Confesiones Parte I


"Las confesiones siempre son difíciles de declarar ya sean unas de amor, desilusión, alguna verdad oculta o simplemente desahogarnos sobre algo que se encuentra escondido en lo mas remoto de nuestro corazón. Sin darnos cuenta las confesiones son esa mezcla de emociones y sentimientos que queremos salir a relucir, aunque no siempre es bueno confesar al menos eso pensaba Kasumi.

Con lágrimas en los ojos veía como uno a uno de sus familiares y amigos cercanos comenzaban a despedirse de su padre, dirigió su mirada azul hacia su madre que sostenía fuertemente en sus brazos a su hermanito de dos años y como en el rincón su hermano veía con extrema tranquilidad todo frente a él. Apretó lo puños, sentía mucha impotencia y culpa por la muerte de su padre, si era cierto que ser especial provocaba este tipo de situación deseaba con todas sus fuerzas ser como su madre o sus hermanos, no una persona que ve monstruos y que al final del día arrebatan la vida de seres vivos sin medir las consecuencias.

De pronto sintió como era jaloneada de su cabello, mirando con lágrimas en los ojos al causante de su dolor encontrándose con…

- A-Abuela. – alzo las cejas sorprendida.

- ¡Tu mataste a mi hijo!. – gritaba mientras agitaba a la pobre niña del cabello. – Les dije que era mejor deshacerte de ti, pero la inútil de tu madre nunca quiso. ¡Tu mataste a mi hijo! ¡Mataste a tu propio padre! ¡Eres un Monstruo!.

Los gritos eran cada vez mas intensos y ya la pobre niña no trataba de soltarse sintiendo que se merecía esas palabras, pero el fuerte ruido de una bofetada provocó que su abuela la soltara y abriendo los ojos nunca se imagino ver tal escenario. Su madre veía despectivamente a su abuela, aun tenia su mano alzada y al lado de esta estaba su hermano furioso cargando al pequeño de dos años quien no dejaba de llorar.

- Kasumi-chan. – la voz de Suki no logro que apartara la mirada de las mujeres.

- No le permito que vuelva a poner una sola mano a ninguno de mis hijos. – fue tajante la ahora viuda. – No comprendo su dolor, pero, así como usted perdió a un hijo yo acabo de perder a mi esposo.

- ¡ESO ES PORQUE TU LO PERMITISTE! Esa niña es la causante de que tu esposo este muerto, esa cosa que trajiste al mundo es una amenaza.

- Es su nieta y mi hija. – decía en voz baja la castaña. – Ella es inocente, no es culpa de Kasumi que él se encontrará borracho y por su estado comenzara a ver alucinaciones.

La fría carcajada de la mujer erizo la piel de los mas pequeños, entonces los ojos azules de Miwa vieron como su tío junto a su esposa se acercaban a su abuela.

- Es mejor que no te sigas rebajando madre. – hablo el hombre tomando la mano de la peligris. – Es inútil hablar con personas de su calaña. Todos aquí conocemos la verdad y que mi hermano murió por culpa de…- mirando de arriba a bajo a Kasumi despectivamente. – A causa de esa niña.

- Tienes razón. – acercándose lentamente a su nuera. – Después de la ceremonia quiero que te largues con tu extirpe lejos de aquí y espero, Akane no volver a ver el rostro de tu maldita hija.

Sin mas dio la vuelta con la cabeza en alto, dejando a la pobre mujer débil y que si no fuera por su amiga e hija desde hace un buen rato se estuvieran desmoronando completamente. Miwa sentía sus ojos secos sin vida y no solo eso sentía un nudo en la garganta porque sabia perfectamente que las palabras de su abuela eran ciertas, no fue hasta que sintió el abrazo de su hermano y Suki donde reacciono.

- No tienes nada de que preocuparte Oneesan. – el infante abrazo con mas fuerza a Kasumi. – Tu no eres ningún monstruo eres demasiado bonita, para ser uno. Esa mujer esta loca.

- Tu hermanito tiene razón, Kasumi. – alentó Suki. – Un monstruo no podría tener el gran corazón que tienes.

Los ojos azules de Kasumi vieron como su mama sonreía hacia ellos y como escuchaba a la madre de su mejor amiga que los ayudarían a encontrar un lugar donde vivir, pero que, si tendrían que mudarse a Kyoto, ya que la vivienda desocupada de la familia Hanaba estaba ahí. Atenta la niña comenzó a escucharlas grabándose la idea de comenzar a trabajar y estudiar, para solventar la casa, tenia que esforzarse el doble, ser ahorrativa y concentrarse en lo verdaderamente importante su familia.

- "Prometo ser menos inútil". – cerro los ojos frente al espejo de su habitación.

Después de la ceremonia su familia no espero mas tiempo y comenzaron a empacar todas sus pertenencias.

- Prometo siempre dar lo mejor de mí. – apretando su puño mientras lo alzaba, pero vio una fotografía de su familia antes de toda esa mala racha, su mirada se oscureció al enfocarse en su padre.

Entonces en su mente vino ese joven que la salvo de ser devorada de esa cosa, sus mejillas se sonrojaron al recordar el bello color de sus ojos era un celeste completamente diferente al que ha visto incluso su extraño cabello blanco era hermoso.

- Es como si fuera un ángel. – sonrió melancólica. – Al menos le hubiera agradecido por salvarme, espero volverlo a ver. – agachando la mirada cuestionándose sus fantasías infantiles.

- "No te preocupes, tu deseo pronto será concebido."

Una voz la saco de sus pensamientos.

- "Tu camino de una u otra forma siempre estará conectado con él, por el poder del infinito."

Levanto la mirada solo para encontrarse con una mujer muy parecida a ella dentro del espejo, viéndola con melancolía y sonriéndole, portando una extraña vestimenta blanca.

- ¿Quién…?

- "Lo siento…perdóname por todo, Kasumi."

Esa joven estaba llorando mientras la disculpaba y no comprendía a que se refería, pero cuando se disponía a cuestionarla o ver si era producto de su imaginación, todo comenzó a tornarse negro."

Lentamente fue abriendo sus ojos azules, desorientada en su habitación.

- ¿Qué fue todo eso? – se cuestionaba a la vez que se sentaba. – Que extraño sueño, pero… ¿lo habrá sido o fue un recuerdo?

Últimamente sus sueños los conectaba con su encuentro a la maldición de categoría especial, sus dolorosos recuerdos de la niñez y… se sonrojo rápidamente al solo pensar en sus sueños subidos de tono con Gojou-sensei, inconscientemente llevo una de sus manos a la altura del pecho sorprendiéndose de…

- ¡Dios, no puede ser! – detallo que solo portaba una camisa color azul demasiado grande para pertenecer a ella.

Pero eso no fue lo que provoco su sonrojo al grado de querer desmayarse, sino que la camisa se encontraba casi por completo desabrochada, además de sentir que no portaba sus bragas del día anterior. Recordando el motivo o mas bien la persona que se encargo de casi desnudarla por completo, se levanto lentamente para visualizar una imagen sumamente diferente a ella.

- Entonces eso si sucedió. – tocando con la punta de sus dedos el trayecto de besos y mordidas que alcanzaba a ver, deteniéndose en la parte baja de su vientre justo antes de llegar a…- Anoche Satoru… ¡Ay que vergüenza! – oculto su rostro con sus manos.

Y es que las caricias compartidas con el sensei del Campus de Tokyo venían como una película sumamente lenta, desde como besaba sus labios, después como este se enfocaba en sus senos que tenían una que otra mordedura hasta como él se enfocó en darle placer a su intimidad a través de su boca. Los golpes a su puerta la sacaron de sus pensamientos, así que rápidamente abrocho los botones de la camisa y sin ni siquiera cuestionar quien era, la abrió encontrándose con…

- Buenos días, Nobara-san. – saludo cordialmente a la peli naranja que simplemente la veía de arriba hacia abajo, poniendo aún más nerviosa a Miwa. - ¿sucede algo malo?

Los ojos miel de la chica veían críticamente a la joven frente a ella, viendo de cerca que realmente era bonita, pero entonces recordó las palabras de Itadori recalcándole que no sentía ningún tipo de atracción hacia esta.

- Me sorprende que aun sigas dormida, pronto serán las 10:00 a.m. – Miwa alzo las cejas impresionada. – Bueno solo vengo a entregarte este informe, tendremos una misión. Así que debes estar lista, no me gusta esperar. ¿te quedo claro?

Miwa no podía aceptar, sabia que como estudiante de Hechicería su deber era estar casi las 24/7, pero justamente el día de hoy…

- ¿Es necesario que vaya? – pregunto dudosa, provocando que Nobara alzara una ceja. – Es que tengo permiso especial el día de hoy.

- Fue una orden directa de Yaga-sensei. – se cruzo de brazos. – Al parecer últimamente las maldiciones no han cesado así que si es necesaria tu presencia. Así que apúrate a bajar a desayunar, si terminamos pronto nos reuniremos con los demás para comer o cenar.

Kasumi solo asintió y sonriéndole a la joven le aseguro que en unos momentos estaría lista, pero un comentario de esta hizo que avergonzara.

- Deberías de atenderte inmediatamente cualquier ataque después de una misión. – al ver como Miwa alzaba la ceja, suspiro. – En tu cuello hay un gran moretón, deberías atenderlo he leído que si después de un tiempo no ha desaparecido hay algo mal en nuestro organismo. Pero bueno es decisión tuya, te espero afuera.

Sin mas Kugisaki se alejo del pasillo dejando a Miwa hecha un mar de nervios, ya que no recordaba ningún moretón provocado por una misión, eso significaría que…

- ¡Tengo que ocultarlo! – tapándolo con su mano mientras cerraba rápidamente la puerta y disponerse a las actividades del día de hoy, no sin antes enviarle un mensaje a su hermano avisándole que no podría visitarlos.


Miraba con una sonrisa el techo de su habitación, hace poco había dejado a Kasumi en el Campus sorprendiéndose de haber dormido por primera vez en mucho tiempo sus ocho horas diarias, dirigió su mirada en el espacio vacío del otro extremo de su cama recordando los momentos que compartió con Kasumi, cerro los ojos mientras reía incluso podía percibir como sus sabanas aun olían a ella.

"Sintió como Kasumi le correspondía con la misma intensidad el beso, como un imán sus manos se dirigieron a tocar el cuerpo de ella trazando un camino desde sus piernas deteniéndose en su cintura.

- Cálmate iremos a tu ritmo. – dijo roncamente desviando sus besos en la parte de tras del cuello de Miwa, percibiendo los nervios de ella.

Debía de ser cuidadoso y no repetir lo mismo que la vez pasada; sus manos fueron directamente a los botones de su camisa comenzando a desabrochar uno a uno, sonriendo al ver que no portaba un brasier, levanto su torso para verlos. Sonrío al ver que eran mas hermosos de lo que imaginaba, con cuidado fue tocando primero uno, viendo de reojo las reacciones de Kasumi, quien había apartado la mirada sonrojada, sus ojos cerrados y como callaba sus gemidos mordiendo una mano.

- ¿Por qué no me dejas escucharte? – le susurro en el oído, tomando ambas manos para alzarlas arriba de la cabeza de ella, que al hacerlo lo vio avergonzada. – Así esta mucho mejor.

- P-Pero…no sé qué hacer- vio como le hacia una seña con su dedo silenciándola.

- Solo déjate llevar. – besándole la mejilla. – El cuerpo humano es nuestra mayor obra de arte, Kasumi-chan.

Repartiendo besos desde su clavícula bajando hasta detenerse en los senos y sin esperar comenzó a besarlos, morderlos y apretarlos entre sus manos…percibió más de cerca ese calor que desprendía Kasumi al humedecerlos con su saliva, provocando que ella se retorciera bajo él. Una de sus manos delineo la cintura de ella para dirigirse a la parte mas intima, a esa, donde moría por entrar, pero como le había prometido a Miwa no haría nada que no quisiera.

Kasumi gimió avergonzada entendiendo que las caricias de Gojou-sensei eran mejor de lo que había soñado.

- Sa-Satoru. – suplico al sentir como el encontró el borde de sus bragas para comenzar a bajarlas completamente, iba a protestar, pero nuevamente sintió como este la besaba ingresando su lengua mareándola por las nuevas sensaciones.

La escucho gemir mientras la besaba, cuando deslizo sus dedos a la intimidad de ella haciéndola temblar, continuo así hasta que llego aquel punto donde lograría satisfacer por completo a Kasumi, comenzó suavemente a tocar su clítoris para después hacerlo con más ímpetu, ganando más gemidos por parte la peliceleste

- Estas tan húmeda, kasumi-chan. – decía cantarín mordiendo el lóbulo de la oreja.

- Es vergonzoso. – suspiro al escuchar esas palabras demasiado explicitas por parte de él, pero seguramente era verdad, además sus caderas comenzaron a rozar las de él encontrándose con el miembro ya excitado del chaman. – Satoru…eso es…

- Mi miembro sí. – soltó al ver como abría sus ojos y detuvo sus movimientos, no deseaba que el primer orgasmos de la joven fuera entre sus dedos. Sonrió soberbio al ver como hacia una mueca de querer más. – Tranquila, todavía no viene lo mejor. – beso rápido su frente.

Miwa no comprendió sus palabras, pero no fue hasta que volvió a retomar el camino de besos por todo su abdomen provocando espasmos y cosquillas en el proceso, que sin darse cuenta había expuesto completamente sus piernas. La joven quiso alejarse, pero Satoru fue más rápido y tomo sus caderas para comenzar a descender su boca a la feminidad de ella, sacando su lengua para probarla sin dejar de tocar su clítoris sintiendo que debía de parar pronto, pero a la vez deseando un inolvidable orgasmo a Kasumi.

Kasumi no podía con los espasmos sentía como Satoru jugaba con su sexo logrando que gemidos mas fuertes salieran de ella, captando que las caricias del hombre habían hecho que el pudor desapareciera y entonces sucedió sintió un gran nudo en su vientre para después sentir como bajaba de las nubes. Gojou vuelve a incorporarse al ver los ojos nublados de deseo del reciente orgasmo de Kasumi, como su pecho subía y bajaba rápidamente; beso suavemente los labios de ella, que al sentirlo nuevamente lo abrazo por el cuello sintiendo lo trabajado del cuerpo de él y sus mejillas se sonrojaron al sentir aun su excitación tocando su vientre.

- Creo que es hora de detenernos. – a pesar de aparentar tranquilidad sentía la enorme necesidad de sentir mas de ella, pero se paralizo al sentir como Miwa comenzaba a jugar con su cuello a través de su lengua y boca. – Ka-Kasumi…detente.

La joven no lo escucho, sino que guio una de sus manos al borde la pijama de Gojou para adentrarla y sentir entre sus dedos la excitación de él, sorprendiéndose por el tamaño y grosor, además de que este portaba solamente la delgada tela. Al parecer fue muy obvia, ya que el detuvo sus movimientos mientras reía.

- Espera. – dijo sonriendo ladinamente, rápidamente se sentó en la cama aun vestido hizo que Kasumi se sentara a horcajadas sobre él. – Ahora si Kasumi-chan, puedes moverte.

Abrió sus ojos desconcertada y ¿Cómo se movería? Adivinando su pensamientos Satoru abarco sus glúteos apretándolos.

- Sa-Satoru, estem… ¿Cómo se hace? – cuestiono dudosa.

- Solamente mueve tus caderas como hace unos instantes. – alzándola de arriba hacia abajo juntando la intimidad de ella cerca de su miembro. – Yo te guiare, no te preocupes. – beso fugazmente su mejilla.

Satoru fue indicándole como moviera sus caderas sintiendo como nuevamente una ola incrementaba en su interior a la vez que sentía mas de cerca el miembro de él, gimiendo muy cerca de su oído, hipnotizándolo al verla con sus mejillas rojas, sus labios hinchados por los besos anteriores incluso su peculiar fleco se veía endemoniadamente desordenado.

Mientras más se movía sobre él sentía como pronto también terminaría, rápidamente bajo parte de su pijama dejando expuesto su sexo ante la mirada sonrojada de Miwa, que al sentir que detenía un momento sus caderas volteo hacia abajo.

- "¿Acaso Satoru, pensaba en…?" -sus pensamientos se detuvieron al sentir como el sincronizaba sus caderas más rápido como hace unos instantes, pero ahora sentía directamente la piel de él.

- Es hora de llegar, Kasumi-chan. – mordiendo su hombro, mientras ella a través de la sensaciones apretaba sus hombros y con rápidos movimientos sintió que volvía a terminar. – Wow, realmente eres buena cabalgando. – dijo divertido.

El comentario hizo que los colores subieran al rostro de Miwa, pero en eso Satoru la volvió a recostar en la cama suavemente, sabia que estaba agotada.

- No digas eso me da pena. – murmuró arrugando encantadoramente su entrecejo, sus ojos comenzaban a cerrarse y más al sentir como el peliblanco peinaba delicadamente su cabello. – Satoru, muchas gracias. – cerrando sus ojos para sumergirse en los brazos de Morfeo con una sonrisa

Deteniendo sus movimientos fue a su tocador para sacar unos pañuelos y limpiar el vientre de Kasumi, para después taparlos.

- Al contrario, gracias a ti Kasumi-chan. – colocándola en su pecho para poder abrazarla y por primera vez después de un tiempo disponerse a dormir tranquilamente."

- Verdaderamente Kasumi-chan es un estuche de monerías. – rio al ver su reflejo en el grande espejo de su baño, mostrándole los pequeños rasguños en sus hombros y una que otra marca en su cuello.

Sin embargo, su mirada se torno seria al recordar las palabras de Kasumi respecto a Sukuna, si bien descubrió que Cian no fue amante del Rey de las Maldiciones, por voluntad propia ,pero ¿para que motivo este deseaba que Kasumi despertara su poder espiritual? Ademas esta el lazo que unía a esa sacerdotisa con Ryomen corroborando que Cian si fue su concubina, ¿pero con que fin? Y lo mas importante, ¿Sukuna deseaba obtener lo mismo de Kasumi? Apretó los puños sintiendo como el agua caía en su cuerpo.

- Al parecer Sukuna esta jugando muy bien sus cartas. – pero sus cuestionamientos fueron interrumpidos por su teléfono, que al ver el número que marcaba respondió rápidamente. – Hola, habla con el mejor sensei del Campus Metropolitan de Tokyo, ¿Quién habla?

Una risa detrás del teléfono hizo que riera.

- Buenos días, Gojou-sensei. – se escucho la voz alegre de Itadori. – Disculpe que lo moleste a esta hora. – dijo abochornado.

- No te preocupes Yuuji, solo me estaba bañando y justamente me estaba enjabonando…

- ¡No tiene que ser tan explícito! – grito sulfurado y pálido el joven al visualizar esa imagen, provocando una risa del mayor. – Gojou-sensei, ¿podría hablar con usted el día de hoy?

La seriedad en la voz de Yuuji era extraña, ese joven era como una parte completamente opuesta de Sukuna, al grado de cuestionarse, ¿realmente será capaz de matarlo cuando llegue el momento? Sin ser consciente la imagen de Suguru vino a su mente, borrándola inmediatamente.

- Gojou-sensei, Bueno ¿aun esta ahí? – agito su cabello eliminando esas imágenes.

- Si, Yuuji sigo aquí y específicamente ¿de que quieres hablar conmigo? ¿Es sobre Nobara?

No era necesario estar ahí para deducir que su alumno estaba sonrojado ante la mención de la peli naranja, y es que desde la primera vez que presento a los jóvenes algo dentro de él predijo que existiría mas que una amistad entre ellos. Un claro ejemplo fue el dolor que mostro la chica por la "muerte de Yuuji" o como lo defendió en el torneo.

- ¡No es eso! -se encontraba abochornado. – Es sobre Sukuna.

Rápidamente el silencio incomodo se sintió en el ambiente.

- El me mostro…me mostro algo, pero no se si sea verdadero o una ilusión.

- De acuerdo. – fue tajante con el joven, probablemente Sukuna haya mostrado algo sobre Cian. – Anota la siguiente dirección y Yuuji ni una palabra a nadie.

Al parecer ese día habría revelaciones que cambiarían no solo a los nombrados.


Se encontraban en el edificio abandonado cerca de una área transitada de Tokyo, en cuanto bajaron Kasumi percibió la enorme cantidad de energía maldita que enmendaba el lugar casi erizándole la piel, lo mismo sucedió con Nobara. Si bien no era la primera vez que asistían a exorcizar una maldición sin un superior, pero si con una completa desconocida como Miwa Kasumi y si según sus amigos ha estado juzgando mal a la joven de Kyoto, prefería enfrentarla.

- ¿Leíste el informe? – vio de reojo como la joven asentía. – La maldición es de categoría dos, por lo tanto, no debe ser tan peligrosa. – ingresando al edificio.

- Si, pero debiéramos tomar en cuenta que es un Oni pueden ser demasiado impulsivos dependiendo sus emociones. – Nobara asintió al parecer esa niña era una cerebrito.

- ¿Y porque te quieres convertir en hechicera, Miwa-senpai? Digo no es que me interese, pero siendo honestas no tienes ninguna pinta de serlo.

Kasumi parpadeo desconcertada, ¿acaso la joven de Tokyo estaba menospreciándola?

- Eso es porque soy pobre y tengo dos hermanos que mantener. – su respuesta fue igual al combate con Maki-senpai. Total, eso era verdad, escucho la ligera risa de Nobara.

- Así que es por el dinero. – deteniéndose. – Creo que a fin de cuentas no todos tenemos objetivos diferentes en este oficio. – sonrió al verla.

- Y usted, Nobara-san ¿Cuál es su propósito para convertirse en hechicera?

Miwa vio como la mirada de la chica se oscurecía probablemente sumergida en su recuerdos y es que era cierto ante los demás ella solo decía que deseaba ser una hechicera para salir de su pueblo, pero verdaderamente era para encontrar a su amiga Saori y ahora con respecto a Itadori…apretó los puños. Tenia que ser clara con sus metas y enfocarse en ellos, porque a la larga ella saldría lastimada.

- ¡NOBARA-SAN! – el grito de la peliceleste la saco de sus pensamientos y es que detrás de ella se encontraba la maldición.


Su mirada marrón buscaba desesperadamente a su sensei, el cual había estipulado encontrarlo aquí en uno de los costos restaurantes de Tokyo, pero eso fue hace un buen rato y ni señales de que el adulto viniera.

- Porque no me sorprende de él. – suspiro recordando el feo don que tenia el adulto en llegar tarde. – Hubiera llegado al menos yo también tarde por lo menos.

- Vaya no sabía que tu nueva manía era hablar solo, Yuuji. – una voz detrás de él hizo que se atragantara con su bebida, logrando una risa estridente de Gojou. - ¿Qué te pasa? Hasta parece que hubieras visto un fantasma o una maldición.

Rio ante esto ultimo mientras se sentaba y con la mano llamo al mesero encargándole un sinfín de platillos dulces y salados, cuestionándole al adolescente si ya había ordenado algo. Cuando el mesero se retiro Itadori comprendió que era el momento justo para hablar.

- Gojou-sensei. – el nombrado volteo a verlo directamente comprendiendo que tenía su entera atención. - ¿Una maldición puede…bueno puede…interactuar con otro ser vivo?

Gojou enarco una ceja al no entenderlo.

- Si te refieres a convivir si, de hecho, las maldiciones con las que tuvieron que pelear son aliados o…

- No me refiero a esa clase de interacción. – sus mejillas se sonrojaron. – Si no ha tener una "vida íntima".

- En pocas palabras ¿si pueden follar o no?. – termino el hombre en decir cuando veía al mesero cercano a su mesa y al ver como Yuuji asentía. – Siendo honesto no lo sé, nunca he presenciado tal acto en mi vida de chaman, pero existen leyendas acerca de maldiciones que buscaban procrear hijos con su propia especie o humanos. – tomando un trozo de su tarta. – Claro no seria cualquier humano, con el cual desearan jugar a la casita, sino uno con un poder excepcional o que puedan ofrecerle algo. – se encogió de hombros devorando esa tarta de moras. - ¿Por qué la pregunta Yuuji- kun? ¿Adquiriste un fetiche?

Se burlo ante esa ultima frase, pero al ver como el rostro del nombrado no tenia color, probablemente esa no era la respuesta que esperaba el joven.

- ¿Qué te mostro, Sukuna? – cuestiono deductivo y sabia que la respuesta no le agradaría para nada.

Itadori agacho la mirada, recargando sus codos en la mesa negando repetidas veces con la cabeza, murmurando cosas que no alcanzaba a comprender.

- Gojou-sensei, creo que Sukuna hace años…- apretó los puños de solo decirlo. – Sukuna abuso de alguien hace tiempo y él me lo mostro. – al levantar su rostro el peliblanco vio demasiada frustración en Yuuji. – Gojou-sensei esa mujer era idéntica a Kasumi…Sukuna hace tiempo violo a Kasumi y me lo mostro con lujo de detalle.

El delicioso postre que disfrutaba se volvió amargo y sintió como estrujaban sus tripas al solo imaginar la escena que su alumno le estaba nombrando, la impotencia de no poder hacer nada surgió de nuevo como hace años tras la muerte de Riko, pero esto era distinto Kasumi no estaba muerta, ella no fue la mujer que Sukuna poseyó hace mas de mil años…sin embargo ¿porque sentía que esa desgracia fue provocada por su culpa?


Esa maldición sí que era escurridiza a pesar de ser un Oni, Nobara logro esquivar el ataque de hace unos minutos, pero se comenzaron a desesperar al ver que por más que atacaran esta seguía apareciendo.

- Es como si el núcleo estuviera escondiéndose. – murmuro Kasumi. – Nobara-san es necesario buscar al verdadero Oni, sino nunca terminaremos.

Ambas estaban corriendo de la maldición de color rojo, garras afiladas, cabellera abundante y donde unos largos cuernos sobresalían de su cabeza.

- ¡Ay eso ya lo sé! – exclamo frustrada. - ¡Solo que este lugar es enorme! Ademas ha expandido su onda maldita por todo el edificio, así no podremos nunca encontrarlo.

Kasumi estaba igual de desesperada que Nobara y es que la maldición no les daba oportunidad de atacar decentemente, porque cuando una deseaba atacar esta ya se encontraba en otro sitio. Al grado de que los clavos de vudú de Kugisaki estaban a punto de terminarse.

- "¿Dónde estará el verdadero Oni?" – apretando los puños al sentirse inútil y el peor de caso por una maldición tan sencilla. – "Debo de buscar la forma de encontrarlo de lo contrario nosotras…"

- "Solo cierra los ojos y concentra tu energía" – escucho una voz dentro de ella haciendo que abriera los ojos. – "Recuerda que nuestra fuente de energía viene de donde menos imaginamos".

Esa voz…estaba segura que esa voz era idéntica a la mujer del espejo, reflexionando que probablemente esa mujer sea…

- Cian. – murmuro impactada.

- ¿Qué dijiste? – decía la ojimiel deteniéndose y aplicar su técnica a través de sus clavos.

- Nada, Nobara-san, ¿cree capaz de distraerlo un poco? – desconcertada vio de reojo a la peliceleste. – De acuerdo.

Kasumi asintió y cerrando los ojos comenzó a concentrarse en encontrar a la maldición, sintiéndose frustrada al no lograrlo…ella no deseaba ser una inútil, deseaba destacar, proteger a los suyos. – A su mente vinieron sus hermanos, amigos, compañeros y por último…la imagen de Gojou sonriendo infantilmente.

- "No quiero separarme de su sonrisa". – sintió como una energía comenzaba a surgir de su cuerpo, junto sus manos a modo. – Técnica Maldita Kai. – levanto la mirada encontrándose con el Oni verdadero al final de las escaleras.

Rápidamente saco su espada concentrando una gran cantidad de energía, pero era completamente distinta.

- Nuevo estilo de Sombras: Viento. – decía mientras lanzaba su ataque directo a la maldición que al verla corrió, pero al parecer no lo esquivo completamente cortándole en el proceso una pierna. - ¡Nobara-san! – grito.

La mirada de Kugisaki se sorprendió por breves segundos al sentir una gran cantidad en Miwa, cuestionándose ¿siempre ha tenido ese poder?, pero duro poco al ver como ella señalo al pedazo del Oni.

- Técnica Maldita muñeco Vudú. – y al decir esto junto con perforar con un clavo en el objeto y parte de la maldición.

Desapareció, ambas se vieron y sonrieron al ver que su misión estaba completa, pero comenzaron a sentir que el piso se movía comprendiendo que el edificio estaba por desmoronarse.


- ¿Eh? ¿Por qué todo ese alboroto? – dijo Yuuji que iba caminando al lado de Satoru.

Después de su charla en el restaurante vieron una gran magnitud de gente a las afueras de un Edificio que al acercarse pudo percibir que hace poco era rondado por una maldición, pero eso no fue lo que provoco que ambos se detuvieran, sino al sentir dos energías malditas demasiado conocidas corrieron inmediatamente acercándose a la zona. Vieron como de este salían Kasumi herida de un brazo, además de varios rasguños en su rostro sosteniendo a Nobara la cual tenia una herida en el costado y pierna dificultándola al caminar.

- ¡KUGISAKI! – grito Itadori acercándose a la joven y sin previo aviso la sostuvo. – Kugisaki, ¿estas bien?

La nombrada abrió presadamente un ojo viendo a Itadori el cual como de costumbre invadía su espacio personal, suspiro derrotada.

- Si, solo que la maldición nos tomo desprevenida. – sentía su cuerpo agotado al parecer ese Oni no era normal, ya que había leído que entre mas permanezcas dentro de donde se creó una maldición esta tenía la opción de ir absorbiendo la energía.

El joven sonrió aliviado, tomando a la joven para cargarla porque la joven quedo inconsciente.

- "Realmente se ve agotada". – pensó, pero dirigió su mirada a Kasumi que solo los veía con una sonrisa en el rostro.

Al verla inmediatamente venían las imágenes de Sukuna con esa mujer, provocando que agachara la mirada lleno de vergüenza, dudaba que pudiera ver a la joven peliceleste de la misma manera. Al parecer su reacción fue muy obvia, ya que Kasumi lo miro desconcertada, pero un silbido y una voz hicieron que olvidara las reacciones de su compañero; volteándose para encontrar a Gojou-sensei mirando la escena.

- Buen trabajo chicas, pero creo que es momento de regresar al Colegio. – dijo divertido. – Créanme no es nada divertido si las autoridades llegan y nos encuentran aquí.

Tanto Kasumi como Itadori asintieron, pero la primera se sorprendió al sentir como era cargada por el hombre frente a sus compañeros, aunque al parecer solo fue ella, ya que Yuuji iba unos pasos delante de ellos sosteniendo a Nobara-san.

- Relájate, no se darán cuenta. – murmuro Satoru al leer sus expresiones. – Dudo mucho que Yuuji no se enfoque en algo que no sea atender las heridas de Nobara. – se burlo ante la tierna escena de sus alumnos.

Entonces Miwa comprendió a la perfección la hostilidad de la joven hacia ella, Kugisaki Nobara estaba celosa de ella, pero no comprendía porque si solamente veía a Itadori como un amigo.

- Harían una linda pareja. – sonrió ante el pensamiento. – Es genuina la preocupación de Yuuji hacia ella.

Satoru vio la mirada soñadora de Kasumi, la cual logro incomodarlo un poco sintiendo que estaba cruzando sus limites con la joven. El nunca sería tan estúpido para enamorarse, simplemente se dejaba llevar por el momento, porque comprendió desde hace tiempo que al sentir un lazo tan fuerte como el amor era darle un poder a esa otra persona de destruirte.

- La escuche. – fue sacado de sus pensamientos por la voz de Miwa, alzo las cejas al no entenderla. – A Cian la escuche durante la misión ella me dijo como encontrar al Oni verdadero.

- Ya veo. – se limito a responder viendo a Ijichi a lo lejos esperándolos, notándolo asustado al notar las heridas de la jóvenes prosiguió. – Al parecer no me equivoque y tienes mucho potencial escondido, Kasumi-chan – susurro cerca de su oído provocando que se sonrojara. – Hiciste un buen trabajo, creo que te mereces otra estimulación por tu buen desempeño y no solo me refiero a la misión.

Quiso carcajearse al ver como los colores subían rápidamente al rostro de la joven y mas al comprender a ese tipo de estimulación al que se refería. Notando como ella seguía pendiente de que Itadori no los escuchara, sin embargo, tan enfocados estaban las parejas que no percibieron a dos seres que veían desde lo lejos la escena con una sonrisa en su rostro.

- Al parecer Gojou Satoru tiene debilidad por las mujeres jóvenes. – se burlo el peliazul al ver como el hechicero mas fuerte no apartaba la mirada de esa joven. - ¿No esta en contra de las reglas ese tipo de relación?

El ser junto a él simplemente se encogió de hombros restándole importancia a ese comentario.

- Satoru siempre ha sido de las personas que nunca siguen las reglas. – los ojos azabache contemplaron rápidamente el rostro de Miwa. – Pero al parecer esta vez se arrepentirá de no haberlo hecho.

- ¿Y eso porque lo dices? – viendo como este daba la vuelta disponiéndose a retirarse del lugar.

- Porque indirectamente Satoru acaba de confesarnos su talón de Aquiles. - sonriendo ante la ironía de la vida.

En ocasiones para las confesiones no son necesarias las palabras cortas o largas, sino que simplemente nuestras acciones y sentimientos muestran aquellos que negábamos aceptar.


Aquí les dejo otro capítulo, la verdad quise abordar muchas cosas, pero decidí repartirlo en dos partes para que no fuera tan largo. Ademas vienen sorpresas para todos nuestros hechiceros y pronto será revelada una verdad respecto a la razón por la que Cian estuvo con Sukuna. La llegada de dos personajes cambiará un poco las perspectivas de nuestras parejitas.

Muchas gracias por sus muestras de apoyo, por dedicarle un poco de su tiempo en dejarme review y de leerlo. Prometo no desaparecerme por mucho tiempo, además me encuentro escribiendo un fic corto de "Mis dos pequeños problemas" y "Destinos Entrelazados" de GojouxMiwa los invito a leerlo; seguramente vaya actualizando los fin de semana, aunque no estoy muy segura por las condiciones de mi trabajo. Además, agradezco a quienes preguntaron por mi salud, hasta el momento me encuentro bien, solo fue una falsa alarma.

Perdonen si hay uno que otro error ortográfico.

Espero actualizar pronto.

Besos y abrazos.

TheOtherDestiny ;).