Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.

Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


Voltron Legendary Defender Fanfiction

Hilos de Telar

Historia Extra: Base Minera BX-21L7

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BX-21L7. 20

En una de las habitaciones del castillo de los leones, cubierto por las luces tenues del cuarto y las sombras del espacio exterior que se colaban por el ventanal protector de la nave, Shiro yacía junto dura pared de metal, perdido en sus pensamientos y recuerdos.

Recuerdos de tan solo unas horas atrás, cuando aún permanecían en la base minera y habían logrado recuperarla de la invasión galra. Era aún perceptible para el paladín negro el temblor de su puño robótico ante los golpes masivos que dio contra la impenetrable puerta del CeCoA.

–¡Pidge! –gritó una y otra vez con fuerza hasta desgarrar su garganta, en un intento en vano de obtener respuesta de la joven paladín verde por el comunicador –. ¡Katy!

Sus puños golpearon una y otra vez, metal contra metal, carne contra metal, provocando que horas después aún le dolían los nudillos, pero en aquel momento cualquier dolor pasaba en segundo plano con tal del bienestar de Pidge.

–¡Shiro! –lo llamó Allura trayendo su atención al otro lado del corredor. La consternación estaba escrita por todo el rostro de la princesa, pero su cuerpo indicaba algo más importante –. ¡El láser!

El paladín no requirió que dijera más.

Vaya ironía de la vida; justamente los héroes terminaron usando la misma máquina que unos minutos antes hizo peligrar la vida de Pidge justamente para salvarla.

Les costó unos segundos ponerla en posición y activarla, pero Vrindan resultó de utilidad para ello al conocer algo de mecánica en tecnología galra. Y descubrieron que los enemigos realmente estuvieron muy cerca de llevar a cabo su objetivo, porque solo requirieron unos minutos más para terminar el trabajo y lograr que la puerta finalmente cediera.

–¡Pidge! –gritó de nuevo el paladín con desesperación lanzándose por el orificio de metal derretido y circuitos que había proporcionada el láser. La sala de control estaba en oscuridad con excepción de la prominente luz que provenía de los múltiples monitores que cubrían la mayor parte de la pared abovedada.

Casi todas esas pantallas informaban que finalmente el sistema se había activado en su totalidad y todas sus funciones estaban listas para ser usadas. Un logró más a manos de la joven paladín que yacía inmóvil en el centro de aquella sala, postrada en la silla de mando al centro de la misma.

–¡Pidge! –repitió Shiro una vez más en lo que posó su mano sobre el hombro de ésta –. Pidge.

–Shiro – una suave pero rasposa voz sacó al paladín de sus profundos pensamientos trayéndolo de nuevo a la realidad.

En algún momento, sumergido en sus recuerdos, las palabras habían salido de sus labios por inercia y despertado a la chica que reposaba en su cama.

Pidge volvió levente su rostro hacia él, tan lentamente, como si requiriera de todas sus fuerzas para lograrlo. Su rostro estaba más pálido de lo habitual, y su mirada entrecerrada dejaba muy poco de sus ojos a la vista.

–Hey –la saludó Shiro recargándose contra la orilla de la cama –. Finalmente, despiertas –dijo con una débil sonrisa que denotaba la gran alegría que afloraba en su pecho –. Vaya que nos distes un susto.

La paladín continuaba adormecida, por lo que tardó en preguntar:

–¿Qué sucedió?

–Lo lograste –respondió Shiro apartando suavemente lo mechones de su rostro –, activaste el CeCoA. Detuvimos al general Thogo y sus fuerzas.

–No recuerdo nada de eso –soltó Pidge con voz cansada, pero con una picara sonrisa en sus labios –, pero quien soy yo para dudar de mi genialidad.

Sus palabras lograron sacar una leve carcajada del paladín negro. No podía creer que estuviera riendo esos momentos, cuando unos instantes atrás creyó que nos sería capaz de hacerlo de nuevo.

Pidge río por lo igual, pero pronto se detuvo por una punzada de dolor en su pecho.

–No te muevas mucho –le advirtió Shiro angustiándose de nuevo –. A pesar de que la cámara regenerativa sano tus heridas –con cuidado la ayudó a acomodarse en la esponjosa almohada del respaldo –, tardaras un poco más de recuperarte del dolor.

–¿Cómo es…? –musitó ella tratando de nuevo hablar a pesar de las molestias –. ¿De qué hablas? ¿Cómo termine aquí?

Shiro se imaginó que tendría más tiempo antes de retomar los sucesos previos a abandonar la base minera, pero también sabía que no resultaba fácil decirle no a Pidge en especial ante su precaria situación. No le quedó más opción a la cabeza de Voltron que hacer tripas el corazón y comenzar a hablar.

Le explicó como había logrado entrar por la fuerza a CeCoA para salvarla antes de que fuera muy tarde. Evitó a toda costa ser explicativo de la precaria condición en que la encontró, a borde de la muerte, en un charco de su propia sangre y más pálida que un fantasma. Shiro por un momento creyó que había llegado tarde y lo colmó un sentimiento que no quería volver a sentir nunca.

Fue una carrera contra el tiempo de sacarla de la base minera y llevarla a castillo de leones, donde las capsulas regenerativas eran su única salvación. Por suerte Coran había llevado la nave de regresó y Hunk aceleró su león a máxima velocidad para llevarlo por aquella distancia en el espacio.

Recordó como retumbaba sus oídos, mientras los llamados de sus compañeros terminaban como quejidos lejanos e incompresibles por el comunicador. Después de que Pidge entró en las capsulas regenerativas, solo quedo esperar… la peor espera de todas.

No expresó nada de ello a Pidge, en cambió una leve descripción de su misión de rescate desplazó su carrera desesperada por salvar su vida.

–No importa ya –comentó Shiro tratando de quitarle importancia, pero su voz delataba su cansancio y pesar –. Lo importante es que estarás bien.

Pidge le lanzó una mirada inquisitiva. Tal vez su cuerpo estaba débil, pero su mente nunca. Sin duda había descifrado en la mirada culposa y en la voz débil de Shiro lo que quería ocultarle. Pero ella, apiadándose de su sufrimiento, no insistió más en el tema.

–Pero… –en cambio ella dijo –: ¿Qué sucedió con los vrochan? ¿Qué sucedió con la base?

Con algo más de serenidad, el paladín negro le platicó con calma todo lo que sus compañeros paladines hicieron para asegurar la libertad de los vrochan como nuevos dueños de la base minera, y como esperaban un futuro prospero para ellos bajo el sacrificio de Mondo.

–Debes volver a dormir –insistió Shiro al verla luchar por permanecer despierta –, yo iré ver a los demás e informarles que ya despertaste… –intentó levantarse, pero fue detenido por la chica que lo sujetó por la tela de sus ropas.

–Espera, Shiro.

–¿Qué sucede?

–Podrías… quedarte un poco más.

Su petición fue tan débil y lastimera que el paladín negro no pudo oponerse.

–Claro.

Pero a pesar de su respuesta, aún había duda en la mirada de Pidge.

–¿Algo más?

–Puedes… venir aquí –dijo ella indicando la cama.

El comentario tomó a Shiro por sorpresa, pero igualmente no se pudo negar. Con cuidado de no lastimar a la joven paladín, trepó en la cama quedando sobre las sábanas, pero lo suficientemente cerca de Pidge para permitirle reposar su cabeza en su ancho pecho.

–Gracias –le dijo ella suavemente.

El paladín negro solo sonrió, mientras su mano frotaba suavemente su espalda en círculos y disfrutaba la calidez del contacto humano, ante su necesidad muda de ser consolado.

–Hey, Shiro –lo llamó de nuevo Pidge sacándolo de su estupor –. ¿Puedo preguntar algo más?

–Lo que sea.

–¿Por qué estoy en tu habitación?

Shiro soltó una risita.

–Es que…. la habitación de "alguien" resultaba ser muy difícil de… usar.

–Oh no – se quejó Pidge avergonzada apretando su rostro contra el pecho del paladín –. Vieron mis cosas –agregó en lo que el otro la abrazaba a sus anchas –. Shiro…

–¿Sí?

–Gracias por no darte por vencido.

–Nunca te abandonaría.

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Hola a todos

Perdón por otra larga tardanza, en especial con el final de esta aventura, pero la verdad pasaron tantas cosas: problemas personales, laborales y de salud, que me retrasó una semana de más.

Pero finalmente aquí esta. Ahora le confirmó que voy a cambiar el orden de mi publicación de capítulos de mis fanfics, solía ser uno de VLD seguido por el HTTYD y por ultimo el de hetalia. Ahora el capítulo de VLD será el último, por ello la próxima aventura deberán esperarla después de dos capítulos de HTTYD y dos Hetalia. Esto es porque necesito tiempo para pensar en la nueva saga que tengo en mente.

Será una historia corta que se enfocará en como cada uno de los paladines reaccionó al saber que Keith tiene sangre galra.

Bueno, eso sería todo por ahora. No vemos.

Un abrazo.