Volvemos con la música!
Aquí tienen dos link que tendrán que poner al mismo tiempo al comienzo del capítulo!
(acuerdense de escribir en el buscador triple w punto youtube punto com barra, y el código que les pongo aquí)
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Nos leemos!
Cap. 4
La partida
La mañana siguiente se pudo ver el desastre causado por el temporal. Parecía que la joven se había llevado aquella nefasta tormenta traída por un demonio. Ahora, una lluvia más liviana y tranquila caía sobre el pueblo, como si el mismo cielo pedía disculpas por no controlarse a sí mismo y ahora era él quién lloraba. Barro, maderas chamuscadas, vidrios rotos, y árboles sacados de raíz no importaban. Una familia había sido destrozada la noche anterior. Todos los corazones de habitantes estaban desgarrados del dolor que sentían. Y eso incluía a los enanos, pero ellos no lo demostraban.
Ni bien el cuerpo del orco cayó sin vida, la madre de la muchacha corrió hacia su hija tratando de ayudarla. Rasgó sus vestidos para tratar de parar la hemorragia producida por el corte en la garganta, pero el color carmesí que emanaba de ella y el calor comenzaban a abandonar a su hija. Thorin intentó ayudarla. Sabía cómo parar ciertas heridas, pero todo lo que hizo fue en vano. Aradna, la joven hobbit de cabellos rubios y ojos verdes se había ido de este mundo.
El grito desgarrado de la madre heló a todos los que presenciaron lo ocurrido. Golpeó a Thorin en el cuerpo. Lo insultó, lo abofeteó e incluso le escupió en la cara. Hasta que él la abrazó para que pueda llorar y descargar de aquella manera tan desgraciado final. Ninguno de los enanos rompió el silencio. El esposo de la mujer llegó al lado suyo y ella lloró con él frente a los restos de su hija. Thorin se sacó el abrigo y lo depositó sobre Aradna. Clavó su espada en el suelo y murmuró en khuzdûl algo que los padres de la muchacha dedujeron como una oración hacia su hija. El resto del grupo se le unió.
Esa mañana todo el pueblo ayudó a preparar el funeral aún cuando estuvieran cansados. También los enanos participaban y nadie se atrevía a echarles en cara lo sucedido aquella noche. Pues entendieron que si no fuera por ellos, hubieran preparado más de un ataúd.
En silencio, una hilera de hobbit caminaba hacia el cementerio. El ataúd lo llevaban tres hobbits fuertes y Kili, que lo había pedido abiertamente. Luego seguía la familia, los amigos cercanos y por último, el resto de los enanos y pobladores.
Luego de que la muchacha descansara en paz, Kili sacó su violín y tocó una dulce pero tristísima melodía, tan dulce que dejó a su tío y hermano perplejos de la destreza con la que tocaba el instrumento.
Un silencio de muerte reinó en el lugar.
La gente mostró sus condolencias a la familia y comenzó a retirarse en silencio.
-Señor enano…-Llamó la mujer dirigiéndose a Thorin- Yo… yo quiero pedirle disculpas por la manera en que lo traté… yo… yo…-
-Usted no tiene que disculparse señora.- Acto seguido, sacó de sus morrales una bolsa de cuero.-Sé que esto no traerá de vuelta a su hija… pero me siento un poco culpable por lo que pasó. Acéptelo.-
La señora lo tomó, y al hacerlo casi se le cae de las manos por lo pesado que era, cientos de monedas de oro vislumbró la mujer y alguna que otra gema preciosa. Ella lo miró incrédula.- Por favor acéptelo.- Repitió Thorin.- Ninguno de mi compañía lo necesita, pero usted sí. Construya nuevamente su hogar – Y haciendo una pequeña reverencia se marchó del lugar.
Kili aún miraba el lugar donde yacía Aradna. ¿Por qué le provocaba tanta tristeza? Tuvo que ser su hermano quien lo alejara de allí.-Vamos.-Dijo Fili.- No hay nada que hacer aquí.-
Dos días después, ya más descansados, el grupo ensillaba los poneys y dejaba Delagua para no volver más.
