Alternativas
Cuando crecemos idealizamos nuestra vida como si no hubiera mañana, buscando las mejores alternativas de crecer en el ámbito personal y familiar, pero si ¿naces con un "don" o "cualidad" especial tienes que atarte a la única opción que siempre te ha dado tu destino? Nunca sintió que su don era algo especial sino más bien era un castigo una forma de recordarle que la vida es egoísta y no importaba cuanto alguien anhelara o deseara un …futuro, este siempre estaba escrito. Esa palabra que por años rondaba en su cabeza, que no podría calcular exactamente cuándo dejaría de existir o cuando una de esas cosas lo mataría.
- "Tal como Yu". - pensó melancólico recordando a su mejor amigo en sus tiempos de adolescencia.
Yu era una rareza entre muchos hechiceros siempre con ese optimismo y sonrisa hacia los demás, pero eso no ayudo, porque su vida fue arrebatada a los diecisiete años.
- "No tiene caso que te responda, nada cambiaria el hecho de saber que preferencia tengamos o cual sea nuestro tipo, siempre despertamos con la incertidumbre de que podría ser nuestro último día con vida".
Cerro los ojos mientras expulsaba el sabor de su cigarrillo, recordando aquella estúpida conversación con Satoru, maldiciendo inconscientemente al albino por esa pregunta que rondaba en su cabeza, pero que fácilmente respondería.
- Mi tipo ideal es una mujer de buenos sentimientos y alma pura. – sonrió pensando en la primera vez que conoció a esa chica de la panadería, sabía perfectamente su nombre, pero pensaba que al decirlo podría contaminarla del hombre que no deseaba ser. – Si la vida me hubiera dado la alternativa de una vida duradera seguramente la compartiría con ella.
Unas sombras se acumularon detrás de él alertándolo de su siguiente encargo, frustrado volteo y más aún al ver la hora.
- Acabemos con esto, no quiero trabajar tiempo extra. – para disponerse a atacar a esa maldición. – Otro motivo para no desbloquear a ese idiota y no respetarlo.
Gojou Satoru volvió a estornudar por tercera vez en menos de diez minutos cuestionándose, ¿Quién de sus adorados compañeros comenzaron a despotricar en contra de él o sus bromas? Sonrió ante el pensamiento, muchos se ofenderían, pero personas como él relativamente no le importaba como una vez se lo dijo a Nanami el solía disfrutar de la vida, total vale más pedir perdón que pedir permiso. Aunque ahora que lo pensaba podía contar minorías las veces que había usado esa palabra con sinceridad, una palabra que puede significar mucho para algunos y vacía para él.
- Salud, Gojou-sensei. – dijo Miwa nuevamente al escucharlo estornudar. – ¿No cree que sería mejor ir al doctor?
Fijo su mirada en la joven frente a él que lo observaba preocupada, sonrió al ver que después de una insistencia de su parte había accedido a quedarse junto a él, cuestionándose ¿realmente existían personas como Miwa Kasumi llenas de bondad? Simple la respuesta es que si y la chica frente a él era una de diez mujeres que no se encontraba aprovechando la situación para tratar de conquistarlo incluso tomando en cuenta la atracción que sentía Kasumi hacia él deseaba salir corriendo.
- Despreocúpate, Kasumi-chan. – sonrió mientras tomaba un poco de su refresco. – De seguro alguien se encuentra recordando mi espontaneidad con alegría. – la joven rio nerviosa. – Y cuenta, ¿Por qué verdaderamente no quisiste acompañar a los demás en su día libre?
Miwa abrió ampliamente los ojos reclamándose internamente de que hubiera sido mejor opción permanecer encerrada en su habitación todo el día, pero los recuerdos de su pasado hicieron que olvidara por completo la salida con las chicas, aunque no pensaba ir previamente y al estar ahí en un restaurante que valdría fácil mas que su casa frente al hombre mas fuerte del mundo, ¿se cuestiono realmente esta hecha para ser hechicera?
- Es que no deseaba abusar de la amabilidad de Utahime-sensei. – mintió y por el puchero de Gojo-sensei seguramente percibió su excusa. – Ademas el día de ayer no estuve en el Campus o misiones. No quiero que piensen que abuso del respeto que le tengo a Gakuganji-sama y Utahime-sensei.
Ante la mención del viejo Satoru hizo una mueca de disgusto en los labios y su entrecejo se frunció.
- No creo que el viejo decrepito merezca algo de tu respeto, si me lo preguntas. – ingiriendo un bocado de su curry. – El respeto como el perdón verdadero es algo que se debe de ganar y no simplemente regalarlo.
Miwa abrió la boca sorprendida por la forma en que el albino se expresaba de su superior.
- ¿A usted le desagrada Gakuganji-sama, Gojo-sensei? -el hechicero simplemente se encogió de hombros y sonriendo.
- Simplemente sus limites de locura, no son acordes a los míos.
- Lo dice, ¿por la petición que solicito acerca de Yuuji? – Satoru simplemente asintió, aunque sintió algo raro al ver como la joven tenia una familiaridad repentina con sus alumnos. – Siendo honesta incluso a mí me sorprendió e incómodo, pero me alegro que se encuentre bien es una buena persona.
- Si, eso entre otras cosas. – degustando su curry muy dulce con cientos de manzana y miel. – Y dime Kasumi, ¿Por qué no deseabas matar a Yuuji? Según me dijo un pajarito no tenias ni la pizca de intención de hacerlo.
Agacho la mirada y una triste sonrisa se mostro en el rostro de la joven.
- Es porque aun cuando Yuuji sea el contendor de la maldición de Sukuna, no quita el hecho de que es una vida humana y lo estamos juzgando antes de tiempo. – recordó como ella fue catalogada por su propia familia como monstruo. – Es como usted dijo, Gojou-sensei: "Nunca hay que juzgar a un libro por su portada". – dijo levantando su mirada encontrándose con una mirada llena de ¿orgullo?
En cambio, en Gojou sintió una mezcla de orgullo y simpatía por la chica ante lo dicho, mostrando que posiblemente sea débil de fuerza entre los alumnos de Kyoto, pero lo que Kasumi tenía es determinación y una clara muestra de ello, fueron sus palabras.
- Touche, Kasumi-chan. – alzando un poco su vaso con clara intención de hacer un brindis. – Tal parece que los rumores de que eres una alumna destacable y que aprende rápido son ciertos. Felicidades.
Las mariposas en el estomago de Miwa estaban en su bombardeo intenso y es que su mayor inspiración reconocía actitudes que bien pueden ser como catalogadas básicas, las valoraba. Así que sin más brindo riendo alegre junto a Gojou-sensei y cuando estaba tomando de su refresco.
- Probablemente en otros ámbitos también seas una alumna que aprende rápido de sus maestros y se reciba con honores. – el tono sugerente del chaman, justo cuando tomaba de su mano suevamente hizo que te atragantara con el refresco y su rostro se tornara completamente rojo, ganándose una risa estridente del mismo. – Es broma Kasumi-chan. – "Aunque no es del todo cierto". – pensó Satoru al ver como ella comenzó a reír nerviosa. – Anda no has comido nada de tu delicioso curry.
- Perdón…- aunque no sabia si fue por el malentendido o explicarle que prefería un estofado que la extraña combinación de comida frente a ella. – Pero es que…
Y antes de que terminara Gojou le dio una cuchara rápida de su comida para que la probara sorprendiéndose, que esa extraña mezcla de curry supiera…
- Delicioso, ¿verdad? – la ojiazul asintió. – Bueno entonces di ¡Ahh abre la boca grandota! – haciendo gestos como un padre alimentando a su hija pequeña.
- No creo que sea necesario, Gojou-sensei. – levantando abochornadamente las manos.
- Ya te dije dime Satoru, no estamos en el Colegio. – arrugo un poco el entrecejo, pero fue rápido antes de mostrar de nuevo su sonrisa. - ¡Di Ahh Kasumi!
La joven se encontraba avergonzada y es que las palabras del hombre fueron dichas en voz alta; y por juzgar las miradas de otros clientes tanto ella como Gojou-sensei eran el centro de atención.
- Kasumi-chan, me enojare seriamente si no abres la boca. – hizo un puchero y tono de voz infantil. - ¡Di Ahh! – llena de vergüenza abrió un poco la boca y diciendo la expresión que deseaba el mayor. – Muy bien hecho Kasumi-chan, ¿verdad que esta delicioso?
- S-Si, la verdad la comida esta deliciosa, Go…- sintió la mirada inquisidora de él. – Satoru. -dijo esto ultimo incomoda. – Muchas gracias.
- ¡De nada, gracias a ti por ese beso indirecto! – dijo como si estuviera contando una travesura y entonces Miwa comprendió la cuchara donde estaba la comida que había ingerido no una sino dos veces era la misma que Satoru había comido, sintiendo sus mejillas nuevamente rojas. – Anda volvamos a comer que el curry con extra-toneladas de manzana y miel no saben tan bien estando frio.
Y sin mas preámbulos y por más extraña la situación tanto Kasumi como Satoru comenzaron a sentirse no solo como alumno y profesor, sino como simplemente un hombre y una mujer, pero todas las acciones de la pareja estaban siendo observadas por una familia que no los vio nada bien, especialmente a Miwa.
Utahime suspiro derrotada, por más que tratara no podía controlar la situación de sus estudiantes contra las de Tokyo, sin contar que en ocasiones el recipiente de Sukuna tuvo que ayudarla especialmente con ese chica llamada Nobara Kugisaki. En ocasiones como esta necesitaba a Miwa-chan siendo la única que de cierta forma controlaba a Mai y Momo, cuando se dispuso a descansar frente a una de las tiendas departamentales vio como dos jóvenes atractivos buscaban seducir a unas chicas que pasaban, uno de ellos era descaro incluso cínico recordándole al idiota de Gojou, mientras que el otro seducía de una forma amable y sutil, logrando que si sus intenciones eran igual que el primero con la chica, estaba ocultándolo de una forma sutil recordando a…
- Suguru Geto. – susurro melancólica recordando al mejor amigo de Gojou y Shoko, aquel donde sus ideales cambiaron. – Es una lastima era un alma tan buena incluso era mas atractivo que Gojou.
Y era cierto probablemente su enamoramiento hacia el chaman mas fuerte residía un poco, pero reconocía que no logro ser tan fuerte que el afecto que sentía por Suguru, sonrió melancólica recordando su primer beso. Uno que posiblemente fue dado por lastima, pero uno a fin de cuentas y hasta el momento el más especial: "Su primer beso con el traidor de hechicería Suguru Geto". Ese era su mayor secreto haberse prendado de alguien que no cambiaria de parecer, alguien que abandono sus ideales y sobre todo alguien que…esta muerto, muchos piensan que ella odiaba a Gojou por siempre recordarle su debilidad ante el mundo de la hechicería, pero eso estaba muy lejos de la realidad, ella odia a Gojou Satoru por no haber salvado a Suguru, por ser el chaman azabache aquel que terminaría traccionándolos, aquel que termino con muchas vidas, aquel que murió a manos de Gojou, pero lo que mas odio es que las palabras dichas por el albino sean ciertas: "Ella es una cobarde".
- Si al menos tuviera una oportunidad de volverte a ver. – dos lagrimas rodaron por sus mejillas, las cuales limpio rápidamente. – Pero él hubiera no existe, así como tu…Geto.
En eso sintió un escalofrió recorrer su espalda, como si alguien la estuviera observando, así que rápidamente volteo buscando esa mirada. Abriendo ampliamente los ojos al ver una silueta a lo lejos.
- Debe ser mi imaginación. – levantándose y caminando rápidamente hacia la dirección del desconocido. – No puede ser él, no puede…
La azabache vio como a una distancia considerable a ella estaba de espaldas un hombre con el cabello negro hasta la espalda y peinado con media coleta, sus dos orejas tenían perforaciones, su color de piel aperlada. Camino más rápido para alcanzarlo, pero la multitud era mayor al grado que choco con una pareja y cuando levanto la mirada no había rastro alguno del hombre.
- Utahime-sensei. – Momo la saco de sus pensamientos. – Utahime-sensei, ¿Dónde estaba? Estuvimos buscándola un buen rato, iremos a comer al parecer ese idiota de Itadori... – la rubia se callo al ver demasiado pálida a su profesora. – Utahime, ¿se encuentra bien?
- "Debo de estar delirando o la verdad es como dice este idiota y todos mis tornillos están sueltos". - pensó. – Si Momo, me encuentro bien y por supuesto creo que es momento de comer antes de pasar por los uniformes de los chicos. – tratando de tranquilizarse. – Andando no deseo que Mai termine peleándose con esa estudiante llamada Kugisaki.
- Despreocúpese, por eso sensei. Ella se encuentra haciendo una rabieta, pero con Itadori. – se rio y al ver el desconcierto en su profesora prosiguió. – Es que estaba viéndole las piernas a una chica.
- "Se encuentran en su edad hormonal es comprensible". – justifico para darle una ultima mirada a ese lugar donde perdió de vista a "Geto" o más bien su imaginación y junto con su estudiante alejándose. – "Hubiera deseado verte al menos una vez más".
Lo que no sabia Utahime es que una sombra demasiado cerca de ella veía cada uno de sus movimientos con una sonrisa triste manteniendo aun sus ojos cerrados y al abrirlos es como si viera nuevamente la vida del que era Suguru Geto.
- "Él también hubiera deseado volverte a ver Utahime".
Miwa no podía creer que después de comer con Gojou-sensei…perdón con Satoru, este literalmente la llevo a una tienda departamental de ropa, buscando un atuendo mas acorde para la situación según él. Se recargo derrotada en el mostrador esperando a que saliera del vestidor, asegurándose que las habladurías de que Satoru-san era un hombre extravagante no solo en su personalidad sino en sus gustos de compras eran ciertos, ya que al entrar a la tienda y ayudarlo a escoger su atuendo casi se va de espaldas al ver el costro de una simple camisa y un pantalón juvenil. Estaba segura que ese "sencillo" atuendo costaría dos años de servicios, pero siendo honesta hablar y pasar tiempo con él era relajante tanto que comenzaba a olvidarse un poco de sus problemas personales, sintiéndose por primera vez como una joven de su edad.
- Listo Kasumi. – escucho a sus espaldas como se abría la cortina del vestidor, volteo sorprendiéndose de verlo. – Ahora si ya podemos irnos, para ir a comprarte ropa.
Pero la joven no podía pronunciar palabra alguna al ver frente a ella a Gojou Satoru con una vestimenta demasiado juvenil que consistía en unos jeans rotos, una playera gris siendo adornada por una chaqueta negra de cuero y portando sus clásicos lentes oscuros. Debatiéndose internamente si la belleza del chaman mas fuerte del mundo era de este planeta. Satoru rio "inocentemente" al ver la reacción de Kasumi y sin esperar a que ella reaccionara ahora, tomo su mano, caminando hacia la sección femenina.
- Y bien, ¿Qué tipo de ropa te gusta?
Kasumi despertó de su burbuja cuando lo escucho, soltando nuevamente su mano como si quemara provocando que el volteara a verla enarcando una ceja.
- ¡No es necesario! Estoy perfectamente bien con mi ropa. -exclamo nerviosa agitando sus manos, pero un pensamiento vino rápidamente a su mente. – O ¿me veo mal con este atuendo? – el rostro de Miwa se ensombreció.
Gojou negó repetidas ocasiones con su cabeza, verdaderamente a esta joven le hacia falta un poco de autoestima, una que estando en Kyoto nunca conseguiría. Jurándose no volver a incomodarla con sus comentarios "subidos de tono" se acerco a ella y tomando nuevamente sus manos, se agacho para que ella pudiera verlo cuando levanto la mirada viéndolo con sus grandes ojos azules.
- Yo nunca dije eso Kasumi. – sonriendo. – Simplemente deseo regalarte algo, me di cuenta que no deseabas ir con los demás para no incomodarlos por algo tan simple como lo monetario. – la ojiazul iba a contradecirlo. – Te digo que eso es algo tan simple no porque "derroche el dinero a diestra y siniestra", sino porque simplemente salir significa en divertirse y pasar un buen rato como tu cita de ayer con Megumi. – encogiéndose de hombros.
Sabía que si volvía a decirle a alguien que no había salido a una cita con Megumi-san, nadie le creería así que prefiero simplemente asentir. Total, no es como si alguien tan importante como Satoru-san se preocupará por la vida amorosa de unos estudiantes.
- De acuerdo. - logrando que su simple respuesta entusiasmara al hombre y comenzara a arrastrarla a buscarle ropa.
Mientras se disponía a comer sus sagrados alimentos aun sentía la mirada asesina de Kugisaki al lado de él, haciendo que volteara para verla asustado.
- ¿Aun te encuentras enojada conmigo, Kugisaki? – la mirada miel de ella era demasiado intensa y llena de reproche. – Solo hice un comentario inocente sobre las piernas de esa chica. ¿Cuál es el problema?
- ¿Qué cual es el problema? – exclamo furiosa. – Nada simplemente que te la estabas comiendo con la mirada, me gano esa linda falda color rojo y por último dijiste que se veía mejor en ella que yo, idiota. – tomando parte de su comida con coraje. - Hubiera preferido que el creído de Fushiguro viniera en lugar tuyo.
Aun escuchando las palabras de su amiga Itadori suspiro derrotado en definitiva nunca comprendería a las mujeres y mas aquellas como Kugisaki, incluso podía asegurarse que Maki era mas directa.
- Si, pero Fushiguro, solo hubiera tratado de venir si Kasumi estuviera aquí. – dando un sorbo de su refresco. – Ademas no se hubiera accedido en cargar sus bolsas.
Justo cuando Nobara iba a debatir la voz de Maki los interrumpió.
- En eso Itadori tiene razón, es muy raro que Megumi fuera a una cita con Miwa "Mas tomando en cuenta a Tsumiki". – pensó esto ultimo la Zennin. - ¿Ayer les aclaro su fue una cita?
- Solo nos dijo que se hicieron compañía mutua, porque se encontraron en el mismo lugar. – comento Nobara. – Pero siendo honesta creo que Miwa no es el tipo de chica de Fushiguro.
- ¿Por qué no? – intervino Itadori sorprendido. – Kasumi-chan podría ser el tipo ideal de cualquier chico incluso mío. – rio ante esto ultimo logrando que Nobara se levantara furiosa. - ¿Eh, pero que le pasa?
Maki simplemente negaba cuestionándose, ¿si este joven era el "gran peligro" hacia la hechicería? Y si la estupidez de Itadori era espontanea o de nacimiento.
- Aunque ahora que lo mencionas Maki, ayer Fushiguro solamente hablo con Gojou-sensei acerca de su "no cita". – poniendo un dedo índice en su barbilla. – Seguramente le pidió un consejo con eso que es mayor que nosotros.
- O simplemente Gojou sea un chismoso de primera. – rio Maki, ante la inocente forma de ser de Itadori, aunque el joven tenia un punto a su favor de toda esta conversación: "Miwa podría ser el tipo ideal de cualquier persona".
Los jóvenes se levantaron de su asiento y al hacerlo vieron como las demás personas de Kyoto hacían lo mismo, sin embargo, lo que desconcertó a Itadori y Maki fue ver al estudiante conocido como Mechamaru cerca de Mai y Momo cargando todas las compras de ellas.
- "Otro soldado caído por la tiranía femenina". – pensó Itadori, pero al ver a ese hombre que era compañero de Fushiguro, entonces…
- Al parecer nadie es capaz de hacerle frente a Nobara. – se carcajeo Maki al ver a Megumi cargando las bolsas de su amiga junto con las suyas dedicándole una mirada asesina a Itadori. – Andando, porque probablemente no solo termines asesinado por Nobara sino por Megumi también, Itadori.
El joven lloriqueo como un niño pequeño al sentir escalofrió ante las miradas gélidas de sus amigos.
En cambio, Mechamaru se sintió mal cuando escucho a sus compañeras sobre Miwa y como esta deseaba acompañarlas, pero al tener cosas mas importantes que hacer prefirió quedarse en el colegio, pero entonces sintió como una ulcera en su ser al escuchar que Gojou Satoru también se encontraba ahí.
- "Solo espero que no trate de aprovecharse de la situación"
- "No comprendo, ¿Por qué estoy haciendo todo esto?" – se repetía una y otra vez Gojou, podría ser que su aburrimiento, su curiosidad o simplemente no estar acostumbrado a no ser el centro de atención seria las opciones más viables, por el cual estaba aquí con una estudiante. – Seguramente los pocos tornillos que tenia bien, ya se encuentran sueltos.
Había leído que la atracción física se puede generar a primera vista, cosa que estaba totalmente de acuerdo, solo que aquí había algo más que atracción, era…curiosidad. Seguramente era por el simple hecho de encontrarse con una persona completamente diferente a su ideología a lo que el representaba en todos los ámbitos, pero que extrañamente lo admiraba.
- Esto me gano, por cuestionar a todos por su tipo ideal y comparar sus labios con las paletas de durazno. – murmuró.
- Di-Disculpe, joven. – una vendedora lo saco de sus pensamientos y al dirigir una mirada hacia esta se sonrojo. – Te-Tengo que atender un pedido importante… ¿po-podria llevarle estos cambios de ropa a su…amiga especial? – extendiéndole la ropa junto con una tarjeta escrito en ella un numero telefónico.
Enarco una ceja ante el apelativo que uso ante Miwa, bien ellos sabían que posiblemente su relación fuera de alumno-profesor, traspasaría a amistad, pero que una gente desconocida lo catalogara de una forma más lasciva sugiriendo que Kasumi era una amante en turno se molestó.
- Po supuesto, yo me encargo de dejarle esto a mi novia. – riendo encantadoramente. – Me podría indicar en que…
- Se encuentra en el vestidor siete. – la vendedora se veía molesta.
- Gracias, ¡Ah y señorita creo que se equivoco de persona, no necesito esto! – alzando la tarjeta, para después dejarla caer en el suelo.
Viendo como echaba humo y comenzaba a despotricar en contra de él, cosa que ignoro. Gojou iba caminando mientras tarareaba una canción y cuando estaba frente al vestidor siete disponía entregarle a Kasumi la ropa, pero en eso escucho la tierna voz de ella.
- Es demasiado corto. – Gojou se rio imaginándose la escena y el pudor que desprendía Miwa. – Se notarán mis cicatrices, realmente son horribles. – esas palabras hicieron que abriera los ojos y mas al escuchar el tono lastimero de ella.
Preocupado Satoru abrió la cortina encontrándose directamente con la espalda desnuda de Kasumi, portando solamente su brasier. En otra situación se encontraría detallando perversamente la hermosa figura de ella, pero lo que sintió fue…dolor. ¿Quién fue la persona que la hirió? La joven tenia cicatrices en la parte baja de la espalda profundas y unas pequeñas en arriba, siendo estas ocultas ya sean por su vestimenta o su cabello. ¿Quién le ha hecho tanto daño? Miwa al sentir que la cortina se abrió imagino que era la vendedora que no dejaba de cuestionarle acerca de "su amigo especial" logrando incomodarla, así que decidió simplemente tomar la ropa y probársela. Pero al no sentir ningún movimiento o palabras por parte de esta volteo su mirada encontrándose con…
- Sa-Satoru-san. – sintió un nudo en la garganta y no porque su amor platónico la vea semidesnuda, sino porque la mirada turquesa de él estaba fija en sus…
- Kasumi… ¿Quién te hizo eso en la espalda? – por instinto se volteo completamente ocultándolas y topando con una blusa sus senos.
Gojou comprendió inmediatamente la acción de ella, cerrando la cortina sin entregarle la ropa simplemente saliendo de los vestidores para esperarla a fuera. Dándose cuenta que fue un imbécil uno por jugar con fuego; dos por verla semidesnuda y contemplarla; y tercero por cuestionarle acerca de sus heridas, además de sentirse verdaderamente impotente ante algo que nunca ha visto o mas bien nunca quiso salir de su burbuja donde el mundo "era perfecto" mientras que con otros era una completa mierda. Los pequeños pasos de Kasumi lo alertaron viendo como ella sostenía entre sus manos toda la ropa que se había probado y sin mas dejarla a un lado donde las vendedoras podría colocarlas en su lugar original.
- Ka-Kasumi, de verdad lo siento. – verdaderamente lo sentía. – Yo debí de respetar tu privacidad y…
- Podemos regresar al Colegio, por favor. -su voz era tan baja incluso no podía ver la expresión de la joven, pero era claro que sentía vergüenza y dolor.
- De acuerdo, pero antes deseo ir a un lugar ¿esta bien?
Miwa simplemente asintió aguantándose aun mas las ganas de llorar, pero no era culpa de Satoru-san en sus defectos tanto como una persona normal como hechicera, porque no era culpa del hombre mas fuerte que ella sea la inútil Miwa.
No podía creer porque seguía viniendo si sabia perfectamente que era ir en contra de sus ideologías, argumentando que Satoru era un idiota por hacer lo primero que se le viene a la mente o decirlo sin ser consciente de las consecuencias, pero eso ¿no lo estaba haciendo precisamente él? Aunque en el fondo de su corazón sabe que la mejor alternativa es dejar de ir y seguir con su vida siempre busca una excusa para verla o simplemente saber que se encuentra bien, al parecer algunas manías de Satoru se la habían pegado después de tantos años. Por eso mismo se encontraba atendiendo una herida que esa maldición le generó, aunque no tan grave como Mahito. Cerro los ojos al recordarlo, algo muy dentro le advertía que ese sujeto seria un dolor de cabeza y probablemente sea el responsable de muchas desgracias, por lo consiguiente ellos como hechiceros deberán mantenerse alerta.
- Es mejor preparar todo, para disfrutar del pan recién horneado. – era una excusa barata, pero era mejor que reconocer que muy dentro de él deseaba ser egoísta y verla nuevamente.
El camino fue incomodo, ninguno de los dos deseaba entablar una conversación después del incidente, pero Satoru sabia que actuó mal y al ver como ella hacia el mayor esfuerzo posible por mantenerse fuerte podía percibir la energía negativa que desprendía su pequeño cuerpo. Se detuvo de repente y Kasumi por estar detrás de él con la cabeza gacha se topo contra su espalda, levantando su mirada por el golpe.
- Se que es mejor dejarlo pasar y olvidar lo que sucedió, pero siendo honesto eso no va conmigo. – volteándose para verla. – No se quien fue el responsable de esas cicatrices Kasumi, pero nada escúchalo bien nada ni nadie absolutamente tiene el derecho de hacerte daño. He aprendido que entre mas fuerte es el lazo con las personas, más dolorosa será la despedida o la apuñalada. – recordando a Suguru y como terminaron las cosas. – A este mundo venimos a sufrir, pero queda solamente por parte de nosotros hasta que grado deseamos sentirlo. Hasta que grado deseamos avanzar y seguir adelante. – se fue acercando mas a ella. – Si quieres gritar, grita. Si deseas golpear algo, solo hazlo y si deseas llorar como si no hubiera mañana esta bien…llorar.
La mirada de Miwa era de sorpresa no solo por las palabras de Satoru, sino por la mirada y la expresión que tenia al decirlas, como si el sonriente y alegre hombre que la cautivaba con su energía se haya ido y fuera sustituido por alguien maduro…alguien que tiene heridas mas profundas que ella incluso…unas que también están tardando en sanar. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas y cuando sintió como los brazos de Satoru la rodearon correspondió el abrazo fuerte, porque por primera vez alguien se preocupaba por ella, no la veían con lastima ni pena simplemente la veían por quien era. Satoru apretó mas fuerte el cuerpo tembloroso de Kasumi y cuando se tranquilizo un poco con sus manos tomo las mejillas de ella, incluso con ese aspecto tan deplorable la joven era bonita: sus ojos rojos, sus mejillas mojadas, sus labios temblorosos y lentamente fue acercándose hasta que una tercera voz los interrumpió.
- ¿Kasumi-chan? – la nombrada vio donde provenía la voz y sin poder creérselo simplemente dijo.
- Suki. – Gojou fue alejándose de la chica, pero había algo levemente familiar en esa joven de cabellera café, ojos azabache y ¿gorro rojo?
- Por dios eres tu Kasumi. – dirigiéndose a la pareja. – Hace años que no te veía. – abrazando a la consternada hechicera. – Mírate ya eres toda una mujer, pero ¿Qué te paso? – viendo inquisidora mente a Satoru y Miwa al comprender su mirada intercedió.
- No es lo crees, simplemente estoy muy sentimental. Satoru-san, ella es Hanaba Suki. Una amiga y antigua vecina. Suki, él Gojou Satoru un…
- Soy su novio, mucho gusto. – se presento ante la pasmada e incrédula mirada de ambas. – Esta bien es malo bromear en momentos como este, soy amigo de Kasumi.
La chica hubiera creído las palabras de ese sujeto, sino fuera porque Kasumi estaba completamente sonrojada y nerviosa, comprendiendo que ella tenia un flechazo por el hombre frente a ella, aunque reconocía que se veía algo mayor. Pero ella era la menos indicada para juzgar a Miwa, cuando ella estaba entregando a su corazón a alguien quien ni siquiera conocía su nombre.
- Oye, Tu trabajas en esta panadería, ¿verdad? – Gojou comenzó a hablar y al ver como la chica llamada Suki asentía sonrió. – Un amigo mío ama el pan de aquí, y ciertamente es delicioso.
- ¿Habla de Nanami-sensei? -Kasumi vio como el albino asentía feliz, comprendiendo que seguramente la amistad de ellos era demasiado linda.
- Sip. Vamos a comprar unos deliciosos panecillos, para después obligar a Nanamin a que me invite unos helados, seria lo menos que haría por mi después de obsequiárselos.
Y ahí nuevamente estaba Gojou Satoru actuando como un niño, maquilando un pequeño chantaje a su amigo, logrando que dos gotas gruesas de desconcierto se posaran en la cabeza de las chicas.
- ¡Andando!
Megumi no dejaba de despotricar internamente a su amigo, por culpa de él tenia que estar al pendiente de Kugisaki soportando su mal genio y como comenzaba a decir que Itadori era un mal agradecido, un insensible, un imbécil, etc. Suspiro derrotado ciertamente en el poco tiempo que ha estado en Kyoto descubrió que el ser un humano es la forma mas compleja de la Tierra.
- Porque simplemente no le dices que te enoja que mire a otras mujeres. – respondió cansado ante la decima vez que insultaba al recipiente de Sukuna. – No fuiste tu quien lloro mas su muerte, incluso dijiste que los pocos espacios en tu corazón pueden ser atravesados por idiotas como él.
Las mejillas de Nobara se sonrojaron ante lo dicho por Megumi y justo cuando iba a debatirle el azabache lo vio con cara de pocos amigos.
- Tampoco digo que lo amas, simplemente si sientes algo hacia él. No lo digas con acertijos es demasiado idiota. – viendo como el nombrado caminaba unos pasos delante de ellos junto a Maki. - La alternativa o plan de vida que hemos escogido es muy corto, para desperdiciarlo más tomando en cuenta que tarde o temprano desearan matarlo, por contener a Sukuna.
La pelinaraja agacho la mirada recordando cuando le notificaron la muerte de Itadori, ella nunca fue alguien de sentir atracción con rapidez por alguien probablemente admiración, pero atracción nunca y el imbécil frente a ella que muy apenas podía sostener sus compras solamente en dos semanas pudo derrumbar su barrera logrando que sintiera un cariño demasiado fuerte.
- "Descubrir en amar a alguien no es cuestión de tiempo, Nobara-chan". – recordó la voz de su mejor amiga Saori y cuando esta le notifico que le atraía alguien.
- Entonces seguir sintiendo esto seria demasiado masoquista de mi parte Fushiguro, mas tomando en cuenta de quien se encuentra dentro de Itadori. No podría…no nuevamente. – alejándose del grupo, para después ser perseguida por Yuuji.
- Creo que nadie podría…volver a soportar la muerte de ese idiota. – levantando su mirada y observar que pronto llovería.
Se encontraba nerviosa, ya había pasado la hora donde siempre el venia. Sabia perfectamente que el solamente venia por el pan que preparaban, pero no costaba nada soñar que podría llegar un día hacia ella con un ramo de flores. Recién se había ido Kasumi-chan con ese extraño sujeto, se alegro internamente por ella al saber que su amiga ya no se encontraba sola y que ese extrovertido hombre estará ahí para apoyarla. Sonrió al recordar a una tierna Miwa de siete años llorando porque nuevamente su cabello azul fue teñido a uno azabache y ahora las lágrimas desbordaban…tranquilidad. El sonido de la campanilla le advirtió que un nuevo cliente había llegado, sorprendiéndose al verlo frente a ella saludándola escuetamente, pero provocando que su corazón comenzara a latir. Cosa que también pasaba por la mente de Nanami. Que al verla sonriente y con esa energía, provocaron que se tranquilizara y saber que su trabajo como chaman estaba dando frutos al defender personas como ella.
- Buenas tardes. -saludo Suki al rubio con una sonrisa. – ¿Solamente llevara eso?
- Buenas tardes. – respondió Nanami. – Si, solo llevare eso. Gracias.
Los corazones de ambos palpitaban fuertemente, entonces ella al ver que nuevamente tendrían las formalidades de siempre y una seca despedida decidió arriesgarse.
- He pensado que hace tiempo, viene y nunca hemos sabido su nombre. – guardando el pan en la bolsa. – Normalmente siempre saludamos a nuestros clientes por sus nombres o apellidos, pero…
- Nanami Kento. – la respuesta de él hizo que levantara la mirada feliz y mas aun al ver como respondía con una ligera sonrisa. – Mi nombre es Nanami Kento.
- Mucho gusto Nanami-san, Mi nombre es Hanaba Suki, espero que seamos muy buenos amigos. - la risa de ella fue contagiosa logrando que el riera un poco y sintiendo que por primera vez el idiota de Satoru tenía razón el ser humano era egoísta por naturaleza.
En otro lugar cercano Saturo junto a Kasumi corrían, para aun alcanzar el delicioso cheseecake de fresa que había dejada en la panadería, pero antes de entrar el chamán sintió una onda maldita muy conocida, tanto que no fue necesario activar su poder y tomando de la mano a Kasumi se escondieron cerca de la panadería, sorprendiéndose en ver…
- Ese es Nanami-sensei. – exclamo sorprendida Miwa. – Tenía razón Satoru-san, el verdaderamente ama los panecillos de aquí.
Kasumi subió un poco su mirada para encontrarse con la de Satoru-san, pero esta se encontraba seria nuevamente como si estuviera comprendiendo algo, y es que ella estaba en toda la razón. Gojou dejo de escuchar la voz de Kasumi para mantener su mirada fija en las reacciones de Nanami hacia esa joven, comprendiendo perfectamente porque le fue tan difícil al rubio responderle esa pregunta, como había deducido Nanami Kento estaba enamorado y frente a sus ojos no se encontraba el chaman de primer grado, sino frente a él se mostraba un hombre mezclado con su joven adolescente descubriendo un nuevo sentimiento.
- "No tiene caso que te responda, nada cambiaria el hecho de saber que preferencia tengamos o cual sea nuestro tipo, siempre despertamos con la incertidumbre de que podría ser nuestro último día con vida". – Nanami. – susurro simplemente.
Cerro los ojos recordando las palabras de Nanami y ahí Gojou Satoru sintió empatía con su amigo, porque el hace tiempo acepto su destino como el chaman mas fuerte de todos, tan fuerte que tuvo que asesinar a su mejor amigo, ver morir a amigos y ganarse incluso el odio de algunas personas. En cambio, Nanami su única alternativa de amar sin un futuro, sentir como era correspondido sin haber empezado aún y como dijo de vivir con la incertidumbre de despertar pensando que sería el último día de nuestra vida sin poder sanar las heridas, curar las cicatrices y sobre todo sin conocer el verdadero significado de amar y ser amado.
Este capítulo si que fue largo, y ahora si apareció Nanami. La verdad dudaba en agregar a la chica panadera de nuestro querido rubio, pero la verdad me dejo un sabor agridulce saber que posiblemente él pudo enamorarse o hacer una vida, perdonen por apenas actualizar.
Nuevamente muchas gracias por su apoyo dejar sus reviews y lecturas verdaderamente me alegran a seguir escribiendo.
Prometo actualizar el fin de semana.
Besos y abrazos.
TheOtherDestiny ;).
