OUT FOR LOVE CAPÍTULO 3
DISCLAIMER Ninguno de los personajes me pertenece, le pertenecen a Vivziepop (Vivianne Medrano)
Capítulo 3. Cherry bomb lipstick
Había pasado casi un mes desde la reunión sobre el amor que Charlie los obligó a escuchar. Desde ese entonces Angel había estado evadiendo el bar por alguna razón y eso no pasó desapercibido por Cherri. Si bien había días en los que Angel estaba muy cansado como para quedarse a charlar, en esta ocasión las cosas eran diferentes. Llegaba temprano y subía directamente a su cuarto, y si tenía que pasar por la sala por alguna razón, se quedaba mirando la pantalla de su celular sin hablar con nadie.
Por su parte, el gatito andaba mucho más raro de lo normal. Desde hace unas semanas su buen semblante cayó en picada y empezó a mostrar una cierta ansiedad o inseguridad que no era propio de él. Esto acrecentó el día de la reunión que tuvieron sobre el amor en pareja. Después de ese día, se lo notaba muy sigiloso y callado.
-Si hubiera sabido que tendría que andar sola casi todo el tiempo no hubiera entrado a esta locura de hotel- Dijo finalmente Cherri en voz alta, en un momento en el que tanto Husk como Angel estaban ignorándose mutuamente, como fueron los días previos.
- ¿De qué hablas?, ¡no digas estupideces, estamos aquí…! -Dijo Angel dejando su celular por un momento.
-Sí niñita, deja el drama y cuenta que te pasa- Husk estaba anticipándose a preparar un trago para ella, lemon vodka, como le gustaba.
-¿Qué me pasa? ¡Por favor! Debería ser yo la que haga esa pregunta. Ambos están sin hablar qué, ¿tres semanas? El ambiente es super tenso y nadie, ¡ni Nifty está comoda en este salón!
-¡Uuuh , no no, a mi sí me gusta esta tensión… de amor!- Dijo Nifty pasando con la escoba felizmente.
- Que caraj…- La mirada de Cherri se cruzó con la de un Angel en total pánico ante lo que dijo la pequeña mucama del hotel. El rubor en sus mejillas y sus ojos desorbitados fueron el detonante.
-Nifty, tendrás que dejar de ver tus novelas turcas o volverás a obsesionarte con matar cucarachas para hacer tu propia telenovela -Dijo Husk de manera rápida pero astuta, dándose vuelta hacia el bar para que nadie lo vea ruborizándose.
-¡Ahora todo tiene sentido entonces! – Dijo Cherri.
-¿Qué? – Dijo Angel mirando a su mejor amiga, con una expresión de súplica como para que se callara la boca en ese momento. Esto solo divirtió más a la pelirroja e hizo que una sonrisa siniestra se dibujara en su cara.
- ¡Lo que sientes, marica! -Dijo Cherri sin asco, pensando ingenuamente que iba a acabar con ese silencio incómodo. Era claro que ambos sentían lo mismo y ahora caía en cuenta. Ambos estaban ocultando sus sentimientos por el otro. - ¿Tu qué opinas, cantinero, tienes algo para aliviar lo que tiene en su corazón?
-No tengo nada que opinar, ni nada que dar para eso, no me interesa lo que Angel haga. Me voy, buenas noches. -Dijo Husk de manera muy fría, lo que hizo que Cherri arqueara una ceja en desconcierto y que Angel sacara la diva que tenía dentro.
-¡Increíble! Yo también me voy y tu Cherri, métete en tus propios asuntos- Angel salió corriendo por la puerta. Husk volteó su cabeza para ver a Angel sobre su hombro, con una mirada destrozada y algo confundida.
Cherri no tenía tiempo de enfrentar a Husk y su asquerosa forma de evitar sus sentimientos. Corrió tras su amigo y dejó al gato solo.
- ¡Angel! ¡ANGEL, MALDITA SEA! -Cherri logró agarrarle el brazo y detenerlo en el callejón a dos cuadras del hotel. - ¿Se puede saber que carajos te pasa?
- ¡Tú que lo sabes todo y te gusta meterte en todo, por qué no me lo dices?! – Angel la miró con evidentes lágrimas en los ojos. Cherri suavizó su agarre. Esto era serio.
-Realmente te gusta, ¿verdad? – Cherri hizo que su amigo se sentara en la calle, contra la pared. El demonio araña se acurrucó al lado de unas cajas y mirando al piso con manchas de sangre, asintió.
- ¿Y por qué en vez de estar feliz parece que te hubieran apaleado el trasero? ¿el hijo de puta te rechazó, es eso? Porque si es así se las verá conmigo y haré que explote en mil pedazos el maldito-
Angel agarró sus manos y dijo-no no, él ni sabe lo que me pasa. Ni le interesa, creo, y es mejor así de todos modos.
-Angel, marica, sabes que eso no es cierto. Claramente le interesas y siempre ha estado presente para cuidarte y que tomes las mojigatas decisiones hacia la redención. ¿Quién más haría eso si no es alguien que te quiere? Hasta casi se mete conmigo un par de veces para evitar que consumas las pastillas que yo llevo al hotel.
-Eso no creo que signifique nada, sinceramente. Él simplemente es así de protector con todos. Por otra parte, nunca funcionaría, yo soy una persona hipersexual. Él no es nada físico, es una persona deprimida que piensa en su vida pasada y en la guerra. Está interesado en otras cosas y… tiene asuntos que hacer que no me involucran, y en las que solo podría estorbar.
- ¿Quién te dijo eso? Claramente no fue él. – Cherri estaba empezando a pensar que algo más estaba sucediendo con su amigo, algo más siniestro y peligroso.
-Además, ni siquiera me mira, hace semanas que no me habla como bien dices- La araña estaba intentando evadir el tema y se notaba un poco más nervioso que hace unos minutos atrás.
- ¿Será por qué tú eres el que no se ha acercado al bar en todo ese tiempo? Vamos, algo escondes.
Angel mostró una mirada muy seria, casi como si fuera una orden sin palabras, le estaba diciendo a su amiga que era algo peligroso y que no siguiera.
-Es el hijo de puta de Valentino- Dijo la pelirroja, apunto de soltar más palabrotas cuando Angel la paró. El demonio araña solo negó con la cabeza.
-Es algo peor, es todo lo que diré-.
Cherri escribió algo en un pedazo de papel tirado en el piso y se lo pasó muy discretamente- Entiendo, me apena que no puedas hacer nada, marica, ¿pero sabes qué? Deberías relajarte con un poco de DMT querido, como en los viejos tiempos ¿Qué dices? Sigo teniendo de esas en mi casa.
-Angel leyó lo que estaba en el papel y entendió todo. Quizás ahí, tendría la oportunidad de contarle a su amiga lo que había pasado. -Ok ok, me siento tan en la mierda que, la verdad, ya no me interesa más que estar lejos del hotel. Una noche, no creo que haga daño.
Llegaron a casa de la anarquista, totalmente abandonada y desecha como siempre. -Así que sigues drogándote aquí, ¿eh?
-Oh cállate, sabes que yo hago mis propias reglas. Solo estoy en el hotel… por costumbre creo. – Dijo la pelirroja. -Ahora puedes contarme, nadie escuchará aquí.
-Esta bien.
Angel salió emocionado esa mañana, después de haberse dado cuenta de lo que sentía por su felino amigo, tenía ganas de comerse el mundo. Se sentía ligero, poderoso y viendo la vida color de rosa. Salió de su cuarto sin importarle lo que le hicieran hacer en el estudio, porque al volver al hotel, Angel se sentaría en el bar y charlaría con Husk, intentando ver si había alguna señal de correspondencia a su afecto. Pasaría tiempo con él, que es lo que importaba, y sonreiría de nuevo.
El día pasó tranquilo, más bien sin ninguna escena de amor ni desamor que pudiera lastimarlo físicamente y solamente se quedó a firmar autógrafos de sus fans. Se despidió de Val con una gran sonrisa, lo cual dejó confundido a su jefe, pero este, al ser tan tonto, solo pensó que su empleado por fin estaba disfrutando estar con él.
Mientras caminaba por la calle vio una pastelería. Era raro encontrar de estas en el infierno, pero existían. Nunca le prestó atención, pero ya que las cosas eran diferentes, pensó en comprar algo para Husk. Eso era algo extraño en él, debía admitir, pero no importaba, tenía que empezar a demostrar a Husk lo que sentía para saber si era correspondido. Encontró un pie de limón decorado con un corazón. Le pareció adorable así que compró dos esperando poder compartirlos en el bar.
Entró al hotel, canturreando una canción de los años cuarenta, y se dirigió al bar.
-Hola Husk! ¿Cómo te fue hoy? – La voz de Angel se notaba un poco rota, por los nervios y su entusiasmo se dejaba ver demasiado.
-Mmmm hola chico, ¿qué tal? Te ves feliz.
-Sí, la verdad sí. – En ese momento Angel extendió su mano con el pie de limón en su palma.
-Mmmm ¿Qué es esto? – Dijo el gato con cierta curiosidad y una media sonrisa que no se le veía hace mucho.
-Pues, pasé por una pastelería hoy y pensé en lo genial que sería que fuéramos tú y yo en algún momento, ya sabes para cambiar el panorama de los clubs y el alcohol. Y bueno mientras tanto, te traje uno para que lo probaras.
Husk se veía un poco ruborizado. Se quedó mirando el pie de limón sin ninguna expresión aparente, con los ojos agrandados.
-Mm, gracias. – Atinó a decir con una sonrisa. -Eran de mis favoritos cuando estaba vivo.
- ¿En serio? Casi nunca hablas sobre tu vida. Es intrigante.
-Jajaja, bueno, fue una vida horrible, y no hay casi a nadie a quien quisiera contarle algo tan importante y a la vez tan molesto, supongo- La mirada de Husk brilló por un momento al cruzarse con la de Angel.
Angel solo pudo sonreír, para él esta noche había sido suficiente. Había sido perfecta solo con esas palabras. Terminaron de comer sus tartas y el demonio araña subió a su habitación. Estaba tan contento que casi saltaba de la alegría, era increíble poder vivir algo así después de una eternidad de soledad. Sin embargo, su alegría acabaría en ese mismo instante.
-¡Hola Angel! – La voz rodeada de estática inundó su cabeza, sin darse cuenta del peligro que lo acechaba se dio la vuelta y dijo
-Alastor, ¡Buenas noch…! -De repente Alastor lo agarró del cuello y lo estampó contra la pared. Angel no entendía lo que estaba pasando, toda la adrenalina se le subió a la cabeza y estaba con la mente nublada.
-¿Qué le diste a Husker, Angel?
-Yo… le di un pie de limón, imbécil. ¿Y a ti que con eso? -Angel se zafó del brazo de Alastor empujándolo con toda su fuerza.
-Y me pregunto por qué, hiciste eso…
-No es de tu puta incumbencia- Angel se puso tenso ante la presencia del demonio de la radio que estaba empezando a soltar chispas.
-Ya veo, ¿Acaso Valentino no te enseñó que las personas de tu profesión no deben enamorarse? Déjame recordarte que todo lo que le pase a Husk sí es de mi incumbencia y yo, soy su amo. -Hilos verdes salieron de Alastor para volver a estampar a Angel contra la pared.
-No te tengo miedo, estúpido. Recuerda que sufro peores cosas en mi trabajo-Angel tenía una sonrisa confiada. -Además, ¿Qué te importa lo que yo haga o no con él?, no interfiere en tus asuntos.
-Ah, en eso te equivocas. Verás, prefiero a Husker solo, deprimido y fácilmente manipulable. Tú, solo serías un estorbo.
-Hablas como si él me hiciera caso, ¿algo que deba saber? – La actitud de Angel empezó a tornarse más pícara. Realmente no tenía miedo.
-Jajajaja, Angel, Angel, digamos que ese no es el punto.
-Hijo de perra, suéltame o te juro que… -Angel empezó a hacer brillar sus ojos mostrando su forma infernal. –
-oh oh oh, no no no, señorito. Si tu mueves un solo dedo en contra mía o te sigues acercando a Husker, no dudaré en arrancarle las alas para comérmelas con salsa barbacoa. Yo puedo hacerlo desaparecer, torturarlo, hasta matarlo si yo quiero, y ni Charlie se daría cuenta…-Dijo esta última frase canturreando alegremente.
A Angel se le heló la sangre y paró en seco.
-Ok, ok, ¿qué quieres idiota? ¿Qué deje de hablarle?
-Por lo menos hasta que dejes de sentir algo por él, te redimas y te vayas para siempre de su vida.
Cherri miró a Angel estupefacta, meterse con el demonio de la radio era lo peor que podría pasarte en el infierno, mil veces peor que Valentino.
