¡Actualización de la semana!

Ahora que tienen un plan de acción, los habitantes e invitados de la mansión deciden cooperar con el joven escritor para tratar de desentrañar el misterio que rodea a la mansión

No se olviden de dejar su voto para seguir apoyando esta historia… ¡death! (mientras wattpad no la fiche)

En vista del cambio de políticas en wattpad, he decidido llevar la historia también a –inkitt, espero puedan seguirme allá también.


Capítulo 24: La 14va persona que no debería existir

Arthur reunió toda la información que se tenía disponible, la prioridad era encontrar la llave de la habitación del conde, que Sebastian guardaba, ya que era lo único que lo hacía sospechoso de haber asesinado a Phelps, aunque existía la posibilidad de que él le hubiera dado la llave a un tercero, y que esa persona haya asesinado a Phelps y después a Sebastian.

— En ese caso podríamos pensar que quien tomo la llave, asesinó a Phelps y a Sebastian

— Pero primero tendríamos que cerciorarnos que el mayordomo no lleva la llave con él — dijo Charles — Si aún la lleva con él, entonces volveríamos al principio

— En ese caso deberíamos de revisar el cuerpo en busca de la llave — dijo la shinigami tomando uno de los pocos panecillos rellenos que se habían salvado — no lo creen?

—También me gustaría que a donde nos moviéramos lo hiciéramos en grupo de ahora en adelante — sugirió Arthur — Dicho esto, no sería propio pedirles a las damas que nos acompañen al cuarto donde se llevaron los cadáveres, así que, me gustaría que la señorita Irene se quedara aquí con el Señor Grimsby, además me gustaría que el señor Woodley se quedará aquí también.

El pobre no reprocho nada, aún tenía adolorido el cuello después de ataque brutal de Tanaka.

— Me gustaría quedarme a disfrutar el té con Ranmao — dijo Lau

— Yo no tengo nada que hacer aquí, solo los seguiré de cerca — dijo Grey

— Bien, solo me haría falta pedirle a Lady Sutcliff que por favor también… — comenzó a decir Arthur

— También iré con ustedes — respondió la peli azul, antes de que Arthur terminara su frase

— ... También se quede aquí — término de decir mecánicamente

— No me quedaré aquí — respondió

— Pero demasiado pedirle a una dama que bajara a ese lugar...

— Seria peor para mí, quedarme aquí sin hacer nada — dijo deshaciendo el moño de su listón en el cuello

— Si Jill quiere venir, entonces está bien — dijo Ciel tranquilamente — después de todo ella sabe defenderse en caso de ser necesario — agregó

— En ese caso, espero que tampoco te moleste esto — dijo la shinigami quitándose la camisa manchada de té, quedando solo en una blusa ceñida de tirantes de color negro, después tomo el cinturón de su falda empapada, quitándosela también, dejando al descubierto sus pantalones cortos.

Todos se le quedaron viendo, en especial Woodley, estaba a punto de decir algo, pero una mirada de advertencia de la peli azul bastó para que se tragara sus palabras, además, era causa suya que sus prendas estuvieran manchadas de té. Ciel sonrió con algo de malicia al ver a Woodley tragarse sus palabras.

— Tanaka — lo llamo — por favor encárgate de las prendas de Jill en cuanto tengas oportunidad, y apoya a Meirin para cuidar de nuestros invitados

— Conde — lo llamo Arthur — le importaría guiarnos por la mansión? — agrego tratando de ocultar el rojo de sus mejillas al ver a la joven ojiverde en sus ligeras prendas

— No hay problema en absoluto, pero creo que los sirvientes están más familiarizados con la planta baja, así que dejemos que ellos nos guíen.

— Si amo — respondieron Finny y Bard.

— Entonces vámonos

Bard y Finny los condujeron a la bodega de vinos, aquel mismo camino que la shinigami había recorrido esa misma madrugada. Solo que esta vez había tres sábanas blancas en el piso, en lugar de una sola.

Retiraron la sabana del cuerpo de Sebastian, descubriendo que el cuerpo estaba empapado, posiblemente por una gotera. Si seguía humedeciéndose terminaría por pudrirse más rápido. Aun así, tenían que inspeccionar el cuerpo de inmediato.

— Por favor no trates al señor Sebastian como un objeto! — protesto

— ¿Finny? — murmuró Jill — Finny, tranquilo, no es que quieran tratar a Sebastian como un objeto, pero…— trato de calmarle

— ¡Finny, es suficiente! — le ordenó Ciel — ¡si no vas a ser de ayuda, retírate! — agrego seriamente — pueden moverlo después, pero primero tenemos que buscar la llave.

Buscaron primero en el saco, la shinigami revisó los bolsillos, pero no tuvieron éxito alguno, tampoco la llevaba colgada al cuello.

— Deberíamos de desvestirlo para buscar mejor la llave — sugirió Arthur

— ¡Esperen! ¡¿desvestirlo?! — exclamó Jill con las mejillas rojas

— Tu querías venir con nosotros — se burló Ciel

— Será mejor si la señorita Jill nos espera en la puerta en esta ocasión — dijo Arthur apenado

Registraron cada prenda de manera individual, incluso los zapatos, pero pese a todos sus esfuerzos, no hubo resultado alguno, la llave no estaba con Sebastian.

— ¿Podría estar en su dormitorio? — pregunto Arthur

Esta vez los sirvientes los condujeron a la habitación del mayordomo, era una simple habitación cuadrada con una chimenea, una cama, un escritorio, una cómoda para la ropa y un armario. Era evidentemente más pequeña que las habitaciones de la planta alta, pero para un sirviente, aquella era una habitación espaciosa. Todos se distribuyeron por la habitación, movieron muebles, buscaron en la chimenea, entre la ropa, abrieron cajones, solo restaba revisar el armario.

Ciel se detuvo frente al mueble, dudando unos instantes, Jill se puso a su lado, ambos conocían la naturaleza de Sebastian, no sabían que podían encontrarse en ese armario cerrado. Ciel observo de reojo a la shinigami, ambos asintieron y tomaron los picaportes para abrir el mueble.

Ambos se fueron hacia atrás por la sorpresa, de aquel armario saltaron varios gatos, que de inmediato se esparcieron por la habitación.

— Ese maldito los ocultó de mí! — exclamo Ciel molesto

— Vamos, no deberías molestarte tanto por pequeñeces — le dijo Jill tomando a uno de los felinos — míralos, son muy lindos, sabes… te hace falta tener una mascota — agregó aproximándose a el

— ¡No te acerques a mí con esas cosas! — protesto — ¡y no dejen que abandonen esta habitación! — agrego antes de ponerse a estornudar frenéticamente

— ¿Estas bien? — le pregunto Jill inclinándose a su altura

— A…Aleja ese gato de mí! — protesto estornudando — mi… mi alergia esta…¡atchoooo!

— Como sea, este mayordomo realmente no tiene ninguna pertenecía personal — dijo Charles vaciando un cajón — nada que diga de donde era antes de llegar aquí, o algo que trajera consigo

— Ninguno de los sirvientes sabemos nada de él antes de llegar aquí — aclaro Bard — no sabemos de dónde viene, o que hace en sus días libres, quizá el Joven amo sepa…

— Tampoco yo sé nada de él antes de que llegara aquí, ni a que amo sirvió antes, o que hacía en el pasado, jamás tuve interés en eso — respondió Ciel — por mi estaba bien no saber, siempre y cuando se dedicara a mí y cumpliera mis deseos.

— Ya buscamos en todo el lugar, probablemente la llave tampoco este aquí — suspiro Arthur

— Entonces hay que revisar el equipaje de todos para ver si nadie la oculta — dijo Charles con toda tranquilidad

— ¿No crees que ellos se negarán? — pregunto Arthur

— Yo tengo más autoridad que la policía, si yo lo ordeno no pueden negarse, y estaría bien para mí, el forzarlos.

— Regresemos al salón entonces — dijo Jill, el aroma del demonio estaba tan concentrado en esa habitación, que estaba comenzando a marearse.

Al regresar al salón, Arthur les explico la situación a todos, sorprendentemente nadie se negó a que sus equipajes fueran revisados. Aun así, no obtuvieron ningún resultado satisfactorio, la llave no estaba por ningún lado. Solo quedaba la opción de que aquella llave hubiera sido arrojada por la ventana. Pero con la tormenta que había afuera, era posible que la lluvia y el lodo la hubieran sepultado, o peor, arrastrado.

Finny se ofreció de inmediato a buscar la llave en el jardín, él y Meirin salieron de inmediato sin escuchar razones, no había probabilidad de poder encontrar un objeto tan pequeño en el jardín, y menos con esta tormenta. Era obvio que los sirvientes querían resolver el caso tanto como los invitados, pero era muy arriesgado. Bard salió tras ellos para tratar de convencerlos.

Jill permaneció sentada en uno de los sofás de terciopelo, era bastante estresante estar así, en esa situación en la que todos dudaban los unos de los otros, además, aun tenia recolecciones que hacer, y estaba visiblemente demorada en ello. Pero de haber recolectado el alma de Phelps justo a la hora de su muerte, la hubiera puesto directamente como sospechosa de su asesinato. Y ahora que Sebastian no estaba, no le sería tan sencillo buscar un espacio para ir a la bodega de vinos.

Tanaka se aproximó a la shinigami, llevaba la camisa blanca perfectamente doblada y limpia.

— Disculpe la demora lady Sutcliff — le dijo entregándosela — su falda aún está húmeda, por lo que demoraremos un poco más en traérsela, aun así, luce más cómoda de esta manera

— Gracias, señor Tanaka — sonrió tomándola para ponérsela de nuevo — Comenzaba a sentir escalofríos — confesó apenada — y como usted lo menciona, me es más cómodo vestir de esta forma

— Oigan no creen que es cansado simplemente esperar de esta manera? — pregunto Grimsby de pronto — ¿Por qué no jugamos cartas? traje un mazo conmigo, está en mi habitación, iré por el

— No es seguro que vaya solo — Dijo Arthur poniéndose de pie también — Es más seguro moverse en grupos con el fin de evitar más víctimas.

— Esa sería la mejor opción solamente si el asesino es uno de nosotros — dijo el señor Lau fumando una pipa

— ¿Solamente si es uno de nosotros? — pregunto Jill — quiere decir que puede haber alguien más? ¿No habíamos descartado ya esa probabilidad?

— No se preocupen tanto, fue solo mi opinión

— Aun así, es improbable que hubiera otra persona capaz de vagar alrededor de la mansión y de entrar en una habitación cerrada con llave sin dejar huellas si ha estado afuera en lluvia ¿no crees? — Murmuro Ciel fríamente

— ¿Y no cree el conde que su "improbable" se pueda transformar en "Posible" con la existencia de un 14vo invitado que no debió estar aquí? — dijo Lau con un timbre enigmático — Esa persona podría no estar lejos, y haber estado todo el tiempo dentro de la casa... la 14ta persona que no debería existir