Cambios
Todo cambio siempre es para bien o bueno eso solía escuchar la mayoría de las personas ante una situación que no se podía controlar o simplemente por el hecho de aceptar aquello que la vida te ofrecía sin quejas, pero si ese cambio afectaba no solo al involucrado sino a demasiadas vidas realmente es bueno decir, ¿Qué todo cambio es para bien? Por los deseos propios y promesas rotas, es bueno justificarnos con esa frase y más aún cuando está de por medio las vidas inocente de la mayoría de la población. ¿Qué pasaría después si al terminar ese lapsus de tiempo todo su esfuerzo seria en vano? ¿Cuándo se dé cuenta que los propósitos de la vida cambian y sobre todo los sentimientos? Cerro sus ojos marrón al recordar como hace poco su único objetivo fue morir con dignidad y ayudar a otras personas, para que el momento de su muerte no estuviera solo, pero ¿realmente quería morir? Aquella vez en que la primera maldición que contenía un dedo de Sukuna apareció frente a ellos, sintió el verdadero significado de la palabra muerte y cuando revivió su único pensamiento fue: "Quiero volver a verlos, quiero volver a…verla".
Negó repetidas veces moviendo su desordenado cabello, debía de sacarse esas ideas en la cabeza y tener los pies sobre la tierra. Él no debía de sentir nada, no solo por el destino que seguramente tenía destinado el mundo de la hechicería al momento en que ingiriera todos los dedos de Sukuna, sino que no sería capaz de lastimar a Kugisaki, no nuevamente.
- "Oe. – sintiendo como pateaban la caja donde salió para sorprenderlos y mirando lentamente se encontró con un sorprendido Fushiguro viendo la reacción de la chica. - ¿No tienes nada que decirnos?
Itadori comenzó a sentir miedo junto con una mezcla de culpa al ver como Kugisaki Nobara estaba a punto de llorar haciendo un adorable puchero que lo desconcertó y comprendiendo por primera vez que en ese poco tiempo la chica peli naranja se había introducido en su corazón.
- Lo siento por no haberles dicho que estaba vivo. – murmuro con miedo para después sentir como golpeaba mas fuerte la caja provocando que se cayera.
- ¡Idiota! – fue lo único que escucho al estrellarse sobre el suelo".
Dejo de jugar cuando recordó las palabras de Fushiguro respecto al encuentro de Campus Hermanas y como Kugisaki pensaba que seria un encuentro de videojuegos donde hacia alarde de sus capacidades. Rio al imaginarla y después sus mejillas se tiñeron de rojo ante los comentarios de Panda acerca de cómo Kugisaki lo había defendido de esa chica llamada Momo diciendo que él era más que una maldición.
- "¿En algún momento se han detenido a considerar a la persona detrás de la maldición a la que condenan? ¿Por qué tiene que importar sí las cosas son perfectas o sí algo es injusto? ¿Crees que la vida es solo un trabajo?"
Normalmente él no era de memorizar muchas cosas, pero sin darse cuenta cada frase, cada palabra e incluso cada gesto de Kugisaki fue aprendiendo al grado de comprender que la apreciaba y deseando no haber ingerido los dedos de Sukuna.
- Creo que de cierta forma…así nunca la habría conocido. – murmuro triste. – Al menos algo bueno tiene que resultar de todo esto. – continúo jugando divertido esperando a que Gojou-sensei y Kasumi volvieran para disponerse a cenar.
Siendo honesto las sensaciones que ese simple beso estaban provocando en su cuerpo, nunca las había sentido con nada ni nadie y vaya que en su vida "amorosa" había una larga lista de mujeres. No por nada todos lo consideraban un infiel, y lejos de ofenderle por tal apelativo, siendo honesto se lo merecía. Ninguna mujer pasaba mas de la semana, porque simplemente le aburria la monotonía y buscaba emociones nuevas en cada mujer distinta, además de que con eso le ayudaba a olvidar su pasado. Pero ahora ese ordinario y tierno beso que le estaba dando, Miwa Kasumi estaba lleno de emociones unas que en ninguna experiencia había sentido, recorriéndolo desde su espina dorsal hasta la punta del pie, sintiendo que necesitaba mas de ella.
- "Seguramente cuando la bese se me pasara el encaprichamiento". – quiso reír por los pensamientos que tuvo hace unos momentos acerca de Miwa. – "Si claro ni tu mismo, te lo crees.". – decía su mente con burla.
Con una de sus manos tomo la cintura de Kasumi, sintiendo como la piel de ella se erizaba y con su mano libre tomaba la nuca de ella, ejerciendo más fricción en su labios. Cuando comenzó a acercarla más, escucho un leve gemido por parte de ella y sin importar nada introdujo su lengua siendo recibido por una tímida respuesta por parte de Miwa, lentamente fue acostando a la joven en la amplia cama y subiéndose para continuar tocando la tersa piel de ella. Provocando que sonriera entre sus labios.
- Tenía razón tus labios son igual de deliciosos que los dulces. – decía roncamente al tener que separarse de Kasumi y ver como lo miraba tímidamente con su mejillas sonrojadas. – Eres tan hermosa. – tocando su mejilla.
- S-Satoru. – dijo suavemente la joven, provocando inconscientemente espasmos en el cuerpo del chamán.
Miwa cerro los ojos en cuanto vio como bajaba nuevamente imaginando que la besaría, pero soltó un vergonzoso gemido al notar como Gojou Satoru comenzaba a repartir besos húmedos por todo su cuello, pensando que era el primer sueño donde sentía que todo era muy real, demasiado que llegaba a asustarla y mas aun al sentir como las manos de este bajaban trazando un camino desde su cintura hasta sus piernas, las cuales había abierto un poco.
- "Esto esta mal". – se repetía una y otra vez. – "No debes jugar con fuego…pero siendo honesto no deseaba parar".
Desde que sintió la respuesta de Kasumi a sus caricias, no importaba mucho total en este momento no eran profesor y alumna. – Aunque relativamente nunca lo han sido. – En estos momentos simplemente eran un hombre y una mujer que deseaban entregarse al deseo, coloco una pierna de Miwa a su cadera mientras que su otra mano iba subiendo lentamente la amplia playera suya que portaba ella, sintiendo el calor que desprendía su piel y delicadamente trazaba con sus dedos cada una de las cicatrices de ella. Vio sus ojos cerrados, sus mejillas sonrojadas y sus pequeños gemidos pudorosos. Así que sin detenerse volvió a besarla, Miwa se encontraba mareada por todas estas acciones deseando inconscientemente mas de lo que podía ofrecerle Gojou Satoru.
Cuando se volvieron a separar ambos se vieron a los ojos con expresiones completamente diferentes Gojou identifico inmediatamente la de ella: anhelo, a pesar de mostrarse aun tímida por sus acciones y ver como un pequeño hilo de saliva los unía. En cambio, Kasumi no era buena interpretando a los chicos es mas ni siquiera siendo una chica "normal" había soñado así, pero los ojos precioso de Gojou-sensei recorriéndola, la sonrisa ladina que le regala y la forma en que su mano seguía tocando su pierna, podía deducir que era… ¿deseo?
Sus rostros se iban acercando para compartir un nuevo beso igual de necesitado, pero…
- ¡Gojou-sensei! – se escucho la voz de Yuuji detrás de la puerta tocándola con insistencia. - ¿ya despertó Kasumi-chan? La comida se enfriará.
La interrupción de Yuuji logro dos efectos completamente diferentes en la pareja, Miwa Kasumi abrió ampliamente los ojos comenzando a balbucear comprendiendo que lo sucedido no era un sueño, si lo fuera ¿Por qué Yuuji Itadori estaría?. Entonces recordó rápidamente como ella se encontraba en una misión con el joven y repentinamente sintió su cuerpo demasiado ligero, para después tornarse negro, eso significaba que… los besos, las caricias y los espasmos que sintió su cuerpo eran reales tan reales como al ver la sonrisa infantil en el rostro de Gojou-sensei como si leyera sus pensamientos. Además de que sin la interrupción de Yuuji ellos probablemente hayan…
- Realmente Yuuji puede arruinar el momento, creo que hubiera sido mejor dejarlo inconsciente. - acercando su rostro al ruborizado de Miwa y ver como los grandes ojos azules de ella lo miraban tímida. – Insisto Kasumi, si sigues mirándome así realmente harás que me de vergüenza.
- ¿D-Donde estoy? – pregunto dudosa al mirar un poco los alrededores de la habitación.
- En mi cama. – contesto con un tono cantarín. – Bueno mas bien en mi departamento.
La simple respuesta ahora si provoco que Miwa deseara que la tierra se la tragara para escupirla lo mas lejos posible de Satoru, sus constantes pesadillas y recuerdos provocaron que confundiera una de sus fantasías con la realidad dando como resultado los besos que habían compartido.
- ¿Por qué…? – estaba dudosa de preguntar.
- Mmm… ¿Por qué te encuentras aquí? ¿Por qué nos besamos? O las dos juntas. – tocando el rostro de Kasumi y justo cuando ella iba a debatirle nuevamente la voz insistente de Yuuji hizo acto de presencia, logrando que Gojou arrugara un poco el entrecejo. – Después terminamos lo que empezamos. – guiñándole el ojo mientras se levantaba.
Ante esa frase Kasumi sentía que se desmayaría de lo sugerente y provocador tono, además sentía una enorme vergüenza y confusión, ¿acaso Gojou-sensei deseaba…? En cambio, en cuanto Satoru se levanto vio la imagen de Miwa: sus mejillas sonrojadas, su playera a punto de ser quitada y sus piernas ligeramente abiertas, era realmente tentador. Pero comprendido rápidamente que debía de solucionar el tema relacionado con Sukuna y la energía maldita de ella, así que sin perder el tiempo volvió a arropar a la joven mientras abría la puerta con su característica sonrisa viendo como Yuuji lo miraba enarcando una ceja.
- ¡Vaya hasta que abre! Ya hasta había pensado que estaba haciéndole algo raro a Kasumi-chan. – el tono de burla de Itadori fue contagioso para el mayor.
- "Si supieras que no estabas muy lejos de la realidad, Yuuji" ¿Eh? Pero que dices solamente pasé al baño y después desperté a Kasumi-chan, ¿no es así? – ambos hombres viendo como ella se encontraba sentada y simplemente asentía. – Lo vez Yuuji-chan no tienes nada que…
- Kasumi, ¿estas bien? – ignorando olímpicamente a su sensei Itadori se sentó al lado de Miwa mientras sostenía sus manos, se encontraba realmente preocupado.
Al ver la preocupación de su compañero Kasumi se sentido mal, ya que después de todo seguramente Yuuji tuvo que encargarse de la maldición de categoría especial, logrando el mismo resultado de ser una completa carga.
- No te preocupes Yuuji. – sonriendo. – Me encuentro perfectamente bien. No tienes de que preocuparte, pero…lamento haberte dejado a cargo de la misión y que tuvieras que exorcizar a la maldición.
Ambos hombres la vieron desconcertados ante las palabras de la ojiazul.
- Pero que dices Kasumi. – debatió el joven cambiando su mirada a una emocionada. – Tu eres genial, tu sola terminaste con esa maldición. Verdaderamente pienso que solo dices eso para no presumir de tu energía maldita.
- Y-Yo exorcice a la maldición. – alzo las cejas. – pero… ¿cómo?
Itadori se acerco mas a ella casi invadiendo su espacio personal, logrando incomodar no solo a la joven sino a Gojou que veía toda la escena en el umbral de la puerta con la mirada seria.
- Bueno, veras recuerdas que…
- Es mejor que vayamos a cenar. – interrumpió el peliblanco. – La comida fría no sabe mejor y recalentada es peor. – sonrió.
Kasumi trato de levantarse, pero sentía como su cuerpo estaba demasiado débil, como si hubieran drenado parte de su energía.
- "Pero no sentías lo mismo ante las caricias de Gojou-sensei". – pensó sonrojada y justo cuando iba a tocar la cómoda mas cercana sus piernas fallaron.
Cerro los ojos por auto reflejo esperando el golpe, pero este nunca llego, sino que sintió como alguien la sostuvo fuertemente de la cintura y de un abrir y cerrar de ojos sintió como era cargada estilo nupcial. Lentamente sus ojos azules se encontraron con los ojos marrón de Yuuji.
- Deberías tener cuidado, Kasumi. – sonriendo. – Aun estas débil, venga vamos a preparar todo.
Sin esperar respuesta Itadori se fue de la habitación aun cargando a la joven, ante la mirada escrupulosa de Gojou que no vio con buenos ojos la muestra de ayuda de su alumno hacia Kasumi.
- "Sabes es de mala educación interrumpir el encuentro de dos amantes". – sin ser consciente las palabras de Sukuna venían a su mente. – "Parece que toque un tema sensible, mira haremos un trato me dejas absorber toda la energía maldita de Cian y cuando no quede nada te dejo el cuerpo para que lo disfrutes como desees".
Apretó los puños toda la mezcla de emociones que estaba generando el tema relacionado con Miwa Kasumi y Sukuna, estaba desconcertándolo en su manera de actuar, pero algo muy dentro de él decía que no solo el poder oculto de la joven podría ayudarla a mejorar, sino que también ayudaría en un futuro al Rey de las maldiciones donde probablemente este salga victorioso.
- Eso debemos de evitarlo. – pensando seriamente. – A si que Cian.
Antes de salir de la habitación recibió un mensaje de Utahime, la cual seguramente aun se encuentre preocupada por Kasumi, así que sin más preámbulos le respondió sorprendiéndose después de la respuesta de su colega.
Momo y Mai veían preocupadas la puerta del despacho del director Gakuganji, hace más de dos horas que tanto como Utahime-sensei como el anciano (como solían decirle ellas a escondidas) no habían salido y por el aspecto de ambos sabían que se trataba de algo demasiado serio. Otra cosa que las desconcertó fue enterarse que Miwa tuvo una misión de último minuto y era confidencial la información.
- Nee Mai, ¿Qué crees que esta pasando? – preguntaba preocupada Momo a su amiga que simplemente arrugaba su entrecejo y apretaba los puños.
- No lo se Momo, pero esa misión en secreto de Miwa junto con esta extraña reunión de ultimo minuto no me agrada para nada.
En eso el teléfono de la Zen´in hizo un sonido de un mensaje nuevo, sin esperar más tiempo lo abrió sorprendiéndose que se tratara de Maki.
- "¿Ya llego su compañera la misión que le asignaron junto a Itadori?". – al terminar de leer abrió ampliamente los ojos. – Esos hijos de puta. – apretó con fuerza su celular.
- Mai, ¿sucedió algo? – cuestiono la rubia al ver la rabia en los ojos de su amiga.
- No, nada es mejor que descansemos. – dirigiéndose a los dormitorios ante el desconcierto de su amiga. – "Están buscando cualquier estrategia para liquidar al recipiente de Sukuna, sin importarles nosotros". – su mirada se tornó fría. – "A este paso toda la ideología del Jujutsu se ira a la mierda".
Recordó el mensaje de su hermana y por primera vez en su vida después de mucho tiempo Mai Zen´in comenzó a sentir miedo, uno tan grande al comprender que la vida tranquila y ordinaria que siempre deseo cada día estaba mas lejos de su alcance.
- "Solo espero que Miwa se encuentre bien".
Sin ser consciente ese mismo pensamiento rondaba por la cabeza de Utahime, que se encontraba frente al director. La propuesta que le había solicitado a este realmente era demasiado descabellada, pero al conocer sus roces poco cordiales hacia Gojou Satoru esperaba que accediera.
- ¿Estas consciente de la propuesta que me están diciendo, Utahime? – la mirada cansada de Gakuganji miraba fijamente a la mujer que solo asintió. – Esto puede perjudicarnos, así como comenzar la disconformidad de los alumnos.
- Con todo respeto Gakuganji-san, nunca me ha parecido que la disconformidad de los alumnos sea un impedimento para las ordenes de los altos mandos. – tomando un poco de té y que el dolor de cabeza disminuyera. – Busquen esto como una oportunidad en saber cada paso de él y dándoles la razón de que ese joven es un peligro.
- Pero ¿Por qué Miwa? – no encontraba lógica en mandar a la amable joven a ese tipo de misión. – Podríamos enviar a alguien mas capacitado, sin que Gojou sospeche.
La azabache mordió su labio ante la forma poco ortodoxa en la que su superior se refería a Miwa-chan.
- Porque como todos sabemos, aunque el parezca un idiota. No lo es. – cosa que muy en el fondo reconocía. – Si mandamos a alguien del Clan Zen´in o Kamo sospecharía algo, en cambio Miwa-chan fue reclutada y tiene muchas cualidades que podrían ayudar.
Por unos instantes hubo un silencio sepulcral en la habitación y el mas viejo suspiro.
- De acuerdo. – levantándose. – Todo depende de la misión que fue encomendada. Si ella es realmente apta mañana en la tarde mas tardar debe ser notificada. Sin objeción alguna, verdaderamente me sorprendes Utahime. – dirigiéndose a la salida. – Al parecer tus ideales aun siguen intactos después de todo este tiempo, el odio que generaste hacia Satoru ha servido de algo, ¿no?
La mujer apretó los puños al comprender perfectamente las palabras de su superior y nuevamente venia a ella la imagen de Suguru sonriendo para después transformarse en ese hombre que se convirtió hasta morir.
- Si, perdone la hora Director. Pensé que esto sería urgente y…
- No te preocupes, tuviste una idea maravillosa siendo honesto ni siquiera a mi me paso por la mente. Felicidades Utahime en un futuro serás una excelente directora. – esas palabras en lugar de alegrarle las sentía vacías. – Buenas noches Utahime.
- Buenas noches, director Gakuganji.
Al ver como el hombre mayor salía de la habitación por fin suspiro agotada y recargando su cabeza hacia atrás, por fin pudo llorar.
- "¿Verdaderamente esta es la vida que deseo?" Solo espero que este cambio sea para bien.
La cena transcurrió con tranquilidad, excepto por Yuuji que se mantenía hablando todo el tiempo comentando su tiempo con Megumi-san y Nobara-san, notando como en los ojos del joven había un brillo especial cada vez que la nombraba, incluso Gojou-sensei se encontraba interactuando con naturalidad enfrente del joven como si lo ocurrido hace poco entre ellos no hubiera sucedido.
- "¿Y si todo fue su imaginación?"- tomando tranquilamente su bebida, pero se ahogó en este cuando sintió como algo tocaba su pierna por debajo de la mesa.
Ligeramente la mirada azul de Miwa vio debajo de la mesa encontrándose con la larga pierna de Gojou-sensei tocando "desinteresadamente" su pierna, rápido fijo su mirada en la de él notando como conversaba con mas tranquilidad que debería.
- Oye Kasumi, ¿Cuánto tiempo te tomo realizar esa técnica? – Kasumi alzo las cejas sin comprender. – Hablo de esa nueva técnica con tu espada, fue sorprendente exorcizaste a la maldición de un solo golpe. Se llama Nuevo Estilo de Sombras Celestial.
- Es que…no recuerdo que sucedió después de haber intentando de realizarlo. – Yuuji abrió los ojos. – Solo recuerdo como habías dirigido la maldición hacia mi como planeamos y después todo se volvió negro.
- Probablemente haya sido por como nos sentimos en el Templo. – dijo deductivo. – Fue demasiado raro era como ver memorias pasadas, pero no mías incluso cuando te vi se me figuro verte con un traje de sacerdotisa color celeste. Por cierto, te veías muy bonita.
Satoru solo escuchaba a los jóvenes, deteniendo sus movimientos en la pierna de Miwa ante el comentario de Yuuji, pero lo que mas desconcertaba a él era la naturalidad con la que ella hablaba con su alumno. Igual que aquella vez en que ellos salieron, omitiendo obviamente varios escenarios.
- Muchas gracias. – sonrió Miwa. – Pero eso que dices Yuuji es cierto a mi me paso lo mismo cuando ingresamos al Templo solamente que tu apariencia era…demasiado sádica, tenias varios tatuajes en tu cuerpo, además de vestir con un Kimono femenino y su voz era muy distinta. Sin embargo, sonara raro, pero no me dio miedo sino lastima.
Tanto Itadori como Gojou comprendieron de quien hablaba precisamente Kasumi.
- Al que viste fue al Rey de las maldiciones, Kasumi. – la seriedad con la que comenzó a hablar Gojou sorprendió a la joven. – En pocas palabas a Ryomen Sukuna. – se encogió de hombros.
- Eso quiere decir que Sukuna…- trago grueso el joven.
- El poder de Sukuna aún es demasiado débil y como vieron la maldición a la que se enfrentaron tenia un dedo en su poder. – comiendo un trozo de pastel. – Los peces gordos cada día están mas aprensivos después de lo ocurrido en el encuentro de ambas escuelas.
- Aun no quedaron conformes en que Yuuji siguiera vivo. – afirmo la ojiazul y al ver que Satoru asentía se sintió mal por el joven. – Pero él ha demostrado ser un hechicero y no solo el contenedor de Sukuna, además no ha provocado nada malo.
La forma en que Miwa defendía a Yuuji era demasiado aprensiva como una madre defendiendo a su hijo, y es que eso mismo sentía la joven con el tiempo el amor que sentía hacia sus hermanos era mas parecido al de una madre y con el joven de Tokyo no comprendía porque los altos mandos solo se basaban en lo superficial y no en las acciones de sus alumnos. Comprendiendo por primera vez que la jerarquía incluso en el mundo Jujutsu era demasiado injusta.
- Eso a ellos no les interesa, solo buscan sus intereses y siempre dejan el trabajo sucio hacia nosotros. – suspiro. – Durante el enfrentamiento robaron los seis dedos de Sukuna que tenían en su poder. – aquella revelación sorprendió a los jóvenes. – Hubo gente lastimada incluso muertos. Por eso mismo se encuentran tan obsesionados en encontrar los otros objetos malditos para mantenerlos en su poder y estar tranquilos.
- Pero… ¿Qué les hace pensar que la persona responsable no volverá a robar los dedos de Sukuna que recuperen? – cuestiono Miwa.
- No lo sé. – dijo cantarín. – Solo hay que procurar que tú, Yuuji-chan aun mantengas a raya a Sukuna. Hasta que llegue el día en que…
- Tengan que ejecutarme. – complemento Yuuji con una sonrisa triste viniendo nuevamente a su mente el rostro de Kugisaki sonriendo. – Entiendo sensei, no se preocupe. – levantando la mirada alegre.
- Yuuji. – susurro triste Kasumi al verlo.
No podía entender como este joven al lado de ella seguía sonriendo, a pesar de saber que probablemente vaya a ser asesinado, no solo por los hechiceros, sino que llegado el momento en que Sukuna despierte aquel joven apreciado y amado Itadori Yuuji tendrá que desaparecer. Sintiendo un pequeño alivio en no tomar en serio las palabras del director en matarlo, porque Yuuji era una persona mas joven que ella, tenia sueños de vivir, seguramente de enamorarse, de tener una familia o de al menos de simplemente…vivir.
- ¡Bueno quien quiere postre! – grito alegre Gojou tratando de aligerar las cosas, logrando una risa estridente de Yuuji y una tímida de Kasumi.
- "¿Crees que hoy venga Satoru-san, Megumi? – cuestionaba una tierna niña de cabello castaño, mientras preparaba la cena.
El pequeño que simplemente se limitaba a ver la televisión, volteo a verla y arrugo el entrecejo al ver como sus ojos miel se iluminaban ante la mención de ese desconocido que realmente le desagradaba, pero sin su ayuda probablemente tanto Tsumiki como él estarían en un orfanatorio o en el peor de los casos en la calle.
- No lo sé, probablemente sí. – encogiéndose de hombros. - ¿Por qué lo preguntas?
Tsumiki sonrió ante la escueta respuesta de Megumi, conociendo lo aprensivo que era con ella sin importar con quien.
- Deseaba prepararle su platillo favorito, como muestra de agradecimiento. – de reojo Megumi vio como se sentaba al lado de él. – Ha sido muy amable en cuidarnos, después de lo sucedido con nuestros padres.
Apretó los puños ante la sola mención de su padre y madrastra, pero lo que odio aun mas fue como ella aun esperaba la llegada de personas que probablemente ya estén muertas. Al menos por parte de su padre y mas que la bondad de ella trate de evadir que las buenas intenciones de Gojou Satoru no eran precisamente por buena gente.
- Lo que prepares esta bien. – hablo. – A fin de cuentas, es un glotón, probablemente coma hasta piedras. – su comentario hizo reír a la niña, provocando que enarcara una ceja. - ¿Por qué es tan gracioso?
Tsumiki rio un poco más deteniéndose al ver como Megumi se notaba cada mas molesto, la castaña lo tomo de las mejillas y juntando sus frentes, le regalo una sonrisa. Lo que no sabía la pequeña es que esas simples acciones provocaron que las mejillas del niño se sonrojaran y viera mas de cerca lo bonita que era ella.
- Me alegra que te lleves bien al menos con Satoru-san. – viendo los oceánicos ojos del niño. – Quiero que seas feliz Megumi, al parecer este cambio será para el bien de nosotros.
"Felicidad" esa palabra se repetía una y otra vez dentro de Fushiguro, al despertar día con día esperando cumplir al menos con su promesa, aquella que el raro de pelo blanco no pudo responderle. – "Si Tsumiki permanece a mi lado, ¿será feliz?". – La respuesta era incierta, pero sabia que la gente buena que tanto criticaba como ella era feliz incluso en estas circunstancias provocando que se asqueara, porque su padre no solo lo había condenado a ese mundo de hechicería sino en permanecer al lado de la niña más bondadosa del mundo y ante sus ojos la mas bonita.
- ¡YA LLEGUÉ! – grito una voz cantarina en la entrada de la casa provocando una risa por parte de Tsumiki y una mirada fulminante de Megumi. – ¡UPS! Creo que interrumpí algo. – mirando acusadoramente a ambos niños. – Tsumiki-chan, traje helado y pastel. – agitándolos.
La pequeña se levantó para guardarlos e ir preparando la cena, dejando solos a Megumi y Gojou, donde este ultimo vio con una sonrisa como el pequeño no despegaba su mirada oceánica de su "hermana".
- Tsumiki-chan es adorable. – sentándose frente al chico. – No dudaría que cuando crezca mas de un jovencito, le pida ser su novia.
Ese comentario provoco que Fushiguro lo viera furioso y la sonrisa del mayor se ensancho.
- Ella nunca tendrá novio. – murmuró y apretó los puños al recordar a sus compañeros alabando a la pequeña. – Tsumiki será feliz a mi lado. – levanto su mirada. – Ella será feliz a mi lado y no le ocurrirá nada.
La determinación del niño entusiasmo mas a Satoru, corroborando que no fue un error estar protegiendo a Fushiguro Megumi. Un niño con un futuro comprometedor, pero ¿verdaderamente tenia claros sus objetivos o del nuevo mundo en que su padre pensaba involucrar? Su mirada celeste vio a la pequeña preparando todo y su respuesta fue clara. A Megumi no le importaba nada fuera del exterior o si gente moría, siempre y cuando Tsumiki estuviera a salvo. Ese niño sacrificaría incluso su alma al diablo".
Abrió los ojos desorientado y cuando sintió un cuerpo cálido al lado de él se dio cuenta que aun permanecía en el Hospital y que Tsumiki aun estaba inconsciente.
- Solo fue un recuerdo. – sobando su entrecejo. – Un recuerdo demasiado reciente. – tocando la mejilla sonrojada de la castaña. – A este paso terminare igual de loco que mi padre.
Rio amargamente al recordar a su progenitor y volteando a ver a Tsumiki sonrió incluso seres como Fushiguro Toji apreciaban a seres como ella.
Miwa Kasumi no pudo pegar el ojo en toda la noche, sentía los nervios a flor de piel y es que como podría dormir en la cama de su amor platónico, donde ambos habían compartido besos y…algunas caricias. Sintió su rostro enrojecer al recordar como Gojou Satoru la había besado, como sus grandes manos comenzaron a tocarla y deseando muy en el fondo descubrir hasta donde hubieran llegado si Yuuji no los hubiera interrumpido, toco ligeramente sus labios al recordar el sabor a dulce. Pero a su mente venia, ¿Por qué alguien tan fuerte y atractivo como Gojou Satoru la había besado? Bien en ocasiones no se sentía tan inútil, incluso se consideraba normal o linda, pero nunca la palabra que había utilizado él.
- "Eres tan hermosa". – sintió como su cuerpo se comenzaba a abochornar, al recordar su varonil voz. – Es mejor que tome un baño.
Y justo cuando se disponía a hacerlo, la puerta de la recamara fue abierta mostrando a un somnoliento Satoru portando solo un ligero pantalón de dormir, entro bostezando y rascando ligeramente su cabello, que al verla sin sus típicos lentes oscuros. Sonrió.
- Buenos días, Kasumi-chan. – acercándose a ella mientras que retrocedía, tal como ocurrió en el Campus. - ¿Cómo amaneciste?
- Bien gracias, Gojou-sensei. – debía mostrarse firme, y no mostrarle al hombre los efectos que provocaba en ella. – Dentro de poco estaré lista, para ir al Campus y…
Se quedo de piedra al sentir como Satoru tomaba su mentón y con su pulgar tocaba sus labios, mientras su mirada cielo estaba fijo en ella.
- Iremos al Campus de Tokyo, me dijo Utahime que era necesaria tu presencia. – acercando mas su rostro al de ella. – Creo haberte dicho que solo me dijeras Satoru, Kasumi.
- No lo vería apropiado. – sentía como su corazón latía de prisa. – Usted es un superior al cual debo de respetar.
La respuesta monótona de la chica hizo que riera, provocando que Miwa alzara las cejas.
- Eso no pensaste ayer que nos estábamos besando. – vio como las mejillas de ella se sonrojaban de pena.
- Eso fue un e-error. – debía de ser clara. – Pensé que estaba soñando y…- quiso darse de bruces al haber dicho tal imprudencia, pero el rostro serio de Gojou-sensei la detuvo.
- Yo creo que no lo fue. – acerco tanto su rostro que podía su narices se tocaban. – y si estabas soñando conmigo es otra clara muestra de que no fue un error. Porque tanto tu como yo lo deseábamos, desde nuestra salida.
Kasumi toca la mano que sostenía una de sus mejillas y su mirada dudosa no hacia mas que entusiasmar mas al hombre frente a ella.
- No es cierto, además usted es…
- Un hombre y tu una mujer. – continuo. – Una mujer muy hermosa, Kasumi-chan. – y sin más preámbulos la beso.
Perdonen por apenas actualizar, pero la verdad regrese de vacaciones y se me ha dificultado un poco escribir como antes, espero que hayan disfrutado del capitulo tanto como yo. A partir del siguiente capitulo habra un pequeño cambio respecto al tiempo, porque sucedera algo que a nuestros protagonistas tomara por sorpresa.
Ademas habra una participacion de Nanami (lo adoro es mi segundo personaje favorito).
Nuevamente muchas gracias por su apoyo dejar sus reviews y lecturas verdaderamente me alegran a seguir escribiendo. Ademas del apoyo que he recibido en su aceptación por esta linda parejita, por cierto en Facebook hay un grupo de GojoxMiwa por si gustan hay una variedad de hermosas imagenes, fanarts, etc.
Espero actualizar pronto.
Besos y abrazos.
TheOtherDestiny ;).
