Escombros


Cada vez que uno mueve los escombros del pasado es encontrarse con una herida en el camino, como lentamente se va agotando nuestras esperanzas de lo que conocemos de la vida y como en un abrir y cerrar de ojos nuestros ideales, valores o sueños pueden cambiar de la noche a la mañana mostrándonos la crueldad del mundo. Un mundo donde no se puede esconder uno de su destino, porque, así como podemos cambiarlo hay cosas que ya estaban escritas, había una leyenda que decía que cada uno de nosotros nacía con una estrella en específico y que esta llegaba para un propósito en este mundo, entonces a la mente de Utahime venia.

- ¿Cuál era su verdadero propósito en este mundo cruel lleno de maldiciones? – las palabras dichas por la persona que más coraje ha sentido en su vida se repetían como dagas.

Pero el peor del caso es que por primera vez en su vida debía de reconocer que Gojou Satoru le mostro lo que verdaderamente su corazón había estado ocultando por años, solo se necesitaron algunas gotas de alcohol en sus bebidas para que el chamán más fuerte declarara su aberración hacia ella al grado de comparándolo con el mismo que ella repetía una y otra vez sentir hacia él.

- "Puede que yo sea un sujeto insoportable, Utahime. – decía extremadamente serio el peliblanco acercándose más a la pelinegra. – Pero a diferencia tuya, yo tengo claro mis objetivos y propósitos en lo que representa verdaderamente el mundo de la hechicería.

A la mente de Satoru venia la imagen de Yu, Suguru, cada uno de sus alumnos y por último el rostro sonriente de Kasumi. Una persona en la que deseaba que su inocencia no fuera destruida, no ante la crueldad de lo que significaba ser un hechicero.

- Deberías respetarme aun sigo siendo tu superior Gojou Satoru. – lo seguía viendo con varios sentimientos reprimidos, pero sobre todo coraje. – Recuerda que nadie está libre de culpa.

- Yo nunca he dicho que sea una buena persona o alguien inocente de mis acciones, Utahime. – se burló de la sensei de Kyoto. – Solo recalco lo obvio, pero no te preocupes que no soy lo suficientemente idiota al no comprender que me odias con todo tu ser, pero más te odias tu por ser una cobarde, ¿no?

Utahime iba a darle una bofetada, pero Gojou la detuvo quitándose en el proceso la venda mostrando sus ojos igual de serios que ella sorprendiéndola al ver por primera vez a Gojou Satoru carente de emociones.

- La verdad duele, ¿no Utahime? – sonrió cansado. – Así como te dolió enterarte de la muerte de Suguru, de odiarme todo este tiempo ¿no?, por la broma que te gaste hace tiempo de que me gustabas, sino porque fui yo quien precisamente termino con la vida del hombre que negabas reconocer que amabas. Porque fuiste solo un peón más de Gakuganji y de los peces gordos, porque te niegas a reconocer que todo esa jerarquía terminara no solo con la vida de los estudiante. – arrugo el entrecejo Satoru al recordar cómo iban a sacrificar a Miwa. – Sino que terminara con todo lo que conocemos y aun sabiéndolo no los alientas, no los adviertes y dejas que vivan en una burbuja de cristal.

- Te equivocas, no hables como si me conocieras. – Utahime estaba al borde de las lágrimas, ya que a su mente venían sus recuerdos hacia Getou. – Tú no sabes de mi dolor, porque seres como tú, Gojou no conoce el amor y nunca lo harán. – si ese imbécil quería abrirse a la verdad adelante. – Para ti todo esto es un maldito juego, para demostrar que siempre has tenido la razón. Alimentar tu ego como lo haces cada vez que ilusionas a una mujer.

En la mente de Satoru se plasmó nuevamente Kasumi, como esa débil e insignificante chica había logrado introducirse en su morbo, ser y placer. Al grado de no controlar sus impulsos para besarla, tocarla y de simplemente sentirla, corroborando internamente que su colega estaba equivocada. Probablemente no ama a Miwa Kasumi, porque es un hombre demasiado roto, tan destrozado que no le ha importado comenzar a contaminar a la única mujer que ha podido despertar algo en él: "protección y cariño".

- Yo siempre soy claro en lo que busco Utahime. – se estaba comenzando a aburrir. – El amor es para los débiles, así como aferrarse al pasado y volver a indagar en esos escombros, puede que sea un hijo de puta respecto a mi vida íntima o porque simplemente no me plazca defender a los seres débiles. Pero Utahime. – riendo soberbio. – Tú no eres mejor persona que yo, y eso lo sabes perfectamente. Así que te lo advierto la próxima vez que pongan en juego la vida de uno de mis alumnos no responderé de la misma forma pasiva que lo he hecho.

- ¿Lo dices por el recipiente de Sukuna? – indago. - ¿por el hijo de Fushiguro Toji o Zen´in Maki?

- Lo digo por ellos, por Inumaki, Yuta, Panda, Nobara y Kasumi. – dijo soltándola despectivamente. – O cualquiera que esté bajo mi tutela.

Ante la mención de esta última, la mujer abrió ampliamente sus ojos comenzando a boquear.

- Miwa-chan no es tu alumna, ella pertenece a la sede de Kyoto y…

- No dudaron en mandarla al matadero, esperando que Sukuna liberara su poder y la matara, para así dar inca pie para le ejecución de Yuuji. – rio recordando como encontró al Rey de las maldiciones con Miwa. – Pero como vieron que no funciono su plan decidieron mandarla a Tokyo después tratar seguramente de convencerla en transmitirles información acerca de mí.

Los ojos miel de ella veían como dos iceberg profundos los ojos cielo de Satoru como si contuviera un reclamo interno por algo o …por alguien. Sin más miramientos vio como este usaba su infinito para desaparecer dejándola completamente sola, para disponerse a llorar…llorar por lo poco que había vivido con Suguru, de no haber previsto el dolor e impotencia de este, de ser alguien tan manejable para los altos mandos e incluso se permitió llorar como nunca lo hizo al enterarse que Getou Suguru había muerto."

- Porque tuviste que morir Suguru. – sus lágrimas empañaban su vista viendo como una fuerte lluvia caería en Tokyo. - ¿Por qué no confiaste en mí?...porque sigo siendo igual de débil que hace años.

Se recargo en la pared más cercana mientras lentamente caía al piso recordando sus momentos por el azabache, tanto era su dolor que no escucho los pasos de Shoko que al ver a su amiga comenzó a auxiliarla, pero lo único que sintió fueron los brazos de la ojimiel abrazándola con fuerza mientras más lagrimas brotaban.


Itadori Yuuji miraba fijamente a Kugisaki la cual no se despegaba últimamente de Fushiguro provocando que sintiera extraño además de su repentino encuentro con Yuuko que para ser sincero lo desconcertó bastante la actitud de esta. Arrugo el entrecejo al ver como la joven recargaba su cabeza en el hombre del azabache soltando un bufido todo ante la mirada atenta de Megumi quien al ver las reacciones tan infantiles de sus amigos rodo los ojos, preguntándose si así de patético se veía respecto a Tsumiki y pensando que desde la llegada de esa joven llamada Yuuko la actitud tanto de Kugisaki como Itadori había cambiado.

"El pelinegro se sorprendió de ver a Miwa-senpai con Kugisaki en compañía de una joven de apariencia agradable en esa cafetería y más que nada como su compañera había exigido su presencia en dicho lugar, escuchando desde lejos una pregunta que Kugisaki siempre evadía de la realidad.

- Disculpa…por casualidad ¿A ti también te gusta Itado…? – la joven desconocida se dirigió directo a la peli naranja que al escucharla arrugo el entrecejo respondiendo al instante.

- ¡Para nada! Ni, aunque el cielo y tierra se pusieran a bailar la lambada ¡PARA NADA!

Su confesión sorprendió a Kasumi quien la veía enarcando una ceja, comprendiendo que el ego de la chica era más grande que el cariño hacia el joven Yuuji. Sin embargo, no fue la única, ya que Nobara sintió algo extraño en el pecho al grado de sentir como el aire le faltaba.

- "¿EH? Pareciera que el corazón me dio un vuelco". – pensó Nobara tocándose el área como si estuviera lastimada, solo que Kasumi sabía perfectamente que pasaba.

- ¡Oye Kugisaki! ¿Por qué me llamaste? – las chicas dirigieron su mirada al recién llegado asustando un poco a Yuuko.

- Megumi-san…etto…- intervino Miwa, pero entonces Kugisaki se animó.

- Yo, Fushiguro. ¿sabes si Itadori tiene novia? – rio nerviosa ante la mirada de pocos amigos del joven. – Veras esta chica de aquí…- señalando a la castaña.

Pero Megumi enarco una ceja al ver que esta situación era la más incómoda de su vida superando incluso cuando conoció por primera vez a Gojou-sensei y más al comprender que esa chica posiblemente que…

- Así, que tú dices…- exclamo sorprendido ampliando sus ojos viendo más como ellas asentían.

- Si, "eso" mismo. – dijeron ambas

Simplemente se sentó mientras pedía un café negro analizando a la chica y como era un manojo de nervios, suspiro al comenzar su análisis de la situación sentimental del idiota de Itadori.

- A ver en primer lugar no creo que tenga novia. – su declaración alivio tanto a Yuuko como Nobara.

- ¿En qué te basas para decir eso? – el azabache enarco una ceja. – Bueno es que ella realmente se ve interesada en Itadori, mira. – extendiendo la fotografía no viendo nada impactante solo como esa chica había adelgazado un poco.

- No pareció tener ningún problema con la mudanza en Tokyo. – decía aburrido. – Ademas tiene el poster de una mujer sexi en su habitación. – su ceja tembló levemente ante el descaro del chico. – Una novia no permitiría eso, ¿no? – pensando seriamente que la única mujer que convivio gran parte de su vida era Tsumiki al grado que sus sentimientos hacia "su hermana" fueron transformándose. – "No sabre mucho, pero creo que a ninguna mujer le gustaría eso…". – pensó aburrido.

- Creo que Megumi-san tiene razón, además Yuuji solo ha tenido cierto interés en…- viendo de reojo a Nobara, pero al comprender su desliz quiso rectificarlo. – En atrapar maldiciones. – respondió riéndose nerviosamente.

Logrando que Yuuko suspirara, Nobara enarcara una ceja y Megumi se riera mientras tomaba un trago de su café amargo.

- Fushiguro, no sabía que eras del tipo de hombres que se luce delante de las mujeres mientras bebes café negro. – el nombrado casi se atraganta ante la estupidez de su amiga, ya que siempre solía beber el café así.

- Me llamaron porque querían hablar conmigo, ¿no? – agobiado, ya que en estos momentos estaría mejor haciéndole compañía en el hospital a Tsumiki.

- P-Por cierto…- los interrumpió la chica. - ¿Qué tipo de mujeres le gusta a Itadori?

Kasumi dirigió su mirada oceánica viendo a Nobara, así como Fushiguro, pero seguramente al compartir la chica la otra mitad de neurona del recipiente de Sukuna no se percató.

- Ah, bueno…- desviando su mirada. – Me dijo que le gustaban las chicas altas. – ambas chicas festejaron ante esa información.

- ¡Muy bien entonces puedes hacerlo! – decía "alegre" Nobara ignorando ese estúpido sentimiento hacia su amigo.

- ¡SI! Entonces voy a contactar a Itadori. – la castaña se veía demasiado segura tanto que desconcertó a los presentes.

Tanto Miwa como Fushiguro vieron como Kugisaki comenzó a textear con Itadori quien rápidamente atendió a la joven asegurándole que llegaría rápido a su encuentro. Alertándolos que esos dos eran unos despistados de primera.

- ¿Eh? Fushiguro y Kasumi también están aquí. – dijo sorprendido Yuuji.

- ¡Vaya que rápido! – exclamo Nobara al ver la rapidez en que su compañero llego al lugar ganando un sonrojo por parte de este.

Sin embargo, la hechicera se regañó internamente por no anticipar a Yuuji a este encuentro, ya que su antigua compañera era completamente diferente hace seis meses, pero..

- Pero si es Osaka. – se sorprendió Itadori al ver a su antigua compañera de clases. - ¿Qué haces aquí?

Sorprendidos de que alguien tan despistado como Itadori reconociera a la joven extremadamente cambiada, tanto Miwa, Kugisaki y Fushiguro sacaron una paleta con un 10 internamente. En cambio, en la mente de Yuuko todo fue muy claro desde las reacciones de la chica llamada Kugisaki Nobara hasta las de Itadori, no se debía de ser un adivino al ver como este llegaba inmediatamente ante la peli naranja o como había sonreído al verla, así como recordad sus días de escuela cuando un día había escuchado como Itadori decía que él gustaba de ella por ser quien era y no por su apariencia cosa que ni ella misma lo hacía, simplemente porque no se amaba".


Nunca fue amante del alcohol, es más el simple sabor era insoportable para sus pupilas gustativas prefiriendo sobre todas las cosas los platillos dulces y bebidas, por esa misma situación no sintió cuando Mei Mei fue ingresando pequeñas cantidades alcohol hasta que fue demasiado tarde. Tan tarde que no dudo en soltar todos sus pensamientos hacia Utahime acerca de lo jodido que se encuentra el mundo Jujutsu y como odio con cada fibra de su ser a los peces gordos cuando se encontraban utilizando a Kasumi, por el simple hecho de ser inferior a todos los demás. Él sabía perfectamente que la joven no destacaba entre los nuevos, pero era un diamante en bruto con demasiada energía maldita almacenada y combinada con esos extraños poderes espirituales heredados por Cian, Kasumi podría incluso superar a sus alumnos. Pero existía algo que no permitía a Miwa Kasumi a crecer dentro de su mundo y no era solo el mal entrenamiento que estaba recibiendo en Kyoto, sino que Kasumi es un ser de luz, demasiado buena y pura. Alguien que a pesar de las desgracias siguió con su vida protegiendo a su familia al grado de aceptar su destino sin protestar y por ese mismo motivo debería de estar arrepintiéndose de encontrarse recorriendo con sus manos las níveas piernas de ellas, besar desesperadamente sus labios y desearla para él.

Levanto su torso solo para ver la imagen más excitante Kasumi tenía sus mejillas sonrojadas, las manos hechos puño en las sabanas, su respiración era cada vez más agitada, así como el camino de besos y mordeduras desde su cuello hasta los senos.

- Verdaderamente eres hermosa, Kasumi. – tocando con delicadeza su rostro al ver la mirada nublada de deseo. – Muy hermosa.

El rostro de Miwa seguramente le hacía competencia a un tomate maduro por las palabras que Satoru no dejaba de soltar desde que comenzó a besarla, percibiendo el anhelo y deseo que sentía en estar con ella. El cual también era reciproco, pero existía algo más en su mirada…es como si deseara olvidarse de algo o de …alguien, sintió un dolor en el pecho al imaginar que posiblemente el hombre desee olvidar a otra mujer en sus brazos, ensombreciendo su mirada provocando que Satoru se reprimiera por ser tan impulsivo con sus palabras conociendo la situación de Miwa.

- ¿En serio soy tan hermosa, Satoru? – su comentario provoco que Satoru, comenzara a quitarle su short junto con las bragas sorprendiendo que esta vez fuera más rápido en desnudarla.

Cuando vio por primera vez a Kasumi completamente desnuda ante él, su morbo incremento en todas cosas que deseaba hacer con ella, pero en un momento de lucidez capacito. Ella no debería entregar su primera vez por un arrebato suyo, rápido comenzó a quitarse su pantalón ante la mirada atenta de Miwa, que al ver como sobresalía la excitación de Satoru en su ropa interior desvió la mirada, recordando su conversación con Mai.

- "Y bien, ¿no piensas decirme quien es el afortunado? – Kasumi se sorprendió de ver a Mai saliendo del baño y como se recargaba en la puerta de este viéndola burlona. – Vamos Miwa esos moretones que tienes en el cuello, no fue por una maldición sino porque seguramente te has estado divirtiendo de lo lindo. – decía acercándose ante la sonrojada joven. – Por tu rostro estoy en lo cierto.

- Mai, yo…etto…- comenzó a balbucear.

- Despreocúpate soy la menos indicada en juzgarte. – lavándose las manos. – Me imagino que te tardaste en conocer el sexo. – la peliceleste agacho la mirada.

- Bueno precisamente…no hemos tenido sexo…- recordó las veces que Gojou-sensei la había hecho llegar a un orgasmo siempre respetando su decisión de aun cruzar esa línea.

- Pues déjame decirte que para solo jugar el sujeto te deja extremadamente marcada. – se rio. – Seguro es demasiado caliente y experimentado.

Kasumi con la mirada agachada asintió, porque no desmentía a su amiga acerca de la descripción de su… ¿novio, amante…que eran realmente ella y Satoru?

- Aunque reconozco que me da miedo dar el siguiente paso. – suspiro. – Temo hacerlo demasiado mal, que termine decepcionarlo.

- Me imagino que si no te lo ha exigido es porque realmente te quiere, está obsesionado o eres buena haciendo orales.

Ante la forma tan explicita en que Mai decía aquello hacía que Kasumi se sintiera nerviosa al grado de sentirse demasiado torpe en temas tan comunes como el sexo, pero siendo honesta consigo misma no se había cuestionado acerca de este hasta que Gojou Satoru comenzó a posar sus ojos en ella o específicamente sus manos. Al parecer la Zen´in interpreto sus pensamientos.

- ¿Nunca le has hecho un oral al tipo, no es así? – Miwa negó meciendo un poco su cabello. - ¡Por dios Miwa! Es lo más normal de mundo, no deberías de ser una reprimida, el sexo es la mejor forma de quitarse el estrés que existe, créeme. – cruzándose de brazos. – Y si mi deducción es correcta el "chico en cuestión" debe ser un completo depravado al no tener tacto en dejarte esas marcas.

- Bueno…siendo honesta…la verdad es que si, pero…él nunca me lo ha pedido. – contra resto nerviosa Kasumi tocando las zonas en cuestión.

- Eso es muy obvio, pero créeme que no siempre te lo pedirán, así como me imagino que no te pide permiso en tocarte. – sacando su celular buscando algo y ver como comenzaba a bajarle el volumen. – Toma y mira con atención el video.

La ojiazul enarco una ceja sin comprender tomando el teléfono de Mai y al ver lo que se estaba reproduciendo no hizo más que ampliar sus ojos. Porque el video que su amiga le deseaba mostrar era de una chica comenzando a estimular el miembro de un hombre con su boca, notando como esta lo lamia, para después ingresarlo y mientras hacía eso tocaba…

- Eso es lo que debes de hacer, Miwa. – Mai deseaba carcajearse de su amiga. – Si te soy honesta, así como el hombre debe de conocer el empoderamiento a través de nuestro cuerpo, nosotras también podemos tenerlos en nuestras manos si nos lo proponemos."

Tan absorta estaba en sus recuerdos la joven, hasta que sintió como Gojou la sentaba en la orilla de la cama, encontrándose él detrás de ella sintiendo por completo la piel desnuda de su esculpido pecho y percibiendo que también se encontraba completamente desnudo al sentir algo en la parte baja de su espalda, advirtiéndola que el día de hoy probablemente pierda su virginidad.

- Si dudas de mis palabras, ¿Por qué no te miras en el espejo, Kasumi-chan? – la nombrada no comprendió hasta que noto como ambos estaban desnudos frente a un amplio espejo de cuerpo completo, viendo como Gojou besaba desde su mejilla hasta el cuello con la punta de su lengua haciendo la imagen más…erótica de su vida.

Volteo un poco su rostro viendo como las mejillas de Satoru también estaban un poco enrojecidas, sus ojos cielo fijos en ella y regalándole una sonrisa ladina que murió al poco tiempo en sentir nuevamente los labios de él sobre los de ella. Kasumi sentía sus piernas como gelatina, mientras el beso se intensificaba y las manos de él comenzaron a tocar sus senos primero tocándolos suavemente para luego estrujarlos dejando la marca de sus grandes dedos.

- Sa-Satoru…yo…- Kasumi se encontraba extremadamente nerviosa, más al sentir cierta parte de la anatomía de Gojou, que empujaba cerca de su trasero.

- Solo déjate llevar, Kasumi. – sus manos comenzaron a bajar tocando el vientre plano de ella, deteniéndose cerca de su monte de venus, detallando cada reacción de ella en el amplio espejo. – Por que no miras en el espejo y así comprenderás mi respuesta de que tan hermosa te veo.

Los ojos azules de Miwa estaban fijos en sus reflejos en ese espejo, notando como una de las manos de Satoru bajo a su sexo comenzando a tocarlo con dos dedos cuidadosamente, mientras la otra se dirigía a las cicatrices de su espalda baja y sus labios mordían sus hombros. Todas esas sensaciones hicieron que cerrara los ojos y escuchando sus pudorosos gemidos.

- Me encantaría estar dentro de ti, Kasumi. – dirigiendo sus besos a la delicada espalda de ella. – Pero creo que por el momento es mejor solo jugar de nuevo. – sincronizando sus caderas a los movimientos de ella mientras estimulaba su clítoris. - ¿De acuerdo?

Gojou sonrió soberbio al ver como asentía frenéticamente con su cabeza recargada hacia atrás de su hombro, sus ojos cerrados y los gemidos que tanto adoraba de ella, notando como el placer estaba por expandirse.

- S-Si…esta bien…- se encontraba tan sumergida en las sensaciones que los dedos de Gojou le regalaban, sintiéndose como una muñeca hasta que sintió como ingresaba…- ¡Ah! E-Espera…- dirigiendo rápidamente una mano a la zona. - Me duele sácalo por favor. – gimió adolorida al sentir otro dedo de Satoru en su zona y cabe destacar que no eran nada pequeños.

- Shhh…tranquila. – mirándola a los ojos. – Necesito estimularte lo suficiente, para cuando llegue el momento y no te duela mucho, además créeme que esto es poco comparándolo con lo otro.

Kasumi mordió su labio inferior por lo incomodo que se estaba tornando, logrando tensarse y que la tarea para el hombre fuera mas difícil. Mas aun al comprender las palabras de Gojou sobre el tamaño de su miembro y cuando llegara el momento "eso" ingresaría en su interior, cuestionándose nuevamente ¿si seria lo suficientemente buena para alguien como él? Además ¿Cómo ingresaría eso en ella?

Las reacciones de la joven junto con las pequeñas lagrimas que deseaban salir de sus ojos, hicieron comprender que su juego se estaba excediendo. Mas aun al asustarla sobre el tamaño de su miembro, iba sacar sus dedos del sexo de ella, pero sintió como la mano de Kasumi se poso sobre la de él.

- Ti-Tienes razón. – tenia la voz temblorosa, regalándole una sonrisa sintiéndose un verdadero bastardo. – Solo que esto…aun no logro acostumbrarme y…me da miedo también decepcionarte a ti.

Aquello descoloco a Satoru haciendo que las palabras de Utahime regresaran a él, ¿Por qué seguía con todo esto? ¿Por qué simplemente no tomaba de Miwa Kasumi lo que su cuerpo tanto deseaba? Es como si esa niña tuviera un imán, donde su sola presencia lograba descolocarlo completamente, al grado incluso de casi exponerse con su colega recalcando el odio hacia Gakuganji y los peces gordos por tratar de sacrificarla. Sin darse cuenta que el mayor peligro en la vida de Kasumi es él. Un hombre que no a dudado en corromperla a través de sus encuentros, sus caricias, sus besos y cada vez que la hace llegar a un orgasmo.

- Satoru, ¿estas bien? – toco con delicadeza la mejilla del hechicero que simplemente rodeo con su brazo libre su cintura ocultando su rostro en el hueco entre su cuello y hombro.

- Tu nunca me decepcionarías, Kasumi. – apretando su cuerpo más hacia él. – Tu eres demasiado buena.

Esas palabras hicieron parpadeara desconcertada, comprobando que algo había sucedido en esa salida al grado de afectar al gran Gojou Satoru más de la cuenta y por primera vez en su vida se armó de valor, alejándose un poco del abrazo para girar su cuerpo. Tomo entre sus manos el rostro serio de Gojou para besarlo en la frente y susurrar.

- Creo que…llego el momento de consolarte como sueles hacerlo conmigo. – sus mejillas estaban rojas y sentía sus nervios a flor de piel, pero no podía arrepentirse. – Ahora me toca hacerte sentir bien, Satoru. – decía dándole un rápido beso.

Gojou alzo las cejas sin comprender y justo cuando iba a cuestionarla sus palabras se quedaron atoradas al ver como Kasumi se levantaba de su regazo viendo desde su ángulo el precioso cuerpo de ella, pero apretó los puños al notar las cicatrices que abultaban su espalda baja, volviéndose a cuestionar, ¿Quién seria capaz de lastimar a alguien como ella? Viniendo a su mente las palabras de la panadera acerca de la relación de Kasumi con su progenitor y sobre la familia del hombre. Cerro los ojos al sentir como Miwa estaba arrodillada delante de él tomando con delicadeza su miembro, viéndolo impresionada, asustada y curiosa.

- Ka-Kasumi. – sus ojos cielo miraron a la joven que al decir su nombre levanto su rostro sonriendo, para después agacharlo y sacar su lengua para lamer un poco de la punta.

Para ella era nuevo, siendo honesta si le asusto mucho el tamaño de Satoru, aunque nunca había visto uno antes en su vida estaba segura que el hechicero tenia motivos de sobra para sentir su ego en los aires. Comenzó a acariciar el miembro erecto del peliblanco, sintiendo como se tensaba; la voz de Gojou se volvió ronca al sentir sus tímidas mas subiendo y bajando por la longitud de su miembro viendo sus movimientos en ese espejo, detallando la desnuda espalda de Kasumi y como su cabello caía como cascada en él. Termino cerrando los ojos cuando Kasumi no pidió permiso para llevarse su miembro a la boca, sintiendo la humedad de esta.

- Si…- gimió ronco cuando su lengua rozo un punto sensible para él y rápidamente ella sacaba su miembro por el movimiento. – L-Lo estas haciendo tan bien, cariño. – llevo sus manos a la cabellera de Miwa observando su mirada nublada por el placer y unas pequeñas lágrimas.

Kasumi no podía creer lo que estaba haciéndole a Gojou Satoru comenzó primero lamiendo lentamente el pene de este sintiendo la textura y sorprendiéndose porque no bajaba de tamaño, era iluso incluso para alguien como ella esperar a que bajara un poco para ingresarlo en su boca, así que sin previo aviso ingreso parte del miembro sintiendo con su lengua la parte mas privada de la anatomía de Gojou, con el ritmo de los movimientos que vio en el video de Mai junto con uno que otro consejo dado. Comenzó a mover su boca sintiendo el peso del miembro de Satoru en su garganta, su dureza y su grosor comprendiendo que no era tan desagradable incluso su mismo cuerpo comenzó a calentarse sintiendo sus pezones mas endurecidos al grado de dolerle y solo pudo metérselo mas a la boca, apretando suficiente con su mano en la base y con sus labios al salir.

- Estoy…por terminar…K-Kasumi. – la imagen erótica de comiendo su miembro era demasiado para él.

Sabia que esto era demasiado para ella, pero se dio cuenta de que tan retorcido estaba su deseo por Kasumi al pedirle lo siguiente.

- Ka-Kasumi…métetelo todo a la boca. – su voz ronca junto con sus gemidos alentó a Miwa, acatando la orden del sensei cerró los ojos disfrutándolo.

La piel de ambos se estaba calentando, Satoru no podía creer como estaba corrompiendo la inocencia de Kasumi-chan, que aun en esa posición seguía viéndose demasiado tierna y pura. Comenzó a envestir dentro de la boca de Miwa, escuchando los gemidos de ella. Con unos movimientos más rítmicos y certeros se derramo en la boca de ella, que al sentir la primera expulsión del semen espeso resbalando en su garganta, llenándola de un sabor dulce.

- Eres perfecta. – soltó limpiando en la comisura de los labios de Miwa los restos de su esencia y solo siendo recibido en una tímida sonrisa. – Ahora es mi turno de hacerte sentir bien.

Volviendo a la posición anterior sentándose él, donde abraza a Kasumi por detrás y sentándola en el proceso siente los fluidos del sexo de ella, corroborando que lo desea con la misma intensidad.

- Abre las piernas, Kasumi. – acato rápidamente la solicitud de Gojou, viendo como se acomodaba quedando sus sexos demasiado juntos, provocando que se tensara. – Ey, relájate. Te lo he dicho no haremos algo que no desees, tranquila. – mordiendo el lóbulo de su oreja. - ¿Confías en mí?

A estas alturas sería ridículo aun estar avergonzada después de lo que hizo con él, pero al parecer era su estado natural en estas situaciones.

- Si, Satoru. – apretó la mano que sostenía su cintura, cosa que aprovecho el peliblanco en tomar la otra y juntas acercándolas a su sexo.

- Iras guiando mi mano para saber como desees que te toque. – los grandes ojos de Kasumi voltearon a verlo sin creer lo que pedía. – Veras que te gustara confía en mí. – guiñándole el ojo y su sonrisa gatuna.

Sin esperar mas Kasumi fue guiando la mano de Gojou comenzando con sus pliegues, percibiendo su excitación y estimulando su clítoris, todo ante la mirada del hombre que agradecía el regalo de hace años por parte de Nanami argumentando que así podría contemplarse todas las mañanas junto con su ego.

- "Si tan solo supiera para lo que estoy utilizándolo en estos momentos, seguramente me castraría". – rio al imaginarse al hechicero de primer grado, sincronizaba sus caderas con las Kasumi que estaban moviéndose de arriba hacia abajo a medida de su estimulación. – Ahora pasaremos a la mejor parte. – rio infantilmente.

Con cuidado posiciono su miembro cerca de la entrada de Miwa haciendo fricción en sus partes moviéndose ambos, realmente era maravilloso, ver como el cabello de ella se pegaba en su frente, sus mejillas sonrojadas, mientras su rostro lo tenia recargado en su hombro, sus ojos cerrados, la melodía de sus gemidos y sobre todo los movimientos que realizaban con sus manos, además de su miembro tocando los mismo pliegues.

- Es hora de venirse, Kasumi-chan. – haciendo más rápida la fricción alejando por completos las manos de ambos, provocando que Miwa sintiera nuevamente como tenia un nuevo orgasmo.

- ¡Satoru! – gimió alto al sentir sus músculos tensarse para después ablandarse por todo aquello que el chaman le regalaba.

Compartiendo un último beso sin imaginar lo que el destino depararía para después.


Podía sentir como la mirada de Yuuji taladraba su nuca mientras depositaba a Kugisaki en su cama cuidadosamente, después de ver un maratón de películas del momento.

- Podrías dejar de observarme realmente es incómodo. – arrugo su entrecejo el azabache volteando a ver a Itadori. – Si tanto te gusta deberías de ser claro con ella y no sacar excusas, eso es patético.

El nombrado arrugo el entrecejo ante el comentario fuera de lugar de Fushiguro, tomándolo por el hombro para encararlo.

- Sabes que todo lo que concierne a Sukuna no es una excusa, Fushiguro. – ambos se quedaron callados al recordar los antiguos encuentros con el Rey de las maldiciones. – Fushiguro, puedo encargarte algo.

- Si está en mi alcance, podría hacerlo. – Megumi se rasco la nuca cansado de todos los nuevos romances que estaban surgiendo en el Colegio.

Itadori sonrió agradecido, porque sabia que a pesar de esa apariencia apática de Fushiguro era un buen chico.

- Cuando tenga que pasar todo lo referente a Sukuna, ¿podrías proteger a Kugisaki? – viendo a la peli naranja que sen encontraba dormida. – Se que ella es fuerte y podrá con todo, pero uno nunca sabe lo que el destino nos depara. – recordó a Jumpei y su madre en como murieron a manos de Mahito apretó los puños llenos de impotencia.

Todo ante la mirada azul profundo de Fushiguro comprendiendo que algo había sucedido con Itadori en su entrenamiento con Gojou-sensei. Algo que cambio por completo a su compañero al grado de mantener firme su objetivo de mantener a salvo las máximas vidas posibles y no morir solo al final de sus días.

- No tenias que decírmelo. – dijo con simpleza Megumi, ganando una mirada consternada de Yuuji. – Como anteriormente se los dije, yo decido a quien proteger y me guste o no todos ustedes están involucrados…sobre todo ella. – venia a su mente Tsumiki, pero lo que no sabia es que Itadori malinterpreto a quien iba dirigida esa mirada de Fushiguro.


- Realmente Satoru sobrepaso los limites el día de hoy. – dijo demasiado molesta Shoko mientras fumaba a fuera de la habitación de su amiga en compañía de Mei Mei.

Nanami ya se había retirado argumentando que tenia un compromiso importante, por lo que no había presenciado la disputa de sus amigos.

- Deberías de tranquilizarte. – divertida por la situación Mei miraba como caían la lluvia. – Tampoco Utahime se comporto de la mejor manera con Gojou, además de que esas bebidas que ingirió tenían un poco de algo que su sofisticado paladar no puede controlar por completo.

- ¿Estas justificándolo, Mei Mei? – cuestiono sin creerlo Shoko, bueno, aunque hace tiempo sabia que Gojou y su compañera se entendían íntimamente, pero…- Mei Mei ¿te enamoraste de Satoru?

La nombrada alzo por un segundo las cejas, para después reírse ante las ocurrencias de la castaña.

- Pero que demonios dices Shoko. – negando con la cabeza. – Sabes perfectamente que cualquier mujer que entrega su corazón a Gojou Satoru termina destrozada, por el simple hecho que el no sabe amar solo follar y créeme que querida que el muy bastardo lo sabe hacer muy bien.

Ieri arrugo el entrecejo al imaginarse una escena comprometedora de sus dos amigos, pero la ojiazul tenía razón, apreciaba a Satoru tanto como a un hermano, sin embargo, no era tonta y quería tapar el sol con un dedo. Aun no existía o nacía la mujer que hiciera cambiar al cínico, ninfómano, infiel y poderoso Gojou Satoru.

- "Aunque su expresión cambio cuando nombraron a esa chica". – negó incluso alguien como él no se atrevería a involucrarse en algo tan peligroso. –"Seguramente son ideas mías, he pasado mucho tiempo desvelándome." – pensó. - ¿Qué tanto haces, Mei Mei?

Viendo fijamente como Mei Mei no despegaba su vista de su celular mandando seguramente un mensaje, pero lo que asusto fue la sonrisa ladina de ella. Conociéndola como era, seguramente traería desgracia lo que estuviera planeando.


Abrió lentamente sus ojos desorientado del lugar, hasta que sintió un tibio cuerpo abrazándolo fuertemente, así como una fragancia demasiado conocida para él. Sonrió soberbio al recordar los momentos de anoche con Kasumi, maravillado de el pequeño avance que tuvo con la chica respecto al sexo y arrepintiéndose momentáneamente en no haber terminado el encuentro haciéndole el amor. Detuvo abruptamente sus pensamientos ante esta ultimas palabras, el no solía decirlas o si quiera pensarlas. - ¡Por dios él era Gojou Satoru!. – Simplemente se follaba a quien deseara sin restricciones ni remordimientos, pero…

- Desde que estoy contigo, no lo he hecho. – acomodando unos cabellos de su desordenado fleco. - ¿Qué me has hecho, Kasumi-chan? – rio negando al ver como un pequeño rastro de baba adornaba la comisura de su labios. – Incluso así te vez tremendamente sexi.

Su teléfono comenzó a sonar provocando unos pequeños dolores en su cabeza, seguramente por no estar acostumbrado a tomar, aunque reconocía que si tenia mas control del que pensaba. Busco por todo el lugar el celular hasta dar con él, arrugando el entrecejo al ver que se trataba del Clan. Lo mejor era bañarse antes de que Kasumi despertara y aun después de anoche seguramente se encontraría demasiado avergonzada por su excelente participación como alumna, sonrió ante el recuerdo, anotando mentalmente en pedírselo mas seguido.

- Por cierto, Kasumi-chan no tienes que fingir más sé que estas despierta desde que sonó mi teléfono. – viendo por el rabillo como rápidamente se tapaba hasta la cabeza.

Camino lentamente hasta subirse arriba de ella y quitar las sabanas que la cubrían, provocando un pequeño grito de ella.

- L-Lo siento. – se encontraba demasiado roja. – Es solo que no deseaba incomodarte y…

- Kasumi, no crees que es momento de que dejemos las penas en segundo término. – tocando su mejilla. – Digo después de todo anoche estuviste fantástica con esa demostración. – sabia que si continuaba Miwa se desmayaría. – Iré a bañarme, ¿no deseas acompañarme?. - sugirió sugestivamente e hizo un puchero al ver como ella topaba mas su desnudez. – Bueno cámbiate te iré a dejar al Colegio y después salimos ¿Qué te parece?

La mirada azul brillo como una niña al recibir un premio, Kasumi asintió feliz y dándole un rápido beso la dejo en la habitación para que se sintiera mas cómoda en cambiarse o tratar de encontrar la ropa que estaba esparcida. Miwa desvió la mirada ante la desnudez de Gojou y en cuanto despareció.

- De acuerdo, es mi oportunidad para buscar mi ropa. – decía enérgicamente feliz y es que al parecer sus fantasmas internos desaparecieron nuevamente acerca del tipo de relación que estaba sosteniendo con el hechicero.

Se cambio rápidamente con el short y blusa holgada que uso ayer cuando salió con sus amigos, incluso estaba algunos billetes y su celular que al encenderlo vio varios mensajes de Suki, sus hermanos y…

- ¿Qué raro Mei-san no suele mandar mensajes? – cuestiono Kasumi al ver un mensaje de su anterior sensei en la madrugada, pero en cuanto lo abrió deseo no haberlo hecho.


Hola nuevamente! Por fin he tenido oportunidad de subir el capitulo, mi trabajo me ha estado exigiendo demasiado al grado de tener las ideas, pero no poder plasmarlas jajajaja Muchas gracias a cada una que me escribe dejandome su review y los que se toman su tiempo en leer. La verdad este capitulo fue lleno de emociones para varios de nuestros personajes y mas aun para Gojou y Miwa; descubriendose mutuamente aunque al parecer algo cambiara en ellos. ¿Qué es ese mensaje que Mei Mei le envio a Kasumi? ¿Sucederá algo que haga cambiar a nuestros protagonistas?

Bueno eso y mas se vera en el siguiente capítulo: "El secreto del Templo Sensō-ji".

Perdonen si hay uno que otro error ortográfico.

Espero actualizar pronto.

Besos y abrazos.

TheOtherDestiny ;).