El secreto del Templo Sensō-ji


"Sus ojos azules veían embelesada la belleza que reflejaba el agua cristalina de ese pequeño lago mostrando su esplendor y como la fauna se movía feliz dentro de su habitad, por un momento envidio la libertad de esos animales. Comparándola con la pequeña jaula o queda que la tenían atada a su pueblo, pero eso no significaba que no los quería o deseara dejar de protegerlos, sino más bien deseaba ser como las jóvenes de su edad, tener amigos, salir y…conocer el amor.

- No ser simplemente la benefactora Cian. – murmuro con tristeza, viniendo a su mente el recuerdo de aquella maldición que no la mato hace tiempo prometiéndole incluso que volvería a verlo. – Me pregunto si aún seguirá existiendo, seguramente si Ryomen-sama se veía como una persona demasiado poderosa, pero demasiado vacío por dentro.

Suspiro derrotada ante eso, su misión como sacerdotisa era proteger a su aldea, así como a los grandes Clanes de cualquier adversidad para eso había nacido. Por eso mismo se enojaba con ella misma por aquellos sentimientos débiles que tenían y cuestionándose si realmente era de utilidad su existencia incluso en el mundo de la hechicería era muy difícil destacar más siendo una mujer donde solo esperaban a llegar cierta edad, para ser desposada.

- Yo no deseo casarme así. – hablaba mientras veía su reflejo en el agua. – Yo deseo enamorarme y ser correspondida. – se sonrojo de solo imaginarlo, pero su monologo no solo fue escuchado por ella sino por alguien más que en la rama más alta de un árbol la había visto.

- Entonces deberías olvidarte de eso niña. – una voz cercana hizo que reaccionara, dirigió su mirada azul hacia el único árbol más cercano del lago. – No me mires con esa cara, eres demasiado despistada. Ni siquiera te diste cuenta que llevo un buen rato aquí.

Cian arrugo el entrecejo ante la actitud soberbia de ese… ¿hombre? Bueno, aunque su apariencia era un poco similar al de una mujer, pero su vestimenta como uno que otro rasgo…

- Soy un chico por si te lo preguntas. – el desconocido agrando su sonrisa al ver el desconcierto en la joven. – Para ser una sacerdotisa deberías estar más alerta.

Bajando del árbol quedando cara a cara de la joven ojiazul, percibiendo su energía espiritual desbordante al grado que a kilómetros se podía percibir. Ese fue el motivo por el cual se acercó a esta aldea mediocre dejando atrás a su hermano mayor, además de no soportar las actitudes infantiles de este.

- ¿Quién es usted? – cuestiono deductiva Cian, mirándolo con cautela podía percibir una gran cantidad de energía maldita.

La pregunta de la sacerdotisa divirtió al peliblanco quien simplemente se acercó más a ella, provocando que diera un paso hacia atrás, ese joven vestía un kimono tradicional azul marino haciendo contraste con su cabello blanco hasta los hombros, su estatura era superior al de ella, su piel era un poco blanca y sus fracciones más de cerca eran más masculinas, aunque lo que verdaderamente desconcertó a Cian fue que sus ojos estuvieran vendados.

- Debería de encontrarme ofendido. – viendo a través de su venda la menuda figura de la mujer. – Te has encontrado defendiendo esta aldea, así como los grandes Clanes y ni siquiera sabes quién es uno de los herederos de la técnica de maldición ilimitada.

Aquello sorprendió a Cian reprochándose internamente lo despistada que podía llegar a ser, pero aquel joven se mostraba demasiado divertido por la situación y justo cuando iba a disculpase ambos escucharon una voz lejana.

- ¡OE ONIICHAN! – gritaba agitando la mano sonriente viendo a su hermano. – Mira lo que encontré.

La ceja del nombrado tembló ligeramente ante la estupidez de su hermano y en cambio las mejillas de Cian se sonrojaron al ver un hombre muy parecido al joven frente a ella, solo que su cabello blanco se encontraba desordenado y estaba sujeto en una coleta baja. Pero lo que llamó la atención de la ojiazul fue la sonrisa infantil de este, alzando una red mediana que contenía una cantidad considerable de peces, pero sorpresivamente antes que llegara con ellos piso mal un pozo provocando que se cayera de bruces cerca del rio, sin embargo no fue solo…

Por auto reflejo el joven se sostuvo de lo primero que estaba y eso era el cuerpo de la sacerdotisa, Cian al encontrarse empapada parpadeo desconcertada alzando las cejas y más aún al sentir un cuerpo arriba del suyo. Levanto la mirada para ver al responsable de su caída, pero al hacerlo se sorprendió al ver un rostro sumamente atractivo, aunque el verdadero motivo de su embelesamiento fue…

Kasumi abrió abruptamente sus ojos incorporándose levemente en la superficie de su cama, su respiración era más agitada de lo habitual, toco su frente al darse cuenta que estaba sudando y tenía ciertos espasmos en su cuerpo.

- Fue solo un sueño. – susurro para ella misma, pero se sentía tan real…tan reciente. – Seguramente eran memorias de esa mujer. – cerro los ojos recordando a Cian. - ¿Por qué cada día son más frecuentes? ¿Quiénes eran esos hombres o más bien…él?

Agito su cabeza tratando de borrar esas imágenes meciendo un poco su fleco, ahora más que nunca debía de investigar acerca de esa mujer y al parecer tiene mucha relación con el Rey de las maldiciones. Pero según las palabras de Satoru no creía que Cian fuera concubina de Sukuna, acerco su mano a la altura de su pecho al recordar al portador del infinito y como ella había puesto "fin a su relación" ni siquiera tenía un nombre lo que ellos estaban haciendo. Pero debía de ser realista y darse cuenta que hombres como Gojou Satoru estaban muy lejos de su liga, una clara muestra de ello fue la fotografía detonante para abrir sus ojos.

- Aunque…realmente lo extraño demasiado. – su mirada se tornó sombría. Deseando ver de nuevo al menos la presencia del hechicero. – Me pregunto ¿Qué estará haciendo?


Lo mismo pensaba Satoru que se encontraba realmente fastidiado de esta reunión de último minuto con los hechiceros de ambos Colegio, siendo Kyoto el lugar. Durante el transcurso de las semanas le han designado demasiados casos de maldiciones de grado especial a tal grado de desesperarlo y su último encuentro con Kasumi no le ayudaba mucho. Sabía que debía de estar agradecido internamente con ella al detener sus encuentros clandestinos, pero desde que Kasumi dejo en claro la relación que solo debía de existir entre ambos se sentía frustrado y aburrido, pero sobre todo enojado de la monotonía que volvía a ser su vida después de ese encuentro casual de la chica con sus alumnos. Notando que desde ese momento había puestos sus ojos en ella de una manera nada sana, viendo de reojo con enorme coraje a Mei Mei y su última gracia. Una que por primera vez en su vida estuvo de acuerdo con Utahime sobre el humor negro de la mujer de cuerpo proporcionado.

"En cuanto salió del cuarto de baño ya cambiado, vio como Kasumi se encontraba aun en medio de su cama completamente vestida bueno excepto por sus zapatos, sonrió al recordar lo bien que pasaron la noche y como ella se atrevió a dar un gran paso en el ámbito sexual sorprendiéndose él de encuentro por lo bien que…

- Ya nos podemos ir. – susurro Miwa incorporándose aun mantenía la mirada gacha.

- Claro. – respondió Gojou colocándose su característica venda. – Kasumi, ¿estás bien?

La nombrada simplemente asintió, pero sabía por su energía maldita que no era verdad. A sus ojos nadie podía ocultarle nada, absolutamente nadie tomo la mano de Miwa para transportarlos a su habitación en el Colegio. Al llegar sintió un vacío cuando ella soltó su mano.

- Kasumi, ¿Qué te…?

- Creo que debemos de terminar con esto. – soltó de forma abrupta la joven. – Es decir si somos críticos esto podría perjudicarnos a futuro. – tocaba su brazo nerviosamente. – es tan peligroso que siendo honesta no creo que valga la pena.

De todos los escenarios que se imaginaba este era el último, pudiera que siempre mostrara una actitud graciosa incluso relajada, pero en situaciones como este donde todo se tornaba en su contra y ser consciente que las palabras de Kasumi estaban en lo correcto. Tan correcto que por eso mismo lo olvidaba siempre cuando estaba cerca de ella, cuando por "accidente" buscaba la forma de tocarla, cuando se besaban o cuando ambos jugaban. Entonces comprendido la situación o más bien en el riesgo que estaban involucrados los dos si alguien llegaba a descubrirlos, donde tenía sus sospechas de que Megumi y Sukuna sabían algo, pero… ¿Por qué se negaba a que ella fuera quien precisamente reaccionara?

- Si eso es lo que quieres, está bien. – dijo sin ningún signo de emoción. – No te obligare a nada, posiblemente tu fetiche de salir con un sensei fue pasajero o no fue lo suficientemente excitante para ti. – sabía que estaba siendo cruel.

Kasumi levanto la mirada incrédula ante las palabras de Gojou, encontrándose que este se había quitado su venda mostrando sus ojos completamente inexpresivos al grado de por primera vez intimidarla.

- Lo siento. – simplemente dijo eso. – Yo…

- Tengo que irme. – sintió una punzada extraña, cosa que ignoro como lo ha estado haciendo desde…- Nos vemos.

Dejando a Miwa completamente sola en la habitación, sin saber que ese pequeño dolor que estaba experimentando Gojou Satoru no se comparaba con el de ella. La ojiazul cayo de rodillas en la habitación llorando como era su costumbre, desde que comprendió ser diferente a los demás traería problemas, desde la muerte de sus padres, la situación de su hermano, el descubrimiento de Cian y por último sus sentimientos hacia posiblemente el único hombre que haga vibrar todo su ser.

- Al parecer cuando siento que doy un paso hacia adelante, retrocedo dos. – sonrió amargamente. – Tal vez esto no es culpa de esa mujer y simplemente sea siempre la inútil Miwa.

Pero lo que no sabia Kasumi es que Satoru no se había ido del Colegio, sino que se encontraba detrás de la puerta escuchando todo, sintiéndose él peor de los hombres. Prefirió retirarse para dejar que Miwa se tranquilizara, se dirigió hacia la salida de los dormitorios se detuvo de inmediato en cuanto vio a Megumi sentado en los escalones del lugar mirando aburrido todo su alrededor.

- "Al parecer algunas cosas nunca cambiaran". – pensó en su primer encuentro con el azabache que al sentir su mirada giro el rostro a su dirección. - ¡Buenos días Megumi-chan!

Sonó alegre mientras se posicionaba delante del chico que al verlo frunció el entrecejo.

- Vaya parece que hoy amaneciste mas antisocial de lo acostumbrado. – rio un poco.

- Y al parecer usted amaneció mas sarcástico de lo acostumbrado. – enarco una ceja. – ¿Fue agitada la noche ayer para ustedes?

Estaba seguro que si no estuviera portando su venda el joven hubiera visto su sorpresa, acaso Megumi escucho ayer cuando él y Kasumi…

- No comprendo que me estas tratando de decir. – dijo aburrido y un poco impaciente.

Al notarlo Fushiguro suspiro derrotado su sensei siempre será un idiota a pesar de ser el chaman mas fuerte de todos, sin esperar más saco su móvil del bolsillo buscando algo y cuando lo encontró se lo mostro al peliblanco.

- Al parecer alguien les jugo una broma a Utahime-sensei y a usted. – hablo al ver como Gojou se quedaba mudo. – Esa fotografía puede interpretarse de muchas formas, pero creo conocerlo y se que nunca se involucraría con Utahime-sensei. Si así fuera, ¿Por qué esperar casi diez años después de conocerse?

No podía creer lo que sus ojos veían, frente a él se encontraba una fotografía en un ángulo comprometedor Utahime y él justo en el momento de su discusión, recordando que tan tenso estaba el ambiente sin importarle el espacio personal y cuando tomo su mano deteniendo la bofetada que la azabache deseaba propinarle. Que desde la perspectiva de la fotografía se podía interpretar un acercamiento "intimo" entre ellos.

- ¿Quién te envió esto? – sabia a la perfección de quien se trataba.

- Mei Mei-sensei y al parecer fue a todos los alumnos de hechicería. – Megumi podía percibir las reacciones de su sensei, pero siempre se mantenía al margen de la situación, pero…- Creo que debería de aclarar las cosas. – levantándose para ir con Tsumiki. – Es como usted una vez dijo: "A veces puede ser demasiado tarde".

Susurro continuando su camino y deseaba sonreír al ver por primera vez a Gojou Satoru no saber que hacer o más bien si será capaz de hacer de lado su prepotencia y ego para solucionarlo.

- Por eso actuó extraño Kasumi-chan. – dijo al ver como desaparecía la figura de Fushiguro. - ¿Por qué simplemente no me lo dijo o incluso reclamado?

Entonces recordó Kasumi no es como las mujeres que ha tratado. Ella no es frívola, ni escandalosa, ni alguien que reclame una escena de celos aunque lo estuviera sintiendo, porque su Kasumi era diferente.

- Ella es especial. – quiso darse bruces contra la pared y entonces tanto las palabras de Megumi como las de Suguru se repetían.

Sus pies se movieron solos hacia la habitación de Miwa, sabia que debía de ser precavido, pero realmente deseaba aclarar las cosas con ella. Además estaba convencido que al detener "su relación" no podría investigar mas acerca de Cian y Sukuna, lo cual era de suma importancia, contando también que por primera vez en su vida realmente deseaba acostarse con alguien.

En su mente esa era la verdadera razón, justificando ese malestar que sintió ante el rechazo de Kasumi. Justo antes de llegar vio como Nobara estaba escondida en el pasillo que conectaba a los pasillos procurándole hacer una pequeña broma a la chica foránea se fue acercando lentamente para sorprenderla, pero al parecer el sorprendido fue él, porque sus ojos quedaron fijos a ese escena que estaba rompiendo el corazón de Kugisaki y percibiendo en Gojou Satoru por primera vez una pizca de celos.

- Y según él Miwa-senpai no era su tipo ideal. – dijo entre dientes la ojimiel sintiendo como su cuerpo comenzaba a temblar de coraje. – Es un idiota y…- no pudo terminar la oración sin que le quebrara la voz.

Y una cosa que odiaba Kugisaki Nobara es mostrarse débil y llorar frente a otros, así que aparto la mirada para dirigirse a su habitación. En cambio Satoru apretó sus puños al ver como Yuuji abrazaba fuertemente a Kasumi fuera de la puerta de esta, además de como se aferraba ella al pecho de él ocultando su rostro y como el joven tocaba delicadamente su espalda reconfortándola.

- "Que situación mas bizarra e irónica". – pensó retirándose, porque igual que Kugisaki no deseaba seguir viendo esa escena.

Pero de quedarse mas tiempo no pudo visualizar como una de las mejillas de Itadori aparecía la sonrisa de Sukuna."

- El ultimo tema que tema a dialogar es la transferencia de Miwa Kasumi nuevamente al Colegio de Kyoto. – las palabras de Utahime lo sacaron de sus pensamientos. – Al parecer el entrenamiento proporcionado en Tokyo la ha ayudado a cumplir misiones de alto rango y una de clasificación especial, por eso mismo no veo necesario que…

- Si esta mejorando claramente es preferible su estancia en Tokyo. – dijo Gojou burlón. – A fin de cuentas por fin un sensei de verdad la esta entrenando. – activo su infinito al ver como la hechicera lanzo su té caliente.

- ¡CALLATE GOJOU A MI ME RESPETAS SIGO SIENDO TU MAYOR!

- Eso ni lo dudes incluso desde aquí puedo ver las arrugas que se están formando en tus ojos. – rio divertido. – Podría recetarte una crema anti-vejez.

- Vaya que hay tensión en el aire. – intervino Mei Mei al verlos. – Si no los conociéramos pensaríamos que están sumamente tensos o ¿acaso la inocente imagen que tome da inca pie a un tórrido romance?

Descarada como siempre Mei Mei fue acercándose a Gojou, mostrándole una sonrisa que no le agrado para nada.

- Deja de decir estupideces Mei Mei que por tu estúpida foto varios de mis alumnos se han hecho ideas erróneas acerca de este idiota y yo. – eso era cierto incluso Mechamaru pensaba que ocurría algo entre ambos profesores. – Como si fuera una de esas estúpidas que siempre caen ante Gojou.

El peliblanco iba a debatirla, pero la voz del Director Yaga los detuvo.

- Podrían controlarse, ya no se encuentran en sus días de Colegio. – argumento serio. – Ya son unos adultos con responsabilidades y entre ellos es guiar correctamente a la próxima generación de hechiceros. – se levanto de su asiento para dirigirse a la salida. – Respecto a la alumna Miwa Kasumi estoy de acuerdo con Satoru, si ha progresado considerablemente estando en Tokyo, es preferible dejarla ahí. Incluso su traslado podría ser definitivo.

Las palabras de su antiguo sensei hicieron que Gojou ampliara su sonrisa y levantara el mentón hacia la pelinegra, pero las próximas palabras los dejaron mudos.

- El detalle es que no estoy solicitándolo por eso, sino que ella desea regresar a Kyoto. – suspiro derrotada. – Miwa-chan desea regresar con nosotros.


Desde su lugar veía el semblante decaído de Yuuji y de varios compañeros, podía notar como poco a poco el ambiente en el Colegio se tornaba cada vez más lúgubre al grado de hacerla dudar nuevamente si esa era la vida que deseaba, pero inmediatamente venían los rostros de sus hermanos y como la vida le enseño a afrontar los problemas sin importar que tan difíciles sean. Sus ojos azules vieron como el recipiente de Sukuna suspiraba por tercera vez, así que armándose de valor fue acercándose hasta quedar frente a él que al mirar trato de regalarle una sonrisa.

- Hola Kasumi. – sonrió un poco incomodo al recordar aquellas escenas que Sukuna les mostro. – Me entere que ayer tuviste una misión con Fushiguro y fue todo un éxito. – la joven solo asintió mientras tomaba asiento.

- ¿Te encuentras bien, Yuuji? – fue demasiado directa. – Desde hace días te noto diferente incluso un poco distante con los demás y conmigo al igual que Nobara-san.

La mirada de Itadori se quedo fija en Kasumi descifrando que no podía seguir ocultándole aquello que vio, de esos recuerdos confusos, pero le había prometido a Gojou-sensei mantener el secreto hasta que descubriera todo lo relacionado a esa mujer y Ryomen.

- No es nada Kasumi, simplemente no me he sentido con mucho ánimo. – rio con disimulo. – Pero si de actitudes extrañas hablamos tu tampoco has sido la mas comunicativa con Maki-senpai y los demás desde ese día, Kasumi.

Las mejillas de Miwa se tornaron rosa de la vergüenza al recordar como su compañero la consoló tras haber terminado con Gojou-sensei.

"Lentamente se fue incorporando hasta notar su reflejo frente al espejo de su cercano a su cómoda, sonrojándose un poco al recordar las caricias, besos y sensaciones que Satoru le regalo. Además de ella dejo de lado el pudor para hacerle sexo oral e inmediatamente venia a su mente la fotografía de él con Utahime y percibiendo que probablemente su sensei de Kyoto podría ser el motivo en que el hubiera reaccionado así. Llegando a la conclusión que ambos no se eran indiferentes.

- Kasumi. – escucho unos golpes detrás de su puerta. – Kasumi, ¿estas ahí? – insistió Yuuji al no obtener respuesta por parte de ella. – Que raro ayer la vi llegar junto con ese chico.

Sin animo de nada la ojiazul se dirigió a la puerta abriéndola y notando la sorpresa de Itadori al verla, pero el semblante de este cambio seguramente por su aspecto.

- Etto…Hola buenos días, Kasumi. – rascándose detrás de su nuca. – Venia a informarte que te dieron una misión y que iras con Inumaki-senpai.

Ante el nombre de su compañero no pudo evitar recordar el encuentro de las escuelas donde el chico la dejaba inconsciente con solo decirlo.

- Cierto el numero de las maldiciones están incrementando. – dedujo la joven.

- Si, disculpa que me entrometa Kasumi, pero…¿estas bien? Es que te noto algo triste.

Inconscientemente lagrimas fueron acumulando en sus ojos y sin previo aviso abrazo a Yuuji sabía que estaba mostrándose débil, pero tampoco sabia a quien recurrir sin ser cuestionada y por lo poco que conoce al peli rosado, sabía que Itadori Yuuji no la juzgaría, no preguntaría simplemente estaría otorgándole algo que hace tiempo necesitaba de un amigo…un abrazo."

- No es nada Yuuji despreocúpate, por cierto ¿Dónde esta Nobara-san y Megumi-san? No los he visto desde ayer.

Yuuji arrugo el entrecejo al recordar como la chica foránea se la pasaba pegada a su amigo, al grado de incomodarlo mientras que a él lo alejaba como la peste.

- Tuvieron una misión en Shinagawa regresaran mañana. – Miwa noto su reacción haciéndola reír un poco al recordarlos hace unas semanas. - ¿Qué es tan gracioso?

- ¿Te gusta Nobara-san, no es así Yuuji? – las mejillas del susodicho se sonrojaron ante lo obvio. – En lo personal hacen una linda pareja se complementan perfectamente.

- ¡¿EN SERIO LO CREES?! – grito feliz tomando ambas manos de Miwa quien simplemente asintió. – Pero…¿Cómo te diste cuenta que te me gustaba Kugisaki?

- Digamos que soy una chica. – respondió sin mas entonces una idea muy descabellada y probablemente mala cruzo por su mente. – Yuuji, hoy es tu día libre, ¿cierto? – El nombrado asintió. - ¿Qué te parece si me acompañas a una pequeña festival? Así podríamos distraernos.

Hace tiempo no iba a un festival, probablemente desde antes que su abuelo falleciera. Total no tenia nada que perder, además Kasumi era una gran amiga y es como dijo ella ambos necesitan distraerse de esa mala racha.

- Si esta bien, Kasumi vamos a ese festival. – levantándose de un brinco alegre. – Pero ¿Dónde se ubica ese festival?

- Cerca del Templo Sensō-ji.

Ante su respuesta Itadori se congelo en su lugar y dentro de él, un aburrido Sukuna sentado en el monto de cadáveres sonreía burlón.

- Así que deseas investigar el origen de todo, mocosa. – recordó el rostro de la nueva encarnación de Cian sorprendiéndose del extremo parecido. – De acuerdo esta bien, solo espero que estés preparada para lo que te encontraras ahí…Miwa Kasumi.


- Necesitamos hablar de lo ocurrido en el bar. – escucho claramente la voz de su colega detrás de él. – Respecto a lo que me dijiste tienes razón, nadie es mejor persona mucho menos en el mundo que vivimos rodeados.

En otros momentos estuviera regocijándose de la mujer, pero simplemente se mantenía absorto deseando no más malentendidos.

- Pero de algo estas equivocado Gojou y es que a mi si me importan mis alumnos. – se cruzo de brazos. – No deseo que vivan rodeados de una burbuja de cristal, simplemente deseo que estén a salvo y vivos. Que no experimenten el dolor de perder a un ser querido. – ambos recordaron a Getou. – O que tomen el camino equivocado ante la locura de la hechicería y eso incluye a Miwa-chan. Tu crees que si no me importaran, ¿para qué te habría llamado en cuanto los peces gordos deseaban ofrecerla de carnada a Sukuna?

Se giro sobre sus talones recargando sus codos en el barandal de madera del Colegio, viendo sin ninguna expresión a Utahime cuestionándose, ¿Qué había visto su mejor amigo en una mujer como ella?

- No lo se probablemente por el mismo motivo de su traslado a Tokyo o por algo que tratas de mantener en secreto, Utahime-sensei. – dijo con claro sarcasmo su nombre. – Tengo entendido que tu familia se especializa en investigar acerca de los Templos de Japón, ¿no?

Gojou percibió como la piel de Utahime se erizaba.

- ¿Qué tiene que ver eso con nuestra conversación pendiente?

- Nada. – se encogió de hombros. – Simplemente se me hizo ilógico que mandaran a Kasumi específicamente a combatir al lado de Yuuji y más en un campo sagrado como lo es el Templo Sensō-ji.

- Sabes que fue porque…aunque aprecie a Miwa-chan y se que se ha esforzado siempre en estar a la altura de los demás chicos ella…

- Es fuerte. – esas palabras hicieron que la morena levantara la mirada sorprendida. – Ella es fuerte como mis demás alumnos, no era broma lo que te dije. Ella esta mejorando por el entrenamiento duro en Tokyo, además del ambiente hostil que siempre se percibe aquí.

Dijo divertido mostrando claramente que se refería a ella y uno que otro estudiante fuera de lo normal.

- ¿Qué ESTAS TRATANDO DE DECIRME? – comenzaba a sulfurarse nuevamente.

- Nada, solo deja las cosas como están. – sacando un dulce de su bolsillo. – Por lo que veo las cosas aún siguen igual.

La clave en que se comunicó advirtió a Utahime que Gojou se refería a…

- Posiblemente. – ambos se quedaron mirando por unos instantes hasta que el teléfono de Utahime sonó retirándose del lugar para atender la llamada.

Cerro sus ojos a través de sus vendas, sus seis ojos le permitió darse cuenta que no se encontraban solos y que varias presencias de proporción mínima de energía maldita que ningún hechicero normal puede percibir se encontraban en el Colegio. Haciendo que su deducción fuera correcta: El traidor es un alumno de Kyoto o también podría ser…

- Se que estas oculta. – sonrió soberbio. – No tienes que esconderte. – viendo de reojo como salía la figura de Mei Mei detrás de una puerta. – Por lo que veo esas feas costumbres tuya de escuchar detrás de las paredes nunca se te quito, Mei-chan.

- Sabes que todo en esta vida tiene un valor monetario, Satoru. – haciendo su clara muestra sobre el dinero. – Me sorprende que te encuentres tan tranquilo después de mi pequeña broma.

- Hehehe, eso es porque tu misma lo dijiste Mei Mei solo es una pequeña broma. – sonó relajado. – Ademas sabes como todos que nada ni nadie puede afectarme. – quedando hombro a hombro con la mujer. – Es una ventaja de ser privilegiado por mi poder.

Continuo su camino debía apresurarse si deseaba alcanzar pronto su llegada Tokyo, últimamente ha usado demasiado su poder y no le afectaba en los mas mínimo, pero nunca fue de usarlo por demasiado tiempo.

- "Al menos fue de gran ayuda para tranquilizarla". – pensó al recordar que todas esas veces fue para ayudar a la pequeña Kasumi y de paso a él, sonrió al imaginarla avergonzada con sus mejillas sonrojadas.

- Que raro, porque eso no fue lo que me apareció en cuanto la mencionamos. – los ojos zafiro de Mei vieron como Gojou detuvo sus pasos. – Sabes Satoru hubo algo que tú mismo dijiste una vez: "El amor es la peor maldición de todas"

Ignorándola continúo caminando y haciendo una nota mental: No solo el traidor podría ser un alumno, las profesoras de Kyoto también eran sumamente peligrosas, comenzó a correr infantilmente al ver a Nanami en compañía de Ijichi en el auto que los llevaría al Colegio.

- ~Nanaminnnnn~ - extendiendo sus brazos para abrazarlo, pero el rubio al ver su acción rápidamente ingreso al auto evitando el contacto con su compañero. – Ay sigue igual de tímido que siempre, esas acciones hacen que me de vergüenza.

El tono de doble sentido hicieron que Ijichi los viera raro y dentro del auto Nanami Kento no lo soporto más dándole un golpe en la nuca a Gojou ganándose un puchero por parte de este.

- Oye Nanami, ¿con quien hablabas? ¿Con una novia? – se acerco Satoru con la clara intención de leer el mensaje al mismo tiempo que alzaba las cejas ante el tono coqueto.

- No, era Itadori me dijo que iría con Miwa-chan a un festival. – guardo su teléfono y se cruzaba de brazos aburrido. – Al parecer la presencia de ella ha provocado muchos temas a discutir con ambas escuelas.

Al escuchar que Kasumi saldría con Yuuji no le agrado para nada, pero desde que la joven había roto cualquier relación con él, procuro no meterse en la vida de ella. Obviamente sin éxito alguno, mantuvo su mirada fija en Nanami al escuchar sus ultimas palabras.

- Entonces tu estas en contra de que continúe en la cede de Tokyo. – respondió serio el portador del infinito pero al sentir la mirada del rubio en seguida supo que Nanami estaba igual o mas demente que él.

- En lo absoluto, sorprendentemente me encuentro de acuerdo de que esa joven permanezca con nosotros tanto interés por parte de los altos mandos no es normal. – recordó aquella platica con Gojou y como los peces gordos deseaban aun matar a Itadori a través de la muerte de una estudiante, inevitablemente el rostro de la chica se transformo en Yu. – Solo no te confíes, puede que seas el chaman mas fuerte, pero existen régimen que no romperán nunca.

El peliblanco solo lo escuchaba y a medida que oía a Nanami ampliaba su sonrisa burlona, eso lo sabia perfectamente, para construir el nuevo mundo Jujutsu debía de cortar de tajo la raíz.

- Despreocúpate, Nanami. Eso lo se perfectamente. – recargo su cabeza en el respaldo del asiento. - Entonces todos se encuentran en misiones.

- Si Nobara y Fushiguro están en Shinagawa, Maki en Corea y Panda junto con Inumaki en China.

- Ni hablar. – se encogió de hombros. – Nos tocara cenar solo a nosotros o ¿crees que deberíamos esperar a Yuuji y Kasumi-chan?

- Lo dudo el festival del Templo Sensō-ji siempre venden comida deliciosa.

Pero Satoru esas palabras fueron como un balde de agua fría, porque si su memoria no le fallaba ese Templo era…

- "Mierda, ¿Qué estas planeando Kasumi?"

Todas las acciones de los profesores dentro de las instalaciones de Kyoto eran monitoreadas por Muta Kokichi, sintiendo un extraño odio y coraje hacia Gojou Satoru por su comportamiento, tan cínico, narcisista e infantil, cuestionándose nuevamente ¿Qué veía en ese sujeto alguien tan buena e inocente como Miwa? Porque Mechamaru no era tonto sabia que antes del traslado de la chica a Tokyo algo en ella había cambiado existía un brillo diferente en su mirada uno tan iluminante que se temía el motivo o mas bien la persona responsable de esto.

- Si tan solo tuviera una oportunidad. – imagino un futuro al lado de Miwa. – Si tan solo sus ojos se fijaran en alguien más que ese sujeto.


- "Al paso que voy no será precisamente una maldición, lo que me aniquile". – dedujo aburrido Fushiguro al ver como Kugisaki comenzaba a comer como si el mundo se fuera acabar. – Oe deberías de comer más despacio te atraganta…

Un fuerte tosido por parte de ella no lo dejo terminar lo obvio.

- Las mujeres son excesivamente extrañas. – dijo en voz alta ganándose la atención de Nobara que al escucharlo frunció el ceño.

- Mira quien lo dice. – tomando un sorbo de su refresco. – Desde que te conocemos Fushiguro no has mostrado interés por ninguna chica ni dentro ni fuera del Colegio.

El azabache enarco una ceja continuando en comer su pizza, pero la pregunta por parte de Kugisaki hizo que se detuviera.

- No me digas que…Fushiguro, ¿eres gay? – sin expresión alguna y viéndola fijamente Megumi no respondió, prefería ignorar esa clase de temas. – ¡Si lo eres! Pero entonces…no puede ser…Fushiguro ¿también te gusta Itadori?

Escupiendo su comida Fushiguro miro furiosamente a Nobara la cual rápidamente protegió su rostro con el menú del restaurante para no salir sucia.

- ¡QUE ASCO! La próxima vez avisa. – limpiando su lugar y alejando su comida.

- Entonces no vuelvas a preguntar estupideces, ¿Qué te hace creer que soy gay y lo mas importante que Itadori podría interesarme?

Al ver el comportamiento del azabache Nobara se rio escandalosamente como solía hacerlo en compañía de Itadori e incluso Gojou-sensei.

- Lo deduje porque recordé nuestro primer encuentro con Todou, el cuestionamiento de Gojou- sensei acerca de nuestro tipo ideal y porque no negaste mi pregunta de hace un momento. – fue señalando con sus dedos una a una.

- Numero uno: A nadie mas que a mi me concierne mis gustos respecto a mujeres; Numero dos: Si respondí esa estúpida pregunta me interesa alguien con carácter inquebrantable y numero tres: Si no te respondí es porque simplemente estoy comiendo.

- Entonces… ¿ninguna chica ha sido digna ante los ojos del gran Fushiguro Megumi? – quiso bromear la ojimiel, sin embargo al ver el vacío en la mirada de su amigo se dio cuenta que…- ¿tu ya estas enamorado de alguien, verdad Fushiguro?

- "Entonces Megumi-chan, ¿por fin te diste cuenta que estas enamorado? – escucho el tono divertido de Gojou-sensei detrás de él mientras esperaban a Tsumiki en ese parque.

- No se de que me esta hablando. – aparto la mirada rápidamente al ver como Tsumiki los había notado y alzaba la mano saludando alegre. – Usted lo dijo una vez: "El amor es la peor maldición que existe" o ¿usted se ha enamorado?

Escucho la risa estridente del peliblanco viendo como se sentaba en el columpio de su lado derecho, su sonrisa era burlona y sus anteojos se deslizaron un poco mostrando esos extraños ojos cielo que al principio odiaba.

- En lo absoluto Megumi-chan, personas como yo no estamos destinados a amar y ser amados por completo. – viéndolo directamente. – Porque ese es el castigo del portador del infinito.

Algo dentro de Fushiguro hizo que sintiera lastima hacia su mentor dándose cuenta que Gojou-sensei podría siempre mostrar una sonrisa, pero eso no te aseguraba el dolor y la gran carga que tenia sobre sus hombros.

- Deberías de disfrutar de la libertad que se te otorgo hasta el momento, Megumi. – su voz fue mas madura viendo ahora a Tsumiki que corría hacia ellos feliz. – Ella no estará toda la vida contigo y cuando menos te lo esperes el destino se encargará de arrebatarte aquello que amas.

Megumi escuchaba una a una las palabras del peliblanco, pero su mirada la mantenía fija en los ojos cafés, las mejillas sonrojadas y la hermosa sonrisa de su…Tsumiki…de su torpe hermana mayor y la única mujer que amaría. "

- Si Kugisaki. – sonrió después de mucho tiempo. – Si estoy enamorado y al parecer esa maldición podría matarme a futuro.


- ¡WOW! Si que es grande este festival. – grito feliz Yuuji al lado de Kasumi que simplemente sonrió en respuesta. – Creo que nunca he visto uno así, muchas gracias por invitarme Kasumi.

La joven solo asintió feliz de ver el rostro horondo del joven, porque al parecer Yuuji era la contraparte de Sukuna, mientras uno era oscuridad otro era un pequeño solecito.

- No hay de que Yuuji. – caminando pero extrañamente sentía como espasmos recorrían su cuerpo a cada paso que se adentraba al lugar. – Por cierto Yuuji, ¿puedo hacerte una pregunta?

El chico maravillado por los puestos asintió emocionado.

- ¿Por qué no le confiesa sus sentimientos a Nobara-san? – alzo las cejas sorprendido. – No tienes que responder si no quieres. – moviendo sus manos exageradamente.

Sus además hicieron que Itadori riera mas fuerte y al recordar a la ojimiel sus ojos se oscurecieron.

- Eso es porque al ser recipiente de Sukuna mi muerte será inminente, Kasumi-chan. – comprando dos algodones de azúcar uno de fresa para él y otro color azul para Miwa. – No deseo ser el causante del dolor de Kugisaki, se que parece una chica fuerte, independiente y segura de si misma, pero se que dentro de esa fachada se oculta alguien sumamente honesta y muy buena.

A medida que describía a su amiga sus ojos se iluminaban, preguntándose ¿si alguien le preguntara a Gojou-sensei sobre ella tendría la misma expresión?

- "Claro que no tonta". – se reprimió internamente. – "Ademas quien le preguntaría por ti, sino es solamente por lo mediocre que eres".

- Tienes razón.

- ¿Eh? – parpadeo desconcertada Kasumi.

- Kugisaki es muy buena incluso con esa actitud desinteresada, recuerdo que en una misión en conjunto hicimos una gran mancuerna al terminar con unas maldiciones hermanas. – extrañamente sentía raro al recordar a esos sujetos. – Ella dijo esto: "Digamos que no hay muchos puestos disponibles en mi vida. Aunque también hay descarados como tu que se instalan con su propio asiento. - recitaba mientras ponía sus dedos sobre su mentón aun tratando de analizarlas

En cambio para Miwa Kasumi esas palabras dichas por la hechicera fue una clara muestra de haber declarado sus sentimientos hacia su amigo, pero siendo Yuuji despistado.

- Si me pides mi opinión Yuuji, siento que debes de dar el primer paso. – animo Miwa a Itadori. – Créeme que no hay peor perdedor aquel que no lo intenta y…

En eso ambos comenzaron a escuchar una extraña melodía, era tranquilizadora demasiado para el gusto de los hechiceros. Sin perder el tiempo Kasumi fue corriendo hacia donde se escuchaba la melodía buscando al interprete, ya que al parecer las personas de su alrededor no podían escuchar nada.

- "¿Esto podría estar relacionado a ellos?" – corrió más rápido sin darse cuenta que el numero de personas se iban desapareciendo incluso dejo atrás a Itadori. – Tengo que encontrar esos manuscritos que me dijo Satoru.

Quedando frente al Templo unas imágenes venían a su mente, rápidamente agito la cabeza alejándolas y continuar investigando. Poco a poco se fue adentrando al lugar si la facha era hermosa por dentro era precioso ese Templo contemplando una a una de los cuadros y monumentos que se encontraban, pero justo cuando quedo en medio de la habitación levanto su mirada escuchando claramente que la persona que tocaba esa flauta estaba arriba.

- Gambare, Gambare. – su piel se erizo al escuchar esa voz. – Esto si es una sorpresa incluso él sigue con vida.

Recargado en un muro Kasumi vio sorprendida a…

- Ryomen Sukuna. – murmuro impresionada logrando una sonrisa de prepotencia de este. – Yuuji…

- Tuve que cambiar de lugar con el mocoso, solamente nos estorbaría. – acercándose a la joven que impresionantemente no se alejaba. – Verdaderamente eres tú. – quedado su rostro a centímetros de la joven. – O bueno lo que queda de tu alma.

Rio amargamente el Rey de las maldiciones.

- Andando si deseas encontrar esos manuscritos, en cuanto llegue ese hechicero. – Miwa despertó de su impresión ante la mención de un hechicero y al parecer Sukuna adivino sus pensamientos. – Del idiota de Gojou Satoru. En cuanto el pongo un pie dentro de este lugar él tratara de matarlo y créeme que ese honor solo me corresponde a mí.

Odiaba cuando tenia que hablar demasiado, sentía que gastaba saliva y energía innecesaria. Pero la mente de Miwa se encontraba en un paradigma completamente extraño, donde a pesar de saber que Sukuna le había hecho mucho daño a Cian, era una maldición demasiado peligroso distinguiéndose de haber asesinado a un centenar de humanos y regocijarse en el proceso no sentía ningún miedo. Los gritos fuera del recinto junto con unas grandes cantidades de energía maldita hicieron que corriera hacia la salida, adivinando de que se trataba, pero justo cuando iba a salir un velo la detuvo.

- Olvídate de esos humanos. – caminando hacia las escaleras. – Entre más tiempo permanezcamos aquí más maldiciones aparecerán y esa gente morirá hasta quedar en restos irreconocibles.

- ¡ENTONCES ES NECESARIO QUE VAYA A…!

- ¿Tu sola? – se burlo Sukuna. – Sabes perfectamente que aun no despiertan su poder y atacar en estas condiciones será mas un estorbo que una ayuda. Andando mocosa que esto ya esta comenzando a hartarme.

Kasumi cuidadosa corrió para alcanzar a Sukuna, debía de apresurarse si lo que dijo la maldición era cierto esas personas estaban siendo atacadas por las maldiciones por su culpa. Deteniéndose en una habitación que a simple vista se veía espaciosa y la melodía se podía es escuchar detrás de la puerta.


Bajando del auto Satoru estiro sus músculos tensos por tan largo camino en compañía de Nanami, aun debía de realizar algunos reportes los cuales eran demasiado aburrido y seguramente después iría con Kasum… detuvo de nuevo esos pensamientos. ¿Por qué no podía sacarse de la mente a la joven de Kyoto? ¿Acaso es relacionado por esa mujer o él…?

- "Por supuesto que no, yo nunca desarrollaría esa clase de sentimientos". – vio de reojo a Nanami el cual estaba sumamente callado. - ¿Qué te parece si vamos a cenar afuera? Aquí cerca venden un estofado delicioso junto con un curry de manzana con miel magnifico.

El anterior oficinista acepto, últimamente también deseaba mantener su mente ocupada para no recordar a cierta chica, pero en eso…

- Creo que eso no podrá ser posible Gojou-sensei, Nanami-san. – ambos vieron la temblorosa figura de Ijichi al ver que esa llamada lo dejo perplejo. – Al parecer surgieron algunas maldiciones y la vida de seres humanos está en peligro…

Ambos hechiceros se vieron, notando Satoru que si llegaban de forma tradicional seria demasiado tarde.

- Bien Ijichi dinos ¿Dónde es? – el asistente tembló mas provocando que Gojou sintiera un frio recorrerle la espina dorsal. – No puede ser el lugar es…

- El Templo Sensō-ji.


¡Listo! Por fin pude terminar una parte de este capítulo la verdad no sabia como continuar la historia relacionado a Cian o mas bien lo que traera para Shibuya o no incluir ese suceso tan...caotico en la historia aun estoy considerandolo. Al parecer todo se esta complicando para Satoru y sus sentimientos revueltos o mas bien se niega a reconocer algo completamente desconocido para él. Espero que sea de su agrado muchas gracias quienes dejan sus reviews, al final solo planeo escribir a lo mucho veinte o veintiun capitulos, a medida que vaya desarrollandose la historia.

Mil gracias por sus muestras de apoyo en mis otras historias, espero terminar mis proyectos: "Mis dos pequeños problemas" y "Concubina" este mes, para enfocarme al 100% a Destinos entrelazados y ¿Cual es mi tipo ideal?. Ademas de un regalito de navidad de esta hermosa shipp.

Perdonen si hay uno que otro error ortográfico.

Espero actualizar pronto.

Besos y abrazos.

TheOtherDestiny ;).