Disclaimer: los personajes no son míos, les pertenecen a sus respectivos dueños.

.

.

.

.

.

Capítulo 5: Warzone

Latveria

08:13 Hrs

Con lo sucedido en la noche, las alarmas se prendieron. Cada hombre, mujer y niño que pueda empuñar y manejar un arma será enlistado en el "ejército de emergencia" como lo llamó el heredero de este reino, para proteger su vida como la de otros.

Cada uno hacía lo que podían hacer, mejorar las defensas, preparar comida y aprender a manejar armas de fuego como espadas y lanzas.

Algunos estaban afuera de las murallas, fabricando barrancos y trampas por el terreno. Las grúas sacaban la tierra y los demás con las palas hacían huecos, poniendo estacas.

–Parece que ya hicieron esto. – Dijo Perci, descansado un poco.

–Casi siempre. Me dijo esa cosa azul que tienen una tribu guerrera como aliados. – Dijo Davion.

–El pueblo equidna, si. Son como ustedes, no los conozco pero parece que son valientes. – Dijo la bandicut.

–Tenemos nuestras aventuras juntos, somos como hermanos. – Drow Ranger también dejó de cavar para descansar.

–Somos un ejército de nueve personas. Podemos hacer la diferencia. – Dijo Masha sin dejar de trabajar.

–¿Qué harán cuando todo esto termine? Yo quiero tomarme unas vacaciones en la playa. – Dijo Shantae.

–También haré lo mismo, mis rodillas ya están pidiendo que pare de escalar y saltar. – Dijo Garrett secándose el sudor.

–¿Te duelen? Porque parece que va a llover. – Le respondió la medio genio.

–¿Lluvia? – Dijo Perci.

Shantae señaló al Oeste, pudiéndose ver unas espesas nubes que ni ella pensó que lo eran. Dejó de cavar y Perci se quedó viéndolas.

Kristoff Vernard veía su gente prepararse para la batalla que viene. Si es Ras Al Ghul o los extraterrestres, igual los enfrentará. Los que iban con el hablaban sobre sus ideas como asediar las murallas, como romper las defensas y como tomar Latveria.

–En unas tierras lejanas a las mías – Habló el príncipe Dastan. Se lo veía intrigado por lo que escuchó de ese lugar – Korinis usó una barrera mágica para que nadie pueda entrar, ni salir. Sé que aquí no hay magos pero esa tecnología ¿pueden replicar un escudo gigante?

–Eggman puede fabricarlo. – Dijo Gabriel Reyes.

–Resguardarnos hasta que se agote la batería. – Dijo Sam Fisher. – Príncipe ¿Pudieron romper la barrera?

Dastan asentó.

–Si tienen una idea mejor, soy todo oídos. – Dijo el príncipe.

–Mientras el escudo proteja la ciudad, los grupos estarán listos para el asedio. En tres para ser precisos. – Dijo Fisher.

–Pero ¿Quién dirigirá las tropas? – Preguntó Dastan. – Debemos someterlo a votación.

Miraron a Kristoff Vernard y éste estuvo más que de acuerdo. El más votado tendrá la responsabilidad de liderar la defensa de Latveria.

Mientras iban de regreso al castillo, Perci alcanzó a Gabriel diciéndole lo del clima. Lo tomó como una prioridad, nadie tenía experiencia militar, hablando sobre los civiles.

Ya dentro del salón, todos los héroes comían juntos. Nadie estaba sentado excepto el heredero de Latveria, hablaban solamente de lo que pasaría después. Kristoff alzó su copa desde su trono, dirigiéndoles su palabra.

–En primer lugar, muchas gracias por su ayuda, viejos y nuevos aliados. En segundo, quiero hablarles sobre la situación. Latveria será invadida, y necesitamos un líder para que nos dirija. Quiero que seamos civilizados en la elección. Empecemos.

–¡Elijo a Gabriel Reyes como comandante!

Todos posaron su vista en Jill Valentine, que se alzaba sobre los demás.

–¿Qué estás haciendo, te volviste loca? – Dijo Reyes murmurando.

–¡Apoyo la elección!

Ahora se unía Amelie Guillard.

El doctor Eggman, Sonic, Tails, Brigitte y por último Perci votaron por Reyes. Por otra parte, Shego con Jacob Leiter, Wade, Kane, Lynch, Rachel hasta Glenn preferían a Sam Fisher como el comandante. Tanto el príncipe Dastan, Geralt, Drow Ranger, Garrett, Shantae, Dragonknight, Omniknight con Masha y Kai'sa no se opusieron en la elección.

–Parece que ambos tienen experiencia en esto, por algo los eligieron. – Dijo Dastan – Cualquiera que gane, deberá comandar con astucia.

–Él lideró un ejército completo, hasta tenía bajo su mando un cuerpo de élite. – Expresó Amelie.

–Fisher salvó al mundo lo bastante para saber cómo piensa un hombre con intensiones maliciosas, y podrá dirigir un ejercicio sin problemas. – Dijo Shego con orgullo.

–¡Oigan! – Ahora todos prestaron atención a Sam – fui un agente campo, no un soldado. Me gustaría liderar a la gente de aquí, pero no tengo la suficiente experiencia para manejarlo. Si votaron por mí, tomo los votos y los coloco sobre Reyes.

Gabriel se quedó callado, siendo el centro de atención. Fisher se le acercó y puso su mano en el hombro.

–Él desvió su camino por algunas diferencias, y se retractó. Ahora es de los nuestros, volviéndose un aliado y un amigo. Y también tiene la firmeza para liderar la defensa de Latveria, y por eso… voto a Gabriel Reyes como comandante. El que quiera eso, levante la mano.

Hubo murmullos otra vez, no se sabía quienes eran. Después de un largo silencio, Perci fue la primera en levantar la mano, sonriendo levemente. El segundo, aunque costó depositar su confianza, fue Jacob Leiter. Luego siguió Amelie, después Shego; continuaron Jill Valentine y el resto alzó la mano. El último en hacerlo fue Kristoff Vernard.

Latveria ya tenía a su comandante.

Desde el palco, Diva y Sheeva veían los festejos por la elección. Al ver que faltaba él, preguntó.

–Se fue a su habitación, creo que se va.

–¿Se irá? ¿a dónde? Si no hay lugar donde ir. – Dijo Sheeva.

Lo fue a buscar hasta su cuarto pero encontró la cama ordenada. Sin que la vean los héroes, se fue hasta la parte trasera de la muralla, y Diva siguiéndole el paso.

–¿A dónde vas? Reyes es el comandante, debemos ayudarlo.

–¿Ayudarlo a rendirnos? Lo siento, no participaré en esto. – Dijo Hunk. – Todos van a morir aquí ¿crees que ganaremos esta batalla? Ras Al Ghul tiene siglos de experiencia militar.

–No somos los mejores, pero podemos darle batalla. – Sheeva apretó sus puños. – Diva, ayúdame.

–Hmmm… ¿Enserio te perderás de la diversión? Van Argiano te pagará millones si logras matar a ese viejo ninja.

–El dinero no valdrá nada cuando todo se vaya a la mierda. – Respondió Hunk con dureza.

–Pero…

Sheeva se quedó callada; y Diva no pudo responderle. Hunk se acercó a despedirlas con un apretón de manos. Habían formado un vínculo especial desde que estaban juntos con equipo, y dolía verlo de esa forma. Después de los saludos, Hunk agarró su mochila y su arma, comenzando a trotar, dejándolas solas.

–Es una pena. - Las chicas vieron como Nack bajó del techo de un salto. – Escuché maravillas sobre él. Un tipo duro, pero si él se va, tal vez tenga razón.

–¿Y que harás tú, peludo? – Dijo Diva.

–Lo que siempre hice y lo que haré… voy a luchar. Oye linda ¿quieres tomar algo y hablar? – Nack ni siquiera miró a la morena.

Sheeva dejó de ver por dónde se había ido Hunk.

–Cerveza ¿Vienes con nosotros, Diva?

La chica asentó. Antes de ir con ellos, observó por última vez hacia atrás.

La noche llegó y con ella unos vientos moderados hacían levantar la tierra del suelo. Tuvieron que cerrar las ventanas por el clima feo, Shantae tenía razón, se acercaba una tormenta; hablando sobre el tiempo.

Concentrados, Gabriel Reyes movió su pieza, a lo que Jacob Leiter le ganó la jugada con su caballo. El comandante de Latveria tiró con su dedo al rey.

–Perdiste, otra vez. – Dijo Leiter – No puedes compararme con Ras Al Ghul.

–Lo sé, por eso pedí que jugaras conmigo al ajedrez. Siempre estás pensado como moverte. Tómalo como un entrenamiento.

–¿Creen que Ras Al Ghul quiera jugar UNO contigo? – Dijo Shego.

Reyes no pudo aguantar la risa, hasta contagió a Jacob, que esbozó una sonrisa.

–Si eso dependiera de la victoria, si.

–Permiso.

Jill Valentine entró al cuarto con botellas de cerveza, acompañada de Sam Fisher. Jacob apartó el tablero para dejar un espacio para las bebidas. Se las repartieron y empezaron a tomarla. Nunca hubo un silencio tan incómodo.

–¿Dónde está Glenn?

–No sé – Le respondió Jacob a Fisher.

–¿Creen que tenga algo con Amelie? Vieron como se miran. – Dijo Shego.

–Es muy bella, yo creía que ella gustaba de ti. – Jill señaló a Gabriel.

–Para nada, ella es como una hermana para mí.

–Creí que esa bandicut tenía algo contigo – Dijo Jacob.

–No. – Gabriel se defendió con una palabra. – Sospecho que Shadow la estuvo usando para vigilarme cuando estaba en Mobius.

–Tiene sentido. – Dijo Fisher viéndolo. – Hasta yo hubiera hecho lo mismo si un criminal de guerra hace equipo con mis amigos.

–Todos cometemos errores. – Jacob habló mientras veía el tablero de ajedrez. – si fuera el caso, todos nosotros estaríamos siendo vigilados por los gobiernos del mundo, pero como hacemos el trabajo sucio…

–¡JA! Eso sí fue una verdad, salud. – Shego chocó su botella con la de Jacob.

–Gabriel, si intentan detenerte. Nosotros estaremos apoyándote, no vamos a dejar que se lleven a uno de los nuestros. – Jill lo miró con cariño.

–Gracias muchachos… hablando de UNO ¿Quieren jugar? – Gabriel terminó su segunda botella, mientras sacaba un mazo de cartas del bolsillo.

Para su favor, nadie sospechó de lo que se mencionó con respecto a Perci; eso era lo que creía él.

Por otra parte de Latveria, Glenn se escabullía entre la multitud hasta llegar al campanario. Tenía en su mano una carta con un breve mensaje y un beso en la esquina. Entró a la torre y subió las escaleras.

–¿Amelie?

Glenn pisó con cuidado el piso de madera, era viejo que hasta rechinaba. Al acercarse a la campana, pudo ver esas piernas largas cruzadas. Tenía su rifle apoyado en la pared. El pelo suelto se movía por el viento.

–Creía que no encontrarías la nota.

–Me gustó el detalle del beso ¿te pintaste los labios?

–Para ti.

Glenn y Amelie sonrieron.

–Parece que tendré que quedarme aquí cuando inicie todo. Tengo que traer más balas y granadas.

–¿Ya planeaste el escape?

–Si, usaré el gancho para balancearme hasta aquel techo, y entro al castillo desde esa ventana. Todo eso muestras me disparan.

–Lo lograrás.

Glenn le tomó la mano, y la miró directo a esos ojos.

–Creí que nos descubrirían cuando usábamos las máquinas para vernos. Amelie, me alegra que aparecieras en mi vida.

–Lo bueno de empezar de cero es que puedes hacer que salga personas que valen mucho.

Desde la muralla, Perci podía ver con los binoculares a dos enamorados besándose. Bajó el aparato para que no vean el brillo del lente acompañado de un suspiro. ¿Cómo le iba a decir la verdad a Reyes?

–Sé lo que sientes…

La bandicut no sintió la presencia de Kai'sa, la mujer de las vainas escamosas.

–¿Disculpa?

–Noté que estabas viendo con esas cosas a esa mujer morada y al tipo de esa cicatriz.

–Estaba viendo el panorama, no es que sea una chismosa. – Perci se escudó en una mentira.

Y Kai'sa no era tonta. Se apoyó en la almena viendo al horizonte, donde se oscurecía más el cielo. Ya dentro prendieron las luces.

–¿Cómo le dices a alguien un secreto que no sabes cómo lo tomará? – Kai'sa habló alto.

–No sé ¿Sé lo dices? – Dijo Perci.

–¿Ves aquel tipo?

La bandicut miró a dónde había apuntado ella. Era a Purist ThunderWrath, u Omniknight para otros.

–Si, lo veo ¿Qué pasa con él?

–También le estoy ocultado algo, que me está matando por dentro; y para empeorarlo, no lo sabe.

–¿ Porqué me estás diciendo esto? Apenas nos conocemos.

–Me haces acordar a mi. Además, de que me caes bien, no como el tuerto.

–¿Nack? Te entiendo, pero tiene su encanto.

Perci se río. Kai'sa apenas sonrió, después volvió a hablar.

–Tienes que decirle lo que tienes, antes de que la guerra llegue aquí. De ahí, no sabemos lo que pasará.

–Gracias por el consejo, Kai'sa.

Ambas asentaron. Tras unos gritos alentadores, Kai'sa y Perci vieron al príncipe Dastan corriendo por los techos junto con Masha.

Dastan se movía como un gato, dando saltos impresionantes como los de Masha, siendo el motivo por el cual Lynch, Kane, Garrett y Shantae con Rachel Foley estaban gritando. Geralt se mantenía callado pero atento, como lo estaban Davion y Purist.

–¡Estás un poco lenta!

–¡Cállate!

Masha saltó la distancia de tres automóviles sobre una caída de diez metros. Dastan optó por correr sobre la pared, esquivando el lugar de salto. Se deslizaron por la pendiente hasta el suelo. Corrían entre las personas que no sabían para donde ir. Subieron las escaleras y empezaron a correr por la muralla. Los vigías se arrinconaban y pasaron por dónde estaban Perci y Kai'sa. Masha lo empujó. Dastan lo hizo también aunque le costó un poco más desestabilizarla. Ambos saltaron y por un pie, Masha ganó la carrera.

–¡Si! – Shantae saltó por haber ganado.

–Hija de…

–Es una niña.

Kane detuvo a Lynch. Ambos pusieron billetes. También Rachel tuvo que poner de su billetera. Dastan y Masha sonrieron mientras se veían. Garrett supo lo que tramaron, porque él se los dijo.

Dentro del castillo, Wade junto con Tails veían las cámaras de seguridad, inspeccionando que todas estén funcionando bien; como las trampas que pusieron en el exterior. Eggman ya terminó de ensamblar el escudo, que protegería a Latveria. Era una columna que iba hacia afuera por esa abertura en el techo, la prueba comenzaría en minutos. Los paneles estaban conectados al igual que los cables.

–Otra más de mis creaciones está lista. – Dijo.

–¿Y funcionará? – Preguntó Sonic.

–Cuando todo esté listo, si. – Le respondió Brigitte limpiándose las manos. –Tails, necesito que conectes los cables de la antena. Wade, chequea los códigos de seguridad, no queremos que controlen el escudo.

–Okey

–A la orden.

Dijeron Tails y Wade.

–Y oigan ¿Quién prendió el transportador? – Les preguntó la pelirroja a los muchachos.

Todos se quedaron viendo cómo se abría un portal, pero del otro lado. Dos figuras salieron de ahí. Todos los que estaban presentes ahí la conocían.

–¡CHERRI BOMB!

Gritaron. Nomás se asustaron al ver al ciborg que la acompañaba.

–¡¿Quién es este!? – Dijo Brigitte ya con su mazo en la mano.

–¡Wow! Baja el arma, muñeca. – Dijo Two Horns – Cherri ¿así reciben a los aliados aquí?

Los demás héroes vinieron lo más rápido hasta ahí, recibiendo a la cíclope, otros conociéndola. Igual, el ciborg era el centro de atención.

–¡Cherri! ¿Dónde está rojo? ¿Y Drake? ¿Y Víctor? ¡respóndeme desgraciada! – Shego la sacudió.

–¡Basta! Me haces marear. – Respondía lejos de las manos de Shego. – Los demás están bien ¡Lo traje a él! Es una larga historia muchachos, así que escuchen ¡Ey! ¿Quiénes son ellos? – Cherri miró a los guerreros.

Después de explicar su parte, ahora era el turno de Two Horns. Terminando de beber la cerveza que le dieron, prendió su habano, disfrutando el sabor del tabaco en su metálico cuerpo.

–Parece un cuento de un alcohólico, pero todo lo que dije es verdad, camaradas. – El ciborg soltó el humo – Sigma con su Doctor Doom vendrán con un ejército.

–Entonces, Drake se llevó a tu guardaespaldas, 2B, a otro planeta.

Two Horns asentó al acierto de Glenn Arias.

–Con esa Hana Song, seee. – Le respondió el gánster.

Brigitte se alegró que una parte de Dva esté con vida. Tanto Reyes como Amelie tenían una disculpa que darle cuando la vean. Two Horns continuó informando.

–No quiero ser aguafiestas pero ese tipo, Doom, dijo que unos marcianos se acercan aquí.

–Si. – Dijo Reyes. – Además de que un ninja de diez siglos quiere asesinarnos.

–Eso es nuevo. – Two Horns se levantó de la silla – Okey, les daré una mano.

–¿No dijeron nada de Persia? – Le preguntó Dastan.

–Nada más que fue atacada por esos horribles marcianos, descuida muchacho, le darás una lección a los que atacaron tu planeta. – Le dijo Two Horns finalizando con una risa.

–Y Drake está a un paso de encontrar a Kim Possible. – Dijo Cherri Bomb.

Los más cercanos a la pelirroja sonrieron, para sorpresa de ellos, Jacob también estaba feliz por eso. Jill deseaba hablar con ella; Diva también, al igual que Van Argiano.

De una patada, Hunk había regresado a Latveria, sorprendiendo a Sheeva como a la quiróptero. Nomás trajo malas noticias.

Cada civil que estaba dispuesto a tomar un arma, le estaban apuntando al mismísimo Ras Al Ghul, que tenía en su mano un pañuelo blanco. Estaba frente al castillo, lejos de la fosa. El puente levadizo bajó y las puertas se abrieron. Kristoff Vernard, Gabriel Reyes, Dastan y Glenn Arias se acercaron. Algunas gotas caían del cielo. Estaba oscuro.

–Mis espías encontraron a Hunk merodeando la frontera; parece que quería escapar de aquí. Al ver mis fuerzas retrocedió. – Dijo el árabe.

–¿Piensas que un número nos asusta? – Dijo Kristoff Vernard.

–Hunk no podía enfrentar a quince mil hombres el solo.

El único que no se asustó por el número fue el príncipe Dastan.

–Tus aliados robaron las Arenas del Tiempo, tu hija quiso asesinar a un hombre ¿Y ahora nos amenazas con tu ejército? – Dijo Dastan alzando su voz.

–No seré el único que ataque un lugar importante. – Dijo Ras Al Ghul mirando hacia arriba. – La flota de Apokolips ya está aquí. Entreguen a mi hija, y no sufrirán las consecuencias.

–Nuestra postura no cambiará para nada – Dijo Glenn Arias.

–Nos arrinconaste, y nos encontrarás. – Reyes no pestañeó.

–Un ejército completamente entrenado por mí, contra un montón de civiles ¿Quién crees que ganará? Oí cosas sobre ti, Reyes. – Ras Al Ghul caminó lentamente de un lado a otro – Eres un soldado de otro mundo, y viste lo peor de la humanidad cuando servías a un dictador. Espero demuestres esa cara cuando choquemos fuerzas.

–Te aseguro que verás algo más. – El príncipe Dastan también habló con un tono no muy amigable.

El árabe asentó y se marchó. Dejó caer el pañuelo blanco al suelo, pisándolo.

Volvieron al castillo, cerrando la puerta. Kristoff Vernard ordenó que tocaran la campana de la torre. La guerra estaba a punto de empezar.

.

.

Alaska…

El bunker…

09:15 Hrs

Microchip, los ojos de Punisher, alertó a todos sobre el correo que Wade le mandó desde Latveria, los invasores del espacio estaban aquí. Lo rodearon esperando las instrucciones que daría. Frank Castle comenzó.

–Todos aquí se preguntaron alguna vez si los marcianos existían. Si, existen; pero no tienen intenciones pacíficas. El bunker está construido para aguantar bombas nucleares, si llega el caso que rompen las puertas de acero… estén listos. Disparen a todo lo que vean y que no sea humano. ¿Listos?

El silencio era de esperarse. Nadie ni siquiera Frank estaba preparado para pelear contra marcianos. Aunque tenían miedo, lo enfrentarían. Azrael se aferró al mango de su espada. Diana Burnwood, Longwolf y Ayano Aishi prepararon sus armas. Venían de Ciudad Gótica, la peor ciudad donde vivir; así que Harvey Bullock, Renée Montoya y Bárbara Gordon estaban listos para un reto mayor. Anna Grimsdottir defendería a los que no tenían idea de cómo empuñar una pistola, y ellos eran la familia Possible como dos chicas, Monique y Bonnie.

–Disculpe…

–¿Qué ocurre?

Ann, la madre de Kim recibió una pistola cargada y dos cargadores. Anna notó que era la primera vez que tenía una en las manos.

–Punisher le entregó armas a todos, excepto a tus niños. Tienes tiempo de aprender lo básico. ¿Estarás bien?

–Será como mi primera cirugía. – La doctora tenía que sacarse el miedo con humor.

–Descuide, señora Possible. Yo le enseño – Monique se la llevó a un rincón.

–El mundo se volverá zona de guerra. – Dijo Frank Castle.

–Somos hombres de guerra, Punisher. Y sabemos cómo acabará esto… – Le respondió Azrael.

El vigilante de New York observó los ojos de los civiles que había en el bunker, es el mismo que tienen los que nunca experimentaron en primera fila de un conflicto.

A partir de este momento, la Tierra será testigo de la mayor batalla jamás vista.

.

.

.

.

.

Continuará…

.

.

.

.

.