Ironías


"Miraba desconcertado a su abuelo cuando le confeso que gracias a esa sacerdotisa el poder que antes presumía era el resultado de una traición y del dolor que sus antepasados habían condenado a Cian junto con las demás generaciones y reencarnaciones del Clan Gojou y de esa mujer.

- Satoru, me imagino que es difícil esto que te dije, pero...

- No trates de ser empático en algo que no tienes idea, Kyo. – su tono de voz fue sombrío, sin vida.

El hombre mayor veía con suma preocupación a su nieto, mirando por segunda vez en su vida al gran Gojou Satoru sin saber que hacer.

- Lo dices porque te ocultamos acerca de que eres una reencarnación o al igual que esos hermanos te enamoraste de esa joven. – vio como los nudillos de su nieto se tornaban blancos. – Es curioso, ¿no crees? Sin importar el tiempo o la diferencia entre tu y esa joven llamada Miwa estaba en su destino encontrarse para estar juntos.

Satoru no respondía ante lo dicho por su abuelo, se encontraba aun absorto en sus recuerdos pasados entonces vino a su mente un suceso que hace mucho paso, pero se encontraba tan absorto en evadir la traición de Suguru ante el mundo de la hechicería que lo paso por alto.

- Tu dijiste que alguien se encuentra controlando mis memorias...supongo que es el gemelo de mi reencarnación anterior. – vio como su abuelo asentía. - ¿Cómo es posible que ese hombre siga con vida?

- No lo sabemos, solamente un día Gojou Hajime desapareció después de la muerte de Cian. – Satoru cerro los ojos y la imagen de un hombre demasiado parecido a él vino. – En los escritos es catalogado como un traidor, su obsesión por esa mujer llego al grado de ir envenenando lentamente a su propio hermano y de cierta forma armo un plan para que Cian fuera directo a los brazos de Ryomen Sukuna.

Cuando abrió sus ojos miro a su abuelo, que le extendía unos escritos muy antiguos por el color del papel además de notar una lengua muerta, pero ni siquiera eso sería problema para él porque desde niño lo prepararon para entender dialectos extintos.

- ¿Yo soy reencarnación de ese hombre, Yue? – Gojou Kyo negó triste.

- No, al parecer tú eres la reencarnación de ambos hermanos al haber obtenido las habilidades que ellos desarrollaron Yue perfeccionaba Resplandor Azul mientras que Hajime el Resplandor Rojo. – el hombre trato de tocar la mano de su nieto, pero este la aparto. – Satoru, sabes que las coincidencias no existen y que tu junto con esa joven hayan reencarnado además del contendor de Sukuna es algo demasiado peligroso.

- "Cian sufrió mucho a manos de Sukuna". – recordó las palabras de Kasumi. – "Cian amaba demasiado a un hombre incluso sacrifico su libertad para protegerlo". – trago seco detallando los momentos que tuvo con Kasumi. – "Satoru, te amo."

Una risa amarga inundo el lugar, erizando la piel de Kyo al ver como temblaba el cuerpo de su nieto y vinieron a él memorias incompletas, pero pudo notar perfecto el rostro de Kasumi o más bien de esa mujer Cian. Para después ser sustituido por memorias con Hajime desde la infancia y adolescencia quedando lagunas cuando conocieron a Cian.

- La maldición que una vez me dijeron cuando era niño aún prevalece. – vio como su abuelo negaba. - ¿Cómo es posible eso? Si Yue vivió hasta los treinta...como...

- Cian utilizo su energía espiritual para romper la maldición, pero no contaba con que Hajime estuviera matando lentamente a Yue con un veneno en pequeñas cantidades.

- Ese hijo de...- su puño sangraba por la fuerza que estaba ejerciendo. – Debo de encontrarlo, y buscar la forma de alejarlo de Kasumi igual que Sukuna.

Gojou Kyo saco un papel mostrándoselo a su nieto donde en este podía verse un dibujo de un hombre demasiado parecido a él, sabia de quien se trataba, pero ver el rostro de la persona que fue parte de condenar a esas personas hicieron que se prometiera en buscarlo y matarlo.

- Se lo que estas pensado, pero encontrar Hajime para asesinarlo sería demasiado imprudente. – Satoru enarco las cejas mirando con reproche a su abuelo. – Estoy seguro de que alguien más se encuentra detrás de todo esto y posiblemente sea el mismo ser que convirtió a Hajime y Sukuna en maldición.

- ¿Hablas de una antigua maldición? – su abuelo asentía. – No crees que estas exagerando y solo estas evadiendo en ver realmente que nosotros junto con Sukuna somos peor que las maldiciones.

- Lo dices ¿por cómo hemos utilizado a los hechiceros por años o por esa joven? – Satoru permaneció callado. – Es mejor crear escenarios alternativos hijo, o sino estos podrían convertirse en una realidad demasiado caótica en el futuro. Por el momento te recomiendo que mantengas una distancia con Miwa Kasumi.

- Eso no tienes que decírmelo, lo sé perfecto.

¿Por qué nuevamente la vida tenía que arrebatarle a alguien importante para él? ¿Por qué no podía tener prevalecer por lo menos un poco la felicidad que estaba experimentando? Sabía que dejar ir a su mejor amigo y hacerse a la idea que era un traidor fue muy difícil, pero lo es aún más abandonar a Kasumi. En dejar a un lado los momentos que compartieron juntos y no solamente se refería a cuando tenían sexo, porque desde su último encuentro entendió lo importante que es ella en su miserable vida. Porque ella no se enamoró del chamán más poderoso, sino del hombre intransigente que era, aceptando su virtudes y defectos los cuales eran demasiados.

- Entonces...ese es el precio que debo de pagar si deseo que en esta vida ella sea feliz. – recordó las cicatrices de Kasumi. – Me llevare los manuscritos para investigar por mi cuenta más sobre Hajime.

Decía esto levantándose sentía que permanecer un segundo más aquí lo asfixiaría.

- Satoru, hijo yo...

- Tú eres igual que todos los demás. – permaneció su rostro sin emoción. – Aunque sabes algo no, tú eres peor porque desde que tengo memoria incluso mis padres mostraron sus verdaderas intenciones en cambio tu...- se burló mirando de arriba hacia abajo al mayor. – Tu quisiste que confiara en ti y nunca me contaste todo esto, ¿Por qué te esperaste hasta este momento?

Los ojos cansados de Kyo miraron a su nieto el cual se encontraba transmitiéndole su dolor en dejar a esa joven, además sabía que tenía razón y lo mejor hubiera sido romper de tajo esa relación antes de que comenzara, pero nunca imagino que su nieto el indomable Gojou Satoru entregara su corazón a Miwa Kasumi aquella joven que era la reencarnación de una mujer que sus ancestros amaban, pero actualmente maldecían.

- Aunque seas correspondido por esa chica, mientras él exista no podrán estar juntos. No mientras ese pacto que el hizo rompa nuestra maldición y no mientras el siga amándola.

- Entonces se tendrá que cortar esto desde la raíz y créeme que me asegurare que caiga quien caiga todo esto terminará y sin importar lo que haga Kasumi será feliz.

Sin decir más salió del lugar destrozando a su abuelo, pero Gojou Kyo reconocía de su error y que posiblemente esta traición su nieto nunca se lo perdone. Sin embargo, estaba dispuesto a ello con tal de buscar la forma de ayudar a su nieto de encontrar la felicidad de este."

Cuando entro a la habitación sintió como algo se oprimía en su pecho al mirar a su abuelo postrado en una cama de hospital y más aún al ver recostada en el sillón a Kasumi profundamente dormida, poco a poco sus pies se movieron a la dirección de la joven acomodando un mechón corto detrás de su oreja.

- No se ha movido de aquí desde que llegue. – escucho la voz cansada de su abuelo detrás de él. – Es una joven realmente hermosa en persona, además es una persona demasiado buena y amable.

- Eso lo es perfecto. – tocaba suavemente la mejilla de Miwa. – Ella es maravillosa.

Al observar cómo su nieto miraba a esa joven no tenía duda sobre los sentimientos de este hacia ella.

- Por lo que veo me doy cuenta de que fuiste a ese lugar. – suspiro. – En mi defensa me atrevo a decirte que...

- Eso no importa, lo primordial es que ustedes están bien y Hajime no logro hacerles daño. Aunque me preocupa que también él este enterado sobre Yuuji y su lazo con Sukuna, eso podría ocasionarnos problemas muy graves.

- Debes de ser cauteloso Satoru, Hajime no suele perdonar. – recordó su encuentro con la maldición notando el gran parecido de este con su nieto. – Ella estuvo a punto de sacrificarse por nosotros al irse con él.

Los escuchado hizo que Gojou abriera demasiado sus ojos dándose la vuelta para mirar a su abuelo.

- ¿De que estas hablando? – cuestiono preocupado mirando rápidamente a Kasumi y después a su abuelo.

- Ella recordó junto a Sukuna el nacimiento de su hijo y supongo que tu igual. – Satoru asintió. – Esa chica le propuso a Hajime irse con él si dejaba en paz a Itadori, pero...hubo algo que se lo impidió. – por instinto los ojos celestes de Kyo se dirigieron al vientre de Miwa. – Satoru, ¿Cuándo fue la última vez que te acostaste con esa chica?

La pregunta desconcertó a Satoru no entendiendo por un instante a su abuelo hasta que abriendo sus ojos de sobremanera y mirando a Kasumi lo capto de inmediato.

- Tú crees que...

- No lo sé dímelo tu. – una perceptible sonrisa adorno al anciano. – De lo que si estoy seguro es que Hajime buscara la forma de arrebatártela y de destruirte junto a Sukuna y su descendencia.

Justo cuando iba a decirle a su abuelo acerca de Kashimo, Nanami entro en compañía de Utahime que al verlo demasiado cerca de Miwa el rubio enarco una ceja mientras extrañamente la azabache solo aparto la mirada.

- Por lo que veo se encuentra bien Gojou-sama. – decía respetuosamente Kento. – Me alegra encontrarlo mejor.

- Y a mí me encanta volver a ver a los amigos de mi idiota nieto, aunque las circunstancias no fueron las más optimas. – se carcajeo el viejo sonando como su peculiar nieto. – Buenas tardes Utahime-san. – saludo a la sensei de Kyoto. – Me sorprende verla hace tiempo no sabía de usted creo que desde "ese" incidente.

Ante el asombro de los hombres más jóvenes la mujer se puso sumamente nerviosa y abría la boca sin emitir sonido alguno, como si ocultara algo.

- Ti-Tiene razón. – carraspeo para volver a su habitual actitud. – Estoy de acuerdo con Nanami-san es un milagro que saliera con vida después de esa batalla con una maldición de clase especial.

- No veo nada de sorprendente después de todo soy alguien del Clan Gojou. – se encogió de hombros divertido. – Aunque déjeme advertirles que esa maldición es sumamente peligrosa al grado incluso de comparársele a Sukuna y a ti Satoru en cuanto poder.

Dijo mirando directamente al nombrado que ni se inmuto ante tal comentario, porque eso lo sabía perfectamente. Unos sonidos detrás del peliblanco le advirtieron que Kasumi estaba despertando poco a poco. La joven sentía su cuerpo demasiado cansado y es que desde internaron al abuelo de Satoru por culpa de ese encuentro con Hajime se sentía responsable de lo ocurrido más aun al imaginar que Satoru la culpara.

Poco a poco fue distinguiendo las sombras que estaban delante de ella y al reconocer a una en específico se sonrojo.

- ¡Vaya por fin después pequeña! – escucho la voz alegre del señor Gojou. – Siento que hayas tenido que cuidar de este viejo, todo por culpa del holgazán de mi nieto.

Cuando los ojos de Miwa se encontraron con los de Satoru aparto la mirada rápido, provocando un malestar en el hombre.

- Es mejor que vayas a descansar Miwa-chan. – Nanami fue acercándose a la joven ayudándola a incorporarse del sillón. – Fushiguro junto a Itadori-kun están esperándote para ir al Colegio.

- Si muchas gracias. – sonrío al rubio y mirando al paciente dijo. – No fue ninguna molestia en cuidarlo Gojou-sama al contrario debería ser yo quien le debe de agradecer por todo.

Haciendo una reverencia y no desear incomodar a Gojou-sensei la joven comenzó a caminar rumbo a la salida, pero la voz de Utahime hizo que su realidad la golpeara.

- Miwa-chan recuerda que dentro de unos días regresaras al Colegio, vendré por ti el próximo viernes en la tarde. – mirando a su sensei de reojo la ojiazul asintió sonriéndole.

- Está bien Utahime-sensei. – respondió la estudiante. – Con permiso y Gojou-sama espero que pronto se recupere.

El mayor asintió con la cabeza dedicándole una sonrisa como un abuelo haría con su nieta.

- Y yo espero volver a verla señorita Kasumi, pero espero que en mejores circunstancias que esta. Cuídese mucho por favor.

Miwa asintió y despidiéndose por última vez, dedicándole una mirada rápida a Satoru para reunirse con sus amigos.

- En verdad es una joven digna de admirar. – rompió el silencio Nanami. – Espero que la crueldad de este mundo no la contamine o la destruya.

Un nudo en la garganta apareció en Gojou porque sabía perfectamente que las palabras de su colega eran correctas.

- Lo mismo digo, incluso diría que si tuviera veinte años menos trataría de conquistar a una chica tan linda. – se carcajeo Kyo captando las miradas de los jóvenes.

- Yo diría que cuarenta, viejo. – puntualizo Satoru. - Nanami es mejor que acompañes a los chicos no desearía que otro suceso inesperado ocurriera.

El ex oficinista entendió perfecto a lo que se refería Gojou así que asintió y al igual que Kasumi se dirigió a la salida dejando a Utahime con ambos Gojou.

- Satoru también ve. – el peliblanco miro desconcertado a su abuelo. – Kaede seguramente está afuera y necesito hablar con ella.

El hombre solo asintió y encogiéndose de hombros camino hacia la puerta dejando solos al ex líder del Clan Gojou junto a Utahime Iori.

- Creo que lo mejor es que también me retire, espero que se recupere pronto Kyo-sama y... – la mujer se dio la vuelta, pero la voz de Kyo la detuvo.

- Usted también sabe quién fue Kasumi en el pasado ¿verdad, Utahime-san?

Esa afirmación congelo a la profesora.

- Por eso le propuso ese "plan" a Gakuganji en tenerla como vigilante de mi nieto en Tokyo, pero eso solo fue una pantalla para protegerla de los peligros que correría si en dado caso los peces gordos se enteraban de que esa joven podría ser el arma mortal para destruir a Sukuna al ser reencarnación de Cian.

La mujer solo permanecía en silencio observando al hombre.

- No entiendo de lo que me está hablando, Gojou-sama. – se mantuvo firme la mujer. – Simplemente soy una profesora preocupada por el bienestar de sus alumnos inclusive sino son del mismo Campus. – se burló. – Ademas ¿Por qué expondría a Kasumi siendo la reencarnación de Cian al mantenerla cerca de uno de los responsables de su muerte?

La habitación se mantuvo en un silencio incomodo como si el tiempo no transcurriera.

- Si lo que dice es cierto, espero su discreción acerca de lo que une a mi nieto, Sukuna y esa joven Kasumi, porque... ¿Qué pensaría el mundo de hechicería al saber que Getou Suguru tuvo un hijo con usted? Porque estoy seguro de que no me negara que ese niño pelinegro que estaba con usted ese día no es su hijo.

La mirada miel de Iori se endureció ante la amenaza pacifica del hombre.

- No tiene por qué preocuparse no he hablado con nadie sobre eso. – se mantuvo pensativa. – Pero...le daré un consejo, mejor este más al pendiente en su nieto y sus acciones, el regreso de Miwa Kasumi es un indicio de que ellos no son tan idiotas y tarde o temprano sabrán sobre Sukuna, Cian y los portadores del infinito. Es mejor que Gojou esté preparado o sino nuevamente volverá a perder a alguien que aprecia y ahora no seré una espectadora.

Las palabras de Utahime no impactaron al anciano porque también sabía que existían traidores dentro de su propio Clan que entregaran en bandeja de oro a Satoru.

- Que tenga buena tarde, Gojou-sama y de todo corazón espero que se recupere pronto.

Sin decirse ninguna palabra más Utahime dejo solo al hombre, él cual dentro de su mente estaba ideando un plan para poder controlar todo lo que se avecinaba a su nieto.

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"Todo se encontraba en silencio desde que salieron del cementerio, Kasumi no podía mirar a los ojos a nadie mucho más a Yuuji-kun. Él cual se encontraba también absorto en sus pensamientos, preguntándose ¿se enteró de la verdad? ¿acaso el joven sabía que a estas alturas era el bisnieto de la maldición más antigua de todos los tiempos? También ella tenía que resolver varias incógnitas que relacionaban a la maldición junto a Kashimo, ya que al parecer Ryomen conocía más al peliblanco que su propio hermano incluso Cian.

- Yuuji-kun. – noto como se erizo la piel de él. - ¿Podemos hablar?

Dijo Kasumi al ver que los dejaban solos en el cuarto de emergencias del Hospital.

- S-Si. – fue simple su respuesta. – Kasumi-chan yo...tu... ¿qué somos precisamente nosotros en este momento?

- No lo se. – nuevamente las lágrimas se acumularon en los ojos de ella. – Simplemente no sé pero...de algo estoy segura y es que el cariño que te tengo al fin lo comprendí.

La joven tomo las manos del joven correspondiendo su sonrisa y asintiendo apretó las manos de ella.

- Yo también creo que...por fin entendí porque me sentía demasiado cómodo y feliz con tu compañía. – rio nerviosamente.

- Yuuji, necesito hablar con Sukuna. – esas palabras sorprendieron al contenedor. – Tú crees ¿Qué exista una forma de...?

- Si logras traspasar su alma al tocarme el pecho, podrás adentrarte a su...guarida.

La chica asintió y canalizando parte de su energía maldita junto con algo espiritual toco el pecho de Itadori, sumergiéndola en un camino oscuro y cuando abrió los ojos notando como estaba en una cueva llena de huesos y sus pies sumergidos por un extraño liquido rojo deduciendo que sería sangre. Alzo la mirada observando un trono en la punta de los huesos sin encontrar a quien buscaba.

- Por lo que veo lo estúpido e ingenuo nunca se te quitara, Cian o debería decía Miwa Kasumi. – dijo divertido una voz detrás de ella demasiado cerca de su oído. – Incluso esos hombres son iguales.

En lugar de sentir miedo Kasumi solo sonrió y dándose la vuelta su rostro quedo demasiado cerca de la maldición, detallando por primera vez a Ryomen.

- Lo mismo diría ella de ti. – soltó la chica. – De verdad que ellos han sido por años su viva imagen, aunque tan diferentes a la vez.

Sukuna entendió a quienes se refería, logrando sentir después de muchas décadas una incomodidad que no lograba explicar.

- Eso es obvio niña, a fin de cuentas, son descendientes míos, aunque es una lástima que el mocoso tenga que morir cuando alcance todo mi poder. Al parecer ese es el precio que tiene que pagar por ocultarme la verdad.

Ante las palabras llenas de burla de Ryomen Sukuna, Kasumi arrugo el entrecejo, pero recordó como en su último encuentro con Hajime la maldición demostró algo distinto.

- No lo creo. – sonrió. – Usted no desea que Yuuji-kun muera, no después de enterarse quien es él. Ademas si el muere le demostraría a Hajime que siempre tuvo la razón respecto a usted.

- Lo que haga o deje de hacer ese estúpido me tiene sin cuidado. – reto la maldición tomando fuertemente del mentón de la ojiazul. – Mi único objetivo es liberar todo mi poder para destruir a los hechiceros y que cierta persona pague por involucrarme en este maldito juego.

- Habla de la misma persona que los convirtió en maldiciones, ¿no es cierto? – la sonrisa de Sukuna se amplió y asintió. - ¿Quién es? ¿Cómo es posible que aun permanezca con vida?

Ryomen acerco más su rostro al de ella oliendo el perfume que por siglos reconocería siempre, recordando sus momentos con Cian y después...

- Si viniste aquí buscando respuestas sobre esa maldición pierdes tu tiempo. – por sorprendente que era noto en los ojos azules la misma lastima y comprensión de la anterior sacerdotisa. – Pero te daré un último consejo, mantente alejada de Gojou Satoru y del mocoso. El destino de ambos siempre estará marcado por el dolor y la muerte, que si permaneces junto a ellos te alcanzaran tan pronto que el destino de Cian no será nada comparado con el tuyo. Así que no seas estúpida y al menos en esta vida trata de ser feliz.

Dijo soltando suavemente a Miwa, para disponerse a sentarse en su trono, pero la voz de ella lo detuvo.

- Agradezco su consejo, pero...yo no seré como Cian. – volteando hasta que sus ojos azules se encontraron con los rojizos. – Yo no me detendré hasta proteger a los que amo, pero...yo no permaneceré alejada de ellos no solo por amarlos sino para protegerlos.

La mirada de Sukuna dejo de observar el rostro de Kasumi para dirigirla al vientre de esta, notando cierta energía concentrada ahí y sonriendo en sus adentros pensó que al menos en esta vida Cian tendría un hijo de Yue, pero... ¿cuál sería el costo de esto?

- Entonces buena suerte con ello y que eres más estúpida de lo que me imaginaba. – alzo su mano para sacarla tal como lo hizo con Mahito. – Simplemente diré que Noritoshi es difícil de vencer.

Dejando a Miwa Kasumi con más dudas que respuestas.

- ¡Kasumi! – grito Itadori al ver como su amiga se desmayaba. – Kasumi, despierta. – tocando el rostro de ella."

Mientras tanto en el pasillo del Hospital Itadori Yuuji pensaba en lo sucedido cuando llegaron en el aquí y es que al conocer la verdad del lazo que lo unía a Sukuna se sintió demasiado incomodo, no sentía la misma calidez que con Kasumi incluso la maldición no ha vuelto a molestarlo desde entonces y las pesadillas que antes le mostraba se detuvieron.

- Yuuji-baka no te muevas tanto no me dejas dormir. – dijo una voz somnolienta mientras se acurrucaba mas cerca del chico.

Itadori dirigió su mirada con una sonrisa hacia la dirección de Nobara, el joven noto lo linda que era la pelinaranja incluso dormida y lo extraño que también era para ambos su nueva relación como pareja. Pero toda esa felicidad desapareció al recordar cuál era su propósito en la hechicería y que en un abrir y cerrar de ojos esto podría terminar.

- Me pregunto... ¿De qué habrán hablado Kasumi y Sukuna? – se pregunto deductivo Itadori recordando ese extraño momento.

- ¿Cómo es eso que Kasumi hablo con Sukuna a solas?

La voz extremadamente seria congelo de su asiento al recipiente de Sukuna y mirando hacia la dirección donde provenía, trago grueso al ver a Gojou-sensei mirándolo completamente serio mostrando esos ojos color cielo, pero al parecer estos denotaban molestia.

- Go-Gojou-sensei. – tartamudeo. – Pensé que estaba con su abuelo.

- Estoy buscando a Kaede-obachan, para llevarla a verlo. – ocultando sus puños dentro de sus bolsillos. – Pero dime Yuuji, ¿Cómo es eso que Kasumi y Sukuna se encontraron solos?

Por primera vez en su vida Itadori Yuuji entendió porque muchas personas le temían a su sensei cuando se enojaba en serio, aunque... ¿el hombre que una vez amo Cian no era alguien relacionado al Clan Gojou? ¿Por eso su sensei era tan parecido a esos hombres?

- Gojou-sensei...estem...yo creo que...mejor debería hablarlo con Kasumi. – aparto la mirada del hombre. – Ni siquiera a mi me dijo de que hablaron ellos.

Gojou arrugo mas su entrecejo y justo cuando iba a debatirle al adolescente llego Nanami en compañía de Megumi, donde seguramente este ultimo aprovecho para visitar a Tsumiki, incluso Utahime estaba ahí, pero si todos ellos se irían al Colegio ¿Dónde estaba Kasumi?

- Itadori-kun ya es momento de irnos. – Satoru enarco una ceja ante las palabras de Nanami.

En cambio, para Yuuji rápido despertó a Nobara ganándose un ligero golpe de ella y junto a los demás se fueron a la salida dejando al rubio y su mentor.

- Espero que se recupere pronto Gojou-san, Gojou. – el peliblanco asintió. – Respecto a los informes nuevamente tuvimos que mentir, esta es la segunda vez que cometo esa clase de actos y sabes muy bien que no me gusta mentir.

- Eso lo sé, como también sé que odiarías decirles a los altos mandos desearan mandar nuevamente a Yuuji a una misión suicida para que muera al revelarles la verdad. – el ex oficinista asintió. – Por cierto, ¿Por qué no esta con ustedes Kasumi-chan?

- Al parecer ella se quedará hoy cuidando de su hermano. – se dio la vuelta Kento para irse. – Esta hospitalizado al parecer se está recuperando del cáncer, después regresara al Colegio.

- Si eso lo sabía.

Sin darse cuenta había abierto la boca mas de lo debido y cuando levanto su mirada para encontrarse con la de Nanami vio una serie de preguntas que sabia perfecto que nunca le haría.

- Lo sabia porque Maki me dijo que era responsable de sus hermanos y por Megumi, una vez la acompaño a visitarlo aprovechando para ver a Tsumiki.

- No tienes que justificarte conmigo, Satoru. A pesar de tu inmadurez y egocentrismo...se que eres un buen hombre al preocuparte por tus alumnos un claro ejemplo es protegiendo a Itadori-kun y Miwa-chan.

Las palabras dichas por su compañero y amigo hicieron que algo cálido se instalara en el pecho de Satoru, combinado con la incomodidad de imaginar que algún día las personas cercanas a él descubrieran el lazo que lo unía a Kasumi y Yuuji.

- Gracias Nanami, tú también eres un buen hombre. – dándole una ultima mirada Nanami camino a la salida, pero una frase lo hizo detenerse. – Recuerda mi consejo de la vez pasada, aprovecha y se feliz.

Grito alegre el chaman y esperando que sus palabras hicieran entrar en razón a Nanami, sonrió al imaginarlo abriendo una panadería con esa chica llamada Suki.

- Porque esa chica es el tipo ideal de ese tempano de hielo. – soltó divertido caminando despreocupadamente para ir con su abuelo.

Pero un pasillo en específico llamo su atención haciéndolo dudar si era mejor dejar las cosas como estaba o...

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"Sentía como le habían arrancado el alma, no podía creer que frente a sus ojos se encontrara el cuerpo inerte de la mujer que mas ha amado.

- Cian. – callo de rodillas. – Cian… ¿porque...?

La lluvia combinada con sus lágrimas había su visión borrosa, pero no le impedía ver como el rostro de la mujer mostraba una de sus características sonrisas. Tomo el cuerpo inerte de Cian, notando lo bella que era y como fue marchitándose lentamente por culpa de Sukuna.

- Aunque esa maldición no fue el único en condenarte. – sus ojos se deslizaron al notar como el vientre de Cian estaba vacío se dio cuenta que...- Fuiste madre... no, lo mejor para esa abominación es haber nacido muerto.

A su mente venia todos los recuerdos con su hermano y Cian, de como en un parpadeo todo su mundo se vino abajo: Cian esta muerta, su hermano pronto lo estaría y él...él en cambio se había convertido en una maldición. Miro su reflejo en aquel lago que fue testigo de tantos momentos hermosos y ahora se teñía de rojo por la sangre que fue derramada porque al parecer el amor se convirtió en la maldición mas retorcida de todas.

- Al parecer tú también vienes a despedirte de esa mujer. – Hajime levanto su mirada encontrándose con el súbdito de Sukuna. – Ademas por lo que veo tu al igual que mi señor te convertiste en una maldición, aunque por tu apariencia se distingue que eres un Gojou.

Los ojos de Hajime se mantuvieron fijos observando detalladamente a ese sujeto, sintió una ira incontrolable al notar como este se encontraba burlando de su dolor.

- Eso no es de tu incumbencia, además no estas en posición de burlarte de mí cuando tú también has sido rechazado por tu "señor". – aquel humor negro tan característico de los Gojou se hizo relucir. – Porque... ¿no me negaras que Sukuna al menos sintió algo por Cian?

- Hmp, claro que sintió algo: lastima por un ser tan patético como ella. – se defendió Uraume.

- ¿Estas seguro? O es como una vez me dijiste solo estas viendo lo que deseas ver.

Ambos se encontraban a la defensiva esperando una victoria que sabían perfecto que nadie obtendría.

- Al menos yo permaneceré al lado de mi señor siempre, en cambio tu...tendrás que esperar hasta que esa mujer reencarne para estar con ella, sino es que nuevamente alguien mas se interpone en tu camino.

- Eres demasiado estúpido al creer que Sukuna nunca será vencido. – levantándose con el cuerpo de la joven. – Aquel que nos convirtió en lo que somos un día nos cobrará estos favores y ten por seguro que no será de una forma demasiado amable, Uraume.

El joven sabia perfecto que aquelle premonición del hombre se haría realidad, pero por mientras todo esto durara se aseguraría de permanecer al lado de Sukuna-sama y prometiendo que protegerlo incluso si eso significaba sacrificar su existencia."

- Por eso mismo Itadori Yuuji debe desaparecer. – decía Uraume contemplando el cielo de aquel gran edificio. – Porque...ahora dudo mucho que Sukuna-sama desee matarlo o alejarse de esa mujer. – recordó al pelirrosado y la joven amante de Gojou Satoru.

- Te dije que algún día esto sucedería y por tu cara me puedo dar cuenta que estaba en lo cierto.

La voz sarcástica y burlona de Kashimo Hajime hizo que los nervios del joven se encresparan porque odiaba todo lo relacionado a esa mujer: al hijo bastardo de esta, a su reencarnación e incluyendo a esos insufribles hermanos que tanto la amaron.

- Vete a la mierda, Gojou Hajime. – se levanto de su sitio. - Porque tu te encuentras en la misma posición en este juego de ajedrez y en cualquier momento saldremos sobrando o me dirás que ¿esa joven realmente deseaba acompañarte para siempre?

Su comentario hizo que la sonrisa del peliblanco desaparecía para mostrar la misma cara sin emoción que solía tener Gojou Satoru al tomarse en serio una pelea.

- Algún día ella estará conmigo, cuando me encargue de tu amo y de...

- ¿De Gojou Satoru o de su hijo? – ambos se miraban fijamente. – Esa mujer cometió la misma estupidez de Cian pero la diferencia es que en esta época se entrego y espera un hijo del hombre que ama. – dio un paso hacia adelante. – Porque al ser ese hombre una encarnación de ustedes tu puedes ver y sentir lo mismo que él incluso cuando estuvo con ella por primera vez.

Kashimo odiaba que cada palabra dicha por Uraume era cierta porque, así como Gojou Satoru estaba comenzando a recordar su vida pasada, el estaba maldecido en ver a través de sus ojos todo lo que había vivido el chaman hasta estos momentos y solo había una forma de que eso no sucediera...romper la maldición que los unía con aquella maldición considerada como la peor de todas.

- Hmp. Mi objetivo está claro Uraume, así como el tuyo, solamente tendría cuidado de quien debería protegerme si de mis "aliados" o de tu amo Sukuna. Porque no olvides mis palabras el te matara en cuanto descubra todo.

Sin mas que decir Hajime desapareció del lugar, porque en estos momentos tenia muchas cosas que pensar y aclarar consigo mismo, así como idear un plan para hacer que Miwa Kasumi estuviera a su lado.

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- Por lo que veo tu conversación con Kyo-sama te dejo demasiado consternada, Utahime-san.

La nombrada no aparto su mirada del camino después de haber dejado a los estudiantes en el Campus y como el caballero que suele ser Nanami Kento se ofreció a llevarla a su casa, porque desde el cambio de Miwa en la cede de Tokyo no fue requerida su estadía en el Colegio de Kyoto así que decidió volver a la casa de sus padres, un antiguo Templo a las afueras de la región.

- Él sabe la existencia de mi hijo, Nanami. – ante lo escuchado el rubio freno abruptamente, asustando a la mujer y que sino fuera porque estaba portando el cinturón de seguridad se hubiera golpeado la cabeza. - ¡PERO QUE TE PASA ESO ES DEMASIADO PELIGROSO! ¿ACASO GOJOU YA TE CONTAGIO DE SU ESTUPIDEZ?

Mientras Utahime comenzó sus típicas rabietas en la mente de Nanami solo venia el rostro de un pequeño que si se descubriera de su existencia seria buscado hasta encontrarlo y...

- ¿Se lo comento a Satoru? – su voz fue carente de emoción haciendo que Iori dejara de hablar. – Sabes lo que ese niño significara en la vida de Satoru, él veía como un hermano a Getou-san y...

- Lo protegería con su vida eso lo se. – bufo la azabache. – Simplemente que ahora no creo que ese idiota observe su alrededor, no con los problemas que tiene encima.

Utahime se mantuvo callada recordando aquellas leyendas sobre los templos que su abuela solía decirle acercándola más a sus raíces como hechicera, pero al crecer hubo algo que nunca entendió... ¿porque en el mundo de le hechicería era prohibido la energía espiritual? Hasta que su abuela le dijo que hace mas de un siglo una mujer cometió el mayor pecado o traición hacia los hechiceros y sacerdotisas...convertirse en su concubina arrastrando a una maldición a los miembros del Clan Gojou.

- No entiendo sobre lo que dices Utahime, reconozco que Gojou se ha estado comportando extraño estos meses, pero él siempre ha sido así incluso sea porque dentro de poco se cumplirá un año de tu sabes perfecto.

- Créeme que lo se perfecto, pero es todo Nanami y probablemente ni siquiera el gran Gojou Satoru pueda con la gran avalancha de que nos avecina. – la mujer vio el templo donde se crio. – Sabes ya tenemos una pista sobre quien es el infiltrado. – sus ojos reflejaron mas tristeza. – Y si resulta ser cierto esto nos demuestra que las apariencias engañan.

En la mente de los hechiceros cruzaron los rostros de todos sus compañeros en los años de estudiante, así como los jóvenes estudiantes de la actualidad hasta que se encontraron con aquella persona tan importante para ellos mientras que Utahime recordaba a su hijo, Nanami recordó a Suki y como hace poco comenzaron una relación aun en contra de todo pronostico y egoísmo del destino.

- Nuestro propósito como hechicero es proteger a aquellos que nos necesitan y morir de una manera justa y sin arrepentimientos. – recordó con pesades el rubio las palabras que una vez escucho de Getou-san y Yu.

- Aunque eso signifique ir en contra de "ellos".

La mirada pardo del ex oficinista se cruzo con la miel de Utahime y comprendiendo perfecto ambos asintieron hasta que...

- ¡OKASAN! – grito un infante con todas sus fuerzas corriendo a recibir a su progenitora.

Tanto Utahime como Nanami miraron hacia la dirección del infante, notando el hombre el gran parecido del pequeño en Getou Suguru exceptuando por sus ojos color miel igual que los de su madre. Iori se agacho para cargar a su hijo de dos años y abrazándolo con todas sus fuerzas, recibiendo por parte de este una tranquilizadora sonrisa igual a...

- Estoy en casa, Keitaro-chan. – tocando la suave mejilla del azabache. - ¿Te portaste bien?

El pequeño asintió y al notar la presencia del Kento amplio su sonrisa.

- Hola Nanami-sama, bienvenidos.

Las palabras sinceras y libres de malicia del infante enternecieron tanto a los mayores, provocando que después de mucho tiempo Utahime llorara con todas sus fuerzas refugiándose en el pequeño cuerpo de su hijo y jurándose que pasara lo que pasara no dejaría que la vida de Getou Keitaro se contaminara como su padre. El seria diferente a Getou Suguru.

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- Oneesan deberías de descansar. – Kasumi levanto su mirada somnolienta al ver a su pequeño hermano observándola en la camilla de ese hospital. – Sino pronto tú también enfermeras y créeme que Kaito-Nissan es un pésimo enfermero.

La joven rio al ver el puchero de su hermanito mientras se cruzaba de brazos y es que era cierto que de los tres Keitaro era el menos paciente de todos.

- Incluso Go-Nissan es mas divertido y paciente. – sonrió Kirin al recordar a cierto hombre que solía visitarlo.

Pero eso dejo consternada a Miwa, ¿alguien más aparte de Kaito y ella solían visitar a su hermanito? ¿Con que fin? ¿Seria la misma persona que se hizo cargo de todos los gastos?

- ¿Quién es Go-Nissan, Kirin-chan? – se levanto para sentarse junto al infante. - ¿podrías describírmelo?

Ante la mención del desconocido Kasumi vio en los ojos de su hermano un brillo que hace tiempo dejo de notar en él.

- ¡CLARO! Go-Nissan es demasiado alto. – alzo su brazo hasta donde podía. – Su cabello es blanco, su piel es menos clara que la tuya y siempre trae dulces y obsequios para Kaito-Nissan y para mí.

Al escuchar a Kirin, la joven se asustó porque estaba describiéndole perfectamente a Hajime asustándola de que probablemente la maldición sabia sobre sus hermanos.

- "Claro que lo sabe, él desde hace tiempo está buscándome". – la piel de Miwa se erizo con el simple pensamiento de que Hajime estuviera conviviendo con sus hermanos. – Y Kaito, ¿Qué dijo o hace al respecto?

- Mmm...al principio no le agrado para nada, pero poco a poco se fue ganando su confianza. – rio divertido Kirin al recordar el peculiar carácter de su hermano mayor.

En cambio, Kasumi se asustó cada vez más temiendo de que Hajime buscara la forma de lastimar a sus hermanos para que estuviera a su lado, a través de Cian pudo ver que el hombre nunca haría algo directamente para lastimarla, pero no sabía cuánto había cambiado el hombre en esas décadas.

- ¡Mira Kasumi! – apunto Kirin a la puerta. – Ese hombre es Go-nissan.

Kasumi se recrimino al no sentir la energía maldita de otro individuo, pero al hacerlo identifico de inmediato de quien se trataba erizándole la piel, porque no era necesario darse la vuelta para saber que...

- Hola Kirin-chan, ¿Cómo esta mi paciente favorito? – con un tono alegre Gojou Satoru ingresaba a la habitación. – Vaya no sabia que estabas ocupado. Hola Kasumi, pensé que te retiraste con los demás, que coincidencia encontrarnos aquí.

El hombre camino hasta situarse al lado de Miwa, ampliando su sonrisa al notar como su cercanía aun le afectaba. Sabia que su comentario fue demasiado descarado porque era muy notoria su el objetivo de su propósito ahí.

- Go-nissan, le estaba diciendo a mi Oneesan que tu eres mejor cuidador que Kaito. – presa de sus emociones el pequeño se acerco a ambos gateando en la camilla. – Ademas eres genial.

La sonrisa que el pequeño le regalo lo transporto cuando conoció por primera vez a Kasumi, viniendo a él aquella información sobre la familia Miwa sintiéndose mal de que esos niños junto a la joven hayan tenido que pasar por esa serie de desgracias.

- Kirin-chan, deberías de tenerle mas respeto a Gojou-sensei. – escuchar su apellido de los labios de Miwa hizo sentir mal al peliblanco. – Él mayor que nosotros y es mi sensei en el Campus de Tokyo.

- Eso lo se. – se encogió de hombros, logrando que Kasumi boqueara sorprendida y turnara su mirada entre el sensei y su hermano. – Pero el me permitió llamarlo así, ¿verdad que no tiene nada de malo Go-nissan?

Gojou rio ante las expresiones de los hermanos y dándose la vuelta se coloco en el otro costado de Kirin para abrazarlo.

- No me molesta en lo absoluto, ustedes junto con tu hermana son importantes para mí. – dijo esto mirando a la ruborizada joven. – Yo prometí protegerlos de todo.

Al escuchar esas palabras del hombre nuevamente el corazón de Miwa comenzó a latir con fuerza, recordándole que sin importar lo que pasara nunca seria capaz de olvidar al hombre frente a ella, así como Cian nunca pudo olvidar a Yue aun estando con Sukuna.

- ¡Por eso eres tan genial! – alzo las manos emocionado y sus ojos brillaron admirándolo. – Eres muy buena persona, además de preocuparte por mi hermana también lo haces por nosotros. Go-Nissan, seria el novio perfecto de Kasumi-Oneesan.

- ¡Kirin! – reprendió abochornada la nombrada. – No deberías decir eso.

- Yo estaría mas que encantado de tener una novia tan buena y linda como Kasumi. – dijo el sensei mirando a Miwa, que agacho la mirada ante sus palabras.

Un silencio incomodo se apodero dentro de la habitación para los mayores, en cambio la sonrisa del infante se extendió porque en su mente idealizo la posible relación que podría tener su Oneesan con Go-Nissan y cuando iba a cuestionar a su hermana sobre si deseaba un novio como el peliblanco una enfermera ingreso.

- La hora de visita termino. – informo mirando de forma coqueta a Satoru. – Deberían dejar descansar a Kirin-chan y hacer lo mismo. – decía dándole discretamente un papel a Gojou

Miwa arrugo el entrecejo al notar el descaro de esa mujer en coquetear con Satoru frente a su hermano recordando que muchos en el colegio decían que la fama de Gojou Satoru con las mujeres era descrita, en una palabra: mujeriego e Infiel. Viniendo su ultimo encuentro y como le recalco que solamente sentía por ella una obsesión por acostarse con una alumna sin embargo ella recordó todo acerca de Cian y algo dentro de ella le dictaba que solamente deseaba protegerla.

- La enfermera tiene razón. – Kasumi volvió acercarse a su hermano y dándole un beso en la frente le sonrió. – Regresare antes de irme al Colegio de Kyoto.

Kirin solo asintió correspondiendo el abrazo de su Oneesan siendo presenciado por Satoru que envidaba la conexión que tenían ambos hermanos, cuestionándose que con la única persona que sentía un lazo demasiado fuerte era la misma que se encontraba en el Hospital por un descuido suyo.

- Esta bien hermana esperare tu visita igual que la de Go-Nissan. – decía mirando contento a Satoru. – Buenas noches Gojou-Nissan, cuide mucho de mi Oneesan.

La ojiazul iba a volver a reprender a su hermano por esa clase de comentario, pero una mano entrelazando la suya hizo que las palabras se mantuvieran en su garganta.

- Tenlo por seguro, Kirin-chan. – revolviendo el cabello negro del pequeño. – Así que recupérate pronto para ir a ese parque de diversiones que tanto deseas ir.

- ¡Si! – grito emocionado.

Sin esperar ninguna palabra más, ambos se despidieron del infante aun manteniendo sus manos unidas ante la vista de la enojada enfermera y el alegre Miwa Kirin.

- Ese hombre es...- rompió el silencio la mujer.

- El futuro esposo de mi Oneesan. – termino orgulloso Kirin porque tenía la ilusión de que Gojou-nissan se convierta en el novio y esposo de su Oneesan.

Ademas el noto como las miradas de ambos cambiaban al verse, como los doramas que Suki suele ver y entonces comprendió que después de todo su podía existir un poco de esperanza en la vida de ellos.

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Lo mismo pensaba Itadori Yuuji al mirar como sus amigos y compañeros no dejaban de discutir sobre cosas banales incluso escucho el nombre de un desconocido: Okkotsu Yuta, sin comprender que dentro de poco ese sujeto sería el mayor aliado para lo que se aproximaba para ellos.

- ¡YA LES DIJE QUE NO SE CUANDO REGRESA YUUTA-BAKA! – grito. – Si desean saber cuándo regresa pregúnteselo a Satoru. – se cruzo de brazos. – Aunque dudo que les diga algo siempre suele ser reservado con ese tipo de cosas.

Las cabezas de Panda e Inumaki decayeron al escuchar eso porque su amiga tenía razón en cuando a su sensei y mas con respecto a Yuta.

- Olvídalo, Gojou-sensei últimamente se encuentra demasiado ocupado con misión de categoría especial, del Clan Gojou e incluso afirmaría que también por algo más.

Itadori se atraganto al escuchar eso de Panda y es que el sabia perfecto a lo otro que tenia absorto en pensamiento y tiempo al hombre considerado el mas poderoso, siendo él uno de los involucrados.

- Tsk. No entiendo tanta fijación por ese sujeto. – bufo molesta Nobara mientras comía sus palomitas. – Vi una fotografía de él y no es la gran cosa, es mas tiene apariencia de drogadicto.

- Okkotsu-senpai es uno de los hechiceros mas poderosos que ha ingresado al Colegio.

Comenzó a hablar Megumi sin haber intervenido porque, aunque no mostrara sus sentimientos, le parecía curioso como otras personas podían ser tan expresivas siendo un análisis para él.

- Okkotsu-senpai también tiene una sentencia de muerte pospuesta como Itadori. – dijo mirando al pelirrosado. – Aunque ya no este maldecido, inconscientemente el maldijo a esa niña llamada Rika ocasionando muertes por el espíritu maldito de esta.

- En pocas palabras los altos mandos lo consideraron una amenaza. – puntualizo Itadori.

Porque en el tiempo que ha permanecido en el Colegio entendió porque Gojou-sensei y algunos mentores mantenían la información lejos de los altos mandos, porque dentro de la nueva formación de hechiceros había un revuelo sobre las normas y costumbres que siempre han existido. Lo mismo hubiera ocurrido con él sino hubiera ingerido los dedos de Sukuna y investigaran mas a fondo acerca de Cian y su hijo dando como resultado una búsqueda inminente para su abuelo y padre.

- "Aunque odie admitirlo con o sin los dedos de Sukuna, soy parte de él". – cerro los ojos con fuerza. – "Yo soy parte de su descendencia por eso mi fuerza bruta, mi habilidad en ver maldiciones y ...mi resistencia cada vez que ingiero un dedo".

- Vaya entonces si es como cuentas Fushiguro ese hombre debe de ser extraordinario. – respondió aun no muy convencida Kugisaki.

- Demasiado porque Yuta fue capaz de hacerle frente a un hechicero de grado especial, Getou Suguru. – decía orgulloso Panda.

La mente de Yuuji quedo en blanco al escuchar ese nombre porque recordó claramente como en su encuentro con Hajime, Mahito menciono a un tal...

- ¿Quién es ese hombre? – pregunto sin rodeos.

- Fue un hechicero de la misma generación que Gojou-sensei y Shoko-san, deserto y asesino a muchas personas incluyendo a sus propios padres. – esa información hizo que tanto Nobara como Yuuji abrieran desmesuradamente sus ojos. – Su objetivo era crear un mundo donde solamente los hechiceros existieran.

Nobara pudo notar como los rostros de Maki, Inumaki y Megumi cambiaron drásticamente como si al recordar ese nombre recuerdos nada agradables los inundaran. Mas ante lo dicho por Panda.

- M-Me imagino que ese hombre recibo un castigo con los peces gordos cuando eso sucedió, ¿no? – todo estaba muy tenso así que Itadori deseaba aligerar las cosas, pero...

- Getou Suguru fue asesinado por su mejor amigo, pronto será su aniversario luctuoso. – el azabache continuo.

- Y su mejor amigo era...- Yuuji no pudo terminar la oración sin sentir un nudo en la garganta. – No puede ser.

- Getou Suguru murió a manos de su mejor amigo y único: Gojou Satoru.

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Se encontraban caminando en los pasillos del Hospital, las horas de visita habían terminado y como sabia que Kaede-sama se quedaría con su abuelo lo mejor seria no molestarlo además tenia entendido que lo mantenían sedado para que no intentara escaparse. Estaba tan concentrado que solamente cuando Kasumi alejo su mano de él reacciono.

- Creo que ya es tarde y debería retirarme al Colegio. – decía Miwa colocando su mano sobre su pecho sin poder mirar a los ojos al hombre. – Dentro de poco saldrá el último tren y...

- Debiste de irte con Nanami y los demás, sabes que tu eres el principal objetivo de Hajime.

La voz de Satoru fue extremadamente seria con un tinte de molestia, para que así Kasumi entendiera la gravedad de las cosas y sobre todo su seguridad. Pero no se dio cuenta que estaba muy lejos de eso.

- Se perfectamente que Hajime-san esta cazándome, pero no por eso dejare de ir a visitar a mis hermanos o en tratar de continuar con mi vida. – Miwa arrugo el entrecejo ofendida. – Tampoco soy tan débil como antes, he estado controlando mi energía espiritual canalizándola con la maldita y se que puedo al menos defenderme de él.

- ¿Y de Sukuna? – reto Gojou acercándose más a ella, haciéndola retroceder nerviosa. – No sabes la magnitud de poder que ocultan esos dos, pero al parecer eso no te importa porque mi abuelo me dijo que te ibas a sacrificar yéndote con el estúpido de Hajime.

Kasumi no podía levantar la mirada porque sabía que caería rendida ante el hombre, pero so lo hubiera hecho se daría cuenta que Gojou Satoru no solo se encontraba preocupado por ella, sino que estaba celoso de Hajime, Sukuna incluso vino a su mente ese estudiante conocido como Mechamaru. Dándose cuenta de que al parecer Miwa Kasumi era una joven que nunca podría pasar desapercibida por el sexo opuesto.

- Yo...- apretó los puños al notar como le seguía afectando su sensei. – Usted no tiene nada que reclamarme porque...

Una enorme mano cerro su boca y tomándola de la cintura la llevo a uno de los pasillo más alejados, desconcertando a Kasumi mas al levantar su mirada encontrándose con los ojos de Satoru sin esa venda negra notando un brillo de molestia hacia la dirección que observaba fijamente, orillada por su curiosidad la ojiazul miro el paisaje que molesto al peliblanco sorprendiéndose de ver a Gakuganji caminando junto a otros dos hombres rumbo a la habitación de Kyo-sama.

- Maldita sea, sabia que esos vejetes aprovecharían de la situación. – las mejillas de Miwa se ruborizaron ante el aliento de Gojou.

Sin perder tiempo Satoru saco su móvil para mandarle un mensaje a Kaede y advertirle de la situación, pero antes de enviarlo recibió una llamada entrante de la mujer.

- Kaede ten cuidado porque...

- Gakuganji vendrá con los demás lideres, lo se. – Satoru arrugo el entrecejo al escucharla tan tranquila. – No se preocupe joven, cuidare bien de Kyo-sama no permitiré que ellos lo lastimen. Solamente tenga cuidado estamos seguros de que al enterarse de su llegada comenzaran a perseguirlo por eso mismo le pido que no llegue al Colegio ni a su departamento.

Satoru volteo los ojos y su agarre a la cintura hacia Kasumi fue mayor ganándose un quejido silencioso por parte de ella, haciéndole ver la situación en la que se encontraban.

- No puedo ocultarme siempre de ellos, además tengo asuntos importantes que tratar con Nanami y Utahime.

- Eso lo sabes joven, solamente será esta noche. Por favor confié en nosotros, si todo sale lo planeado tanto esos jóvenes como usted dejaran de ser custodiados y la atención se centrará en el Clan Zen´in.

- Esta bien. – el peliblanco no se encontraba muy conforme. – Cualquier cosa me mantienes al tanto Kaede.

- Si, esta bien. Puede quedarse en el Hotel Hoshinoya Tokyo donde me hospedo nadie sospechara y por favor salúdeme a la joven Kasumi.

Antes de que cuestionara a la mujer mayor sobre como estaba enterada que se encontraba con Kasumi, su nana colgó.

- Tsk. ¿Por qué todo tiene que ser un misterio con ellos?

- Gojou-sensei, ¿Qué sucede? – nerviosa Kasumi noto las distintas reacciones del hombre.

- Nada, es mejor que nos vayamos. – dijo observando que no hubiera nadie en el pasillo, pero al activar sus seis ojos percibió varios hechiceros en los alrededores. – Sostente de mi Kasumi.

- ¿Eh?

Sin entender la joven solo sujeto fuerte el chaleco de su mentor y en un parpadeo se encontraban en la recepción de un lujoso pero tradicional Hotel, mirando ruborizada a Satoru que sin importarle nada se dirigió con la recepcionista.

- Deme una habitación para dos, por favor.

- Por supuesto caballero, su pago ¿será de crédito o de contado?

- Crédito. – se limitó a decir, volteando hacia la dirección de Miwa notando como estaba sonrojada hasta las orejas, pero sin dejar de contemplar maravillada el lugar.

Como suele ser costumbre Gojou causo revuelo en el sexo opuesto, pero a él eso no le importaba desde hace tiempo simplemente se limito en sacar su tarjeta de crédito para extendérsela a la mujer.

- Aquí tiene joven. – entregándole su tarjeta de acceso. – Si desea cambiar de acompañante solo solicítelo y con gusto le ayudaría.

Esto lo dijo en un tono demasiado bajo solo para que Satoru escuchara, pero al volver a ver Kasumi su sonrisa se amplio y con una seguridad respondió.

- Lo dudo mucho. – dijo divertido. – Nunca cambiaria a mi acompañante, aunque transcurra nuevamente otro siglo.

Rio divertido al ver la expresión entre ofendida y sin comprender de recepcionista, sin pudor alguno tomo la mano de Miwa para ir a la habitación a fin de cuentas ya han dormido juntos y aunque el este poniendo distancia de por medio, todos sus sentidos se nublaban en cuando a Kasumi se trataba.

- ¿P-Porque estamos aquí? – estaba sumamente nerviosa. – Deberíamos de estar en el Colegio.

El silencio de Gojou comenzó a molestar un poco a Miwa y mas porque sabia que la estaba ignorando a propósito. Entonces cuando Satoru abrió la puerta de la habitación, dejándole espacio para entrar ella se rehusó.

- Kasumi no estoy de humor, por favor...

- ¡No entrare! – se soltó de su agarre. – No estoy entendiendo nada, ¿Por qué no estamos en el Colegio? ¿Por qué me trajo hasta aquí? ¿Por qué ha estado viendo a escondidas a mis hermanos? Usted dejo claro que no le interesaba continuar con esto y...

A medida que Kasumi le recriminaba las lágrimas que tanto quería evitar derramar frente a él cayeron, haciéndolo sentir el peor de los hombres porque sabía que él causante de todo ese dolor era él.

- Por favor no llores, cariño. – acercándose a ella y tomando su rostro limpiando con su pulgar las lagrimas de Miwa. – Entra y te prometo explicarte todo, esta vez...todo será diferente confía en mí, aunque...no lo merezca.

- E-Esta bien. – Kasumi recargo su cabeza en el pecho de Satoru.

Tomándola cuidadosamente para no asustarla ambos se adentraron a la habitación, Satoru se mantuvo abrazando a Kasumi al sentir como su cuerpo temblaba porque todavía estaba llorando así que lo mejor era comenzar a hablar.

- Hace días mi abuelo me entrego unos escritos. – lo mejor era advertirla de todo. – En ellos venia todo lo referente a Cian, Sukuna y...de ellos. Al parecer ciertos miembros del Clan Gojou están al tanto de la conexión que tuvo ella con Yue y Hajime.

Cuando ella lo escucho levanto su rostro para observar como los ojos de Satoru estaban vacíos sin emoción alguna.

- Pero al parecer ellos conocen parte de la verdad, no saben que los escritos aun existen y tampoco que Cian reencarno, solamente saben que yo soy la reencarnación completa de esos hermanos y por lo tanto mi poder es superior al de ellos.

- Fue antes de...de la ultima vez que estuvimos juntos. – Gojou solo asintió. - ¿Por qué no me lo dijiste?

- Porque mientras Hajime siga con vida, nunca podremos estar juntos. – acerco su rostro al de la joven cerrando los ojos al sentir su aroma. – Porque pensé que era la mejor forma de protegerte, de mantenerte a salvo.

La joven miraba enternecida a Satoru entendiendo que no solo ha sido difícil estos días para ella sino también para él y su rostro era una clara muestra de ello. Noto las pronunciadas ojeras debajo de sus ojos y el cabello un poco descuidado.

- También soy una hechicera. – hizo un puchero adorable. – Se que muchos piensan que soy inútil, pero se que puedo dar más porque soy la reencarnación de Cian y así como me mostro toda su vida entendí el propósito de mi existencia.

- Recordaste todo. – Miwa asintió. – Yo aun tengo recuerdos confusos, sé que Hajime está detrás de todo esto, pero también alguien más. – dijo serio. – Alguien que por mucho tiempo ha esperado por esto.

- Hablas del ser que convirtió a Sukuna y Hajime en lo que ahora conocemos, ¿verdad?

El silencio fue una clara respuesta, pero había algo que dejo con dudas a Satoru y fue la conversación con su abuelo sobre la posibilidad de que...

- Satoru, te amo. – esa confesión provoco algo cálido en el hechicero. – Pero no creo soportar nuevamente que me alejes de ti, aun sabiendo que lo haces por mi bien.

El peliblanco le dio un tierno beso a Kasumi porque, aunque estuvieron separados por semanas para él fue eterno no volver a sentir el calor del cuerpo de ella, sus adorables gestos, sus besos y caricias tímidas, además esa pureza que siempre caracterizo a Kasumi entre todos.

- Yo...no debí comportarme como lo hice. – decía repartiendo besos en las mejillas mojadas tratando de limpiar todo el dolor de Kasumi. – Pero he fallado tantas veces en proteger aquellos que me importan. – formando una triste sonrisa. – He prometido a personas que ya no se encuentran conmigo, Cian solo fue el comienzo para que mis promesas nunca se cumplan.

- Satoru. – ahora el turno de Kasumi en consolarlo.

- Yue no pudo proteger a Cian porque lo unía su amor hacia Hajime. – ambas miradas azules se conectaron. – Yo no pude proteger a Riko de su destino, no pude salvar a Suguru de sus dudas y tampoco pude ayudar a Yu.

Los rostros de las personas que menciono cruzaron por su mente regalándole la sonrisa para ser destituidas por sus rostros llenos de sangre.

- Kasumi yo no podría continuar si pierdo a alguien más. Si te pierdo a ti, la poca cordura que me queda la perdería por completo.

Los ojos de Gojou Satoru en estos momentos le mostraba lo que tantas veces ella sintió en sus misiones: "Miedo". Porque ante los ojos de los demás era el mas fuerte y poderoso, pero no sabían cuanto dolor se encontraba acumulado dentro del hombre. Puede que en una pelea contra una maldición Satoru no pierda ni sienta emoción alguna, pero al perder a alguien cercano o querido por él era transportarlo a la muerte misma.

- Y yo te prometo que nunca me alejare de tu lado.

Ahora fue el turno de ella en besar al hombre, dejándose llevar comenzó a desabotonar el chaleco al mismo tiempo que Gojou desprendía de una a una las prendas de su mayor pecado.

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- Así que te iras de viaje. – dijo un poco abatido a la joven que estaba disfrutando de su helado. - ¿Te iras mucho tiempo?

Al escuchar esa pregunta por parte de su amigo la sonrisa de Mai se amplió y divertida miro a su amigo.

- ¿Qué aun no me voy y ya me extrañas, Muta-chan? – volteo los ojos por el tono divertido de la chica. – Solo bromeo relájate. – se carcajeo.

- Aunque suene absurdo, si te extrañare. – ante la confesión Mai parpadeo sorprendida. - ¿Es en serio te agrada mi compañía?

Ahora fue el turno de Mechamaru en verla, enarcando una ceja al ver como Mai se encontraba incrédula.

- Sabes que no suelo mentir sobre ese tipo de cosas, Mai. – sonrió el castaño. – me atrevería a decir que eres mi mejor amiga...la mas valiosa de todas.

- Tú también lo eres para mí, idiota. – le dio un ligero golpe mientras reía. – Cuando todo se descubra. – sabia a lo que se refería la Zen´in. – Permaneceré a tu lado.

- No puedes hacerlo, eres una candidata para ser la líder de tu Clan.

Mai agacho la cabeza al escuchar eso, porque era como regresarla a la cruel realidad de que nunca seria una persona común.

- Pero de algo puedes estar segura y es que...ten por seguro que nunca serás la esposa de ese hombre. – derramo una lagrima traicionera, la cual limpio rápidamente. – Tu mereces ser feliz Mai como todos nuestros compañeros también mereces seguir adelante a pesar de todo y cuando llegue el momento de la verdad no te expongas en protegerme. Yo no tengo salvación sobre algo desde mi nacimiento iba ser inminente.

- Y yo te prometo que algún día obtendremos esa libertad Kokichi. – recargo su cabeza en el hombro menos lastimado de él. – Quien sabe, probablemente conozcamos nuestra felicidad cuando estemos frente al mar. ¿Qué te parece?

- Espero con ansias ese día. – ambos rieron no como compañeros sino como la personas mas importante de la otra.

Porque después de mucho tiempo encontraron a ese amigo incondicional, un igual ante la desgracia que conllevaba su vida.

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Satoru no perdió el tiempo al encontrarse ambos completamente desnudos y colocándose arriba del delicado cuerpo de Kasumi continuo sus caricias.

- Extrañaba tanto tocar tu lindo cuerpo. – delineando desde la cintura de Kasumi y cuando se detuvo en los senos de ella los abarco con sus amplias manos. – Cada una parte de tu cuerpo es preciosa.

La joven gimió mas fuerte cuando Gojou estrujo sus senos, apretando las sabanas con fuerza y cerro los ojos al sentir como Satoru simulaba las embestidas.

- Sa-Satoru. – la joven hecho su cabeza hacia atrás al sentir como Gojou regalaba besos alrededor de sus senos, para después disponerse a succionar sus pezones.

Sabia que sus pechos eran su parte mas sensible después de su cuello, Satoru detuvo sus embistes porque una de sus manos masculinas abría con cuidado los pliegues para iniciar a acariciar las zonas erógenas de Miwa, adentrando uno de sus dedos con maestría. Siempre se esmeraba en preparar a Kasumi, porque recordó aquella primera vez juntos y no deseaba volver a ver esa expresión de dolor.

- ¿Me extrañaste, cariño? – cuestiono mordiéndole el lóbulo de la oreja, sonriendo soberbio al ver que Kasumi no le respondería. – Vamos porque no me contestas.

- Yo...- los movimientos del hombre hacían que cada vez los gemidos fueran mas constantes. – Te extrañe, te...necesitaba así conmigo.

La sonrisa de Satoru se amplio, al escucharla y notar que ya estaba lo suficientemente mojada así sus dedos abandonaron esa zona ganando un gemido insatisfactorio por ella, pero fue acallado al sentir los posesivos labios del hombre.

- Creo que eso de ser tierno y romántico no va conmigo. – le dijo entre besos mientras colocaba en la entrada de Kasumi su prominente erección, ella jadeo al sentirlo y entonces Satoru aprovecho.

Empujo levemente la punta de su miembro siendo consciente como Miwa se tensaba al sentirlo poco a poco dentro de ella, porque no importaba las veces que han estado juntos siempre solía ser demasiado para ella en la primera estocada.

- ¿Te encuentras bien? – la ojiazul solo asintió sonrojada. – Bien entonces creo que es momento de comenzar la diversión, Kasumi-chan.

Temblorosa por todas las sensaciones, Miwa asintió echando hacia atrás su cabeza al sentir mas profundo los embistes de Satoru como si deseara ser parte de ella por completo.

- Satoru. – gimió cuando las oleadas de placer iban y venían.

Recordando todos los encuentros de ellos desde aquel día donde le solicito una fotografía o cuando por accidente la vio en el corredor al ayudar a sus alumnos incluso cuando por primera vez experimento el sentirse deseada por alguien. Los gemidos que salían de la boca de Kasumi estimulo demasiado a Satoru regalándole estocadas más certeras, enérgicas y satisfactorias.

- Estas tan apretada, cariño. – se arrodillo en medio de la cama llevándose consigo el cuerpo blando de Kasumi. – Me excitan tanto tus adorables sonidos, provocando que quiera hacértelo mas duro.

Miwa noto como los ojos de Satoru brillaban con la lujuria que lo caracterizaba, así como aquella sonrisa ladina mostrando sus perfectos dientes blancos. Soltó de las sabanas cuando Gojou la tomo de su trasero para elevarla y quedar ambos frente a frente mientras continuaba con el vaivén de sus caderas.

- Te amo, Satoru...yo... te amo. – cuando sus miradas se conectaron ambos sonrieron.

- Yo igual, Kasumi. – ejerció mas fuerza comenzando a salir y entrar sin ninguna restricción.

Logrando el primer orgasmos de Miwa, pero el aun no tenía suficiente así que recostó su cuerpo en la suavidad de la cama tomando a Kasumi para que lo montara.

- Aun no termino contigo. – impulsándola de sus caderas para acostumbrarla. – Hoy será una noche demasiada larga.

Asintiendo sonrojada Kasumi fue subiendo y bajando sus caderas al ritmo que le marcaba el peliblanco, dándose cuenta de que así era mas grande si eso fuera posible además en esa posición sentía que ahora ella debía tomar las riendas. Así que incorporo un poco su torso y colocando sus manos en los pectorales de Satoru fue ganando impulso, quedando ahora el maravillado del paisaje que le regalaba el cuerpo de Miwa detallándola desde su sensual rostro, bajo a sus senos con marcas de sus besos y dientes como el resto de su cuerpo deteniéndose en la unión de ambos.

- Te amo. – soltó él sin mas haciendo que Miwa detuviera sus movimientos. – Tanto que incluso puede igualarse con mi locura.

De nueva cuenta él estaba encima de ella en la posición de misionera descubriendo que en esa Kasumi se excitaba mas y no podía controlar sus gemidos.

- Vamos Kasumi-chan vente conmigo. – dijo entre jadeos el también al sentir como ella nuevamente comenzaba a contraerse y dándole una ultima embestida llegando hasta lo mas profundo de ella se liberó después de mucho tiempo.

Entendiendo que el no cometería los mismos errores que esos hombres, no era un cobarde y si la vida jugo con ellos en el pasado. Ahora les tocaba invertir los papeles ante las ironías que las vida a interpuesto, jurando ser esta vez el ganador.

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- ¿Qu-Quien eres tú? – grito asustado el hombre mirando aterrado la imagen de su esposa junto a sus hijo y madre muertos. - ¡NO ME MATES POR FAVOR! Prometo darte todo el dinero que desees, pero por favor ten piedad.

Ante la palabras escuchar una sonrisa macabra adorno las fracciones de Kashimo Hajime mirando con superioridad al hombre frente a él.

- Te mando ese hombre, ¿no es así? – Kashimo no entendió. - ¿Cuánto te pago el amante de la golfa de mi sobrina?

Arrugo el entrecejo al conectar sus ideas y saber a lo que se refería ese sujeto, en cambio su sangre hirvió cuando insulto a Kasumi con su sucia boca.

- ¿Piedad? – se agacho a la altura del aterrado hombre. - ¿Ustedes tuvieron piedad con ella? No, ustedes siguen siendo tan repugnantes que pueden pasar mas de un siglo y los humanos nunca comprendieron su función.

Los ojos castaños del mayor no entendía a lo que se refería, pero sentir como atravesaban su estomago comprendió que hoy seria su fin. Hajime saco su mano sin ningún rastro de culpa y levantándose arrojo los rastros de sangre de sus nuevas victimas se dispuso a salir de ahí, pero se detuvo.

- Por cierto, yo no estoy aquí por ese hombre. – sacando un encendedor y prendiéndolo, contemplándolo. – Estoy aquí, porque estoy haciéndole justicia a la mujer que amo y si tengo que arrastrar al infierno a quienes la lastimaron...no importa pagar el precio.

Dijo lanzando el encendedor dejando que la casa se fuera consumiendo poco a poco por las llamas escuchando solamente los gritos de ayuda y desesperados del hombre que era conocido como Miwa Ichiro.

- A fin de cuentas... el infierno es el lugar donde siempre he pertenecido. – una amarga sonrisa adorno a Kashimo Hajime. - ¿No es así hermano?


Notas de autor: Vaya pense que no me tardaria nuevamente en actualizar ¿Cual es tu tipo ideal?, pero me he encontrado saturada de cosas laborales como personales, ademas de que tengo olvidados varios fics de lo que solo tengo borrador solamente. Muchas gracias por tener paciencia respecto a las actualizaciones de este fic, este capitulo lo acorte porque no deseaba que fuera taan largo y solo falta ver parte del pasado de Sukuna, Hajime, Yue incluso se mostrara sobre el abuelo y padre de Itadori.

Mil gracias por todo su apoyo en cada momento que se toman para leer y dejarme un review, así como darle la bienvenida a aquellos lectores nuevos del fic gracias por su apoyo y amor por este shipp tan peculiar pero hermoso en Jujutsu Kaisen.

Sin mas me despido,perdonen uno que otro error ortográfico.

Besos y abrazos.

TheOtherDestiny ;).