Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.
Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.
El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.
Hilos de Telar
Tercera parte: Punto y Seguido
3.6
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Tiempo: Temp 2. Cap. 4
Los olkari era una de las razas alienígenas más interesantes que los terrícolas se habían topado durante su misión de salvar la galaxia. Eso no quiere decir que las demás especies que habían conocido anteriormente no lo fueran, solo que lo olkari eran unos brillantes ingenieros, con ciudades increíbles y con el curioso aspecto que semejaba a una mantis religiosa, o al menos así los veía Hunk.
Pero sus impresionantes capacidades de convertir materia orgánica e inorgánica eran solo opacadas por su trágica historia.
Los olkari eran esclavos como muchos otros en la galaxia, del imponente y terrible imperio galra. El líder de los olkari, Lubos, había sido secuestrado y su vida corría riesgo si sus súbditos no seguían las órdenes de sus despiadados esclavizadores.
Eso era algo que los paladines de Voltron no permitirían que continuara.
Para ello, un plan para salvar a Lubos y a los olkari ya se estaba listo para llevarse a cabo. Solo que una persona parecía que toda la situación había resultado mucho más agobiante de lo esperado. O al menos de esa manera apreciaba Hunk el hermetismo que había adquirido Pidge después del reconocimiento del terreno en los robos-bellota (o lo que fueran). La joven paladín había permanecido aislada del grupo por voluntad propia mientras se planeaba la estrategia, abrazando sus rodillas en el asiento de piloto del meca vegetal esperando el momento en que Shiro diera la orden de partida.
–Pidge –la llamó Hunk acercándose lo suficiente al robo-bellota de la chica –. ¿Ocurre algo? –le preguntó realmente preocupado por su radical cambio de humor. Su jovialidad ante las maravillas de olkarion se había transformado en silencio.
–¿Eh? –soltó ella desconectada de sus pensamientos. Alzó la vista sobre sus rodillas para captar la mirada piadosa de Hunk fuera de su cabina –. No… no es nada importante.
–Parece serlo –insistió él –. ¿Qué pasa?
Pidge dio un largo respiro a sabiendas que no habría escapatoria de la empatía de Hunk. Así que resignada contestó a la brevedad:
–Sabes, mi madre adora las plantas. Es una botánica bastante dedicada, convirtió el jardín de mi casa en su propia huerta y realiza entrecruza de especies como científica loca. Y desde pequeña intentó incúlcame el mismo gusto por las flores, arbustos y cosas así, que terminó dándome mi primera margarita cuando era niña.
–Eso lindo.
–Sí, hasta que descubrimos que soy alérgica a la mayoría del polen.
–Ohh…
–Entonces intentó con un pequeño arbusto, de esos árboles que no crecen…
–¿Bonsái?
–Sí, de esos. Lo terminé ahogando para el tercer día. Eso siguió así con cada planta que intentó que cuidara.
–Oh cielos…
–No tienes idea –Pidge se deslizó por su asiento hasta quedar sentada en la orilla de la misma –. Hay quienes tienen cementerios de mascotas en sus jardines, yo lo tenía de plantas. Y fue triste lo que pasó con las piedras con musgos.
Aunque la efusividad en el rostro de la paladín verde había revivido con su monologo, la consternación en la cara de su compañero denotaba que no había sido el adecuado uso de vocablo para describir lo que deseaba explicar.
–El punto es… –dijo ella – que llegué a discutir con mi mamá cuando intenté hacerla entender que las plantas no eran lo mío, que no importara cuanto lo quisiera, no era igual que ella. En más de una forma –agregó después de una corta pausa en la que indicó su persona.
–¿Y? –musitó Hunk aún perdido –. ¿Ahora eso viene por…?
–Cuando Allura nos dijo que león nos tocaba a cada uno, me sentí algo confundida sobre verde. Ella dijo que buscaba a paladines brillantes, pero curiosos, y bueno, soy brillante –agregó con su picardía característica.
–Y curiosa –señaló el paladín amarillo con una sonrisa.
–Pero también es el espíritu del bosque –continuó Pidge en lo que una sombra pareció apoderarse de su semblante –. ¿Cómo podía ser eso posible? ¡Yo y la naturaleza no nos llevamos! Debía haber un error. Pero ha como pasaba el tiempo, enfrentamos a Sendak, las robobestia y mi vínculo con verde crecía, comencé a pensar que tal vez nuestra unión era…. como…. ehh… –masculló de último como si le resultara difícil pronunciar alguna palabra en particular.
–¿Predestinada?
–Sí… puedes decirlo de esa manera –aceptó la chica con detenimiento –. Aunque no creo en el destino, pero sí. Que había algo fuera de mi control que probablemente no tenía sentido y no valía la pena luchar contra de ello.
Hunk podía ver a lo que quería llegar Pidge, era justamente lo mismo que se habían estado debatiendo mentalmente cada uno de los paladines desde que Allura le había revelado parte de la verdad sobre el origen de Voltron y la designación de los leones.
–Pero ahora resulta que no hay nada predestinado en como los leones nos eligieron –continuó ella –, simplemente se arriesgaron a designarlos al estilo test escolar que usa escasos parámetros de personalidad para elegir tu carrera profesional y que termina en un trabajo que odia a los cuarenta.
A como hablaba, Pidge aceleraba su palabras como si miles de ideas transitaran al mismo tiempo por su cabeza. Casi mareando a Hunk, quien tuvo que sujetarse de la escotilla del meca vegetal para no caer al suelo.
–Eso me hizo preguntarme qué era lo correcto, o si no se habían equivocado o que la conexión con mi león era real o no. Sí lo que siento era un efecto secundario o no.
La paladín verde agregó a sus comentario una pantomima que la llevó a terminar con los brazos al aire y la mirada perdida en la copas de los arboles sobre su cabeza.
–Pero ahora estando aquí… –dijo al final con más calma dejando caer sus brazos a los costados – viendo todo lo que pueden hacer lo olkari con la naturaleza, como integran la materia orgánica hasta convertirla en tecnología, la rediseñarla y transforman. Como la energía fluye por las raíces tal cual cables de electricidad, me hace preguntar si mis venas funcionan de la misma manera. Lo natural ya no parece tan anticuado y primitivo, como la tecnología avanzada y estéril a la que estoy acostumbrada. Nunca creí tener tal pensamiento –finalmente bajo la mirada para encontrase directamente con los ojos oscuros de Hunk –. Eso… me abruma.
–Sabes –le respondió él conmovido por la resolución de Pidge –, lo que dices me recuerda a mi maestra de biología de quinto grado, la señorita Lars –aunque su compañera le dirigió una mirada inquisitiva al no entender la referencia–. Ella era una mujer muy religiosa, algo que tal vez no concuerde con su profesión, pero ella solía decir que estudiar biología la había acercado más a su dios, ya que solo un ser supremo podría estar detrás de algo tan complejo como la vida.
–Eso es discordante –se quejo Pidge.
–Tal vez para ti, pero no para ella. Todo tiene el sentido que queremos darle, desde tu madre que se vía reflejada en ti, o en mi maestra que veía la creación divina, o incluso nosotros con la contradicción de estar enamorados de cuatro personas a la vez.
–Entonces –Pidge se deslizó de nuevo en su asiento hasta quedar a un palmo del rostro de Hunk –. ¿Qué es lo que me propones?
–Que no lo pienses tanto. Eso pareció ayudarte en vincularte con tu león un principio y probablemente habría evitado la muerte muchas inocentes plantas.
Ambos rieron. Y con el ello, el ambiente alrededor de Pidge parecía haberse aligerado por completo.
–Eso es lo que haces ¿verdad? –le preguntó ella unos momentos después con la mirada entrecerrada y una suave sonrisa – ¿No pensarlo tanto?
–Hey, yo también soy brillante –se quejo él –, pero sé cuando apagar mi cerebro y dejarme llevar, como por lo que siento por ti y los demás – extendió su mano hasta alcanzar la mejilla de la pequeña paladín y darle un leve cariño con su pulgar. Su rostro era cálido, al tenerlo recargado en su palma –. Vamos, que nos están esperando –le dijo suavemente motivándola a salir del robo-bellota.
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Muchas cosas se interpusieron en la publicación de éste capítulo, pero finalmente ésta aquí.
Que lo disfruten.
