Estos cortos fanfiction son una colección que he publicado individualmente en mi sideblog en Tumblr: vldfanenesp.

Voltron: Legendary Defender es propiedad de Dreamworks Animation. No poseo ningún derecho sobre los personajes.

El propósito de este FanFiction es el de entretener, con eso ya dicho, por favor no me demanden.


Voltron Legendary Defender Fanfiction

Hilos de Telar

Especial 02: Pecado de Sangre

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Esp 02. 00

Ubicación: Segunda temporada, entre capítulo 8 y 9

Keith estaba perdido… más que nunca en su vida. Jamás se había sentido así, ni siquiera cuando su padre murió o cuando se enteró de la desaparición de Shiro.

Esto era diferente.

Él era diferente… al menos ahora… o siempre lo fue.

No estaba seguro y mucho menos sabía cómo, pero no quedaba duda… Keith era galra. O al menos una parte de él lo era.

Tenía unas pocas horas de haber regresado de la base secreta de los rebeldes "las espadas de Marmora", pero para él, se sentía como si hubiera sido una eternidad. En aquel lugar no solo había descubierto nuevos aliados en contra del imperio opresor de Zarkon, sino que también, un gran secreto sobre sí mismo. Uno que su padre le ocultó toda su vida.

A Keith le costó asimilarlo y siguió en una especie de negación que le provocó dolor de cabeza; pero lo peor fue cuando intentaron sanar sus heridas en la enfermería y el resto de los paladines, la princesa y Coran descubrieron la terrible verdad.

La reacción de la princesa fue inmediata, lo que desanimó a Keith a quedarse a averiguar cuál sería la de sus compañeros. Las siguientes horas se mantuvo resguardado y ocultó en uno de los tantos observatorios solitarios del castillo de los leones, ignorando sus heridas y mascullando sus pensamientos.

Lo único que deseaba era estar solo.

Pero alguien, tenía otra idea.

–¿En serio te ocultaste en un cuarto oscuro? Así o más depresivo tienes que ser, hombre –la inconfundible voz de Lance denotó su entrada en la oscura habitación, solo alumbrada por el brillo de las estrellas del otro lado del cristal de observatorio.

–¿Qué haces aquí? –le preguntó Keith de mala gana.

–Tratando de no caerme en la oscuridad –objetó el paladín azul caminado exageradamente por la habitación como si fuera a toparse con algún obstáculo oculto –. ¿Qué otra cosa parece?

–¡Lance!

–¿Qué?

Keith soltó un bufido en desesperación.

–Es inútil contigo.

–Yo podría decir lo mismo –respondió el otro paladín plantándose tajantemente frente a su compañero –. Eres tan obvio en ocasiones ¿Cómo crees que pude encontrarte tan fácil?

–Bien, lo hiciste –soltó Keith con fastidio dándole la espalda –. ¿Ahora me puedes dejar en solo?

–¿Qué sería lo divertido de ello? –respondió el otro con tono más jovial.

Su actitud y voz no ayudaban en nada las emociones de Keith en ese momento, su necesidad de sufrimiento se sentía obsoleta e ignorada. ¿Qué esperaba de Lance después de todo? Él no tenía ni idea de lo que ocurría por su cabeza en esos momentos. ¿Cómo podría saberlo?

–¡¿Qué demonios quieres de mí?! –le soltó finalmente el paladín rojo furioso. Su voz retumbo con fuerza por toda la solitaria habitación. Pero a pesar de las sombras que reinaban en cuarto, Keith pudo ver y temer que su rabieta no causó el menor efecto en la postura de Lance.

–Primero –dijo éste con las manos en su cintura –, necesitó que dejes tu patética rutina de lobo solitario incomprendido. Y tal vez podamos hablar del asunto.

–No hay nada de qué hablar.

–Obviamente sí –lo contradijo Lance –, si te escondes a solas en una sala sumergido en la oscuridad de tu depresión.

–¿A ti qué te importa?

–¿Qué me importa? ¿Qué porqué me importa? –soltó el otro indignado –. ¿Por qué me debe importar que si actúas como un llorón…?

–¡Lance!

–¡¿Cuándo quiznak vas a entender que ya no eres solo tú?! –bramó el paladín azul tan fuerte como lo había hecho Keith.

Fue como un puñetazo directo al rostro, o al menos así lo sintió el paladín rojo. Keith no pudo evitar dar un paso atrás ante la mirada penetrante y decidida de Lance. Por un breve segundo, se sintió indefenso.

–Eres parte de un equipo con una misión importante, y aún más… –dijo Lance – eres importante para nosotros.

Tal vez era Lance quien hacía tal confesión, pero Keith no pudo evitar ser el que sonrojara. Su compañero no solo había acertado en llamarlo lobo solitario, sino que fácilmente lo había leído y dado cuenta que Keith solo había pensado solo en su propio predicamento y en la opinión que podían tener los otros de él; no en como realmente les afectaba a los demás su situación o como su sufrimiento, era su sufrimiento también.

Todos esos sentimientos estaban escritos en el rostro de Lance.

Voltron les había enseñado a los paladines a trabajar en equipo, ser parte de algo más grande, y su relación con sus compañeros lo esencial que eran los unos a los otros, en todos los aspectos.

–¿Qué bien puede hacer un galra al equipo Voltron? –pero Keith no podía evitar preguntarse eso.

–Ese es el problema –soltó Lance captando toda la atención del paladín rojo –, que piensas que nos importa que eres.

–¡¿Qué?! –bramó Keith sin poder creerlo en un principio, pero poco a poco comenzó a molestarse –: ¡No puedes simplemente fingir que no te afecta! Vistes la reacción de Allura y Coran…

–No puedo hablar por ellos –dijo Lance con una calma que dejaba atónito. ¿Qué había pasado con el inseguro y pretencioso paladín azul? –, pero igualmente no puedes asumir que pienso igual. No me importa.

¿Cuándo se habían invertido los papeles?

–¿Qué?

–¡Qué me importa un quiznak si eres parte galra o no! –gritó Lance a todo pulmón como si quisiera que lo escuchara todo el castillo. Dio un paso hacia adelante y enfrentó a Keith cara a cara –. No importe el origen que tengas, eso no te define.

Ahí estaba. Keith completamente boquiabierto ante las palabras casi agresivas de su compañero paladín. Tal vez el tono molesto ayudaba a volverlas más creíbles.

–Son palabras muy sabias –comentó Keith –, incluso para ti.

–Gracias, son de mi mamá –dijo Lance airoso, pero pronto entendiendo un subtexto inexistente, por lo que agregó un indignado –: ¡Oye!

Keith no pudo evitar sonreír. Lance soltó una carcajada, y curiosamente le pareció al paladín rojo lo más armonioso que había escuchado en su vida. Y antes de que pudiera reaccionar o hacer algo al respecto, Lance tomó con sus manos las mejillas de Keith y le planto un casto beso en la frente.

–Si realmente no quieres hablar ahora, de acuerdo –soltó Lance encogiendo los hombros y luciendo satisfecho consigo mismo –, pero recuerda que estoy ahí para escucharte.

Keith no pudo más que asentir con la cabeza y sonreírle por igual en lo que Lance lo dejo ir, se dio media vuelta y se dirigió a la puerta. Ya no se sentía tan solo como antes, incluso la habitación oscura comenzaba a parecerle claustrofóbica.

Lance se detuvo en la puerta y se volvió levemente para agregar:

–Y eso no cambia lo que siento, para mí sigues siendo el mismo Keith.

–Gracias –respondió el otro.

–El mismo petulante, creído que se cree el mejor piloto del universo.

–¡Lance!

–Regresa a la enfermería, tonto.

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Hola a todos.

Tenía mucho tiempo sin sacar un capítulo nuevo, y eso debe principalmente a que mi vida a tenido varios cambios que no me han permitido mantenerme tan activa como solía serlo. Esto se debe principalmente a mi trabajo, condiciones de salud, problemas personales y familiares. Además, se vienen cambios grandes e importantes en mi vida que han tomado mayor prioridad.

Sé que eso ha afectado mi capacidad de escribir y dibujar, así como el tiempo que dedico a ello. Además de mis participaciones, comentarios y otros. Esto no quiere decir que esto vaya a cambiar o mejorar o sea solo temporal, porque lo que tengo previsto a futuro a mi vida será aún más importante que esto. No dejare de escribir y dibujar, así como compartirlo en internet, pero definitivamente dejara de ser prioridad.

Lamento mucho el inconveniente, pero quería ser sincera sobre la falta de frecuencia en mi contenido. Espero que eso lo deje claro y gracias por lo compresión.

Y disfruten la nueva aventura.

Saludos