Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.
Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
Hilos de Telar
Segunda Parte: Macramé
2.5
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Tiempo: Temp 1 Cap. 9 – Cap. 10
–No… no… no… –Lance murmuraba para sí en lo que lanzaba pieza tras pieza de ropa sobre su hombro –. No… no… ¡agh no!
–¿Lance? –lo llamó Pidge asomando su pequeña cabeza a través de la puerta de la habitación –. ¿Por qué vociferas tanto?
–Hey, Pidge –respondió el joven moreno desde el suelo donde se encontraba sentado sobre sus tobillos –. Solo aquí buscando algo de ropa.
–¿Ropa?
–Sí, mi última pieza limpia que tenía… –explicó Lance jalando el cuello de su pijama azul – bueno, tú sabes…
–Ah… –soltó la pequeña paladín adentrándose en la habitación – te refieres a la comida que salió disparada por tu nariz ¿no?
¿Cómo olvidarlo? Ante tan inoportuno e inesperado comentario de Allura, Lance había lanzado por su nariz toda la cucharada de guiso de abominación que acaba de llevarse a la boca. Dejando así su palayera completamente cubierta de una plasta marrón; algo completamente inapropiado para presentarse frente a una hermosa princesa que había despertado curiosidad por el cortejo humano.
–No quiero ni recordarlo –dijo el joven con un leve temblor, ya que el simple pensamiento le erizaba los bellos de la nuca.
–¿Y de donde salió toda esa ropa? –preguntó pronto Pidge inclinándose junto a Lance, sacándolo así de sus pensamientos. Alrededor del joven moreno se encontraba un nido de prendas de diferentes de estilos y de colores primarios.
Ante su pequeño infortunio, el paladín azul le había preguntado a Coran sobre la posibilidad de encontrar más ropa en el castillos. Descartando la suya propia y de la princesa, el alteano le reveló donde se guardaba el antiguo guardarropa de los paladines originales.
–Mira esto –exclamó Lance levantando a la vista una larga tela azul de un hermoso tejido y bordado.
–Creo que es una especie de capa para la armadura –comentó Pidge acomodando sus lentes en su nariz.
–Es… elegante –soltó a su vez el paladín azul con su peculiar sonrisa en los labios, antes de frotar la tela contra su mejilla.
–Hey, hey. ¿Qué es eso? –preguntó la chica de lentes pasando sobre los brazos de Lance para indicar más prendas dentro de baúl.
–Parece una especie de traje de gala, pero con un estilo similar a la armadura.
Efectivamente, las telas elegantes y largas destacaban en el nuevo atuendo, pero poseía los mismos patrones que las armaduras de paladines.
–¡Oh! –exclamó Pidge sacando otra prenda de la caja –. Es una hoodie.
–Esto me gusta –comentó Lance una chamarra con un bello gravado.
Sacando prenda tras prenda, ambos paladines se encontraron diferentes atuendos destinados para cada uno de los paladines, con sus respectivos colores o logos. Había de todo en aquellas cajas, desde atuendos formales hasta los más cómodos.
A cómo iban descubriendo uno nuevo, Lance y Pidge no pudieron evitar sentir la presión de probarse las prendas, que por maravilla se ajustaba a sus tallas en el momento que se las probaban; lo que la pequeña paladín llamó: brujería alteana.
Antes de que se dieran cuenta, ambos terminaron realizando un pequeño desfile de modas, probándose cada una de las prendas y recibiendo las opiniones positivas o negativas de parte del otro.
Llevaban un par de horas en ello, cuando finalmente Pidge encontró un maravilloso (a sus ojos) overol con los patrones del león verde.
–¡Es justo lo que necesito para trabajar en la hangar! –soltó ésta fascinada dando vueltas sobre sí misma como si se tratase de un vestido para un baile.
–Creo que hay cosas que te quedaron mejores –dijo Lance mientras intentaba pasar sobre su cabeza una playera azul de mangas largas. Por desgracia, el pobre chico quedo atrapado de alguna manera sin poder quitarse la prenda de la cabeza –. ¡Pidge! ¡Auxilio! –exclamó exaltado mientras brincaba y se sacudía de un lado a otro.
En cambio de ayudarlo en primera instancia, la chica se rió a sus anchas de la pobre desgracia de su compañero paladín:
–¡Se atoró con tu cabezota!
–¡Pidge, por favor! ¡Voy a morir ahogado!
–No exageres –respondió ésta sacudiéndose un lagrima de risa –. Ven acá y agáchate.
El joven moreno obedeció de inmediato quedando de rodillas frente a la chica de pie. La pequeña paladín no tuvo problemas para sujetar la playera de la bastilla y sacársela a Lance de un solo tirón. Pero en el impulso, Pidge perdió el equilibrio, cayendo de llenó en los brazos y pecho de Lance.
Por unos breves segundos quedaron paralizados contemplando el rostro del otro, con sus alientos combinados y golpeándoles la cara. Sus miradas estaban principalmente enfocadas en los ojos de su compañero, por lo que nunca se percataron de lo rojas que se encontraban sus mejillas.
–¿Qué-qué tonto… se atora con una playera? –logró musitar Pidge en susurró en lo que los labios de Lance se acercaban peligrosamente a los suyo.
–Lo dice la persona… –susurró el muchacho, tragando saliva –que perdió el equilibrio solo…
Los cortos centímetros que separaban sus rostros desvanecieron en lo que sus labios se juntaron como imanes atraídos por polos opuestos. Una leve descarga eléctrica comenzaba a apoderarse de ellos cuando:
–¡Hey chicos! ¡¿Quién me puede ayudar…?! –la puertas automáticas se abrieron de golpe para dar paso a Hunk. El recién llegado rápidamente quedo mudo y como piedra ante lo que sucedía delante de él.
Los segundos que parecieron más tiesos que una tabla, fueron como una eternidad. Los tres cadetes de Garrison intercambiaron miradas nerviosas, con los rostros más rojos que tomates, antes de que saltaran alarmados, nerviosos y vociferando:
–Yo no debería estar…
–Tenía que checar una cosa…
–Estaba buscando…
–No sé como llegue aquí en primer lugar…
–Solo buscaba ropa limpia…
–No tengo idea de que fue eso…
–Creo que es mejor que me vaya…
–Mejor me voy por otro lado…
Los balbuceos se apoderaron ellos en lo que intentaban cada huir de la situación embarazosa. Tanto Pidge como Lance tomaron sus respectivas prendas del suelo y salieron disparados en diferentes direcciones de la habitación; dejando a Hunk completamente solo y desconcertado.
El joven moreno que siempre contó con una mente viva y brillante, quedo completamente en blanco sin saber que hacer a continuación. Por acto reflejo se llevó las manos al pecho donde su corazón latía con fuerza y luego a sus mejillas que ardían como mil soles.
Finalmente una idea cruzó por su cabeza y precisamente no era la que se esperaba:
No solo sentía algo por Lance y Pidge respectivamente, también le había gustado lo que vio.
Ahora… ¿qué podía hacer?
Bueno, al menos tenía una habitación llena de ropa para distraerse.
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2.5
Por desgracia no puedo compartir aquí las ilustraciones de los diferentes atuendos que se presentan en este capítulo, visita mi blog en Tumblr para saber más al respecto.
Y de aquí, no hay vuelta atrás. Además no será la última vez que Hunk interrumpa algo importante.
Saludos.
