VI. A veces quiero reír
— ¿Hay manera de que alguien con Hanahaki tenga sentimientos por otra persona? —Pregunto Caitlyn a Orianna, quien pacientemente atendía a los leves cortes en sus piernas ocasionadas por los estragos del florero.
— No
Caitlyn asintió con la resignación impregnada en sus ojos; Tenía sentido, después de todo, si eran sentimientos tan intensos para morir por ellos definitivamente no podrían ser cambiados.
Esa certeza le hacía sentir tan abrumadoramente triste que claramente podía sentir una grieta en su corazón que amenazaba con romperlo, su madre se lo había dicho: "Los fuegos intensos no están destinados a durar"; Cuando era niña no lo había entendido del todo, pero ahora le parecía un panorama tan fatalista.
Su línea de pensamientos fue interrumpida cuando el sonido insistente de pasos apresurados aproximándose se hizo presente en el lugar, de un momento para otro la puerta se abrió bruscamente, dejando ver una maraña de cabello rosa alborotado que hacía un sonido jadeante al respirar
— ¡Caitlyn! —Exclamó sin siquiera haber terminado de entrar al cuarto
— ¿Vi? ¿Qué se supone qué…? – La sorpresa le invadió de pronto, al tiempo que su corazón comenzaba a latir de prisa a causa de ver la agitación de su compañera
— ¡Estás bien! — el alivio era casi palpable en cada poro de su piel, la adrenalina que le había despedido de la cama hacía unos minutos al enterarse que Caitlyn, su preciosa Caitlyn, estaba ingresada en el hospital le abandonó de golpe al ver esos hermosos ojos azules a salvo — Pensé que estabas herida — Suspiró fuerte recargando su espalda en el marco de la puerta por la que había ingresado
— Algo así…
— ¿Ah? — Volvió a ponerse en alerta al momento y dirigió su mirada a las rodillas de la Sheriff — ¿Eso como paso?
— Un accidente con un jarrón, no es nada realmente — Se le quedó viendo por un momento: Vi sin su ropa habitual, usando solo esa blusa blanca pantalón negro y botines se veía radicalmente más joven. Sobre todo, con esa sonrisa serena en su rostro — Te vez mejor
— Están por darme el alta — Mencionó inclinándose de hombros
Ambas se quedaron en silencio, puesto que de alguna manera se sentía diferente para ambas el estar juntas ahora
— ¿En serio? ¿No es algo pronto?
— Realmente han hecho todo lo que podían hacer, Cupcake – Menciono como quien no quiere la cosa, tratando de quitarle con la simpleza de la respuesta toda la importancia posible al asunto – Además, gracias a los cuidados de Oriana y a una medicina repulsiva me siento mejor
Oriana no pudo apartar la mirada de Vi, deteniendo sus manos de su acción de curar a Caitlyn, esa era la primera vez que le llamaba por su nombre y, a pesar de que ella no podía sentir nada, aquello había sido especial.
— Entiendo… — Cada confirmación de que no había cambiado de opinión se sentía como una estaca de hielo en su corazón. Podía sentir como lentamente se deslizaba a la demencia puesto que incluso escuchaba un "tic tac" incesante en su cabeza
— Listo. No debería pasar de una semana en curarse, si no es así, por favor ven de nueva cuenta – Anunció la maravilla mecánica para, de manera apresurada, guardar sus utensilios
— Gracias – Dijo educadamente viendo sus rodillas en un estado ciertamente mejor del que tenían, las cicatrices ni siquiera se apreciaban a simple vista.
— Recuerda no sobre exigirte mucho – Mencionó Oriana tenuemente al pasar a un lado de la chica del cabello rosa
— No prometo nada, la vida de una Vigilante resulta ser bastante extrema – Y acto seguido le guiñó el ojo – Gracias por tus cuidados
— De igual manera si te sientes mal no dudes en volver, ¿de acuerdo?
— No prometo nada
— Lo hará – Interrumpió Caitlyn. ¿Cómo es que Vi podía ser tan irresponsable consigo misma?
Vi negó con una sonrisa torcida, demostrando nada más y nada menos que resignación en el rostro… ¿Es que algún podría negarle algo a esa hermosa mujer? Esperaba que la respuesta siempre fuera un "no".
— Lo haré – Concordó
Esa pequeña interacción le había parecido demasiado curiosa, ella a pesar de estar en un hospital lejos de todo el revuelo de la ciudad del progreso sabía de la fama que tenían cada una, tanto por separado como juntas, y viéndolas en persona no parecían: La fría sin corazón y la agresiva sin razón. Ambas parecían tener muy presente el cuidado de la otra.
Realmente esperaba que tardará mucho el día en que volviera a verlas
— ¡Señorita! Olvido su chaqueta – Una de las enfermeras corrió hacía donde estaba Vi con la prenda de vestir mencionada
— Oh, gracias
— Se fue corriendo tan rápido
— ¿Viniste corriendo hacía acá? – Sin quererlo realmente alzó la ceja izquierda como una interrogante
— Escuché que estabas herida y después de lo que pasó… – Desvió la mirada, odiaba el cómo no podía disimular ni siquiera un poco cuando se trataba de Caitlyn.
Y ahí estaba esa tos de nueva cuenta
Quemando su interior, sus pulmones que se sentían tan inútiles en ese momento, su garganta que hacía lo posible por sacar esos pétalos y tratar de dejar pasar la mínima cantidad de aire que le fuera posible
— ¡Vi! – Sin pensarlo ni un momento se puso en pie y corrió a un lado de la mencionada, colocando su mano en el hombro de su compañera
— Estoy bien, estoy bien – Decía con la voz entre cortada, mientras más y más pétalos salían. Aunque al menos esta vez sin sangre de por medio — ¿Vas a volver a la comisaría, sheriff?
— No. – Su respuesta fue bastante tajante, después de lo ocurrido con los narcisos azules lo menos que quería era volver a su oficina que estaba perlada en pétalos que le recordaban la fragilidad de la vida y cristales tan rotos como se sentía su corazón.
Era bastante aterrador lo que los sentimientos podían hacerte.
— ¿Puedo escoltarte a casa? – Preguntó sin poder mirarla, reprimiendo las enormes ganas que tenía de volver a toser. Sabía que esa mano en su hombro, esa cercanía y esa preocupación por parte de la dueña de sus afectos solo provocaba más brotes de los narcisos que crecían en su corazón, causados por la calidez de un corazón que no podía evitar decir el nombre de Caitlyn en cada uno de sus latidos.
Era dicotómico de hecho, como sus emociones no podían ponerse de acuerdo. La razón le hablaba de mantener una distancia prudente, tratando de vivir lo más posible y su corazón solo quería pasar todo el tiempo que podía cerca de ella, antes de que… Era obvio a cuál de los dos estaba escuchando en ese momento.
Si nada iba a salvarla de la muerte, entonces, que por lo menos estar en compañía de la persona que amaba le salvara de la agonía.
— ¿No preferirías que yo te acompañara a la tuya? – Sabía que eso era entrar en un terreno ciertamente peligroso, Vi era demasiado terca y cuando realmente estaba decidida por algo no existía cosa en la faz de la tierra que le hiciera cambiar de parecer – Sabes que vivo un poco lejos
— Me sienta bien caminar – Se animo a mirarla, dándole una sonrisa torcida, una que estaba reservada solo para ella.
— De acuerdo – Se contuvo de suspirar, ¿Es que acaso ella no era consciente de que no podría decirle que no cuando le sonreía de esa manera? Seguro lo sabía y lo usaba como su arma secreta
[…]
Mientras caminaban y el atardecer acentuaba el color dorado de la cuidad dándole un nítido reflejo que pareciera estar hecha de oro mismo, Vi notaba más detalles que había pasado por alto.
Las primeras veces que recorrió esas calles en compañía de la sheriff para ambientarse al lugar había tratado de captar cada detalle, callejón y encrucijada de la ciudad del progreso, con el paso de los años, solo caminaba y patrullaba los lugares que se sabía de memoria sin prestar realmente atención a nada en particular.
Se detuvo por un momento a admirar las escaleras de la zona residencial oeste, donde habían crecido buganvilias de diversos colores, desde el color rosa hasta el blanco, ¿Cómo no se había percatado que eso estaba ahí?
Se sintió de alguna manera culpable por ello y un sentimiento de incomodidad se apodero de su pecho al darse cuenta de que los últimos dos años los había pasado dando por sentado todo lo que tenía a su alrededor con la realización de que ahora, sabiendo que le quedaba poco tiempo, todo cobraba una relevancia diferente.
Es interesante como la certeza del final del camino cambia la percepción del entorno que te rodea. Era extrañamente poético como el inicio y el final son las partes más resaltables de cualquier momento.
— ¿Pasa algo? – Preguntó al darse cuenta de que Vi había detenido sus pasos y se quedaba observando con gesto serio a las flores que se encontraban frente a ella
— No, no pasa nada – Respondió para seguir caminando a donde vivía la sheriff
Hacían un par de años de que Caitlyn emigro del hogar de sus padres en busca de su independencia, pero seguía estando relativamente cerca del núcleo familiar.
— ¿Te sientes mejor entonces? – Por primera vez desde que sus existencias se entrelazaron, Caitlyn no encontraba palabras para comunicarse con Vi.
— Sí, al parecer tengo suerte de que sean narcisos – Explicó poniendo los ojos en blanco, pero no borrando su sonrisa
— ¿Suerte? – Estaba segura de que su voz había estado dos octavas más agudo de lo que debería
Rio un poco, la voz aguda de incredulidad de Caitlyn era algo que no tenía el privilegio de escuchar regularmente – Curiosamente mi reacción fue la misma, sin tu encanto, por supuesto – Esperaba alguna respuesta, como siempre, antes de proceder con su historia – Que sean narcisos, sin espinas, hace que tenga un poco más de tiempo
— Pero… ¿Y toda esa sangre? – Se estremeció ligeramente ante uno de sus peores recuerdos
— Mi tráquea estaba algo lastimada – Suspiro. Iba a tener esa conversación con su Cupcake – Creo que no te contado mucho de mi condición, ¿verdad?
— En absoluto
— Desde hace unos meses…
— ¡¿Meses?! – Detuvo su andar por completo. Sus ojos reflejaban la misma molestia que su voz transmitía
— Sí, pero pensé que era un resfriado… No comencé a toser pétalos de la noche a la mañana y en mi defensa, yo tampoco sabía que esta enfermedad existía
— Así que… ¿Amor no correspondido? – Su corazón latía fuerte en su pecho como si quisiera romperlo
— Amor no correspondido – Confirmo sin más, el leve temblor en su corazón le decía que no era buena idea responder más de eso
— ¿Cuándo…?
— No tengo una fecha exacta – Interrumpió, puesto que era medianamente cierto, a ciencia cierta no sabía que día se había enamorado de Caitlyn; No tenía el día en el calendario de la primera vez que soñó con los hermosos ojos azules que le arrebataban suspiros, ni cuando su corazón empezó a latir con tanta fuerza dentro de su pecho que parecería que le iba a romper las costillas cuando la escuchaba reír… Pero lo que sí sabía fue cuando supo que su amor no era correspondido, puesto que los rumores el compromiso con Jayce fueron anunciados y ellos comenzaron a salir más frecuentemente.
Se quedo callada un largo tramo del camino, observando como el dorado se había esfumado y el cielo atenuaba sus colores azul marino; Había algo más que quería preguntarle a Vi, pero no sabía cómo hacerlo o si realmente quería saber la respuesta
— Dilo
— ¿Perdón?
— Sé que te estás debatiendo sobre decirme algo… Así que, solo dilo
— ¿Quién…?
"Tú…" quería decir con todas sus fuerzas, pero las advertencias de la maravilla mecánica habían sido de bastantes claras sobre los riesgos de exponer su corazón, y ciertamente no tenía ganas de morir aún – Es un secreto, Cupcake – Agregó guiñándole el ojo y volviendo su vista al camino.
— Entonces, ¿flores en tu pecho?
— Sí, así mismo – Puso su propia mano sobre su pecho, sintiendo su corazón latir a través de su mano vendada – Esto es lo que han podido decirme: Hay flores en mi pecho, creciendo en mi interior a causa de un amor no correspondido, estos narcisos crecen a medida que mis sentimientos lo hagan y dependiendo de qué tan intensos se vuelvan – Tomo una pausa para respirar profundamente – Estoy en la etapa en la que hay pétalos en mis pulmones, los toseré, vomitaré y gradualmente me impedirán respirar cada vez más.
La única respuesta que recibió fue silencio, el nudo en la garganta de Caitlyn no le permitía hablar
— Lo sé, suena asqueroso, ¿verdad?
Más silencio
— ¿No es posible solo retirar los pétalos…? – Su voz sonaba tan baja que a penas se alcanzó a escuchar
— Sí, pero no ayudaría de nada.
— ¿Ah?
— Los pétalos no son el gran problema aquí, para eso tengo la asquerosa medicina. El problema son las raíces y los tallos – Suspiro de nuevo, aunque no lo demostrará realmente le estaba costando mucho trabajo hablar de eso con su Cupcake – A las raíces les gusta extenderse y en este particular caso rodearán mi corazón… Así que moriré de un corazón roto… Que destino tan asqueroso – Una risa amarga salió de su boca
— ¿De verdad…? – Caitlyn detuvo su andar en seco, de nueva cuenta había lagrimas en sus ojos, dolía, dolía tanto como si una bala certeramente hubiera atravesado su corazón — ¿De verdad vale la pena tener una muerte tan horrible por eso? ¿Por un amor no correspondido?
Sin pensarlo por medio segundo, Vi corrió y tomó entre sus brazos a Caitlyn… Odiaba verla llorar y saber que lloraba por su causa solo la hacía sentir peor, esa la razón por la que no habría quedo jamás decirle su situación y también por la que no podría decirle "Tu eres la persona que amo tan intensamente", puesto que sabía que seguramente se culparía de por vida por su muerte.
— Sí… Lo vale – Susurró sin quitar los brazos de alrededor de ella.
Un carraspeo de garganta las tomó por sorpresa, causando que se apartaran casi instantáneamente. La silueta de la madre de Caitlyn se hizo presente
— ¡Caitlyn! – Se aproximo a donde estaban ellas dos — ¡Gracias a el cielo estás bien! Fui a buscarte a la oficina y me dijeron que te lastimaste
— Fue un accidente tonto, estoy bien – Se limpió las lágrimas rápidamente, no quería darle muchas explicaciones a su madre; Después de todo sabía que Vi no era su persona favorita en el mundo.
— Yo me iré ahora – Dijo la Vigilante, ella también sabía que para la madre de Cait ella era una persona non grata
— Vi
— ¿Sí…? – La extrañeza estaba reflejada en su rostro, usualmente la madre de Caitlyn ignoraba su existencia, esa era la primera vez que le llamaba por su nombre
— Gracias por salvar a mi hija
— No es nada, señora
— Lo es, por ello si necesitas cualquier cosa… Nuestra familia está en deuda – Hizo una pequeña reverencia de agradecimiento y luego se giró hacia su hija – Te estaré esperando dentro – Aquella tensión en el ambiente le hacía evidente de debía mantener una distancia prudente
El silencio se apodero de ambas hasta que la silueta de la progenitora de la sheriff termino desapareciendo en el interior de la residencia
— Debo irme, Cait… ¿Podemos hablar de esto mañana, en la oficina? – Agregó con una sonrisa que se veía un poco cansada
— Pero…
— Tu madre se ve angustiada… Además, si vino hasta acá, creo que es mejor que vayas con ella.
— Ve con cuidado a casa
— Te notificaré de mi regreso
[…]
Caitlyn se había quedado parada en su puerta hasta que la silueta de Vi terminó por desaparecer debajo de la bóveda estrellada, sabía que posiblemente el tiempo que le quedaba con la vigilante era muy corto, así que trataba de aprovecharlo al máximo. Se adentro en su casa a paso cansado y con sus hombros caídos
— ¿Qué pasa, Caitlyn?
— Nada…
— No le mientas a tu madre, tiene años desde la última vez que te vi tan decaída – El gesto cambio a uno dudoso, puesto que no sabía si era correcto hablar de eso
— Es solo… Vi está muriendo – Y como si el decirlo en voz alta lo hubiera hecho real, los ojos de Caitlyn instantáneamente se llenaron de lágrimas, haciendo la grieta en su corazón un poco más notoria
— ¿Qué? – Se acercó a Caitlyn y la abrazó con fuerza.
[…]
Vi caminaba con paso tranquilo, de alguna manera no sentía ninguna prisa. La calma que otorga el final pensó.
Quizá esa tranquilidad se hubiera terminado en un segundo si tan solo hubiera visto a la mujer de largas trenzas azules que le miraba desde lo alto de un edificio.
EvØ
Notas finales:
Este fanfic es demasiado viejo, tanto que fue incluso antes de la hermosísima serie de Arcane Temporada 1, y sí bueno, ¿Qué tiene eso que ver? Originalmente en el canon de League of Legends antes no se sabía mucho de la relación Vi / Jinx, sí, presentíamos que eran hermanas, pero no era seguro. La única información que teníamos es que Jinx estaba super obsesionada con Vi y que le hacía la vida imposible y que Vi hacía lo posible por atraparla pero que jamás quiso dañarla.
¿Entonces? Había personas que solo teniendo esa información se encargaban de shippear a Jinx con Vi xD ahora parece algo incestuosamente malo, pero tiene su por qué. En el caso particular de ese Fanfic no era la intención un shipp como tal, pero con la información que tiene Caitlyn la deducción a la que llega es que Vi siente un enorme cariño por Jinx, lo cual es verdad, pero no de la forma en la que ella imagina.
¡Se les quiere muchísimo y les agradezco un mundo entero que sigan apoyando este proyecto! Espero que en su tienda les salga esa skin que tanto quieren, que un sus rankeds no les salgan trolls y que se encuentren dinero en la callesita cuando tengan que salir
¡Hasta la otra!
¡Ciaossu!
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