¡Hola mis magos! :3
Aquí les dejo:
*-*-*-Fairy Tail II: La bóveda secreta-*-*-*
Capítulo 2...Un encuentro muy curioso
Al día siguiente de la llegada de Gray, Erza y Cana, llegó Lucy.
En un principio no tenían intenciones de contarles nada para no preocuparlas -especialmente a la rubia-, pero viendo la situación, lo mejor era que estuvieran enteradas. Después de contarles lo sucedido con las cartas y los regalos, les contaron sobre la advertencia de Shippo, y como era de esperarse…Lucy no lo tomó muy bien.
—¿Q-Que tal si lo que dijo es cierto?—Se pregunta la Heartfilia temblando de pies a cabeza.
—No lo creo, lo de Naraku el año pasado fue solo una coincidencia—Comenta Erza cruzándose de brazos—Además, la directora Mavis aumentó la seguridad, él no volverá a poner un solo pie dentro de la escuela.
—"¿Qué no se supone que era una cabeza sin cuerpo?"—Piensa Cana imaginándose dicha cabeza dentro de su jaula.
—Créeme Erza, tengo un sexto sentido para estas cosas, y me está diciendo que este tampoco será un año tranquilo.
—Si eso es así…entonces será otro año interesante—Dice Natsu con emoción y total despreocupación al respecto.
Todos lo miraron con gotitas anime resbalando por sus cabezas, ese comportamiento era tan típico en él.
—Bueno…ya que no pudiste abrir tus regalos en tu cumpleaños, ¿Qué tal si los abres ahora?—Propone Erza con una expresión tranquila para intentar cambiar el tema, tenían que hacer que Lucy calmara sus nervios de alguna manera, y más ahora que se había puesto pálida por el comentario de Natsu.
Sin embargo, la azabache se negó alegando que ya había quedado con Natsu para abrir sus regalos juntos en el cumpleaños del pelirrosa…hmmm…tal vez podrían convertirlo en una costumbre.
Los siguientes días se pasaron volando dando la llegada al cumpleaños del Dragon Slayer de fuego, y tanto él como Kagome reunieron sus respectivos regalos en la sala para comenzar a abrirlos iniciando con los de Erza, luego los de Gray, Cana y Lucy, terminando así con los mutuos.
—Entonces esto es un encendedor—Dice Natsu viendo el pequeño objeto en sus manos con mucha curiosidad, a su lado estaba una caja pequeña llena de ellos.
—Así es, y así lo enciendes, mira—Kagome toma uno y le muestra como encenderlo.
Natsu observó curioso la pequeña llama y al segundo la absorbió para "probarla", era casi como si estuviera probando algún tipo de comida exótica.
—Tiene un sabor algo extraño, pero no está mal—Dice sonriendo.
Kagome rio, le alegraba saber que a su amigo le había gustado su regalo. Ahora fue su turno de abrir el suyo. De la cajita sacó una pequeña y hermosa piedra parecida al más brillante zafiro, aunque parecía estar a la mitad.
—Esa es una lácrima de protección—Explica Natsu captando su atención—Hay magos que son capaces de crear barreras protectoras, pero a muchos les cuesta crearlos por sí mismos, por lo que esta lácrima les ayuda con eso.
—¿Y cómo es que tú tienes esa clase de conocimiento?—Cuestiona Gray un tanto sorprendido, al parecer el cabeza de flama también podía ser listo.
—Porque yo también tengo una—Responde el pelirrosa buscando en su bolcillo—Es el par de esa, ¿Ves?—Muestra la piedra idéntica y la acerca a la de su amiga, ambas resplandecieron por un instante.
—"Así que el par ¿Eh?"—Piensan los demás sonriendo de forma enigmática.
—¿Qué pasa?—Pregunta Natsu alzando una ceja ante sus fijas miradas.
—Nada—Responde todos desviando las miradas sin borrar sus sonrisas.
Los Dragon Slayers se miraron confundidos, ¿A qué se debía esa extraña actitud de repente?
En eso, Cana notó una cosa más en el suelo, otra caja de regalo pequeña. La tomó y la revisó buscando el remitente encontrándolo en la parte de abajo.
—Oye Kagome, este regalo es tuyo—Se lo entrega recibiendo una mirada llena de confusión de su parte.
La ambarina revisó la caja encontrando su nombre en ella, pero no decía quién se lo había enviado…esto era muy extraño. Con gran curiosidad retiró el envoltorio y abrió la caja encontrando dos piedras ovaladas del tamaño de sus todavía pequeñas manos dentro, una era negra con un estampado de lunas plateadas, mientras que la otra era blanca y el estampado eran lunas doradas.
—Esas son…—Dice Lucy acercándose para verlas mejor, el asombro se dibujaba perfectamente en sus facciones.
—¿Sabes lo que son?—Pregunta la azabache curiosa.
—Claro, son lácrimas de invisibilidad.
Su respuesta sorprendió a todos, ¿Lácrimas de invisibilidad?
—Espera, creo recordar haberlas visto en un libro—Dice Erza tomando una de ellas—Por lo que sé existen muy pocas de ellas, y es extraño encontrar unas que funcionen bien.
—¿Por qué no las pruebas?—Propone Natsu con estrellitas en los ojos.
—¿Y cómo lo hago?—Pregunta Kagome tomando la otra.
—Es muy fácil, solo tienes que concentrar una pequeña cantidad de magia en ella, la lácrima hará el resto—Explica Lucy con una sonrisa.
Kagome asintió devolviendo el gento y cerró los ojos para comenzar a centrar la energía en la piedra, esta soltó un tenue brillo y al segundo Kagome empezó a desaparecer ante la asombrada mirada de todos…una que cambió a decepción cuando vieron que la niña desapareció de forma parcial. La ojidorada se miró a si misma notando que su cuerpo se había tornado traslúcido, como el de un fantasma.
—Lo sabía, son un fraude total—Dice Lucy agachando la cabeza, qué desilusión.
—Espera, ¿Y si lo intenta con las dos?—Dice Cana para luego tomar la que tenía Erza devolviéndosela a su dueña.
Con las lácrimas en ambas manos, Kagome hizo lo mismo de antes concentrándose. En poco tiempo desapareció, y esta vez por completo.
—¿Y bien?
—Ahora si funcionó—Contestan Natsu y Gray con emoción, al final no fueron un fraude.
—Increíble, no podemos verte—Dice Erza asombrada mirando el lugar donde estaba su amiga.
—¿De verdad?—Pregunta Kagome. Si ellos pudieran verla, habrían visto la sonrisa maliciosa que se formó en su rostro.
Sin causar sospecha alguna y en completo silencio, se levantó y se acercó a las espaldas de los chicos de forma sigilosa. El único que se dio cuenta -y ella lo sabía- fue Natsu gracias a su oído, pero sabiendo lo que su amiga tenía planeado hacer, decidió callarse y hacerse el tonto.
—¡Gray!—Grita la ambarina dándole el susto de su vida al mago de hielo.
Los demás rieron mientras el pelinegro llevaba una mano a su corazón. Al mismo tiempo, Kagome se volvió visible de nuevo y se echó al suelo retorciéndose de la risa ganándose una mirada enojada de parte de Gray, esta se la iba a desquitar.
El resto de la semana pasó tranquila y bastante rápido. Ya tenían todo listo para ir a Hargeon a comprar los nuevos útiles, entre ellos los nuevos libros de Herbología y Defensa contra la magia negra, también algunos ingredientes nuevos para la clase de Pociones.
—Muy bien, ¿Están todos listos?—Pregunta Chloe buscando algo en una bolsa de tela que tenía consigo, los niños asintieron—Entonces tengan—Les entrega a cada uno algo parecido a una perla de color azul pastel—¡Cariño, apresúrate!
—¡Voy en un segundo!—Grita Igneel desde el piso de arriba.
—Disculpe señorita Chloe, ¿Qué es esto?—Pregunta Kagome mirando la pequeña joya con curiosidad.
—Es una perla Flu—Responde la mujer con una sonrisa dulce—Se utilizan para transportarte a un lugar en específico; estas, por ejemplo, llevan directamente a Hargeon. Pero escucha atentamente, siempre debes decir claramente el nombre del lugar al que quieres ir, de lo contrario terminarás en otro lugar cercano.
La niña asintió en comprensión, se aseguraría de ser muy cuidadosa. Algunos minutos después, Igneel se hizo presente en la sala terminando de acomodarse la gabardina.
—Por fin—Dice Chloe con ligero sarcasmo mirando a su esposo de brazos cruzados.
—No me culpes a mí, la llamada duró más de lo que habría deseado—Se defiende el hombre sacando una perla Flu de uno de sus bolsillos, y al ver el color rojo sangre de la misma, Chloe lo miró con muy mala cara.
—¿Tienes que ir ahora?
—Lo siento cielo, pero hay una emergencia y necesitan a los capitanes de las divisiones—Le da un beso en la frente, la pelirrosa infló las mejillas como niña pequeña—Vayan con cuidado niños, y no se alejen de Chloe—Dice mirando a los niños, quienes asintieron.
—Tú también cuídate papá—Se despide Natsu sonriéndole.
—Claro—Dice el mayor despeinándolo—A la cede del Concejo en Era—Tira la perla al suelo y esta explota como una bomba de humo, que al disiparse, dejó ver que el hombre ya no estaba.
Kagome miró aquello sorprendida, esas cosas eran geniales. Cada vez amaba más el mundo de los magos.
—Bien niños, es hora de marcharnos también—Avisa Chloe olvidando su enojo contra el Concejo por ahora—Yo iré primero, luego quiero que repitan lo que haga—Los niños asienten—Tienda de pociones de Hargeon—Tira la perla al suelo desapareciendo al instante.
Seguida de ella fueron Erza y Lucy, después Gray y Cana dejando de últimos a Kagome y Natsu.
—¿Nerviosa?—Pregunta el pelirrosa mirando a su amiga, la niña parecía dudar mirando la perla en sus manos.
—Un poco, sabes que soy nueva en estas cosas—Responde Kagome un tanto avergonzada.
—No tienes por qué avergonzarte, Erza y Cana también las usaron hoy por primera vez—Anima Natsu sonriéndole como solo él sabía hacerlo.
—¿En serio?—Lo mira sorprendida, él asintió en respuesta, eso la hizo sentir menos tonta.
—Si quieres toma mi mano, así a donde vayas tú, iré yo—El pelirrosa le tiende una mano.
Ella, roja cual tomate, asintió y tomó su mano recibiendo una linda sonrisa de su parte. Sintiendo lo que seguramente iba a pasar, Happy y Kero se aferraron con fuerza a los hombros de sus dueños, quienes dijeron el lugar al que querían ir al mismo tiempo y arrojaron las perlas al suelo.
De inmediato sintieron como si un portal se abriera tragándoselos a los dos. Sintieron jalones y una tremenda fuerza que casi los hace soltarse, pero Natsu lo evitó abrazando con fuerza a la azabache, que enrojeció más…si es que era posible.
Al cabo de un momento cayeron en lo que parecía un asqueroso basurero…¿Se habrían equivocado en algo? Como fuera, ese lugar no estaba ni cerca de la tienda de pociones.
—¿Estás bien?—Pregunta Natsu saliendo del contenedor para luego ayudarla salir a ella. Los exceeds estaban mareados en el borde.
—Eso creo, ¿Dónde estamos?—Pregunta ella confundida mirando alrededor.
Estaban en un callejón oscuro y lúgubre, no se parecía en nada a Hargeon.
—Creo que estamos…en Clover—Dice Natsu reconociendo mejor el lugar.
—¿Clover?
—Es algo así como el lado oscuro de Hargeon, aquí se reúnen los peores magos—Contesta tomándole la mano otra vez empezando a caminar por el callejón con los gatos volando sobre ellos—Tenemos que salir de aquí rápido.
Kagome lo miró sorprendida, era la primera vez desde que se conocieron que veía al pelirrosa tan tenso, además de que su rostro se veía extrañamente serio. Nota mental, Natsu Dragneel puede ser serio cuando la situación es realmente peligrosa…en especial si Gray no está presente para iniciar alguna pelea absurda.
Estuvieron caminando por el lugar un buen rato. Varias personas de aspecto terrorífico se acercaron a ellos en varias ocasiones para ofrecerles extraños productos de dudosa procedencia. Ellos, por supuesto, solo seguían caminando ignorando a esa gente. Tras un rato más, la ambarina vio algo que la hizo detenerse obligando a su compañero a hacerlo también.
—¿Por qué te detuviste? ¿Sucede algo?—Pregunta Natsu mirándola.
—¿Qué esa de ahí no es…Kikyo?—Se pregunta en voz alta señalando al lugar.
El pelirrosa parpadeó un par de veces y después miró hacia allá sorprendiéndose. En efecto, la niña que se encontraba frente a la puerta de una tienda de nombre dudoso era Kikyo Higurashi, pero…¿Qué hacía en un lugar como ese?
Guiados más por la curiosidad que otra cosa, ambos se miraron y, tras asentir, interrumpieron el vuelo de los exceeds y con ellos en brazos fueron corriendo a un lugar desde el que podrían ver sin ser descubiertos. Al poco tiempo vieron a un hombre y a una mujer saliendo de la tienda. La mujer llevaba un papel de pergamino en las manos que iba doblando. Luego de ellos salió el que parecía ser el dueño de la tienda.
—Espero que llegues rápido, Kaijimbo—Dice el hombre de cabello negro y largo hasta un poco más debajo de los hombros, sus ojos azules como la noche miraban al otro con advertencia.
—No se preocupe señor Muso, el gran Kaijimbo estará en su casa temprano en la mañana sin retraso—Asegura con una sonrisa retorcida.
—Ciertamente nunca nos ha defraudado—Comenta la mujer pelinegra posando sus orbes marrones en su hija—Vamos hija, ya terminamos nuestros asuntos aquí.
—Ya era hora. Quiero comprar mi traje de batalla antes que nada—Se acerca a su madre con aire aburrido.
—No empieces otra vez con eso, Kikyo—Responde Muso estoico—Primero compraremos todo lo demás. En el camino me pensaré si comprarte el traje o no.
Kagome se regodeó al ver como Kikyo se enfadaba por no recibir lo que quería.
Los adultos le dirigieron unas últimas palabras a Kaijimbo y se fueron. Una vez estuvieron lejos, el vendedor volvió a entrar murmurando algo que parecía ser "maldito usurero. Sé que tiene más de lo que dijo".
Natsu y Kagome se miraron, ¿Qué sería aquello que aquel sujeto iría a buscar?
. . .
Por fin llegaron a Hargeon después de haber caminado otro buen rato -iban a utilizar una perla extra que Natsu llevaba escondida, pero después de lo que pasó antes…prefirieron no arriesgarse-. Habían usado su olfato para guiarse por las calles hasta llegar a la tienda de dulces que estaba, gracias a Dios, junto a la tienda de pociones.
—¡Kagome, Natsu!—Escuchan gritar a sus amigos no muy lejos.
Ellos se miraron y corrieron sin dudar a su encuentro.
—¿Dónde estaban?—Cuestiona Cana con los brazos en jarras y el ceño fruncido.
—Al ver que no aparecían nos preocupamos y la señora Chloe fue a buscarlos—Dice Erza de brazos cruzados.
—Esa es una larga historia—Dice Kagome con cansancio.
—Pero no van a creer lo que vimos—Dice Natsu causándoles curiosidad.
Les contaron todo lo que había pasado desde su pequeño tropiezo al llegar a Clover, hasta lo que vieron y escucharon frente a aquella tienda. Los cuatro quedaron muy sorprendidos, hasta que a uno le llegó algo que había escuchado antes.
—Cuando regresamos a casa, mi papá dijo que la familia Higurashi era una de las tantas que estaban involucradas con Naraku antes de su desaparición hace doce años—Cuenta Gray—Alcancé a escucharlo decirle a mamá que Muso era uno de los más cercanos a él.
—¿Y qué tiene que ver con lo que le pedía a ese sujeto?—Cuestiona Cana alzando una ceja.
—Creo que lo sé—Dice Natsu—Mi papá dijo que desde lo ocurrido en Fiore, el Concejo está tomando medidas.
—Están buscando a todos los antiguos seguidores de Naraku para asegurarse de que ellos no lo están ayudando a volver—Corrobora Gray. Su padre también lo había mencionado.
—Siendo así, lo más seguro es que Muso Higurashi esté intentando deshacerse de toda conexión que tiene con él—Razona Erza haciendo pensar a los demás, eso era lo más probable.
Se quedaron pensando en silencio un buen rato, hasta que algo llamó su atención. Un tumulto de gente -chicas, para ser exactos- pasó junto a ellos corriendo y gritando con gran emoción.
—¡¿Ya oyeron?!
—¡Él está aquí! ¡Y está haciendo una firma de libros!
—¡Tengo que conseguir una foto!
Fue lo que alcanzaron a escuchar mientras el montón de chicas se alejaba, y todo indicaba que iban a la librería. Los niños se miraron sin comprender absolutamente nada, hasta que Chloe, jadeante, por fin se hizo presente.
—¡Qué bueno que están bien! ¡Me tenían preocupada!—Exclama a todo pulmón abrazando a ambos Dragon Slayers—Ahora démonos prisa, tenemos que ir a comprar sus libros.
Se los llevó prácticamente a rastras mientras los otros los veían con una gotita anime resbalando en sus cabezas. Cuando llegaron cerca de la tienda, vieron al tumulto de gente amontonándose en la puerta. Se acercaron un poco más, y en la ventana del mostrador vieron un gran aviso en colores azules y plateados.
Bankotsu Shichinintai
Firma de libros hoy desde las 8:00 a.m. hasta las 2:00 p.m.
Lucy se había quedado en blanco mirando el cartel. ¿Acaso era en serio?
—No puede ser—Habla captando la atención de sus amigos—Es…es…
—¿Es…qué?—La apremia Gray tan confundido como el resto.
—¡Bankotsu está aquí!
El grito súper contento de la rubia obligó a los demás a taparse los oídos. No esperaban que ella conociera al sujeto.
—¿No saben quién es?—Pregunta mirando a sus amigos. Ellos podrían jurar que unas estrellas se dibujaban en sus ojos—Es un mago muy reconocido. Ha escrito muchos libros basados en sus propias aventuras alrededor del mundo. También ha escrito casi todos los libros que necesitaremos este año.
Vieron la lista quedando boquiabiertos, casi todos los libros que se pedían tenían el nombre de Bankotsu Shichinintai a un lado…esto tenía que ser una broma.
—Niños vengan, encontré una apertura.
Vieron a Chloe notando que se veía tan emocionada como la Heartfilia. Se miraron entre ellos nerviosos y luego fueron con ella para entrar a la tienda. Había tanta gente reunida que hacía calor.
—Busquemos los libros y salgamos de aquí mientras podemos—Murmura Cana a los demás, Lucy y Chloe miraban con emoción a Bankotsu…aunque solo podían verle parte de la cabeza.
Todos asintieron y se apresuraron a buscar sus libros llevando una pequeña canasta cada uno, muy parecida a la de los supermercados. Buscaron cada libro en la lista, procurando también llevar los de Lucy…ya la habían perdido. Al llegar al último libro de la lista, tragaron en seco. El que faltaba se encontraba al otro lado de la multitud, y no parecía que fuera un cruce rápido…o seguro.
—Miren, creo que podemos pasar por ahí—Señala Erza a un espacio detrás de una estantería.
Pero había un problema, la estantería estaba justo detrás de Bankotsu, y varios reporteros casi cerraban el paso.
—No tenemos otra opción, tenemos que pasar por ahí—Dice Kagome resignada, ir a través de la multitud no era una opción.
Se miraron y asintieron. Dejando que Kero y Happy volaran sobre ellos para evitar que los aplastaran, sujetaron bien sus canastas y comenzaron a abrirse paso entre los reporteros, que hacían el trabajo más complicado debido a que se movían demasiado para sacar fotos. Siguieron caminando hasta que por fin vieron un espacio libre, pero justo cuando iba a pasar…un reportero impertinente empujó a Kagome contra el estante y muchos de los libros le cayeron encima. Al darse cuenta, tanto sus amigos como el reportero se apresuraron a ayudarla -el hombre disculpándose mil veces-.
Un poco curioso y preocupado, Bankotsu, un hombre bastante joven y apuesto de cabello negro recogido en una trenza, ojos azules cual zafiros, y una marca púrpura en la frente, firmó otro libro y se dirigió hacia allá para ayudar a quitar la montaña de libros logrando por fin sacar a la niña. Se quedó quieto con una mirada indescifrable.
—Pequeña, déjame ver tus ojos—Pide amablemente, a lo que la azabache conectó sus soles con los zafiros de él—Tú…eres la hija de Inuyasha ¿Verdad?
La sonrisa contenta que se dibujó en los labios del azabache mayor le llamó mucho la atención a la niña, que asintió en respuesta.
—¿Cuál es tu nombre?
—Ka…Kagome.
—Mucho gusto Kagome, soy Bankotsu, fui a Fiore con tus padres—Se presenta extendiéndole su mano para ayudarla a levantarse.
Sus palabras hicieron que el corazón de Kagome se acelerara por alguna razón. Felicidad, tal vez, después de todo era apenas la segunda persona a la que conocía que estudió con sus padres -la primera fue Chloe, quien le contó todo durante el verano-.
—¡Miren todos! ¡Ella es la hija de un viejo amigo!
La presentación de Bankotsu hizo que todo el mundo pusiera su atención en la niña, lo que la puso muy nerviosa. En serio detestaba ser el centro de atención.
—¡Pero no solo eso! ¡Ella fue quien derrotó a Naraku! ¡Y no una, sino dos veces!
A eso siguieron los murmullos y cuchicheos. Antes estaba feliz por haber conocido a otro antiguo compañero de sus padres, pero ahora no estaba tan segura.
—¿En serio es ella?
—Claro que lo es, ¿Por qué iba Bankotsu a decir mentiras?
—Los rumores decían que la noche en que Naraku desapareció, una niña de no más de un año se salvó.
—Pero el Concejo la envió con un pariente muggle y la mantuvieron en secreto.
Cosas como esas y muchas más era lo que podía escucharse en el recinto. Kagome bajó la cabeza roja hasta las orejas, quería irse de ahí tan pronto como le fuera posible.
Notando la vergüenza de la niña, Bankotsu sonrió en comprensión y se apartó con ella a donde no pudieran molestarla. Los demás se quedaron dónde estaban completamente perplejos, no se habían esperado nada de eso.
—Te pido perdón por eso, no era mi intención hacerte sentir incómoda—Se acuclilla quedando solo un poco más bajo que ella—Cuando estaba en la escuela, tu padre y yo éramos muy buenos amigos, aunque claro, él era de Fairy Tail y yo era de Sabertooth, así que…también teníamos una pequeña rivalidad.
Kagome lo escuchaba maravillada. Aunque Chloe le había contado muchas cosas de cuando era estudiante, no muchas involucraban a sus padres.
—Tu madre era una de las chicas más hermosas de la escuela, y como muchas, tenía varios pretendientes, Inuyasha y yo éramos dos—Cuenta con nostalgia—Siempre dije que tu padre tenía suerte, porque tu madre lo eligió a él desde el principio, con todo y lo celoso y caprichoso que era.
La niña rio, esa parte se la había contado su abuela, y siempre le causaba gracia.
—Cuando me enteré de su muerte…fue un golpe muy fuerte, porque mis mejores amigos se habían ido—Mira sus manos—Me prometí que si un día llegaba a conocer a su hija, le contaría muchas de las cosas que hacíamos en la escuela.
Kagome lo miró entre sorprendida y curiosa.
—¿De…verdad lo haría?—Pregunta tratando de ocultar su emoción, aunque sus ojos lo decían todo.
—Claro que sí, aunque obviamente, hoy no se podrá—Explica mirando hacia la multitud que hacía esfuerzos para verlos a ambos—Pero no te preocupes, ya tendremos mucho tiempo para hablar después—Se levanta.
Lo miró confundida por un momento. Bankotsu sonrió y le puso una mano en la cabeza, le recordaba tanto a su madre.
—Este año seré uno de tus profesores, así que nos veremos en Fiore.
. . .
—¡¿Qué?!
Sus amigos estaban sorprendidos, no solo porque Bankotsu hubiera sido amigo de sus padres, sino también por saber que sería su nuevo profesor.
—¿Y te dijo cuál será su clase?—Pregunta Lucy muy emocionada.
Hacía rato que habían salido de la librería, y ahora se dirigían, de nuevo, a la tienda de pociones.
—Defensa contra la magia negra.
Mientras Lucy daba saltitos de felicidad, Kagome no paraba de pensar en todas las cosas que Bankotsu le contaría. Por fin podría conocer más acerca de sus padres.
—¿Y de qué estuvieron hablando tanto?—Pregunta Cana intrigada.
—De nada realmente, solo me dijo que él y mis padres eran grandes amigos—Responde mirando al cielo—También dijo que me contaría más cosas en Fiore cuando tuviera tiempo.
Y así el día siguió transcurriendo. Compraron todo lo necesario para la escuela, aunque claro, esta vez Kagome tuvo que ir al banco a buscar dinero de una cámara que sus padres le habían dejado -los útiles del año anterior, en su mayoría, fueron pagados con antelación por sus padres cuando nació, querían asegurarse de que contara con todo lo necesario en su primer año en Fiore-. Chloe fue muy amable al ayudarla con todos los trámites. Y cuánto lo agradeció.
Ya teniendo todo listo, comieron helado, y a la hora indicada fueron al barco. No hay que decir quienes se resistían rotundamente a subir…¿Cierto?
—Aún no subo y ya quiero vomitar—Dice Kagome, estaba pálida y sentía el estómago revuelto…tal vez comerse ese helado no fue buena idea.
—Sé que Grandine estará a bordo para ayudarnos, pero no quiero subir—Dice Natsu, estaba igual o peor que su compañera.
—Vamos, sé que es difícil para ustedes, pero es la única manera—Trata de animarlos Chloe.
La verdad es que ella los entendía muy bien, años casada con un Dragon Slayer le daban experiencia de sobra, pero tenían que subir a ese barco, o no podrían ir a Fiore. Los dos se miraron, no querían subir, de verdad, pero Chloe tenía razón, y no iban a perderse ese año escolar por nada del mundo.
Respiraron profundo tratando de calmar sus mareos, y luego de despedirse de la señora Dragneel, subieron al barco. Como era de esperar, apenas pusieron un pie a bordo, sintieron náuseas.
Grandine se acercó a ellos rápidamente y usó su poder curativo con ellos, pero algo inesperado pasó. Cuando empezó a usarlo en Kagome, algo repelió por completo el hechizo, a lo que la niña salió corriendo al barandal más cercano a vomitar.
—Qué extraño—Dice Grandine yendo con ella.
—¿Qué sucedió señorita Grandine?—Pregunta Erza.
—No lo sé, algo repelió mi poder.
Mientras respondía, Kagome seguía vomitando, pero escuchaba claramente lo que estaba diciendo.
—¿Hay magia capaz de repeler el poder curativo?—Pregunta Lucy muy sorprendida.
—Solo una, la magia de los Kitsune.
Al escuchar eso, todas las alarmas se dispararon en los niños.
Esto tenía que ser una broma.
Continuará…
Espero que les haya gustado...Bankotsu me quedará un poquito OC en esta historia, así que no se sorprendan por cómo actúe más adelante :v
Ene fine...
¡ESPERO SUS REVIEWS MI GENTE!
¡RAIYU NO...JA NE! :D
