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The New Girl

Entonces, fue en ese momento donde Sasuke entendió la conmoción

Hinata Hyūga era muy atractiva.

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Disclaimer: Los Personajes Que Aparecerán En La Siguiente Historia Pertenecen A M. Kishimoto.


Capítulo 2:

Ok.

Usualmente él no estaría detrás de una chica. Ni siquiera estaría pendiente de sus movimientos, y aunque el primer día de clases no era el mas entretenido, sabia que esto no era algo usual en él. Mientras mas tiempo pasaba, mas inconscientemente se pasaba mirando a la prima de Neji. Vale, era atractiva. Pero él había visto otras chicas atractivas, así que no había nada extraordinario en ello.

Mucha gente era bien parecida. Él era bien parecido, y con todo y eso él aceptaba que no era la gran cosa fuera de ese ámbito; ni siquiera sus looks eran algo que lo consideraba una cualidad memorable. Pero quien diría que la Hyūga iba a ser tan...

La vio sonreír ante algo que dijo el Aburame. Tenía ese gesto adorable donde se tapaba la risa con sus dedos. Seguramente para no ser descubierta en medio de la lectura del profesor. Inconscientemente, siguió observándola; notó la manera en que se le hacían hoyuelos en las mejillas cuando sonreía, la forma en que sus labios se formaban cuando trataba de concentrarse en lo que decía el superior de ellos, incluso como los dedos acomodaban el cabello detrás de su oreja.

¿Es que había algo que ella no podría hacer bien? ¿De dónde salió alguien tan... perfecta?

—Tienen hasta el viernes para entregar el ensayo sobre sus expectativas durante este año.— dijo Iruka-sensei aunque era ignorado por los estudiantes que estaban ansiosos por salir del aula.

—Gracias por la clase, sensei.— dijo Hinata con una reverencia que hizo que Iruka se sonrojara un poco.

Honestamente, Sasuke no culpaba a su instructor, si hubiese sido a él tendría la misma reacción. Aunque nunca lo sabría por que la pelinegra no lo había volteado a ver, ni siquiera por equivocación. Cosa que aun no podía creer, no podía decir que pasaba de él, por que para empezar no lo había identificado. Seguramente para ella, él era una cara borrosa de compañeros. Tal realización llegó a su mente y se posicionó como una nube negra sobre su cabeza. La siguió con la mirada hasta que salieron del salón de la clase de literatura.

—¡Hinata!

La chica en cuestión fue atrapada por un gran abrazo de oso por Kiba Inuzuka. Persona alta y fornida, que fácilmente podía alzarla por la cintura y darle vueltas, tal como hacía ahora. Las risas de ellas llenaron el pasillo como si fueran una pareja de recién casados.

—No pueden hacer eso en un sitio privado?

—Era obvio que iba a tener pareja.

Fueron algunos de los comentarios que llegaron a oídos del Uchiha.

Y si antes estaba irritado por la escena, ahora estaba molesto. Rodó los ojos queriendo ignorar la escena frente a él, pero mientras cambiaba los libros en su casillero, no evitó escuchar la conversación de aquellos individuos.

Una vez en el suelo con un sonrojo en las mejillas la voz cantarina de la Hyūga llegó a sus oídos. —Me alegra verte Kiba.

—A mi también, pequeña.— sonrió antes de darte darse cuenta de algo. —¡Oye! ¿Cómo es que ustedes tienen la misma clase? No es justo. —

—No es muy distinto a aquella vez que fueron a Disney Land sin mi.— dijo el Aburame arreglando sus gafas para resaltar su resentimiento.

—¡Eso ocurrió hace dos años, Shino. Sentimos no incluirte! Get Over it! — ladró cansino el chico de cabellos marrones.

—Chicos, paren por favor.— dijo Hinata interviniendo antes que la discusión llegara a mayores. —Aún no sé donde queda mi casillero. ¿Me acompañan?

La sonrisa que dio fue suficiente para que ambos chicos se posicionaran a su lado y continuaran con lo suyo; si que formaban un grupo particular de amigos.

—Nunca pensé que vería a Shino sonreír.

Comentó Ino siendo apoyada por los otros quienes miraban a aquel trío; al parecer Sasuke no era el único. Se recompuso rápido ya que la mirada de Sakura estaba buscando algún indicio sospechoso en sus acciones y claro él no estaba dispuesto a revelar algo. Siguió en lo suyo concentrándose en buscar sus cosas para la clase de Biología.

—Es solo por que no se han visto en buen tiempo.— comentó Naruto. —Han sido amigos desde siempre.—

—Cosa que no te incluye.— dejó salir Sakura.— Supuestamente se conocían, ¿no?

—Y lo hago. Es solo que el lazo de Shino y Kiba con Hinata-chan es mas estrecho.—dijo alzándose de hombros ignorando la indirecta de la pelirosa.

—Es verdad frentona, no tienes que atacar a Naruto de esa manera.— defendió Ino para sorpresa del rubio. —Además, Sasuke te ignora a cada rato y eso no quiere decir que no sean amigos.

—Sabes que, cerda...

El comentario quedó interrumpido por Shikamaru Nara, muchacho tranquilo, un genio pero vago y aunque siempre iba al grano con lo que decía. —Así que Hinata Hyūga no es solo la prima de Neji, capitán del equipo de judo. Sino que también en mejor amiga de un posible asesino serial y también del chico más popular de la clase que tiene un can de cinco pies de altura.

—Pues no es la gran cosa.— apenas pudo disfrazar el recelo con desinterés la Haruno.

—¿Bromeas? Tiene un buen fashion sense.—Añadió la Yamanaka. —Daría lo que fuera por esos tacones. — suspiró con mirada soñadora.

—La chica es prácticamente intocable. — dijo Sai quien había estado callado en todo este asunto.

Cerrando su casillero con más fuerza de la necesaria el Uchiha se dirigió a su clase sin darse cuenta de las miradas curiosas de su grupo.

'¿Intocable?'

Eso no le aplicaba a él. Era un Uchiha, todo prácticamente caía en la palma de su mano. ¿Por qué debería molestarse por el comentario de Sai? Solo era cuestión de tiempo, para que ella lo notara y entonces ella vendría por su cuenta hacía él. Aunque si no funcionaba así, tenía a Naruto de su lado que podría ayudarle en un caso extraño de que necesitara algún tipo de asistencia para acercarse a ella. Neji; no estaba muy seguro de que podría ayudarlo después del altercado de la mañana, y aunque tampoco había hablado mucho con Kiba o Shino, seguro no le seria difícil convencerlos.

Pero todo en un caso extraño que lo necesitara, cabe destacar.


El período antes de ir a almorzar era el mas complicado para ella, tenía que concentrarse un poco más por que inconscientemente pensaba en lo que comería y se olvidaba de todo. Entró a la clase de Cálculo; a diferencia de la tendencia popular a ella le gustaban las matemáticas. Eran exactas tanto en Estados Unidos como en Japón y no siempre tenía que sobre analizar las cosas. Se sentía cómoda con los números. Además, ella quería ser arquitecta, estaba como pez en el agua, quizás era bueno tener una de sus clases preferidas antes del almuerzo. Lo triste del asunto era que tenía esta clase sola, no había ni Shino ni Kiba acompañándola. Aunque este último le dijo que se verían en Educación Física en el último periodo de la tarde.

—¿Vas a estar bien?

Naturalmente, no podía estar sin la asesoría de su primo. Quién se había memorizado su horario, incluso mejor que ella. Encontraba adorable que su querido primo estuviera al pendiente de ella, aunque pudiera ser cansino lo sobreprotector que pudiese ser. Sin embargo, lo aceptaba ya que no había vivido en el esta isla en mucho tiempo y agradecía su ayuda inmensamente.

—Claro que sí, nisan. Gracias.

Sonrió para tranquilizar a su pariente.

—Kabuto-sensei, es bueno. Un poco raro, pero en lo académico es bueno, seguro no tendrás problemas. Te veo en la cafetería.

Ella asintió en respuesta, y dando media vuelta fue a entregarle su horario al sensei para que lo firmara.

El susodicho firmó para indicarle que se sentara en la tercera mesa en la izquierda.

—Sasuke.

El profesor llamó al pelinegro para que la Hyūga viera donde debía ubicarse, en respuesta ella asintió para dirigirse a la dirección señalada.

Por su parte en esos cinco segundos que le tomaba ir hacia donde su mesa, el Uchiha tuvo un corto circuito. Era cierto que quería hablar con ella, pero aún era muy pronto. No sabía que decirle, nunca fue un buen conversador. Y aunque sabía muchas cosas de ella, había sido información que otros le habían proveído. Él nunca sabe como comenzar una conversación, aquello era la especialidad de Naruto, la de él era finalizarlas.

Así que, ¿Qué debía hacer?

—Hola.— saludó la chica en cuestión al sentarse a su lado.— Sasuke, ¿verdad?

Solo tenía que ser el mismo, no había nada complicado con eso.

—Hn.

Ni siquiera se volteó a verla, su mirada negra se enfocó mirando hacia las afueras de la venta. Por el rabillo de su ojo notó como la sonrisa de la chica perdió fuerza a lo que ella tomaba asiento y acomodaba sus cosas. Casi se sintió culpable. Casi. Podía gustarle mucho la muchacha pero eso no significaba que seria alguien que no era. Era un Uchiha, y tal como Naruto decía, era un bastardo; siempre lo seria.

Por su parte, la Hyūga estaba hecha un manojo de nervios. Estuvo bien durante todo el día hasta que llegó a encontrarse con este sujeto con quien solo trataba de hacer conversación para ser rechazada de esa manera. Se dio cuenta durante el transcurso de la clase que el Uchiha le dirigía una mirada de vez en cuando; sin embargo no entendía si era en forma de burla, o de otra manera...

Aunque siendo sincera, después de lo que pasó justo al empezar la clase, se inclinaba por la primera razón. Aunque tomaba notas de lo que Kabuto-sensei decía, estaba en su mente buscando razones para pensar que quizás le había faltado el respeto al llamarlo con tanta familiaridad. Tenía muchas costumbres del otro continente, y había olvidado que dirigirse de la manera en que lo hizo podía ser irrespetuoso. Y aunque no había tenido problemas con los demás, siempre habían sus excepciones. Además, podía ser una lección para ella y poder acostumbrarse al comportamiento social de su país de origen.

—Kabuto-sensei.

La voz de la amable secretaria que le había dado su horario se hizo presente y efectivamente interrumpiendo la lectura.

—Se necesita su asesoría en la administración urgentemente. — reveló Shizune-san.

—Bien. Gracias. — dijo el profesor. —En la página trece de su texto están los ejercicios que deben entregar cuando se termine el período de clase.

Con eso se fue de la aula, dejando a los estudiantes con la tarea, y semi-tiempo libre hasta la hora del almuerzo.

Sasuke dobló sus brazos y recostó su cabeza. Hinata,con sus inseguridades no pudo evitar preguntarse si tan mala era su compañía. Decidió adelantar algunos ejercicios para despejar los pensamientos en su cabeza; y así siguieron en silencio hasta que la campana sonó para que fueran a almorzar. Miró al chico a su lado y armándose de valor tocó el hombro masculino con su delicado índice.

—Uchiha-san...

Lo llamó al ver que no había respuesta.

—Escuché la campana.— avisó por su parte el Uchiha mientras se levantaba y estiraba sus brazos. —¿Qué pasó con Sasuke? — dijo con una sonrisa burlesca.

Vio con cierta satisfacción como su rostro se sonrojaba, de todas las expresiones que había visto, esta era una nueva. Se preguntaba si era bueno o malo. Notó como sus orbes perlas esquivaban su atenta mirada a otros puntos del salón de la clase en nerviosismo; pareciera mas interesada en ver a lo estudiantes salir que encararlo a él.

—Bueno, creí que hubo un choque cultural y que por eso no le gustó que le llamara con tanta familiaridad.— explicó. —Vengo de los Estados Unidos así que estoy tratando de acoplarme a este...

—Está bien. Puedes llamarme Sasuke. No es como si te odiara o algo.

Bien, se dio una palmas, estaba por buen camino. De alguna manera le dejó saber de una manera cool que le gustaba, aunque sabía que tenía que ser mas directo que eso, si quería dejar sus intenciones claras. Vio a la pelinegra frente a él sonreír, y por alguna razón eso lo puso en alerta. Ahora, ¿que se supone que hiciera?

'Quizás no me odie después de todo...' pensó Hinata al ver como las cosas estaban mejorando entre ellos.

—Pero en futuras ocasiones, abstente de actuar como una niña tímida y nerviosa. Es molesto.

Terminó por decir mientras se retiraba por completo de el salón de clases ya vacío.

'...O puede que si.'

Sasuke sintió ganas de pegar su cabeza contra los casilleros. Mientras su bastardo interior lo felicitaba por tal hazaña. Debió ser mas amable, o intentar serlo. Aunque la amabilidad fuera un concepto extranjero para él, estaba seguro que sus ancestros estarían orgullosos de que el fuera tan huraño. Aun así una parte de él se sentía mal, al recordar los ojos perlados decaídos y desanimados. Esperaba que ella pudiera ver más allá, y hacer lo mismo que hizo su madre al fijarse de alguien tan grosero como su padre. Aunque no tenía suerte si todavía le gustaban rubios y ruidosos como su mejor amigo.

Al final, el karma se encargó de acabar con esa guerra en sus pensamientos al hacer estampar su cabeza contra la puerta de la cafetería.


Mensaje de la Autora:

Me alegra estar acá. Si aun quedan lectores originales, mis disculpas. A los nuevos lectores, bienvenidos. Espero que les agrade este proyecto. Trataré de publicar capítulo nuevo de esta historia los Lunes. Si de casualidad tengo lectores bilingües. Pueden pasar a leer mis trabajos en Inglés.

Espero que les haya gustado este capítulo.

-LaCrazyWriter