Lo prometido es deuda, este sería el primer capítulo de un crossover entre Naruto y One Piece, será un harem hasta cierto punto (No estoy seguro de si es lo más acorde para el como se darán estas relaciones aquí dentro) Tanto para Naruto como para Luffy, aunque en el caso de Luffy va a ser un asunto menor en comparación, aunque todo este último asunto estará en lo que casi podríamos llamar punto de espera y del que no estoy del todo seguro.
Si había un sentimiento con el que Naruto estaba familiarizado era el odio, recibirlo y sentirlo cabía aclarar. Su vida no había empezado bien; Hasta dónde Naruto tenía conocimiento había sido dejado frente a la iglesia "Los hijos de Carmel" el mismo día que había nacido, según las monjas lo dejaron a horas de haber nacido, lo que le hacía sentir, hasta cierto punto, que no había sido un hijo deseado (Lo único que contradecía esta idea en su cabeza era la cobija con su nombre bordado con la que había sido dejado, Naruto Uzumaki, un nombre raro hasta donde sabía), por sus curiosos rasgos no había sido precisamente popular, rubio de ojos azules, rasgos que eran más asociados a los nobles en todo el mundo, lo que, considerando que era un chico huérfano en una isla relativamente pobre, en un pueblo lejano al reino y, evidentemente, con cierto rencor con los nobles, resulto en que Naruto no solo fuera impopular, sino que en general llegaba a recibir palizas de aquellos que creían que era un noble jugando o divirtiéndose a costa de los pobres. Los otros niños, los que imitaban a los adultos, tampoco eran muy amables con él. Otro asunto particularmente raro es que Naruto había nacido con las habilidades de una fruta del diablo, el problema es que las monjas del orfanato podían dar fe de que jamás se había comido uno de esos frutos, y dado que estos tenían sabores horribles el propio Naruto estaba seguro de jamás haber probado esa cosa, pero no era una fruta genial, de la infinidad de poderes que una fruta podría darle le toco una muy simple; La Inu-Inu no mi, modelo zorro (Lo que no le servía de nada para defenderse realmente, la forma intermedia de su fruta no era precisamente fuerte porque parecía solo tener una cola en lugar de toda la transformación interesante, y su forma animal era, francamente, frágil).
Naruto no estuvo solo, en realidad, incluso cuando se escapó del orfanato relativamente pronto, pero había algo bueno en el pueblo de Geal, era normal que se hicieran pequeñas pandillas de niños para sobrellevar la pobreza y un Naruto de seis años fue acogido por la pandilla de Kid, un pelirrojo de nueve años que siendo tan agresivo como podría ser un perro con rabia, era un chico que protegía a aquellos que decidía cuidar de cada persona que estaba bajo su mando con la ferocidad de un demonio, claro, todos los miembros tenían que trabajar para obtener dinero para, con suerte, en un futuro formar una tripulación pirata (Con trabajar se referían a robar a adultos en el reino, la parte rica de la isla de preferencia) y Naruto estaba bien con ello, igual era una venganza de su parte para con los idiotas. También era cierto que Naruto era apodado "mascota" por Kid, pero considerando que era el único al que le revolvía el cabello creía que era más bien con algo parecido al cariño, y Naruto era el mejor a la hora de robar en el reino, en parte por su capacidad de convertirse en zorro y en parte porque sus rasgos, quizás salvo por sus marcas en las mejillas, le daban la pinta de noble (Incluso había robado algunas prendas que lo hacían ver noble solo para poder esconderse mejor en el reino), en ocasiones incluso usaba su forma hibrida (Que solo obtenía una maldita cola, le crecían las uñas para ser garras y se le afilaban los dientes, eso era mala suerte en comparación a casi cualquier otro poder que pudiera obtener) como si fuera una bufanda.
Pero este punto anterior parecía estar fuera de lugar con la mención de que Naruto odiaba y era odiado, si no fuera porque era, precisamente, en su "trabajo" robando a los nobles usando su cola como bufanda cuando resultó que el reino estaba bajo la visita de un tenryuubito y Naruto había quedado atrapado en la despedida al tenryuubito, como Naruto no era idiota y tenía algo parecido al instinto de supervivencia inclinó la cabeza e intentó pasar desapercibido, pero ahí había otro pequeño problema, con la espalda inclinada y la cabeza agachada dejaba al descubierto que esa elegante bufanda de cola de zorro era su propia cola, los nervios y el miedo que sintió cuando los tenryuubitos se detuvieron frente a él fue suficiente para hacerle querer escapar, pero sabía qué es lo que ocurriría sí intentaba correr con los tenryuubito demasiado cerca, una sombra se puso justo frente a él.
— La bellísima Saint Elizabeth pregunta ¿Qué fruta del diablo comiste para tener esa cola alrededor de tu cuello? —La sorpresa en Naruto fue tal que estuvo a punto de levantar la mirada, ignorando que eso habría desencadenado que lo mataran seguramente, pero la persona frente a él puso su mano en su cabeza para evitar que levantara la cabeza, casi sentía que le debía agradecer por eso— Mantén la cabeza gacha o morirás —No sabía sí el hombre era un esclavo o una especie de guardaespaldas, porque era un trato muy amable el evitar que se matara a sí mismo, o era muy frío al prometer que moriría.
— Inu-Inu no mi, modelo zorro, o eso creo, la comí muy joven como para recordarlo —Admitió en un susurro, y, por los susurros que escuchó el hombre estaba dándole su respuesta a la tenryuubito, un terrible presentimiento recorría cada centímetro de su cuerpo y la idea de correr cada vez sonaba más como una necesidad.
— La bellísima Saint Elizabeth te ha proclamado como su nueva mascota, marcharás con nosotros —Lo agarró por la camisa y lo levantó en el aire como si no pesara nada, sus ojos se llenaron de pánico, su mirada recorrió los callejones y vio a Killer, la mano derecha de Kid, conteniéndolo en el suelo para evitar que se lanzara a intentar recuperarlo.
Mientras los dos lo veían, Kid intentando liberarse para recuperar a un miembro de su pandilla, Naruto formulo una única palabra con sus labios, esperando que estos pudieran leerle los labios "Volveré" era una promesa que Naruto sabía que no podría cumplir, nadie escapaba de los tenryuubitos con vida, solo estaba intentando que lo más cercano que tenía a una familia en el último año decidiera cometer un suicidio, o peor aún, compartieran su destino. Los siguientes días fueron un borrón en su mente, no vio a la noble mundial hasta que llegaron a la tierra sagrada, pero, tampoco vio a otros esclavos, lo que lo puso nervioso porque sabía que debía haber más esclavos, todo el tiempo en el que estuvo en el barco del dragón celestial él se lo pasó encerrado en el camarote del hombre que lo había cargado, quien resultó ser una especie de guardaespaldas, o eso dedujo.
— ¿Qué es lo que debo hacer? —Logró superar su miedo para preguntarle al hombre que lo custodiaba (No es que Naruto pensará saltar del barco, moriría ahogado mucho antes de ver tierra incluso si pudiera nadar), el hombre se giró a verlo, apenas reconociendo su existencia.
— Creo que te lo dije ya, la bellísima Saint Elizabeth te proclamó como su mascota —Aseguró el hombre, como sí esa respuesta debiera aclararlo todo— Pero sí quieres que te lo dejé más claro para tú diminuto cerebro, tu única labor es verte bonito y seguir las órdenes de la bellísima Saint Elizabeth como una mascota obediente, deberías sentirte honrado ya que no tendrás que mezclarte con el resto de esos desagradables esclavos —Naruto se preguntó brevemente qué se suponía que era este hombre que no parecía tan diferente a un humano normal, pero claramente estaba demasiado alejado de ellos como para compararse con ellos— Aunque claramente tendrán que lavarte para evitar que contamines la tierra sagrada con tus asquerosos gérmenes.
No volvió a intentar tener una conversación con el hombre en todo el viaje, no solo porque el propio hombre parecía nunca estar en el camarote salvo en momentos puntuales como para darle de comer y obligarlo a tomarse una ducha, nunca dándole más de un par de palabras, mismas que eran simplemente ordenarle hacer esas dos cosas, tampoco se bajó del barco hasta llegar a la tierra sagrada (Aunque tampoco se pararon en ninguna isla), tampoco volvió a ver a la tal Elizabeth (Se negaría toda su vida a llamarla santa o cualquier cosa semejante mientras pueda evitarlo) hasta que llegó a la tierra sagrada, solo alcanzó a verla por el rabillo del ojo mientras lo llevaban a parte para darle la supuesta ducha para librarlo de los gérmenes del mundo (Aparentemente cuando este hombre la llamó bellísima estaba exagerando porque en la propia opinión de Naruto era bastante promedio en belleza, casi la consideraría una adolescente fea).
— ¡Pero quiero a mi nueva mascota ahora! —Exigió la mujer tenryuubito mientras le apuntaba con el dedo, como una adolescente malcriada, en su dirección, solo en ese momento entendió que ella era la tal Elizabeth— ¡Lo elegí desde hace días y no he podido jugar con él en todo este tiempo! ¡Quiero a mi nueva mascota, ahora! —Exigió a un hombre, que, igual que ella, tenía una especie de burbuja, o casco, en la cabeza.
— Hija, querida, entiendo que quieras jugar con tu nueva mascota, pero esta sucia —El hombre, que sin lugar a dudas era feo como el pecado, que ahora reconocía como el padre de la tenryuubito, y que por ende también era un noble mundial, negó amablemente— Quién sabe cuántos gérmenes desagradables tendrá de su tiempo en la tierra de los pueblerinos, incluso si es digno de ser tu mascota tendremos que limpiarlo profundamente antes de que puedas jugar con él —La forma en que hablaba de él, como si no fuera nada le hizo pensar que saltar al agua y ahogarse sería un mejor futuro.
Durante esa "ducha" fue la primera vez que vio a otros esclavos: Al menos dos docenas de hombres y mujeres, niños y niñas, siendo llevados a una especie de habitación cerrada, y tras que se cerrará tras ellos pudo escuchar dos cosas, un flujo inmenso de agua, y gritos. Tragó en seco ante el pensamiento de que estaba por pasar por eso, no podía verlo porque la habitación no dejaba ver su interior, pero antes de que pudiera dar un paso para acercarse a dicha habitación, dispuesto a aceptar su destino (Aun seguía sin estar seguro de si era mejor cometer suicidio) el hombre, cuyo nombre seguía sin saber y para este punto dudaba averiguarlo alguna vez, lo guío a otra habitación, prácticamente igual que la anterior.
Llamar a eso como "ducha" habría sido increíblemente generoso: Le arrancaron las prendas antes de azotarlo con un torrente de agua que tenía la suficiente fuerza para sentir que podría arrancarle la piel (Sin contar que al ser un usuario de fruta del diablo su fuerza se había esfumado), tres mujeres (Sirvientas o trabajadoras del mismo tipo que el hombre que lo había traído aquí) usaron una mezcla de jabón líquido y en polvo que tallaron hasta dejarle la piel roja y (No sabía si era una reacción alérgica o se suponía que así debía hacerlo sentir) le hacía sentir la piel como si le quemase cual ácido, no hubo ni un milímetro de piel que hubieran dejado sin tallar, tallaron su cabello como sí quisieran arrancarle el cuero cabelludo, y para terminar la limpieza volvieron a azotarlo con un torrente de agua. Lo secaron con aire caliente y toallas (O eso creía recordar, la mezcla de dolor, cansancio y debilidad hicieron que lo que quedara de proceso fuera muy confuso). Mientras seguía confuso y mareado lo "vistieron" un collar dorado además de grilletes, del mismo color, en sus muñecas y tobillos, aunque ninguno de los grilletes, ni siquiera el que estaba en su cuello, estaba conectado a cadenas dejándolo "libre".
— Ya estás limpio ¿No es una gran mejora? —Cuestionó el hombre con una siniestra carcajada. Naruto quería decir algo, responderle, pero por la mirada que estaba recibiendo le hizo resistirse... lo único que le aseguraba que iba a vivir era que lo habían elegido para ser una mascota, pero que en cuanto dejaran de considerarlo para ello estaría muerto.
No le dieron más ropa, y aunque Naruto no se consideraba penoso, la verdad es que no se sentía cómodo caminando desnudo por ahí así que dobló su cola de forma en que pudiera cubrirse con su cola. Tampoco supo en qué momento llegaron a la tierra sagrada, aparentemente esas habitaciones tan poco agradables habían sido elevadores, o se había perdido en qué momento lo subieron a un elevador, intentó caminar hacia la puerta que abrieron frente a él, una que daba a la tierra sagrada, pero una descarga eléctrica recorrió su cuerpo; De pies a cabeza, en cada miembro de su cuerpo, obligándolo a caer de rodillas, sus brazos le fallaron y terminó golpeando el suelo con la cara, jadeó intentando obtener aire y aminorar el dolor que había dejado su cuerpo entero adolorido y acalambrado, la piel de gallina.
— ¿Q-qué demonios fue...? ¡Aah! —Volvió a aullar de dolor, se retorció en el suelo como un gusano por unos instantes, emitía un ligero olor a carne quemada que le perseguiría el resto de su vida. Los grilletes de oro eran los que le provocaban esas descargas eléctricas, fue la solución a la que llegó, habría intentado levantarse, o volver a preguntar, pero una mezcla de dolor y miedo le mantuvo quieto.
— ¡Geirath! ¿Qué le estás haciendo a mi nueva mascota? —La voz de Elizabeth sonó desde la puerta, la vista de Naruto estaba demasiado borrosa como para distinguir más que manchas oscuras, fue cargado como si fuera un perro antes de ser abrazado por la noble mundial.
— Lamento si mis acciones se malinterpretaron, Bellísima Saint Elizabeth —Se disculpó el hombre ahora reconocido como Geirath— Pero puedo jurarle que mis acciones estaban bien intencionadas —Aseguró, y sí Naruto no estuviera tan agotado y adolorido le dirigiría una mirada de desprecio al hombre— Su nueva mascota no parece ser muy lista, intentaba caminar a dos patas, incluso intentó hablar —Oficialmente, Naruto odiaba a Geirath y estaría dispuesto a bailar sobre su tumba.
— ¿Y? Es MI mascota —El tono de Elizabeth era peligroso, una amenaza vedada— No importa que estúpides haga mi mascota, solo YO puedo castigarlo —Lo que significaba que estaba de acuerdo con los puntos de Geirath, no había forma de salir bien librado— Ahora —Ella tronó los dedos, Naruto no lo entendió, o no lo entendió hasta que escuchó el cuerpo caer al suelo, Geirath ahora estaba tumbado en el suelo con un agujero entre los ojos, bien, quizás Naruto no le deseaba tanto la muerte como había dicho, otro tronar de dedos vino justo después.
Naruto habría cerrado los ojos esperando lo peor, pero la corriente eléctrica que lo recorrió le abrió los ojos de golpe al punto de que sentía que o le iban a explotar o se le saldrían de las cuencas, esta vez no gritó nada más porque la fuerza relampagueante le hizo apretar los dientes con tanta fuerza que creyó que se rompería los dientes, el dolor duró más que las veces anteriores, Naruto jamás podría adivinar cuánto tiempo duró, pero sí sabe que al acabar su cuerpo había perdido cualquier fuerza o semejante, cayó al suelo intentando recuperar un poco el aliento cuando lo vio; la expresión helada que tenía en el rostro, no era furia, pero era un sentimiento de molestia o eso logró interpretar Naruto.
— Habla —Elizabeth le ordenó, ojos indiferentes, helados, desalmados. Naruto pocas veces había sentido miedo, y normalmente había sido por tonterías, pero en este momento estuvo aterrado por esta mujer y por el dolor.
— ¿W-woof? —Ladró, más literalmente de lo que le gustaría, una ceja enarcada y mirando esos helados ojos verdes. Estaba temblando, aterrado, sí esto no desencadenaba una corriente eléctrica creía que podría llorar del alivio.
— ¡Buen chico! —Ella asintió mientras le daba un par de palmadas en la cabeza, Naruto decidió no pensar en lo denigrante que era esto, y prefirió sentir un profundo alivio por no recibir otra descarga eléctrica— Es casi una pena que Geirath no siga vivo para que pueda ver lo estúpido que fue al llamar a mi mascota estúpida —Ahora estaba acariciando sus cabellos— Solo necesitabas una mano un poco dura, pero seguro que eres una mascota ejemplar ¿Cierto? —Pese a que todo parecía indicar que espera una respuesta verbal, sospechaba que eso podría desencadenar otra descarga eléctrica que probablemente se sumaría a sus grandes temores.
— Woof —Se tragó la vergüenza y la humillación que era tener que ladrar, prefiriendo esto en cualquier momento en lugar de recibir otra descarga, por lo que ladró mientras asentía y le dedicaba un intento de sonrisa a la tenryuubito, odiaba admitir que se sintió aliviado cuando recibió una caricia en la cabeza.
— ¡Pero que monada! —Chilló ella antes de olfatear levemente y hacer una mueca de desagrado— Ugh, ese idiota de Geirath te chamusco demasiado, apestas a quemado —Se levantó antes de patear el cuerpo del muerto, sacar una pistola de su bolsillo antes de descargar una ráfaga de balas sobre el cuerpo— Tendremos que volver a lavarte, que molestia —Se quejó antes de comenzar a caminar fuera de la habitación— ¿Qué esperas? Camina, podrás descansar un poco después de lavarte.
Naruto odiaba de todo corazón esto, odiaba como lo estaban deshumanizando, odiaba como lo estaban humillando, odiaba lo que se estaba viendo obligado a hacer, pero odiaba aún más el terror que le provocaba esas descargas eléctricas que lo hacía preferir el tormento y la vergüenza de ser obediente y dócil al dolor que sentiría por intentar mantener su dignidad y orgullo, no sabía qué es lo que esperaba esta mujer de él, pero por las descargas que sufrió antes pudo adivinar que, fuese lo que fuese que debía hacer, no tendría que hacerlo como un humano, por lo que con algo de miedo se giró y comenzó a gatear hacia la tenryuubito, su mirada gacha, no sabía si para no mirar a la mujer y arriesgarse a otro castigo o para poder conservar alguna sombra de dignidad, al no recibir ninguna otra descarga hasta que estuvo al lado de su dueña supuso que había hecho bien. Odiaba pensar que tuvo suerte de que la mujer fuera a paso tranquilo porque de lo contrario se habría quedado atrás hacía demasiado tiempo, y sí debía apostar por la crueldad ya mostrada entonces habría recibido otro choque de voltios, la posición fue terriblemente incómoda, cuando llegaron al castillo, porque no había otra forma de describir el hogar de esta mujer, le dolían las manos, los brazos le dolían, sería un milagro si no tenía las rodillas raspadas, y la espalda lo estaba matando.
— Querubín —Esa era la voz del padre de Elizabeth, o cuando menos era bastante parecida— Así que esta es la nueva mascota, tenías razón querida, tiene una cola preciosa, si te cansas de él probablemente podría hacer una bufanda con ella —Esa confesión envió una descarga de terror por la columna de Naruto, de pronto esperaba que Elizabeth no se cansara de él pronto— ¿Cuál es su nombre? ¿Y dónde está ese guardia idiota? —Tampoco le gustaba estar de acuerdo con este hombre que Geirath era idiota, pero tampoco iba a apoyar al difunto.
— Aún no había pensado en que nombre ponerle —No sabía cuál opción era peor, que usará otro nombre, por denigrante que fuera, que se le quedará grabado a fuego en su mente y del que nunca podría librarse, o que usará el que tenía y terminara odiando su propio nombre— Estaba pensando en Menma, o Boruto —Aseguró con una sonrisa que no concordaba con lo que decía— Y ese idiota no dejó de insultar a mi nueva mascota y darle descargas, dijo que era estúpido, pero de momento me parece que es una mascota bastante inteligente, así que lo mandé a matar —Naruto odiaba que eso pudiera ser un cumplido— El resto suelen requerir muchas más descargas eléctricas de mi parte, pero lo dejó oliendo a quemado y tienen que volver a lavarlo —El temor que sentía por recibir otra de esas brutales y desagradables duchas estaba solo un poco por debajo del que sentía por los choques eléctricos.
— No te preocupes, mi niña, ya mismo mando a los esclavos a que le den una ducha a tu nueva mascota —Una voz de mujer sonó, la madre de Elizabeth si debía apostar— ¡Esclavo imbécil! —Llamó a alguien que estaba dentro de la mansión, otro esclavo vino corriendo hasta estar detrás de la mujer, pasos descalzos, y, aunque él mismo no vio al hombre podía sentir su mirada en él— Lleva a la nueva mascota de mi hija a la ducha de las mascotas, en cualquier momento llegarán para ponerle su marca de propiedad —El estremecimiento que tuvo el hombre solo fue comparable al del propio rubio Uzumaki.
El hombre dudó por un par de segundos antes de acercarse a Naruto y cargarlo, por la falta de exclamaciones de los nobles mundiales supuso que esto es lo que esperaban, y volvió a caminar, casi correr, dentro de la mansión con él en sus brazos, las largas salas y los amplios pasillos parecían interminables, y demasiado grandes para siquiera tener alguna razón de ser, el baño era probablemente más grande que algunas de las casas en las que se inmiscuyó a robar en la isla de Geal, mármol tan puro y blanco que lastimaba la vista, todo el metal allí era de oro y casi parecía haber piedras preciosas ornamentando el lugar, la cantidad de riqueza aquí probablemente sería suficiente para no solo resolver la situación económica de Geal, sino que les permitiría vivir con algo de holgura por unos cuantos años, tragó en seco.
— Puedes levantar la mirada, chico, no hay nobles mundiales aquí —Una voz suave y masculina sonó a su lado, Naruto no pudo evitar girarse a ver a quien le hablaba, el hombre que le hablaba era un tigre antropomórfico de pelaje blanco como nieve y rayas doradas— ¿Cuál es tu nombre, pequeño? —Le preguntó mientras el esclavo que lo había cargado lo dejaba en el suelo.
— Tch —El esclavo chasqueó, Naruto se giró para verlo, era un hombre adulto, complexión fuerte y musculoso, no vestía nada más que unos desgastados pantalones grises, de cabello de un verde o rubio (Era difícil estar seguro) que parecía oro— De nada sirve aprendernos los nombres del resto de esclavos, no es como que volvamos a usarlos, ¿Cierto, Snowball? —Gruñó el hombre mientras se cruzaba de brazos.
— Es importante si queremos mantener la cordura —Chistó el hombre tigre, que, ahora que Naruto se daba cuenta, también estaba desnudo, aunque no sabía sí eso era normal para los animales antropomórficos, además de que este también tenía los mismos grilletes dorados que tenía Naruto, se preguntó brevemente sí este hombre también era un usuario de fruta del diablo, si la respuesta era sí entonces Naruto podía decir que al menos él tenía una fruta más fuerte que la del zorro— Puede que no lo entiendas, Gild, pero nosotros, las "mascotas" debemos aferrarnos a algo para no enloquecer —Así que el esclavo se llamaba Gild, al menos ahora tenía un nombre— Mi nombre es Arthur de la tribu Mink ¿Cuál es tu nombre? —Preguntó el hombre tigre con una sonrisa amable.
— Naruto Uzumaki, humano consumidor de fruta del diablo —Supuso que quizás lo mejor era explicar eso, aunque Naruto no tenía ni la más mínima idea de lo que era un Mink, pero pensó que sus preguntas era mejor dejarlas para después.
— Naruto, por favor, aférrate a eso con todas tus fuerzas —Suplicó Arthur con un deje de tristeza, pena y dolor— Puede que nosotros, las mascotas de Saint Elizabeth, tengamos más suerte que otros esclavos, pero habrá que tener una gran resistencia mental para aguantar esta nueva vida —Aseguró, y la forma de hablar del mink, aunque educada, no hacía más que enviar escalofríos por la columna del Uzumaki— Y, de antemano, me disculpo por no poder ayudarte en lo que vendrá —En ese momento alguien entró en la habitación sosteniendo un tubo de metal negro con una punta al rojo vivo, delgado, la punta no sería más grande que la boca de una botella de cola.
Arthur pareció perder cualquier rastro de racionalidad en ese momento y se dejó caer, patas contra el pecho como si fuera un perro, o un gato, se giró para exponer el vientre al aire y sacar la lengua, si, se parecía más a un perro esperando que le rascaran la panza que a un tigre o incluso un gato. Gild lo presionó repentinamente contra el suelo evitando que se moviera, por un instante no entendió que estaba pasando, pero esa duda se disipó en un segundo cuando el tubo caliente al rojo vivo fue puesto en su cuello, apenas abajo del collar dorado que tenía, chillo, o gritó, no estaba seguro ni le importaba, el fuego marcando su piel de un modo irreversible, lloró, intentó patalear, pero no pudo hacer nada, el proceso duró casi un minuto entero antes de que lo dejaran, para este punto, y con todo el dolor acumulado, tenía suerte de que no se hubiera desmayado por el dolor, pero en este momento se aferraba a su consciencia con un hilo, casi esperaba que al despertar todo habría resultado ser una pesadilla. El hombre no les dedicó ni una palabra antes de levantarse e irse, en el momento en que el que lo marcó se fue Gild lo dejó libre. Lucho con el dolor y se hizo bolita, sin poder aguantar más el dolor que sentía se hizo bolita y comenzó a llorar, sus manos ahuecando alrededor de la marca, ardiendo demasiado y con la piel demasiado sensible como para tocarla, pero necesitando de algo que pudiera aliviar el dolor.
— Lo lamento —Dijeron Arthur y Gild al mismo tiempo, ninguno de los dos se animaba a verlo, Arthur había recuperado en un instante todo su raciocinio y elocuencia— Aunque dudo que te haga sentir mejor, todas las mascotas de Saint Elizabeth tenemos la misma marca en alguna parte —El mink tigre removió ligeramente el pelaje de su pata, o mano, derecha, y mostró un símbolo: Un círculo con cuatro triángulos, uno en la parte inferior del círculo apuntando para abajo, y los otros tres en la parte superior, casi como si formaran una corona, a Naruto le recordó bastante a la huella de un reptil.
— Las mascotas de Saint Elizabeth tienen marcas más pequeñas que el resto, pero todos las tenemos —Gild se lamentó mientras se giraba, dejando ver que él tenía la versión grande del sello que tenía Arthur, y que probablemente ahora él mismo también tenía, solo que en la espalda— Démonos prisa, tengo que ducharte o quien pagará las consecuencias seré yo —Gild apuntó a una tina que bien podría hacerse pasar por un barco pesquero pequeño— ¿Puedes caminar?
Naruto sospechaba que los nobles mundiales esperaban que Gild lo cargará para esto, como quien carga a una mascota, pero el Uzumaki agradecía que le diera la oportunidad de hacer las cosas por sí mismo, la ilusión de libertad era mejor que nada, supuso. El dolor era demasiado para caminar, pero se arrastró hasta meterse dentro de la ducha. Naruto no entendió hasta mucho después lo ciertas que habían sido las palabras de Arthur. Gild lo lavó como quien lava a una mascota, pero fue, sin lugar a dudas, un trato más amable que el que había recibido antes.
Lo secaron con aire caliente que, tristemente, era la sensación más agradable que había tenido en días, salvo por el dolor punzante en su nuca, pero era algo que podía tolerar. Aunque ese fue un pensamiento triste, iba a preguntarle a Gild por qué no le había dejado ducharse solo (Algo que preferiría, aunque quizás lo vio tan débil y adolorido que sabía que no podría hacerlo, aunque quisiera), pero la respuesta llegó bastante rápido, Elizabeth entró en el baño como si fuera su casa (Que lo era), Arthur al instante volvió a su papel de gato, o perro, que se recostaba sobre su espalda y ponía sus manos para exponer su vientre, llegando tan lejos como para sacar la lengua.
— ¿Ya terminaste de lavar a Menma, esclavo? —Cuestionó antes de azotar a Gild con una fusta, antes de girarse para ver a Arthur por un instante antes de volver a azotar a Gild en la espalda— ¿Qué hace Snowball aquí? —Preguntó para después volver a usar su fusta, para este punto Naruto sabía que lo estaba azotando por el placer de azotarlo.
— Acabo de terminar, bellísima Saint Elizabeth —Para reconocimiento de Gild no gritó ante el golpe, y, por el sonido de agua cayendo al suelo, Naruto debía suponer que le había logrado sacar sangre— Por orden de la impresionante lady Saint Jaba lave a todas sus mascotas, justo había terminado de lavar a Snowball cuando me llamaron para recoger a Menma —Expuso antes de volver a ser azotado, Naruto en serio estaba esperando que Gild gritara y se volviera para golpear a esta mujer.
— ¿Menma y Snowball se llevan bien? —Cuestionó y otro azote vino, Naruto casi quería preguntar a gritos por qué seguía azotándolo— Snowball siempre ha sido bueno recibiendo a sus nuevos amigos, pero pocas mascotas antes han sido tan listas como Menma —Otro azote, mientras la mirada de la tenryuubito pasaba de Naruto a Arthur y viceversa— Como sea, Snowball, sígueme, esclavo imbécil, carga a Menma, siempre están débiles tras ser marcados —Ordenó, pero Naruto no pensaba aceptar esto.
Realmente no sabía si estaba buscando que lo mataran (Era posible que fuera el caso, no era difícil deducir que la muerte sería un destino mejor que este), sí quería hacerse el fuerte, o intentar mantener cualquier ilusión de libertad y fuerza para sí mismo, pero en lugar de dejarse cargar forzó su cuerpo con la poca fuerza que le quedaba para gatear como se esperaba de él, incluso en contra de su mejor juicio (Para ser justos con él su buen juicio bien podría estar muerto después de todo esto) levantó la cabeza lo suficiente para mirar a la noble mundial, él temblaba, el dolor y el cansancio eran casi inaguantables para él en estos momentos, no importaba cuánto lo intentase esto no podría parecer tan retador como quería, pero igualmente lo hizo, en lugar de la terrible descarga eléctrica que bien podría matarlo Elizabeth solo sonrió con diversión risueña antes de aplaudir solo con sus dedos.
— ¡Ya sabía yo que no había mascota igual! No solo parece ser más listo que el resto sino más fuerte —Chilló con suficiente fuerza como para lastimarle los oídos anormalmente agudos a Naruto— Esclavo imbécil sígueme para que cargues con Menma en caso de que no pueda más —Le ordenó a Gild antes de girarse y comenzar a caminar.
El paso fue rápido, o cuando menos a velocidad de un humano normal, y a Naruto le encantaría decir que avanzo lo suficientemente rápido para igualarlo, pero eso sería mentir, iba a paso lento, necesitó más de un par de veces cerrar los ojos y respirar para aliviar el cansancio y el dolor, un buen puñado de ocasiones sus brazos le fallaron y se golpeó de cara contra el suelo, pero se negó a ceder, avanzó y se mantuvo de pie por pura terquedad y mezquindad digna del más valiente o el más idiota, para cuándo llegaron a la habitación que estaban buscando (Lo supo por las, al menos, otras doce personas en mismas condiciones que él y Arthur) Naruto decidió que, independientemente de cualquier cosa que pasará allí, odiaría esta habitación; Pintada con el color rosa más chillón y doloroso para la vista que pudiera haber, oro chapado en cada parte metálica que pudiera ver, muebles caros y cómodos pero con peluche de un azul dulzón que lastimaba la vista, y una incontable cantidad de juguetes para mascotas y camas para las mismas, quizás lo único que se escapaba del mal gusto de la mujer era una pecera de inmenso tamaño (El metal era, como no, oro, Naruto le agarraría manía a ese color en un futuro), en la que estaba una sirena, delgada, una adulta en toda regla, de piel bronceada, cabello negro, grandes ojos negros y una cola de un hermoso color rojo, sin contar los grilletes dorados. Todos allí tenían miradas perdidas, tenían la lengua de fuera y parecían más animales que lo que fuera que fueran.
— ¡Chicos, denle la bienvenida a Menma, su nuevo amigo! —La tenryuubito extendió los brazos al resto de sus mascotas, todos ellos se giraron a verlo antes de que fuera recibido por una mezcla de maullidos, gruñidos, ladridos, cacareos y un curioso "plop" por parte de la sirena— Les daré tiempo para que se hagan amigos y Menma descanse, por muy duro que sea debe estar muy cansado por recibir la marca —Se giró una vez más y salió junto a Gild, ahora que ella no estaba en la habitación los brazos de Naruto cedieron y cayó al suelo rendido, apenas consciente.
— ¿Quién es el chico nuevo, Arthur? —La sirena fue la primera en hablar, y en recuperar la consciencia humana en su cuerpo, mirando al mink como si este tuviera todas las respuestas.
— Mi nombre es Naruto Uzumaki —Logró gruñir desde el suelo, quería levantarse y encarar a la mujer, pero para este punto su cuerpo no daba para mucho más.
— Y sigue consciente, impresionante —La sirena proclamó con una sonrisa antes de girarse a verlo, Naruto podía sentir la mirada de la mujer sobre él— Mi nombre es Shangri-La, sirena de la isla Gyojin —Se presentó, y, ya que probablemente pasaría el resto de su vida aquí, supuso que valía la pena aprender sus nombres.
— ¿Y quiénes son los demás? —Preguntó mientras intentaba levantar la mirada para ver al resto de mascotas, pero no podía, estaba demasiado cansado.
— Ellos, ellos ya no están con nosotros —Arthur respondió a su pregunta, Naruto, quien por fin pudo levantar la mirada, recorrió su vista a todas las otras mascotas, pero antes de que pudiera hacer un comentario de que él los veía muy vivos se dio cuenta de lo que Arthur quería decir; Todos ellos, sin excepción, seguían con la mirada perdida y el comportamiento animal que habían tenido cuando Elizabeth estuvo allí, ninguno además de Arthur y Shangri-La recuperaron la consciencia— Algunos no tienen la fuerza mental para aguantar, otros han estado aquí tanto tiempo que sus mentes cedieron, de las personas que fueron no queda nada, son solo las mascotas obedientes de un tenryuubito —El lamento de Arthur le quebró el corazón a Naruto, en parte porque sabía que ese bien podría ser su destino.
— Menos mal que llegaste, era difícil tener una conversación interesante cuando la única otra persona que se niega a ceder es Arthur —La sirena río, Naruto no entendía cómo es que podía reírse porque él no podía encontrar una razón para reír— No es por decir que es bueno que seas esclavo, no me lo tomes a mal, estar tanto tiempo aquí te enloquece, aunque sea un poco —Se disculpó, pero Naruto no pudo escuchar más incluso sí Shangri-La quería decir algo porque en ese momento su cuerpo cedió y se desmayó.
Naruto aprendió muy rápido que, en comparación al resto de esclavos tenía suerte, o era privilegiado, aunque ese pensamiento lo detestaba desde lo profundo de su corazón, es cierto que las mascotas no tenían que hacer nada, su deber era verse bonitos y seguir todas las indicaciones de Elizabeth, quien parecía ser la autoridad máxima para ellos. Elizabeth se despertaría en algún momento, la dejaban dormir hasta la hora que a ella le diera en gana, y elegía a una de sus mascotas para que la acompañará durante todo el día, ya que Naruto era la mascota más nueva era el elegido normalmente, en realidad fue el elegido durante tres meses seguidos. Pero estaban obligados a vivir sus vidas como si fueran animales; les servían la comida en tazones de oro (¿Cuál era la maldita obsesión de estos nobles con el oro? Al final le agarraría manía a ese color, fue el pensamiento de Naruto al verlos), y la comida no era mala, en realidad era malditamente buena para ser comida de esclavo, era más parecido a las sobras de los tenryuubitos, pero más allá de tener que enterrar su cara en un tazón para comer era algo que podía soportar, cualquier ruido que hicieran debía ser acorde al del animal que eran, Arthur un gato, Naruto un perro, Shangri-La la sirena como si fuera un pez dorado (Que aparentemente era "glu glu" o "Plop"). Tenían que ir al baño como animales (Este podría ser, honestamente, la parte más denigrante de todo). Caminar como animales a cuatro patas, jugar como animales domésticos (Naruto había tenido que jugar a traer la bola demasiado a menudo para su gusto), habían sido despojados totalmente de sus ropas y de cualquier dignidad que pudieran haber tenido alguna vez, eran duchados por otros esclavos, aunque ocasionalmente podían ducharse solos (Solo porque ningún tenryuubito ni trabajador directo suyo los veía en la mitad de sus baños).
Este estilo de vida podría parecer glamoroso entre los esclavos, pero Arthur había tenido la razón en que esto requería mucho para mantenerse cuerdo, había días en los que Naruto olvidaba que se llamaba así y solo podía recordar que se llamaba Menma, en cuanto veía una pelota ya la había agarrado con la boca para llevarla ante Elizabeth, todo rastro de pena o humillación que pudiera haber sentido al principio por hacer del baño como un animal había desaparecido de su mente, se postraba a los pies de la tenryuubito mientras exponía su vientre para que lo rascara, su pecho se inflaba de orgullo ante las felicitaciones de Elizabeth sobre que tenía el pelaje brillante y suave junto al resto de su piel. No podían tener más de un par de minutos como humanos cuando estaban solos con los que él llamaba sus hermanos mascotas, y solo gracias a esto Naruto no había olvidado el idioma, lloraba todas las noches al percatarse de que, para este punto, había perdido casi totalmente su humanidad y que lentamente estaba siendo condicionado. Esta fue su vida durante siete meses (O eso creía él, mantener la noción de los días se estaba complicando) antes de que ocurriera algo más.
— W-woof, woof, bark —Incluso en el doloroso estado febril en el que se encontraba para este punto hacer esos ruidos era tan natural para él como lo era respirar, y lo odiaba, se había arrastrado a los pies de Elizabeth por orden suya, pero su cuerpo sentía que se rompería en pedazos como porcelana.
— Oh, mi pobre Menma, parece tan cansado —Ella se lamentó mientras le rascaba la barriga, Naruto odiaba admitir que, pese a que esta desgraciada tenía a personas como mascotas, los cuidaba con cuidado, o enviaba a gente a que los cuidará como un rey cuidaría a su mascota predilecta, que probablemente era el caso— ¿Hm? ¡Oh! ¡Esclavo, trae a los doctores! ¡Algo le está pasando a la bella cola de mi zorrito Menma! —Se lamentó ella, pero Naruto no logró escuchar mucho más porque el dolor vino desde su cola, un dolor ardiente, solo con el grito de Elizabeth, quien estaba a un par de metros de él ahora, en algún momento se apartó de él, se giró a ver su cola, la que le dolía enormemente.
Su cola estaba en llamas violáceas, así que de ahí venía el terrible calor y quemazón que sentía, pero el fuego pareció partirse en dos antes de que el fuego se extinguiera revelando que ya no tenía una cola, tenía dos, igual de un naranja oscuro y profundo, casi rojo, con puntas negras, solo tenía un pequeño y diminuto punto blanco en la parte más fina de la punta de su cola, pero antes de que pudiera pensar en algo más el cansancio y el dolor le superó, cayendo inconsciente justo después. Se despertó tiempo después en la habitación de las mascotas recostado sobre Arthur, odiaba admitir que el mink era jodidamente cómodo, le había abrazado y consolado las suficientes noches como para poder llamarlo su lugar seguro.
— ¿Q-qué paso? —Se sentía mejor, como si un terrible peso hubiera escapado de sus hombros, pero seguía sintiendo cansancio suficiente para querer volver a dormir.
— Aparentemente no te comiste cualquier fruta del diablo modelo zorro —Shangri-La se río, para este punto Naruto sabía que ella enfrentaba esta situación con burlonería, bravuconería y descaro para sobrellevar esto, probablemente era de las que más se lamentaban del destino de todos ellos— Te creció una segunda cola, sospecho que comiste alguna forma de la fruta en un modelo mitológico y con el tiempo más colas aparecerán, pero nadie cree que sea más importante que una señal de tu edad —Aseguró con una sonrisa misteriosa...
Una sonrisa que parecía decir: "Pero nosotros sabemos que eso no es cierto ¿Verdad?" Y Naruto debió reconocer eso, dudaba mucho que un proceso como este, involucrado por su fruta del diablo, fuera solo un cambio estético, dudaba que una fruta del diablo tuviera un cambio por algo tan simple como eso, pero eso sería cuestión de averiguar para un futuro en el que no estuviera tan cansado, pero reavivó algo en él que creía muerto, la esperanza de ser libre.
Los meses pasaron (Para este punto su capacidad para medir el tiempo estaba hecha añicos, tenía suerte de saber que había pasado al menos un mes) y Naruto realmente debió luchar por descubrir la habilidad que venía con su nueva cola, en realidad no lo descubrió hasta lo que él creía que fue un mes después, se suponía que los usuarios de fruta adquirían un conocimiento innato de su habilidad incluso sí esta se beneficiaba de otros conocimientos, de ese modo es que Naruto no solo sabía que podía transformarse sino cómo podía transformarse, pero con la segunda cola fue, a falta de una mejor definición, confuso, pero la habilidad fue descubierta finalmente: Ilusionismo: La capacidad de crear la fantasía de algo que pudiera imaginar, su poder era bueno, Naruto le aplaudiría como una habilidad más útil que la capacidad de convertirse en zorro, pero tenía una debilidad terrible, todo el detalle que tenían sus ilusiones provenían de su mente, en otras palabras, sí no podía imaginar realmente algo realista, su poder era inútil, pero podía trabajar con esto, debía trabajar con esto. Pero su oportunidad llegó a los pocos meses (Un año después de que él hubiera llegado a este lugar).
Mientras el intentaba encontrar las llaves de sus collares (Había tardado un tiempo, pero hacerse "invisible" pronto fue una habilidad dominada, al menos dentro de las paredes de la mansión de estos tenryuubitos) y era su oportunidad de liberar a Arthur y Shangri-La, mira, Naruto consideraría liberar al resto de ellos, pero la verdad sea dicha dudaba que sobrevivieran sí volvían al mundo mortal, cuando se topó de frente con un Gyojin rojo, supuso que era el esclavo de algún tenryuubito y simplemente no lo reconocía (Aunque de frente tampoco era una frase muy correcta cuándo él era invisible para el gyojin) y lo más importante, tenía llaves con él, una de ellas era la llave dorada que correspondía a los grilletes de las mascotas, por lo que rompió la ilusión apareciendo, esta vez de forma más correcta, enfrente del gyojin quien soltó un grito mudo antes de retroceder un poco.
— Mátame o liberame, por favor —Rogó, no le importaba hacerlo, cualquier rastro de dignidad o vergüenza se había perdido hacía demasiado tiempo.
— ¿Cómo hiciste eso? —Preguntó el Gyojin cuyo nombre no conocía, casi ninguna mascota conocía el nombre de otro esclavo que no fuera con los que convivía diariamente.
— Fruta del diablo, ellos no lo saben, puedo ayudarte a liberar a tantos como podamos —Sonrió débilmente, roto y destrozado como estaba, pero había esperanza, por primera vez en este año la esperanza se sentía real, el Gyijin pareció pensarlo por un par de segundos antes de sonreír, aparentemente él también había llegado a la conclusión de que no tenían tiempo que perder, la mitad de las llaves se le lanzaron antes de que una sonrisa salvaje, una sonrisa que contenía sus sueños y esperanzas, una ilusión tan propia como las de Naruto, para encubrir sus temores, apareciera en el rostro del Gyojin— Naruto Uzumaki, un gusto —Se presentó, feliz de poder usar su nombre después de tanto tiempo.
— Fisher Tiger, libera a tantos como puedas con discreción, yo armaré un escándalo —Y con esas palabras se separaron.
Ahora, Naruto estaría muy satisfecho con hacer una detallada descripción evento por evento de una liberación de esclavos, pero la verdad es que su mente estaba mucho más ocupada y distraída ante los pensamientos de libertad que ahora podía saborear, estaba seguro de que si no fuera porque estaba empeñado en liberar a Arthur y a Shangri-La, estaría riendo como un maldito lunatico mientras prendía fuego a todo el lugar, y, como si sus recuerdos no estvuieran terriblemente empañados por el vertigo de felicidad psicótica, el fuego y los gritos ocasionados por Fisher Tiger mientras liberaba esclavos lo haría, nunca antes había relacionado el fuego con la alegría y la diversión, pero después de este día lo haría.
No recuperó algo de cordura hasta que estuvieron en un barco huyendo de Mary Geoise a toda velocidad, los gyojin esclavos siendo navegantes mientras los conducían a la seguridad, o tanta seguridad como podrían tener, con bascos de la marina, pero no podría importarle menos, no ahora que sentía los miembros mucho más ligeros que nunca ahora que no tenía los grilletes dorados en su cuerpo, ahora que podía respirar el aire fresco, podría morir aquí y ahora y lo haría feliz, todos lso barcos se habían dispersado en diferentes direcciones intentando que al menos algunos de ellos lograran escapar, era una noche tormentosa y llena de lluvia, pero a Naruto le sabía a libertad, hacía rato que se había quedado afonico por las risas y los gritos emocionados que no podían ser apagados ni siquiera ante el miedo de ser atrapado, el rugido de las balas de cañón siendo disparadas o impactando contra su barco, Arthur, quien estaba erguido en sus más de dos metros de altura, miraba a los barcos marinos con una sonrisa salvaje, impropia de alguien que siempre se había mostrado tan educado.
— Shangri-La, amiga, hermana, compañera —Comenzó a recitar el tigre mientras miraba al cielo, a la luna llena, sus ojos se volvían rojos y la eléctricidad comenzaba a recubrir su cuerpo— Ahora que tengo la oportunidad de decidir sobre mi destino pienso hacerlo, pero, por favor, te imploro cuides el pequeño cachorro que llegó a nuestras manos —Hablaba de Naruto, lo sabía, así se había referido a él después de los primeros meses juntos.
— Así que decidiste morir, viejo tigre —Las palabras fueron lo que despertaron al rubio del estado demente en el que se encontraba, girándo a ver al par, aunque ahora que lo pensaba no podía entender por qué la sirena había decidido viajar en un barco con ellos— Yo cuidaré de él, me aseguraré de que llegue a tierra firme a salvo —Asintió.
— ¡¿Por qué Arthur?! —Le gritó Naruto a lo más cercano que había tenido a una figura paterna, aunque la verdad era el único que lo había intentado— ¡¿Por qué ahora que por fin somos libres?! —Pese a que la sonrisa y la euforía seguía en su rostro las lágrimas habían comenzado a caer de sus ojos, dejando que el miedo y el dolor que había experimentado el último año por fin pudiera sentirlo en paz.
— Naruto, mi muchacho, he vivido demasiado tiempo sin poder tomar mis propias decisiones —Quince años, ese fue el tiempo que Arthur estuvo bajo el servicio de los tenryuubitos, según recordaba él de sus charlas— Tener la oportunidad de decidir cómo morir es un placer que pocos pueden permitirse, ¿Saber que lo haré en un acto revolucionarío? Hace que sea delicioso, ¿Hacerlo, para que los pocos amigos y hermanos que he podido reunir bajo este calvario? Para mi será el más grande de los placeres, por favor, Naruto, vive sin arrepentimientos y en la más absoluta libertad —Rugió Arthur antes de saltar, mucho más de lo que cualquier humano habría podido, convertido en un relampago blanco, o eso parecía, atacando los barcos que atacaban al suyo.
Naruto se habría puesto a llorar ante el noble sacrificio, pero no tuvo tiempo, una bala de cañón golpeó un costado del barco haciendo que donde antes había una quilla en perfecto estado ahora había un boquete por el que entraba demasiada agua, por suerte, la mayoría de los esclavos en su barco eran gyojins que agarraron al primer par de personas que pudieron agarrar, fueran usuarios o no, y se lanzaron al mar, Naruto fue agarrado por Shangri-La antes de hacer lo mismo, así que tampoco podía ser muy claro o descriptivo con lo que siguió (Entre la debilidad que le provocaba tocar el mar, como usuario de fruta del diablo, y que el nado de la sirena era suficientemente rápido como para que no hubiera competidor contra ellas), en realidad Naruto estaba muy seguro de que se había desmayado en algún punto porque la próxima vez que abrió los ojos estaba metido en una cama en un barco, mirándolo desde los pies de la cama había un hombre alto y robusto, de corto cabello negro y una cicatriz cerca del ojo izquierdo, pero lo que le heló la sangre fue que estaba vestido como un marine.
— ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? ¡No pienso volver a ser esclavo! —Rugió antes de saltar fuera de la cama, notando por primera vez que estaba vestido, la ropa se sentía tan rara después de un año entero de no usarla, pero era agradable pese a ser solo un pantalón y camiseta blancos.
— ¿Esclavo? ¿Qué esclavo? Yo solo estoy viendo a mi nuevo nieto al que estoy llevando a la villa Foosha donde es muy improbable que un tenryuubito lo encuentre... —El hombre preguntó con lo que tenía que ser el tono más tonto y falso con el que alguien decía eso, pero eso le permitió respirar tranquilo, este hombre sabía que Naruto era un esclavo y estaba dispuesto a esconderlo para que no perdiera su libertad— Y creo que mi nieto debería saber que mi nombre es Monkey D. Garp, y yo, como su abuelo, debería saber el nombre de mi nieto ¿No es así?
— Naruto Uzumaki, abuelo —Por primera vez en un año pudo sentir la libertad realmente, y pensaba aferrarse a esto hasta su último aliento
Bien, este fue el primer capítulo de esto, sí cambio algo, o sí esto avanza o no depende de que tan bien sea recibido todo esto, prometo que en algún momento explicaré más del por qué Naruto tiene el poder de la fruta del diablo y que ocurre, pero antes tenía que dejar en claro el inicio de esto, no tengo casi nada que decir en este apartado en un primer capítulo aparte de esperar que lo hayan disfrutado y que estaré leyendo sus sugerencias.
