momento, aparentemente sorprendida por la acusación de Taichi. Los ojos de ambos se encontraron en una tensa confrontación.

—No tengo idea de lo que estás hablando, Taichi. ¿Por qué pensaría que yo haría algo así? —respondió Catherine con expresión inocente.

—Tú bien sabes la razón.—Respondió.

La rubia hizo una mueca.

—Querías generar un alboroto ¡Y lo lograste! Los padres de Sora están furiosos, y ahora todo está patas arriba.

—Mira, Taichi, entiendo que estés molesto por lo que está sucediendo, pero yo no sería capaz de hacer algo tan cruel.

Taichi frunció el ceño.

—Eres capaz de eso y de más.


Kiriha comenzó a despertar lentamente, sintiendo la pesadez en sus párpados mientras la anestesia empezaba a disiparse. La sala estaba tranquila, iluminada suavemente por la luz tenue de la tarde que se filtraba por la ventana. Poco a poco, los sonidos del hospital y el suave zumbido de las máquinas volvieron a su conciencia.

Su mirada parpadeó lentamente hasta que pudo enfocar el entorno. La sensación de debilidad y desorientación la invadió, pero se esforzó por mantener la calma. Entonces, notó a Nene sentada a su lado, preocupada y con una sonrisa aliviada al ver que Kiriha despertaba.

—¡Kiriha! Estás despierto.— Exclamó Nene— ¿Cómo te sientes?

Kiriha intentó hablar, pero su garganta estaba seca y apenas podía articular las palabras.

—Nene...—Habló— ¿Estás aquí?

Nene asintió, tomando suavemente la mano de Kiriha.

—Sí, estoy aquí, como te lo prometí.— Contestó— Todo salió bien. Los médicos dijeron que la operación fue un éxito.

Como te lo prometí

Sí, se lo prometió, pero no quiso creer en esa promesa, siempre en su vida estuvo solo.

Kiriha esbozó una pequeña sonrisa, aliviado por las noticias. Intentó incorporarse ligeramente, pero una sensación de debilidad la obligó a quedarse recostada.

—Me siento un poco mareado.

—Es normal después de la anestesia. Descansa y tómate tu tiempo.

Nene acarició suavemente el cabello de Kiriha, transmitiendo consuelo. Kiriha cerró los ojos por un momento, asimilando la realidad de haber pasado por la cirugía. Cuando los abrió de nuevo, se encontró con la mirada cariñosa de Nene.

—Estuve esperándote todo el tiempo. ¿Hay algo que necesites?


Hikari se removió entre sueños al sentir como alguien jalaba de su ropa. Hizo una mueca, negándose a abrir sus ojos. Sentía una pesades en ellos, quería seguir durmiendo, sin querer se sumergió en un profundo sueño.

A pesar de la insistencia de su sueño profundo, Hikari seguía sintiendo ese tirón en su ropa, como si alguien estuviera tratando de despertarla. La sensación persistente la hizo removirse una vez más, pero aún se aferraba al sueño.

Sin embargo, el tirón se intensificó, y esta vez, acompañado de una voz familiar.

—Hikari, despierta.

La voz parecía familiar, pero estaba envuelta en una neblina onírica.

—Hikari, despierta.— Nuevamente habló abruptamente esa voz y el jalón fue más intenso.

—¡Hey! Rika, ten más cuidado.— Otra voz se hizo presente.

—¡Debo despertarla!— Respondió la primera voz.

¿Rika?

Hikari, a regañadientes, abrió lentamente los ojos, luchando contra la pesadez que los envolvía. La luz tenue de la habitación la cegó por un momento, y parpadeó tratando de adaptarse.

Frente a ella distinguió las figuras de sus amigas, Damar, quién la observaba sorprendida y Rika, quién tenía cara de pocos amigos, parecía enfadada.

—Chicas.

—¡Al fin despiertas! ¿E?— Rika musitó molesta— Ahora hay que despertar a este otro idiota.— Musitó antes de jalar la almohada del compañero de Hikari.

La Yagami volteo y recién fue consciente de que ¡Se quedó dormida junto a Takuya!

—¡Despiértate!

Takuya se sobresaltó al sentir el tirón de la almohada y se despertó de golpe. Parpadeó varias veces, confundido por el repentino despertar.

—Pe-pero ¿qué?

Damar observó a su amiga molesta.

—¡Rika! Se más cuidadosa.— Solo ella podía molestar de esa forma a su hermano.

—Lo siento, pero debía hacer que despertase.— Respondió la pelirroja.

— ¿Q-qué está pasando? — preguntó Takuya mientras frotaba sus ojos.

Rika, aún con expresión molesta, señaló hacia Hikari.

— Parece que ambos estaban profundamente dormidos.

Damar, que observaba la escena con una sonrisa divertida, intervino.

— Rika solo está frustrada porque tuvimos que despertarlos de su "pequeña siesta"

Hikari y Takuya intercambiaron miradas sorprendidos, se suponía que estaban viendo una película, no obstante, ni cuenta se dieron cuando ambos se durmieron.

—¿Se puede saber por qué rayos están durmiendo juntos?— Preguntó Rika molesta.

—Estábamos viendo una película.— Comentó la Yagami.

—Pero sin querer nos quedamos dormidos.

—¿Película?— Cuestionó la pelirroja— ¿En tu cuarto? ¿A solas?

Hikari sintió un ligero rubor en sus mejillas ante la mirada acusadora de Rika. Trató de explicarse rápidamente.

—Tuve un pequeño inconveniente, y la enfermera me recetó descansar.

—¿Inconveniente?— Preguntó Damar.

Hikari asintió.

—Sin querer comió un bombón que tenía leche de soya, y como siempre que come eso, tuvo una reacción alérgica.— Relató Takuya— No obstante, la lleve a la enfermería y gracias al cielo, la enfermera aplicó rápidamente un medicamento para que no empeorara. Sin embargo, le dijo que debía descansar y me quedé con ella, porque no quise dejarla sola.

—¿Por qué no nos llamaste?— Preguntó Rika.

—Porque tú misma me dijiste que ibas a salir con Takato.—Declaró Hikari— No quise molestarte. Y Damar también estaba ocupada, así que Takuya, amablemente, ofreció quedarse conmigo.

—¿A dormir?

—A ver una película.— Corrigió Hikari— Fue completamente accidental, Rika. Estábamos viendo una película, y nos quedamos dormidos sin siquiera notarlo.

Takuya asintió, apoyando la explicación de Hikari.

— Sí, de verdad no fue intencional. La película estaba bastante relajante, y simplemente nos quedamos dormidos.

Rika cruzó los brazos y frunció el ceño, pero Damar, con su sonrisa juguetona, intervino de nuevo.

— Vamos, Rika, no te pongas así. No es como si estuvieran haciendo algo malo.— Intentó aliviar las cosas.

Rika simplemente observó la escena con desconfianza.

—Bueno, ahora que llegaron, creo que lo mejor será que yo me vaya.— Musitó Takuya colocándose en pie.

—Muchas gracias por la compañía, Takuya.— Agradeció la Yagami.

Fue así como Takuya salió de la habitación de Hikari.

—Hey, hermanito, antes que te vayas necesito hablar contigo.— Declaró Damar antes de salir tras su hermano dejando a solas a Rika e Hikari.

—No creo que a Takeru le guste saber que estabas durmiendo con otro chico.— Declaró Rika sin más.

—¿Por qué?

—Porque eres su novia.—Respondió la pelirroja— ¡Dormir con otro no es algo normal! O algo que alguien haría estando en pareja.

—Estás siendo muy exagerada, simplemente somos amigos.— Habló Hikari.

—Sé que son amigos, pero últimamente han estado muy juntos ¿no crees? Cualquiera podría pensar otra cosa, sobre todo al ver esto.

—¡Por favor! No hables tonterías.— Declaró la Yagami antes de recostarse en su cama y taparse con las mantas— Mejor déjame descansar.


~Capítulo 22~


~Al día siguiente~


Muchas veces los errores del pasado se hacen visibles en el presente y en este caso no será la excepción, ahora todo comenzará como cuenta regresiva.


¡Toc, toc!

La puerta del departamento de Sora y Mimi sonó temprano en la mañana.

La Tachikawa al principio pareció no escuchar esto, ya que continuó durmiendo plácidamente en su cama. No obstante, el sonido nuevamente se escuchó en el lugar.

¡Toc, toc!

Mimi se removió levemente entre sueños ante aquel sonido.

¡Toc, toc!

La castaña hizo una mueca y abrió sus ojos un tanto molesta ¿Quién rayos tocaba tan desesperadamente la puerta? ¡Su alarma aun no tocaba! Pasó su mirada por su mesa de noche y tomó su Iphone.

Grande fue su sorpresa al ver que tenía una gran cantidad de mensajes de texto. Sin embargo, no pudo colocarles mucha atención a ellos, ya que la puerta nuevamente sonó.

¡Toc, toc!

Hizo una mueca y se incorporó sobre su cama, acomodó sus pantuflas en sus pies, tomó su bata de noche, la acomodó sobre sus hombros y se levantó del lugar para salir de su habitación.

Coincidentemente la puerta de frente también se abrió y en la sala principal apareció su amiga Sora.

—Mimi.

—Sora.

—¡Vaya! Al parecer no soy la única que despertó por esos golpes. — Musitó la pelirroja.

La castaña asintió— ¿Quién es?

—Ni idea. — Respondió Sora.

Mimi caminó hacia la puerta y la abrió.

Grande fue su sorpresa al encontrarse frente a frente con su hermano mellizo.

—Takuya…—Pronunció su nombre.

—Mimi. — El chico se veía agitado— ¡Al fin me abres!

La castaña alzó una ceja sorprendida— ¿Qué haces aquí y a esta hora, tocando de esta manera?

—Nos despertaste. — Musitó Sora.

—Lo siento chicas, pero inevitablemente tuvo que venir hasta aquí al ver que Mimi no me respondía mis mensajes. — Comentó Takuya— Permiso. — Ingresó al departamento.

La oji-miel alzó una ceja sorprendida y cerró su puerta.

—¿Qué ocurrió Takuya?

—¡Esto! — Exclamó el moreno antes de deslizar su dedo índice por su Tablet— Una información se filtró a la prensa y ha sido portada de todos los diarios.

—¿Información? — Sora se acercó al moreno, también Mimi— ¿De qué?

—¡De esto! — Takuya volteo su Tablet para mostrarle en pantalla a que se refería.

Mimi y Sora observaron esto y al leer el gran enunciado en color negro fue inevitable quedar en shock.


—Sospechoso crimen ocurrido hace tres años en el internado Billonario de Odaiba. — Leyó Rika la Tablet que sostenía Hikari entre sus manos— Se sospecha que hubo más involucrados en la muerte de Henry Wrong, lo cual llevó a un posible homicidio a la falsa acusada del crimen. Se abre nueva investigación que podrían involucrar a gran parte de los testimonios posiblemente falsos dados en ese caso.

Damar literalmente quedó en shock al ver esta noticia, lo mismo ocurrió con sus amigas, sobre todo con la pelirroja.

—Pero ¿qué rayos es esto? — Preguntó la Nonaka—Se suponía que el caso de Henry estaba cerrado.

—¡Pues claro! — Exclamó la Yagami— Se cerró hace mucho tiempo, pero por alguna razón se volvió a abrir y esta vez es peor, porque nos involucran con el suicidio de la cocinera, haciéndolo ver como un homicidio.

—¡Rayos! — Gritó Rika.

¡Esto no era bueno!

—Lo peor de todo es que se menciona la muerte de Tomoko al final de este artículo, al parecer, eso dio pie para que se abriera de nuevo toda la investigación, las autoridades no están satisfechas con las pruebas presentadas.

—¿Las autoridades? — Preguntó Damar— ¿Por qué involucran aquello con esto?

—No lo sé. — Respondió Hikari— Pero se menciona al final.

Damar se levantó de su lugar— ¡Rayos!— Exclamó antes de ingresar a su habitación, abrir su armario y sacar su maleta para comenzar a buscar algo muy importante.

Rika e Hikari intercambiaron miradas sorprendidas ante esta acción de su amiga.

La pelirroja se levantó de su lugar y se acercó a la habitación de la castaña.

—Damar ¿qué haces?

La Tachikawa no respondió, solo continúo revisando su maleta, dentro de ella había una carpeta, la cual tomó, la abrio, dentro había un sobre la café— ¡Lo encontré!

Hikari se acercó— ¿Qué encontraste?

Damar hizo una mueca y volteo hacia sus amigas.

—Rika, Hikari, hay algo que no les he dicho.

La pelirroja alzó una ceja—¿Qué cosa?

—Sobre la muerte de la cocinera. — Habló la castaña.

La Nonaka observó a su amiga desconcertada— ¿Sobre la muerte de esa mujer que incriminaron por nuestra culpa?

Damar asintió— Verás, en el artículo se menciona que su muerte fue sospechosa ¿no?

Rika asintió.

—¡Pues lo fue!— Exclamó— Por no fue un suicidio, fue un homocidio cometido por acuerdo de nuestros padres.

—¿Qué?— Preguntaron ambos sorprendidas.

—Lo que escucharon.— Respondió la hermana de Mimi—Aquí tengo la prueba de que no fue un suicidio.

—No puede ser ¿por qué querrían matarla?

—Por todo lo que sabía.

—¿Lo de aquella noche?

—No sé.— Declaró Damar— Tal vez, eso creo. Lo único que sé es que esta es la prueba de lo que digo.

Rika asintió— No puede ser, ella fue acusada por todo lo que ocurrió ese día ¿no?

—Sí, fue acusada, pero tú misma leíste que hay dudas de su "suicidio" — Musitó Damar.

—Sí, dice que hay dudas, pero me sorprende que lo mencionen, se supone que ella se mató sola. — Sí, sonaba fuerte, pero era verdad— No soportó ser incriminada y por eso tomó esa decisión.

—Ese es el problema, ella no tomó esa decisión. — Musitó la Tachikawa.

—¿No? —Preguntó Rika.

—¿Enserio creíste que nuestros padres dejarían esa injusticia tal cual?

La pelirroja alzó una ceja sorprendida—¿Por qué no lo harían? Se supone que esa mujer era una mujer indefensa, pobre, aunque dijera mil veces lo que realmente ocurrió esa noche nadie le creería ¿no?

Damar negó— Lamentablemente no. — Musitó— Ella sabía mucho más de lo que tú crees. — Apretó su puño— Su muerte impidió que el juicio llegara más lejos, porque las autoridades consideraban que el caso era muy serio y su participación era importante, ya que esto iba a llegar más lejos.

—¿Más lejos?

La castaña asintió— No puedo explicarte exactamente a que me refiero, ya que ni yo sé a que temían nuestros padres…

—¿Temer?

La Tachikawa asintió.

Damar de su espalda sacó un sobre blanco— Estas son las únicas pruebas que quedan.

—¿Qué quedan? — Preguntó Rika— ¿De qué?

—De la verdad tras el supuesto suicidio de la cocinera. — Comentó la castaña— Ya que en realidad forense declaró que era un suicidio porque nuestros padres pagaron para que dieran un informe falso.

¿Qué?

—Las pruebas que pueden colocarnos en aprietos con respecto a ese caso, están en mis manos. — Musitó Damar— Y son las únicas que quedan, porque escuché como Kousei, Hiroaki, mi padre y otros más hablaban de ellas. Al parecer temían que esa mujer hiciera algo, así que se encargaron de acabar con ella.

—¿Cómo haría algo?— preguntó Hikari— Si estaba indefensa.

—No sé, solo escuché una conversación y encontré estos examenes.

—Pe-pero ¿cómo tienes esto? Forense fue muy claro, dio un resultado...

—Era falso.— Respondió la castaña— Ese resultado fue falso, este era el real, se lo robé a mi padre.

—Pe-pero ¿por qué lo harían? No entiendo.

—No tengo idea.— Contestó la Tachikawa—Algo sabía esa mujer y no se relaciona solo con la muerte de Henry.— Habló— Nunca entendí la razón, solo sé que acabaron con ella.


—Esto no puede estar pasando ¡Esto no! —Mimi llevó sus manos a su cabeza— ¡Justo ahora que estamos en el juicio por Natsumi! Deciden abrir el caso de Henry.

¡Esto no era bueno!

Takuya asintió— Cuando leí esta noticia fue imposible venir donde ti. Esto nos puede perjudicar horriblemente frente a Alice.

¡Rayos!

—Pe-pero, esto es de hace mucho tiempo. — Habló Sora— Se habla de un tema muy delicado y viejo.

—Aunque haya sido hace mucho, puede traernos varios problemas ahora.— Comentó el moreno.

No, por favor no.

Mimi pensó totalmente triste.

—Perderé a mi hija.— Mimi se lanzó sobre el sofá con las manos en su rostro— Perderé la única oportunidad que tengo para luchar por ella.

—No digas eso.

—Todo estará bien sister.— Takuya la abrazó.

—No, no lo estará.— Se lamentó la oji-miel.


Yamato se encontraba en su apartamento, sumido en sus propios pensamientos después de enterarse de la noticia sobre la enfermedad de Keisuke, el padre de Mimi, Takuya y Damar, y también su exnovia. La noticia le había llegado como un golpe inesperado, y las emociones se agolpaban en su interior.

Mientras reflexionaba sobre la situación, se dio cuenta de la fragilidad de la vida y cómo, a veces, la realidad puede cambiar en un instante. Se sintió invadido por una mezcla de tristeza y preocupación, especialmente al considerar la situación de los Tachikawa que, además de no tener a su madre, ahora enfrentaban la enfermedad de su padre.

Recordó los momentos compartidos con Mimi y cómo, a pesar de la separación, seguían siendo parte importante de la vida del otro a través de la co-paternidad. La noticia del cáncer de Keisuke lo hizo reflexionar sobre la importancia de las relaciones y cómo las circunstancias pueden unir a las personas, incluso cuando los caminos sentimentales toman rumbos diferentes.

Yamato decidió que, a pesar de cualquier diferencia pasada, estaría allí para Mimi, Takuya y Damar en esta difícil etapa. La idea de que los niños se enfrentaran solos a esta situación era inaceptable para él. La responsabilidad compartida de la paternidad seguía siendo una conexión fuerte entre ellos, independientemente de su historia romántica pasada.

La noticia también le recordó la importancia de valorar el tiempo con los seres queridos y expresar los sentimientos mientras se tiene la oportunidad. La fragilidad de la salud de Keisuke le hizo apreciar más las relaciones significativas en su vida y recordar que, a pesar de las adversidades, la solidaridad y el apoyo mutuo pueden ser pilares fundamentales en momentos difíciles.

Ahora más que nunca, ocurriese, lo que ocurriese...

Estaría para Mimi

Un sonido en su puerta lo sacó de sus pensamientos.

¡Toc, toc!

—¿Yamato estás despierto?

El rubio reconoció al instante de Taichi.

Fue así como se colocó en pie y caminó hacia la puerta para abrirla.

—Sí, ya desperté.

—¡Menos mal!— Exclamó el castaño— ¡Mira esto!— Fue así como casi le estampa el móvil en la cara.

El rubio se alejó— ¡Hey! ¿Qué ocurre?

—¡Lee la noticia!

Fue asi como Yamato observó la pantalla y leyó la noticia, quedando totalmente shock.

—No puede ser.— Musitó el rubio.

—Lamentablemente es verdad.

Era una noticia simple, pero que habría nuevamente el caso que sus padres intentaron por todos lados cerrar.

La muerte de la cocinera y esa fiesta llena de drogas del 3 de Abril.

—¿Quién rayos es el autor de esto?

—No sé.— Contestó Taichi— Solo sé que salió en dos diarios y se está masificando en Instagram.

¡Oh no!

—¡Rayos! Esto solo nos traerá más problemas con Alice.— Habló Yamato.

—No creo que ella sea capaz de usar esto en su contra ¿no?— Musitó Taichi.

—No lo sé.— Respondió el rubio— Espero que no.— Comentó— Lamentablemente no la conozco, aunque...—Hizo una mueca— Mimi decía conocerla y la demandó.

Yamato observó el móvil del Yagami.

¿Por qué salía esta noticia justo ahora?

—¿Crees que esto traiga de vuelta el caso que fue cerrado hace años?— Preguntó el castaño.

—No lo sé.—Respondió el Ishida— Espero que no. Si no tendremos problemas.


Ryo se mordió el labio inferior, lamentablemente él fue culpable de muchas cosas.

Incluyendo la muerte de esa pobre mujer, quién sabía muchas cosas del Internado.

Pudieron chantajear a la ex-directora, quién ahora estaba en prisión preventiva, no obstante, había que culpar a alguien y esa pobre cocinera fue el objetivo, sin embargo, ellos no sabían que ella también tenía conocimientos de todo lo sucio que se movía en ese lugar.


Mimi verdaderamente estaba emproblemada por todo lo que estaba ocurriendo, no podía con esto, claro que no.

Sentía que su mundo se iba a acabar. Problemas, problemas y más problemas ¡Quería morir!

¡Toc, toc!

Un sonido en la puerta llamó su atención.

¿Quién venía a molestar?

Hizo una mueca.

Se levantó de su lugar, caminó hacia la puerta y la abrió.

Horrible fue ver de quien se trataba.

—¡Ay no!— Mimi contra su educación, rápidamente intentó cerrar la puerta de su departamento, no obstante, Yamato sostuvo la puerta con su mano, impidiendo esto— ¡Déjame cerrar la puerta, Ishida!

—No te dejaré.— Contestó Yamato— Necesito hablar contigo.

—No quiero hablar contigo.—Respondió la oji-miel mientras empujaba la puerta intentando cerrarla.

—Lo siento, pero no me iré hasta que me escuches.

Mimi frunció el ceño.

—¿Por qué quieres continuar molestándome?

—No quiero molestarte.— Respondió Yamato mientras continuaba empujando la puerta— Simplemente quiero hablar.

—¡Yo no quiero hablar!— Gritó Mimi— ¡Ya tengo muchos problemas como para tener más!

—Lo sé, tienes muchos problemas, y sé que fui uno de ellos, pero ahora quiero cambiar esto.— Respondió el rubio.

—¡Vete!— Mimi empujó la puerta.

Yamato simplemente la sostuvo: —Vi la noticia que salió y sé que debes estar preocupada, porque si Alice ve esto, probablemente solo te dará problemas.

La castaña apretó los dientes y soltó la puerta para quedar frente a frente con el rubio.

—¡Eso no es tu asunto!

—Claro que lo es.— Respondió Yamato— Mimi es quería decirte que...—Habló— Pase lo que pase, estaré contigo.

—No me sirve tu apoyo Yamato, no me sirve que me quieras consolar.— Declaró Mimi— Al contrario, mientras más lejos estés de mí, mejor estaré.

—Mimi, entiendo que no quieras mi ayuda, pero no puedo simplemente irme. —Yamato buscó la mirada de la castaña, esperando que ella comprendiera la sinceridad en sus palabras.

Mimi frunció el ceño, intentando mantener una fachada de indiferencia, aunque sus ojos revelaban una tormenta de emociones. —No entiendes nada, Yamato. No necesito tu compasión ni tu protección.

—No se trata de compasión ni protección. Se trata de ser leal a lo que siento por ti.—Yamato mantuvo su tono sereno, pero sus ojos reflejaban una determinación inquebrantable.

—Ahora dices que me amas, pero antes demostraste odiarme.—respondió Mimi con amargura, recordando las complicaciones que habían enfrentado en su relación anterior.

—Actúe mal Mimi, pero ahora que sé la verdad quiero remediar mi error, ya que no puedo simplemente darme la vuelta y fingir que no vi lo que está sucediendo en tu vida.—Yamato intentó suavizar sus palabras, consciente de que la herida entre ellos seguía abierta— Debo ser leal a lo que fuimos y a nuestra hija.

—Lo que fuimos ya no importa, Yamato. —Mimi bajó la mirada, intentando contener las lágrimas que amenazaban con escapar— Necesito seguir adelante, y tu presencia solo complica las cosas.

Yamato suspiró, reconociendo la verdad en sus palabras. —Comprendo que quieras seguir adelante, Mimi. Pero no puedo dejar de preocuparme por ti. ¿No puedes aceptar mi apoyo, aunque sea desde la distancia?

—¡No!— Contestó la castaña— No puedo aceptar el apoyo de una persona que detesto con todas mis fuerzas.

—Bueno, ódiame todo lo que quieras, pero ten en consideración lo siguiente.— Habló el rubio seriamente— No me alejaré de tu vida tan fácilmente, no me sacarás de ella aunque quieras, porque sí, cometí muchos errores y estoy arrepentido. Pero olvida que te dejaré como si nada.— Sentenció— Una vez te fuiste de mi vida sin que pudiera hacer algo, luego casi te pierdo por idioteces, no obstante ahora será diferente.

—No digas casi, porque sí me perdiste, absolutamente.— Musitó Mimi.

—Puede que sí.— Contestó Yamato— Te perdí. Pero sé consciente que aunque tú quieras alejarte yo ¡No puedo dejarte ir! Y no lo haré.— Se acercó a ella y la observó directamente a los ojos— Haré que me perdones y recuperaré todo el tiempo que perdimos juntos con nuestra hija...—Observó sus labios— Y volverás a amarme como lo hiciste en su momento.

—Eso nunca ocurrirá.— Respondió la chica sin titubear o alejarse del rubio— Nunca me recuperarás.

—¡Ya veremos!—Musitó el Ishida desafiante.


Mientras tanto, Rumiko Nonaka en su oficina se encontraba reunida con todo su equipo de trabajo.

Todo el mundo estaba sorprendido y a la vez alterado por las noticias aparecidas en el diario, ya que textualmente se mencionaba al internado y lo ocurrido hace tres años atrás.

—Esto es...— Musitó Yamaki.

—¡Terrible!— Exclamó Megumi, una de las inspectoras.

—Señora Nonaka ¿qué vamos a hacer?— Preguntó Onodera.

Esta bomba estalló prácticamente de la nada, no tenía ni la más mínima idea de como reccionar.

—¡Debemos actuar!— Exclamó Daimon.

—Pero ¿cómo?— Preguntó Megumi.

¡Toc, toc!

La puerta sonó.

—Adelante.— Exclamó Rumiko.

La puerta se abrió y delante de todos, apareció el magnate Takenouchi, padre de Sora.

—Permiso, buenos días a todos.

¡Oh no!

Pensó Rumiko.

De a poco los padres de familia comenzarían a llegar y le generarían problemas.

—Señor Takenouchi.— Habló Onodera— ¿Qué hace aquí?

—Vengo a hablar con la directora Rumiko.

—Disculpe, señor Takenouchi, pero estamos solucionando una situación aquí.

—Lo mío es más importante.—Contestó Haruhiko con arrogancia— Además, no tomará mucho tiempo.

¡Genial! Un problema más. Aunque...

Tal vez, le trajera una solución.

—Bien.— Musitó Rumiko— Onodera y Yamaki encargense de la seguridad del lugar, probablemente la prensa intentará estar cerca. Daimon encárgate de contestar solo las llamadas importantes, y los demás encargense de los estudiantes.—Ordenó— Yo me encargaré de hablar con Haruhiko.

—Bien.— Todos respondieron.

Fue así como todos salieron del lugar dispuestos a cumplir con sus tareas.

—Supongo que viene a hablarme de lo que salió en el diario, señor Takenouchi.— Comentó la rubia.

—No vengo a hablar de lo que salió en el diario.— Contestó Haruhiko.

Rumiko alzó una ceja— ¿A no?

—No.— Respondió el hombre— Vengo a solucionar el tema de mi hija.

¿El tema del embarazo de Sora?

—Como bien sabrás, no estoy de acuerdo con esta situación, así que necesito actuar.

—¿Actuar?

Haruhiko asintió.

—¿Harás lo de Keisuke y la sacarás del Internado?

—No.— Respondió el Takenouchi— Sería sospechoso si hago algo como eso.— Necesitaba pasar lo más desapercibido posible—Toma esto.— Depositó un frasco en la mesa.

La rubia observó aquel objeto sorprendida y sin entender— ¿Qué es esto?

—Es un tónico.— Contestó Haruhiko.

—¿Tónico?— Preguntó Rumiko— ¿Quieres decir, veneno?

—No, no es eso.— Contestó el hombre— Simplemente es un tónico abortivo que hará a Sora perder ese embrión que tiene en su vientre.

—¿Qué?— La Nonaka se sorprendió ante esa declaración— ¿y-y por qué me das esto?

—Porque quiero que le des esto a mi hija.—Respondió Haruhiko.

¿Qué?

La rubia observó al hombre Takenouchi sin poder creer esto.

—¿Q-quieres que yo sea la que se encargue en matar a esa criatura?— Preguntó.

Haruhiko asintió.

—¿Es una broma?

El hombre negó.

—Me debes un favor ¿no?— Declaró— Es momento de que me lo pagues.

Rumiko observó esto, jamás esperó que Haruhiko pensará en hacer eso con su propia hija.

Aunque...

Esto le daba una idea.


Takuya bajó las escaleras del internado en dirección hacia el primer piso, mientras intentaba ordenar algunas cosas en su mochila, se le estaba haciendo tarde ¡Y debía ir a clases!

Aunque, no tenía ánimo.

Se detuvo al llegar a la puerta de la cafetería y suspiró, en verdad parecía que tenían una nube negra de mala suerte en cima.

Todo estaba mal, y parecía empeorar cada vez más.

Takuya intentó mantener la calma, pero era imposible.

—Hola Takuya.— Una voz llamó su atención.

El moreno al alzar la mirada se encontró con Hikari.

—Kari.

La expresión de su rostro cambio al instante al ver a la Yagami, literalmente algo en su interior se exaltó al ver a la castaña, provocando que sintiera un poco de alegría tan solo por su presencia.

Esto llamó la atención del moreno.

¿Por qué se sentía feliz al verla?

Takuya se quedó unos segundos contemplando a Hikari, tratando de entender la razón detrás de esa oleada de alegría que experimentó al verla. Hikari, por su parte, notó la mirada intensa de Takuya y le sonrió con amabilidad.

—¿Cómo estás, Takuya?

—Estoy bien, supongo. Solo que las cosas se han vuelto un completo caos últimamente —respondió Takuya, tratando de desviar la atención de sus propios pensamientos.

—¿Viste la noticia del diario? ¿no?

Takuya asintió.

—¡Vaya forma de despertar! ¿e?— Comentó Hikari.

—Parece que hoy no es nuestro día.— Musitó la hermana de Taichi— Mejor dicho, este no ha sido nuestro año.

El moreno nuevamente asintió.

—Tenemos pésima suerte.—Comentó el moreno y en un intento de acomodar su mochila en su espalda no se dio cuenta que esta no estaba del todo cerrada, provocando que todos los libros cayeran—¡Rayos!— Musitó Takuya— Y la mala suerte continua.

Fue así como el moreno se arrodilló en el suelo para tomar sus libros, Hikari hizo lo mismo para ayudar a su amigo. No obstante, apenas colocó su mano en un libro, Takuya hizo lo mismo, provocando que sus manos se rosaran y sus rostros quedaron a centímetros de distancia.

Ambos se congelaron por un instante, sintiendo la proximidad inesperada. Hikari pudo sentir el calor del cuerpo de Takuya, y sus corazones latieron un poco más rápido. Sus ojos se encontraron, y en ese momento, la atmósfera se cargó de un leve nerviosismo.

—¿E?— Hikari rápidamente se alejó y pasó su mirada por unos lápices los cuales recogió para extendérselos a Takuya— Toma, se te cayó esto.

El moreno aclaró su garganta— Gracias.

Fue así como Takuya se dispuso a levantar el resto de sus cosas y luego ambos se colocaron en pie.

—¿Vamos a desayunar?

Hikari asintió, intentando mantener la calma, aunque era imposible. Los latidos de su corazón estaban a mil.


~Horas más tarde~


Luego de un agotador día en el cual las noticias volaban y reventaban las redes, todos los habitantes del Internado intentaba mantener la calma, no obstante, era difícil, la prensa amenazaba con llegar al lugar de los hechos, no obstante, Rumiko y su gente estaba haciendo lo imposible por mantener bajo perfil, aunque era difícil.

—Las redes sociales están a punto de estallar.—Comentó Mimi.

Sora asintió— El único tema de conversación es la publicación del diario.

—Ojalá esto no nos traiga problemas.— Habló Mimi— No quiero tener que testificar nuevamente.

—Yo tampoco.—Musitó la pelirroja— Sobre todo ahora que tengo que lidiar con el tema de mis padres.

La castaña hizo una mueca al escuchar esto, volteo hacia su amiga y tomó su mano— Lamento mucho que no estén dispuestos a apoyarte en esto.

Sora suspiró— Yo lo lamento más, pero era de esperarse.— Comentó— Soy una vergüenza para ellos.

—Claro que no.

—Eso es lo que ellos piensan.—Comentó Sora.

Mimi se mordió el labio inferior, lamentablemente sabía lo que su amiga sentía y sabía muy bien que sus padres eran igual que Keisuke.

—Lo bueno es que Taichi te va a apoyar.—Habló— Aunque no estén juntos, está dispuesto a brindarte su apoyo.

Sora asintió— Es el inicio.—Habló— Podría cambiar de opinión.

—Dudo que lo haga.— Musitó la castaña— Después de todo, es su hijo de quien trata.

La pelirroja suspiró.

En verdad le gustaría creer en Taichi, pero le resultaba muy difícil hacerlo.

—Eso espero.—Fue lo único que dijo antes de tomar su taza para darle un sorbo a su té. No obstante, antes que pudiese apoyar la taza en sus labios, una persona llegó corriendo frente a ella.

—Sora ¡No tomes eso!— Ryo golpeo la taza de la pelirroja y esta cayó al suelo.

Todos observaron esta situación sorprendidos, en especial la Takenouchi que no entendió esta acción del Akiyama.

—Ryo...—Sora preguntó— ¿Qué ocurre?

Taichi al ver esta escena, rápidamente se levantó de su lugar y caminó hacia su ex novia.

—Sora ¿estás bien?

La pelirroja asintió.

El Yagami volteo hacia el Akiyama— ¿Qué te ocurre, Ryo? ¿Por qué hiciste eso?

—Y-yo...—Ryo hizo una mueca— Lo siento, pero no puedo dejar que bebas eso.

—¿Por qué?— Preguntó la pelirroja.

—Sora, lo siento mucho, pero esa taza estaba envenenada. —Ryo dijo con seriedad, mirando la taza rota en el suelo. —No quería que tomaras eso.

¿Qué?

Un susurro de asombro recorrió la habitación, y los ojos de Sora se abrieron de par en par al procesar la información.

—¿Envenenada? ¿Qué estás diciendo, Ryo? —preguntó Taichi, con la preocupación reflejada en su rostro mientras llegaba junto a Sora.

—Es la verdad.

—Por favor, no hables tonterías.

—¡No es una tontería!— Exclamó el oji-azul— Es la verdad.

—Si ¡Claro!

—Tengo pruebas.— Declaró Ryo.

¿Qué?

Esta declaración sorprendió a ambos.

—Pero no se las mostraré aquí. Si quieren verla tendrán que venir conmigo.

Sora y Taichi intercambiaron miradas sorprendidos ante esta declaración.


—¡Vaya escándalo!—Musitó Takuya al ver la situación vivida entre Ryo, Sora y Taichi.

Kouji asintió.

—¿Por qué habrá lanzado su taza de café?

—No tengo idea.— Respondió el moreno— No alcancé a escuchar lo que hablaban.

—Yo tampoco.—Comentó Kouji.

Damar, quien, se encontraba presente, pero a la vez no, no dijo palabra.

El Minamoto dirigió su mirada hacia la hermana de Takuya, era obvio que estaba preocupada. Y él sabía cual era la razón.

Aquel examen que poseía en sus manos.

Sin decir palabra, sostuvo su mano derecha y entrelazó sus dedos.

Damar dirigió su mirada hacia el oji-azul, su mirada lo decía todo:

"Debes estar tranquila"

—Hermana.—Takuya llamó a la castaña.

—¿Sí?

—¿Por qué estás distraída?— Preguntó el moreno— ¿Te sucede algo?

Damar hizo una mueca: —No es nada.— Respondió—Simplemente estoy preocupada por lo que salió en el diario, pero no es nada.

—¿Segura?

La menor asintió y luego dirigió su mirada hacia su "novio"

—Kouji ¿Cómo vas con la banda y el tema de la disquera?

Intentó desviar el tema, ya que no quería hablar de aquello con Takuya.

—Más o menos.—Respondió el Minamoto— Nuestro contrato es de dos años, y nosotros no hemos cumplido todo lo que dice en él. Y ahora con esto, tendremos pésima publicidad, lo cual significa otro problema.—Suspiró— No obstante, queremos cumplir con todo, para librarnos de una buena vez de él.

—¿Al menos lograron llegar a un consenso con los demás?

Kouji asintió— Sí, hemos logrado colocarnos de acuerdo y volveremos a tocar juntos.—Comentó— Tanto así que pronto tendremos una presentación, que estaba planeada hace más de un año en un festival.—Suspiró—No obstante, tenemos muchos detalles que arreglar.

—¿Detalles?— Preguntó Damar—¿Cómo qué?

—Musicales.— Declaró Kouji— La disquera cree que deberíamos innovar en algunos aspectos.— Se levantó de su lugar— Y hablando eso, debo ir al ensayo.—Comentó— ¿Nos vemos luego?

La castaña asintió.

Fue así como el Minamoto depositó un beso en su frente y luego con un gesto se despidió de Takuya, para luego irse.

Los Tachikawa se quedaron solos por unos minutos, ya que pronto apareció el gemelo de Kouji frente a ellos.

—Buenas tardes, Damar y Takuya.

¡Oh no!

Pensó la castaña.

—Hola Koichi.— Saludó el moreno.

Damar hizo una mueca: —Hola.

—¿Cómo están?

—Bien.— Contestó Takuya— Bueno, casi bien.

—Supongo que están un tanto nerviosos por lo que salió en el diario.— Comentó Koichi.

—Como todos.— Musitó Damar.

—Sí, es triste.— Habló el Kimura— Es por eso que, Damar, quería saber si querías aceptar una invitación a salir.

¿Qué?

—¿In-invitación a salir?

Koichi asintió— Ya sabes, para olvidarnos de los problemas y divertirnos.— De su chaqueta sacó unos tickets—Mira, tengo entradas para mañana en la tarde, ir a ver el Live Action de Malefica.

—¿E?—Balbuceo la castaña— Gracias Koichi.— Respondió— Pero la verdad es que no puedo aceptar.

—¿Por qué no?—Preguntó el Kimura— Es una película bastante interesante, te gustará.

Damar hizo una mueca.

—Puede serlo, pero estoy bastante ocupada para ir.

—Si quieres puedo cambiar la fecha.— Comentó el Kimura.

—N-no, gracias.— Respondió la castaña— De verdad, Koichi, no puedo ir.

Koichi hizo una mueca: —¿No puedes o no quieres?

¡Rayos!

Pensó Damar.

No quería, si, no quería. Pero tampoco podía, porque ella estaba con Kouji. Sin embargo, no sabía cómo rechazar la invitación de Koichi de una manera sutil y no abrupta.

—Koichi, disculpa, pero...

Takuya al ver a su hermana en apuros, rápidamente hizo un movimiento y, su taza con te cayó sobre la ropa de su hermana.

Pero ¿qué rayos!

Damar hizo una mueca.

—¡Ups! Hermana, lo siento.— Exclamó Takuya con "arrepentimiento"—No quería que esto ocurriera.

Damar volteo hacia su hermano, totalmente sorprendida de esto, no obstante...

¡Le serviría como excusa!

—¡Rayos! Mi uniforme.— Musitó la castaña antes de levantarse— ¡Debo lavarlo cuanto antes! Mañana debo asistir a una ceremonia importante y debe ser con este uniforme.

Mintió, sí, mintió, pero quería salir de ahí.

—Lo siento, de verdad.

—No te preocupes.— Contestó Damar— Permiso Koichi, en otro momento hablamos. Debo ir a limpiar mi uniforme.— Fue así como sin mirar al Kimura salió del lugar.


Takato observó atentamente a Rika, quien tenía la mirada pérdida en su móvil.

Takato observó con preocupación a Rika, notando que tenía la mirada perdida en su móvil, pero algo en su expresión le indicaba que no estaba bien. Decidió acercarse a ella y hablarle, pero Rika no respondió, como si estuviera en otro mundo.

—Tienes una mirada triste, ¿qué sucede? — preguntó Takato con voz suave, esperando que Rika lo escuchara y compartiera lo que la estaba perturbando. Sin embargo, Rika seguía absorta en su teléfono, sin prestarle atención.

—Tal vez no me haya escuchado — pensó Takato, tratando de darle el beneficio de la duda. Se acercó un poco más y le habló nuevamente. Rika, estoy aquí. ¿Puedes hablar conmigo?.

Pero una vez más, no hubo respuesta de parte de Rika. Esta vez, Takato comenzó a preocuparse más seriamente— ¿Estás bien, Rika? — insistió, poniendo una mano en su hombro en un intento de llamar su atención.

Rika finalmente apartó la mirada de su móvil y miró a Takato, pero sus ojos estaban enrojecidos.

—¿E?—Balbuceo— ¿Qué sucede?

—Eso te quiero preguntar yo a ti.—Respondió el castaño— ¿Qué sucede?

—Disculpa Takato, pero esta situación me tiene muy colapsada.—Comentó Rika— En realidad, a todos nos tiene muy alterados.

—¿Esta situación?— Cuestionó Takato— ¿Te refieres a lo que está rondando en internet?

La peliroja asintió.

—¿Por qué estás preocupada? En realidad ¿por qué todos están preocupados?— Cuestionó— Pensé que era algo falso.

Rika hizo una mueca.

—Dime ¿es falso?

La pelirroja se mordió el labio inferior—Verás, ese enunciado que está en esas portadas de diario son pruebas de algo que ocurrió hace un tiempo.

—¿Se relaciona con aquello que descubrí hace un tiempo?

Rika se mordió el labio inferior.

Le gustaría decir que no, pero sí.

—No hablemos de eso ¿sí?

Para ella no era un tema el cual le gustase tratar.

No obstante, Takato si quería hablar de aquello, necesitaba saber más. Su misión en aquel lugar era descubrir todo y solo así podría ayudar a su familia...

Y vengar la muerte de su tía


Sora y Taichi observaron completamente sorprendidos aquel video que Ryo les mostró. Literalmente, estaban sin palabras al ver como el padre de Sora, Haruhiko Takenouchi, le dijo a Rumiko que la envenenase, para perder a su bebé.

¡Rayos!

—E-esto, no puede ser verdad.— Se lamentó la pelirroja.

Taichi sostuvo a su ex novia del brazo.

—Mi padre no pudo haber hecho eso.

—Lo lamento Sora, pero así fue.— Respondió Ryo.

Sora estaba visiblemente afectada, con lágrimas en los ojos y una expresión de incredulidad en su rostro. Taichi apretó la mandíbula, procesando la información y tratando de comprender la situación.

—¿Cómo podemos tener la certeza de que este video es real?— Preguntó la pelirroja.

—Creo que no es necesario pensar mucho las cosas, Sora, tus padres no están felices por tu embarazo.— Comentó Taichi— Nos dejaron bien en claro que quieren que lo pierdas. Sin mencionar que, tu padre no es una santa paloma, tú muy bien sabes como es.

—Sí, pero eso no significa que sea capaz...¿o si?— Ni siquiera ella podía confiar o asegurar algo.

—¡Como sea!— Taichi exclamó— Ryo envíame ese video. Iré personalmente a pedirle respuestas a Rumiko.

—¿La enfrentarás?

—¡Pues claro!— Exclamó el castaño—Puso en peligro la vida de nuestro hijo. No dejaré que se salga con la suya tan fácilmente.


Decididos a obtener respuestas, Sora y Taichi se dirigieron hacia la oficina de la directora del internado, Rumiko. Ambos llevaban consigo una mezcla de incredulidad y determinación, listos para confrontarla sobre el impactante video que Ryo les había mostrado.

Al llegar a la puerta de la oficina de Rumiko, Sora respiró profundamente para calmarse antes de tocar. Taichi le ofreció un gesto de apoyo y ella asintió, sintiendo la fortaleza de tener a alguien a su lado.

Rumiko abrió la puerta con una sonrisa amable, que desapareció rápidamente al ver las expresiones serias en los rostros de Sora y Taichi.

—¿Hay algún problema, chicos? —preguntó Rumiko, intentando mantener la compostura.

—Necesitamos hablar, directora. —Taichi fue directo, sin rodeos.

Sora tomó la palabra, firme pero con emoción en su voz. —Encontramos un video que muestra a mi padre diciéndole a usted que me envenenara para perder a mi bebé. ¿Puede explicar eso?

La directora intentó disimular su sorpresa, pero sus ojos parpadearon nerviosos por un momento antes de recobrar la compostura. —Eso debe ser algún malentendido, chicos. Haruhiko Takenouchi y yo simplemente discutíamos temas personales.

—No lo llamaría malentendido, Rumiko. —Taichi cruzó los brazos, sin darle espacio para evasivas. —Tenemos esto como prueba.— Fue así como alzó su móvil.

Rumiko observó la pantalla.

—¿Qué es eso?

—Un video donde claramente se ve lo que le estamos diciendo.

¿Un video? Mejor dicho ¿otro video? ¿De dónde salían tantos videos?

Primero, Rika y ahora esto.

Rumiko suspiró, evaluando la seriedad en los rostros de Sora y Taichi. —Muy bien, si eso es lo que quieren. Pero tengan en cuenta que las cosas no siempre son lo que parecen.

Sora asintió con determinación. —Queremos la verdad, directora. ¿Mi padre realmente le pidió que me envenenara?

Rumiko miró a los dos jóvenes con ojos calculadores antes de finalmente decir: —Sí, es verdad. Pero hay más en esta historia de lo que pueden imaginar.


+Este capítulo lo tenía listo, pero faltaba completar escenas. Entonces, no me convencía, casi luego de un año logré actualizar. Espero que les haya gustado.

Adrit126: Hola! Sí, Nene es genial, dije que pasarían del odio al amor con ella jsjsjsj Nene siempre la he sentido muy similar a Mimi, así que era mi deber hacerla amada. Y sí, Kiriha cada vez más se enamora. Nanami va a caer en cualquier momento, después de todo, los villanos nunca ganarán. Sí, les costará a los Ishida tener el perdón de los Tachikawa, no es para meos luego de todo el daño. Sí, es triste la situación de Sora, pero como tu dices cuenta con Taichi y ahora llegó el momento en que Taichi ¡Por fin! se convertirá en un hombre. ¡Gracias por seguir el fic y por compartir tus pensamientos! Ojalá sigas comentando y leyendo ¡Saludos y hasta la próxima!