Disclaimer: Crepúsculo es de Stephenie Meyer, la historia de Silque, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.
Disclaimer: Twilight belongs to Stephenie Meyer, this story is from Silque, I'm just translating with the permission of the author.
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Jasper POV
Eran casi las once y media, así que Alice y yo salimos de la cama de mala gana y nos vestimos. La reunión con los Quileute estaba fijada para medianoche. Esto iba a ser interesante.
―Jazz, no quiero que corras ningún riesgo. Tienes que volver a casa conmigo. Odio, odio, odio no poder ver lo que va a pasar esta noche. Estúpidos hombres lobo. ―Hizo un puchero, moviéndose hacia mis brazos.
La apreté fuerte.
―Cariño, es sólo una reunión sobre el tratado. Necesitamos contarles sobre Bella y descubrir qué van a hacer con Paul. No debería tomar tanto tiempo.
Ella suspiró.
―Odio no poder ver nada.
Todos nos reunimos en la sala de estar, donde Carlisle repasó lo que quería que sucediera y lo que no sucediera en la reunión.
―Jasper, Emmett, Edward y yo iremos a la reunión. Rose, Alice y Esme se quedarán aquí y cuidarán a Bella.
Rosalie resopló, molesta.
―Nooo, eso no es sexista en absoluto.
―Rosalie, no tiene nada que ver con sexismo de nuestra parte. Estamos tratando con una raza de gente muy dominante y masculina. Sólo se sentirán cómodos con nosotros si seguimos sus tradiciones.
―Bueno, no tiene por qué gustarme. ―Se cruzó de brazos enojada.
―Como decía ―continuó―, quiero que todos mantengan la calma y actuar lo menos amenazadores posible. No queremos provocarlos a la violencia. ¿Entendido? ―Nos miró a cada uno por turno, deteniéndose conmigo―. Jasper, quiero que estés preparado para proyectar calma.
―Por supuesto ―asentí.
―Emmett, ¿qué has descubierto en la genealogía de Bella?
Emmett sonrió.
―Llegué hasta su abuela paterna cuando descubrí lo importante. El apellido de soltera de su abuela Swan era Clearwater. Aparentemente, ella es la hija del lobo de Clearwater que conocimos y con el que hicimos el tratado. Se casó con una mujer blanca, pero el matrimonio no duró. La esposa se la llevó y se mudó de regreso con su familia a Seattle, cortando todos los lazos con la tribu, y ella crió a la niña como blanca. El lobo luego se casó con una Quileute, engendrando al padre de Harry.
El ceño de Edward se frunció.
―¿Entonces Bella es un octavo Quileute?
―Sí ―sonrió Emmett―. Nuestra abejorra es una piel roja.
Edward gruñó.
―Cállate, Emmett.
―¿Eso es significativo, Carlisle? ―pregunté.
―No puedo estar seguro, pero asumiría que su sangre Quileute está demasiado diluida para afectarla, de cualquier manera. Ya sabemos que no heredó el gen cambiaformas, lo oleríamos. Pero no estoy seguro sobre lo que significa para Paul y su espejismo de imprimación.
Edward, ansioso como siempre preguntó:
―¿Se lo mencionamos a los Quileutes?
―Yo diría que no, Edward. Quizás deberíamos conservarlo como un as en la manga. Puedes decírselo a Bella, por supuesto. Es, después de todo, su herencia ―respondió Carlisle―, deberías dejar que ella decida por sí misma qué hacer con ese conocimiento.
Edward asintió pensativamente.
Emmett se puso de pie de un salto.
―Pongamos este espectáculo en marcha. ¡Los perros callejeros están esperando!
Carlisle suspiró.
―Emmett, por favor.
―¿Qué?
~O~
Cuando llegamos a la línea del tratado, los Quileutes ya estaban esperando. Billy Black en su silla de ruedas, flanqueado por Jacob y Sam, ambos en forma humana. El viejo Quil Ateara, y junto a él, los jóvenes Quil y Embry. De pie en medio de ellos estaba Harry Clearwater, por lo que los ancianos de la tribu estaban contabilizados, y la mayor parte de la manada, con la flagrante excepción de Paul. Interesante. Estaba bastante seguro de que también era significativo.
¡Pero hombre , apestaban! De los pocos que arrugaron la nariz, supuse que tampoco les olíamos bien.
Carlisle dio un paso adelante.
―Gracias por reunirse con nosotros. Soy Carlisle Cullen. Soy quien hizo el tratado original con sus abuelos, a quienes estaba orgulloso de conocer. Todos eran hombres honorables. Estos son mis hijos, Emmett, Jasper y Edward. Ustedes, los cambiaformas, conocieron a Edward. Nos gustaría reafirmar el tratado, ya que mi familia ha aumentado desde que se redactó originalmente.
Billy Black hizo rodar su silla hacia adelante, obviamente el líder.
―Soy Billy Black, nieto de Ephraim Black, a quien conociste y con quien hiciste el tratado. También soy el jefe de nuestra tribu. Cuéntanos cómo se ha expandido tu familia.
Había una hostilidad evidente y sólo un toque de miedo. Mmm.
―En la década de 1950 se nos unieron Jasper y su compañera Alice. Y recientemente, mi hijo Edward conoció a su compañera, así que somos un total de ocho, pero todavía nos adherimos a nuestra dieta animal, como pueden ver en el color de nuestros ojos. Los vampiros que se alimentan de humanos tienen ojos rojos.
Billy frunció el ceño.
―¿Entonces, no creaste ningún vampiro nuevo?
―No. Como dije, Jasper y Alice fueron creados por otros y se unieron a nosotros como vampiros maduros. Adoptaron nuestra dieta y han jurado no dañar a los humanos.
Billy se inclinó hacia adelante en su silla.
―Pero la nueva compañera de tu hijo es humana. ―Era una afirmación, no una pregunta. La hostilidad aumentó un poco. Estaba preparado para difundir algo de tranquilidad, sólo esperando para ver a dónde iban con esto.
Edward habló.
―Sí, ella es humana y seguirá siéndolo. No le quitaré la vida, lo juro.
Oh, chico. Ahí va, prometiendo cosas que no va a cumplir. ¡Maldito joven testarudo!
Carlisle habló y agregó.
―Sólo cambiaría a un ser humano si su vida estuviera en riesgo. Todos mis hijos, al menos los que cambié, estaban muriendo cuando los encontré, al igual que mi esposa. No le quitaría la vida a alguien que está sano.
Esto se iba a poner interesante, porque sabía que Bella sería una de nosotros. Alice lo había visto. Quizás tendríamos que mudarnos antes de que sucediera. ¡Qué nido de ratas!
―Bien ―dijo Billy, y el viejo Quil y Harry asintieron con la cabeza―. Queríamos recordarles que morder a un ser humano, a cualquier ser humano, supondría una violación del tratado. No queremos guerra.
―Nosotros tampoco ―afirmó Carlisle―, pero hay un asunto que debe abordarse. Paul cree que se ha dejado imprimido en la pareja de mi hijo.
El viejo Quil habló entonces.
―¿Cómo saben que no lo ha hecho?
Edward intervino de nuevo.
―Puedo escuchar sus pensamientos. He escuchado los pensamientos de Sam, que se ha imprimado en Emily, y del joven Quil, que se ha imprimado en Claire. Los pensamientos de Paul no son los de un hombre con la imprimación. Él está enamorado, y sus emociones volátiles están suministrando la ilusión. Necesitamos saber que no habrá... problemas con él.
―No habrá ningún problema con Paul Lahote ―declaró Harry―, él está bajo la orden Alfa de mantenerse alejado de ella, y mi hijo Seth y Jared Cameron lo están protegiendo actualmente. Él es, como dices, volátil, pero es un buen hombre. No necesitan temerle.
―¿Seth también ha cambiado? ―inquirió Carlisle.
Harry asintió y pude sentir su pena. Él nunca quiso esto para su hijo. No pude reprimir una pequeña punzada de culpa y mis dos hermanos se giraron para mirarme con curiosidad. "Más tarde", pensé para Edward.
―¿Cuántos de sus jóvenes son cambiaformas ahora? ―preguntó Carlisle.
Podía sentir la inquietud, no querían revelar sus números, pero en interés del tratado, Billy habló.
―Siete de nuestros jóvenes pueden cambiar. ―Miró a Edward―. Seth cambió por primera vez hace unos días.
Maldita sea, eso demostraba mi teoría. Ellos cambiaron por nuestra presencia. Sus números coincidían con los nuestros. Si algún nómada vagaba por la zona, o si alguno de nuestros amigos nos visitaba, más Quileutes cambiarían. Y parecía que eran muy conscientes de este hecho. No los culpaba por su resentimiento hacia nosotros.
El nido de ratas iba creciendo.
―Les agradezco a todos por reunirse con nosotros. Por nuestra parte, el tratado sigue siendo tan sólido como siempre ―informó Carlisle.
Billy asintió.
―El tratado sigue vigente. Buenas noches.
Todos dimos media vuelta y salimos volando de allí, de regreso a la casa. El hedor a perro mojado estaba tardando un poco en desaparecer de mi nariz.
Nos reunimos todos en la mesa del comedor para discutir la reunión del tratado. Alice se alegró muchísimo de verme y eligió mi regazo en lugar de una silla. No es que me estuviera quejando. Era bueno saber que mi mujer se preocupaba por mí. De todos modos, podría frotar su lindo trasero durante la reunión, así que ¡bonificación!
Rosalie, a pesar de toda su apariencia de perra dura, estaba acurrucada contra el costado de Emmett.
―Entonces ―comenzó Carlisle―, el tratado sigue vigente. Están conscientes de nuestros números, y parece que su número también ha aumentado. Tienen siete cambiaformas, lo cual me parece demasiada coincidencia. Creo que crecen como nosotros.
Estuve de acuerdo con él.
―Creo que ellos también son conscientes de ello, papá. Harry Clearwater estaba sintiendo algo de pena cuando admitió que su hijo Seth había cambiado. Esa fue la inyección de culpa que sintieron, muchachos. Lo siento. ―Me encogí de hombros.
―Sus pensamientos me dijeron lo mismo, Jasper ―intervino Edward―. Él nos culpa. Bueno, a mí específicamente. Él sabe que acabo de regresar al área, lo que muy probablemente impulsó el cambio de Seth.
―Oye, Alice y yo también acabamos de regresar. No tomes responsabilidad por todo, hermano. ―Le di unas palmaditas en el hombro.
Deja que Emoward se culpe a sí mismo por todo lo que está mal en el mundo. El chico necesitaba relajarse. O echar un polvo. Ninguna opción parecía probable, sonreí para mis adentros.
Alice intervino.
―¿Qué pasa con Paul? ¡Oh, desearía poder ver más allá de esos estúpidos lobos! ¡No puedo ver nada sobre él! ¿Va a causar problemas?
Carlisle sacudió la cabeza.
―Me han asegurado que no lo hará, Alice. Está bajo la orden Alfa de mantenerse alejado de Bella, y está siendo custodiado por unos cuantos lobos más jóvenes. Estoy seguro de que, con el tiempo, se dará cuenta de que no se ha imprimado y superará a la... persona que le gusta.
―Será mejor que lo haga ―gruñó Edward―. Ahora, si la reunión terminó, me gustaría ir a ver a Bella. ―Se levantó de la mesa y desapareció escaleras arriba.
Miré a mi compañera.
―Él les prometió que no mordería a Bella, cariño. ¿Qué significa eso para tu visión?
―¿Qué visión? ―Esme y Emmett dijeron al unísono.
―La vi como uno de nosotros. Independientemente de lo que nuestro hermano les dijo a los lobos, eso no ha cambiado ―les informó. Alice se giró y me miró de nuevo―. Va a estar deslumbrante, Jazz. Simplemente deslumbrante. ―Mi princesa hada lucía una sonrisa luminosa.
El gruñido de Edward llegó hasta nosotros antes de cerrar la puerta de su habitación. ¡Aguántate, amigo! Mi querida niña nunca se equivoca.
Rosalie resopló y agitó las manos en el aire.
―Genial, ¿entonces Chico Emo va a romper el tratado por nosotros? Maravilloso.
―Rosalie ―la regañó Esme―, no sabes si eso es verdad. Ninguno de nosotros sabe lo que va a pasar... bueno, excepto Alice, y ella no lo dice. Estoy segura de que tienes tus razones, cariño.
―Las tengo. Y no, el tratado no será violado.
―Eso es un peso menos ―musitó Carlisle―. Si Edward decide cambiar a Bella, iremos con los Ancianos y discutiremos su enfermedad con ellos, apelaremos a su nivel de funcionalidad. Seguramente no objetarán si ella es sorda y ciega. De todos modos, no sabemos cuándo sucederá. Es posible que ya nos hayamos mudado de aquí para entonces, pero no lo sabemos... ¿Alice?
―No puedo ver esa parte. Lo siento. Sólo sé que sucederá , no cuándo ni dónde ―tarareó Alice felizmente.
Carlisle sacudió la cabeza lentamente.
―Tendremos que esperar y ver.
