Cap 1.

La Hendedura

Thrór no permitiría que su pueblo caiga, ni siquiera su hijo o su nieto, que en ese momento estaba en una larga expedición más allá de las Montañas Nubladas. Pero esa noche, se sintió intranquilo y por seguridad, y extrañeza de sus súbditos, redobló la guardia en todo el reino. Esa noche no quiso dormir, pensando que algo no estaba bien. Caminó por los pasillos de su frío palacio. Subió y bajó escaleras, visitó corredores, salones, habitaciones y balcones para mantenerse despierto por si algo pasaba. Y cuando el sueño lo venció, la biblioteca fue su dormitorio provisorio.

La mañana siguiente fue alborotada. El rey no aparecía. Thráin dio la voz de alarma y enseguida comenzaron a buscarlo por todo el palacio. Y luego de mucho buscar lo encontraron plácidamente dormido alrededor de decenas de pergaminos y con su corona a un lado de la silla. Su hijo, un tanto preocupado pero feliz de que estuviera bien, hizo cesar la búsqueda y se quedó solo con su padre. –Padre, ¿estás bien?- Fue lo único que se le ocurrió decir.
Thrór, lentamente se despertó y vio la cara de su hijo mientras era ayudado por éste para incorporarse. Cuando su mente se despabiló, recordó la angustia que había sentido en la noche.- ¿Ha pasado algo en el reino? ¿Algún problema?-
-No- Respondió Thráin un poco más preocupado.- De hecho me extrañó que hayas redoblado la guardia cuando era innecesario.- Al oír esto, el semblante del rey cambió a una más severa. Thráin advirtió su error y bajó la cabeza. Pero lo que sintió él fue una mano en su hombro.- Hace mucho que nuestro reino está en paz…y una orden como la que he dado anoche, a veces trae desconcierto.- Fue lo que escuchó Thráin al mirar a su padre que ahora lo miraba con una sonrisa.-Ven hijo, desayunemos algo y luego caminaremos. Aún la sensación que tuve anoche no se ha ido.-
Luego de un desayuno digno de un rey, padre e hijo comenzaron a caminar por los pasillos de su hogar hasta detenerse en uno de los balcones. Thrór hizo que todos los guardias se retiraran.
-¿Sabes que algún día todo esto será tuyo? Yo estoy envejeciendo, y no quiero que nuestro pueblo tenga un rey en ejercicio que ha caído en la chochez.-Las palabras del rey eran fuertes a medida que su hijo las escuchaba.-Mi tiempo de abdicar se acerca Thráin…sé que estás preparado para este gran paso y estoy más que orgulloso de ti.-
-Padre, ¿qué te sucede? Desde que anoche desapareciste me tienes preocupado. Tu paso errante por todo el palacio, estas palabras, el redoble de la guardia… ¿Acaso nos abandonas? ¿A mí, a Thorin y a tu pueblo?-

-He de afirmar tus temores hijo…- Thráin lo miró seriamente.- Hasta tú tendrás que hacer lo mismo cuando pases el mando a mi nieto. Mi padre (tu abuelo) hizo lo mismo cuando creyó que era el momento. - Dijo todo esto mirando hacia el horizonte con una mirada serena y como si estuviera recordando buenos momentos, mientras que una bandada de pájaros se posaban en las rocas filosas.- Anoche soñé con nuestro Linaje. ¡El mismo Durin estuvo en mis sueños Thráin! Todos ellos me rodeaban en forma de círculo, y pude apreciar cada uno de sus rostros. Durin se adelantó. En sus manos tenía un pequeño cofre labrado en mithril y me dijo: "ábrelo". Yo obedecí. De allí salió una luz dorada y pude apreciar nuestro emblema. Y volvió a hablar:"Ésta es mi luz Thrór. Búscala y llévala a tu hogar. Y si la encuentras, podrás descansar con nosotros. " Thráin, llegó mi momento de dejar los lujos para ir en esa búsqueda. Por eso ya no temo, Thráin. Anoche, ese sentimiento de terror invadía mi cuerpo (y sabes cuán duros somos para sentir el temor), pero ahora no, porque ya sé a lo que me enfrento. Desearía que Thorin estuviera aquí presente para ver tu coronación, pero pronto he de partir y buscaré la "Luz de Durin"…-

-No sé qué decirte padre. Esto me tiene por sorpresa. Aún deseo que te quedes con nosotros y el pueblo te necesita .Podemos enviar a nuestros mejores guerreros para esa búsqueda. Hasta tus nietos Fili y Kili desearían que te quedaras más. Pero ahora tu temor ha pasado a mí, pues yo también soñé con un haz de luz que llegaba a nuestro pueblo, tan puro como los primeros rayos del sol de la mañana pero tan bravo como un relámpago. Me pregunto si Thorin no estará exento de estas visiones. No es bueno que un enano tenga ese tipo de cosas. Esto es muy propio de los elfos que viven en el Bosque Verde.-
Una parte de la bandada de pájaros levantó vuelo sorpresivamente lo que "asustó" al rey, y sintió en su espina dorsal como si una gota fría le cayera en la espalda. – Entonces debo apresurarme. Mañana empezaré a poner todo en orden para la sucesión.-

Esa bandada de pájaros que retomó el vuelo, siguió su camino hacia Dol Guldur y allí se quedó, esperando que su verdadero dueño se hiciera presente para contarle lo que habían escuchado. Y ni bien Sauron se hizo presente y tuvo esa información dentro de su mente, Melkor automáticamente partió en busca de esa puerta a lo desconocido.
El pueblo, al igual que Thráin, fue tomado por sorpresa al enterarse que el actual rey abdicaría a favor de su hijo. Muchos no entendían el por qué de la repentina renuncia y aún sentían en su corazón que su rey podía continuar guiándolos por muchos años más y consideraban extraño que tomaran tal disposición sabiendo que el príncipe Thorin se encontrara tan lejos. Pero nadie cuestionaba su decisión. Así que todo el reino se preparó para la gran ceremonia de coronación. Varios mensajeros salieron a repartir la buena nueva a los demás reinos, así el nuevo rey podría ser reconocido por éstos. Tres meses después, Thráin era el nuevo rey Bajo la Montaña. Pero su corazón nunca estuvo tranquilo sabiendo que tanto él como su padre habían tenido visiones. Y tampoco se atrevían a consultarlo con los elfos, ni mucho menos con el Rey Thranduil, que a pesar de tener buenas, pero tibias, relaciones con ellos (la justa y necesaria), los enanos eran orgullosos como para pedirles consejo, salvo en casos de extrema necesidad, y ésta no era una de ellas.
Dos semanas después, el pueblo estaba sumido en un profundo dolor, despedía a Thrór en las puertas de Erebor. Llevaba ropas muy austeras que no le hacían honor a quién era y el cargo que alguna vez tuvo, salvo por una cota de mithirl que llevaba debajo de la camisa Lo acompañaban su espada y un hacha, provisiones para largos días y un poney que no le hacía gracia llevar tantos bultos en su pobre espalda. Abandonó los límites de la ciudad acompañado de su hijo y su escolta. Así se fue Thrór, hijo de Dáin I de la ciudad de Erebor para nunca más volver y no se supo de él hasta varios meses después.


Mientras estas cosas sucedían en el mundo, Melkor viajaba por el Vacío buscando esa Luz para hacerla suya y extender su dominio, y cuando encontró el origen de tan puro esplendor, descubrió la Hendedura. Metió sus largos y finos dedos en el halo de luz que emanaba de allí. De a poco, la pequeña Hendedura se transformó en una gran abertura que brillaba como si hubiera mil estrellas dentro de una. Y cuando tuvo el tamaño suficiente para que Melkor pasara, vio que ese plano tenía alguien que lo protegía. Melkor lo llamó Avathar, que quiere decir "Las Sombras", como las tierras donde se encontró a Ungoliant, pues él y ese plano habían sido una sombra para él que no pudo advertir hasta ahora. Avathar, sin pasar al otro plano, levantó su mano impidiéndole el paso y un poder muy fuerte brotó de su cuerpo que dejó a Melkor tambaleándose, y al hacerlo, sus dedos dejaron de tocar aquel plano extraño, pero con la consecuencia de que un rayo de luz salió directo hacia Arda. Y la Gran Grieta, volvió a ser la Hendedura. Fue tal el ruido que se generó que fue advertido por Aulë que, fiel a su promesa, salió a defender la Voluntad de Eru. Así fue que los dos Ainur batallaron en aquel lugar por largo tiempo, y en el Vacío se generaron violentos choques de sonidos y estruendos que llamó la atención de los demás Ainur y Manwë envió a Tulkas y Oromë para ayudar a su hermano. Al ver Melkor que no podría contra ellos tres profirió un gran juramento contra el rayo que aún seguía su camino hacia Arda: si llegara a apoderarse de ese rayo de luz que acababa de salir, crearía con él una nueva raza y destruiría a las demás empezando por la creación de Aulë, la raza enana. Y abandonando la lucha, se perdió en el Vacío.